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LOS HECHOS ILICITOS: Los clasificamos en Delitos y ciertas Culpas Civiles que
ocasionan un daño, lo que en la época del Derecho Romano llamaron los
Cuasidelitos. Ciertas conductas de las personas, ciertos hechos en que incurren las
personas que ocasionan daños, ambos engendran la responsabilidad Civil
Extracontractual, tanto los delitos como las culpas civiles (negligencia, impericia e
imprudencia) producen daños.
En materia de responsabilidad Civil extracontractual, no nos interesa que la
conducta de la persona sea sancionada desde el punto de vista del derecho penal.
Ese es un problema del derecho Penal, de la jurisdicción lograr sancionar la
conducta, en materia de derecho Civil lo que nos interesa es que la conducta que
produce ese daño sea reparada tal y como lo pregona el Art. 2341 del C.C.
ART. 2341.—El que ha cometido un delito o culpa, que ha inferido daño a otro, es
obligado a la indemnización, sin perjuicio de la pena principal que la ley imponga
por la culpa o el delito cometido.
En materia de derecho Civil lo que nos interesa es la reparación del perjuicio, una
cosa es la sanción Penal y otra es la reparación del perjuicio, el perjuicio se
materializa con la probanza del daño sufrido, que se den circunstancias, como la
justificación del hecho, legítima defensa, estado de necesidad y otras no tiene en
materia de reparación del perjuicio la misma trascendencia que materia penal.
Todo daño debe ser reparado, es la invariable premisa de la cual hay que partir en
materia de responsabilidad civil extracontractual, quien mata a otro en legítima
defensa, causa un daño igual a quien lo hace planeando el crimen, se dispuso de la
vida de una persona, hay un perjuicio si reclama su pago debe repararse.
Al derecho Civil lo que interesa es que no haya daño sobre la tierra que no
encuentre una indemnización en el patrimonio del causante del daño. El problema
es encontrar el patrimonio que debe reparar el daño y además que este en
capacidad de hacerlo, es decir tenga el respaldo económico necesario.
El problema de si el hecho generador es un Delito o es una Culpa Civil sólo se tiene
en cuenta para efectos de determinar el término para intentar la acción de
reparación en uno o en otro caso.
El Contrato de Transporte es el único caso en que uno puede demandar por
Responsabilidad contractual deriva del contrato de Transporte y por
responsabilidad Civil Extracontractual, si hay culpa del transportador. Ejemplo: Un
bus de transporte de pasajeros tiene un percance, se lesionan las personas, la ley
mercantil establece unas indemnizaciones a favor de los pasajeros lesionados, ellas
son Contractuales, pero si se prueba además que hubo culpa del conductor se
generará una responsabilidad civil extracontractual.
La teoría subjetiva de la responsabilidad está consagrada en el artículo 1969 del Código Civil que dispone:
«aquel que por dolo o culpa causa un daño a otro está obligado a indemnizarlo. El descargo por falta de
dolo o culpa corresponde al autor». En este caso, el peso económico por el daño ocasionado corresponde
a la persona que actuó culpablemente, es decir, de modo imprudente, con impericia, negligentemente o con
intención de hacer daño. Si el daño se produjo sin que medie intención o culpa por parte del autor, no
existirá la obligación de indemnizarlo.
Independientemente de lo justo o no que nos pueda parecer la solución asumida por el Código Civil
Peruano, resulta evidente que no es la solución más adecuada tratándose de daños que, como los
ambientales, surgen y se agudizan en sociedades modernas y globalizadas. En efecto, los avances
tecnológicos y el crecimiento de la demanda han incrementado sustancialmente la capacidad del hombre
de dañar el ambiente, construyendo por ejemplo, carreteras, centros industriales o plantas nucleares. Por
otro lado, estas sociedades modernas y globalizadas conviven con sociedades pobres y de gran diversidad
cultural, en las que los conceptos de daño, bien y mal no son necesariamente los mismos o están
supeditados a la imperiosa necesidad de sobrevivencia y adaptación permanentes. Precisamente, ambos
tipos de sociedades influyen en las naciones latinoamericanas y particularmente en el Perú, lo cual
determina que la indagación y la calificación de la culpabilidad sean difíciles y altamente polémicas.
Hay que destacar, sin embargo, que la prueba de que se actuó con la prudencia y diligencia debida
corresponde al autor. En efecto, el artículo 1969 del Código Civil libera a la víctima de la necesidad de
acreditar el dolo o culpa del autor, pero no la libera de la necesidad de demostrar la relación de causalidad
entre el hecho ocurrido y el daño ocasionado.
Por su parte, el artículo 1970 incorpora la teoría del riesgo que obliga a reparar a aquel que mediante un
bien riesgoso o peligroso, o por el ejercicio de una actividad riesgosa o peligrosa, causa un daño a otro.
Esta teoría se sustenta en el principio de que aquel que a sabiendas se beneficia con el desarrollo de una
actividad riesgosa o con el uso de un bien igualmente riesgoso o peligroso, debe asumir los costos del
perjuicio que ocasiona.
Para el caso concreto del derecho ambiental y en su relación con los recursos naturales, dentro del régimen
de responsabilidad por el daño ambiental contemplado por la LGA, se distinguen también 2 tipos de
responsabilidad: la objetiva y la subjetiva.
Por su parte, la responsabilidad subjetiva se establece en los casos no considerados en el artículo 144 de
la LGA. Esta responsabilidad solo obliga al agente a asumir los costos derivados de una justa y equitativa
indemnización y los de la restauración del ambiente afectado en caso de mediar dolo o culpa. El descargo
por falta de dolo o culpa corresponde al agente.