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APARTADO Página
1. INTRODUCCIÓN 1
2.1. INTRODUCCIÓN 7
3. ANTECEDENTES 21
3.1. INTRODUCCIÓN 21
IX
3.3.2. Generación de regímenes variables y afección por los 58
mismos. Modelos
3.5. CONCLUSIONES 64
4. OBJETIVOS 67
5. MATERIALES Y MÉTODOS 71
5.1. INTRODUCCIÓN 71
6. RESULTADOS 137
X
6.4. CONTRASTE EXPERIMENTAL DEL MODELO DE LLAVE 159
HIDRÁULICACON PILOTO REGULADOR DE PRESIÓN EN RÉGIMEN
PERMANENTE
7. CONCLUSIONES 231
8. REFERENCIAS 235
A III.2.1. Modelo completo con condición de límite aguas abajo fija 257
XI
A III.2.2. Resolución del punto de funcionamiento en el modelo 260
simplificado
XII
LISTA DE SÍMBOLOS
Ecuación de
Símbolo
dimensión
celeridad de las ondas de presión en el régimen variable en
a [L][T]-1
corrientes forzadas
A área, superficie circular equivalente, matriz de evolución del sistema [L]2, [L]2, -
a0 coeficiente de ajuste de la ecuación característica de una bomba [L]
a1 coeficiente de ajuste de la ecuación característica de una bomba [L]-2[T]
a2 coeficiente de ajuste de la ecuación característica de una bomba [L]-5[T]2
ASCII American Standard Code for Information Interchange -
B matriz de aplicación del control -
carrera o desplazamiento máximo del elemento de cierre, matriz de
C [L], -
observación
Cc coeficiente de contracción adim.
Cd coeficiente de descarga, coeficiente de déficit adim., adim.
CD coeficiente de ajuste de la ecuación de desagüe [L]5/2[T]-1
Cp coeficiente de filtración profunda adim.
CP parámetro que tiene en cuenta variables geométricas adim.
CQ coeficiente de pérdida de carga adim.
Cu coeficiente de uniformidad de riego adim.
cµ coeficiente de rozamiento viscoso [M][T]-1
d diámetro de un orificio [L]
D diámetro, matriz de transmisión directa del control [L], -
DN diámetro nominal [L]
E número de EULER adim.
f factor de rozamiento en tuberías, función genérica adim., -
[M][L][T]-2,
F fuerza, fracción de suelo
adim.
altura de presión correspondiente al equilibrio dinámico del
F*L [L]
elemento de cierre de una llave hidráulica
FL parámetro de cavitación adim.
g aceleración de la gravedad, función genérica [L][T]-2, -
h altura de presión [L]
energía por unidad de peso de una corriente en una sección con
H [L], [L]
movimiento uniforme, lámina de riego
altura de presión aguas abajo de un regulador de presión a la que
h20 [L]
éste comienza a funcionar
altura de presión aguas abajo de un regulador de presión a la que
h2F [L]
éste cierra completamente
XIII
Ecuación de
Símbolo
dimensión
hf pérdidas de carga [L]
ISA The Intrumentation, Systems, and Automatization Society -
ISO International Standard Organization -
k aspereza de arena equivalente, constante recuperadora de un resorte [L], [M][T]-2
K coeficiente de pérdidas de carga localizadas adim.
K0 parte de K en una llave independiente de la posición del opérculo adim.
coeficiente de ajuste de la función de pérdidas de carga en una llave
K1 adim.
que es dependiente de la posición del opérculo
kC parámetro de cavitación adim.
Kc coeficiente de cavitación adim.
Kop parte de K en una llave dependiente de la posición del opérculo adim.
KQ coeficiente de pérdidas de carga referidas al caudal [L]-5[T]2
Kv coeficiente de caudal o factor de flujo [L]5/2[T]-1
L longitud [L]
l,l’,l’’ variable genérica de dimensión longitudinal [L]
LLHPRP llave hidráulica con piloto regulador de presión -
m masa [M]
exponente que relaciona la variación de la sección de paso que
n -
permite el elemento de cierre de una llave con su desplazamiento
N relación de giro de una bomba respecto de la nominal adim.
[M][L]-1[T]-2,
p presión, probabilidad
-
Q gasto o caudal [L] [T]-1
3
XIV
Ecuación de
Símbolo
dimensión
y vector de variables de salida de un sistema -
z cota [L]
INDICES EN SIMBOLOS
Índice
XV
Índice
P relativo al piloto
r de rozamiento, relativo
r a regular, requerida
S estática
v relativo al término vapor o al fenómeno de la cavitación
OTROS SIMBOLOS
Ecuación de
Símbolo
dimensión
∆ diferencia, incremento finito -
∆z coeficiente de ajuste de la ecuación de desagüe [L]
parámetro de ajuste que relaciona la velocidad de cierre de una
α [M]-1[L]2
llave con la presión aguas abajo de ésta
δS parámetro de la curva del efecto STRIBECK adim.
γ peso específico [M][L]-2[T]-2
µ coeficiente de rozamiento adim.
número PI, parámetros de la ecuación de equilibrio de fuerzas del
π -, adim.
elemento de cierre de RPADs
parámetros de la ecuación de equilibrio de fuerzas del elemento
πL adim.
de cierre de una llave hidráulica
parámetros de la ecuación de equilibrio de fuerzas del elemento
πP adim.
de cierre de un piloto
θ ángulo adim.
ρ densidad [M][L]-3
σ parámetro de cavitación adim.
ω sección [L]2
XVI
1. INTRODUCCIÓN
En la presente tesis, que lleva por título Caracterización de llaves1 hidráulicas automáticas y
modelación de su funcionamiento en sistemas de riego, se estudian y aplican los principios del
funcionamiento de las llaves a las que el título hace alusión. Los desarrollos matemáticos que
componen la tesis y que dan lugar a ecuaciones y éstas, a su vez, a modelos, son analíticos. No
obstante, la experimentación, al igual que ocurre con el resto de ramas que integran la
Hidráulica, ocupa un lugar importante, tanto para llevar a cabo la calibración de los parámetros
de las ecuaciones que son fruto de los desarrollos matemáticos mencionados, como para llevar a
cabo el contraste de los modelos. Por este motivo, la metodología y materiales experimentales
ocupan un lugar relevante. A este respecto, la experimentación se ha llevado a cabo en
laboratorio, y los principales esfuerzos en relación con la misma han ido dirigidos hacia medir y
controlar con precisión suficiente las variables implicadas. Ya en segundo plano, aunque no por
ello descuidada, ha quedado la tarea de facilitar la toma de medidas.
Las funciones más frecuentes de este tipo de llaves en las redes de distribución y, en particular,
en las de riego son las de regulación de presión y limitación de caudal. La primera de las
funciones está relacionada con el control que requiere el regante sobre las operaciones de riego y
la segunda con evitar el fenómeno de “caída de la red” y garantizar el buen funcionamiento de la
misma.
En primer lugar, debe mencionarse que la regulación ejercida por las llaves hidráulicas
automáticas es posible gracias a que son capaces de producir pérdidas de carga mediante las que
tratan de conducir el valor de la variable controlada hacia el deseado. Es por ello que el estudio
de la pérdida de carga en una llave, así como su variación con los elementos móviles de la
misma, son asuntos a los que se dedica un esfuerzo importante en la tesis. Estas pérdidas de
carga se producen gracias al estrechamiento de la sección de paso que llevan a cabo las llaves,
por lo que el fenómeno de la cavitación que puede aparecer con velocidades altas que se dan en
dicho estrechamiento es también estudiado. El fenómeno de la cavitación, en caso de darse, a su
vez, puede incrementar significativamente las pérdidas de carga, por lo que se estudia la relación
existente entre ambos fenómenos.
1
Frecuentemente denominadas válvulas.
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Por otro lado, el elemento de cierre de las llaves hidráulicas está sometido a una resultante de
empujes del fluido y de otras fuerzas debidas al funcionamiento de los propios elementos
mecánicos de las llaves que determinan la posición del mismo. Dicho equilibrio, por ser uno de
los aspectos relevantes sobre el proceso de control, es también estudiado.
La presente tesis se ha desarrollado dentro del programa de doctorado que lleva por título
Ingeniería Hidráulica y Energética, cuyo órgano responsable es el Departamento de Ingeniería
Civil: Hidráulica y Energética perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid (UPM).
El documento formal que conforma la tesis ha sido redactado para mostrar el problema resuelto y
su interés. El problema en cuestión se define en el Capítulo 4 que lleva por título Objetivos. Los
capítulos previos a éste recopilan los antecedentes existentes que justifican los objetivos y
permiten identificar el punto de partida con objeto de abordarlos con las mayores posibilidades
de éxito. Las contribuciones originales se muestran en el Capítulo 5 y son contrastadas y
valoradas en los siguientes.
2
Capítulo 1. Introducción
El Capítulo 5. Materiales y métodos recopila propuestas originales del autor, tanto de carácter
analítico como experimental. Los resultados correspondientes se presentan, valoran y usan para
sacar conclusiones en el Capítulo 6. Resultados. Por último, las contribuciones originales
alcanzadas en la tesis y los desarrollos futuros que de ésta se derivan se resumen en el Capítulo
7. Conclusiones.
Los objetivos de la tesis se pueden resumir, en primer lugar, predecir el funcionamiento de las
llaves hidráulicas automáticas mediante modelos matemáticos basados en principios físicos. En
segundo lugar, en proponer un procedimiento para ensayar dichas llaves y calibrar los
parámetros de los modelos, en tercer lugar, analizar la influencia de los posibles elementos
adicionales y sus ajustes sobre la regulación de la presión y los resultados de riego, en tercer
lugar. Y, por último, proponer un procedimiento para ajustar estas llaves en condiciones de
campo.
3
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Por último, para el estudio del fenómeno de golpe de ariete producido por el cierre de estas
llaves en los sistemas a presión de distribución y transporte, es indispensable el conocimiento de
la evolución de la posición del elemento de cierre durante dicha maniobra en función del tiempo.
En cuanto a la apreciación global de los principales resultados, es de destacar que los modelos
permiten simular y predecir con relativa precisión el funcionamiento de las llaves hidráulicas
automáticas. Se han elaborado varios modelos: uno para reguladores de presión de acción
directa en régimen permanente, otro para llaves hidráulicas dotadas de piloto regulador de
presión, también en régimen permanente, otro para régimen variable en este último tipo de llaves
hidráulicas automáticas y, por último, un modelo para cierre de llaves hidráulicas.
En particular, para régimen permanente, es posible predecir la presión aguas abajo de una llave
hidráulica dotada de piloto regulador de presión. También se ha analizado la influencia del ajuste
de los diferentes elementos que componen estas llaves sobre la calidad de regulación. Se ha
estudiado y propuesto cual debe ser el funcionamiento razonable de dichos elementos y como
llevarlo a cabo en condiciones de campo mediante la manipulación de los elementos ajustables.
En dichas llaves y en dichas condiciones, ni siquiera es necesario conocer sus características.
4
Capítulo 1. Introducción
Por otro lado, aspectos que han sido necesarios para poder desarrollar y calibrar los modelos
mencionados han sido los relativos a la relación existente entre la cavitación y las pérdidas de
carga. Así, se ha empleado un procedimiento de análisis de datos que, además de predecir las
pérdidas de carga, permite eliminar la incertidumbre acerca de si la posible cavitación tiene
influencia sobre las pérdidas de carga.
5
2. FUNCIONAMIENTO DE LAS LLAVES HIDRÁULICAS
2.1. Introducción
A continuación se recogen algunos términos considerados de utilidad para este trabajo. Son los
que siguen:
Automático: 2. adj. Dicho de un mecanismo: Que funciona en todo o en parte por sí solo.
Llave: 3. f. Instrumento que sirve para regular el paso de un fluido por un conducto.
Válvula: 2. f. Mecanismo que impide el retroceso de un fluido que circula por un conducto.
⎛k ⎞LU
2
h f = f ⎜ ,R ⎟ (2-1)
⎝ D ⎠ D 2g
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
U2
hf = K (2-2)
2g
⎡ ⎛k ⎞L ⎤ U2
h f = ⎢ f ⎜ ,R⎟ + K ⎥ ⋅ (2-3)
⎣ ⎝D ⎠D ⎦ 2g
Según esta expresión, el caudal, que se corresponderá con una determinada velocidad U, es aquél
que produce unas pérdidas de carga iguales a esa diferencia de energía disponible entre las
secciones extremas del tramo.
Al maniobrar una llave, se produce el desplazamiento del elemento de cierre, de modo que la
forma geométrica de la singularidad cambia y, por lo tanto, también el coeficiente K. La
respuesta ante una maniobra parcial de cierre consiste en que, al producirse un aumento de K, el
sumando cinético por cada unidad de diferencia de energía disminuye, tal y como se desprende
de la expresión (2-3). A este respecto, en el caso presentado, conviene aclarar que, en régimen
turbulento, el factor f se mantiene o aumenta al disminuir el gasto.
En relación con la presión, se deduce del análisis mediante las líneas piezométricas y de energías
correspondientes que, al ir cerrando una llave, se produce una disminución de dicha presión
aguas abajo de la misma y un aumento aguas arriba (ver figura 2.1). Esto es debido a que al
8
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
aumentar el coeficiente de pérdidas de carga, el caudal que circulará ahora será menor, por lo
que las pérdidas de energía en la tubería son menores. Luego, hasta llegar a la llave, se ha
perdido menos energía que cuando la llave estaba menos cerrada, por lo que la presión en la
sección inmediatamente aguas arriba ha aumentado. La disminución de la energía en la sección
inmediatamente aguas abajo es debida al aumento de pérdida de carga en la llave.
Llave
Depósito 2
Figura 2.1. Líneas de energía para diferentes grados de abertura de una llave. (Pérdidas de
carga en la embocadura y en la desembocadura no representadas).
Por otro lado, en el caso de pretender controlar varias variables, pueden existir
incompatibilidades impuestas por el sistema, y será necesario establecer prioridades entre las
acciones a realizar.
Se ha visto que las pérdidas de carga de los elementos del sistema que no son de control, o sea
que son estrictamente de conducción, intervienen en el proceso de control. A modo de ejemplo,
considérense los casos en los que estando los elementos de cierre de dos llaves idénticas en la
misma posición y que, ambas estén intercaladas en sendas tuberías idénticas en cuanto a desnivel
energético, diámetro y material, pero no en cuanto a longitud. El caudal Q con relación al
máximo QM que circulará a través de ellas no será el mismo (ver figura 2.2).
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Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
0,9
0,8
0,7
0,6
Q /Q M
0,5
0,4
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
x /C
Figura 2.2. Valores relativos de caudal en relación con el grado de abertura de una llave interpuesta en
tuberías de igual diámetro, material y desnivel energético, y diferente longitud, en un sistema
análogo al de la figura 2.1. Además, la línea de trazos y puntos muestra los efectos del aumento
de la pérdida de carga de la llave por disminución de su tamaño (con semejanza geométrica pero
con diámetro nominal igual a la mitad del de la tubería) en relación con la de la conducción
uniforme para el caso de la tubería de longitud L’.
Puede apreciarse que, para reducir el gasto relativo en igual proporción, es necesario disponer el
grado de abertura de la llave más abierta en el caso del sistema con tubería de mayor longitud
que en el de la de menor longitud. Conviene tener presente que sólo se habla de la relación
Q/QM, ya que QM es mayor cuanto menores sean las pérdidas de carga en todos los elementos.
Luego, en el resultado del proceso de control, además de la propia llave reguladora, intervienen
el resto de los elementos del sistema.
En las redes de riego a presión, es frecuente instalar llaves automáticas que “velan” por el
correcto funcionamiento de la red. Atienden tanto a los intereses exclusivos del regante como a
los propios de la comunidad de regantes, entendida esta última como gestora de la red. Así, el
regante tiene interés en que la fluctuación de presión en su boca no afecte a los resultados de sus
10
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
Por otro lado, si un regante intenta organizar sus riegos con un gasto mayor que aquel para el que
la red ha sido proyectada, puede que, debido a ese gasto elevado, las pérdidas de carga en los
tramos de la red de distribución situados aguas arriba sean mayores que las previstas, y puede
que, en estas circunstancias, una parte del resto de las bocas de riego abastecidas por dichos
tramos puede que dispongan de una presión de servicio menor que la necesaria para regar
adecuadamente. Circunstancias como éstas pueden dar lugar al fenómeno conocido como “caída
de la red”. Para evitar la extracción un gasto mayor que el previsto, es frecuente dotar a las llaves
hidráulicas de las bocas de riego de un piloto limitador del gasto.
El fenómeno de caída de la red también podría darse ante una simultaneidad elevada de
operaciones de riego en una rama de la red, la cual tiende a dejar con presión insuficiente a otras
ramas. En este caso, se suelen instalar llaves hidráulicas sostenedoras de presión para garantizar
un nivel mínimo aguas arriba de la rama con simultaneidad elevada.
En redes de distribución con desniveles importantes, otra aplicación frecuente de las llaves
hidráulicas reguladoras de presión es la de mantener un nivel de presión, en el régimen
permanente, acorde con el timbraje de las tuberías implicadas. En ciertos casos, se dice que son
una alternativa a los depósitos de “rotura de carga”.
11
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
operaciones pueden realizarse con una llave de tres vías, en la que la toma común se conecta a la
cámara superior. A veces, a este tipo de llaves se les dota de un resorte con el que se intenta
mejorar bien la operación de cierre o bien la de apertura. La explicación a este respecto se
encuentra más adelante, concretamente tras la expresión (2-6) en este mismo apartado.
(a) (b)
Figura 2.3. a) Llave hidráulica de asiento y de pistón seccionada (fotografía tomada de Ross, 2000). b) Esquema
llave hidráulica de asiento y de diafragma (dibujo tomado de Bermad, 2000).
En lo que respecta a las llaves propiamente dichas, pueden tener una o dos cámaras (ver figura
2.4) y, por otro lado, pueden disponer o no de un muelle que favorezca la operación de cierre o
apertura de la misma.
(a) (b)
Figura 2.4. Configuraciones de llave hidráulica como: a) cámara doble y b) cámara simple
(dibujos tomados de Bermad, 2000).
El análisis de la influencia del muelle y del empuje sobre las cámaras correspondientes se
muestra en el capítulo 5. No obstante, un análisis simplificado como el que sigue para una llave
de cámara doble como la de la figura 2.4(a) puede servir de aclaración.
12
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
p1 ⋅ AL > p 2 ⋅ AL (2-4)
para que se produzca la apertura. Y para que se produzca el cierre, al poner en comunicación la
tomas de aguas arriba de la llave con la cámara superior, se ha de cumplir aproximadamente:
p1 ⋅ AC + p2 ⋅ AL > p1 ⋅ AL (2-5)
Para el caso de la llave de cámara simple como la de la figura 2.4(b), también puede hacerse un
análisis análogo al anterior.
Para que se produzca el cierre, al poner en comunicación la toma de aguas arriba con la cámara
superior, es necesario, de manera aproximada, que:
p1 ⋅ AC + p2 ⋅ AL > p1 ⋅ AL + p2 ⋅ AC (2-6)
Puede apreciarse que, en aquellas circunstancias en las que p2 esté muy próximo a p1 o en el caso
de que se manifestase una fuerza de rozamiento sobre el elemento de cierre de la llave, podría no
producirse el cierre. Por este motivo, es frecuente que las llaves de cámara simple dispongan de
un muelle que contribuya al cierre. De esta forma, para que se produzca el cierre ha de
cumplirse:
p1 ⋅ AC + p 2 ⋅ AL + Fm > p1 ⋅ AL + p 2 ⋅ AC (2-7)
Y para que se produzca la apertura, al poner en contacto la cámara superior con la atmósfera, es
necesario que:
13
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
p1 ⋅ AL + p2 ⋅ AC > p2 ⋅ AL + Fm (2-8)
A partir de (2-8) puede obtenerse la diferencia mínima de presiones entre aguas arriba y aguas
abajo para que la llave se abra.
Fm A
p1 − p2 > − p2 ⋅ C (2-9)
AL AL
Las llaves hidráulicas propiamente dichas no tienen funciones de control automático, pero sí
pueden realizar estas funciones en caso de contar con elementos adicionales que se opongan al
empuje resultante ejercido sobre el elemento de cierre. Ese empuje resultante es consecuencia
fundamentalmente de las presiones de aguas arriba y aguas abajo de la llave (pueden encontrarse
más detalles en el apartado 5.3.3 y en el Anexo II). En principio, tiene dirección normal a las
superficies sobre las que se ejercen los empujes y, según su sentido, el consecuente
desplazamiento del elemento de cierre se producirá en el sentido de cierre o de apertura. En caso
de disponer de un elemento adicional que equilibre automáticamente dicho empuje resultante, la
llave adquiere capacidad para realizar tareas de control automático. Los elementos más
frecuentemente empleados que son capaces de contrarrestar esa fuerza resultante son el resorte
(ver figura 2.5) y la cámara de presión (ver figuras 2.3 y 2.4). En esta última se puede introducir
el propio fluido que atraviesa la propia llave, caso más frecuente en las redes de riego, u otro
procedente de un circuito de control externo.
A veces, las llaves hidráulicas automáticas están dotadas de un controlador adicional a la propia
llave que funciona automáticamente. El más frecuente en las redes de distribución es el piloto.
Consiste en una llave similar a los reguladores de presión de acción directa y se intercala en el
circuito de control anexo a la llave (ver figura 2.6). El uso de pilotos (ver figura 2.7) en el
circuito de control aumenta las posibles variables a controlar y, por lo tanto, también las
funciones que puede realizar la llave automáticamente. Consisten en llaves hidráulicas
automáticas de tamaño más pequeño que la propia llave cuya acción es ejercida en el circuito de
control. Con ellos, también se busca mejorar la calidad de la regulación. De acuerdo con su
existencia o no, se puede realizar una clasificación de las llaves hidráulicas automáticas en
pilotadas y de acción directa.
14
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
Los reguladores de presión de acción directa (ver figura 2.5) son llaves automáticas que, por su
relativa sencillez, tienen limitadas las funciones que pueden realizar, así como los ajustes
relativos a su velocidad de actuación. Son llaves hidráulicas en las que la resultante de empujes
está en contraposición con la fuerza recuperadora de un resorte. Se suelen fabricar con el fin de
mantener la presión constante aguas abajo, como reguladores de presión, aunque también pueden
fabricarse para que realicen funciones de mantenimiento de presión aguas arriba, como
sostenedores de presión.
1
Caso de despreciar las componentes dinámicas de los empujes, y supuestas las proyecciones normales al eje de las
superficies del diafragma y del opérculo, idénticas en magnitud.
15
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Los reguladores de presión de acción directa y los pilotos disponen de un tornillo compresor del
resorte. La compresión inicial ∆x0 del resorte implica modificar la presión p0 a la cual comienza
a desplazarse el opérculo, que tiene un recorrido máximo o carrera, que se alcanza a una
determinada presión pF, mayor que p0. La diferencia entre pF y p0 puede elegirse, en la medida de
lo posible, mediante la selección del resorte, el cual queda caracterizado por su constante
recuperadora k. La explicación de esto último puede verse con el detalle requerido en el apartado
5.3.3, aunque, de manera simplificada, puede explicarse como sigue. El equilibrio del elemento
de cierre puede expresarse con:
p ⋅ A = k ⋅ (∆x 0 + x ) (2-10)
donde x es el desplazamiento del opérculo, que tiene como valor máximo la carrera C, y como
valor mínimo el valor nulo. Por otro lado, el opérculo comienza a desplazarse cuando p = p0, de
manera que:
A
∆x 0 = p 0 ⋅ (2-11)
k
Por lo tanto, en un determinado regulador de presión, la compresión inicial del resorte podría
seleccionarse en función de la presión a regular p0.
La presión teórica a la que el opérculo se habrá desplazado hasta su valor máximo C vendrá dada
por:
⎛ C ⎞
⋅ (∆x0 + C ) = p0 ⋅ ⎜⎜1 +
k
pF = ⎟⎟ (2-12)
A ⎝ ∆x0 ⎠
16
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
Es frecuente encontrar el término presión de “tarado”, pero según las ecuaciones (2-11) y (2-12)
no existe un valor único de presión regulada, sino un intervalo comprendido entre p0 y pF. Puede
deducirse a partir de estas dos últimas ecuaciones que la máxima diferencia de presión regulada,
respecto a la presión de inicio de funcionamiento, depende de la carrera C y de la compresión
inicial ∆x0, tal y como se puede apreciar en la expresión:
∆p pF − p0 C C ⋅k
= = = (2-13)
p0 p0 ∆x0 p0 ⋅ A
La constante del resorte k puede elegirse en función del valor máximo de la diferencia de presión
deseada ∆p, la carrera C y la superficie del opérculo A, tal y como muestra (2-13). La selección
del extremo inferior p0 del intervalo de presión regulada puede realizarse adoptando una
compresión inicial del muelle determinada, operación que puede ser llevada a cabo mediante la
manipulación del tornillo de ajuste de dicha compresión.
La presión regulada debe mantenerse, en teoría, dentro del intervalo de presiones determinado
por la presión inicial p0 a la que el regulador comienza a trabajar y la presión final pF a la que
cerraría completamente.
Mediante el uso de pilotos se persigue que un cambio en la variable a controlar desate una
variación del flujo circulante por el circuito de control, de manera que el cambio inicial sea
contrarrestado. Así, a modo de ejemplo, en caso de tener una llave hidráulica con funciones de
regulación de presión, ante un aumento de presión, el opérculo de dicha llave hidráulica debe
cerrarse, lo que se consigue aumentando la presión en la cámara superior de dicha llave. A su
vez, el aumento de la presión en la cámara superior se consigue restringiendo, por medio del
piloto, la sección de paso entre la cámara superior y la toma de aguas abajo de la llave principal.
En cualquier caso, los principios explicados en el apartado 2.3 son la base del funcionamiento de
las llaves hidráulicas automáticas. Dichos principios son aplicables tanto a la propia llave y a la
conducción en la que está alojada, como a los pilotos en su circuito de control.
17
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Piloto de
dos vías
Llave de
aguja QP
QP Ll
Cámara Ac
superior
pc
Resorte de
la llave
p1 p2
Q
AL
Figura 2.6. Esquema de llave hidráulica reguladora de presión con piloto de dos
vías.
Se ha visto que, en estas llaves, la posición del opérculo se cambia introduciendo o sacando un
volumen relativamente pequeño de agua en la cámara o cámaras. El volumen introducido o
extraído en la unidad de tiempo es el que determina la velocidad de desplazamiento del opérculo.
Este caudal puede modificarse aumentando la resistencia al flujo de los elementos por los que
circula, lo que se hace frecuentemente con llaves de aguja.
Las llaves piloto de la figuras 2.7(a) y 2.7(b) funcionan con los mismos principios que los
reguladores de presión de acción directa. La sección en la que se quiere regular la presión se
conecta a la toma correspondiente, de manera que se establece un equilibrio entre el empuje
resultante y la fuerza recuperadora del resorte. El piloto de la figura 2.7(a), ante un aumento de
presión, abre la sección de paso. Se podría emplear para sostener la presión de aguas arriba, de
forma que, ante una disminución de dicha presión, el piloto se cierra y, como consecuencia de
ello, la llave también lo hace. El de la figura 2.7(b) hace justo lo contrario, de forma que, si la
presión aumenta, su sección de paso disminuye, con lo que se produce un aumento de la presión
en la cámara superior de la llave, lo que hace que ésta se cierre, estableciéndose una nueva
situación de equilibrio.
Análogamente a como se ha visto para el regulador de presión de acción directa, los pilotos
cuentan con un tornillo compresor del resorte que permite ajustar el intervalo de la variable a
regular.
18
Capítulo 2. Funcionamiento de las llaves hidráulicas
Los pilotos en cuestión tienen un tamaño para adecuarse al circuito de control y pueden ser de
dos o de tres vías. Los de dos vías establecen una conexión permanente entre la cámara superior
y aguas abajo de la llave, de manera que la circulación de caudal por ellos es continua. Sin
embargo, en los de tres vías sólo se da circulación de fluido cuando hay un desequilibrio y es
precisa su actuación. La circulación es discontinua, y solamente permiten el flujo de agua cuando
se produce una desviación en relación con el valor de referencia.
Con objeto de limitar el caudal, es frecuente encontrar pilotos de paleta, como el mostrado en la
figura 2.7(c). En ellos el empuje ocasionado por el flujo sobre dicha paleta comprime un resorte,
dando lugar a un resultado análogo al descrito para otros tipos de pilotos. También se usa otro
tipo de pilotos limitadores de caudal, análogos al regulador de presión de la figura 2.7(b), cuando
se dispone de un elemento en el que la presión diferencial en el mismo está relacionada con el
caudal. Tal es el caso de orificios aforadores, cuyas secciones de aguas arriba y aguas abajo se
ponen en contacto, respectivamente, con la parte inferior de la membrana del piloto y con la
superior. De esta manera un caudal por encima del regulado produce una diferencia de presiones
tal, que los empujes ocasionados por éstas, a ambos lados del diafragma, cierra el opérculo del
piloto, con el consiguiente aumento de presión en la cámara superior, cierre de la llave y, por lo
tanto, disminución del caudal.
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3. ANTECEDENTES
3.1. Introducción
En las bocas de riego, las regulaciones del caudal y la presión se realizan mediante elementos de
control que producen pérdidas de carga localizadas, que pueden aumentarse o reducirse a
voluntad dentro de los límites físicos posibles. En este capítulo, se revisan los trabajos existentes
sobre el comportamiento de las llaves de control, centrándose en las pérdidas de carga que van a
producir y, en el fenómeno de la cavitación, que podrá influir a su vez en dichas pérdidas y, por
tanto, en la regulación, así como en la vida útil de la instalación.
Desde el punto de vista de la hidráulica clásica, la pérdida de carga se estudia con el método
unidimensional de análisis de corrientes líquidas y la ecuación general de la hidráulica, a los
que se une de forma inseparable la experimentación en laboratorio. Por otro lado, desde hace
relativamente poco tiempo, con el uso de las técnicas de cálculo numérico es posible la
estimación de los campos de velocidades y presiones mediante la integración de las ecuaciones
de NAVIER-STOKES junto con las tensiones aparentes o de REYNOLDS y la inclusión de
algún modelo matemático para tener en cuenta la turbulencia. En Rodi (2000) puede encontrarse
una colección de aplicaciones de modelos de turbulencia a problemas hidráulicos. También, en
Chung (2002) y en Ferziger y Perić (2002) pueden encontrarse sendos tratados amplios acerca de
estas técnicas. Este trabajo se va a centrar en los basados en la hidráulica clásica y no va a
contemplar los segundos.
Las llaves son elementos que permiten regular el flujo provocando un estrechamiento de su
sección de paso, de forma que la velocidad de paso se incrementa y con él las pérdidas de carga.
El sumando cinético correspondiente puede incrementarse lo suficiente como para que la presión
del seno de la corriente descienda hasta el valor correspondiente a la presión de vapor, con la
consiguiente cavitación. La relación entre la cavitación y las pérdidas de carga va a ser tratada en
este trabajo, pero no los efectos de la cavitación sobre los materiales u otros aspectos
relacionados, como por ejemplo las vibraciones.
Las pérdidas de carga en las llaves están íntimamente ligadas a su forma geométrica. Pueden
encontrarse clasificaciones de tipos de llaves según la forma geométrica, y según otras
características como, materiales de construcción, número de secciones de entrada y/o salida,
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
modo de accionamiento y aplicación habitual, en referencias como, por ejemplo, García (1999),
Skousen (1997) y Zappe (1999).
Por otro lado, los automatismos de las llaves hidráulicas están basados en situaciones de
equilibrio entre los empujes debidos fundamentalmente a la presión y las fuerzas recuperadoras
de resortes o elementos similares. El estudio de dichas situaciones de equilibrio es una parte
fundamental del presente capítulo.
2
⎛l l ⎞U
h f = K ⎜ , , ..., R, ...⎟ (3-1)
⎝ l' l'' ⎠ 2g
El recorrido a lo largo de un punto singular es relativamente corto, por lo que las pérdidas por
rozamiento longitudinal son insignificantes en comparación con las debidas a los remolinos
producidos por los efectos de separación de la capa límite. No obstante, a pesar de que ambas
22
Capítulo 3. Antecedentes
La pérdida de energía en un ensanchamiento brusco (figura 3.1a) puede ser estudiada a partir del
método unidimensional, para ello se aplican los principios de conservación de la cantidad de
movimiento y la energía, entre la sección inmediatamente posterior al ensanchamiento 1’ y
aquella en la que el flujo uniforme se ha reestablecido 2.
Q
ω1 Q ω2 ω1 Cc·ω2 ω2
1’
a) b)
El estudio de pérdida de carga para un ensanchamiento brusco, así realizado, se conoce como
teorema de BELANGER-BORDA (Carlier, 1972) y conduce a la expresión:
hf =
(U 1 − U 2 )2 (3-2)
2g
2
⎛ ω1 ⎞ U 12
h f = ⎜⎜1 − ⎟⎟ (3-3a)
⎝ ω2 ⎠ 2 g
donde los subíndices 1 y 2 hacen referencia respectivamente a la sección de aguas arriba y aguas
abajo. El término cinético que multiplica a este coeficiente, para expresar las pérdidas de carga,
viene referido a la sección de menor diámetro. El coeficiente de pérdidas de carga es función de
parámetros geométricos como puede verse en:
23
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
2
⎛ ω1 ⎞ ⎡ ⎛ D1 ⎞ ⎤
2 2
K = ⎜⎜1 − ⎟⎟ = ⎢1 − ⎜⎜ ⎟⎟ ⎥ (3-3b)
⎝ ω 2 ⎠ ⎢⎣ ⎝ D2 ⎠ ⎥⎦
Así por ejemplo, de (3-2) se obtiene que en la desembocadura a un depósito (U2 ≈ 0) la pérdida
de carga es el sumando cinético. O también, de (3-3a) bajo la aceptación de ω2 >> ω1.
En el caso de que el ensanchamiento no sea brusco, sino que se trate de un difusor troncocónico,
para el uso del coeficiente de pérdidas de carga es necesario recurrir a datos experimentales. A
este respecto, están disponibles los estudios realizados por Gibson (1912) [Streeter 2000], donde
se muestran relaciones gráficas de un factor corrector para multiplicar a (3-3b). En relación con
este factor, merece la pena destacar que están comprendidos entre cero y valores ligeramente
mayores que la unidad, dependiendo, en primer lugar, del ángulo del ensanchamiento de dicho
difusor troncocónico y, en segundo lugar, del valor de la relación de diámetros. Como cabía
esperar, los valores próximos a cero se corresponden con un grado de aerodinamismo elevado y,
para el caso de ensanchamiento brusco, tiene valor unidad.
De considerar la ecuación (3-3a) tal como está escrita, o sea, sin el coeficiente corrector
mencionado en el párrafo anterior, la máxima pérdida de carga que se puede tener en un
ensanchamiento brusco es el sumando cinético, caso que se producirá cuando la relación de
diámetros tienda a cero.
La pérdida de carga en un estrechamiento brusco (figura 3.1b), también puede ser estudiada
aplicando los mismos principios que en el ensanchamiento. Se puede seguir considerando que las
pérdidas longitudinales son despreciables frente a las debidas a efectos de forma y, además, que,
en la zona de convergencia de líneas de corriente, las pérdidas de carga son insignificantes en
relación con las que se producen en la zona de divergencia, por lo que prácticamente la totalidad
de las mismas se producen en esta última zona. La separación del flujo del contorno del conducto
va a implicar la aparición de una sección contraída, caracterizada por un coeficiente de
contracción Cc. Aplicando el teorema de BELANGER-BORDA entre las secciones contraída y
la de aguas abajo con flujo uniforme, se tiene que las pérdidas de carga en un estrechamiento
están dadas por:
24
Capítulo 3. Antecedentes
2
⎛ 1 ⎞ U 22 U2
2
h f = ⎜⎜ − 1⎟⎟ =K (3-4)
⎝ Cc ⎠ 2 g 2g
En la ecuación (3-4) se puede apreciar que cuanto mayor sea la contracción producida, que se
traduce en menor Cc, mayor será también el coeficiente K de pérdida de carga localizada. Puesto
que, en realidad, se trata como si fuese un ensanchamiento brusco, la pérdida de carga máxima
será también la correspondiente al término cinético, teniendo presente, que es el término cinético
de la sección contraída. En la expresión (3-4), el coeficiente de pérdida de carga K, al haberse
referido a la sección ω2, podrá ser varias veces el sumando cinético de dicha sección, y su valor
lo determina Cc.
2 3
⎛d⎞ ⎛d⎞ ⎛d⎞ d
Cc = 0,611 + 0,024⎜ ⎟ − 0,013⎜ ⎟ + 0,196⎜ ⎟ válido para 0 < < 0,8 (3-5)
⎝D⎠ ⎝D⎠ ⎝D⎠ D
Como se puede observar, dicho ajuste no tiene carácter general, sino que sólo es válido dentro
del intervalo de relación de diámetros especificado y sólo para el caso de contracción brusca.
25
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Juana et al. (2002a) usan asimismo la relación entre dichos coeficientes de contracción y el
coeficiente de pérdida de carga por inserción de goteros en ramales. Los valores de los
coeficientes de contracción son estimados a partir de la comparación entre el grado de
obstrucción, producida por la inserción del gotero en la tubería del ramal, y los resultados de
Mises (1917). La utilidad de dichos coeficientes queda patente en los resultados experimentales
de Juana et al. (2002b).
La pérdida de carga en un orificio interpuesto en una tubería (ver figura 3.2) puede asimilarse a
la producida en la expansión desde la sección contraída ωc = Cc·ωe hasta ω. Siendo ωe la sección
definida por el estrechamiento, en este caso orificio circular de diámetro d, y ω la de la tubería de
diámetro D, de acuerdo con (3-3b), la pérdida de carga viene dada por:
2 2
⎛ω ⎞ U2 ⎛ ω ⎞ U2
h f = ⎜⎜ − 1⎟⎟ = ⎜⎜ − 1⎟⎟ (3-6)
⎝ ωc ⎠ 2 g ⎝ Cc ⋅ ω e ⎠ 2 g
ω ωe ωc Q
ω
1 c 2
26
Capítulo 3. Antecedentes
El flujo en el interior de una llave podría considerarse como una serie de expansiones y
contracciones, en las que hay que tener presente que la forma geométrica cambia en función de
la posición del opérculo. Esto, unido a la complejidad geométrica de algunas llaves hidráulicas,
hace que la caracterización de las pérdidas de carga mediante coeficientes de contracción tenga
difícil aplicación. Luego, desde el punto de vista práctico, el estudio de pérdida de carga en
llaves mediante coeficientes de contracción podría tener aplicación en algunas llaves de forma
geométrica relativamente sencilla, como pueden ser las de compuerta y las de mariposa. No
obstante, expresiones como las apuntadas pueden tener una validez más general, caso de ser
usadas para hacer equivalencias.
Sarpkaya (1959) estudia analíticamente el movimiento plano de una corriente entre dos planos
paralelos alrededor de una lámina oblicua (Figura 3.3). Dicho movimiento se puede asimilar al
de una llave de mariposa, con la dimensión en la dirección de su eje de giro supuesta infinita.
Los resultados analíticos del estudio se contrastan con los resultados experimentales de pérdida
de carga en una llave de mariposa real dando resultados satisfactorios. El estudio está basado en
el análisis del movimiento potencial plano mediante la definición de transformaciones conformes
sucesivas sobre la velocidad compleja, el uso de la transformación de Schwartz-Christoffel y, por
último, la integración numérica de la función resultado de los procesos anteriores. La solución
permite obtener el valor de los coeficientes de contracción de ambos chorros. En la tabla 3.1 se
muestran los resultados más relevantes de este trabajo.
Para β = 90º
x Cc1·x
α (º) Cc1 Cc2
10 0,904 0,578
β 20 0,851 0,571
α 30 0,808 0,569
40 0,768 0,570
45 0,750 0,572
50 0,734 0,574
x Cc2·x 60 0,701 0,580
70 0,670 0,587
Figura 3.3. Esquema de análisis del flujo entre dos planos paralelos 80 0,640 0,597
alrededor de una lámina plana. 90 0,611 0,611
Tabla 3.1. Algunos resultados del estudio
del flujo de la figura 3.3
(Sarpkaya, 1959).
Para ángulos β menores de 90º los valores de los coeficientes de contracción difieren de los
mostrados en la tabla 3.1, y el coeficiente Cc2 lo hace más que el Cc1.
27
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
A la vista del grado de elaboración matemática que conlleva este último trabajo, puede decirse
que el estudio de la pérdida de carga mediante coeficientes de contracción está restringido a
formas geométricas sencillas, en las que las superficies son planas y las velocidades en las
secciones contraídas tienen una dirección definida.
Las llaves son dispositivos que permiten regular las variables del flujo gasto y presión, esta
última, tanto aguas arriba como aguas abajo, y todo ello, variando su sección de paso. Las
pérdidas de energía pueden caracterizarse con el coeficiente de pérdidas de carga K, que va a ser
función del desplazamiento x o, en su caso, del ángulo de giro θ, del elemento de cierre.
Dop Opérculo
Dop
x
x
Figura 3.4. Esquema del flujo y parámetros que determinan la sección de paso en una llave de
asiento.
28
Capítulo 3. Antecedentes
Cuando la superficie lateral del cilindro imaginario es mayor que la sección del orificio en el
cuerpo, el flujo queda limitado de forma aproximada por ésta última, por lo que desplazar el
opérculo por encima del punto en el que se alcanza la igualdad de áreas no disminuye el
coeficiente K de pérdida de carga (DVIR, 1997). Por esta razón, se afirma que es frecuente que
los fabricantes de este tipo de llaves adopten un desplazamiento máximo o carrera C que cumple
la expresión:
Dop
C= (3-7)
4
obtenida de igualar el área del opérculo y la superficie lateral del cilindro. La explicación de esto
último se basa en que es presumible que el desplazamiento del opérculo por encima de dicho
máximo pueda formar un espacio adicional, en el que pueden jugar un papel importante los
remolinos, de manera que puede que no sólo no se produzca una reducción significativa de las
pérdidas de carga, sino que incluso aumente el coeficiente K al abrir completamente la llave.
Teniendo en cuenta que, en los razonamientos que conducen a (3-7), se han omitido los
fenómenos que se producen en el flujo de líquidos reales, tales como, pérdida de carga por
rozamiento y forma, conviene tener presente que de dicha expresión debe tomarse solamente
como orientación. No obstante, el interés de la expresión radica en que, a partir de una
determinada posición x del elemento de cierre suficientemente grande y, en principio, no
determinable a priori, el valor del coeficiente K puede que no se vea afectado significativamente.
Las pérdidas de carga en una llave pueden estudiarse mediante la relación (3-1), correspondiente
a singularidades, ya que, en una de dichas llaves, se producen unas pérdidas de carga
relativamente importantes en una distancia relativamente corta, por lo que puede considerarse
como una singularidad, aunque de forma geométrica variable. Por otro lado, se ha visto que, en
la práctica, K se considera función de relaciones adimensionales de parámetros geométricos,
entre los que debe destacarse el grado de abertura, representado por el parámetro adimensional
x/C, o en su caso θ/θ0. De esta forma, el funcionamiento de una llave, en lo que a pérdida de
carga se refiere, queda caracterizado por la curva K(x/C), y que, al aceptarse la independencia de
K respecto de R, todas las llaves que sean geométricamente semejantes se caracterizarán por la
misma curva K(x/C).
29
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
A veces, en vez del coeficiente K de pérdidas de carga, se usa el coeficiente de pérdidas de carga
referidas al caudal KQ, dado por:
hf = K Q ⋅ Q 2 (3-8)
K
KQ = (3-9)
2 gω n
2
donde, puede apreciarse que están relacionados por la aceleración de la gravedad y la sección
nominal de la llave. KQ es un coeficiente dimensional, concretamente con ecuación dimensional
de longitud por unidad de gasto al cuadrado. Para cada tamaño de una serie de llaves
geométricamente semejantes es necesaria una curva KQ(x/C) diferente. No obstante, para
relacionar las diferentes curvas entre sí, podrían aplicarse relaciones de semejanza teniendo en
cuenta la relación (3-9). El coeficiente KQ presenta la misma característica que K, mínimo para la
llave completamente abierta y se hace infinito cuando ésta cierra completamente.
Un parámetro que evita la tendencia a valores infinitos es el coeficiente de gasto o factor de flujo
Kv. Se define por la relación siguiente:
Q
Kv = (3-10)
hf
30
Capítulo 3. Antecedentes
2 gω n
2
Kv = (3-11)
K
1
KQ = 2 (3-12)
Kv
El parámetro Kv adopta el valor cero para la llave cerrada y un máximo finito cuando está
completamente abierta, excepto en los casos en los que la pérdida de carga sea nula con gasto
mayor que cero. Además, no es adimensional.
Se pueden usar otros coeficientes para definir la pérdida de carga en llaves, entre ellos, en (3-13),
se muestra el propuesto por TULLIS (1989). Es un coeficiente adimensional, denominado
coeficiente de descarga Cd y, al igual que el anterior, es máximo y menor o igual que uno para la
llave completamente abierta y nulo cuando está cerrada.
U
Cd = (3-13)
2 gh f + U 2
El máximo valor teórico que puede alcanzar este coeficiente es la unidad, y se corresponde con
una llave que, completamente abierta, no diese lugar a pérdidas de carga. Su relación con el
coeficiente de pérdidas de carga K viene expresada por:
1
Cd = (3-14)
1+ K
En lo relativo a pérdida de carga, una llave quedará caracterizada por la relación entre cualquiera
de estos coeficientes (K, KQ, Kv, Cd,…) y la posición relativa x/C del opérculo de la llave. En la
información técnica de aquellos fabricantes que la facilitan, es general encontrar el valor de
alguno de éstos coeficientes para diversos tamaños de llave (frecuentemente Kv0), sólo para
cuando éstas se encuentran completamente abiertas. También se encuentra, aunque no tan
frecuente, la relación Kv/Kv0 en función del grado de abertura x/C. En caso de existir semejanza
geométrica entre diversos tamaños de llaves, esta relación será aplicable a todas ellas teniendo en
cuenta (3-11) y la invariabilidad de K.
31
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Para una hf dada, coincidente con un desnivel energético fijo entre los extremos de una llave, la
relación Kv/Kv0 coincide con Q/Q0, equivalencia que se deduce a partir de la expresión (3-10). El
desnivel energético fijo entre los extremos de la llave implica que el resto del sistema externo a
la llave no va a intervenir en la regulación del caudal. Esta relación entre el gasto
correspondiente a una determinada abertura y el correspondiente a la abertura máxima, en ambos
casos con la misma hf, ha sido denominada característica inherente de una llave (Cabrera et al.,
1996).
En el apartado 2.3 se ha visto que, en la relación de gastos, influye también el resto de los
elementos del sistema (ver Figura 2.2), por lo que se usa el concepto de característica efectiva.
Éste caracteriza a una llave en una determinada instalación, y lo hace en la misma forma que la
característica inherente, o sea, con una relación de gastos para un determinado desnivel
energético.
Pasando al campo de los trabajos específicos, Idel’cik (1999) recopila resultados de trabajos
relacionados con la pérdida de carga en elementos auxiliares de las conducciones a presión. Los
relativos a llaves tienen origen experimental y se presentan expresiones para el coeficiente K
como la siguiente:
2
⎛D ⎞
K = α 0 + β0 ⎜ n ⎟ (3-15)
⎝ x ⎠
32
Capítulo 3. Antecedentes
En relación con los coeficientes de ajuste mencionados, y para una llave como de la figura 3.5,
se recogen las relaciones que pueden verse en la misma.
Dop
⎛ Dop − Dn ⎞ Dop − Dn
α 0 = 0,55 + 4 ⋅ ⎜⎜ − 0,1⎟⎟ , 0,1 < < 0,25
x
⎝ 2 ⋅ Dn ⎠ 2 ⋅ Dn
Dn
x
β 0 = 0,155 , 0,1 < < 0,25
Dn
Figura 3.5. Opérculo transversal al flujo, y valor del coeficiente α0 de la expresión de pérdida de carga
(Idel’cik, 1999).
El interés de las expresiones mostradas en la figura 3.5 radica en que muestran que el coeficiente
α0 es función de la forma geométrica tanto del opérculo como de la llave.
Todo lo visto hasta ahora, se considera válido en ausencia de cavitación. En caso de producirse
ésta, los cambios de estado correspondientes, producen una pérdida de carga adicional.
La precisión de los resultados de los cálculos mediante estas técnicas sólo se puede determinar
tras varias simulaciones. En relación con esto último, Huang y Kim (1996) modifican la longitud
del dominio de integración aguas abajo de la llave hasta que comprueban que para unas
1
Modelo que para estimar la disipación local de la energía cinética considera, entre otros, los fenómenos de
difusión, convección, creación de remolinos encadenados y disipación de los mismos (Rodi, 2000).
33
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En lo que respecta al contraste de los resultados proporcionados por estos métodos con los
resultados experimentales, puede decirse que, cualitativamente, proporcionan buenos resultados.
Así, la conformación general de las líneas de corriente observada tiene su correspondencia con la
simulación. Sin embargo, desde el punto de vista cuantitativo, se observan errores en la
predicción del fenómeno de separación del flujo del contorno (Vaughan et al., 1992) que, a su
vez, condicionan la precisión de la estimación de parámetros como el de pérdida de carga
localizada K. Al contrastar las simulaciones del flujo por estos procedimientos con los resultados
experimentales, Davis y Stewart (2002b) llegan a la conclusión de que a partir de un grado de
abertura de una llave de asiento suficientemente grande la precisión disminuye
considerablemente.
34
Capítulo 3. Antecedentes
mismo, burbujas de vapor del propio fluido, o meniscos de fluido en microgrietas de contornos
de partículas sólidas proporcionan diferentes grados de curvatura a interfaces de fluido. A partir
de estas interfaces surge el crecimiento de las burbujas de vapor. Así, en un ensayo de
cavitación, los resultados podrían ir cambiando con el transcurso del mismo, puesto que, es
presumible que la concentración de burbujas de vapor aumente. Por otro lado, el valor de presión
a partir del cual comienza la cavitación depende tanto del tamaño como de la concentración de
núcleos. Por lo tanto, en ensayos de cavitación, la concentración y naturaleza de los núcleos
pueden ser origen de dispersión de resultados.
La influencia de estos núcleos, tanto en tamaño como en número, suele ser aceptada. Wang
(2000) estudia, mediante el método unidimensional de análisis de corrientes líquidas, de forma
numérica, la influencia de la distribución del tamaño de burbujas sobre la pérdida de carga,
llegando a la conclusión que la distribución del tamaño de burbujas puede influir en gran medida
sobre la cavitación. El conocimiento actual relativo a los mecanismos físicos de la cavitación se
ha podido llevar a cabo gracias al conocimiento de la dinámica de los núcleos (Arndt, 1981). A
pesar de que el estudio de la dinámica de los núcleos es fundamental en la física de la cavitación,
en este trabajo no se estudian los mecanismos físicos de ésta, sino sus consecuencias sobre las
pérdidas de carga en los elementos hidráulicos y, concretamente, su posible intervención en el
funcionamiento de las llaves.
35
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Por otro lado, los efectos de la turbulencia son considerados mediante modelos de disipación de
la energía cinética del movimiento de fluctuación. Mediante la comparación de los resultados
experimentales realizados frente a varios resultados numéricos procedentes del uso de varios
modelos de turbulencia, se llega a la conclusión de que, para hacer estudios numéricos de
cavitación, con un grado de aproximación satisfactorio, es necesario recurrir a modelos de
turbulencia que contemplen la compresibilidad del fluido, además de considerar un flujo
formado por dos fases: la líquida y la gaseosa. Este tipo de técnicas caen fuera del presente
trabajo, debido a que son más propias de una investigación en materias propias de la mecánica de
fluidos que de la hidráulica.
2
El límite de cavitación denominado incipiente se tratará en este mismo apartado.
36
Capítulo 3. Antecedentes
La cavitación, aparte de visualmente, se detecta por los efectos que produce: ruido y vibración,
erosión, y disminución del rendimiento hidráulico. Las vibraciones y la erosión se deben a que,
el paso a estado líquido una vez que la presión se ve incrementada es un proceso violento, en el
que se produce la implosión de las burbujas de vapor, dando lugar a vibraciones, incluso algunas
de ellas lo hacen sobre las superficies de la conducción, originando daños mecánicos. El último
de los efectos antes mencionados, disminución del rendimiento hidráulico, es el que está
relacionado directamente con el funcionamiento hidráulico de las llaves, y se debe a que, la
existencia de una sección de paso, en la que se produce cavitación, implica una condición de
límite en la misma, en términos prácticos, presión igual a la de vapor. Esta condición da lugar a
que, con igual desnivel energético, el gasto sea menor que el que cabría esperar si no hubiese
cavitación. Este es un aspecto de la cavitación que se considera de especial interés en el presente
trabajo, y fuera del mismo quedan aquellos aspectos relacionados con el estudio de la cavitación
en sí misma, o con los daños que pueda producir.
pM − pv
σ= 2
u (3-16)
ρ M
2
En el caso de una sección transversal recta M con movimiento uniforme, no hace falta tratar la
presión y la velocidad como variables puntuales. Aplicando los principios del método
unidimensional de análisis de corrientes líquidas el parámetro σ puede expresarse:
37
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
pM − pv
σ= 2
UM (3-17)
ρ
2
donde UM es la velocidad media en una sección transversal recta con movimiento uniforme, y pM
es la presión en un punto de dicha sección3, en la que se tiene una distribución hidrostática de
presiones.
Para ilustrar la utilidad del parámetro σ, considérese un venturi en el que los efectos de
separación y de rozamiento no son apreciables. A partir de las ecuaciones de la energía y de
continuidad, aplicadas entre la sección M, situada en la aproximación, y la del estrechamiento e,
se obtiene el parámetro adimensional CP, mostrado a continuación:
2
⎛ω ⎞ p −p
C P = ⎜⎜ M ⎟⎟ − 1 = M 2 e
⎝ ωe ⎠ U (3-18)
ρ M
2
Comparando las relaciones (3-17) y (3-18), puede apreciarse que si σ ≤ CP entonces pe ≤ pv,
condición para que se produzca cavitación, y si σ > CP entonces pe > pv, no produciéndose
cavitación. Por lo tanto, en un determinado dispositivo, el parámetro de cavitación σ,
dependiente de las condiciones del flujo, permite cuantificar el grado de acercamiento a las
condiciones de cavitación. De acuerdo con el razonamiento expuesto, la comparación del factor
σ con otro factor de tipo geométrico, como CP, ha de permitir determinar si existen o no
condiciones como para que se produzca cavitación.
Batchelor (1967) apunta en esta misma línea en flujos permanentes con cavidades de vapor. Así,
flujos con un mismo σ en geometrías semejantes formarán también cavidades semejantes.
Conviene matizar que la cavitación es un régimen variable que, al igual que ocurre con el flujo
turbulento, puede estudiarse con las variables características de su movimiento promediadas en
el tiempo.
3
Habitualmente se hace referencia al punto de la sección que forma la intersección con el eje de la conducción.
4
Obsérvese que Cp, en realidad, es el número de EULER, y que éste, de acuerdo con la ecuación general de la
hidráulica, cuando las fuerzas viscosas no influyen significativamente, como es este caso, puesto que los efectos de
rozamiento se han despreciado, sólo depende de parámetros geométricos.
38
Capítulo 3. Antecedentes
En Lecoffre (1999) y Arndt (1981) se encuentran análisis parecidos de la dinámica del tamaño de
una burbuja de vapor. Ambos se basan en la ecuación de RAYLEIGH-PLESSET y, de
conformidad con el análisis dimensional de la geometría del flujo, afirman que el parámetro σ es
un parámetro de semejanza del crecimiento de burbujas en un dispositivo hidráulico con una
forma geométrica dada. Lo que les permite llegar a la conclusión de que el parámetro σ puede
ser utilizado como parámetro de semejanza para caracterizar la cavitación, a pesar que en esta,
las burbujas de vapor se forman, crecen y decrecen sin forma definida y, por último, colapsan.
De una manera más general, el parámetro de cavitación σ (3-17) puede ser expresado como:
p − pv
σ=
1 (3-19)
K ρU 2
2
donde el sumando cinético del denominador se ha sustituido por otro directamente proporcional,
como la pérdida de carga por unidad de volumen.
El parámetro de cavitación σ debe estar referido a una sección determinada, de forma que es
frecuente referirlo bien a la de aguas arriba del dispositivo en cuestión, caso de σ1, o a la de
aguas abajo, caso de σ2. A partir de la relación que sigue a continuación se muestra que la
diferencia entre ambos es la unidad.
p1 − pv p1 − p2 + p2 − pv p − pv
σ1 = = = 1+ 2 = 1+ σ 2 (3-20)
p1 − p2 p1 − p2 p1 − p2
39
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Tullis (1973) presenta relaciones matemáticas empíricas cuando se da cavitación con nivel
incipiente y crítica, en las que la velocidad media del flujo U se expresa en función de σ, para
diferentes tamaños y tipos de llaves, así como de orificios en placas. La utilidad de estas
relaciones consiste en extrapolar los resultados de ensayos de cavitación realizados en modelos
físicos, tanto a prototipos de tamaño diferente como a otras condiciones de trabajo. En Tullis
(1981) se encuentran el mismo tipo de relaciones pero para el caso de “codos de gran radio”.
Tullis (1971) habla de supercavitación cuando la bolsa de vapor se extiende aguas abajo del
estrechamiento y además ocupa toda la sección de la tubería. En este caso, existe cavitación con
grado de bloqueo. El colapso de la bolsa de vapor se produce aguas abajo, por lo que se dice que
no se producen daños en el elemento en el que se origina la cavitación, pero no puede decirse lo
mismo de la tubería u otros elementos adyacentes. Y, en relación con el colapso de la bolsa de
vapor, se dice que el régimen transitorio generado puede finalizar en un golpe de ariete nada
despreciable. Además, hay que tener en cuenta que, para que se den condiciones de
supercavitación, previamente se ha tenido que pasar por el resto de niveles, en los que la propia
llave sí que puede resultar dañada, razón por la cual, no resulta adecuada como situación de
trabajo para las llaves. No obstante, aquellas llaves que trabajan esporádicamente, como por
40
Capítulo 3. Antecedentes
ejemplo las que cumplen funciones de válvula de alivio, el hecho que descarguen en condiciones
de bloqueo puede que no determine la vida útil de las mismas.
hf
ωe
ω Q Zona de cavitación
ωc
ω
1 c 2
Figura 3.6. Zona de cavitación en un orificio aforador y niveles piezométricos indicados con
manómetro diferencial de aire.
En un estrechamiento, el análisis teórico de cavitación con nivel de bloqueo del flujo, como el
que a continuación se explica, puede encontrarse en Lecoffre (1999). Se considera solamente la
pérdida de carga producida en la expansión desde la sección contraída, concretamente con la
expresión de BELANGER-BORDA (ver apartado 3.2.1). Aplicado al orificio de la figura 3.6, la
ecuación de conservación de la energía junto con la de continuidad, entre la sección contraída c y
la 2 se obtiene:
p2 pc U2 ⎛ ω ⎞
− =2 ⎜⎜ − 1⎟⎟ (3-21)
γ γ 2 g ⎝ Cc ⋅ ωe ⎠
41
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
2
p1 U2 ⎛ ω
p2 ⎞
− = ⎜⎜ − 1⎟⎟ (3-22)
γ γ 2 g ⎝ Cc ⋅ ω e ⎠
p 2 − pv 2
= = σ 2ch
p1 − p2 ω (3-23)
−1
Cc ⋅ ωe
que es precisamente el coeficiente de cavitación con nivel de bloqueo σ2ch, y donde el subíndice 2
indica la sección de referencia [ver ecuación (3-20)]. Como puede apreciarse en (3-23), dicho
coeficiente, bajo el análisis empleado, es función solamente de parámetros geométricos.
42
Capítulo 3. Antecedentes
para micro-orificios5. La aplicación práctica de esto último, permite considerar que el coeficiente
K de pérdida de carga, relacionado con el coeficiente de desagüe Cd según (3-14), sólo va a
aumentar6 si se alcanza la cavitación con grado de bloqueo. Y, precisamente, para este nivel de
cavitación existe expresión analítica en el caso de formas geométricas sencillas, que es función
únicamente de parámetros geométricos. La dificultad de usar esta aproximación, en los
dispositivos hidráulicos en general, estriba en que no se conoce con seguridad el valor del
coeficiente de contracción Cc.
De lo anterior puede deducirse que la cavitación sólo afecta al funcionamiento de las llaves
hidráulicas, en cuanto a pérdida de carga se refiere, cuando se alcanza el nivel de bloqueo, caso
en el que además, no presenta variación con la escala.
En general, la cavitación en llaves es una cuestión que ha sido abordada desde el empirismo. En
la bibliografía, como más adelante se puede comprobar, se encuentran colecciones de valores
experimentales de parámetros que intentan establecer límites de cavitación para diferentes tipos
y tamaños de llaves.
En otras ocasiones, se han estudiado los efectos que sobre la cavitación tiene la adicción de
partículas sólidas o aire inyectado al flujo (Tullis y Skinner, 1968), y que, en cualquier caso, son
técnicas propias de la mecánica de fluidos y caen fuera de los objetivos del presente trabajo.
García-Serra (1997) recoge los parámetros más frecuentes para el estudio de la cavitación en
llaves. Entre ellos, se han definido como parámetros usuales los siguientes:
p1 − pv
σ1 = (3-24.1)
p1 − p2
p 2 − pv
σ2 = (3-24.2)
p1 − p2
p1 − p2
kC = (3-24.3)
p1 − pv
5
El diámetro del micro-orificio es del orden de 10 µm.
6
Se entiende que es su valor experimental (relación entre los valores observados de las pérdidas de carga y del
sumando cinético) en las condiciones mencionadas.
43
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
p1 − p 2
FL = (3-24.4)
p1 − pv
donde, los subíndices 1 y 2 hacen referencia a las secciones de aguas arriba y aguas abajo de la
llave, respectivamente. Los cuatro parámetros están relacionados entre sí. Se puede comprobar
que la diferencia entre (3-24.1) y (3-24.2) es igual a la unidad, (3-24.3) es el inverso de (3-24.1),
y (3-24.3) es el cuadrado de (3-24.4).
La cavitación con grado de bloqueo, única que va a ser estudiada a partir de ahora, es la que en la
práctica afecta al funcionamiento hidráulico de las llaves. En los estudios experimentales de
Winn y Johnson (1970) se observa que el gasto máximo que circula a través de una llave tipo
globo, en cada posición del elemento de cierre de la misma, depende de las condiciones de
presión que impone el sistema. Se ensayan modificando la presión de aguas abajo p2, mientras
que la presión aguas arriba p1 se mantiene constante, lo que se controla manualmente con sendas
llaves. Así, al representar el gasto frente a la pérdida de carga que se produce en llaves, se
obtiene un juego de curvas para cada grado de abertura de la llave. Dentro de los juegos, cada
curva se corresponde con un valor de p1. Todas las curvas de cada juego tienen un tramo común,
precisamente para aquellas condiciones en las que la descarga no se ve afectada por la
cavitación. Este tramo común muestra una relación cuadrática entre hf y Q, como cabe esperar en
caso de régimen en turbulencia completa (ver apartado 3.2.1). El punto donde cada curva se
separa del tramo con relación cuadrática indica el inicio de las condiciones propicias para que se
produzca cavitación con nivel de bloqueo. A partir de la representación hf(Q), se obtiene dicho
punto para cada condición de presión p1. Tiene interés la simplificación de todas las curvas
pertenecientes a un determinado grado de abertura, agrupándolas en una sola.
44
Capítulo 3. Antecedentes
Tullis (1971) utiliza el mismo procedimiento experimental con objeto de predecir, en primer
lugar, si una llave cavitará, en condiciones de bloqueo, para una abertura dada en determinadas
condiciones de presión aguas arriba y aguas abajo también dadas. Y en segundo lugar, en caso de
producirse el grado de cavitación mencionado, estimar el gasto desaguado. Para ello, se ensaya
una llave determinada para varios grados de abertura a una presión aguas arriba de 100 psi
(689,5 kPa). A partir de los puntos de inflexión de las curvas hf(Q), representadas en gráfico
logarítmico, se obtiene un σch para cada Cd. En este caso, este último parámetro caracteriza una
determinada posición de la llave. A partir de estas determinaciones experimentales, se representa
la colección de σch, uno para cada posición de la llave, frente a Cd. Por otro lado, a partir de la
comparación del valor de σ correspondiente a las condiciones de presión dadas, con el σch
correspondiente al Cd dado, se estima si existirá cavitación en condiciones de bloqueo. Para que
esto sea así, σ debe ser menor que σch, y la primera cuestión a resolver queda contestada. En
relación con la segunda cuestión, se recurre al gráfico experimental velocidad media en
condiciones de bloqueo Uch frente a Cd, obtenido con los mismos datos experimentales utilizados
hasta este momento, o sea p1 = 100 psi. Por último, la velocidad media del flujo en condiciones
de bloqueo a una presión p1 se estima con la fórmula
p1 (psi ) − pv (psi )
U ch = U ch (100 psi ) (3-25)
100 − pv (100 psi ) (psi )
donde las variables con el subíndice (100psi) fueron las medidas en el ensayo, o determinadas a
partir del mismo, como es el caso de Uch(100psi).
Puede observarse que (3-25) es una relación entre σ1ch(100psi) y σ1ch expresados en la forma de
(3-19).
La representación σch(Cd) es una herramienta útil para predecir si se dará o no cavitación con
grado de bloqueo en una llave. Además, debido a que es adimensional e independiente de R, se
puede aplicar a todas aquellas llaves que sean geométricamente semejantes (ver 3.2.2 y 3.2.3).
Por otro lado, puede decirse lo mismo de la curva Uch(Cd) en cuanto a la predicción del gasto
desaguado. La estimación de este gasto está sujeta a la realización de los ensayos de cavitación
con presión constante aguas arriba, lo que obliga a disponer de algún elemento que lo garantice
45
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En la predicción de cavitación con nivel de bloqueo en llaves de mariposa, Sarpkaya (1961) usa
el coeficiente adimensional CQ para las pérdidas de carga y KC, también adimensional, para el
parámetro de cavitación. Ambos expresados en la forma que sigue:
Q
CQ = (3-26)
D g ⋅ hf
2
2 g (h2 − hv )
KC = 2 (3-27)
U n + 2g ⋅ h f
π
CQ = (3-28)
2 2 K
K
KC = σ2 (3-29)
K +1
4 2
CQ
KC = π (3-30)
8 2
1+ CQ
π2
46
Capítulo 3. Antecedentes
2
σ2 = (3-31)
K
Nurick (1976) propone una relación similar a la (3-31) para estrechamientos bruscos a través de
los cuales se produce la descarga a la atmósfera. Dicha relación aparece expresada en función del
coeficiente de contracción Cc, donde además, para llegar a la misma, se ha adoptado la hipótesis
simplificadora de sumando cinético nulo aguas arriba del estrechamiento.
Entre la sección de aguas arriba de una llave de mariposa con movimiento uniforme y las dos
secciones contraídas (ver figura 3.3) existe convergencia de líneas de corriente, lo que en la
práctica se traduce en pérdida de carga despreciable. El estudio del flujo mediante el teorema de
BELANGER-BORDA implica que, las velocidades de los chorros que pasan por ambos lados
del elemento de cierre son idénticas (ver apartado 3.2.1), lo que unido a la pérdida de carga
prácticamente nula, en el recorrido considerado, implica que las presiones en las secciones
contraídas a ambos lados del elemento de cierre son idénticas. Esta igualdad de presiones implica
que la cavitación con grado de bloqueo debe producirse en ambos chorros simultáneamente. En
este razonamiento, no se considera la intensidad de los remolinos que se producen aguas abajo
del elemento de cierre, por lo que, en la práctica, es posible que la cavitación con grado de
bloqueo no se alcance en ambos chorros a la vez. En ISA (1995) se representan curvas genéricas
de resultados típicos de ensayos de cavitación en llaves de mariposa, en las que esto último se
indica explícitamente. En dichas curvas, se muestra que el flujo no deja de aumentar hasta que
ambas vías de paso se han “bloqueado” debido a la cavitación, mientras que, si sólo ocurre en
47
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
una de ellas, el gasto desaguado sigue aumentado conforme lo hace la pérdida de carga, pero con
menor pendiente que si ambas vías estuviesen libres de cavitación en condiciones de bloqueo.
En cualquier caso, el establecimiento de una relación entre K(x/C) y σch(x/C) permite caracterizar
el funcionamiento de una llave en lo que a pérdidas de carga se refiere. En principio, en aquellas
llaves cuya forma geométrica presente un cierto grado de complejidad la obtención analítica de
estas relaciones no parece viable. De ahí que la obtención de un procedimiento para determinar
dichas relaciones de forma experimental constituye uno de los aspectos a estudiar en la presente
tesis.
El elemento de cierre, por encontrarse en un medio fluido, recibe una resultante de fuerzas F.
Dvir (1997) considera sólo empuje debido a la presión, por lo que F puede expresarse con:
donde se ha aproximado la presión sobre el anverso del opérculo (de sección AL) con p1, y sobre
el reverso del mismo con p2. AL’ es la sección del opérculo en el lado de inserción del vástago y
AC’ la sección de la cámara superior también en el lado del vástago.
48
Capítulo 3. Antecedentes
Resorte del
Piloto de
piloto
dos vías
Llave de
aguja Q2
Q1 Ll
Cámara Ap xP
Ac
superior
pCS Diafragma o pistón
[según casos (ver
Cámara pCI Resorte de
apartado 2.2)]
inferior la llave
Vástago
p1 xL p2
Conjunto QL
opérculo-vástago-
diafragma
Q Opérculo
AL
(a) (b)
Figura 3.7. a) Esquema de llave hidráulica con piloto regulador de presión de dos vías. b) Desglose del elemento
de cierre.
Misra et al. (2002) y Prescott y Ulanicki (2003) consideran un término que tiene en cuenta la
modificación de la cantidad de movimiento del fluido que pasa a la llave en la dirección del eje.
Lo consideran aplicado sobre el anverso del opérculo, de forma que para la resultante de fuerzas
debida al fluido emplean la ecuación:
⎛ Q2 ⎞
F = ⎜⎜ p1 ⋅ AL + ρ ⎟ + pCI ⋅ AC' − p 2 ⋅ AL' − pCS ⋅ AC (3-33)
⎝ AL ⎟⎠
49
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
El comportamiento del elemento de cierre de una llave automática puede ser modelado con una
ecuación diferencial de segundo orden, con masa, rozamiento y resorte recuperador con fuerza
externa aplicada (Chaudhry, 1987; Wylie y Streeter, 1993). Entonces, en lo que respecta a dicho
elemento de cierre, hay que tener en cuenta que tiene masa, su vástago está rodeado por una
junta de estanqueidad y es frecuente que esté acompañado de un resorte. De esta forma, en
régimen permanente, la masa da lugar a la fuerza gravitatoria correspondiente y, si el resorte está
comprimido (o extendido, aunque no es frecuente), se manifiesta la fuerza recuperadora
oportuna. En régimen variable, además de las fuerzas propias del régimen permanente, aparecen
la de inercia debida a la masa y la de rozamiento Fr en la zona de la junta del vástago. Todas las
componentes citadas deben estar en equilibrio con la fuerza F originada por los empujes del
fluido. El equilibrio dinámico en régimen variable puede expresarse:
⎛ d2 x ⎞
F = k L ( xL + x0L ) + Fr − mL ⎜⎜ g ⋅ cosθ + 2L ⎟⎟ (3-34)
⎝ dt ⎠
Debido a las fuerzas de atracción entre las moléculas de una superficie con las de otra se
producen soldaduras. Estas soldaduras tienen que romperse cuando el deslizamiento se produce.
50
Capítulo 3. Antecedentes
La fuerza normal ejercida sobre la superficie en deslizamiento hace que las microcrestas se
deformen y den lugar a una superficie de contacto efectiva, que será mayor cuanto más intensa
sea dicha fuerza. Por eso, la fuerza de rozamiento se considera proporcional a la componente
normal de las fuerzas ejercidas sobre las superficies, con coeficiente de proporcionalidad µ
(coeficiente de rozamiento). Se consideran dos coeficientes de rozamiento, uno para cada
carácter de la fuerza de rozamiento, o sea uno estático y otro dinámico, que dependen
únicamente de la naturaleza de las superficies, siendo independientes de la superficie aparente de
contacto.
En el caso de que entre las superficies en rozamiento se interponga una película lubricante, como
consecuencia de la naturaleza de la misma, la fuerza de rozamiento dependerá de la distribución
de velocidades en la capa lubricante. Esta distribución de velocidades es función del espesor y la
viscosidad del propio lubricante.
En el trabajo de Olsson et al. (1998) se estudian las componentes de la fuerza de rozamiento que
tiene lugar en los sistemas mecánicos, y se analizan modelos para tenerlas en cuenta. En el caso
de que el rozamiento se produzca “en seco”, se asume que las microcrestas del material,
caracterizadas por la aspereza, pasan a trabajar de la zona elástica a la plástica justo en el
momento en el que se produce el deslizamiento. El rozamiento lubricado depende de la tensión
51
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Las componentes de la fuerza de rozamiento han sido estudiadas por dos vías. La primera de
ellas está basada en los modelos en régimen permanente, donde a su vez se diferencian los
modelos clásicos de otros más específicos. La segunda de las vías se fundamenta en modelos
dinámicos, construidos con ecuaciones diferenciales, basadas en las teorías de la elasticidad, la
plasticidad y la mecánica de fluidos, en las que la fuerza de rozamiento varía respecto del tiempo
y del espacio. Estos últimos modelos permiten simular los fenómenos de histéresis, aunque
ninguno de ellos tiene aún aplicación general. Serían propios de un trabajo específico sobre el
rozamiento en el vástago de llaves hidráulicas. Por esta razón, el presente trabajo se centra en los
modelos clásicos para tener en cuenta la fuerza de rozamiento en el eje del vástago, que puede
expresarse con:
⎧⎛ dxL
δS
⎞
⎪⎜ − dt
⎟ dx L
⎪⎜ vS ⎟
⎪⎜ FC + (FS − FC ) ⋅ e ⎟⋅ dt + c ⋅ dx L dx L
µ si ≠0
⎪⎜ ⎟ dx L dt dt
⎪⎜ ⎟
⎪⎜ ⎟ dt
⎪⎝ ⎠
⎪
⎪
⎪⎪ dx L
Fr = ⎨ Fe si = 0 y F e < FS (3-35)
⎪ dt
⎪
⎪
⎪
⎪
⎪
⎪ F ⋅ Fe si
dx L
= 0 y F e ≥ FS
⎪ S F dt
⎪ e
⎪
⎩⎪
De acuerdo con esta modelación de Fr, pueden darse tres casos, según exista o no velocidad y
según la magnitud de la fuerza externa Fe aplicada sobre el vástago (componentes de (3-34)
quitando Fr). En primer lugar, partiendo del elemento de cierre en situación de reposo
(dxL/dt = 0), y atendiendo a la fuerza de rozamiento estática FS, cuya magnitud es la que hay que
aplicar al vástago en estado de reposo para que comience su desplazamiento, Fr puede tomar dos
valores según que FS sea superado o no por Fe. Si no se supera, Fr será igual a Fe y, en caso
contrario, igual a FS. En segundo lugar, cuando el vástago se está desplazando, la fuerza de
rozamiento tiene tres sumandos: los dos primeros expresan conjuntamente las fuerzas de
52
Capítulo 3. Antecedentes
rozamiento estática y dinámica teniendo en cuenta el efecto Stribeck, mientras que el tercero
muestra el rozamiento viscoso bajo el supuesto de flujo laminar en el lubricante.
Los parámetros de calibración del modelo de fuerza de rozamiento expresado en (3-36) son
cinco: FC es la fuerza de Coulomb, FS la fuerza de rozamiento estático, vS la velocidad de
Stribeck, δS determina la forma de la curva exponencial y cµ es el coeficiente de rozamiento
viscoso. Kayihan y Doyle (2000) emplean δS = 2 para modelar el rozamiento entre el vástago y
la junta tórica dispuesta entre el mismo y el cuerpo de una llave hidráulica. En la figura 3.8
puede verse la representación teórica de la fuerza de rozamiento en función de la velocidad de
desplazamiento según diferentes componentes del modelo clásico.
Fr
Fr
dx L /dt dx L /dt
(a) (b)
Fr
Fr
dx L /dt dx L /dt
(c) (d)
Figura 3.8. Fr en función de la velocidad de desplazamiento del vástago. Según componentes del modelo de
rozamiento clásico se obtiene: a) Rozamiento estático y dinámico, sin efecto Stribeck ni rozamiento
viscoso. b) Igual que (a) pero con efecto Stribeck. c) Igual que (a) pero con rozamiento viscoso. d)
Rozamiento estático y dinámico, con efecto Stribeck y rozamiento viscoso.
53
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
El considerar los elementos de regulación con esquemas similares al mostrado en la figura 3.9
puede presentar, en términos generales, problemas de convergencia (Pérez, 1993). Esto se debe a
que, en las proximidades de la presión en la que el regulador cambia su modo de
funcionamiento, los resultados de cálculo pueden estar oscilando entre elemento resistente
(completamente abierto), elemento activo (parcialmente abierto) y como válvula de retención
(completamente cerrado).
7
Formulaciones en las que una red se modela mediante un sistema de ecuaciones en el que las incógnitas son los
caudales, las alturas piezométricas y los caudales correctores de malla, respectivamente [Fuertes et al. (2002)].
54
Capítulo 3. Antecedentes
h2
h2 = h1
h2 = h1-hf
h2 hf hf’
h2r
h1 = h2r + hf h1
55
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
h2/h2r
(X1,Y1)
R2 (X2,Y2)
h2/h2r = 1
R1 R3
h1 = h2 (X4,Y4) (X3,Y3)
R4
h1/h2r
Figura 3.10. Ajuste del funcionamiento de un elemento regulador de
presión con cuatro rectas.
Con un procedimiento como este, para propósito de predicción de la presión aguas abajo del
regulador de presión ante un cambio de la de aguas arriba, es preciso especificar si este último
cambio es de aumento o de disminución. Por otro lado, conviene tener presente que el
funcionamiento así caracterizado sólo es válido para aquellas circunstancias en las que el
regulador trabaja antepuesto a una unidad de riego con una ecuación de desagüe similar a la del
orificio que ha servido para realizar el ensayo.
56
Capítulo 3. Antecedentes
En lo que respecta a las técnicas de riego, en el caso de goteo, a partir de las expresiones del
trabajo de Juana el al. (2004) puede obtenerse que el coeficiente de uniformidad de riego Cu es
prácticamente independiente de la presión en cabeza de una unidad típica en condiciones de
trabajo normales. Sin embargo, en el riego por aspersión no puede decirse lo mismo, puesto que,
la uniformidad de riego depende de las trayectorias parabólicas de cada una de las gotas de agua
en las que se divide el chorro que emite el aspersor: tamaños de gota distintos implican
trayectorias teóricas distintas y, puesto que, la distribución estadística de dichos tamaños
depende de la presión de trabajo del emisor (Hills y Gu, 1989), resulta que la presión influye en
la uniformidad de riego. Caso de considerar que la presión no influye sobre Cu, como de hecho
ocurre en el riego por goteo, el rendimiento de aplicación de riego Ra y el coeficiente de déficit
Cd son función de la presión en cabeza de la unidad de riego y, caso de realizarse un control de la
aplicación del riego por tiempo, el hecho que la presión aumente implica una disminución de Ra
y de Cd. En caso de disminución de la presión ocurrirá lo contrario. En la figura 3.11 se
representa la curva de distribución de agua, que considera la fracción de suelo F que recibe una
lámina menor o igual a H. Un aumento de presión en cabeza de la unidad significa un
desplazamiento de esta curva en dirección vertical y sentido descendente, y un aumento significa
el desplazamiento en sentido contrario.
FHr 1
F
Hr = Hn + Hd
Hn Hb = Hn + H p
Hd Hn
Hr Ra = = 1− Cp
Hp Hb Hb
Hd
Cd =
Hr
Hp
H Cp =
Hb
De acuerdo con lo expuesto en lo que a resultados de riego se refiere, para predecir los
parámetros Ra y Cd hace falta saber la distribución de la presión en la boca de regante a lo largo
del tiempo que dura el riego. La distribución de presión mencionada depende de la red y de la
demanda que se produzca en la misma.
57
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Kerh et al. (1997) analizan el régimen variable que se produce en una válvula de retención
dotada de resorte y en una tubería cuando trabajan sometidos a una perturbación periódica en la
presión inducida desde el exterior en el extremo de aguas arriba de la tubería mencionada.
Estudian el régimen variable del flujo bidimensional con fluido viscoso e incompresible
integrando numéricamente, con el método de los elementos finitos, las ecuaciones promediadas
de NAVIER-STOKES junto con la de la dinámica del elemento de cierre de la válvula de
retención, esta última equivalente a la (3-34). Llegan a la conclusión de que siempre se consigue
un movimiento cíclico del elemento de cierre que se repite y, además, que se alcanza el mismo
con relativa rapidez, aproximadamente tras la tercera perturbación periódica externa8.
Continuando con esta misma línea, Hayashi et al. (1997) realizan simulaciones de una válvula de
alivio a la que se antepone un depósito a presión. Dichas simulaciones son llevadas a cabo
mediante integración numérica de la ecuación diferencial de la dinámica del elemento de cierre,
similar a la (3-34) y las ecuaciones diferenciales de continuidad del flujo compresible en el
depósito y de la dinámica del flujo en la tubería9. Se llega a la conclusión de que, por encima de
determinados valores correspondientes a un incremento momentáneo de la presión, el sistema
entra fase de autoexcitación o de movimiento cíclico. Además, conforme se aumenta la magnitud
del incremento de presión mencionada, el movimiento cíclico deja de estar caracterizado por una
única secuencia que se repite y pasa a estar formado por dos secuencias diferentes que se repiten.
Si se aumenta la magnitud de dicho incremento lo suficiente, puede llegarse a una situación de
caos en la que no se repite ninguna secuencia de movimiento.
De los estudios citados puede deducirse que el régimen variable influirá en el elemento de cierre
de una llave automática y que, a su vez, el desplazamiento de éste inducirá un régimen variable,
el cual podría ser periódico o, incluso, caótico.
Con objeto de introducir las operaciones de apertura y cierre de llaves, como generadoras de
régimen variable, en la simulación de éste último en redes de distribución efectuada por el
método de las características, McInnis et al. (1997) formulan modelos que relacionan el grado de
abertura, en cada instante de la integración, con una hipotética ley de cierre o apertura, según el
caso, de la llave. Para ello, se basan en que los tiempos de apertura ta y de cierre tc de la llave,
8
El hecho que el elemento de cierre tenga tope hace que el desplazamiento de dicho elemento, en determinadas
circunstancias, no tienda a hacerse cada vez más grande. Fenómeno conocido como entrada del sistema en
resonancia.
9
Se analizan fluidos con compresibilidades relativamente altas, más propias de los gases que de los líquidos.
58
Capítulo 3. Antecedentes
ambos completos, se pueden ajustar mediante las llaves de aguja, o dispositivos equivalentes,
que bien incorpora el propio piloto, bien se instalan en el circuito de control (figura 3.7). Así, el
cambio en la posición del elemento de cierre de la llave entre dos instantes consecutivos en la
integración es acorde con la velocidad definida en la ley de cierre o apertura. Éstas proporcionan
ta o tc, respectivamente, según que la llave se abra o se cierre. A este respecto, conviene analizar
si la suposición de unas leyes de apertura y cierre son válidas y, también, relacionar dichas leyes
con aquellos parámetros de las llaves automáticas que son ajustables.
Brunone y Morelli (1999) calibran los parámetros de un modelo que simula una llave hidráulica
(sin pilotos adicionales) y un sistema real de alimentación a un depósito, desde otros dos. En
particular se estudia el régimen variable que se produce por apertura y cierre de la llave en el
tramo comprendido entre esta y el depósito situado aguas arriba de dicho tramo. El modelo se
basa en el método unidimensional de análisis de corrientes líquidas, con fluido real y
compresible. Se considera pérdida de carga longitudinal en régimen variable, donde el factor de
rozamiento f de la ecuación de DARCY-WEISBACH es incrementado por un sumando que es
función de la aceleración local y de un coeficiente de “decadencia”10. En la calibración se
obtienen, por un lado, los parámetros que intervienen en f y, por el otro, el coeficiente de pérdida
de carga de la llave en función del tiempo que dura la maniobra de apertura o cierre, según
corresponda. En los datos experimentales puede observarse que esta última curva depende tanto
de la maniobra como de las condiciones iniciales.
ωe ⎛ 2s − s 2 ⎞
= ⎜⎜ ⎟⎟[1 − 0.3623(2 s − s 2 )]
ω n ⎝ 0,6377 ⎠
(3-36)
t
con s = 1−
tc
donde tc es el tiempo que dura la maniobra de cierre efectuada a velocidad constante. Estos
autores introducen (3-36) en una simulación de régimen variable producido por un cierre de la
llave relativamente lento. En estas circunstancias, los efectos producidos por la compresibilidad
del fluido, así como por la deformación de la tubería son insignificantes en relación con la
inercia del fluido, motivo por el que usan el modelo de la columna rígida.
10
Una revisión bibliográfica acerca del factor de rozamiento en régimen variable cae fuera del presente trabajo.
59
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Prescott y Ulanicki (2003) modelan el funcionamiento de una llave hidráulica con piloto
regulador de presión en régimen variable. El modelo está constituido por ecuaciones basadas en
principios físicos y comprende las ecuaciones diferenciales de: equilibrio dinámico de los
elementos de cierre del piloto y de la llave, pérdidas de carga en estos dos elementos y por
último, continuidad en el circuito de control. Basándose en la experiencia, simplifican este
modelo no considerando los términos de rozamiento ni de inercia de (3-34) y comparan sus
resultados con los del modelo físico completo. Llegan a la conclusión de que ambos
proporcionan resultados prácticamente idénticos.
La teoría de sistemas dinámicos lineales proporciona una herramienta que puede ser empleada en
el análisis del funcionamiento en régimen variable de las llaves hidráulicas. Wilton (2000) aplica
esta teoría al control de una llave hidráulica dotada de controlador electrónico externo basado en
la señal proporcionada por un caudalímetro. Esta teoría también puede ser aplicada a sistemas
hidráulicos en general. En el trabajo de Ogata (1987) puede verse una serie de ejemplos basados
en linealizaciones para ser usadas en la teoría clásica de sistemas dinámicos lineales aplicada al
estudio del funcionamiento de llaves automáticas de control, aunque no son hidráulicas.
En la teoría clásica de sistemas dinámicos lineales, la relación entre las salidas y (t ) y las
entradas u (t ) de un sistema puede ser expresada mediante un espacio de variables de estado x (t )
y la variación de éstas respecto al tiempo, tal y como se muestra en
dx (t )
= A ⋅ x (t ) + B ⋅ u (t ) = f [x (t ), u (t ), t ]
dt
(3-37)
y (t ) = C ⋅ x (t ) + D ⋅ u (t ) = g [x (t ), u (t ), t ]
También se han aplicado otras técnicas de control a llaves. Así, por ejemplo, Alcozer et al.
(1997) aplican la teoría de redes neuronales al control de llaves para ser implementados en
programas informáticos a introducir en dispositivos electromecánicos de control de llaves.
60
Capítulo 3. Antecedentes
En el caso de una llave hidráulica con piloto regulador de presión, la entrada principal del
sistema es la presión de aguas arriba y la salida principal es la presión de aguas abajo, la cual,
además, se pretende regular. El espacio de variables de estado está formado por todas las
variables que intervienen en el modelo que no son variables de entrada. Como variable de salida
dependiente puede elegirse cualquier variable de estado, bastando con seleccionar
adecuadamente los elementos de la matriz C.
En lo que respecta a la linealidad del sistema, los subsistemas del opérculo de la llave y del
piloto son lineales, siempre y cuando no se considere la componente estática ni el efecto Stribeck
de la fuerza de rozamiento, mientras que las ecuaciones hidráulicas no lo son. A este respecto,
los sistemas no lineales son difíciles de tratar matemáticamente y no existen métodos generales
(KUO, 1996). Por lo tanto, para realizar un modelo basado en la teoría de sistemas dinámicos
lineales será necesaria la linealización de las ecuaciones hidráulicas. Una forma de realizar dicha
linealización puede ser mediante desarrollo en serie de TAYLOR (Fraile y García, 1987)11.
Se puede realizar una simulación numérica del sistema dinámico integrando la ecuación
diferencial del espacio de estados. Una forma de realizar esta integración es mediante el método
de EULER
dx (t )
x (t + ∆t ) = x (t ) + ⋅ ∆t = x (t ) + f [x (t ), u (t ), t ]⋅ ∆t (3-38)
dt
No obstante, cada vez es más frecuente la aplicación de métodos más eficientes como los de
RUNGE-KUTTA (Wilhelmi, 1992).
Cuando se tienen sistemas formados por un número elevado de subsistemas, la técnica del
Bondgraph facilita la tarea de construir el modelo matemático (Vera et al., 1993). Suzuki et al.
(1999) aplican esta técnica a una electrollave con subsistemas mecánicos, eléctricos e
hidráulicos.
11
En los trabajos de Ritz y Hübler (1996) y Kayihan y Doyle (2000) se pueden encontrar otras formas de
linealización que, por ser relativamente complejas y específicas de las técnicas de control, caen fuera de los
objetivos del presente trabajo.
61
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
⎧ dx L
⎪α a ( p 2 r − p 2 ), ≥0
dx L ⎪ d t
=⎨ (3-39)
dt ⎪
dx
⎪α c ( p2 r − p2 ), L < 0
⎩ dt
62
Capítulo 3. Antecedentes
- Llave normalmente cerrada. Llave que permanece completamente cerrada, a no ser que se le
aplique la presión mínima de accionamiento.
- Duración nominal de la apertura o cierre. Intervalo que transcurre desde que se produce la
activación de la maniobra hasta que se produce la apertura o el cierre completo.
en los casos que siguen. En la primera se dispondrá una presión en la sección inmediatamente
aguas arriba igual a la nominal, y en la segunda, con una presión de 0,3 veces la nominal y no
inferior a la mínima de trabajo.
- En las llaves denominadas normalmente cerradas y con una sola cámara, al aplicar un presión
igual a 0,1 veces la presión nominal y no menor que la presión mínima de trabajo, la llave deberá
abrirse completamente. Además, deberá mantenerse completamente abierta al hacer circular
agua con velocidades nominales de 0,5 y 3 m/s.
Puede apreciarse cómo esta normativa no está basada en aspectos como los previamente
presentados en las referencias bibliográficas.
63
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
3.5. Conclusiones
Existen expresiones analíticas para el estudio de las pérdidas de carga, mediante el método
unidimensional, en elementos singulares con forma geométrica relativamente sencilla. En
contraposición, la complejidad geométrica de la mayoría de las llaves hidráulicas ha
condicionado el hecho que, para el análisis de las pérdidas de carga, haya sido necesario recurrir
bien a la experimentación o bien a la integración numérica de las ecuaciones de NAVIER-
STOKES. Sin embargo, esta última técnica no es un proceso inmediato, sino que requiere un
análisis pormenorizado de cada uno de los cálculos para cada una de las situaciones de flujo,
hasta dar con una solución con un grado de aproximación suficientemente válido.
La posición del elemento de cierre de una llave hidráulica automática viene determinada por la
ecuación diferencial del equilibrio dinámico sobre el mismo, en la que las fuerzas externas son
contrarrestadas por las de inercia, rozamiento y recuperación de posibles resortes. En lo que a las
primeras se refiere, es necesario valorar la resultante de los empujes sobre los elementos móviles
de la llave. Dichos empujes han sido considerados con el producto de una presión por la
superficie correspondiente del elemento móvil. La cuestión estriba en si dicha presión es la
media representativa de la distribución de presiones sobre la superficie que le corresponde.
Los resultados del riego en los sistemas a presión dependen de las variaciones de presión en
cabeza de la unidad de riego. Por lo tanto, la calidad de la regulación proporcionada durante el
funcionamiento de las llaves automáticas reguladoras de presión influirá sobre dichos resultados.
64
Capítulo 3. Antecedentes
En lo que a normativa acerca del funcionamiento de las llaves hidráulicas automáticas se refiere,
no se ha encontrado la relación existente entre los aspectos manejados en las normas con los
encontrados en el resto de la revisión bibliográfica. No obstante, la normativa recoge cuestiones
que podrían ser de utilidad para los usuarios de este tipo de llaves.
65
4. OBJETIVOS
En el presente capítulo se definen los objetivos específicos de la tesis, dentro del marco de su
título: “Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en
sistemas de riego”. Para conseguir el objetivo general, definido por el mismo, se propone
comenzar con el análisis de los elementos que componen una llave hidráulica, por separado, y
también de aquellos que la complementan, para pasar a continuación al estudio de los mismos en
conjunto, tal y como conforman una llave hidráulica automática. De esta manera se proponen los
objetivos específicos que siguen:
En el apartado 3.2.2, puede verse que las pérdidas de carga en llaves han sido expresadas bien
desde el punto de vista puramente experimental, o bien desde el punto de vista analítico, aunque,
en este último caso, haciendo referencia a formas geométricas relativamente sencillas. Por lo
tanto, el desarrollo de una expresión genérica, en la que cada juego de parámetros para ajustar las
pérdidas de carga sirva para caracterizar a cada llave con su opérculo particular, así como a todas
aquellas geométricamente semejantes, permitirá construir modelos también generales para
simulación del funcionamiento de llaves.
En el apartado 3.2.4, se ha visto que el fenómeno de la cavitación tiene influencia sobre las
pérdidas de carga. Una relación entre el coeficiente de pérdidas de carga y las condiciones del
flujo aguas arriba y aguas abajo de la llave, será de utilidad para cuantificar dichas pérdidas en
condiciones de cavitación.
Una vez construidos los modelos que permitan simular el comportamiento de las llaves
hidráulicas automáticas, tanto en régimen permanente como variable, para que resulten de
utilidad, es conveniente establecer procedimientos experimentales, y de análisis de los
resultados, para determinar el valor de los parámetros de dichos modelos. Además, estos
parámetros, o la información que a partir de ellos se deriva, podrán ser usados como información
técnica de llaves y de sus elementos auxiliares de automatización.
68
Capítulo 4. Objetivos
Por otra parte, las llaves hidráulicas automáticas disponen de diversos elementos que son
accesorios a la llave hidráulica propiamente dicha, pero que trabajan de manera conjunta con
ésta. Por lo tanto, se justifica el estudio de su funcionamiento, elección y ajuste, así como el de
parámetros que permitan establecer comparaciones sobre el funcionamiento producido por
dichos elementos accesorios.
Un ajuste imperfecto de los elementos de una llave automática, a la que se ha prestado atención
durante la fase proyecto, y después instalada en campo, derivará, casi con toda seguridad, en un
funcionamiento imprevisto, y esta investigación justifica se le preste la atención que le
corresponde.
Con objeto de predecir, durante el funcionamiento de una red de riego colectiva, cuestiones
como evolución de la presión en cabeza de una unidad de riego a presión, en general
directamente relacionada con los resultados riego, y la energía disipada en cada boca de regante,
relacionada con el proyecto y explotación de la red de distribución, los modelos serán una
herramienta de utilidad para llevar a cabo los análisis mencionados.
Por último, los modelos en régimen variable deben predecir las diferentes variables hidráulicas
ante una maniobra efectuada en los diferentes elementos de la red, lo que será de utilidad para
analizar regímenes variables producidos por el cierre o apertura de una de estas llaves y,
también, para ajustar o seleccionar determinados elementos de la llave, esencialmente los que
conforman el circuito de control. Estudiando el funcionamiento automático de las llaves durante
un régimen variable, dichos modelos permitirán analizar su influencia sobre el comportamiento
del resto de los elementos de la red y sobre los resultados del riego.
69
5. MATERIALES Y MÉTODOS
5.1. Introducción
Con este capítulo se inicia la exposición de las aportaciones propias de esta tesis doctoral, que se
basan, por un lado, en la elaboración de modelos analíticos para simular el funcionamiento de
llaves hidráulicas automáticas dispuestas en sistemas de riego y, por otro, en el ensayo
experimental, en laboratorio, de estas llaves y posterior comprobación de la adecuación de los
resultados de los modelos. Se elaboran modelos para régimen permanente y para régimen
variable mediante ecuaciones matemáticas que se fundamentan en de principios físicos
conocidos, así como los procedimientos de calibración y contraste experimental de los
parámetros correspondientes.
En la figura 5.1 se muestra un esquema del Banco de ensayo de llaves hidráulicas del
Laboratorio de Hidráulica de la E.T.S.I.A de la U.P.M. Dicha instalación consiste en un circuito
cerrado, con tuberías de acero galvanizado, en el que el agua es impulsada por una bomba
centrífuga que dispone de variador de frecuencia que permite modificar el régimen de giro de la
bomba. En esta instalación, se pueden realizar ensayos como los propuestos en ASAE (1999) e
ISO (1993b).
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Figura 5.1. Esquema del Banco de ensayo de llaves hidráulicas del Laboratorio de Hidráulica de la E.T.S.I.A.
72
Capítulo 5. Materiales y métodos
La instalación dispone de una bomba centrífuga Ideal™ RN 65-200 con motor eléctrico con
velocidad nominal de giro de 2900 rpm. Está dotada de un variador de frecuencia Danfoss™
VLT 6022.
La utilidad del variador de frecuencia en el banco de ensayo reside en dos aspectos. Por una
parte, modificando las revoluciones de giro de la bomba, se cambia la curva característica de esta
última, que se puede relacionar con la correspondiente a la velocidad de giro nominal mediante
la aplicación de los principios de semejanza cinemática. Por otra parte, el variador de frecuencia
puede realizar un control en lazo cerrado del caudal o la presión, según que la señal proceda de
un caudalímetro o de un transductor de presión. En este caso, se dispone de un transductor de
presión situado aguas abajo de la bomba cuya señal se introduce en el variador. Por lo tanto, la
presión en dicho punto puede regularse automáticamente, de forma que el resultado de dicha
regulación es comparable con la alimentación desde un depósito con nivel constante. Este nivel
o, lo que es lo mismo, la presión en cabeza, puede cambiarse seleccionando el valor de consigna
para la presión en el cuadro de mandos del variador. El controlador que lleva a cabo este proceso
es de tipo PID (proporcional, integral y diferencial). Es posible seleccionar el valor de los tres
parámetros correspondientes a dicho tipo de controladores, con la finalidad de adaptar la rapidez
de la respuesta, y la estabilidad de esta última, a las necesidades de los ensayos.
Maniobrando en el banco de ensayo las llaves situadas aguas abajo de las llaves hidráulicas a
ensayar, se consigue modificar la relación entre la presión de aguas abajo p2 y el caudal Q,
conocida como relación de desagüe. Y con la maniobra de las de aguas arriba se modifica la
relación del caudal con la presión de aguas arriba.
Además se dispone de una tubería de retorno aguas arriba de los elementos a ensayar, en la que
se dispone de otra llave, y cuya misión es la de afinar el proceso de control sobre la presión
aguas arriba de dichos elementos.
73
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Electrollaves
Para abrir y cerrar las llaves hidráulicas a ensayar de manera remota se dispone de electrollaves
de varios tipos. Éstas se disponen en el circuito de control de las llaves hidráulicas.
Caudalímetros electromagnéticos
Estos caudalímetros se han contrastado con un vertedero rectangular de pared delgada, cuya
ubicación, se representa en el esquema de la figura 5.1. En esta fase de calibración, las
maniobras se han realizado teniendo en cuenta el trabajo de Hanson y Schwankl (1998), donde
pueden encontrarse resultados experimentales sobre la precisión de varios tipos de caudalímetros
en función de su ubicación relativa en una instalación, de forma que las llaves situadas aguas
arriba de los caudalímetros estuvieron completamente abiertas para que su efecto sobre el perfil
de velocidades del régimen uniforme fuese afectado lo mínimo posible.
En las figura 5.2 (a) y (b) se han representado las lecturas de los caudalímetros de DN-50 y
DN-80 mm respectivamente, frente a las estimaciones realizadas con las expresiones (5-1) y
(5-2) para vertederos1 rectangulares, junto con la bisectriz del primer cuadrante. La lámina de
vertido se ha medido con limnímetro dotado de un nonio que permite tomar lecturas con
precisión de 0,1 mm. Debido a los efectos de la energía superficial del agua, la lectura para
caudal cero no se puede medir con precisión y, por lo tanto, se ha ajustado haciendo que los
errores de lectura de los caudalímetros respecto al vertedero sean mínimos. Puede apreciarse en
la figura 5.2(a) que el caudalímetro de DN-50 proporciona lecturas por exceso, por lo que se
1
La descripción de los vertederos, junto con sus expresiones de gasto, se verán en este mismo apartado.
74
Capítulo 5. Materiales y métodos
60 60
50 50
Q caudalímetro (m /h)
Q caudalímetro (m /h)
40 DN-50 40 DN-80
3
3
30 30
20 20
10 10
0 0
0 10 20 30 40 50 60 0 10 20 30 40 50 60
3 3
Q vertedero(m /h) Q vertedero (m /h)
(a) (b)
Figura 5.2. Lecturas de los caudalímetros del Banco de ensayo de llaves frente a las estimaciones a partir de
vertedero rectangular. (a) para DN-50 mm. (b) para DN-80 mm.
Las tendencias observadas en ambos caudalímetros son corroboradas también por las
estimaciones de caudal obtenidas a partir de los contadores volumétricos de las llaves hidráulicas
Bermad™ 900 de DN-50 y DN-80, cuya misión en el banco es la de ser objeto de ensayo.
Se cuenta asímismo con dos caudalímetros Siemens™ Sitrans F M Magflo con convertidor de
señal Mag 5000, de diámetros nominales 50 y 80 mm, y cuyo funcionamiento es similar a los
antes descritos, pero con dos diferencias fundamentales: la primera, un tiempo de respuesta
relativamente pequeño, concretamente de 0,1 s, y la segunda, discriminan el sentido inverso del
flujo. Otra diferencia consiste en que los valores de los caudales mínimo y máximo, que
proporcionan 4 y 20 mA respectivamente, pueden seleccionarse desde el panel de mando del
propio caudalímetro2. El de tamaño DN-50 se ha calibrado con un vertedero triangular que se
describe más adelante en este mismo apartado, y cuyo resultado se muestra en la figura 5.3(a), en
la que los puntos representan las medidas de caudal frente a los valores estimados con la
ecuación (5-3), que se encuentra más adelante en este mismo apartado. El de tamaño DN-80 se
ha calibrado con el vertedero rectangular y los resultados se muestran en la figura 5.3(b).
2
El seleccionar un gasto mínimo tiene interés para evitar que cuando el gasto es nulo, o muy pequeño, las medidas
oscilen alrededor de cero.
75
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
16 55
50
14
45
12
DN-50 40 DN-80
Q caudalímetro (m /h)
Q caudalímetro (m /h)
3
3
10 35
30
8
25
6 20
4 15
10
2
5
0 0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
3 3
Q vertedero(m /h) Q vertedero(m /h)
(a) (b)
Figura 5.3. Resultados de calibración de caudalímetros. (a) DN-50 y (b) DN-80.
A la vista de los resultados de la figura 5.3(a) y 5.3(b) no se propone corrección alguna para las
medidas dadas por estos dos caudalímetros.
Transductores de presión
Los transductores de presión han sido calibrados en banco calibrador de manómetros (figura
5.4). Los valores de presión de referencia se han tomado con el manómetro digital Druck™
DPI 705, aparato de color azul de la fotografía de la figura, y contrastados tanto con el
manómetro Bourdon de precisión, como con la presión teórica correspondiente al peso sobre el
pistón de 20,5 mm de diámetro, los cuales también aparecen en la figura mencionada. La presión
se ha ejercido situando pesas, calibradas con balanza de precisión, sobre dicho pistón. El fluido
utilizado ha sido aceite.
76
Capítulo 5. Materiales y métodos
Transductor de posición
Para medir la posición de los opérculos de las llaves, en las que esto es posible, se ha usado un
transductor de posición del tipo transformador diferencial linealmente variable, el cual, en
principio, no introduce rozamientos adicionales que deban tenerse en cuenta. Este transductor se
ha acoplado solidariamente al elemento indicador de posición de aquellas llaves que disponen
del mismo, lo que puede observarse en la figura 5.5. Se ha apreciado que la unión del opérculo-
vástago-diafragma con el indicador mencionado no es lo suficientemente solidaria para
propósitos de medición de desplazamiento del opérculo. Por ello, se ha reducido la holgura que
da lugar a este problema lo máximo posible, sin interferir en el desplazamiento de dicho
indicador por acuñamiento del mismo. La holgura en cuestión se ha reducido insertando una
lámina de caucho, con un espesor del orden de 2 mm, entre el indicador y la pieza de inserción
de este último.
Figura 5.4. Calibración de transductores de presión en banco de calibración Figura 5.5. Detalle unión de
de manómetros del Laboratorio de Hidráulica de la E.T.S.I.A. transductor de posición con
indicador de posición del
opérculo de la llave.
Se ha observado que las lecturas proporcionadas por este elemento presentan oscilaciones que se
ven acentuadas cuando las vibraciones mecánicas en el sistema se incrementan.
La información en forma de señal eléctrica proporcionada por los sensores se traduce a valores
numéricos mediante una tarjeta de adquisición de datos Keithley™ KPCI-3101, la cual se
77
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
introduce en un ordenador personal con procesador Pentium™ II y se conecta en una ranura PCI
de su placa base. Las características a destacar de dicha tarjeta, en lo que a tratamiento de señales
analógicas se refiere, son: resolución de 12 bit, frecuencia de muestreo de 225 kHz y 16 entradas
simples u 8 diferenciales en tensión, debiendo estar estas últimas comprendidas entre ±10 V
como máximo. Acompañan a la tarjeta un terminal de conexiones Keithley™ STA-300, dónde se
conectan los hilos que transportan las señales, así como módulos informáticos para usarla con
lenguajes de programación de uso frecuente.
El montaje y programación del sistema de adquisición datos se ha llevado a cabo siguiendo las
instrucciones y recomendaciones de Keithley Instruments (2001a) y (2001b).
Se ha usado Labview™ 5.0 como lenguaje de programación para llevar a cabo el registro y la
visualización de los datos. En la elaboración de los programas usados, que se pueden ver en el
Anexo I, se han usado rutinas basadas en ejemplos de Manuel (2001). El programa de la figura
I.3 del Anexo I cumple la misión de registrar un dato cada vez que se desea, ya que ha sido
concebido para estudiar el régimen permanente. Sin embargo, el de la figura I.4 registra los datos
de manera continua, ya que ha sido concebido para el régimen variable. Los datos de los ensayos
se registran en formato ASCII con texto en columnas separadas mediante tabulador. Todas las
variables se registran con cuatro decimales, salvo el tiempo, que se hace con dos. Las unidades
en las que se realiza dicho registro son: para el caudal m3/h, para la presión bar, para la abertura
del opérculo mm y para el tiempo s.
78
Capítulo 5. Materiales y métodos
El gasto desaguado a través del vertedero rectangular, cuya ubicación se representa en la figura
5.1, se ha estimado con la expresión (5-1) de Kindsvater y Carter (1957) [citado en Bos, 1990],
la cual, de manera implícita en el coeficiente Ce, tiene en cuenta la contracción lateral del chorro.
2 1, 5
Q = Ce 2 g be he (5-1)
3
donde el coeficiente Ce es función de la relación entre los anchos del vertedero b y del canal B, be
es igual a la suma de b y de un coeficiente empírico que tiene en cuenta la viscosidad y la
energía superficial, y que en este caso, dada la relación b/B = 0,4, se ha tomado un valor de
0,0027. Y por último, he es igual a la altura de vertido h más una cantidad recomendada de
1 mm. Para el caso particular de b/B = 0,4, el coeficiente Ce toma los valores dados por:
donde h/p es la relación entre las alturas de vertido y de coronación del vertedero.
8 θ 2,5
Q = Ce 2 g tan he (5-3)
15 2
también de Kindsvater y Carter (1957) [citado en Bos, 1990], donde Ce toma un valor de 0,5785
para θ = 90º, y he es igual a la lámina de vertido h incrementada en unos 0,8 mm para el valor del
ángulo θ mencionado. Esta última corrección no se ha tenido en cuenta porque se ajusta la
lámina de vertido para caudal cero, haciendo mínimo el error cuadrático medio entre las lecturas
de caudal del caudalímetro y las estimadas con el vertedero, de forma que dicha corrección
queda incluida en el ajuste. Lo mismo ocurre para la recomendación de 1 mm para el caso del
vertedero rectangular.
En las estimaciones realizadas con las expresiones (5-1) y (5-3), se ha verificado que no se han
superado los límites de validez de las mismas.
79
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Desde el punto de vista del análisis del funcionamiento hidráulico en un sistema en régimen
permanente, una llave queda caracterizada por la curva de su coeficiente de pérdida de carga K
(u otro parámetro equivalente de los vistos en 3.2.2) expresado en función de su grado de
abertura x/C. Esta curva, en ocasiones suministrada por los fabricantes en la información técnica
de sus llaves, es de utilidad para analizar las características de su regulación en un sistema.
Para caracterizar la pérdida de carga en llaves, se propone el uso del coeficiente de pérdida de
carga K expresado, a su vez, como suma de dos coeficientes, uno independiente de la posición
del opérculo K0 y otro dependiente de ésta Kop. Con el primero de estos coeficientes se intenta
cuantificar la pérdida de carga en el cuerpo de la llave, y con el segundo se hace lo propio con las
que se producen como consecuencia del estrechamiento producido por el opérculo. De esta
forma, las pérdidas de carga en una llave pueden expresarse con:
2
h f = (K 0 + K op )⋅
Un
(5-4)
2g
El segundo sumando de (5-4) se estudia asemejando Kop del estrechamiento producido por el
opérculo como si éste se tratase del producido por un orificio circular en una placa [ver ecuación
(3-6)]. Considerando la sección nominal de la llave ωn como la sección del flujo en la expansión
y la sección de estrechamiento ωe como la sección del cilindro lateral formado por el opérculo y
el asiento de la llave, el coeficiente de pérdida de carga Kop referido a la sección ωn se expresa
según:
2
⎛ π ⋅ D2 ⎞ ⎛C ⎞
2
⎜ 4 ⎟ 1
K op =⎜ − 1⎟ = K 1 ⎜ − ⎟ (5-5)
⎜ Cc ⋅ π ⋅ Dop ⋅ C ⋅ x ⎟ ⎜x K ⎟
⎝ C ⎠ ⎝ 1 ⎠
80
Capítulo 5. Materiales y métodos
2
⎛ D2 ⎞
K1 = ⎜ ⎟ (5-6)
⎜ 4 ⋅ C c ⋅ Dop ⋅ C ⎟
⎝ ⎠
Davis y Stewart (2002a, 2002b) observan por procedimientos tanto numéricos como
experimentales que, en una llave de asiento tipo globo, para grados de abertura suficientemente
pequeños, el flujo presenta simetría axial respecto al eje del opérculo. Esto contribuye a pensar
que lo anteriormente considerado dará resultados satisfactorios.
⎡ ⎛C ⎞ ⎤ Un2
2
1
h f = ⎢ K 0 + K1 ⎜ − ⎟ ⎥⋅ (5-7)
⎢ ⎜x K ⎟ ⎥ 2g
⎣ ⎝ 1 ⎠
⎦
Por otro lado, el análisis de pérdidas de carga según (5-4), también puede hacerse considerando
pérdidas de carga originadas en el cuerpo de la llave y en el opérculo de la misma
independientemente, y refiriendo los coeficientes correspondientes a sumandos cinéticos
distintos. Al tener en cuenta la relación entre las velocidades medias en las secciones de paso
nominal y del estrechamiento, dichas pérdidas de carga pueden expresarse con:
Un
2
Ue
2 ⎡ ⎛ω ⎞
2
⎤ U 2
h f = K0 ⋅ + K op ⋅ = ⎢ K 0 + K op ⋅ ⎜⎜ n ⎟⎟ ⎥⋅ n (5-8)
2g 2g ⎢
⎣ ⎝ ωe ⎠ ⎥⎦ 2 g
Los subíndices n y e hacen referencia a las secciones nominal de la llave y del estrechamiento
respectivamente. La sección nominal de la llave se relaciona generalmente con el diámetro de
3
Con el uso de los métodos numéricos se busca sustituir parte de la experimentación por los resultados
proporcionados por estos.
81
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
sus secciones extremas, mientras que la sección del estrechamiento se corresponde con la
delimitada por el elemento de cierre y el cuerpo de la llave.
ωe ⎛ x ⎞
n
∝⎜ ⎟ (5-9)
ωn ⎝ C ⎠
donde C es la distancia máxima entre el opérculo y su asiento, denominada carrera. Por otra
parte, conviene tener presente que en la expresión (5-8), al igual que ocurre con la (5-6), se
considera, por motivos de simplificación, que el coeficiente de contracción Cc, incluido de
manera implícita, es constante, o sea independiente de x/C.
Figura 5.6. Esquema de diferentes formas de opérculos de llaves de asiento. Los valores teóricos de n
serían: (a) n = 1, (b) n = 1, (c) n = 2, (d) n > 2, (e) 1 < n < 2, (f) 0 < n < 1.
El exponente n muestra como varía la sección efectiva de paso respecto a la posición relativa del
opérculo. Por ejemplo, en una llave de asiento plano, ωe es directamente proporcional a x/C (se
trata de la superficie lateral del cilindro que tiene por base el opérculo y por altura la distancia x
desde el mismo hasta su asiento), por lo que n es igual a la unidad [figuras 5.1(a) y 5.1(b)]. Sin
embargo, esto último puede no ser así si en esa misma llave se sustituye el asiento plano por
alguno dentado como los mostrados en las figuras 5.1(c), 5.1(d), 5.1(e) y 5.1(f), caso en el que la
relación entre esos parámetros no es lineal y por lo tanto n no es igual a la unidad.
De los opérculos mostrados en la figura 5.6, en principio, sólo tienen interés los cincos primeros
para aplicaciones de regulación. El último no lo tiene, puesto que la máxima variación en la
sección efectiva de paso se produce justo en las proximidades del cierre completo.
82
Capítulo 5. Materiales y métodos
Con la intención de dotar a la expresión (5-8) de cierta generalidad, y con base en (5-9), la
pérdida de carga en una llave puede expresarse según:
⎡ ⎛C ⎞ ⎤ U
2n 2
h f = ⎢ K 0 + K1 ⋅ ⎜ ⎟ ⎥ ⋅ n (5-10)
⎢⎣ ⎝ x ⎠ ⎥⎦ 2 g
Al igual que ocurría en el caso de (5-7), K0 y K1 son coeficientes de ajuste, mientras que n
tendría valor teórico para algunas formas geométricas del opérculo.
De acuerdo con la relación (5-9), la expresión (5-7) debe ser modificada si quiere tener en cuenta
la forma del opérculo, e incluso la contracción de las líneas de corriente en el estrechamiento,
por lo que, en principio, cabe pensar que dicha modificación puede consistir en:
⎡ ⎛ ⎛ C ⎞n ⎞ ⎤ Un2
2
⎜ 1 ⎟
h f = ⎢ K 0 + K1 ⎜ ⎟ − ⎥⋅ (5-11)
⎢ ⎜⎝ x ⎠ K ⎟ ⎥ 2g
⎣ ⎝ 1 ⎠ ⎦
donde los valores teóricos de n también han de ser acordes con los valores mostrados en la figura
5.6.
Igualando (5-10) y (5-11), puede comprobarse que los coeficientes K1 de ambas están
relacionados por la expresión:
2
⎛ ⎛ x ⎞ ⎞⎟
n
K1( 5 −10 ) ⎜
= K1( 5 −11) − ⎜ ⎟ (5-12)
⎜ ⎝ C ⎠ ⎟⎠
⎝
83
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Las expresiones (5-10) y (5-11) han sido obtenidas a partir de aproximaciones diferentes. La
primera puede considerarse como una simplificación de la segunda. Se presentan ambas para
evaluar su utilidad en la caracterización de la pérdida de carga en llaves.
A continuación, se realiza la comparación del valor del coeficiente β0 de la figura 3.5, propuesto
para ser usado en la expresión (3-15), que tiene la misma forma que (5-10). Aunque el valor de
K1 dado por la expresión (5-6) ha sido obtenido para usar en (5-11), como (5-10) puede
considerarse una simplificación de (5-11), entonces el valor de K1 así calculado es considerado
en principio válido.
2 2
⎛ C ⎞ ⎛⎜ ⎞ ⎛ C ⎞2 ⎛ ⎞ ⎛ D ⎞2
2 2
D2 ⎟ ⋅⎜ ⎟ = ⎜ D ⎟ ⋅ ⎜ ⎟ = β 0 ⋅ ⎛⎜ D ⎞⎟
K1 ⋅ ⎜ ⎟ = (5-13)
⎜ ⎟ ⎜
⎝ x ⎠ ⎝ 4 ⋅ Cc ⋅ Dop ⋅ C ⎠ ⎝ x ⎠ ⎝ 4 ⋅ Cc ⋅ Dop ⎟ ⎝x⎠ ⎝x⎠
⎠
Bajo el supuesto de una relación D/Dop igual a la unidad, el coeficiente β0 de la expresión (3-15)
toma el valor:
1
β0 = 2 (5-14)
16 ⋅ Cc
En lo que respecta a otro tipo de llaves, tiene interés el estudio de la evolución de la sección
efectiva de paso en una llave de compuerta conforme se varía x/C en la misma, y compararla con
opérculos como los representados en la figura 5.6. En la figura 5.7 se han representado tres tipos
de llaves de compuerta e indicado las variables que permiten establecer la sección de
estrechamiento, según que sea dicha compuerta rectangular o circular y, dentro de estas últimas,
84
Capítulo 5. Materiales y métodos
maciza o hueca. En dichas expresiones, se ha supuesto que la máxima sección de paso coincide
con la nominal.
π
ωe = (θ − senθ ) ⋅ C 2
8
⎛ x⎞
θ = 2 arccos⎜1 − 2 ⎟
(a)
θ
C ⎝ C⎠
π ⋅C2
ωn =
x 4
π
ωe = (α + senα ) ⋅ C 2
4
(b) x α ⎛x⎞ En cualquier caso
α = 2arcsen⎜ ⎟
C ⎝C ⎠
ωe ⎛x⎞
π ⋅C2 = f⎜ ⎟
ωn = ωn ⎝C ⎠
4
π
ωe = (β − senβ ) ⋅ C 2
4
⎛ x⎞
C β = 2 arccos⎜1 − ⎟
(c) C-x β ⎝ C⎠
π ⋅C2
ωn =
4
Figura 5.7. Esquema y expresiones de sección efectiva en función del grado de abertura. (a) Llave de
compuerta rectangular, (b) idem. circular, (c) idem. hueca circular.
85
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
1,0
0,9
0,8
0,7
n
0,6
w e/w n, (x/C)
0,5
Compuerta
circular
Compuerta
0,4 hueca circular
0,3
n = 0,5 Compuerta
rectangular
0,2
n =1
0,1 n =2 n =3
0,0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
x /C
Figura 5.8. Evolución de la sección de paso relativa a la nominal según la distancia recorrida por el
elemento de cierre de varias llaves (de compuerta y de asiento con diferente n teórico).
En lo que respecta a las llaves de compuerta, se aprecia cómo las tres formas de compuerta
consideradas tienen diferente variación de sección relativa en relación con la posición relativa de
la misma x/C, por lo que tendrán curvas de K(x/C) diferentes. Puede decirse que la de compuerta
circular, en lo que a sección de estrechamiento se refiere, tiene un comportamiento parecido a la
llave de asiento con n < 1, mientras que la hueca circular se parece más a las de n > 1. Por la
situación intermedia de la curva correspondiente a la compuerta rectangular, podría decirse que
su comportamiento se parece a la de n = 1.
Cuando se analiza el comportamiento de las llaves de asiento para diferentes valores de n, puede
apreciarse cómo, para valores de n mayores que la unidad, la reducción durante una maniobra de
cierre en la sección de estrechamiento es mayor en la primera mitad del recorrido, realizado en el
sentido de x decreciente, que durante la segunda, mientras que para valores de n menores que
uno ocurre justo lo contrario.
86
Capítulo 5. Materiales y métodos
para diferentes relaciones entre K0 y K1. Puede apreciarse como variando la relación entre estos
dos últimos parámetros se barre el área entre la curva de K0 = 0 y los ejes coordenados. En la
segunda de dichas figuras se muestran las mismas curvas al variar n, pero para el caso límite de
K0/K1 = 0.
1000
2
K / (K 0 + K 1) = 1 / (1 + K 1 / K 0) + 1 / (1 + K 0 / K 1) · (C /x )
100
K /(K 0+K 1)
10
1
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
x /C
Figura 5.9. Coeficiente de pérdida de carga para diferentes relaciones entre K0 y K1 (caso particular en
que n = 1).
Puede observarse que el aumento de la relación K0/K1 acerca a la curva K(x/C) al origen de
coordenadas.
87
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
10000
2n
K / (K 0 + K 1) = 1 / (1 + K 1 / K 0) + 1 / (1 + K 0 / K 1) · (C /x )
K 0/K 1 = 0
1000
K /(K 0+K 1)
100
n =3
n =2
n = 1,5
n =1
10 n = 0,5
1
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
x /C
Figura 5.10. Coeficiente de pérdida de carga para diferentes valores de n (caso particular K0 = 0).
La disminución del valor del parámetro n hace que la curva del coeficiente de pérdida de carga
se acerque al origen de coordenadas.
A modo de resumen, en lo que a pérdidas de carga se refiere, una llave se caracterizará por los
coeficientes K0, K1 y n. Los dos primeros parámetros, en principio, se determinarán
experimentalmente, mientras que el tercero, al depender de la forma geométrica del elemento de
cierre, puede que no tenga que ser ajustado por este procedimiento, por tener valor teórico para
determinadas formas.
Para propósitos de regulación, interesa analizar la capacidad de una llave para producir pérdida
de carga en los diferentes tramos del recorrido de su elemento de cierre. Esta capacidad queda
caracterizada por el coeficiente de pérdida de carga en función del grado de abertura de la llave,
que puede expresarse con (5-10) y (5-11). No obstante, tal como se ha visto en el apartado 2.3, la
88
Capítulo 5. Materiales y métodos
regulación de una variable hidráulica no es responsabilidad única de la llave, sino del sistema
completo en el que la misma está integrada.
Para determinar experimentalmente la curva K(x/C) es necesario medir la pérdida de carga para
una velocidad determinada y grado de abertura de la llave. Para cada posición de la llave, el
coeficiente de pérdida de carga K puede determinarse a partir de la expresión:
p1 − p2
K=
U2 (5-15)
ρ
2
Por otro lado, para obtener la curva K(x/C) en cuestión, es necesario conocer la posición relativa
del opérculo. En algunas de las llaves utilizadas en el presente trabajo, no es posible medir la
posición relativa del opérculo, ni directa ni indirectamente. Por ello, en estos casos, es necesario
estimar la posición del opérculo de la llave a partir de otras variables mensurables.
El diafragma de una llave hidráulica es una lámina flexible en la que, a ambos lados de la misma
se dan sendas distribuciones de presiones y, conforme a la solicitación que éstas producen, dicho
diafragma adoptará una curvatura conforme dictan los principios de la mecánica de sólidos.
89
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
PRESCOTT y ULANICKI (2003) realizan un ajuste mediante una función exponencial que
relaciona la posición del opérculo con el volumen expulsado de la cámara de una llave hidráulica
de diafragma Cla-val NGE9001. A la vista de las observaciones mostradas en la figura 5.11d,
puede entenderse dicha función exponencial.
En las figura 5.11a y 5.11c, se muestran dos fotografías del montaje experimental llevado a cabo
para relacionar experimentalmente la posición del opérculo y el volumen expulsado de la cámara
superior en una llave hidráulica de diafragma. Partiendo de la posición completamente abierta de
la llave, mediante la prensa hidráulica que aparece en la figura 5.11a se venció la fuerza
recuperadora del resorte, con el consiguiente desplazamiento del opérculo y disminución del
volumen de la cámara superior, y como consecuencia se produjo la expulsión de fluido, agua en
este caso. El ensayo se realizó con presión atmosférica a la salida de la cámara y se midieron
volúmenes y desplazamientos mediante probeta de 500 mL y calibre, respectivamente. En la
figura 5.11b se muestran los resultados obtenidos, donde se representa además, con trazo
discontinuo, la bisectriz del primer cuadrante. Se muestran los datos experimentales de V/VC
frente a (xL/CL), donde V es el volumen recogido correspondiente a cada posición del opérculo,
VC es el volumen de la cámara, entendido como el volumen máximo recogido, xL es el
desplazamiento y CL es la carrera, o sea el desplazamiento máximo medido del opérculo de la
llave. Los datos representados en las figuras 5.11b y 5.11d se corresponden con tres y dos
repeticiones llevadas a cabo en las cámaras superiores de las llaves Bermad serie 700 de 3” y 2”,
respectivamente.
0,9
0,8
V c = 226 mL
0,7
C L = 25,55 mm
0,6
V /V c
0,5
0,4
0,3
Ensayo 1
0,2
Ensayo 2
Ensayo 3
0,1
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
Figura 5.11a. Montaje
x L/C L
experimental para cubicación
de la cámara superior, en este Figura 5.11b. Resultados de cubicación de la cámara superior de la llave
caso de llave Bermad 700 de Bermad 700 de 3”.
3”.
90
Capítulo 5. Materiales y métodos
1,0
0,9
0,8
V C = 99,3 mL
C L = 17,37 mm
0,7
0,6
V /V C
0,5
0,4
0,3 Ensayo 1
Ensayo 2
0,2
0,1
0,0
Figura 5.11c. Detalle de la 0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
VC V
AC = = (5-16)
C L xL
Todas las llaves que se han utilizado en este trabajo tienen una cámara similar a las estudiadas,
por lo que la expresión (5-16) va a ser considerada válida en todas ellas. Si bien, en las figuras
5.11b y 5.11d, se puede observar que la relación lineal entre V y xL, como si la cámara superior
se tratase de un cilindro, se cumple mejor en la llave de 3”.
A partir de los datos de VC y CL de las figuras 5.11b y 5.11d, puede obtenerse con (5-16) el valor
del parámetro AC que, para la llave de 3”, vale 8,45·10-3 m2, y para la de 2” vale 5,72·10-3 m2.
Estas secciones se traducen en diámetros también equivalentes de 106 mm y 85 mm,
respectivamente.
Hasta ahora, al hablar de pérdida de carga no se ha tenido en cuenta la cavitación. Este fenómeno
puede aparecer en determinadas circunstancias, como se ha visto en los apartados 3.2.3 y 3.2.4,
bien de forma localizada o generalizada, con el efecto de que, en este último caso, la pérdida de
carga se ve incrementada de manera apreciable. En el siguiente apartado, se propone un
91
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En el apartado 3.2.3, se analizó cómo la cavitación con nivel de bloqueo incide en las pérdidas
de carga y, por lo tanto, puede afectar al funcionamiento de las llaves hidráulicas automáticas.
Una llave es un orificio de forma geométrica relativamente compleja y, por lo tanto, cabe pensar
que la caracterización de su funcionamiento bajo dichas condiciones de cavitación ha de poder
adaptarse a la de un orificio aforador, de forma geométrica más sencilla. Por este motivo, se
analiza la cavitación en orificios aforadores, para a continuación estudiar la aplicación de los
resultados de los mismos a llaves.
En un orificio aforador como el de la figura 3.6, la diferencia de presiones entre las secciones 1 y
c, bajo el supuesto de pérdida de carga despreciable, viene determinada por la diferencia de
sumandos cinéticos. Dicho supuesto puede aceptarse como suficientemente válido por tratarse de
flujo con convergencia de líneas de corriente en un tramo de conducción muy corto. Mientras
que, en el caso del flujo entre las secciones 2 y c, además de la diferencia de velocidades,
interviene también la pérdida de carga, puesto que existe flujo con divergencia en las líneas de
corriente, caso en el que las pérdidas de carga no pueden despreciarse. Aplicando las ecuaciones
de continuidad y de la energía entre las secciones 1 y c, c y 2, y 1 y 2, pueden obtenerse las
relaciones que estiman el gasto para condiciones tanto con cavitación, como sin ella. Se
considera que la sección 2 está lo suficientemente alejada del orificio como para que el flujo
ocupe toda la sección.
La ecuación de la energía entre las secciones 1 y 2 se expresa como H1 = H2 + hf, donde el último
término, el correspondiente a la pérdida de carga, se puede considerar de forma aproximada con
la aplicación del teorema de BELANGER-BORDA [ver apartado 3.2.1] entre las secciones c y 2.
De esta forma, y bajo la consideración de ambas secciones a la misma cota, el gasto Q viene
dado por (5-17a), (5-17b) y (5-17c), y las diferencias de presiones cumplen las relaciones (5-
17d) y (5-17e).
92
Capítulo 5. Materiales y métodos
p1 − p 2
Q =ω 2
ρ⎛ ω ⎞ (5-17a)
⎜⎜ − 1⎟⎟
2 ⎝ Cc ⋅ ωe ⎠
p1 − pc
Q =ω
ρ ⎡⎛ ⎤2
ω ⎞ (5-17b)
⎢⎜⎜ ⎟⎟ − 1⎥
2 ⎢⎝ Cc ⋅ ωe ⎠ ⎥⎦
⎣
p 2 − pc
Q =ω
⎛ ω ⎞ (5-17c)
ρ ⎜⎜ − 1⎟⎟
⎝ Cc ⋅ ωe ⎠
ω
+1
p1 − pc Cc ⋅ ωe
= (5-17d)
p1 − p2 ω
−1
Cc ⋅ ωe
ω
+1
p1 − pc Cc ⋅ ωe (5-17e)
=
p 2 − pc 2
Como Cc·ωe < ω, entonces, a partir de (5-17d) y (5-17e) se deducen las desigualdades
p1 > p2 > pc, y considerando la limitación que impone la presión de vapor pv, las expresiones
(5-17) serán válidas mientras pc > pv.
p1 − pv
Qv = ω
ρ ⎡⎛ ⎤ 2
ω ⎞ (5-18)
⎢⎜⎜ ⎟⎟ − 1⎥
2 ⎢⎝ Cc ⋅ ωe ⎠ ⎥⎦
⎣
donde puede apreciarse que el gasto, en las condiciones consideradas, depende sólo de p1.
La relación que deben cumplir p1 y p2, para tener en la sección c la presión pv, se puede obtener
igualando las ecuaciones (5-17a) y (5-18). El resultado es la relación:
93
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
1⎡ ⎛ ω ⎞ ⎛ ω ⎞⎤
p1 = ⎢ p2 ⋅ ⎜⎜ + 1⎟⎟ + pv ⋅ ⎜⎜1 − ⎟⎟⎥ (5-19)
2⎣ ⎝ C c ⋅ ω e ⎠ ⎝ C c ⋅ ω e ⎠⎦
Esta ecuación establece la condición de límite que separa las condiciones de existencia o
ausencia de cavitación. En caso de evaluarse los miembros de esta igualdad por separado, si el
primero es mayor que el segundo, entonces el gasto máximo viene dado por la ecuación (5-18), o
sea p1 determina el gasto. Por el contrario, si el segundo miembro es el mayor, cualesquiera de
las ecuaciones (5-17) establecen el gasto.
Las ecuaciones (5-19) y la (3-23) son en realidad la misma, luego las ecuaciones (5-17) son
válidas para situaciones en las que σ > σch y la (5-18) para σ < σch.
Por otro lado, en el apartado 5.3.1 se ha visto como una llave hidráulica queda caracterizada, en
lo relativo a pérdidas de carga, por una curva que determina los valores del coeficiente de
pérdida de carga K(x/C) y que, para cada valor de x/C, dicho coeficiente K tiene un valor
constante, salvo en el caso en que la cavitación condicione el gasto. Esta condición (choked en
las referencias en lengua inglesa), en caso de darse, produce un incremento del coeficiente K. A
continuación se presenta una relación para el caso que se dé la presión de vapor pv, que relaciona
el coeficiente de pérdida de carga con el parámetro de cavitación.
Se adopta para el coeficiente de pérdida de carga el símbolo K, cuando este puede considerarse
constante, y se adopta el símbolo Kv, cuando se alcanza pv de manera generalizada en toda la
sección.
expresado por (3-6) y, por último, si se sustituye la relación de presiones por el parámetro σ con
la expresión (3-20), entonces se obtiene:
K +2 K K +2 K
Kv = = (5-20)
σ1 1+ σ 2
2
σ 2 ch = = σ 1ch − 1 (5-21)
K
A partir de aquí, como sólo se estudia este tipo de cavitación, para referirse a cavitación
condicionante del gasto se usa simplemente el término cavitación. A continuación, con la
finalidad de interpretar posibles resultados de ensayos de pérdidas de carga, se plantean
diferentes resultados teóricos basados en las ecuaciones de gasto con y sin cavitación para
diafragmas u orificios aforadores.
Con las ecuaciones (5-17a) o (5-18), elegidas según la relación (5-19), se estudia el desagüe a
través de un orificio aforador. En la figura 5.12 se muestran curvas teóricas de pérdida de carga
frente al caudal para un orificio como el de la figura 3.6. La línea de trazo continuo se
corresponde con una situación en la que la cavitación no se da o, en caso de darse, no condiciona
el gasto. La ecuación (5-17a) determina esta curva. Las curvas de trazo discontinuo se
corresponden con situaciones en las que la cavitación limita el gasto. Las curvas p2 = cte
representan hf en función de Q en sistemas en los que se impone la condición enunciada, por
ejemplo con un depósito aguas abajo, mientras que la presión p1 de aguas arriba se va
modificando. Sin embargo, si el ensayo se lleva a cabo imponiendo la condición de p1 = cte, y se
modifica la presión aguas abajo p2, el gasto circulante se mantiene constante mientras que
existan condiciones de cavitación. La ecuación (5-18) determina ambos resultados: caudal
constante cuando se disminuye p2 con p1 constante y caudal en aumento cuando p1 se aumenta
manteniendo p2 constante.
95
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
4,0
3,5
p 2 = cte3 < cte4
2,5
h f ~ (p 1-p
2,02)
1,5
1,0
0,5
0,0
0,00 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05
Q 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10
Figura 5.124. Curvas teóricas de diferencia de presiones en función del gasto desaguado, según se
mantenga constante la presión aguas arriba p1 o abajo p2. (El trazo discontinuo indica existencia de
cavitación).
De acuerdo con las relaciones teóricas representadas, la curva hf(Q) de un orificio aforador
sometido a cavitación depende de las condiciones de presión que se tengan aguas arriba o abajo.
Tiene interés la representación del funcionamiento de dicho dispositivo con una curva única e
independiente de las condiciones de presión de aguas arriba y abajo. Esto puede hacerse con la
representación de K en función de σ.
En la figura 5.13, derivada de las curvas de la figura 5.12, se han representado las curvas teóricas
de K en función de los parámetros de cavitación referidos a las secciones de aguas arriba σ1 y
aguas abajo σ2. A este respecto, conviene precisar que ambas curvas proporcionan información
redundante, puesto que ambos parámetros σ se diferencian en una unidad. En primer lugar,
puede observarse que existe una para σ1 y otra para σ2, ambas independientes de las condiciones
impuestas a la presión aguas arriba o abajo. En cuanto a σch, límite que marca la frontera de la
cavitación condicionante del caudal, también es independiente de los posibles valores de p1 y p2.
4
La cte1 está relacionada con la cte3, de forma que la cavitación limitante se produce para el mismo gasto. Lo mismo
ocurre con cte2 y cte4.
96
Capítulo 5. Materiales y métodos
Las curvas K(σ2) y K(σ1) se corresponden con la ecuación (5-20) para aquellos valores de
σ2 < σ2ch, mientras que para el resto de valores de σ2 el coeficiente K es constante.
Durante los ensayos de pérdida de carga en elementos singulares, puede aparecer cavitación con
una intensidad suficiente como para afectar a la pérdida de carga. En caso de utilizar la
representación hf(Q), como en la figura 5.12, puede no quedar claro donde empieza a
manifestarse ésta. La representación K(σ), como en la figura 5.13, permite identificar K y σch con
relativa facilidad, puesto que K es constante si la pérdida de carga no está afectada por la
cavitación, o mayor y variable en el caso de que si que lo esté. Por lo tanto, ambos parámetros
caracterizan el funcionamiento hidráulico del orificio en cuestión.
10,00
K (σ 2ch) K (σ 1ch)
σ2
σ1
Independiente de:
p 1 = cte1 < cte2
p 1 = cte2 > cte1
p 2 = cte3 < cte4
p 2 = cte4 > cte3
1,00
0,01 0,10 1,00 10,00 100,00
Figura 5.13. Coeficiente de pérdida de carga en función del parámetro de cavitación σ para un orificio
aforador. K(σ1) y K(σ2) muestran información redundante, cuya diferencia se encuentra en que
están referidas a secciones diferentes, la primera a la de aguas arriba y la segunda a la de
aguas abajo.
Hasta aquí, se ha visto que cada orificio aforador tiene una curva única para el coeficiente de
pérdida de carga K expresado en función del parámetro de cavitación σ y que esta curva tiene
dos tramos, uno horizontal, en el que K es independiente de σ para situaciones en las que la
cavitación no afecta al mismo, y otro que depende de σ, para situaciones en las que ésta sí que
afecta. Por otro lado, la relación (5-21) indica el lugar geométrico de los puntos de unión de los
97
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
dos tramos de la curva K(σ). Dichos lugares geométricos aparecen representados con las curvas
K(σ1ch) y K(σ2ch) en trazo discontinuo de la figura 5.13.
En las figuras 5.14 y 5.15, se han representado, respectivamente, las curvas K(σ1ch) y K(σ2ch)
para orificios aforadores con diferente relación de sección de paso, las cuales muestran las
relaciones dadas por las expresiones (3-6) y (5-20), con su límite de separación dado por (5-21).
En el caso de una llave hidráulica, cabe esperar la obtención de curvas similares, una para cada
grado de abertura x/C.
1000
K (σ 1ch)
100
K ω /ω e = 4
10
ω /ω e = 2
ω /ω e = 1,5
ω /ω e = 1,3
1
1 10
σ1
Figura 5.14. Curvas teóricas K(σ1) para orificios aforadores caracterizados por la relación ω/ωe.
98
Capítulo 5. Materiales y métodos
1000
K (σ 2ch)
100
K ω /ω e = 4
10
ω /ω e = 2
ω /ω e = 1,5
ω /ω e = 1,3
1
0,01 0,10 1,00 10,00
σ2
Figura 5.15. Curvas teóricas K(σ2) para orificios aforadores caracterizados por la relación ω/ωe.
La sustitución de K según (5-21) en (5-20) permite escribir la función del coeficiente de pérdida
de carga Kv, ahora entendido como de uso general, en la forma:
K v = K para σ 2 > σ 2 ch
(5-22)
σ ⎛ 1 + σ 2 ch ⎞
K v = K ⋅ 1ch = K ⋅ ⎜⎜ ⎟⎟ para σ 2 ≤ σ 2ch
σ1 ⎝ 1+ σ 2 ⎠
Por tanto, a partir de un ensayo en el que pueda producirse cavitación, las pérdidas de carga se
podrán caracterizar, en general, mediante los parámetros σch y K, en principio independientes.
99
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
5
Aceptando un valor, en términos absolutos, de 2,4 kPa para el agua a 20º C. Dicha presión, en términos relativos,
se corresponde con -74,2 cmHg.
100
Capítulo 5. Materiales y métodos
Figura 5.17. Fotografía de la zona de aguas abajo del orificio aforador. Puede
apreciarse el chorro de agua líquida rodeado de vapor.
Por último, se han ensayado diversas llaves hidráulicas con objeto de determinar la curva K(x/C).
Se han dispuesto en la instalación mostrada en la figura 5.1. Las llaves ensayadas se describen a
continuación.
Se dispone de una llave Bermad serie 900 (figura 5.18a) de diámetro nominal 2”, de la que
conviene resaltar que el elemento de cierre es un cilindro hueco que, a efectos de variación de
paso, es equivalente a uno plano. Es una llave que en términos comerciales se denomina como
tipo “globo”. En la figura 5.18b se muestra un esquema del montaje experimental dispuesto para
caracterizar esta llave en lo que a pérdida de carga se refiere. Para mantener el opérculo fijo y dar
lugar a diferentes posiciones del elemento de cierre de la llave hidráulica se dispone de las llaves
de aguja Ll1 y Ll2, que permiten aislar la cámara superior. En este caso, la medición de la
posición del opérculo no ha sido posible, por no estar dotada la llave de elemento al que acoplar
un indicador de dicha posición. Por lo tanto, el grado de abertura de la llave ha sido estimado.
Para ello se usa la medida del volumen de agua expulsado de la cámara superior al desplazar el
opérculo en el sentido de apertura.
101
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
pc
Q1 Ll1 Q2 Ll2
Cámara
superior
p1 Resorte de p2
Caudalímetro la llave
electromagnético
x
Q
Q m3/h
Esta llave es de cámara simple y esta última no puede separarse del cuerpo de la llave de manera
que sea posible realizar la medición directa del volumen expulsado frente al desplazamiento del
opérculo, como se muestra para otras llaves de doble cámara en las figuras 5.11a y 5.11c.
En dicho ensayo, se ha variado el gasto circulante a través de la llave para diferentes grados de
abertura de ésta, a la vez que se han medido las presiones aguas arriba y aguas abajo. Para ello,
en primer lugar, se ha situado el opérculo de la llave en una determinada posición y, en segundo
lugar, se ha estimado el consiguiente grado de abertura. Se comienza el ensayo con la cámara de
la llave completamente llena (llave cerrada), situación que se consigue abriendo la llave de aguja
Ll1 mientras que Ll2 está cerrada. A continuación, abriendo Ll2 y con Ll1 cerrada, se permite que
salga un determinado volumen de agua de la cámara que se mide con la probeta. Cada valor de
volumen permite estimar la posición correspondiente del opérculo.
A continuación, una vez dispuesta la llave a ensayar con un determinado grado de abertura, se
hace variar el gasto que circula por la misma, lo que se consigue manipulando las llaves de aguas
arriba o aguas abajo de la llave a ensayar (ver figura 5.1) o el variador de frecuencia. La presión
de aguas arriba e indirectamente la de aguas abajo se varían con la manipulación de la llave
situada aguas arriba de la llave a ensayar o, puesto que el sistema está alimentado con una bomba
dotada de variador de frecuencia, cambiando la velocidad de giro de la misma. En el caso de la
presión de aguas abajo, la única posibilidad consiste en actuar sobre la llave situada entre la llave
a ensayar y la descarga al depósito con nivel libre. La variación del gasto circulante se realiza de
manera ordenada y sistemática, de forma que se actúa, solamente, bien sobre la presión de aguas
arriba p1, o bien sobre la de abajo p2.
102
Capítulo 5. Materiales y métodos
Transductor de
desplazamiento
Vástago indicador
de posición
Q1 Ll1 Q2 Ll2
pc
Cámara
superior
p1 Resorte de p2
Caudalímetro la llave
electromagnético
x
Q
Q m3/h
Durante los ensayos Ll2 estuvo abierta y Ll1 cerrada, con lo que la presión en la cámara superior
es prácticamente la atmosférica.
103
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Adicionalmente, y con objeto de contrastar resultados, se cuenta con la curva presentada por
LAURIA (1992) para llaves de asiento tipo globo [citado en García-Serra (1997)].
Un regulador de presión de acción directa RPAD (figura 5.20) tiene como misión regular la
presión aguas abajo del mismo. Para ello, consta de un opérculo en el que se produce la pérdida
de carga necesaria para lograr dicha regulación. Además de dicho elemento, cuenta con un
resorte que contrarresta la resultante de los empujes sobre las superficies de los elementos
móviles del propio regulador. En definitiva, es una llave que se acciona automáticamente, según
los empujes resultantes sobre su elemento móvil. A diferencia de las llaves hidráulicas
propiamente dichas, no tiene cámara, y por lo tanto no puede realizar operaciones de cierre.
En el apartado 5.3.4 se modelan las llaves hidráulicas con piloto regulador de presión. En dicho
apartado, se verá que dicho piloto se comporta como un regulador de presión de acción directa.
El funcionamiento de los RPAD puede analizarse mediante el modelo matemático que se explica
a continuación. Dicho modelo está basado en el análisis de los dos fenómenos físicos que se dan
en el mismo: pérdida de carga y equilibrio dinámico del elemento móvil.
A partir de la expresión (II-9) del Anexo II, el equilibrio dinámico del opérculo puede expresarse
con:
104
Capítulo 5. Materiales y métodos
donde h2 y h1 son, respectivamente, las alturas de presión aguas abajo y aguas arriba del
regulador; Aop y Ad las proyecciones normales al eje de las superficies equivalentes del opérculo
y del diafragma, respectivamente6; k la constante recuperadora del resorte; x la separación entre
el opérculo y su asiento; x0 la compresión inicial del resorte; C la carrera o desplazamiento
máximo del opérculo y Fr la fuerza de rozamiento sobre el eje. En el apartado 3.2.5 se encuentra
una revisión de la modelación clásica del rozamiento. Puede esperarse que la componente
estática de dicho rozamiento, en caso de ser significativa, se manifieste en posibles fenómenos
de histéresis.
En caso de omitir la posible influencia del rozamiento, pueden obtenerse las relaciones que
deben cumplir h1 y h2 para que o bien el opérculo comience a desplazarse desde su posición de
reposo (h20 cuando x = 0) o bien llegue al final de su carrera (h2F cuando x = C). Mediante la
sustitución en (5-23) de los valores correspondientes de x, se obtiene:
k ⋅ C x0 ⎛ A ⎞
h20 = ⋅ + h1 ⋅ ⎜1 − d ⎟ = π 1 ⋅ x0 + h1 ⋅ (1 − π 2 ) (5-24)
γ ⋅ Aop C ⎜ A ⎟
⎝ op ⎠
k A
siendo π 1 = , π2 = d
γ ⋅ Aop Aop
k ⋅C
h2 F = h20 + = h20 + π 1 ⋅ C (5-25)
γ ⋅ Aop
donde, puede apreciarse como la diferencia entre h20 y h2F viene dada por el producto del
parámetro π1 y C, con ecuación dimensional [L], correspondiente a altura de presión.
A partir de (5-24), puede observarse que si Ad = Aop, entonces π2 = 1, y por lo tanto, h20 y h2F son
independientes de h1.
6
En el Anexo II se ha visto que no tienen porqué coincidir con el valor físico de las secciones a las que hacen
referencia, únicamente, expresan una relación entre el empuje resultante y las presiones de aguas arriba y aguas
abajo de la llave.
105
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
La altura de presión aguas abajo h2, en caso de que el RPAD esté regulando, también puede
expresarse en función de h20.
k⋅x
h2 = h20 + = h20 + π 1 ⋅ x, para 0 < x < C (5-26)
γ ⋅ Aop
1 C 1
= = (5-27)
GA C − x 1 − x
C
2
⎛Q ⎞
⎜ ω ⎟
h1 − h2 = K (GA) ⋅ ⎝ n ⎠ (5-28)
2g
Los parámetros necesarios para modelar el funcionamiento de un RPAD mediante las ecuaciones
enunciadas son:
Por otro lado, un regulador proporcionará una respuesta determinada frente a las condiciones de
límite existentes aguas arriba y aguas abajo del mismo. Dichas condiciones de límite son
106
Capítulo 5. Materiales y métodos
relaciones del tipo h1(Q) y h2(Q). Así, la ecuación de ajuste de la curva característica de una
bomba es:
h1 = a0 ⋅ N 2 + a1 ⋅ N ⋅ Q + a2 ⋅ Q 2 (5-29)
Q = C D h2 − ∆z (5-30)
Una y otra pueden usarse para aguas arriba y aguas abajo, respectivamente.
En la ecuación (5-29), a0, a1 y a2 son los coeficientes de ajuste de la curva característica de una
bomba a velocidad nominal de giro, y N la relación entre la velocidad de giro y la nominal7. Y en
la ecuación (5-30), ∆z es la diferencia de cotas entre la sección de la descarga a la atmósfera y la
sección donde se mide la altura de presión h2. CD es un coeficiente de gasto, que se obtiene
mediante ajuste, con ecuación dimensional [L]2,5[T]-1.
El uso del modelo implica la resolución del sistema de ecuaciones definido por (5-23), (5-11),
(5-27), (5-28), (5-29) y (5-30). Las relaciones (5-11), (5-27) y (5-28) se agrupan en una sola
ecuación por la que el sistema a resolver consta de cuatro incógnitas. El resultado de dicho
modelo, para un RPAD determinado y con x0 fijado, consiste en un punto de funcionamiento (h1,
h2, Q, x). Tiene interés representar el lugar geométrico de los puntos de funcionamiento cuando
una condición de límite, (5-29) o (5-30), se va variando manteniendo fija la otra. El sistema de
ecuaciones del modelo se ha resuelto con los programas informáticos propios, que pueden verse
en los apartados III.1.1 y III.1.2 del Anexo III, en código de Visual Basic®. Estos programas
están basados en el Método de bisección de BOLZANO, que garantiza la convergencia
(Mathews y Fink, 2000). Se adapta con facilidad a la determinación de la posición del opérculo
en cada punto de funcionamiento. A pesar que no es de los más rápidos, en este caso, y debido a
que el tiempo necesario para realizar varias simulaciones no llega a la decena de segundos, no se
ha juzgado oportuno usar la variante del mismo “Método de la regula falsi” u otro método
diferente.
7
El hecho de dar valor nulo al coeficiente a1 presenta la ventaja de aportar simplicidad en la resolución de las
ecuaciones del modelo. El inconveniente reside en la disminución de la precisión del ajuste de la curva característica
de la bomba.
107
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En las figuras 5.21a, 5.21b, 5.22a y 5.22b se muestran los resultados de las simulaciones llevadas
a cabo con los valores que pueden verse en las mismas.
20 1,0
Parámetros físicos
D = 0,0381 m h 2F(h 1)
D op = 0,02 m
D d = 0,021 m
C = 0,003 m 0,8
-3
15 x 0 = 6,1·10 m
k = 5000 N/m
K0 = 2
h 2 (h 1 )
K 1 = 20
0,6
GA
h2
5
0,2
0 0,0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
h1
80
GA (Q ) 1,0
70
h 1 (Q )
Parámetros físicos
60 D = 0,0381 m
D op = 0,02 m 0,8
D d = 0,021 m
C = 0,003 m
50 -3
x 0 = 6,1·10 m
k = 5000 N/m
K0 = 2 0,6
h (m)
K 1 = 20
GA
40
0,2
h 2 (Q )
10 h 20
0 0,0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
3
Q (m /h)
Figura 5.21b. Simulación de la respuesta de un RPAD ante cambios de h1. Representación de h1,
h2 y GA en función de Q.
108
Capítulo 5. Materiales y métodos
Parámetros físicos
20 1,0
D = 0,0381 m
D op = 0,02 m
h 2F(h 1)
D d = 0,021 m
C = 0,003 m
-3
x 0 = 6,1·10 m
k = 5000 N/m 0,8
15 K0 = 2
K 1 = 20
h 2 (h 1 )
0,6
GA
h2
GA (h 1)
5
0,2
0 0,0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
h1
80
k = 5000 N/m
GA
40
K0 = 2
K 1 = 20
30 0,4
20
h 2F
0,2
h 2 (Q )
10
h 20
0 0,0
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18
3
Q (m /h)
109
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
h2 F − h2 x
= 1 − = GA , si h2 ≥ h20 (5-31)
h2 F − h20 C
2 ⋅ g ⋅ ω 2 ⋅ (h1 − h2 )
=K (5-32)
Q2
En la figura 5.23 se representan los resultados de las simulaciones de las figuras 5.21a, 5.21b,
5.22a y 5.22b usando los parámetros definidos en (5-31) y (5-32). Para cada llave (RPAD en este
caso), la curva K(GA) sólo aproximadamente depende de su grado de abertura, si no se produce
cavitación que influya sobre la pérdida de carga.
1000
100
2
10
0,1 1,0
(h 2F-h 2)/(h 2F-h 20)
representación, han de suministrarse los parámetros π1, π2 y C de las ecuaciones (5-24) y (5-25),
si se quiere determinar los valores de h20 y h2F.
El análisis del funcionamiento en régimen permanente de una llave hidráulica con piloto
regulador de presión (LLHPRP) puede realizarse con un modelo similar al realizado para los
RPAD. En este caso, los principios físicos que rigen dicho funcionamiento son, por un lado, los
equilibrios dinámicos del elemento de cierre de la llave y del piloto regulador de presión, y por el
otro, las pérdidas de carga tanto en la llave hidráulica como en el circuito de control a través del
piloto.
El equilibrio dinámico del elemento de cierre de una llave hidráulica puede expresarse de forma
análoga a la utilizada en la expresión (II-9) del Anexo II, obtenida para reguladores de presión de
acción directa. En régimen permanente, si se desprecia la componente axial8 del propio peso del
mecanismo de cierre, el equilibrio dinámico del mismo puede expresarse con:
donde aparecen tanto la componente axial de la resultante de los empujes, como la fuerza
recuperadora del resorte, con xL como desplazamiento del opérculo, que tiene valores
comprendidos entre cero y la carrera del mismo CL. El propio montaje del resorte en la llave
impone una compresión inicial x0L sobre el mismo. AL y AL’ son las secciones equivalentes del
opérculo en su anverso y en su reverso, respectivamente9, AC es la sección del diafragma (o en su
caso pistón) en el lado de la cámara superior, y AC’ es la equivalente pero en el lado de inserción
8
Las llaves, como norma general, no tienen porqué instalarse horizontalmente. Por otro lado, no todas las llaves
tienen el eje del vástago normal al eje de la tubería (p. e. llaves en “Y”).
9
En el Anexo II se muestra que no tienen porqué coincidir con el valor físico de las secciones a las que hacen
referencia, únicamente, permiten expresar una relación lineal entre el empuje resultante y las presiones de aguas
arriba y aguas abajo de la llave.
111
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
del vástago. FrL es la fuerza de rozamiento sobre el elemento de cierre. En el apartado 3.2.5, se
muestra una revisión de modelos clásicos con los que se puede estudiar el efecto del rozamiento.
Por otro lado, tal como se ha representado la llave, la presión pCI está relacionada con p2, puesto
que la cámara inferior de la llave está conectada con la zona en la que se supone que la presión
es precisamente esa. Esta relación está implícita en el valor de sección equivalente del diafragma
en la cámara inferior AC’. En caso de realizarse esta conexión, la llave representada en cuestión, a
pesar de ser de cámara doble, es equivalente a una de cámara simple.
Por motivos de simplicidad, se consideran tres coeficientes A1L, A2L y A3L, que permiten
cuantificar la influencia de las presiones aguas arriba de la llave p1, aguas abajo p2 y en la cámara
superior p3 sobre la componente axial del empuje resultante en el elemento de cierre de la llave.
kL A A
siendo π L1 = , π L 2 = 2 L , π L3 = 3L
γ ⋅ A1L A1L A1L
En principio, los parámetros πL1, πL2, πL3 y πL1·x0L de la expresión (5-34) se pueden obtener
mediante regresión lineal múltiple. La agrupación adimensional de parámetros tiene la ventaja de
que, conocidos dos parámetros dimensionales, una sección equivalente AiL10 cualquiera y CL,
quedan determinados el resto de parámetros dimensionales. Esto será tratado en el Capítulo 6
con el detalle requerido.
10
El subíndice i hace referencia a 1, 2 ó 3.
112
Capítulo 5. Materiales y métodos
Pasando a los elementos auxiliares de llaves hidráulicas, en la figura 5.24, se han representado
dos tipos de pilotos reguladores de presión de dos vías. En cada tipo de piloto, las variables que
influyen sobre el equilibrio dinámico del elemento de cierre son distintas.
Se ha llegado a (5-35’) sustituyendo h3 por h1 y A3P por A1P en (5-35), por lo que todas las
ecuaciones que se derivan de esta última pueden modificarse de la misma forma.
Diafragma Diafragma
del piloto del piloto
Conectado a la Conectado a la
QP toma de aguas QP toma de aguas
abajo de la llave abajo de la llave
CP con presión p2
CP con presión p2
xP
xP Conectado a la
toma de la cámara
Conectado a la CP superior de la llave
tomas de aguas QP con presión p3
xP
arriba de la llave
con presión p1 QP
Conectado a la
Conectado a la toma de aguas
toma de la cámara arriba de la llave
superior de la llave con presión p1
con presión p3
(b)
(a)
Figura 5.24. Esquemas de dos configuraciones posibles para un piloto regulador de presión en el circuito de
control: (a) el coeficiente de pérdida de carga entre p1 y p3 es constante, y (b) dicho coeficiente es
función de xP.
113
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
kP A
h20 = ⋅ x0P − h3 ⋅ 3P = π P1 ⋅ x0 P − π P 2 ⋅ h3 (5-36)
γ ⋅ A2P A2P
kP A
siendo π P1 = , π P 2 = 3P
γ ⋅ A2P A2P
k P ⋅ CP
h2 F = h20 + = h20 + π P1 ⋅ C P (5-37)
γ ⋅ A2P
A partir de (5-36) puede observarse cómo si A3P, o A1P en un piloto como el de la figura 5.34(b),
es despreciable, en relación con A2P, tanto h20 como h2F son independientes de h3, o de h1 en el
segundo de los casos.
En relación con el parámetro πP2, conviene recordar que, tal como se ha definido, es una relación
entre superficies de empujes originados por h1 o h3 ,según el caso, y h2. No obstante, las alturas
de presión en el propio piloto h1P o h3P, según el caso, y h2P que originarán dichos empujes en los
elementos del piloto diferirán de las alturas de presión consideradas en (5-36) precisamente en
las pérdidas de carga en el tramo correspondiente del circuito de control, de manera que h1P < h1,
h3P < h3 y h2P > h2. Así, el parámetro πP2 que considere las alturas de presión según (5-36), o sea
h1 o h3 y h1, será mayor, en valor absoluto, que si se hubiesen considerado las alturas de presión
h1P o h3P y h2P. Esto quiere decir que el valor de πP2 usado en (5-36) va a mostrar una relación
entre secciones por exceso y, por lo tanto, en principio no debe emplearse para sacar
conclusiones acerca de la forma geométrica del opérculo del piloto.
La altura de presión aguas abajo, en caso de que el piloto esté regulando, también puede
expresarse en función de h20.
k P ⋅ xP
h2 = h20 + = h20 + π P1 ⋅ xP = π P1 ⋅ x0 P − π P 2 ⋅ h3 + π P1 ⋅ xP , para 0 < xP < C P (5-38)
γ ⋅ A2P
114
Capítulo 5. Materiales y métodos
Dada la dificultad que presenta la medición de xP, debido al tamaño relativamente pequeño de los
pilotos de uso frecuente, no se propone la regresión lineal múltiple como método para obtener
los parámetros πP1, πP2 y πP1·x0P. Este aspecto se tratará en el Capítulo 6 con el detalle requerido.
En lo que al comportamiento hidráulico se refiere, hay que considerar, por un lado, la llave y, por
el otro, el piloto insertado en el circuito de control. El grado de abertura GAL de la llave
determina el coeficiente de pérdida de carga, pudiendo considerarse ésta con la expresión (5-11).
De acuerdo con (5-34), los valores de las diferentes presiones determinan GAL. El inverso de este
último, para una llave, como la representada en la figura 3.7, viene dado por:
1 1 C
= = L
GAL x L xL (5-39)
CL
En los dos tipos de piloto representados en la figura 5.34, el inverso de GAP se expresa con:
1 1 CP
= =
GAP 1 − xP C P − xP (5-40)
CP
La pérdida de carga por el circuito de control queda determinada por el gasto QP que circula a
través del mismo y que, en régimen permanente, debe ser igual a la pérdida de carga a través de
la llave, por la que circula un gasto QL.
115
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
2
⎛ QP ⎞
⎜ ω ⎟
h1 − h3 = K13 (GAP ) ⋅ ⎝ n13P ⎠ (5-42)
2g
2
⎛ QP ⎞
⎜ ω ⎟
h3 − h2 = K 32 (GAP ) ⋅ ⎝ n32P ⎠ (5-43)
2g
donde K13 y K32 son los coeficientes de pérdida de carga, y cuyas relaciones con el grado de
abertura del piloto pueden expresarse según (5-11).
2
⎛ QL ⎞
⎜ ω ⎟
h1 − h2 = K L (GAL ) ⋅ ⎝ nL ⎠ (5-44)
2g
Los parámetros necesarios para modelar el funcionamiento de una LLHPRP mediante las
ecuaciones enunciadas son:
- K0L y K1L: permiten ajustar el coeficiente de pérdida de carga KL según (5-11), el cual
está referido a la sección nominal ωnL de la llave en cuestión.
- K0P13 y K1P13: permiten ajustar el coeficiente de pérdida de carga KP13 según (5-11), el
cual puede referirse a la sección nominal ωnP de los tubos de conexión del circuito de
control, entre aguas arriba y la cámara superior de la llave. Para el caso de la conexión
entre la cámara superior y aguas abajo han de incluirse los parámetros K0P32 y K1P32, que
permiten ajustar el coeficiente de pérdida de carga KP32 también según (5-11).
- A1L, A2L y A3L: son las superficies equivalentes de empuje sobre los elementos de la llave
de las respectivas presiones.
- A2P y A3P, o A1P en su caso (ver figura 5.24b): son las superficies equivalentes de empuje
para el piloto.
116
Capítulo 5. Materiales y métodos
- x0L y CL: son, el primero, la compresión inicial del resorte, comunicada mediante el
cuerpo de la propia llave, y el segundo, la carrera del elemento de cierre de la llave. kL es
la constante recuperadora del resorte de la llave.
- x0P y CP: son, el primero, la compresión inicial del resorte, comunicada mediante el
tornillo de ajuste y la carcasa del propio piloto, y el segundo, la carrera del opérculo del
piloto. kP es la constante recuperadora del resorte del piloto.
- Por último, el fluido se caracteriza mediante el peso específico γ.
Una LLHPRP, al igual que un RPAD, proporcionará una respuesta frente a unas condiciones de
límite. Las condiciones de límite ya han sido tratadas en el apartado 5.3.3 y también se usan las
ecuaciones (5-29) para la condición de aguas arriba y la (5-30) para la de aguas abajo.
La resolución del sistema de ecuaciones definido por (5-34), (5-41), (5-11), (5-39), (5-40),
(5-42), (5-43), (5-44), (5-29) y (5-30) proporciona el punto de funcionamiento en régimen
permanente. El resultado de dicho modelo, para una LLHPRP determinada y con x0P fijado por el
tornillo selector de presión, consiste en el punto de funcionamiento (h1, h2, h3, QL, xL, QP, xP, Q).
Tiene interés representar el lugar geométrico de los puntos de funcionamiento cuando una
condición de límite, que puede ser (5-29) o (5-30), se va variando manteniendo fija la otra. El
sistema de ecuaciones del modelo se ha resuelto con los programas informáticos propios, en
código de Visual Basic©, que pueden verse en los apartados II.2.1 y III.2.2 del Anexo III. La
resolución de dichos programas, al igual que en el caso del modelo de RPADs, se basa en el
“Método de bisección de BOLZANO”. En este caso se aplican tanto a la determinación de la
posición del opérculo del piloto como al de la propia llave.
En la figura 5.25 se muestra el resultado de dos simulaciones del funcionamiento de una llave
LLHPRP. Una se corresponde con el modelo en el que se consideran todas las ecuaciones citadas
en el párrafo anterior y la otra se corresponde con el modelo en el que se desprecia el valor de QP
en el valor del caudal desaguado Q (ver tabla 5.1). En el primero de ellos, se considera que el
caudal que circula por la llave es el desaguado (impuesto por las condiciones de límite) menos el
que circula por el circuito de control y, en el segundo, se considera que el caudal que circula por
la llave QL coincide con el desaguado Q. En la tabla 5.1 se recopilan, a modo de resumen, las
ecuaciones a resolver en cada caso.
117
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Modelo de LLHPRP
Equilibrio del elemento de cierre h1 + h2 ⋅ π L 2 − h3 ⋅ π L 3 = π L1 ⋅ xL + π L1 ⋅ x0L , para 0 < xL < C L
de la llave
⎡ ⎛C ⎞
2
⎤ 2
1 ⎥ ⋅ QL
Pérdida de carga en la llave h1 − h2 = ⎢ K L0 + K L1 ⎜ L − ⎟
⎢ ⎜ ⎟ ⎥ 2 gω n 2
⎣ ⎝ xL K L1 ⎠ ⎦
Equilibrio del elemento de cierre h2 = π P1 ⋅ x0 P − π P 2 ⋅ h3 + π P1 ⋅ xP , para 0 < xP < C P
del piloto
⎡ ⎛ ⎞
2
⎤
Pérdida de carga en el tramo de ⎢ ⎜ 1 1 ⎟ ⎥ QP
2
h1 − h3 = ⎢ K13P0 + K13P1 ⎜ − ⎟ ⎥⋅
aguas arriba del circuito de control ⎢ ⎜ 1 − xP K13P1 ⎟ ⎥ 2g ⋅ ω n13P
2
⎣⎢ ⎝ C P ⎠ ⎦⎥
⎡ ⎛ ⎞
2
⎤
Pérdida de carga en el tramo de ⎢ ⎜ 1 1 ⎟ ⎥ QP
2
h3 − h2 = ⎢ K 32P0 + K 32 P1 ⎜ − ⎟ ⎥⋅
aguas abajo del circuito de control ⎢ ⎜ 1 − xP K 32 P1 ⎟ ⎥ 2g ⋅ ω n32P
2
⎢⎣ ⎝ CP ⎠ ⎥⎦
Ecuación de continuidad Q = QL + QP
⎢ ⎜ 1 1 ⎟ ⎥
⎢ K13P0 + K13P1 ⎜ − ⎟ ⎥
⎢ ⎜ 1 − xP K13P1 ⎟ ⎥ 2
Relación de pérdidas de carga en h1 − h3 ⎣⎢ ⎝ C P ⎠ ⎦⎥ ⎛⎜ ω n32P ⎞
= 2 ⎜
⎟⎟
el circuito de control h3 − h2 ⎡ ⎛ ⎞ ⎤ ⎝ ω n13P ⎠
⎢ ⎜ 1 1 ⎟ ⎥
⎢ K 32P0 + K 32 P1 ⎜ − ⎟ ⎥
⎢ ⎜ 1 − xP K 32 P1 ⎟ ⎥
⎣⎢ ⎝ C P ⎠ ⎦⎥
Condición de límite aguas abajo Q = C D h2 − ∆z
Tabla 5.1. Resumen de ecuaciones de los modelos considerando QP en Q y sin considerarlo para simular el
funcionamiento en régimen permanente de una LLHPRP.
118
Capítulo 5. Materiales y métodos
Puede observarse que el modelo que no considera QP en Q comprende seis ecuaciones que
permiten determinar otras seis variables, a saber: h1, h2, h3, Q, xL y xP, mientras que el completo
comprende ocho ecuaciones con otras ocho variables. Las ocho variables comprenden las seis ya
enunciadas para el modelo en el que se adopta dicha simplificación, junto con los gastos
circulantes a través del circuito de control QP y a través de la llave QL. La suma de estos últimos
es igual al gasto Q total.
Los valores de los parámetros usados en las simulaciones de la figura 5.25 tienen el mismo orden
de magnitud que los mostrados en la tabla 6.9 del Capítulo 6.
25 100
h3
h2
20 80
15 60
GA (%)
h 2, h 3
GA P
10 40
5 20
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h1
En esta figura puede observarse que, en el caso mostrado, las diferencias que proporcionan
ambos modelos son prácticamente inapreciables. Por esta razón, a partir de ahora y para todo el
trabajo, se va a emplear el modelo simplificado para simular la llave.
En las figuras 5.26a y 5.26b se muestran, en unidades del SI, los resultados de las simulaciones
llevadas a cabo con los valores que pueden verse en las mismas.
119
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
25
100
Parámetros llave
D L=0,0508
K 0L=6
K 1L=3 h3 h2
C L=0,018
20 x 0L=0,012 h2
A 1=0,0025 80
A 2=0,00577
A 3=0,00866
k L=6000
Parámetros piloto
15 D P1=0,008
h 1=h 2
D P2=0,008 h2 60
K 0P1=5355
GA (%)
h 2, h 3
K 1P1=0
GA P
K 0P2=876
K 1P2=50 Condición de límite
C P=0,0012 aguas abajo
10 x 0P=0,00316 C D =7,6·10-4
A P1=7,85·10-5 ∆z =0 40
A P2=1,35·10-3
k P=75000
5 20
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h1
Figura 5.26a. Simulación de la respuesta de una LLHPRP ante cambios en la condición de límite
de aguas arriba manteniendo la de aguas abajo.
25
100
Parámetros llave
D L=0,0508
K 0L=6
K 1L=3 h3 h2
C L=0,018
20 x 0L=0,012 h2
A 1=0,0025 80
A 2=0,00577
A 3=0,00866
k L=6000
Parámetros piloto
15 D P1=0,008
h 1=h 2
D P2=0,008 h2 60
K 0P1=5355
GA (%)
h 2, h 3
K 1P1=0
GA P
K 0P2=876
K 1P2=50
Condición de límite
C P=0,0012 aguas arriba
10 x 0P=0,00316 N =1
A P1=7,85·10-5 a 0=77 40
A P2=1,35·10-3 a 2=-3·106
k P=75000
5 GA L
20
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h1
El modelo empleado para simular el comportamiento de la LLHPRP está formado por un sistema
no lineal de seis ecuaciones con seis incógnitas. Por lo tanto, conviene analizar si la solución es
única para un determinado juego de parámetros. Este aspecto se tratará en particular con el
detalle requerido en el Capítulo 6.
120
Capítulo 5. Materiales y métodos
La duración de las maniobras de una llave, así como la evolución de las mismas, han de ser
conocidas para abordar con éxito el estudio del régimen variable originado en un sistema. A su
vez, este régimen variable en el sistema se traduce en condiciones de límite en la llave también
variables. Y como consecuencia, tal y como se desprende de los apartados 5.3.3 y 5.3.4, se
producirá una sucesión de puntos de funcionamiento en el tiempo. Por ello, es interesante
abordar el análisis del comportamiento en régimen variable de una llave frente a un cambio en
las condiciones de límite. También presenta interés estudiar la influencia de los elementos de
maniobra y control automático con los que frecuentemente se dota este tipo de llaves, tales como
pilotos y llaves de aguja, en la evolución de los puntos de funcionamiento del sistema.
11
Para que se produzca un cambio de densidad apreciable, en condiciones isotermas, es necesario que el fluido sea
suficientemente compresible.
121
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
d 2 xL
γ ⋅ (h1 ⋅ A1L + h2 ⋅ A2L − h3 ⋅ A3L ) = mL + FrL + k L ⋅ ( x0 L + xL ), para 0 < xL < C L (5-45)
dt 2
En lo que respecta a la fuerza de rozamiento [ver expresión (3-35)], conviene fijarse en el caso
en el que existe movimiento del elemento de cierre de la llave. La fuerza mencionada puede
expresarse con:
⎛ ⎞
δS
dxL
⎜ − dt ⎟ dxL
⎜ vS
⎟
FrL = ⎜ FC + (FS − FC ) ⋅ e ⎟⋅
dt + c ⋅ dxL
µL (5-46)
⎜ ⎟ dxL dt
⎜ ⎟ dt
⎝ ⎠
donde, se observa que aparece el término de rozamiento viscoso que, con coeficiente de
proporcionalidad cµL, es directamente proporcional a la velocidad de desplazamiento de dicho
elemento de cierre.
El comportamiento del elemento de cierre del piloto puede expresarse de manera análoga al del
elemento de cierre de la llave. Para un piloto como el de la figura 5.24(a) se expresa:
d 2 xP
γ ⋅ (h2 ⋅ A2P + h3 ⋅ A3P ) = mP 2 + FrP + k P ⋅ ( x0 P + xP ), para 0 < xP < C P (5-47)
dt
122
Capítulo 5. Materiales y métodos
dVCS
= Q13P − Q32 P (5-48)
dt
La variación del volumen de la cámara superior está relacionada con el desplazamiento del
opérculo. En el apartado 5.3.1 se ha determinado experimentalmente, para dos llaves Bermad
serie 700 de 2” y 3”[ver figuras 5.11(b) y 5.11(d)], las relaciones existentes entre el volumen
contenido en las respectivas cámaras con el desplazamiento de los opérculos. En dicho apartado
se llega a la conclusión de que puede usarse una relación prácticamente lineal. Por lo tanto, la
cámara superior puede considerarse como si fuese cilíndrica con sección AC. En la cámara
superior, puesto que, en principio, cabe pensar que la velocidad del agua es muy pequeña,
entonces, el empuje se debe sólo a la presión y A3L puede considerarse igual a la base AC del
cilindro, por lo que:
dVCS dx
= − A3L L (5-49)
dt dt
En determinados casos, que no se abordan en el presente trabajo, el fluido utilizado para accionar
las llaves hidráulicas está en estado gaseoso y, por lo tanto, es presumible que el supuesto de
incompresibilidad deje de tener validez. Incluso para líquidos, dicho supuesto puede que también
deje de tener validez, por lo que basándose en la definición del coeficiente de elasticidad
volumétrico del líquido K, definido por:
dp
K=
dρ (5-50)
ρ
la relación:
dm = ρ ⋅ dV + V ⋅ dρ
dm − ρ ⋅ dV (5-51)
dρ =
V
y, por último, teniendo en cuenta que la variación en relación con el tiempo de la masa de fluido
contenida en el interior de la cámara es consecuencia de la diferencia de gastos entrantes y
salientes a la misma, la ecuación diferencial del comportamiento de la cámara superior de la
llave puede expresarse con:
123
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
dVCS
Q13P − Q32 P −
dp3
=K dt (5-52)
dt VCS
donde se muestra que la presión en la cámara superior puede aumentar por dos causas, que no
son excluyentes la una de la otra. La primera de ellas es que entra más agua de la que sale y, la
segunda, que el volumen de la propia cámara disminuye como consecuencia del desplazamiento
de las partes móviles de la misma.
Las relaciones entre las diferencias de presiones y los gastos circulantes a través de la llave y el
circuito de control, han de considerarse ahora teniendo en cuenta que estamos en régimen
variable. Las ecuaciones simplificadas del régimen variable en tuberías son (Wylie y Streeter,
1993):
∂U ∂H h f U
=g − (5-54a)
∂t ∂x L U
∂U g ∂H
= 2 (5-54b)
∂x a ∂t
L dU
= ∆H − h f (5-55)
g dt
donde ∆H es la diferencia de energía por unidad de peso entre la sección de aguas arriba del
conducto y la de aguas abajo, separadas la distancia L del conducto, así como hf es la pérdida de
carga en dicho conducto. Se aprecia como una desigualdad entre estas dos últimas variables, en
un determinado instante, implican una aceleración del flujo. Puede observarse cómo el régimen
permanente es un caso particular de (5-55).
Dadas las longitudes relativamente cortas de los tubos de conexión del circuito de control por un
lado, y también la distancia relativamente pequeña entre los extremos de la llave por el otro, los
cambios en las velocidades de los flujos, tanto el que atraviesa la llave como los del circuito de
control, pueden considerarse instantáneos, caso en el que las ecuaciones del régimen permanente
siguen siendo válidas. Bajo estas hipótesis, los caudales de llene y vaciamiento de la cámara
superior marcan el comportamiento variable de la llave y, teniendo en cuenta los valores
relativamente pequeños de dichos caudales, puede decirse que las maniobras de la llave, tanto de
apertura y cierre como de regulación, no serán instantáneas. En caso de que los caudales de llene
y vaciamiento de la cámara superior fuesen muy pequeños, entonces el desplazamiento del
elemento de cierre también lo será y, por lo tanto, el rozamiento viscoso en el eje del opérculo
puede no tener una influencia significativa. Lo mismo puede decirse en relación con la
aceleración que sufrirá dicho elemento, razón por la que el término inercial de la ecuación de
equilibrio dinámico puede no tener importancia. En relación con el piloto, cabe esperar que los
términos de rozamiento viscoso e inercial tampoco tengan una importancia significativa.
125
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
d 2x
Equilibrio del elemento de cierre γ ⋅ (h2 ⋅ A2P + h3 ⋅ A3P ) = mP 2P + FrP + k P ⋅ (x0 P + xP )
dt
del piloto
para 0 < xP < C P
Pérdida de carga en función del ⎡ ⎛ 1 ⎞ ⎤ Q13P 2
2
1
gasto en el tramo de aguas arriba h1 − h3 = ⎢ K13P0 + K13P1 ⎜ − ⎟ ⎥⋅
⎢ ⎜ GAP K ⎟ ⎥ 2gω 2
del circuito de control ⎣ ⎝ 13 P1 ⎠
⎦ n13P
Tabla 5.2. Resumen de ecuaciones del modelo para una LLHPRP en régimen variable.
Se consideran las ecuaciones de las condiciones de límite aguas arriba y aguas abajo de la llave
de manera idéntica a como se ha hecho para el régimen permanente, o sea, independientes del
tiempo. Si los tramos de tubería de aguas arriba y abajo de la llave son suficientemente cortos,
dichas ecuaciones pueden seguir siendo válidas para reflejar las condiciones de límite.
La resolución del modelo se realiza mediante el programa Simulink®, que trabaja bajo el
entorno Matlab®, en el que la programación se realiza de forma gráfica. Una guía de
programación de este programa puede encontrarse en The Mathworks (2002).
En las figuras 5.27 a 5.31 pueden verse programados los diferentes subsistemas del modelo. Las
flechas indican el flujo de cálculo.
126
Capítulo 5. Materiales y métodos
Figura 5.27. Modelo en régimen variable de LLHPRP. Comprende los subsistemas Llave, Opérculo-vastago-
diafragma y Cámara de la llave y piloto, además de las condiciones de límite Desagüe y Bomba.
El modelo está formado por tres subsistemas y dos condiciones de límite. La programación de
los subsistemas Llave, Opérculo-vástago-diafragma y Cámara de la llave y piloto pueden
verse en las figuras 5.29, 5.30 y 5.31, respectivamente, y las programaciones de las condiciones
de límite en las figuras 5.28(a), para la de aguas abajo, y 5.28(b), para la de aguas arriba.
(a) (b)
Figura 5.28. Condiciones de límite: (a) aguas abajo de la llave y (b) aguas arriba de la llave.
127
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En la figura 5.28(a) puede verse como un valor de p2 proporciona un valor de Q que, introducido
en la programación de la figura 5.42(b), determina el valor correspondiente para p1. Atendiendo
a este flujo de cálculo puede apreciarse que es necesario iniciar la resolución del modelo con un
valor inicial de p2. Tanto el valor de CD como el de N pueden ser modificados en el tiempo
mediante funciones de tipo “escalón”, “rampa”, etc.
La programación de la pérdida de carga en la llave puede verse en la figura 5.29, donde los
valores de la presión p1 aguas arriba de la llave, el gasto Q y la posición del opérculo de la llave
xL, determinan la presión p2 aguas abajo.
En la figura 5.30, puede verse la programación del equilibrio del elemento de cierre del piloto y
de los caudales resultantes en el circuito de control, donde p2 y p3 establecen la posición xP del
opérculo del piloto, estando esta última acotada entre cero y CP. Estas tres variables determinan,
por un lado, el gasto Q32P que sale de la cámara superior y, junto con la presión p1, el gasto Q13P
que entra en dicha cámara. La diferencia de dichos gastos es igual a la variación instantánea del
volumen de la cámara superior y, por lo tanto, a partir de dicha diferencia, puede determinarse la
derivada de xL en relación con el tiempo, que es precisamente la variable de salida del
subsistema.
128
Capítulo 5. Materiales y métodos
Figura 5.30 Subsistema en el que se modela la variación del volumen de la cámara superior de la llave, y el
circuito de control, en el que está insertado el piloto.
El cierre de la llave hidráulica puede simularse haciendo nulo el gasto que sale de la cámara
superior. Para ello, se emplea una función tipo “escalón”, “rampa”,… que multiplica a Q32P, la
cuál toma valor nulo a partir del momento en el que se produce la maniobra de cierre, y valor
unidad en otro caso.
La integración de la derivada dxL/dt de la posición del opérculo respecto del tiempo se realiza en
el subsistema programado en la figura 5.31. La posición xL obtenida permite establecer el
equilibrio de fuerzas de la llave y, por lo tanto, la presión p3 en la cámara superior queda
determinada. En la función integración se establecen los límites físicos del opérculo, que han de
estar comprendidos entre cero y CL, así como la posición inicial de dicho opérculo.
129
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En el subsistema llave, representado en la figura 5.29, el hecho de que xL tome valor nulo
implica una indeterminación matemática. Este problema se ha eliminado estableciendo como
límite inferior en la función integración un valor mayor que cero y lo suficientemente pequeño
como para que el coeficiente KL de pérdida de carga en la llave, a su vez, sea lo suficientemente
grande como para que en la práctica pueda considerarse que la llave está cerrada.
El programa Simulink® bajo el entorno Matlab® (Release 11) permite resolver los sistemas de
ecuaciones diferenciales ordinarias planteadas mediante diversos métodos, tanto de paso fijo
como de paso variable. Varios de ellos resuelven el modelo, y no se han apreciado diferencias
significativas en el tiempo de cálculo.
La duración de la maniobra de cierre presenta interés puesto que dicha maniobra es una de las
principales causas de golpe de ariete.
130
Capítulo 5. Materiales y métodos
Con base en las ecuaciones de la tabla 5.2 y, en caso de adoptarse las hipótesis simplificadoras
que más abajo se explican, puede obtenerse una función que relaciona el cambio en la posición
del opérculo con el tiempo que tarda en producirse. Las hipótesis aceptadas son las que a
continuación se detallan, y sus cumplimientos condicionan la validez de dicho análisis:
- El cierre de la llave o solenoide es instantáneo, de forma que q2 pasa a ser cero en el instante en
el que se produce dicho cierre.
De esta forma, el gasto que circula entre aguas arriba y la cámara superior de la llave viene dado
por:
2g ⋅ (h1 − h3 )
Q13P = ω n13P ⋅ (5-56)
K13P
131
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
2g ⋅ (h1 − h3 )
− A3L ⋅ dxL = Q13P ⋅ dt = ω n13P ⋅ ⋅ dt (5-57)
K13P
1 π L 2 π L1
h3 = h1 ⋅ + h2 ⋅ − ⋅ ( xL + x0 L ), para 0 < xL < C L (5-58)
π L3 π L3 π L3
Esta expresión es válida siempre que 0 < xL < CL y las fuerzas de inercia y de rozamiento sean lo
suficientemente pequeñas como para poder considerarse despreciables frente a las de empuje.
La altura de presión aguas arriba de la llave h1 y la de aguas abajo h2 están relacionadas por la
pérdida de carga que se produce al atravesar la misma. Dicha pérdida de carga se expresa con el
coeficiente de pérdida de carga localizada KL en la forma:
2
QL
h2 = h1 − K L (5-59)
2 g ⋅ ωn
2
Puesto que el gasto Q32P es igual a cero, el caudal que circula por la llave QL es igual al que
desagua el sistema, pudiendo expresarse este último con (5-30).
∆z
h1 + K L ⋅
2 ⋅ g ⋅ ωn
2
h2 = 2 (5-60)
CD
1+ KL ⋅
2 ⋅ g ⋅ ωn
2
132
Capítulo 5. Materiales y métodos
dxL = −d ⋅ a + b( xL ) + c ⋅ xL ⋅ dt (5-61)
donde:
⎛ 1 ⎞ π L1
a = h1 ⎜⎜1 − ⎟⎟ + ⋅x
⎝ π L3 ⎠ π L3 0L
⎡ ⎛⎛ C ⎞n ⎞ ⎤2
2
h1 + K L0 + K L1 ⎜ ⎜⎜ L ⎟⎟ −
⎢ 1 ⎟ ⎥ C D ⋅ ∆z
⎢ ⎜ ⎝ xL ⎠ K1 ⎟ ⎥ 2 ⋅ g ⋅ ωn 2
π L2 ⎣ ⎝ ⎠ ⎦
b( x L ) = − ⋅
π L3 ⎡ ⎛ ⎛ C ⎞n
2
⎤
1 ⎞⎟ ⎥ C D
2
1 + K L0 + K L1 ⎜ ⎜⎜ L ⎟⎟ −
⎢
⎢ ⎜ ⎝ xL ⎠ K1 ⎟⎠ ⎥ 2 ⋅ g ⋅ ω n
2
⎣ ⎝ ⎦
π L1
c=
π L3
ω n13P 2g
d=
A3L K13P
Si b(xL) es nulo, la ecuación (5-61) tiene solución analítica exacta. Este término tenderá a cero
cuando la relación πL2/πL3 también tienda a cero, lo que físicamente implica que la sección
equivalente de empuje AL2 de la presión p2 es muy pequeña, en relación con la AL3
correspondiente a la presión p3. De esta forma, mediante la integral definida entre un valor inicial
xI y otro final xF, puede obtenerse el tiempo que dura una maniobra en la que el opérculo pasa de
la posición definida por el valor inicial a la definida por el valor final. En este caso, el tiempo de
duración de la maniobra viene dado por:
133
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
xL = xF
dxL
txI→ xF = ∫
xL = xI − d ⋅ a + c ⋅ xL
=
(5-62)
=
2⋅ ( a + c ⋅ xI − a + c ⋅ xF )
c ⋅d
Si b(xL) se considera constante en cada instante, la duración de una maniobra puede expresarse
aproximada mediante una serie de incrementos finitos como sigue:
i= F
tx I → xF = ∑
i= I
tx i → x i+1 con
x L = x i +1
dxL
tx i → x i +1 = ∫
xL = xi − d ⋅ a + b (x L ) + c ⋅ x L
= (5-63)
=
2⋅ ( a + b (x i ) + c ⋅ x i − a + b (x i + 1 ) + c ⋅ x i + 1 )
c ⋅d
5.5. Resumen
En este capítulo, se presentan, en primer lugar, las herramientas experimentales para realizar los
contrastes oportunos y, en segundo lugar, los modelos matemáticos compuestos por ecuaciones
fundamentadas en principios físicos conocidos.
En lo que respecta a la parte experimental, se describe el banco de ensayo de llaves, con sus
elementos de medición por un lado y los de control por el otro. Los elementos de medida
consisten en transductores de presión, caudalímetros electromagnéticos y un transductor de
posición. Todos ellos han sido calibrados y se aportan algunos de los resultados de dichas
calibraciones. El registro de las medidas se realiza mediante una tarjeta de adquisición de datos,
y el control de las condiciones de los ensayos se realiza mediante diversas llaves, una bomba
dotada de variador de frecuencia con señal realimentada de presión y un depósito con desagüe
mediante vertedero de pared delgada. Con objeto de contrastar las expresiones analíticas de
pérdida de carga cuando la cavitación influye sobre las mismas, se recurre a otros dispositivos
más sencillos, concretamente orificios aforadores en pared delgada y un estrechamiento gradual.
Ya en la parte analítica, se han propuesto expresiones de pérdida de carga en llaves, así como
una función de pérdida de carga localizada que tiene en cuenta la influencia de la cavitación
134
Capítulo 5. Materiales y métodos
sobre las pérdidas de carga en puntos singulares. Por último, se proponen modelos para
reguladores de presión de acción directa RPAD en régimen permanente y para llaves hidráulicas
dotadas de piloto regulador de presión LLHPRP. Para estas últimas, tanto en régimen
permanente como variable.
La expresión (5-11), propuesta para caracterizar las pérdidas de carga en llaves, está basada en el
teorema de BELANGER-BORDA . Se ha considerado que la mayor parte de las pérdidas de
carga se producen en la expansión del flujo desde una sección contraída, originada a partir de la
limitada por el elemento de cierre, hasta otra sección mayor, habiéndose considerado en este
caso la nominal de la tubería. Uno de los parámetros de dicha expresión, concretamente el
exponente n, está relacionado con la forma del opérculo del elemento de cierre y, en principio, su
valor viene determinado por la forma de dicho elemento.
Además, con carácter general para pérdidas de carga localizadas, se presenta la expresión (5-20),
que permite cuantificar dichas pérdidas, cuando la cavitación influye sobre las mismas, por
medio del coeficiente de cavitación σ. Así, la función mostrada en (5-22) permite, por un lado,
determinar experimentalmente el coeficiente K, aunque la cavitación no influya sobre las
pérdidas de carga y, por el otro, cuantificar las pérdidas de carga tanto en condiciones de
cavitación como sin ella.
Ya en lo que a las herramientas para llevar a cabo simulaciones respecta, con expresiones
analíticas basadas en principios físicos, se construyen modelos del funcionamiento en régimen
permanente de RPADs y de LLHPRPs. Para estos últimos dispositivos, también se proponen
modelos de régimen variable, uno completo para simular el funcionamiento en dicho régimen de
una de tipo LLHPRP y otro, este simplificado, para modelar el cierre de una llave hidráulica en
general. El modelo para régimen variable de una LLHPRP considera la posibilidad de simular
tanto el comportamiento activo como el pasivo de la llave. Es decir, tanto el régimen variable
provocado por una de estas llaves como el funcionamiento de estas llaves ante un régimen
variable ocasionado por causas externas a la propia llave y ante las que dicha llave ha de
responder. La resolución de los sistemas de ecuaciones que conforman los modelos, ordinarias
para el régimen permanente y diferenciales para el régimen variable, se resuelven con programas
específicos en Visual Basic® en el primero de los casos y con la herramienta Simulink® de
Matlab® en el segundo de los casos.
135
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Los modelos constan de las ecuaciones de pérdidas de carga, tanto en la propia llave como en los
diferentes elementos del circuito de control, las ecuaciones de equilibrio dinámico de los
elementos de cierre de la llave y del piloto y, por último, las ecuaciones de las condiciones de
límite aguas arriba y aguas abajo de la llave. Las expresiones de empujes originados por el fluido
en el elemento de cierre se justifican en el Anexo II. La expresión de equilibrio dinámico de
dicho elemento es lineal y en ella intervienen las fuerzas originadas por las presiones de aguas
arriba, de aguas abajo y de la cámara superior de la llave, así como la fuerza recuperadora del
resorte, que depende de la posición del elemento de cierre, y por último las de rozamiento, peso e
inercia del elemento de cierre mencionado. Se ha visto que el caudal circulante por el circuito de
control es lo suficientemente pequeño, en relación con el que circula por la llave, como para que
pueda ser despreciado en la ecuación de continuidad del modelo en régimen permanente. En el
modelo de régimen variable se introduce también la ecuación diferencial de continuidad de la
cámara superior de la llave. Se propone una expresión simplificada del modelo en régimen
variable para estimar la duración de la maniobra de cierre de una llave hidráulica. Las hipótesis
simplificadoras consideran que la presión aguas arriba de la llave es independiente del cierre de
la misma, no consideran los fenómenos de inercia y resistencia del elemento de cierre,
consideran que el cierre de la llave auxiliar, o electrollave en su caso, situada en el circuito de
control aguas abajo de la cámara superior de la propia llave, cierra instantáneamente y, por
último, consideran que la cámara superior es cilíndrica.
Las expresiones de estos modelos constan de un conjunto de parámetros que han de ser
calibrados. Tanto para la calibración de los parámetros como para el contraste de los modelos, se
usan los materiales y los métodos desarrollados en este capítulo. Una vez realizada dicha
calibración se procede al contraste. Ambos procesos pueden verse en el Capítulo 6.
136
6. RESULTADOS
6.1. Introducción
Los objetivos de este capítulo son, en primer lugar, contrastar los desarrollos analíticos del
Capítulo 5, correspondientes fundamentalmente a la modelación del funcionamiento en régimen
permanente, y, en segundo lugar, presentar y analizar las aplicaciones de los mismos. Se
muestran los resultados de los ensayos experimentales, se llevan a cabo los procesos de ajuste de
los parámetros de los modelos y se contrastan dichos resultados con los de las simulaciones
obtenidas con los modelos analíticos desarrollados en el capítulo anterior.
En primer lugar, se contrastan las expresiones de pérdida de carga y equilibrio dinámico del
conjunto opérculo-vástago-diafragma. Dichas expresiones de pérdidas de carga se comprueban
con orificios circulares en placas, un estrechamiento gradual y llaves hidráulicas, usando el
procedimiento de análisis desarrollado en esta misma tesis con el que se pretende eliminar la
incertidumbre acerca de la posible influencia de la cavitación sobre dichas pérdidas de carga. A
continuación se pasa a mostrar el contraste de los modelos desarrollados, tanto para los
reguladores de presión de acción directa, como para las llaves hidráulicas con piloto regulador de
presión. Por último, se muestra el contraste de los modelos en régimen variable de llaves
hidráulicas automáticas, tanto los relativos al funcionamiento de éstas con pilotos reguladores de
presión, como los relativos a la operación de cierre.
Los resultados de los ensayos de pérdida de carga y cavitación del aparato mostrado en la figura
5.16 se muestran en la figura 6.1. Respecto al procedimiento de ensayo, se comenzaron a tomar
medidas a partir del punto indicado en esta última figura y, a partir de aquí, mediante el cierre de
la llave de aguas arriba se disminuyó la presión correspondiente. Como resultado de esta
maniobra, disminuyeron tanto las pérdidas de carga como el gasto circulante. Desde la situación
de menor caudal, se fue abriendo la llave mencionada. Una vez alcanzado el punto superior, en
lo que a gasto se refiere, de la serie representada con círculos, la llave de aguas abajo se fue
cerrando con objeto de aumentar la presión de aguas abajo. El resultado obtenido con esta
maniobra fue que el gasto se mantuvo constante a pesar de la disminución de la pérdida de carga.
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En los gráficos de las figuras 6.1 y 6.2, se han representado con triángulos aquellos puntos que
representan situaciones a las que se llegó mediante la manipulación de la llave de aguas abajo.
Por otro lado, en la figura 6.1, se han señalado los puntos en los que, visualmente, no se apreció
cavitación, mientras que en el resto la cavitación fue visible. También se ha representado la
curva que responde a la expresión (3-1), en la que el coeficiente K empleado ha sido el resultado
del ajuste de los parámetros de la expresión (5-22). Las explicaciones acerca del resultado del
ajuste se harán a continuación.
60
Acción sobre p2
p2
Acción sobre
Acción sobre p1
p1
50
Serie5
Predicciones
con (5-22)
Serie6
h f ~Q 2
Ajuste hf~Q2
Ajuste Inicio del ensayo
40
hf (m)
30
20
Visualmente no Visualmente no se
se aprecia cavitación
10
0
0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0 1,2 1,4
Q (L/s)
Figura 6.1. Resultados de pérdida de carga frente al caudal en condiciones en las que la cavitación
manifiesta sus efectos.
Puede observarse cómo hay puntos en los que se percibió visualmente cavitación, y que están
situados sobre la curva antes mencionada, lo que corrobora que, en los inicios de la cavitación, el
coeficiente de pérdida de carga no aumenta de manera que pueda apreciarse (ver apartado 3.2.3).
138
Capítulo 6. Resultados
En esta figura, además de los resultados del ensayo, se muestran las curvas de ajuste según
(5-22). Para ello, se han ajustado dos parámetros, K y σch, con los que se estiman, en primer
lugar, el coeficiente de pérdida de carga en ausencia de cavitación. En segundo lugar, el valor
límite que separa las condiciones de presencia o ausencia de cavitación con nivel de bloqueo. Y,
como consecuencia de conocer ambos valores, se desprende la función del coeficiente K de
pérdida de carga en condiciones en las que la cavitación afecta a las pérdidas de carga.
Los valores de los parámetros de ajuste empleados en las curvas de la figura 6.2 se corresponden
con K = 67,1 y σ2ch = 1,65, donde el primero de ellos está referido al diámetro nominal del
dispositivo en cuestión, o sea 1”. Ambos valores han sido obtenidos mediante ajuste, y puede
comprobarse que no cumplen la ecuación (5-17). Sin embargo, si el coeficiente K, en vez de
referirlo a una sección de diámetro 1”, se hace a una de 9,77 mm de diámetro, entonces, sí que se
cumpliría (5-21).
1000
Acción sobre p2
σ2
Acción sobre p1
Acción sobre p1
σ1
Acción sobre p2
Kv
100
10
0,1 1,0 10,0 100,0
σ
Figura 6.2. Determinaciones de K frente a σ1 y σ2, en gráfico logarítmico, de los datos de la figura 6.1.
Como conclusión parcial, puede decirse que cuando se ensaya un elemento hidráulico, como
puede ser una llave, con la finalidad de determinar el coeficiente de pérdida de carga K, la
incertidumbre asociada a la percepción de la presencia de cavitación puede ser eliminada con la
formulación y el procedimiento de ajuste presentados en el Capítulo 5.
139
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Además del estrechamiento gradual, y con la finalidad de comprobar la validez de las relaciones
expuestas en el apartado 5.3.2 para orificios, y en particular la (5-21), se han ensayado orificios
en pared delgada de diámetro 7,7, 8,8 y 11,7 mm interpuestos en una tubería de 16 mm de
diámetro interior. El flujo aguas abajo de uno de éstos puede verse en la figura 5.17. Se han
dispuesto en una instalación como la de la figura 5.1, en sustitución de una llave a ensayar. Se
han medido las presiones aguas arriba y aguas abajo, y el gasto, y todo ello para diversas
situaciones de presión aguas arriba. Dichas situaciones se han obtenido maniobrando únicamente
una llave situada aguas arriba del orificio. Los resultados se muestran en la figura 6.3.
70
60 d = 8,8 mm
d = 7,7 mm
50
40
hf (m)
30
20
d = 11,7 mm
10
0
0,0 0,5 1,0 1,5 2,0 2,5
Q (L/s)
Figura 6.3. Resultados de los ensayos de pérdida de carga en orificios de diámetros 7,7, 8,8 y 11,7 mm
interpuestos en tubería de 16 mm de diámetro interior.
Los orificios empleados en los ensayos cuyos resultados se muestran en la figura 6.3 se
ensayaron de la siguiente forma: la llave de aguas arriba se fue abriendo sucesivamente para dar
lugar a situaciones en las que el gasto se iba incrementando y, una vez abierta dicha llave
completamente, se comenzó a realizar la operación de cierre de la misma manera que la de
apertura, pero en sentido contrario, con la consiguiente disminución del gasto.
En la figura 6.4 se han representado las curvas K(σ1) y K(σ2) correspondientes a los resultados
expuestos en la figura 6.3.
140
Capítulo 6. Resultados
100
Ecuación (5-21)
σ2
σ1
d = 7,7 mm
σ2
σ1
Kv d = 8,8 mm
10
σ2
σ1
d = 11,7 mm
1
0,01 0,10 1,00 10,00
σ
Figura 6.4. K en función de σ1 y σ2 obtenidos a partir de los resultados de la figura 6.3.
En la tabla 6.1 se muestran los resultados de los valores ajustados y teóricos de Cc, K y σ2ch. Los
coeficientes de contracción Cc teóricos se han obtenido con la ecuación (3-5), el coeficiente de
pérdida de carga K teórico con la (3-6) y el límite del coeficiente de cavitación σ2ch teórico con la
(5-21). Por otro lado, con la ecuación (5-22) se han determinado los valores de K y σ2ch,
mediante ajuste. Los valores ajustados de K, al introducirlos en (5-21) proporcionan valores de
σ2ch próximos a los obtenidos mediante ajuste, lo que indica que la pareja de parámetros obtenida
en el ajuste cumple esta última ecuación. También se aprecia un grado general de concordancia
relativamente alto entre los valores ajustados y teóricos de los dos parámetros de ajuste.
Valor teórico
d Orificio Cc Valor teórico Valor
Parámetro correspondiente
(d/D) [según (3-5)] [según (3-6)] ajustado
al K ajustado
7,7 mm K 32,9 35,5 -
0,64
(0,48) σ2ch 0,35 0,35 0,34
8,8 mm K 16,5 14,0 -
0,65
(0,55) σ2ch 0,49 0,55 0,53
11,7 mm K 2,8 2,9 -
0,70
(0,73) σ2ch 1,19 0,90 1,17
Tabla 6.1. Resumen de resultados de ensayo de pérdida de carga en orificios.
141
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
La validez de la teoría de pérdidas de carga con cavitación, expuesta en el apartado 5.3.2, ha sido
contrastada para orificios en pared delgada, forma geométrica para la que se ha desarrollado, y
estrechamientos graduales. No obstante, es de esperar que sea de utilidad la aplicación de dicha
teoría a elementos de configuración geométrica más complicada, como las llaves hidráulicas,
razón por la cual se ensayan varias de estas llaves, como se expone a continuación.
Se ensaya la llave Bermad serie 900 de 2”, cuyo esquema puede verse en la figura 5.18, junto
con el del montaje de ensayo de pérdida de carga. Esta llave se ensayó con el opérculo en las
posiciones mostradas en la tabla 6.2. En la figura 6.5 se muestra el resultado de pérdida de carga
para la posición correspondiente a V = 18,5 mL, lo que, de acuerdo con la ecuación (5-39),
determina un grado de abertura del 14,8 %.
45
40
35
Acción sobrep2
V=18,5 acción p2
Acción sobrep1
V=18,5 acción p1
30
2
Ajuste h f ~Q
Ajuste hf~Q2
25
hf (m)
20
15
10
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8
Q (L/s)
Figura 6.5. Pérdida de carga frente al caudal en llave Bermad serie 900 de 2” (V = 18,5 mL).
142
Capítulo 6. Resultados
Dejando aparte la curva de ajuste, cuya obtención se tratará más adelante, en la figura 6.5 puede
apreciarse cómo los puntos representados con triángulos, resultado de ejercer acciones para
cambiar la presión de aguas abajo de la llave, presentan la forma ya presentada tanto en la figura
6.1, para el caso del estrechamiento gradual, como en la 6.3 con orificios. Sin embargo, no
ocurre lo mismo cuando se manipula la presión aguas arriba, puntos representados con círculos,
lo que se puede explicar atendiendo al posible cierre del opérculo de la llave cuando p1
disminuye. En el apartado 5.3.4 se analiza el equilibrio de fuerzas en el opérculo, el cual
determina la posición del mismo. Así, si p1 disminuye, el opérculo podría cerrarse (por la acción
del resorte), aunque, como durante el ensayo no entra ni sale agua de la cámara superior,
entonces es necesario que el diafragma, formado por una membrana de goma, se deforme sin que
varíe el volumen contenido en el mismo. La llave ensayada no dispone de ningún elemento
donde acoplar la instrumentación disponible para medir la posición del opérculo, por lo que el
contraste de esto último no fué posible. Por esta razón, en los ensayos de las diferentes
posiciones, se consideran datos útiles los que se han obtenido manipulando solamente las llaves
que influyen directamente sobre la presión aguas abajo. La representación de los resultados
obtenidos para las diez aberturas menores puede verse en la figura 6.6.
45
Acción
Acción sobre
sobre p2 p 2 V =10 mL V =14 mL
V =18,5 mL
V =12 mL
40 Ajustehf~Q2
h f ~Q
2 V =20 mL
Ajuste V =15,5 mL
35
V =24 mL
30
25
hf (m)
V =6,2 mL
20
15 V =30,5 mL
10
V =50 mL
5
0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Q (L/s)
Figura 6.6. Pérdida de carga frente al caudal en llave Bermad serie 900 de 2” (varias posiciones).
143
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
abscisas queda reducido si se emplean gráficos logarítmicos, puesto que el valor mínimo es la
unidad.
1000
Ajuste K (σ 1ch-1) potencial
V =6,2 mL
V =10 mL
V =12 mL
V =14 mL
100 V =15,5 mL
V =20 mL
V =18,5 mL
Kv V =24 mL
V =30,5 mL
10
V =50 mL
(σ 1) observado
Ks1v V=30,5
Ajuste
Serie51según (5-22)
(σ 1chs1-K
KAjuste )
1
1 σ1 10
Figura 6.7. Resultados expresados en la forma Kv(σ1) y curvas de ajuste de estas para los resultados de la
figura 6.6. También se muestra la curva de ajuste potencial K(σ1ch).
En el caso de orificios, de acuerdo con la expresión (5-21), existe una relación de entre K y σ1ch
de tipo potencial inverso. En la figura 6.7 se ha representado también la curva de ajuste potencial
que se corresponde con la fórmula:
144
Capítulo 6. Resultados
En este caso, el ajuste potencial no es inverso. En principio, esta diferencia puede ser debida a
que la forma geométrica del interior de la llave no presenta el grado de sencillez de los orificios
aforadores, la cual es precisamente la que ha servido para obtener la expresión (5-21). En el
Anexo IV, se estudia la cavitación en un orificio, que se sitúa en un tramo uniforme de menor
diámetro que la tubería que marca el tamaño nominal, donde los estrechamientos son bruscos, lo
que a efectos de configuración del flujo representa una llave, con pérdidas de carga dependientes
e independientes de la posición del elemento de cierre. En dicho análisis, se relaciona σ2ch con K0
y K1, pero los resultados no son lo suficientemente satisfactorios como para explicar los valores
obtenidos experimentalmente con esta llave.
En la tabla 6.2, se muestra un resumen de los resultados del ensayo de pérdida de carga para la
llave en cuestión. El valor del coeficiente de pérdida de carga K para la llave completamente
abierta está próximo a 6, lo que está en consonancia con los valores frecuentes, para este tipo de
llaves, recogidos en Zappe (1999), los cuales están comprendidos entre 4 y 10.
En las figuras 6.8a y 6.8b se han representado los resultados K(xL/CL) de la tabla 5.2 y sus curvas
de ajuste mediante uno, dos o tres parámetros, según lo expuesto en el apartado 5.3.1. La
expresión empleada en el ajuste es la (5-10) para la primera de las figuras y la (5-11) para la
segunda, y los parámetros mencionados son n, K0 y K1. Cuando se habla de dos parámetros se
considera n = 1, y cuando se trata de un solo parámetro, además de la consideración anterior, se
establece K0 = 0.
145
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
1000
Determinado experimentalmente
10
1
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.8a. Ajustes de las determinaciones experimentales de K(xL/CL) con la expresión (5-10) para la
llave Bermad serie 900 de 2”.
1000
Determinado experimentalmente
10
1
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.8b. Ajustes de las determinaciones experimentales de K(xL/CL) con la expresión (5-11) para
la llave Bermad serie 900 de 2”.
En la tabla 6.3 se muestran los resultados de los ajustes de los tres parámetros, tanto para la
expresión (5-10), como para la (5-11). Respecto a las figuras 6.8a y 6.8b, puede apreciarse que el
ajuste realizado con un parámetro no es bueno, sobre todo si se observa lo que ocurre con grados
146
Capítulo 6. Resultados
de abertura mayores que el 40% ,en el primer caso, y que el 25%, en el segundo. Por lo que
respecta a dos o tres parámetros, ambos son parecidos, aunque, como cabía esperar, mediante
tres el ajuste es mejor. Se observa que, en los ajustes mediante tres parámetros, n está próximo a
la unidad, acorde con la teoría expuesta en el apartado 5.3.1, puesto que el opérculo de la llave es
equivalente a uno plano. En lo que respecta a las dos expresiones propuestas, se aprecia, tanto en
las figuras 6.8a y 6.8b, en el error cuadrático relativo [ver ecuación (6-2)] mostrado en la tabla
6.3, que la expresión (5-11) se ajusta mejor que la (5-10) en el caso de esta llave. Además, el
parámetro de ajuste n está más próximo a la unidad, en el caso de (5-11).
2
⎛K − K observados ⎞
εr = ∑ ⎜⎜ estimados ⎟⎟
2
(6-2)
⎝ K observados ⎠
147
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
500 5,0
450 4,5
400 4,0
experimental
K exp
350 K (5-11)
(5-9) dos parámetros
dos parámetros 3,5
σs1ch
1ch experimental
exp
300 3,0
σ ajustepotencial
1ch ajuste
s1ch
(6-1)
K 250
σ 1ch ajuste (5-21)
2,5 σ1
s1ch(5-21)
200 2,0
σ 1ch(5-21)
150 σ 1ch(6-1) 1,5
100 1,0
50 0,5
K
0 0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.9. Curvas experimentales K(x/C) y σ1ch(x/C) de la llave Bermad serie 900 de 2”.
Observando los valores de la tabla 6.2, o las figuras 6.8a, 6.8b y 6.9, puede apreciarse que el
coeficiente de pérdida de carga K apenas aumenta en la primera mitad del cierre, puesto que pasa
aproximadamente de tomar valor 6 a valer 7. Respecto al tercer cuarto del recorrido de cierre, o
sea, el paso de x/C de 0,5 a 0,25, dicho coeficiente K aumenta, aunque de forma mas bien
moderada, y es en el último cuarto del recorrido de la llave donde K aumenta significativamente.
En esta última figura también se aprecia que la expresión (6-1) es más restrictiva que la (5-21).
Por lo tanto, en el caso de esta llave, la expresión (5-21) no es condición suficiente, aunque si
necesaria, para garantizar que la cavitación no influye sobre las pérdidas de carga.
Se emplean las ecuaciones (5-10) y (5-11), con n = 1, para ajustar la curva presentada en Lauria
(1992) [citado en García-Serra (1997)] para llaves de asiento tipo globo. En la figura 6.10, se
148
Capítulo 6. Resultados
muestran datos extraídos de dicha curva junto con los ajustes mediante (5-10) y (5-11), ambos
con dos parámetros.
1000
10
1
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.10. Ajuste mediante (5-10) y (5-11) para los valores tomados de Lauria (1992).
En la figura 6.11 se muestran las determinaciones experimentales de K(xL/CL), así como las
curvas de ajuste de las mismas según (5-10) y (5-11) y el valor de los parámetros de ajuste para
una llave de la serie mencionada de 3” de diámetro nominal. Se ha asumido n = 1 dado que el
opérculo es plano. El esquema de una llave de esta serie puede verse en la figura 5.19a, así como
su esquema de montaje en la 5.19b para llevar a cabo estas determinaciones. Con los datos
experimentales se ha determinado un desplazamiento máximo o carrera CL = 21,38 mm y un
volumen de la cámara superior VC = 225 mL.
149
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
10000
Expresión (5-11)
1000 K L0 = 5,16
K L1 = 2,39
ε r2 = 0,10
C L = 21,38
Expresión (5-10)
K L0 = 3,35
K L1 = 1,70
100 ε r2 = 0,15 Observ. 3"
K
3"(5-10)
3"(5-11)
10
1
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.11. Curvas K(x) ajustadas según (5-10) y (5-11) frente a valores experimentales, correspondientes
a llave Bermad 700 de 3”.
Atendiendo a los valores del error cuadrático medio, mostrados en la figura 6.11, así como las
representaciones de las curvas de ajuste correspondientes, puede decirse que la expresión (5-11)
proporciona mejor ajuste que la (5-10), aunque sin diferencias que puedan calificarse de
excesivamente importantes.
150
Capítulo 6. Resultados
puesto que la llave Bermad serie 700 dispone de vástago exterior unido al opérculo y, por lo
tanto, el grado de abertura de este último se ha medido con el transductor de posición.
σ1
0 2 4 6 8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28
100000
KKobs
(x L/Cp1
L)obs p 1 V =11,25 mL
(x L/Cp2
KKobs L)obs p 2 V =11,25 mL
(x L/Cp2
KKobs L)obs p 1 V =19,5 mL
V19,5
(x L/Cp1
KKobs L)obs p 2 V =19,5 mL
V19,5
10000 (x L/C L) (5-11)
KK(xL/CL) (5-8)
(σ 1)obs
KK(s1) p1 p 1 V =11,25 mL
(σ 1)obs
KK(s1) p2 p 2 V =11,25 mL
(σ 1)obs
KK(s1) p1 V19,5
p 1 V =19,5 mL
K
(σ 1)obs
KK(s1) p2 V19,5
p 2 V =19,5 mL
K (σ ) (5-21)
K(s1)1L(5-17)
1000
100
0,00 0,02 0,04 0,06 x L/C L 0,08 0,10 0,12 0,14
Figura 6.12. Observaciones de K frente a xL/CL, y de K frente a σ1, junto con la curva K(xL/CL), ajustada en la
figura 6.11 con (5-11), y el valor teórico según (5-21) correspondiente a esta última.
En los casos en los que xL/CL no varía, representados con puntos con contorno color magenta, se
observa que K tampoco lo hace, aunque σ1 lo haga, y de ellos se desprende que la cavitación no
influye en K. También puede observarse que, en los casos en los que xL/CL varía, representado
con puntos de contorno azul oscuro, K lo hace, y σ1 también, y de ello no puede sacarse ninguna
conclusión definitiva. No obstante, puede observarse que la curva de ajuste de K(xL/CL) según
(5-11), que puede verse completa en la figura 6.11, es corroborada por las observaciones
representadas. También puede observarse que no se ha obtenido ningún valor de σ1 situado a la
izquierda de la curva K(σ1ch) según (5-21) para los valores de ajuste de K(xL/CL) según (5-11).
Por otro lado, los datos de volumen expulsado V y la posición del opérculo x, que se muestran en
la figura 6.13 mediante puntos, permiten contrastar el estudio experimental de cubicación de la
cámara realizado en esta misma llave (ver figura 5.11b).
151
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
0,9
0,8
0,7
V /V C 0,6
0,5
0,4
0,3
0,2
0,1
0
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
x L/C L
Observando la posición de los puntos en relación con la bisectriz del primer cuadrante, se
comprueba que la representación de la figura 5.11b se repite. En lo que respecta al valor del
volumen de la cámara superior, que se midió con ayuda de una prensa hidráulica y cuyos
resultados se muestran en la figura 5.11b, ahora se mantiene. Sin embargo, con el procedimiento
llevado a cabo en este capítulo, el valor de CL que se obtiene ahora es algo menor (25,55 mm
obtenidos con la prensa hidráulica frente a 21,38 en este caso). El hecho de que la membrana
deformable esté sometida a presión en el lado correspondiente a la cámara inferior puede
implicar otra deformación de la misma y, por lo tanto, para igual posición del opérculo, la
expulsión de un volumen mayor que si no estuviese sometida a dicha presión. Por lo tanto, a esta
diferencia en CL no se le va a dar una importancia de especial relevancia, pero se adopta como
valor para la misma el de 21,38 mm, obtenido por el procedimiento de funcionamiento
hidráulico aquí expuesto.
Por otro lado, se ensaya una llave de Bermad serie 700 de 2” con el mismo procedimiento
descrito para la de 3”. Los resultados se muestran en la figura 6.14 y se comparan con los
obtenidos para la llave de 3”, pudiendo observarse que ambos son muy parecidos, tanto en la
representación gráfica como en los valores numéricos. En el caso de la mayor de las llaves, estos
últimos pueden verse en la figura 6.11.
152
Capítulo 6. Resultados
10000
Expresión (5-11)
K L0 = 5,86
1000
K L1 = 2,79
2" obs
ε r2 = 3,46
2" (5-10)
C L = 17,37
2" (5-11)
Expresión (5-10)
K L0 = 4,18 3" (5-8)
(5-11)
K L1 = 1,84 3" obs
100 ε r2 = 3,78
K
10
1
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.14. Curvas K(x) ajustadas según (5-10) y (5-11) frente a valores experimentales, correspondientes a la
llave Bermad 700 de 2”. Comparación con los mostrados en la figura 6.11 para la de 3”.
Las curvas de pérdida de carga obtenidas en este apartado van a ser utilizadas más adelante en
los apartados 6.4 y 6.7, en concreto en los modelos de llaves hidráulicas con pilotos reguladores
de presión ya expuestos en los apartados 5.3.4 y 5.4, relativos al régimen permanente y variable
respectivamente.
Por último, se ha ensayado, con este último procedimiento, la llave de 3” con un opérculo
“dentado”, y los resultados del ensayo de pérdida de carga, el ajuste según (5-11), y la fotografía
del opérculo se muestran en la figura 6.15.
153
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
10000000
1000000
100000
10000
K
100
10
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x L/C L
Figura 6.15. Coeficiente de pérdida de carga de llave Bermad 700 de 3” con opérculo dentado. Los
puntos representan observaciones y las líneas ajustes según (5-11).
En la fotografía del opérculo, se han añadido tres líneas que diferencian tres zonas y en el eje de
abscisas, en el que se representa el grado de abertura, puede verse que se han diferenciado otros
tres tramos, correspondiéndose entre sí e identificándose con A, B y C. Dicha división atiende a
la curvatura que presenta el diente según los esquemas de la figura 5.6. De esta forma, en la
expresión (5-11), el tramo A se corresponde con el tipo (b), con exponente n = 1, el tramo B lo
hace con el (e), con 1 < n < 2, y, por último, el tramo C se corresponde con el tipo (d), con n > 2.
Para discriminar esos tres tramos, se ha dividido la carrera CL en tres partes iguales.
En la tabla 6.4 se muestra el valor de los parámetros ajustados de la expresión (5-11) para los tres
tramos especificados.
Tramo A B C
K0 4724 -187,9 7,880
K1 1,868 147,7 22,23
n 1,032 1,574 3,348
Tabla 6.4. Parámetros ajustados para llave de 3” con opérculo dentado.
El ajuste se ha realizado para cada uno de los tramos de manera análoga a las anteriormente
descritas en este mismo apartado. Puede verse en los resultados que el valor del exponente n
ajustado concuerda con las previsiones analíticas. Respecto a los valores obtenidos para K0 y K1,
154
Capítulo 6. Resultados
el valor negativo obtenido para el primero de dichos parámetros, en el caso del tramo B, debe
tenerse en cuenta que sólo es un parámetro de ajuste para un tramo intermedio del recorrido del
opérculo y, en principio, no tiene relación con lo que se obtendría para el recorrido completo de
un opérculo con una forma como la del tramo B.
Como era de esperar, al comparar las figuras 6.11 y 6.15, puede verse, en el caso del opérculo
dentado, que el coeficiente K es siempre mayor a igual grado de abertura, puesto que la sección
de paso es menor que en el caso del opérculo plano. Más adelante, en el apartado 6.6.1 se analiza
la influencia del opérculo en la regulación.
En los ensayos experimentales se midieron las presiones aguas arriba y aguas abajo del RPAD,
así como el caudal circulante a través del mismo. Las presiones se midieron con transductores de
presión y el gasto con caudalímetro electromagnético. Para comprobar las medidas de los
caudales más pequeños se usó el método volumétrico.
1
El fabricante recomienda el uso de determinados muelles, que se identifican por el color, en función de las
condiciones de funcionamiento previstas. El parámetro físico, de los usados en el modelo, que tienen en común los
de un determinado color es su constante recuperadora k.
155
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
llave en el retorno, esta última interpuesta entre la bomba y el RPAD (ver figura 5.1). Los
resultados se recopilan en las curvas A de la figura 6.17. Con objeto de detectar posibles
fenómenos de histéresis, se ha conservado estrictamente el sentido de aumento o disminución del
grado de abertura de la llave, que ha sido manipulada hasta realizar el recorrido completo. En las
sucesivas posiciones de la llave maniobrada, se ha realizado la toma de datos tras la observación
de que el régimen permanente se ha alcanzado. Una vez finalizado el proceso de ida y vuelta con
la presión de aguas arriba, se ha repetido el proceso ahora con la de aguas abajo (resultados
mostrados en las curvas B de la figura 6.17), en este caso manteniendo la llave del retorno
completamente cerrada, con objeto de tener como condición de límite aguas arriba la curva
característica de la bomba. Las condiciones de límite observadas, así como sus curvas de ajuste
pueden verse representadas en la figura 6.16, y los parámetros de ajuste correspondientes en la
tabla 6.5.
La condición límite aguas arriba se ha ajustado con (5-29); no obstante, por motivos de
simplicidad a la hora de resolver el modelo de LLHPRP, se ha impuesto al parámetro a1 el valor
nulo. Este ajuste es satisfactorio y suficiente, aunque puede apreciarse una cierta desviación por
defecto para gastos menores de unos 3 m3/h. La condición límite aguas abajo se ha ajustado con
la expresión (5-30). El valor de ∆z obtenido en el ajuste es mayor que cero, lo que está en
concordancia con el hecho que la toma de presión estuvo situada por debajo de la cota del
extremo de desagüe.
80
Condición límite
aguas arriba
1B
70 2B
3B
60 4B
Condiciones
límite aguas abajo
1A
50
2A
h 1(m), h 2(m)
3A
40
4A
30
20
10
0
0 2 4 6 8 10 12 14 16
3
Q (m /h)
Figura 6.16. Condiciones de límite impuestas en los ensayos del RPAD Bermad de 1,5”.
156
Capítulo 6. Resultados
h 2F(1)
35
1A
30
h 2F(2)
1B
h 20(1)
25
2A
2B
h 2(m)
20
h 2F(3)
h 20(2)
15
3A
3B h 2F(4)
10
4A
4B
5 h 20(3)
h 20(4)
0
0 10 20 30 40 50 60 70 80
h 1(m)
Figura 6.17. Observaciones experimentales utilizadas para calibrar el modelo de RPAD, junto con
los resultados de éste último (en línea de trazo continuo). Los círculos y las curvas A
representan el funcionamiento con condición límite aguas abajo fija y los triángulos y
las curvas B lo propio con la de aguas arriba fija. Los números del 1 al 4 distinguen
diferentes grados de compresión del resorte, siendo el primero de ellos el de mayor
compresión.
En lo que a efectos de histéresis se refiere, puede decirse, en general, que no son importantes,
salvo en la curva 1B correspondiente al resorte comprimido a tope. Para esto último, no se
dispone de una explicación clara y, en principio, cabría pensar en la posibilidad de que hubiese
tenido lugar un cambio de posición relativo (asentamiento) de los elementos del mecanismo de
cierre durante el ensayo. Por esta razón, la histéresis encontrada en la curva 1B se considera una
anomalía experimental, de forma que, en el modelo para régimen permanente, no se considera
necesario incluir ningún parámetro que tenga en cuenta el posible rozamiento del eje.
157
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Las curvas tipo B de las representadas en la figura 6.17 aparecen como curva típica de
caracterización de un RPAD en ISO (1993b), y el procedimiento para obtenerlas aquí es similar
al citado como procedimiento de ensayo en la norma referida. La diferencia entre la norma y el
procedimiento empleado en este trabajo está en que p1 ha de ser mantenida constante en dicha
norma.
Los parámetros usados en el modelo se muestran en la tabla 6.5. Se han obtenido haciendo
mínimo el error cuadrático (6-3) entre los valores de la presión aguas abajo h2 medida y
simulada, con la excepción de Aop, que ha sido determinado mediante medición directa del
diámetro.
2
Calculado a partir de la medición directa de su diámetro.
3
Valor orientativo estimado experimentalmente y a partir de éste realizado ajuste en modelo.
4
Los coeficientes de pérdida de carga localizada K0 y K1 están referidos a la sección de diámetro igual al nominal.
158
Capítulo 6. Resultados
Los parámetros de la tabla 6.5 introducidos en las expresiones (5-24) y (5-25) proporcionan las
curvas h20 y h2F y, a partir de estas, es posible representar los valores experimentales del
coeficiente de pérdida de carga, calculado con (5-28), frente a las estimaciones con (5-27) del
grado de abertura. En la figura 6.18 se muestra esto último para los valores experimentales y
simulados de la figura 6.17, representándose los primeros con puntos y los segundos con línea
continua.
10000
1A
1B
1000
2A
2gω 2(h 1-h2 )/Q 2=K
2B
3A
3B
4A
100 4B
10
0,01 0,10 1,00 10,00
(h 2F-h 2)/(h 2F-h 20)
Con objeto de calibrar el modelo y comprobar los resultados que éste proporciona, se ensayan
dos LLHPRP Bermad serie 7005 de 2” y 3”, ambas con piloto de dos vías PC-20-A-P (ver figura
5
Llave con posibilidad de funcionar con cámara inferior conectada aguas abajo del opérculo o no, casos en los que
se comportaría como llave de cámara simple o doble, respectivamente.
159
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
6.19), también del mismo fabricante, con muelle color6 naranja, en un banco de ensayo de llaves
como el mostrado en la figura 5.1.
Figura 6.19. Montaje experimental de la llave Bermad 700 de 3” equipada con piloto regulador de presión.
Obsérvese el transductor de posición, transductores de presión en las secciones aguas arriba, aguas
abajo y en la cámara superior, aunque éste último no visible en la fotografía por encontrarse en
segundo plano. (El sentido del flujo es de derecha a izquierda). En el caso de la llave de 2” el
montaje es idéntico.
Los ensayos se realizaron para varias compresiones iniciales del muelle del piloto x0P, todas ellas
diferentes. Además, para cada una de estas posiciones, se ensayó la llave hidráulica propiamente
dicha con su muelle, que contribuye al cierre, y sin él sólo en algunos casos de la llave de 2”. En
primer lugar, se modificó la presión aguas arriba, manteniendo aguas abajo una condición de
límite constante (de forma análoga a la realizada para obtener las curvas A del ensayo del RPAD,
expuesto en el apartado 6.3) y, en segundo lugar, se modificó la presión de aguas abajo
manteniendo la de aguas arriba constante (análogamente a la obtención de las curvas B del
ensayo del RPAD).
Con el procedimiento experimental descrito más arriba, se han realizado doce ensayos, cuatro
por cada posición del tornillo selector de presión del piloto, cuyos resultados se muestran en
6
El color se relaciona con la constante recuperadora k.
160
Capítulo 6. Resultados
otras tantas figuras. Las correspondencias de dichas figuras con las operaciones realizadas se
muestran en la tabla 6.6. Esta llave de 2” se ensayó tanto con muelle como sin él para cada
posición del piloto. Esto da lugar a que de los cuatro ensayos para cada posición del piloto, dos
sean con muelle y otros dos sin él.
Tabla 6.6. Correspondencia de cada configuración experimental con la figura en la que se muestra el resultado
correspondiente.
La compresión que proporciona la posición 1 del tornillo selector de presión del piloto es mayor
que la que proporciona la posición 2 y esta, a su vez, mayor que la que proporciona la 3. Los
valores de la altura de presión aguas abajo h2 están relacionados con x0P según (5-38), por lo que
el valor máximo de los máximos de h2 que cabe esperar, cuando la LLHPRP está regulando, se
dará en los ensayos en la posición 1 y el valor mínimo de los máximos en los de la posición 3.
161
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
tiempo permite determinar el momento a partir del cual puede considerarse que se ha alcanzado
el régimen permanente. Entonces se procede a la lectura simultánea de todas las variables. En
cada punto de funcionamiento, se han tomado del orden de cinco lecturas, por ello resultan
agrupaciones de puntos que se aprecian en las figuras 6.23a a 6.25d.
Las condiciones de límite impuestas en el banco de ensayo para aguas arriba y aguas abajo se
introducen en el modelo mediante las ecuaciones (5-29) y (5-30), respectivamente, y sus
coeficientes han de determinarse a partir de los datos experimentales de los ensayos. En la figura
6.20 se han representado las condiciones de límite impuestas, así como sus curvas de ajuste
(cuyos parámetros pueden verse en la parte inferior de la tabla 6.5).
80
Condición límite aguas arriba a 1=0
1BCM
1BSM
70 2BCM Datos observados
2BSM
3BCM
3BSM
60 Condiciones de límite aguas abajo
1ACM
1ASM
2ACM Datos observados
50 2ASM
3ACM
3ACM
h 1(m), h 2(m)
30
20
10
0
0,0000 0,0005 0,0010 0,0015 0,0020 0,0025 0,0030 0,0035 0,0040 0,0045 0,0050
3
Q (m /s)
Figura 6.20. Condiciones de límite impuestas en los ensayos de la LLHPRP Bermad 700 de 2”.
pesar que el ajuste se mejora con a1 distinto de cero (curva de trazos de la figura 6.20), no se usa
en el modelo puesto que el trabajar con caudales menores del valor mencionado implica
velocidades nominales menores de 0,5 m/s, situaciones que en los ensayos realizados no han sido
frecuentes.
En las figuras 6.23a a 6.25d, que hacen un total de doce, se pueden ver los resultados
experimentales frente a los valores que proporciona el modelo. Los parámetros del modelo han
sido calibrados a partir de los datos experimentales mencionados. En la tabla 6.9 se especifica la
correspondencia de las figuras mencionadas con el valor de los parámetros que se han usado en
el modelo. La calibración de los parámetros se ha realizado en varias etapas. La primera de ellas
consiste en al estimación de los parámetros de la ecuación del equilibrio de fuerza del elemento
de cierre de la llave, la cual se explica a continuación.
En la ecuación (5-34), que refleja el equilibrio dinámico del elemento de cierre de una llave
hidráulica, puede observarse que h1 es función lineal de h2, h3 y xL. Estas cuatro variables se
miden, con lo que el ajuste mediante regresión lineal múltiple de los parámetros que intervienen
en la ecuación del equilibrio dinámico de la llave es posible.
En los casos en los que la llave se ensaya con el muelle, todos los parámetros son distintos de
cero, mientras que, en los que se ensaya sin él, los parámetros πL1 y el independiente πL1· x0L son
iguales a cero. Con los datos de los ensayos 1ACM (figura 6.23a) y 1BCM (figura 6.23b), los
valores de los parámetros de (5-34) se han ajustado por el método de mínimos cuadrados
múltiples. Los resultados se muestran en la tabla 6.7, junto con los coeficientes estadísticos
relativos a la calidad del ajuste, en los que puede verse que el error en la determinación de πL1 no
es despreciable.
Puesto que la validez de (5-34) está condicionada por los límites físicos que tiene el
desplazamiento del opérculo, es importante que en el ajuste sólo intervengan aquellos valores
para los que xL no coincide con sus valores límite, es decir, 0 y CL. En lo que respecta al límite
inferior, conviene fijarse en el gasto, puesto que, caso de no ser nulo, indica que xL es mayor que
cero. Luego los valores con gasto nulo, cuando los ha habido, se han desechado. En lo que
respecta al límite superior, se ha comprobado que ningún valor de xL ha llegado al valor de
CL = 17,37 mm (valor previamente mostrado en la figura 6.14).
163
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Se ha hecho lo mismo con la llave sin muelle, de manera que, con los datos de los ensayos
1ASM (figura 6.23c) y 1BSM (figura 6.23d), se ajustan por el mismo procedimiento los valores
de los parámetros de (5-34). Hay que tener en cuenta que, al no disponer de muelle la llave, el
parámetro πL1 es nulo. Los parámetros del ajuste se muestran en la tabla 6.8 junto con los
coeficientes estadísticos relativos a la calidad del ajuste.
Al observar los resultados de los parámetros πL2 y πL3 para la llave con muelle y sin muelle, se
aprecia que ambos son similares y, si se tienen en cuenta los respectivos errores estándar,
entonces los intervalos resultantes se solapan. Esto último, unido a los valores de los coeficientes
de determinación R2, permite afirmar que tanto la expresión (5-34), obtenida a partir de la
justificación del Anexo II, como el procedimiento de ajuste son satisfactorios.
Un interés de ensayar una llave sin muelle reside en aquellos casos en los que la posición del
opérculo no se puede medir. De manera que pueden obtenerse los parámetros πL2 y πL3.
164
Capítulo 6. Resultados
En la figura 6.21, se han representado los valores de h1 ajustados frente a los medidos, sólo para
el caso del ensayo 1ACM, donde, además de apreciar la calidad del ajuste, puede observarse un
fenómeno de histéresis claro. Los valores ajustados quedan por encima o por debajo de la
bisectriz del primer cuadrante según se recorra el eje de abscisas en sentido creciente o
decreciente. El sentido de la histéresis se invierte para h1 ≈ 40m. Este mismo valor coincide con
el valor máximo de GAL, como puede verse en la figura 6.23a, lo que permite afirmar por una
parte que, en el vástago del elemento de cierre de la llave, la componente estática de la fuerza de
rozamiento es apreciable y, por otra, que cambia de sentido cuando el sentido del movimiento
del vástago también lo hace.
60
50
40
Ensayo 1ACM
h 1 ajus
30
20
10
0
0 10 20 30 40 50 60
h 1 obs
Figura 6.21. Resultado del ajuste de los coeficientes de la ecuación de equilibrio dinámico del elemento de cierre
de la llave para el ensayo 1ACM.
Con este procedimiento, se han ajustado los parámetros πL1, πL2, πL3 y πL1·x0L, adoptándose para
los mismos los valores de la tabla 6.9.
En lo que respecta al circuito de control, se ha realizado una toma de datos para contribuir a la
calibración de los términos de los coeficientes para caracterizar la pérdida de carga (considerada
como localizada con el coeficiente K). En la figura 6.22 se muestra un esquema de la
configuración dispuesta en la llave para llevar a cabo la determinación experimental de los
165
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
coeficientes [K13P(GAP = 1) y K32P(GAP = 1)]. Estos valores del coeficiente de pérdida de carga,
se corresponden con el opérculo del piloto completamente abierto.
Resorte del
piloto Piloto de
dos vías
Llave de
aguja QP2
QP1 Ll
Llave de
aguja
Cámara Ap xP p2
Ac
superior
p3
Cámara
inferior
p1
166
Capítulo 6. Resultados
tener p2 = 0 y las llaves de aguja completamente abiertas permiten considerar que el diafragma
del piloto estará sometido a una presión lo suficientemente baja como para que no se produzca el
cierre del mismo. Además, por este motivo, en el ensayo experimental se comprimió el resorte
del piloto lo máximo posible con la intención de asegurar la abertura completa de su elemento de
cierre en todo momento.
Se han dispuesto aguas arriba de la llave distintos valores de p1, para cada uno de los cuales se
han medido p1, p3 y el volumen desaguado en el intervalo de tiempo correspondiente, además del
conocido valor nulo de p2. El tiempo y el volumen permiten determinar el gasto, y este, a su vez,
junto con las diferencias de presiones, los coeficientes de pérdida de carga localizada
correspondientes. Los valores de los coeficientes de pérdida de carga localizada, así obtenidos,
son K13P = 5.355 y K32P = 926, ambos referidos a la sección de los tubos de unión del circuito de
control de diámetro nominal 8 mm. Este coeficiente ha de desglosarse en los dos sumandos en
que intervienen K0P y K1P, parte constante y parte dependiente del grado de cierre del opérculo,
respectivamente. Este desglose se hace junto con el resto de parámetros a calibrar, que se verá en
este mismo apartado.
Con el piloto desmontado, mediante un juego de delgas, se ha medido la carrera del opérculo,
dando lugar a CP = 1,505 mm.
Los coeficientes KL0 y KL1, que caracterizan la pérdida de carga en la llave, han sido obtenidos
en el apartado 6.2.
El resto de los parámetros del modelo se han ajustado haciendo mínima la suma de los errores al
cuadrado (6-4) de las tres variables representadas (h2, h3 y xL). Como las tres variables tienen
diferente orden de magnitud, para caracterizar el error de cada una de ellas se ha considerado el
error cuadrático medio en la manera que sigue:
ε h2 2 ε h3 2 ε xL 2
ε =
2
+ + =
h2 h3 xL
(6-4)
(h −h )2 (h −h )2 (x −x
= Σ 2simulados 2 observados + Σ 3simulados 3observados + Σ Lsimulados Lobservados
)2
h2observados h3observados xLobservados
Puede observarse en las figuras 6.23a a 6.25d cómo el resultado de la calibración de los
parámetros del modelo, cuyos valores se recopilan en la tabla 6.9, puede considerarse
167
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
A partir de los parámetros adimensionales usados en el modelo, pueden obtenerse los parámetros
dimensionales correspondientes. Como puede verse en las ecuaciones (5-34) y (5-36), tanto en el
caso de la llave como en el del piloto, para obtener los parámetros dimensionales, es necesario
conocer el valor de una superficie equivalente de empuje o el de la constante recuperadora
correspondiente.
Teniendo en cuenta que la velocidad con la que agua atraviesa la cámara superior de la llave
(figura 6.22) ha de ser relativamente pequeña, puede considerarse que dicho fluido se encuentra
en situación prácticamente hidrostática. Por lo tanto, puede considerarse que la sección
equivalente de empuje A3L coincide con la sección de la cámara AC. En caso de que la llave sea
desmontable, AC puede ser medida por procedimientos directos.
168
Capítulo 6. Resultados
πP1 5.654
πP1·x0P 27,21 21,25 15,48
πP2 0,134
CP (mm) 1,505
πL1 958,0 - 958,0 - 958,0 -
πL2 1,166
πL3 2,256
πL1· x0L 4,935 - 4,935 - 4,935 -
CL (mm) 17,37
KL07 5,86
KL1 2,79
K13P08 5.352
K13P1 3,284
K32P0 862,8
K32P1 62,90
Configuración del ensayo y figuras en la que se muestran
las observaciones experimentales y las simulaciones
Condiciones 1BCM-6.23b,
de límite 1BSM-6.23d,
2BCM-6.24b,
1ACM-6.23a 1ASM-6.23c 2ACM-6.24a 2ASM-6.24c 3ACM-6.25a 3ASM-6.25c
2BSM-6.24d,
3BCM-6.25b y
3BSM-6.25d
CD (m2,5/s) 4,867·10-4 5,237·10-4 5,908·10-4 6,035·10-4 6,447·10-4 7,017·10-4 Variado
durante el
∆z 0,75 ensayo
a0 (m) 76,04
a1 (s/m2) 0
Variado durante el ensayo
a2 (s2/m5) -3.171.209
N 1
Tabla 6.9. Valores ajustados de los parámetros usados en las simulaciones realizadas con el modelo, mostradas en
las figuras 6.23a a 6.25d (Unidades expresadas en el SI, salvo indicación en contra).
7
Los coeficientes de pérdida de carga localizada KL0 y KL1 están referidos a la sección de diámetro igual al nominal
de la llave.
8
Los coeficientes de pérdida de carga localizada K13P0, K13P1, K32P0 y K32P1 están referidos a la sección de diámetro
igual al nominal de los tubos de conexión, en este caso 8 mm.
169
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
40 100
h3
35
h 2F
30 75
h2
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
GA (%)
20 50
h 1= h 2
15
10 25
5 GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.23a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
45 100
40
35
h3
75
h 2F
30
h2
h 2(m), h 3(m)
25
GA (%)
50
20 h 1= h 2 h 20
15
25
10
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
h 1(m)
Figura 6.23b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
170
Capítulo 6. Resultados
40 100
h3
35
h 2F
30 75
h2
25
h 2(m), h 3(m)
h 20
GA (%)
20 50
h 1= h 2
15
10 25
5 GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.23c. Representación idéntica a la de la figura 6.23a, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
45 100
h3
40
35
75
30 h 2F
h 2(m), h 3(m)
h2
25
50
GA (%)
h 20
20
h 1=h 2
15
25
10
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
h 1(m)
Figura 6.23d. Representación idéntica a la de la figura 6.23b, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
171
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35 100
h3
30
h 2F 75
25
h2
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 20
h 1=h 2 50
15
10
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
h 1(m)
Figura 6.24a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
45 100
40 h3
35
75
30
h 2F
h 2(m), h 3(m)
25
GA (%)
h 1=h 2
50
20
h2
15 h 20
25
10
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
Figura 6.24b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
172
Capítulo 6. Resultados
35 100
h3
30
75
25
h 2F
h2
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 1=h 2 50
15 h 20
10
25
5 GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
h 1(m)
Figura 6.24c. Representación idéntica a la de la figura 6.24a, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
50 100
45
40 h3
75
35
30
h 2(m), h 3(m)
h2
25 50
GA (%)
h2
20 h 1=h 2
h2
15
25
10
5
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75
h 1(m)
Figura 6.24d. Representación idéntica a la de la figura 6.24b, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
173
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35 100
h3
30
75
25
h 2F
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 1=h 2
50
15 h2
h 20
10
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.25a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
45 100
40
35
75
30
h3
h 2(m), h 3(m)
25
GA (%)
50
h 2F
20
h 1= h 2
h2
15
25
10
h 20
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
Figura 6.25b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
174
Capítulo 6. Resultados
35 100
30
h3
75
25
h 2(m), h 3(m)
20
h 2F
GA (%)
h 1 =h 2
50
h2
15
h 20
10
25
5
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55
h 1(m)
Figura 6.25c. Representación idéntica a la de la figura 6.25a, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
45 100
40
35
75
30
h3
h 2(m), h 3(m)
25
50
GA (%)
20
h 2F
h 1=h 2
h2
15
25
10 h 20
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
Figura 6.25d. Representación idéntica a la de la figura 6.25b, en la que la única diferencia con esta es que
la LLHPRP no tiene muelle.
175
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
A la vista de las figuras, puede decirse, en general, que los resultados son satisfactorios. Si bien,
en los casos en los que la llave no tiene muelle y la condición de límite aguas arriba de la llave se
mantiene fija, no se produce la apertura completa como predice el modelo. La posible
explicación de esto puede estar en que, para presiones relativamente bajas aguas arriba y, por lo
tanto, también aguas abajo y en la cámara superior, la fuerza de rozamiento puede tener
importancia al compararla con el empuje resultante. En cualquier caso, estas situaciones no
tienen interés en la práctica, puesto que la llave tiene como misión regular la presiones mayores a
aquellas con las que se ha producido esta desviación. No obstante, y también en general, el
modelo reproduce peor los resultados experimentales en los casos en los que se encontraba sin
muelle que con él. Quizá el propio diafragma de la cámara superior se comporta como un
resorte, por lo que, en realidad, el parámetro πL1 puede que no sea exactamente nulo.
El modelo empleado para simular el comportamiento de la LLHPRP está formado por un sistema
no lineal de seis ecuaciones con seis incógnitas. Por lo tanto, conviene analizar si el mismo tiene
solución múltiple para el juego de parámetros calibrados. Para ello, se vuelve a resolver el
modelo también numéricamente, aunque ahora de forma distinta, tal como puede verse en el
apartado III.3 del Anexo III. Para cada binomio de condiciones de límite de aguas arriba y aguas
abajo, se analizan los posibles valores de GAL que cumplen la ecuación de equilibrio de fuerzas
del elemento de cierre de la llave. Los resultados del análisis de unicidad en la solución, que
pueden verse en las figuras 6.26a y 6.26b, proporcionan la resultante del equilibrio dinámico
sobre el elemento de cierre de la llave, expresado según (6-5), para un barrido en los posibles
grados de cierre de este último, de forma que aquellos valores nulos de la resultante indicarán
que el valor de GAL correspondiente es la solución del modelo. En las figuras mencionadas,
puede apreciarse que para cada binomio de condiciones de límite aguas arriba y abajo hay un
único valor de GAL que es solución del modelo.
∑ F *L = h1 + h2 ⋅ π L 2 − h3 ⋅ π L3 − π L1 ⋅ C L ⋅ GAL − π L1 ⋅ x0 L (6-5)
176
Capítulo 6. Resultados
50
a 0=76,04
40 a 1=0
a 2=-3.171.209
30 C D=4,87·10-4
N =0,7
∆z =0,75
20
10
N =0,8
0
Σ F* L
N =0,5
-10
-20
N =0,85
-30
N =0,9
-40 N =1
-50
-60
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
GA L
Figura 6.26a. Barrido de posibles soluciones de GAL para varias condiciones de límite aguas arriba y una única
condición de límite aguas abajo. Caso de compresión del resorte del piloto correspondiente a
πP1·x0P = 21,25 m.
50
a 0=76,04
40 a 1=0
a 2=-3.171.209
30 N =1
∆z =0,75
20
10
0
Σ F* L
-4
C D =7·10
-10 C D =7,65·10
-4
-4 -4
C D =10·10 C D =50·10
-4
C D =6·10
-20
-30
-40 C D =4,5·10
-4
-50
-60
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
GA L
Figura 6.26b. Barrido de posibles soluciones de GAL para varias condiciones de límite aguas abajo y una
única condición de límite aguas arriba. Caso de compresión del resorte del piloto
correspondiente a πP1·x0P = 21,25 m.
177
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Tabla 6.10. Correspondencia de cada configuración experimental con la figura en la que se muestran los
resultados.
45
40
35
30
h 1(m), h 2(m)
25
Condición límite aguas arriba a 1=0
1BCM
20
2BCM
Datos observados
3BCM
15 4BCM
Condiciones de límite aguas abajo
10 1ACM
2ACM Datos observados
3ACM
5
4ACM
0
0,000 0,002 0,004 0,006 0,008 0,010 0,012 0,014
Q (m3/s)
Figura 6.27. Condiciones de límite impuestas en los ensayos de la LLHPRP Bermad 700 de 3”.
178
Capítulo 6. Resultados
En este caso, en el ajuste de los coeficientes de la ecuación condición de límite aguas arriba,
polinomio de segundo grado mostrado en (5-29), al coeficiente a1 se le ha dado valor nulo, como
en el caso anterior de la llave de 2”. La curva de ajuste presenta algo menos de curvatura que la
descrita por los datos. No obstante, dicho ajuste se considera suficientemente aproximado.
En las figuras 6.29a a 6.32b, que hacen un total de ocho, se pueden ver los resultados
experimentales frente a los valores que proporciona el modelo. Algunos de los parámetros del
modelo ya han sido calibrados para la llave Bermad 700 de 2”, y son los relativos al circuito de
control en general y al piloto en particular. El resto de parámetros se ha calibrado a partir de los
datos experimentales mencionados. En la tabla 6.12 se especifica la correspondencia de las
figuras mencionadas con el valor de los parámetros calibrados usados en el modelo. La
calibración de los parámetros se ha realizado en varias etapas. La primera de ellas consiste en la
estimación de los parámetros de la ecuación del equilibrio de fuerza del elemento de cierre de la
llave, procedimiento ya explicado anteriormente para la llave de 2”.
Los coeficientes ajustados de la ecuación (5-34) se muestran en la tabla 6.11 junto con los
coeficientes estadísticos relativos a la calidad del ajuste. El resultado puede calificarse como
satisfactorio aunque, al igual que ocurre para la llave de 2”, el error en la determinación de πL1
no es despreciable, lo que puede ser debido a la influencia de rozamiento estático sobre el
elemento de cierre de la llave, aspecto este último que se trata en el Anexo VI.
179
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En la figura 6.28 se han representado los valores de h1 ajustados con los coeficientes de la tabla
6.11 frente a los medidos, donde se puede apreciar gráficamente la calidad del ajuste.
45
40
35
30
25
h 1 est
20
15
10
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1 obs
Figura 6.28. Resultado del ajuste de los coeficientes de la ecuación de equilibrio dinámico del elemento de cierre
de la llave con los datos de todos los ensayos, especificados en la tabla 6.10.
En lo que respecta al circuito de control, para K13P0, K13P1, K32P0, K32P1 y CP se adoptan los
mismos valores que en el caso de la llave Bermad de 2”, puesto que ambas han sido montadas
con el mismo modelo de piloto y de manera análoga.
Los coeficientes KL0 y KL1, que caracterizan la pérdida de carga en la llave, han sido obtenidos
en el apartado 6.2.
En las figuras 6.29a a 6.32b puede observarse que el modelo explica los valores experimentales
obtenidos.
180
Capítulo 6. Resultados
πP1 5.654
πP1·x0P 28,26 22,86 17,89 13,12
πP2 0,134
CP (mm) 1,505
πL1 42,19
πL2 0,630
πL3 1,624
πL1· x0L 2,502
CL (mm) 21,38
KL09 5,16
KL1 2,39
K13P010 5.352
K13P1 3,284
K32P0 862,8
K32P1 62,90
Configuración del ensayo y figuras en la que se muestran
las observaciones experimentales y las simulaciones
Condiciones
de límite 1BCM-6.29b,
2BCM-6.30b,
1ACM-6.29a 2ACM-6.30a 3ACM-6.31a 4ACM-6.32c
3BCM-6.31b y
4BCM-6.32d
CD Variado
5,851·10-4 9,873·10-4 7,172·10-4 9,297·10-4
(m2,5/s) durante el
∆z -0,254 ensayo
a0 (m) 43,08
a1 (s/m2) 0
Variado durante el ensayo
a2 (s2/m5) -56.566
N 1
Tabla 6.12. Valores ajustados de los parámetros usados en las simulaciones del modelo mostradas en las figuras
6.29a a 6.32b (Unidades expresadas en el S.I., salvo indicación en contra).
9
Los coeficientes de pérdida de carga localizada KL0 y KL1 están referidos a la sección de diámetro igual al nominal
de la llave.
10
Los coeficientes de pérdida de carga localizada K13P0, K13P1, K32P0 y K32P1 están referidos a la sección de diámetro
igual al nominal de los tubos de conexión, en este caso 8 mm.
181
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
40 100
35 h3
h 2F
30 h2 75
25
h 2(m), h 3(m)
h 20
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
10 25
5
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.29a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
40 100
h3
35
h 2F
30 h2 75
25
h 2(m), h 3(m)
h 20
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
10 25
5
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.29b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
182
Capítulo 6. Resultados
35 100
h3
30
h 2F
75
25 h2
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 20
h 1=h 2 50
15
10
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.30a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
40 100
h3
35
30 75
h 2F
25 h2
h 1=h 2
h 2(m), h 3(m)
GA (%)
20 50
h 20
15
10 25
GA L
5
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.30b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
183
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35 100
h3
30
75
25
h 2F
h 2(m), h 3(m)
20 h2
h 1=h 2
GA (%)
50
15
h 20
10
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.31a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo h2, idem
en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el modelo de
LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo). Tanto en la
experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas abajo.
35 100
30
h3
75
25
h 2F
h 2(m), h 3(m)
20
h2
GA (%)
50
15
h 1=h 2
h 20
10
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.31b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo h2, idem
en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el modelo de
LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo). Tanto en la
experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas arriba.
184
Capítulo 6. Resultados
35 100
30
h3
75
25
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 2F
50
h 1=h 2
15 h2
10 h 20
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.32a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
abajo.
35 100
30
75
25 h3
h 2(m), h 3(m)
20
GA (%)
h 2F
50
h2
15 h 1=h 2
10 h 20
25
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura 6.32b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) de altura de presión aguas abajo
h2, idem en la cámara superior h3 y grado de abertura de la llave GAL usadas para calibrar el
modelo de LLHPRP, junto con los resultados de este último (en línea de trazo continuo).
Tanto en la experimentación como en la simulación, la condición límite fija es la de aguas
arriba.
185
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En las figuras anteriores, puede apreciarse que los resultados que proporciona el modelo pueden
calificarse como satisfactorios. No obstante, en los ensayos en los que se modifica la condición
de límite aguas abajo, debido a la “caída” de la curva de la bomba, no se ha podido comprobar si
realmente se produce la apertura completa de la llave para presiones relativamente bajas aguas
abajo. Al igual que se ha dicho antes en el caso de la llave de 2”, el trabajar a esas presiones
aguas abajo no tiene interés práctico.
Los resultados del análisis de unicidad en la solución, que pueden verse en las figuras 6.33a y
6.33b, permiten afirmar que, para cada binomio de condiciones de límite aguas arriba y abajo,
hay un único valor de GAL que es solución del modelo.
35
a 0=43,08
a 1=0
N =1
a 2=-56.566
25 C D=2,5·10-3
N =0,9 ∆z =-0,254
N =0,85
15 N =0,8
Σ F* L
N =0,7
5 N =0,5
-5
-15
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
GA L
Figura 6.33a. Barrido de posibles soluciones de GAL para varias condiciones de límite aguas arriba y una única
condición de límite aguas abajo. Caso de compresión del resorte del piloto correspondiente a
πP1·x0P = 22,85 m.
186
Capítulo 6. Resultados
En caso de que se produzca la fuerza mencionada, las curvas de las figuras 6.33a y 6.33b se
desplazarán en la vertical una distancia igual a dicha fuerza, por lo que, sobre todo en el caso
representado en la figura 6.33b y tener caudales pequeños (valores de CD más bajos), la posición
única del opérculo de la llave no está garantizada.
35
a 0=43,08
a 1=0
a 2=-56.566
25 N =1
∆z =-0,254
15
Σ F* L
5
-3 -3
C D =1,0·10
-3 C D =2,0·10 C D =2,5·10 -3
-3
C D =3,25·10
C D =2,9·10
-3
C D =0,5·10
-5
-15
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1
GA L
Figura 6.33b. Barrido de posibles soluciones de GAL para varias condiciones de límite aguas abajo y una
única condición de límite aguas arriba. Caso de compresión del resorte del piloto
correspondiente a πP1·x0P = 22,85 m.
187
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
hidráulicas con piloto regulador de presión (LLHPRP). Estas últimas, además de permitir
realizar la apertura y cierre, cumplen con la misión de regular la presión.
A modo de ejemplo, en las figuras 6.29a y 6.30a, puede observarse que, a pesar de que el tornillo
del piloto aporta en cada caso diferente compresión al muelle correspondiente en ambas
situaciones, es posible obtener un valor de h2 de 25 m, aunque con valores de h1 diferentes. Esto
último pone de manifiesto que hay que precisar el grado de compresión x0P a aplicar al muelle
del piloto de una llave automática reguladora de presión antepuesta a una unidad con h2p y Qp
que es considerado más conveniente, así como la manera de realizarlo en campo.
Con el modelo desarrollado en el apartado 5.3.4, se estudia el problema de selección de x0P para
una llave antepuesta a una unidad de riego a presión. También se usan los datos de la tabla 6.12,
correspondientes a una llave de diámetro nominal de 3” y, por último, se considera una situación
de proyecto con h2p = 30 m, CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. Estos últimos valores determinan un
caudal de proyecto Qp = 9,6·10-3 m3/s, que se traduce en una velocidad nominal U = 2,1 m/s en la
llave.
En las figuras 6.34a, 6.34b y 6.34c se muestran las simulaciones correspondientes a diferentes
valores para x0P de 5,75·10-3 m, 5,35·10-3 m y 4,90·10-3 m, respectivamente.
188
Capítulo 6. Resultados
40 100
h3
35 h 2F
h2
30 75
h 20
25
h 2(m), h 3(m)
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
10 25
GA L
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.34a. Simulación de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P = 5,75·10-3 m,
antepuesta a una unidad con CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m.
40 100
h3
35
h 2F
h2
30 75
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
10 25
GA L
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.34b. Simulación de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P = 5,35·10-3 m,
antepuesta a una unidad con CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m.
189
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
40 100
h3
35
h 2F
30 75
h2
25
h 2(m), h 3(m)
h 1=h 2
h 20
GA (%)
20 50
15
10 25
GA L
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.34c. Simulación de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P = 4,90·10-3 m,
antepuesta a una unidad con CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m.
En las tres ultimas figuras, pueden observarse otras tantas curvas h2(h1), siendo diferentes sólo en
su parte superior. La altura de presión h1p necesaria aguas arriba de la LLHPRP para obtener
h2p = 30 m sería de 33,5 m en los casos representados en las figuras 6.34a y 6.34b, y de 35 m en
el de la figura 6.34c. Aguas arriba de la LLHPRP, que es el punto a alimentar por la red de
distribución, es necesario disponer de más energía en el caso de la tercera de las figuras que en
los de las dos primeras.
A pesar que los casos correspondientes a las dos primeras figuras necesitan la misma energía
aguas arriba de la llave, en lo que a regulación de la presión se refiere, hay diferencias
considerables. Puede decirse que la regulación para h2p = 30 m conseguida en la figura 6.34b es
preferible a la de la 6.34a. Así, en caso de tener una h1 = 40 m, la altura de presión en cabeza de
la unidad de riego h2 sería aproximadamente de 32 m en el primero de los casos mencionados, y
de 34 m en el segundo.
Si se comparan las figuras 6.34b y 6.34c, la segunda de estas requiere mayor h1 para conseguir
h2 = 30 m, lo que es un aspecto negativo por su implicación en la mayor dotación de presión que
exigiría una la sección inmediatamente aguas arriba de la boca de riego en cuestión. Por otro
lado, observando las figuras 6.34a y 6.34b, puede decirse que, en principio, la segunda es
preferible a la primera. En la figura 6.34b, un valor de h1 = 40 m implica, de forma aproximada,
190
Capítulo 6. Resultados
En la figura 6.35 se muestra un esquema en el que, junto con la curva de regulación h2(h1),
aparece la probabilidad p asociada a la altura de presión h1 en dicha boca y, como consecuencia
de ambas, la probabilidad correspondiente a h2 en cabeza de las unidades de riego.
h2
Condición de
servicio en la unidad
p(h2) Condición de
h1
servicio en la boca
p(h1)
Figura 6.35. Representación esquemática de la transformación de
probabilidad de la presión de servicio en una boca de riego
con regulador de presión.
El problema de ajuste de un elemento regulador de presión podría verse desde el punto de vista
de aproximar algún parámetro de tendencia central de la distribución de probabilidad p(h2),
como por ejemplo la esperanza matemática de h2, al valor de proyecto h2p. En caso de conocerse
la distribución de probabilidad p(h1), el problema puede abordarse por esta vía, aplicando a cada
valor de h1 el modelo del regulador de presión correspondiente para obtener el valor de h2. Como
cada valor de h1 lleva asociada una probabilidad, entonces el de h2 correspondiente llevará la
191
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
misma. Ahora bien, esto no es práctico. En primer lugar porque las condiciones de servicio en
cada boca de una red son, en principio, diferentes. Y en segundo lugar, porque conocer dichas
condiciones en una boca puede ser una tarea tediosa, que obligaría al registro de datos o, en fase
de proyecto, a la simulación de la red bajo hipótesis aproximadas de probabilidad en la demanda.
Por este motivo, la elección del punto de funcionamiento de proyecto se abordará en este mismo
apartado.
No obstante, lo expuesto en el párrafo anterior podría tener interés para intentar caracterizar, en
desarrollos futuros, una determinada curva h2(h1) con un coeficiente indicador. En caso de contar
con un indicador para dichas curvas, podría decidirse, con base en el mismo, sobre la idoneidad
de cada una de ellas para regular a un valor h2p ante unas condiciones de servicio en la red
determinadas.
Por otro lado, en una LLHPRP, el tornillo selector de la compresión del muelle no es el único
elemento sobre el que se puede actuar. El circuito de control está formado, además del piloto, por
elementos de conducción. Por lo tanto, conviene analizar cómo influyen estos elementos en lo
que se refiere a regulación y punto de funcionamiento en condiciones de proyecto.
En la figura 6.36, se muestran las simulaciones de una LLHPRP antepuesta a una unidad de
riego a presión con h2p = 30 m, CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m. Los resultados representados en
192
Capítulo 6. Resultados
trazo continuo se han obtenido con los valores de la tabla 6.12, excepto x0P, que ha sido
seleccionado con el criterio anteriormente expuesto. Y en trazo discontinuo se representan los
resultados de una simulación análoga, que se diferencia de la anterior en que, en este caso, el
parámetro K32P0 es nulo. También se muestra la representación de la diferencia h3-h2(h1), la cual
se va a tratar más adelante.
40 100
h3
35
h 2F
h2
30 75
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
GA L
h 3-h 2
10 25
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.36. Simulaciones de LLHPRP con los valores de la tabla 6.12, salvo x0P = 5,36·10-3 m, en
trazo continuo y, salvo K32P0 = 0 y x0P = 5,35·10-3 m, en trazo discontinuo. En ambos
casos la llave está antepuesta a una unidad con CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m.
La disminución del coeficiente de pérdida de carga K32P0 trae consigo un desplazamiento hacia la
izquierda de la curva h2(h1), entre otras. Esto trae consigo que el valor de h1p, asociado a la altura
de presión de proyecto h2p de la unidad de riego, disminuye al hacerlo el coeficiente en cuestión.
De esta forma, desde el punto de vista de ahorro energético, es interesante disminuir todo lo
posible la pérdida de carga en el tramo del circuito de control situado entre el piloto regulador de
presión y la sección de aguas abajo de la llave.
Por otro lado, y con un análisis análogo al anterior, se observa que el aumento del coeficiente
K13P0 trae consigo, por un lado, el desplazamiento de la curva h2(h1) hacia la izquierda y, por el
otro, el achatamiento de su rama superior, lo que puede verse en las simulaciones representadas
en la figura 6.37. El desplazamiento hacia al izquierda conlleva mejoras, al menos en lo que a
193
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
40 100
h3
35
h 2F
h2
30 75
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
h 1=h 2
GA (%)
20 50
15
GA L
h 3-h 2
10 25
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.37. Simulaciones de LLHPRP con los valores de la tabla 6.12, salvo x0P = 5,36·10-3 m, en
trazo continuo y, salvo K13P0 = 25.000 y x0P = 5,05·10-3 m, en trazo discontinuo. En
ambos casos la llave está antepuesta a una unidad con CD = 1,75·10-3 m2,5/s y ∆z = 0 m.
Por este motivo, parece lógico instalar una llave de aguja en el circuito de control, concretamente
entre la toma de aguas arriba y el piloto, tal y como hacen muchos fabricantes de este tipo de
elementos.
La influencia que el valor de los parámetros K13P0 y K32P0 pueda tener sobre los tiempos de
apertura y cierre, así como el correspondiente al pasar de una situación de equilibrio a otra, se
estudian en el apartado 6.7 relativo al régimen variable.
En las figuras 6.36 y 6.37, se han representado las curvas h3-h2(h1) y, en cada caso, puede
observarse que existe una zona de transición, en la que se pasa de un tramo aproximadamente
rectilíneo horizontal a otro también aproximadamente rectilíneo aunque con pendiente
apreciable. Dicha zona de transición está próxima al punto h1p de proyecto y, además, con la
ventaja de que el cambio que se produce en dicha curva es relativamente brusco, lo que es
presumible que pueda detectarse en campo. Luego esta zona puede aceptarse como aproximación
al punto de funcionamiento en condiciones de proyecto en campo, con objeto de ser identificada
194
Capítulo 6. Resultados
En la figura 6.38, se muestran los elementos necesarios para llevar a cabo el procedimiento que
se propone en este trabajo, y que se explica a continuación, de ajuste del tornillo compresor del
muelle del piloto de una LLHPRP antepuesta a una unidad de riego.
Tornillo del
piloto de
dos vías
Ll2 Ll3
Manómetro
diferencial M1
p3
p1 p2
Q
Unidad de riego a
presión
Figura 6.38. Esquema de elementos y montaje necesario para ajustar LLHPRP antepuesta a una
unidad de riego a presión.
En principio, el procedimiento es válido para cada posición tanto de la llave de aguja Ll2, como
de la llave Ll3. La misión que cumple Ll2, en régimen permanente, es la de mejorar los
resultados de la regulación, como ya se ha visto en este mismo apartado. Ll3 es la encargada de
ejecutar la operación de apertura y cierre de la LLHPRP. Ya se ha analizado, también en este
apartado y para régimen permanente, que es conveniente que esta llave se encuentre
completamente abierta y que produzca la menor pérdida de carga posible. En el caso de emplear
195
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
técnicas de telemando para realizar la operación de apertura y cierre, dicha llave suele ser una
electrollave, por lo que, en condiciones normales de funcionamiento, nunca estará parcialmente
abierta.
Hay que tener presente que, una vez realizado el ajuste, la posterior manipulación de la llave de
aguja Ll2 modificará la curva de funcionamiento. Por lo tanto, la manipulación de ésta habrá que
hacerla previamente al ajuste del tornillo del piloto.
El procedimiento consiste en tomar las lecturas de h2 y (h3-h2) y, mediante comparación con los
valores de referencia h2p y (h3-h2)0, respectivamente, establecer las acciones a realizar sobre x0P y
Ll1. El subíndice 0 aplicado a (h3-h2) hace referencia a la situación en la que el elemento de cierre
del piloto no ha comenzado a cerrarse aún.
En primer lugar, se ha de comprimir el muelle del piloto lo suficiente como para asegurar que
éste se encuentre completamente abierto. Entonces se toma la lectura (h3-h2)0 en el manómetro
M1. En caso de que una presión excesiva pueda dañar alguno de los elementos de la unidad de
riego, previamente se habrá manipulado Ll1 hasta conseguir en M2 una lectura suficientemente
baja.
196
Capítulo 6. Resultados
En la primera columna de la tabla 6.13 se muestra una interpretación gráfica de lo que se observa
en los manómetros M1 y M2. Los círculos indican el punto de funcionamiento observado, las
líneas de trazos representan las curvas de funcionamiento a las que pertenece dicho punto y, por
último, las líneas continuas se corresponden con las curvas de funcionamiento deseadas. A estas
últimas pertenecen los puntos representados con triángulos, que son los puntos de
funcionamiento de proyecto.
Acción a
Interpretación gráfica Se observa
realizar
40 100
h2 h 2F
h 2p= 30 75
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
h2 < h2p
GA (%)
20 h 1=h 2 50
y Abrir Ll1
15 (h3-h2) ≈ (h3-h2)0
h 3-h 2
GA P
10 GA L 25
Aumento de h 3-h 2
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
40 100
h2 h 2F
h 2p= 30 75
25
h 20
Aumentar
h 2(m), h 3(m)
h2 < h2p
GA (%)
h 1=h 2
20 50
x0P
y
15 (h3-h2) > (h3-h2)0 (comprimir
GA P
h 3-h 2 el resorte)
10 GA L 25
5 Aumento de h 3-h 2
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
197
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
h2 h 2F
h 2p= 30 75
25
h 20
h 2(m), h 3(m)
h2 > h2p
GA (%)
20 h 1=h 2 50
y Cerrar Ll1
15 (h3-h2) ≈ (h3-h2)0
h 3-h 2
GA P
10 GA L 25
Aumento de h 3-h 2
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
40 100
h2 h 2F
h 2p= 30 75
25
h 20 Disminuir
h 2(m), h 3(m)
20 h 1=h 2 50
y (descompri-
15 (h3-h2) > (h3-h2)0 mir el
resorte)
h 3-h 2
GA P
10 GA L 25
5
Aumento de h 3-h 2
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Tabla 6.13. Acciones a realizar en el ajuste del tornillo compresor del resorte del piloto de una LLHPRP.
Una vez que pequeñas maniobras realizadas sobre x0P produzcan un aumento significativo de
h3-h2, a la vez que se mantiene h2 próxima a h2p, el proceso de ajuste habrá terminado. Se dejará
el tornillo compresor del resorte del piloto en la posición en la que se aprecie el comienzo de
dicho aumento de h3-h2.
Puesto que antes se ha visto que interesa que K32P0 tenga el valor más pequeño posible y, como
consecuencia de ello, es de prever que (h3-h2)0 sea también relativamente pequeño, puesto que
dicha diferencia es la pérdida de carga con el piloto completamente abierto. No ha sido posible
cuantificar el cambio significativo en h3-h2. No obstante, y con base en los resultados que
proporciona el modelo, se sugieren valores orientativos para dicho incremento incluso del
100 %, cuando la lectura inicial de M1 sea muy pequeña y, si esta lectura es mayor, es
conveniente no llegar a tal valor, sino quedarse con un 10 o 20% de incremento.
198
Capítulo 6. Resultados
Por último, una vez ajustada la posición del tornillo que determina x0P, opcionalmente y a modo
de comprobación, pueden obtenerse algunos puntos de la curva h2(h1) mediante la manipulación
de Ll1, junto con la alternancia de la posición de la llave Ll4 de tres vías, que permite tomar la
lectura de h2 o h1. La toma de estas lecturas podría contribuir a refinar el proceso o, en su
defecto, a comprobar que el proceso de ajuste se ha realizado satisfactoriamente.
Por otro lado, y tomando el caso de los reguladores de presión de acción directa, la curva GA(h1),
que muestra la posición del opérculo en función de la altura de presión aguas arriba del
dispositivo, no presenta un máximo. Esto puede verse en las simulaciones de las figuras 5.21a,
5.22a y 6.39, ésta última realizada con los valores de la tabla 6.5, excepto x0 = 1,785·10-2,
CD = 3,12·10-4 m2,5/s y ∆z = 0 m. Los parámetros relativos a la ecuación de desagüe se han
escogido de manera que, a una altura de presión h2 = 30 m, la velocidad nominal sea igual a
1,5 m/s. En lo que respecta al valor de x0, se trata inmediatamente.
199
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
40 1,0
h 2F 0,9
35
h 1=h 2
h2 0,8
h 2p= 30
0,7
25
h 20 0,6
h 2(m), hf (m)
GA
20 hf 0,5
0,4
15
0,3
10
GA
0,2
5
0,1
h 1p
0 0,0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
Figura 6.39. Simulación de RPAD, antepuesto a unidad de riego a presión, con el modelo del apartado
5.3.3 y los datos de la tabla 6.5, excepto x0 = 1,785·10-2, CD = 3,12·10-4 m2,5/s y ∆z = 0.
200
Capítulo 6. Resultados
40 1,0
0,9
35
h 2F
h 1=h 2 0,8
h 2p= 30 h2
0,7
25
0,6
h 2(m), hf (m)
h 20
GA
20 0,5
hf
0,4
15
0,3
10
GA 0,2
5
0,1
0 0,0
h 1p
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
(a)
40 1,0
h 2F
h 1=h 2 0,9
35
h2
0,8
h 2p= 30
0,7
h 20
25
0,6
h 2(m), hf (m)
hf
GA
20 0,5
0,4
15
0,3
10
GA
0,2
5
0,1
0 0,0
h 1p
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60 65 70 75 80
h 1(m)
(b)
Figura 6.40. Simulaciones con los mismos valores que los empleados en la figura
6.39, excepto para x0. a) con x0 = 1,620·10-2 m, b) con x0 = 1,985·10-2 m.
Comparando las figuras 6.39, 6.40(a) y 6.40(b), puede apreciarse como existe una contraposición
entre calidad de regulación y necesidades energéticas de proyecto, marcadas por h1p, en la boca
de riego.
En caso de contar con la información que la figura 6.18 proporciona, que podría tener origen
comercial de catálogo o proceder de ensayos propios, se puede entrar en el eje de abscisas con un
valor11 de GA, en principio adoptado de manera arbitraria por el proyectista, y obtener el
11
Como recomendación podría pensarse en valores en torno a 0,5.
201
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
coeficiente de pérdida de carga K. Con este coeficiente y las variables de proyecto h2p y Qp,
queda determinado h1p.
El procedimiento para ajustar la compresión inicial del muelle del RPAD se describe a
continuación. Los elementos necesarios aparecen entre los mostrados en la figura 6.38 para el
caso de una LLHPRP. De esta forma, serían necesarios la llave Ll1, por un lado, y dos
manómetros M1 y M2 para medir h1 y h2, respectivamente, por el otro.
En este apartado, con ayuda de los modelos en régimen permanente, se analiza cómo influyen
algunos componentes de los elementos de una llave hidráulica con piloto regulador de presión
LLHPRP sobre su funcionamiento. Los valores de los parámetros de la tabla 6.12 se utilizan para
202
Capítulo 6. Resultados
establecer una LLHPRP patrón y, con base en la misma, comparar mediante simulaciones la
influencia del parámetro correspondiente en cada caso.
Para realizar la comparación entre casos diferentes, resultado de modificar un parámetro del
modelo, se propone ajustar el tornillo del piloto, cuya acción se caracteriza con el parámetro x0P,
de manera que, en ambos casos, la presión aguas abajo de la llave para la situación de proyecto
h2p sea la misma. De esta manera, el hecho de cambiar un parámetro de la llave implica que es
necesario cambiar también x0P. Dicho de otra forma, aunque se cambie un parámetro, debe
cambiarse otro para que la llave siga cumpliendo sus objetivos de proyecto.
Por otro lado, la selección del valor del parámetro x0P se realiza de acuerdo con el procedimiento
propuesto en el apartado 6.5. Por esta razón, algunos de los resultados de los análisis de la
influencia de los parámetros van a estar condicionados por el punto de funcionamiento de
proyecto (h1p, h2p) que se elija. En estos casos, y ya en los apartados específicos, se incluyen los
comentarios oportunos.
Diámetro nominal
El tamaño de una llave repercute de manera importante sobre su coste. Por tanto, aparentemente,
el problema de elección del tamaño de la llave es un problema de tipo económico, en el que
existe un coste de energía debido a las pérdidas de carga y otro de inversión en la adquisición de
la propia llave. La suma de ambos costes determinaría una función con un mínimo a resolver que
sería la solución del problema.
Ahora bien, cuando se presupone que una llave hidráulica trabaja completamente abierta, lo
anteriormente expuesto tiene validez. Sin embargo, cuando a una llave se le dota de regulador de
presión, como es el caso aquí estudiado, no tiene porqué trabajar siempre completamente abierta.
El tamaño de una llave, caracterizado por su diámetro nominal Dn, influye sobre la velocidad
nominal y ésta, a su vez, sobre la pérdida de carga. Con base en esto último, el problema se
enfoca desde otro punto de vista, de manera que se determina el gasto máximo aconsejable para
una unidad de riego (caracterizada con CD) a la que anteponer una LLHPRP previamente
seleccionada.
203
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Se simula una LLHPRP con los parámetros de la tabla 6.12, excepto aquellos que se detallan,
con dos condiciones de límite aguas abajo diferentes, de manera que ambas representan unidades
de riego con una presión de trabajo de proyecto h2p = 30 m. CD ha sido elegido, en ambos casos,
de modo que, cuando la primera trabaja sometida a la presión mencionada el gasto
correspondiente determina una velocidad nominal Un = 1 m/s y en la segunda, al someterla a la
misma presión, la Un resultante es de 4 m/s. Los resultados de dichas simulaciones se muestran
en la figura 6.41.
35 100
Para h 2 = 30 m
U n = 1 m/s
h2(h1) h2
30
U n = 4 m/s
h2(h1)CDalto
75
25
20
h 2(m)
GA (%)
50
15
10
25
GA L
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.41. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P, CD y ∆z = 0. El
trazo continuo se corresponde con x0P = 5,340·10-3 m y CD = 0,831·10-3 m2,5/s, y el
discontinuo con x0P = 5,367·10-3 m y CD = 3,324·10-3 m2,5/s.
El valor de x0P ha sido elegido en ambos casos basándose en el criterio expuesto en el apartado
6.5.
Dejando aparte los aspectos que el modelo no contempla, como podría ser la cavitación, puede
observarse que las curvas h2(h1) son parecidas. Únicamente se diferencian en el tramo en el que
la llave no se ha abierto aún hasta su punto máximo. En los casos representados, para alcanzar la
altura de presión h2p = 30 m, es necesaria una altura de presión aguas arriba de la llave mayor en
el caso de mayor velocidad nominal. En este caso, dicha diferencia de altura de presión es del
orden de 1 m.
204
Capítulo 6. Resultados
En la figura 6.42, se muestran los resultados de dos simulaciones que se diferencian en que en
una de ellas se produce la abertura completa de la llave. La de trazo discontinuo ya ha sido
representada en la figura 6.41 y sirve para comparar resultados.
35 100
Para h 2 = 30 m
U n > 4 m/s
h2(h1) h2
30
U n = 4 m/s
h2(h1)CDalto
75
25
20
h 2(m)
GA (%)
50
15
10
GA L 25
5
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.42. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P, CD y ∆z = 0. El
trazo continuo se corresponde con x0P = 5,367·10-3 m y CD = 3,500·10-3 m2,5/s, y el
discontinuo con x0P = 5,367·10-3 m y CD = 3,324·10-3 m2,5/s.
Permitir que el agua circule con una velocidad lo suficientemente grande como para que la llave
se abra completamente implica aumentar el valor de h1p. Dependiendo de la red de distribución y
205
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
de los tramos implicados en cuestión, este aumento podría tener consecuencias económicas o no
tenerlas. No obstante, una vez que la llave trabaja completamente abierta, un aumento de la
velocidad implica que las pérdidas de carga aumentarán también con el cuadrado de ésta, lo que
hace que no sea recomendable el superar excesivamente aquella velocidad para la que la abertura
de la llave es máxima. A esto último, se une el hecho de que los problemas debidos a la posible
cavitación se verían incrementados. No obstante, no es necesario llevar las cosas a tal extremo.
El hecho de proyectar la LLHPRP para que trabaje abierta con un grado de abertura
suficientemente grande, aunque menor que el 100%, en condiciones de proyecto, es una opción
razonable, de manera que el coeficiente de pérdida de carga, según la curva KL(GAL), no se
incremente considerablemente.
Por otro lado, puede apreciarse como la curva de regulación, y sobre todo el tramo en el que la
llave regula, no es muy diferente en los diferentes casos planteados. Es por ello que, como
aplicación práctica, en el caso de tener un conjunto de bocas de riego con cota similar no es
necesario disponer en cada una de ellas de una LLHPRP, sino que puede disponerse uno en un
tramo común sin que la calidad de la regulación se vea sensiblemente afectada.
El parámetro πL3 es una relación adimensional entre la superficie del diafragma A3, o en su caso
pistón, y A1, superficie equivalente del empuje originado por p1. Un diafragma relativamente
grande en relación con el opérculo implica que el parámetro en cuestión también debe serlo.
En la figura 6.43 se muestran dos simulaciones de LLHPRP con diferente relación πL3. En
ambas, x0P ha sido seleccionado con objeto de tener un valor para h2p = 30 m.
206
Capítulo 6. Resultados
35 100
h 2max
h2
30
πL3=1,624 75
25
h 2min
πL3=1,543
20
h 2(m)
GA (%)
h 1=h 2
50
15
10
25
5
GA P
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.43. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto πL3, x0P,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con
x0P = 5,340·10-3 m y πL3= 1,624, y el discontinuo con x0P = 4,900·10-3 m y πL3 =1,543.
Puede apreciarse, como en principio cabía esperar según la ecuación (5-34), que la llave abre
más cuanto menor sea πL3. Por lo tanto, será necesaria menos altura de presión de proyecto h1p
cuanto menor sea el tamaño del diafragma de la llave.
En lo que a calidad de regulación de la presión se refiere, observando las curvas de la figura 6.43
puede deducirse que, hasta h1 ≈ 42 m, que se corresponde con h2 = h2p = 30 m, es preferible la
curva de trazo discontinuo a la de trazo continuo. El porqué es preferible la curva de regulación
hasta el valor de h1 mencionado se trata en el apartado 6.6.2, precisamente cuando se estudia la
influencia de h1 en el comportamiento del piloto. Con ciertas limitaciones, que se van a analizar
a continuación, puede decirse que conviene que πL3 sea pequeño.
Por otro lado, para unas condiciones de funcionamiento dadas, πL3 tiene un mínimo, de manera
que, en caso de rebasarse éste, la llave no se cierra. Conviene tener presente que el resorte de la
llave contribuye al cierre y, por lo tanto, es presumible que su uso permita corregir este
inconveniente hasta cierto punto. Un análisis aproximado del valor mínimo aconsejable para πL3
puede hacerse a partir de la ecuación (5-34). Las alturas de presión h1 y h2 contribuyen a abrir el
opérculo de la llave mediante sus correspondientes empujes y h3, además de ser la causa de otro
empuje con tendencia a cerrarlo, tiene un valor intermedio entre las dos primeras, como se
207
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
desprende de las ecuaciones (5-42) y (5-43). La situación más comprometida para conseguir el
cierre del opérculo es aquella en la que el valor de h2 es máximo, caso que se dará cuando la
pérdida de carga en la llave sea pequeña, y tendrá un valor muy próximo a h1. Teniendo en
cuenta que h3 ha de tener un valor intermedio entre h1 y h2, la situación en cuestión se dará
cuando h1 ≈ h2 ≈ h3. A pesar de que el muelle contribuye al cierre, en caso de despreciar sus
efectos se obtiene:
π L3 ≥ 1 + π L2
ó (6-6)
A3L ≥ A1L + A2L
Esta relación ha de cumplirse para que la llave hidráulica pueda realizar la operación de cierre
sin la contribución adicional de un resorte.
Puede verse en los valores experimentales de la tabla 6.12 cómo se cumple aproximadamente la
relación (6-6) en el sentido estricto de la igualdad. En este caso, el papel que le corresponde al
resorte es el de proporcionar una fuerza adicional que contribuya al cierre y que contrarreste
alguna fuerza ocasional que pudiera surgir, como por ejemplo, la fuerza de rozamiento estática.
A pesar que la disminución del parámetro πL3 proporciona resultados más atractivos, aunque
impone el límite máximo antes mencionado de h1, no es conveniente incumplir la relación (6-6)
por motivos de seguridad en el cierre de la llave.
Por otro lado, el modificar πL3 sin que varíe πL2, o lo que es lo mismo, modificar AL3 sin hacerlo
también en AL2, puede no ser físicamente posible, a no ser que se conciba la llave de manera
distinta a como se ha venido presentando hasta ahora.
En lo que respecta a régimen variable, en la expresión (5-53), puede verse que la velocidad de
desplazamiento del opérculo es inversamente proporcional a este parámetro en cuestión.
También, respecto a los modelos de régimen variable, puede verse en la expresión (5-61) que la
velocidad de cierre es inversa al valor de A3L. Dicha expresión, correspondiente al modelo de
cierre simplificado de una llave hidráulica, y el modelo de LLHPRP en régimen variable se
analizan con el detalle requerido en el apartado 6.7.
208
Capítulo 6. Resultados
2 2
⎛ 1 ⎞⎟ ⎛ 1 ⎞⎟
K 1 ⎜1 − K 1 ⎜1 −
⎜ K1 ⎟⎠ ⎜ K1 ⎟⎠
rK = ⎝ = ⎝
(6-7)
K (GAL = 1) ⎛ 1 ⎞
2
K 0 + K 1 ⎜1 − ⎟
⎜ K1 ⎟
⎝ ⎠
En la figura 6.44 se muestran dos simulaciones correspondientes a dos valores del coeficiente de
distribución de pérdida de carga rK diferentes.
35 100
h 2max
h2
30
rK=0,055 75
25
h 2min
rK=0,95
20
h 2(m)
GA (%)
h 1=h 2
50
15
10
25
5
GA P
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.44. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto Κ0, K1,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con K0 = 5,16 y
Κ1 = 2,39, dando un rK = 0,055, y el discontinuo con K0 = 0,27 y Κ1 = 10,74, que dan
un rK = 0,95. En ambos casos K(GAL = 1) = 5,46.
Puede observarse que la influencia relativa de ambos parámetros no influye sobre la curva de
regulación. La única diferencia que se observa consiste en que la llave se abre más cuanto mayor
209
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
sea la relación rK. La única conclusión que se desprende de esto, es que la distribución de la
pérdida de carga en los elementos de la llave no influye en la curva de regulación. Únicamente
influye sobre la curva GAL(h1).
En régimen variable, el hecho que la llave se abra más puede presentar la ventaja de que el cierre
ha de producirse de manera más gradual, puesto que ha de entrar un volumen mayor en la
cámara superior.
Por su efecto en la posible cavitación, también puede ser interesante que la llave esté lo más
abierta posible con la finalidad que las velocidades puntuales en las proximidades del opérculo
no sean excesivamente grandes.
El aumento de la pérdida de carga n veces, manteniendo rK, es equivalente a hacer circular más
caudal n veces, como se puede ver en:
si K ' = n ⋅ K , entonces
K '⋅
U2
= n⋅K ⋅
U2
=K⋅
( n ⋅U )
2
=K⋅
U '2
(6-8)
2g 2g 2g 2g
y U ' = n ⋅U
Este aumento del coeficiente de pérdida de carga ya ha sido analizado con anterioridad, en este
mismo apartado, cuando se ha tratado el tema del diámetro nominal.
210
Capítulo 6. Resultados
35 100
h 2max
h2
30
πP2=0,134 75
25 h 2min
πP2=0
20 h 1=h 2
h 2(m)
GA (%)
50
15
10
25
5
GA P
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.45. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P, πP2,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con
x0P = 5,340·10-3 m y πP2 = 0,134, y el discontinuo con πP2 = 0 y x0P = 4,520·10-3 m.
Al igual que en el resto de casos dedicados al análisis de parámetros, el valor de x0P ha sido
elegido para que la LLHPRP regule a una altura de presión h2p = 30 m, con GAL máximo.
Las dos curvas h2(h1) mostradas en la figura 6.45 se diferencian en el parámetro πP2. Desde el
punto de vista de la calidad de la regulación, y sólo si el punto de funcionamiento de proyecto es
elegido con el criterio usado hasta ahora, es preferible la regulación correspondiente con el trazo
continuo, ya que, dentro de los límites representados, la altura de presión h2 está siempre más
próxima al valor de h2p = 30 m deseado. En lo que respecta a las curvas GAL(h1) y GAP(h1) sólo
puede decirse que apenas se pueden apreciar cambios.
La conclusión aparente que puede sacarse de las curvas de la figura, junto con lo dicho en el
párrafo anterior, consiste en que es preferible que πP2 sea mayor que cero, de manera que la
curva h2(h1) tenga pendiente descendente. Un intento de cuantificación del valor de dicho
parámetro, o lo que es equivalente, para qué condiciones sería adecuado un determinado valor
del mismo, se analiza a continuación. Para ello, se ha simulado una misma llave con dos pilotos,
con valores de πP2 diferentes, y en particular, uno el doble que el otro. Estas simulaciones se
muestran en la figura 6.46.
211
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35 100
h 2max
30 h2
πP2=0,134 75
25
πP2=0,267 h 2min
20 h 1=h 2
h 2(m)
GA (%)
50
15
Intervalo de presión
adecuada aguas arriba
10
25
5
GA P
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.46 Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P, πP2,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con
x0P = 5,340·10-3 m y πP2 = 0,134, y el discontinuo con πP2 = 0,267 y x0P = 6,164·10-3 m.
En principio, no parece lógico que h2 sea menor que h2p cuando h1 sea mayor que h1p, puesto
que, en tal caso y ejecutándose el control del riego por tiempo, supondría la aplicación de una
lámina de riego menor que la prevista en proyecto, lo que presumiblemente tendría incidencia
sobre la producción del cultivo a pesar del nivel energético suficiente que proporciona h1.
Con base en esto último, el piloto de la LLHPRP con πP2 = 0,134 sería adecuado para una boca
de una red de riego en la que pudiera darse una altura de presión h1 de hasta 60 m. Por otro lado,
si a esa misma llave se la dota de una piloto regulador de presión con πP2 = 0,267 sería más
adecuada para una boca en la que se pudiera tener una altura de presión h1 de hasta unos 46 m.
En caso de que πP2 sea nulo, o suficientemente pequeño como para que la curva h2(h1) en la zona
de regulación sea prácticamente horizontal, se propone elegir un punto de funcionamiento de
proyecto diferente del usado hasta ahora. En la figura 6.47, se pueden observar dos simulaciones
que se corresponden con las de la figura 6.45 y que, en este caso, se ha variado únicamente el
valor de x0P correspondiente al caso de πP2 = 0. Se ha disminuido el valor de x0P con objeto de
obtener una curva h2(h1) más adecuada para la altura de presión de proyecto h2p = 30 m.
212
Capítulo 6. Resultados
35 100
h 2max
30 h2
75
25
h 2min
πP2=0,134
20 h 1=h 2
πP2=0
h 2(m)
GA (%)
50
15
Intervalo de presión
adecuada aguas arriba
10
25
5 GA L
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.47. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto x0P, πP2,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con
x0P = 5,340·10-3 m y πP2 = 0,134, y el discontinuo con πP2 = 0 y x0P = 3,947·10-3 m.
Como conclusión a los resultados expuestos en esta última figura, y en relación con la 6.45, sólo
puede decirse que, en caso de que el piloto de la llave le proporcione a ésta un comportamiento
como si el parámetro πP2 fuese nulo o suficientemente pequeño, conviene seleccionar un grado
de compresión del resorte menor que el que se obtendría de la selección del punto de
funcionamiento propuesto en este trabajo.
El muelle del piloto, caracterizado por la constante recuperadora kP, interviene en el parámetro
πP1 [ver ecuación (5-38)].
En la figura 6.48 se han representado los resultados de dos simulaciones de una LLHPRP con
diferentes muelles en el piloto, y las constantes recuperadoras se han seleccionado de manera que
la relación entre valores del parámetro πP1 sea dos. Tal y como se ha venido haciendo en este
apartado, se ha elegido el valor de x0P para una h2p = 30 m.
213
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35 100
h 2max
30 h2
˜ π P1·C P
πP1=5.654 75
25
πP1=2.827 h 2min
20 h 1=h 2
h 2(m)
GA (%)
50
15
Intervalo de presión
adecuada aguas arriba
10
25
5
GA P
GA L
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.48. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 65.12, excepto x0P, πP1,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con
x0P = 5,340·10-3 m y πP1 = 5.654, y el discontinuo con πP1 = 2.827 y
x0P = 11,649·10-3 m.
A la vista de los resultados arriba mostrados, en los que las líneas de trazo discontinuo se
corresponden con un valor de πP1 que es la mitad que en el caso de las líneas de trazo continuo,
puede decirse que, con la disminución del valor de πP1, la calidad de la regulación mejora y, a la
vez, el intervalo en el que la regulación puede aceptarse como razonable se reduce, como ocurría
en el apartado anterior. Así mismo, el valor de x0P necesario para un determinado valor de h2p se
ve incrementado, lo que obliga a que la longitud del resorte correspondiente permita esa mayor
compresión inicial.
El valor máximo de h1 que pueda tenerse en una determinada boca de riego delimita el intervalo
en el que la LLHPRP ha de trabajar y, con base al mismo, puede ser determinada la constante
recuperadora del muelle que le conviene al piloto.
Por otro lado, conviene tener presente que, sobre el intervalo mencionado, también influye el
parámetro πP2, como ya se ha visto en el apartado anterior. A la vista de los resultados de ambos
apartados, y con objeto de mejorar la calidad de la regulación, puede afirmarse que es
conveniente elegir el muelle de menor kP que proporcione el intervalo de presión aguas arriba
más adecuado a las condiciones de servicio en una determinada boca.
214
Capítulo 6. Resultados
2 2
⎛ 1 ⎞⎟ ⎛ 1 ⎞⎟
K 32 P1 ⎜1 − K 32 P1 ⎜1 −
⎜ K1 ⎟⎠ ⎜ K 32 P1 ⎟⎠
= ⎝ = ⎝
rK 32 (6-9)
K 32 (GAL = 1) ⎛ 1 ⎞
2
K 32 P 0 + K 32 P1 ⎜1 − ⎟
⎜ K 32 P1 ⎟
⎝ ⎠
En la figura 6.49 se muestran dos simulaciones correspondientes a dos valores de la relación rK32
de distribución de pérdida de carga diferentes.
35 100
h 2max
30 h2
rK32=0,053 75
25
rK32=0,018
h 2min
20 h 1=h 2
h 2(m)
GA (%)
50
15
Intervalo de presión
adecuada aguas arriba
10
25
5 GA L
GA P
0 0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50 55 60
h 1(m)
Figura 6.49. Simulaciones de LLHPRP con los datos de la tabla 6.12, excepto K32P0, K32P1, x0P,
CD = 0,831·10-3 m2,5/s y ∆z = 0. El trazo continuo se corresponde con x0P = 5,34·10-3,
K32P0 = 862,8 y K32P1 = 62,90, dando un rK32 = 0,053, y el discontinuo con
x0P = 5,14·10-3, K32P0 = 894,8 y K32P1 = 25,00, que dan un rK32 = 0,018. En ambos casos
K32P(GAP = 1) = 910,8.
215
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Con propósito informativo únicamente, conviene tener presente que, en el parámetro K32P0
quedan incluidas tanto las pérdidas de carga independientes de la posición del opérculo del piloto
en el circuito de control.
En la figura 6.49, puede apreciarse que la disminución del valor del parámetro K32P1, que
considera la pérdida de carga que dependen del opérculo del piloto, o lo que es lo mismo, el
aumento de K32P0, que considera la pérdida de carga en los elementos fijos aguas abajo de la
cámara de la llave en el circuito de control, mejora la calidad de la regulación, aunque disminuye
el intervalo de presión adecuada aguas arriba.
Para llevar a cabo el contraste experimental de dicha simplificación, se realiza una maniobra de
cierre de una llave hidráulica Bermad serie 700 de 3” con piloto regulador de presión, instalada
en el banco de ensayo cuyo esquema puede verse en la figura 5.1. La configuración de la llave
puede verse en la figura 6.19, y es la misma que se ensayó para el contraste del modelo en
régimen permanente, cuyos resultados pueden verse en el apartado 6.4. El cierre de la llave
hidráulica se realiza mediante el cierre de una llave de accionamiento manual situada en posición
similar a la llave Ll de la figura 3.7(a). Esta última llave se encuentra situada en el circuito de
control, concretamente entre la cámara superior y la sección aguas abajo de la llave principal, y
su misión es la de interrumpir el flujo de salida de agua de la cámara mencionada. Es de esfera,
de manera que el cierre se consigue con un cuarto de giro, lo que, unido a su tamaño nominal de
3/8”, hace que la interrupción del gasto saliente de la cámara de la llave durante los cierres
realizados en los ensayos pueda considerarse como instantánea.
Con objeto de mantener la altura de presión constante aguas arriba de la llave a ensayar, se
cuenta con el control automático en lazo cerrado que proporciona el variador de frecuencia. En la
216
Capítulo 6. Resultados
figura 5.1, puede verse que el transductor de presión con el que se realiza el control mencionado
está situado inmediatamente aguas abajo de la bomba. La consecuencia de esto último es que, a
pesar de tener la presión aguas abajo de la bomba regulada, la presión en la sección aguas arriba
de la llave a ensayar va a diferir de esta en las pérdidas de carga y el desnivel entre dichas
secciones. En las simulaciones llevadas a cabo con el modelo simplificado de la maniobra de
cierre, se considera como altura de presión constante aguas arriba de la llave a ensayar el valor
de ésta en régimen permanente, justo la del instante previo a la maniobra mencionada. Por este
motivo, la diferencia de cotas entre dichas secciones no va a representar variación alguna sobre
el cumplimiento de la hipótesis h1 = cte; sin embargo, las pérdidas de carga sí.
Se simulan las operaciones de cierre con los parámetros obtenidos para la llave hidráulica
Bermad serie 700 de 3”, en el apartado 6.4, correspondiente a su simulación en régimen
permanente cuando está dotada de un piloto regulador de presión, o sea, configurada como
LLHPRP. Sólo cambian los correspondientes a las condiciones de límite, que son CD, ∆z y h1.
No obstante, puesto que ∆z representa la diferencia de cotas entre el transductor de presión de
aguas abajo y el nivel libre en la descarga, dicho parámetro se mantiene con el valor igual a
-0,254 m de la tabla 6.12, puesto que la instalación de ensayo no se ha cambiado. El parámetro
relativo al circuito de control es el coeficiente de pérdida de carga K13P(GAP = 1) entre la sección
de aguas arriba y la cámara superior de la llave hidráulica. Su valor se ha calculado con la
expresión (5-11) y los valores K13P1 y K13P2 de la tabla 6.12, dando un resultado de 5.352 referido
a una sección nominal de diámetro 8 mm.
En lo que respecta a la llave hidráulica propiamente dicha, los valores de πL1, πL2, πL3, CL, x0L,
KL0 y KL1, estos dos últimos referidos a una sección nominal de 3”, se han tomado también de la
tabla 6.12. Por último, el valor de la sección equivalente de empuje en la cámara superior A3L,
necesario en el modelo, se ha obtenido a partir del valor de CL y el del volumen Vc de la cámara
superior, este último obtenido en las mediciones representadas en la figura 5.11b. El cociente
entre ambos valores arroja un valor para A3L de 1,0571·10-2 m2.
La expresión (5-62) se corresponde con una llave en la que la relación πL2/πL3 tiende a cero, con
lo que la integral es exacta, debido a que el término b(xL) es nulo. La expresión (5-63) permite
realizar la integración mediante incrementos finitos evaluando en cada incremento el valor de
b(xL). De acuerdo con los resultados experimentales obtenidos, que se pueden ver en este mismo
apartado, el considerar el término mencionado como nulo no da resultados simulados que puedan
calificarse de satisfactorios, por lo que no se muestran dichas simulaciones. El hecho de que la
217
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
relación πL2/πL3 no sea suficientemente próxima a cero permite explicar esto último. Por este
motivo, el modelo que se usa para simular la maniobra de cierre es el correspondiente a la
expresión (5-63).
En las simulaciones, una vez estimado el valor de xL en cada instante, se calcula el valor de h3
con la ecuación (5-58) y el de h2 con la ecuación (5-59).
A partir de los resultados de los ensayos, que pueden verse en las figuras 6.50a a 6.52c, se han
calculado las condiciones de límite h1, CD y la inicial GAL0. Este último parámetro indica el
grado de abertura inicial del opérculo antes de producirse la maniobra de cierre, y que
multiplicado por CL determina el valor xI introducido en el modelo como condición inicial.
Puesto que se trata de una maniobra de cierre, el valor final de la integración es xF = 0. También
se han determinado, de manera aproximada, los tiempos de cierre observados en la evolución de
la variable GAL en los resultados experimentales que, a su vez, son comparados con los valores
proporcionados por el modelo en forma de error relativo εr, definido por:
t modelo − t observado
εr = (6-10)
t observado
218
Capítulo 6. Resultados
34 100%
h1
90%
29
80%
h3
24
70%
U n = 2,41 m/s
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
19
h2
GA L(%)
50%
14
40%
GA L
30%
9
20%
10%
-1 0%
8 10 12 14 16 18 20 22 24
t (s)
Figura 6.50a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=29,9 m, CD=2,20·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,366 en situación de regulación de presión.
219
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
34 100%
h1
90%
29
80%
24
70%
U n = 1,62 m/s
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
h3 60%
19
GA L(%)
50%
14
40%
h2 30%
9
20%
GA L 10%
-1 0%
8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18
t (s)
Figura 6.50b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=31,4 m, CD=1,47·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,218 en situación de regulación de presión.
34 100%
h1 90%
29
80%
24
70%
U n = 1,19 m/s
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
h3 60%
19
GA L(%)
50%
14
h2 40%
30%
9
20%
4
GA L
10%
-1 0%
8 9 10 11 12 13 14 15 16
t (s)
Figura 6.50c. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=31,9 m, CD=1,08·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,145 en situación de regulación de presión.
220
Capítulo 6. Resultados
29 100%
90%
h1
24
80%
70%
h3
19
h2
U n = 2,36 m/s
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
GA L(%)
14 50%
40%
9 GA L
30%
20%
4
10%
-1 0%
8 10 12 14 16 18 20 22 24 26 28
t (s)
Figura 6.51a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=24,5 m, CD=2,35·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,472 en situación de regulación de presión.
29 100%
h1 90%
24
80%
70%
19
U n = 1,87 m/s
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
h3
GA L(%)
14 50%
40%
9
30%
h2
GA L 20%
4
10%
-1 0%
8 10 12 14 16 18 20 22
t (s)
Figura 6.51b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=25,3 m, CD=1,83·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,323 en situación de regulación de presión.
221
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
100%
90%
h1
19
80%
70%
14
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
h3
GA L(%)
50%
U n = 2,14 m/s
9
40%
30%
GA L h2
4 20%
10%
-1 0%
8 10 12 14 16 18 20 22
t (s)
Figura 6.52a. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=19,2 m, CD=2,97·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,321 en situación de regulación de presión.
100%
h1 90%
19
80%
70%
14
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
h3
GA L(%)
50%
U n = 1,80 m/s
9
40%
h2
30%
4 20%
GA L 10%
-1 0%
8 9 10 11 12 13 14 15 16 17
t (s)
Figura 6.52b. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=19,8 m, CD=2,25·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,217 en situación de regulación de presión.
222
Capítulo 6. Resultados
100%
h1
20
90%
80%
17
70%
14
h 1(m), h 2(m), h 3(m)
60%
h3
GA L(%)
11
50%
U n = 1,31 m/s
8 40%
30%
h2
5
20%
2 GA L
10%
-1 0%
8 9 10 11 12 13 14 15
t (s)
Figura 6.52c. Observaciones experimentales (representadas con puntos) frente a resultados del
modelo (en línea continua) de maniobra de cierre de LLHPRP en sistema con
h1=20,3 m, CD=1,33·10-3 y ∆z=-0,254, desde posición inicial del opérculo
GAL=0,125 en situación de regulación de presión.
A la vista de los resultados mostrados en las figuras anteriores, puede decirse que la predicción
del grado de abertura de la llave GAL que proporciona el modelo es satisfactoria. Respecto a las
predicciones de las alturas de presión, tanto la de aguas abajo de la llave h2 como la de la cámara
superior h3 son menos satisfactorias, aunque, en términos cualitativos, el resultado sí puede
calificarse de satisfactorio, puesto que la tendencia de ambas variables queda recogida en las
simulaciones. En cualquiera de los casos, puede apreciarse que los resultados del modelo sobre
h2 son mejores que los resultados del modelo sobre h3.
Es lógico que la curva de GAL sea la que mejor se ajuste, puesto que, como condición inicial del
modelo, se parte precisamente del valor medido de dicho parámetro, mientras que para h2 y h3 no
es así. Por otro lado, el modelo no tiene en cuenta los posibles efectos sobre la presión propios
del régimen variable, por lo que las diferencias observadas podrían achacarse a estos aspectos. El
modelo tampoco contempla los efectos de rozamiento sobre el elemento móvil de la llave,
aunque a la vista de los resultados puede decirse que estos no son determinantes, puesto que el
rozamiento, al ejercerse siempre en sentido contrario al del desplazamiento, tiende a retrasar el
cierre, lo cual no se aprecia con claridad en las maniobras realizadas. Por otro lado, la mayor
diferencia existente entre los resultados del modelo y las observaciones experimentales en el
223
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Las maniobras que a continuación se detallan se han realizado con la llave de esfera interpuesta
entre la bomba y la llave hidráulica a ensayar completamente abierta. De esta manera, como se
ha hecho en el resto de ensayos del presente trabajo, la relación (5-29) permite establecer la
condición de límite aguas arriba. Como condición inicial del ensayo el variador de frecuencia de
la bomba se ha situado con una relación de velocidad de giro N = 0,9, y la llave hidráulica a
ensayar se ha dispuesto en posición cerrada, lo que se consigue manteniendo también cerrada la
llave Ll de la figura 3.7(a). La llave de esfera situada aguas abajo de la llave hidráulica se ha
mantenido en una posición de manera que, para una altura de presión regulada de unos 20 m, el
gasto desaguado es de unos 24 m3/h, lo que se corresponde con una velocidad nominal de unos
1,5 m/s. También, mediante las observaciones experimentales y con la ayuda del modelo de
LLHPRP en régimen permanente, se ha establecido para x0P un valor de 2,8·10-3 m.
Tanto los resultados experimentales como los simulados con el modelo pueden verse en la figura
6.53.
224
Capítulo 6. Resultados
44 88%
h1
39 78%
34 h3 68%
h 1(m), h 2(m), h 3(m), Q (m /h)
3
29 58%
24 48%
GA L(%)
h2
19 38%
14 28%
Q
9 18%
4 GA L 8%
-1 -2%
0 5 10 15 20 25 30 35 40
t(s)
Figura 6.53. Contraste de modelo de LLHPRP en régimen variable. Experimentación llevada a cabo
en llave Bermad serie 700 de 3”. Las líneas muestran resultados simulados y los
puntos los resultados observados.
225
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En las figuras 6.54 (a), (b), (c) y (d), pueden verse ampliados, en lo que a escala de tiempo se
refiere, los resultados relativos a cada una de las maniobras de la figura 6.53.
44 88% 44 88%
h1
39 78% 39 78%
34 h1 68% 34 h3 68%
h 1(m), h 2(m), h 3(m), Q (m /h)
29 58% 29 58%
h3
Q
24 48% 24 48%
GA L(%)
GA L(%)
Q
h2
h2
19 38% 19 38%
14 28% 14 28%
9 18% 9 18%
GA L
4 8% 4 GA L 8%
-1 -2% -1 -2%
2 2,5 3 3,5 4 4,5 5 5,5 6 13 13,5 14 14,5 15 15,5 16 16,5 17 17,5 18
t(s) t(s)
(a) (b)
44 88% 44 88%
h1 h1
39 78% 39 78%
34 h3 68% 34 h3 68%
h 1(m), h 2(m), h 3(m), Q (m /h)
29 58% 29 58%
24 48% 24 48%
GA L(%)
GA L(%)
h2 h2
19 38% 19 38%
14 28% 14 28%
Q
Q
9 18% 9 18%
4 GA L 8% 4 GA L 8%
-1 -2% -1 -2%
24 24,5 25 25,5 26 26,5 27 38 38,2 38,4 38,6 38,8 39 39,2 39,4 39,6 39,8 40
t(s) t(s)
(c) (d)
Figura 6.54. Detalles de maniobras realizadas en el ensayo de la figura 6.53. (a) Maniobra de apertura de la llave
hidráulica. (b) Aumento de la presión aguas arriba por aumento de la velocidad de giro de la bomba.
(c) Aumento de la presión aguas abajo por disminución del coeficiente CD de la ecuación de desagüe.
(d) Cierre de la llave hidráulica.
226
Capítulo 6. Resultados
En estas cuatro figuras puede verse que, con la salvedad de lo ya comentado para las
sobrepresiones y depresiones, los resultados experimentales para h1 y h2 son satisfactorios. En lo
que a h3 y GAL respecta, se aprecia, mejor en la figura 6.53 que en las cuatro últimas, que cuando
se produce una desviación en GAL entre la simulación y la observación, también se produce en
h3. En principio, esto puede ser achacable a que parte del empuje que debería corresponder a h3
lo ejerce una posible fuerza de rozamiento estática, aunque, en el caso de GAL, también puede ser
debido a errores de medida originados por la posible holgura comentada en el apartado 5.2.3. Por
otro lado, debido a que estas desviaciones sólo se observan en las dos primeras maniobras, y
unido a la magnitud relativamente baja de las mismas, no se considera oportuno introducir
términos que consideren el rozamiento. Por último, en lo que al caudal Q respecta, se observa
que las observaciones van retrasadas con respecto a las simulaciones, lo que hace que quizá
pueda achacarse directamente a la medida. A este respecto, conviene puntualizar que el
caudalímetro empleado en este caso, un SiemensTM Sitrans F M Magflo de 3”, ha sido
configurado para que proporcione una medida cada décima de segundo, que es precisamente el
valor mínimo de su periodo de medida, con objeto de disminuir este desfase.
Como conclusión de lo mostrado en este apartado, puede decirse que el modelo de LLHPRP en
régimen variable proporciona resultados satisfactorios.
En este capítulo, con objeto de calibrar y contrastar experimentalmente los resultados que
proporcionan los modelos analíticos de las llaves hidráulicas automáticas reguladoras de presión,
se han ensayado diversos elementos. Así, se ha ido incrementando la complejidad geométrica de
los elementos ensayados conforme se ha ido desarrollando el capítulo. Se ha partido del ensayo y
contraste de estrechamientos graduales y orificios en pared delgada, para pasar después a llaves
hidráulicas. A continuación, se ha pasado al contraste de los modelos de reguladores de presión
de acción directa y de llaves hidráulicas con piloto regulador de presión. Los primeros sólo en
régimen permanente y los segundos también en régimen variable. Respecto a estos últimos, se ha
contrastado el modelo simplificado de la maniobra de cierre de una llave hidráulica. Por último,
mediante estos modelos, se ha analizado la influencia de los diferentes elementos tanto de la
propia llave como los ajenos a ésta que conforman el circuito de control sobre la curva de
regulación.
227
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En primer lugar, con el ensayo del estrechamiento gradual, los orificios aforadores y diversas
llaves, se ha confirmado que las pérdidas de carga localizadas se ven incrementadas por la
cavitación en caso de producirse ésta con la suficiente intensidad y que, en estas condiciones, el
coeficiente de pérdida de carga K se ve incrementado cuando el coeficiente de cavitación σ
adopta valores menores que un determinado valor σch. Además, en condiciones de cavitación
suficientemente intensa, el coeficiente de pérdida de carga está relacionado con el propio
coeficiente de pérdida de carga K cuando no influye ésta y con el coeficiente de cavitación σ en
la forma que muestra la expresión (5-22). Con este procedimiento, puede eliminarse la
incertidumbre acerca de la posible influencia de la cavitación sobre las pérdidas de carga en la
determinación experimental del coeficiente K. También, y en particular para el caso de formas
geométricas sencillas, como los orificios aforadores en pared delgada ensayados, el valor límite
σch del coeficiente de cavitación está relacionado con el coeficiente de pérdida de carga
localizada K, en ausencia de la influencia de la cavitación, según la relación (5-21).
Por otro lado, ya en el apartado de llaves de asiento, se ha comprobado que la expresión analítica
(5-11) o, en su defecto, la (5-10) como simplificación de ésta, proporcionan buenos resultados
para ajustar sus curvas de pérdidas de carga K(GA). Incluso se ha comprobado, también
experimentalmente, que la forma geométrica del opérculo puede ser tenida en cuenta en dicha
expresión. Para esto último, se ha ensayado una llave hidráulica con opérculo dentado. Los
valores obtenidos para el exponente n de la expresión (5-11) para los diferentes tramos de
recorrido del opérculo concuerdan con los previstos mediante el análisis de relación de la sección
de paso, que puede verse en el apartado 5.3.1.
228
Capítulo 6. Resultados
ensayos específicos. En particular, para efectuar dicha comprobación, se ha ensayado una llave
hidráulica sin muelle. Con ésta, se deduce que la expresión de equilibrio dinámico usada, que se
justifica en el Anexo II, y el procedimiento para ajustar sus parámetros dan resultados
satisfactorios. En el caso del modelo de RPAD, no ha sido posible subdividir el ajuste, como en
el caso de la LLHPRP, y se han ajustado todos los parámetros necesarios del modelo mediante
minimización de diferencias entre variables medidas y simuladas. En la comparación entre los
resultados proporcionados por los modelos de RPAD y LLHPRP y los obtenidos
experimentalmente, también se aprecia que los modelos proporcionan resultados satisfactorios.
Posteriormente, estos modelos se han empleado para analizar la selección de los diferentes
elementos de las llaves hidráulicas, así como su ajuste, para cumplir con unos determinados
propósitos de regulación. Con objeto de tener la menor pérdida de carga posible en la llave, o
sea, para que la energía requerida en la boca de riego sea también la mínima, para la situación de
proyecto, se propone una posición del tornillo del piloto regulador de presión que ha sido
determinada con el modelo, así como un procedimiento experimental para lograr su ajuste en
campo cuando se desconocen las características de la llave y de sus elementos. Desde el punto de
vista de disminuir la pérdida de energía cuando una LLHPRP ha de proporcionar la presión de
proyecto, es interesante interponer elementos que producen pérdida de carga entre la toma de
aguas arriba y la de la cámara superior, como por ejemplo llaves de aguja o restricciones de
sección. Sin embargo, con la interposición de dichos elementos entre la cámara superior y la
toma de aguas abajo ocurre justo lo contrario. Desde el punto de vista únicamente de la calidad
de la regulación, en la concepción de un piloto regulador de presión de dos vías, a instalar entre
la cámara superior y la toma de aguas abajo de la llave, conviene pues que el mismo produzca
pérdidas de carga tan pequeñas como sean posibles, cuando se encuentra totalmente abierto.
Con el modelo de LLHPRP se analizan diversos aspectos a la hora de seleccionar una de estas
llaves. Así, se analiza la velocidad nominal que es adecuada para una determinada regulación
propuesta, lo que está relacionado con el tamaño nominal de la llave en cuestión. Aquí se ve que,
a diferencia de lo que ocurre con los RPADs, la calidad de la regulación es independiente de la
demanda aguas abajo de la llave, lo que permite disponer de una de estas llaves en un tramo
común a varias bocas de regante, en vez de instalar una por cada boca. También se ha visto que
conviene que el diafragma, o pistón en su caso, de la cámara superior de la llave sea lo menor
posible, aunque tiene una restricción de tamaño mínimo para poder realizar la operación de
cierre. Se ha observado que los diafragmas de las llaves ensayadas tienen un tamaño muy
próximo a dicho mínimo. Otro aspecto que se ha analizado es el de la influencia del reparto de
229
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
las pérdidas de carga en una llave entre cuerpo y opérculo. Se ha visto que esto no es importante
desde el punto de vista de la curva de regulación, pero que sí lo es desde el punto de vista de
posible cavitación y régimen variable producido por el cierre de la llave. A este respecto, es
conveniente que el cuerpo de una llave produzca las menores pérdidas de carga posibles, de
manera que la fracción de las que son independientes del elemento de cierre sea la menor
posible. Esto pone de manifiesto que el estudio de la forma del cuerpo de una llave, en aras a
conseguir un elevado grado de aerodinamismo, es importante.
También con el modelo de LLHPRP se analizan las características de los pilotos. En primer
lugar, se establece el intervalo de presión para el que es adecuado un piloto según la superficie
equivalente de empuje de la presión de aguas arriba o de la cámara superior, según el tipo de
piloto. Sin embargo, en el caso de pilotos en los que las presiones antes mencionadas no influyen
de manera directa sobre el funcionamiento del mismo, dicho intervalo no puede ser establecido.
En este último caso, se llega a la conclusión de que conviene que el muelle del piloto esté algo
menos comprimido que lo que estaría en caso de seguir el procedimiento de ajuste en campo
propuesto. También se analiza la influencia de la rigidez del muelle del piloto. A este respecto,
se llega a la conclusión de que constantes recuperadoras de menor valor favorecen la calidad de
la regulación, pero reducen el intervalo de presión aguas arriba para el que la LLHPRP trabajaría
adecuadamente.
Respecto al contraste de los modelos de una LLHPRP bajo régimen variable, puede decirse que
es válida la hipótesis de que, con fluidos poco compresibles como son los líquidos, el principal
fenomeno que condiciona el régimen variable es el llene y vaciamiento de la cámara superior.
Esto se aprecia en los contrastes tanto para el modelo simplificado de cierre como para el general
de funcionamiento en régimen variable. Respecto al primero de los modelos antes mencionados,
predice, con un grado de precisión que puede calificarse de aceptable, tanto el tiempo de cierre
como la evolución de la posición del elemento de cierre de una llave hidráulica durante dicha
operación. El modelo general de funcionamiento en régimen variable de una LLHPRP
proporciona resultados que pueden calificarse de satisfactorios y corrobora la hipótesis de que el
proceso fundamental en el régimen variable durante el funcionamiento de la llave con líquidos es
el llene y el vaciamiento de la cámara superior.
230
7. CONCLUSIONES
3. A partir del modelo en régimen variable de una LLHPRP, y adoptando varias hipótesis
simplificadoras, entre las que destaca que la presión aguas arriba no se ve afectada por la
maniobra de cierre, se ha desarrollado una simplificación para análisis del cierre de llaves
hidráulicas. Los resultados que proporciona, al ser comparados con los experimentales,
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
6. La curva K(GA) del coeficiente de pérdida de carga en una llave en función del grado de
abertura se aproxima con buenos resultados mediante la relación aportada (5-11). El
exponente n de esta relación tiene valor unidad para llaves de asiento con opérculos
planos. Para opérculos dentados, su valor puede estimarse en función de la forma
geométrica del mismo, aunque, con determinados opérculos, convenga su ajuste.
232
Capítulo 7. Conclusiones
2. Procedimiento de ajuste del tornillo compresor del resorte de una llave instalada en
campo, aunque no se conozcan con precisión sus características y las de sus elementos
adicionales.
233
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
A partir de los desarrollos realizados en la presente tesis se proponen las siguientes líneas de
trabajo futuro:
234
8. REFERENCIAS
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M. CFD modeling. Journal of Fluids Engineering, ASME. Vol.
124, pp.772-777.
DAVIS, J. A., STEWART, 2002b. Predicting globe control valve performance- Part II:
M. experimental verification. Journal of Fluids Engineering,
ASME. Vol. 124, pp.778-783.
FERZIGER, J. H., PERIĆ, 2002. Computational methods for Fluid Dynamics. Ed.
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JUANA, L., LOSADA, A., 2004. Analytical relationships for designing rectangular drip
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Capítulo 8. Referencias
MATHEWS, J.H., FINK, 2000. Métodos numéricos con Matlab. 3ª edición. Ed.
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NURICK, W. H. 1976. Orifice cavitation and its effect on spray mixing. Journal
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LISCHINSKY, P.
PÉREZ, R. 1993. Dimensionado óptimo de redes de distribución de agua
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doctoral, Universidad Politécnica de Valencia, Departamento
de Ingeniería Hidráulica y Medio Ambiente.
PÉREZ, R., MARTÍNEZ, 1993. Improved design of branched networks by using
F., VELA, A. pressure-reducing valves. Journal of Hydraulic Engineering,
ASCE. Vol. 119, no. 2, pp. 164-180.
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TULLIS, J. P., SKINNER, 1968. Reducing cavitation in valves. Journal of the Hydraulics
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VERA, C., APARICIO, F., 1993. Simulación de sistemas dinámicos mediante la técnica
FELEZ, J. del Bond Graph. Sección de publicaciones. ETSII-UPM.
Madrid.
241
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D. E. Hydraulics Division, ASCE. Vol. 96, no. HY12, pp. 2519-
2533.
242
Anexo I. PROGRAMAS INFORMÁTICOS PARA LA
ADQUISICIÓN DE DATOS
En este anexo se muestra el panel del instrumento virtual, así como los diagramas de flujo de los
diferentes programas.
Los dos programas usados, uno para el régimen permanente y, el otro para el variable, comparten
prácticamente el mismo panel, que se puede ver en la figura I.1. Dicho panel se maneja con el
ratón del ordenador, excepto el nombre del archivo, que se introduce con el teclado.
En la figura I.2(a) se puede ver el diagrama del flujo del programa para realizar la lectura de los
cinco canales analógicos, tres se corresponden transductores de presión, uno con el caudalímetro
electromagnético y, por último, el restante con el transductor de posición. Este programa aparece
como una subrutina de los programas que más adelante se muestran. Dicha subrutina se
identifica con el símbolo de la figura I.2(b).
(a) (b)
Figura I.2. (a) Programa para leer cinco canales analógicos, (b) símbolo del mismo.
Este programa consta únicamente de una transformación lineal que se realiza para variables
vectoriales. De esta manera, las lecturas de cada uno de los elementos del vector, que se
corresponden con valores de diferentes magnitudes físicas, han sido tomadas en el mismo
instante.
En la figura I.3 se muestra el programa usado para estudiar el régimen permanente. En dicho
programa el registro de los datos se produce cada vez que se pulsa el botón de color rojo de la
figura I.1.
244
Anexo I. Programas para la adquisición de datos
245
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Por último, en las figura I.4(a) y I.4(b) se muestra diagrama de flujo del programa para adquirir
datos de manera continua. Se ha usado para estudiar el régimen variable.
246
Anexo I. Programas para la adquisición de datos
247
Anexo II. EQUILIBRIO DINÁMICO DEL ELEMENTO DE
CIERRE DE UN REGULADOR DE PRESIÓN DE ACCIÓN
DIRECTA
Los empujes en los elementos móviles de un regulador de presión de acción directa (RPAD)
pueden analizarse aplicando la ecuación de la impulsión entre las secciones de aguas arriba y
aguas abajo del opérculo y del diafragma (ver figura II.1), respectivamente.
Diafragma
Resorte
nA
x
A
Vástago nB
1 2
nC
B
nD
C
D Opérculo
A = ∑ n i ⋅ N i − Fg (II-1)
donde A es la acción del canal de guía sobre el fluido, ni son los vectores unitarios cuya
dirección es normal a la sección transversal y cuyo sentido es hacia el exterior del volumen de
fluido en el que se analiza el equilibrio, Ni son las impulsiones en cada sección transversal, y por
último Fg es el peso del fluido comprendido entre el canal guía y las secciones transversales. La
magnitud de ésta última fuerza es despreciable frente a las impulsiones en las condiciones de
funcionamiento habituales. La impulsión en la sección i tiene por expresión:
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
N i = pi ⋅ ωi + ρ ⋅ Qi ⋅ U i (II-2)
Ante la acción A surge la oposición de la reacción R = − A del líquido sobre el canal guía,
siendo ésta la responsable del desplazamiento de los elementos móviles del RPAD.
Considerando la sección A la del diafragma, la reacción del fluido sobre la misma es igual a
− nB ⋅ N B . En la reacción sobre el opérculo intervienen las impulsiones sobre las secciones C y
La fuerza recuperadora del resorte se opone a la compresión (x0 + x) del mismo, siendo x la
producida por el desplazamiento del opérculo, y x0 la proporcionada por el tornillo de regulación.
Omitiendo el posible rozamiento mecánico en el vástago y la componente axial del peso propio,
el equilibrio de fuerzas puede expresarse según:
k ⋅ ( x0 + x ) − N B + N C − N D = 0 (II-3)
Las impulsiones en las diferentes secciones pueden expresarse en función de la energía y de las
pérdidas de carga como sigue1:
⎛ pB ω B' ⎞ ⎡ U B2' ⎤
N B = γ ⋅ ωB ⋅ ⎜
⎜ + U B'
2
⎟ = γ ⋅ ω ⋅ ⎢ H + (2 r − 1)⎥
ω B ⋅ g ⎟⎠
(II-4)
⎝ γ
B B B
⎣⎢ 2g ⎦⎥
donde ωB’ es la sección de paso real del fluido, y rB la relación de ésta última con la sección de
B.
Por otro lado, teniendo en cuenta la pérdida de carga entre la sección 1 y la B, y suponiendo rB
independiente de la velocidad, se llega a:
⎡ 2
U2 ⎤ ⎛p U ⎞
2
N B = γ ⋅ ω B ⋅ ⎢ H 1 − K1 n + B ' (2rB − 1)⎥ = γ ⋅ ω B ⋅ ⎜⎜ 1 + K1B n ⎟⎟
U
(II-5)
⎢⎣ 2g 2g ⎥⎦ ⎝γ 2g ⎠
1
Se omiten los sumandos de posición, puesto que en el RPAD las diferencias de cotas son insignificantes.
250
Anexo II. Equilibrio de fuerzas en elemento de cierre de RPAD
2
N C − N D = γ ⋅ ωC ⋅ [K rCD (x )] n
U
(II-6)
2g
donde KrCD es un coeficiente, referido a la sección nominal, que incluye las relaciones entre
velocidades y las pérdidas de carga entre las secciones C y D, y por tanto es función de la
posición que ocupe el opérculo.
2
= K12 ( x ) ⋅ n = 1 − 2
U p p
H 1 − H 2 = h f 12 (II-7a)
2g γ γ
p − p2
2
Un
= 1 (II-7b)
2 g γ ⋅ K12 ( x )
Por último la ecuación (II-3) puede expresarse en función de las presiones de aguas arriba y
aguas abajo del regulador, p1 y p2 respectivamente.
⎛ ω K (x ) ⎞ ⎛ K (x ) ⎞
k ⋅ ( x0 + x ) + p1 ⋅ ω B ⋅ ⎜⎜ C rCD − 1⎟⎟ − p 2 ⋅ ωC ⋅ ⎜⎜ rCD ⎟⎟ = 0 (II-8)
⎝ ω B K12 (x ) ⎠ ⎝ K12 ( x ) ⎠
La evaluación de los coeficientes KrCD y K12 de (II-8) no es sencilla, y puede ser de utilidad la
simplificación siguiente
donde los parámetros Aop y Ad, que tienen dimensión de superficie, dependen en realidad de la
posición del opérculo. No obstante, una simplificación es tomarlos como constantes y hablar de
comportamiento del regulador como si tuviese un opérculo de sección Aop y un diafragma de
sección Ad, no teniendo que coincidir con los valores físicos de las secciones de dichos
elementos.
251
Anexo III. PROGRAMAS INFORMÁTICOS PARA LA
RESOLUCIÓN DE LOS MODELOS
En este anexo se muestran los programas propios realizados para resolver los modelos usados.
Todos ellos han sido realizados en Visual Basic© para utilizarse en las hojas de cálculo Excel©.
Function RPADh1(h1, Cd, x, Dz, w, C, K0, K1, Ad, Aop, k, FC, x0)
'Modelo de regulador de presión de acción directa en sistema con desagüe conocido
Dim h2r(0 To 3)
h10est = 0
Do
h10 = h10est
h20 = (h10 * (Aop - Ad) + k / 9807 * (x0 + 0) + FC / 9807) / Aop
Q = Cd * (h20 - Dz) ^ x
h10est = h20 + (K0 + K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * (Q / w) ^ 2 / 2 / 9.807
Loop While Abs(h10est - h10) > 0.000001
If h1 > h10 Then
xcmax = 1: xcmin = 0
Do
xc = (xcmax + xcmin) / 2
xr = C * xc
h2 = (h1 * (Aop - Ad) + k / 9807 * (x0 + xr) + FC / 9807) / Aop
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
h1est = h2 + (K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * (Q / w) ^ 2 / 2 / 9.807
If h1est > h1 Then xcmax = xc Else xcmin = xc
Loop While Abs(xcmax - xcmin) > 0.000001
Else
h2max = h20: h2min = Dz
Do
h2 = (h2max + h2min) / 2
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
h1est = h2 + (K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * (Q / w) ^ 2 / 2 / 9.807
If h1est > h1 Then h2max = h2 Else h2min = h2
Loop While Abs(h2max - h2min) > 0.000001
End If
h2r(0) = h2
h2r(1) = 1 - xc
h2r(2) = K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2
Pi1 = k * C / 9807 / Aop
Pi2 = x0 / C
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Pi3 = Ad / Aop
h2r(3) = (Pi1 * (1 + Pi2) + h1 * (1 - Pi3) - h2) / Pi1
RPADh1 = h2r
End Function
h10
h10 =h1n
x=0 h1n con (5-11)
FIN
xm= x
<0 <ε
|h1-h1n| >ε
>0 >ε
xM= x h1’-h1 |h1’-h1|
<ε
|h1’-h1| >ε
<ε
FIN
Figura III.1. Diagrama de flujo de la resolución del modelo de RPAD con condición de límite aguas
abajo fija.
Function RPADCd(a0, a2, Cd, x, Dz, w, C, K0, K1, Ad, Aop, k, FC, x0)
254
Anexo III. Programas para la resolución de modelos
'Modelo de regulador de presión de acción directa en sistema con curva característica conocida.
Se entra con el desagüe.
Dim h2r(0 To 5)
If Aop = Ad Then
h20 = k / 9807 / Aop * x0
h10 = (h20 - (K0 + K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * a0 / a2 / w ^ 2 / 2 / 9.807) / (1 - (K0 +
K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) / a2 / w ^ 2 / 2 / 9.807)
Q0 = Sqr((h10 - a0) / a2)
Cd0 = Q0 / Sqr(h20 - Dz)
Else
Kcero = K0 + K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2
h20 = (k * x0 / 9807 / Aop + a0 * (1 - Ad / Aop) / (2 * 9.807 * w ^ 2 * a2 - Kcero)) / (1 - (1 - Ad
/ Aop) / (1 - Kcero / 2 / 9.807 / w ^ 2 / a2))
h10 = (k * x0 / 9807 / Aop) / (1 - Ad / Aop)
Q0 = Sqr((h10 - a0) / a2)
Cd0 = Q0 / (h20 - Dz) ^ x
End If
If Cd > Cd0 Then
h2 = (a0 - a2 * Cd ^ 2 * Dz + (K0 + K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * Cd ^ 2 * Dz / 2 / 9.807
/ w ^ 2) / (1 - a2 * Cd ^ 2 + (K0 + K1 * (1 / (1 - 0) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * Cd ^ 2 / 2 / 9.807 / w ^ 2)
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
h1 = a0 + a2 * Q ^ 2
Else
If Aop = Ad Then
h2min = k * x0 / 9807 / Aop
h2max = h2min + k * C / 9807 / Aop
Do
h2 = h2max * 0.5 + h2min * 0.5
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
h1b = a0 + a2 * Q ^ 2
xr = (h2 * 9807 * Aop - FC) / k - x0
xc = xr / C
h1p = h2 + (K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * Q ^ 2 / 2 / 9.807 / w ^ 2
If h1b < h1p Then h2max = h2 Else h2min = h2
Loop While Abs(h2max - h2min) > 0.000001
h1 = h1b
Else
xcmax = 1: xcmin = 0
Do
xc = 0.1 * xcmax + 0.9 * xcmin
xr = C * xc
h2 = (a0 - a2 * Cd ^ 2 * Dz + (K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * Cd ^ 2 * Dz / 2 /
9.807 / w ^ 2) / (1 - a2 * Cd ^ 2 + (K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2) * Cd ^ 2 / 2 / 9.807
/ w ^ 2)
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
h1hid = a0 + a2 * Q ^ 2
h1din = (h2 * Aop - k / 9807 * (x0 + xr) - FC / 9807) / (Aop - Ad)
If h1hid < h1din Then xcmax = xc Else xcmin = xc
Loop While Abs(xcmax - xcmin) > 0.000001
h1 = h1hid
End If
End If
255
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
h2r(0) = h2
h2r(1) = 1 - xc
h2r(2) = h1
h2r(3) = Q * 3600 'En m3/h
h2r(4) = K0 + K1 * (1 / (1 - xc) - 1 / Sqr(K1)) ^ 2
Pi1 = k * C / 9807 / Aop
Pi2 = x0 / C
Pi3 = Ad / Aop
h2r(5) = (Pi1 * (1 + Pi2) + h1 * (1 - Pi3) - h2) / Pi1
RPADCd = h2r
End Function
x=0
<0
xM= C
xm= 0
x= 0,5·xM+0,5·xm
|h1’-h1| >ε
<ε
FIN
Figura III.2. Diagrama de flujo de la resolución del modelo de RPAD con condición de límite aguas
arriba fija.
256
Anexo III. Programas para la resolución de modelos
'Modelo completo en el que se considera flujo paralelo a través del circuito de control. Se entre
con h1.
Function p2Llave(DN1, DN2, DN, DdP, DopL, KgP, KopP, KgL, KopL, xPmax, xLmax, kP,
x0P, Cd, x, h1, AL, ALb, AC, ACb, x0L, kL, KgP1, Dz, FCL, xM, FCP, KopP1, xPCo)
Dim h2r(0 To 7)
Dim Q, Q1, QL, p, xP, xL, Pi, wN1, wN2, wN, AdP, h2s, h2i, h2M, QM, hCM As Single
Dim h1m, h2min, xLMa, xLMi, h1abpiloto, hC, h1abpiloto2, h1equilibrio As Single
Dim xLl, h2, h2max, h1i As Single
Dim N As Integer
Pi = 4 * Atn(1)
wN1 = Pi * DN1 ^ 2 / 4
wN2 = Pi * DN2 ^ 2 / 4
wN = Pi * DN ^ 2 / 4
AdP = Pi * DdP ^ 2 / 4
'Cálculo de la presión en cabeza h1m a la cual la llave se abre.
xP = 0 'El piloto no actúa, en caso de actuar la llave cierra.
h2s = (kP * (xP + x0P) + FCP) / (Pi * DdP ^ 2 / 4) / 9807 'Presión de aguas abajo a la que
empieza a cerrarse el piloto.
h2i = Dz 'Se desprecia la diferencia de cota entre llave y piloto.
N=0
Do
h2M = (h2s + h2i) / 2
QM = Cd * (h2M - Dz) ^ x 'Puesto que la llave está cerrada la totalidad del gasto circula por
el piloto.
hCM = h2M + (KgP + KopP * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP)) ^ 2) * (QM / wN2)
^ 2 / 2 / 9.807
h1m = hCM + (KgP1 + KopP1 * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP1)) ^ 2) * (QM /
wN1) ^ 2 / 2 / 9.807
xL = (h2M * 9807 * (ACb - ALb) + 9807 * h1m * AL - hCM * 9807 * AC - FCL) / kL -
x0L
If xL >= 0 Then h2s = h2M Else h2i = h2M
N=N+1
Loop While Abs(xL - 0) > 0.000001 And N < 100
'xL cuando la presión que se alcanza aguas abajo es h2min (presión de inicio de funcionamiento
del piloto).
xP = 0
h2min = (kP * (xP + x0P) + FCP) / (Pi * DdP ^ 2 / 4) / 9807
Q = Cd * (h2min - Dz) ^ x
xLMa = xLmax
xLMi = 0
N=0
Do
xL = 0.5 * xLMa + 0.5 * xLMi
'Cálculo de la relación de gastos por el método de los porcentajes.
p = Sqr(((KgP1 + KopP1 * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP1)) ^ 2) / wN1 ^ 2 + (KgP
+ KopP * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP)) ^ 2) / wN2 ^ 2) / ((KgL + KopL * ((xLmax -
xM) / (xL - xM) - 1 / KopL) ^ 2) / wN ^ 2))
257
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Q1 = Q / (1 + p)
QL = (p / (1 + p)) * Q
'Cálculo de h1 con la hf en la llave.
h1abpiloto = h2min + (KgL + KopL * ((xLmax - xM) / (xL - xM) - 1 / KopL) ^ 2) * (QL /
wN) ^ 2 / 2 / 9.807
'Cálculo de h1 con la hf en el piloto. No se usa pero podría usarse en vez de la expresión
anterior.
hC = h2min + (KgP + KopP * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP)) ^ 2) * (Q1 / wN2) ^
2 / 2 / 9.807
h1abpiloto2 = hC + (KgP1 + KopP1 * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP1)) ^ 2) * (Q1 /
wN1) ^ 2 / 2 / 9.807
'Cálculo de h1 con la ecuación de equilibrio dinámico.
h1equilibrio = 1 / 9807 / AL * (kL * (xL + x0L) + hC * 9807 * AC + FCL + h2min * 9807
* (ALb - ACb))
If h1equilibrio >= h1abpiloto Then xLMa = xL Else xLMi = xL
N=N+1
Loop While N < 100 And Abs(h1equilibrio - h1llave) > 0.0001
xLl = xL
'Se distingue según donde esté h1 como se va a comportar la llave.
Select Case (h1)
Case Is <= h1m 'Sólo existe circulación por el circuito de control. La llave no ha abierto.
h2min = Dz
h2max = (QM / Cd) ^ (1 / x) + Dz
N=0
Do
h2 = 0.5 * h2min + 0.5 * h2max
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
xP = 0
hC = h2 + (KgP + KopP * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP)) ^ 2) * (Q / wN2) ^ 2 /
2 / 9.807
h1i = hC + (KgP1 + KopP1 * (xPmax / (xPmax - xP) - 1 / Sqr(KopP1)) ^ 2) * (Q / wN1)
^ 2 / 2 / 9.807
If h1 < h1i Then h2max = h2 Else h2min = h2
N=N+1
Loop While Abs(h1 - h1i) > 0.0001 And N < 50
xL = 0
Case Is > h1abpiloto 'El piloto regula, y de acuerdo con los condicionantes anteriores la llave
ha abierto.
xPMa = xPmax
xPMi = 0
n1 = 0
Do
xP = 0.5 * xPMa + 0.5 * xPMi
h2 = (kP * (xP + x0P) + FCP) / (Pi * DdP ^ 2 / 4) / 9807
Q = Cd * (h2 - Dz) ^ x
xLMa = xLmax
xLMi = 0
N=0
Do
xL2 = 0.5 * xLMa + 0.5 * xLMi
258
Anexo III. Programas para la resolución de modelos
259
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
'Modelo simplificado en el que se considera despreciable el caudal del circuito de control frente
al de la llave. Se calcula el punto de funcionamiento para unas condiciones de límite aguas arriba
y aguas abajo.
Function h2LlRPCSsimpPF(Cd, Dz, a0, a2, N, CP, AP, AoP, kP, x0P, K0P1, K1P1, w1, K0P2,
K1P2, w2, CL, S1, S2, S3, kL, x0L, K0, K1, w)
'Posición del piloto dentro del: Modelo en régimen permanente del sistema completo de la llave
hidráulica.
xcmax = 1: xcmin = 0
Do
xPC = 0.5 * xcmax + 0.5 * xcmin: xP = xPC * CP
h2 = (kP / 9807 * (xP + x0P) + (a2 * Cd ^ 2 * Dz - a0 * N ^ 2) * AoP) / (AP + a2 * Cd ^ 2 *
AoP)
If h2 < Dz Then
xcmax = xPC
Else
Q = Cd * Sqr(h2 - Dz)
h1 = a0 * N ^ 2 + a2 * Q ^ 2
If h1 > h2 Then
If Q = 0 Then
xL = 0
Else
xCL = 1 / (1 / Sqr(K1) + Sqr(Abs(1 / K1 * (2 * 9.806 * (h1 - h2) * w ^ 2 / Q ^ 2 - K0)))): xL
= xCL * CL
End If
Else
xL = CL
End If
If xL < CL Then
QP = Sqr((h1 - h2) / ((K0P1 + K1P1 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P1)) ^ 2) / w1 ^ 2 / 2 /
9.806 + (K0P2 + K1P2 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P2)) ^ 2) / w2 ^ 2 / 2 / 9.806))
h3 = h1 - (K0P1 + K1P1 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P1)) ^ 2) * (QP / w1) ^ 2 / 2 / 9.806
RF = h1 * S1 + h2 * S2 - h3 * S3 - kL / 9807 * (xL + x0L)
If RF < 0 Then
260
Anexo III. Programas para la resolución de modelos
xcmax = xPC
Else
xcmin = xPC
End If
Else
If xcmax > xPC Then xcmax = xPC
End If
End If
Loop While Abs(xcmax - xcmin) > 0.00000001
If xPC < 0.00000001 Then
xP = xPC * CP
xLMa = CL: xLMi = 0
Do
xL = (xLMa + xLMi) / 2
KLxL = K0 + K1 * (CL / xL - 1 / Sqr(K1)) ^ 2
h2 = (a0 * N ^ 2 - a2 * Cd ^ 2 * Dz + KLxL * Cd ^ 2 * Dz / 2 / 9.807 / w ^ 2) / (KLxL * Cd ^ 2
/ 2 / 9.807 / w ^ 2 + 1 - a2 * Cd ^ 2)
Q = Cd * Sqr(h2 - Dz)
h1 = a0 * N ^ 2 + a2 * Q ^ 2
QP = Sqr((h1 - h2) / ((K0P1 + K1P1 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P1)) ^ 2) / w1 ^ 2 / 2 / 9.806
+ (K0P2 + K1P2 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P2)) ^ 2) / w2 ^ 2 / 2 / 9.806))
h3 = h1 - (K0P1 + K1P1 * (CP / (CP - xP) - 1 / Sqr(K1P1)) ^ 2) * (QP / w1) ^ 2 / 2 / 9.806
RF = h1 * S1 + h2 * S2 - h3 * S3 - kL / 9807 * (xL + x0L)
If RF > 0 Then xLMi = xL Else xLMa = xL
Loop While Abs(xLMa - xLMi) > 0.00000001
End If
Dim h2r(0 To 4)
h2r(0) = h2
h2r(1) = h1
h2r(2) = h3
h2r(3) = xL
h2r(4) = xP
h2LlRPCSsimpPF = h2r
End Function
261
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
xPM=CP
xPm=0
xP= 0,5·xPM+0,5·xPm
>ε
h2 con (5-29), (5-30) <ε
|xPM-xPm|
y (5-38)
<0 xPM= xP
h2-∆z
xPm= xP
>0
>0
xPM= xP
Q con (5-30) <0
h1 con (5-29)
F xPM= xP
>0
h1-h2
<0 xL-CL <0 QP con (5-42) y (5-43)
xL= CL F con (5-34)
>0
Q =0 xL= 0 <ε
xP xLM=CL xL= 0,5·xLM+0,5·xLm
xLm=0
>0 >ε h2 con (5-11), (5-29),
FIN (5-30) y (5-44)
xL con (5-11) Q con (5-30)
y (5-44) h1 con (5-29)
QP con (5-42) y (5-43)
h3 con (5-42)
F con (5-34)
F
<0
>ε >0
m
xL = xL xLM= xL
<ε |xLM-xLm|
Function barridoGAL(GAL, K0L, K1L, CD, Dz, a0, N, a2, wN, K13P0, K13P1, K32P0, K32P1,
pip1, pip2, pip3, piL1, piL2, piL3, piL4, wP, CL, CP)
A = (K0L + K1L * (1 / GAL - 1 / Sqr(K1L)) ^ 2) * CD ^ 2 / 2 / 9.807 / wN ^ 2
262
Anexo III. Programas para la resolución de modelos
h2 = (a0 * N ^ 2 + A * Dz - a2 * CD ^ 2 * Dz) / (1 + A - a2 * CD ^ 2)
h1 = a0 * N ^ 2 + a2 * CD ^ 2 * (h2 - Dz)
GAPmax = 1: GAPmin = 0
Do
GAP0 = 0.5 * GAPmax + 0.5 * GAPmin
K13 = K13P0 + K13P1 * (1 / GAP0 - 1 / Sqr(K13P1)) ^ 2
K32 = K32P0 + K32P1 * (1 / GAP0 - 1 / Sqr(K32P1)) ^ 2
QP = Sqr(2 * 9.807 * wP ^ 2 * (h1 - h2) / (K13 + K32))
h3h = h1 - K13 * (QP / wP) ^ 2 / 2 / 9.807
h3f = pip3 / pip2 - h2 / pip2 + pip1 / pip2 * CP * (1 - GAP0)
If h3h > h3f Then GAPmax = GAP0 Else GAPmin = GAP0
Loop While Abs(GAPmax - GAPmin) > 0.000001
SF = h1 + h2 * piL2 - h3h * piL3 - piL1 * GAL * CL - piL4
Dim sol(0 To 1)
sol(0) = SF
sol(1) = GAP0
barridoGAL = sol
End Function
263
Anexo IV. ANÁLISIS DE PÉRDIDA DE CARGA Y CAVITACIÓN
EN ORIFICIO INTERPUESTO EN UN TRAMO ESTRECHO
UNIFORME
Se analiza la pérdida de carga y la cavitación en un orificio como el representado en la figura
IV.1, el cual está situado en un tramo uniforme estrecho y las transiciones a los tramos
adyacentes de mayor diámetro son bruscas. Estableciendo analogías entre esta forma geométrica
y la correspondiente a una llave (ver apartado 5.3.1), se pretende analizar la pérdida de carga en
el cuerpo de una llave y en su opérculo. Para ello, el opérculo quedaría representado por el
orificio, y su pérdida de carga a la producida en la expansión desde Cce·ωe hasta ω1, mientras
que, la producida en el cuerpo de la llave vendría dada por dos expansiones: la primera desde la
sección Cc1·ω1 hasta ω1, y la segunda desde ω1 hasta ω0.
p1 p2
ω0 ω1 Cc1·ω1 ωe Cce·ωe
1 c1 ce 2’ 2
En primer lugar, la pérdida de carga entre las secciones 1 y 2, en ausencia de cavitación, viene
dada aproximadamente por:
2
⎛Q ⎞
⎡⎛ ω 2 2
⎞ ⎛ ω ⎞ ⎛ ω1
2
⎞ ⎛ ω ⎞ ⎛ω
2
⎞
2
⎤⎜ ω ⎟
hf = ⎢⎜⎜ 1
− 1⎟⎟ ⋅ ⎜⎜ 1 ⎟⎟ + ⎜⎜ − 1⎟⎟ ⋅ ⎜⎜ 1 ⎟⎟ + ⎜⎜ 0 − 1⎟⎟ ⎥⎝ 0⎠ (IV-1a)
⎢⎣⎝ Cc1 ⋅ ω1 ⎠ ⎝ ω 0 ⎠ ⎝ Cce ⋅ ωe ⎠ ⎝ ω 0 ⎠ ⎝ ω1 ⎠ ⎥⎦ 2 g
Las pérdidas de carga por efectos longitudinales se han considerado despreciables frente a las de
efectos de forma, estudiándose estas últimas mediante los principios expuestos en 3.2.1.
Conviene tener presente que los coeficientes de contracción Cc son función de la relación de
estrechamiento correspondiente.
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
La ecuación (5-11) de pérdida de carga en una llave puede descomponerse en la forma siguiente:
2
⎛Q ⎞
⎜ ω ⎟
hf = [ f ⋅ K 0 '+ K1 '+(1 − f ) ⋅ K 0 '] ⎝ 0⎠ (IV-1b)
2g
donde K0’ y K1’ son los coeficientes de pérdida de carga en el cuerpo y en el opérculo de la
misma respectivamente. El factor f indica la porción de pérdida de carga en el cuerpo de la llave
que se produce antes del opérculo. En lo que respecta a los tres sumandos del coeficiente de
pérdida de carga de las expresiones (IV-1a) y (IV-1b), puede establecerse la suposición de la
equivalencia entre dichos tres sumandos uno a uno, de forma que, el primero de (IV-1a) es
equivalente al primero de (IV-1b) y así sucesivamente.
Análogamente al análisis realizado en el apartado 5.3.2, se estudia la sección que tendrá menor
presión y, por tanto, aquella en la que se producirá cavitación generalizada en toda la sección. La
sección ce es la que presentará la presión inferior de las señaladas en la figura IV.1. No obstante,
y puesto que entre las secciones ce y 2’ podría existir alguna duda, mediante la ecuación de la
energía se analiza la diferencia de presiones entre dichas secciones, para dar lugar a:
2
⎛Q ⎞
⎡ ⎛ ω ⎞ ⎛ ω 2
⎞
2
⎤ ⎜ ω ⎟ ⎛ ω1 ⎞ ⎛ Q ⎞
2
Aplicando la ecuación de la energía entre 1 y ce, el caudal circulante puede relacionarse con la
diferencia de presiones entre dichas secciones. Cuando pce sea igual a la presión de vapor pv, el
gasto circulante estará condicionado por la cavitación, caso en el que su valor vendrá dado por:
p1 − pv
Qv = ω0
ρ ⎡⎛ ω 0 ⎞ ⎤
2 2 2
⎛ ω1 ⎞ ⎛ω ⎞ (IV-3)
⎢⎜⎜ ⎟⎟ − 1 + ⎜⎜ − 1⎟⎟ ⋅ ⎜⎜ 1 ⎟⎟ ⎥
2 ⎢⎝ Cce ⋅ ωe ⎠ ⎝ Cce ⋅ ωe ⎠ ⎝ ω0 ⎠ ⎥⎦
⎣
De acuerdo con las equivalencias antes mencionadas entre (IV-1a) y (IV-1b) puede establecerse
otra equivalencia, que se muestra en la expresión:
266
Anexo IV. Orificio en estrechamiento
ω0
Cce ⋅ ωe
(
≡ 1 + (1 − f ) ⋅ K 0 ' )⋅ ⎛⎜⎜1 + 1 + K1 ' ⎞
⎟
(1 − f ) ⋅ K 0 ' ⎟⎠
(IV-4)
⎝
p1 − pv
Qv = ω0
ρ ⎡⎢ ⎤
2
⎛ ⎞
2⎢
(
1 + (1 − f ) ⋅ K 0 ' ⋅ ⎜1 +
⎜ 1+
)
2 K1 ' ⎟ − 1 + f ⋅ K 0 '⎥
(1 − f ) ⋅ K 0 ' ⎟⎠ ⎥
(IV-5)
⎣ ⎝ ⎦
p1 − p 2 p1 − p 2
Q = ω0 = ω0
ρ ρ
[K 0 '+ K1 '] K
(IV-6)
2 2
Bajo condiciones de cavitación Q es igual a Qv, y K toma el valor de Kv. Dividiendo (IV-5) por
(IV-6) se obtiene la relación:
2
⎛ ⎞
( )
1 + (1 − f ) ⋅ K 0 ' ⋅ ⎜1 +
⎜ 1+
2 K1 ' ⎟ −1 + f ⋅ K0 '
(1 − f ) ⋅ K 0 ' ⎟⎠ (IV-7)
Kv = ⎝
σ1
De acuerdo con la expresión (5-11) K0’ y K1’ toman los valores mostrados en:
K0 '= K0
(IV-8a)
2
⎛C 1 ⎞⎟
K 1 ' = K1 ⎜ − (IV-8b)
⎜x K1 ⎟⎠
⎝
Conviene recordar que, en la obtención de (5-11) se ha supuesto que una vez que el agua sale del
opérculo se expande hasta la sección nominal, que en este caso sería ω0 de la tubería (ver figura
IV.1).
267
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
En el caso de una llave, y teniendo en cuenta que si σ1 es igual a σ1ch, entonces K es igual a Kv,
se puede obtener la expresión (IV-9), que permite caracterizar la cavitación con nivel de bloqueo
en la llave.
2
⎛ ⎛C ⎞
2 ⎞
⎜ 1 ⎟
⎜ K1 ⎜ − ⎟ ⎟
⎜ ⎟
( )
2 ⎜ ⎝ x K 1 ⎠ ⎟
1 + (1 − f ) ⋅ K 0 ⋅ ⎜1 + ⎟ −1+ f ⋅ K0
1 + (1 − f ) ⋅ K 0
⎜ ⎟ (IV-9)
⎜⎜ ⎟⎟
σ 1ch = ⎝ ⎠
2
⎛C 1 ⎞
K 0 + K1 ⎜ − ⎟
⎜x K ⎟
⎝ 1 ⎠
Contraste experimental.
El contraste experimental, de lo expuesto hasta ahora, se realiza con los datos experimentales del
apartado 6.2, y más concretamente con los correspondientes a la llave Bermad serie 900 de 2”
(tabla 6.3).
En la figura IV.2, se muestran, en primer lugar, las determinaciones experimentales, siendo éstas
de dos clases: las representadas con triángulos se corresponden con las de la tabla1 6.3, también
representadas en la figura 6.9, y son aquellas en las que se apreció un aumento significativo del
coeficiente K con la disminución de σ1, lo que asegura la influencia de la cavitación. Las otras
determinaciones representadas son los valores mínimos de σ1 para cada grado de abertura (ver
tabla IV.1), que se corresponden con los círculos. En estas últimas, no puede asegurarse que se
den las condiciones de cavitación con intensidad suficiente como para afectar a las pérdidas de
carga, puesto que no se observó aumento significativo del coeficiente K.
1
El paso de σ2ch a σ1ch se realiza mediante (3-18).
268
Anexo IV. Orificio en estrechamiento
2,5
2,0
1,5
σ 1ch
1,0 σs1ch
1ch exp
exp
min σs11ch
min exp
(I-9) ajuste ff
0 y
(I-9) ajuste f,f, KK0 yKK11
0,5
(5-19)
0,0
0,0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7 0,8 0,9 1,0
x /C
Figura IV.2. Ajuste curva factor de cavitación σ1ch frente al grado de abertura x/C.
En esta figura, también se han representado las curvas que se corresponden con la expresión
(IV-9), que ya ha sido representada en la figura 6.9, así como la correspondiente a (6-1).
Los parámetros K0 y K1 ya habían sido ajustados, y su valor aparece en la tabla 6.3, sin embargo,
en (IV-9) aparece un nuevo coeficiente f, que también debe ser ajustado. Con trazo de color rosa
se ha representado la curva (IV-9), en la que se ajusta f y se respetan los valores K0 y K1. En
color verde, se ha representado el ajuste de los tres parámetros. En la tabla IV.2 se recogen los
valores de dichos ajustes.
269
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Los ajustes se han realizado con la herramienta Solver® de Excel®, haciendo mínimo el error
relativo cuadrático medio de σ1ch, e imponiendo la condición que los valores de la curva de
ajuste sean mayores que los valores representados con círculos, puesto que en estos últimos la
cavitación generalizada en toda la sección es posible que no se haya producido.
En la figura IV.2 se aprecia que, el ajuste de f manteniendo los valores, anteriormente obtenidos
de K0 y K1 carece de representatividad y utilidad. Sin embargo, al ajustarse los tres parámetros, la
expresión (IV-9) muestra su utilidad, aunque los parámetros K0 y K1 ni coinciden ni son
parecidos a los previamente determinados. La explicación de esto último ha de residir en que, el
supuesto de estrechamiento brusco antes del opérculo (orificio en figura IV.1) igual al
ensanchamiento después del mismo no se ajusta convenientemente a las condiciones del flujo. El
problema reside en que, las formas geométricas de las contracciones y expansiones en el interior
de la llave son difíciles de predecir.
Por otro lado, el valor de σ1ch del ajuste potencial (6-1) tiende a infinito cuando el grado de
abertura tiende cero. Sin embargo, las curvas obtenidas (IV-9) toman valor unidad cuando esto
ocurre. Teniendo en cuenta que si x/C tiende a cero y que si el gasto, por pequeño que sea, no es
nulo, la velocidad del agua al atravesar el opérculo tiende a infinito, y se producirá cavitación.
Por lo tanto, el valor de σ1ch será finito y, además, cuanto más severa sea la cavitación, el valor
de p2 se aproximará más a pv, y el valor parámetro de cavitación tenderá a la unidad.
2
K0 y K1 ajustados en apartado 6.2.
270
Anexo V. TÉRMINOS PROCEDENTES DE LA NORMATIVA
Hydraulically operated valve: Valve operated Llave hidráulica: Llave cuyo mecanismo de
by means of water pressure. cierre es accionado por los empujes del fluido
sobre las partes móviles del mismo.
Adjustable stop: Device used to limit the Limitador de carrera : Elemento que permite
movement range of the operated mechanism up limitar el desplazamiento del opérculo, bien
to full opening or closing the valve. para establecer una abertura máxima o mínima.
Control valve: Auxiliary valve operated Llave de control: Llave auxiliar accionada
mechanically, electrically, hydraulically or mecánica, eléctrica, hidráulica o
pneumatically, or by other suitable means, and neumáticamente, o por cualquier otro
used to actívate the hidraulically operated procedimiento, usada para poner en marcha un
valve. determinado proceso en la llave hidráulica. Si
tiene funcionamiento automático y
accionamiento hidráulico suele denominarse
piloto.
Activating chamber: Spaces in the operating Cámara: Espacio que forma parte del
mechanism, on one or both sides of the pistón mecanismo de cierre, dispuesta a uno (cámara
or diaphragm, in which the water pressure is simple) o ambos lados (cámara doble) de un
applied to open or cióse the valve. pistón o diafragma. Sobre estos elementos
recae el empuje de la presión del agua que
contiene y que da lugar a las maniobras de la
llave hidráulica.
Full opening: Position reached by the Abertura completa: Posición alcanzada por el
operating mechanism either when the valve is opérculo cuando la sección de paso es la
fully open or when the operating mechanism máxima posible o la establecida por el
reaches the adjustable stop. limitador de carrera.
1
Se entiende por carrera el desplazamiento máximo del opérculo.
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Normally open (N.O.) valve: Valve which Llave normalmente abierta: Llave que
remains open, unless the minimum activating permanece abierta a menos que se alcance la
pressure is applied to the operating mechanism. presión mínima de funcionamiento en el
mecanismo de cierre.
Normally cióse (N.C.) valve: Valve which Llave normalmente cerrada: Llave que
remains closed, unless the minimum activating permanece cerrada a menos que se alcance la
pressure is applied to the operating mechanism. presión mínima de funcionamiento en el
mecanismo de cierre.
Nominal pressure; máximum working Presión nominal de trabajo, pn: Presión aguas
pressure, pn: Máximum static water pressure arriba de la llave a la que ésta puede funcionar2
immediately upstream of the valve, at which [ISO 10522:1993(E)].
the valve is required to opérate.
Presión máxima de trabajo: Máxima presión
de servicio de la instalación en la sección
inmediatamente aguas arriba de la llave con la
que el mecanismo de cierre puede funcionar.
Minimum working pressure: Minimum static Presión mínima de trabajo: Mínima presión
water pressure upstream of the valve at which de servicio de la instalación, en la sección
the valve is required to opérate. inmediatamente aguas arriba de la llave, con la
que el mecanismo de cierre puede funcionar.
2
Por analogía con la presión nominal de tuberías y elementos de conexión, se entiende que es la presión a la que
puede trabajar sin rotura de sus elementos y manteniendo la estanqueidad.
272
Anexo V. Términos procedentes de la normativa
Mean velocity of flow: Flow-rate of the water Velocidad media del flujo: Velocidad media
fiowing trough the valve divided by the internal de una corriente de idéntico gasto en una
cross-sectional área of a pipe with the same tubería de diámetro igual al nominal de la llave.
nominal size as the valve.
Valve body: Main part of a valve trough which Cuerpo: Parte principal de la llave a través de
the water flows, which houses the working la cual circula el fluido, aloja los mecanismos
parts of the valve and allows connection to the de la misma y se conecta a los tramos de
piping system. tuberías aguas arriba y aguas abajo.
Valve seat: Smooth seat around the flow Asiento: superficie lisa alrededor del orificio
aperture in the body dividing wall with which situado en la pared divisora del cuerpo de la
the obturator makes contact when a valve is llave por el que pasa el fluido. Sobre dicha
closed. superficie asienta el opérculo.
Body dividing wall: Integral part of the body Pared divisora del cuerpo: Parte del cuerpo
which separates the inlet and outlet ports and de la llave que separa aguas arriba de aguas
on which the valve body seat is formed. abajo. En ésta se sitúa el asiento.
273
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
Angle valve: Valve with a generally cylindrical Llave en ángulo recto: Llave en la que, por la
body in which the body ends are at right angles forma de su cuerpo, los ejes de las las tuberías
to each other and in wich the axis of the stem is de aguas arriba y aguas abajo forman 90° entre
in line with that of one body end. sí.
Ball valve: Valve in which a ball can be turned Llave de esfera: Llave en la que una esfera
to move its port, or ports, reative to the valve giratoria con un hueco cilindrico en su interior
ports, to control the flow of fluid. permite controlar el flujo.
Diaphragm valve: Valve in which a flexible Llave de diafragma: Llave en la que una
diaphragm constitutes the closing and membrana flexible constituye el elemento de
regulating mechanism to control the flow of cierre y de accionamiento de la misma.
fluid through the valve.
Globe valve: Valve with a generally Llave tipo globo: Llave en la que los ejes de
cylindrical body in which the body ends are in las secciones de entrada y salida del cuerpo
line with each other and in which the axis of están alineados y el desplazamiento del
the stem is at right angles to that of the body elemento de cierre se realiza en dirección
ends. perpendicular.
Oblique valve; Y-globe valve: Valve in which Llave tipo globo en Y: Llave tipo globo en la
the body ends are in line with each other, and in que el desplazamiento del elemento de cierre se
which the axis of the stem is oblique to that of realiza en dirección oblicua a los ejes de las
the body ends. secciones de entrada y salida del cuerpo.
Closing disc: Part of an obturator, irrespective Opérculo: Pieza generalmente redonda, que, a
of its shape, on which the disc gace is formed, modo de tapadera, sirve para cerrar ciertas
and to which the disc facing ring, if used, is aberturas (RAE, 2001).
secured.
274
Anexo V. Términos procedentes de la normativa
Stem; spindle: Component by which control or Vastago: Componente del elemento de cierre
the closing component is effected. que une el opérculo y, en las llaves hidráulicas,
el diafragma o el pistón, según el caso.
275
Anexo VI. INFLUENCIA SOBRE LA REGULACIÓN DEL
ROZAMIENTO DE LOS ELEMENTOS DE CIERRE
30
25
20
h 1 en disminución
GA L(%)
15
FrL = 0
FrP = 0
10
GA L
h 1 en aumento
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura VI.1. Curvas envolventes de GAL(h1) para FrL/(γ·A1L) = 1,5 m y FrP/(γ·A2P) = 1,15 m (con líneas se
representan las simulaciones y con puntos las determinaciones experimentales).
En el caso de una LLHPRP antepuesta a una unidad de riego que impone una condición de límite
constante aguas abajo, ante aumentos consecutivos de la presión aguas arriba, el opérculo de la
llave se irá abriendo hasta alcanzar su máximo y a partir de ahí se irá cerrando, precisamente
para llevar a cabo la operación de regulación, mientras que el opérculo del piloto se mantendrá
en reposo (completamente abierto) hasta que se alcance aguas abajo la altura de presión h20, y a
partir de este momento se irá cerrando. En caso de disminuciones progresivas de h1 ocurrirá justo
lo contrario. El valor máximo de la abertura del opérculo de la llave xLmax puede ser estimado a
partir de los resultados de las simulaciones sin considerar la fuerza de rozamiento ya realizadas
con el modelo, lo que puede verse tanto en la figura 6.30a como en la VI.1. Así, según que se
produzca un incremento o una disminución en la presión aguas arriba de la llave, las fuerzas de
rozamiento pueden ser consideradas en la forma que sigue:
278
Anexo VI. Influencia sobre la regulación del rozamiento de los elementos de cierre
30
h 2F
25 h2
h 1=h 2
20
h 20
h 1 en disminución
h 2(m)
15
h 1 en aumento
10
FrL = 0
FrP = 0
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura VI.2. Curvas envolventes de h2(h1) para FrL/(γ·A1L) = 1,5 m y FrP/(γ·A2P) = 1,15 m (con líneas se
representan las simulaciones y con puntos las observaciones experimentales).
Con los valores de los dos parámetros que tienen en cuenta el rozamiento especificados en las
figuras se explican los resultados experimentales obtenidos en el ensayo de la llave.
En los resultados presentados en las figuras VI.4 y VI.5, también obtenidas con el modelo y los
valores de la tabla 6.12, puede apreciarse como influye el rozamiento sólo sobre el elemento de
cierre de la llave o sólo sobre el del piloto respectivamente. Puede verse en la figura VI.4 como
el rozamiento sobre el elemento de cierre de la llave influye sobre la calidad de la regulación en
la zona izquierda fundamentalmente, aunque también interviene en la zona derecha de la figura.
En la figura VI.5, se observa que la afección del rozamiento sobre la calidad de la regulación del
rozamiento del elemento de cierre del piloto se produce exclusivamente en la derecha, cosa
lógica porque hasta que no se alcanza aguas abajo la altura de presión h20 el piloto no comienza a
279
Caracterización de llaves hidráulicas automáticas y modelación de su funcionamiento en sistemas de riego
35
h3
30
h 2F
25
h 1=h 2
20
h 20
h 3(m)
h 1 en disminución
15
h 1 en aumento
10
FrL = 0
FrP = 0
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura VI.3. Curvas envolventes de h3(h1) para FrL/(γ·A1L) = 1,5 m y FrP/(γ·A2P) = 1,15 m (con líneas se
representan las simulaciones y con puntos las observaciones experimentales).
30
h 2F
25 h2
h 1=h 2
20
h 20
h 1 en disminución
h 2(m)
15
h 1 en aumento
10
FrL = 0
FrP = 0
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura VI.4. Curvas envolventes de h3(h1) para FrL/(γ·A1L) = 1,5 m y FrP/(γ·A2P) = 0 m (con líneas se
representan las simulaciones y con puntos las observaciones experimentales).
280
Anexo VI. Influencia sobre la regulación del rozamiento de los elementos de cierre
Con ayuda del modelo se comprueba lo que se deduce de las ecuaciones de equilibrio de los
elementos de cierre, que la variabilidad es mayor cuanto mayor sea también la componente
estática de la fuerza de rozamiento.
30
h 2F h 1 en aumento
25 h2
h 1=h 2
h 1 en disminución
20
h 20
h 2(m)
15
10
FrL = 0
FrP = 0
0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45
h 1(m)
Figura VI.5. Curvas envolventes de h3(h1) para FrL/(γ·A1L) = 0 m y FrP/(γ·A2P) = 1,15 m (con líneas se
representan las simulaciones y con puntos las observaciones experimentales).
281