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Francisco Pérez Aranda

José Carlos Lujan Artero

EL AJUSTE DE LAS CAÑAS EN EL CLARINETE Y EL


SAXOFÓN

Manual práctico

Madrid, 1997

Mundimúsica S.L.
EDICIONES MUSICALES
ÍNDICE
Presentación
1.- Lista de útiles necesarios para el ajuste de las cañas
2.- Partes constitutivas de una caña.
3.- Factores a tener en cuenta para la elección de una buena caña.
a. El color
b. Las proporciones exteriores
c. El dibujo interno de la burilación
4.- Tratamiento previo a la utilización de la caña.
a. Curación mediante la insalivación
b. Rectificación de la tabla
c. Rectificación de los ángulos laterales
5.- La primera prueba con el instrumento.
6.- Rectificado y optimización de la caña.
a. Si la caña es dura o fuerte
b. Si la caña es blanda
c. Ajustes en el registro grave
d. Ajustes en la claridad del timbre en general
e. Ajustes en el registro agudo
f. Ajustes para mejorar el "staccato"
g. Ajustes para la flexibilidad
h. Eliminación del timbre chillón
i Eliminación de chirridos y zumbidos
j. Cañas que no admiten sonido
7.- La caña y el clima.
8.- Almacenamiento e higiene.
9.- Otros consejos prácticos.
10.- El sonido "con personalidad".
La vida musical del clarinetista y el saxofonista, bien sea estudiante o profesional, gira en torno a un elemento
qué parece insignificante por su tamaño, pero que constituye el alma del sonido de su propio instrumento: me
refiero, naturalmente, a la caña.
Y, siendo tan esencial -ya que confiere las propiedades tímbricas, las posibilidades dinámicas, de articulación y
de flexibilidad en el sonido del clarinete y del saxofón- resulta paradójica la práctica ausencia de trabajos
especializados dedicados a la caña.
¿Qué puede justificar este vacío? En otros tiempos, el músico fabricaba sus propias lengüetas: hoy tenemos la
posibilidad de adquirir cañas en cualquier comercio dedicado a la música, y disponer de un amplio número de
ellas, "asegurándonos" así que "entre lo mucho siempre encontraremos la buena..."
Pero la caña es una materia viva, en constante movimiento, cuyas características cambian con insignificantes
variaciones de temperatura o de humedad. Muchos fracasos en concierto se deben a un mal funcionamiento de
la "caña buena". ¿Quién no ha visto a un oboísta o a un fagotista retocar sus lengüetas en la misma sala de
conciertos en la que actuará unos minutos más tarde? Esta práctica es bastante inusual entre clarinetistas y
saxofonistas, y sin embargo es imprescindible para obtener el máximo rendimiento en el arte de la
interpretación.
Este manual constituye la primera monografía en castellano dedicada a la caña en el clarinete y en el saxofón.
La amplia experiencia acumulada por sus autores (que he podido constatar personalmente) contrasta con la
simplicidad aparente con la que ha sido elaborada la presente obra que, sin perder el rigor técnico, consigue
llegar de una forma directa y accesible al lector.

Justo Sanz Hermida


Catedrático de clarinete del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid.
Como saxofonista es un placer aplaudir la iniciativa de que dos colegas y amigos como Francisco Pérez y José
Carlos Lujan se hayan decidido a publicar su experiencia, adquirida a lo largo de muchos años, en torno a ese
mundo tan desconocido y exótico para la mayoría de nosotros cual es el de las cañas.
Bienvenido sea este manual práctico sobre El ajuste de las cañas en el clarinete y el saxofón, con la seguridad
de que será de gran utilidad y ayuda práctica para todos cuantos diariamente dependemos de las lengüetas de
nuestros instrumentos.
Enhorabuena a los autores por este excepcional trabajo.

Manuel Miján
Catedrático de saxofón del Real Conservatorio Superior de Música de Madrid
PRESENTACIÓN
La caña es un elemento de vital importancia para la mayoría de los instrumentos de viento-madera, pero por
diversas razones, su comportamiento tiene a veces algo de "misterioso", no sólo para los principiantes sino
también para muchos profesionales.
Existen pocas publicaciones que traten con rigor este tema y de ahí nuestro empeño en cubrir este vacío, en un
campo en el que el músico suele ser autodidacta, con lo que ello conlleva de conformismo y de material
inutilizado.
Este manual ha sido elaborado con el fin de que el instrumentista encuentre rápidamente solución a sus
problemas con las cañas, por lo que en él hemos intentado plasmar instrucciones precisas mediante un lenguaje
desprovisto en lo posible de tecnicismos: nuestro objetivo no es la publicación de un tratado teórico, sino la de
un manual eminentemente práctico.

Los autores
Valencia / Sevilla 1997
1. ÚTILES NECESARIOS PARA EL AJUSTE DE LAS CAÑAS
Empezaremos por relacionar los utensilios necesarios para poner en práctica las instrucciones de este manual.
Podrás comprobar que todos ellos son fáciles de adquirir en cualquier ferretería o tienda de bricolaje:
• Un cristal de 20 x 20 cm y 5 mm de espesor
• Papel de lija para madera de distinto grano:
• N° 150 (grueso) N° 240 (medio) N° 360 (fino)
• N° 600 a 1.000 (muy fino)
• (Estas numeraciones son mera referencia, pues puedes adquirir números aproximados si no
encuentras los antedichos).
• Un calibrador, para medir las dimensiones de la caña.
• Un cortacañas, que dependerá del instrumento que se practique, y que encontrarás en tiendas de
música.

2. PARTES CONSTITUTIVAS DE UNA CAÑA

• Burilación o zona de vibración


• Corteza
• Corazón
• Laterales
• Punta
• Base
• Ángulos laterales
• Lados
• Arco
Fig 1

Fig 2

3. FACTORES A TENER EN CUENTA PARA LA ELECCIÓN DE UNA BUENA


CAÑA
La caña es un elemento esencial para los instrumentistas de viento que requieren de ésta, pero no es nada
sencillo encontrar un modelo de lengüeta que se acomode a todos los gustos, sobre todo si tenemos presente la
variedad de boquillas existentes y los diferentes estilos que se practican en la actualidad (clásico, jazz, música
contemporánea, etc.).
Dado que nos encontramos ante un elemento altamente personalizado, podemos decir que una buena caña es
aquélla que impone las menores limitaciones a nuestra práctica musical, y que posee las mejores características
en cuanto a timbre, espontaneidad y riqueza de intensidades en la producción del sonido; todo ello, claro está,
siempre en función del estilo practicado por el instrumentista.
Para efectuar una primera selección de la caña, aconsejamos observar atentamente las siguientes características:
A) EL COLOR. La corteza debe presentar un matiz dorado, lo cual es síntoma de un correcto secado después
de la recolección. Si la caña no ha estado el suficiente tiempo secándose, presentará un aspecto verdoso; en
caso contrario, un color excesivamente oscuro, tanto en la corteza como en la burilación.
En ambos casos la caña no funcionará correctamente, pero la aparición de manchas en la corteza no es síntoma
de mala ni buena calidad, sino de las marcas que han dejado las hojas de la planta durante el almacenamiento.

B) LAS PROPORCIONES EXTERIORES. Las medidas exteriores de la caña deben estar relacionadas con la
boquilla utilizada; por tanto deberéis medir la ventana de vuestra boquilla (ver B.1) buscando siempre que
burilación y ventana midan lo mismo, ya que si la primera es más larga que la segunda el sonido producido
resultará con poca vibración y con un timbre algo nasal.
Para resolver este problema, debes utilizar el cortacañas y cortar la punta de la caña a la medida de la ventana.
Puede ser que al realizar dicho corte, la caña resulte excesivamente fuerte, en cuyo caso habrás de volver a
retocar. (Ver apartado de "rectificación y optimización de la caña").
Ante el caso contrario -o sea, cañas con burilación corta- la solución consiste en lijar con papel de espesor
medio (n° 240) desde la base de la burilación en dirección a la corteza, hasta alcanzar la medida idónea (fig. 3).

Fig 3

(B.1) Entendemos por "ventana" la zona hueca de la base de la boquilla, sobre la que se acopla la parte baja de
la caña. Es aconsejable que observes la caña lateralmente, fijándote en que el espesor de la madera vaya
disminuyendo lo más progresivamente posible desde la base de la burilación hasta el extremo (nos referimos a
los ángulos laterales); cualquier bajada brusca del espesor de la madera antes de llegar al extremo será
contraproducente para la correcta vibración.
Asimismo, dichos ángulos laterales deberán ser iguales, para que la caña vibre equilibradamente. Véanse las
siguientes figuras:

Correcto

Fig 4

Incorrecto
Para solucionar el problema de dos ángulos desiguales, deberás quitar madera al ángulo más grueso hasta
igualar ambos, trabajando con lija n° 240, como se indica en la figura 5:

Fig. 5
C) EL DIBUJO INTERNO DE LA BURILACIÓN. La regla fundamental que hay que observar para que la
caña tenga la calidad suficiente es la de su simetría

Imaginemos una línea vertical que cruza por el centro exacto de la burilación (zona de
vibración); el espesor de la madera de un lado deberá ser exactamente igual al del otro. Si
miramos a contraluz una caña que funcione razonablemente bien observaremos que
existe una mayor concentración de madera justamente por donde hemos trazado el eje
imaginario hasta alcanzar casi la punta. Es una forma a la que algunos autores han
denominado "U" invertida (fig. 6). Por lo general, las cañas que presentan este dibujo
interno tienen más probabilidades de funcionar bien. En cambio, cuando observamos que
la burilación presenta zonas excesivamente claras en el centro, es casi seguro que habrá
que desecharla.
Fig.: 6

Otro elemento de gran importancia son los "xilemas" -esas finas líneas oscuras que surcan la burilación
verticalmente-pues constituyen el "esqueleto" o armazón de la caña, manteniendo la tensión en la madera
incluso en las zonas de menor espesor. Según este principio debes elegir cañas en las que a la punta le llegue la
mayor cantidad de xilemas, ya que éstos inciden directamente en la vibración y por tanto proporcionan tensión
y consistencia a nuestro sonido.

4. TRATAMIENTO PREVIO A LA UTILIZACIÓN DE LA CAÑA


A) CURACIÓN MEDIANTE LA INSALIVACIÓN:
Cuando compramos cañas, éstas no están adaptadas a la humedad tras el proceso de secado; de ahí que cuando
empezamos a tocar con ellas, a los pocos minutos observamos que la burilación se ha empapado totalmente.
Nosotros hemos comprobado que preparando las cañas antes de su utilización cotidiana, el rendimiento
posterior es mayor, por lo que aconsejamos realizar el siguiente proceso:
1°.- Escoge bien las cañas nuevas que vayas a utilizar.
2°.- Moja con saliva cada caña en su totalidad -incluyendo la corteza- durante al menos un par de minutos,
colocándola posteriormente encima de un cristal. Repite este proceso tres veces al día durante tres o cuatro días.
Cuando hayas terminado el proceso, observarás cómo la burilación ha cambiado su aspecto verdoso por un
tono más oscuro y además los xilemas internos se distinguirán con facilidad. El fin que perseguimos con este
tratamiento es que la caña obtenga las condiciones idóneas para poder iniciar la práctica habitual.
B) RECTIFICACIÓN DE LA TABLA:
Una vez realizado el proceso de curación, debes comprobar si el asiento de las lengüetas es correcto. Para ello,
sigue estas instrucciones:
1°.- Coloca la superficie plana de la caña sobre el cristal referido, presionando con un dedo una esquina inferior
de la corteza.
2°.- Sin soltar la caña, toca con mucha suavidad la punta y los laterales de la burilación con el dedo índice de la
otra mano.
3°.- Si en alguno de estos puntos la caña se separa del cristal, nos encontramos ante una base con mal asiento,
lo que significa que la vibración será defectuosa.
SOLUCIÓN:
1°.- Coloca la caña encima del cristal con la parte plana hacia abajo. Dicho cristal deberá tener situado encima
una hoja de papel de lija muy fino (n° 360).
2°.- Con los dedos índice, medio y anular presiona y mueve suavemente la caña sobre el cristal y la lija.
3°.- Vuelve a comprobar el asiento de la caña, repitiendo el proceso anterior cuantas veces sean necesarias.
C) RECTIFICACIÓN DE LOS ÁNGULOS LATERALES: 1°.- Coloca la caña de costado sobre el cristal y
observa si la madera toca en todos los puntos por igual (fig. 7).
2°.- Si percibes algún desnivel, corrígelo colocando la lija (n° 360) encima del cristal y arrastrando la caña en
dirección a la corteza, hasta conseguir que dicho costado esté perfectamente recto.
3°.- Si al realizar este proceso percibes que hay un ángulo más ancho que otro, repite el proceso que hemos
explicado en el apartado B.

Fig.: 7

5. LA PRIMERA PRUEBA CON EL INSTRUMENTO


Ahora ya tienes la caña preparada para realizar una primera prueba general.
Empieza por tocar unas cuantas notas tenidas al azar, en todos los registros de tu instrumento y escucha
atentamente el timbre producido.
Intenta después emitir algunos sonidos del registro grave para comprobar la limpieza de los ataques.
Por último, realiza algunos intervalos de 7a u 8a para percibir si la lengüeta es suficientemente flexible.
Puedes empezar a retocar la caña poco a poco, realizando sólo una o dos rectificaciones al día y tocando con
ésta 10 minutos como máximo durante dicha fase.
¡OJO!: Si quieres dejar la caña a punto de una sola vez y empezar a tocar durante varias horas, seguro que
acortarás considerablemente la vida activa de la caña.

6. RECTIFICADO Y OPTIMIZACIÓN DE LA CAÑA:


A continuación referimos algunas de las dificultades más frecuentes con las que puedes encontrarte, así como
la forma de realizar los retoques correspondientes. Recuerda que todos los ajustes deben realizarse con la caña
encima del cristal.
• a. Si la caña es dura o fuerte:
SENSACIÓN: Al tocar suena mucho aire mezclado con el sonido, las emisiones son dificultosas y no se
percibe flexibilidad.
Este problema es debido a un exceso de madera en la mayor parte de la burilación, por lo que deberás lijar la
caña suavemente y en sentido circular toda la superficie de la burilación, exceptuando aproximadamente medio
centímetro de la punta (fig.8).

Fig.: 8
No intentes dejar la caña a punto de una sola vez, pues recuerda que:
1°.- La caña debe estar un poco fuerte para poder soportar los sucesivos retoques (recuerda que retocar significa
siempre quitar madera y, consecuentemente, reblandecer la caña).
2°.- Durante los primeros días y a consecuencia de la adaptación de la caña a la humedad, ésta irá perdiendo
paulatinamente parte de la dureza original.
• b. Si la caña es blanda:
SENSACIÓN: Excesiva facilidad en las emisiones y en la flexibilidad. El timbre tiene un matiz chillón o nasal
y, en algunos casos, el sonido se ahoga en el registro más agudo.
Esta caña no posee suficiente madera, por lo que te recomendamos cortar la punta con el cortacañas (fig. 9)
hasta que suene con la suficiente consistencia. Debes recortarla en pequeños trozos para no dejar la punta sin
flexibilidad.

Fig.: 9

Si has realizado un corte excesivo, convendrá medir la burilación y restablecer su longitud original como se ha
explicado en el apartado 3, punto B. Asimismo debes comprobar con ligeros toques si la punta es
suficientemente flexible, comparándola con la de una caña que consideres buena. Si ésta es rígida, debes lijar la
zona indicada (lija n° 360) con cuidado de no dejarla excesivamente fina o delgada, ni de quitarle demasiados
xilemas (fig. 10).

Fig.: 10

• c. Ajustes en el registro grave:


SENSACIÓN: Los ataques o emisiones en el registro grave no son precisos. Falta espontaneidad.
La solución a este problema debes buscarla en el tercio inferior de la burilación. Lija la zona indicada (fig. 11)
hasta alcanzar el resultado apetecido, pero -como siempre- deja un poco de resistencia.

Fig.: 11

• d. Ajustes en la claridad del timbre en general:


SENSACIÓN: La lengüeta no ofrece problemas ni de graves ni de agudos. Sin embargo, percibes un timbre
excesivamente oscuro, pesado.
La localización del problema suele ser la zona central de la burilación y, es debido principalmente a un exceso
de madera en el corazón de dicha zona. Lija la zona indicada (fig. 12) con mucho cuidado, pues si disminuyes
demasiado el espesor en este punto obtendrás un sonido chillón.

Fig.: 12
• e. Ajustes en el registro agudo:
SENSACIÓN: El extremo superior del registro agudo es inconsistente y débil. Tiene tendencia a "ahogarse".
Mira la caña a contraluz. Seguramente descubrirás que cerca de la punta hay más claridad de lo habitual o, lo
que es lo mismo, que falta madera en ese punto.
Ante la carencia de madera, la solución siempre es la misma: cortar la punta; de esta forma consigues más
resistencia en la caña. Pero ya sabes que si el corte es excesivo hay que devolver a la burilación las dimensiones
originales.

• f. Ajustes para mejorar el "staccato":


SENSACIÓN: Encuentras mucha resistencia al realizar el "staccato" con rapidez.
Este problema se localiza en la punta, debido a un exceso de rigidez -es decir, demasiada madera- o por el
contrario a una punta demasiado delgada o fina.
Para corregir este defecto, ver apartado 2: "si la caña es blanda" y "ajustes en el registro agudo".

• g. Ajustes para la flexibilidad:


SENSACIÓN: Al tocar intervalos o cambios de registro de forma ligada, no hay precisión en el cambio de
sonido, especialmente en los movimientos descendentes.
Este problema suele ubicarse en los lados de la caña, y se debe al exceso de madera en ambos o en uno, lo que
produce el desequilibrio.
Lija la zona indicada en la figura 13, intentando siempre igualar los dos lados. Si te fijas, observarás que lo que
estás haciendo es acentuar la forma de "U" invertida. Recuerda que debes quitar poca madera cada vez,
probando con el instrumento cuantas veces sean necesarias.

Fig.: 13

• h. Eliminación del timbre chillón:


SENSACIÓN: El timbre general del instrumento es excesivamente brillante, con tendencia a resaltar los
armónicos más agudos.
Este problema es debido a una falta de madera en la punta y corazón. La solución es cortar la punta para que
ésta y el extremo superior de la "U" invertida estén más próximos. Recuerda siempre que cuando cortas la caña
debes comprobar la flexibilidad de la punta, así como la longitud de la burilación.

• i. Eliminación de chirridos y zumbidos:


SENSACIÓN: La caña tiene tendencia a producir chirridos incontrolados o, en algunos casos, a producir un
zumbido de fondo que acompaña constantemente al sonido.
Observa la caña a contraluz: si no existe una correcta simetría -recuerda el eje imaginario que cruza el centro de
la burilación- la caña estará vibrando desigualmente, lo que será la causa de estos zumbidos. En cambio, si no
hay ninguna asimetría tendrás que concentrar tu atención en la punta de la caña y buscar las posibles causas del
problema:
Una pequeña raja o corte en la punta
Un vacío de xilemas (zona excesivamente blanda y transparente)
La punta no tiene el mismo grosor en toda su extensión
Un mal asiento de la parte baja de la caña.
Podrás detectar estos defectos fácilmente sujetando la caña con la mano izquierda y pasando la uña del dedo
pulgar caña con la mano izquierda y pasando la uña del dedo pulgar de la otra mano a lo largo de la punta,
doblándola levemente de derecha a izquierda.
En los dos primeros casos la solución pasa obligatoriamente por cortar la punta de la caña hasta eliminar el
corte o el vacío de xilemas. Luego tendrás que alargar y equilibrar la burilación según la explicación anterior,
pues, con toda seguridad, la caña se habrá vuelto muy dura y la punta estará excesivamente rígida.
En el tercer caso deberás lijar con el papel más fino (n° 360) la zona en la que observes un mayor grosor. Para
facilitar el trabajo puedes ayudarte marcando dicha zona con un lápiz.
En el cuarto caso debes consultar el punto 4, apartado B.

• j. Cañas que no admiten sonido:


SENSACIÓN: La caña no responde al soplo, tanto al querer aumentar la sonoridad como al subir al registro
más agudo. Se produce una falta de vibración y un sonido pobre.
Este problema puede estar causado por varias posibles circunstancias:
La caña procede de una planta enferma
La caña ha sufrido un exceso o un defecto de secado
El espesor de la pala es insuficiente
La caña es excesivamente blanda
La caña tiene la punta doblada
La caña está mal equilibrada
En los tres primeros casos no hay solución posible, por lo que tendrás que desechar esa caña. Puedes
identificarla porque además suele tener manchas extrañas en la burilación. (Estas manchas suelen estar
causadas por una enfermedad en la época de desarrollo de la planta o por un exceso de exposición al sol). Las
cañas que no han sido secadas suficientemente son también fácilmente identificables por su color verdoso,
siempre en comparación con la caña modelo. Aunque es difícil encontrar lengüetas con este problema, debido
al alto grado de mecanización del proceso.
Si alguna vez encuentras una caña con la punta doblada, debes saber que ello ha sido causado por un cambio
repentino en el clima o, más concretamente, en la humedad relativa del aire. Normalmente se produce ante el
cambio de día húmedo a seco. La solución más rápida que puedes adoptar es la siguiente:
1°.- Coloca la caña en la boquilla, sujetándola con la abrazadera.
2°.- Con el dedo pulgar o con la palma de la mano tapa el agujero posterior de la boquilla.
3°.- Absorbe con la boca el aire de la boquilla, para así crear un vacío en su interior.
4°.- Observa atentamente cómo la caña se ha quedado completamente pegada a la boquilla durante unos segun-
dos. Con esta acción consigues que la punta de la caña se amolde a la boquilla, restableciendo la forma original.
Repite el proceso cuantas veces sea necesario.
Otra solución es introducir la caña 2 ó 3 minutos dentro de un vaso de agua.

7. LA CAÑA Y EL CLIMA
La caña, como cualquier elemento procedente de la naturaleza, es sensible al ambiente en que se encuentre; en
nuestro caso, el factor que más influye es la humedad relativa del aire.
Así, en ambientes con mucha humedad -por ejemplo, en zonas próximas a la costa- la lengüeta siempre tiende
a reblandecerse, necesitando el instrumentista cañas más fuertes o resistentes que en las zonas de ambiente
seco.
Esta sensibilidad de las cañas a la humedad es aún más perceptible cuando tras un periodo de calor o sequedad
siguen unos días de lluvias intensas. Seguro que todos nos hemos sorprendido cuando un cierto día probamos a
tocar el instrumento y encontramos que ninguna caña tiene la misma resistencia que antes.
Para prevenir estos "pequeños desastres", te damos un consejo: cuando retoques tus cañas no las dejes todas
con la misma resistencia, pues así dispondrás de un amplio abanico de posibilidades futuras, adaptables a
cualquier cambio atmosférico. Esta costumbre ha sido siempre norma común en los profesionales que tienen
que viajar constantemente y necesitan disponer siempre de cañas útiles, por muy variadas que sean las
circunstancias atmosféricas en las que desarrollen su trabajo.

8. ALMACENAMIENTO E HIGIENE
En el apartado anterior hemos resaltado la influencia que el clima puede ejercer sobre las cañas; de ello es fácil
deducir que el lugar ideal para almacenarlas deberá estar lo más protegido posible de los cambios atmosféricos,
o sea, en donde la temperatura y la humedad varíen lo menos posible.
Es natural que lleves tus cañas preferidas junto a tu instrumento, pero evita en lo posible dejar el maletín o la
funda expuestas a un excesivo frío o calor. Un buen lugar suele ser la zona alta de los armarios, ya que el nivel
de aislamiento a la temperatura y humedad es bastante aceptable. Otra solución es el empleo de unas cajas
especiales para guardar cañas en las que se mantiene constante la humedad, y que podemos encontrar en
comercios de música.
Otro factor importante a tener en cuenta es la conservación del asiento de la caña. Las lengüetas se venden en
cajas o en pequeñas fundas de plástico, pero para nosotros lo ideal es guardarlas encima de un cristal,
sujetándolas con una goma elástica para evitar deformaciones en su zona plana.
A veces nos puede ocurrir que tras guardar nuestras cañas durante algún tiempo en un lugar demasiado
húmedo, nos las encontremos después llenas de manchas oscuras o de una ligera pelusilla. En ese caso, habrá
que limpiar primero esas manchas con un algodón impregnado en alcohol, lavarlas luego con abundante agua,
y finalmente secarlas con un paño suave. Si aún quedan manchas, ya será demasiado tarde, pues éstas han
penetrado en el interior de la madera y han afectado al equilibrio y vibración de la caña; lo único que podemos
aconsejarte ya en ese caso es que ¡nunca vuelvas a guardar las cañas en ese lugar!.
Es posible que al leer el enunciado de este capítulo te haya sorprendido la palabra "higiene". ¡Pues sí!: las cañas
deben ser limpiadas como mínimo una vez cada dos semanas. Los motivos son los siguientes:
1°. Durante el uso, tu saliva va depositando restos de suciedad en la burilación.
2°. Dichos restos forman una capa que obstruye los vasos que surcan la burilación, acortando la vida activa de
la caña, y alterando considerablemente su resistencia y vibración.
Aunque a algunos instrumentistas les parezcan exageradas estas razones, es de todos sabido que al poco tiempo
de utilizar una caña podemos observar un ligero oscurecimiento a lo largo de la burilación, empezando siempre
desde el talón o base. Nosotros, tras muchos años de experiencia, hemos comprobado que mediante una
limpieza adecuada, las cañas son útiles durante mucho más tiempo. Por ello te sugerimos que adoptes los
siguientes hábitos:
1°. Inmediatamente después de haber practicado con tu instrumento, seca la caña con un paño de algodón. Ten
cuidado de no astillar la punta.
2°. Evita en lo posible tocar la burilación con los dedos, pues la capa de grasa que los cubre, la ensucia, y por
tanto acorta la vida de la lengüeta.
3°. Una vez cada dos semanas limpia con profundidad la caña, para lo cual te proponemos dos opciones:
A) Limpia suavemente toda la caña mediante un cepillo dental que ya no utilices, impregnándolo con un poco
de pasta dentrífica común. Enjuágala posteriormente con abundante agua.
B) Utiliza una lija muy fina (números entre 600 y 1.000) para quitar toda la suciedad, tanto en el asiento (colo-
cando la lija sobre el cristal) como en la burilación (frotando con un pequeño trozo por toda la superficie).
Estamos convencidos de que siguiendo estas pautas pronto descubrirás que tus cañas son utilizables durante
mucho más tiempo.

9. OTROS CONSEJOS PRÁCTICOS


Resumimos a continuación una serie de normas a seguir en el proceso de retoque y conservación de las cañas.
Algunos de estos consejos ya han sido citados en puntos anteriores, pero dada su importancia conviene
insertarlos como recordatorio.
• Compra las cañas siempre un poco más fuertes de lo normal, para conservar así un cierto margen ante los
retoques y ante la bajada de resistencia que se produce en los primeros días de práctica.
• Elige con cuidado tus cañas. Piensa que una caña con calidad pondrá menos obstáculos a lo que para nosotros
es primordial: la interpretación musical.
• Mide las proporciones de la caña y compáralas con las de tu boquilla.
• No tengas prisa en retocar las cañas nuevas. Toca unos pocos minutos con cada una durante dos o tres días, y
podrás observar con más facilidad las cualidades de éstas. ¡Recuerda!: la madera que quites ya no podrá ser
reemplazada.
• Utiliza tanto la observación como el tacto de los dedos para comprobar el equilibrio y la simetría de la caña.
• No intentes dejar a punto tus cañas de una sola vez. Ten paciencia y realiza tras cada retoque una prueba con
el instrumento.
• Ajusta tus lengüetas con vistas a obtener diferentes niveles de dureza, y estar así prevenido ante posibles
cambios de clima.
• ¡Cuidado con los días de lluvia!. En ellos, la resistencia dela caña es menor de lo acostumbrado, por lo que te
aconsejamos no retocar las cañas hasta que el clima vuelva a la normalidad.
• Toca siempre con varias cañas y siguiendo un ciclo rotativo; así las conservarás durante mucho más tiempo y
lograrás que tu embocadura sea polivalente. ¡Nunca toques con una sola caña hasta su agotamiento!
• Limpia regularmente tus cañas (tanto por higiene como por economía).
• Utiliza un cristal para guardarlas y conserva el asiento en buenas condiciones.
• Aunque encuentres cañas que en principio parezcan inservibles, puedes utilizarlas para experimentar nuevos
retoques. Esta práctica te aportará experiencia y a medio plazo disminuirás tanto el margen de error como el
desaprovechamiento de lengüetas.
• No utilices nunca abrazaderas que presionen demasiado la caña contra la boquilla, pues reducirías la vida útil
de la lengüeta. Aprieta la abrazadera sólo lo suficiente para que la caña no se mueva.

10. EL SONIDO "CON PERSONALIDAD"


En anteriores apartados hemos hablado de los problemas más frecuentes en las cañas comerciales, como por
ejemplo el de la insuficiencia de secado debido al exceso de demanda. ¿Existe algún medio para superar dicho
problema?. Rotundamente, sí.
Todos hemos soñado con encontrar una caña que no sólo responda correctamente a nuestras exigencias
técnicas, sino que además produzca el sonido que imaginamos como nuestro ideal. El camino mejor para ello
lo encontraremos construyendo nosotros mismos nuestras propias cañas. Nuestra experiencia en este campo es
amplia y fructífera. Algunos profesores de renombre, tras probar las lengüetas hechas a mano, han destacado su
superioridad frente a las comerciales. He aquí algunos aspectos que debes conocer sobre este asunto:
1.- El material se puede adquirir por correo; hoy por hoy, hay que solicitarlo al extranjero, aunque
paradójicamente muchas de las cañas que te enviarán de Francia, Alemania u Holanda proceden del Levante
español. Puedes adquirir o bien palas prefabricadas o bien cañas por tubos enteros. Para el principiante nosotros
recomendamos el material prefabricado.
2.- El ahorro económico puede llegar al 75%.
3.- Al no tener el mismo nivel de demanda, el material prefabricado suele llegar en mejores condiciones de
secado que las cañas comerciales.
4.- Solamente necesitas unos 20 minutos diarios durante unos meses para conseguir cañas de una calidad
considerable.
5.- Algunas cualidades destacables de las cañas hechas a mano son: resistencia (pueden llegar a triplicar la vida
activa de una caña comercial), riqueza tímbrica y vibratoria y, por supuesto, sonido mucho más personal.
Estos son algunos de los logros que puedes alcanzar construyéndote tus propias cañas. Además, piensa que los
instrumentistas de oboe y fagot se suelen fabricar sus propias cañas, aun siendo éstas de una elaboración mucho
más complicada que las de clarinete y saxofón.
Creemos sinceramente que vale la pena intentarlo, ya que en sólo unos meses puedes alcanzar un sonido nunca
antes imaginado.
En todo caso, y dada la importancia de este tema específico, los mismos autores de este manual que ahora
concluimos proyectamos un nuevo texto dedicado a la fabricación artesanal de lengüetas para clarinete y
saxofón, que esperamos sea de tu interés.

© Francisco Pérez Aranda


José Carlos Lujan Artero
Edita: Mundimúsica, S. L
Espejo, 4 - 28013 Madrid
ISBN: 84-88038-45-3
Depósito Legal: M-15046-1997
Imprime: Gramar, Artes Gráficas
Alonso Núñez, 29 - 28039 Madrid

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