En primer lugar, es necesario identificar el objetivo que el cooperativismo
busca, que es desarrollar al HOMBRE, con el valor de la cooperación, de la igualdad, de la justicia, del respeto y del trabajo conjunto, que por cierto sería lo ideal en el mundo entero, pero el origen no es como un movimiento político sino como social, y menos como algo obligado, ya que sus principios son: Adhesión abierta y voluntaria. Control democrático de los socios. Participación económica de los socios. Autonomía e independencia Educación entrenamiento e información Cooperación entre cooperativas. Compromiso con la comunidad.
Y así ya observamos una primera violación, que es la forma en que se originó y
si realmente había democracia en el desarrollo de las actividades que la misma realizaba.
Y si a lo anterior lo complementamos con que es una Cooperativa, entonces se
entiende como una asociación autónoma de personas que se han unido voluntariamente para hacer frente a sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta y democráticamente controladas.
Como vemos, lo importante es lo que los individuos que la conforman, tengan
el objetivo, y no el Municipio o cualquier otro organismo público o privado, y menos aún que sea utilizado para disminuir los costos de los recursos humanos que el mismo requiere para el desarrollo de sus metas.
También se basa en los siguientes Valores:
Ayuda mutua: es el accionar de un grupo para la solución de
problemas comunes. Esfuerzo propio: es la motivación, la fuerza de voluntad de los miembros con el fin de alcanzar metas previstas. Responsabilidad: nivel de desempeño en el cumplimiento de las actividades para el logro de metas, sintiendo un compromiso moral con los asociados. Democracia: toma de decisiones colectivas por los asociados (mediante la participación y el protagonismo) a lo que se refiere a la gestión de la cooperativa. Igualdad: todos los asociados tienen iguales deberes y derechos. Equidad: justa distribución de los excedentes entre los miembros de la cooperativa.
Y aquí tratemos de pensar, en el último de estos valores, cuando
quienes eran sus asociados, no sabían si había o no excedentes, sino que percibían un valor mes a mes, más parecido a un sueldo, que a la participación de un sistema cooperativo, muy por el contrario, sabiendo que ninguno de los beneficios laborales les correspondía, tales como vacaciones, licencias por enfermedad, etc.
Y si ahora analizamos el marco legal que regula a este tipo de entidades
podemos enunciar los requisitos fundamentales para constituir una cooperativa. En primer lugar, debemos contar con el número mínimo de integrantes que fija la Ley (diez asociados en general, o seis en las cooperativas simplificadas, ya sean de trabajo o agrarias). Los asociados deben tener voluntad asociativa; es decir, estar dispuestos a emprender en conjunto un proyecto que implicará: - Tener definido el objeto social de la cooperativa. - Tomar decisiones en forma democrática y comprometerse a su cumplimiento - Asumir responsabilidades por el éxito o el fracaso del emprendimiento. - Aportar tareas y recursos para el objetivo común. El otro requisito indispensable es contar con un proyecto económico viable y sustentable en el tiempo. Es decir: - Que haya un mercado en el cual la cooperativa pueda vender efectivamente los bienes o servicios que produzca, si se trata de una cooperativa de trabajo (por ejemplo, cooperativa de trabajo de albañiles, de artesanos, de enfermeras, de vendedores, de cobradores, etc.). - Que los asociados cuenten con recursos para aportar al financiamiento de la obra común a emprender (por ejemplo, construir una vivienda, si se trata de una cooperativa de trabajo para la construcción o de una cooperativa de autoconstrucción). - Que el presupuesto para la puesta en marcha del proyecto se pueda financiar con aportes de los asociados, o con financiamiento bancario o de otra fuente, al menos hasta que la actividad de la cooperativa genere ingresos suficientes para cubrir todos los gastos de funcionamiento. -Que el servicio o producto elaborado por la cooperativa sea competitivo en términos de precio y calidad. Y en todos los casos, que observamos, que el objetivo no tiene sustentabilidad en el tiempo, ya que su único mercado, quién es: EL ESTADO, o acaso puede seguir funcionando si el mismo no le da trabajo, entonces habrá que preguntarse, es esto genuino? Si ahora, definimos a las cooperativas de trabajo nos encontramos con que es aquella formada por trabajadores, que ponen en común su fuerza laboral para llevar adelante una empresa de producción tanto de bienes como de servicios. Y aquí, vemos que de bienes no hay, sino que en su mayoría es una prestación de servicios, pero que se iguala a la del empleado público, ya que los encontramos formando parte del registro civil, de la limpieza de plazas y espacios públicos, por lo que desde cuando, hay que formar cooperativas para hacer lo que al Estado le corresponde. Y por último, y para dejar plasmada la relación que debe existir entre la cooperativa y el asociado de las cooperativa de trabajo, decimos que el asociado en este tipo de cooperativas es un trabajador autónomo, es decir no existe dependencia entre la cooperativa y el asociado. Diferentes reglamentaciones argumentan lo siguiente: Los asociados a las cooperativas de trabajo no revisten la calidad de dependientes de las mismas debiendo considerárselos como trabajadores autónomos. El vínculo jurídico entre asociado y cooperativa de trabajo es de naturaleza asociativa y está exento, por lo tanto de toda connotación de dependencia en el derecho laboral. Al prestar sus servicios los asociados lo hacen como un aporte dentro de las características del tipo organizativo y no en virtud de un contrato o relación de trabajo sino la realización de algo en común mediante el trabajo personal de sus asociados Es así que se prohíbe la contratación de servicios cooperativos por terceras personas utilizando la fuerza de trabajo de sus asociados dado que en la práctica actúan como agencias de colocaciones, seguridad, servicios eventuales, distribución de correspondencia, limpieza, entre otras, desvirtuando el funcionamiento solidario lo que deriva en una competencia comercial desleal. Es por ello que desde INAES no se autoriza el funcionamiento de las cooperativas en estos términos y la AFIP – DGI fiscaliza la existencia de fraude laboral y/o evasión de la seguridad social de los que estaban actuando en dicha forma.