El cristal cae, la acera lo destroza en mil pedazos.
Los espejos no suelen brindar más
que magia, vanidad e ilusiones pero si Helena se mirase al espejo más, quizá no estaría tan sola. Quizá su reflejo la acompañase. Quizá por alguna gélida magia, del otro lado habría una hermana, una igual, que se siente justo justo igual que Helena…