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Son enfermedades que atacan el estómago y los intestinos, generalmente son ocasionadas
por bacterias, parásitos, virus y algunos alimentos como leche y grasas, aunque también
existen algunos medicamentos que las provocan. Dentro de los síntomas de dichas
enfermedades está la diarrea y por consiguiente la deshidratación.
Problemas de funcionamiento
Los problemas de funcionamiento son aquellos en los que los intestinos tienen una
apariencia normal pero no funcionan correctamente. Son los problemas más comunes que
afectan sobre todo al colon y al recto, e incluyen el estreñimiento y el síndrome de colon
irritable (IBS por sus siglas en inglés). Las causas principales para los problemas de
funcionamiento incluyen:
Estar estresado
Uso abusivo de laxativos (reblandecedor de las heces) que, con el paso del tiempo,
debilitan los músculos intestinales
Estar embarazada
Estreñimiento
El síndrome de colon irritable (también llamado colon espástico, colon irritable, intestino
irritable, o estómago nervioso) es una enfermedad en la que el músculo del colon se
contrae con más facilidad que en el resto de la gente que no sufra de IBS. Hay un número
de factores que pueden causar IBS incluyendo ciertos tipos de alimentos, medicamentos,
y estrés emocional. Los síntomas de IBS incluyen dolores abdominales y retortijones,
exceso de gases, hinchazón, y un cambio en los hábitos intestinales como por ejemplo
heces más duras, más blandas o con más urgencia de lo normal. A menudo la gente que
sufre de IBS tienen alternativamente estreñimiento y diarrea.
Problemas estructurales
Los problemas estructurales son aquellos en los que los intestinos tienen una apariencia
anormal y además no funcionan como deben. A veces, la anormalidad estructural tiene
que extirparse quirúrgicamente. Los problemas estructurales más comunes son aquellos
que afectan al ano, así como la enfermedad de los divertículos y el cáncer.
Las hemorroides
Las hemorroides son vasos sanguíneos hinchados que bordean la apertura del ano y están
causadas por exceso de presión durante el esfuerzo que se hace al defecar, por una diarrea
persistente, o por los embarazos. Hay dos tipos de hemorroides: internas y externas.
Hemorroides internas
Las hemorroides internas son estructuras normales que acolchonan la parte inferior del
recto y lo protegen del daño que puedan causar las heces. Cuando caen a la parte del ano
debido al esfuerzo, se irritan y empiezan a sangrar. En última instancia, las hemorroides
internas pueden caer lo suficiente como para desprenderse (prolapso – hundirse o
sobresalir) fuera del ano.
Hemorroides externas
Las hemorroides externas son venas que están justo debajo de la piel en la parte exterior
del ano. A veces, después de hacer esfuerzos, las venas hemorroidales externas se rompen
y se forma un coagulo de sangre debajo de la piel. Esta enfermedad tan grave se llama
hemorroides o almorranas.
El tratamiento incluye extirpar el coagulo y la vena bajo anestesia local en la oficina del
médico.
Las fisuras anales son rajas o grietas en el recubrimiento de la apertura anal. La causa más
común de las fisuras anales es el paso de heces muy duras o muy licuosas. La grieta en el
recubrimiento anal hace que los músculos que están debajo que controlan el paso de las
hees a través del ano y a fuera del cuerpo se vean expuestos. Una fisura anal es uno de
los problemas más dolorosos porque los músculos que están expuestos se irritan debido
a la exposición a las heces y al aire, lo que lleva a un dolor ardiente intenso, hemorragia,
o espasmos después de defecar.
El tratamiento inicial para las fisuras anales incluye medicamentos para el dolor, fibra en
la dieta para reducir las posibilidades de tener heces voluminosas, grandes, y baños de
asiento (sentarse en unas cuantas pulgadas de agua templada). Si estos tratamientos no
alivian el dolor, puede que necesites una operación quirúrgica para disminuir los
espasmos en el músculo del esfínter.
El absceso perianal
El absceso perianal puede ocurrir cuando las minúsculas glándulas que se abren en el
interior del ano se bloquean, y la bacteria que siempre está presente en estas glándulas
causa una infección. Cuando se forma la pus, se forma también un absceso. El tratamiento
incluye el drenaje del absceso, normalmente bajo anestesia local y en la oficina del
médico.
Fístula anal
Una fístula anal suele formarse después del drenaje de un absceso y es un pasillo anormal
con forma de tubo del canal anal al agujero en la piel cerca de la apertura del ano. Los
desperdicios del cuerpo que van desde el canal del ano se desvían a través de este
minúsculo canal y hacia fuera a través de la piel, causando picores e irritación. Las fístulas
también causan drenajes, dolores y hemorragias. Raramente se curan ellas solas y
normalmente necesitan cirugía para drenar el absceso y "cerrar" la fístula.
A veces las glándulas de la piel cerca del ano se infectan y necesitan que las drenen. Justo
detrás del ano, se pueden formar abscesos que contienen un pequeño mechón de pelo en
la parte posterior de la pelvis (llamado quiste pilonidal).
Las enfermedades que se transmiten sexualmente que pueden afectar al ano incluyen
verrugas anales, herpes, SIDA, clamidia, y gonorrea.
La enfermedad diverticular
Cada año 130,000 americanos se les diagnostica con cáncer colorectal, la segunda forma
de cáncer más común en los Estados Unidos. Afortunadamente, con los avances en la
detección temprana y en los tratamientos, el cáncer colorectal es una de las formas de
cáncer más curables de dicha enfermedad. Mediante el uso de una variedad de pruebas de
detección, es posible prevenir, detectar, y tratar la enfermedad mucho antes de que los
síntomas aparezcan.
Casi todos los canceres colorectales comienzan como pólipos, crecimientos benignos (no
cancerígenos) en el tejido que forra el colon y el recto. El cáncer se desarrolla cuando
estos pólipos crecen y se desarrollan células anormales que comienzan a invadir los
tejidos de alrededor. La extirpación de los pólipos puede prevenir el desarrollo del cáncer
colorectal. Casi todos los pólipos pre-cancerígenos se pueden extirpar sin dolor alguno
usando un tubo flexible con luz llamado colonoscopio. Si no se detecta en las fases
tempranas, el cáncer colorectal se puede esparcir a través del cuerpo. Un cáncer más
avanzado requiere unas técnicas quirúrgicas más avanzadas.
La mayoría de las formas tempranas de cáncer colorectal no causan síntomas, lo que hace
que la detección sea especialmente importante. Cuando empiezan a aparecer los síntomas,
el cáncer puede que ya esté bastante avanzado. Los síntomas incluyen sangre en o
mezclada con las heces, un cambio en los hábitos normales intestinales, estrechamiento
de las heces, dolor abdominal, pérdida de peso, o cansancio constante.
La mayoría de los casos de cáncer colorectal se detectan de una de estas cuatro maneras:
Colitis
Hay varios tipos de colitis, enfermedades que causan una inflamación de los intestinos.
Estas incluyen:
Colitis infecciosa
Bibliografía