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PERIÓDICO EL MUNDO
Durante una breve conversación telefónica con una televisión local, agregó que hay un
operativo de rescate listo para sacarlo del hospital, pero aseguró que no lo autoriza
para evitar "la pérdida de vidas humanas".
Correa confirmó lo que ya le había dicho a otros gobernantes como Evo Morales y
Hugo Chávez, que "corre peligro de muerte". "No tengo la vida asegurada. En
cualquier momento pueden entrar los uniformados que me rodean", aseguró.
El Gobierno de Ecuador decretó este jueves el estado de excepción en todo el territorio
nacional y delegó a las Fuerzas Armadas la seguridad interna y externa del país.
"Todo está tranquilo, pero los policías impiden la entrada o salida de personas",
incluidos los legisladores, precisó la fuente de la Asamblea. Además, dijo que "un grupo
pequeño de policías, que pertenecerían al Regimiento Quito", unidad que fue el centro
de la protesta de los agentes en la mañana, se encuentra actualmente en la sede
parlamentaria.
Miles de policías iniciaron este jueves una protesta en contra de unas enmiendas a la ley
de servicio público, que se tramita en el Legislativo, que consideran lesiva a sus
intereses. La protesta policial generó un caos en varias ciudades del país y obligó a
cerrar el aeropuerto internacional de Quito.
Correa explicó la situación vivida desde el mismo hospital. En una entrevista telefónica,
el mandatario dijo: "Hubo una bomba que estalló a pocos centímetros de mi rostro.
En estos momentos estoy con un suero y hielo, recuperándome".
El presidente afirmó que sus allegados le han informado de que los policías han cercado
los alrededores y revisan las ambulancias para constatar si va en una de ellas. "Sería un
secuestro del presidente de la República... sería el colmo de la traición a la patria".
Sobre las razones de la huelga, añadió que se trata de una serie de desinformaciones,
que los sueldos no se reducirán sino que se triplicarán. "La ley establece que habrá
compensaciones para aquellos que tienen que trabajar horas extra. Esto es una
conspiración permanente de los que no pueden ganar en las urnas".
'Mátenme si tienen valor'
Rafael Correa llegó esta mañana al Regimiento Quito, el mayor del país, para intentar
dialogar con los policías amotinados. Fue recibido con gritos, por lo que el jefe de
Estado entró en las instalaciones y, desde una ventana, se dirigió a los policías de tropa,
se quitó la corbata y se abrió la camisa para mostrar que no llevaba protección
antibalas.
"Si quieren tomarse los cuarteles, si quieren dejar a la ciudadanía indefensa, si quieren
traicionar su misión de policías, su juramento, traiciónenlo, pero este presidente y este
Gobierno seguirán haciendo lo que tiene que hacer", añadió Correa. "Si quieren
destruir la patria, destrúyanla, pero este presidente no da ni un paso atrás. Viva la
patria", finalizó Correa.
El hospital donde se encuentra Correa está rodeado por policías y manifestantes que
impiden salir al presidente ecuatoriano. "Me dicen que han cercado los alrededores",
dijo el propio Correa a la Radio Pública.
La cita tiene lugar "en una de las habitaciones del Hospital de la Policía Nacional, en
donde (Correa) está asilado tras ser agredido por los manifestantes, quienes además
impidieron la salida del mandatario", añade. Según Andes, en la reunión también está
presente el ministro de Finanzas, Patricio Rivera.
El hospital está cercado por policías sublevados, mientras que en las calles aledañas
se ha congregado una multitud afín a Correa, contra la que los agentes han disparado
pelotas de goma, según constató una periodista de EFE. El canciller de Ecuador,
Ricardo Patiño, ha llamado a los ciudadanos de Quito a dirigirse al lugar para "rescatar"
a Correa.
El secretario jurídico de la Presidencia de Ecuador, Alexis Mera, dijo por su parte que el
gobierno se encuentra en posición de conciliación y que esperan que los policías
depongan la medida de insurrección para dialogar. "Deseamos que esto se resuelva por
los mecanismos de diálogo, sin que ese diálogo signifique una imposición de ninguna
naturaleza", recalcó el secretario.
Carvajal señaló que no aceptarán ningún chantaje en el Gobierno y, al igual que Mera,
manifestó que esperan que los policías permitan que el presidente, Rafael Correa, salga
sin complicaciones del hospital, donde está rodeado por policías sublevados. "Si esto no
se da, estamos en una estado de excepción y los militares tienen la obligación de
resguardar el orden público", agregó Carvajal, al indicar que si se impide la salida del
mandatario de la casa de salud se podría calificar esa acción como un "secuestro".
Los policías de tropa, que escondían sus rostros de las cámaras, incendiaron
neumáticos en las afueras del Regimiento de Quito para agudizar la protesta, inédita en
Ecuador. En medio de las protestas, los policías pedían a gritos a los militares que los
apoyen al considerar que también a las Fuerzas Armadas afecta la decisión de eliminar
incentivos económicos en los ascensos y que se haya ampliado el plazo para los
mismos.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, general Luis
Ernesto González, dijo que los militares "están subordinados a las órdenes de su
comandante en jefe, el presidente Rafael Correa", al resaltar que "Ecuador vive un
estado de derecho". El alto militar señaló que las Fuerzas Armadas deben resguardar la
seguridad interna y externa, por lo que tomarán "las medidas que correspondan y las que
pida el gobierno".
Aunque Fuerzas Armadas apoyan a Correa, unos 120 militares se han unido a las
protestas. Oficiales militares se reunieron este jueves con el ministro de Defensa, Javier
Ponce, a quien le expresaron su insatisfacción por el cambio en el sistema de
bonificaciones y ascensos, dijo la fuente, que pidió no ser identificada.
González llamó a la policía y los militares que encabezan las protestas contra el
gobierno a que depongan su actitud y se preserve el estado de derecho. "Invitamos a la
policía nacional y a sectores de la sociedad civil y a ciertos elementos de la institución
armada a deponer su actitud", dijo González en una conexión televisiva emitida por
todos los canales.
Ante la situación que se está produciendo en el país con la primera crisis de este tipo
que sufre el gobierno de Correa desde que llegó al poder, en 2007, los bancos privados
comenzaron a cerrar sus puertas dos horas después de la apertura, una medida que
también están siguiendo algunos comercios.
En el aeropuerto de Quito unos 150 policías bloquearon la pista en su protesta contra las
autoridades. "Por nosotros está en el poder Correa", decían los policías, mientras se
escuchaban gritos de "vamos a la guerra civil". Como método de protesta, los policías
dijeron que no saldrán a las calles a hacer su trabajo hasta lograr un acuerdo con el
Gobierno ecuatoriano.
El presidente Correa dijo al intervenir ante los policías en el Regimiento Quito que
podía esperar esa actitud de cualquier otra institución pero no de la Policía, y lamentó
lo que considera una "memoria frágil" pues, en su opinión, ningún otro Gobierno ha
hecho lo que el suyo por esa institución del orden.
El general Florencio Ruiz, jefe del Estado Mayor de la Policía, que llegó al Regimiento
Quito, dijo a la televisión Teleamazonas que llegaba al lugar para "calmar a la gente"
y decirles que "no es necesaria esta protesta" y pedirles "un diálogo respetuoso,
fundamentado jurídica y técnicamente con el presidente de la República".
El intento del comandante general de la Policía, Freddy Martínez, por dialogar con los
manifestantes se vio frustrado cuando se accionó una bomba de gas lacrimógeno
cerca del lugar donde estaba el jefe militar en el mismo regimiento.
En esta noticia hay una gran abundancia de fuentes, incluso demasiadas. El que haya
tantas fuentes hace que se repitan cierta información (el hecho de que el Presidente
Correa no pueda salir del hospital). Se deberían ampliar algunas fuentes, por ejemplo
añadir más información acerca de lo que ocurrió en la Asamblea cuando entraron los
sublevados.
Además, no se deberían haber utilizado fuentes no identificadas dado que quita
veracidad a la noticia.
PERIÓDICO EL PAÍS
Naciones Unidas
Ban urge a todas las partes "a intensificar los esfuerzos para resolver pacíficamente la
actual crisis, dentro del estado de derecho". Correa ya ha calificado el suceso del jueves
como un intento de golpe de Estado por parte de la Policía.
España
España "no tolerará ningún tipo o intento de golpe de Estado en Ecuador", ha advertido
este jueves el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel
Moratinos, nada más tener conocimiento de la revuelta policial que ha saltado en ese
país. El ministro ha tenido conocimiento de los hechos mientras comparecía esta tarde
en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso. A su término y tras hablar con el
embajador de España en Quito, ha declarado a los medios de comunicación que "España
condena cualquier intento de derrocar al Gobierno constituido, a la legalidad existente
en Ecuador". Por eso, ha indicado que España estará "muy encima" de la situación en
Ecuador y movilizará todo su "arsenal diplomático europeo e internacional para que esta
revuelta acabe" y la legalidad constitucional "siga estando vigente en Ecuador".
Según los datos del embajador español en Quito, parece que la legalidad constitucional
"no está en peligro" a pesar de que ha calificado los hechos como unas "revueltas graves
y serias" por parte de la policía del país, ha relatado el ministro. Algunas noticias
apuntan, ha añadido Moratinos, que las Fuerzas Armadas apoyan al presidente Rafael
Correa, de cuyo estado de salud no tenía Moratinos información directa, después de que
algunas informaciones dijeran que había resultado herido.
Perú
Asimismo, García ha indicado que ha realizado algunas gestiones con otros presidentes
de América Latina para enviar a los ministros de Exteriores de la región a Ecuador y
manifestar de esta forma su apoyo a Correa. "Nos hemos dirigido a diferentes países y
he tomado contacto hace unos momentos con la presidenta de Argentina (Cristina
Fernández de Kirchner) para hacer coordinaciones. Nuestra primera decisión es enviar a
los cancileres de los once países de Sudamérica a Guayaquil", ha dicho García.
Estados Unidos
Venezuela
Chile
Brasil
Argentina
Bueno Aires acogerá en las próximas horas una reunión de urgencia de la Unión de
Naciones Suramericanas (UNASUR). Está presidida por la presidenta argentina,
Cristina Fernández de Kirchner, y prácticamente todos los presidentes de la región han
confirmado su asistencia con la excepción del brasileño, Lula da Silva.
"El único responsable del caos que tenemos actualmente en el Ecuador es el Gobierno
abusivo, corrupto, prepotente de Rafael Correa, que viola permanentemente los
derechos de los ciudadanos, que no permite que haya fiscalización, que no permite que
en la Fiscalía se investiguen las denuncias de los posibles vínculos de su Gobierno con
las FARC", dijo. En entrevista telefónica con Efe desde Brasilia, Gutiérrez aseguró que
"Correa ha sembrado odio y violencia entre los ecuatorianos".
Gutiérrez, un coronel retirado del Ejército, es líder del Partido Sociedad Patriótica y uno
de los opositores a Correa quien, en su opinión "culpa a terceros de sus propios errores".
"Él continúa culpando a la partidocracia (partidos políticos tradicionales) de lo que
sucede en Ecuador, cuando es presidente cuatro años", dijo desde Brasilia, adonde viajó
para informarse sobre asuntos electorales.
Para Gutiérrez, que gobernó Ecuador entre enero de 2003 y abril de 2005 cuando fue
destituido por protestas populares, la situación actual del país es "gravísima". "Ojalá no
sea cierto, pero me llegan mensajes de que Correa está llamando a sus fuerzas de
choque, constituidas básicamente por venezolanos y cubanos, para que salgan a
respaldarle a Rafael Correa, enfrentándose con la gente que está en contra de Rafael
Correa. Eso sería un error imperdonable si es cierto", ha añadido Gutiérrez.
Es normal el uso de tantas fuentes en una noticia que abarca tanto espacio, pero el autor
de la noticia ha abusado del uso de fuentes. La noticia es un constante cúmulo de
declaraciones y citas de personas.
En la noticia se puede ver el punto de vista de unos y otros, pero no se explica la
situación que está viviendo Ecuador, lo que ha pasado allí, que es importante para
entender la posición de las dos partes.
PERIÓDICO EL MUNDO
Imagen 1. Portada
del periódico El Mundo, 1 de octubre de 2010.
Imagen 2. Ampliación de la portada del periódico El Mundo, 1 de octubre de 2010.
Se repiten tres de las fuentes utilizadas para la edición digital del mismo periódico el día
anterior y con ello se repiten frases como “Señores, si quieren matar al presidente, aquí
está; (…)” o “Los que no pueden ganar en las urnas, conspiran” (frase que aparece entre
comillas en las dos noticias pero escrita de diferente manera, lo que nos hace dudar de
su fiabilidad).
Se tendrían que haber utilizado otras fuentes u otras citas en lugar de las que ya
aparecieron el día anterior en la edición digital.
En este caso hay un uso mínimo de fuentes. Pero en este caso, el hecho de que se hayan
utilizado pocas fuentes no afecta al contenido del artículo, ya que este parece bastante
completo (teniendo en cuenta su corta extensión). Aunque quizá, tratándose el autor de
un corresponsal en Ecuador, podría haber buscado y añadido más fuentes, sobre todo a
cerca de la opinión de los policías sublevados que antes estaban del lado de Correa.
PERIÓDICO EL PAÍS
Las calles de las ciudades ecuatorianas han amanecido hoy con un profundo sentimiento
de luto. Han muerto tres policías, un militar y un estudiante, pero todos sienten que las
principales víctimas son la paz y, sobre todo, el sentido común. La imagen de los
agentes enfrentándose a tiros con los militares se convirtió en un cuadro inverosímil,
nunca antes visto en la historia democrática del país andino.
Lucía Sotomayor, una estudiante de arquitectura que vive en Quito, la capital, asegura
en una conversación telefónica, que el jueves 30 de septiembre de 2010 pasará a la
historia como un día dominado por la angustia. A primera hora, centenares de policías
habían salido a las calles en protesta por un recorte en sus beneficios salariales. Ella
también salió temprano de casa: "Me fui llena de nervios porque ya sabía que no había
policías en la calle, pero fue a mediodía cuando vi en los telediarios que el asunto se
estaba agravando y regresé a casa. Esa es una hora punta de tráfico y Quito ya era
fantasmal. No sabía qué iba a pasar".
A esa misma hora conducía su taxi Washington Terán, de 50 años. Se vio obligado a
regresar a su casa, en el sur de la ciudad. "Ya era imposible trabajar. Los policías
estaban por la calle quemando neumáticos, y por la central de radio nos advirtieron que
los delincuentes ya estaban haciendo de las suyas", relata mientras conduce su coche.
En esos momentos, el presidente Rafael Correa se enfrentaba verbalmente con los
agentes sublevados en un cuartel policial.
Como todos los ecuatorianos, tanto Lucía como Washington estuvieron pegados a las
pantallas de televisión durante toda la tarde. Ella, indignada por la actitud de los
policías, pero también por las actuaciones de un gobernante que considera populista. Él,
a punto de salir a la calle para "defender al presidente".
Cuando el ambiente se volvió más denso y los fantasmas del golpe de Estado y la guerra
civil planeaban sobre las mentes de los residentes en Quito, en Guayaquil, la ciudad más
grande del país, los ataques de los malhechores desataban el pánico. Dos sucursales
bancarias fueron asaltadas. Varios supermercados, saqueados. La incertidumbre era
generalizada. Incluso los payasos de plástico de tamaño real que se ubican junto a las
puertas de los restaurantes McDonald's fueron arrancados por los ladrones. El
presidente intentaba salir del cuartel, pero era retenido por los insurrectos en un
hospital. Mientras tanto, Andrea Regalado, una joven periodista que no tenía que
trabajar en la mañana del jueves, aprovechó para ir al banco. Como el sentimiento de
inseguridad ya era general en Quito, tuvo que someterse a un cacheo para entrar al
banco. "Por miedo me regresé a mi casa. Como vivo cerca del Hospital de la Policía,
pasé toda la tarde escuchando sirenas de patrullas y ambulancias", explica. El país
estaba ya en estado de excepción.
El presidente logró salir. La noche pasó. Pero muchos no pueden presumir hoy de haber
disfrutado de un sueño reparador. El taxista Washington Terán ha salido de nuevo a la
calle. Asegura que los agentes de policía han recuperado el control de la ciudad: "Pero
cada vez que uno los mira, bajan la cabeza; como que si sintieran vergüenza".
El hecho de que le haya utilizado como fuentes los testimonios de personas de calle le
da mucho realismo y emoción a la noticia. Te pones en la piel de las personas y conoces
lo que han vivido y su opinión.
Es una muy buena forma de relatar lo que sucedió el día 30 de octubre en la ciudad de
Quito.
Día 2 de octubre de 2010
PERIÓDICO EL MUNDO
Hay una cantidad respetable de fuentes pero es muy poco el contenido que se saca de
cada una de ellas. Ya que la noticia habla sobre la resignación de Correa de perdonar a
los sublevados deberían haber incluido más comentarios y opiniones del presidente
ecuatoriano y de los policías al respecto. No han sabido aprovechar lo que Correa dijo
en la rueda de prensa, que es un contenido fundamental en la noticia.
Imagen 8. Ampliación página interior derecha del periódico El Mundo, 2 de octubre de 2010.
Fuentes utilizadas en la noticia: la declaración de Buenos Aires.
A pesar de que sólo se ha utilizado una fuente para la noticia esta está bastante
completa. Hay que tener en cuenta su corta extensión. Además, han sabido darle la
utilidad adecuada a la única fuente que han utilizado.
Aunque es evidente que el uso de otras fuentes como, por ejemplo, declaraciones alguno
de los miembros de las organizaciones (OEA o Unasur) habría enriquecido la noticia.
Imagen 9. Ampliación página interior derecha del periódico El Mundo, 2 de octubre de 2010.
Si es verdad que el espacio tan limitado de la noticia no deja mucho juego para la
utilización de las fuentes, pero el autor podría haber añadido alguna declaración,
opinión, cita, de algún otro ex presidente, porque por mucho que en la noticia se relate
el pasado “obscuro” de Lucio Gutiérrez el espectador necesita una opinión de alguien
cercano al tema.
PERIÓDICO EL PAÍS
Ecuador puso fin en la madrugada de ayer a la revuelta policial que mantenía al país en
jaque desde el jueves. El rescate del presidente Rafael Correa, retenido durante 11 horas
por los sublevados en un hospital de Quito, ha devuelto la normalidad institucional, si
bien la tensión política, alimentada por la polarización y la parálisis legislativa, está
lejos de remitir.
Cuarenta minutos bastaron para acabar con el asedio del presidente en el Hospital de la
Policía. Allí había recalado, a mediodía del jueves, tras una accidentada reunión con los
agentes sublevados en el regimiento Quito 1, a cargo de la seguridad de la capital. Los
amotinados protestaban contra la decisión del Gobierno de suprimir sus incentivos
salariales. Pero el tono fue subiendo (Correa se llegó a abrir la camisa y a retar a que le
dispararan) y el encuentro acabó entre gases lacrimógenos y zarandeos que lastimaron al
presidente, convaleciente de una operación de rodilla.
Los agentes rebeldes rodearon el hospital durante varias horas, hasta que el Ejército,
apoyado por un grupo policial de élite, se abrió paso a tiros. Correa fue sacado en un
todoterreno en medio de un intenso intercambio de disparos, que dejó al menos dos
policías muertos (uno de ellos, del equipo de rescate, alcanzado por fuego amigo). Unas
80 personas, entre militares, agentes y seguidores del presidente, resultaron heridos.
"Eso es lo que lograste Correa, que nos enfrentemos pueblo contra pueblo", se
lamentaba uno de los agentes de élite, citado por el diario El Comercio.
Superada la crisis, rodó la primera cabeza. Fue la del comandante general de la Policía,
Freddy Martínez, que renunció su cargo en cuanto Correa fue rescatado. "Un
comandante irrespetado y agredido por sus subalternos no puede quedarse al frente de
ellos", dijo Martínez, que lamentó que los policías "equivocaran el camino" en sus
reivindicaciones y sugirió que "posiblemente hubo infiltración de gente interesada en
desestabilizar a la policía".
De hecho, el apoyo internacional sin fisuras recibido por el Gobierno ecuatoriano (desde
la ONU a Estados Unidos, pasando por la Organización de Estados Americanos, la
Unión Europea o Unasur) contrasta con el apoyo con matices de las fuerzas políticas y
sociales ecuatorianas. Hubo unanimidad en el rechazo a la revuelta policial y a cualquier
intento de desestabilizar el orden político, pero el presidente Correa no se libró de las
críticas. La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) aseguró
que el presidente está pagando las consecuencias de "su prepotencia". "Hemos visto
cómo las leyes consensuadas fueron vetadas por el presidente, cerrando cualquier
posibilidad de acuerdos", declaró Norma Amay, presidenta de la organización indígena.
En el mismo sentido se pronunciaron la Federación de Servidores Públicos y varias
organizaciones sindicales, afectados, como los policías, por los recortes
gubernamentales. "Esperamos que el Gobierno rectifique y facilite el diálogo", dijo el
dirigente sindical Matías Tatamuez.
PERIÓDICO EL MUNDO
Imagen 10. Página interior del periódico El Mundo, 3 de octubre de 2010.
No habría que añadir ni quitar ninguna fuente. El autor del artículo ha sabido
seleccionar bien las fuentes y añadirlas a la noticia en su justa medida, ya que ha
utilizado fuentes y datos a favor de lo que dice Correa y fuentes que están en contra,
dando un equilibrio a la noticia.
Habría que añadir también que la fuente del analista le da seriedad a la noticia y hace
que el lector se incline por esa teoría, ya que se trata de un profesional el que la
mantiene.
PERIÓDICO EL PAÍS
Imagen 11. Portada del periódico El País, 3 de octubre de 2010.
Imagen 12. Ampliación portada del
periódico El País, 3 de octubre de
2010.
Hay una cantidad adecuada de fuentes, aunque quizá, titulándose la noticia “El golpe de
Estado según Correa” , se debería haber completado la información con más
declaraciones de Correa, para saber cómo vivió él la sublevación.
Imagen 15. Ampliación de la página interior izquierda del periódico El País, 3 de octubre de
2010
PERIÓDICO EL MUNDO
Imagen 16. Ampliación página interior del periódico El Mundo, 4 de octubre de 2010.
PERIÓDICO EL PAÍS
La presencia militar en Quito era ayer perceptible pero discreta. Aparte de los cerca de
300 efectivos destacados para resguardar el Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno
en pleno centro histórico, se veían patrullas de tres o cuatro soldados en algunas calles y
en los grandes parques de la ciudad como El Ejido, La Alameda y La Carolina. No
infundían inquietud ni sensación de estar a la espera de entrar en acción, más bien lo
contrario. En puntos considerados estratégicos, como las vías de acceso a la capital,
algunas gasolineras y plantas de distribución eléctrica, la presencia militar era mayor y
más vigilante. Desde la entrada en vigor el jueves pasado de la ley de excepción a raíz
de la sublevación de los policías contra el presidente Rafael Correa, el Ejército
supervisa la labor de los agentes de seguridad y hasta tiene potestad para detener a quien
cometa un delito flagrante.
A pesar del malestar que hay en los cuarteles por la nueva Ley de Servicio Público que
elimina algunos incentivos económicos de las Fuerzas Armadas y de la Policía y que
fuera el detonante de la asonada policial del jueves -en la que también participaron
miembros de la Fuerza Aérea-, los militares se mantienen fieles al presidente. "Hay
malestar, sobre todo en los mandos medios, pero la cúpula es leal a Correa. Se puede
estar en desacuerdo con el presidente, pero ante todo somos un Ejército profesional.
Aquí no ha habido infiltración de militares cubanos o venezolanos con la excusa de
defender la Constitución, nos bastamos solos", dice el coronel retirado Galo
Monteverde. El oficial habla con orgullo. Y es que su "ejército", como dice, salió el
jueves a la calle a defender a un presidente constitucional por primera vez desde la
recuperación de la democracia en 1979.
Hasta ahora la institución castrense había sido cómplice o mero observador en las
revueltas que se cobraron ocho presidentes en 10 años desde 1997. Abdalá Bucaram fue
destituido por incapacidad mental sin examen médico y los militares se limitaron a
indicarle la salida. Mahuad fue derrocado por un complot indígena-militar que formó
una Junta de Salvación Nacional de la que fue parte el coronel Lucio Gutiérrez. Gustavo
Noboa juró el cargo en 2000 en el Ministerio de Defensa. Cinco años más tarde, una
"revolución ciudadana" expulsó a Gutiérrez tras tres años en el poder y el Ejército
observó la caída de su viejo camarada como quien ve llover.
"El Ejército ha entrado en la era moderna", dice Paco Moncayo, general retirado de
cuatro estrellas, ex alcalde de Quito y actual parlamentario independiente de
centroizquierda. "Hasta el golpe de Gutiérrez contra Mahuad hace más de una década, el
Ejército había honrado la tradición de neutralidad forjada desde finales de los setenta.
Antes y después de esa asonada, el militar se limitó a mantener como pudo el orden ante
la inestabilidad política. Ahora, Correa, con su manejo irresponsable de la rebelión
policial, fuerza al Ejército a salir en su defensa y enfrentarse a los agentes. Esto había
sucedido solo en dos ocasiones, durante el Gobierno de Velasco Ibarra
[ cinco veces presidente en distintos periodos entre 1934 y 1972], otro populista",
reflexiona. "El Ejército se comportó como una institución del siglo XXI, pero el
contexto en el que tuvo que actuar pertenece a la segunda mitad del XX. El Gobierno es
el que está desfasado, no el Ejército", añade.
Aunque Moncayo, como la mayoría de los analistas consultados, duda de que el Ejército
o una parte de este protagonice un golpe de Estado, advierte que la institución es un
polvorín y que solo la insistencia del comandante en jefe de las tres fuerzas, el general
Ernesto González, para que el Gobierno revise la ley que afecta a los salarios del cuerpo
ha rebajado un poco la tensión. El malestar no es solo por la rebaja de las retribuciones,
sino también por un error de cálculo en la aplicación de la escala salarial de suboficiales
y oficiales que se arrastra desde 2006.
Durante el fin de semana, la ministra de Política, Doris Soliz, declaró que el Gobierno
reescribirá la ley que desató la sublevación de policías para clarificar su contenido, pero
que no hará cambios significativos. También quedó descartada, de momento, la
disolución del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas que tenía en
mente Correa para reforzar su poder y sacar adelante su plan de austeridad.
Fuentes utilizadas en la noticia: Galo Monteverde (ex coronel) Paco Moncayo (general
retirado de cuatro estrellas, analista, ex alcalde de Quito y actual parlamentario
independiente de centroizquierda.
Aunque las declaraciones que aparecen a lo largo de la noticia ocupan gran parte del
texto el autor debería haber ampliado la noticia con citas de los soldados sublevados o
de miembros de las Fuerzas Armadas ecuatorianas explicando si Ecuador se encuentra
ya en una situación de calma, si creen que van a volver los disturbios, etc.