Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
3. El pastor, sin prisa pero sin pausa, sin perder el sueño; pero tampoco despreocupándonos sobre el
gran desconocimiento respecto a la paternidad responsable que existe en nuestro Pueblo, debería proseguir en
formar a novios y matrimonios en las virtudes -ellas son las que educan-, pero también, en la difusión de los
métodos naturales, una solución práctica que la Iglesia acepta. ¿Cómo suscitar el hambre entre los feligreses
sobre el conocimiento de los métodos naturales? A aquellos novios y matrimonios que interese ¿cómo
organizar con los monitores de los mismos en los COFs diocesanos al menos un curso sobre la base científica
de los mismos (a nivel parroquial y/o arciprestal)? En algunos cursos de preparación al matrimonio ¿podría
incluirse esta primera charla?
4. Si durante dos mil años se ha insistido que para la licitud de cada acto conyugal ha de estar abierto
a la vida (HV 11; HV 14), ¿cómo podemos insistir en que también debe constituir un gesto -no basta el
contexto- de amor conyugal, al respetar en síntesis el Principio de inseparabilidad del doble significado
unitivo y procreador de cada acto conyugal? Von Balthasar afirmaba que si pudiéramos suprimir los nueve
meses de embarazo, se vería con mayor evidencia que el hijo es fruto del amor conyugal, manifestado en el
consentimiento matrimonial ¿Cómo presentar al hijo, desde el principio mismo del matrimonio, como un
fruto que prolonga y que enriquece cualitativamente al amor conyugal?