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GUIA DE LENGUALE

NOMBRE:____________________________________________
FANTITO TROMPETA
Autor: Ana María Guiraldes

Fantito trompeta era un elefante tan tímido que no iba a las fiestas porque le
daba vergüenza saludar. Tan tímido era que se escondía cuando pasaban lista
para no tener que decir “presente”. Tan, pero tan tímido que no se miraba en el
espejo porque se ponía colorado.

Una mañana en que Fantito estaba detrás de un árbol mirando jugar a sus
amigos, escuchó gritos de la Señora Osa:
-¡Bombero, se quema mi casa!
Pero nadie se movió, porque en el bosque no existían los bomberos.
-¡Socorro, traigan agua, que se quema mi casa!- gritó entonces la Señora Osa.

Ahora sí que los animales corrieron. Iban de un lado para otro, chocaban con
sus regaderas y sus vasos de dientes llenos de agua y cuando llegaban a la
casa incendiada no tenían ni una gota que lanzar al fuego.

-¡Rápido, agua!- insistía la pobre osa, viendo cómo las llamas bajaban por el
techo y resbalaban por las paredes de troncos de su casa.
-¡Organizarse!- rugió entonces el rey de la selva, apareciendo con su corona
encaramada en la melena.
-¿Qué hacemos, Majestad?-preguntaron los animales, muy nerviosos.
-Traigan baldes y una manguera- rugió el león.
-Sí, Majestad-obedecieron los animales.
Y corrieron a buscar los baldes de la Señora Lechera.
-¡Traigan la manguera para conectarla al río!- Rugió el león, al ver que el fuego
entraba por las ventanas de la casa de la Señora Osa, que ya se había
desmayado de susto.
-¡No hay manguera!-dijo el jaguar, transpirando.
-¿Y eso qué es?-preguntó el rey, mostrando algo que asomaba detrás de un
árbol.
-¡Una manguera!-respondió el jaguar. Y corrió a buscarla.

Pero no era una manguera.


Era parecido a una manguera, pero no era una manguera.
Podría haber sido una manguera, pero realmente no lo era.
Era, tan solo, la trompa de Fantito Trompeta que, colorado de vergüenza, no se
atrevió a decir nada y dejó que lo arrastraran hasta el río. El jaguar le tomó la
trompa y el elefante, por costumbre, aspiró y la llenó de agua. El jaguar arrastró
a Fantito hasta la casa en llamas, le apretó la trompa y… splach… el elefante
lanzó un chorro de agua que hizo humear las llamas. El jaguar volvió al río.
Fantito, sin darse ni cuenta, no esperó a que le tomaran la trompa y aspiró el
doble de agua que la vez anterior y regresó corriendo a la casa en llamas.
¡Ffffff!, sopló el elefante y ¡splach!, el agua sonó al caer al fuego. Y así, dos,
cuatro, diez veces, hasta que Fantito Trompeta apagó el fuego él solo.

-¡Mi héroe!- dijo la Señora Osa, y le dio un beso en la mejilla.


-¡Bravo, bravo, bravo!-gritaron los animales.

Recién se dio cuenta Fantito Trompeta de lo que había hecho y se puso tan
colorado que casi explotó. Pero no alcanzó a explotar, porque en esos
momentos el propio rey de la selva decía un discurso:
-En este día solemne nombro a Fantito Trompeta el Primer Bombero del
Bosque. Y por su valor, lo condecoro con la Orden del Casco Colorado.

Y le puso un casco rojo en la cabeza.


Fantito ahora era un bombero.
Un bombero tímido y vergonzoso, pero un bombero, que se escondía cuando los
otros jugaban, pero un bombero.
Un bombero que miraba detrás de los árboles, pero un bombero. Un bombero
que apenas alguien gritaba ¡incendio! Corría sujetando su casco hacía el río y,
solo después que apagaba el fuego, solo entonces se ponía colorado.

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