Está en la página 1de 13

INTRODUCCIÓN

En estos últimos años se ha venido dando una serie de programas y leyes en defensa de
los derechos del niño y la mujer. Sin embargo, ¿eso nos asegura el bienestar?, ¿acaso estos
programas y leyes bastarán para cesar los maltratos físicos y psicológicos que se producen día
a día contra ellos?
Es necesaria una protección legal, pero es urgente que nuestra sociedad adquiera nuevos y
mejores hábitos de crianza y convivencia. Aún en la posibilidad de parecer alarmista, es
menester una reeducación en cuanto al trato familiar, el que lamentablemente para muchos
está caracterizado por la violencia, el rechazo y la indiferencia.
Para lograr el cambio de esta situación se requiere, en un inicio, el replanteamiento de los
papeles del padre y la madre frente a los hijos, con el fin de que éstos últimos en el futuro
respondan a las expectativas de sus progenitores.
Debemos ir, entonces, en búsqueda de las causas que son la semilla de un ambiente familiar
hostil y que, consecuentemente, producen una educación errónea en nuestros niños.
 I. LA VIOLENCIA.
Cuando nos preguntamos qué entendemos por violencia la asociamos generalmente a la
producida por la agresión física. Sin embargo, en nuestro país la violencia tiene diferentes
manifestaciones, las cuales podríamos clasificar las expresiones de violencia en:
1.1 Violencia Doméstica. La violencia psicológica y física con el cónyuge, el maltrato infantil y
el abuso de los niños.
1.2 Violencia Cotidiana. Es la que venimos sufriendo diariamente y se caracteriza
básicamente por el no respeto de las reglas, no respeto de una cola, maltrato en
el transporte público, la larga espera para ser atendido en los hospitales, cuando nos
mostramos indiferentes al sufrimiento humano, los problemas de seguridad ciudadana
y accidentes. Todos aportamos y vamos siendo parte de una lucha cuyo escenario se convierte
en una selva urbana.
1.3 Violencia Política. Es aquella que surge de los grupos organizados ya sea que estén en
el poder o no. El estilo tradicional del ejercicio político, la indiferencia del ciudadano común ante
los acontecimientos del país, la no participación en las decisiones, así como la existencia de las
llamadas coimas como: manejo de algunas instituciones y las prácticas de Nepotismo
institucional. También la violencia producida por la respuesta de los grupos alzados en armas.
1.4 Violencia Socio-económica. Que es reflejada en situaciones
de pobreza y marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, subempleo,
informalidad; todo esto básicamente reflejado en la falta o desigualdad de oportunidad de
acceso a la educación y la salud.
1.5 Violencia Cultural. La existencia de un Perú oficial y un Perú profundo (comunidades
nativas y campesinas), son distorsiones de los valores de identidad nacional y facilitan estilos
de vida poco saludables.
1.6 Violencia Delincuencial. Robo, estafa, narcotráfico, es decir, conductas que
asumen medios ilegítimos para alcanzar bienes materiales. Toda forma de conducta individual
u organizada que rompe las reglas sociales establecidas para vivir en grupo. establecido no
ayuda a resolver los problemas. Todos sueñan con el modelo que les vende la sociedad,
el éxito fácil. Pero ser un profesional idóneo o un técnico calificado requiere de esfuerzo y
preparación. Requiere desarrollar recursos internos y metas. Los jóvenes de nuestro país
tienen oportunidades de orientación y canalización de sus frustraciones y en esto dependen de
sus familias, la escuela y las instituciones; la responsabilidad es de todos. Es decir, las
expresiones de violencia sin futuro y sin horizontes pueden cambiar.
II. TIPOS DE MALTRATO.
2.1 Maltrato Físico.
1. Lesiones físicas graves: fracturas de huesos, hemorragias, lesiones internas, quemaduras,
envenenamiento, hematomas subdurales, etc.
2. Lesiones físicas menores o sin lesiones: No requieren atención médica y no ponen en
peligro la salud física del menor.
2.2 Maltrato Emocional.
1. Rechazar: Implica conductas de abandono. Los padres rechazan las expresiones
espontáneas del niño, sus gestos de cariño; desaprueban sus iniciativas y no lo incluyen en las
actividades familiares.
2. Aterrorizar: Amenazar al niño con un castigo extremo o con un siniestro, creando en él una
sensación de constante amenaza.
3. Ignorar: Se refiere a la falta de disponibilidad de los padres para con el niño. El padre está
preocupado por sí mismo y es incapaz de responder a las conductas del niño.
4. Aislar al menor: Privar al niño de las oportunidades para establecer relaciones sociales.
5. Someter al niño a un medio donde prevalece la corrupción: Impedir la
normal integración del niño, reforzando pautas de conductas antisociales.
2.3 Maltrato por Negligencia.
Se priva al niño de los cuidados básicos, aún teniendo los medios económicos; se posterga o
descuida la atención de la salud, educación, alimentación, protección, etc.
III. MALTRATADORES.
3.1 ¿Quiénes son maltratadores? Son todas aquellas personas que cometen actos violentos
hacia su pareja o hijos; también puede ser hacia otros en general.
3.2 ¿Por qué maltratan? Porque no saben querer, no saben comprender, no saben respetar.
3.3 ¿Qué características tienen los maltratadores?
1. Tienen baja autoestima.
2. No controlan sus impulsos.
3. Fueron víctimas de maltrato en su niñez.
4. No saben expresar afecto.
3.4 ¿Qué características tienen los maltratados?
1. Tienen baja autoestima.
2. Sumisos.
3. Conformistas.
4. Fueron víctimas de maltrato.
5. No expresan su afecto.
3.5 ¿Qué se debe hacer para no llegar al maltrato?
Aprender a:
- Comprenderse.
- Comunicarse con calidez y afecto.
- Respetarse.
- Dominar sus impulsos (ira, cólera).
IV. VIOLENCIA SEXUAL, UN ASUNTO DE DERECHOS HUMANOS.
La violencia constituye un elemento cotidiano en la vida de miles de niños y niñas en el Perú,
siendo la violación y el abuso sexual que se cometen contra este vulnerable sector de la
población, una de sus manifestaciones más dramáticas y extremas. La violación y el abuso
sexual afectan una pluralidad de derechos humanos fundamentales tales como
la libertad sexual, la integridad corporal y mental, la salud integral, la vida en su dimensión más
amplia, comprometiendo el futuro de las víctimas.
Los derechos vulnerados con las agresiones sexuales han sido constitucionalizados a nivel
mundial, como muestra de su trascendencia. No obstante que tales agresiones involucran un
problema de derechos humanos, coexisten al respecto diversas percepciones sociales, muchas
de las cuales lo asumen como de segundo orden, silenciándolo, desconsiderándolo
políticamente y tolerándolo; de modo que la mayoría de violaciones se mantienen en
la impunidad.
Asimismo, los distintos sectores sociales en el Perú, al abordar el problema de los derechos
humanos, no conceptualizan las agresiones sexuales como un problema que afecte
profundamente tales derechos sino, más bien, como un asunto de naturaleza puramente
sexual. Se diferencian así de la comunidad internacional, para lo cual la violencia contra
la mujer es tema de la agenda pública y constituye un problema global que afecta los derechos
humanos, y es un obstáculo para el desarrollo.
Son múltiples los factores que contribuyen a producir y perpetuar la violencia, siendo
fundamental, a nuestro juicio, la socialización, que forma individuos con roles diferenciados y
asimétricos, y coloca a la vez en posiciones de subordinación a las mujeres y de dominación a
los varones, adjudicándoles valores distintos. Al respecto, David Finkelhor sostiene que la
victimización sexual probablemente es tan común en nuestras sociedades debido al grado de
supremacía masculina existente. Es una manera en que los hombres, el grupo
de calidad dominante, ejercen control sobre las mujeres. Para mantener este control, los
hombres necesitan un vehículo por medio del cual la mujer pueda ser castigada, puesta en
orden y socializada dentro de una categoría subordinada. La victimización sexual y su
amenaza son útiles para mantener intimidada a la mujer. Inevitablemente, el proceso comienza
en la infancia con la victimización de la niña.
Factor importante que actúa en la reproducción social de este fenómeno es también el derecho
legitimado que los padres y tutores tiene de utilizar la violencia física y emocional o sexual
como medio eficaz de control y socialización. Se produce así una internalización
y aprendizaje de estas conductas, las cuales se repetirán más adelante, garantizándose su
permanencia. Otro elemento, no menos significativo, es la violencia ofensiva o sutilmente
transmitida por los medios de comunicación, que difunden imágenes y mensajes cargados
de sexo, discriminación y muerte, invadiendo y agobiando permanentemente a personas de
todos los sectores sociales.
4.1 Dimensiones de la violencia sexual contra niños y niñas.
Las características de las agresiones sexuales perpetradas contra los niños hacen
prácticamente imposible aproximarnos siquiera a su verdadera magnitud. De otro lado, no
existen investigaciones científicas oficiales que permitan un diagnóstico veraz; tampoco
existen registros rigurosos, elaborados con criterios homogéneos que
proporcionen información cuantitativa adecuada.
Asimismo, los mitos y prejuicios sociales, los obstáculos que se presentan en
la administración de justicia contra quienes deciden denunciar la legislación inapropiada que no
recoge las distintas modalidades de agresión sexual, sin otros tantos factores que impiden
acercarnos a una dimensión más realista de este fenómeno social. Los casos registrados, que
corresponden sólo a algunos denunciados, significarían apenas la punta del iceberg, sobretodo
en cuanto se refiere a violaciones, incestos y todo tipo de agresiones sexuales contra niñas y
niños, ya que por investigaciones no oficiales sabemos que la mayoría de violaciones no se
pone en conocimiento de las autoridades, formando parte en gran medida de la criminalidad
oculta.
Si bien es virtualmente imposible contar con cifras exactas, algunos estudios ofrecen una
aproximación, la cual constituye una referencia alarmante.
Prado Saldarriaga concluyó en una investigación:
Que los delitos contra las buenas costumbres son un problema de importancia, ya que estas
infracciones se mantienen en el tercer lugar de mayor frecuencia en el país.
Que las violaciones en menores de edad constituyen el atentado de mayor registro en los
últimos 20 años.
Que la mayor incidencia de infracciones sexuales se registra en las zonas urbanas,
principalmente en el departamento de Lima.
Que los autores de este tipo de delitos presentan mayor constancia en el grupo etario de 18 a
27 años, y entre personas con educación básica regular.
Que la criminalidad sexual sigue una tendencia ascendente en los últimos años en el Perú.
4.2 Consecuencias de la violación y el abuso sexual.
En cuanto a las consecuencias, estudios realizados a nivel internacional concluyen que las
agresiones sexuales perpetradas contra un niño impactan gravemente su mundo interno,
destructivos en la vida de la niña o niño. Dichos estudios sostienen que estas agresiones
producen en la víctima serios trastornos sexuales, depresiones profundas, problemas
interpersonales y traumas que pueden ser permanentes e irreversibles, incluso en algunos
casos pueden ocasionar la muerte por traumatismo o suicidio, efectos que requieren
intervención profesional inmediata.
Al respecto, el Dr. David Finkelhor, del Programa para el Estudio de la Violencia Familiar de
la Universidad de New Hampshire, en una investigación realizada en 1980 con una muestra de
796 estudiantes de colegio, encontró problemas de sexualidad y bajos niveles de autoestima
en aquellos participantes que habían sido victimizados sexualmente durante su niñez. El Dr.
Nahman Greenberg, psiquiatra e investigador de la Escuela de Medicina de Illinois y Director
de la Unidad de Servicios por Abuso a Niños (CAUSES), en su escrito "La epidemiología del
abuso sexual" (1979) plantea la existencia de un alto riesgo de trauma mental para las niñas y
los niños que han sido envueltos por adultos en actividades sexuales.
En la práctica clínica con jóvenes y adultos (as) que han sido abusados sexualmente durante
su niñez, se han encontrado:
1) Dosis internas de emociones, como desesperanza, minusvalía, vergüenza, culpa e ira,
acompañadas de inhabilidad casi total para manejarlas. La víctima siente terror al identificarla y
en algunos casos invierte dosis inmensas de energía en reprimirlas. En el caso de ira, si ésta
se expresa, los varones tienden a dirigirla hacia fuera, siendo agresivos con otras personas,
mientras que las mujeres tienden a dirigirla hacia ellas mismas, envolviéndose frecuentemente
en comportamientos autodestructivos, mutilándose con cortaduras, quemaduras o golpes y
realizando intentos de suicidio.
2) Una gran dificultad para confiar. La misma entorpece grandemente el proceso de terapia.
3) Poca habilidad para establecer relaciones con pares.
4) Desbalance en las relaciones que se establece, en las que tiende a ocupar una posición
inferior. Es común que la mujer abusada sexualmente en su niñez se convierta en esposa
maltratada.
5) Temor a convertirse en agresor o agresora.
6) Problemas en su sexualidad.
7) Neurosis crónica de origen traumático.
V. VIOLENCIA FAMILIAR, MECANISMOS LEGALES DE PROTECCIÓN.
La conveniencia de regular jurídicamente la violencia familiar se fundamenta en la necesidad
de encontrar mecanismos para proteger los derechos fundamentales de los integrantes del
grupo familiar frente a los cotidianos maltratos, insultos, humillaciones y agresiones sexuales
que se producen en el ámbito de las relaciones familiares. Si bien es cierto que las
manifestaciones de violencia familiar no se producen exclusivamente contra las mujeres, son
éstas -a los largo de su ciclo vital- las afectadas con mayor frecuencia. De este modo, la casa
constituye un espacio de alto riesgo para la integridad de mujeres y niños, derivándose de ahí
precisamente la denominación de violencia doméstica o familiar.
Resulta evidente, sin embargo, que el agente de la violencia no se limita siempre a dichos
espacios; encontramos casos de agresiones en las calles, los centros de estudio y/o trabajo y
en general los espacios frecuentados por las víctimas.
De otro lado, para interferirnos a mecanismos legales de protección frente a la violencia
intrafamiliar es importante precisar primero dos conceptos: (i) ¿cuáles son los componentes de
todo aquello que calificamos como mecanismo legal o, de manera más amplia,
el sistema jurídico?, y (ii) ¿a qué acudimos cuando hablamos de violencia intrafamiliar?
El sistema jurídico tiene tres componentes básicos:
El primero, la ley. Es la norma escrita, la que encontramos en los códigos y en las
disposiciones legales. Es importante porque tiene carácter universal, es decir, de aplicación
general para toda la sociedad desde el momento en que se encuentra vigente. Un ejemplo es
el Código de los Niños y Adolescentes, que es precisamente el texto de la Ley, el componente
central de lo que significaría un mecanismo legal de protección a niños y adolescentes.
Un segundo componente es la institucionalidad. Es decir, todos aquellos operadores de la
administración pública o privada que están involucrados en la aplicación de este componente
normativo, de la ley escrita. Es un componente clave cuando hablamos de mecanismos legales
de protección frente a la violencia familiar. Son las instituciones que nos ofrecen la sociedad
y el Estado para hacer realidad aquello que disponen las normas legales.
Un tercer componente es el relativo a lo cultural. Alude a la idiosincrasia, a la ideología que
está detrás de los aplicadores de la norma. Pero no sólo de ellos, sino también de quienes la
concibieron y de aquellas personas que, en determinado momento y frente a un
hecho concreto, deciden acudir y solicitar su aplicación.
Estos tres elementos son claves para entender todo lo que significa el problema de los
mecanismos legales en una sociedad determinada.
Hecha esta precisión, pasaremos a definir lo que entendemos por violencia familiar. La misma
alude a cualquier acción, omisión o conducta mediante la cual se infiere un daño físico, sexual
o psicológico a un integrante del grupo familiar -conviviente o no-, a través del engaño, la
coacción, la fuerza física, la amenaza, el caso, entre otros.
La mayoría de casos de violencia se producen donde existe una relación de poder, de
jerarquía. Tanto en los casos de violencia sexual como familiar, podemos apreciar que existe
una relación del fuerte contra el débil. Muy rara vez escucharemos hablar de la violencia del
niño contra su padre. Por lo general, cuando los hijos expresan violencia contra sus padres se
trata de padres mayores, muchas veces dependientes de sus hijos, y de hijos que los superan
en fortaleza física.
El elemento de poder puede estar relacionado a la ubicación en el contexto familiar: padres-
hijos, tíos-sobrinos; o también por la edad: adultos-niños; o por relaciones de jerarquía: marido-
mujer. Estos son, pues, elementos claves que debemos tener presentes al hablar de violencia
intrafamiliar.
5.1 Manifestaciones más frecuentes de violencia intrafamiliar.
1. El maltrato físico. Su explicación es obvia; se refiere a todas aquellas acciones violentas
que dañan la integridad física de las personas. Por lo general, es un maltrato visible. Puede
afirmarse que fue el tipo de maltrato que propició todo este proceso de búsqueda de
respuestas legales, por tratarse de la agresión más evidente.
2. El maltrato psicológico. Que se refiere a toda aquella palabra, gesto o hecho que tienen
por objeto humillar, devaluar, avergonzar y/o dañar la dignidad de cualquier persona. Esta es
una manifestación de violencia mucho más difícil de demostrar, sobretodo en los casos en que
se produce en el interior de un grupo familiar.
3. La violencia sexual. Que es toda manifestación de abuso de poder en la esfera de la vida
sexual de las personas, pudiendo ser calificada o no como delito. Decimos esto porque,
actualmente, algunas manifestaciones de violencia sexual son ignoradas por nuestra
legislación penal. Pueden ir desde imposiciones al nudismo hasta la penetración anal o vaginal.
Estos últimos supuestos son considerados por nuestra ley como delitos de violación.
5.2 Contra la Violencia Familiar.
A fines de 1993 se promulgó la Ley 26260 que establece la política de Estado y de la sociedad
frente a la violencia familiar. Esta ley constituye un recurso complementario al Código de los
Niños y Adolescentes porque reconoce como actos de violencia familiar los de maltrato físico y
psicológico entre cónyuges, convivientes o personas que hayan procreado hijos en común,
aunque no convivan, y de padres o tutores a menores de edad bajo su responsabilidad.
Hasta ahora, la Ley 26260 ha sido difundida básicamente como una ley de protección a las
mujeres frente a la violencia familiar. Sin embargo, sus alcances protegen a estos dos grupos
humanos que mayoritariamente son afectados por estas manifestaciones de violencia: a las
mujeres y a las niñas y niños. En este sentido, constituye un recurso que creemos puede ser
utilizado y redimensionado para proteger a los niños y niñas frente al maltrato en la familia.
Esta norma tiene como objetivo fundamental comprometer al Estado en la erradicación de la
violencia familiar. Está destinada a prevenir y proteger a las personas que son víctimas de
violencia en el ámbito de sus relaciones familiares. Su importancia radica en plantear medidas
en diversos niveles, siendo la más urgentes de atención:
1. Las acciones educativo-preventivas: Tienen como objetivo fortalecer la formación escolar
y extraescolar en la enseñanza de valores éticos y humanos, de relaciones humanas
igualitarias para, precisamente, prevenir que se sigan reproduciendo las relaciones de jerarquía
que ubican a unas personas en desventaja frente a otras, y que constituyen causa importante
de la violencia en el interior de la familia.
2. Las acciones organizativas: La Ley 26260 se plantea entre sus objetivos promover la
participación de la comunidad en la prevención y denuncia de maltratos producidos dentro de la
familia. La idea es que la organización comunal pueda participar en el control y seguimiento de
las medidas que los jueces adopten frente a casos de violencia familiar.
3. Instalación de servicios: Esta Ley ofrece la posibilidad de instalar servicios especializados.
En ellos se ubican las delegaciones policiales para menores, las delegaciones para mujeres, e
igualmente plantea reforzar las delegaciones policiales que existen con personal especializado
para atender problemas de violencia familiar. Del mismo modo, plantea la necesidad de crear
hogares temporales de refugio para víctimas de violencia a nivel de los gobiernos locales. Un
aspecto importante que ofrece esta Ley, y que antes no había sido considerado en ninguna
otra norma, es que se puedan diseñar programas de tratamiento a los agresores para evitar,
precisamente, que el maltrato continúe y se multiplique.
4. Acciones de capacitación: Dirigidas a los agentes de las instituciones que constituyen uno
de los componentes del sistema jurídico: policías, jueces y fiscales.
5. Acciones legales: Esta Ley ofrece mecanismos de carácter sumarísimo. Esto significa
celeridad, inmediatez, es decir, un contacto directo de la autoridad con la víctima. Es
un procedimiento, en principio, que no debería ser obstaculizado por ningún tipo de
formalismos. Lamentablemente, la legislación se enfrenta en este aspecto con el componente
cultural señalado originalmente. Porque nuestros jueces, en general, no han estado
acostumbrados a aplicarse este tipo de legislación.

Por lo general la violencia tiende a generar daños psicológicos, que muchas veces son difíciles de
superar. Y dichas secuelas son tan graves, que repercuten de forma significativa en la vida de la
persona. Según estudios realizados establecen que, existen diversos Tipos de violencia
familiar, que cada vez se hacen más frecuentes en los hogares y cuyas consecuencias, son los
principales responsables del fracaso en las relaciones de parejas y, en su mayor, magnitud son
los culpables de provocar la muerte. La violencia no sólo es física, como: golpes, patadas,
empujones, bofetadas, etc.; sino también psicológica, como: palabras hirientes, humillantes,
insultos, celos, entre otros. Esto daña la moral de la persona y su sensibilidad como ser humano;
por tal razón, es necesario no quedarse en silencio cuando se está viviendo cualquier tipo de
violencia, ya sea a nivel familiar, en el trabajo o en cualquier sitio. Es responsabilidad de todos,
denunciar tales hechos y que no se siga proliferando o sea visto como algo normal o de poca
importancia en el mundo. En el artículo Tipos de violencia familiar, hablaremos justamente
de la clasificación de violencias familiares que existen.

Como bien es conocido, la violencia es la acción ejercida por uno o varias personas, cuya intensión
final es la de dañar, manipular o someter a alguien a su conveniencia, provocando lesiones físicas,
psicológicas, morales y sexuales. Estos actos violentos, son los generadores de graves problemas
emocionales y la aparición de trastornos psicológicos. Los tipos de violencia familiar tiende a
clasificarse de la manera en que se produce la agresión; estos pueden ser: violencia física: en
donde encontramos lesiones graves y lesiones menores o sin lesiones; violencia sexual,
violencia emocional, violencia económica, violencia doméstica, violencia cotidiana,
violencia política, violencia socioeconómica, violencia cultural, violencia
delincuencial. Esta situación es indicadora de la violación que se ejerce a los derechos de la
dignidad del ser humano.

Es, en el seno familiar, el lugar donde se proporciona el apoyo emocional y el amor, los cuales
son tan necesarios para un desarrollo saludable, óptimo y provechoso. Sin embargo; cuando Los
tipos de violencia familiar como el abuso, la manipulación y el maltrato, se establecen como
sistema de relación, en la que todos se conforman y creen ser merecedores de dichas situaciones
lastimosas, es ahí, donde la familia aparece con grandes problemas, que son difíciles de
sobrellevar.

Cada día las condiciones se hacen insoportables, causando lesiones graves en el núcleo familiar
y por tal razón la familia se vuelve disfuncional. La comunicación se vuelve inadecuada, los
mensajes en su gran mayoría son agresivos, negativos, sarcásticos y desvalorizantes. Producto
de esta problemática, se producen sentimientos de soledad, culpa, temor, resentimientos,
resignación, poca motivación, frustración e infelicidad; tanto en la relación de pareja como en los
hijos.

Existen varios tipos de violencia familiar, entre las que se pueden mencionar:

 Violencia Física: Está representada por el empleo de la fuerza física, realizada en forma
de golpes, empujones, patadas y lesiones, provocadas con distintos objetos o armas. Este
tipo de violencia, en ocasiones, puede terminar en suicidios u homicidios y se manifiesta
por la aparición de hematomas, magulladuras, moretones, heridas, fracturas, dislocaciones,
cortes, pinchazos, lesiones internas, asfixia o ahogamiento.
 Violencia Sexual: Es una acción que se manifiesta de forma agresiva y forzada, donde se
le obliga a una persona a tener contacto sexual, siendo el único interés, el de denigrar,
humillar, ultrajar y tener el control de dicha persona. El acoso, el abuso sexual, la violación
y el incesto son distintas manifestaciones del mismo mal.
1.
1. Abuso sexual: consiste en tocar y acariciar el cuerpo de otra persona en contra de
su voluntad. Este tipo de violencia se produce en el trabajo, en la calle y en la propia
casa.
2. Violación: es la penetración de los miembros sexuales, dedos o cualquier objeto en
la vagina, ano o la boca, contra la voluntad de la víctima. Es un acto de
extremadamente violento, donde muchas veces existe amenazas de muerte hacia los
seres queridos del agredido(a) o a el/ella misma(o) por parte del agresor.
3. Incesto: es el contacto sexual entre familiares o parientes y este se tipifica como tal,
aun cuando la víctima accede a tener relaciones con el agresor.
 Violencia Emocional: Su objetivo es de causar daños emocionales, provocando baja
autoestima o muchas veces depresión. Esta se da por medio de insultos, ofensas verbales,
comentarios hirientes, críticas destructivas, indiferencia, chantaje, abandono y humillación,
entre otras. Es la capacidad de destrucción a través del gesto, las palabras y el acto. No se
dejan huellas visibles inmediatas, sino que, con el pasar de los años, esto se transforma en
un problema de la misma persona. El agresor presenta cambios de humores, opina
negativamente sobre la apariencia de su pareja, su forma de ser o lo que realiza en público
como en privado.
 Violencia Económica: Es el control y abuso absoluto del poder financiero en el hogar,
donde se establecen castigos monetarios por parte del agresor, así mismo, hay impedimento
hacia la pareja para que ésta trabaje, aun siendo esto necesario para el sostén de la
casa. Entre los indicios de conductas violentas con la economía como arma se encuentran:
1.
1. Indiferencia de los sentimientos.
2. Humillación en público y privado.
3. Gritos e insultos desmedidos.
4. Control absoluto de los bienes.
5. Aislamientos de los familiares, amigos u otros.
6. Ataques de celos y amenazas de abandono.
7. Intimidación.
 Violencia Doméstica: Es un mal social que deriva, en gran parte, de los mitos que rodean
a los roles femeninos y masculinos, aprendidos desde la infancia. Un ejemplo es, cuando se
dice que el hombre es el más fuerte, el que domina, el jefe de familia, el que no llora, ni
muestra sus emociones. En cambio la mujer es atenta, obediente, sacrificada, debe seguir
a su marido en todo, etc. Son muchas las causas que pueden provocar la violencia
doméstica; entre ellas se encuentran: la falta de comunicación, desajuste social y la crisis
económica. La violencia domestica es una serie de tácticas, que el agresor utiliza para poder
controlar, manipular y ejercer todo el poder sobre su pareja, valiéndose de cualquier ataque
como: ataques agravados, agresión sexual, acechamiento, amenazas de muerte,
persecución y, en ocasiones, hasta secuestro.

Cualquier conducta violenta tiende a persistir y agravarse con el tiempo. Dicho fenómeno de la
violencia, se caracteriza por desarrollarse en torno a un ciclo, el cual con el pasar de los tiempos,
aumenta en densidad. Este ciclo se clasifica en tres fases, donde se intercalan períodos de
violencia, con períodos de afectos y arrepentimientos. Según los estudios e investigaciones
realizadas, este ciclo se compone de las siguientes fases:

 Fase de acumulación de tensión: Se caracteriza por el incremento de tensiones,


hostilidad y ansiedad entre la pareja. Este varía de intensidad y frecuencia. Aquí, la victima
llega a tolerar dichos conflictos, produciéndose de esta manera, una acumulación de
tensiones. Esta fase el ciclo llega a durar desde unas pocas horas, hasta meses.
 Fase del episodio agudo: En esta fase, se producen las descargas incontroladas de las
tensiones acumuladas durante la primera fase (acumulación de tensión), las cuales pueden
llegar a ser muy peligrosa. Varían según la gravedad; éstas pueden ser desde un empujón
hasta causar homicidio. Esta fase se caracteriza por ser incontrolable e impredecible.
 Fase de luna de miel o de reconciliación: El agresor/a presenta una actitud amorosa y
arrepentida. Suele realizar promesas, como que nunca se volverá a repetir tales hechos o
actos violentos, mostrándose cariñoso y considerado. En esta etapa se efectúa una
renegociación de los términos en la relación.

Como hemos visto la violencia denigra al ser humano, trasgrede sus derechos más fundamentales
y retrasa su logro de autorrealización y autosuperación personal. Ante esto, surge la
pregunta ¿Qué hacer para intervenir y desaparecer de nuestro medio Los tipos de violencia
familiar? La raíz de la violencia podemos encontrarla en una deficiente educación familiar y
costumbres y tradiciones viciadas; muchos desconocen que esta conducta son aprendidas y que
el agresor no conoce otras formas de relacionarse, pues sus complejos, sus problemas y los
modelos aprendidos, no le han permitido interactuar con su familia de forma pacífica, honesta y
respetuosa, sino, que siempre está a la defensiva, es desconfiado y su estado de ánimo suele ser
inestable.

CONCLUSIÓN:

La mejor forma de combatir la violencia es, con una educación basada en principios de amor al
prójimo sin importar su género, dándole valía solo por ser humano. Erradicando tradiciones y
culturas que aúnan a la desigualdad de género y a la superioridad del humano, no por sus
capacidades, sino por el sexo que nació. Una educación en la que prime la comunicación, el
respeto y la tolerancia, en vez del orgullo, la imposición de puntos de vista a la fuerza y el
egoísmo. Todo pasa a través de la educación, como hemos visto en Tipos de violencia
familiar.

Si tú eres víctima de violencia intrafamiliar, no dudes en denunciarlo. Lo peor que puedes hacer
es callarlo y, así, perpetuarlo. Busca ayuda. En micompanero.com estamos para escucharte y
brindarte las herramientas para salir de este mal.

“Es necesario denunciar cualquier tipo de violencia, para evitar que esté se repita y
se produzcan daños irreversibles, que ponen en peligro la vida de las personas. Y es
importante romper esa cadena que genera la violencia. Acudir a grupos de apoyo para
recibir ayuda y terapias. También es necesario que los familiares ayuden y brinden el
respaldo incondicional a la víctima. La violencia es inadmisible y no es justificable
bajo ninguna forma o circunstancia”.

La violencia intrafamiliar es una situación que se produce en mayor número de ocasiones de


lo que parece. De hecho es muy posible que en alguna ocasión hayas sido testigo de un acto
de este tipo y no le hayas dado más importancia. Gritos, golpes, humillaciones… ¿no te son
familiares?
Existen muchos casos que nunca llegan a denunciarse por vergüenza, por miedo a las
represalias del agresor o por no poder hacerlo (en el caso de los niños y ancianos).
En este artículo desarrollaremos los tipos de violencia intrafamiliar que existen, las causas y
consecuencias de la misma y finalmente maneras de como prevenir esta lacra tan presente hoy
en día.

Tipos de violencia intrafamiliar


En primer lugar es necesario definir los diferentes tipos de violencia intrafamiliar que existen.
Según la Organización Mundial de la Salud:

Violencia familiar
Se define como los malos tratos o agresiones físicas, psicológicas, sexuales o de otra índole,
infligidas por personas del medio familiar y dirigida generalmente a los miembros más
vulnerables de la misma: niños, mujeres, personas discapacitadas y ancianos.
Dentro de la violencia dirigida a los niños y ancianos se pueden diferenciar a su vez dos tipos de
maltrato:

 Activo: la persona sufre maltrato físico, psicológico, sexual o económico.


 Pasivo: se refiere al abandono de la persona que no puede cuidarse por sí sola.
Violencia de género
Este término hace referencia a la violencia específica contra las mujeres, utilizada como
instrumento para mantener la discriminación, la desigualdad y las relaciones de poder de los
hombres sobre las mujeres.
Comprende la violencia física, sexual y psicológica incluida las amenazas, la coacción, o la
privación arbitraria de libertad, que ocurre en la vida pública o privada y cuyo principal factor de
riesgo lo constituye el hecho de ser mujer.

Violencia de pareja
Se define como aquellas agresiones que se producen en el ámbito privado en el que el agresor,
generalmente varón, tiene una relación de pareja con la víctima.
Dos elementos deben tenerse en cuenta en la definición: la reiteración o habitualidad de los actos
violentos y la situación de dominio del agresor que utiliza la violencia para el sometimiento y
control de la víctima. También se denomina violencia doméstica.
Por otro lado, es necesario identificar los diferentes tipos de violencia que se pueden ejercer en
este contexto:

 Violencia física: Lesiones corporales infligidas de forma intencional: golpes,


quemaduras, agresiones con armas, etc.

 Violencia psicológica: Humillaciones, desvalorizaciones, críticas exageradas y


públicas,lenguaje soez y humillante, insultos, amenazas, culpabilizaciones,
aislamiento social, control del dinero, no permitir tomar decisiones.
 Violencia sexual: Actos que atentan contra la libertad sexual de
la persona y lesionan su dignidad: relaciones sexuales forzadas, abuso, violación.

 Violencia económica: se relaciona con el abuso del dominio financiero en el hogar.


El maltratador controla el dinero, toma las decisiones sobre su uso e incluso llega a
impedir que la otra persona trabaje.

Causas de la violencia intrafamiliar


Los diferentes estudios que existen en este campo coinciden en señalar que el origen de la
violencia es de carácter multifactorial, es decir, hay diferentes condiciones que contribuyen a que
aparezcan y no son siempre las mismas.
Algunas de las causas que se han señalado como más frecuentes para la aparición del la
violencia intrafamiliar son:

 Características particulares del agresor. La falta de control de impulsos, la baja


autoestima, la carencia afectiva, las experiencias que ha vivido en la infancia o
determinados factores de personalidad pueden influir de forma determinante para
que abuse y maltrate a las personas de su entorno.
 Incapacidad para resolver los conflictos de forma adecuada. Según señala Jewkes
esta es una de las causas principales. Indica que existe una “cultura de la violencia”
que supone la aceptación de la violencia como la única forma adecuada de resolver
los conflictos.
 En el caso específico de la violencia de género las actitudes socioculturales de
desigualdad entre hombres y mujeres. Algunas situaciones que se viven como
tradicionales y culturales en muchas sociedades y que se han mantenido a lo largo
de los siglos favorecen y mantienen esa desigualdad. Por ejemplo, la relación de
sumisión de la mujer con respecto al hombre, la justificación y tolerancia de la
violencia masculina por la sociedad, los estereotipos y roles de sexo.
 El uso de la violencia como un instrumento de poder del fuerte frente al débil.
 Relaciones conyugales disfuncionales y/o historia de conflictos familiares.

Consecuencias de la violencia intrafamiliar


Las consecuencias de la violencia intrafamiliar son múltiples y variadas. Vamos a dividirlas en
función de la población que sufre el maltrato y del tipo de violencia que se ejerce.

Consecuencias de la violencia en los menores


Los menores son un colectivo especialmente vulnerable y en el que las consecuencias de la
violencia son más dramáticas, tanto si se ejerce sobre ellos como si viven en un domicilio en el
que se hace uso de la violencia entre los familiares.
Por otro lado, los estudios indican que en algunos casos, las secuelas emocionales pueden
desembocar en la reproducción en el futuro de esta forma de violencia. Si el niño crece en un
ambiente en el que el uso de la violencia es la manera de resolver los conflictos es posible que
aprenda esta misma pauta desarrollando un déficit en las habilidades para la resolución de
problemas.
Además en estos menores aparecen alteraciones que afectan a diferentes áreas de su
desarrollo:

 A nivel físico: aparecen retraso en el crecimiento, problemas de sueño, trastornos


de la conducta alimentaria y síntomas psicosomáticos como alergias, problemas
gastrointestinales, dolores de cabeza, etc.
 A nivel emocional: aparecen problemas de ansiedad, depresión, baja
autoestima, déficit de habilidades sociales, estrés post-traumático y aislamiento
social.
 A nivel cognitivo: pueden aparecer retrasos en el desarrollo verbal y del lenguaje y
alteración del rendimiento escolar.
 A nivel de comportamiento: conductas violentas hacia los demás, inmadurez,
déficit de atención, retraimiento y conductas autodestructivas.

Consecuencias de la violencia en la pareja


Aunque la gran mayoría de los casos de violencia son ejercidos del hombre hacia la mujer,
también existen casos en los que el maltrato lo sufren los hombres, especialmente del tipo
psicológico. Las consecuencias derivadas del maltrato las encontramos en tres niveles:

 A nivel físico: lesiones (heridas, golpes, quemaduras, etc.), mayor vulnerabilidad a


padecer una enfermedad y descuido personal. En el caso de las mujeres sufren
riesgo de embarazos no deseados si son forzadas a mantener relaciones sexuales.
 A nivel psicológico: puede aparecer estrés postraumático, depresión, ansiedad,
baja autoestima, intentos de suicidio, abuso de alcohol y otras
sustancias, disfunciones sexuales, trastornos somáticos (dolores de cabeza,
problemas gastrointestinales, malestar generalizado e inespecífico, etc.), sentimiento
de culpabilidad, sentimiento de desesperanza y vacío.
 A nivel social: actitud de desconfianza y hostilidad hacia todo el mundo, aislamiento
social, sentimiento de peligro y amenaza constantes por parte de todo lo que les
rodea.

Consecuencias de la violencia en la tercera edad y personas discapacitadas


Estos colectivos, al igual que los menores, son especialmente vulnerables. En estos casos,
además de la violencia que sufren, hay que sumarles la edad y en muchos casos la dependencia
física y /o económica del agresor.
Además, muchos de los casos de este tipo de violencia nunca llegan a conocerse debido a que
el anciano o la persona discapacitada no se encuentran en condiciones de realizar una denuncia.
De nuevo podemos dividir las consecuencias en función del área afectada:

 A nivel físico: aparecen lesiones de todo tipo que en algunos casos dejan graves
secuelas e incluso la muerte, desnutrición, deshidratación, fracturas debido a las
caídas o los golpes, abandono y falta de cuidados.
 A nivel psicológico: depresión, ansiedad, sentimiento de soledad e incapacidad,
sentimiento de indefensión y desesperanza, ideación suicida y problemas somáticos.
 A nivel social: aislamiento del entorno. En algunos casos la única persona con la
que se pueden relacionar es con el propio agresor.

Consecuencias para el agresor


Numerosos estudios coinciden en señalar una serie de consecuencias que aparecen en la
persona que ejerce la violencia:

 Incapacidad para disfrutar de una relación de pareja o familiar satisfactoria y


gratificante.
 Riesgo de ruptura y pérdida de los familiares. Rechazo por parte de la familia y el
entorno social.
 Riesgo de detección y condena por parte de la justicia.
 Aislamiento social.
 Sentimiento de frustración, fracaso y resentimiento.
 Baja autoestima.
 Dificultad para pedir ayuda psicológica.
 Abuso del alcohol y otras sustancias.

Factores de riesgo y vulnerabilidad


Aunque cualquier persona (con independencia de su sexo, edad, raza, nivel sociocultural, etc.)
puede ser víctima de violencia intrafamiliar, determinados estudios coinciden en señalar una
serie de características que pueden influir a la hora de sufrir este tipo de maltrato.
Factores de riesgo para los menores:

 Ser menor de seis años.


 Tener problemas de conducta y/o hiperactividad.
 Padres jóvenes y/o con bajo nivel educativo.
 Padre/madre con problemas de alcohol u otras sustancias.
 Hogar monoparental.
 Elevado número de hijos en la familia.
 Violencia entre los padres.
 Que los padres hayan sufrido maltrato en su infancia.
 Creencias sobre el derecho de los padres a ejercer la violencia para educar a los
hijos.
Factores de riesgo para la violencia de pareja:

 Sexo femenino y menor de 25 años.


 Bajo nivel educativo y/o socioeconómico.
 Experiencias de violencia y maltrato en la infancia.
 Residencia urbana.
 Baja autonomía y baja autoestima de la persona maltratada.
 Creencias tradicionales y de roles de género.
 Bajo poder de decisión de la persona maltratada.
 Escasez de apoyo institucional ante la violencia.
 Justificación y tolerancia de la violencia como forma de resolver los problemas o de
someter a la pareja.
Factores de riesgo para la violencia en personas mayores:

 Pertenecer al sexo femenino.


 Edad avanzada.
 Vínculo conyugal con el cuidador.
 Problemas de movilidad.
 Dependencia económica.
 Dependencia para los cuidados básicos.
 Enfermedad y problemas de salud.
 Impedimentos psíquicos o cognitivos.
 Sobreexposición del cuidador, un único cuidador de la persona dependiente.
 Ausencia de recursos y programas sociales de apoyo a la dependencia y al cuidador.
 Aislamiento social.
Factores de riesgo en las personas discapacitadas:

 Pertenecer al sexo femenino.


 Inmovilidad física o movilidad limitada.
 Dependencia emocional del cuidador.
 Incapacidad de comunicarse y/o de reconocer el abuso.
 Problemas de salud.
 Bajo nivel educativo y socioeconómico.
 Desempleo y/o imposibilidad de acceder a un empleo.
 Sobreexposición del cuidador.
 Ausencia de recursos y programas sociales de apoyo.
 Aislamiento social.

Prevención de la violencia intrafamiliar


Para llegar a erradicar este tipo de violencia, una herramienta fundamental es la prevención. Con
esta estrategia se busca erradicar el problema desde su raíz y puede realizarse a tres niveles
diferentes:

A nivel primario
Mediante la modificación de las creencias culturales que perpetúan la superioridad del hombre
frente a la mujer o la superioridad del fuerte contra el débil. Cuestionar la violencia como una vía
útil para resolver los conflictos.
Trabajar en reducir el nivel de tolerancia de este tipo de comportamiento a todos los niveles y
buscar el rechazo y la condena de estas situaciones. Y por último, es de especial importancia
realizar campañas de sensibilización y difusión de información de las formas de violencia, sus
consecuencias y cómo actuar frente a ella.
La prevención a nivel primario es de crucial importancia en el ámbito educativo.

A nivel secundario
En este tipo de prevención aparece la necesidad de formación y reciclaje de todos los
profesionales que puedan estar en contacto con víctimas de violencia para que entiendan la
situación en la que se encuentran y poder ayudarles de la forma más adecuada.
En este contexto es especialmente importante la formación al personal sanitario, a las fuerzas
de seguridad, servicios sociales, abogados y jueces.
En definitiva a todos los profesionales que puedan estar implicados en la detección o intervención
en situaciones de violencia.

A nivel terciario
Por último es necesario disponer de una serie de servicios y recursos de atención,
asesoramiento, protección y asistencia a los que puedan acudir las víctimas de violencia.
Uno de los objetivos principales de estos recursos debe ser el restablecimiento de la vida de las
víctimas, así como la desaparición de las secuelas físicas y psicológicas que puedan derivar de
la violencia.

1. Saber quién puede denunciar

Si eres víctima de violencia o eres una tercera persona que conoce algún caso de violencia,
puedes hacer la denuncia sea en forma verbal o escrita con tal que presentes tu documento de
identidad o DNI. En caso que la víctima sea un menor de edad, los defensores de las
Demunas y Directores de colegios, están en la obligación de poner en conocimiento el caso de
violencia sexual. Un número que que se debe de llamar es el 104, elcual es el central telefónica
de la Policía Nacional del Perú.

TAMBIÉN LEE: Acoso callejero: ¿Cómo defenderte de un acosador?

2. Conocer dónde hacer la denuncia

Puedes hacer la denuncia en cualquier comisaría de la policía, pero hay preferencia que sea del
sector donde se vive. Se debe tomar en cuenta que los agentes policiales pueden allanar el
domicilio del agresor. Otro lugar en donde acudir, es el Ministerio Públicoante un Fiscal
Provincial de Familia o Mixto, el cual puede actuar al conocer los hechos.
También, se puede ir al Poder Judicial en donde el Juez de Familia Mixto o de Paz se le
notificará las acciones por violencia familiar.
Para hacer efectiva la denuncia, no se necesita huellas del maltrato, tener abogado ni es
necesario que la víctima sea examinada.

3. Sobre los certificados de salud física y mental.

Después de denunciar, la víctima o el denunciante debe dar su manifestación al Fiscal


Penal de turno y el agredido deberá realizar los exámenes que se le pida sea con un médico
legista o un psicólogo. En caso de violación, no se debe de cambiar de ropa ni bañarse antes
de los exámenes médicos. Los certificados son gratuitos.

4. Recibir medida de protección inmediata

El Fiscal dictará las medidas de protección las cuales pueden ser:

 Retiro del agresor del dominicilio


 Se le impide acosar a la víctima
 Se suspende las visitas
 Se hace un inventario sobre sus bienes

Además, se dará a conocer al Juez de Familia las medidas de protección.


Wapa, ¡ya lo sabes! Puedes denunciar tanto agresión en contra tu persona o de terceros.

También podría gustarte