Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
André Breton - Primer Manifiesto Surrealista PDF
André Breton - Primer Manifiesto Surrealista PDF
S íntes is de Noticias
Política P r i m er m an i f ies t o s u r r eali s t a [ 1 9 2 4 ]
An dr é B r et on
Economía y Petr oleo
I nter nacionales Vier n es , 7 de abr i l de 2 0 0 0
Global y S ocial
E l clás ico t ex t o de An dr é B r et on qu e acom pañ ó la f u n daci ón del m ov i m i en t o
Diver timento s u r r eli s t a. P u bl icado du r an t e la década de 1 9 2 0 , t u v o u n f u er t e i m pact o s obr e el
des ar r ol lo es t ét i co con t em por án eo.
Ar te y Cultur a
Rayones T anta fe s e tiene en la vida, en la vida en s u as pecto más
Depor tes pr ecar io, en la vida r eal, natur almente, que la fe acaba por
Entr evis tas des apar ecer . E l hombr e, s oñador s in r emedio, al s entir s e de día en
día más des contento de s u s ino, ex amina con dolor los obj etos que le
han ens eñado a utiliz ar , y que ha obtenido al tr avés de s u
indifer encia o de s u inter és , cas i s iempr e al tr avés de s u inter és , ya
B itblioteca
que ha cons entido s ometer s e al tr a?baj o o, por lo menos no s e ha
Cyber analítica negado a apr ovechar las opor tunidades ... ¡ Lo que él llama
Columnis tas opor tunidades ! Cuando llega a es te momento, el hombr e es pr ofun?
Venez uela en la pr ens a damente modes to: s abe cómo s on las muj er es que ha pos eído, s abe
inter nacional
cómo fuer on las r is ibles aventur as que empr endió, la r iqueza y la
I ber oamér ica OnL ine
pobr ez a nada le impor tan, y en es te as pecto el hombr e vuelve a s er
como un niño r ecién nacido; y en cuanto s e r efier e a la apr obación
de s u conciencia mor al, r econoz co que el hombr e puede pr es cindir
de ella s in gr andes dificultades . S i le queda un poco de lucidez , no
Cocina con S cannone
tiene más r emedio que dir igir la vis ta hacia atr ás , hacia s u infancia
Agencia de Viaj es
que s iempr e le par ecer á mar avillos a, por mucho que los cuidados de
B ols a de tr abaj o
s us educador es la hayan des tr oz ado. E n la infancia la aus encia de
Es tilís imo toda nor ma conocida ofr ece al hombr e la per s pectiva de múltiples
S aludalia vidas vividas al mis mo tiempo; el hombr e hace s uya es ta ilus ión;
Onir ic s ólo le inter es a la facilidad momentánea, ex tr emada, que todas las
Hor ós copo cos as ofr ecen. T odas las mañanas los niños inician s u camino s in
inquietudes . T odo es tá al alcance de la mano, las peor es
cir cuns tancias mater iales par ecen ex celentes . L uz ca el s ol o es té
negr o el cielo, s iempr e s eguir emos adelante, j amás dor mir emos .
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 2 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 3 de 30
a la mía. Par a poder des cubr ir Amér ica, Colón tuvo que iniciar el
viaj e en compañía de locos . Y ahor a podéis ver que aquella locur a
dio fr utos r eales y dur ader os .
Des pués de haber ins tr uido pr oces o a la actitud mater ialis ta, es
imper ativo ins tr uir pr oces o a la actitud r ealis ta. Aquélla, más poética
que és ta, des de luego, pr es upone en el hombr e un or gullo
mons tr uos o, per o no compor ta una nueva y más completa
fr us tr ación. E s conveniente ver ante todo en dicha es cuela
bienhechor a r eacción contr a cier tas r is ibles tendencias del
es pir itualis mo. Y, por fin, la actitud mater ialis ta no es incompatible
con cier ta elevación intelectual.
Contr ar iamente, la actitud r ealis ta, ins pir ada en el pos itivis mo, des de
S anto T omás a Anatole Fr ance, me par ece hos til a todo géner o de
elevación intelectual y mor al. Le tengo hor r or por cons ider ar la
r es ultado de la mediocr idad, del odio, y de vacíos s entimientos de
s uficiencia. Es ta actitud es la que ha engendr ado en nues tr os días
es os libr os r idículos y es as obr as teatr ales ins ultantes . S e alimenta
inces antemente de las noticias per iodís ticas , y tr aiciona a la ciencia y
al ar te, al bus car halagar al público en s us gus tos más r as tr er os ; s u
clar idad r oza la es tulticia, y es tá a altur a per r una. E s ta actitud llega
a per j udicar la actividad de las mej or es inteligencias , ya que la ley
del mínimo es fuer z o ter mina por imponer s e a és tas , al igual que a
las demás . Una cons ecuencia agr adable de dicho es tado de cos as
es tr iba, en el ter r eno de la liter atur a, en la abundancia de novelas .
T odos ponen a contr ibución s us pequeñas dotes de « obs er vación» . A
fin de pr oceder a ais lar los elementos es enciales , M. Paul Valér y
pr opus o r ecientemente la for mación de una antología en la que s e
r eunier a el mayor númer o pos ible de novelas pr imer izas cuya
ins ens atez es per aba alcanz as e altas cimas . E n es ta antología
también figur ar ían obr as de los autor es más famos os . E s ta es una
idea que honr a a Paul Valér y, quien no hace mucho me as egur aba,
en ocas ión de hablar me del géner o novelís tico que s iempr e s e
negar ía a es cr ibir la s iguiente fr as e: la mar ques a s alió a las cinco.
Per o, ¿ha cumplido la palabr a dada?
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 4 de 30
El autor coge un per s onaj e, y, tr as haber lo des cr ito, hace per egr inar
a s u hér oe a lo lar go y ancho del mundo. Pas e lo que pas e, dicho
hér oe, cuyas acciones y r eacciones han s ido admir ablemente
pr evis tas , no debe compor tar s e de un modo que dis cr epe, pes e a
r eves tir apar iencias de dis cr epancia, de los cálculos de que ha s ido
obj eto. Aunque el oleaj e de la vida caus e la impr es ión de elevar al
per s onaj e, de r evolcar lo, de hundir lo, el per s onaj e s iempr e s er á
aquel tipo humano pr eviamente for mado. S e tr ata de una s imple
par tida de aj edr ez que no des pier ta mi inter és , por que el hombr e,
s ea quien s ea, me r es ulta un adver s ar io de es cas o valor . L o que no
puedo s opor tar s on es as lamentables dis quis iciones r efer entes a tal o
mal j ugada, cuando ello no compor ta ganar ni per der . Y s i el viaj e no
mer ece las alfor j as , s i la r az ón obj etiva dej a en el más ter r ible
abandono - y es to es lo que ocur r e- a quien la llama en s u ayuda, ¿no
s er á mej or pr es cindir de tales dis quis iciones ? « La diver s idad es tan
amplia que en ella caben todos los tonos de voz , todos los modos de
andar , de tos er , de s onar s e, de es tor nudar ...» (2) S i un r acimo de
uvas no contiene dos gr anos s emej antes , ¿a s anto de qué des cr ibir
un gr ano en r epr es entación de otr o, un gr ano en r epr es entación de
todos , un gr ano que, en vir tud de mi ar te, r es ulte comes tible? La
ins opor table manía de equipar ar lo des conocido a lo conocido, a lo
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 5 de 30
clas ificable, domina los cer ebr os . E l des eo de anális is imper a s obr e
los s entimientos (3). De ahí nacen lar gas ex pos iciones cuya fuer za
per s uas iva r adica tan s ólo en s u pr opio abs ur ?do, y que tan s ólo
logr an imponer s e al lector , median?te el r ecur s o a un vocabular io
abs tr acto, bas tante vago, cier tamente. S i con ello r es ultar a que las
ideas gener ales que la filos ofía s e ha ocupado de es tudiar , has ta el
pr es ente momento, penetr as en definitivamen?te en un ámbito más
amplio, yo s er ía el pr imer o en alegr ar me. Per o no es as í, y todo
queda r educido a un s imple dis cr eteo; por el momento, los r as gos de
ingenio y otr as galanas habilidades , en vez de dedicar s e a j uegos
inocuos cons igo mis mas , ocultan a nues tr a vis ión, en la mayor ía de
los cas os , el ver dader o pen?s amiento que, a s u vez , s e bus ca a s í
mis mo. Cr eo que todo acto lleva en s í s u pr opia j us tificación, por lo
menos en cuanto r es pecta a quien ha s ido capaz de ej ecutar lo; cr eo
que todo acto es tá dotado de un poder de ir r adiación de luz al que
cualquier glos a, por liger a que s ea, s iempr e debilitar á. El s olo hecho
de que un acto s ea glos ado deter mina que, en cier to modo, es te acto
dej e de pr oducir s e. E l ador no del comentar io ningún beneficio
pr oduce al acto. L os per ?s onaj es de S tendhal quedan aplas tados por
las apr e?ciaciones del autor , apr eciaciones más o menos acer ta?das
per o que en nada contr ibuyen a la mayor glor ia de los per s onaj es , a
quienes ver dader amente des cubr imos en el ins tante en que es capan
del poder de S tendhal.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 6 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 7 de 30
3. E l es pír itu del hombr e que s ueña queda plenamente s atis fecho
con lo que s ueña. L a angus tiante incógnita de la pos ibilidad dej a de
for mular s e. Mata, vuela más de pr is a, ama cuanto quier as . Y s i
muer es , ¿acas o no tienes la cer tez a de des per tar entr e los muer tos ?
Déj ate llevar , los acontecimientos no toler an que los difier as .
Car eces de nombr e. T odo es de una facilidad pr ecios a.
La dur ez a del des per tar del hombr e, lo s úbito de la r uptur a del
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 8 de 30
S e cuenta que todos los días , en el momento de dis poner s e a dor mir ,
S aint- Pol- Roux hacía colocar en la puer ta de s u mans ión de Camar et
un car tel en el que s e leía: EL POE T A T RAB AJA.
Habr ía mucho más que añadir s obr e es te tema, per o tan s ólo me he
pr opues to tocar lo liger amente y de pas ada, ya que s e tr ata de algo
que r equier e una ex pos ición muy lar ga y mucho más r igur os a; más
adelante volver é a ocupar me de él. E n la pr es ente ocas ión, he
es cr ito con el pr opós ito de hacer j us ticia a lo mar avillos o, de s ituar
en s u j us to contex to es te odio hacia lo mar avillos o que cier tos
hombr es padecen, es te r idículo que algunos pr etenden atr ibuir a lo
mar avillos o. Digámos lo clar amente: lo mar avillos o es s iempr e bello,
todo lo mar avillos o, s ea lo que fuer e, es bello, e inclus o debemos
decir que s olamente lo mar avillos o es bello.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 9 de 30
Quiz á par ez ca inj us tificado que haya empleado el anter ior ej emplo,
al r efer ir me a lo mar avillos o, cuando las liter atur as nór dicas y las
or ientales s e han s er vido de él cons tantemente, por no hablar ya de
las liter atur as pr opiamente r eligios as de todos los país es . S in
embar go, s i as í lo he hecho, ello s e debe a que los ej emplos que
es tas liter atur as hubier an podido pr opor cionar me es tán plagados de
puer ilidades , ya que s e dir igen a niños . E n un pr incipio, és tos no
pueden per cibir lo mar avillos o, y, des pués , no cons er van la
s uficiente vir ginidad es pir itual par a que Piel de As no les pr oduz ca
demas iado placer . Por encantador es que s ean los cuentos de hadas ,
el hombr e s e s entir ía fr us tr ado s i tuvier a que alimentar s e s ólo con
ellos , y, por otr a par te, r econoz co que no todos los cuentos de hadas
s on adecuados par a los adultos . La tr ama de ador ables
inver os imilitudes ex ige una mayor finur a es pir itual que la pr opia de
muchos adultos , y uno ha de s er capaz de es per ar todavía mayor es
locur as ... Per o la s ens ibilidad j amás cambia r adicalmente. E l miedo,
la atr acción s entida hacia lo ins ólito, el az ar , el amor al luj o, s on
r ecur s os que nunca s e utiliz ar án es tér ilmente. Hay muchos cuentos
que es cr ibir con des tino a los mayor es , cuentos que todavía s on cas i
azules .
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 10 de 30
Poco impor ta que s e dé cier ta des pr opor ción entr e la anter ior
defens a y la ilus tr ación que viene a con?tinuación. Antes , hemos
intentado r emontar nos a las fuentes de la imaginación poética, y, lo
que es más difícil todavía, quedar nos en ellas . Y cons te que no
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 11 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 12 de 30
cons ider a as í). Por otr a par te, no es taba s egur o de s eguir el buen
camino, en lo r efer ente a poes ía, per o pr ocur aba pr oteger me como
mej or podía, enfr entándome con el lir is mo, contr a el que es gr imía
todo géner o de definiciones y fór mulas (no tar dar ían mucho en
pr oducir s e los fenómenos Dada), y pr etendiendo hallar una
aplicación de la poes ía a la publicidad (as egur aba que todo
ter minar ía, no con la culminación de un her mos o libr o, s ino con la de
una bella fr as e de r eclamo en pr o del infier no o del cielo).
Cuanto más lej anas y j us tas s ean las concomitancias de las dos
r ealidades obj eto de apr ox imación, más fuer te s er á la imagen, más
fuer z a emotiva y más r ealidad poética tendr á... (7)
El cas o es que una noche, antes de caer dor mido, per cibí, netamente
ar ticulada has ta el punto de que r es ultaba impos ible cambiar ni una
s ola palabr a, per o aj ena al s onido de la voz , de cualquier voz , una
fr as e har to r ar a que llegaba has ta mí s in llevar en s í el menor r as tr o
de aquellos acontecimientos de que, s egún las r evelaciones de la
conciencia, en aquel entonces me ocupaba, y la fr as e me par eció
muy ins is tente, er a una fr as e que cas i me atr ever ía a decir es taba
pegada al cr is tal. Gr abé r ápidamente la fr as e en mi concien?cia y,
cuando me dis ponía a pas ar a, otr o as unto, el car ácter or gánico de la
fr as e r etuvo mi atención. Ver ?dader amente, la fr as e me había
dej ado atónito; des ?gr aciadamente no la he cons er vado en la
memor ia, er a algo as í como « Hay un hombr e a quien la ventana ha
par tido por la mitad» , per o no había maner a de inter pr etar la
er r óneamente, ya que iba acompañada de una débil r epr es entación
vis ual (8) de un hombr e que caminaba, par tido, por la mitad del
cuer po apr o?x imadamente, por una ventana per pendicular al ej e de
aquél. S in duda s e tr ataba de la cons ecuencia del s im?ple acto de
ender ezar en el es pacio la imagen de un hombr e as omado a la
ventana. Per o debido a que la ventana había acompañado al
des plaz amiento del hombr e, compr endí que me hallaba ante una
imagen de un tipo muy r ar o, y tuve r ápidamente la idea de
incor por ar la al acer vo de mi mater ial de cons tr ucciones poéticas . No
hubier a concedido tal impor tancia a es ta fr as e s i no hubier a dado
lugar a una s uces ión cas i ininter r umpida de fr as es que me dej ar on
poco menos s or pr endido que la pr imer a, y que me pr oduj er on un
s entimiento de gr atitud (gr atuidad) tan gr ande que el dominio que,
has ta aquel ins tante, había cons eguido s obr e mí mis mo me par eció
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 13 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 14 de 30
Voy a ex plicar le, mi quer ido Dumas , el fenómeno del que us ted ha
hablado con mayor altur a. Como muy bien s abe, hay cier tos
nar r ador es que no pueden inventar s in identificar s e con los
per s onaj es por ellos cr eados . S abe muy bien con cuánta convicción
nues tr o viej o amigo Nodier contaba cómo había padecido la des dicha
de s er guillotinado dur ante la Revolución; uno quedaba tan
convencido que inclus o s e pr eguntaba cómo s e las había ar r eglado
Nodier par a volver a pegar s e la cabez a al cuer po.
I ndica muy mala fe dis cutir nos el der echo a emplear la palabr a
S URRE AL I S MO, en el s entido par ticular que nos otr os le damos , ya
que nadie puede dudar que es ta palabr a no tuvo for tuna, antes de
que nos otr os nos s ir viér amos de ella. Voy a definir la, de una vez
par a s iempr e:
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 15 de 30
Por el momento par ece que los antes nombr ados for man la lis ta
completa de los s ur r ealis tas , y pocas dudas caben al r es pecto, s alvo
en el cas o de I s idor e Ducas s e, de quien car ezco de datos . Cier to es
que s i únicamente nos fij amos en los r es ultados , buen númer o de
poetas podr ían pas ar por s ur r ealis tas , comenz ando por el Dante y,
también en s us mej or es momentos , el pr opio S hakes pear e. En el
cur s o de las difer entes tentativas de definición, por mí efectuadas ,
de aquello que s e denomina, con abus o de confianz a, el genio, nada
he encontr ado que pueda atr ibuir s e a un pr oces o, que no s ea el
anter ior mente definido.
Per o nos otr os , que no nos hemos entr egado j amás a la tar ea de
mediatiz ación, nos otr os que en nues tr as nos otr os que en nues tr as
obr as nos hemos conver tido en los s or dos r eceptáculos de tantos
ecos , en los modes tos apar atos r egis tr ador es que no quedan
hipnotiz ados por aquello que r egis tr an, nos otr os quiz á es temos al
s er vido de una caus a todavía más noble. Nos otr os devolvemos con
honr adez el « talento» que nos ha s ido pr es tado. S i os atr evéis ,
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 16 de 30
Apenas hube invocado al már mol- almir ante, és te dio media vuelta
s obr e s í mis mo como un caballo que s e encabr ita ante la E s tr ella
Polar , y me indicó en el plano de s u bicor nio una r egión en la que
debía pas ar el r es to de mis días .
A Paul E luar d:
Es una his tor ia muy conocida es a que cuento, es poema muy célebr e
es e que r eleo: es toy apoyado en un mur o, ver deantes las or ej as , y
calcinados los labios .
A Max Mor is e:
A Louis Ar agon:
Dur ante una inter r upción del par tido, mientr as los j ugador es s e
r eunían alr ededor de una j ar r a de llameante ponche, pr egunté al
ár bol s i aún cons er vaba s u cinta r oj a.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 17 de 30
S E CR E T OS D E L AR T E MÁGI CO
D E L S U R R E AL I S MO
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 18 de 30
des cuar tiz ar á el cielo eter no, es a Piel de Os o. Y tanto pr ometer á que
cumplir una mínima par te de lo pr ometido cons ter nar á. Dar á a las
r eivindicaciones de un pueblo enter o un matiz par cial y lamentable.
Obligar á a los más ir r eductibles enemigos a comulgar en un des eo
s ecr eto que har á s altar en pedaz os a las patr ias . Y lo cons eguir á con
s ólo dej ar s e elevar por la palabr a inmens a que s e funde en la piedad
y r ueda en el odio. I ncapaz de des fallecer , j ugar á el ter ciopelo de
todos los des fallecimientos . S er á ver dader amente elegido, y las más
tier nas muj er es le amar án con violencia.
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ... ...
Contr a la muer te
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 19 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 20 de 30
per o ¿de qué modo s e ocupa de él? S uponer que s e lo incor por a
s er ía admitir que, en deter minado momento, le s er ía factible vivir
enter amente mer ced a aquel otr o pens amiento, lo cual r es ulta
bas tante impr obable. E n r ealidad, la atención que pr es ta el
pens amiento s egundo es de car ácter totalmente ex ter no, ya que
únicamente s e concede el luj o de apr obar o des apr obar ,
gener almente des apr obar , con todos los r es petos de que el hombr e
es capaz . Es te modo de hablar no per mite abor dar el fondo de la
cues tión. Mi atención, fij a en una invitación que no puede r echaz ar
s in incur r ir en gr os er ía, tr ata el pens amiento aj eno como s i fues e un
enemigo: en las conver s aciones cor r ientes , el pens amiento fij a y
« conquis ta» cas i s iempr e las palabr as y las or aciones aj enas , de las
que luego s e s er vir á; el pens amiento me pone en s ituación de s acar
par tido de es tas palabr as y or aciones en la r éplica, gr acias a
des vir tuar las . Es to es es pecialmente cier to en cier tos es tados
mentales patológicos en los que las alter aciones s ens or iales
abs or ben toda la atención del enfer mo, quien, al r es ponder a las
pr eguntas que s e le for mulan, s e limita a apoder ar s e de la última
palabr a que ha oído, o de la última por ción de una fr as e s ur r ealis ta
que ha dej ado cier to r as tr o en s u es pír itu:
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 21 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 22 de 30
B ello como la ley de par alización del des ar r ollo del pecho de los
adultos cuya pr opens ión al cr ecimiento no guar da la debida r elación
con la cantidad de moléculas que s u or ganis mo pr oduce.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 23 de 30
Lautr éamont.
Una igles ia s e alz aba s onor a como una campana. Philippc S oupault.
1. T anto s i s e quier e como s i no, ahí hay mater ia par a s atis facer
muchas neces idades del es pír itu. T odas es tas imágenes par ecen
ates tiguar que el es pír itu ha alcanz ado la madur ez s uficiente par a
goz ar de más s atis facciones que aquellas que por lo gener al s e le
conceden. E s te es el único medio de que dis pone par a s acar par tido
de la cantidad ideal de acontecimientos de que es tá pr eñado (17).
Es tas imágenes le dan la medida de s u nor mal dis ipación y de los
inconvenientes que és ta le compor ta. No es malo que es tas
imágenes acaben por des concer tar al es pír itu, ya que des concer tar le
equivale a s ituar le ante un camino er r ado. Las fr as es que he citado
contr ibuyen gr andemente a ello. Per o el es pír itu que s abe
s abor ear las obtiene de ellas la cer tidumbr e de hallar s e en el buen
camino; el es pír itu, por s í mis mo, j amás s e declar ar á culpable de
emplear s utilez as idiomáticas ; nada tiene que temer por cuanto,
además , s e for tifica con la bús queda total.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 24 de 30
aquellas z onas que los ocultis tas denominan pais aj es peligr os os . Mis
pas os s us citan la apar ición de mons tr uos que me acechan,
mons tr uos que todavía no me tienen demas iada malquer encia,
debido a que les temo, por lo que todavía no es toy per dido. Ahí
es tán « los elefantes con cabez a de muj er y los leones volador es »
cuyo encuentr o nos hacía temblar de miedo, a S oupault y a mí; ahí
es tá el « pez s oluble» que todavía me da un poco de miedo. ¡PEZ
S OLUB LE , no, no s oy yo el pez s oluble, yo nací baj o el s igno de
Acuar io, y el hombr e es s oluble en s u pens amiento! L a fauna y la
flor a del s ur r ealis mo s on inconfes ables .
Por otr a par te, es pr ecis o dar mayor enver gadur a a los medios
s ur r ealis tas . T odo medio es bueno par a dar la des eable
es pontaneidad a cier tas as ociaciones . Los papeles pegados de
Picas s o y de B r aque tienen el mis mo valor que la ins er ción de un
lugar común en el des ar r ollo liter ar io del es tilo más labor ios amente
depur ado. I nclus o es tá per mitido dar el título de POEMA a aquello
que s e obtiene mediante la r eunión, lo más gr atuita pos ible (s i no les
moles ta, fíj ens e en la s intax is ) de títulos y fr agmentos de títulos
r ecor tados de los per iódicos diar ios :
POE MA
U n cam in o de car r o
os conduce a los límites con lo ignoto
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 25 de 30
el caf é
pr edica l as loas de s u s an t o
EL COT I DI ANO ART I FI CE DE VUE S T RA
B EL LE Z A
S E ÑORA
un par
de m edi as de s eda
no es
U n s al t o en el Vací o
UN CI E RVO
Vi gil ad
L os r es col dos
LA ORACI ON
S abed qu e
L os r ayos u lt r avi ol et as
han culminado s u tar ea
B r eve y beneficios a
E l P R I ME R D I AR I O B L AN CO
D E L AZ AR
R oj o s er á
El cantor vagabundo
¿D ÓN D E E S T Á?
en la m em or ia
en s u cas a
EN E L B AI L E DE LOS ARDI ENT E S
H ago
bai lan do
L o qu e s e h ace, l o qu e s e h ar á
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 26 de 30
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 27 de 30
(3) B ar r ès , Pr ous t.
(4) Es pr ecis o tener en cuenta el es pes or del s ueño. En gener al, tan
s ólo r ecuer do lo que has ta mí llega des de las más s uper ficiales capas
del s ueño. Lo que más me gus ta cons ider ar de los s ueños es aquello
que quede vagamente pr es ente al des per tar , aquello que no es el
r es ultado del empleo que haya dado a la j or nada pr ecedente, es
decir , los s ombr íos follaj es , las r amificaciones s in s entido.
I gualmente, en la « r ealidad» pr efier o abandonar me.
(5) Lo más admir able de lo fantás tico es que lo fantás tico ha dej ado
de ex is tir . Ahor a s ólo ex is te r ealidad.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 28 de 30
(11) T ambién por T homas Car lyle, en S ar tor Res ar tus (capítulo VI I I :
« S uper natur alis mo natur al» ), 1833- 34.
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 29 de 30
(14) « Nuevas Hébr idas » , « Des or den for mab, « Duelo por duelo» .
(15) B audelair e.
(17) No olvidemos que, s egún la fór mula de Novalis , « hay cier tas
s er ies de acontecimientos que s e pr oducen par alelamente con los
acontecimientos r eales . Por lo gener al, los hombr es y las
cir cuns tancias modifican el cur s o ideal de los acontecimientos de tal
maner a que és te toma apar iencias de imper fección y s us
cons ecuencias s on también imper fectas . As í ocur r ió con la Refor ma:
en vez del Pr otes tantis mo pr oduj o el L uter anis mo» .
(19) Rimbaud.
(20) De todos modos , DE T ODOS MODOS ... Mej or s er á des car gar la
conciencia. Hoy, día 8 de j unio de 1924, hacia la una, la voz me ha
s us ur r ado: « B éthune, B éthune...» ¿Qué quer ía decir ? No conozco
B éthune, ni tengo la menor idea de la s ituación en que s e encuentr a
en el mapa de Fr ancia, B éthune nada me evoca, ni s iquier a una
es cena de Los tr es mos queter os . Hubier a debido empr ender viaj e
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03
Portafolio - Primer manifiesto surrealista [1924] Página 30 de 30
Copyr ight © 2001 por Venez uela Analitica Editor es . Res er vados todos los der echos .
Venez uela Analítica no s e hace r es pons able por el contenido publicado de fuentes ex ter nas .
file://D:\DESCAR~1\SOULSEEK\#FILOS~1/1FILOS~1/ANDRÉB~1.HTM 18/05/03