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Clonación humana:

las preguntas «por qué no» y «por qué sí» *


CARMEN VELAYOS CASTELO
Universidad de Salamanca

RESUMEN. Por qué no clonarnos es una ABSTRACT. Why not cloning us is a rele-
pregunta relevante para la ética actual. El vant question for contemporary ethics. The
por qué no de una técnica —o de deter- question why not, when it refers to a tech-
minadas aplicaciones de la misma— es la nology (or to some of its applications), is
pregunta por los límites morales. O, de the question for its moral limits. In other
otro modo, es la pregunta por los daños words, it is the question for the universal
objetivos que ésta supone, o supondría en dangers that a technology entails or could
una determinada aplicación. El marco de entail in some of its applications. The sphe-
evaluación moral de una técnica tiene que re of the moral evaluation of a technology
ver, pues, con la desestimación pública y has to do with the public elimination of
universal de posibles daños inherentes o the possible harms that are inherent or
sobrevenibles a su uso. Circunscritas las supervenient to its utilisation. If we focus
cuestiones normativas relevantes al ámbito on the relevant normative questions of the
de la justicia, no parecería relevante cla- justice sphere, it couldn’t be relevant to
rificar cuál sea el por qué —o el por qué answer the question why, that it, why a per-
sí— un individuo o un conjunto de ellos son or a group of them would wish the
buscarían la aplicación o puesta en marcha technology was applied. The question why
de una técnica. Ésta es la pregunta por is related to vital options and ways of create
opciones vitales y modos de hacerse a sí ourselves that needn’t be binding on
mismos que ni tienen por qué resultar vin- someone nor are characteristic of the
culantes ni serían, en todo caso, caracte- moral point of view.
rísticos del punto de vista moral. However, the suspicion of this article is
La sospecha de este artículo es la de que, the following: the specific character of con-
sin embargo, el carácter especial de la temporary technological innovation (of
innovación técnica contemporánea, de la which cloning is a paradigmatic case) sti-
que la clonación humana sería un caso mulates and makes relevant the debate
paradigmático, estimula y convierte tam- about the good (given the collective or glo-
bién en relevante la reflexión sobre el por bal implications of the answers).
qué sí, o en otras palabras, sobre el bien,
dadas las implicaciones colectivas o glo-
bales de las respuestas.

* La inclusión en este escrito de la preocupación específica por el por qué sí en relación con la clonación
reproductiva (el supuesto derecho a la libertad reproductiva, por ejemplo) está fundamentalmente inspirada
en las observaciones —acerca de la relevancia en el debate moral sobre clonación de una justificación positiva—
que Bruno Maltrás Barba hiciera a una versión anterior de este escrito. El desarrollo particular de la argumentación
es solamente mío.

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NOTAS Y DISCUSIONES

I. RAZONES Y EMOCIONES normativa, son un buen punto de partida


para la misma. La técnica de la clonación
El 5 de julio de 1996 nacía el primer animal promueve la preocupación por asuntos que
clónico conocido, la oveja Dolly. Era fruto nos han inquietado a lo largo de nuestra
de la fusión de un óvulo enucleado con historia, tales como la identidad, la escla-
una célula —el núcleo de una célula— de vitud, la manipulación o la monstruosidad.
la glándula mamaria de una oveja de seis Pero que son especialmente vivenciados en
años. La posibilidad de clonar seres huma- forma de imágenes sobrecogedoras, de
nos se hacía patente y, junto a ella, la sor- miedos y de preocupaciones perfectamen-
presa, la sospecha y, en la mayoría de los te expresados por distintas formulaciones
casos, incluso el espanto. Varios años des- artísticas 2. En casi todas estas imágenes,
pués, la reacción general hacia la posibi- el clon es una creación que predispone des-
lidad de engendrar clones humanos está de el principio a su manipulación y a su
todavía impregnada por el rechazo y la tur- instrumentalización. O, dicho de otro
bación. De hecho, este tipo de respuestas modo, un objeto de dominio.
no parece haber variado mucho respecto Tanto la reacción de la gente como la
al de muchos años antes, cuando no era reflexión filosófica se están viendo, en par-
previsible, ni siquiera, la posibilidad fáctica te, influidas por dichas imágenes artísticas
de clonar, pero ésta constituía ya el objeto y por su capacidad retórica de despertar
de fantasías literarias de corte amenaza- emociones. Curiosamente, dichas emocio-
dor. En casi todas ellas, aparecía el miedo nes, a menudo poco explicitables concep-
hacia la pérdida de la individualidad. Pero tualmente, impregnan muchos de los argu-
también la advertencia acerca de la alie- mentos sobre clonación. El miedo es la
nación del clonado, que no resulta un emoción más recurrente.
extraño por su constitución física o psi- Las emociones y la razón (los argumen-
cológica, sino por la intención de su crea- tos razonables) no son incompatibles en
ción. Para dichas obras de ficción, el clon la reflexión moral. Sin embargo, no todas
es un constructo al servicio de los fines las emociones cuentan igual la hora de
de su creador y, como tal, no merece el reflexionar moralmente porque no todas
reconocimiento como ciudadano por parte ellas son racionales y, en consecuencia, sus-
de los sujetos libres. Aparecen, entonces, ceptibles de explicitarse discursivamente.
los mundos felices y las utopías negativas De hecho, los aviones no son malos e inse-
plagadas de seres que nos intimidan. guros porque alguien los tenga miedo.
La respuesta moral de la ciudadanía Tampoco las mujeres pelirrojas dan mala
ante la posibilidad de clonar seres huma- suerte a pesar de que, en el pasado y en
nos suele coincidir con este imaginario determinados contextos culturales, hubie-
artístico cuando acentúa la pendiente res- ra quienes sintieran un fuerte rechazo
baladiza que —desde la primera clonación hacia ellas. Sin embargo, la indignación
de un ser humano— nos precipita inevi- ante un incendio provocado o la compa-
tablemente hacia el horror. No son, por sión ante el sufrimiento de las personas
tanto, mayoritarias las visiones de un mun- y de los animales afectados parecen emo-
do en el que los clones pudieran merecer ciones justificables desde un punto de vista
idénticos derechos que los seres humanos racional e, incluso, una fuente de moti-
no creados artificialmente mediante clo- vación primigenia para la argumentación
nación 1. moral.
Es importante tener en cuenta las intui- La conclusión que podría derivarse de
ciones y las emociones morales de la gente todo esto podría ser —con Olbeth Hans-
porque, sin servir para legitimar una ética berg— que tal vez fuera posible «que los

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seres humanos, si piensan bien y tienen filósofo alemán, una de las características
deseos apropiados, podrán también tener de la técnica moderna consiste, precisa-
emociones razonables, esto es, emociones mente, en que, una vez conseguido el cono-
hacia los objetos adecuados, con la inten- cimiento técnico relevante, la aplicación se
sidad adecuada y en los momentos y las convierte en automática. Eso es también
circunstancias adecuadas» 3. lo que muchas veces oímos en relación con
El caso del miedo —y, más en concreto, la clonación: que, una vez conseguida en
del miedo a las consecuencias de la clo- animales, nadie va a poder parar el proceso
nación reproductiva—, es interesante por- hacia la clonación en humanos. Y, de
que se trata de una emoción con claro con- hecho, parece que es así. Durante un Con-
tenido proposicional, el cual nos propor- greso sobre ingeniería genética celebrado
ciona el objeto de la misma. De acuerdo en los Emiratos Árabes a principios de
con Hansberg, esto significa que, «a veces, abril del presente año, el ginecólogo ita-
cuando alguien tiene miedo a X, el no liano Severino Antinori anunció que había
expresarlo en forma proposicional puede clonado a un ser humano y que la madre
deberse a que la persona misma no quiere portadora estaba embarazada ya de dos
saber o simplemente ignora cuál es el meses. Posteriormente, ha ratificado dicha
aspecto de X que le produce miedo. Otras información y ha hablado, incluso, de otros
veces se trata simplemente de que el sujeto dos embarazos y del próximo nacimiento
o el intérprete no han pensado o no quie- del primer clon humano en algún lugar
ren pensar suficientemente en el asunto secreto.
como para identificar el contenido o los La clonación reproductiva cumple uno
contenidos proposicionales» 4. de los requisitos que hace posible la ase-
La posibilidad de explicar —incluso de veración determinista de Jonas y de otros.
juzgar— esta emoción atendiendo a las En concreto, la aparición de la técnica
razones que tenemos para sentirla, pasa desencadenaría un suculento negocio.
a constituir el objetivo indirecto de mi Antinori ha anunciado, por ejemplo, que
ensayo. Especialmente me interesa sopesar cientos de personas (50 en Italia y 600 en
si la reacción emocional que acompaña a Estados Unidos) han solicitado sus servi-
nuestra reacción cotidiana ante la clona- cios 6. Su colaboradora, Brigitte Boisselier,
ción puede acompañarse de argumentos y su movimiento raeliano ofrecen servicios
susceptibles de justificación o de rechazo. de clonación en su página web por treinta
Creo que esto sólo es en parte posible y y seis millones de pesetas 7. Si la clonación
el resto del trabajo tratará de profundizar no despertara los ojos del mercado, como
en el entramado de dichos argumentos ha ocurrido con otras técnicas, la tesis
morales. determinista sobre el paso del «podemos
hacerlo» al «hagámoslo» perdería validez.
Sea como fuere, en contra de la auto-
II. EL POR QUÉ NO maticidad podría proponerse la existencia
INSTITUCIONAL de una evaluación moral y legal de la tec-
nología que, si bien no puede impedir la
Posiblemente, la técnica de la clonación actividad de grupos o de personas aislados,
con fines reproductivos es un ejemplo de como Antinori, sí es capaz de dificultar
que la aseveración de Hans Jonas, entre la automaticidad de la aplicación institu-
otros muchos, acerca de la automaticidad cional de la clonación humana. La inicia-
de las aplicaciones tecnológicas 5, puede ser tiva de clonar seres humanos con fines
aplicada también en este caso, aunque con reproductivos es objeto de una condena
muchos matices. Recordemos que, para el moral internacional, y también legal, casi

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unánime, llenando los noticiarios y la pren- Consejo de Europa (Protocolo adicional)


sa de todo el mundo. La prohibición inter- (12 de enero de 1998) que ya prevé san-
nacional de la misma reposa, en principio, ciones en caso de incumplimiento al haber
sobre razones prudenciales que, hoy por sido incorporado al Derecho interno de
hoy, impiden cualquier intento de dar vida varios países, como España, con fuerza
a clones de nuestra especie. Y, con todo, vinculante.
esto no debe interpretarse siempre como Otros pronunciamientos relevantes —y
la condena absoluta y unánime a la técnica contrarios a la clonación— son los de la
en sí (como mala en sí misma), sino como Organización Mundial de la Salud, la
una negativa a su uso actual en nuestra Asamblea Parlamentaria del Consejo de
especie que convive con otras negativas Europa, el Parlamento Europeo, la Aso-
posibles, así, por ejemplo, la que se refiere ciación Médica Mundial, la Convención de
a su uso en cualquier especie animal o, Naciones Unidas sobre clonación o la
en el caso de algunos autores, la que Comisión Nacional de Reproducción
prohíbe cualquier uso, incluido el terapéu- Humana Asistida.
tico, o, finalmente, la que prohíbe sólo su
uso con fines reproductivos, pero no tera-
péuticos. III. EL POR QUÉ NO ÉTICO
En nuestro país, la técnica de clonación
con fines reproductivos está prohibida por Lo propio de la mayoría de las líneas argu-
la Ley sobre Técnicas de Reproducción mentativas sobre clonación, como sobre
Asistida y por el artículo 161 del Código otros problemas morales contemporáneos
Penal. En éste se especifica una pena de dignos de evaluación desde la ética, es su
uno a cinco años para la creación de seres enfatización del mal —o, mejor dicho, del
humanos idénticos por clonación u otros daño— sobre el bien 8. En definitiva, la
procedimientos dirigidos a la selección de ética no debe preguntarse tanto si algo es
la especie. Parece que los dos bienes jurí- bueno como si es dañino para alguien y,
dicos protegidos por este artículo son: a) la en cuanto tal, intolerable. Este presupues-
individualidad y b) la integridad genética to está generalmente aceptado en el tra-
de la especie humana. La redacción de la tamiento ético de casos prácticos y se resu-
ley es ambigua y resulta confuso reunir me en que la libertad individual sólo debe-
ambos delitos en uno, es decir, el de la ría ser limitada cuando suponga daños 9.
selección de la raza, un bien colectivo que El término «malo» es más claramente
no tiene por qué quedar amenazado nece- normativo que el término «bueno» si lo
sariamente, y el de la reproducción de «malo» apunta a obligaciones y lo bueno
seres idénticos, que es un bien de carácter a ideales no estrictamente obligatorios. Se
individual. puede no hacer el mal y, con todo, no llegar
En este tema, como en otros muchos a hacer el bien. Por eso, la evitación de
relativos a la aplicación de nuevas tecno- «lo malo» (regida por la pregunta ¿por qué
logías, se hace también necesaria una nor- no?) es acaso prioritaria, en cuanto obli-
mativa internacional, ya que el problema gatoria, a la consecución de lo bueno cuan-
es global y también sus repercusiones. La do esto se entiende como ideal o como
clonación es considerada como una prác- meta (regida por la pregunta ¿por qué sí?).
tica contraria a la dignidad humana por Nada más clarificador a este respecto que
la Declaración Universal sobre Genoma el Primum non nocere de los médicos
Humano y Derechos Humanos (9 de hipocráticos 10.
diciembre de 1998) y por el Convenio sobre En contra de la relevancia y explicita-
los Derechos Humanos y la Biomedicina del ción argumentativa del por qué sí contamos

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con muy interesantes argumentos. Todos qué no? dejamos la puerta abierta a dife-
ellos aluden, de un modo u otro, a la plu- rentes cursos de acción buenos a la vez.
ralidad de modos de hacer el bien, que Ahí —insiste— no hay límites. El único
pueden llegar a entenderse como incon- límite está en el mal o en el daño a los
mensurables. En palabras de Jesús de demás.
Garay: A partir del rechazo al daño, algunos
autores —como R. Dawkins— sostienen
«Lo importante es examinar si hay alguna que la carga de la prueba recaería siempre
restricción, si hay algún coste, algún “no” impor-
en quienes se oponen a la clonación, que
tante que deba tenerse en cuenta al emprender
la nueva acción. Los nuevos bienes que el tendrían que probar que ésta es dañina
empresario (valga el tecnólogo o el sujeto en o perjudicial para algún humano, ser sin-
general 11) puede proponerse son infinitos, y tiente o para la sociedad en general. Su
rara vez existen unos porqués rotundos que exi- trabajo «¿Qué es lo que está mal en la
gen buscar en el futuro unos bienes necesaria- clonación?» 13 defiende, precisamente, la
mente en vez de otros. Por eso, la simple pre- supuesta imposibilidad de probar que esta
gunta “¿por qué”, “¿por qué actuar así?”, no técnica implica algo malo para alguien.
es una pregunta relevante para el empresario
que trata de innovar creando nuevos bienes. En Tal y como solicita Dawkins, la filosofía
cambio, con la pregunta “¿por qué no?” quedan moral contemporánea busca posibles
abiertas innumerables posibilidades de acción, daños morales derivados o derivables de
tan diversas como los bienes que se puedan esta técnica o de sus posibles aplicaciones.
crear. Cuantos más bienes se puedan crear, Existen diversos tipos de apelación moral.
mejor: Ahí no existen limitaciones, ni tiene sen- Pero, en definitiva, lo común de todos ellos
tido siquiera preguntar. En cambio, es razonable es que delinean daños o «males» a las per-
preguntar por los posibles costes de la creación
sonas que habría que evitar.
de los nuevos bienes (...) Hay diversos cursos
de acción que son buenos a la vez. General- En primer lugar, contamos con argu-
mente no hay una única solución buena, fuera mentos prudenciales. Éstos se centran en
de la cual todas las demás serían malas por apar- los medios utilizados más que en el fin
tarse más o menos de esa única decisión correc- en sí. De hecho, lo más propio de la pru-
ta. (...) Son muchos los bienes por que se puede dencia es, en Aristóteles, la evaluación
optar, diversos entre sí e incluso incompatibles racional de los medios que se dirigen a
dentro de un mismo curso de acción, pero no una acción determinada. Desde este punto
por ello contradictorios. Simplemente son
de vista, fines y medios no pueden eva-
inconmensurables, del mismo modo que las
decisiones singulares que los han creado» 12. luarse separadamente. Y la técnica de la
clonación no puede ser aprobada ni recha-
Los límites a la decisión humana no zada sin tener en cuenta las repercusiones
deben ser muy severos, hasta el punto de morales del proceso.
restringir demasiado las «innumerables También contamos con argumentos
posibilidades» de elección o de acción. Es centrados en la licitud de la técnica en sí
más, en el seno de las sociedades modernas misma, de llegarse a poner en marcha con
y abiertas, consideramos que los únicos garantías. En este apartado, los argumen-
límites concebibles como tales son estric- tos evalúan el significado de la clonación
tamente los que prohíben el daño al otro, en humanos: ¿qué significa estar clonado?;
nunca los que excluyen visiones concretas ¿qué daños podrían generarse para el clon
de hacer o de entender el bien que, en o para la sociedad en general? Se ha seña-
sí mismas, no comporten daños. De hecho, lado, por ejemplo, que la aplicación de la
como recuerda Garay en clara actualiza- técnica podría conllevar la infracción de
ción de Aristóteles, con la pregunta ¿por algún principio o norma moral de carácter

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universal, así, por ejemplo, el respeto a para los sujetos afectados y para el medio
la autonomía de los sujetos. ambiente.
En tercer lugar, cabe citar los argumen- El Principio de Precaución no solicita
tos consecuencialistas, que se centran más probar a posteriori que una actividad pro-
bien en las posibles consecuencias —no duce daños, sino que no los produce, inclu-
estrictamente necesarias— que podrían so antes de ser aplicado o puesto en cir-
derivarse de su puesta en marcha. No me culación. Así lo explicita, Tickner, entre
referiré en este apartado a los argumentos otros:
propios de filosofías consecuencialistas
como la utilitarista, que parten de una pre- «Un aspecto central de esta estructura es el
via definición del bien o de lo bueno en paso de la carga de la prueba al proponente
de una actividad potencialmente peligrosa para
términos de bienestar, satisfacción de pre-
que aporte información sobre su inocuidad,
ferencias etc. Por argumentos consecuen- necesidad de la actividad y disponibilidad de
cialistas voy a entender aquí los que apelan alternativas. Si existen indicios de daño (en con-
a posibles riesgos o consecuencias nega- traste con la certeza), deberá presumirse que
tivas de la clonación más que a la técnica la actividad es dañina, hasta que de manera
en sí misma. Según esto, puede que apelar excluyente se pruebe lo contrario» 15.
a este tipo de razones no requiera sostener
necesariamente la incorrección de la téc- En segundo lugar, porque —dada la
nica o de alguno de sus usos. Basta con peculiar naturaleza del debate sobre clo-
explicitar la posibilidad de que se generen nación— quizás no basta con argumentar
algunas consecuencias perjudiciales o a partir del daño (el por qué no) y resulta
dañinas para las personas. conveniente tener también en cuenta las
Lógicamente, hay otras posibilidades a razones positivas a favor de la utilización
la hora de argumentar en contra de la clo- de esta técnica (el por qué sí).
nación, pero las elegidas dibujan bien el A medida que una técnica se hace más
panorama actual de la argumentación al compleja e innovadora respecto a cual-
tiempo que pueden servir como plataforma quier otra conocida, es más difícil conocer
de otras muchas propuestas más concretas exactamente el alcance de sus consecuen-
y metaéticamente diversas. cias: si lo que parece un daño de carácter
menor puede llegar a ser un gran daño,
por poner un ejemplo. La oscuridad acerca
del alcance espacial y temporal de sus con-
IV. DEL POR QUÉ NO secuencias, invita a tener más presentes
AL POR QUÉ SÍ los posibles beneficios de la técnica.
Se podría objetar a este reparo que el
Estoy de acuerdo, en parte, con el método principio de precaución, ya mencionado,
de trabajo de Dawkins. Sin embargo, la nos invita a una responsabilidad sobre
aceptación de su punto de partida me sirve daños futuros contingentes y sobre los que
también para distanciarme de él en dos existe un alto nivel de incertidumbre.
aspectos. Según esto, prever los daños y evitarlos
En primer lugar, porque, tal y como se antes de que se produzcan sería suficiente,
viene defendiendo en el caso de otras tec- siendo, pues, innecesario apelar a las razo-
nologías moralmente debatidas, la carga nes particulares de los demandantes a
de la prueba sobre los daños recae más favor de la utilización de la técnica.
bien en los impulsores de una tecnología 14, Y es cierto. Pero el que, cada vez más,
a quienes habría que exigir que demos- debamos contar con consecuencias, no sólo
traran que ésta es absolutamente segura probables, sino imprevisibles, es decir, con

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incertidumbres 16, complica la previsibili- la pena tener en cuenta los beneficios de


dad del daño. Es entonces cuando surgen las mismas y caracterizar concretamente
interpretaciones más o menos radicales del los posibles costes derivados del incumpli-
principio de precaución. Las primeras miento de ciertos límites, así como la
podrían caer en el inmovilismo ante cual- manera de evitarlos. Pienso, por ejemplo,
quier novedad. Las segundas podrían en el temor a que las técnicas médicas de
hacerlo en la imprudencia, si no se toma trasplante de órganos pudieran desembo-
suficientemente en cuenta el aspecto de car en prácticas mafiosas de compra-venta
la ignorancia sobre determinados efectos de los mismos, sobre todo entre los indi-
sobrevenibles a la puesta en marcha de viduos más desfavorecidos. No obstante,
una técnica. Actuar en circunstancias de contamos con formas eficaces de prevenir
cierta incertidumbre, como puede que y de perseguir tal riesgo (jamás de con-
ocurra con la clonación, exige mucha pru- seguir un riesgo cero) que se han puesto
dencia colectiva a la hora de asumir ries- en marcha una vez que el trasplante de
gos. Y esto es más fácil cuando se tienen órganos se ha propuesto como un beneficio
en cuenta, como contrapeso, los posibles universal y como una meta que merecía
beneficios de la técnica debatida. la pena perseguir a pesar de algunos de
Evidentemente, además, la gran mayo- sus riesgos.
ría de las tecnologías contemporáneas Por último, muchas tecnologías supo-
suponen riesgos y no sólo daños objetivos. nen daños, pero quizás, de nuevo bajo cier-
Y puede ocurrir con algunos riesgos que, tas circunstancias, de carácter menor que
bajo ciertas circunstancias, el daño que los beneficios. Por ejemplo, la amplia
suponen podría evitarse o no darse. En mayoría de las personas justifica hoy en
efecto, hay riesgos que pasan a ser daños día ciertos experimentos con animales que
sin que podamos hacer mucho. Por ejem- suponen sufrimiento —o la muerte— para
plo, existe un riesgo —aunque muy peque- los mismos, pero que parecen cruciales
ño— de tener un accidente de avión cuan- para la curación de graves enfermedades
do se viaja en este medio. Hay otros casos, en humanos. Desde una perspectiva moral
sin embargo, en los que los riesgos sí centrada únicamente en el daño y antro-
podrían evitarse, por ejemplo, con una pocéntrica, podría decirse que los expe-
legislación adecuada que prohibiera cier- rimentos no suponen daño a ningún ser
tos usos de la técnica. A veces se plantea, humano (como único beneficiario de con-
por ejemplo, que la clonación sólo desen- sideración moral), o que no suponen daño
cadenaría ciertas consecuencias dañinas en moral para los animales. No obstante, a
el caso de que fuera una práctica muy la hora de justificar ciertos experimentos,
extendida, pero no si su uso se restringiera. ha sido predominante la opción de poner
Quizás, por ello, en la decisión de asu- sobre la mesa el daño provocado a los ani-
mir riesgos deberían estar, de algún modo, males junto al beneficio del experimento
presentes los potenciales beneficios, ya que para los humanos. Ronald Dworkin no
los riesgos no desaparecen del todo con abandona la esfera del bien cuando nos
las prohibiciones de determinados usos. habla de posibles riesgos, pero también de
Obviamente, dichos riesgos evitables no posibles beneficios, de la clonación repro-
tendrían por qué servir para censurar la ductiva en humanos 17. En concreto, se
investigación o aplicación de una tecno- refiere a las objeciones más frecuentes en
logía. También en el pasado se mencio- relación a la clonación como una grave vio-
naron riesgos de este tipo ante la aparición lación de derechos humanos. Y, tras ana-
de algunas técnicas que son hoy cruciales. lizar hasta qué punto las previsiones de
El tiempo nos ha mostrado que mereció daños objetivos gozan —o no— de peso

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real, pone en la balanza los riesgos y los que deciden ponerlas en marcha. Por eso,
beneficios de la técnica. Es entonces cuan- no cabe considerar que la decisión sobre
do han de salir a la luz, por ejemplo, los las mismas sea estrictamente privada. La
deseos de las parejas estériles, u homo- filosofía normativa moderna puso en mar-
sexuales, o que simplemente «desean tener cha cierta austeridad metafísica. Y, en con-
hijos mediante clonación porque piensan secuencia, se alejó del propósito antiguo
que es mejor que las alternativas dispo- de proveernos con una visión adecuada de
nibles; o no cuentan con alternativas» 18. la vida buena. Como un buen geómetra
Y también emerge, como es lógico, el polé- o un buen gramático moral, el ético moder-
mico derecho —que Dworkin defiende a no tiene una visión muy concreta de la
pies juntillas— a la libertad reproducti- ética, según la cual la pregunta por lo bue-
va 19. Pero entonces no haría falta aban- no queda excluida desde el principio. Esta
donar estrictamente la esfera de la justicia, pregunta queda relegada al ámbito de lo
tratándose más bien de poner sobre la privado, donde ejerce su importancia, pero
mesa distintos derechos. sólo ahí.
La perspectiva de Dworkin es un ejem- Para el pensamiento moderno conven-
plo ilustrativo de la conveniencia argumen- cional, las lógicas del bien y de la justicia
tativa de acompañar la argumentación cen- son diferentes. La justicia remite a la nor-
trada en daños, de la que hace emerger matividad de las interacciones entre indi-
también los beneficios parciales o globales
viduos o doctrinas diversas. El bien remite
de la técnica debatida. En concreto, pro-
a las opciones privadas, tamizadas por la
pone un nuevo derecho como respuesta
tolerancia. Bien y justicia están segregados
más rotunda al por qué sí clonarnos. No
en la ética y en la política (salvo para opcio-
es una respuesta obvia para cualquiera y
nes críticas, como el comunitarismo). Se
necesita ser avalada por una justificación
trata, pues, de establecer un discurso públi-
moral y jurídica. Pero no es éste el lugar
co (el uso público de la razón) que pueda
de detenernos en ese derecho.
articular una concepción pública de la jus-
Como se habrá podido observar, mis
precisiones anteriores no serían absoluta- ticia para todos los ciudadanos, portadores
mente determinantes cuando fuera posible de diversas concepciones del bien.
justificar que una técnica conlleva daños La justicia remite a un bien universa-
objetivos en cuanto vulneraciones de prin- lizable, pero existe también un tipo de bien
cipios o de derechos fundamentales. Dicho no generalizable, que prescinde de las nor-
de otro modo, cualquier opción vital o de mas y que se centra más bien en los fines,
acción que resultara universalmente dañi- los valores o las virtudes. Pese a no cons-
na para alguien habría de ser rechazada tituir un bien universalizable, una deter-
a pesar de sus beneficios. Y, del mismo minada opción de vida, de acción o de pro-
modo, no sería estrictamente necesario ducción, puede ser una opción con rele-
conocer el por qué de la utilización de una vancia pública. Así puede que ocurra con
técnica si ésta no produjese daños, o ries- la clonación. ¿Cómo va a ser privada una
gos importantes de daños. concepción de la vida con tantas implica-
Ahora bien, el hecho de que no fuera ciones para todos como la vida artificial?;
estrictamente necesario —a la hora de ¿queda el debate moral limitado a la cues-
limitar o, incluso, prohibir legalmente su tión del daño objetivo que la creación de
uso— no significa que no sea conveniente. clones acarrearía o también importa dis-
Creo que las repercusiones de nuestras tec- cutir sobre las implicaciones de cada una
nologías contemporáneas no se limitan a de las opciones: mayor o menor calidad
los sujetos privados o a las instituciones de vida de los afectados?

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NOTAS Y DISCUSIONES

Sobre la producción artificial de vida daños de carácter menor que, sumados,


humana, existen muy diversas concepcio- podrían desencadenar un daño objetivo.
nes. O, de otro modo, existen diversas con- O, en ocasiones, se da meramente un ries-
cepciones acerca de qué sea lo recto con go de daño, dadas ciertas circunstancias;
relación a la intervención tecnológica o una incertidumbre; o una valoración con-
sobre la naturaleza humana. Éstas se hacen vencional de lo que es un daño abierta
valer en la actualidad a la hora de afrontar a la discrepancia.
el debate moral sobre clonación. En uno En otro espacio —no lejano— está la
de los extremos, los tecnoentusiastas esfera de la vida buena y del bien, también
defienden que la interferencia sobre la del colectivo. Es evidente que la creación
naturaleza es buena y nos presentan un de clones no afecta al marco limitado de
mundo hibridado como ideal. Los natu- un individuo, de su propia vida y de lo
ralistas, en el otro, sostienen que es nece- que quiera hacer con ella. Su radio de
sario volver a formas de vida conforme a acción afecta a otros. No estaría mal,
la naturaleza y miran nostálgicamente al entonces, saber algo más sobre cómo nos
pasado, a formas de vida tradicionales y autoconcebimos a nosotros mismos y a
a una pretendida Edad de Oro, de armonía nuestras relaciones sociales; sacar a la luz
con las normas naturales 20. Ciertamente, pública la tematización de diferentes
el debate moral sobre clonación no puede opciones de vida colectiva y de felicidad.
partir de la discusión sobre ideales o visio- En definitiva, no debe ser ajeno a la ética
nes de lo bueno, sino más bien del debate el planteamiento —verosímil, revisable y
sobre lo malo, sobre lo que es dañino o contrastado con alternativas— de mundos
perjudicial. Las visiones de lo bueno pue- y de formas de vida (las de todos nosotros)
den ser, incluso, inconmensurables, com- posibles.
patibles o no.
Pese a todo, que las visiones del bien
no sean universalizables no debe significar V. DAÑOS Y BIENES
que, por ello, carezcan de relevancia públi-
ca, o de peso, en la teoría moral. Hay que V.a. Medios y resultados. Prudencia
distinguir aquí, como hizo Seyla Benha-
bib 21, entre lo público como universaliza- Quisiera empezar analizando las razones
ble y lo público como sometido a debate más obvias, esas que aún desaconsejan la
público. En este trabajo quiero proponer aplicación de la clonación reproductiva en
que, junto a la perspectiva centrada en el humanos incluso a los más proclives a la
daño, la ética de la clonación debe pro- misma. Me refiero a las razones de corte
poner otra perspectiva complementaria prudencial.
centrada en el bien. En definitiva, quisiera Hasta ahora se han clonado animales,
señalar la relevancia de los debates o mani- por ejemplo, ovejas, vacas, ratones, monos
festaciones públicas sobre lo bueno, que y gatos. Cada clonación exitosa ha reque-
no se corresponden meramente con el rido múltiples pruebas con grandes can-
ámbito de lo privado. tidades de embriones clónicos. Harry D.
De acuerdo con la ética moderna, espe- Griffin, uno de los creadores de Dolly,
cialmente de corte deontológico, la clona- advierte, por ejemplo, de que ésta requirió
ción empezaría a ser una cuestión de bien la utilización de 430 óvulos no fecundados
público, o de justicia, cuando pudiera ser de ovejas donantes.
probado que supone daños objetivos. Aho- Además, los experimentos en ovejas
ra bien, estar de acuerdo en lo que es un produjeron —hasta llegar a Dolly— varios
daño objetivo no es sencillo. Además, hay fetos que murieron durante la gestación

ISEGORÍA/27 (2002) 201


NOTAS Y DISCUSIONES

o tras el nacimiento y muchos de ellos pre- es guía para la acción y debe ser imitada.
sentaron alteraciones durante el desarro- Y la naturaleza no produce clones:
llo. En palabras de Ian Wilmut: «... no más
de un 1 por 100 de los embriones lograron «Algunas veces se le escapa a la naturaleza
nacer. Y, en segundo lugar, muchos de los un error en las primeras divisiones del huevo
fecundado: entonces se generan gemelos uni-
animales clonados mueren cuando aún
vitelinos, genéticamente idénticos, es decir, clo-
están en avanzado estado de gestación o nes. Pero el que su frecuencia en contraste con
al poco tiempo de nacer» 22. Dado el carác- la de los gemelos de dos huevos sea propor-
ter técnico de la constatación de la ausen- cionalmente mínima (0,35 por 100), muestra que
cia de garantías de la clonación reproduc- para la naturaleza va en serio la prohibición de
tiva, sirvan de nuevo las palabras del exper- clonar; no parece que pueda soportar más. Y,
to para advertir sobre ella: en consecuencia, si los hombres comenzaran a
clonarse, irían en contra de uno de los principios
«Están intentando utilizar con seres humanos a los que deben su existencia. Por ello no deben
una técnica que todavía no está lista, y si eso permitírselo» 25.
se hace antes de dos años, el primer clon será
un niño con deformidades. Todos los científicos El argumento de Zimmer es suficien-
serios reconocen que por cada intento de clo- temente serio como para ser tenido en
nación hay detrás miles de fallos, abortos y mal- cuenta. Sólo que, quizás, es más conve-
formaciones genéticas. Simplemente, no esta-
niente tenerlo en cuenta en otro apartado
mos preparado» 23.
(ver punto V.c.i). No es la naturaleza la
Entre los riesgos finales puede señalarse que prohíbe nada. Ésta no es un sujeto
el riesgo de que el clon heredara las muta- moral y no puede constituirse en la auto-
ciones somáticas del donante, lo que puede ridad incontestable de nuestras decisiones.
llevar al envejecimiento prematuro o a una Somos nosotros los que fundamos lo moral
mayor incidencia de cáncer en edades pos- y justificamos nuestras prohibiciones, aun-
teriores de la vida. A pesar de que ciertos que, para ello, sea absolutamente relevante
estudios con bovinos muestran que el feno- tener en cuenta los hechos de la natu-
tipo de los clones es normal, y que su fer- raleza.
tilidad y su comportamiento son normales,
la longitud menor de los telómeros de algu-
nos clones animales ha hecho también sos- V.b.ii. La pérdida de la identidad
pechar que podrían envejecer más rápi-
damente 24. Muchos de los argumentos esgrimidos en
contra de la clonación se refieren a la pér-
dida de identidad que supondría la crea-
V.b. Daños resultantes de una clonación ción de seres idénticos para los sujetos
en condiciones hipotéticas de seguridad afectados. No obstante, la fuerza total de
esta línea de argumentación se rebaja a
V.b.i. ¿A la naturaleza? la vista de dos tipos de contra-argumentos,
los biológicos y los ambientales.
De acuerdo con los argumentos natura- Biológicamente cabe apuntar que la clo-
listas en contra de la clonación, ésta ha nación no supone una identidad genética
de prohibirse porque, en palabras de D. E. perfecta entre el organismo clonado y el
Zimmer, uno de los autores relevantes al donante del genoma. La razón más obvia,
respecto: «para la naturaleza va en serio y ya apuntada, es que la información uti-
la prohibición de clonar». En otras pala- lizada es la contenida en el núcleo de la
bras, la naturaleza tiene poder normativo; célula, perdiéndose la información mito-

202 ISEGORÍA/27 (2002)


NOTAS Y DISCUSIONES

condrial. Por su parte, el óvulo, que recibe tecimiento contingente, el clon se lo puede
el material genético del clonado, aporta atribuir a otra persona». La sustancia here-
las mitocondrias de su citoplasma, con una ditaria —en palabras de Habermas— es
pequeña cantidad de ADN. Cabe contar, con la clonación fijada intencionalmente
además, con la influencia de la madre por- por una persona ajena al clon y, con ello,
tadora, las mutaciones o las diferentes se traspasaría esa zona de no-disponibili-
conexiones neuronales del cerebro. dad en la que sólo puede intervenir el pro-
Además, la experiencia científica con pio sujeto o la naturaleza:
gemelos no avala la tesis de la identidad
física ni psicológica. Los organismos huma- «La biología no nos puede dispensar de con-
nos son el resultado de interacciones com- sideraciones morales. Y la bioética no nos debe-
ría llevar a extravíos biológicos (...) La pregunta
plejas entre su biología y el ambiente en
es ¿qué debería cambiar para la autocompren-
que se desarrollan. La clonación reproduc- sión moral de una persona adulta, si no hubiera
tiva no podría anular de raíz la posibilidad sido generada naturalmente sino clonada? Evi-
de ser uno mismo. dentemente no cambia la dependencia de un
programa genético sino la dependencia de la
fijación de ese programa por otra persona (...)
V.b.iii. Derecho a ser, pensar En efecto, la fijación intencionada de la sustan-
y cuidar-se de uno mismo cia hereditaria significa que para el clon se per-
petúa de por vida un juicio que ha decretado so-
Pese a que no exista una identidad perfecta bre él otra persona antes de su nacimiento (...)
entre el clon y el original, su gran seme- La persona clonada tendría sin duda como
todos los demás la libertad de comportarse con
janza puede constituir un obstáculo para
respecto a sus capacidades y limitaciones (...)
la creación autónoma de su personalidad. Lo que para otros es un acontecimiento con-
Uno de los argumentos establece que la tingente, el clon lo puede atribuir a otra persona.
biografía de un ser semejante a ti y que La imputabilidad de la intervención intencio-
ha existido antes que tú —con sus virtudes nada en una zona de no-disponibilidad cons-
y méritos conocidos— puede coartar la tituye la diferencia relevante moral y jurídi-
libertad del clonado a la hora de hacerse camente» 28.
a sí mismo. El clon tiene, pues, a quien
parecerse. Y la vida —anterior en el tiem- La argumentación que establece que la
po— de la persona clonada puede ejercer vida del clonado puede ejercer una presión
una presión exagerada sobre el clon. exagerada sobre el clon, hasta el punto de
En este sentido, el autor Hans Jonas coartar su autonomía, parece estar presu-
habla del derecho a la ignorancia y Joel poniendo una identidad —o casi identi-
Feinberg del derecho a un futuro abier- dad— entre ambos. No hay prueba cien-
to 26. Por otra parte, y según J. Habermas, tífica que lo avale. De no darse tal iden-
la diferencia entre un clon y cualquier otra tidad, tampoco podría hablarse con tanto
persona no es la dependencia de un pro- sentido de pérdida de autonomía. En cuan-
grama genético, sino «la dependencia de to al razonamiento de Habermas, presu-
la fijación de este programa por otra per- pone una zona de no-disponibilidad. La jus-
sona» perpetuándose «de por vida un jui- tificación de la misma podría hacerse
cio que ha decretado sobre él otra persona depender de argumentos previos, como la
antes de su nacimiento 27. Tampoco cabe defensa de ciertos derechos, pero entonces
hablar de una diferencia en cuanto a la puede que fuera más oportuno hablar, sin
libertad de comportamiento. Evidente- más, de esos derechos (a la autonomía,
mente, el clon es libre para hacerse a sí en concreto) y tratar de probar cómo pue-
mismo, pero «lo que para otros es un acon- den ser vulnerados con la creación de clo-

ISEGORÍA/27 (2002) 203


NOTAS Y DISCUSIONES

nes humanos. Presuponer una zona de dad» o «corrección» (el por qué sí) de la
no-disponibilidad apunta a que cualquier clonación reproductiva y sobre ésta en
intervención en el genoma supone, de comparación con alternativas como la
hecho, una infracción de derechos funda- adopción, con menos costes y, quizás tam-
mentales. Y si esto no pudiera ser probado bién, menos riesgos de coartar la autono-
en todos los casos, la aseveración de que mía de los hijos desde el principio.
existe dicha indisponibilidad perdería vali-
dez, a menos que Habermas quiera dar
algo por sentado. V.c. Daños en las consecuencias
Falta saber si, como asegura Habermas,
un clon es, efectivamente, un esclavo en En este apartado me voy a referir a ciertos
manos de su creador porque éste haya riesgos e incertidumbres ligados a la posi-
decidido tanto sobre él. En otro lugar 29, bilidad de clonar seres humanos.
y frente a algunos autores, Habermas trata
de probar que las decisiones que un padre
pueda tomar sobre su hijo ya nacido, y V.c.i. Pérdida de diversidad
que afecten al proyecto vital del mismo,
no son semejantes a las que conducen a La clonación supone un retroceso hacia
la producción de un clon. En suma, decidir formas de vida inferiores en la escala bio-
sobre la educación de nuestros hijos lle- lógica, que se reproducen de manera
vándoles, por ejemplo, a un colegio o a asexuada. La función de la reproducción
otro o transmitiéndoles unos valores u sexual es promover la recombinación gené-
otros nunca es, para Habermas, una nega- tica como fuente de variabilidad, que pro-
ción radical de su capacidad de ser ellos picia la adaptación ante situaciones nuevas
mismos. Otra cosa es elegir su genoma des- y facilita la evolución.
de el principio. La diversidad interesa en cuanto es
Quizás Habermas sigue concediendo fuente de vida y su mantenimiento enlaza,
demasiada importancia al genoma frente pues, directamente con los derechos de
a la cultura. No obstante, el núcleo de su generaciones posteriores. Es aquí donde
argumento sigue siendo recuperable desde la pregunta por el por qué sí empieza a
el momento en que la intervención sobre ser también relevante. Ante el riesgo de
el genoma parece, en principio, más radi- amenazar la diversidad humana, junto al
cal, determinante e irreversible que la hecho efectivo de rebajarla con cada nueva
mayoría de las intervenciones sobre el suje- clonación, podría contraargumentarse que
to ya nacido (máxime si la clonación se dicho riesgo se evitaría restringiendo su
alía con la ingeniería genética, aunque utilización en el caso de parejas estériles
vamos a dejar esto al margen por el que no pudieran tener descendencia de
momento). Y tal posibilidad nos invita a otra manera. De este modo, se evitaría el
pensar seriamente en los límites de la inter- uso masivo de la técnica que pondría en
vención —en el genoma o en el proyecto peligro la diversidad biológica humana.
vital— de los padres sobre sus hijos. Otra Mas no es posible asegurar que la restric-
cosa es que el argumento habermasiano ción de uso se consiga siempre, dada la
sea capaz —por sí solo— de justificar el posibilidad de mover grandes cantidades
daño objetivo, y, por tanto, de traducirse de dinero a espaldas de la ley. Además,
en una prohibición, de la clonación de cada clonación supone ya un daño —si bien
seres humanos. Mientras tanto, su argu- en sí misma de carácter menor— a la diver-
mentación tiene la fuerza suficiente como sidad humana. Puesto que es éste un posi-
para que debamos debatir sobre la «bon- ble daño en el que están implicados todos

204 ISEGORÍA/27 (2002)


NOTAS Y DISCUSIONES

los seres humanos, no estaría de más cono- V.c.iii. Maternidad subrogada


cer el beneficio que supone la clonación
para sus demandantes o si hay alternativas. Tanto en la experimentación previa a la
creación de un primer clon humano como
en la puesta en marcha de esta técnica una
vez conseguida con garantías, se requeri-
V.c.ii. Esterilidad
rían, en la mayoría de los casos, contratos
de maternidad 30. Actualmente están pro-
Si la clonación llegara a suponer un méto- hibidos en Europa. Habría que justificar,
do de reproducción para parejas estériles entonces, que éstos no suponen daños, fun-
que no pueden reproducirse de otro modo, damentalmente a la gestante. Uno de ellos
el problema se perpetuaría y la esterilidad es la coacción de su voluntad, ya que podría
se vería incrementada. Si éste es un riesgo partir de una situación de desigualdad
que ha de ser tenido en cuenta es porque social frente a los futuros padres.
la esterilidad se transmitiría a las gene- Si este tipo de contratación fuera des-
raciones futuras. Esto ya ocurre, de alguna penalizado, sería imprescindible, además,
manera, con los hijos in vitro de parejas que quedara sometido a importantes con-
con problemas serios de fertilidad. Y no troles para evitar consecuencias dañinas
parece suficiente como para negarles el indeseadas (mercado negro, humillacio-
derecho a tener un hijo que —en este nes, etc.).
caso— quizás herede los problemas de fer- No es fácil, sin embargo, llegar a un
tilidad de sus padres a cambio de nacer. consenso respecto a la cuestión básica: si
Pero lo mismo ocurre con la transmisión éstos contratos suponen, o no, daños. En
de enfermedades —no fatales— de padres esta situación es importante la precaución,
a hijos. En suma, podemos reflexionar sobre todo teniendo en cuenta la relevan-
sobre la opción de traer al mundo a un cia económica de este tipo de contratos
niño sabiendo —desde antes de la «con- y del nacimiento final del clon.
cepción»— que nacería con determinados
problemas de salud hereditarios, o con
capacidades mermadas o anuladas. Tam- V.c.iv. Utilización comercial
bién podemos pensar en opciones alter-
Se ha hablado de un posible uso comercial
nativas y con menos riesgos, pero no pare-
y claramente aberrante de la clonación.
ce que el resultado de nuestra reflexión
Entre los usos mencionados está el del clon
pudiera hacerse valer como absolutamente
como almacén de órganos para el sujeto
vinculante para todos.
clonado o el del clon como supuesto reem-
Por último, puede que, llevada al extre- plazo de personas fallecidas o con especial
mo, la clonación acabara con la reproduc- talento. Algunos de estos usos posibles des-
ción sexual. Pero, efectivamente, hay que cansan sobre presupuestos erróneos, tal
dar por hecho que la clonación se exten- como la identidad entre el clon y el clo-
diera mucho, lo cual es sólo una posibi- nado. Pero no dudo que, al menos inicial-
lidad, y remota. Además, éste sería uno mente, existiera la tentación de re-producir
de los riesgos que podrían ser, en parte, sujetos. Y también de otras cosas.
controlados mediante la regulación legal. Es importante sacar a la luz el interés
Como en otros casos, la asunción de económico de la clonación reproductiva
riesgos no es un asunto meramente pri- incluso en los casos en que los potenciales
vado, sino que posee implicaciones colec- beneficiarios fueran parejas estériles, o de
tivas. De ahí su especial relevancia. homosexuales, que sólo pretendieran tener

ISEGORÍA/27 (2002) 205


NOTAS Y DISCUSIONES

un hijo genéticamente suyo. Otra cosa es el alemán J. Habermas se une a nuestras


que dichos riesgos sirvieran para abortar moratorias internacionales para diferen-
la posibilidad de clonar humanos. Al prin- ciar entre «terapia» (fácilmente aprobable
cipio, la clonación sería muy cara, y esto por el que va a nacer) y «mejora»; o entre
favorecería el fomento de desigualdades. «acción» y «producción». Además, nos
Pero coincido con Dworkin cuando afirma recuerda el riesgo «mercantil» de que «en
que la respuesta a esto no es la prohibición las sociedades liberales, fueran los mer-
de la clonación (si ésta supusiera beneficios cados los que, regidos por el interés en
para algunos), sino la progresiva redistri- los beneficios y las preferencias de la
bución y la justicia. demanda, pasaran la pelota de las deci-
siones eugenésicas a la elección individual
de los padres y, en general, a los deseos
V.c.v. Riesgos de la eugenesia anárquicos de clientes y clientelismos» 32.
En definitiva, se trataría de justificar que
La clonación no implica necesariamente la ingeniería genética es segura y no con-
a la eugenesia ni al revés. Pero es fácil lleva los daños que las intuiciones morales
pensar en la alianza eugenésica entre las de muchos ciudadanos vislumbran en el
técnicas de la clonación y de la ingeniería horizonte. No creo que sea fácil.
genética.
No sabemos cuántos rasgos de los des-
cendientes —clones— podrán ser modifi- VI. LA CLONACIÓN TERAPÉUTICA
cados por los padres. Quizás no tantos
como algunos piensan. Y, en todo caso, La clonación terapéutica supone la rege-
dichas modificaciones son sólo el punto de neración celular mediante las técnicas de
partida de lo que los sujetos llegarán a transferencia nuclear. Esto permitiría
ser en interacción con otros y con su medio generar células o tejidos de reemplazo. El
ambiente. proceso sería el siguiente. Se extraería una
No obstante, la alteración de caracte- célula del paciente. Se transferiría su
rísticas genotípicas de las generaciones núcleo a un óvulo enucleado. Se provo-
futuras supone una de las incursiones más caría la activación para que se fusionaran
radicales en el espacio del otro y de los hasta llegar al blastocisto. Y, por último,
otros, quizás la más radical. Podría res- cuando el embrión está en dicha fase, se
ponder a frustraciones personales que se extraerían de él las células madre que se
deseara erradicar a través de la vida de desarrollarían hasta crear el tejido que
los descendientes o, quizás, a un orgullo podría reemplazar al enfermo. Así, quizás,
egocentrista llamado a la réplica perfec- podría llegar a encontrarse tratamiento
cionadora; o, por qué no, a las «mejores» para diversos males, como el infarto de
intenciones de unos padres que desean que miocardio (reestableciendo la zona daña-
su hijo sea más feliz y sano que ellos. da), el Parkinson o la diabetes.
No sé, sin embargo, cómo podría evi- Las células madre son células indiferen-
tarse la vulneración de la autonomía de ciadas con una capacidad prolongada de
los sujetos futuros o el incremento de las renovación. Son capaces de dividirse y de
desigualdades y de la injusticia social. La crear células indiferenciadas con el poten-
cuestión está abierta a importantes discre- cial de formar tipos celulares diferencia-
pancias. Mientras el americano R. Dwor- dos. Las células madre pueden ser embrio-
kin no concede a la ingeniería genética más narias, fetales y de adultos (vivos o en esta-
poder que a otras intervenciones culturales do de muerte cerebral). Parece que las de
sobre la mente del niño, por ejemplo 31, origen embrionario poseen una mayor

206 ISEGORÍA/27 (2002)


NOTAS Y DISCUSIONES

capacidad de expansión y diferenciación nicas de fecundación asistida) o, incluso,


que las de origen fetal o del adulto. Pero del daño infringido a una vida que fuera
la bibliografía es contradictoria y existen producida a propósito para extraer células
también estudios que proponen una capa- madre con fines de investigación.
cidad similar de las células madre embrio-
narias y de las células madre procedentes
del cordón umbilical, de la placenta o de VII. BALANCE PROVISIONAL
la médula ósea.
En nuestro país existe ya un Comité
A pesar del marcado rechazo moral —y
Asesor de Ética que tendrá que analizar,
penalización legal— de la clonación repro-
entre otras cosas, la utilización, con fines
ductiva en humanos, la cuestión sobre la
terapéuticos, de células madre embriona-
posibilidad de universalizar una posición
rias procedentes de embriones sobrantes
moral vinculante al respecto (una vez con-
de las técnicas de fecundación in vitro, pero
seguidas las debidas garantías de seguridad
también la de células clonadas, lo que exige
en el proceso) sigue abierta. La contro-
ya la creación de un embrión que luego
versia tiene que ver con la posibilidad de
es destruido. Su composición multidisci-
plinar (doce miembros) fue consensuada una justificación imparcial de daños obje-
por los Ministerios de Ciencia y de Sanidad tivos (por qué no), y, en consecuencia, reco-
y supervisada por el de Presidencia, así nocibles por cualquiera. Pero incluso cuan-
como finalmente aprobada el 11 de abril do no fuera posible probar con rotundidad
del presente año por el Patronato de la que la clonación reproductiva —realizada
Fundación Española para la Ciencia y la con garantías— acarrea daños objetivos
Tecnología. Este Comité tendrá que ase- para nadie, la influencia de esta técnica
sorar al Gobierno español sobre la inves- en la vida y el bienestar de otros, junto
tigación en clonación terapéutica, aseso- al carácter probabilístico de los riesgos
ramiento que tendrá relevancia a la hora (nunca en grado cero) o la presencia de
de buscar una posición de consenso en la incertidumbres, invita a reflexionar tam-
Unión Europea. bién sobre el por qué sí de la misma y a
Actualmente, algunos países, como tener en cuenta sus posibles beneficios.
Gran Bretaña, permiten la clonación tera- Además, seguiría pendiente la reflexión
péutica bajo ciertas condiciones. La asi- —personal y colectiva, aunque no vincu-
metría entre unos países y otros en lo que lante— sobre la idoneidad moral de su
se refiere a las posibilidades de investiga- aplicación en comparación con otras alter-
ción, y los aparentes beneficios globales nativas posibles.
de la utilización de células madre embrio-
narias, y de la clonación terapéutica, hace
que sea absolutamente necesario dejar REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
muy claro, como recuerda Pere Puigdo-
menech «en nombre de qué principios se ATLAN, H. (et al.): Le clonage humain,
puede retardar una investigación o excluir París, Editions du Seuil, 1999.
un tratamiento que puede solucionar un BELLVER CAPELLA, Vicente: ¿Clonar?: ética
grave problema de salud» 33. La contro- y derecho ante la clonación humana,
versia moral viene marcada fundamental- Granada, Comares, 2000.
mente por el carácter del daño (destruc- DWORKIN, R.: «Playing God: Genes, Clo-
ción) infringido a la vida embrionaria de nes, and Luck», en Sovereign virtue,
varios días de edad (en el caso de la uti- Cambridge, Harvard University Press,
lización de embriones sobrantes de las téc- 2000, pp. 427-452.

ISEGORÍA/27 (2002) 207


NOTAS Y DISCUSIONES

HABERMAS, J.: El futuro de la naturaleza tras vidas?, Buenos Aires, Biblos,


humana. ¿Hacia una eugenesia liberal?, Colección: Biblioteca de las Mujeres,
Madrid, Paidós, 2002 [2001]. 1998.
NUSSBAUM, Martha C.; SUNSTEIN, Cass R. VV. AA.: En las Fronteras de la Vida: Cien-
(eds.): Clones y Clones. Hechos y Fan- cia y Ética de la Clonación. Actas de
tasías sobre la Clonación Humana, la Jornada organizada por la Fundación
Madrid, Cátedra, Colección Teorema, Ciencias de la Salud y celebrada el 16
Serie Mayor, 2000 [1998]. de enero de 1998, Madrid, Doce Calles,
PENCE, Gregory E.: Who’s afraid of human S. L., Colección: Debates de la Fun-
cloning?, Lanham, Rowman & Little- dación de Ciencias de la Salud, Serie:
field, 1998. Ética y Humanidades, 1998.
SILVER, Lee M.: Vuelta al Edén. Más allá — Informe sobre Clonación. En las fron-
de la clonación en un mundo feliz, teras de la vida, Comité de expertos
Madrid, Taurus, 1998 [1997]. sobre bioética y Clonación, Instituto de
SOMMER, Susana E.: Genética, Clonación Bioética, Fundación de Ciencias de la
y Bioética. ¿Cómo afecta la ciencia nues- Salud, Madrid, Doce Calles, S. L., 1999.

NOTAS

1
Muy contrariamente, y desde el lado de la ciencia, 5
H. Jonas, «Por qué la técnica moderna es objeto
Lee M. Silver ha presentado una interesante utopía de la ética», en Técnica, medicina y ética, Barcelona,
cargada de datos actuales provenientes de la inves- Paidós, 1997 [1985], p. 34.
tigación biotecnológica y llevados a sus últimas con- 6
Dato obtenido del trabajo «Clonación Salvaje»,
secuencias. En ella, los clones, como resultado mixto en El País Semanal, núm. 1279, 1 de abril de 2001,
de la técnica de la clonación y de la ingeniería genética p. 58.
eugenésica, constituirían en el futuro la clase génrica 7
Según informa ABC el 6 de abril de 2002, en p. 30.
de los humanos frente a la natural, en definitiva: «es- 8
Ver la diferenciación entre mal y daño efectuada
pecies completamente separadas sin capacidad de cru- por Carlos Thiebaut en La Tolerancia, Madrid, La Bal-
zarse, y con el mismo interés romántico mutuo que sa de la Medusa, 1999.
un ser humano actual tendría por un chimpancé» 9
Ver, por ejemplo, M. T. López de la Vieja, Prin-
(L. M. Silver, Vuelta al Edén, 1997, p. 327). Lo impor- cipios morales y casos prácticos, Madrid, Tecnos, 2000,
tante de esta utopía negativa es que los clones cons- p. 30, quien, a su vez, menciona el tratamiento clásico
tituirían la clase de los poderosos frente a los no mani- de J. S. Mill en Sobre la libertad. O el ya citado La
pulados por la ingeniería genética, que serían los seres Tolerancia, de C. Thiebaut.
humanos naturales, necesitados, pobres y, seguramen- 10
El rechazo al daño al que me estoy refiriendo
te, más enfermos, del planeta. no es equivalente al que en la Bioética Clínica de Diego
2
Como ejemplo cinematográfico reciente puede Gracia, y otros, se condensa en el principio de no-ma-
señalarse, entre otros, la película «Star Wars. Episo- leficencia (ver, por ejemplo: D. Gracia, Fundamentos
dio II. El ataque de los clones», de George Lucas. de Bioética, Madrid, Eudema,1988). Dicho principio
La imagen fotográfica cuenta, asimismo, con innume- alude a daños infringidos al organismo biológico en
rables manifestaciones acerca del tema. Baste men- cuanto sujeto de una vida, pero desestima daños refe-
cionar aquí las obras de los españoles Paloma Nava- ridos al organismo en cuanto sujeto autónomo, con-
res, «En un jardín artificial; Miguelines» (2000), y de templados en otro principio, el de autonomía, que Gra-
José Luis Santalla, «ID‹ESP‹14301037-M» y cia considera en el nivel de lo privado. Por mi parte,
«ID‹ESP‹89375638-X» (2001). Una de las muchas ins- entiendo que la noción del daño objetivo —y, por tanto,
talaciones dedicadas a la clonación es la del mexicano en el nivel de lo correcto— no debe afectar únicamente
César Martínez, «Clonación y viceversa» (2001). a la integridad física del individuo o a su vida social
3
Olbeth Hansberg, «Las emociones y la explicación en relación con otros (principio de justicia), sino tam-
de la acción», en Isegoría, núm. 25, 2001, pp. 5-17, bién a su autonomía.
en concreto, p. 17. 11
El contenido del paréntesis es de la autora:
4
Ibid., pp. 11-12. C.V.C.

208 ISEGORÍA/27 (2002)


NOTAS Y DISCUSIONES

12
Jesús Garay, «Ética en la empresa», en J. M.a 21
S. Benhabib, «El otro generalizado y el otro con-
García Gómez-Heras, Ética en la frontera, Madrid, creto: la controversia Kohlberg-Gilligan y la teoría
Biblioteca Nueva, 2002, pp. 171-203, en concreto p. 190. feminista», en S. Benhabib y D. Cornell (comps): Teoría
13
En Martha C. Nussbaum y Cass R. Sunstein feminista y teoría crítica, Valencia, ediciones de Alfons
(eds.), Clones y clones. Hechos y fantasías sobre la clo- Il Magnànim, 1990, pp. 119-150, en concreto 147 y
nación humana, Madrid, Cátedra, 2000, pp. 61-73. 148.
14
J. Riechmann y J. Tickner, El Principio de Pre-
22
Citado en El Mundo, martes, 7 de agosto de 2001.
caución, Barcelona, Icaria, 2002.
23
El País Semanal, núm. 1279, 1 de abril de 2001,
15
J. Tickner, «Un Mapa hacia la toma de decisiones p. 60.
precautoria», en J. Riechmann y Joel Tickner, 2002,
24
Eduardo R. S. Roldán, «Aspectos científicos y
p. 47. técnicos de la clonación», en Bioética, Madrid, Aso-
ciación Bioética Fundamental y Clínica, 2002,
16
B. Román Maestre, «Ética y situaciones de ries-
pp. 75-99.
go», en J. M.a García Gómez-Heras, Ética en la frontera, 25
D. E. Zimmer, «Debate en torno a la clonación»,
Madrid, Biblioteca Nueva, 2002, p. 124.
17
en Die Zeit, núm. 8, 12 de febrero de 1998.
R. Dworkin, «Playing God: Genes, Clones, and 26
Citados por Dan Brock, «La clonación de seres
Luck», en Sovereign Virtue, Cambridge, Harvard Uni- humanos: una valoración de los pros y los contras éti-
versity Press, 2000, pp. 427-452, en concreto cos», en M. Nussbaum y C. Sunstein (eds.), op. cit.,
pp. 439-442. p. 151.
18
Ibid., p. 440. 27
J. Habermas, «Debate en torno a la clonación»,
19
Ver la defensa de tal derecho, por parte de R. en Die Zeit, núm. 9, 19 de febrero de 1998, p. 34.
Dworkin, en El Dominio de la vida, Barcelona, Ariel 28
Ibid..
[1993]. 29
J. Habermas, El Futuro de la Naturaleza..., pp. 109
20
Éstas, claro está, son sólo dos de las visiones posi- y ss.
bles, quizás las más populares en el debate contem- 30
Ver el tratamiento de este debate moral en el
poráneo, que ha tendido a bipolarizarse entre un opti- libro ya citado de M.a T. López de la Vieja y en su
mismo tecnocrático —a menudo imprudente— y un trabajo «Ética y género», incluido en J. M.a García
conservacionismo naturalista, muchas veces inmovilis- Gómez-Heras, Dignidad de la vida y manipulación gené-
ta. Un ejemplo distinto y reciente de autocomprensión tica, Madrid, Biblioteca Nueva, 2002, pp. 141-173.
ética —de nuestra especie— en relación con la euge- 31
R. Dworkin, «Playing God: ...».
nesia y con la clonación puede verse en el libro de 32
J. Habermas, ibid.., p. 69.
J. Habermas: El futuro de la naturaleza humana. ¿Hacia 33
P. Puigdomenech, «Calibrar las consecuencias»,
una eugenesia liberal?, Madrid, Paidós, 2002 [2001]. en El País, 13 de octubre de 2002, p. 15.

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