Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Un terreno baldío es aquel suelo bien urbano, bien rústico, que está sin edificar ni cultivar y
forma parte de los bienes del Estado, ya que se encuentra dentro de los límites territoriales y no
posee otro dueño.
Los terrenos baldíos nacionales son deslindados y medidos por comisiones oficiales o técnicos
autorizados, siempre que no hayan sido legalmente enajenados (transferidos a otra persona o
entidad).
También son considerados terrenos nacionales aquellos terrenos baldíos que habían sido
reclamados por personas particulares pero, una vez llegados a la resolución, se declara
desierto o improcedente.
Los terrenos baldíos del Estado son de dominio privado del mismo, y será el Estado, rigiéndose
por las leyes vigentes en la materia, el encargado de su mantenimiento y gestión.
Existen casos de particulares que aprovechan estos terrenos a lo largo del tiempo sin ser
amonestados ni requeridos por el estado. Puede darse el caso de que esta persona pase a ser
dueña de este terreno si lo solicita.
Para conseguir ser el propietario de un terreno baldío hay que ejecutar una usucapión, que es
la ocupación de ese terreno de manera pacífica durante 20 o más años, pagando sus
impuestos correspondientes y realizando las labores de conservación pertinentes.
Los terrenos baldíos que son propiedad del Estado suelen estar en desuso y, muchas veces en
estado de abandono, ya que no se utilizan ni para fines urbanos ni tampoco para explotarlos
agrícolamente.
Hay algunos, como se ha comentado anteriormente, que son utilizados por particulares para
explotarlos y obtener una renta de ellos.