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¡A terapia!

Los 5 problemas más comunes de


pareja que llevamos al analista
Cada relación tiene sus particularidades, pero prestar
atención a estos puntos no viene mal.

Los 5 problemas más comunes de pareja que llevamos al analista.

07/11/2018 - 11:11 Clarin.com Entremujeres Pareja


Pareja

Si bien algunas parejas llegan “tarde” a la consulta (al borde de


la separación) muchas tratan sus problemas a tiempo, cuando
los primeros inconvenientes en la comunicación o en la
convivencia empiezan a dar señales. En estos casos se realiza
una tarea principalmente preventiva, brindando técnicas y
estrategias a la pareja que consulta para poder ayudarlos a
mejorar su calidad de vida.
En el caso de las parejas que consultan como último recurso,
antes de tomar la determinación de separarse, se suelen
escuchar otras situaciones, mucho más complejas: uno de los
integrantes muestra una profunda distancia emocional del
otro, lo que se traduce en el total desinterés por salvar o
rescatar algo de la relación. Suele haber en este casos
comentarios del estilo “vine porque me lo pidió, por mí me
quedaba en mi casa”, “a mi ya no me interesa nada de lo que
me diga, no me voy de casa porque estoy esperando que se vaya
y me deje en paz”, “sentí mucha presión para venir y lo hice
solo para que deje de insistir y molestar con el tema”.

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La intención en el consultorio es hacer una lectura total de lo


que le sucede a la pareja, escuchar ambas versiones y poder
negociar, llegar a puntos en común pero también acercar
recursos. Ahora, ¿cuáles son los puntos sensibles a los que las
relaciones vuelven una y otra vez? Si bien cada caso es
particular, existen algunos motivos de consulta habituales. En
orden de aparición:

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Los 5 problemas más comunes de pareja que llevamos al analista.

1.Disfunción sexual o falta de deseo


Muchas parejas dejan de tener deseo sexual y esperan que esto
se resuelva con el tiempo, de manera natural y espontánea. Lo
cierto es que la falta de deseo sexual no tiende a
mejorar con el tiempo, por el contrario, empeora y
generalmente trae aparejadas otras disfunciones como
dificultades en la erección o dolor en la penetración. Siempre
explico en el consultorio que cualquier síntoma con el que se
encuentren en la sexualidad: falta de deseo, vaginismo, dolor
en la penetración, eyaculación precoz o disfunción eréctil, no es
más que la cima de un gran iceberg, por eso es fundamental
investigar, conversar con ambos respecto sobre cómo está la
pareja, la convivencia, la comunicación, es decir, los pilares de
la relación. Ahí detectamos si algo de lo que se está poniendo
de manifiesto en la sexualidad hunde sus raíces en conflictos
profundos de la pareja que deban resolverse. En todos los casos
se trabaja siempre en forma integral, no sólo el síntoma sino
todo lo que la pareja pueda traer para mejorar su conexión
íntima.

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primera cita

2. Infidelidad
El amor para toda la vida se inventó cuando la
expectativa de vida duraba 30 años. Hoy podemos vivir
hasta los 80 años o más y el matrimonio único ya no suena tan
motivador como entonces. Le pedimos a la misma persona
durante 50 años que sea incondicional, sostén emocional,
económico, que comparta la crianza adecuada de los hijos, una
convivencia con humor y buena predisposición para el sexo. La
infidelidad en este contexto de cambio y transición de los
modelos de amor aprendidos también suele ser el gran motivo
de consulta. Deja al descubierto falencias y dificultades en
otras áreas de la vida cotidiana de la pareja.

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3. Dificultades en la convivencia
Falta de tiempo juntos, desencuentros respecto a las crisis
vitales, diferencias en los modos de pensar y actuar la
maternidad o la paternidad, la crianza de los niños, la
jubilación, la salida de los hijos del hogar, los nietos, duelos,
etc. En estos casos se buscan estrategias para que la pareja
enriquezca todos los recursos con los que ya cuenta, y se
orienta respecto a las expectativas que pueden plantearse a
futuro, acompañándolos a mejorar su calidad de vida.

4. Falta de comunicación
Cuando hablamos de dificultades de la comunicación en una
pareja la solución no es “hablar más” o “generar más espacios
para hablar”, porque la pareja ya tiene un patrón, una forma de
funcionamiento que le impide sentarse a conversar con
naturalidad. Este es uno de los temas esenciales dentro de la
terapia y lo que se busca es analizar los modos de
comunicación para que ambos puedan detectar en
qué están funcionando pero también en qué
fallan. Intentamos modificar esa conducta tóxica y nociva por
otras que sean saludables y efectivas (y procurando que ambos
se sientan importantes y escuchados).

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5. Dificultades familiares
Familias ensambladas, discusiones con la familia de origen o la
familia política, inconvenientes para resolver rencores o enojos
familiares que muchas veces afectan a la pareja sin que
ninguno de ellos hayan participado de la discusión. He
atendido casos en mi consultorio donde las parejas se terminan
finalmente separando por una discusión con una u otra de las
familias de origen. Por supuesto, una vez más, estos son solo
emergentes del gran iceberg del vínculo, el 50% que cada uno
pone en la relación y el modo en que afecta a la dinámica del
día a día harán el resto.

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