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TODO LO SÓLIDO SE
DESVANECE EN EL AIRE
Al avanzar a la modernidad del siglo XIX se evidencia un paisaje mas dinámico, industrializado, lleno de
máquinas, ferrocarriles, nuevas ciudades, medios de comunicación, nuevos estados, acumulación de
capital, cambios constantes. Al tomar en cuenta lo que postulan Nietzsche y Marx, Berman busca darnos
una idea de lo que era esta época compleja y diversa.
Marx no es asociado a ninguna clase de modernismo, pero cuenta «Las llamadas revoluciones de 1848
no fueron más que pequeños hechos episódicos, ligeras fracturas y fisuras en la dura corteza de la
sociedad europea. Bastaron, sin embargo, para poner de manifiesto el abismo que se extendía por
debajo. Demostraron que bajo esa superficie, tan sólida en apariencia, exis�an verdaderos océanos,
que sólo necesitaban ponerse en movimiento para hacer saltar en pedazos con�nentes enteros de
duros peñascos». Marx busca entonces hacer consciente a la gente de esos cambios constantes de lo
establecido, por eso habla generando imágenes tan vivas e intensas como océanos y abismos.
Por otro lado, Marx sos�ene que el hecho fundamental de la vida moderna es que esta es
contradictoria, por ejemplo: "Vemos que las máquinas, dotadas de la propiedad maravillosa de acortar
y hacer más fruc�fero el trabajo humano, provocan el hambre y el agotamiento del trabajador. Las
fuentes de riqueza recién descubiertas se convierten, por arte de un extraño maleficio, en fuentes de
privaciones." Todo lo producido en la modernidad, según Marx, se amenaza a sí mismo,
desvaneciéndose en el aire.
Luego, Marx también sos�ene que para hacer trabajar bien a las nuevas fuerzas de la sociedad se
necesita que pasen a manos de hombres nuevos, quienes para Marx son los obreros, que son un
invento de la época moderna como las máquinas, es decir, son totalmente modernos, por lo cual serían
capaces de resolver las contradicciones de la modernidad. Por el movimiento dialéc�co de la
modernidad, esta se volverá irónicamente contra su fuerza motriz fundamental, la burguesía, que al
acumular capital dio lugar a la clase obrera. Marx entonces también supone que nada impedirá más
adelante que un movimiento comunista que haya alcanzado el poder también corra la misma suerte de
sus antecesores y se desvanezca en el aire.
Nietzsche se considera una de las fuentes primarias de muchos de los modernismos de nuestros
�empos, y comparte una sen�miento con Marx, ya que para él las corrientes de la historia moderna
eran irónicas y dialéc�cas, y por eso, por ejemplo los ideales cris�anos habían llegado a destruir el
propio cris�anismo, sucesos que él llamó «la muerte de Dios».
Nietzsche cuenta que la humanidad moderna sufrió ausencia y vacío de valores a su vez que una
abundancia de posibilidades, mostrándonos una vision del mundo donde todo �ene su contrario,
donde las posibilidades son a la vez gloriosas y ominosas, se abren muchos caminos, a los cuales
algunos responden quedándose comodamente en una mediocridad, otros parodian el pasado, y otros
toman la postura de Nietzsche, que es aceptar la inestabilidad de la modernidad con alegría, y como
Marx, sos�ene que hay una clase de persona, "la persona del mañana y pasado mañana" que logrará
crear nuevos valores para que hombres y las mujeres modernas se abran camino a través de los
peligrosos infinitos en que viven.
Berman cuenta que Marx y Nietzsche son voces que conocen el dolor y el miedo, pero que creen en la
capacidad de la sociedad moderna de salir adelante, saben que hay peligros en todas partes pero las
heridas más profundas tampoco pueden detener esta energía. Además dice que es irónico,
contradictorio y dialéc�co denunciar la vida moderna en nombre de los valores que la propia
modernidad.
I) Modernismo: siglos XIX y XX. Polarizaciones: los futuristas italianos, Inkeles, Weber (la jaula de hierro)
Herbert Marcuse (el hombre unidimensional)
Berman sos�ene en el texto que si se presta atención a los pensadores de la modernidad del siglo XX se
descubre que la perspec�va se ha achatado y el campo imagina�vo se ha reducido, orientándose estos
a polarizaciones y las totalizaciones, aceptando la modernidad ciegamente o rechazándola fuertemente,
considerándola en ambos casos como un todo cerrado que no podría ser capaz de modificarse ni
ser transformada.
Las polarizaciones fundamentales �enen lugar al comienzo del siglo XX con los futuristas italianos,
quienes eran los que aceptaban la modernidad ciegamente. «nosotros, los modernos libres que
confiamos en el esplendor radiante de nuestro futuro» Consideraban a la tradición como un
conjunto de absolutamente todo lo pasado, sin dis�nciones, como esclavitud, y a la modernidad
como la liberación. Berman sos�ene que es una mirada errónea pretender dejar afuera todos los
aspectos de la modernidad en pos de un mundo nuevo.
En los escritos futuristas ellos sos�enen que buscaban la creación de un �po no-humano que no
tenga sufrimientos morales, los venenos corrosivos de la energía vital, a par�r de lo cual se
lanzaron a lo que llamaban «la guerra, la única higiene del mundo», en 1914, glorificando la
tecnología moderna a un extremo destruc�vo.
Su modernismo regresaría en cierta manera en las formas refinadas de la «esté�ca de la máquina»
con la Bauhaus, Walter Gropius y Mies van der Rohe, Le Corbusier. Por ejemplo, Inkeles relata la
imagen de una fábrica guiada por una polí�ca de ges�ón y de personal moderna que dará a sus
trabajadores un ejemplo de conducta racional, la fábrica como un ser humano ejemplar que los
hombres y mujeres deberían tomar como modelo. El problema de la tradición futurista es que con
máquinas y sistemas mecánicos que desempeñan todos los papeles principales, al hombre
moderno le queda muy poco por hacer.
Por su parte, el modernismo que se opone a la vida moderna �ene a su vez una vision parecida de
la vida. Weber postula que el «poderoso cosmos del orden económico moderno» es como una
«jaula de hierro», es decir, implica un orden inexorable, capitalista, legalista y burocrá�co que
impone y determina como debe llevar la vida cada persona. Marx y Nietzsche también
consideraban que la tecnología y la organización social de la modernidad podían determinar la vida
de las personas, pero también consideraban a la persona como un actor ac�vo capaz de entender
esto y luchar contra ello. En cambio, esta corriente de crí�cos carece de esa esperanza y ve a las
personas como seres sin ser. Por ejemplo, Marcuse propone el "hombre unidimensional", según el
cual no sólo las luchas sociales sino también los conflictos y contradicciones psicológicos fueron
abolidos por el estado «administración total», haciendo que las masas no tengan conciencia, ideas
o sueños, estando sus vidas programadas y administradas en pos de producir exactamente aquellos
deseos que el sistema social puede sa�sfacer, y nada más. Así, según Marcuse, las personas se
reconocen en los objetos y productos. Esta idea es compar�da por los que adhieren al mundo
moderno y por los que lo rechazan, pues sos�ene que la modernidad está cons�tuida por sus
máquinas, de las cuales los hombres y las mujeres modernos son meramente reproducciones
mecánicas, siendo esto algo posi�vo para algunos y nega�vo para otros.
LL)Visión afirma�va
Esta visión fue desarrollada por un grupo heterogéneo que coincidió con la aparición del pop art a
comienzos de los sesenta. Sus temas dominantes eran que «debemos abrir los ojos a la vida que vivimos»
(Cage), y «cruzar la frontera, salvar el vacío» (Fiedler), lo cual implicaba una relación entre el arte y otras
ac�vidades humanas como la tecnología, la moda, el diseño y la polí�ca. Esto incito a ar�stas a pasar las
fronteras de sus especialidades para colaborar interdisciplinarmente en producciones y actuaciones que
combinaran diversos medios y crearan unas artes más nutridas y diversas. Este modernismo se llamaba a
sí mismo «posmodernismo», y su intención era abrirse a la variedad de la vida moderna, los materiales y
las ideas que el mundo moderno producía, y dieron un cambio al clima solemne de los años sesenta.
El defecto de este modernismo es que nunca fue crí�co para poder aclarar hasta qué punto esta apertura
y aceptación del mundo moderno debía llegar, y si no habia casos en que el ar�sta debía rechazar lo que
la vida moderna estaba produciendo.
Berman recapitula: dis�ntas experiencias de la modernidad de hoy nos ligan al mundo moderno del
siglo XIX donde «todo está preñado de su contrario» y «todo lo sólido se desvanece en el aire» (Marx),
un mundo en el cual «hay peligro, la madre de la moral, un gran peligro [...] pero esta vez desplazado a
lo individual, a lo más cercano y más querido, a la calle, a nuestro propio hijo, nuestro propio corazón,
nuestros más ín�mos y secretos reductos del deseo y la voluntad» (Nietzsche). Las personas de la
modernidad están viviendo realmente una totalidad de la modernidad, a diferencia de la época de
Marx y Nietzsche, donde en verdad solo una fracción del mundo era moderna. Nadie en este momento
escapa de la modernidad, por lo que aprender de los desarrollos de los modernistas nos podría
enseñar más sobre nuestra misma realidad. Traspolar sus visiones a nuestra actualidad podría
ayudarnos a ver nuestro alrededor de forma diferente, nos arraigará a nuestra vida moderna,
volveremos a conectar con una cultura modernista notablemente vibrante y fuerte, y la podremos
reconocer como propia, usando una mirada retrospec�va al pasado como una forma de encarar el
futuro.