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ASTROLOGIA RACIONAL — LA TECTONICA 399 Si se quiere ir més lejos atin, al averiguar la influencia ejercida por planeta stuados en T-o determinados hacia esa casa se puede tomar en cuenta también las casas dominadas por estos planetas de acuerdo con las teorias de Morin expuestas en la “Sintesis’. Huclga acentuar que éte ces uno de los problemas més dificiles de la astrologia. LA VIDA AMOROSA Aunque 1a vida amorosa del nacido pertenece en gran parte sélo al siguiente capitulo, dedicado a los destinos del nativo, en este Iugar deseo fijarla en sus rasgos fundamentales, hasta donde se ‘exprese en el hor6s- copo, dado que es una de las caracteristicas mas importantes y que muchas veces domina toda su naturaleza. Claro esti que a este respecto no podre- mes limitarnos al sexo del nacido y a eventtales anomalias. La vida s2- xual induce al nacido a trabar relaciones que son significativas para toda su vida y sus experiencias, sea que Ta unién eve caricter matrimonial 0 gue sea Tn expresén de una finda eectva sexual Voy a dicuti también estos temas, aun bajo peligeo de repeticiones. Desde luego, en todas la vinculaciones sexuoles sera necesaigexaminat no so el horse copo del nativo, sino también el de su participante. “Comprender algo, sea histérica, sea naturalmente, es —segiin Spen- gler— saber correlacionario arménicamente con In suma ya existente de Yivencias 0 conocimientos’. Comenzaré pues con los puntos esenciales de las tradiciones astroldgicas referentes 2 Ia euestiin de amor y matt: Segtin la teorfa astrolégica, es la casa VII det horéscopo la que informa en el sentido més amplio sobre las uniones del nacido con otras perso- nas en bien de un fin comin, y dudo que haya un autor que respecto a ccuestiones del matrimonio no tome en consideracién ma bién las aclaraciones que pueden obtenerse por el examen de esta casa. Como, tasindome en Morin, fo he expuesto en la “Sitesi cs a casa VIL Ja que debe tenerse en cuenta ante todo y en primer lugar para el pre- sente problema, y, a mi juicio, los demas factores empleados por otros astrdlogos —quienes no siempre estin plenamente conformes a este res ppecto— para resolver Ta cuestién, no son dignos de atencién sino con tal que estén en relaciones mas 0 menos estrechas con esta casa, Ia de las Las aclaraciones que pueden obtenerse por Ja casa I en su sentido més amplio —Asc y su aspectario, regente natal segiin posicién y aspec tario, los planetas fisicamente presentes en I y sus aspectarios— nos dan ‘a conocer al nacido con sus propiedades, indoles, instintos, pasiones ¢ inclinaciones de prevalente manifestacién exterior. De estos’ conocimien- tos podria inferirse Idgicamente lo que en algtin sentido falta al nacido, Ys por tanto, el aporte que necesitaria para llegar a uno de los fines a st aleance, 0, en una palabra y hablando en términos mateméticos, su complemento. ‘Ahora bien, tritese tan sélo de una unién comercial para lograr fines materiales, 0 de las aspiraciones e ideales elevados, Iejanos y que apenas 400 ADOLFO weiss sexin aleanzados, el nacido no hallari munca en su vida tereestre este complemento entero. Si bien es tinicamente la casa VII —opuesta a la casa I— la que puede dar algunos informes también sobre este comple- mento, indica en primer término mds bien los participes que en una unin cualguiera, sea que tenga cardcter comercial o matrimonial, estén destinados para el nacido por el Karma, y las experiencias que le quedan por sealizar a este respecto, Con que, en el sentido de lo precedente, Ja casa VII no sélo infor- mari, sobre matrimonios legales en el concepto civil, sino también sobre Ia alianza de dos personajes a fin de una vida comin, en la que cabré incluir también el concubinato extendido al plano psiguico, recomendén- dose, por tanto, usar aqui la denominacién “unién” en lugar de “matrimo- nio’. Mis adelante voy a exponer por qué tales uniones se realizan en la mayoria de los casos segiin la ley de la polaridad, segin la atraccién ragnética entre los elementos positivos y negatives del hombre y la mu- jet, y creo que cualquier asteélogo de suficiente experiencia confirmard este concepto. Comparando los horéscopos de cényuges casados no exclusivamente ppor razones de pura convencién, siempre hallaremos algunos factores que estin de acuerdo con Ia ley de ls polaridad. Como pricba bastarin algu- nos datos sacados de la revista astrolégica “Old Moores Messenger” y que se refieren a los horéscopos de conocidas personalidades. George V, rey de Inglaterra, tiene % y > en la casa VII; su expos, ta ena Mary, nacido jp el sigo samiano de = y lene la > en Alfonso XIII, ltimo rey de Espafa, tiene el signo de X en la els pide MIL yg nacente en Tp; In rina tene 3¢/en el Asc y en cespide de VII. El rey de Noruega tiene el signo de x en la cispide de VIL y al regente de esta casa en IX en el signo de ty; su esposa, nacida en un pais extranjero, tiene a su vez al regente de su casa VII en la casa IX de su figura natal, lo que permite inferir el imperio de una polaridad superior, més alejada de la materia, aunque en cello el astrélogo comin veri nada més que los indicios de’ un participe procedente de un pais extanjero. Lo expuesto bastard para instruir cémo se conocen afinidades elec- tivas més © menos estrechas, y estoy seguro de que cualquier asteSlogo serio hallaré en su coleccién suficiente mimero no s6lo de. ejemplos que le faciliten pertinentes estudios muy ventajosos, sino también de. pruebas de eudn poco satisfactorios resultados se obtienen por emplear sin critica factores astroldgicos tales como ©, D, @ y 93 porque, si bien se fundan en enalogias naturales, no servirin sino con tal que estos significadores universales se transformen en especiales por estar en una relacién cual: quiera con la casa VII. Siguen atin sin ser eliminadas de la tradicién astrolégica aquellas trivialidades cuya duracién —hablando con las pala- bras de Goethe— “se explica por la resistencia tenaz de cuerpos vacios” Cierto esté que ningtin problema de la vida puede explicarse integral ¢ infalihlemente tan solo por hechos astoligicos pero un problema no se asmmotocia RAcIONAL — 1A TecTONICA 401 toma interesante por parceer totalmente explicable; basta que suficiente riimero de hechos hablen en pro de su slucén, : Saber disponer de los hechos suminisrados a nosotros y reunielos en una visién del mundo determinada, he ahi, segin Chamberlain, dénde estd el foco del conocimiento. Poseemos en’ cantidad suficiente tales he- chos, fruto de la experiencia de peritos astrSlogos. Carter, en su excelente libro The Principles of Astrology, sefiala que raras veces nos. sentimos impulsados a entrar en una unién sexualmente basada con personas. naci- das bajo el mismo signo que nosotros, Ve el ideal en que en los. hors copos de obnyuges 10 sdlo exitan indicios de conformidades Fandadas en la semejanza de las indoles, sino también tales de antagonismo polar porque es precisamente este tiltimo del que ambos podrin aprender en el Inds alto grado y obtener los mayores progresos en bien de su desarrollo. Donde hay demasiado acuerdo y demasiado pocos contrastes, resulta el peligro de que la vida matrimonial transcurriré mental y emocionalmente demasiado poco estimulada y que los participes no tardarén en hartarse uno del otro. Carter cita en su prictica el caso de un hombre que tenia men el Asc, Q en Ly D en 3 en C] con Y; dicho hombre se cass con una doncella que tenfa las mismas posiciones en su horéscopo, con Ia tinica excepcidn de que el signo de ©. nacia y el © se enconteaba en ef signo de m. El resultado fue una conformidad demasiado vigida, carente de cualquier iniciativa y aparejada con cierta indolencia, que habia de atribuirse al signo de x. Carter acentia también que el astrélogo debe aprender a distinguit entre configeracines planetariss que dan ® enten der un matrimonio en si infeliz, y otras que proporcionan conchusiones as sustanciales respecto de reveses de fortuna inminentes durante un matrimonio, el que en si ciertamente puede ser feliz. Sefala, ademés, cl hecho confirmado por la experiencia, de que en todas las uniones dura. eras cada uno de los dos participes tiene que conformarse a compartir hasta ioto grado tnto en el ben como eel ml el destino indkado cen Ia nativided del otro, y esto tanto mas, cuanto més estrecha es la unién. De ahi que ocure muchas veces que, poco después de realizada In uunién, sigue un brusco cambio de la suerte o la desgracia anteriores, 1 que no siempre puede explicarse por cadenas causales en el plano purs- mente material. Carter opina también que el “lado fisico” de una unién sth sujeto en primer término a la casa V, la que tiene mucho que ver en emociones, punto de mira que admito con cierta reserva, Como Bailey expone en sus lecciones privadas Cinéditas) dedicadas a Ia interpretacién del hor6seopo, Ia casa V_ocasiona_conclusiones relati- vas a la vida generativa del nacido, a sus pasiones, anhclos y diversiones, al descenso de las fuerzas generativas al dominio de la materia, y, a consecuencia ulterior de leyes naturales inalterables, a la transmisién de la propia vida a la descendencia Esto esti de acuerdo también con mis propias experiencias, segiin las cuales la casa I da a conocer la fuerza vital y generativa en su poten- cial; Ia casa V, su efluvio hacia abajo; la casa Vil, su estabilizacion por

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