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Consumo, ahorro e inversion

Clase 3 del Curso Macroeconomía, Prof. Rodrigo Fuentes


Clase Ejecutiva – PUC – El Mercurio Jul 17 2013

El consumo tiende a fluctuar menos que el PIB, mientras que la inversión es fuertemente
procíclica (se mueve con el ciclo económico).

Por qué pasa lo que pasa

Dos componentes importantes de la demanda agregada y que se comportan muy distintos en el


ciclo son el consumo y la inversión.

El primero corresponde al gasto que realizan los hogares y se divide generalmente en consumo en
bienes durables y no durables.

La inversión es el gasto que realizan las empresas, con el objeto de incrementar su stock de capital
productivo. Incluye la inversión en construcción y otras obras (aquí se contabiliza la compra de una
vivienda nueva como parte de la inversión), la compra de maquinarias y equipos y el cambio en los
inventarios que mantienen las empresas.

El consumo privado es el componente más grande del gasto privado; en el caso de Chile el
consumo es alrededor del 70% del PIB. Mientras que la tasa de inversión (inversión total o bruta
como porcentaje del PIB) alcanza a casi la cuarta parte del PIB.

Diferencias entre países

La tasa de inversión varía abruptamente al hacer comparaciones entre países. Por ejemplo, los de
rápido crecimiento de Asia han alcanzado tasas de inversión superiores al 40%, mientras que
algunos países pobres de África muestran tasas de inversión tan bajas como 5%.

Figura 1
Una de las características importantes del ciclo es que el consumo tiende a fluctuar menos que el
PIB, mientras que la inversión es fuertemente procíclica (se mueve con el ciclo económico).

La figura 1 muestra el crecimiento del PIB trimestralmente y el crecimiento del consumo y la


inversión. Allí se aprecia que en épocas de recesión como fueron los años 1999 y 2009 la tasa de
crecimiento de la inversión se hace largamente negativa mientras que el consumo tuvo una
disminución similar o menor a la del PIB. Algo parecido ocurre en las épocas de auge como en
2005, en que producto y consumo crecieron en torno a 7% mientras que la inversión lo hace a
tasas anuales que superan el 20%.

Las causas determinantes

Si queremos entender los ciclos y sus efectos, es necesario entender cuáles son los determinantes
del consumo y la inversión, cómo se ven afectados estos componentes del gasto en el ciclo y la
importancia que tienen para el equilibrio macroeconómico.

El consumo y el ahorro. Las personas toman sus decisiones de consumo hoy, considerando el nivel
de consumo que se desea tener en el futuro. Es decir, conjuntamente con tomar la decisión de
consumo, están tomando su decisión de ahorro; en otras palabras el consumo y el ahorro son dos
caras de la misma moneda.

El ahorro se define simplemente como la postergación de consumo; los agentes ahorran con el
objeto de incrementar su consumo en alguna fecha futura.

Si este es el caso, entonces los consumidores consideraran para sus decisiones de consumo el
ingreso que reciben hoy, las expectativas futuras de ingreso y la tasa de interés real que deben
pagar o que recibirán en caso de endeudarse o de ahorrar, respectivamente.

La suma de estos flujos de ingreso presente y futuro en valor presente, constituyen lo que se
conoce como la riqueza del individuo y es elemento clave para determinar el perfil de consumo a
lo largo de su vida. Note que el horizonte de planeamiento es importante para la toma de decisión
de cuánto ahorrar.

Los cambios en el ingreso. Milton Friedman (Premio Nobel de Economía 1976) planteaba, en su
Teoría del Ingreso Permanente, que el ingreso corriente de las personas se compone de un ingreso
permanente, aquel que no cambia con las fluctuaciones económicas, y un ingreso transitorio, el
cual puede ser positivo (en el caso de recibir un premio o un bono) o negativo (por ejemplo, con la
pérdida transitoria del empleo).

¿Ingreso permanente o transitorio?

De esta forma cuando el ingreso corriente de los agentes aumenta, estos se deben preguntar si el
aumento es permanente, es decir, si se espera seguir recibiendo ese flujo adicional en el futuro, o
es transitorio. La forma de cómo cambia el consumo es muy diferente al enfrentar cada uno de
estos casos.
Si el cambio es permanente, el individuo puede incrementar su consumo, sabiendo que puede
sostenerlo en el tiempo. En cambio, si el incremento en el ingreso es transitorio, el individuo
ahorrará dicho incremento casi en su totalidad, ya que sabe que si incrementa su consumo en lo
que aumenta su ingreso, esto no es sostenible en el tiempo.

Es decir, los agentes valoran estabilidad en el consumo y no desean consumir mucho durante
algunos meses y muy poco los meses siguientes.

Por esa misma razón, los individuos actúan de forma similar cuando enfrentan una disminución
transitoria de su ingreso. Ellos intentarán endeudarse o desahorrar, si esperan que el cambio en el
ingreso es transitorio, más que ajustar su consumo abruptamente. Esto es lo que explica por qué
el consumo fluctúa menos que el PIB en los ciclos económicos.

El comportamiento del ahorro a lo largo de la vida. Otro Premio Nobel, Franco Modigliani (1985),
planteaba que el consumo mantenía una senda levemente creciente a lo largo de la vida, y que lo
que cambia es el perfil de ingreso. Esto es lo que se conoce como la teoría del Ciclo de Vida.

En la figura 2 se muestra el perfil típico de ingreso de un individuo que vive T años.

En los primeros años de vida, el ingreso es cercano a cero, luego aumenta a tasas crecientes, al
principio de su vida laboral, y luego lo hace a tasa decrecientes, hasta el momento de jubilarse. Allí
su ingreso es cero, y su consumo será financiado con el ahorro proveniente de la parte de su vida
en que el ingreso supera el consumo (ahorro para la pensión).

Las zonas marcadas con D corresponden a desahorro o financiamiento de los padres, y la zona
marcada con A es el ahorro para financiar la generación siguiente y el período de la jubilación.

La implicancia macroeconómica de esta teoría es bien importante. La tasa de ahorro de la


economía depende en forma fundamental de la estructura etaria de la población. Así, economías
que tienen un porcentaje alto de la población en edad de jubilarse tendrán tasas de ahorro más
bajas que en economías con población preponderantemente más joven.
El consumo y el mercado del crédito. Note que el acceso al mercado del crédito juega un rol
central en estas teorías. En efecto, es el acceso a ese mercado el que permite a los individuos
pedir prestado en momentos de ingresos transitorios negativos y de ahorrar los ingresos
transitorios positivos. La razón de esto es que a mayor tasa de interés real, se hace más atractivo
ahorrar, es decir postergar consumo hoy con el objeto de obtener un mayor consumo mañana.

Podemos afirmar que el consumo de hoy tiene un costo de oportunidad, medido por la tasa de
interés real, la cual nos dice cuántas unidades de consumo futuro se deben sacrificar si se desea
consumir una unidad más hoy.

Si no existiesen los mercados crediticios, entonces los individuos tendrían que simplemente
consumir todo su ingreso en cada período, con lo cual el consumo mostraría fluctuaciones muy
similares al PIB.

Si los individuos no tienen posibilidades de endeudarse en el mercado, porque nadie les presta,
entonces se dice que enfrentan restricciones de liquidez. Dichas restricciones hacen que el
consumo fluctúe más en el ciclo económico, que lo que predicen las teorías del Ingreso
Permanente – Ciclo de Vida.

La tasa de interés nominal y real

La tasa de interés nominal es la remuneración en pesos que recibe un agente por prestar dinero a
otro.

Por ejemplo, un depósito a plazo promete pagar 10% a un año; si un individuo deposita a
principios de año 100.000 pesos, recibe a final del año, 110.000 pesos, es decir los 100.000 pesos
del depósito más 10.000 que corresponde a los intereses.

Sin embargo, no sabemos si el poder adquisitivo de los 110.000 pesos al final del año es mayor que
el poder adquisitivo de los 100.000 pesos a principios de año; es decir si en definitiva el individuo
tuvo una ganancia real medida en la cantidad de bienes que puede comprar. Esto último se conoce
como la tasa de interés real.

Supongamos que el único bien que hay en la economía es el chocolate y que uno vale 100 pesos, a
principio de año. Si el chocolate sube de precio durante el año y al final del período cuesta 110
pesos, entonces la tasa de interés real ganada por nuestro depositante es igual a cero.

En otras palabras, él puso en el banco el equivalente a 1.000 chocolates y recibió al final del año el
equivalente a los mismos 1.000 chocolates.

En términos reales no gano nada por su ahorro.

En un mundo con muchos bienes, el equivalente al ejemplo anterior es medir cuántas canastas de
bienes depositó y cuántas puede comprar al final del período.

Es decir, cuánto subieron los precios de la economía.


De esta forma, una manera sencilla de definir la tasa de interés real es la diferencia entre la tasa
de interés nominal y la tasa de inflación.

Así como la tasa de interés nominal es importante para tomar la decisión de cuánto dinero
mantener, la tasa de interés real lo es para tomar otras decisiones, como por ejemplo, cuánto
invertir o ahorrar.

Por ejemplo, el dinero depositado en su fondo de pensiones constituye un ahorro para muchos
años más adelante. Estos fondos generan una determinada rentabilidad nominal. No obstante
usted está interesado en lo que podrá comprar con esos ahorros, por tanto, le interesa la tasa de
rentabilidad real de los fondos.

La tasa de ahorro de la economía depende en forma fundamental de la estructura etaria de la


población. Así, si existe un porcentaje alto de la población en edad de jubilarse, habrá tasas de
ahorro más bajas.

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