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RELACION BIOÉTICA Y TECNOLOGÍA

La definición de Bioética abarca las cuestiones éticas acerca de la vida que surgen en las relaciones
entre biología, sociología, medicina, educación, así como otras profesiones.
Estos profesionales deben tener en cuenta unos principios que ayuden a evitar el maltrato infantil.
Aunque en la sociedad actual tendemos a "demonizar" las Nuevas Tecnologías (internet, televisión,
móvil. Etc.); asumiremos que un uso adecuado de todos estos recursos nos reportará muchos
beneficios.
Con las Nuevas Tecnologías acercamos las informaciones de cualquier parte del mundo. Con esto
conseguimos mejor información, desde diferentes puntos de vista y llegamos a tomar conciencia de
cualquier tema, lo que resultará favorable a la hora de actuar contra maltrato prenatal - postnatal,
infantil y maternal.
Pero con la simple información no basta, hace falta educar en conciencia y en esto tiene un importante
papel la escuela, no solo para educar en los problemas de los alumnos en ese momento, sino para
prepararlos para enfrentarse a los que le deparará el futuro.
La Bioética defiende cuatro principios: Autonomía, no maleficencia, beneficencia y justicia.
Los cuales expresan respectivamente:
- La capacidad de darse normas a uno mismo sin presiones externas e internas.
- La obligación de actuar en beneficio de otros suprimiendo prejuicios.
- Abstenerse de realizar acciones que puedan perjudicar a otros.
- Tratar a cada uno como corresponda tratando de evitar situaciones de desigualdad.
Y sobre estos principios no solo deben estar formados los profesionales, sino que debemos estar
concienciados toda la sociedad.
Para todo esto, además de enfrentarlo desde la comunidad educativa, se debe promover desde los
medios de comunicación que faciliten llegar a esos sectores que buscamos. (P. Ej. Desde la Sanidad,
promover ciertas campañas en los centros de salud que acerquen informaciones a las mujeres
embarazadas y sus familias
Desarrollo tecnológico y problemas bioéticos de la tecnología
La Ciencia y la Técnica constituyen en la actualidad la principal fuerza productiva de la sociedad.
Sin el directo y decisivo concurso de las mismas es imposible concebir un desarrollo social sostenido y
sostenible por cuanto estas se proyectan directamente en todas las facetas del quehacer creador
del hombre, no solo en la producción como tal, consecuencia de su trabajo, sino también, y muy
importante, en su productividad. Ambas son el motor impulsor para la consecución de la más plena
satisfacción de las necesidades materiales y espirituales del ser humano y su empleo lógico, racional y
consecuente representa la más plena garantía de la felicidad humana.
La situación que enfrenta la sociedad en el último decenio del siglo XX obliga a la reflexión sobre las
transformaciones conceptuales que demandan nuevas formas de abordar el estudio del panorama
multidimensional de las ciencias médicas en nuestros días. 17
La investigación y el estudio sobre el bienestar de los individuos precisan hoy más que nunca
de datos de alta calidad y de resultados que tengan como base estudios interdisciplinarios teniendo en
cuenta que la salud y el bienestar humano son la base y la razón de ser de todos los esfuerzos del
desarrollo, es decir, se precisa de una tecnología de avanzada para lograr tales propósitos.
La salud como diría George AO Alleyne 18 "en su totalidad es una esfera en la que no tenemos que
aceptar un juego de suma cero ni un mundo en el que nadie sale ganando". Lograr la estabilidad en el
terreno de la salud es una meta que redunda en el mejoramiento y bienestar de las personas, llegando
a los umbrales del siglo XXI con los logros del pasado, pero identificando los objetivos del futuro. 17
Hablamos de la era de la tecnología; al respecto en 1962, el Comandante Ernesto "Ché" Guevara 19
expresó: "... el mundo camina hacia la era electrónica... todo indica que esta ciencia se constituirá en
algo así como una medida del desarrollo; quien la domine será un país de vanguardia..."
Para el logro de tales objetivos es necesario hablar del uso de la información (como conocimiento)
para la salud, de sus posibilidades y del significado de las nuevas tecnologías para su desarrollo. El
logro de la meta "salud para todos" depende en gran medida del aporte y acceso a la información
misma.
Cabe muy bien citar lo expresado por Alleyne 18:
"El más poderoso de los instrumentos modernos -la información- quizás sea el único instrumento
capaz de cerrar la brecha entre el mundo que es y el mundo que podría ser- el único instrumento que
puede aliviar la ignorancia causante de mala salud y sufrimiento."
Las condiciones de salud están íntimamente relacionadas con la equidad en las condiciones de vida y
de acceso a los frutos del desarrollo científico y tecnológico. La información constituye uno de los
elementos esenciales para lograr estas metas.
Desde la antigüedad la transmisión del conocimiento influyó en el progreso y desarrollo de las
ciencias. Galileo 20, a quien se atribuye el establecimiento de las bases empíricas de la ciencia, como
los filósofos naturales utilizó sus escritos para la comunicación de sus ideas y avances, partiendo de
los patrimonios anteriores.
Es evidente que desde el pasado el conocimiento fue obtenido y transmitido ya sea mediante palabras
o por otras formas. En estos momentos los procesos para la obtención de la información han
cambiado, pues ahora existen métodos más complejos que permiten obtener datos, compartir y
comunicar mensajes casi minuto a minuto.
La tecnología permite, además de la obtención, recopilar, analizar, almacenar y recuperar la
información a velocidades y con costos inimaginables. Las computadoras y la comunicación han
revolucionado la estrategia de informatización en muchas sociedades, incluso en el campo de la
salud.17
Marcelo Sosa en su libro Telematic and Health 18, se refiere a la información como la piedra angular
de las ciencias médicas y cita lo expresado por el Dr. Héctor Sosa Padilla- pionero que ayudó a la
OPS en el desarrollo de los sistemas de información-
"La colección y la estructura sistemática de los datos según el espacio, el tiempo, los temas y los
objetos... en el contexto de las decisiones que deben adoptarse, es lo que constituye la verdadera
información para el planificador, el cuerpo legislativo, el nivel de gestión o el técnico."
La información es crucial para alcanzar la meta "salud para todos", pues constituye un factor
determinante en la formación de nuestros profesionales y en el bienestar y la atención de la
población en general. Por lo tanto, el acceso a la misma juega un papel importante en el logro o no de
la salud de algunas personas o grupos desfavorecidos y contribuye al mismo tiempo, de manera
particularmente importante, a la aplicación de principios bioéticos como el de la justicia y la
beneficencia.
Hablar del mundo de la telemática y su influencia en la medicina es pensar en el monitoreo de
enfermos, la automatización de los registros, la captura de datos en línea y las nuevas posibilidades
que brinda la telemedicina, las cuales facilitan a todos los profesionales de la salud
la competitividad en sus trabajos, con una sensible mejoría del desempeño hacia la consecución de
una meta de excelencia.17
En estos términos, la introducción de redes mundiales sobre información sanitaria representan la llave
del desarrollo de las ciencias médicas, pues han posibilitado saltar barreras económicas, políticas y
físicas. La cantidad de información sobre salud mundial aumenta de manera vertiginosa, por lo que la
única manera de manejarla en forma racional es mediante la formación de redes que empleen las
capacidades que brinda el surgimiento de la Internet y el World Wide Web. 17
Pensemos en lo expresado por la Dra. Ingrid Libman de la Universidad de Pittsburgh "La mayor parte
de la salud pública y la medicina preventiva involucra la transferencia de información". Por lo que, si se
logran aplicar las telecomunicaciones a la medicina, se podrá obtener un mejoramiento en la salud,
tanto en las naciones industrializadas como en los países en desarrollo, de esta forma la práctica de la
atención de salud en los próximos años cambiara espectacularmente., y en esto coincidimos con el Dr.
Roberto Rodríguez, coordinador del Programa de Sistemas de Información sobre Servicios de Salud
de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que plantea que las aplicaciones que utilizan
tecnologías basadas en las telecomunicaciones están incorporándose rápidamente a las prácticas de
salud, mucho más allá del entorno institucional en el que se desarrollaron inicialmente. El motor que
impulsa el interés por estas tecnologías es su creciente disponibilidad y accesibilidad, el movimiento a
favor de un mayor acceso y calidad de los servicios de salud para un mayor número de personas, y el
deseo de establecer sólidas prácticas de salud basadas en evidencias", sobre la base de una
información fiable obtenida tanto al pie de la cama del enfermo mediante dispositivos apropiados para
su utilización en directo o transmisión a distancia.21
Las nuevas tecnologías de información en el sector de la salud permiten una mayor preparación
para enfrentar y contrarrestar brotes de enfermedades, epidemias o desastres naturales y
proporcionan a los trabajadores de la salud los datos necesarios para darle frente a los problemas que
se presentan en el sector brindándole un fácil acceso a la información más precisa y confiable que
éstos necesitan y que es en definitiva requerida y necesaria para la recuperación, curación y
rehabilitación de los enfermos en sentido general.
La Bioética tiene que ver con el punto de contacto entre la ética y la tecnología médica moderna en lo
que afecta el control de la vida humana3. Los avances tecnológicos médicos se pueden clasificar en
tres categorías: los que permiten la curación de enfermedades a un costo moderado; los que facilitan y
hacen posible la prevención de enfermedades y la promoción de la salud con poco dispendio
económico y los que permiten mantener la salud y una calidad de vida aceptable, pero que para su
implantación exitosa necesitan de considerables recursos tanto en la esfera material como lo
humano22-24. Frente a la sociedad, los avances tecnológicos de este último tipo son los que crean
problemas, ya que son los factores económicos los que decidirán a la larga si el surgimiento
y dominio de una nueva tecnología debe o no tener una debida repercusión inmediata en
la comunidad, ya sea por facilitar, limitar o finalmente rechazar su uso. Esto implica, en su esencia, un
racionamiento más o menos grande de los recursos de salud. El hecho de que una técnica esté
disponible no conlleva necesariamente la posibilidad de que pueda ser utilizada, sobre todo, si los
recursos son escasos y obligan a una utilización limitada de la misma como ocurre, por ejemplo, con
los trasplantes de órganos únicos (corazón e hígado), cuya extraordinaria difusión puede sobrepasar
los marcos de los presupuestos monetarios destinados a la asistencia médica y dificultar con ello el
desarrollo de otros programas de interés mucho más general25. En definitiva, los representantes de la
sociedad deben preocuparse y al mismo tiempo exigir que la introducción y puesta en explotación de
las nuevas tecnologías se acompañen siempre desde un principio, de una correcta evaluación de su
aplicación y de los beneficios que con ella se obtendrán.26
Las nuevas tecnologías al ser aplicadas en el campo de la medicina pueden conducir a nuevos daños
iatrogénicos, o lo que es lo mismo, a daños que el médico ocasiona, aunque éste siempre intente
producir el bien, o sea devolver la salud al paciente y que violan el principio de la no mal eficiencia de
la bioética.27
Sin lugar a dudas, en los últimos años se han cristalizado grandes y viejos anhelos de la práctica
médica, de la Medicina como ciencia que es, en lo fundamental gracias al desarrollo de los
conocimientos en el campo de la electrónica y su aplicación, a través de dispositivos ingeniosos
capaces de contribuir o hacer posibles diagnósticos de certeza con extrema rapidez o intervenir
terapéuticamente de manera decisiva en el restablecimiento o curación del enfermo.
Hoy, más que ayer, somos testigos excepcionales del renovado despuntar de nuevas proezas, de
vastas conquistas y aportaciones que muchas veces nacen separadas unas de otras tan solo por
una diferencia de días. Nuevos medicamentos, ingeniosos procedimientos de alta especificidad y
sensibilidad para el diagnóstico, significativos adelantos en la llamada imageneología intervencionista,
con asombrosas aplicaciones terapéuticas y grandes innovaciones revolucionarias en el campo de la
cirugía. Todo ello tiene como objetivo, en definitiva, llevarnos a una medicina más precisa, a salvar
exitosamente aquella utopía de los médicos de las épocas ancestrales: el acceso a una medicina
científica, a nuestro alcance para poder disponer de ella, en el ejercicio médico, como una ciencia
exacta. En este sentido los resultados han sido realmente benéficos, si bien, en su aplicación
individual no siempre del todo favorables. Al respecto resulta interesante la reflexión hecha por
Trousseau, en el siglo XIX, quien les pedía a sus ayudantes en la cátedra que no se olvidaran que la
medicina era tan bien arte y contra lo cual ha atentado, de manera evidente, el crecimiento y
desarrollo, en proporción casi geométrica de la medicina de nuestro tiempo. Esto le ha restado poder a
aquel acto mágico de la medicina de antaño, cuando el médico ciertamente cambiaba el panorama del
sufrimiento, tan solo con colocar su mano sobre el hombro del enfermo27. En otras palabras, el
desarrollo tecnológico actual en el campo de la medicina ha afectado, y amenaza con hacerlo cada
vez con más fuerza, esa necesaria corriente magnética que, cuando se establecen en forma fructífera,
conocemos como relación médico-paciente.
Una medicina con un mayor grado de desarrollo en su tecnología de aplicación es, desde luego, más
precisa pero también resulta mucho más costosa y se la observa así mismo incidir todos los días,
negativamente, en el binomio del que cura con el que padece, como si atentara con la aplicación en la
práctica del principio bioético de la justicia.
La práctica actual de la medicina enfrenta continuamente al médico facultativo con dilemas o
problemas de tipo ético relacionados con los adelantos obtenidos en el campo tecnológico, ya sean
éstos de carácter diagnóstico o terapéutico. Muchas decisiones de conflicto determinan que el médico
no siempre desarrolle una conducta de respeto a las esperanzas y los deseos del enfermo debido a
que en muchas directivas de los políticos, de acuerdo con la meta de salud para todos en el año 2000,
se favorecen más las inversiones para la sociedad en su conjunto que para
el individuo aislado. 28 Puede tratarse tanto de terapéuticas brillantes como los trasplantes, como de
diagnósticos obtenidos por medio de costosas metodologías como son las técnicas de imagen:
tomografía axial computarizada, resonancia magnética nuclear y activación neutrónica, entre otras. A
pesar de las indudables bondades tecnológicas de tales procedimientos, su elevado precio encarece
sustancialmente los servicios médicos, limitando de manera considerable el número de individuos que
pueden tener acceso a los mismos, aunque realmente necesiten de ellos para un diagnóstico preciso y
de rigor. Esto va en detrimento de la aplicación consecuente de los principios bioéticos de autonomía,
de justicia y beneficencia, con repercusiones adversas sobre la calidad de la medicina primaria,
comunitaria o de familia, incluso de la secundaria y de la terciaria.
En los últimos tiempos se ha observado una tendencia, no despreciable, al abuso del empleo de
los medios tecnológicos en la práctica médica, lo cual ha dado lugar a un número elevado de protestas
dirigida contra los médicos y al mal empleo hecho por estos de pruebas diagnósticas sustentadas
sobre una tecnología sofisticada. 16 La conclusión inevitable de lo referido es que muchos facultativos
ignoran realmente la utilidad de las pruebas que indican en comparación con otras parecidas, ya sea
en relación con su posible valor en diferentes situaciones clínicas o bien con respecto al costo real de
tales pruebas. 29
Las causas del empleo abusivo de la tecnología avanzada en la práctica biomédica de hoy están
representadas por el hecho de que muchas de tales tecnologías pueden irrumpir en el mercado sin
haber sido sometida con anterioridad a un estudio cuidadoso, tanto en lo referente a los riesgos que
conlleva su utilización como a los beneficios que brindan y la real superioridad de éstas sobre otros
procedimientos ya consolidados por su empleo anterior.30
Con el daño iatrogénico se violan los principios bioéticos, los cuales deben prevalecer al margen de la
necesaria aplicación y utilización de los avances tecnológicos que resultan de la aplicación, inteligente
y consecuente, de los conocimientos científicos actuales; al margen, también, de la realización de las
imprescindibles investigaciones biomédicas con sujetos humanos, necesarias para el conocimiento de
los problemas que, al ser resueltos de manera lógica, van a contribuir de manera significativa a su
felicidad, espiritual y material

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