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REFLEXION;
Esta parábola nos ejemplifica los dos tipos de obra que se están realizando en
el mundo además de permitirnos entender por qué existe la malicia. Dios
siembra buenas semillas (el trigo) que se convierten en hijos de su Reino
Divino; Satanás el maligno, por otro lado también siembra su descendencia (la
cizaña), los dos crecen en el mundo y al momento de ver los frutos se van
diferenciando unos de otros.
El relato como tal nos dice que estas dos siembras se ven y actúan iguales a los
hijos del reino de Dios, es decir no se le encuentra ninguna diferencia. Con el
paso de los años mientras exista el arrepentimiento y se vuelva a Dios, estamos
siguiendo la corriente de este mundo, conforme a las escrituras divinas, se tiene
que tener presenta que la cizaña (Satanás) siempre va a existir influyendo a
través del ánimo y la actitud, y a menos que entendamos esto y resistamos
activamente su espíritu malvado, podemos convertirnos en creyentes por
completos dirigiéndonos al camino de Dios sin que ningún agente externo
influya en nuestra fe.
LA PARÁBOLA DE LA LEVADURA
REFLEXIONES:
Si se detalla desde un punto de vista profundo esta parábola persigue mostrar el
carácter del inicio y final, como siempre ubicándonos en como Dios percibe los
actos la levadora es el reino terrenal como se proyectaría el reino de los cielos, si
este fuesen en la tierra.
Cuando hace mención a que todo quede leudado con tan solo una pequeña
medida se evidencia de como a través del poder de la palabra de Dios y de sus
enseñanzas toda la tierra debe estar en sintonía y profetización de esta. Para
lograr llevar a Dios y al poder de la fe a cada rincón de la tierra como también,
que el manejo a esta sea desde los más pequeños a los más grandes, sin ninguna
limitante, abarcando el todo, aunque la intensión la inicie un pequeño grupo o
una sola persona, tal como pasó con Jesús.