¿SE NACE O SE HACE?

Violeta Núñez es una mujer muy comprometida con la educación, que ha asesorado a diversos
gobiernos para la implementación de programas sociales de educación. Tiene un “tip” fácil y
directo que ha inspirado trabajos de pedagogos y profesores: “la educación es un antidestino”.

Yo llegué al Colegio de la Sierra con una conciencia bien clara del significado de esta frase. Llevaba
5 años en Santa Cruz trabajando con Unidades Educativas en las que era muy urgente abrir la
posibilidad de pensar y sentir otros futuros. Trabajé con chicos de familias bien humildes de una
cultura muy popular y poco abierta. El destino de estos chicos estaba escrito en las estadísticas y
proyectos de desarrollo que los nombraban como población en riesgo, futuros pandilleros, madres
adolescentes… aunque todos tuvieran el reto de “salir profesional” como zanahoria al final de la
caña para seguir avanzando, a muchos les pasaba como al burro, que no mira a su alrededor sino
que avanza con la mirada fija en la zanahoria y no es consciente de la caña ni del camino. En este
contexto siempre pensé que gran parte de los chicos que se revelaban en la escuela, lo hacían por
la incomodidad de comprender que había algo de farsa en lo que ocurría ahí. No sé si han
escuchado la canción del grupo de rock Los Prisioneros “el baile de los que sobran”, si quieren es
una buena ocasión para hacerlo ahora y comprender de lo que estoy hablando.
En este contexto “antidestino” significaba del lado de los adultos encargados de la educación una
locura: insistir e insistir, ofrecer una y mil veces un lugar para que cada uno de los jóvenes pueda
pensar sobre el destino que lleva escrito y reescribirlo si es necesario.

¿Cuáles son sus destinos en el Colegio de la Sierra? ¿Qué es lo que esperan de ustedes? Me gusta
mucho el potencial que se respira en este colegio. Da la impresión de encontrarse frente a jóvenes
que tienen la capacidad de cualquier cosa. ¿Qué les falta? ¿Han sido ya capaces de ver la caña y la
zanahoria?