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La Filosofia de La Liberacion Latinoamericana en Los 70
La Filosofia de La Liberacion Latinoamericana en Los 70
LA FILOSOFÍA DE LA LIBERACIÓN
N.L. Solís Bello Ortiz, J. Zúñiga, M.S. Galindo y M.A. González Melchor
[399]
400 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
descolonización epistemológica de la filosofía dad de América Latina. Había una actitud am-
misma, desde la periferia mundial, criticando bigua. Por una parte, casi todos los miembros
la pretensión de universalidad del pensamiento de esa generación se sentían parte de la cultu-
moderno europeo y norteamericano situado en ra occidental (miembros de la comunidad
el centro del sistema-mundo. En el momento filosófica criolla de la ciudad letrada), pero,
de su nacimiento, ni sus creadores ni sus críti- por otra parte, reclamaban el derecho a la
cos tuvieron conciencia de este significado autonomía y a la originalidad. Esta genera-
mundial, que cobra más sentido, que nunca al ción hizo posible el surgimiento de la filosofía
inicio del siglo xxi (véase Dussel, E., 2008b). de la liberación.
Quizá la culminación de ese proceso fue la
polémica entre los miembros del grupo mis-
antecedentes mo (que conocían la historia de la filosofía
latinoamericana, no como los que la critica-
La filosofía de la liberación en el caldo de cul- ban ignorándola) sobre la existencia o no de
tivo de la tradición de los estudios historiográ- una filosofía latinoamericana original y autén
ficos de la llamada filosofía latinoamericana. tica. La pregunta la lanzó Augusto Salazar
Puede interpretarse como una corriente que Bondy con su obrita publicada en 1968: ¿Exis
cobra autonomía allá por 1969, por razones te una filosofía de nuestra América? (Salazar
que explicaremos resumidamente. Bondy, A., 1968), a la que L. Zea responde, en
El grupo generacional de 1950-1960 (véase 1969, con La filosofía como filosofía sin más
Beorlegui, C., 2004, El pensamiento filosófico (Zea, L., 1975).2 La polémica es ciertamente el
latinoamericano, pp. 557 ss.)1 comenzó a estu- antecedente inmediato filosófico latinoameri-
diar la historia del continente y a los filósofos cano del origen de la filosofía de la liberación.
latinoamericanos una vez terminada la segun Cabe destacar que L. Zea muestra con razón
da guerra mundial. Leopoldo Zea, en México; que los filósofos que pensaron en América La-
Arturo Ardao, en Uruguay; Francisco Romero, tina eran —inevitablemente en tanto que pen-
en Argentina, etc. —tema tratado en la contri- saban lo propio— filósofos auténticos y origi-
bución anterior de D. Ramaglia—, presenta- nales. Sin embargo, lo hacían con un cierto
ron la primera visión de la historia de la filo- estilo colonial, en el sentido de que se inspira-
sofía por países, y comenzaron a efectuar una ban y usaban a los filósofos europeos o norte-
interpretación de conjunto, lo que supuso americanos como la autoridad que justificaba
aglutinar la inmensa obra realizada por la fi- sus conclusiones. Salazar Bondy, en cambio,
losofía de numerosísimos autores, desconoci- se situaba desde el contexto sociopolítico y
da antes en su significación latinoamericana. económico de la cultura latinoamericana. En
Todo esto culminó en la necesidad de hacer la medida en que fuéramos coloniales o depen
un balance, al final de la década de los sesen- dientes desde un punto de vista cultural, eco-
ta, del logro alcanzado en veinte años de tra- nómico y político, lo seríamos igualmente en
bajo. Se imponía hacer la interpretación del el nivel epistemológico, y por ello no podía-
material encontrado y expuesto y, acto segui- mos pensar auténticamente, porque la reali-
do, la exigencia de descubrir un sentido. De dad misma pensada no era genuina en tanto
todas maneras se hacía evidente que el carác- que estaba negativamente determinada como
ter general de la filosofía latinoamericana des dominada. Pero, además, tampoco había al-
de la invasión europea de 1492 tuvo siempre canzado una independencia filosófica suficien-
una fisonomía colonial, aunque inevitable- te para pensar no como comentaristas o como
mente con un rostro propio. Filósofos autóc- los que aplicaban filosofías del centro en la pe-
tonos aplicaban lo aprendido en el centro me- riferia, sino como quienes comenzaban a pen-
tropolitano (Europa y después Estados Unidos) sar metódicamente y de manera autónoma
a las situaciones correspondientes de la reali- desde su propia realidad sociohistórica.
1
Remitimos a la excelente descripción de todo este 2
Véanse sobre la polémica los dos artículos de E. Dus-
tema en la obra nombrada, pp. 557-895, para un estudio sel: “El proyecto de una filosofía de la historia latinoame-
más detallado donde se trata esta generación, la de la ricana” —sobre la posición de L. Zea respecto a A. Sala-
filosofía de la liberación, y de sus posteriores derivacio- zar Bondy—, y “Augusto Salazar Bondy y el origen de la
nes y debates. filosofía de la liberación” (Dussel, E., 2007c, pp. 56-79).
la filosofía de la liberación 401
sotros lanzábamos palabras: ¡Partenón! ¡Frater po generacional tenían por motivación el mu-
nidad!, y en alguna parte, en África, en Asia, tuo conocimiento de los participantes y el
otros labios se abrían: ¡…tenón! ¡… nidad! Era la debate filosófico, y se realizaron en el poblado
Edad de Oro.6 de Santa Rosa de Calamuchita de las sierras
cordobesas. En la I Semana Académica de la
Otro antecedente consistía en el boom de la Universidad del Salvador (Buenos Aires, agos-
literatura latinoamericana, cuyo espíritu ge- to de 1970, que trató el “pensamiento argenti-
neral lo animaba de crítica al colonialismo no” en clave crítica, latinoamericana y antieuro
europeo o norteamericano, y la afirmación de céntrica), se comenzó a bosquejar la agenda.
lo latinoamericano como retorno a los oríge- Todos estos acontecimientos se vieron acre-
nes. Era el caso de Alejo Carpentier, con sus centados por la repercusión que tuvo el I Con-
Pasos perdidos, pero sobre todo Gabriel Gar- greso Nacional Argentino de Filosofía (marzo
cía Márquez, con el éxodo de una comunidad de 1971) donde se presentaron ponencias de
arrinconada ante el poder petrolero extranje- los miembros del grupo original. Entre ellas,
ro de Cien años de soledad. se expuso:
En el horizonte mundial, la cultura de Amé-
rica Latina estaba dando muestras de su crea- ¿Es posible una filosofía auténtica en nuestro
tividad: la teoría de la dependencia, que trans- continente subdesarrollado y oprimido aun cul-
formaba las bases de muchas interpretaciones tural y filosóficamente? Es posible sólo con una
económicas y sociológicas del desarrollo; la condición: que, desde la autoconciencia de su
teología de la liberación, que significaba la re alienación, opresión, sabiéndose entonces estar
interpretación del cristianismo desde la praxis sufriendo en la propia frustración la dialéctica de
popular y en diálogo con el marxismo, seme- la dominación, piense dicha opresión; vaya pen-
jante a la acuñada por la reforma protestante sando junto, desde dentro de la praxis liberadora
del siglo xvi; la creatividad literaria sin igual. una filosofía ella misma también liberadora.7
En realidad, lo que se estaba dando, exacta-
mente, era el complimiento de la condición En la II Semana Académica (agosto de
que exigía Salazar Bondy para que hubiera 1971) se trató ya explícitamente, como temáti-
una filosofía latinoamericana auténtica: que ca general, la “liberación latinoamericana”,8
el pueblo, que la cultura, que América Latina donde J.C. Scannone expuso tres tipos de pro-
dejara de ser dependiente, dominada, y ante yectos socioeconómicos (el liberal, el desarro-
todo, por su propia actitud intersubjetiva ante llista de eficientismo tecnocrático, y el de la
la existencia. Un pueblo comenzaba a ponerse mera subversión, que invierte los términos sin
de pie: una filosofía latinoamericana crítica transformaciones ontológicas) que debían ser
era posible. superados por nuevas “líneas ontológicas de
la mediación liberadora” (Scannone, J.C., 1972,
p. 119), concluyendo que “recién por la praxis
etapa originaria de la filosofía liberadora irá surgiendo del pueblo mismo la
de la liberación (1969-1973) tinoamericano el auténtico proyecto nacional
que dé cabida a su novedad”.
El origen formal debe fijarse a finales de la dé- Hugo Assmann insistió en la necesidad de
cada de los sesenta, en 1969 más exactamente, clarificar el lenguaje de liberación, para li-
cuando surgió la idea de desarrollar una filo- brarlo, dentro de un análisis marxista renova-
sofía con las mismas preguntas metodológi- do, de cargas ideológicas que se mezclaban en
cas desde las cuales se desarrolló la teoría de sus narrativas.
la dependencia. Esto produjo con el tiempo
que un grupo de jóvenes filósofos de diversas
universidades argentinas, articulados en los 7
Dussel, E., 1994, “Metafísica del sujeto y libera-
movimientos populares y teniendo igualmen- ción”, p. 319 (ponencia presentada en el I Congreso y
te experiencia de lo que acontecía en otros publicada en Temas de filosofía contemporánea, Su
damericana, Buenos Aires, 1971, pp. 27-32).
países latinoamericanos, se reunieran perió- 8
Véase Stromata (Buenos Aires) (1972), año xxviii,
dicamente. Sus encuentros en calidad de gru núms. 1 y 2, con ponencias de H. Borrat, E. Dussel, J.C.
Scannone, H. Assmann, y un interesante debate final
Fanon, F., 1961, p. 7.
6
(pp. 181-193).
la filosofía de la liberación 403
Enrique Dussel presentó en “Para una camente opresor […] En América Latina, y muy
fundamentación dialéctica de la liberación pronto en África y en Asia, la única filosofía posi-
latinoamericana” el proyecto que venía desa- ble será la que se lanza a la tarea destructiva de
rrollando y que le ocupará al menos hasta la filosofía que los ocultaba como oprimidos, y,
1977. Desde una crítica a la modernidad co luego, al trabajo constructivo, desde una praxis
mo crítica a la ontología (desde Aristóteles, de liberación, del esclarecimiento de categorías
hasta Hegel o Heidegger), se plantea el pro- reales que permitirán al pueblo de los pobres y
blema de la alteridad (en clave levinasiana marginados acceder a la humanidad de un siste-
modificada), y desde allí toda la temática de ma futuro de mayor justicia internacional, na-
la liberación erótica o de género (varón-mu- cional, interpersonal (idem).
jer), pedagógica (padres-hijos, estado-cultura
popular), política (desde el pueblo, pero anti- Esta temprana obra merecería un comen-
populista) y antifetichista (que es una antici- tario más amplio que superaría el espacio de
pación de los cinco tomos de Para una ética esta corta contribución, pero sería útil porque
de la liberación latinoamericana,9 incluyendo los diversos participantes de los encuentros
la Filosofía de la liberación escrita en 1976, ya abren ya pistas que son todavía vigentes al co-
en México). mienzo del siglo xxi, manifestando una gran
Es interesante indicar que en el debate Ma- madurez en la reflexión conjunta.
rio Casalla explicó “que a los pensadores de O. Ardiles expone “Bases para una des
frontera, entre los cuales se encuentra Marx, trucción de la historia de la filosofía en Améri-
no se les podría involucrar sin más en la lógica ca indoibérica” (ibid., pp. 7 ss.), donde, desde
de la totalidad” (Stromata, 1972, 1/2, p. 96). un punto de partida indígena contra la visión
Mientras tanto en El Escorial, ante más de hegeliana de la historia universal, se refiere a
400 profesores europeos, se había presentado “la estructura de la conciencia colonizada”
el pensamiento de liberación latinoamerica- por la modernidad europea, articulando la
no, con la presencia, nuevamente, entre otros, reflexión filosófica estricta (aprendida en sus
de H. Assmann, J.C. Scannone y E. Dussel. La estudios en Alemania), con hechos de la histo-
temática había cruzado el Atlántico. ria y de la filosofía latinoamericana y su litera-
Por otra parte, las semanas académicas ar- tura (citando entre otros a E. Galeano). Es ya
gentinas irán creciendo hasta hacerse multi- una narrativa filosófica en claro dominio epis-
tudinarias. Fruto de ellas fue el primer libro temológico descolonizador —introdujo en el
de conjunto.10 Dicha publicación contenía en grupo la necesidad de estudiar la Escuela de
la portada, como fondo, un texto de la página Frankfurt.
A manera de manifiesto, que era la primera de- El texto de H. Assmann (que acaba de mo-
claración de principios del movimiento (re- rir en Brasil en 2008), de manera aún más so-
dactado eventualmente por E. Dussel), donde bresaliente, muestra el estatuto ideológico de
se expresaba entre otros aspectos: la filosofía latinoamericana tradicional y su
pretensión de apoliticidad (ibid., pp. 27 ss.), y
Un nuevo estilo de pensar filosófico ha nacido en escribe sobre “la tarea de la descolonización
América Latina. No se trata ya de un pensar que de nuestra cultura”:
parte del ego, del yo conquisto, yo pienso o el yo
como voluntad de poder europeo imperial (te- En la perspectiva de una filosofía que se quiere
niéndose en cuenta que Estados Unidos y Rusia latinoamericana, esto significa que la originali-
son las dos prolongaciones del hombre moderno dad de los temas latinoamericanos —sea para la
europeo) […] La filosofía de la liberación preten- filosofía […] sea para cualquier tarea cultural—
de pensar desde la exterioridad del otro, del más sólo tiene condiciones de brotar, como actualiza-
allá del sistema machista imperante, del sistema ción práctica de lo originariamente nuestro, allí
pedagógicamente dominador, del sistema políti- donde es asumida, en términos políticos, por
nuestra lucha de liberación (ibid., p. 29).
9
En noviembre de 1972, en un ciclo de conferencias
Assmann insistirá, como ninguno, en que
en Viedma (Patagonia), expondrá el mismo proyecto
más ampliado (Dussel, E., 1977b).
la filosofía surge de una praxis política concre-
10
Hacia una filosofía de la liberación latinoamericana ta o no puede ser filosofía de la liberación —en
(Ardiles, O. y otros, 1973). visión renovadamente marxista.
404 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
Mario Casalla, en “Filosofía y cultura na- zas dominantes que nos oprimen desde el cen-
cional en la situación latinoamericana con- tro” (p. 115). Se trata entonces de introducir
temporánea” (ibid., pp. 38 ss.), partiendo de en la dialéctica una radical alteridad para ges-
una cita de Carlos Astrada, hace una crítica a tionar el proceso con autoconciencia de no
la filosofía academicista y liberal, que tiene simplemente continuar en el proceso de la ra-
por proyecto una articulación con el pueblo. zón europea. De Zan devendrá un especialista
Escribe que “cuando una comunidad produce crítico de Hegel.
su agrupamiento sobre bases multitudinarias Enrique Dussel expone “El método ana
que recogen una ancestral memoria común y léctico y la filosofía latinoamericana” (ibid.,
el anhelo de un destino también común, nos pp. 118 ss.), continuando de alguna manera lo
hallamos en presencia de un Pueblo […] ele- indicado por De Zan. Partiendo de la crítica
mentos que, organizados comunitariamente, de Schelling, Feuerbach, Kierkegaard y Marx
dan forma a una Nación” (ibid., p. 47). Con a Hegel desde 1841 (tema que había sido obje-
referencias a Heidegger (y, sin saberlo quizá, a to de dos seminarios en Mendoza), y teniendo
C. Schmitt), nuestro autor identifica pueblo y ya en cuenta a E. Levinas, introduce en el pro-
nación (con mayúscula y cursiva en el ori ceso dialéctico una afirmación originaria, an-
ginal). Esto abrirá una corriente dentro de la terior a la negación primera: el que el esclavo
filosofía de la liberación (véase Casalla, M., niegue su esclavitud (la negación de la nega-
1973).11 ción) es consecuencia de afirmar antes el que-
Horacio Cerutti colabora con una investi- rer ser libre. Esa afirmación, sugerida por P.
gación sobre la utopía, muy trabajada y con Ricoeur, es el “momento analéctico” del pro
exhaustiva bibliografía, aunque no es una ceso dialéctico, metódicamente esencial para
contribución explícitamente de filosofía de la una filosofía de la liberación, más allá de He-
liberación. gel y Heidegger.
Carlos Cullen afirma que “el pueblo descu- Aníbal Fornari se ocupa de la educación
bre que es Nación. Ésta nos parece la afirma- liberadora como condición de la filosofía lati-
ción básica que se desprende históricamente noamericana:
de la lucha de liberación de los pueblos” (ibid.,
p. 100), inspirándose en Heidegger y critican- Mientras por la praxis política revolucionaria no
do al Hegel de la Fenomenología del espíritu. se cambie la infraestructura socioeconómica,
Por otra parte, como “el dominador está den- las condiciones teóricas y su respectiva imple-
tro de la nación como inteligencia nacional mentación pedagógica, son generalmente formas
del estado liberal” (p. 102), el pueblo escinde de conciencia que actúan como ideología (ibid.,
la comunidad en su lucha por devenir nación p. 138).
liberada del estado liberal y del imperio de
turno (véanse pp. 102-103). Se trata de pensar el pasaje “de la libera-
Julio de Zan, en su “Dialéctica en el centro ción política a la educación” (p. 141), para
y en la periferia” (ibid., pp. 105 ss.) y desde la después pasar “de la educación a la filosofía”
problemática de la dialéctica del señor y el es- (p. 145), para terminar en “la filosofía de la li-
clavo, en debate con L. Althusser, indica que beración” (p. 152). Es la incorporación de P.
“la dialéctica del centro no resulta utilizable Freire y G. Lukács, pasando por Ricoeur, a la
en la periferia […] Nuestra crítica descubre, filosofía de la liberación. Su estadía de un se-
desde el polo de la dependencia, una radical mestre en Mendoza le permitía usar textos
inversión del sentido de esa dialéctica” (p. 107). inéditos del movimiento.
“La pretendida ley dialéctica inmanente, de- Daniel E. Guillot, profesor de filosofía con-
terminada por el propio contenido del proce- temporánea en la unc de Mendoza y que des-
so, funciona en la periferia como el elemento pués será expulsado por los grupos de dere-
ideológico encubridor de las concretas fuer- cha de su universidad, reflexiona sobre “La
mala conciencia del filósofo latinoamerica-
no”. La filosofía académica imitativa latino
11
Esta obrita, Razón y liberación, que contiene ponen-
americana es “la paz en la conciencia” aliena-
cias presentadas en el II Congreso Nacional de 1971, y
entregada en 1972 a la editorial Siglo XXI, es una buena da (ibid., p. 165), el punto de partida. La mera
muestra (en su temática y bibliografía) de una corriente negatividad de la mala conciencia hegeliana no
de la filosofía de la liberación en esa fase inicial. es suficiente. Se trata de la mala conciencia
la filosofía de la liberación 405
que crea el descubrimiento de Salazar Bondy irrupción de lo nuevo” (p. 230). Roig mani
de que la filosofía latinoamericana por imita- fiesta así, en el movimiento, la necesidad de
tiva es discontinua (porque sigue las modas explicitar las diversas corrientes —aunque en
europeas y no su lógica interna), sinóptica 1978, en un seminario de los exiliados en Mé
(porque la moda es nueva pero no propia) y xico, declarará honestamente que no podía
tardía (porque debe llegar a América Latina la seguir siendo parte del grupo de los filósofos
traducción del producto novedoso europeo ya de la liberación.12
cumplido). Pero esta mera negatividad (la con- Juan Carlos Scannone, fundador con E.
ciencia de no ser auténticos) se torna crítica Dussel de las Semanas Académicas de la Uni-
cuando toma conciencia de las causas que la versidad del Salvador (Buenos Aires) y es
producen. Hasta aquí Salazar Bondy. Pero pecialista dentro del grupo filosofía de la re
hay que dar ahora un paso nuevo hacia “la po ligión, trata la cuestión de “Trascendencia,
sitividad de la filosofía latinoamericana”, un praxis liberadora y lenguaje”. En esta etapa
más allá de un “aún no” donde al filosofía “es originaria, y simultáneamente a los aconteci-
una actitud de servicio […] con el que sufre” mientos indicados, él fue quien informó al
(p. 170). Guillot es un miembro brillante de la grupo del libro de E. Levinas (Levinas, 1961).
filosofía de la liberación originaria, cuya voca- Lo cierto es que plantea la cuestión del ateís-
ción filosófica fue truncada por la dictadura mo, en diálogo con Marx, afirmando desde
militar argentina. Levinas (y con Blondel, tema de sus tesis en
Antonio E. Kinen expone el tema “Meta Innsbruck) que la negación de la negación del
física e ideología” (ibid., pp. 172 ss.), con bi- hombre supone el ateísmo del ídolo, mientras
bliografía de la Escuela de Frankfurt (Adorno, que la afirmación del “rostro del pobre” es ya
Marcuse y Marx mismo frecuentemente). un salto a la afirmación posmoderna:13
Rodolfo Kusch, con su tema “La lógica de
la negación para comprender América” (ibid., Notemos de paso que, al caracterizar nuestra co-
pp. 178 ss.), intenta encontrar sendas para ex- yuntura en forma relativa como un post y como
presar filosóficamente sus experiencias antro- una ruptura, estamos confesando que ya estamos
pológicas en el Norte argentino y en Bolivia en en camino hacia la liberación y hacia los tiempos
regiones aymaras, desde una tesis hoy com- nuevos, pero que todavía ellos no tienen propia-
pletamente comprensible: “De nada vale susti- mente nombre (ibid., p. 259).
tuir el arado de madera por el de hierro [a los
aymaras] o imponerles violentamente la eco- Se trata de una “filosofía de la religión ac-
nomía del dinero occidental, si no se ha respe- tual y latinoamericana […] que debe pasar
tado la evolución propia del ethnos, su volun- por el triple giro, ruptura […] que la abre a la
tad de ser” (ibid., p. 186). Kusch avanzaba en abismal radicalidad de la historia, de la praxis
decenios en el camino de una filosofía de la y del pueblo (ibid., p. 269).
liberación que intentara partir del “estar-en- El libro se cierra con unos “Puntos de refe-
el-mundo” indígena, desde su “voluntad de rencia de una generación filosófica”, en donde
vivir” (p. 184). Es verdad que sus “tanteos” ca- se expresan las tres coincidencias básicas del
tegoriales eran ambiguos, pero la hipótesis de grupo: “La primera […] querer hacer filosofía
trabajo tiene más actualidad hoy, al comienzo latinoamericana […] La segunda […] que se
del siglo xxi, que cuando Kusch la expuso en
1973.
La contribución de Arturo Roig, “Bases
12
En un número de Nuestra América dedicado a la
filosofía de la liberación, con plumas tales como las de
metodológicas para el tratamiento de las ideo-
A. Villegas, M.L. Rivara de Tuesta, E. Montiel, Ofelia
logías” (ibid., pp. 217 ss.) analiza el desarrollo Schutte, G. Sauerwald, escribió: “Nuestra posición per-
del “discurso político” en relación con el “dis- sonal fue la de apoyo al movimiento, pero desde fuera
curso filosófico” en América Latina, mostran- de él” (Roig, A., 1984b, p. 59).
do que “todo oprimido se siente en cuanto tal, 13
Scannone se refiere constantemente a la situación
por naturaleza, fuera del sistema [… por ello] posmoderna, pero en el sentido nuevo de la filosofía de
la liberación, que será hoy, en el comienzo del siglo xxi,
las ideologías de los oprimidos y las filosofías
denominada de manera distinta: “transmoderna” (para
de la liberación [en plural por primera vez] se no confundirla con el movimiento posmoderno euro-
ocupan por eso mismo del futuro, entienden peo, que no ha dejado de ser moderno, ni metropolitano
la historia como un proceso permanente de ni eurocéntrico).
406 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
Con posterioridad a la IV Semana Académica Salazar Bondy (véase Beorlegui, C., 2004,
se realizó un Simposio de la Filosofía Latinoa- pp. 635 ss.) venía transitando por una senda
mericana (en agosto de 1973), con la presencia paralela a la filosofía de la liberación desde
de L. Zea., A. Salazar Bondy, F. Schwartzmann hacía años. En su libro Entre Escila y Caribdis
(de Chile), además de otros notorios filósofos (Salazar Bondy, A., 1985), que reúne trabajos
desde 1957 hasta enero de 1973, puede verse
la evolución de su filosofía en la línea de un
14
Véase Stromata (1974), año xxx, núms. 1 y 2, con compromiso político creciente de crítica de la
textos de J. Llach, B. Meliá, E. Dussel, etcétera. negatividad, la injusticia, y la explotación de
15
Ibid., pp. 123 ss. Esta discusión sobre la ciencia y
la masa indígena, campesina y obrera de Pe
cientificismo, sobre la posibilidad de creación de cultu-
ra si el pueblo todavía no se ha liberado, y otros temas, rú. Mientras tanto los filósofos en el mundo
debería todavía estudiarse con cuidado, porque ya su- académico, que había ganado en precisión y
pone una actitud positiva ante las diferentes culturas, profesionalidad (según los criterios europeos),
como punto de partida de la filosofía, pero consideran- “se despreocupaban de los temas político-so-
do siempre la determinación negativa inevitable de las ciales como motivo de reflexión filosófica”
culturas coloniales, dominadas (a veces aspecto olvida-
(ibid., p. 58). Hablando de Perú exclama:
do en la filosofía intercultural). L. Zea viajó a San Juan
(tierra de Sarmiento) para realizar un acto de desagra-
vio al gran pedagogo del siglo xix —aunque posterior- Nuestro pensamiento filosófico, mimético y re-
mente cambió su posición. ceptivo, débil y divorciado de la realidad, no es
la filosofía de la liberación 407
un producto genuino y vigoroso, sino una forma tura de dominación) y Bartolomé de Las Casas
defectiva del pensar universal (ibid., p. 64). (un teólogo de la liberación) (ibid., pp. 191-
264), no se deja todavía ver el discurso de un
En enero de 1973, contestando unas pre- filósofo de la liberación. Las causas negativas
guntas sobre la revolución cubana, indicaba: estructurales deben ser conocidas, pero, para
“Cuando ya el imperalismo se bate en retirada transformar la realidad Salazar Bondy pro
y los pueblos marchan en sentido de su plena pone sólo una revolución cultural-pedagógi-
liberación, Edward Kennedy se da cuenta de ca —nombrando a P. Freire—; es decir, entien-
que no se puede navegar contra la corriente de que no es suficiente una mera antropología
de la historia” (ibid., p. 150). No es extraño en negativa. El grupo originario argentino había
tonces que en su exposición en la IV Semana, ya desarrollado una ética, porque es el momen-
titulada “Filosofía de la dominación y filosofía to en que la filosofía redefine la praxis como
de la liberación”, interviniera por primera vez creadora, transformadora, que de todas mane-
explícitamente en el debate abierto por la filo- ras partía de la política, entendida esta última
sofía de la liberación, movimiento que tenía en como “la filosofía primera”.
ese momento casi cuatro años de desarrollo, y De la misma manera, Leopoldo Zea inter-
observara: vino en el Simposio de la Filosofía Latinoame-
ricana (posterior a la IV Semana Académica;
No voy a usar la palabra pueblo para no confun- véase Beorlegui, C., 2004, pp. 602 ss.), con una
dir […] Para poder salir de la situación [negativa ponencia titulada “La filosofía latinoamerica-
de subdesarrollo] […] pienso que puede hacer[se] na como filosofía de la liberación” (Zea, L.,
en tres dimensiones. Primeramente, permitir 1974, pp. 32-47). Era su primera intervención
[…] una crítica que implica el tratar de lograr la en el tema de la filosofía de la liberación. Las
máxima conciencia […] son los instrumentos de tesis de fondo que se dejan ver en su medita-
la epistemología, de la situación crítica histórico- ción son las siguientes: 1] Es necesaria una
social […] Segundo, una dimensión de replanteo filosofía de la liberación, pero esto aconteció
de los problemas […] Y, en tercer lugar, consis siempre porque lo mejor de nuestra filosofía
tiría en ir hacia la reconstrucción de un pensa- desde las guerras de la emancipación fueron
miento filosófico que fuera resultante de la críti- filosofías que pensaron procesos de liberación
ca (ibid., pp. 154, 156-157). (éste sería el momento asuntivo de las filoso-
fías latinoamericanas del pasado en la del pre-
El tercer momento no es ya una interpreta sente). Es decir, la filosofía de la liberación no
ción negativa (crítica) sino una construcción es una novedad; 2] No se puede esperar a que
de teoría para la transformación de la reali- nuestra cultura se libere para después comen-
dad. Sólo el tercer momento es filosofía de la zar el proceso de pensar filosóficamente la li-
liberación. Salazar Bondy creía que todavía beración (objeción a la posición de Salazar
había que dar más tiempo a los dos primeros Bondy); 3] La filosofía de la liberación que
momentos; por ello el proyecto inmediato que debe colaborar en la toma de conciencia de la
se propuso fue todavía una antropología de la necesidad de la liberación deberá pugnar por
dominación (libro que escribió hasta con sus la liberación “del hombre”, del “hombre sin
últimas fuerzas en su prematura y muy senti- más”, universal, es decir:
da muerte en plena juventud intelectual en
1975). El tercer momento no era su preocupa- Salazar Bondy, Dussel y Fanon y quienes como
ción principal en ese tiempo, aunque no por ellos pugnan por una filosofía de la liberación,
ello dejaba de indicar que por “esto me parece hablan del hombre nuevo y de la nueva filosofía
muy interesante lo que está haciendo gente co de este hombre […] Pero ¿hablamos los no euro-
mo Dussel, que están tratando justamente de peos del mismo hombre nuevo? Pienso que unos
un replanteamiento de la problemática tradi- y otros hablamos, pura y simplemente, del hom-
cional [fenomenológica existencial e históri- bre […] Y en este sentido toda la filosofía […] ha
ca] con nueva óptica” (ibid., p. 157). sido una filosofía de la liberación (Zea, L., 1974,
En el magnífico diálogo entre el cacique p. 42).
Hatuey de la Española (¿el mismo Augusto
Salazar B., un tanto escéptico ante la domina- Como puede observarse, y en referencia
ción imperante?), Diego de Velázquez (la cul- crítica ante el grupo originario de la filosofía
408 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
17
El panfleto puesto junto a la bomba estaba firmado
16
Es interesante que Salazar Bondy, como J. Martí y por un “Comando Rucci”, nombre del dirigente metalúr-
muchos otros (y con ellos los filósofos de la liberación), gico asesinado por los Montoneros (véase el contexto de
juzgue la “primera emancipación” (de 1810, por dar una estos hechos en Dussel, 2007, párr. 11.3, pp. 477 ss.), que
fecha de conjunto) como un fracaso, y nos proponga después colaborarán con la dictadura militar desde 1976.
una “segunda emancipación”: “¿Por qué se perdió la in- La clase de filosofía dictada el mismo día de la bomba se
dependencia? Ella es el punto de partida del pensamien- encuentra en Dussel, E., 1977e, “La función práctico-po-
to y la obra de la segunda independencia” (Salazar Bon- lítica de la filosofía”, pp. 139-149, donde se comenta, apli-
dy, A., 1985, p. 51). cada al caso, la Apología de Sócrates de Platón.
la filosofía de la liberación 409
Sin embargo, en medio de una lucha polí- tín; otros a México, como es el caso de O. Ardi-
tica sin igual, se publicaron gran cantidad de les, Alberto Parisí y E. Dussel, o a Canadá (Car-
obras del movimiento, entre ellas la quinta los Bazán), Ecuador (Horacio Cerutti y Arturo
entrega de la revista Mundo Nuevo (1974), Roig), Brasil (Aníbal Fornari) y a otros muchos
que tuvo por tema “El problema de la consti- países. Bajo la dictadura instaurada en marzo
tución de una filosofía latinoamericana”, con de 1976, los “exiliados del interior” debieron
trabajos de los filósofos como O. Ardiles, Hu guardar silencio hasta 1983, al menos en Ar-
go Assmann, M. Casalla, H. Cerutti, C. Cullen, gentina. Esto llevó a algunos hasta a hablar de
J. de Zan, E. Dussel, A. Fornari, E. Guillot, un nuevo punto de partida de la filosofía latino
Kusch, A. Roig y J.C. Scannone. americana.19
Poco después se produjo El exilio de la ra
zón, así podría llamarse la etapa posterior ex-
presada en un libro trágico de Osvaldo Ardiles. crecimiento del movimiento
En efecto, el ambiente, como ante una tormen-
ta tropical, iba ennegreciendo el horizonte po- El exilio dio la oportunidad de la expansión
lítico argentino. Desde mediados de 1975 co- latinoamericana del movimiento. Se orga
mienza el exilio de los filósofos de la liberación nizó el I Coloquio Nacional de Filosofía en la
debido al aumento de la represión bajo el go- ciudad de Morelia (México), en agosto de
bierno del peronismo de derecha, que pre 1975. Hubo ponencias y discusiones en torno
sionaba a las universidades para eliminar a la a la filosofía de la liberación, en especial en el
“izquierda”.18 Se originó así la expulsión de la panel sobre filosofía latinoamericana, con la
mayoría de los filósofos de la liberación de sus presencia de los que firmarán la llamada “De-
departamentos de filosofía (quizás el primer claración de Morelia”: E. Dussel, A. Villegas,
proceso de tal envergadura en toda la historia A. Roig, L. Zea y F. Miró Quesada. El grupo
de la filosofía continental) que partieron al exi- declaró que “la realidad de la dependencia ha
lio “interior” (sufriendo la persecución dentro sido asumida en el continente latinoamerica-
del país) o “exterior” (como en el caso de la Es- no por un vasto grupo de intelectuales que
cuela de Frankfurt desde 1933 bajo el nazis- han intentado o intentan dar una respuesta
mo). Hubo ejemplos de secuestro, de tortura y filosófica, precisamente, como filosofía de la
hasta de asesinato (como en el caso del filósofo liberación”.20
mendocino Mauricio A. López). Se manifesta- Se realizaron de inmediato muchos eventos
ba en los hechos el sentido de la nueva filosofía. relacionados con el tema. En la Universidad
Unos partieron a Venezuela, como Víctor Mar- Autónoma de Toluca se organizó un Simposio
sobre Filosofía de la Liberación en 1976, con
la presencia de Osvaldo Ardiles, Alberto Pari-
18
Esto no se opuso al hecho de que apareciera to sí y Enrique Dussel. Posteriormente, en la
davía un tomo, Cultura popular y filosofía de la libe Universidad Autónoma de Puebla, se dictaron
ración (F. García Cambeiro, Buenos Aires, 1975) con ciclos de conferencias, lo mismo que semina-
artículos de todo el grupo originario. El tema permite
rios en la Universidad de Chihuahua. En 1978,
considerar la posición de cada miembro del movi
miento: O. Ardiles muestra gran influencia de Ricoeur el I Congreso de Profesores de Filosofía de
y Zubiri (pp. 9-32); M. Casalla opone “clase” a “pueblo” Centroamérica, en Tegucigalpa, giró sobre la
(pp. 33-71); J. de Zan (“Para una filosofía de la cultura filosofía de la liberación. Allí se organizó la
y una filosofía política nacional”, escribe un largo ar Asociación de Filosofía de la Liberación, que
tículo que bien vale un libro, donde expone temas de dos años después se transformó en Asociación
cultura popular en la línea de la filosofía de la libe
ración plenamente asumida; pp. 87-139); E. Dussel an-
ticipa cuestiones que tratará en la “Pedagógica latinoa-
mericana” (pp. 141-180); cierran el tomo trabajos de 19
Véase la obra de J.C. Scannone, 1990, con respues-
A.E. Kinen, de R. Kusch y de A. Parisí (“Pueblo, cultura ta de E. Dussel, en 1998, pp. 415 ss. El “nuevo punto de
y situación de clase”, en el que el autor manifiesta una partida” consistía en tomar a la comunidad (el pueblo),
profunda asunción de categorías althusserianas de ma- y no al sujeto singular más en serio; y, en segundo lugar,
nera crítica, sobre la “situación de clase”, “pueblo” y partir de la cultura ya dada, popular y desde su narrati-
“filosofía de la liberación”; la crítica posterior de H. va simbólica positiva. El peligro se presentaba en no
Cerutti no toma en cuenta este tipo de contribuciones considerar seriamente las determinaciones (y domina-
esclarecedoras; pp. 221-239); remata el volumen un ar- ción) económica y política.
tículo de J.C. Scannone. 20
Véase en Roig, A.A., 1981, pp. 95-101.
410 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
de Filosofía y Liberación (afyl).21 Poco a poco creativa cultura popular; la aniquilación del entu-
surgió un buen equipo en Bogotá, en la usta, siasmo y el deseo de vivir de la juventud; la impo-
que cada dos años, desde 1980, convocó a Con- sibilidad de las mujeres de superar el machismo
gresos Internacionales de Filosofía Latinoame- ancestral y la dificultad de hacer crecer un femi-
ricana, concentrándose especialmente en filo- nismo liberador propio del tercer mundo: la indi-
sofía de la liberación, que de cierta manera ferencia ante el sufrimiento ya centenario de los
era la continuación de las semanas académi- agrolatinoamericanos […] la sobreexplotación de
cas de la década de los setenta en Buenos Aires. la clase obrera para compensar la pérdida del
En el I Congreso participaron J.C. Scannone, plusvalor del capital subdesarrollado y periférico
E. Dussel, L. Zea, Hugo Assmann y nuevamen- […] Afirmamos que la filosofía, sin abandonar la
te se reunieron más de setecientos participan- universalidad, debe rechazar los discursos que
tes. La Editorial Nueva América difundió ma- ocultan la realidad sufriente de las mayorías, para
teriales del movimiento. asumir una actitud comprometida ante la domi-
En el IX Congreso Interamericano de Ca- nación a favor de la liberación.22
racas se hizo presente la filosofía de la libe
ración con la ponencia de Víctor Martín, y en En estos talleres de filosofía de la libera-
el X de Tallahassee (Florida) inició la afyl su ción participaron, además, Christine Morko-
participación ininterrumpida, con muy asisti- vsky (Texas), A. Kroehling (Brasil), O. Schutte
dos paneles, incluyendo los congresos de Pue- (Florida), E. Guisberg (Argentina), etc. Estos
bla, Bogotá y Lima. talleres fueron anticipados por un Foro de la
Hubo una III Declaración sobre la filosofía Filosofía de la Liberación en mayo del 1985,
de la liberación, firmada nuevamente por A. también en Guadalajara, que se reunió duran-
Villegas, E. Dussel, L. Zea, F. Miró Quesada, te tres días de intensos trabajos, organizado
P. Guadarrama, E. Montiel, C. Ulloa, R. Her- por Conrado Ulloa Cárdenas. Reuniones, se-
nández Oramas, y más de 150 filósofos parti- minarios, conferencias sobre filosofía de la li-
cipantes en el XI Congreso Interamericano de beración se dieron en Quito, Maracaibo, La
Guadalajara de 1985. En ella se declaraba: Paz, Medellín, San Salvador.
En 1986 se organiza un panel sobre el tema
Como se hizo en la Declaración de Morelia, nueva- en el Congreso de lasa (Latin American Stu-
mente reflexionamos sobre la situación latinoa- dies Association) de Boston. Igualmente en los
mericana […] Durante diez años América Latina sucesivos congresos.
en varios países sigue viviendo una trágica expe- En los congresos mundiales de la fisp (Fe-
riencia de dictaduras […] Una Nicaragua obliga- deración Internacional de las Sociedades de
da a perder en una guerra injusta los bienes que Filosofía con sede en Friburgo), desde su edi-
con tanto trabajo produce su pueblo liberado […] ción de Montreal (1983), se organizaron pane-
Por todo esto, una filosofía que piensa desde una les sobre filosofía de la liberación conjunta-
praxis de liberación se hace más necesaria que mente con el Radical Philosophy Group bajo
nunca ante la creciente explotación económica la coordinación de Frank Cunningham. La
de nuestros países […] la penetración cultural afyl fue aceptada posteriormente como miem-
por medio de todos los instrumentos de comuni- bro permanente de la fisp, y continuó ya como
cación, que tienden a ahogar definitivamente la participante oficial organizando exitosos pa-
neles en los congresos de Brighton (1998),
Moscú (1993), Boston (1998) (con la coordi-
21
La coordinación general estuvo a cargo posterior- nación de filósofos africanos bajo la dirección
mente —en Bogotá— de Francisco Beltrán (Colombia);
de Odera Oruka, con quien se realizaron en
después pasará a la coordinación de una comisión for-
mada por E. Dussel (México), R. Fornet-Betancourt (Ale- dos oportunidades encuentros en la Universi-
mania) y E. Mendieta (Estados Unidos). Los coordina dad de Nairobi), Estambul (2003) y Corea del
dores regionales fueron al comienzo D. Picotti (Argentina), Sur (2008).
M.L. Rivara de Tuesta (Perú), María Alzerreca (Bolivia),
Jesús E.M. Regia (Brasil), S. Silva Gotay (Puero Rico), F.
Álvarez (Santo Domingo), F. Beltrán (Colombia), S. Gue- 22
afyl, Boletín (México), núm. 1, 1986, p. 5. También
rra Bravo (Ecuador), C. Echeverría (Honduras), J. Argüe- se informa en el Boletín del panel sobre filosofía de la
llo (Nicaragua), F. Ulloa (México), C. Bohórquez (Vene- liberación en el III Congreso Nacional (mexicano) de
zuela), Carlos Matos (Uruguay), D. Jervolino (Italia), E. Filosofía, realizado antes que el interamericano en Gua-
Demenchonok (Rusia), H. Schelkshorn (Austria). dalajara (p. 2).
la filosofía de la liberación 411
En Brasil, mientras tanto, en torno al Insti- sivas, que niegan la libre determinación de los
tuto de Filosofía de la Liberación (Ifil) en Por- pueblos […] Asumimos, como filósofos, la op-
to Alegre, se ha desplegado una gran actividad ción ético-política que implican estas declaracio-
en torno a la filosofía de la liberación. A fina- nes y manifestamos que la filosofía de la libera-
les de la década de los setenta Alipio Dias Ca- ción tiene un aporte específico que dar a estos
salis, en São Paulo, comenzó la recepción y el desafíos históricos.23
crecimiento del movimiento. En 1990 se ini-
ció la publicación de la revista Libertação, Libe Todo el material histórico puede consultar-
ración (Cefil, Centro de Estudos e de Pesquisas se de 1975 a 1985 en el indicado afyl Boletín
de Filosofia Latino-americana, Campo Gran- (México), y posteriormente, hasta el presente,
de, Mato Grosso do Sul), bajo la dirección de en <www.afyl.org>.
Jesus Eurico Miranda R. y con la colabora- En todos estos años se han escrito numero-
ción de Sirio López Velasco (autor de variadas sas tesis sobre la temática (muchas de las cua-
obras sobre ética y filosofía de liberación, en les fueron editadas como libros).24
Rio Grande). Hugo Assmann escribe un ar
tículo en el primer número de la revista sobre
“Exterioridade e dignidade humana” (pp. 7-15). temas fundamentales
En este país, mientras tanto, la filosofía de la
liberación se ha transformado en un vigoroso La filosofía de la liberación se adelantó a su
movimiento filosófico extendido en todo el te- época impostando geopolíticamente la posibi-
rritorio, en universidades federales y privadas, lidad de un pensar filosófico crítico desde la
con seminarios y simposios nacionales y gru- periferia del capitalismo, que se inició desde
pos de investigación. Por ejemplo, en el VII En el siglo xv con el colonialismo y el racismo.
contro Estadual de Filosofia y I Simpósio Na Pensar la colonialidad fue el punto de parti-
cional de Filosofia Latino-americana, realizado da, prerrequisito para comprender la “localiza-
en septiembre de 1986, hubo el martes 12 un ción” del filósofo en su contexto histórico. Su
taller llamado “Filosofia da Libertação”, bajo implantación desde la praxis popular fue el
la dirección de Jandir Zanotelli. segundo aspecto.
Difícil sería enumerar cientos de aconteci- Apartándose de la corriente mayoritaria,
mientos cumplidos en todos estos años por un que se inspira en una tradición filosófica gre-
movimiento que adquirió presencia continen- corromana y moderna, los filósofos de la libe-
tal, pero igualmente en Estados Unidos (en ración descubrieron muy pronto la corriente
numerosas universidades de diferentes esta- filosófica semita (H. Cohen, Rozenzweig, M.
dos), Europa (en universidades italianas, ale-
manas, españolas, etc.) y ciertos países de Áfri-
ca —Dakar, por ejemplo— y de Asia, desde la
Universidad de El Cairo, con Mourad Wahba, 23
Véase el texto en <www.afyl.org>. Firman la decla-
hasta la de Madras, en India. En el Departa- ración Alberto Parisí, Enrique Dussel, Horacio Cerutti,
J.C. Scannone, Antonio Kinen, Aníbal Fornari, Mario
mento de Filosofía de la Universidad Loyola
Casalla, Carlos Cullen, Julio de Zan y Arturo Roig.
de Ciudad Quezon, Alan G. Alegre defendió 24
Caben destacarse entre las primeras las de G. Mar-
una tesis (“Two moments in the philosophical quínez Argote, “Interpretación del ego cogito cartesiano
foundation of Liberation Philosophy”) en fe- desde la hermenéutica latinoamericana”, usta, Bogotá,
brero de 1983. 1980 (comparado con el ego conquiro); F. Muguerza Or-
En el año 2003, y recordando los treinta mazábal, “La ética de la filosofía de la liberación”, Uni-
versidad Católica, Quito, 1982; Roberto S. Goizueta,
años del Manifiesto de 1973, muchos miembros
“Domination and liberation: an Analysis of the anadia-
fundadores del movimiento celebraron un en- lectial method”, Marquette University, Milwaukee, 1984;
cuentro en Río Cuarto (provincia de Córdoba, E. Moros-Ruano, “The philosophy of liberation: An al-
Argentina), y redactaron la IV Declaración so- ternative to marxism in Latin America”, Vanderbilt Uni-
bre el significado de esos tres decenios: verity, Nashville, 1984; J. Jiménez-Orte, “Fondements
éthiques d’une philosophie latinoaméricaine������������
”, Universi-
dad de Montreal, 1985; Roque Zimmermann, “América
Condenamos toda clase de exclusión social, de
Latina: o ser negado”, São Paulo. Desde esas fechas son
género, cultural, religiosa, racial, política, econó- cientos las tesis doctorales en los más diversos lugares,
mica, educacional, etc., y toda forma de inter- especialmente en Estados Unidos, Alemania, Italia y
vencionismo, bloqueo e integraciones compul Brasil, incluyendo, por ejemplo, Corea del Sur.
412 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
Buber, P. Ricoeur,25 y en especial E. Levinas), lo mismo que la cuestión de la raza, como lu-
lo que les permitió descubrir categorías y mé- cha antidiscriminatoria.
todo muy diferente del habitual en las escuelas Por último, se viene desarrollado el tema
filosóficas latinoamericanas. Fenomenológica- originario de una filosofía política de la libe
mente podían recuperar los símbolos del “ima- ración, ya que desde el comienzo la filosofía
ginario popular” latinoamericano. Y política- política fue considerada la prima philosophia),
mente intentaban una “militancia” crítica no que había ya señalado la experiencia revo
habitual en la filosofía meramente académica. lucionaria cubana de 1959 como el aconteci-
Su resonancia con estudiantes y movimientos miento que marcó el nacimiento de la filosofía
populares fue muy grande, nueva y diferente. de la liberación después del 1968. Pero ahora,
Era una ruptura con la imagen del filósofo. como en una “nueva oleada” del pueblo latino
Para ello se desarrollaron categorías (tales americano, en el proceso iniciado por la rebe-
como totalidad y alteridad) que permitían su lión maya-zapatista (1994), la revolución boli-
uso histórico, pero al mismo tiempo estruc- variana liderada por Hugo Chávez (1999), la
tural, desde la dimensión económica, políti- boliviana de Evo Morales (2006), la ecuatoria-
ca, de género, de raza, de cultura, de religión, na de Rafael Correa (2007), y tantos otros,
etcétera. como Lula en Brasil, los Kichner en Argenti-
El pensar filosófico surgía desde el com- na, M. Bachelet en Chile, los Sandinistas en
promiso con la praxis de una comunidad po- Nicaragua, Torrijos en Panamá, Colom en Gua-
pular, desde su cultura y desde su imaginario temala, rematando en el gobierno popular en
simbólico positivo, desechado hasta ese mo- Paraguay, conducido por el presidente Lugo
mento por las filosofías críticas, tanto de la (2008), la filosofía de la liberación muestra
Escuela de Frankfurt como del marxismo es- más que nunca su creatividad al acompañar
taliniano. Se intentaba cumplir con las exi- teóricamente estos procesos de liberación lati-
gencias del intelectual orgánico articulado con noamericana del inicio del siglo xxi.
el actor colectivo pueblo.
Se trataba entonces de una ruptura episte-
mológica antieurocéntrica, antipatriarcal, an- cuestiones debatidas
ticapitalista, anticolonialista, etc., pero no me
ramente negativa, porque que desarrollaba un Hubo desde el comienzo ciertos ejes proble-
discurso positivo de transformación al anali- máticos que exigieron el debate, que se fue
zar el proceso de liberación en todos los nive- dando en el transcurrir de los decenios. Sien-
les indicados: transformación articulada con do desde el origen un movimiento filosófico de
los movimientos sociales que se coordinan mu- estilo fenomenológico existencial, Osvaldo Ar-
cho después, desde el comienzo del siglo xxi, diles indicó ya desde 1972 la necesidad del
en el Foro Social Mundial de Porto Alegre. estudio y subsunción del pensamiento de Marx,
Movimientos de diversos campos prácticos ta- lo que se alcanzaría plenamente en la década
les como el feminismo, la pedagogía de la libe- de los ochenta.
ración, los movimientos de los derechos civi- Por su parte, la obra de Alipio Días Casa-
les antirracistas, las movilizaciones indígenas, lis, de São Paulo, que desarrolló la pedagógica
de los marginales urbanos, grupos religiosos de la liberación desde la filosofía de la libera-
críticos de la liberación, organizaciones de la ción, indicó igualmente una cierta falta de
tercera edad, movimientos campesinos, obre precisión de la categoría “pueblo”. Por ello,
ros, etc. La filosofía de la liberación tiene la durante años será continuamente objeto de
posibilidad metodológica de acompañar esos atención e irá alcanzando un estatuto epis
movimientos populares con una producción temológico cada vez más adecuado; gracias al
filosófica crítica. concurso de los trabajos de E. Laclau, que de
El movimiento se ocupa en el presente en todas maneras deben ser modificados desde
la impostación intercultural de la filosofía y las hipótesis de una filosofía de la liberación,
en la cuestión de la “descolonización” (ahora ha habido un continuo desarrollo sobre este
liderada por los “latinos” en Estados Unidos), tema.26
25
En aquello de valorizar el “mito adámico” antes
que el “mito prometeico”, por ejemplo. Laclau, E., 2005.
26
la filosofía de la liberación 413
quitectónica” se describen los tres niveles del En su trabajo posterior, Scannone comien-
ser político (los actos estratégicos, las insti za el desarrollo de una de las áreas que se con-
tuciones y los principios normativos políti- figuran a partir de una cierta crítica a algunos
cos, vol. 2 de Dussel, E., 2009). En la “crítica” trabajos de la filosofía de la liberación: la his-
(vol. 3) se elaboran temas como la acción an- tórico-cultural. Partiendo del imaginario po-
tihegemónica o liberadora; la transformación pular profundiza su planteamiento filosófico
de las instituciones (de la transformación par- en Nuevo punto de partida de la filosofía Lati
cial a la revolución), y los principios normati- noamericana (1990), donde se reformula el lu
vos críticos de liberación política. gar hermenéutico desde el cual puede plantear-
J.C. Scannone (1931-), a partir de su tesis se la pregunta filosófica:
doctoral “Sein und Inkarnation”, defendida
en Friburgo y Munich, y de retorno en Argen- El inicio del filosofar a partir de la experiencia
tina, inaugura las Semanas Académicas de la límite del pobre (cuestionamiento y asombro ra-
Universidad de El Salvador. Junto a E. Dussel, dicales) constituye un nuevo lugar hermenéutico
Carlos Cullen, Dina Picotti, Enrique Maren- para el pensamiento. Así llamamos al desde don
que, o europeos como Josef Reiter, Marco Oli- de que da la perspectiva fundamental, al mismo
vetti, Klaus Kienzler o Emmanuel Levinas (por tiempo universal, de la pregunta (y las pregun-
mencionar algunos), organizará años después tas) filosófica(s) (Scannone, J.C., 1990, p. 71).
un coloquio en París sobre el tema que tratará
con especial dedicación: Sabiduría popular, A partir de esta nueva situación herme-
símbolo y filosofía (1984). Entre los pensado- néutica filosófica que se contrapone al ego co
res que influyen en su pensamiento filosófico, gito como intersubjetividad desde el yo ante
básicamente se encuentran Paul Ricoeur, Ro- el otro, y teniendo como base la reflexión so-
dolfo Kush y Emmanuel Levinas. Entre sus bre el ser desde la modernidad, estructura un
obras de madurez podemos mencionar: Nue nuevo punto de partida situado desde la Lati-
vo punto de partida de la filosofía latinoameri noamérica.
cana (1990). En efecto, hay dos momentos Scannone nos habla de la sabiduría popular,
importantes en el desarrollo de su pensamien- hermenéutica que parte de la positividad en la
to filosófico: la estructuración ontológica del experiencia histórico-cultural del pueblo, que
proceso de liberación como aporte a la filoso- se constituye en un paso más allá de la mera
fía de la liberación, y el desarrollo de una de negación de la negación. Su crítica a la etapa
sus líneas, a saber: la histórico-cultural, en fi- anterior a la filosofía de la liberación es que
losofía de la religión. ésta reconocía la negación que pesa sobre la
En primera instancia mencionaremos el víctima y la niega, pero Scannone afirma que el
aporte ontológico que Scannone desarrolla, pueblo, antes de ser negado, se inscribe ya en
mismo que se enuncia en la relación de tres una positividad: la sabiduría popular, que es el
elementos estructurales: el opresor, el oprimi- poder sapiencial del pueblo (sujeto comunita-
do y un tercero, la mediación,36 que es la rela- rio de historia común) que se expresa en dis-
ción con el “hermano”. El planteamiento co- cursos racionales simbólicos enunciados en los
mienza desde el posicionamiento crítico del campos religioso, político y poético. Es en esta
autor ante la realidad latinoamericana y los elaboración y reelaboración de las categorías
proyectos históricos que en ella se han instau- que han de usarse para interpretar la sabiduría
rado. Al tomar distancia de ellos y analizarlos popular latinoamericana cuando su obra en-
desde la experiencia personal y social37 en el cuentra su sentido.
proceso histórico, busca cómo analizar filosó- El nuevo punto de partida se encuentra
ficamente el modo de liberar al pueblo. Nume- —para Scannone— en el “nosotros estamos”,
rosas son sus obras de la primera época (1970- en el mundo de la sabiduría popular, y como
1989), que pueden consultarse en la biografía hermenéutica de sus símbolos. Asume el “no
que se incluye en la cuarta parte de esta obra. sotros”38 del sujeto comunitario creador del
38
“El nosotros no es la universalización del yo, ni es
36
Más adelante daremos explicación a esta categoría. el sujeto trascendental de la relación sujeto-objeto,
37
Paul Ricoeur la nombra como vía larga (Scanno- sino que implica, además del yo, también el tú y los él
ne, J.C., 1976, p. 130). y ellas, que no son reductibles al yo ni siquiera com-
416 segunda parte: corrientes filosóficas del siglo xx
40
Pueden consultarse en la cuarta parte algunas de
sus biografías respectivas.