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Clima

Desde el punto de vista climático, la región marca la transición entre los climas templados
secos de la zona central de Chile y los climas templados lluviosos que se desarrollan
inmediatamente al sur del río Biobío.

En la franja costanera y en los sectores altos y laderas occidentales de la Cordillera de la


Costa se presenta un clima templado húmedo, con una humedad constante con
precipitaciones que fluctúan entre 1.200 mm y 2.000 mm anuales de norte a sur de la
región.

Hacia el interior el clima templado costero húmedo posee también temperaturas menos
extremas donde las precipitaciones alcanzan 1.330 mm anuales con un período seco de
cuatro meses. En el valle longitudinal las temperaturas presentan un mayor contraste entre
día y noche.

En la parte norte de la región predomina el clima templado mediterráneo abarcando toda la


zona intermedia, bordes orientales de la Cordillera de la Costa y los sectores más bajos de
la precordillera.

En la Cordillera de los Andes por sobre los 1.500 metros de altura se desarrolla el clima frío
de altura con abundantes precipitaciones, más de 2.000 mm anuales y las bajas
temperaturas que permiten la presencia de nieves permanentes en las alturas de la
cordillera.
Vegetacion
Las características climáticas que presenta la región en su extremo norte permiten la
existencia del espino, asociado con boldo, peumo y quillay. En cambio hacia el sur se
encuentra el bosque esclerófilo, en donde hoy es posible apreciar el cambio que se ha
producido en la vegetación natural por las plantaciones forestales de pinos y por cultivos
agrícolas.

Al sur del Biobío se ubica el bosque templado higromórfico, principalmente en la Cordillera


de la Costa y en la precordillera andina, donde predomina especies como el roble
(Nothofagus obliqua), el ciprés (Austrocedrus chilensis), y en los sectores con mayores
alturas es posible encontrar roble y mañío. Además está acompañado por un denso
sotobosque formado por canelo (Drimys winteri), olivillo (Aextoxicon punctatum), avellano
(Gevuina avellana) y especies menores como el copihue, quila y ulmo.

La región del Biobío posee una gran importancia respecto de la amplia variedad de
especies nativas: por una parte tanto en la sección alta del Río Biobío, como en la
Cordillera de Nahuelbuta se encuentra el bosque de Araucarias, el cual habitualmente se
asocia con especies como coigüe (Nothofagus dombeyi), lenga (Nothofagus pumilio) y ñirre
(Nothofagus antárctica). Adicionalmente en el propio Nahuelbuta se pueden apreciar
especies de la fauna y avifauna típica nacional, como el pudú (Pudu puda), el chucao
(Scelorchilus rubecula), el carpintero negro (Campephilus magellanicus), el pitío (Colaptes
pitius), el zorro de Darwin o Chilote (Lycalopex fulvipes), y el Puma (Puma con color).
Tipos de suelo en Concepcion

Los suelos derivados de cenizas volcánicas modernas, se encuentran principalmente en la


Precordillera andina y en el oriente de la Depresión Intermedia. Son derivados de cenizas
recientes relacionadas con la actividad volcánica del Cuaternario (SERNAGEOMIN. 2003).
Las principales características de estos suelos “trumaos” incluyen texturas franca, franco
arenosa fina y franca limosa, consistencia friable y la baja densidad aparente que
generalmente varía entre 0.6 a 0.9 g cm-3. El horizonte superficial, presenta un color muy
oscuro con contenidos de materia orgánica que fluctúan entre 8 y 12%. La Serie principal que
presenta este grupo de suelos, es Santa Bárbara (Andisols), la cual tiene gran importancia
por la enorme superficie que abarca en la Precordillera andina. Arrayán (Andisols) es otra
Serie importante en este grupo en sectores con menor pendiente y es cultivado más
intensivamente (CIREN, 1998). Este grupo, incluye otras Series que se diferencian por
pendiente, textura, desarrollo morfológico y profundidad a sedimentos fluvio glaciales.
Los suelos rojo arcillosos son derivados de cenizas volcánicas antiguas que han
evolucionado sobre brechas volcánicas o tobas volcánicas en la Precordillera andina y
Depresión Intermedia. La topografía que presentan es variada, predominando los lomajes y
planicies onduladas, disectadas por quebradas profundas con cursos de agua intermitentes.
Los suelos que conforman este grupo tienen colores rojizos, con una consistencia que es
plástica y adhesiva en húmedo, pero dura y compacta en seco. Generalmente, el horizonte
superficial tiene aproximadamente 3 a 5% de materia orgánica, y la textura superficial es
franco arcillosa, y arcillosa en el subsuelo. Los suelos de mayor importancia de este grupo
incluyen las Series Collinco (Ultisols) y Mirador (Alfisols) que se diferencian principalmente
por drenaje. Collinco es bien drenado y el drenaje de Mirador varía de moderado a
imperfecto (CIREN, 1998).
Los suelos arenosos, en la Depresión Intermedia, se han formado a partir de sedimentos
arenosos, principalmente en el gran Cono Aluvial del río Laja. La topografía es plana a
ligeramente ondulada, pero, dado que algunos sedimentos arenosos que fueron
redistribuidos por la acción del viento, se pueden encontrar dunas en algunas áreas. Los
suelos arenosos tienen bajo contenido de materia orgánica y colores oscuros por la
composición mineralógica (andesítica-basáltica) del material generador. Generalmente,
tienen texturas arenosas con o sin grava, estructura de grano simple y bajo contenido de
agua aprovechable para cultivos. La Serie Arenales (Entisols) es más representativa de este
grupo, y otras incluyen Coreo (Entisols) con texturas más gruesa y Santa Teresa (Mollisolls)
con poca profundidad a la napa freática (CIREN, 1998).
Los suelos de sedimentos aluviales finos, en la Depresión Intermedia, generalmente tienen
4 a 6% materia orgánica en la superficie, texturas medias a moderadamente finas en la
superficie y moderadamente finas a finas en el subsuelo. En los sectores con menor
precipitación se pueden encontrar suelos con poca profundidad “toba volcánica”, que en
realidad es un horizonte cementado son sílice (duripan) (Stolpe, 2006). Las Series se
diferencian basándose en textura, profundidad a gravas o al duripan, y drenaje e incluyen
Bulnes (Mollisols), Carimay Mollisols), Quella (Vertisols), Santa Clara (Mollisolls) y Tres
Esquinas (Alfisols), entre otras (CIREN, 1998). La topografía es casi plana a ondulada.
Los suelos de rocas graníticas se han originado a partir de la meteorización de rocas
graníticas o de dioritas cuarzosas, las que forman gran parte del macizo montañoso de la
Cordillera de la Costa en la VIII Región. La topografía es de lomajes y cerros, con
pendientes variables y complejas. Los suelos son profundos a poco profundos a las rocas
meteorizadas (dependiendo de la erosión), y tienen aproximadamente 3 a 4% materia
orgánica en el horizonte superficial, texturas franco arcillosas en la superficie y arcillosas en
el subsuelo y buen drenaje. Las Series más importantes incluyen Cauquenes (Alfisols) y San
Esteban (Alfisols), donde Cauquenes se encuentra en posiciones más bajas y septentrional
que San Esteban (CIREN, 1998).
Los suelos de rocas metamórficas se encuentran en distintos sectores de la Cordillera de la
Costa, y se han formado a partir de material generador de rocas metamórficas. Los suelos
más importantes son las Series Constitución (Alfisols) y Pocillas (Alfisols) en el norte y
Nahuelbuta (Ultisols) en el sur (CIREN, 1998). Normalmente, los suelos ocupan posiciones
altas con una topografía que varía desde lomajes abruptos a cerros y montañas con
pendientes variables y complejas. Los suelos tienen 3 a 4% materia orgánica en la
superficie, drenaje que varía desde imperfecto a moderado, y texturas que incluyen franco
arcillosa en la superficie y arcillosa en el subsuelo.
Otros suelos se han formado a partir de la evolución de los sedimentos marinos que forman
extensas plataformas litorales en la zona costera de la VIII Región. En varios sectores las
terrazas marinas han sido afectadas por procesos de erosión geológica, resultando en
pendientes plana a fuertemente ondulada. Las Series en este grupo, incluyen Antihuala
(Ultisols), Tomé (Ultisols) y Cobquecura (Alfisols), entre otras (CIREN, 1998). Generalmente,
los suelos son moderadamente profundos a profundos, con moderado a buen drenaje. El
contenido de materia orgánica fluctúa entre 3 a 6% en la superficie y las texturas varían entre
franco limosa a arcillosa en la superficie, y franco arcillo limosa a arcillosa en el subsuelo.

GEOMORFOLOGIA ARAUCO
Respecto a los rasgos geomorfológicos, dos terrazas conforman el relieve y modelado mayor
de la isla, siendo ambas de origen marino. La más antigua y también más alta corresponde con
las estructuras sedimentarias que se eleva a unos 60 metros s, n, m, aproximadamente, y que
se inclina ligeramente hacia NE, de modo que la red de drenaje y disección fluvial está
determinada por las orientaciones tectónicas. Por otra parte, el perfil transversal de Oeste a
Este, marca una fuerte disimetría, al lado Oeste limita con el mar a través de vigorosos
acantilados marinos, mientras que el sector Este, la terraza empalma con la terraza
depositacional a través de pequeños abruptos. De lo anterior, se deduce que le borde costero
del sector Occidental, muestra una gran variedad de formas de erosión marina, como son los
acantilados marinos activos y otros menos dinámicos, que configuran una seguidilla de playas y
pequeñas ensenadas, acompañadas por escollos recosas estructurales y plataformas de
erosión marinas actuales. Los sectores más coherentes de las rocas sedimentarias han
originados promontorios o puntas rocosas que se adentran hacia el mar.
En el borde oriental, la plataforma entra en contacto con llanura baja, que no impide, visualizar
una antigua línea de costa, más pareja, al abrigo de las bravezas del mar y con débiles
acantilados no funcionales. De este modo, la llanura baja, surge como un proceso
relativamente más joven.
El segundo dominio morfológico es la llanura depositacional, ubica en posición baja, al lado
Este de la isla, está constituida por arenas del tipo andesítica – basáticas, formando un
complejo de suelos arenales y dunas litorales. Esta terraza reciente se eleva a no más de 6
metros s.n.m.
Respecto a su origen, la terraza es el resultado de la dinámica del mar local, es decir,
corrientes costeras, orientación de las olas y acción del viento. La depositación se ha producido
en la costa de abrigo por efecto de oleajes encontrados, creando una llanura tipo “cola de
cometa”. En cuanto a las arenas, éstas han sido movilizadas por el oleajes del mar, desde la
desembocadura del río Bío Bío hasta el golfo de Arauco.
La llanura se puede separar en dos grandes conjuntos, la parte interior plana y ligeramente
ondulada, ausencia de campos de dunas, mayor protección del viento Sur, suelos con cierta
capacidad de uso agrícola: chacras, cereales y praderas naturales. Durante los meses de
invierno el nivel freático es alto debido a que la mayor parte de las vertientes de la terraza
superior, tienen su drenaje natural hacia la llanura arenosa. En el sector central de la llanura
como consecuencia del drenaje proveniente de la terraza superior, se desarrolla una franja de
pajonales, cuyo curso de agua no logra salir al mar, interrumpiendo la continuidad de la llanura.
Delimita con la terraza superior a través de una antigua línea de acantilados marinos y hacia la
parte, Oriental con cordones de dunas recientes.
La parte exterior de la llanura, corresponde a un sector intensamente expuesto a la acción del
viento sur que la ha remodelado en campos de dunas longitudinales, con eje Sur a Norte, que
alcanzan hasta 6 metros de altitud. En el borde norte; el cordón litoral y dunas asociadas, han
provocado el desarrollo de un represamiento lacustre que se alimenta por aguas subterráneas
y aguas marinas de alta mareas.

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