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Perfil histórico

Retrato de hombre, óleo sobre lienzo de Sebastiano del Piombo, fechado en 1519, con una leyenda
de dudosa autenticidad que lo identifica como el ligur Colombo, «el primero en entrar en barco en el
mundo de las Antípodas» (Nueva York, Metropolitan Museum).5

Monumento a Colón (Madrid), escultura de Jerónimo Suñol.

Cristóbal Colón sostenía que podía alcanzarse el lejano oriente (conocido en la época
como «Las Indias») desde Europa navegando por el océano Atlántico hacia el oeste, y que
era posible realizar el viaje por mar con posibilidades de éxito.6 La caída del Imperio
romano de Oriente en poder de los turcos otomanos en 1453, tras la toma
de Constantinopla, su capital, provocó el encarecimiento del comercio entre Europa y las
regiones orientales.
Aunque en el siglo III a. C., el astrónomo griego Eratóstenes había calculado con bastante
exactitud la medida de la circunferencia de la Tierra; al parecer, la hipótesis de Colón
sobre la posibilidad del viaje se basaba en cálculos alternativos (y erróneos) sobre el
tamaño de la esfera, ya que suponía que era más pequeña de lo que realmente es.78Ahora
bien, Colón aseguraba que había recopilado datos sobre la existencia de tierras habitadas
al otro lado del Atlántico. De los mismos deducía que el extremo oriental de Asia se
hallaba mucho más próximo a Europa de lo que suponían los cosmógrafos de la época.
También era posible que tales informes testimoniaran la presencia de islas que pudieran
servir como escalas en un viaje a las Indias.9
Otras teorías sostienen que Colón había oído datos, por habladurías de marinos, sobre la
existencia de tierras mucho más cercanas a Europa de lo que se suponía científicamente
que estaba Asia, y que emprendió la tarea de alcanzarla para comerciar sin depender de
la República de Génova ni del Reino de Portugal. Una de ellas, conocida como la teoría
del prenauta, sugiere que durante el tiempo que Colón pasó en las islas portuguesas del
Atlántico se hizo cargo de un marino portugués o castellano moribundo
cuya carabela había sido arrastrada desde el golfo de Guinea hasta el mar Caribe por las
corrientes.10 Ciertos autores incluso dicen que podría tratarse de Alonso Sánchez de
Huelva,1112 aunque según otras fuentes podría ser portugués o vizcaíno.13 Esta teoría
sugiere que el prenauta le confió a Colón el secreto.141516 Según algunos estudiosos, la
prueba más contundente a favor de esta teoría son las Capitulaciones de Santa Fe, ya que
hablan de «lo que ha descubierto en las mares oçeanas»17 al tiempo que otorgan a Colón
una serie de privilegios no otorgados hasta entonces a nadie.
Lo seguro es que Colón no solo logró arribar a las costas de América, sino que regresó a
Europa, realizando un total de cuatro viajes y dando origen a una ruta para la navegación
periódica y segura entre Europa y América. Aunque es sabido que los siberianos habían
llegado a América en el Pleistoceno, y que existe documentación que habla sobre posibles
viajes anteriores realizados por los cartagineses,18 musulmanes andalusíes,19
vikingos o chinos.20 No obstante, es a partir de los viajes de Colón, y otros exploradores y
conquistadores que le sucedieron, cuando se establecieron vínculos permanentes con
Europa y se puede hablar de «descubrimiento», al haber reconocimiento de las naciones
implicadas y testimonios contrastables en la época. A partir de este «encuentro» algunas
potencias europeas invadieron el territorio americano, imponiendo su dominio, político,
cultural y religioso, sobre las culturas locales.
Colón proyectó su viaje con el fin de traer de Oriente mercancías, en
especial especias y oro.n. 2 El camino de la especiería que incluía las especias, la seda y
otros productos originarios del extremo Oriente, habían llegado a través de los siglos
siempre por la ruta comercial que atravesaba Asia hasta Europa, por Asia Menor y Egipto,
pero a partir de la expansión del Imperio otomano esta vía se hizo difícil y quedó
monopolizada por ellos y sus socios, los mercaderes italianos. El Reino de Portugal y
el Reino de Castilla, en ese entonces los primeros estados de la Edad Moderna, querían
esas mercancías sin intermediarios.
Estatua de Cristóbal Colón en Santo Domingo, obra del escultor francés Ernesto Gilbert.

Debido a que los portugueses habían conseguido su Reconquista contra


los musulmanes en el siglo XIII, tomaron la iniciativa en la competencia por alcanzar una
nueva ruta de la especiería que fuera una alternativa marítima directa a Asia Oriental.
Portugal se lanzó a navegar por el mar océano bordeando África otorgándose el monopolio
de dicha navegación por el océano Atlántico a excepción de las islas Canarias.2122
En 1488 el navegante Bartolomé Díaz encontró el paso por el cabo de Buena Esperanza,
que unía el Océano Atlántico con el Océano Índico.
Por su parte, el Reino de Castilla, en el mismo año en que terminó con éxito
su Reconquista, buscó una ruta nueva de las especias, y si bien también la buscó en el
Océano Atlántico, fijó otro rumbo —hacia el oeste— en aguas alejadas de la costa y
desconocidas para los navegantes.
La llegada de Colón a América permitió el desarrollo del comercio y el envío hacia Europa
de gran cantidad de alimentos que se cultivaban en esas tierras, como el maíz, la patata,
el cacao, el tabaco, el pimiento, el zapallo, la calabaza, el tomate, el poroto (nuevas
variedades de judía o frijol), el aguacate y la vainilla, entre otros, que fueron rápidamente
adoptados por los europeos y por el resto del mundo. Los investigadores han estimado
que tres quintas partes de los cultivos actuales de todo el mundo fueron importadas desde
América.23 En sentido inverso, la expedición colombina conllevó posteriormente la llegada
a América de la rueda, el hierro, el caballo, el cerdo, el asno, el café, la caña de azúcar y
las armas de fuego, entre otras.
En su primer viaje, el navegante alcanzó la isla de San Salvador, llamada Guanahani por
los habitantes que encontraron, en las actuales Bahamas. Después de dos meses de
travesía, visitando después Cuba y La Española, volvió a España siete meses después de
su partida. En su último viaje solo tardó un mes y cuatro días en alcanzar las costas de
América.

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