Está en la página 1de 1

¿En qué momento se jodió la intimidad?

Raúl Castro Pérez (Antropólogo y Periodista) El Dominical (21 de junio


del 2015)

Lo que es un su discutido ensayo LA CIVILIZACIÓN DEL ESPECTACULO,


el premio Nobel Mario Vargas Llosa criticaba como la idea de cultura,
propia de “un mundo donde el primer lugar de la tabla de valores lo
ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento,
es una pasión universal”, hoy en día es evaluado, por otros – como el
sociólogo John Thompson – como “la transformación de la visibilidad”.

¿Qué cosa ha cambiado? Aquella distinción básica que organizó la vida


social tanto tiempo, digamos, la raya en la cancha que hoy se ha
difuminado: esto es lo público y esto es lo privado. En otros tiempos –
pre televisivos, pre-Internet, pre-redes sociales – lo público era,
justamente, eso.

Era lo que teníamos en común; era discutir sobre la comuna y la polis,


sobre la capacidad de organización de los líderes y sus ejemplos
educativos en la sociedad. Pero hoy, cuando la gente confiesa sus
amores en blogs “íntimos”, cuando deja por ahí sus selfies, cuando
cuelga en Facebook sus ecografías, ¿sigue vigente esta idea clásica de lo
público como un asunto de interés común?

Ya no. Lo, público entendido como tal tiene mucha competencia. Existe
una constante del 30% de gente interesada en la cosa pública, y no
más. El Pew Research Center asegura que solo los mayores de 50 se
enteran de todo en los diarios, y el resto en las redes. O sea, nuestra
realidad pasa ahora por el subjetivo filtro de la experiencia personal. Los
expertos en comportamiento humano lo llaman también el “surgimiento
de la extimidad”. Si alguien cree que es momento oportuno de dar a
conocer al público que ha pasado de ser amiga a “algo más” de otro ser
humano, entonces, es extemidad. Un estadio en el que la intimidad dejo
de ser lo que era. Ah, bueno, eso ahora “es complicado”.

También podría gustarte