Está en la página 1de 1

Lo común se piensa entonces como protección de nuestras propiedades

Los individuos disociados se temen. Los individuos

separados necesitan más y más seguridad. El urbanismo actual lo refleja sin

La sociedad moderna no nace solamente del miedo a

la agresión, a poder morir en manos de otro. Nace del miedo a ser tocados, del olvido de

que hemos nacido y crecido en manos de otros,

aseguramos nuestro espacio vital como un pequeño reino en el que la libertad se afirma

como un atributo individual contra o sin los demás. Pero este reino es frágil porque es

una invención, es el cálculo de una ficción que ha negado sus variables fundamentales.

la necesidad de pensar el vínculo obligatorio

entre los cuerpos como la condición para repensar hoy la comunidad. Se trata de sacar

la interdependencia de la oscuridad de las casas

las dos contrafiguras de la sociedad moderna: el

individuo asocial, amenazante y peligroso (desde el terrorista enloquecido al

especulador insaciable) y la comunidad de pertenencia cerrada, construida como un

refugio defensivo y ofensivo sobre la dualidad nosotros/ellos.

La deuda es lo que nos une, pero es una deuda

secuestrada.

El sentido en el que resuelva esta crisis económica, política y

existencial que se ha abierto en nuestras vidas entorno a la deuda marcará el

rumbo de la humanidad en los próximos años y establecerá unos nuevos los

límites de lo vivible, quizá más allá de lo que nunca hubiéramos podido imaginar.

También podría gustarte