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Revista de Ciencias Sociales (Cr)

ISSN: 0482-5276
revista.cs@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
Costa Rica

Ramírez Henderson, Ronald; Vargas Madriz, Luis Francisco


TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA: DESCRIPCIÓN GENERAL DE UNA PROPUESTA
CENTRADA EN LA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL
Revista de Ciencias Sociales (Cr), vol. III, núm. 137, 2012, pp. 53-64
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica

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Rev. Ciencias Sociales 137: 53-64 / 2012 (III)
ISSN: 0482-5276

PROPUESTAS EN PSICOLOGÍA
PROPASALS IN PSYCHOLOGY

TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA: DESCRIPCIÓN GENERAL DE


UNA PROPUESTA CENTRADA EN LA ACEPTACIÓN INCONDICIONAL

DIALECTICAL BEHAVIOUR THERAPY: OVERVIEW OF


A PROPOSAL CENTERED ON UNCONDITIONAL ACCEPTANCE

Ronald Ramírez Henderson*


Luis Francisco Vargas Madriz**

RESUMEN

Este artículo hace un recuento de la Terapia Conductual Dialéctica (TCD), la cual es un


modelo de intervención psicológica basado en la aceptación incondicional del sujeto y la
promoción de cambios por medio de una interacción dialéctica entre ambas tendencias. El
artículo revisa su surgimiento, se explican sus principios fundamentales, sus estrategias,
sus modalidades de intervención y su organización del tratamiento. Se concluye con una
reflexión de las implicaciones de adaptación del modelo en Costa Rica.

PALABRAS CLAVE: PSICOLOGÍA * TERAPIA * ASPECTOS PSICOLÓGICOS * SALUD MENTAL *


COMPORTAMIENTO

ABSTRACT

This article reviews the Dialectical Behaviour Therapy (DBT), which is a psychological
intervention model based on unconditional acceptance of the person’s behaviour in con-
junction with promoting behavioural changes through the dialectical interaction between
both tendencies. The article states the emergence of the model, its foundations, its main
strategies, its modes of intervention and its phases of the treatment. It concludes with a
consideration about the implications of adapting the model in Costa Rica.

KEYWORDS: PSYCHOLOGY * THERAPY * PSYCHOLOGICAL ASPECTS * MENTAL HEALTH *


BEHAVIOUR

*
Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR).
ronald.ramirez@ucr.ac.cr

** Unidad de Investigación de la Fundación Omar Dengo y Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica (UCR).
luis.vargasmadriz@ucr.ac.cr
54 Ronald Ramírez Henderson y Luis Francisco Vargas Madriz

INTRODUCCIÓN más intensa (Davenport, Bore y Campbell, 2010;


Feigenbaum, 2007 y Gempeler, 2008).
La Terapia Conductual Dialéctica (TCD) Las personas con conductas propias del
surge como un modelo enmarcado dentro de las TPL tienen como consecuencia una respues-
denominadas terapias de tercera generación, las ta emocional intensificada que puede ser el
cuales hacen un énfasis más explícito en las par- resultado de vulnerabilidades biológicas, conse-
ticularidades del contexto en que se desarrolla cuencia de experiencias traumáticas y/o negli-
un determinado comportamiento (Baum, 1994; gencia vivida durante la infancia temprana,
Hayes, 1987; Hayes, Barnes-Holmes y Roche, provocando cambios en las estructuras neuro-
2001). La TCD fue propuesta por la psicóloga nales encargadas de la regulación emocional.
estadounidense Marsha Linehan para el trata- Bajo estas circunstancias, la respuesta del indi-
miento de mujeres con historial de intentos de viduo a estímulos ambientales se caracteriza
suicidio, ideación suicida y automutilaciones. por una mayor velocidad e intensidad que en
Linehan utilizaba la Terapia Cognitivo- otros (Feigenbaum, 2007).
Conductual (TCC) para enfrentarse a dichos En este complejo contexto clínico, la TCD
casos antes de elaborar su propuesta (Hayes et surge como una alternativa para el tratamiento
ál., 2001; Kazdin, 1994; Ramnero y Torneke, de personas con dicha sintomatología y diag-
2008; Roth, Marx y Heimberh, 2005); no obs- nóstico, empleando técnicas orientadas hacia
tante, continuamente encontraba dificultades la búsqueda del cambio conductual, en conjun-
relacionadas con la imposibilidad del manejo de to con intervenciones que giran alrededor de
las manifestaciones clínicas en conjunto con el la aceptación y validación del comportamien-
desarrollo de sesiones terapéuticas, dirigidas a to (Gempeler, 2008; Hayes, Follete y Linehan,
la implementación de estrategias adaptativas de 2004; Hayes et ál., 1994; James et ál., 2008;
afrontamiento (Gempeler, 2008). Kliem, Kröger y Kosfelder, 2010).
La TCD parte de las conceptualizaciones Asimismo, la TCD es consistente con las
en torno al Trastorno de Personalidad Límite posiciones del conductismo radical que con-
(TPL), el cual se caracteriza por un patrón gene- templan como innecesario el recurrir a elabora-
ralizado de inestabilidad en las relaciones inter- das construcciones hipotéticas o conceptos que
personales de la persona y su autoimagen, así no se puedan definir operacionalmente (Baum,
como, una marcada impulsividad manifestada 1994; Kohlenberg y Tsai, 1991; Skinner, 1953,
en diversos contextos1, instaurándose como la 1957, 1969, 1974 y 1989), vislumbrando este
primera propuesta de intervención en demos- diagnóstico solamente como descripciones de la
trar su eficacia en el tratamiento de este tipo conducta global del individuo, por lo que en el
de problemáticas (Gempeler, 2008; James et ál. momento en que los comportamientos cesan, el
2008; Swales, 2009). Dentro de esta perspectiva, mismo diagnóstico deja de existir (Swales, 2009).
el TPL es concebido como una disfunción del
sistema de regulación emocional del individuo TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA
por encontrarse en interacción con un ambien-
Linehan (1993), inicialmente trató de
te caracterizado por la invalidación y que va a
poner en práctica estrategias conductuales para
provocar como consecuencia, una desregula-
el tratamiento de población con diagnóstico
ción emocional expresada en inhabilidad para de TPL , pero las personas no colaboraban con
modular las emociones, implicando una alta las intervenciones propuestas, por lo que falla-
vulnerabilidad emotiva que hace que la persona ban en el cumplimiento de las asignaciones
sea mucho más sensible a los estímulos, por y generalmente, prescindían del proceso de
lo que vive los sentimientos de manera mucho intervención terapéutica. El problema funda-
mental con esta aproximación residía en que
1 Si se desea una descripción detallada de sus crite-
rios diagnósticos consultar: Asociación Americana
las intervenciones se centraban en el cambio
de Psiquiatría (American Psychiatric Association), cognitivo, conductual y emotivo, por lo que las
2000; Beck, Freeman y Davis, 2004; Linehan, 1993. personas experimentaban la intervención como

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poco validante (Gempeler, 2008; Linehan, 1993 Rathus y Linehan, 2007). Asimismo, estas perso-
y Swales, 2009). nas usualmente autodevalúan las experiencias
Las personas con diagnóstico de TPL , emocionales o incluso las evitan, por lo que se
como se señaló anteriormente, poseen una reduce aún más, la limitada capacidad del sujeto
marcada historia de descalificaciones por parte para identificar y modular las experiencias emo-
de su entorno social y familiar en particular, cionales propias (Feigenbaum, 2007).
donde se les brinda respuestas no apropiadas En este contexto pleno de contradiccio-
a la expresión de sus vivencias íntimas, por lo nes, la perspectiva dialéctica planteada es cen-
que se vislumbra como una disfunción del sis- tral en la promoción del cambio conductual,
tema de regulación emocional, debido a factores debido a que permite encontrar un balance
biológicos predisponentes que se encuentran entre la aceptación de esta serie de compor-
interactuando con dicho ambiente invalidante tamientos de la persona en conjunto con la
(Linehan, 1993). promoción del cambio (Feigenbaum, 2007;
La TCD asume que estos individuos Gempeler, 2008; James et ál., 2008; Lynch et ál.,
carecen de habilidades interpersonales y regu- 2006; Swales, 2009).
latorias básicas, y que factores personales y Se empleó en la gestación de la TCD el
ambientales frecuentemente bloquean y/o inhi- conocimiento acerca de los principios zen como
ben la utilización de habilidades conductua- la observación, la conciencia plena o mindful-
les, reforzando entonces conductas desadap- ness y la evitación del juicio para introducir la
tativas en la persona (Davenport et ál., 2010; validación y la aceptación dentro de la propuesta
Feigenbaum, 2007). de tratamiento (Linehan, 1993; Lynch et ál.,
En este contexto, los anteriormente 2006; Nee y Farman, 2007; Swales, 2009). Dichos
mencionados ambientes familiares invalidan- principios resaltan una adecuación y perfección
tes tienen un papel preponderante (Iverson, de cada momento que experimenta el individuo,
Shenk y Fruzzetti, 2009; Koerner y Dimeff, desde una perspectiva que muestra que cada ins-
2007; Linehan, 1993). Una de las tareas del tante ha sido creado por todos los acontecimien-
entorno familiar es, en la mayoría de las cul- tos que le precedieron (Linehan, 1993).
turas, proveer al infante con experiencias que La TCD entiende la aceptación como un
le permitan desarrollarse y comprender sus reconocimiento del comportamiento como tal,
emociones, facilitar medios para la expresión que bajo ninguna circunstancia significa apro-
de sentimientos, así como, herramientas para bación ni acuerdo con él mismo (Lynch et ál.,
gestionar o modificar las experiencias menos 2006; Swales, 2009). En este sentido, el tera-
placenteras, por lo que este entorno falla al no peuta solamente va a reconocer la adecuación
brindar estas oportunidades de aprendizaje del momento, así como de los comportamientos
(Feigenbaum, 2007; Iverson et ál., 2009; James adoptados por la persona, ya que fueron los
et ál., 2008; Nee y Farman, 2007). acontecimientos precedentes los que indujeron
Por supuesto, conviene destacar que el al individuo a comportarse de cierta manera,
concepto de familia varía de cultura a cultura, considerando que cada comportamiento en su
por lo que la caracterización de cada familia en contexto presente es una estrategia de sobrevi-
sí misma, debe de darse en función de las coor- vencia ante un entorno psicosocial por natura-
denadas sociohistóricas en que se encuentran leza descalificante (Linehan, 1993). Asimismo,
(Epstein y Baucom, 2002). el terapeuta va a esforzarse por encontrar la
Las personas con comportamientos veracidad, la sabiduría y la adecuación en las
característicos del TPL usualmente están en respuestas de la persona, tratando de resaltar
constante búsqueda de señales del “inminente” siempre estos aspectos positivos de su compor-
abandono, poniendo en marcha pruebas cons- tamiento (Linehan, 1993).
tantes en sus relaciones interpersonales, incluida Esta práctica justamente empieza a propi-
la relación terapéutica y buscando frecuente- ciar elementos que le permitan a la persona iden-
mente señales de rechazo (Linehan, 1993; Miller, tificar cuáles dimensiones de su comportamiento

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son adecuadas para cada circunstancia de su estrategias dialécticas (Linehan, 1993; McKay
cotidianidad, ayudándola a revertir la carencia et ál., 2007), las cuales son descritas brevemen-
de experiencias dentro de su historia de desa- te a continuación.
rrollo, que fue la que en primera instancia la
condujo a la desregulación emocional (Dimeff y ESTRATEGIAS DE COMPROMISO CON LA TERAPIA
Koerner, 2007; Linehan, 1993).
El proceso de aceptación y validación Ben-Porath (2004, citado en Feigenbaum,
continúa cuando el terapeuta se compromete a 2007) menciona que algunas prácticas que pue-
responder a los comportamientos de la persona den utilizarse para procurar el compromiso de
de forma como lo haría con cualquier otro indi- la persona son, primeramente, la realización
viduo (Antony y Swinson, 2008; McKay, Wood de una evaluación en conjunto con la persona
y Brantley, 2007; Strosahl y Robinson, 2008), consultante, en donde el diagnóstico y la formu-
sin hacer ningún tipo de salvedad por el padeci- lación de la situación problemática se compar-
miento que la persona se encuentra experimen- tan como posibles hipótesis más que decisiones
tando (Feigenbaum, 2007 y Swales, 2009). Este finales realizadas por el terapeuta.
elemento igualmente permite extraer criterios Además, se plantea el poner en marcha
de gran valor para el proceso clínico, debido contratos conductuales donde se formule la
a que si la persona se comporta de formas no adherencia al tratamiento; el hacer énfasis en
contempladas por la intervención, aunque se intervenciones dirigidas a aumentar la moti-
va a aceptarlas y validarlas, el terapeuta puede vación del individuo, así como, intervencio-
valerse de estas para redirigir la intervención nes de aceptación y validación; y la utilización
hacia el cambio. de metáforas para la explicación de los dis-
En este tipo de intervenciones, conside- tintos elementos dentro de la sesión, ya que
radas como el otro polo de la dialéctica (Antony son menos amenazantes y menos directas
y Swinson, 2008; Linehan, 1993; McKay et ál., para la persona (Ben-Porath, 2004, citado en
2007), la TCD utiliza algunas estrategias de la Feigenbaum, 2007).
TCC para dar solución a las problemáticas a las Este conjunto de estrategias, más que
que se enfrentan los individuos (Kohlenberg y técnicas en particular, son elementos que pue-
Tsai, 1991). El terapeuta promueve el aprendi- den ser incorporados por los terapeutas como
zaje de nuevos comportamientos habilidosos una forma de impulsar el compromiso de las
por parte de la persona, pero además trata de personas consultantes con el tratamiento. Su
brindar solución a los elementos motivacionales uso es recomendado al inicio de la interven-
que se encuentran interfiriendo con la utiliza- ción, pero el terapeuta es quien decide hasta
ción de la estrategias implementadas (Lynch et cuándo o de qué forma van a emplearse a lo
ál., 2006; Swales, 2009). largo del proceso. Es necesario que el terapeuta
tenga la habilidad clínica para determinar en
ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN qué momento estas alternativas de interven-
ción pueden representar un valor agregado en
La TCD, como se mencionó, emplea algu- el proceso terapéutico y no una posible inter-
nas de las estrategias de la TCC para el tra- ferencia en el mismo (Koerner y Dimeff, 2007;
tamiento de las problemáticas relacionadas Linehan, 1993).
con las personas con diagnóstico de TPL , cen-
trándose principalmente en el entrenamiento ESTRATEGIAS DE CAMBIO
de habilidades, el manejo de contingencias, la
reestructuración cognitiva y las técnicas de Un elemento importante de la TCD es el
exposición (Feigenbaum, 2007; Iverson et ál., proceso de cambio de conducta, por eso es tras-
2009; Swales, 2009). Estos procedimientos a su cendental que se introduzcan elementos relacio-
vez, son enriquecidos por medio de la incorpo- nados con la identificación en detalle de los ins-
ración de estrategias para aumentar el compro- tigadores emocionales, cognitivos, conductuales,
miso con la terapia, estrategias de aceptación y interpersonales y ambientales que conducen a

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la persona al comportamiento problemático, así términos de sus vivencias pasadas, así


como a las consecuencias del acontecimiento como, predisposición biológica.
(Feigenbaum, 2007 y Gempeler, 2008). 5. Validando en términos de las circuns-
El objetivo es ser capaces de aprender tancias actuales: donde se identifican las
cuáles son los factores que mantienen el respuestas o acciones de la persona como
comportamiento a través del tiempo y cuál funcionales en el momento específico,
es la mejor forma en que pueden modificarse así se trata de normalizar el comporta-
(Feigenbaum, 2007 y Gempeler, 2008). Aquí, miento con respecto al contexto actual.
se pueden utilizar las técnicas de exposi- 6. Genuinidad radical: donde se trata a la
ción, la regulación emocional o autocontrol persona como capaz, efectiva y razona-
emocional, la reestructuración cognitiva, el
ble, nunca de manera frágil.
entrenamiento en relajación, el modelado, el
entrenamiento en habilidades sociales y de
ESTRATEGIAS DIALÉCTICAS
comunicación asertiva, el entrenamiento en
solución constructiva de problemas y con- Las estrategias dialécticas se utilizan
flictos, el entrenamiento en el manejo del
como una forma de promover una visión com-
estrés, el manejo de contingencias y la pro-
partida con la persona consultante, por lo
gramación constructiva del ambiente (Lynch
que incluye el balance entre la aceptación
et ál., 2006).
y el cambio, entre el cuidado y el reto, así
como, entre la flexibilidad y la estabilidad
ESTRATEGIAS DE ACEPTACIÓN Y VALIDACIÓN
(Feigenbaum, 2007).
El objetivo del cambio de conducta por Es importante que la persona comprenda
sí mismo resulta un elemento aversivo para las que cada elemento se encuentra relacionado
personas con conductas asociadas al TPL , prin- con otros, que el cambio es constante e inevita-
cipalmente porque los hace sentir invalidados ble, y que los opuestos pueden integrarse para
(Linehan, 1993). Por esta razón, las estrategias acercarse a un estado más completo (Linehan,
de aceptación promueven la comprensión de 1993). La puesta en práctica de este tipo de
las conductas para que dentro de este marco de intervenciones se da principalmente a través de
validación, puedan identificarse los comporta- la revisión de los elementos abordados duran-
mientos inadecuados que deben ser objeto de te la sesión, tratando que la persona integre
modificación (Feigenbaum, 2007 y Gempeler, ambas polaridades de la experiencia y acep-
2008). Al respecto, Linehan (1993, citada en tando que los acontecimientos son complejos
Feigenbaum, 2007), indica la existencia de seis (Gempeler, 2008).
niveles distintos de validación: También se puede utilizar un estilo de
comunicación recíproca, donde se percibe al
1. Escuchando y observando: donde se man-
terapeuta como una persona cercana, empática,
tiene una postura atenta e interesada.
afectuosa y cálida; o un estilo de comunicación
2. Ref lexión certera: donde se provee
irreverente, donde hace uso del humor y de la
resúmenes certeros de experiencias
expresadas. confrontación irónica, pero siempre dentro del
3. Articulando lo no-verbalizado: donde se contexto del respeto y la no agresión (Gempeler,
comunica lo que la persona puede estar 2008). El empleo que se les brinde a cada uno
pensando o sintiendo, pero que no ha de estos estilos queda a criterio del terapeuta,
dicho, indicando que el terapeuta está siendo las metas que se pretendan alcanzar
activamente involucrado en sus expe- el modulador que indicará su utilización. No
riencias. obstante, siempre debe tomarse en cuenta que
4. Validando en términos de eventos pasa- su autenticidad al utilizar cualquiera de estos
dos: donde se ayuda a la persona a dar estilos de comunicación es fundamental para
sentido a las acciones o reacciones en alcanzar su éxito.

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MODALIDADES DE INTERVENCIÓN identificar cuál es la habilidad adecuada para


poner en práctica de acuerdo al contexto, de
Las distintas modalidades de interven- forma que se superen los obstáculos que se
ción de la TCD hacen que sea un modelo que mantenían con anterioridad. Asimismo, es
requiera gran compromiso por parte del tera- indispensable para tratar situaciones de emer-
peuta, al igual que por parte de la persona que gencia de forma inmediata (Feigenbaum, 2007;
se encuentra recibiéndolo (Dimeff y Koerner, Gempeler, 2008 y Swales, 2009).
2007; Linehan, 1993; McKay et ál., 2007). Hay
cinco modalidades principales: entrenamiento ESTRUCTURACIÓN DEL AMBIENTE
grupal en habilidades, terapia individual, con-
sulta telefónica, estructuración del ambiente y El objetivo de la estructuración ambien-
reuniones de consulta. tal es asistir a las personas que se encuentran
alrededor de la persona consultante, con el fin
ENTRENAMIENTO GRUPAL EN HABILIDADES de que sean reforzadores del cambio conduc-
tual, además de agentes de apoyo. Este tipo de
El entrenamiento grupal se encuentra des- atención puede brindarse a través de reuniones
tinado a mejorar las capacidades de la persona, con los familiares o por medio de entrenamien-
por lo que cuenta con un formato psicoeducativo, tos “en-vivo”, en lugares donde se encuentren
estructurado específicamente para que sea un presentes sujetos con los que la persona con-
ambiente en donde se puedan aprender y ensayar sultante más interactúa (Feigenbaum, 2007;
nuevas habilidades que no se encuentran en el Gempeler, 2008 y Swales, 2009).
repertorio conductual del individuo (Feigenbaum,
2007; Gempeler, 2008 y Swales, 2009). REUNIONES DE CONSULTA
Es en este contexto grupal donde las
habilidades sociales y de comunicación aserti- La meta que se pretende alcanzar con
va, el entrenamiento en la solución constructi- las reuniones de consulta terapéuticas es el
va de problemas, el manejo del estrés, así como, mejoramiento de las habilidades del terapeuta,
la regulación emocional o auto control emo- así como, trabajar en torno a la motivación del
cional son propiciadas con mayor efectividad y mismo (Linehan, 1993). Así, por un lado, se
eficiencia. mantienen discusiones de los casos abordados
en donde el equipo de consulta aporta material,
SESIONES DE TERAPIA INDIVIDUAL el cual asegura que una postura dialéctica se
está adoptando tomando en consideración las
Las sesiones de terapia individual están problemáticas de la persona, que el terapeuta se
enfocadas al mantenimiento de la motivación está adhiriendo a las estrategias de la TCD y que
de la persona para seguir con el proceso de las características de la motivación del tera-
tratamiento. La persona recibe intervención peuta se toman en consideración (Feigenbaum,
semanal en donde se retoma el aprendizaje de 2007; Gempeler, 2008 y Swales, 2009).
habilidades de acuerdo a sus metas específicas.
En este contexto, la intervención está totalmen- ORGANIZACIÓN DEL TRATAMIENTO
te focalizada en las particularidades y necesida-
des de la persona (Feigenbaum, 2007; Gempeler, La TCD se organiza de forma que la per-
2008 y Swales, 2009). sona cumple una fase de pre-compromiso para
luego continuar con cuatro etapas de trata-
CONSULTA TELEFÓNICA miento (Linehan, 1993; McKay et ál., 2007).
Durante el “pre-compromiso”, se trata de
La consulta telefónica se utiliza como alcanzar un acuerdo para el trabajo en conjun-
un medio para promover la generalización del to, procurando comprometer a la persona para
proceso de intervención. A través de dichas que continúe con el proceso de intervención.
intervenciones, se le ayuda a la persona a Es importante que en esta fase se expongan

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las premisas básicas del modelo, poniendo torno a relaciones interpersonales, insatisfac-
especial énfasis en el aprendizaje de habilida- ción laboral y metas profesionales, principal-
des más que en la prevención de los compor- mente. Debido a que la persona se encuentra
tamientos riesgosos del individuo. Empero, ahora en un estadio avanzado de tratamiento,
la persona consultante debe adoptar la res- este estadio puede desarrollarse en ambientes
ponsabilidad de tratar de reducir los com- distintos al contexto terapéutico, por lo que
portamientos autodestructivos y de hacer un tiene una duración indefinida dependiendo de
esfuerzo, aún en los momentos en que sienta las características del caso (Gempeler, 2008).
que está atravesando por serias dificultades Finalmente, la “cuarta etapa” se plantea
(Feigenbaum, 2007 y Gempeler, 2008). Una vez como un momento dedicado a la resolución
completada esta fase introductoria, se procede de problemáticas existenciales (Feigenbaum,
a las etapas del tratamiento. 2007). Se espera entonces que la persona haga
En la “primera etapa”, el objetivo prin- un cambio de la sensación de encontrarse
cipal es el desarrollo de habilidades de com- incompleta, a la sensación de estar completa y
portamiento que puedan ayudar a reducir los conectada, por lo que generalmente, se trabaja
riesgos inmediatos que atentan contra la vida en torno a temáticas de espiritualidad, aporta-
de la persona, así como, las dificultades que das principalmente, por la incursión de la tra-
puedan interferir para que la persona asista a dición zen dentro del modelo (Gempeler, 2008).
las sesiones de consulta. Una vez abordados
estos puntos, se procede a trabajar en torno a TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA EN DISTINTAS
los factores que atentan contra la calidad de vida POBLACIONES
del sujeto, en conjunto con el aumento de los
El Registro Nacional de Programas y
comportamientos que promuevan un mejora- Prácticas Basadas en Evidencia de los Estados
miento de su calidad de vida (Feigenbaum, 2007; Unidos (NREPP, National Registry of Evidence-
Gempeler, 2008; Kliem et ál., 2010). Asimismo, based Programs and Practices) indica que la
se procede al entrenamiento en habilidades TCD se ha mostrado efectiva, tanto en hombres
específicas relacionadas con la creación de redes como en mujeres de distintas edades (adultos
de apoyo, el entendimiento de sus emociones, jóvenes de 18-25 años, adultos de 26-55 años y
así como, la tolerancia al dolor emocional sin adultos mayores de más de 55 años), así como
la utilización de comportamientos autodestruc- de distintos orígenes étnicos (indígenas, asiá-
tivos (Feigenbaum, 2007 y Gempeler, 2008). ticos, afroamericanos, latinos y caucásicos), en
Generalmente, esta etapa tiene una duración una serie de problemáticas (NREPP, 2006).
aproximada de un año (Gempeler, 2008). Estudios diversos se han realizado en
La “segunda etapa” está centrada en pro- torno a la utilización de la TCD en distintas
curar el aumento de las habilidades de la persona poblaciones y no solo en aquellas personas
consultante para experimentar las emociones en con comportamientos característicos del TPL ,
todas sus dimensiones. Se va a procurar preci- mostrando resultados positivos en su pronós-
samente que el sujeto se enfrente a situaciones tico. NREPP (2006) indica que se han puesto en
emocionales sin la necesidad de disociarse, evitar marcha tratamientos en personas con proble-
la situación o presentar sintomatología de estrés máticas de consumo de sustancias, con dis-
postraumático (Feigenbaum, 2007; Gempeler, capacidad intelectual o dificultades del desa-
2008 y Swales, 2009). Esta etapa, al igual que la rrollo, adultos mayores con depresión, en el
etapa anterior, tiene una duración promedio de tratamiento de individuos con esquizofrenia,
un año como mínimo (Gempeler, 2008). en mujeres víctimas de violencia doméstica, en
La “tercera etapa” se focaliza en el desa- adolescentes con comportamiento suicida, en
rrollo del respeto propio, procurando que la sujetos con problemas de conducta alimentaria
persona consultante inicie la construcción de y en las familias de pacientes.
una vida más estable (Feigenbaum, 2007). Aquí, De esta manera, brevemente, se puede
las temáticas usualmente abordadas giran en señalar que mujeres con comportamientos de

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bulimia nerviosa y otros trastornos relacio- DISCUSIÓN: TERAPIA CONDUCTUAL DIALÉCTICA


nados con la ingesta de alimentos en conjun- EN EL CONTEXTO COSTARRICENSE
to con TPL , logran reducir las autolesiones, el
Las particularidades de la TCD hacen que
comportamiento suicida, además de las distin-
su aplicación al contexto costarricense apor-
tas manifestaciones de los trastornos alimen-
te un sinnúmero de beneficios dentro de la
ticios con un tratamiento de solo seis meses
intervención psicoterapéutica. En condicio-
(Chen et ál., 2008).
nes ideales, lo más apropiado sería poner en
La TCD igualmente permitió reducir con-
práctica todas las diferentes modalidades de
siderablemente el comportamiento suicida en
intervención propuestas. No obstante, el contar
adolescentes, donde no solo se reducen la can-
con las condiciones ideales de intervención,
tidad de intentos de muerte, sino también se
afortunadamente, no constituye un requisito
logra reducir significativamente la ideación
necesario para la apropiación de este modelo de
suicida, manteniéndose los resultados cons-
intervención.
tantes durante el seguimiento al siguiente año
En lo que respecta a la duración promedio
(Fleischhaker et ál., 2011; James et ál., 2008; de este modelo de intervención, se ha estable-
Quinn, 2009). cido un tiempo mínimo de 27 meses, los cua-
Se ha encontrado evidencias de la adap- les corresponden a tres sesiones de la fase de
tación del modelo para enfrentarse a situacio- pre-compromiso, un año para desarrollar los
nes de violencia doméstica, aplicando la TCD objetivos de la primera etapa y un año adicional
en una modalidad corta de doce sesiones y para alcanzar los objetivos terapéuticos de la
encontrando que no solamente se presentan segunda etapa, durante los cuales es recomenda-
resultados significativos al final del tratamiento ble que las sesiones se realicen una vez por sema-
en torno a comportamientos como la depresión na. Sin embargo, hay que recordar que tanto el
y la desesperanza, sino que también los cam- estadio tres como el cuatro, son de carácter inde-
bios encontrados fueron de un amplio efecto, finido (Gempeler, 2008 y Linehan, 1993).
mantenidos a lo largo del tiempo después de la A pesar de lo anterior, hay que tomar en
intervención (Iverson et ál., 2009). cuenta que las personas consultantes poseen
Asimismo, como se comentó anterior- características contextuales diferentes. Por
mente, la TCD no solo ha probado su eficacia en ejemplo, si se toma en cuenta el grado de dispo-
personas con conducta problemática, sino que sición para la intervención (gravedad de los sín-
además ha demostrado ayudar a los familiares tomas, frecuencia de los mismos, sofisticación
de estas personas a reducir significativamen- de las habilidades que posea la persona con-
te sintomatología relacionada con depresión, sultante, calidad de los recursos de contención
ansiedad y sentimiento de “carga”, además de que posea la misma, entre otros factores), el
mostrar un mejoramiento general del estado tiempo promedio de duración podrá variar sig-
de bienestar de las personas de la familia, así nificativamente, tanto para disminuirlo como
como, una mejora en la relación con la persona para aumentarlo. Lo que sí es definitivo, es
que presenta los comportamientos problema que esta alternativa de intervención se debe de
(Rajalin et ál., 2009). considerar como un tratamiento de largo plazo,
Si se desea más información en relación obviamente justificado por la complejidad de
con los estudios de la TCD, la población en la los cuadros clínicos con que se interviene.
que ha sido encontrada efectiva, los resultados En relación con la preparación de los
obtenidos y la calidad de los estudios, refiérase terapeutas, dada la complejidad del modelo
a la sección de Administración de Servicios de planteado por la TCD y tomando como funda-
Abuso de Sustancias y Salud Mental (SAMHSA , mento los principios éticos de la Asociación
Substance Abuse and Mental Health Services A meric a na de Psicología ( American
Administration) del Registro Nacional de Psychological Association, 2010), los psicote-
Programas y Prácticas Basadas en Evidencia de rapeutas que pongan en práctica este modelo,
los Estados Unidos. deben de estar certificados para ello. Como

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mínimo, debería de ser un profesional que Las sesiones de terapia grupal, además
tenga una especialidad en Psicología Clínica de las condiciones anteriores, requieren de
o Psicología de la Salud, además contar con un espacio mayor debido a que, usualmente,
capacitación en el paradigma Cognitivo- los grupos sobrepasan las doce personas, aún
Conductual. cuando la cantidad máxima recomendable para
En el presente no existe profesional algu- este tipo de intervenciones son ocho personas,
no en Costa Rica que haya recibido el entre- dada la dificultad de manejo que ello implica
namiento correspondiente y por consecuen- (Linehan, 1993; White y Freeman, 2003) y ade-
cia, tampoco el certificado para impartir esta más, porque este amplio espacio se requiere
modalidad terapéutica en toda su extensión. para los ensayos de conducta en donde se prac-
Esto es comprensible si se toma en cuenta la tican las diferentes habilidades.
limitada extensión de nuestra población, tanto Una dificultad adicional que conlleva esta
a nivel general como a nivel profesional. Sin segunda modalidad, es que un mínimo razo-
embargo, se deberían hacer los esfuerzos nece- nable de personas consultantes (6-8 personas)
sarios para lograr que se imparta este tipo de debe permanecer constante en todas las inter-
entrenamiento en nuestro país. venciones y no siempre es posible contar con
Ahora bien, dado que las distintas inves- este número necesario. Otro factor asociado lo
tigaciones muestran resultados positivos alcan- representa el grado de homogeneidad con res-
zados con esta aproximación, no podemos espe- pecto al diagnóstico, así como, la condición de
rar a que se den las condiciones ideales para apertura o cierre del grupo.
iniciar su utilización, por lo que una alternativa Lo ideal sería que la problemática de
es dar a conocer los beneficios de esta propues- los miembros asistentes del grupo sea lo más
ta para que nuestra comunidad profesional del homogénea posible, pues ello facilitaría la cohe-
área de la Salud Mental se inicie en el estudio a sión grupal y podría favorecer el nivel de invo-
profundidad de la misma. De esta manera, los lucramiento de cada miembro. Asimismo, lo
distintos profesionales se podrían ir apropiando más apropiado sería que cada grupo tenga el
de los conceptos fundamentales, así como de carácter de cerrado, pues de lo contrario, la
los principios y procedimientos de intervención incorporación de nuevos consultantes podría
que la TCD conlleva. generar reacciones adversas en las otras perso-
Las particularidades de este acercamien- nas y con ello, poner en peligro la integridad y
to no terminan con los elementos explorados el ritmo del grupo.
anteriormente, sino que deben también consi- Dadas estas condiciones y tomando en
derarse los recursos necesarios para la puesta cuenta que la población de nuestro país es muy
en marcha de las distintas modalidades del pequeña, es de esperar que existan dificultades
tratamiento. Se mencionó que existen cinco en poner en práctica esta modalidad de inter-
modalidades de intervención, a saber, la tera- vención, sobre todo en la práctica liberal de la
pia individual, la terapia grupal, las consultas profesión. Es muy probable que la misma solo
telefónicas, la estructuración del ambiente y se pueda poner en funcionamiento en ambien-
las reuniones de consulta (Feigenbaum, 2007; tes institucionales o asistenciales. No obstante,
Gempeler, 2008; Linehan, 1993 y Swales, 2009). hay posibilidades reales de una implementación
En lo que concierne a las sesiones de de esta propuesta dentro de la TCD.
terapia individual, se requieren las condiciones Ahora bien, en relación con las consultas
estándar de cualquier otra intervención psico- telefónicas, en principio, no debería de haber
terapéutica, siendo el único elemento crítico ningún problema para ponerlo en acción, dado
el que sea un lugar relativamente confortable, que en nuestro país se dan condiciones apro-
tanto para el terapeuta como para la persona piadas al respecto. De hecho, con el avance
consultante y sobre todo, que asegure la con- tecnológico que se ha llevado a cabo en los
fidencialidad de las temáticas que vayan a ser últimos años, existe actualmente la opción de
abordadas. hacer videoconferencias por medio de Internet,

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así como a través de la red de telefonía celular aproximada de dos horas, lo cual tiene como
nacional, lo cual favorecería la calidad de la consecuencia un encarecimiento del costo y
interacción. adicionalmente, se deben de considerar los cos-
El único inconveniente que se podría tos asociados a las consultas telefónicas.
presentar es el grado de incondicionalidad en Durante el segundo año, en el cual se
el contacto que el terapeuta pueda brindar por desarrolla la segunda etapa, las sesiones se rea-
este medio a la persona consultante y a sus lizan de la misma manera, con un promedio de
otros significativos. Es conveniente tener pre- una vez por semana. Finalmente, los estadios
sente que la sobredemanda de este recurso no tres y cuatro son de carácter indefinido, lo cual
debe de ser reforzada inapropiadamente, dado también tenderá a encarecer los costos a media-
que el objetivo último del proceso terapéutico no y largo plazo.
es el de fomentar la autonomía y el autocontrol; No obstante, a pesar del alto costo econó-
tampoco es conveniente el no corresponder en mico, si se toma en consideración el alto grado
forma consistente ante las necesidades emo- de dificultad que presentan las personas con
cionales reales del consultante por lo que debe diagnóstico de TLP, en conjunto con todas las
tenerse cuidado. Ante este panorama, es indis- implicaciones que existen sobre la calidad de vida
pensable que el psicoterapeuta realice una eva- para dicha persona y para sus otros significativos,
luación de las particularidades específicas de se podría suponer que la inversión económica,
cada uno de los casos, con la finalidad de lograr afectiva y temporal realizada vale la pena, consi-
un adecuado balance entre estos dos polos. derando los alentadores resultados obtenidos en
Las últimas modalidades de interven- los estudios empíricos sobre la eficacia de esta
ción (la estructuración del ambiente y las alternativa terapéutica. En las otras poblacio-
reuniones de consulta) no deberían de tener nes donde se menciona un resultado alentador,
mayores impedimentos, en tanto los recursos habría que analizar en relación con los costos y
los beneficios de la propuesta, considerando las
materiales para llevarlos a cabo son los mis-
particularidades de cada una de ellas.
mos que los de la terapia individual. El único
Finalmente, es importante resaltar que
obstáculo que se puede visualizar corresponde
aunque desde los principios teóricos se pueden
a las reuniones de consulta, pues al no contar
vislumbrar ciertas dificultades de la aplicación
con personas con la certificación correspon-
de este modelo de intervención psicológica en
diente, las mismas tendrían que llevarse a
el contexto costarricense, siempre se pueden
cabo recurriendo a video conferencias con
brindar soluciones creativas que minimicen el
expertos extranjeros mientras que se logran
impacto de dichas interferencias. Asimismo, es
desarrollar los recursos en nuestro país.
imperativo resaltar que los beneficios demostra-
Al mismo tiempo, es imperativo el aná-
dos con la aplicación de esta aproximación, invi-
lisis de los factores económicos, tanto del tera- tan a los profesionales de la Salud Mental a llevar
peuta como de los consultantes, en la puesta en a cabo esfuerzos para su aplicación en el país.
práctica de la TCD en el país. En lo relacionado
a las implicaciones económicas o costos de la
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
intervención, esta propuesta representa para los
consultantes un gasto muy alto, tanto si se le Antony, M. y Swinson, P. The shyness and
considera desde un marco institucional o asis- social anxiety workbook. 2 ed. Oakland:
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Es importante recordar que durante la American Psychiatric Association. Diagnostic
primera etapa del proceso, la cual dura en pro- and statistical manual of me ntal
medio un año, se deben de llevar a cabo, tanto disorders. Fourth Edition. Text Revision.
sesiones individuales de terapia como sesiones Washington, DC: American Psychiatric
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