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y otros textos
Rodolfo Walsh
Rodolfo Walsh
Esa mujer
v
Operación Masacre
(Selección)
Colección del
MiRADOR
Puertas
Dirección de colección: Teresita Valdettaro
de
Los contenidos de las secciones que integran esta obra
acceso
han sido elaborados por:
Lic. Ana Silvia Galán
1
Los géneros literarios son tales porque hay textos que fundamentan su existencia. En la medida
en que aparezcan otros textos, construidos sobre nuevas pautas, los géneros deberán modificar
se, porque no hay en ellos nada “esencial” que los sostenga: son el devenir de la propia literatu
ra y los modos de lectura que les imprime el público los que originan estas clasificaciones que,
más que como fronteras rígidas, deben actuar sólo como marcos de referencia.
2
Borges, J. L. “El cuento policial”. En: Dos conferencias. La Habana, Arte y Literatura, 1991.
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Investigación y narración ben la historia y los vencidos la cuentan. Ese sería el resumen:
desmontar la historia escrita y contraponerle un relato oral 3.
Por estas características, podríamos adelantar que hay en la obra de
Rodolfo Walsh dos vertientes: El “nuevo periodismo”
1) la del escritor que se repliega en el laberinto de la ficción, por ejem
Muchos textos de Walsh son elaborados, entonces, a partir de una
plo el de los cuentos de ámbito provinciano y adolescente, con
profunda investigación realizada con los medios propios del periodis
indicios autobiográficos, o el de sus relatos policiales;
mo (testimonios directos, entrevistas, informes, consulta de diversos
2) la del escritor testimonial, que despliega su búsqueda en un entor
documentos como denuncias, declaraciones, expedientes judiciales,
no socio-político que le plantea miles de interrogantes pero que, a
etc.) y una posterior reconstrucción del hecho con los recursos ya pro
la vez, le proporciona las respuestas con las cuales reconstruirá la
bados de la narrativa clásica.
historia y accederá a la verdad que se le oculta.
Esta nueva forma, cuyo rasgo más notorio es la equidistancia que
Su trabajo tendrá una estrecha cercanía con la labor periodística, ya mantiene entre los dos discursos, fue denominada en los Estados Uni
que nace en ella, a partir de la verificación de gravísimos hechos para dos, durante la década de 1960, como “novela de no ficción” o “nuevo
los cuales existe una “versión” oficial de la que el escritor desconfía. periodismo”. Con estos rótulos eran identificados los trabajos de algu
Luego, ese material exigirá el armado y el montaje con los recursos que nos narradores, entre quienes sobresalían Truman Capote, Norman
la literatura le proporciona. Mailer y Tom Wolfe. Este último, precisamente, identifica al géne
Operación Masacre es, en este sentido, un texto ejemplar: el gobier ro como “nuevo periodismo”, porque eran las formas del periodismo
no (la Revolución Libertadora de 1956), responsable de lo sucedido, las que estaban experimentando un cambio, ya que habían sufrido un
dará su acotada información; y el periodista, a quien llegan ciertos desgaste4. La literatura podía, entonces, proporcionarle técnicas que
rumores sobre lo que realmente pasó, comienza a reconstruir, a través permitieran esa necesaria renovación, de ahí que se hablara también de
de los atemorizados relatos de sus protagonistas, la otra “versión”, que “periodismo literario”.
se ofrece como la historia verdadera. Sin embargo, lo que para algunos representó la aparición de una
Ricardo Piglia describe este mecanismo: forma que traía nuevos aires a las antiguas estructuras, para otros, en
relación estricta con el periodismo, se trató de un desplazamiento fun
Porque, en un sentido Walsh ha buscado, por un lado, descu damental, porque la inserción de recursos ficcionales ponía en peligro
brir la verdad que el Estado manipula y, a la vez, escuchar el eje de la actividad periodística: sostener como principio esencial la
el relato popular, las versiones alternativas que circulan y se verdad de los hechos.
contraponen. […] Por un lado, oír el relato popular y, al Respecto de la época de aparición del género, es interesante obser
mismo tiempo, desmontar y desarmar el relato encubridor, var que la producción de “no ficción” en Estados Unidos es posterior a
la ficción del Estado. Ese doble movimiento es básico y Walsh
es un artífice notable de ese trabajo con las dos historias. La 3
Piglia, R. “Tres propuestas para el próximo milenio (y cinco dificultades)”. Página/12, 24 de
contraficción estatal y el relato popular. Los vencedores escri diciembre de 1999.
4
Wolfe, T. El nuevo periodismo. Barcelona, Anagrama, 1984.
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la publicación de, por lo menos, dos textos de Walsh que responden a final, advertimos la construcción de una sólida intriga, la gradación
esa narrativa, Operación Masacre y Caso Satanowsky 5. del infaltable suspenso y la descripción de personajes y de atmósfera
típicas del policial clásico.
¿Ficción o no ficción? Ahora bien: así como la crítica norteamericana hablaba de “nuevo
periodismo”, colocando el acento en que era ese género el que se reno
Por este vaivén entre lo periodístico y lo literario, algunos crí vaba con la aparición de esta narrativa, así también, si se observan los
ticos “ven el género como una forma ambigua, mezcla de ficción textos desde la óptica de la literatura, se advierte allí la presencia de un
y testimonio, y lo definen como un híbrido6”. En efecto, no son cambio, y la necesidad de un nuevo rótulo, que bien podría ser el de
periodísticos porque hay un sujeto narrador que “construye” la his “narración no ficcional 7”.
toria (con lo cual se alejan de la objetividad y la fidelidad, atributos
a los que aspira el periodismo) y no son estrictamente literarios por Crónica y novela
que revelan fuentes fidedignas, protagonistas y testigos de existencia
comprobada. Ahora bien, los tres textos testimoniales de Walsh (a Ubicados en el género periodístico, la forma que mejor define a los
los dos citados se suma ¿Quién mató a Rosendo?, de 1968) aparecie textos que nos ocupan es la de la crónica. En América Latina, las cróni
ron como notas por entregas en las páginas de periódicos o revistas cas aparecieron desde principios de la colonización española y también
de actualidad, con lo cual al menos su origen periodístico se vuelve en el período de la emancipación, oscilando siempre entre la actuali
indiscutible. dad, la literatura y la historia. Su estructura se distancia de la simple
Las mismas dificultades se plantean con respecto a la dicotomía información, porque aborda la narración de un hecho completo y, si
ficcional-no ficcional: no pueden ser considerados como enteramente bien elige un registro del lenguaje más bien neutro y de buscada preci
ficcionales, porque se basan en hechos verdaderos que son el corre sión, se percibe detrás la presencia de un narrador que desea transmitir
lato exacto de los sucesos del mundo de la experiencia (es decir, no una opinión y orientar al lector sobre las verdaderas intenciones de
hay simulación); su enunciación es propia de la crónica periodísti su autor. En la medida en que la conciencia de lo social aumentaba,
ca (un ejemplo son los títulos, que describen cruda y directamente se acrecentaba también la voluntad de hacer partícipe al lector de las
la naturaleza policíaco-jurídica de las historias); y, sin embargo, su inquietudes del cronista8.
elaboración ha apelado a las estrategias de un género, en este caso A la inversa, si el texto exhibe rasgos literarios, estaríamos cerca de
el policial. la novela, que mantiene un vínculo estrecho con lo real-referencial.
En los textos mencionados es evidente que la familiaridad de
Walsh con el policial puro le ha “contagiado” el procedimiento; los
tres exhiben una estructura tan afín al género que los lectores, aun 7
Esta denominación pertenece a Amar Sánchez, A. M., op. cit. Cf. también “El sueño eterno de
conociendo los detalles del hecho, sus implicancias e incluso el propio justicia”. En Textos de y sobre Rodolfo Walsh. Buenos Aires, Alianza, 2000.
8
La crónica periodística se caracteriza por narrar “el presente en función del porvenir”, situán
dose a mitad de camino entre la historia y el periodismo. Comparte con la historia la ilusión de
5
A sangre fría, de Truman Capote, que alcanza gran notoriedad, es de 1965, en tanto Operación referencialidad y la pretensión de relatar hechos verídicos; se presenta como una forma neutra:
Masacre fue escrita ocho años antes, en 1957. “grado cero del discurso” y se propone trasladar los hechos de la realidad al plano discursivo [...].
6
Cf. Amar Sánchez, Ana M. El relato de los hechos. Rodolfo Walsh: testimonio y escritura. Rosario, De Grandis, R. Polémica y estrategias narrativas en América Latina. Rosario, Beatriz Viterbo
Beatriz Viterbo Editora, 1992 (p. 14). Editora, 1993 (p. 93).
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Rodolfo Walsh
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Operación Masacre
(Selección)
Nota de la editora: Rodolfo Walsh, que fue editor y corrector, solía enriquecer sus
textos con numerosas notas al pie de página; estas van señaladas con asterisco. Las
que hemos incorporado especialmente para esta edición, en cambio, están numeradas
de corrido.
La aventura de las pruebas
de imprenta
Variaciones en rojo
A Horacio A. Maniglia
CAPÍTULO I
acaba de “publicar”, para preguntar si “sale” su libro. Los vendedores pensar en sus posibles consecuencias en el prójimo, sino que parecía
lo conocen, conocen el gesto ambiguo que no quiere desalentar, pero construida casi a designio y sobrellevada con plena responsabilidad y
tampoco infundir excesivas esperanzas. Vendrá el autor desconocido aun con cierta dignidad. Se desprendía sólo de la inarmonía de los ras
que ha escrito una novela de genio, y quiere a toda costa que esta edi gos individuales, pero sin afectar una especie de serenidad del conjun
torial –y no otra– sea la primera en publicarla. Si insiste, si se muestra to. Era una fealdad que parecía sugerir excelencias del espíritu, de esas
irreductible, algún vendedor lo mandará al tercer piso, donde está la que se llaman o deberían llamarse fealdades inteligentes, porque una
sección Ediciones. El manuscrito permanecerá dos o tres semanas fuerza interior las ha ido modelando paulatinamente desde sus oríge
en un cajón, hasta que al fin un empleado leerá las primeras veinte nes, hasta volverlas tolerables y aun inadvertibles. La frente demasiado
páginas, por simple tranquilidad de conciencia, y lo devolverá con amplia, la nariz larga y un poco torcida, el mentón casi inexistente,
una nota cortés, explicando que “por el corriente año está completo los anteojos, la avanzada calvicie, cierto encorvamiento de la espalda
nuestro plan de ediciones”. Vendrá la ex secretaria de Mussolini, del y cierta torpeza en el andar daban a Morel el aire inconfundible del
rey Faruk o del Mahatma Gandhi, que quiere publicar sus memorias, profesor envejecido en el tedioso ejercicio de la cátedra.
pues las considera de sumo interés para resolver la situación mundial. Y sin embargo, Morel no era viejo. Contaba apenas treinta y cinco
Y también –por qué no– vendrán algunos honestos clientes, que sólo años. Y tanto su obra incesantemente renovada como su inteligencia
desean comprar un libro. siempre lúcida y despierta eran testimonio de esa juventud. Sus medios
En el segundo piso, en un vasto salón calentado por estufas a kero económicos lo dispensaban de la agria necesidad de trabajar, y ese
sén, están las secciones Contaduría y Créditos, donde empleados de hecho daba a todos sus escritos una objetividad y un desprendimiento
guardapolvo gris y empleadas de guardapolvo blanco hacen incesantes de las transitorias circunstancias que era quizás el mayor de sus méritos.
y misteriosas anotaciones en grandes libros comerciales, y manipulan De sus viajes de estudios, iniciados en plena juventud, ninguno
las teclas rojas y blancas de las máquinas de calcular. tan fructífero como el que había realizado a los Estados Unidos con el
Un piso más arriba está la sección Ediciones, donde revisores propósito de estudiar la literatura de ese país. Egresado de Harvard, su
silenciosos y absortos corrigen los originales y las pruebas de imprenta, valoración crítica de autores tan dispares como Whitman, Emily Dic
de las obras del sello. En las mesas y escritorios se amontonan graba kinson y Stephen Crane había llamado profundamente la atención.
dos, muestras de telas y cueros de las encuadernaciones, proyectos de Eran estos antecedentes los que lo autorizaban a abordar la traducción
tapas e ilustraciones. Los estantes de las paredes contienen una vasta al castellano del único quizá de los clásicos norteamericanos comple
colección de diccionarios: etimológicos, enciclopédicos y de ideas afi tamente ignorado en nuestra lengua, y que fuera a su vez brillante y
nes, de idiomas extranjeros, de modismos, de sinónimos. perenne alumno de Harvard: Oliver Wendell Holmes.
Y en aquel tercer piso conversaban desde hacía unos minutos Sobre la pila de pruebas de imprenta descansaba en su plácida
Daniel Hernández y Raimundo Morel. sobrecubierta celeste el tomo de la “Everyman Library” en que Hol
La presencia física de Raimundo Morel proporcionaba siempre a mes hace divagar con chisporroteante ingenio al poeta sentado a la
Hernández dos disculpables consuelos: Raimundo era casi tan corto mesa del desayuno. Raimundo Morel lo había contemplado con gra
de vista como él, y algo más feo, lo que no es poco decir. Pero no era titud al entrar.
la suya de esas fealdades inconscientes que se llevan por el mundo sin Daniel, advirtiéndolo, sonrió.
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Rodolfo Walsh La aventura de las pruebas de imprenta
–Han demorado mucho las pruebas en la imprenta –dijo–, pero río de transeúntes, y Daniel dobló la esquina en dirección a su casa. Al
en fin, ya ve usted que aquí están. –Hizo una pausa y añadió–: Como cruzar la calle, miró su reloj pulsera.
de costumbre, han enviado el tercer tomo antes que el primero y el Eran las siete.
segundo*.
Morel desdobló las largas galeras y con gesto mecánico buscó la
numeración de las últimas, calculando el tiempo que llevaría en revisarlas. CAPÍTULO II
Después, hablaron de Holmes, de su múltiple personalidad de
ensayista, poeta y hombre de ciencia. Morel demostró cierta inquietud Cinco horas más tarde Raimundo Morel estaba muerto. Fue
por algunos detalles de la versión: aún no había resuelto si convenía su esposa, Alberta, quien encontró el cadáver. Vivían solos en un
traducir directamente los poemas intercalados en el texto, o si era departamento de la calle Alsina, cerca de la Avenida. Ella había ido
preferible incluir la versión original y traducirla en nota al pie. Lo al cine con una amiga. Más tarde declaró que había salido antes de
inquietaba, además, el marcado localismo de algunas alusiones. Estas finalizar el programa, dejando a su amiga en el cine. Explicó que la
características, a juicio de Daniel, eran el motivo por el cual aún había asaltado un brusco dolor de cabeza, que le impedía disfrutar
nadie había traducido a Holmes. del espectáculo. Tomó un taxímetro y regresó a su casa.
El último sol de la tarde entraba por el ventanal de la oficina, El departamento estaba en el quinto piso. Mientras subía en el
dorando los escritorios y las bibliotecas. Los empleados habían ascensor, Alberta consultó su reloj. Eran las once y media.
empezado a enfundar las máquinas de escribir y lanzaban miradas Cuando entró en el departamento, el hall estaba a oscuras, pero
disimuladas al reloj eléctrico de la pared. por la puerta de la sala que utilizaba su esposo para trabajar se filtraba
Cuando este marcó las siete menos cuarto, hora habitual de salida, un hilo de luz. Esto no le extrañó. Raimundo acostumbraba permane
tomaron sus sombreros de las perchas y se marcharon apresuradamente. cer levantado hasta altas horas de la noche. Sin embargo lo llamó en
Daniel y Raimundo aún permanecieron unos minutos en la ofici alta voz para anunciar su presencia, mientras se quitaba la ropa algo
na. Después bajaron sin prisa la escalera. Cuando llegaron a la planta húmeda (había empezado a llover antes de que tomara el taxímetro) y
baja, el vasto salón de ventas estaba desierto, salvo por la presencia del se enfundaba en una bata.
sereno, un hombre simiesco que los aguardaba junto a la entrada con Recién cuando acabó de cambiarse se dio cuenta de que Raimundo
visible impaciencia. Raimundo tuvo que agacharse mucho para pasar no le había contestado. Recordó que habían tenido una pequeña disputa
por la diminuta puerta abierta en la cortina metálica, y Daniel casi antes de que ella saliera, y pensó que seguiría enojado. Se encaminó al
nada. Era aproximadamente la medida de su estatura. baño, donde tomó un calmante, que ya no parecía necesitar (su dolor de
Caminaron por la Avenida de Mayo, y al llegar a la esquina de cabeza había disminuido sensiblemente), y se lavó los dientes.
Piedras se separaron. Morel siguió por la Avenida, tropezando con el Entonces volvió a llamarle la atención el desusado silencio de la casa.
La puerta del estudio seguía cerrada, y no se oía el tecleo de la máquina
* El poeta en la mesa del desayuno es el tercer eslabón de la serie que iniciara Oliver W. Hol de escribir ni el ruido de una silla o el crujido de las páginas de un libro.
mes en 1858 con El autócrata en la mesa del desayuno, y que prosiguiera al año siguiente con El Pensó que Raimundo se habría quedado dormido.
profesor en la mesa del desayuno. La editorial Corsario publicó las tres obras en 1946, en versión
castellana de Raimundo Morel. Esa versión, precedida de un laborioso estudio preliminar, fue
Se dirigió al escritorio y abrió silenciosamente la puerta. Raimundo
la obra póstuma de Morel.
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Rodolfo Walsh La aventura de las pruebas de imprenta
estaba sentado ante su escritorio. Tenía la cabeza apoyada en el brazo dere dad necesaria para tocar en sus interrogatorios, sin esfuerzo aparente, los
cho, y en efecto parecía dormir. Su inmovilidad era absoluta. Alberta se puntos esenciales que deseaba esclarecer. Solía reírse de buena gana de
acercó y trató de despertarlo. Con ambas manos logró levantarle un poco algunos de sus colegas, más partidarios del “ruido y la furia2”, cuando
la cabeza, y entonces vio la negra herida que obliteraba el ojo derecho. algún juez se negaba a admitir el valor probatorio de ciertas confesiones
Casi oculta por el brazo derecho estaba el arma homicida, una no del todo espontáneas.
pistola de pequeño calibre. Uno de los cajones del escritorio perma El comisario examinó brevemente el estudio de Morel. Se asomó
necía abierto. Sobre un periódico había una minúscula lata de aceite, a la ventana, que daba a la calle, y comprobó que por allí no había
un frasquito de bencina, una pequeña baqueta de cerdas, una gamuza ninguna vía de acceso al escritorio. Los balcones de los demás depar
y un cargador con varios proyectiles. A la izquierda del escritorio un tamentos estaban a suficiente distancia para garantizarlo.
libro de sobrecubierta celeste descansaba sobre una pila de pruebas de La botella de whisky había sido abierta esa noche: el sello yacía
imprenta. A la derecha, en una bandeja, una botella de whisky, un retorcido sobre la bandeja. Faltaban de ella tres medidas y media. En
sifón y un vaso vacío. el fondo del vaso quedaba un resto de bebida.
Todo estaba en perfecto orden y no había en la habitación señales El fotógrafo había colocado sobre el piso un cuadrado de papel
de lucha. blanco de un metro de lado, cuya imagen, incluida en las fotografías del
Esto fue lo que declaró Alberta a la llegada del comisario Jiménez. escenario del hecho, serviría en el transcurso del procedimiento judicial
El comisario era un hombre moreno y medianamente corpulento. para establecer automáticamente, en caso necesario, las dimensiones de
Cuando hablaba con cierta prisa, un oído avezado podía distinguir en su la habitación y objetos de la misma.
pronunciación un remoto acento provinciano, que por lo general disi Uno de los hombres que acompañaban al comisario introdujo en
mulaba bastante bien. Impecablemente vestido de negro, habría podido el cañón de la pistola el tanque de una lapicera a bolilla, y con esta
tomársele por un alto funcionario de un banco o un agente de bienes precaución la levantó para llevarla al laboratorio de dactiloscopia. El
raíces. Sin embargo, el comisario Jiménez se había formado en la escuela comisario advirtió que era una Browning 6.35. Del cargador depo
de estudiosos e investigadores que han incorporado a la policía científica sitado en el periódico faltaba una bala. La cápsula correspondiente,
más de una brillante innovación. Quizá por eso se le reprochaba a veces con las marcas del percutor y el eyector, apareció a un costado de la
dar excesiva preeminencia al trabajo de laboratorio en desmedro de la habitación. La huella del percutor era muy profunda, lo que indicaba
rutina habitual de las pesquisas. Para él –decían con ironía hombres que el arma era nueva o había sido poco usada.
más viejos– todos los casos debían resolverse debajo de la lámpara de El médico policial finalizó el examen preliminar del cadáver y
Wood, el fotocomparador o en los tubos de ensayo1. Pero este reproche conferenció con el comisario. Era un hombre calvo, de barriga pro
no era del todo justificado. Jiménez, en efecto, concedía una importan minente, que hablaba con cierto atropellamiento.
cia suprema al indicio material, y todos los testimonios y declaraciones –La muerte –dijo– había sido producida por una bala de peque
debían estar sujetos a su riguroso control. Pero no carecía de la habili ño calibre que había atravesado el frontal encima del ojo derecho. La
1
La lámpara de Wood debe su nombre al físico estadounidense Robert Wood (1868-1955), y es 2
La expresión “el ruido y la furia” pertenece a la tragedia Macbeth, de W. Shakespeare, en la que
una lámpara de vapor de mercurio de alta presión que se usa en fotografía por fluorescencia; el el protagonista, en la escena V del acto V, dice: “La vida es un cuento narrado por un idiota,
fotocomparador, según el propio Walsh, era usado para fotografiar las estrías de los proyectiles; el lleno de ruido y de furia que nada significan”. A partir de estos versos, W. Faulkner, novelista
tubo de ensayo es un tubo de vidrio, cerrado por un extremo, empleado para ensayos con sustancias. norteamericano, titula una de sus novelas El sonido y la furia.
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Rodolfo Walsh La aventura de las pruebas de imprenta
perforación del plano óseo, levemente estrellada, indicaba que el pro estaba en condiciones de juzgar con pleno conocimiento de causa.
yectil había penetrado con una leve inclinación. La hemorragia era Si fuera necesario, podría consultarlo.
muy escasa. El proyectil no tenía orificio de salida, y seguramente se En la primera página, algunas letras, a veces alguna palabra y en
había alojado en el cerebro. El tatuaje de la pólvora era apenas visible, ocasiones una línea entera estaban tachadas, bien con barras oblicuas o
pero existía, y dado el escaso calibre del arma, indicaba que el disparo con rayas horizontales. En los anchos blancos marginales aparecían las
había sido hecho de cerca, a una distancia menor de 20 centímetros. correcciones correspondientes: la letra suplantada, la palabra o la línea
La posición relativa del orificio y del tatuaje causado por la pólvora y reemplazadas o enmendadas. Observó también la presencia de ciertos
los productos de combustión confirmaba la presunción de que la tra signos desconocidos para él y más o menos repetidos. Los dos más fre
yectoria del proyectil había sido levemente oblicua, y dirigida de abajo cuentes tenían cierta semejanza con la letra fi del alfabeto griego y con el
hacia arriba. A su juicio, el ángulo de tiro no era inferior a 85 grados. signo musical “sostenido”. Supuso que eran signos tipográficos de valor
–No hay deflagraciones de pólvora en las manos del cadáver –pro convencional*.
siguió el médico–. Pero eso no indica, en mi opinión, que la propia
víctima no haya podido disparar el arma, ya sea por accidente o deli
beradamente. Usted sabe, las armas modernas… Quizá la reacción del
nitrato pueda decirnos algo más. Personalmente…
El comisario oía pacientemente las conclusiones del médico, y
trataba de pasar por alto sus hipótesis. Sabía por experiencia que
es una desventaja ser influido por apreciaciones ajenas. Y el doc
tor Meléndez rara vez se contentaba con un enunciado de hechos
directamente comprobables. Finalizada su exposición, el comisario
le agradeció y lo despachó con el mayor tacto posible.
La bandeja con el vaso y la botella, así como el periódico con su
curioso cargamento, habían sido llevados al laboratorio con todas las
precauciones de práctica.
Sólo quedaba sobre el escritorio un libro de tapas celestes enci
ma de una pila de hojas impresas de un solo lado, cuyo ancho era
algo mayor que el de la página de un libro corriente, y cuya altu
ra era aproximadamente el doble de la de una página común. El
comisario nunca había visto pruebas de imprenta, pero comprendió
en seguida que se trataba de eso. En la primera, vio el sello de la
editorial Corsario. Pensó entonces en Daniel Hernández, a quien
conocía de mucho tiempo atrás, y se felicitó de que hubiera alguna FIGURA I
relación entre él y aquel indicio material, el único sobre el cual no * El signo semejante a una letra fi se llama deleatur o simplemente “dele”; indica que debe supri
mirse una palabra, letra, etc. El signo # indica: “separar”. (Nota del editor).
36 37
ÍNDICE
Literatura para una nueva escuela...................................................... 5
Puertas de acceso................................................................................ 7
Rodolfo Walsh, un escritor entre el periodismo y la literatura......... 9
Investigación y narración................................................................ 10
El “nuevo periodismo”.................................................................... 11
¿Ficción o no ficción?...................................................................... 12
Crónica y novela............................................................................. 13
El género policial............................................................................ 14
La implacable lógica de un aficionado............................................. 16
Esa verdad...................................................................................... 18
La operación literaria...................................................................... 21
La aventura de un escritor............................................................... 22
La obra................................................................................................ 25
“La aventura de las pruebas de imprenta”.......................................... 27
“Esa mujer”..................................................................................... 93
Operación Masacre ......................................................................... 105
Síntesis de la primera parte....................................................... 107
Segunda parte (selección).......................................................... 111
Síntesis de la tercera parte......................................................... 165