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Guia de Practica 07 2018
Guia de Practica 07 2018
PRÁCTICA 07
I. OBJETIVOS
1.1 Observar el comportamiento de algunos alimentos cuando éstos son almacenados en refrigeración
y congelación.
1.2 Apreciar, comprender y evaluar la calidad de los alimentos dañados por el frío.
La mayor parte de los alimentos para el consumo humano, son altamente perecibles, y para prolongar
su vida de almacenamiento, es necesario utilizar métodos de conservación como la refrigeración y la
congelación.
El daño por frío es un fenómeno fisiológico que puede ocurrir en frutas y hortalizas cuando son
expuestas a bajas temperaturas. Los frutos de origen tropical se ven afectadas cuando son sometidas
antes o después de la cosecha a temperaturas sobre el punto de congelación, pero por debajo de 10C.
a. Alimentos de estructura celular, que son la mayoría: carnes, pescados, verduras, frutas, legumbres,
etc.
b. Alimentos sin estructura celular: algunas salsas.
La membrana celular, que en el caso de las células de origen animal está compuesta por una serie de
capas lipoproteínicas, y que en el caso de las células vegetales puede intervenir también una capa de
celulosa para dar consistencia a la célula.
La función de la membrana celular es básica para la vida de la célula ya que es la encargada de dejar
pasar los nutrientes hacía el interior y de permitir la salida de las sustancias tóxicas resultantes de su
metabolismo.
La membrana ejerce por lo tanto una función permeable selectiva. Esto es muy importante en los
procesos de refrigeración y congelación de los alimentos.
La refrigeración es aquella operación unitaria mediante el cual utilizando temperaturas que están por
encima del punto de congelación del agua (0C), se conserva el alimento por un tiempo determinado,
dependiendo de las características del alimento.
El objetivo de la refrigeración es retardar el deterioro por procesos microbiológicos, químicos y
físicos. Las mermas de la calidad obedecen sobre todo a la acción de las bacterias psicrófilas
(Pseudomonas, Flavobacterium, Achromobacterium) y de algunos mohos (Monilia, Penicilium,
Thammidium, Cladosporium).
Los cambios comunes en los alimentos durante su almacenamiento en refrigeración son: pérdida de
firmeza y vigor en las frutas y hortalizas; cambios en el color de la carne roja; oxidación de grasas;
reblandamiento de los tejidos y escurrimiento del pescado; pérdida de frescura en los pasteles;
formación de terrones y costras en los alimentos granulares; pérdida de sabor; y un gran número de
manifestaciones del deterioro microbiano, a menudo exclusivas a un alimento específico y causadas
por algún organismo generador de la descomposición.
Pero el efecto más significativo de la refrigeración sobre las características organolépticas de los
alimentos es el endurecimiento provocado por la solidificación de las grasas y aceites. Se ha
comprobado que las pérdidas del valor nutritivo de los alimentos del tipo cocinados-refrigerados son
las siguientes: pérdidas insignificantes en tiamina, riboflavina y retinol, pero pérdidas diarias del 3,3 al
16% a 2C en el contenido de vitamina C. Esta fluctuación se debe a los diferentes tiempos de
enfriamiento, temperaturas de almacenamiento, grado de oxidación, proporción de la superficie del
alimento expuesta al aire y condiciones durante el recalentamiento.
La congelación es aquella operación unitaria en la que la temperatura del alimento se reduce por
debajo de su punto de congelación, con lo que una proporción elevada del agua que contiene cambia
de estado formando cristales de hielo.
Cuando la congelación es lenta, el agua retenida se congela formando cristales grandes. Pero hay que
distinguir entre el agua retenida en el interior de las células y el agua retenida en los espacios
intercelulares.
El agua presente en los espacios intercelulares tiene una concentración menor en nutrientes que la que
hay en el interior de la célula. Por ello congela antes haciendo que el fluido extracelular se concentre
en nutrientes, lo que provoca una salida de agua de las células circundantes para compensar esa
concentración. Esto provoca una contracción de las células, una deshidratación y desnaturalización de
las proteínas contenidas en ellas, rotura de la membrana celular, etc. En resumen, con la congelación
lenta se provoca la rotura de la estructura celular de los alimentos.
Cuando la congelación es muy rápida, como cuando se utiliza nitrógeno líquido, se congela el agua
presente en el interior de la célula formando pequeños cristales, antes de que se formen cristales más
grandes extracelulares, de esta forma se preserva la estructura celular del producto congelado.
Muchos fenómenos de deterioro o cambios se pueden evitar usando embalajes impermeables al vapor
de agua y al oxígeno, así como el acondicionamiento bajo vacío, también contra la luz.
3.1 Materiales:
- Frutas, hortalizas y carne (lechuga, palta, plátano, carne).
- Papel filtro.
- Termómetro.
3.2 Equipos:
- Refractómetro.
- Potenciómetro.
- Balanza.
- Prensa manual.
- Cámaras de refrigeración y congelación.
3.3 Procedimiento
3.3.1 Los alimentos como lechuga, palta, plátano, etc. se dañan irreparablemente si son almacenados
a temperatura cercana al punto de congelación. En este experimento se estudiará este fenómeno.
a. Almacenar plátanos, paltas, lechugas (en estado pintón) a 34F (1,1C) por una semana en la
refrigeradora.
b. Observar los cambios sufridos por los alimentos en el transcurso de una semana, hacer
evaluaciones diarias.
c. Sacar los alimentos del refrigerador y observar su comportamiento con el tiempo, aspecto general,
maduración, textura, color, olor, peso, etc.
3.3.2 Evaluar el comportamiento de la carne antes y después de haber sido mantenida en refrigeración
y congelación y sin empaque por una semana, desarrollando pruebas de textura, capacidad de
retención de agua (CRA), pH, peso total, color, olor, etc.
Reportar los resultados de cada uno de los experimentos realizados y discutir en base a los datos y a la
revisión bibliográfica.