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El sentido del sacrificio en Ifá

No existe un odù de Ifá en donde no se destaque la


importancia del sacrificio (Ebo) en el proceso de
transformación. Sacrificar, es hacer algo sagrado u oficiar
en lo sagrado, y en ambos sentidos nos remite a la idea de
transformar algo profano en sagrado o actuar de acuerdo al
rito o al orden de la Sabiduría de la Naturaleza. También
podríamos inferir que sacrificar es enderezar nuestro
destino que se ha torcido o restituir a su origen o estado
primordial aquello que se ha degenerado o corrompido.
No existe palabra en español para traducir del yorùbá
ritual la palabra Ebo. Las más aproximadas a su referente
son Sacrificio u Ofrenda.
Pero partiendo desde el punto de vista tradicional,
podemos apoyarnos en algunos maestros ya conocidos
para traducir a nuestros estudiantes el espíritu que está
contenido en la palabra Ebo.
El verbo yorùbá Bo significa Adorar o Venerar; y tiene la
misma raíz consonante que el verbo Bó, que significa
Alimentar o Dar de Comer. Así que decir: "Bo Òrísà"
significa "Hacer sacrificios a una divinidad " o "Adorar a
una divinidad”. Muy distinto a decir "Bó eran", que sería
"Dar de comer carne”. En sentido ritual, el acto del
sacrificio es ofrendar comida a las divinidades. Decir
"Rú'bo" es "Ofrecer Sacrificio”.
Ifá, en el sagrado Odù de Ose'Tura, establece uno de los
principios fundamentales en la Naturaleza: el intercambio
es la expresión más generalizada en las relaciones entre
los hombres; entre el hombre y la Divinidad; entre el
hombre y los ancestros; entre el hombre y la Naturaleza;
entre el cielo y la tierra; entre los sistemas que existen en
el cosmos; entre los minerales, plantas, animales; entre los
mundos visibles e invisibles.
Entre todo lo que existe en el universo, ya sea visible o
invisible, existe el intercambio, bien sea consciente o
inconsciente, voluntario o involuntario, de manera sutil o
manifiesta. Èsù, el Mensajero Divino, es el regulador de
este intercambio, de esta dinámica que adquiere distintas
modalidades de expresión, según sea la dimensión en la
que se manifieste, sea física, emocional, intelectual o
espiritual. Sería largo y fastidioso enumerar. Podemos
circunscribirnos al intercambio de tipo espiritual, al que
ocurre entre los hombres y las divinidades.
Desde la noche de los tiempos, cuando el hombre
contempló la naturaleza concibió la idea de la existencia
de seres más poderosos que él, al mismo tiempo buscó la
forma de llegar hasta ellos, de entrar en contacto con ellos
y recibir sus bendiciones. Esta primera motivación echó a
andar una concepción religiosa que es la misma en todas
las tradiciones espirituales de la humanidad y que encierra
en sí lo religioso y lo espiritual a la vez.
Hay un principio común en todas las tradiciones
espirituales que conoce el hombre, desde el Brahmán
Hindú, el místico Sufí, el Santo Taoísta, el mártir
cristiano, el Rabí hebreo o el Babaláwo de Ifá, y este es:
Todo es sacrificio porque todo es intercambio.
En el mito de creación, Ifá nos enseña que Èsù recibió de
Olódùmarè la virtud de regular el intercambio en todos los
sentidos. Una vez que Obàtálá hizo habitable la Tierra,
creó a los hombres y otros bienes, se retiró a su morada en
el Cielo, pero Olókun, la divinidad de los Océanos,
decidió inundar de nuevo la Tierra, lo cual causó muchos
estragos y desastres a los hombres.
Llenos de muerte, dolor y sufrimiento, los hombres
invocaron a Obàtálá, pero éste no los escuchaba. Entonces
se dirigieron a Èsú, quien vivía en la Tierra. Le rogaron
que llevara su plegaria a Obàtálá, Èsù les preguntó:
"¿Dónde está el ebo (el sacrificio) que debería acompañar
a este mensaje? ", y los hombres respondieron: "Esta es la
comida de Obàtálá”. Pero Èsù no se movió. Ellos se
extrañaron y dijeron: "Nosotros no entendemos, ya te
entregamos la ofrenda para Obàtálá ", y Èsù les respondió:
"Ustedes me han pedido que haga un gran viaje, y que
lleve un mensaje y un sacrificio, pero ninguno le ha hecho
una ofrenda al más humilde mensajero. Denme mi parte,
entonces iré”.
Este mito originario de la tradición espiritual de Ifá nos
enseña el principio del intercambio, que luego queda
establecido en el odù Ose'Turá.
Baba ha establecido que el ritual del Ebo en la tradición de
Ifá encierra varios pasos, todos comunes a otras
tradiciones, excepto el último, que tiene que ver con la
adivinación. "Cuando un sacrificio es realizado, la
adivinación es requerida para determinar si el ritual tuvo el
efecto deseado. Si la ofrenda es comida o un ave, el
oráculo del obi agbón es suficiente. Si la ofrenda es un
animal de cuatro patas, se requiere del oráculo del Òpèlè o
cadena adivinatoria o el oráculo de las nueces sagradas
(ikin Ifá) para determinar un nuevo signo u odù que nos
permita conocer las consecuencias del sacrificio.
Usualmente, el sacrificio de animales de cuatro patas
ocurre cuando el problema a resolver requiere la asistencia
de una comunidad o colectivo. A menos de que el animal
sacrificado sea para absorber una enfermedad o
negatividad, debe estar destinado a alimentar, a través de
un festín, a dicha comunidad”.

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