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Qué hay que saber hoy de literatura


Sergio Frugoni, radigmas de orientación textualista y co- Frente a una poesía como la de Pizarnik
Profesor en Letras. UNLP, UNSAM, municativa, para dar cuenta de un dis- nos volvemos lectores conjeturales.
Escuela de Capacitación CePA curso como el literario, con una especifi- Podríamos pensar que la extrañeza que
cidad retórica y cultural muy particular. provoca “Solo un nombre” se debe, ante
Tal vez uno de los temas de interés más re- Dicho en palabras de Marc Angenot: todo, a que está escrito como si de pron-
levantes para la enseñanza de la literatu- “…hay una diferencia evidente entre un li- to las reglas conocidas de la lengua es-
ra sea la pregunta sobre los conocimien- bro de cocina y Kafka, entre una editorial crita ya no contaran, como si se hubieran
tos posibles para la formación de lectores. del periódico y Musil y que por ello la li- puesto en suspenso. Este poema pone en
Qué hay que saber hoy de literatura es teratura en su inquietante étrangeté exis- juego otra manera de significar, nos lla-
una pregunta que puede sonar un poco te sin que se pueda delimitar el concep- ma la atención sobre sus minúsculas y
incómoda pues alude al papel que puede to” 2. Esa inquietud que nos provoca la sobre cómo está dispuesto en la página,
tener la escuela como instancia formado- étrangeté, es decir la extrañeza, la singu- como si el dibujo del texto viniera a ratifi-
ra de lectores y donde la literatura se vuel- laridad, de la literatura -nos recuerda car lo que está diciendo, como si no al-
ve un objeto de enseñanza. Angenot- no puede ser explicada apelan- canzara con decir que “alejandra” –con
Cuando las relaciones entre la enseñan- do sólo a modelos textuales universalis- minúscula- está “debajo” sino que ade-
za y la literatura, entre el campo pedagó- tas provenientes de los estudios lingüís- más necesita mostrarlo. Algunos teóricos
gico y el de la producción artística –diga- ticos, a riesgo de minar la especificidad nos han señalado que una de las formas
mos- no suelen ser armoniosas. De hecho, de la literatura, lo que la vuelve una rara de definir a la poesía sea por esta libertad
es una opinión común que la literatura avis dentro de los discursos. del género para usar todos los recursos
pierde su fuerza cuando entra a la escue- Una extrañeza que no se debe a razo- para multiplicar los sentidos textuales. La
la y se vuelve objeto de enseñanza. Se nes trascendentales, a una cualidad esen- poesía no definida como una forma “bella”
vuelve dócil, se domestica bajo el peso cial de la literatura, sino a la manera en de usar el lenguaje o como un texto es-
del discurso pedagógico. Philippe Sollers que los textos literarios trabajan con el crito en verso, sino como un género de
lo ha dicho de manera enfática: “Nadie lenguaje, hablan del mundo y de la sub- extrema libertad para significar, incluso
enseña la literatura: se enseña a aneste- jetividad. En definitiva, a su singularidad más allá de los formatos establecidos.
siar la violencia que encubre la literatu- como práctica cultural y estética.
ra”1. El escritor francés aludía a la apa- Pensemos por ejemplo en esta breve poe-
rente contradicción -y subrayo “aparente”- sía de Alejandra Pizarnik:
entre el discurso de la pedagogía, un dis-
SOLO UN NOMBRE
curso que intenta transmitir un saber más
alejandra alejandra
o menos definido, y la literatura, que, vuel-
debajo estoy yo
ta objeto de enseñanza, perdería su po-
alejandra
tencia para interpelar nuestro imaginario.
Propongo este telón de fondo porque En su brevedad nos desafía y nos deja
puede resultar interesante para mirar con un poco perplejos. Es esa “inquietante ex-
otros ojos el lugar que ha ocupado la li- trañeza” de la literatura de la que habla
teratura en los últimos años en la escue- Angenot. El poema toma la forma de un
la. En especial prestar atención a los sa- enigma y nos llena de preguntas ¿Qué sig-
beres que se han propuesto para explicar nifica ese breve conjunto de palabras? ¿Es
y conocer las características de la litera- una poesía? ¿Es literatura? ¿Es una de-
tura. Son conocidas las críticas que se claración personal de la autora? ¿A qué
vienen haciendo a la inadecuación de los se refiere? La literatura nos interpela como
estudios lingüísticos, en especial los pa- lectores de maneras muy específicas.

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La experiencia de leer literatura desbor- noritaria para encontrar nuevas maneras Esto supone dar crédito a esas lecturas,
da la cuestión remanida del “placer de leer” de pensar la lectura de literatura. considerar que merecen ser escuchadas,
ya que nos compromete como lectores en El punto central a señalar es que no se tomarlas como punto de partida para in-
una situación que no tiene nada de “na- trata simplemente de proponer una apli- dagar a los textos literarios. La lectura com-
tural” o “espontánea” sino que es pro- cación mecánica de conocimientos aca- partida se vuelve entonces una herramienta
ducto de disposiciones culturales apren- démicos que “expliquen la literatura”, que de conocimiento de la literatura.
didas principalmente en la escuela. Remo disuelvan su “inquietante extrañeza” des- Nos interesa prestar atención a las ope-
Ceserani señala que, para la mayoría de de otro campo de saberes. Este movi- raciones de lectura de nuestros alumnos,
los niños y jóvenes, la escuela es el prin- miento hacia los saberes específicos no escuchar con mayor sutileza qué dicen y
cipal y a veces único lugar en donde en- puede dejar de lado una reflexión sobre por qué, qué hipótesis manejan, qué pre-
tablar un vínculo con la literatura, “una los lectores. Es decir una pregunta que guntas y problemas encuentran en la lec-
relación fundante y condicionante, que es corra del centro al lector especializado, tura literaria, porque esas lecturas nos di-
el soporte de cualquier posterior explora- al lector crítico, legitimado por una tra- cen mucho sobre los dilemas a los que
ción respecto de esta particular dimen- yectoria formativa y aborde con una mi- nos enfrentan los textos literarios y de los
sión cultural”. rada sutil a los lectores literarios de nues- que la teoría y la crítica se han ocupado.
De modo que se vuelve central tener sa- tras escuelas, que escuche sus preguntas, Esas lecturas de los alumnos no se mani-
beres de referencia específicos que nos conjeturas y conflictos frente a textos “ex- fiestan con enunciados teóricos, sino como
den herramientas para abrir el campo de traños” como “Sólo un nombre”. preguntas y conjeturas, como apuestas de
la experiencia literaria. Una manera interesante de acercarse a sentido, a veces como reclamo y conflicto:
Existe una extensa tradición de crítica y este problema, entonces, es abrir pre- “¡no se entiende nada!” “¡Eso no puede pa-
teoría literaria que nos brinda herramien- guntas sobre la relación entre la lectura sar en la realidad!”. Creo que podemos es-
tas para abordar los textos literarios, pa- de nuestros alumnos -la forma en que pro- cuchar con más atención esos comentarios,
ra dar cuenta de sus características y pro- ducen sentidos textuales- y los saberes a veces difusos y “extraños”, de nuestros
blemas específicos. La relación entre propios de la teoría. Registros de expe- alumnos para ponerlos a dialogar de mane-
ficción y realidad, la representación lite- riencias de lectura en taller, donde jóve- ras productivas con los problemas que la
raria de lo real, la relación del discurso li- nes, niñas o niños comparten un texto, teoría y la crítica literaria nos proponen.
terario con otros discursos sociales, la intercambian sus interpretaciones, con-
1 Sollers, P.:(1969) “Literatura y enseñanza”
compleja trama que une historia y litera- frontan y discuten sentidos nos permiten
en Bombini, G. (comp.): Literatura y educa-
tura, la misma definición de “literatura” o preguntarnos cómo se relacionan esas in-
ción, Bs.As., CEAL.
“poesía” forman un campo propio de los tervenciones, esos comentarios de lecto- 2 Angenot, M.: (1998) Interdiscursividades.
estudios literarios que pueden saltar la res en formación con las preguntas e hi- De hegemonías y disidencias, Córdoba,
valla de la circulación académica o mi- pótesis de la teoría literaria. Editorial Universidad Nacional de Córdoba.

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