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Ciclo de la puntualidad y la cultura

UNIVERSIDAD NACIONAL DE INGENIERÍA


Facultad De Ingeniería Civil

Departamento Académico De Ingeniería Geotécnica

Geología General (G001-H)

Título

 PRIMERO DE MAYO

Docente

 Ing. ZEDANO CORNEJO, Julio César

Estudiante:

SANTOS CARBAJAL, Aquiles 20160044K

2018-I
DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJADOR
A mediados del siglo XX, las condiciones de trabajo generadas por la revolución
industrial en los países que adoptaron este modo de producción eran
lamentables. La jornada de trabajo se extendía por más de doce horas; la
disciplina laboral era controlada por capataces que castigaban duramente a
quienes no cumplían con las pautas de trabajo establecidas; las condiciones de
higiene y salubridad eran deplorables; la conscripción de trabajadores se
realizaba indiscriminadamente entre hombres, mujeres y niños. Ante los abusos
de la patronal, los trabajadores comenzaron a organizarse y mediante huelgas y
manifestaciones callejeras pretendían hacer valer sus derechos.
En noviembre de 1884, una organización de trabajadores llamada Federación
Americana de Trabajo -American Federation of Labor- celebró su IV Congreso
en la ciudad estadounidense de Chicago. En esa reunión, los representantes de
los trabajadores propusieron que a partir del 1º de mayo de 1886 la patronal
debería respetar la jornada de 8 horas y si así no lo hicieran los trabajadores
irían a la huelga.
Como respuesta a esta situación, el presidente de los Estados Unidos, Andrew
Johnson, promulgó una ley que establecía que la duración de la jornada laboral
sería de 8 horas. Esta ley no fue acatada por el sector patronal, por ende, las
organizaciones de trabajadores declararon la huelga y se movilizaron
reclamando por sus derechos.
Durante la manifestación realizada en Chicago, la policía reprimió brutalmente a
los obreros; también estalló una bomba que causó la muerte de varios policías.
Por ese hecho, fueron encarcelados los oradores del acto y otros participantes
anarquistas, a quienes se les inició juicio acusándolos de conspiración y
asesinato y se trató de probar una culpabilidad que no pudo ser demostrada
durante el proceso; pese a lo cual, de los ocho hombres acusados se condenó a
dos de ellos a prisión perpetua, a otro a 15 años de trabajos forzados y los cinco
restantes fueron condenados a morir en la horca:
 Adolf Fisher, alemán de 30 años, periodista
 Albert Parsons, estadounidense de 39 años,
periodista
 Georg Engel, alemán de 50 años, tipógrafo
 Hessois Auguste Spies, alemán de 51 años,
periodista;
 Louis Linng, alemán de 22 años, carpintero.
Para no ser ejecutado en la horca se suicidó
en su celda.
La fuerza de la organización obrera se extendió a distintos países del mundo. En
1889, se conformó la Segunda Internacional de los trabajadores; durante su
primer congreso realizado en París en conmemoración de la Revolución
Francesa, sus integrantes -Argentina estuvo representada por Alejo Peyret
vinculado al socialismo francés- adoptaron una resolución respecto del 1° de
Mayo como el día en que los trabajadores debían demandar a los poderes
públicos y obligarlos a reducir legalmente a ocho horas la jornada de trabajo. Se
había elegido ese día en alusión expresa a los mártires de Chicago.
Días después del acto, los trabajadores entregaron un documento al Congreso
Nacional argentino, solicitando que se reconociera la jornada de 8 horas. Esta
situación introducía a los trabajadores no sólo como actores en un reclamo
económico, sino abriendo una brecha para su participación política en el sistema
institucional. Durante el curso de la celebración del 1º de mayo de 1890, en
Argentina los participantes decidieron, además, la conformación de la primera
federación obrera y el inicio de la publicación de un periódico para difundir ideas
que ayudaran en la organización y fortalecimiento de los sectores trabajadores.
El primer periódico fue El Obrero, dirigido por Germán Ave Lallemant.
A partir de 1890, comenzaron a realizarse todos los años, en cantidad creciente
de países, actos en los que los trabajadores planteaban ante las patronales y los
gobiernos sus reivindicaciones económicas y políticas.
En Argentina, los actos del 1º de mayo cada vez congregaban una concurrencia
mayor, lo que preocupaba al sector patronal y a los gobiernos que, a veces,
reaccionaban con violencia ante esas manifestaciones.
Para los socialistas el 1° de Mayo tenía el
carácter de una jornada festiva, esta
caracterización fue explicitada en el
manifiesto del 1º de mayo de 1890:
"¡Trabajadores! Compañeras,
compañeros: ¡Salud! ¡Viva el primero de
mayo: día de fiesta obrera universal!".
Para los anarquistas esa fecha era un día
de luto por los centenares de trabajadores
reprimidos y muertos luchando contra la
explotación capitalista; en general los
anarquistas la conmemoraban
convocando a huelga general.
Durante las presidencias radicales, entre 1916 y 1928 se
sancionó legislación que tendía al mejoramiento de las
condiciones laborales de los trabajadores. Era la primera vez
que el gobierno intervenía poniendo algún límite a la patronal.
Se sancionaron las leyes de descanso dominical; de
regulación del trabajo a domicilio de las mujeres; de
conciliación y arbitraje en los conflictos obreros, entre otras.
Durante su segundo mandato, Hipólito Yrigoyen, instituyó por
decreto del 28 de abril de 1930, el 1º de Mayo como "[...] día de fiesta en todo el
territorio de la República [...]”.

A partir de la asunción a la presidencia de Juan Domingo Perón en 1946, las


reivindicaciones que los trabajadores habían anhelado se fueron concretando en
realidades y los trabajadores fueron ganando el espacio público, apropiándose
de los símbolos y de las significaciones vinculadas al 1° de Mayo.
1946 fue el primer año en que autoridades nacionales -Juan Domingo Perón,
María Eva Duarte y el Secretario de Trabajo y Previsión- encabezaban la
movilización. Esa fue la primera ocasión en que el presidente Perón asoció la
fecha con el emergente movimiento peronista y la Confederación General del
Trabajo enfatizó que se trataba de un “día de sana alegría y verdadero descanso
del músculo”. En el folleto “1 de Mayo ayer y hoy” publicado en 1949 se
expresaba claramente una ruptura con el pasado: “[...] el 1 de mayo no es ya la
fecha propicia al dolor y la desgracia, sino a la alegría. La Fiesta del Trabajo,
realizada jubilosamente por quienes trabajan en la edificación de la Patria”.

El 1° de Mayo en la actualidad tiene múltiples significaciones para las distintas


corrientes político-ideológicas que conforman la sociedad argentina. Para unos
es un día de lucha, de reivindicación de los derechos de los trabajadores y para
otros es un día de festejo, de hermandad entre los trabajadores.
La lucha por las 8 horas de trabajo en el Perú
A continuación presentamos una breve cronología sobre la lucha por las 8 horas
de trabajo desarrollada por los obreros del Perú. Aun no llegaban a nuestro país
las ideas marxistas que en la actualidad dominan organizaciones de trabajadores
(CGTP). Entre los principales momentos de la lucha por las 8 horas de trabajo
tenemos:

1896:
Durante el segundo gobierno del presidente Nicolás de Piérola se realizó en Lima
el primer Congreso Provincial Obrero, en dicha reunión los obreros reclamaban
el establecimiento de las 10 horas de trabajo y el descanso los días domingos.
1904:
Los panaderos se organizan en el Sindicato “La Estrella del Perú” y junto a los
obreros portuarios del Callao reclaman por la jornada laboral de 8 horas. En el
plano académico se hizo presente la preocupación por la clase obrera con la
tesis de Luis Miro Quesada de la Guerra, la que se tituló “La cuestión obrera en
el Perú”. En el congreso, el diputado Matías Manzanilla presento un amplio
proyecto de legislación laboral (las leyes propuestas por Manzanilla se
relacionaban con indemnizaciones a los trabajadores, descanso obligatorio.
1905:
Durante el primer gobierno de José Pardo y Barreda, el movimiento obrero del
Perú establece que el primero de mayo sea la fecha de celebración del día del
trabajo.
1911:
El gobierno de Leguía promulgó la ley de accidentes de trabajo, además se
realiza el primer paro nacional en el Perú, el cual fue dirigido por los obreros
de Vitarte. Entre los pedidos más importantes de los obreros destacaban el
aumento de los jornales y las ocho horas de trabajo.
1912:
Se produce una gran huelga de los trabajadores de las haciendas azucareras
del valle de Chicama (Casa Grande, Roma, Chiclín y Cartavio) en La Libertad.
1913:
El gobierno de Guillermo Billinghurst estableció la jornada laboral de 8 horas para
los trabajadores del muelle y Dársena del Callao, además reglamentó las
huelgas.
1919:
Durante el segundo gobierno de José Pardo y Barreda los obreros consiguieron
la ley general de 8 horas de trabajo luego de incesantes huelgas. El mediador
entre el Estado y la clase trabajadora fue el dirigente estudiantil Victor Raúl Haya
de la Torre, el futuro fundador del APRA.

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