Por esas casualidades que a veces nos sorprenden, leí
“Aura” hace no más de dos semanas, buscando una novela breve de un autor latinoamericano donde apareciera el tema del “doble”. Lo primero que me llamó la atención, fue el uso de la segunda persona, que creo es muy característica de Carlos Fuentes, me hizo acordar a la maravillosa “La muerte de Artemio Cruz”. Creo que en este caso, además de ese efecto de que estamos “viviendo” lo que le pasa al protagonista, de alguna manera se reproduce entre el personaje y el lector la relación de “duplicidad” que se construye entre Felipe y el general Llorente (y entre Consuelo y Aura). También le da a la novela un carácter universal (como dice Octavio Paz: “los otros todos que nosotros somos”) porque se habla de pérdidas, del paso del tiempo, de la muerte, de los temas que nos unen a todas las personas. El uso en algunos pasajes del tiempo futuro le proporciona un “aura” casi mágica, como de profecía, que particularmente me encanta. El presente, el pasado y el futuro parecen coexistir en esa casa de la que Felipe, suponemos, no saldrá jamás. Creo que en la novela son muy importantes los elementos simbólicos, los ritos. Hay algunas cosas que no llego a discernir, pero claramente se trabaja con las oposiciones (luz y oscuridad, vejez y juventud) aunque (recordando de nuevo a Octavio Paz, en “El arco y la lira”) creo que esas oposiciones se trascienden como tales, se permite la coexistencia de los opuestos: “un rostro casi infantil de tan viejo”, se dice de Consuelo. O los números viejos de las casas, que coexisten con la numeración nueva. Finalmente quería señalar una frase, cuando Aura aparece por primera vez, se dice “se extiende otra mano que toca los dedos de la anciana”. Me hizo pensar inmediatamente en el cuadro de Miguel Ángel “La creación de Adán”, y me parece pertinente porque de alguna manera Aura es una creación de Consuelo, como una forma de trascender el tiempo y la decrepitud. Tal vez, el encuentro final entre Felipe/Llorente y Consuelo/Aura se pueda leer como la toma de conciencia de la finitud y el paso del tiempo. No sé si como la aceptación, me gustaría saber qué piensan ustedes. Bueno, este es mi pequeño aporte. Abrazo a todos.