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EL PROBLEMA DEL SUJETO Y EL OBJETO -

MIJAÍL LIFSCHITZ
12/11/2016

"La estética transcendental"


Las formas de los objetos del mundo exterior son el compendio de su historia (la
forma del árbol, el peñasco, el paisaje en su conjunto, el semblante de una persona).
Es la manifestación (Gestalt) exterior del desarrollo, de la formación (Bildung). El todo
concreto debe poseer una arista externa, debe ser accesible a la contemplación, la
percepción, el ser para el otro. Esto ya está en la naturaleza de
lo singular, del ens1. El inicio de la percepción es imperceptible -en lo
singular (?) es puramente interno,indivisible-. De manera que la percepción del
mundo, fundada en la distinción, tiene sufundamentum divisionis2 en el mundo
objetivo. Por ello la fórmula de Protágoras: "el hombre es la medida de todas las
cosas", debe ser interpretada no en mengua y denigración de la conciencia
humana, sino en sentido objetivo. Sería notable demostrar en qué sentido el
hombre, con sus órganos de los sentidos, en verdad se forja a sí mismo como
la medida natural de las cosas.
Sería necesario demostrar, cómo todos estos umbrales de las sensaciones y de
las otras facetas en la escala de la percepción del mundo por el ser humano, vienen a
ser las fronteras objetivas del ser para otro, de lo singular, de la forma. Allende los
límites de nuestras sensaciones no hay nada que pueda ser percibido (sentido), si
bien existe un colosal mundo objetivo, que es independiente de nuestra conciencia.
Todo lo que no es accesible a la sensibilidad, no se halla en un estadio de separación
del En(?)geweide, de las entrañas del mundo. Solo en este sentido es posible
comprender las palabras de Lenin: el hombre posee tantos sentidos, cuantos les
son necesarios para percibir el mundo. Las ideas de Spinoza y de otros acerca de que
nuestros sentidos nos ponen de manifiesto sólo la parte que es posible y que puede
ser sentida en los otros seres, sonfalsas. ¿En realidad, en virtud de qué extraño
azar han surgido los sentidos particularesde un mundo que es accesible de forma
sensible? Esto es fruto de la consideraciónpuramente externa y mecánica de la
conexión del sujeto y el objeto. Pero qué importante fuera fundamentar la necesidad
objetiva y la divisibilidad, la desmembración de las percepciones
humanas, deducirlas de los elementos del propio mundo. ¡He aquí la gran tarea de la
física y la fisiología! ¿Es acaso posible? Esta sería la resolución de la cuestión de las
“cualidades secundarias".
"La perceptibilidad es proporcional a la singularidad". ¿No es acaso por ello que
nopercibimos la luz como tal, sino sólo sus colores por separado?
¿Acaso percibimos de igual modo el color puro en general? ¿Que es la percepción de
lo general? ¿El “ambiente común"? (Lo general es real, pero no es
percibido como general; excepción hecha de los objetos en los que lo general
se trasluce a través de lo individual. Lo individual, lo singular, que tiene un
valor, un sentido. Esto, por lo visto, es ya el siguiente escalón en la separación de la
conciencia: ¿el inicio del pensamiento? Cierto, a éste [a lo general] deben precederle
tales instancias ya en el campo de la estética).
"Pero cada (?) cosa singular, que se halla a la distancia de dos kilómetros de
nosotros, se percibe mucho peor, que una porción de cualquier otro objeto que se
encuentre por delante de nuestras narices. Tomemos los anteojos y corrijamos en lo
posible las flaquezas de nuestra percepción. ¿De modo que la cuestión no está
en la singularidadreal, sino en nuestra capacidad subjetiva de diferenciar?" No del
todo.
La cuestión es que la propia singularidad es relativa. Este árbol es parte del paisaje.
Pero en ciertas escalas este es una parte singular. Fuera de estos
límites se pierde en lo general. ¿Que carácter tienen estos límites? ¿Son
acaso subjetivos? ¿O en el "horizonte" humano viene dada la medida objetiva del
tránsito de lo singular a lo general?
La singularidad, el “en-sí" del objeto, está determinada por sus
relaciones internas conla naturaleza que le rodea. La propia distancia,
que constituye un sostén, la base del horizonte humano, es
la escala externa. ¿Acaso puede la simple distancia medir la singularidad del objeto?
Empero, por ejemplo, el sonido (un sonido determinado), ¿se determina a sí como
algo?: Mengua objetiva de fluctuaciones en una cierta distancia. También
el olor. La luz,cierto, puede ser percibida a través del telescopio, cuando ya no se la
percibe a simple vista. ¿Pero es acaso ilimitada? ¿Teóricamente? ¿Que rol juega aquí
la velocidad de la luz? El tacto.
Con todo, es correcto el axioma general de que las escalas de los objetos y los
fenómenos que llegan a ser en-sí, singulares, son conmensurables con las escalas de
las percepciones humanas, que el mundo de las cosas y los
fenómenos singulares cae dentro de los límites de la sensibilidad humana.
Que allende sus límites cosa alguna constituye algo singular ya sea en la dirección de
lo macro- como de lo microcósmico.
Este mundo de lo relativamente singular no solo tiene fronteras internas que
determinan la esencia de las cosas, sino además externas (en el espacio y el
tiempo, tanto lo uno y lo otro son la forma, pero no subjetivamente [compárese a
Hobbes], sino"exteriormente" con relación a la esencia y a su desarrollo. ¿En
qué sentido se puede separar a la esencia de esta forma?), las cuales determinan
su forma como compendio de su desarrollo, de su historia.
1) La perceptibilidad, la diferenciabilidad en el espacio y en el tiempo es proporcional
a la singularidad. Sin embargo, el teorema inverso no es exacto. Por ello no todo lo
que se diferencia en el espacio y en el tiempo es proporcional a lo en-sí
verdadero, a lo singular del ser o la sustancia.
Por eso es más correcto señalar el carácter externo de la percepción, que
su aparienciailusoria o su carácter subjetivo.
2) Además: el meollo está, desde luego, en qué es lo que puede ser percibido. El ser
humano es la medida de las cosas. Pero esta no se aplica a todo lo presente.
Es menesterdiferenciar lo que no es perceptible allende los límites del horizonte
humano de lo no que no es perceptible en los confines de este horizonte. De otro
modo vamos a dar en elantropologismo y cosas parecidas. La singularidad
es relativa y es una medida externaen el hombre. Pero en los confines de estas
escalas existe la diferencia externa entre lo singular y lo total.
Debe existir también la senda de lo exterior a lo interior. ¿No debería decirse que el
ser humano es la medida exterior de las cosas (pero también la interior?).
Lenin, Cuadernos Filosóficos, 1947, pág. 264.
La transición dialéctica de la materia al movimiento, de la materia al pensamiento, que
Hegel no supo comprender, a despecho de que fue un partidario de la dialéctica. ¿El
salto?
Puede ser que Kant en el punto decisivo de su sistema mezcle la imposibilidad
psicológica de la unión de los dos mundos con su incompatibilidad lógica.
La justificación psicológica de la crítica de Kant es evidente, pero su secreto está en
que la persona se halla en una encrucijada, allí donde tiene lugar un salto de +
(infinito) a — (infinito), o de algún otro modo.
Lógicamente, por medio del concepto, se puede y se debe abarcar esta discordia en
la representación. Y esto, a su manera, lo intenta hacer Hegel. ¿Pero acaso puso él
su atención en la fuente psicológica de las dificultades kantianas?
El soñador Dostoevski en parte está en lo cierto: vivimos la realidad. Pero dado
quecada cosa real está rodeada de una atmósfera ideal, las "esperan(¿-zas?)" a
menudo importan más que los hechos, que la posesión. La cosa misma = 0. Todo
(NB) es relación, movimiento y en esto está la idealidad del ser, de la materia. En
particular en la sociedadhumana.
El escepticismo (tanto el rousseauniano como el tolstoiano y el
socrático) aparta lasilusiones, pero aquello que queda es
naturaleza ilusoria, el reino espiritual de los animales. El
descubrimiento de "lo ilusorio", de la "vanidad" de nuestras
aspiraciones es solamente un paso hacia la comprensión de
la idealidad, de las relaciones. Ya que la verdad, que ponen en lugar de la vanidad,
no es tampoco la cosa desnuda, sino larelación armoniosa (el rapport3 de Diderot).

Manuscrito inédito, datado en algún momento de la década de 1940.

Tomado de Lifschitz, Mijaíl. ¿Qué es lo clásico? - Colección de notas y manuscritos


publicados tras la muerte de su autor en 1983.
Traducido al castellano para Diamat.es por V. Carrión Arias.
Traducción revisada por el Dr. Rafael Pla León.
Проблема субъекта и объекта (Лифшиц, Михаил. Что такое классика?)

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