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Walter Benjamin,

escritor revolucionario


Susan Buck-Morss

Walter Benjamin,
escritor revolucionario

intelona
Buck-M oru. Suun
Walter ~niamin, escritor reToIud onario . · la ed. · Buenas Aira. : Inttrrona Editlla, 2005.
304 p .; 22:<1 6 cm. (Intrrzona rn ""yos)

Trad ucido por: Maromo Lópa Seeane

ISBN 987-1180-18 ·7

1. Ensayo Estad ounidense 1. L;ípr z Seoane, Mariano, trad. 11. Título


COD 814

Inu·,ruma EnSl1I Yn!O


N OTA PRELIMINAR

o S~l1In Budr.·Morss: 1981 ~ Waller ~ i ~min - Revolutionl1lr y Wriler "; 1983 "8c:njamí n',
Passagen-Werlr.: Redeeming M:lS$ Cu ltu re for!he Revolutio n" ; 19 86 "!he Fli neur, m e
la presente edición reúne seis artk ulos que Susan Buck-Morss escribió
San dwichma n and rbe Whon:: 1ñc: Po[itiC$ ol Loitering '", 1992 " Ae5l:httks and
entre 1981 y 1995, Yconstituye un recorrido genealógico por la pro-
AnaeslhClies: Wa1ter Iknjamin'$Anwo rk Essay Rewnsidered "; 1995 "The ü ty as
ducción crítica de la autora centrada en la obra de Walter Benja rnin.
Drc am wor ld and Catasr ro phe" y " Envi$ioni ng Capita l: Polin ca l Eoonorn y 0 0 D~pla y "
" Walte r Benju miu, escrito r revoluciona rio" apar eció en N ew Lert
Relliew 1"11 dos partes: en el número 11 8 , de julio /agosto d e 1 9 81 ,
De esta edición
y en el número 12 9, de sept iemb re/octubre de 1981. Este trabajo,
O 2005 Susan Buck-Morss
escr ito antes de la publ icación en alemán del Libro de los Pasajes,
e 2005 Mariano López Sec a rte, traducción, selección y "Nota pr eliminar"
re alizada por Rolf Tiedcrnann, es la primer a a proximación de
e 2005 Interzcna editora S.A.
Buck-Mcr ss a la obra de Benjamin.
Lavalle 750 , piso 19" B
" 8 Libro de los Pasa;es de Beniamin. redimiendo la cultura de mu as
Suenos Aircs, Argentina
para la revolución" apareció en el numero 29 de New Gennan Criti-
www.ieterzonaeditcea.com
que, "The O rígins of Mass Cuhure The Case of Imperial Germany
info@inrerronaedito ra.com
(187 1-19 18)" , en primavera-verano de 1983. "El flJneur, el hombre-
sandwich y la puta: las políticas del vagabu ndeo" fue publicado en el
número 39 de New Germen OitiqlU, en el segundo número especial
Diseño: Trinro Co municació n
sob re Walter Benjamín, en otoño de 1986. Estos ensayos retoman los
Foro de ta pa : e Deutsches Hi storisch es ML1SC'\Im de Berlín
problemas teóricos e históricos plan teados en el primero, a partir de
la lectura del Librode los Pasaies, publicado por primera vez en 19H2.
lnterzo na agradece 1I las librerías Norte y Gambito de a lfil, de la Ciudad de Buenos Aires. Ambos contienen in nuce lo que h.abría de ser el trabaj o más recono-
cido de Buck-Morss sobre el legado de Walter Benjamin, Dialéctica de
ISBN: 987-1180-18-7 la mirada, en el que reconstruye, sin estabilizarlo, el libro central y al
mismo tiemp o inexistente de Benja mín. En estos ensayos previos,
las intu iciones de Buck-Mor ss, sus formulacio nes teóri cas, los ras-
Impreso en sept iembre de 200 S tr os de la elabo ración. del tra baje del pensam iento enfrentado CO Il
los materiales, muestran el backs tage de la construcción de una lec-
~a prohibida.la reproducción uxal o EMrt"~1 de esta obca. porcualquier medio o tu ra rigu rosa y a contra pelo.
procedimiemo , sin permiso prt"fÍo dd edieor y/o aurar.
El último a rtíc ulo de esta serie, posterior a D ial éctica de la mirada
a pareció en el n úmero 62 de la revista Oc tober, en oto ño de 1992:
Walter Benjamin, escrito r revolucion ario
Se trat a de " Est ética y anes t ésica: una recons ideración so bre el e n-
sayo de la o bra de arte", un tra bajo en el q uela a uto ra procede ben-
ja mi,nianamente para repo ner las cond iciones hist éricas q ue le dan
sentid o pleno a l fa moso ensayo so bre las transformaciones de la o bra
de a rte en la época de su reprod ucti bdidad técnica. [Este artículo de
Buck-M o rss se publicó co n a nterioridad en espa ñol en el número 25
de la co lecció n Labalsa de 13 Med usa. ¡
Los dos ar tículos resta ntes son una muestr a del rum bo q ue to mó el
Ira bajo de Buck-Mo rss des pués de sus inte rvenciones so bre 8e nja -
mino" La ciudad com o mu ndo de ensueño y ca tást ro fe" , a parecido
en el nú mero 73 de Octobe r en el verano de 1995, presenta una
historia crítica de las ciuda des modernas, escrita sob re las ru inas Primera parte
on íricas de los pr oyectos est~ticos y po líticos del Este y el Oeste.
" Imagina ndo el capita l; la econo mía po lítica en ex hibición " apare- Las obras de Walter Benjamin han sobrevivido en opos ición a la corr iente
ció en el n úmero 2 1 de Critical b l qll i ry, en el inviern o de 1995. La intelectua l ofiCia l en la que la historia se ha deslizado : el racismo que lo
au to ra l ocaliza allí sus destrezas críticas en el d iscurso de la eco- forzó a exiliarse en los años treinta y el fascismo que desembocó en una
no mí a po lítica; la impro nt a benja mini ana en este ensayo a pa rece
guerra mundial en medio de la cual se quitar ía la vida, y, desde entonces,
no ta nto en el voca bular io crüíco co mo en las reflexio nes sobre
las re present acion es visua les que aco mp aña n y fu nd am entan los ra- el liberalismo democrático, que al legitimar el capitalismo impide la reali-
aon ami enr os de los eco no mistas. zación de la democracia, y el marxismo burocratizado, que tan a menudo
ha abando nado el objetivo de una sociedad más humana. Benjamín fue un
escritor revolucionario en el sentido mesiánico-utópico del térm ino, una
rareza en un tiempo en que la cultura occidental ha sido persisrenremenre
hostil a los movimientos revolucionarios, tanto exteriores como interiores.
El hecho de que sus obras hayan sobrevivido se debió en primer lugar a los
esfuerzos de amigos a los que Benjamin confió manuscritos para su res-
guardo , particularmente Gershom Scholem, I estudioso de la Cá bala y ami-
go cercano, cuya correspondencia de décadas con Benjamin proporcionó
la docum entación para un reciente estudio biográfico; Grerel Karplus, que

1. Cershom Scholem, Walter Benjamín: Die Geschichte einer Freundscha(t,


Fran kfurt am Main, 1975 [trad. csp.: Walter Beniamín. Historia de una amistad, Bar-
celo na, Ed iciones Península, 1987]. Ver también Walter Benjam ín Gershom Seho/cm
Brieiwechsel, 1933·40, Fran kfurt am Main, 1980. [Cuando ha sido posible y cuan-
do no se han producido contrad icciones de sentido, las obras de Benjcrniny de otros
autores han sido citadas y referidas según las ed iciones en español. Caso contra rio,
se ha t raducido del inglés la versión unlízada o realizada por la autora , conservando
las referencias del original. N. del T.]
10 W ....L T E R BE :"lJ....M lN , ESCR rJ O ll. ll.EV O LUC lO N.... 1l10 11
S U SAN B UC K- MoRSS

estaba cerca de Benjamín en los tempra nos añ os en Berlín, previos al exi- en la tarea de una vida , su legado para la siguient e gene ració n. Los vo-
lio; y su esposo, Theodor W. Adorn o, cuya o bra se vio fuertemente influen- lúmenes I y n aba rcan unas mil pá ginas, más de un tercio de las cuales
ciada po r la de Benjamín. ' Karplus y Adorn o recopilaron y editaron una son n otas del ed ito r. La edición ha implicad o una refunciona lizaci ón del
edición de los ensayos de Benjamín en dos volúmenes que fuero n publica- aparato filol ógico t ra dicio na l, basad a en un método en el cua l co nver-
dos pósrumamente, en Jos años cincuenta.' Una edición alemana de las gen intere ses filológicos y político s. En vez de prese ntar la gestación his-
obras co mp letas de Benjam ín está ah ora en proceso de pro ducción," un tórica de los t ext os com o un proceso teleológico en el cu al el pro du cto
proyecto inst igado por Scholem y Adorn o (a ntes de su m uert e en 1969), fina liz ad o aparece como monum ento inm ortal, esterilizado contra la
pero llevado <1 cabo PQe est udian tes de Adorno: Ro lfliedeman n y Herman historia, los edito res abren los accesos a los texto s permitiendo que la his-
Schweppenhauser; como editores generales; Hella Tiedemann-Barrels y toria los penetr e. A través de copiosas cita s de la co rresponde ncia de
Tillman Rexr orh, como edito res de volúmenes particulares. Cuatro de los Benja m¡n, las no tas del ed ito r vuelven visible el co ntexto econ ómico e
seis volúmenes planeados ha n aparecido. En 1982 ap arecerá el quinto, el histó ri co , perso na l y social, en que los textos fueron escritos . La exposi-
manuscrito inédito deJ l'assagenarbeit (El Pro yecto de los Pasajes), un es- ción filológica del tempra no material escrit o a máquina, los manu scri to s,
tudio materialista histó rico del ~arís decimon ón ico, que hub iera sido la borradores y fragmentos relacionados, son pr esenta dos en una estr uct u-
obra más imp ortante de Benjamín. Los editores act uales, ahora adu ltos de ra de lám inas, todas cargadas con la misma auto rida d, de tal manera
cuare nta años, eran niños cua ndo Benjamín mur ió. N acieron ciuda danos que los textos pu eden verse como una figura tridimensiona l. Esto per-
del estad o naz i. El mundo de su infancia era un mu ndo en guerra, y su so- mite al estud ioso de Benjam in ha cer lltl corre en cua lqu ier punt o de la
cialización intelectual se d io en un contexto de ruptura cultural. H erederos figura y leer el in ter ior así revelad o como diagrama técn ico . Alienta la
del fascismo, rechazaron esta ascendencia intelectu al y se co nvirtieron en libertad de interpr etació n y atenúa el fetichi smo de los " Grandes Li-
est ud iant es de aquellos que se ha bían ex iliado co mo parias y traidores. Su bros" . Irónica mente, mientras el carác ter inno vador de esta ed ición es
primera exposición a la ob ra de Benj amí n se dio bajo esta luz. A fines de inherentemente democrá tico , ha pro vocado a su vez el ensancha miento
los sesenta, la luz que iluminaba los textos de Beniamin ema na ba de una de lo s volú menes a l punto de convertirlos en un lujo: cada volumen llega
fuente diferente: un movimiento estudiantil revolucionario imern acional fácilm ente a va ler más de cien marcos alemanes. Los cost os crecient es
que pare cía estar baña ndo al mundo entero en claridad . Se trataba de un de la producción de libros han im ped ido que las no tas del ed itor llegu en
resplandor extr año. en Kodak-c olon lwld¿ e impasible. per o era sólo una a los lectores ingleses en un a serie de trad ucciones por lo demás exce-
cuestión de tiempo hasta que los fusibles se quemaran. En la tiniebla inre- lent es, de hecho. sobresalie ntes.l
Iecrual que reina desde entonces, no ha aparecido ningú n búho de Miner-
va indican do q ue el espíritu universal se ha ya vuelto más sa bio. 5. Charles Baudelaire: a Lyric Poet in Ibe Era af High Capitalism, traducido
El primer volumen de las o bras completas de Ben jamín se publicó en 19n . por Harry Zo hn, I':LB, Londres, 1973; Ose \Vay St reet and Ot her ~r¡ritings, con
La tarea de los ed itores ha sido laboriosa y meticulosa. Se ha convertido introd ucció n de Susa n Sontag y traducción de Edmu nd j ephcou y Kingsley Snor-
ter, NLB, Londres, 1979; Th e Origin of Genna n Tragíc Drama, co n introducción
de George Steiner y traducción de John Osborne, NLB, Londres, 1977; Ullderstall-
ding Brerht, con introducción de Stanley M itch ~ll y trnducción de A~ n;l Bostock.'
2. Ver Susan Huck-Morss, Origen de la dialéctica negativa; Th eodor W. Adorno NLB, Londres, 197 3. Dos ediciones han aparecid o en los Estados Unidos: f111/1n1 '
Wa lter Benjamín y el instituto de Frank fl/rt, México, Siglo Veintiuno Editores, 1981. ' nations, co n introducción de Ha nnah Arendc y tr aducció n de Harry Zohn, Nueva
3. Walter Benjamín, Schrift,m, dos volúmenes, ed. Theodo r Adorno y Gretel York, 1969 (lo:¡ cual, COl\10 las traducciones mds tempranas, no ,tuv~ ~cceso a las
Adorno, Frankfurr am Main, 1955. notas del editor en alemán y, consecuentemente, resulta algo mas débil] y Ref/ec-
4. W'llter Benjarnin, Cesamm e!te Sebriftrn, seis vol úlllell~, ed. Rolf Ticdema nn t;ons; E.ssay s, A pho risms, Au /obiographica/ Writings, co n introd ucció n de P.d er
y Herman Schwcppenhauser; Prankfuream Main, 1972. En adelante, C. S. Demetz y traducción de Edmund j ephcot t, Nueva York, 1979 (el cual connene
n
12 SUSAN BUCK-MoRSS
WAl-T EII RHIIAMIN , ESClll TO Il. Il.EVO l-\J CIONAIl IO
I
de la escritura de Benjam in haya despertado tan poco .interés e~ -omo I
La floreciente bibliografí a secun da ria sobre Benja min, " genera da por
círcu los? Este impulso sólo sobrevive en tanto anacroms~o; ~as~c~~n
y para el establishment académ ico q ue lo rechazaba en los año s veinte, , . iro Si en los años sesenta las contro verSias gtra a
demuestra q ue su o bra se ha hecho respetab le. M ientras qu e los cien rís- nrcarsmo exqUl~I . . li .
torno a sus posiciones po incas,
1 ahora se refieren a sus co nexiones con
., ' in no se ha-
I
ras socia les no 10 han encont ra do demasiado valioso , se ha co nvert ido
" des"
otras gran es I ¡·guras de la litera tura y la fílosofl a. Benj am
en un favorito en el cam po de la crít ica literar ia. Sus escritos crípticos y
cargados d e imágenes se prestan fácilmente a los métodos post estr uct ura - bría sor prendido. I
listas de lectura , don de los tex tos, arra nca dos de la histo ria co ncreta que
les da origen , par ecen per mitir una serie ilim itad a de glosas interpretan-
vas, ent re las cua les se elige la más " interesante" de acuer do con el clima
1. Crítica cultur al y ped ago gía mater ialista
acad émico del momento. Es sor prendente q ue el impulso revolucion ario

El "cortejo tr iunfal"
algunas de las traducciones present l!s en Oee \Vay Street ). [Las ediciones en lengua las ob ras de Benjamin han
inglesa que la a uto ra menciona cuentan con nuevas incorporacio nes, q ue no exis- Si he hablad o en deta lle sobre la manera en que h d n los objetos col.
tían cuando este urriculo se publicó por primera vez. Se destacan la publica ción en sido tr ansmitidas, se debe a que el modo en que ~ ere a d bl .
inglés del Libro de tos Paw jes (Th e Arcades Proiec!, trad. de Ho ward Eiland y Ke-
vin Mcl.au ghlin, preparada sobre la hase de la edición alemana de Rolí Tledemann,
~urales no debe sernas indiferente. Por el cont.raflo, se tr.at a e;:t pc~o
oca a estas obras y sos tnrerprewoooee- tran
:1
Camb ridge, Th e Belknap Press of Ha rvard University Press,1 999) y una muy re- lila central en lo que t . . 1 jlrimo de los escritos de
pasado desde 1981, la m'radad"'h~nm~r~ ~ i~ en forma de tesis filo-
ciente edición en cuatr o volúmenes de o bras escogidas de Benjamín (Se/et"ted
\Vritings, vol. 1, 2, 3 Y4, ed. Ma rcus Bullock y Mic hael W. Jennings, Cambridge, . . "So bre el conceptO e IstoIla , d
The Bclkna p Press of Harvard ljniv ersiry PrC'5S, 1996 ). Los lecto res de hab la espa- Uen¡amm, id o "Tesis de filosofía de la historia" , fue pensa o
ñola nu han tenido acceso a ramas ni a tan sobresalientes trad ucciones de la o bra .óficas y conocr o com 1 "- f
de Walter Benjamin . He aquí un a lista de las ediciones más destac adas. Ensayos es- ::~o i~troducción metodológica al Libro de los Pasajes, q~.e ~~' a sp~e:~:l
cogidos , versión en español de H. A. Murena, Buenos Aires, Ed itorial Sur, 1967; . Beniamin posó sobre una era isronca .
Discursos insermmp ídos, trad. de Jesús Aguirre, Mad rid, Taunu, 1973; Iíumin a- la mirada retrospectiva que I . b El problema cogniti·
ciones 1, n ,IU y I V, n ad ode Jesús Aguirre y Ro berto Blarr, Madrid, Taurus, 1980; Ahora nos instruye para la lectura de su propia o ra . . lí it •
Infan cia en BeT1Ílr hacia 1900, trad . de Klaus Wagner, Madrid, Alfagua ra, 19112; vo q ue ésta plantea apa rece de manera diá~a~ai~:a~a~~~::~~t: e: : nl: ;;o
Dirección ú'Iica , trad. de Juan. J. del Solar y Mercedes Allendesalazar, Ma drid , Al- mente político. Si, como Marx propuso, a . 1 '-
siempre las ideas de la clase dominante,' y si é.st.~s c~nt~::~r~~::r:h~:t~~~lo
fagua ra, 19117; El concep to de crítica de arte en ef romaticism o alemá n, t rad. de J-
E Yvan y Vicente j a rque, Barcelona, Penín sula , 198 8; Diario de Moscú, trad . de
13 edición inglesa de Gary Smit h, de Ma nsa Delgado, Mad rid, Ta urus, 1990; El . id 1 ' 'cuá l debe ser a pOSICIOn e
origen del drama barroco alemán, Madrid, Taums, 1990; Cuad ros de un pensa- 111ldo~0~:~~ ~v:~u:~:'i~terpretar los "tesoros" culturales que constituye~
miento, selección de aruculc s a ca rgo de Adriana Ma ncini, tra d. de Susana Ma yer, 'Itl'h . . t lectuaP "Ya que los bienes cultura les que abarca con ~a mr-
Buenos Airt s, Ediciones lmago Mu ndi, 1992; La dialéctica t ll suspenso. Fragme n- a erencra In e . od ' lar sm ha--
tos sobre la histori a, trad ucci ón, intr oducción y not as de Pablo Oyarzún Robles, rada tienen todos y cada uno un origen que él no p f a contemp .
Santiago de Chile, AMCIS -l.OM, 1995, selección de fragmentos del Lib ro de los Pa- Deben su existencia no sólo a los esfuerzos de los grandes gem~s que
sail!s. Recientemente vio la luz la edición españo la del Passagen- Wcrk : Libro de los Ioshan cread o, sino también a la servidu mbre de sus co ntem poraneos.
pasajes, Madrid, Akal, 2005_N . del T.I
6. Vt r Gary Smith, "W;ilter Benjamin: A Bibliography of St:condary Literot ure",
New Gtrman Critique (Número especial Walter Benjamin], 17, primavera de 1979, 7. Ver vera Schwa ru, "T he dome~ticatiORn o~ Waltb" IBde~i:~i;:ppA~I;~~;r.s Flee
pp- 189·2011. Un importante anírulo que ha apa recido posterio rmente es el de lí- M I eh r .. Bnltlltlgloll etnew, a ruce ,
motby Bahti, "Hisrory as Rherorlcal Enactment: Walter Benjarnin's Th eses 'On the Iro m HislOry inro e an o l ~ , , Allernat;1I 57151$ Y 59/60, 1967-69.
1$. Ver el debat e sobre Benjamm en ,
Concepr uf Hisrory'" , Diacrirics, septiembre de 1979, pp. 2-17.
15
WA I:-TER BEN I AM IN, ESC RI TO R REVO LU CION A RIO
14 SU5AN Buce-Moass

ser peligroso pa ra el opresor) eran de natu raleza do ble. Debía, por un la-
J~ más. se da un ~ o~ mcnto de c ult ura sin que lo sea a la vez de la ba rba- do , educar al pr oletariado "sobre su situación de clase" y, po r orro lado,
ne. E Igual que.. el, mis mo no está libre de barb arie , tampoco lo ...
est á epro
I poseer una conexión motiv acional con la acción política, un a " salida a la
c od -
es e rransrmsron en el que pasa de uno a otro. ., 9 praxis" . Ca be pregun tarse si los propios escr itos teóricos de Marx sobre
La concepci ón burguesa de la historia de la cu ltura hizo aparecer el hist oria y economía sat isfacían esos req uerimientos. ¿Era suficiente qu e los
pro ceso de t ra nsmisión, en el cual los dominad or es " pasan sobr I tra ba jadores leyeran el M an ifiesto Co m un ista y Sa fado, precio y beneficio?
ta bié h . " te os que
m len ay yacen en tierr a , como un "cortejo triu nfal" 10 B ' ' El problema qu e plan teab a Benjam in era que los pro pios escritos de M arx
1 . " El .. . • . . enJamm con-
e uye. materialista hist órico se distancia de él en la medid di ' no eran inmunes a las distor sion es de la herencia cultural. Instruir a los tra-
bl Co id ecr a e o posr-
i:s
lo~' 11 SI era co~et id o su.y~ pasarle a la historia el cep illo a conrra pe- hajadores sobre la fuente de beneficios que con st ituía el plusvalor de su
.. la e ~ u~a Imagen vivida. ¿Pero cuán pr ecisament e puede iluminar pro pia product ividad podía producir conciencia de clase sin producir una
la
~ . h b_pra ctica
y gUiar . de la historia cultural>. Muchos de Ios a rgumentos de Ias conciencia revolucion ar ia, una praxi s sindical sin una praxis revo lucion a-
eS1S a tan Sido ~xpresados en un lenguaj e más prosaico e hist óricamen- ria . Más aún, en manos de la socialdemo cracia, la enseñanza de un a teoría
te con~reto ~n un Importante a rtíc~ lo, "H istoria y coleccionismo: Eduard de la historia ba sad a en la lucha de clases era incluso menos confiab le:
Fuch.s , escnto para la pu blicación del Instituto de Fra nkfur t en 193 7 " N ada ha co rro mpido tanto a los ob reros alema nes como la op inión de
~o~sldetado "sin lugar a duda s una de las ob ras más sign ificati vas de lo: que están na d ando con la co rriente" .14 La teo ría del progreso histórico en
últimos
. años
•de. Ben jami n " .12 AllíBeniami
J IR sostema • que Ia sociald
' emocra- su versión evolucionista llevó al revisionismo parlamentario y, en su forma
era comena un sen o error te órico antes de la Primera .. , error que f ue
• Guerra ortod ox a, a una percepción ilusoria de la inevita bilidad de la revolución.
en gran part e respon sable de la cooptació n del movimiento obrero d l Además, las victorias del fascismo en los añ os veinte y t reint a volvieron in-
u
fracaso. de ..la revolución alemana de 1918 . La socia ' Idemo ceaCla
.te, may unae sostenible la fe releológica en el curso de la histori a.
con.slgna : Saber es Pod er" . "Pero no llegó a penetrar su dob le sent ido En breve, un o podía (y de hecho, en el cambio de siglo, tanto los mar-
Opinaba que el mismo saber, que corrobora ba el dom inio de la bu .. xistas ortodoxos como los revisionistas lo hiciero n) descr ibir la rea lidad
b I lerar¡ rguesia
so re e pro eranado, ca pacitaría a éste para liber arse de d' h d " uti lizand o la teo ría de Marx , sin verse mov ido a una acción revoluciona-
E lid d le o ormmo .
_n rea I a se ~rata ba de un saber sin acceso a la pra xis e incapaz de ense- ria para tran sformar esa realidad. Cua ndo Benjamin (sonan do muy simi-
~ar al pro letariado en cuanto clase acerca de su situación' esto es q ue ' la r a Gra msci ) comentó: " Sólo unos pocos se percata ro n ento nces de
mocuo
b para. s u~ opres ores. Lo cua l resu lta especialmente válido
' , el era
para sa- cu ántas cosas de pend ían de hecho de la la bor cult ura l ma te rialista" , 16
~r de las :lenc l~s del espíritu. Estab a lejos de la eco nomía; las transfor ma- fue precisam ente para criticar la separac ión neo kantiana y pos itivista de
cienes de esta III le alcanzaban siqu iera. "B
. ~ h i stori ~ ~e la clase obrera, entonces, había demostrado que los req ue- 14. Discursos interrumpidos, p. 184.
15. Benja mm apu ntó la " necesidad de una teuria de la histor ia desde la cual pue-
nrmentos polít icos del "conoc imiento" (esto es, conocimiento que pud iera
d"" ser enfocado d fascismo " , así comu la necesida d de co ncebir la histo ria comu
" cat ástrofe" sin descartar enteramente el mot ivo del pr ogrese característico de
9. Walter Benjamin, Discursos int~",npid 182 . Mar x. (Ver Walter Benjamin , KApuntes sobre el concepto de h isto ria" , en La dialéc-
pañol de las "Tesis" en W " B . . os, p. . [EXIste a ira versión en es- tica en SUSp t'IlSO , p. 95 .) [Se t rata de la única t raducción al español de las not as y
.. a er enlcmm L1 JM/é ti
'. " c¡,
la ./,listoria, traducción, introducción ; nota s d;~~abí~l¿Uy~::~o/~gmesnto~ so- versiones que w rrespondell al conjunto de tr aba jos realizados por Beniamin a pro-
e l e, A RC I S- LO M, 19 9 5 . N. del T.J o es, a nna g o pósito de \;15 "Tesis" y de sus d istintos estadios y varianles de elaboració n. liede·
mann y Schweppenhauser los reptod ucen bajo el título de "p3ralipómetla~ en G. S.,
10. Ibíd ., p. 181.
1 t . Ibíd ., p . 182 . 1:3, pp. 122 8-1252. N . del T.I •
16. "Historia y coleceionisnlO: Eduard Fucha" , en Discursos interrumpidos. p . 97.
12 . G. S., 11:3, p . 135 5 .
13. " Histo ria y coleccionlsmo.. F.duard Fuchs", en D tscursosmterrumpidos,
' . p. 97.
16 S US>\N B UCI -M o R55 W AL TE R B EN' AM I N, ES CRITO R IlEV O LUC I ONA R IO 17

conocimiento teórico y praxis po lítica q ue ca racter iza ba a gran pa rte de Pasaies-, Benia min anticipó la cr ítica de que este escritor burgués no tenía
la tradición intelectual ma rx ista . (Tampoco, pod ría a ñadi rse, la versión nada de valor revolucionario para decir le a la generación presente, y la re-
hegelian izad a que Lukács hizo de Marx ofrecía lo que se necesitab a: no chazó: "Es una ilusió n propia del mar xismo vulgar pensar que uno es ca-
era probable que saber q ue uno era el "s ujeto-objeto de la histor ia "! " ins- paz de determina r la función social de prod uctos ment ales o ma teriales
pirara resisten cia en las barricadas. Las personas no sacrifican sus vidas considera ndo las circ unstancias y los portadores de su transmisión históri-
por eslógan es filos ófícos. ) ca.. . ¿Q ué es lo que se pronuncia en contra de con fronta r el ob jeto de es-
t udio, el po eta Baudelaire, con la sociedad de hoy de ma llera suma ria, y
respo nd ie ndo la pregunta qué (...) tendría él ento nces pa ra decir a sus cua -
Los sueños de la huma nidad dros progresistas, en respue sta a una comp ilación de sus obras; sin (... )
proced er a la pregu nta de si él tiene algo que decirles en a bsolut o? En ver-
M ar x pen sa ba qu e la misión hist ór ica del proletar iado era cumplir los sue- dad, a lgo im porta nte se pron uncia contra est a interr ogación acrí tica .. . el
ños utópicos de la hu ma nidad. Pero esos sueño s estaba n expresados en el hecho de que somos instruidos en la lect ura de Baudelaire precisa me nte a
arte.la po esía y la religión, precísamenre aq uellos " tesoros" culturales que través de la sociedad burguesa, y, de hecho, no a través de sus elementos
estaban en man os de los opresores. Allí residía el problema, pero la teoría , . " 2D
mas progresistas .
de la superestructura de Ma rx no er a la adecuada para lidiar co n él. · 1 Ben- En la época burguesa, la transmisión histór ica de cult ura se desa rro lla-
jamin intent ó desa rro llar un métod o de investigación cu ltural que supe ra- ha como si sus o bjetos fuer an merca ncías para ser vendi das y poseídas,
ra esa dificu ltad. Es import ante dejar en claro qu e Benjamín no est aba sim- más que exper iment adas. Todo valor potencialme nte revo lucionario per-
plemente trata ndo de co ntinuar la obra de M ehring, Puchs y otros en la ma necía latente. " La cultu ra parece entonces algo cosi ficado. Su histo ria
construc ción de un nuevo a bordaje disciplinar io a la sociología del arte, 110 ser ía nada má s que el poso formado po r momentos memo ra bles a los
uno que pensa ra la cultura desde un " punto de vista " ma rxista. Lejos de tlue no ha rozado en la conciencia de los hombres ninguna experiencia au-
creer que se trataba de un estu dio su perestru ctur a] de va lor secundari o, téntica, esto es política. ,,21 El prop ósito de la edu cación materia lista era
considera ba que la historia cultural debía erguirse en el ce nero de la edu- otorga r a la clase revo luciona ria la fuerza para sacud ir esos "tesoros (cul-
caci ón de clase. La meta revolucion aria era nada menos que una r up tura turales] amontonados en las espaldas de la human id ad (... ) y tenerlos de
mesiánica co n el pasado: la "liberación de la hurnanidad v.!" Da do que el este modo en las manos" .22
progreso hacia esa met a no era automático en la h istoria, una "educación
mater ialist a" , que pud iera desa rr olla r una conciencia re voluciona ria , se
torna ba cr ucial: roda de pendía de elJa. Imágenes d ialécticas
En sus notas sobre Baud ela ire -quien, com o poeta pri ncip al de la era
del capitalismo ta rdío, iba a apa recer extensa mente en el Pro yecto de los Imp lícita en las obras de Benja mín está un a detallada y consistent e t eo-
ría de la educación ma terialista que ha ría posible esa rea rt iculación de la
cultura, de ideol ogía a ar ma revo lucio naria. Esta teorí a implic aba la
17. Ver George Lukács, Historia y conciencia de clase, Mad rid, Grij<llbo, 1969.
18. Ben jamin escribió; "Es bien sabido que jamds SI: dejó ir Marx tan to como
so~re la concepc i ón que debe tenerse de la relaci ón de la superest ructura para co n 20 . Ihíd., p. 1166 . Las elipsis entre paréntesis ind ican frases tachadas en el
la infraestru ctura", " Historia y coleccioni.~mo: Eduard Fuchs", en Discursos inte- ur iginal.
mmrprdos, p. 112. 2 1. " Histo ria y ccleccíorusmo. Eduard Fucha", en Di~wrsw interrumpidos. p. 101.
19. G. S., D , p. 1167. 22. Ibid., p. 101 .
18 SU5AN s ucx-M oe ss WA. LT EIt B EN JAM I N , ESC R I T O It It E VO L U C I O N AIt IO
19

tr ans for mació n de las " merca ncías " cu ltura les en lo que él llama ba "i m á- la int erpret ación revo lucio naria, dad o que mientras ningun o de los dos
genes dia léct icas". El procedimiento constaba de dos et a pas. La prim era niveles era d irectamente útil para la lucha revolucionaria, ambo s podían
era des tr uctiva: la preser vación de los o bjetos cultura les del olvido por ser redimido s. Benjamín sostenía que "el problema entero de la popula-
parte del a parato histórico y literario burgués ten ía como co sto el sacr i- rización de la ciencia" no pod ía ser resu elto "mientras se siguiese pen-
ficio de su valo r de uso revolucio nario. Así como la revolución política sa nd o el o bjeto de esa la bo r cu ltura l como público en lugar de como cla-
ex igía el q uieb re del a parato estat al burgués, de la misma man era el a pa- se".H Y mientr as que el arte popular se hacía va lioso para la educación
rato cu ltu ral tenía qu e ser destruido . Part icularm ente . la esquem at ización mate rialista sólo cuando esta ba med iad o por un a conciencia de cl ase, el
burguesa de la historia como con fin/mm necesitaba ser " barrida por la art e qu e desprecia ba el co nsumo de masas podía desem peñ ar una fun-
dia léct ica" .23 Tal como [o ha bía ad venido Engels, era necesari o dejar de ción revolucion ar ia a pesar de sus intenci ones. Benjam in pensa ba a Bau-
conce bir las ideas y las form as cultura les que las encarn a ba n co mo desa- dela ire como " agente secreto " , descontent o con su clase y su fu nción so-
rrollándose progres ivam ente desde un a eta pa temprana que era " supera - cial de dominio: "La persona qu e lo confronta con su cla se obtiene más
da " en el sent ido de una "victoria del pensamiento (... ) en general y pa- de él q ue aq uella que. desde un punto de vista proleta rio , lo desest ima
ra siemprev .i" Benjamin sosrení á que el or den temporal de sucesión no por carente dee imteres, ,,.29
forma ba una secue ncia ca usal, de hecho, que no formaba secue ncia sig- La categorización del co nocimiento en disciplinas separada s t ambién
nificat iva alg una. Así, el ma te ria lista histórico " dejará de desgran ar la carecí a de valo r. Estas d isciplinas no tenían una " a utosuficiencia herméti-
sucesión de datos co mo u n rosa rio entre sus dedos" .H Este imperat ivo ca" . La estética no podía esta r separada de la historia de la tecnología, ni
cog nit ivo anticipab a el im perarivo pol ítico: la con ciencia de q ue las cla- la eco no mía de la poesía.t" Por otro lad o, ninguna clase de ob jetos te nía
ses revolucion arias esta ba n " haciendo salta r el contínuum de la hist oria" un va lor cog nitivo preeminente. La revelación podía ser encend ida ta nto
era un rasgo "característ ico " de su co nciencia histórica "en el mo mento po r libros infantiles, muebles, luces de gas, caricaturas polít icas, fot ogra-
de su acción ". 16 La historia empírica verificó lo siguiente: "Cuando lle- fías, catá logo s de viajes, gestos, fisonomía s y modas, co mo por tra ta do s
gó el anoc hece r del pr imer día de lucha (en la Revolució n de Ju lio ), ocu- filosóficos y sucesos históricos. Los propios textos de Beniamin yux rapo-
rrió que en varios siti os de París, indep endien te y simultá neamente, se [lían esos eleme ntos de un modo que tran sgredía todos los límites con-
disparó so bre los relojes de las torr es"." venc iona les de las taxono mías men tales y mat eriales, y en el pr oceso, co-
La codi ficac ión cultu ral burguesa de bía ser destru ida, pero no só lo nectaba extremos de la escala que negaban la co ncepción de un es paci o
eso. El momento destr uctivo de la dia léct ica, no dejar intacto ni uno de homogéneo. Ben jamin no só lo echó por la bord a las ca tego rías ka nt ianas
los a paratos cultura les, de bía viola r tod as las esqu emar izaciones bina rias coherentes y cont iguas de espacio, tiempo y causalidad; ta mbién se deshi-
po r med io de las cuales se ha bía valorizado la cultu ra burguesa. La dis- zo de las con vencion es discursivas en el ordenam iento estr uct ural de su
t inción ent re "a lta " y " ba ja" cultu ra, por ejemplo, no t en ía sen tido para argumentación ver ba l. Escribía en afor ismos . Su pensa miento " se desplie-
~1 " a tr avés de su asomb rosa yuxta posición, antes que a través de un tren de
23. Ibid. Cf. en las "Tesis": el ma terialista histórico "sigue siendo d um a de sus conex iones lógicas. N i el contenido ni la forma del orden de cosas bu rgués
fuerzas: es lo suficientemente hombre par a hacer salta r el contínvwn de la h istor ia" ,
Discursos interrumpidos, p. 189.
24. Bngels. ccrta a Mehring, 14 de julio de 11193, e rada en " His to ria y coleccio- 28. lbid ., p. 96.
nismor Edua rd Fuchs" , en DiKUrros interrum pidos, p. 90. 29. G. S., f:3, p. 1167.
25 . Benjamín, Discursos i'fltn7Jtmp idos, p. 191. 30. Benjamin considerab a la " mod ificación del mirar a rtístico" necesariamente
26. lbld., p. 188. co nectad a con " las transformaciones econó micas y t écnicas en la prod ucció n" , Dss-
27 .lbíd ., p. 189. cursos interrumpi dos, p. 106.
20 SUS!. N BUC K-,'vl oIlSS W A LT EIl BEN J A M I N, .ESCRIT OR Rf,VO l UC IO NAR I O 21

iban a perma necer intactos en la guerra de demolición emprend ida po r contado de h ilos que representan la t ra ma de un pa sado en el tejido de l
Benja mín. Pero fue la plataforma co ncept ua l la qu e fue dest r uida, no los presente"," no qu iso implicar que esta tra ma creara un " nexo causal":
elem ent os ma teriales. C ua nd o éstos fueron " volados del continuum de " Es más bien un nexo dia léctico , y hay hilos que pueden estar perdidos
la histor ia " , liberados de las estructuras cod ifica nres qu e los atrapaba n, dura nt e siglos y q ue el act ual decurso de la h istoria vuelve a coger de sú-
se hizo necesario recapt urarlos en una nueva red cogn itiva ames de q ue bito y co mo inadvertidamente" .J/) Las siluetas for mad as cua ndo el pre-
desapa recieran por comple to en la historia. Allí residía el mo mento sente recon oc ió al pasado en un senti do revol ucionar io "c o mo comet ido
constr uctivo de la dialéctica . Los elementos de las cu lt uras pasadas era n suyo,,)7 no se arti cu laron en un todo coherente. La inevitable multiplici-
rescatados y red imidos, reunidos en novedosas "co nstelaciones" que se dad de la histo ria era similar a la multiplicidad del lengua je. El lengua je
conectaban co n el presente en tanto " imágenes d ialéct icas" . " No es así universa l sólo ha bía exist ido en el Paraíso, antes de la Ca ída. La histo ria
qu e lo pretérito arro je su luz sobre lo pr esente o lo presente sobre lo pa- universal requería la restauració n del Par aíso en la forma de una trans-
sado, sino q ue imagen (dialéctica) es aqu ella en la cu al com parecen en una for mación revo luciona ria de la soc ied ad : "( S)ólo para la hu man idad re-
constelac ión el pretérito co n el present e. ..J l dimida se ha hech o su pasad o citable en cada uno de sus momentos "."
• H ast a entonces: " La histo ria universal, en el sent ido de hoy, sigue siendo
só lo una sue rte de esperanto "; "
El histor iad or radical de la cultur a Los objeto s culturales no eran inmortales. Lo que duraba en la histor ia
no era su imagen eterna, como los apologetas históricos de los dominantes
Ben jamin dejó instr uccio nes específicas para la const rucción de imáge nes habrían querido. En cambio, tenían una "so brevida" sólo cuando sus pulsa-
dialécticas. H acían un co rtocircuito sobre el apa ra to h ist órico- literar io ciones eran "perceptibles hasta en el presente" ."0Los objeto s cultu rales esta-
burgués y esta blecían una conexión directa co n una trad ició n disconti - ban sujetos al deterioro histórico. Su pulso viral podía hacerse más débil; su
nua . Si to da cont inuidad histórica era " la de los dom inadores" J2 esta pod er de iluminación no esta ba garantiza do." Así, " (... ) el conoc imient o

otra t radi ción esta ba co mpuest a por los momentos de rev ue lta co ntra en el inst ante histór ico es siempre el conocim iento de un inst ante" ."2 Per-
esa cont inuidad. Las imágenes d ialécticas eran el mod o de t ransmitir la cibir esta co nexión entr e pasado y presente requ ería de una hab ilida d mi-
cu ltura pasada , de ma nera que iluminara la posibilidad revo lucionar ia mética : " La percepc ión de una (similitud) está en cada caso atada a un
del presente. "( ... ) esa consideración de la histo ri a qu e tiene derech o a flash iluminado r. Pasa apresurada , y ta l vez vaya a ser recuperada, pero en
llamarse d ialéctica (... ) [debe] hacerse consciente de la co ns telac ión crí- rea lida d no puede ser reten ida como otras percepc iones. Se ofrece a sí mis-
tica en la qu e d icho fra gmento d el pas ado se encuent ra pr ecisament e ma a lo jo humano tan fugazm ente y al pasar como una constelación de
con el presente." 33
Lo s Iragmenros históricos eran est udiados com o el origen de la " exac- 35. Ibíd.
ta tarea dia léctic a que [al pr esente] le incumbe resolverv." Este pun to de 36. Ibíd.
37 . Discursos ittterTllmp idos, p . 11:1 2.
or igen, po r supuesto , no debía ser comprendido en un sent ido progresi-
38. 1bíd., p. 179.
vo o causa l. Cuando Ben jamín descri bió las imágenes como " el gr upo 39. La dialéctica m suspenso, p. 81 (de nuevo en p. 90).
40. Discursos interruntp ídcs, p. 92.
41. 'vl.a verdad no se nos escapará'; esta frese, que procede de Gottfried Keller,
31. La dialéctica el' $Usp eJlSO, p. 91 . designa el lugar preciso en que el materialismo histórico at raviesa lo imagen del pe-
32. Ibíd., p. 90. sado que amenaza desaparecer con cada presente que no se reconozca mentado en
J J . Discursos ínterrum pides, p. '; 1. ella", Discursos insemonpidos, p. 255.
34. ¡bid., p. 104 . 42. La dial éctica en suspenso , p. 77.
2l W A LT EIl BtN Jo\M IN. ESC K IT O R I\EVOLU CIONo\R IO 23
SUSI\N Buc".Mo l(ss

estrellas. La percepción de similitudes apa rece así atada a un insta nte". H Una vez q ue la auto ridad de la tr ad ición esta blecida era rechazada , có-
La ta rea del historiad or revo lucio nario de la cultura consistía en perci bir mo pod ía uno sabe r que había visto " la verdadera imagen del pasado ' T"
es~a const~l~~ión instantánea y captu rarla en un a imagen ver bal. Ben ja- particularme nte cua ndo "( ... ) la verdad (.. .) se niega a quedarse tranq uila
mm describió ese mome nto cognitivo como "dia léctica pa rada " .44 UNo y sonreír ante el objetivo de la escritu ra cuando nosc srros nos acomodamos
só lo el movimiento de las ideas, sino que tamb ién su detención forma bajo el paño negro" ;" Apareciendo en fragmentos y en lugares olvidados,
parte del pensamiento. Cua ndo éste se para de pro nto en una co nste la- la verd ad hablaba desde los textos sólo a tr avés de susurros. Benjamin lo
ció n saturada de tension es, le propina a ésta un go lpe po r el cual crista- llam ó "estar a la escucha de la tradición" : " Esa escucha es esforza da sob re
liza en mónada." -4 S todo porque hasta qu ien escucha sólo llega lo menos claro. No hay una
Co mo no había nada de lóg icamente necesario en el progreso cultural doc tr ina q ue aprender, ni un saber que pudiera co nservarse. Lo q ue se
la percepción de imágenes dialécticas era una revelación que siempreapn, quiere atra par al vuelo, no es algo determinado para un o ído" .sO
, J' ~nto con un s h oc k de sorpresa... La gran dificultad para percibirlas
recta La sen sibilidad , má s aún, la amabilida d qu e tal escucha de la tradi-
se debla al hecho de que el pasado tenía que ser descubierto por el presen- ció n dema ndaba, er an rasgos que cons tit uían el po lo op uesto de aque·
te de una manera que nun ca era 11 esperada, porque ese pr esente no podí a Ha s demandad os por el mom ent o destr ucti vo en el que se demolía el
hab er sido predic ho. M ás qu e confiar en el poder de revelac ión de los aparato co nce ptual burgués. El ca rác ter dest ru ctivo " hace sitio" ; su so-
Gra ndes Libros y de la trad ición inte lectual estable cida, Benjamín encon- la actividad er a " des pejar " , hacer "escom bro s de lo ex istent e" ..Sl Pero el
tró do cumentación en textos qu e hab ían sido descuidados. Precisamente en carácte r cons tr uctivo redimía el pasado al devolv erle el habla. Benjam in
tanto histor iador revolucionario mostra ba características de co leccionista descri bió el mo mento co nst ru ct ivo co n imágenes como las del te jido, las
y de anticua rio, revo lviendo esta ntes en viejas librerías, puj ando en subas- de la restauración del Pa ra íso,51 o inclu so las de la regen eración o rgá ni-
tas por volúmenes que nad ie qu ería, desenterrando pol vorientos tomos en ca de la nat ura leza: " El material histórico , ara do por la d ialéctica mar-
I~ Bibl~otheque Na rionale, despen án dolos de la muert e. O, cua ndo esru- xista" se hubiese co nvertido en "u n suelo en el que br ota se la semilla
dla.ba libros famosos, era para iluminar lo qu e se esco ndía en las esq uinas q ue arro jara en él el presente 'tr'" y otra vez en las "Tesis" ; " Igual que
y rmco~es de esos textos, allí donde los auto res no espe raban que se posa- flo res que tornan al so l su corola, así se empeña lo que ha sido, po r vir-
ra la mirada de los lectores. La propia biblioteca de Benjamin reflejaba el tud de un secreto heliotropisrno, en volverse hacia el so l que se levant a
pr oceso de or dena mien to a partir del cua l eran co nstruidas las con stela- en el cielo de la historia. El materialista h istórico tiene q ue entender es-
ciones. Scholem record ab a: "Aque llas grandes o bras q ue sign ifica ban al- ta modi ficación , la más im percept ible de todas".S4
go para él se hallaban barrocame nre agrupadas con Jos escritos más raros
y llamativos, aquel los por los qu e tanto su amor de antic uario como de fi- 48. Discursos interrumpidos, p. 180.
lósofo no se sentían en absoluto menos at raídos.... 7 49. Direcd ó" única, Madrid, Alfagua ra, 198 7, p. 85.
50. " Do s Ilum inacion es sobre Kafka " , en Imagillad ó" y sociedad, p. 206· 1L1
rrad ucién al inglés utilizada po r Buck -Mo rss le o torga un sentido distin to" esta úl·
43. G. S., 1U , pp. 206.7. tim a expres ión: " Las cosas que quieren ser atrapa das cuand o pasan volando, no son
44. P.oesía ~ Cllpitalismo, p . 185. [En la traducción ya menciona da Pablo Oyarzú n pa ra cua lquier oído". N. del T.]
Robles elige ~I smtag ma "di aléctica en suspenso" para tr aducir el mismo concepto 5 1. Walt cr Benjamin, "E l carácter destructivo", en Discursos interrumpidos, pp .
se adecua ~3S a la traducción al inglés con la que tra baja Buck-Morss. N. del T.]' que 159 -161.
45. DIscursos mt errum pidus. p . 190. 52. "Sobre el lengua je en gener al y sobre el lengua je de los hu man os" . en Para
46. Discursus interrumpidus, p. 110. una crítica de /0 vio /encia }' otros ensayos, pp. 59-74.
4~. Gersh om Schole m. MWal ter Benjamín", en Walter Benjam ín }' ~u dngel Bue- 53. Discursos interrumpidos, p. 96.
nos Aires, Fondo de Cu ltura Econó mica. 1991:1, p. 12. ' 54. Discursw interrumpidos. p. 179.
.....
24 SUSo\N BU C l -M o lI.s s WA LT ER BEN ' AM I N, ESC RITO R R EVO LUC I ONAR IO 2S

d ialécticas de Benjamín, el presente como momento de oportunida d revo lucio-


El presente com o pos ib ilidad revolu cionaria naria aparece como el "horizonte ..s\l de la historia pasada. actu ando co mo es-
trella polar para la reunión de sus fragmen tos. Sin él, las pos ibles reconstruc -
Lo q ue salva ba a este imp ulso restaurador del conservadorismo era que el ciones del pasado serían infinitas y arbitrarias. Así, el presente le o to rgaba al
" presen te" que se superponía al pasa do no era el present e emp írico, el es- materialista histór ico la perspectiva co rrecta y lo ayuda ba a no perderse. Esto
tado dado de las cosas . Por el contrario, era el "ti empo-ahora" mesiánico es im portant e po rq ue separa el método de Benjamín del hisror icismo que ta m-
(Jetzt-Zeit);H que de be ser entendido en el senti do secular y co lectivo de bién interpreta el pasado a la luz del presente, pero postulando un presente
acción revolucionaria: el presente era el momento de const ante posibilidad dado en vez de un present e revoluciona rio. Benjamín critica ba las histori as cul-
revo lucionaria. En Direc ción única Benjamín aclaró la conexión entre tales tura les e intelectu a les pensadas "pata incitar, par a ofrecer cambios, pa r'l inte-
imágenes y la praxis revolucionaria: "Sólo la imagen representada mant ie- resar" .w El fracaso en d istinguir entre el presente en ta nto a lgo dad o y el pre-
ne vivo el deseo. Al contacto con la simple pa labra, éste puede, en camb io. sente como pos ibilidad revolucionaria, pr ivaba a la práctica histórica de den-
prender con fuerza para luego seguir ard iendo como fuego de brasa. No sidad política. El a rgu mento según el cual determinadas interp retacio nes de la
hay deseo íntegro sin re presentación figura tiva ex acta. No ha y representa. hist oria pasada o det erm inadas lectur as de text os pasados debía n pre ferirse a
ción sin iner vaci ón " ,.56 Por sup uesto, el dese o que importa ba para Benja- otras, no porque fuera n más cercanas a la verda d (mesián ica ) sino por ser más
mm era el deseo co lectivo de la clase revo lucionari a, y el hecho de q ue las " interesantes" dent ro de l contexto intelectu al del present e-dado, co nstitu ía a
im ágenes que podía n motiva rlo brotaran de la historia pasad a "( .. . ) es só- lo sumo un criterio estético, que prometía placer desde una distancia conrem-
lo en apar iencia una co ntradicció n: la Revo lució n Fra ncesa se rem ontó por plativa. El juicio de Benjamín so bre esta act itu d era a brupto e ineq uívoco:
sobre el a bismo de dos milen ios hasta la re pública rom an a". " Las im áge- aquellos q ue podían disfruta r de la cult ura tal como era tr ansm itid a en el pre -
nes dia lécticas, q ue no po dían ser for mad as sin el co nc ur so de l pa sa do, sente lo hacían ent ra ndo en empatía con los opresores." Desde el punto del
tr ansformaban el modo en que el pasado era heredad o. present e-dado, el pasado aparecía co mo la fuent e de los orígenes, que exp li-
La motivació n revoluciona ria se crea ba entonces mira ndo hacia a trá s. La caba ese presente. O tambié n, la histo ria pasad a era leída co mo el límite q ue
inte rpretació n de Benjamín del legado hegeliano en la teoría de Marx trata ponía en relieve la época presente, dando pruebas de su singularidad. Esta his-
precisamente ese problema: no fue la teoría de Marx la q ue le perm itió a l pro- toria era có moda y complaciente: uno se sentía ten tado de hu nd irse en el pa-
letariado a propiarse de la herencia del idealismo a lemán. Por el contrario, la sado como si se trat ara de un sillón. Se opacaba así una visión revoluci o na ria
situación histó rica real del proletar iado, su "posición decisiva en el proceso de l presente en la q ue éste era e1 linde de un futuro rad icalm ente d iferente.
de producción mismo"," hizo posible la ra dical relecrura de Hegel que ope- La cr ít ica es releva nt e t ambién para los hi storicista s de n uestro t iempo
ró Marx. Fue la image n del pr o letar iado como age nt e revolucion ar io la que q ue, irónica mente, al interpretar a Benjamín practican precisam ent e aq ue-
permitió una re-visió n de la teo ría de Hegel y no a l revés. En las imágenes llo co ntra lo q ue Ben jamin predicab a. Incluso las interpretaciones "deco ns-
tructivistas",61 q ue están co nsc iente ment e basadas en una ep istemo logía
55. Ibíd., p. 190. " Ya que cada segundo era en f l la p equeña puerta po r la que
podí a entrar el M esías", ibíd., p. 19 1. 59. G. S., U , p. 983.
56. Dirección única, p. 57 . [La rmduccíón inglesa citada por Buck-Morss es li- 60 . Discursos interrump idos, p. 97 .
geramente distima: donde en español se lee "deseo" y "representación» la versión 61 . " (.••) al pla nt ea r In cuestión de con quién entre en empatia el h i~tori ador. his-
ingles a habla de "v olo nrad '' e "im aginación" . N. del T.I ' roncisra. La resp uesta es innegable que reza así: con el vencedor ", DIS cursos mte-
57. La dialéctica en suspenso, p.l'l 4. rr/lmpidos, p. 181. _ _
_ ~8. C. ~orn (Die Neue Zeit, 190 11), citado por Benjamin en " H istoria y co lee. 62 . Ver 13 inrerpretació n que Ca re l jncobs hace de Benjamin en Th e Dissimula-
cicms mo. Edua rd Fucha", Discursos interr/lmpidos, p. 98. tlng Harm ony, Bahimore, 1978. lrving Wohlfarth, uno de los intérpretes más astutos
16 W"LT ER 8 EN J"'.IIN , ESC RITO R REV O LUCI O N"R IO
27
SUSAN Buu :-M o MSS

q ue dic e ser a la vez a nriideo lógica y políticamente r adical. no pueden llevar legítim a -y q uizás la única- que po día t omar el co m pro miso int electual
a un pu~to .de detención lo que se exper iment a como una continua inqu ie- con la revolució n proletari a. Benjam ín critica ba co mo romá nt ica " la vieja
tud .dc:l.slgm ficado, porq ue no hay ninguna imagen del momento pre sente de y fat al co nfusión -ta l vez haya comenzado con Roussea u- q ue glorifica la
po sibilidad re volucionaria qu e detenga el pensamiento. En a usencia de es- sim plicidad de la vida de aq uellos que est íánn bai aja se rvridurn bre " ;" co n de-
te " horizont e"• los deconsrructívisras "descent ran" los texto s como una se. naba los intentos de los escrito res burgueses de retra ta r la vida de la clase
rie de actos individualistas y ana rqu istas. El cam bio pa rece eterno incl uso traba jadora, po r co nsiderar qu e co nstituían " (" .) sólo un intent o de co rto
cuando la soci edad permanece est át ica. El gesto revolucion ario la de- de alca nce y mayormente insa lubre de escapar de la abstracción idea lista y de
c~mstr ucció n (la for ma de int erpret ación cultu ral de moda en nuest ro pro. toca r la carne de la realidad de cerca, m ás de cerca en verdad q ue nunca
PIO pres.ente-dad o) se redu ce así a 1.1 pura novedad de las interpre tacio nes: antes " .64 Él sostenía en camb io qu e "En realidad, se tr a ta m ucho menos de
moda dlsf~az:lda de po.lít ica. En co ntraste, la decisió n de Benjam ín de pre- hacer a l artista de procedencia burguesa m aestro del 'a rte proleta rio' , qu e
senta~ las, I~eas ~omo Imáge nes d ialécticas ant es q ue co mo co nceptos , no de poner lo en función, a un a costa de su efect ivida d a rt íst ica, en los luga-
era m estenca ni a rbitra ria sino cla ramente po lítica . Su teoría de las im d- res importantes de ese ám bito de imá genes (dialéct ieas) ".6.s
gene,s ~ialéctica s, haciend o caso omiso de sí esta ba expresada en términos Ést e er a el ar gumento de Benjamín precisam ente en el m oment o en q ue
teo~~glCos, meta físicos o ma rxistas, esta ba consistentem en re em pa pada de estaba co ncibiendo su ob ra más import ant e, el Pro yecto de los Pasajes, q ue
POh~lC~ rev olucio nari a. Benjamin siem pre estuvo atent o a su hor izo nt e, y a su m uerte dejó inco nclusa. H asta la publicac ión de este manuscrito en el
sus interpretes ha rían bien en seguir sus pasos. Sin el fulgor co nstante del próximo volumen de las obra s completas de Benjamín, será imposible ha-
pres.eme, uno ~ arr iesga a qu edar enca ndilado por 105 relámpagos de los blar con seguridad de ese eno rme pro yecto (las ano taciones a má qu ina lle-
escr itos de Benj am in y a volverse ciego al hor izonte. gan a vari os miles de páginas). Por otro lad a,los fra gmentos y artículos re-
lacionada s que se basa n en materia l reco lectado par a el proyecto , no son
66
siem pre explícitos en sus inferencias teóricas. Sin em bargo es inconcebible
n. El pro yecto de los " Pasajes " que Benja m ín no se ha ya al menos propuesto que esta histori a cult ura l de
París en el siglo X I X realiza ra lo q ue él conside ra ba la tar ea del intelect ual
~r capaz de percibir el pasado de modo de volver visib le el presente como po lítica mente comp ro met ido. Co mo preco nd ición de una eventua l interpre-
msra nre revo luc ionario er a la tarea centra l de una ed ucació n m ater ia lista tac ió n de ese pro yecto, ento nces, sería releva nte hacerse dos preguntas: ¿en
~ histori a del movimiento soc ia ldemócrata mostr a ba qu e la teoría t"Con~ qué esfera s de imágenes del siglo XI X se espec ializó Benjamin ?, y ¿clima se
nuc a de Ma rx les ha bía dado a los tr a bajadores Las arm as para entender su conect aban los eleme ntos qu e allí descubrió co n su propi o present e en t an-
ex plo tació n, pero no la fuerza de voluntad par a su pera rla. Esa fuerza se to imágenes dialéct icas de una o portunidad revolucio nar ia?
a limenta ba de imágenes de la histo ria pasada . Pro veerlas era la forma más
6 3. G. S., 11:2, p_ 787 .
64. lbíd.
de ~nja min , en ~u le.etura crítica de:! libro de Jacobs reconoce que la distin ción ent re 65. " El Sur rea lismo", en Wa lter Benjamín, Im aginación y sociedad , Ma drid ,
el met~o .de fk2 Jamm y e~ de los deconsr ructivist as es esencialmente polít ica; que pa- Tauru s, 1998, p. 61. . '
ra Be~J amJ.n },a captura VIOlenta del presente (.. .) tiene [a estr uctur a de la pr axis re- 6 6. Estos artículos dispar aron el aho ra famoso debat e ent re Bcnjarniu y Ado rno,
Yol ucl?n~ rJa '. Pero cuando traza las r~íces pmus tianas de la concepci ón de Benja- llevado adelante en su correspond encia de los años t reinta , en el cual Adorno .criticó
~ln, SI bien reconoce que el SUjeto de dicha pra xis es " la clase o prim ida " Wohlfarlh a genjcmin po r violar sus propias premis as teóricas. (~er ~~c k~t.lorss, El (mgen de
tiende ~ separar el mem ento de la acción de la historia concreta y a et:rnizar lo en fa diaféc/ica negativa, Capítu los 10 y 1 1. Una part e slgn lfIC311va de su cQrr~s~ ­
una " fo~ula pa ra la revolución permanente" (" Walter Benjamin's ' Ir uage o f lnter- dencia vincu lada a ese debate apa rece m Th eod or W. Adorno y Walter Beniamin,
preran on , Ne w Germoln Critique, 17, p. 94). Correspondencia (J 928.J940J, Madri d, Trona, 1998 ).
28 29
SUSA N Buo :- MokSS W,HT U t B~ NJ A M I N , asc a rr o w R E VO L UCI ON "RIO

m-uda s má s elega ntes, de ta l modo que un pasaje es una ciuda d, incl uso
un mundo en pequeño " ,' '1
Mundos-de-ensueño de cristal del ca pita lismo Ben jamín tam bién describió los edificios de la Exposición Universa l de
I H67 en París, con struidos en hierro y vidri o. y replet os de merca ncías y
L~ fuente ~ás legítima p arecerí a ser el expos édel proyecto de 19 35, pu - IX'rsonas70 -se vendieron onc e millones de ent radas- oLas imágenes del Pa-
bhcado pos. tum amente como " París, cap ita l del siglo XIX" •(,7 ongma- . . I rís del siglo X IX que Benjamin desplegó en el expos écomo si constituye ran
ment e. e scn ~ o como parte del (exit oso) intento de Benjam ín de ob r II lIa cinta cinematográfica son fragmentos de la vida en las calles de la gran
un esrípend 10 d e1 Jnsu' t uro de Frankfur t par a Soste ner su t rabajo Oener dudad y de la mu ltitud urbana . Simultá nea mente a su trabajo en el
d os arncu
fculos
os esc -¡
escritos par a el Instituto en 1938 y 193 9•" au nque.. . 1tr os
e a ra- Proyecto de los Pasa jes, Benjam in escr ibió un a ser ie de descri pciones de la
m en ~e se con centra n en Baudela íre, despliega n tem as de l Pro yecto de los vida ur bana contempo rá nea -en Moscú, en N époles, en Ma rse lla- basad as
Pasajes, elabora ndo y extend iendo las imágenes del expos é L (' 11 sus propias impresiones." El motto que encabezaba una de ellas era de
. d d " '" o que es
sor pren
' ente . e est as tmagenes pa ra cual qui"era q ue esperara un a pers - Andr ó Breton : "La calle.. . el único campo de exper iencia válido ".n Éste
pect
., iva. marxi sta es qu e casi n unca .. provienen del mundo de Iapco d uc- era un mu ndo que, como Benjamín apuntó, el joven Engels encon traba re-
ClO l1, SU IO que est án situa das en la esfera del in rercamb¡ E d d i pugnante: "Ya el hormigueo de las calles tiene algo de repugnante, algo en
. dom ¡ 10 . n ver a a
Imagen omman re, Jos pasajes en sí, eran un lugar para la ex h ibic ión y con tra de lo cua l se ind igna la naturaleza hum an a".73 Para analizar L a
L venta, . no solamente de me rcancías , sino tambi én d e bilenes d e ¡UJO
la " .wndición de la clase obrera en Inglaterra (el est udio de 1844 del que pro-
os pa sa jes, con sus tec ho s de hierr o y vidrio ' iluminab
.. a n y consmnan ' " viene esa cit a), Engels ingresó a la fábrica. Allí, las enfer medades la borales.
un a 1ta r pa ra esas merca nc ías , formand o VISiones
. . de a bun da ncra " qu e el tra bajo infa nt il y el crecim iento atrofiado de los tra ba jadores proporcio-
no da ba n a la~ masas q ue pa sea ba n cla ve a lguna so bre las co ndicio n.rban las imágenes más violentas y lla mat ivas de la miseria hu mana en el
- Benramm
de su produce Ion. " " citairaba una guía tur ístic' d P , d i "neo
"E . .. e arts e s lg 1o « aba jo fabril. Sin emba rgo, al igual qu e los informes de la Comisión de Tra-
X I X: sos Pasaj es, un a nu eva invención del lujo in dustri al so n pas h,tjo Infantil y de Investigación de Fábricas de los que provenían muchas de
techad~s de vi~rio ~ en los ad os de mármol, a través de blo~ues de ;:~ LI S es ta dísticas de Engels, esas imágenes daban motivos para un sindicalis-
sas CU}OS propiet ar ios se ha n unido para semejantes especulacio nes. A mo m ilitante, claramente cargado de potencial revol ucionario cuando el
am bos la dos de esos pasos, qu e reciben su luz de ar ri ba, dirscurren Ias
A

69 . Poeua y capitalismo , p. 174.


70. lbíd., pp. 179-] 81.
SCh~;~llE~t;¿M:~iIO. fIle p~blicado por primera vez en b edición de 1955 de Jos 7 1. Ver Walter Ben jamin, Cuadro s de un pt nsamiento, Buenos Airl"5, Ediciones
Taurus, 1971 I.ni~~~~ ; ::a 'd::~~i;i~~::4~~~:~:~~~:~St~ y capitali5"!0, Madrid, Jmago Mundi, 1992.
72. Ibid., p. 76.
Y,eclo die Reo.ja~in es algoque eslá en debate. Aunque Horkh::~;c~:;:~r~II Plm" 73. Citado en Poes{<l y capitatismo, p. 74. Adorno objeta ba la cit a a. lgo extensa
ntu ro, a recibió con entusiasrn Ad _. • e ns- que Benjamín hacia de Bngels, y quería que fuese borrada (G . S., 1:3. p. 1112). Ben-
caneaba el nivel de "el glor¡os:'proy:~~~ ~n~~~~~ ~~ í~~u;é sost:niendo que no al- [amin acató este consejo en el artículo de 1939, en el cual aparececomo reemplazo
ahora no tenemos acceso). (Ver la carta de Ad ~saJ~s (al cual nosotros este comentario: "Para Engels la multitud tiene algo que consterna. Provoca en él
1935, en Correspondencia, p. 113.) orno a Benja min del 2 de agosto de
una reacción moral. Junto a la cual desempeña su papel otra que es estética; le re-
68. Ambos en Poes/a )' capitalism o. El r im "El P t .; d .
en Baudelaire" (1938) fue rechazado fI ~ro, d ans el Segundo Imperio
da explicación del rechazo. (Ver cart:~r~ ?Stl~uto. Acamo escribió ~na detalla -
sulta desagradable el ternpo con el que los transeúntes se disparan unos al iado de
otros. El incentivo de su descripción se constituye en la mC'zcb de un insobornable
277.) En 1939 D_ O'" " ibió njarn m, en orrespondenCla. pp. 269-
hábito cernee y del antiguo tenor patriarca l. El autor procede de una Alemania to-
, u<: a mtn eSCrJ 1 un segundo t' 1 "Sob I davía provinciana: quizás jamás le haya alcanzado la tent ación de perderse en un río
Bauddaire". que fue aprobado .. I ar ~cu 0 . ~e a guno s temas en
y apareoo en a revista del Instiruro en ] 940. de personas", Poesia y capitalismo, p. 137.
31
30 SU SAN BU CK-MoRSS WIl. \.l' I' 1l. BEN JA M IN , ES CIl.ITO R R EVO LU C I O NA Il IO

"presente" era t 844 Y el mov imient o Ca rrísra esta ba en su apo geo , y mu- y ~" libert ad sexu al. Era clar o pa ra cualquier marxista que el c~ ráeter i~;.
cho menos clarament e cargado de ese pote ncial en 1934 , cua ndo mu chas . de est.. m un do de ensu eño debía ser revelado. ¿Pero el sueno rarnb ién
~on u .. .. _ . "deca
de las uniones sind icales estaba n colaborando desde ha cía tiempo con el IIt.hía ser destruido? Rechazar el hedo nismo de los a~os veinte po~ •
esta do ca pital ista , y m uchas de las peores condic iones de la fáb rica hab ían dent e" y tild ar a todas las for mas de ensue ño expcnmen~ales de, bolc he-
sido at enuada s, contribuyendo a la ilusión de que la historia era pr ogreso VIS ill O cultur al" fueron dos de los punt os centra les de la ldeolop a ua l fas-

gene ra lizado. l as imágenes fa briles de Engels eran entera mente negat ivas. o~m() , que glor ificó la disciplina corporal, co nectó el a~cet~~mo sexua c~n
Las imágenes de la mu ltitud de Benjamín eran ambivalentes: utopía y des- 1.1 pureza racial, asegu ró econó micamente la redome.s tl~aclon de las mure-
grada , Paraíso e Infierno, estab an entre mezc lados. J ustament e la intenció n . ' predicó una ética del aurosacr ificio en el cumplmue nt o de los deberes
¡ ~~,.., la familia y la nac ión. Para Benja min tal pos ición era cla ra mente
76
de Benja min era iluminar " la a m bigüedad propia de las circ unsta ncia s y n
1.1.. " f ts senscal y roa-
los prod uctos de esa época. La ambigüedad es la manifestación alegórica ft';u:ciona ria: el dese o de placer, entendido en su o ~ma mas sen. .
de la d ialéct ica " .7~ ¿C uál era la ventaja revolucionari a de esta elección , ' n i.,1 era un a fuerza de resistencia co ntra el fascis mo y el caplt.a ~ls~o,
cuá l el poder movilizador de t ales imágenes ? )Ur~ ~e su prop ia ex istencia requería que este de~eo no fuera sat is : c. o.
Dos condiciones pa rticipa ban en la formación de un momento revolu- ~\" lIiamin escribió q ue la étic a del tr abajo, cualquiera fuera su pro POSlto ,
cio nario. Una e ra ob jetiva , cau:ada po r esas cr isis econó micas que eran .f ¡r"ta ba la ex plotació n de! prol eta riado: "Com parad as con esta concep-
parte de las leyes de mo vimiento del capita l, y en la épo ca de Benjamín es- ~~C'J(l\ I~os it iv ista demu estran un sent ido sor prend enteme nte .sa~~7Ias [anta-
ta con d ición esta ba madu ra: el Pro yect o de los Pasajes fue escri to en un \1 .1.. q ue tanta mater ia ha n dado pa ra ridiculiza r a un Fo un er

contexto de depresión m undial. La segunda era subjet iva: el pro leta riado
como vanguardia de la revolución tenía qu e desarroll ar una conci encia re-
vol ucio nar ia. En este punto, co mo se ha seña lado , los a ntecedentes de las ( Un hedonismo revolucionario ?
cla ses tr ab ajadoras occidentales en el siglo xx estaban lejos de ser alenta-
do res. Se hab ían habi tuad o a a pelar al gobierno, no sólo en busca de me- rI hed on ismo burgués al menos sostenía el sueño de felicidad ,ma teri.11, no
jores condiciones labora les sino tam bién, en épocas de depresión , para pe-- ¡;llpo rt a c uá n distorsionado, Y argument ar junt o con los faSCistas. que ese
, , id par a una perspectiva revo-
dir emp leo. Por otro lado, esos tra bajadores tendían progresiva mente a -ño debía ser rechaza do no tem a mas senn o . I

M IC d¡ . . h nas de la produ cció n


ident ificar se con sus op resores y a adoptar la misma conciencia ideo lógica [ncion aria que argum entar que las con rete nes 111 u rna ..',
y cosificada que constantemente opacaba la no tr an sitorieda d estr uctu ral f Ibril en el siglo XIX justificaban un rechazo total de la ind~stClah~aclOn.
de los problemas soc iales. Así, Ado rno condenaba "( ••. ) la conciencia rea l I~'ni amin hacía hi nca pie en que, así como las fuerzas pro~u~lVas eXllsten~es
de los pro letar ios rea les, que (.. . ) llevan en sí (.. .) todas las hue llas de la lIltici pa ba n una época fut ura de abundancia, en contradlcclon.con as re a-
mut ilació n del ca rácter burgués" .75 El con for mismo de la conciencia de los ~ i(Jiles de producció n capitalistas y t rabadas por ellas, de la ml~ma¡ '"fanera
, . , - icas del fut uro : A a a rm a
trabajadores se debía en gra n parte a los nuevos medios masivos de comuni- 1.1 conciencia existente conrema mragenes onm . ' , I d
cación, la indu stria cultural, que , a trav és del cine, la ra dio y los tebloides, era delos nuevos medios de producción, en el com ienzo doml~a~a a,un po r a e
capaz de coo ptar los descontentos populares, proporcionando COl1\O sustitu- los an t iguos (Ma rx), corresponden en la conciencia colect iva Image~es ,en las
ro el goce del mu ndo de los op resores: sus mercancías, su entreten imiento 'lile lo nuevo se interpenerra con 10 viejo. Esas imágenes son optat ivas, y en

74. Ibíd., p. 185. 76 . Esto era cierto para la g scoela de Frankfurl en general, y para Marca se en
75. Carta de Adorno a Benjamin, 18 de marzo de 1936, en C,;rrespo'lden. p;lrticu]ar.
cia, p. 137. 77 . Di5C1m o5 interrum pido5. p. 185 .
.....
32 SU S"'H BUCII: -M okS S WAI-T E R B E N ' AM I N , HC 'l.l T O R IlE VO lU C 10 N A MIO 33

ellas la co lect ivida d busca tanto supr imir como tran sfigurar las deficiencias eleme nt os perm itían la inter preta ció n de est a co ncienc ia co mo sueño en
del orden soc ial de prod ucción y la imperfección del prod ucto social't." El .nn bo s sent ido s: ilusió n fan tástica y deseo utópico; más aú n, q ue este pro·
hecho de que esas imágenes a parecieran bajo una fo rma "fantástica " se de- ceso en tanto " ed ucac ión cultura l", tenía el poder de viralizar a las m as as ,

bía al co ntexto de opresión de clase . Y sin emba rgo: " Sin esta previ a fo rma cargá ndola s co n capacid ad par a la acción revol ucio na ria .
en la conciencia onírica no sur ge nada n uevo"." Pero par a q ue el sueño co- Fue la o bra de un surrea lista la que le sugir ió a Benjamín en pr imer lu-
lectivo fuera efect ivo en el mom ent o revolucio na rio del presente deb ía ser ~;IT q ue los pasa jes pod ían ser una imagen del mu nd o bur gués, un mo nta je
interpreta do. Así co mo, según la teoría fre ud iana , las imágenes on írica s de di' sus rea lida des y sus fant asías. El ca pítul o inau gu ra l de la nov ela de Lo uis
los ind ividuos ten ían co mo o rigen las experien cias anter iores de la hi sto ria Aeago n de 192 6, Le pa ysan de París, desc ribía el Passage de l'Opera, en ti
pe rso nal, las imágenes colect ivas tenían su o rigen en la historia soc ia l pre- 1 1l;1! Blanq ui. Hder de la Com una de París de 1871 , ha bía vivido, y donde

via, El o bjet ivo terap éutico era precisamente desenterr ar esos orígenes y .rhoro (en el Ca fé Cert á] And ré Breron, fund ador del surrea lismo, se encon-
m ostr ar có mo for m a ban un a cons telación con el presente . El deseo oní r ico rr.rba con Aragon y su círcu lo. Ara gon descr ibía co n m inucios idad el inte-
se hac ía consciente , liberan do ene rgías psíquicas reprimidas q ue se utiliza- rio r del pa sa je y re prod ucía detall es imp resos -señales, a nuncios , el me-
rían en la tarea de tr ansformar .,el deseo de felicidad en un pr ograma revo- n ú de l café- d irect a mente en las páginas del libro. Su regis tr o de l Pa ssage
lucion ar io colectivo . En verda d, el Pro yect o de los Pasajes de Benja mín po- 111' l'O pera sucedió justo antes de su demo lición . Fue de rr ibado pa ra deja r

d ría ser le ído com o ps icote ra pia co lect iva pa ra una clase revol uciona ria que 1' .\ SO a un nuevo bulevar, llam ad o apropiad amente el Boulevard H aussma nn .

esta ba sufr iendo los sínt omas de la im potencia. Arag ou abo rda ba la ciudad como fuent e pot encia l de verdad; " Nuestr as
" Cada época no só lo sueña la siguiente, sino q ue so ña dora menee apre- cunlades está n po bladas po r esfinges no reco nocidas que no det ienen a l so-
m ia su despe rt ar" , escr ibió Benja m in en el expos é de 1935.80 Como rera - lu do! pasante si éste no enca mina su d istracción med itabunda en su d irec-
pia. !a construcc ió n de imáge nes di aléct icas buscaba desper tar al sujeto co- ción, que no le hacen ninguna pregunta mo n al" .u Ben ja mín leyó el libro de
lectivo act ual po r med io de un shock, no sólo para sac ud ir las ilusio nes de Aru go n preso de una gra n ex citación: "( ... ) po r la noc he, en la ca ma , no
su sueño, sin o t am bién para co loca r sus im pulsos a d isposició n de la revo- podía leer más de do s o tres páginas, por qu e m i cor azó n lat ía ta n fuer te-
lució n. " Valorar en la vigilia estos eleme ntos de en sueñ o es un ejercicio es- 111('lIte q ue te nía que so lta r el libro de las ma nos " .8~ En 192 8, Benja mín t ra-
co lar de l pe nsa miento di aléct ico. ,,81 Benja m in cr eía q ue una ta rea de esa dujo la desc r ipción de Arago n del Passage de l' O pera pa ra el Litemrische
na tura leza era no só lo posible, sino también vita l par a la pra xis; "Suponien- \VI'/!. Éste fue precis a mente el mo mento en que su plan pa ra una histor ia
do q ue el cue rpo es el cuerpo de la human idad, ento nces tal vez sea enren- \ uh ural m ateria lista de l s iglo X I X, basada en [os pasajes, fue for mu lado por
dihle cuá nto este cuerpo debe dejarse perrnear po r el sueño par a ser capaz prime ra vez. El métod o surrealista de Ar agon se limita ba a registr ar las im á-
de a ctua r ". 82 Sin du da Benjamín estaba co nvenc ido de que los p asa jes de t;n lcs de los pasa jes ac m ales ," q ue flota ban fetich ísticam ente co mo simbo-
Pa rís propo rc io naban una image n d ialéct ica (o un a serie de imá ge nes) lo, o nírico s en la conciencia del presente. En contraste, Benjam in ra str ea ba
f
que revelab a el o r igen histó r ico de la co nc iencia de l pr esente, y que sus '·' .ISimágenes hasta la fuente de su pr oducción histórica.

78. Poesía y capitalismo , p. 175. Para una discusión de! argumento de Benja-
min en el contexto I1l J S general de la crítica estética marxista, ver Terry Eagleton, 83. Lo uis Aragon , Le pa)'SJ11 de París, París, 1926, p. 18. .
Marxism and Literary Criticism; Berkeley, 1976, Capítulo 4. 84. Carta J Adorno del 31 de mayo de 1935, en Correspondencia, p. 97.
79. La dialéctica en suspenso, pp. 111·83. 85. Cf. la critica de Brecht de que los objetos del surrealismo "no retomaban
80. Pw sía 'Y capitalismo , p. 190. de nuevo del extrañamiento", Reft ulr Brecht, "Neue Technik der Schausmel
IB. lbid. Kunst", Gesammelte W("1ke, Volumc: 15: Schriften zum Theater 1, Frankfurr am
82. G. S., 1:3, p. 1181. Ma ¡n, 1967, p. 364 .
34 SU5 AN BUCK-,\1011SS W /lLT I' R BEN J/lM lN , ESCR IT OR REVOLU CI ON /l R I O 35

pú blico de pro piedad privad a de esas ca racterísticas fue el prerrevol ucío-


lurio Palais-Rc yal , cuyo rentier cse un noble, el duq ue de O rlean s). La a m-
Una nueva d ialéct ica de lo privado y lo público bivule ncia entre la nat uraleza púb lica y pr ivad a de [os pas ajes estaba a rti-
culada en su arquitectu ra. Los pa sajes eran edificios, inte rio res cer rados, y
Los catorce pasajes de Parí s fueron construidos an tes de 1848,8(; en el pe- ~¡ 1I embargo sus techos vidri ados de tres pisos de alto de ja ban entrar la luz
rí odo de dom inio burgués a nterior al desafí o de la insu rgencia proletar ia ,Id cielo, pro duciendo la ilusión de espacio exterior, de calle enmarcada
q ue br or ó dura nte la revolución de 1848. En el temprano siglo X IX, estos por fac hadas de tienda s. Como imagen, esta ba n co nectadas a la vez co n el
centros elega ntes de la vida burguesa aloja ban cafés, burdeles, tiendas de sisrema público de ca lles y el inter ior burgués. Su co nstr ucción era u n ejem-
lu jo, depart am entos, exhibiciones de co mida, moda y a moblamienro, gale- plo de socializac ión de la propiedad privada sin su elimi nación. Los nego-
rías de arte, librerías, pan oram as, teatr os, baños, puestos de diario s, casas , ios mismos com pa rt ían esa am bivalencia: " (.. .) los minoristas par isinos
de juego, clubes pri vado s." Como "zona de imágenes" en la que especia- cunsi de ra ban que sus negocios era n extensiones pr ivadas de sus hogar es,
lizarse, los pasa jes de hecho proporcionab an a Benjam ín un escenar io his- 1 U S;\ qu e eran frecuenremenre (.. . ) [Aquellos que entra ban se encontraban]

r órico extraordinario, iluminado por luces de gas (ut ilizadas por primera ron una civil pero sofocante ob ligación de com pr ar". "
vez en Jos pasajes), a t ravés del cual desfila ban las figuras de la m ultit ud: [ .:1 ilumi nación desde arriba había sido usada en la construcción de igle-
ñna ncist as, jugadores, bohemios, fláneurs, cons piradores po líticos, dan- vi.rs, part icula rment e en el Or iente cercano, donde el imperialismo burg ués
dies, prostitutas, cr imina les, tra peros. Era un escena rio disp uesto par a una ,1,· Fra ncia ha hía hecho su primer mov imiento ba jo Na poleón I. Había ecos
represent ación alegórica del presente. n l',ticos de baza res orientales y basílicas en los pasa jes, bajo cuyos techos de
La natu raleza de estos pasa jes de hierro y vidr io y las cond icio nes eco- vidr io florecían jardines de palmeras y na ran jos. Los panoramas prese ntaban
nómicas y sociales de su construcción son altamente sugest ivas. Los pa sa- u-plicas de a nimales y de la naturaleza, con paisajes tropicales de fondo. Las
jes eran un espacio púb lico, y sin emba rgo era n de propiedad privada: sus p.rrcdes esta ban decoradas co n afiches y a nuncios de una "exuberancia ca-
dueños eran especulad ores q ue ha bían comprado en el centro de París te - ar trop ica ]", que la po licía trataba en vano de conrrolar.V Las asoc iaciones
rrenos confiscados a la Iglesia y a la nobleza durante la Revolución. La vicuulcs era n a la vez religiosas y comerciales, na tu rales e impe riales. Las
idea de cautivar inquilinos co merciales sum inistr ando la infraestruc tura de ucndas en los pa sajes, " pequeños templos del lujo" , 'k) estaban omadas con
sociabilidad y la supe rest ructu ra de hierro y vidrio que atraería al públ ico I"lwjos y escalinatas de bro nce bru ñido; los bu rdeles, "casas de ensueñ o ",
y lo protegería de la fuerza de los elementos era protoripica del uso capita- r\l.lha n ta pizados de felpa roja de terciopelo. La tecnología del cristal Hqui-
lista de la tierra, por opos ición al feuda l (incluso cuan do el primer centro ,to permitía la construcción de paneles largos e ininterrump idos, utilizados
p.rrn fabricar las vidrieras ," de manera tal qu e la luz que provenía de los te-
I hus vidriados caía en las mercancía s, encofrad as en sus nichos de exhibi-

86. j oha nn Friedr ich Geist, Passagen: ein Bauty p des 1':J• .Iahrhullderts, M unich, 1¡tUl como si se tratara de íconos. La exhibición de me rcan cías era una de
1969, p. 94 . Esta excelente histo ria arq uitectóni ca de los pa sajes esta en parte ins·
pirada en los escri to> de Benjam¡n . Geisr señala que Francia e Inglat erra fueron los
prime ros en construir pasajes, los cuales se conv irt ieron en un sím bolo de "civiliza- IHI. Alcxand ra Ard ey [ed.], Tbe Colden Age of 5/;01' Design : Enropenn Shop
ción ", y fina lment e M: esparciero n po r Bélgica, Alemania, los Estados Unidos, Italia írucriors, lIi110· 1939, Lond res, 1975, p . 6.
y Rusia . En Alemania, y pa rt icularmente en Italia, los pasajes se convirt ieron en p ro. ll9. Ceisr, Pessagen, p. 29.
pcganda de la glo ria nacion al. La Gale ría V. Emnnue le 11 de Milé n, construida en 90. Ibid., p. 69 .
gra ndiosas proporciones ent re 1865 y 1877, es consid erada rodaviu un monu mento 9 1. En b década de 1820, Karl Frtednc h Schinkcl d i:<oeñó por primera vez tacha-
nacional r fuente pr incipal de orgullo cívico. ,1;15 de riendas consistent es en " exte nsas áreas de vidrio divididas por ent repaños de
87. ibíd. , pp . 2 8·3 3. m.un poseerta M, Ardey, p. 6.
36
5 U SAN B U CI(.M o ll ss "' ''I n'.'' BE NJ i\M 1N, ESC RIT O R REVO LUC IONA IIJ O 37

las funciones más import antes de los pasajes, ma nifestada visualmente en su 1111.1 mu ltitud de todas las clases. En el apogeo de la era de los pasajes, el res-
con exión arqu itectónica con los salones de las Expo siciones Universales. A 1.llllccimiento de la monarqu ía y de la censura de prensa marcó el declive del
la vista del público, pero protegidas por el cristal, las mercancías se conver- t . unpromiso burgués con la discusión púb lica como parte de la legitimación
tían en anuncios comerciales de sí mismas. ,Ir l poder.94 El efecto de la industrialización sobre la comunicación fue un
Si bien los pasajes esta ban a biertos a ricos y pobres po r igual, la manera cu-cicnre reemplazo del debate político activo por el consumo pasivo de in-
en que uno : xpe rimem a ba ese espacio esta ba tota lmen te det er minada po r tonnacíón, a través de los periódicos produ cidos masivamente. En los ca fés
la pertene ncra de clase. La burguesía, pasea ndo a lo largo del pasa je fren- dt· los pasajes, las d iscusiones po líticas podían tener un más exclusivo ca rác-
te a los esc.a parates. encontra ba ocas ión "( ...) para exhibirse a sí misma, y l ('f de clase. Y mientras que el hec ho de que los periód icos fueran exhibidos
la opo rtunidad de marav illarse ante los productos de una floreciente indus- -u vitrina s de cristal en las paredes de los pasa jes" parecía ser prueba de la
tr ia de lujo, de comp ra r los, de ponérselos, de mos trarlos y de usa rlos "." ('ljl.. rencia de un público informado, éste siguió constituyendo un potencial
Por Supues to , el panorama era algo dist into paca la clase ob rera . Estas ex- 110 rea lizado en las co ndiciones de analfabe tismo de la clase ob rera, la cen-

hibiciones de lujo eran signos de su propia miseria, del hecho de q ue esa _tIf .1 guberna mental y los principios del periodis mo burgués, que, tal como
nueva riqueza socia l que su ~ropio tra bajo est ab a produciendo se hab ía Ik l1 j'tm in lo a pun tó, se dirigía hacia "[a impermea bilidad de la información
convertido en fuente de su empobrecimiemo.'n Al mismo t iempo existía el hrntc a la exper iencia't." La mediación de la pre nsa podía impe dir a los lec-
riesgo de que el glamour y el esp lendo r de esa escena cegara a lo s tr a baja- rores experimenta r la realidad aun cuando los exponía a ella.
do res a la rea lidad de su autoalienación, de q ue esa nueva ad oración de las Ll nueva prensa masiva otorgaba apoyo financiero a escrito res y artis-
mercancías y el espectáculo de su exhibición , func ionara, al igual que la 1.1", q ue recibían u n buen pago por sus contribuciones a la cada vez más
vieja religión , como un opio para las masas . uuportante sección de follet ines.n Frecue ntaban los cafés, en don de obscr-
vaha u la mult itud como mate rial de su tr a bajo, Su papel en la vida de los
1'.1 "'l jcS era anó mala. El expos é de Benjami n lo describe: "En el 'flaneur' la
El int electu al como flaneur
nuclige ncia se d irige al mercado . Esta piensa que para echar un vistazo, pe-
ru en rea lidad va a enco ntr ar un comprador" ." La pos tu ra del flanellr, del
El precurso r de los pasajes, el prerrevolucionario Palais-Royal, no só lo ha bía htl '~;t z:í n, era un a protesta con tra la ind usrriosidad burgu esa. Su est ilo de
sido escenario del comercio y la diversión, silla ta mbién de la agitación Pu- vid.r bohemio se bur la ba del decoro de la familia bur guesa. Y sin em barg o
lítica y los deba tes pú blicos, en los cuales, de acuerdo con Balzac, participaba \ I l r~í,m de esa cl ase y escribían para esa clase. Eran rebeldes, no revo lucio-
n.u-ios. Carentes de una comprensión teórica del sistema capitalista , su po -
92 . Geist, p . 33 . siciún polít ica , sostenía Bcnjaru in, se correspo ndía con el anarquismo cons-
93. Dado q ue I~ asociación entre las clases rrabajadorus y las "c lases peligrosas" pir.u ivo que ha bía sido sup erado definit ivamente con la publicaci ón del
.se h IZO cada vez m as fuerte en las mentes de los ciudadanos de clase med ia, es proba -
ble que los miembros de la clase obrera hayan conocido más íntim amente !;l.~ nuevas
Ma llifiesto Comunista."
construcciones de hi e :r~ y vid rio .l."n las prisiones y asilos antes qu e en los pasajes. 1 ~1 s
e suuctlJ r.'l ~ arq;utcCfolllcas JlulIlJlladas desd e arriba probaron ser muy funcinn,¡les 94. Ver [ urgen Ha bermas, Strucla anoandeí der d ffem lichkeit, Ne uwie d, 1962 .
para la vigilancia, ~rn~?rclOnandn su contraparte negativa a 1:1 imagen utóp ico. de las 95 . Ceist, p. 30 .
mc rca n ~las_eJl ex lll b IC I O~ ., Como señala Geisr: "El sistema de apert ura de los pas ajes 96 . Poesía y capitalismo, p . 12 7.
revolucionr; la c?~strl.lcelon ,!e las p risiones (.. .) Concebir la prisión com o un pn snjc 97 . Ibíd., p p. 39 -40.
e~ el resultadn IOglCO de la busql.leda de un sistema en el cual la mayor cantid,¡d po- 98. Ibíd ., p. 184.
sibie de celdas pudier a ser atendida y vigilada en la dista ncia más co rta po r un nú- 99 . " Los atisbos pollricos de Baud elair e no sobre pasan en el fondo los de estos
mero pequeño de persona l" (pp . 60-62 ). ' r nnxpiradores profesion ales", ibíd., p. 25.
38 W,\ I.T Ell BEN JAMIN, U CK IT O II Il EVOL UC1 0N A K tO 39

Ben jamín sosten ía que la relación entre el art ista y el proletario era indi- UlIII O tema pr incipal. El problema fue Intensamente d iscutido entre sus
recta y esencialmente o bjetiva. l OO La industrialización de la prod ucción a rrfstí- pro pio s am igos y contempo rá neo s de izquierda. Benjamín co incid ía con
ca tenía paralelos co n la prod ucción fabr il. La relación patronal ent re a rtista y Ado rno y otros miem bros del Inst it uto en que los a rtistas serv ía n me jor al
cliente ha bía sido transform ad a en una relación merca ntil: los intelectuales se prole ta riado desa rro lla ndo el potencial revoluciona r io albergado en su es-
I t"r.l de la divisió n del tra ba jo. La solida ridad con el proleta riado la ex pre~
habían transformado en asalar iados . La comercialización ind ustria l ca mbió la
\ .1" ;111 más auténtica mente si se desem peña ban como productores, no as u-
naturaleza de la obra de arte como mercancía, mientras que las mercancías se
co nvirt ieron ellas mismas en una forma del deleite artístico. La tecno logía miendo el luga r del "( ... ) protector, el de un mecenas ideológico. Un lugar
industr ial -litografía, fotogra fía y, más tarde, el cine y los inst rumento s de unposib le" . 1004 Sin embargo, y éste era un punto sensible en la discusión
lo l! Adorn o,lOs Ben jamin creía qu e el potencial revolucionario de la pro-
grabación- afectó a la obra de arte en la misma med ida en que había afec-
tado a la artesa nía (los libros y las ob ras de a rte eran exhibidos junto con dncción artística incluía -en verdad. esta ba fundament almente centra do
1'11- S il indu stri alizació n técn ica. Brecht esta ba esencia lmente de acuerdo,
las mercan cía s indu stri ales en los pasajes). La tecn ología industri al per mitía
1 ou algunas especificacio nes: "L a teoría que desarrollo en ("El a utor como
la prod ucción en masa ). tr an sformaba a los trabajadores de ambas esferas
en técnicos. Benjam ín organizó su exposé de maner a de hacer ma nifiesta es- j.rodu cror "] , que un cr iterio decisivo de una func ión revol uciona ria de la
ta conve rgencia estruct ural entre art e e ind ustria: la constr ucción de hierro de lu-rarur a co nsistirá en la medida de los progresos técnicos que desem bo-
, .111 en una transformación funcional de las formas del art e y po r tanto de
los pasajes testificaba el reemplazo del arquitecto por el ingeniero,' ?' los pa-
norama s ma rcaba n la tran sición de la pintu ra a la fotografía,IOI el arte gráfi- 1", med ios esp ir ituales de producción, Brech t quiere que valga sólo para un
111111;0 tipo, el del escrito r de la gran burguesía, en el que se c uenta a sí mis-
co usaba los rasgos de las mercancías para crea r un mundo de famas ía. I01
1Il1l . ' Este -decía- es de hecho solida rio, en un punto. de los intereses del

I'lOll'l:t riado: en el punt o del ulterio r desa rro llo de sus med ios de produc-
t l t 111 . Pero en cuanto está en ese pu nto, está en él. en cua nto prod uctor, pro-
Art e y revol ución
1,·t.Hiz;ldo, y ade más por com pleto . Esta prolera rizaci ón sin residuos en un
1' 1I1lltJ determ inado le hace solidario en tod a la línea del prolera riado' " . 106
En su reco nstrucción de los " orígenes" decimonó nicos del presente, Benia-
min tra tó de desar rollar la relación entre el art ista y la clase revolu cio nar ia 1..1 pro du cció n industria l compelía a la socia lización de la economía,
1111 desarrollo contenido por las relaciones capitalist as. Benj ami n creía
'P "' , de la misma ma nera, la producción y repro ducción tecnológica com-
. 100 . Ver " El auto r como pro ductor" U 934), en Tentatil/as sobre Bredu, Ma- Ilt'h .lll a la socia lización del arte y la cult ura, socav a ndo la import a ncia de
drld, Taurus, 1975 . Id .. pose sió n " exclusiva, la sepa ración ent re valor estético y va lor de uso,
10 1. "La seg unda condición en el surgimient o de [m pasajes está for m;lda por
los co mienzos de [as edificaciones de hierro (... ) No menos em pieza a im ponerse el I l., distinc ión entre a rtis ta y púb lico, como así ta mbi én la que ex ist ía en-
concepto de ingeniero que procede de las guerr as de la Revo lución, y empieza n ta m- lit· .m ista y récnico.l ' " Las relac iones ca pita listas, que también d~tenían
bién [as luchas en tre co nstructores y decoradores , entre la tcnl e Poly techuiq uc y la
École de s Beau x-Art s", Poesía y capitalism o . p . 175.
102 . "Dagucrre es u n discípu lo del pintor de panoramas Pr évosc, cuyo est able- 104. Tentat ivas sobre Brecbt, p. 11 4.
cimien to se encue ntra en la calle do: los Panora mas (. .. ) En 1 839 se incendia e! pa- lOS. Ver ca rta do: Adorno a Benjamín del 18 de ma rzo de 1936, en Correspon-
n orama de Dagucrre. En el mi smo año da a conocer el invento de 1.1 dag ue rrotip ia", ,f" JI"; '/,p. 133.
ibfd., p. 177. IOr,. Tentativas sob re nreclit, p. 137.
103 . " Las Exposiciones Un iversales edifican el co smo s de las me rcancías. Las 107. Ver "El a utor como prc ducrcr", en Tentativas sobre Brecht; tam bién " La
fant asías de [e! ilust rador gráfico] Gra ndville transpo rtan al unive rso el car ácter de "[,1.1 de arte en la époc a de su reproducnbilidad técnica " , en Discursos int err ump í-
,I,, ~, p . 16.
me rcan cía " , ibíd ., p. I SO.
40 S USA N B UCI ( ·Mo ll SS W ,HT EK BE NJ A M I N, ESC ltl T O Il IlEV O l UC IONAR IO 41

este p roceso, er a n exper ime nt adas por artistas y escr ito res co m o barreras ,dl:odó n, im pre gná ndose de cerus a, de mercurio y de todos los demás ve-
a su pro pia prod ucti vidad, a lienán dol os de sus prod uctos y de su audie n- lIt'nus necesar ios a la creació n de las o bras ma estras,.. Esa m ult it ud suspi-
cia. Era este paralelo en s u situación objet iva el qu e finalmente pro vocaría i.nuc y lánguida a la q ue la tierra deb e S I~S m aravillas (.. .)" . 111 Adem ás, el
que los artistas en tanto técnicos vieran como t area propia [a libera ción .II1t" Y la lite ratura les diero n el habl a a los ob jetos mu do s de la histo ria q ue
de sus propios medios de producción , y qu e así a ba nd onaran su clase y conte mplaba n el presente com o fo togra fías de extr a ño s. O tra vez, un a ei-
" de la ma nera m ás so bri a fundame m [aran] su solida r idad con el prolera- .,. de Baudela ire: ... .. esos seis ojos observa ba n fijament e el nuevo café con
n>a do " . loa .I~
1.1>renrra s tanto, y a pesar de Ia ten dencsa
> a converger q ue su po- .uhuirac ión ... Los o jos del pad re decían: '¡Q ué be llo es! ¡Q ué bello es! [To-
sición tenía co n la del proletaria do dent ro del con texto de un presente re- \lu el oro del po bre mundo debe haber encontrado su camino hacia esa s
volucionario, las d isto rsiones de la sociedad de clases deja ba n a l a rt ista 1'.HI.'d es!' Los oj os del niño peq ueñ o: '¡Q ué he lio es! [Qu é bello es! Pero es
1I 2
q ue vivía en el prese nte rea lmente existente co n dos a lter nat ivas: hacerles 1111' . casa a la q ue sólo puede ir gente q ue no es co mo noso tros' ...

e l juego a las necesidad es burguesas, o bien adopta r una posició n van- Un a fant asía estét ica co m o ésa, má s q ue cre ar o tras nuevas, destru ía
gua r dist a, o Vart pour i 'art, despreciativa de la s I1l:lS:lS. Sin una r evolució n dll ~ i () ne s , De ma nera sim ilar, las car icatur as satíricas de figu ras burg uesas ,
social, la realidad de su inter és común no podía ser tra d uci da direc tamen- 111 1. 1 trad ició n q ue co menza ro n Oran dville y Dauru ier, pro porci ona ban un

te a la pr áctica artística, y era el pro leta riado, n o el a rt ista. el q ue llevarí a .unkloro contra la idea lizació n de esas figu ras en los a nuncios pu blicita-
a ca bo esa revoluci ón . Benjamín consi de raba el ver ed icto de M ehring " in- "" ~ . Pero , m ás significativamente, las imá genes del poet a a tr a pab an los
d iscu tib le": "No es ca paz el a rte de inte rven ir profunda mente en la lucha ..b-mcnro s histó ricos en co nstelacio nes cr ít icas y o r igina les. En la im agen
de liberació n del prolcrariado't n' ?" .1 " l.. p rost ituta, Ba udela ire vol vió visibles los e xtremos dia lécticos del cíe-
Sin em bargo, aun cua ndo esto ya esta be claro en el sm glc X IX. Benj a- 1" y (,1 infierno de la sexua lidad burguesa . Al co necta r la moda co n la
m in sosten ía q ue, de ma nera no inte ncional. los a rtistas y escritores q ue uuu-nc, pro po rcio nó una imagen del cambio histórico en la era burg uesa,
d urante est a época registrab an "la colos al revista de la vida burguesavU" 'l lI<' Itl asocia ba co n ¡a dcea dencta an tes qu e co n e I progr eso orgamco
> > .. . . U
desempeñaban una función po lítica vita l par a el prese nte. La relació n en - t u.mdo Bau delaire descr ibió el traj e negr o y la levita, el a tu endo de! bur -
tr e la rea lida d mater ia l y la expres ión estética er a de mutua desmit ifica- lU lo ,\ 1.1 moda, d iciendo q ue eq uipa ba a "(". 1 un inmenso desfile de se-

ción. Se re qu erí a n elementos de la histo ria ma teria l para int er pret ar las I,••hurcros, sepultureros polít icos, sepulturer os enam or a dos, sep ultu rer os
o bras de a rte de ma nera q ue estos " tes o ros " c ult ura les deja ran de ser I «u guescs"ce Ib e ra nd" o un entie ,,ll.( ¡e o torgo> a una Imagen
, rro, > e I poder
pertrec hos de la clase do minante. Pero lo contrario ta mbién er a cier to : el .1, rhslocar la asociac ió n convencio nal de la vest imenta a la m oda co n e!
arte pro po rcio na ba una iconografía crít ica para desc ifrar la histo r ia m a- l ' l "' tl ~i o y e! pod er. En co nstelació n co n un prese nte e n e! cual los pode-
teri a l, de ma ne ra qu e sus elem entos pudiera n const itu ir una constelac ión ,, '- n \ Itl'~u ía l1 vist iéndose de la m ism a ma nera, la clas e revolucionar ia po-
re volucio naria con el prese nte. ,h,. dI' pronto vcr cla ramen te: sus o preso res a pa recí an a ho ra co mo una
En ta m o docu mentos, las o bras de ar te del pasado eran invaiu a bles. Era ¡m 'II '.I'11 and ante de los sepulturero s, no ya co mo sím bolos q ue ad m ir ar o
Baudelaire q uien ha bla registrad o el cuadro de los t ra bajadore s en los par-
q ues públicos: "Result a imposi ble (... ) no co nmoverse ante el espectác ulo 111. t/ocsto y capna íismo, p. 92.
de esa mu lt itu d enfermiza que respira el polvo de los ta llere s, tragando 112. . Char les Baudeluire , París Splcen (1869), N ueva York, 1970, pp- 52· 53.
11 .1 . La naturaleza de la mod a "( ...) co nsiste en su opo sición a lo org ánico (.. ,)
I n tu vivo verifica los derecho s del cadáver. Su nervio vital es el fetichismo que está
108. Tentativas sobre Bredu, p. 132, _''' IU'li.l" al scx-ap pcal de lo inorgánico . EJ culto de b merc ancía le pune a su ser-
109. Citado en Discu rsos interrum pidos, p. 107. ~ " I< ' '' , " oesía )' CIlpiMlismo , p. 181.
110. Poesía y capitalismo, p. 50. I H . Citado en Poesía y capitalismo, p. 95 .
42 SUSAN B UC k- MollsS
W A I.TE k B ENJ A MI N , ES CJ. ITOIl IlE VOL UCI ON A k l O 43

desear emu lar, sino como señales alegór icas del suceso revolucionario en ,:ut'SI.'S 1 fue dirigida contra las masas, aseguran_do " (.. .) la ciudad contra
el cua l ellos son sus propios enterradores , }' para el cua l ya está n correc- 1.1 guerra civil" , to r medio de anchas avenidas colo cadas es.jrar égicamen-
t amente at aviados par a sa car provecho de la ocasión. !t' ,II '1 El principio del mercado capitalista , hacer civcular bienes'y com pra-
dor es tan ráp ido como sea posible, también condujo al desarrollo de gra n-
dt·s tienda s, qu e pr onto desviaron a las ma sas de los peq ueños negoc ios es-
La producción masiva de deseo wciallzados. Las grandew tiendas (q ue lactan uso de las misma s cc nstruc-
, iolles de hierro y crista l que los pasajes) ma rcaron un pu nto de ca mbio de-
El ca rñcte rSfetichísra de las mercan cías sostenía su hechizo aun so bre los civivo. Si las mercancías habían pro metido en primer lugar satisfacer las ne-
artis.jas má s crí ticos del siglo XI X . Com parada conla "clara descripción " t o.idades hum anas, ah ora las creaban: los sueños mismos se convertía n en

de Engels, escribi ó Benjamín, el retra to de la multit ud de Baudelaire "sue- mercancías . En la década de 1850, Jos Boucicaur, fund ado res del Bon Mar-
na a oscuro ".ll J Al invocar las barricadas revolucionarias, Bau delaire re- I lu\ la primera tiend a departamental de París, desa rrollaron una nueva po-

cuerda "sus 'adouui nados mági_cos q ue como fort ines se engrespaban ha - luka de ventas al po r menor. "Los Boucicau r entendieron que mientras que
cia lo alto' . 'M ágicos' so n d~de luego esos adoqu ines, ya'q ue el poe ma de uno po día ganar algo de din ero satisfaciendo una dema nda que estab a ver-
Bau dela ire desco noce las ma nos qu e los pusieron en mo vimiemo "Y6 A hrlmenre ex presada, uno podía tener una car rera infinita mente más brillan-
pesar de esto, la lógica contrad ictoria del desarro llo capita list a, la tensió n re satis faciendo un deseo q ue los dientes no sabían que tenían basta qllc en-
entre el potencia l pr ogresivo y op resivo de la industria lización que éste /I.¡/", ,, a la tienda . Así, los Boucicaur fuero n pionero s enla idea de una gran
había puesto en movi miento, era visible en la era de Jos pasajes: como mo - IU' Iu l a com o edificio diseñado específicamente para una elegante reunión
numentos del capita lismo liberal, "( ...) vacilan en el umbral".'! " Si las pública, edificio que, a tra vés del uso de técnicas de exhibición y del atrae-
merca ncías era n percibidas como fetiches, entonces éstos era n , a pesa r de 11\'11 diseño q ue se desar ro lló ráp idamente en las décad as siguientes, suplan-

tod o, sím bolos on írico s de un mundo de abu nda ncia na tu ral. En 1832, la " I 1 ,1 principio comercia l del abastecimiento por el de seducción del consu-
tecnología todavía o frecía la prom esa de una Edad de Oro, en una época mido'" .120
en la cual un saint-simo niano pod ía predecir que "( ..• ) les m outons tout Como cosificación del deseo, las mercancías, más que satisfacer sueños,
rotis bond írom dans la plaine, I Et les bro cbets a1l b/Cll lIagt7 0llt dan s la los gene raban. Para Ben jamín , esa tr ansición hacia la venta de sueños esta-
Sein ei I Le s épinards oiendrc nr au monde fricassés, I avec des croutons 11,1 personificada por la pros tituta "que es a la vez vendedora y mercan-
[rits tout autour concassés" .llS t Lr ". 121 En 1840, cuando se exigió a las pro stitutas qu e se presen taran a una

El momento histórico de los pasajes fue breve. Sus proporciones físicas nrcpccción física bimensual por pa rte del estado, hab ía 42.700 prostitu tas
y económicas eran contrarias a las perspectivas del desarrollo ca pita lista. .1· K¡~ t radas en París en una po blació n total de 900.000. 112 Eso sign ificaba
Bajo Napol eón 11I, en la'd écada de 1850, el Barón G. E. va n Haussmann 1'1.lcricamente una mujer de cada diez en números abso lutos, alcanzá ndose
lanzó su plan$masi vo de reestructuración urbana para París. La dr am ática I'lOporciones mucho mayores en grupos etanos específico s. La época fue
reconstrucción urbana hizo que laSescala econ ó. mica y física de los pasa- Il · \ t ig o de la producción masiva del amor. Benjamin escribió: " El hecho de

jes pareciera diminm a, traj o enorm es beneficios a Jos especuladores bur-


119. lbid., p. 188.
115. Ibid ., p . 74. 120. Arder, pp . 6·7.
116 . Ibid ., pp. 27· 2K. 121. Poesía y Cllpitalism o, p. 1KS.
117. lbíd., p. 190. 122. Lujo Basserm ann, The o ídest profeuion: a h istory uf prost itu tiOll, trad uc-
118. Ibíd., p. 179. ,'¡"'1I tle Ja mes Cleugh, Nueva Yor k, 1968, p. 224.
44 WA I.T ~ R B E.NJAM IN , f.SCRI YOR REVO LU C I ONARIO
45
SUSA/< BUCK-r. l oRSS

q ue la mu ltitud de compradores inte nsifique el estímulo que ejercen las das, pero pa ra edi ficios de gran t ama ño como el merca do centr al pari sino,
mercancías, de que acreciente su enca nto, es una exper iencia cotid iana cu- 1.t'8 H alles, o las esta ciones de tre n, lugares de tr á nsito antes que de reunión.
ya ordinanedad no hace sino volver la más importante para la teoría. Por- L1S constr ucciones de hierro y vidr io ya se habí an usado en pr isiones, don-

que esa ex per iencia es precisa y ún icamente la del mercad o a bierto: le es lit' el ob jeto de observación eran los seres huma nos en vez de las mercan-
c~mplc[amente específica a la sociedad mercant il. La prostitución pro por- d as. Con el crecimiento del estado burgués, el pla nea miento urbano em pe-
CIOna ,la pru eba. Algunos de sus atract ivos más significativos apa reciero n zó a preo cuparse en general por la vigilancia y el control de las po blacion es.
~or ~~ mll'ra vez con la gra n metr ópolis. Sólo la mu ltitud permite que la pros - I laussmann lo llama ba "em bellecimiento estrat égico" .
ntucron se esparza por a mplias áreas de la d ud ad. Anteriorment e estaba
con finad a, si no a casas pa rticular es. al menos a las calles. Sólo la m ulrimd
permite q ue el ob jeto sex ual se refleje en un cente nar de efectos est imula n- La d ecadencia de los Pasa jes
tes. Por otro lado, la ofert a: la mu jer, si ya no puede cam uflarse debido a la
competencia y la asiduidad , tiene que converti r su misma capacida d de ven- Una reciente historia a rquitectónica de los pasa jes ha establecido que este es-
ta en exc itació n. Empieza a su ~ra ya r su carácter de mercancíav.P! tilo arqu itectónico, desp ués de diseminarse por todo el occidente indusrriali-
-? ~~rcadeo masivo de sueños dent ro de un sistema que impedía su zado, estaba en declive al llega r el 1900, habiendo caído los pa sajes existen-
realiz aci ón cons tit uía nat ur almente un a industr ia en cr ecimie nto. Como tes en el olvido. La necesidad de central ización del ca pitalismo monopólico
gra tificaci ones y cos ificac iones sust ituta s del sue ño utópico, las mercan- prod ujo una tra nsfonnación del espacio urbano: " La ciudad como sistema de
cía s depend ía n de lo nu evo - lo c ua l, por definición , nunca puede reahnen- espacios fue reemp lazada por un sistema de cuerpo s, cuyo dista nciamient o es-
~e ,sa ~isfacer necesidades- para genera r una demand a repet itiva y siempre pncial estaba basado en criterios fundamenta lmente distintos a los de la cen-
id éntica: " Lo lluevo es una cualidad independiente del valor de uso de la iliria anterior. En este sistema espacial, que aún hoy nos atormenta, los pasa-
merc~l1cía . E~ el orige n de ese halo intransferible de las imágenes que prod u- jes ya no pueden tener lugar " .126 Éste era el t iemp o de la propia infancia de
~e el mconscrenre colect ivo. Es la qu inta esencia de la con ciencia falsa cuyo Bcn jami n en Berlín, que él describ ió en distintos ensayos escr itos en los tem-
~nca n sa ble agente es la mod a. Est e halo de lo nuev o se refleja, t al un espe- pranos años treim a. m "( ...) toda mi infancia hasta llegar al com ienzo de mi
JO en otro , en el halo de Io-siem pre-mca-vez-igual" .124 época estudia ntil fue un período de impo tencia ante la ciuda d" , escr ibió. m
,H acia fina les del siglo XIX, la cualidad ilusori a de las me rca ncías preva. Des cribió los paseos de comp ras con su madre: " En aque llos primeros años
lecía en todas pa rtes y se había vuelto más opaca. Uno de los res ultad os de yo llegué a interpretar la 'ciudad' como el escenario de aquellas ' provisiones'
la p uj ant~ econom ía urbana fue la "guenz ación" de perso nas y cosa s. En las que demostra ban , antes que nada, la manera en que el dinero paterno.venta
gran des tiendas, los bienes era n clasificados en cla ses. En el espacio urb ano a abrir una especie de callejón entre el mostrador, los vendedores, los espejos
en genera l, lo mismo era cierto para las clases soc iales. Debido a la "ha uss- y las miradas de mi madre con los manguitos a poyados encima de la mesa.
man ~ iz.a ci ón " de Par ís, " La sub ida de los precios del alqu iler empu ja al pro-
letar.lado a los arra bales (... ) Surge el cinturón rojo (... ) Los parisinos (.. . ) 126. Geist, p. 108.
comien zan a ser conscientes del carácter inhum ano de la gran ciudad " . IB 127. Wnlter Bcnja r nin, "Cró nica de Berlín ", en Personajes alemanes, Barcelona,
Bajo H a ussma nn , las estructur as de vidrio y de hierro todavía era n utiliza- Paid ós, 1995. E~te texto fue enco ntr ado entre los hica c., de Ben}amin y ~ lI b lica do
po r prime ra vez en 1970. Seho lem sostiene que fue escnr o en Ibiza a com~ell zo s de
1932. Fue el ger men de un ensayo autobiográfico menos pe ~so n al , "In f;¡ ~ c l a en Be ~­
123. G. 5., 1:3, p. 1158. lin hacia 1900", que fue publicado en 193 3. Ver Walter Benjunun , bltan, ,,' en B ~lllf
124. Poesía y capitalismo, p. 186. hada 1900, Mad rid, Alfagua ra, 1987.
125. Ibid., p. 188_ 128. ..A Berlin Chronid c", en Oee Way SfTu t, p. 294.
46 47
SU 5AN BU Ck .M oKSS W,\ Ll'E R B ENJ A M I N, ESC R IT O R II. EVOL UC I ONAJ< I O

Allí está bamos . Con la ignominia de un 'traje nuevo'. por fuera de las mangas snjcs imágenes dialécticas, cla rame nte el Icc rs de " los símbolo~ de¡.side'dat,iVOS
veíamo s las m ano s como infam es ta blas de precio s. En la p astel ería nos iba "lcl siglo pasado" con ver tidos . uos", 1H ye I comenrano ma l d e ex -
" en res¡iduos"
m ucho mejor, sintiendo que nos sal vába mos de la idola tría COIl la qu e ucr s b . "Antes e que
f sé bien podría ha ber proporciona do su enea ezarmento: d I
nuestra mad re venera ba ído los cuyos nombres er an Ma nnheimer, Herzog :~' des moronen empez amos a reconocer como ruinas los ~onu~entos e a
e Isra el, Ge rson, Ada m, Esders y Mad ler; Emma Berte, Bud y Lac hmann . ,1mrg uesia , " . 13<1 Lo'" conten idos de los pasajes habían cambiado .jun te con su
La 'ciuda d' no era más que una serie de insond abl es edific ios, o me jo r d i. ibli .. Ahora en los pasa jes uno puede comprar postal es, pintura s, ro pa
che, cuevas de merca ncías" . n s ~:~er~~:'sexy y souvenirs , a nuncio seguro del.comienz~ de su mu erte. El ~a­
La familia de Benja m ín vivía en la elegante parte occid ental de la ciudad, t/ O I,tik um 1J S inte ntaba con serva r su audiencia con pe lículas, es~ereo~copJOs

e! ba rr io residencial donde "{. . .) la clase a la q ue pertenecía vivía en aqu ella , .. 136 Los pasajes tr aficaban excitación sexual. Las librer ías ven-
)' nuto mat as . ' d I "m useo ana-
actitud construi da con na rcisismo y resentimient o que hacía de él el feudo de dfan literatur a erótica; en las exhibiciones de sexo y rarezas e íd
un gueto regalado. Siempre encerrado en este barr io de gente pudi ente sin . .
uunico" convergía n la medicina y a pornogra . I tia Un concurrente
'fu . a SI uo

conocer ningú n otro . Para los niñ os ricos de su generación los pobres vivían b 1925 · "El •
automata' La aoc he nupcra. l' , no esta ncionan-
comenta .'l en . , if d f .
en los puebl os" . HO La "guetizegíón" de las funciones urba nas era un fenó- lo a pesar de la ause ncia de un cartel que indique que esta uera. ~ ~~Clo­
meno de la era del teléfolla: "Aparte de las conversaciones en la mesa, sólo :¡'l;'üento. Así que, mu chachas, ¡tomen eso como una ad~e~~enc)a.! .
esta ba el teléfono para darnos noticias de aquel misterioso mundo de nego- . Siegf ried Kr acauer, el buen amigo de Ben jamín, descr ibió el ~mdenpa~­
cios y sum inistros. Mi padre telefonea ba mucho " . !Jl Las correrías en la ciu- sa e cal como era e n 1930 , Benjamín, po r supuesto , debe de ha er co noc,)-
dad estaban asoc iadas no sólo con la ansiedad; tam bién COIl la excitación de do el fragmento: " Lo que unía a los ob jetos del Lindenpassage,Y confer ía
lo prohibido. Benjamín confesaba: "Sin dud a alguna, el sentimiento de cru- 1 roda s ellos la misma funció n er a su ret irada del Frente bu rgues~ Deseos,

zar el um bral de la propia clase social, al meno s por primera vez, crea una ~xcesos geográficos y muchas de esas imágenes a rra ncadas al sue,n~ nO es-
inaud ita fascinac ión, pa recida a la de dir igirle la palabra a una prost ituta en (ab a n a uto r izados a mostr a rse en los luga res por los qu e se mo vía a case I
plena calle. Sin em bargo, al com ienzo de esta transgresión social se halla in. ~Ita en las ca ted r ales Y universidades, en ba nquetes y desfiles. Cu;~do era
variablemente la de un um bra l topográfico, de ta l ma nera q ue, al final, to- ~usible. e ran destru idas , y cuando no pod ían ser tota~~n~e ~em~ I a;;~::
das las líneas de las calles se descubren como señales de prost ituci()n ".132 tonces al menos eran ex pulsadas y desterradas a la I ti a m tetl~r #

Si los pasajes pertenecía n a esa red, Benjamm hizo poc as refere ncias a asaies. Pero aq uí se veng a ban del idealismo burgués que las. opnr~l1a, ha~
ellos en sus rec uerdos. Tampoco escri bió so bre ellos en su forma contem - cien do ala rde de su existencia desg raciada en contr a de su existencia raza
poránea en alguna otra parte. y sin em bargo la imagen de su decadencia noble H umilladas co mo esta ba n, se las arreglaba n p ar a agruparse y pa ra
present e era necesa riame nte evoca da por el públi co par a el que est a ba es- organizar en la ten ue luz del pasa je, una ver dadera acción de protesta cor~-
cr ibiendo: el sho ck de recon ocimiento pro porcion ad o por las imágenes •
rra la fachada . r (... ) ASI' eI pasaje
cultu ral del exterio . a cruaba como una en-
benja minia nas de los or ígenes decimo nónicos de los pasajes, de su lujo y
su carácte r fantástico, dep endía por entero de esta evocación, Se trataba de 133 . Poes ía y capitalismo, p. 190 .
un recon ocimient o basado en la no-identidad. Eso era lo que hacía de los pa-
134.
135 . lbid. , en Ia casa d e 1u esquina , frente a la en-
El Panuptiklilll de Ccsran se ergura
trad a al Friedrichstras,enpassuge.
129. "Crónica de Berlín", p. 55. 136. Geist, p. 137. . ' . 4
130. Ibíd.• p. 27 .
ES·gU~r~~W;;:';I~~~~~; ~;~~~~::dG~~~, d~r
7 1
13 1. Ibíd., p. 54. 1,33 8' U;;denpassage", Stmss cn in Bedin
132. l bíd., p. 28. . leg " 36-38
und andersioo, Frankfurt am Main, 1964, pp. .
48 SU5AN B U C K· ,'vI O It SS W lI.l.TER B E 7'l¡ II.M I 7'l, ESC RITO R R EVO LUC I O N II.R I O

rica del mundo burgués que todo verdadero paseante entendía". IlB vidua l de la psicología bur guesa, "se acude (... ) a la co nciencia co lecti va ,
La situació n de los pasa jes de Pa rís, que Ben jamín conoció cu a ndo es- 'l ile en la versió n actu al me temo q ue sea indisti ngu ible de la de Jung" .141
cr ibí a sus mem or ias de Ber lín, no puede ha ber sido muy distin ta, au nq ue Adorno sostenía que Benjamín parecía asumir que la conciencia onírica actual
por ser m ás a nt iguos y por estar construidos en una escala má s pequ eña y I ll ld ía exist ir por fuera de la sociedad capitalista, en vez de considerarla su pro-

h uma na , sus ca fés era n sin d ud a más cómodos y su r itmo de paseo condu- dueto d isto rsio nad o,I42 y argumentaba q ue ta l posición era incompatible co n
cía má s fácilmente a la {tanerie. Ben ja min ha bría aco rd ad o co n la interpre- -lmarxismo: "El que en el colectivo que sueña no ba ya cabida para d iferencia
tación de Kr aca uer de los pa sajes como una im agen qu e evoc aba una crí-
,
¡,ll:ll ll :l entre clases es un signo e1aro y su f.crenremenre
ici a1erra d or " .14l ¡ .as reser-
t ica social, pero sin dud a hab ría aña dido lo siguiente: si los pasajes aho ra V.I~ de Ado rno acerca del expos é no era n poco razon ables, pero los ot ros es-
alberga ban al sórdid o subsuelo del mundo burgués, también preservaban ,1 ¡lOS de Benjamín indica n q ue Adorno esta ba leyendo mal su pro pós ito. Las

como reliq uias los restos de sus sueños incum plidos , los cuales, en tanto uu.igcncs d ia lécticas cla ramente no eran a rquetipos eternos, sino constelacio-
motores de la acción co lectiva, proporcionaban la única gar ant ía de que la un socialmente específicas, heredad as histórica ant es q ue biológ icamente, y no
soc ieda d presen te funcionara co mo pasaje a una socied ad m ás h um ana , ,1 trav és de una genea log ía lineal. Benjamin compa raba su apa rición en la COI1-

Kraca uer fina lizab a su descr ipción del Lin den pa ssa ge co n una preg un ta: ocncia co n la memor ia involuntaria de Proust: " En cua nto que el pre térito se
" ¿( ... ) q uién sa be q ué se está f~guando? Tal vez fascism o o ta l vez na da ,"ntr.le en el instante -en la imagen dialéctica-e, pasa a fo rma r parte del recuer-
de na da " ,139 Esto er a d iciem br e de 1930. Par a 1933 la respuesta era clara .1" involu nta rio de la hum anida d (...) La im ágen dialéctica ha de definirse ca-
en Alem ani a. En febr ero de 1934 París fue el escena r io de una ser ie de pro- 11111 el recuerdo invo luntario de la humanid ad redimida" .144 M ientras que la

testa s ca llejeras de derecha qu e hacían pe nsar q ue un destino similar era au-moria vo luntaria recorda ba los sucesos secuencialmente. el espacio hist óri-
pr o bable par a Fran cia. El fascis mo era la revolución q ue no rescata ba el , 11 d.· la memoria invo luntar ia era el " deso rden".H5 La imagen de pronto se

sue ño de la satisfacció n de los deseos, sino q ue lo r epr imía en nom bre de ' \ l.lbleda "en el insta nte de peligro" , tanto para el ob jeto com o para el sujeto .
un " pro pósito su per ior", con el o bjetivo de d iscipl inar a las m asas , La es- 1'01 o t ro lado, " Este sujeto no es ¡de ninguna manera! un sujeto tr ascend enta l,
ca la y los pro pós ito s de la a rq uitectu r a na zi esta ba n en la tra d ició n de I m ll I.l clase oprimida q ue lucha en su situación más expuesta. Sólo para ella

H au ssman n. La ideo logía nazi favo recía a los pequeños tend eros, no co mo I unicumente pa ra ella hay con ocimiento histór ico en el inst ante histórico" .. -46
crítica de la cosificac ión merca ntil de los sueñ os ut ópicos sino corno ata -
que so bre Jos judíos. En la Reichhristallnacbt de 1938, veintinueve gra nde s
tiendas, todas pro piedad de jud íos , fuero n lncendiadas.I' " 111. Sueño s c o lectivos, d ifere nci as de cl a se

1\1nj.uuin no era ciego a las d iferencias de clase en lo q ue respecta a l sueño


Segunda parte ''. «lectivo " (como he tratado de demo st rar, los pasajes estab an repleto s de
.murustcs de clase). En la reconstrucción de su infancia, Ben jamín adm itió
Ado rno recela ba de la nocron benjami niana de sueño colect ivo: " Pues,
¿qu ién es el sujet o del sueño ?", le escribió a Benj amín en 1935, refiriéndo- 141. C arta de Ada m o a Benja rnin del 2 de agosto de: 1935, en Corresponden-
se a l exposé del Pro yecto de los Pasajes, en donde en lugar del sujeto indi- . ;./, p. 114.
142. lbid., p . 113.
143. Ibfd., p. 114.
139. lbid. 144. La dialéctj", l!" SUSpl!7 IS0, p. 71.
140. David Schoenbaum, Haler's Social Revolmiom Class and Status in Naú 145. lbid., p. 93.
Germany, 1933· 1939, Nu eva York , 1966, p. 142 . 146. lbld.
so Su SAN BUCK-M o RSS W¡\ l.n: ~ B EN JAM IN , F SCll.I T o k ~ F V OI , U C IO N A~ ¡ O 51

co n cierta fra nqueza que el Berlín que a él se le revelaba estaba determ inad o vo. Pero sólo las cla ses o primidas podían experiment ar la sup erposic ión del
por su o rigen de clase: " N unca he pasado la noche entera enlas ca lles de Ber- p.rsad o y el present e de una ma nera q ue mot iva ra la acción revolucionaria,
lín. lle visto sus auroras y crepúsculos, pero entre una y orca simplemente me esto es, con ir a. A ellos los pasajes les pro porciona ban la imagen de "l os an-
retiraba . Sólo las ca lles co nocen de la ciud ad algo que yo no logro sentir y qu e tecesores esclavizados", que ha bía n producido el mundo en su forma mate-
hizo de las miserias y los vicios a lgo así como un paisaje qu e lo em papaba to- ri.ll pero q ue no lo poseían. y cu ya herencia cu ltura l había sido us urpada
do desde qu e se po nía el so l hasta que amanecía. Siem pre encontraba yo un por la clase dom inant e, Sólo par a ellos la co nciencia de q ue la ma nipula ció n
a lojamiento, a veces, sin embargo, ta n remot o y descon ocido que nunca esta- mercantil de los sueños era una herramienta para ma nte nerlos en su posi-
b a solo y donde nunca volv ía a poner los pies. Cuando me recogía ya ta n car - l i'lIl de exp lotación, convoca ba las resp uestas mo tor as de la furia. Tal ilu-
de en la en trada de alguna casa mis piernas seguían encadenadas a la calle. y nunac i ón nutr ía su "odio" re volucionario y "su vol untad de sacrificio " , 152
si a lguna s m :lO OS me liberab an, no eran u nas man os inm aculad as precisamen- Los su eños burgueses de sat isfacción sex ual y materia l se ha bían demo-
te", 1 ~ 7 Lo q ue Beujam m sabía del tr abajo man ua l cuando era un niño se limi- cr.u iza do sin haberse cu mp lido. Co mo ilusio nes go bernaban so bre todas
taba al rombo de vidrio de su tía , que representaba una mina "( .. .) en la q ue I.IS clases, Uno podía de verdad c ita r a M arx : " Nuestro lema debe ser: re-
unos hom bres cond ucían una carrera, tra bajaban con pico (•••)". 141 Confesó form a d e las conciencias no a través de dogmas, sino a través del análisis
su testaruda reserva a formar " un frente orga nizado, ni siqu iera con la pro- lit: la conciencia mística. la conciencia que no es cla ra pa ra sí mism a (... )
pia madre" ;4' )' llegó a co nsiderar la soledad "el único estado de dignidad Entonces será tr a nsparente que el mun do ha esta do so ña ndo hace tiempo
human a" Y o Sin em bargo, y a pesar de su origen burgués de clase alta , des- \ un algo q ue pue de o btener só lo si se hace co nsciente de él. Será rr anspa -
pués de exiliarse en Pa rís en 1933, Benjamín tu vo que lidiar permanenrem en- rent e q ue no se trata de tra zar una linea diviso ria entr e pasado y futuro. si-
te co n su inseguridad fina nciera, Sus ca rtas están llenas de referencias a ese 110 de llevar a cabo los pensa mientos del pasad o, Y fina lmente será tra ns-
prob lema y a la ans iedad que le provocaba, que afectab a su trabajo, Para p.ircn te q ue el género human o no empieza ningú n trabajo nuevo. sino qu e
co mplementar el estipendio que recibía del Insriruto, q ue él creía, innecesaria- \ uus cre. nrem ente rea l¡Iza su t ra bai .. U 3 pero SIi cada
aJO ant ·iguo. ca a epoca.
é a1 so-
ment e, q ue sería interrum pido, prod ucía para el mercado , pa ra periódic os y n.tr a su sucesora, " a premia su des pert ar",1S4 entonces lo q ue despe rtaría
revistas litera rias, co n el o bjetivo de ga narse la vida, Como escrito r, entonces, ,1 las clases oprimida s era el hecho de q ue el sueño de un m undo hu ma ni-
Benjamín podía co nta rse entre aq uellos intelectu ales sobre los cuales comen- r.ulo se co rr espo nd ía co n la rea lidad pesadillesca de sus pro pias vidas. La
ta ha: " Resultab a inevita ble q ue (... ) tropeza sen un día muchos de ellos con la desh uma nizació n tor al de tr a ba jadores y prost itutas era necesa ria pa ra
natura leza mercantil de su fuerza de rrabejo't.!" \ rcar sím bo los de ensueño iluso r ios para la burguesía.
La audie ncia co ntemporánea de Beniam in percibir ía de d isnnras mane-
ras las im ágenes históricas de los pa sajes como Cielo y com o Infiern o: la
burguesía las perc ibiría co mo cognición crítica de la manipula ción merca n- I ..IS implicancias fem in istas
til de sus sueños y del eterno retorn o del deseo; los int electuales, como con-
ciencia de q ue la revolución social rep resen ta ba su verdader o int erés objcri- I ,.IS d ist inciones de clase clarame nte permanecían en la co ncepción benja-
ruiniu n a del sueño colectivo. Sin em bargo , su co ncentración en el punto de

147. "C r ónica de Berlín", p. 44.


14!l. Ibid., p. zs, 152 . Discurs os interrum pirlos, p. 186.
149.lbíJ . 153. Karl Marx, carta A. Ruge, septiembre de Hl43, ('TI Marx·Engeis Rcader,
150 , lbíd., p. 29. Ro bcrt Tucker Icd.], Nu eva York. 1972, p. l Ü .

15 1. Poesía y ,·,¡pit<llismo. p. 75. 154 . Poesía y capitalismo, p. 190.


sz SU 5A N B UC K· M o k S S WAI-T EK B EN J AM I N, ESCll lT O K a EVO LUC I ON A K IO 53

consumo a mes que en el de pro d ucción lo alejaba efectiva mente de M ar x, una s ituación de venta alta mente informal (. .. ) Req uiere un considera ble
al men os en términos de su definición del su jeto revolucionar io. Si bien esfue rzo imagina tivo visua lizar el impacto totalment e devas tador que las
Benjam ín siem pre se refir ió a ese sujeto como " pro letariado ", los térm inos primera s liqu idaciones tuvie ron para el público femenin o de fines del siglo
de su análisis no limit a ban necesariamente el uso de la catego ría a los t ra- 11 1)(, cu an do las tr ansacciones sociales de cualquier tipo est aba n altamente
bajadores fa briles. Si la deshumanización se definía no s implemente en tér- formalizadas y el despliegue externo de la lujuria inter ior era rigur osa men-
minos de t ra bajo alienad o pro ductor de plusvalor, sino como sub jetivida d I t' supnimidrm o en 1os ClrCU
. 1os de buen t ono-. " 155
a lienada que producía valor simbó lico, entonces la clase de los opr imidos Puede nora rse que hay elementos de una concienc ia política feminista
pod ía ser mucho más amp lia. Pod ía incluir a los grupos étnicos persegu idos, 1"11 los escri tos de Benja min . Esto result a evide nte e n su sensibilidad a la
sobre los cua les se imprimía un valor sim bólico negativo con el objetivo de Importancia de la pro st itución co mo forma de opresión lab oral en el siglo
realzar la sup erio ridad ilusoria de los dominadores. Y, significa t iva mente, . . reap a rece en una sene
"'IX, Est a concrencra ie de textos b reveso"' S·1Il em ba r-
pod ía inclui r a las m ujeres, c uyo valor sim bó lico posit ivo en ta nto objetos 1\0 , Ben ja min nunca desa rrolló estas inferencias feministas, incl uso cuan-
sex ua les se corr espond ía con su deva luación en tant o seres hum a no s. De- do sus materiales cla ram ente apunta ba n en esa direcció n. El ejem plo más
gradadas como merc ancías -crctientemc nte, dentro del contex to de la " l i~ notab le es un ensayo que pre senta una serie de ilustraciones extraídas de
bcrac ión" sexual bu rguesa, esto fue cierto para todas las m ujeres, no sola- nove las do mésticas fem en inas (D ienstm iidchenrummIC ), un género lit era-
mente las prostinnas- , sus deseos de segur idad material y felicidad sexua l rio popula r en el siglo XIX , con títu los como Lady Lucie GlIlford, la prin-
las coloca ba en una posic ió n de dependencia opresiva, en ta nto el sexo era I I ' S" de la vengan za, llamada: La hiena de París. Una de las ilustrac iones

la cla ve de su supervivencia económica . mues tra un gr upo de niñas vest idas pa ra una fiest a elegante en un jardín,
La relaci ón ent re la degradación de las mu jeres como mercancías y su dispa rando con pequeños fusiles de chispa a un joven at ad o a un ár bol;
propio deseo de mercancías que adorn a ban y em bellecía n sus c uer pos , fo- ulr a retrat a a una m ujer de clase alta, da ga en ma no, su p ie en la es pa lda
mentado por la comprave nta mas iva en el mercado, no co nstituía necesa- de su víct ima masculina ca ída, mient ras una sirvienta a pa rece en el fondo
r iame nte un caso de víctimas deseand o su prop ia opresión. Ser el o bjeto con una fuente de comida . Lo s d ibujos cuent an la h isto r ia de una rerribu-
sexua l de un hombre que te co mpr aba er a (y tod avía es) una experiencia ciún fantasiosa por la op resión sex ual; per o Benja mín , ignora nd o el hecho
singular mente no-erótica, tanto para prostitutas como para am as de casa dc q ue éstas eran novelas sobre y para mu jeres, hace un comenta rio que
(a mbas, pese a esta situación existencial común, eran ma nten idas separ a- , {)lo se dir igía a la cla se y no a la clase sex ual, perma neciendo así dentro
das socialmente po r el patriarcado que las compra ba). En cont raste, las de ca tegorías ma rxistas más convencio nales. Nota nd o con asomb ro q ue
mercancías pon ían un erot ismo pa lpa ble, si bien iluso rio, a disposición de (' 11 las novelas exist ía ciert a con nivencia entre sirvientas y señoras, pro por-

(as co m pradoras m ujeres, quienes adornab an sus cuerpos, tal vez menos d onó la ex plicación un tanto imperfecta, dada la vio lencia de las escenas,
como signo de su sumisión a las relaciones existentes que co mo celebració n dt' q ue ta l vez se deb ía a que "las clases serv iles e n ese momento t od avía
a nticipatoria de relacio nes ut óp icas. El sue ño de la satisfacción erótica, ne- ,{' se nt ía n so lidarias con la burguesía, y compa rtían sus más secretos idea-
gado por la vent a del c uer po, se mantenía vivo en la vent a de mer can cías,
a unq ue en for ma distorsiona da. Existe evidencia de que las m ujeres exp e- 155. Arde y, p. 7 .
rimentaban las liquidaciones de las grandes tiendas com o descarga libid i- 156. Ver "Frau W;¡rfCI1SGcwcrbc", G. S., 11:2, pp. 614-15; "[ohan jacob Bnchofen",
G. S., 11 :1, pp. 2 19-234; "5 011 die Fra u im poli tischen Le ben Teilnehmc n i " (entre-
nal: "Por medio del desp liegue de lazos, cintas, mercería fina y g énero s de vista con la novelista Cole tt e), G. S., IV:I, pp . 492-95; " Pha ntc sie über Kik i" [rese-
toda clase en mo ntones enmara ñados (.. .) los cl ientes goza ba n de un eccc- ña de un a exhibición de: una famosa mod elo de a rte parisina fotog ra fiad a po r Man
so táctil ilimitado a los bienes (.,.) La presión exteri or par a compra r es reem- Ra y), G . S., IV:I , pp . 41:1 5-4 86.
157. " Dien stmadc henrom ane des vorigcn jahrhund erts" , G. S., IV:2, pp. 26 1-62.
plazada po r los movi mient os de la libido individual operando libremente en
SU $AN BU C K-Mo ll s S WA I_TER BE l<l J AMI N , ES C R IT O R IlE VO U; C I O N A R IO
55

les romá nticos" .157 Sin em bargo Ben jamín, cuya propia historia de amo r mn "salls domiciie fix e". 163 La prostitución, si bien esta ba regulada, era
fue melancólica,':" estuvo más cerca de una conciencia política femi nista .U·III legal: co ntiguo a las instalaciones de la Bibhotheque N at io nale do nde

que m uchos otros miembros masculinos de la izquierda radical, cuy a afir- Ik n jami n se sen ta ba a diario pa ra investiga r para su Proyecto de los Pasa-
mació n activa de la sexualidad no transcurrió sin una abu siva falta de sen- W5 , estaba el mun dialment e conocido Chabauais, una "casa de ensue ño ",
sibilidad con respecto a las desigualdades de po der ent re ellos mismos y las con habitaciones decoradas lujosamente, siguiendo una ser ie de te mas (ma-
mu jeres con las que se habían asociado " librem ente" . rroq uí, orient al, hindú, pompeya no), y una clientela regular que in~lu ía al
l'rfncipe de Gales.!" H abía estab lecimientos más mod estos , aSI co ~o
.unonrona mienros de peatones en las esquinas, en muchas partes de la ctu-
El Frente Popula r y el Pro yecto de los Pasa jes dad. Se pega ba n gra ndes cantidades de p ósters polí t icos en m uros y facha-
lbs, lo q ue record aba la "exubera ncia n opica!" de lo s rec la m es come rcia -
La fu ente de to da percepción histórica les e n el área de los pasa jes.
descansa en el presente del ¡'istoriador.I S9 ge njam ¡n esta ba trab a ja ndo en el Proyect o de los Pasa jes d urante el
• per íodo en qu e la amenaza de la extrema derech a en F.ra ~ cia hab la pr.o'
Una co lección de fotografías recientemente publicada, tomad as por Bras- voc udc el su rgim iento de un Frent e Popu la r entre soci alist as, com ums -
sai en la déca da de 1930, proporcion a imágen es del Pa rís q ue Ben jarnin co- I, IS y rad ica les bur gu eses, q ue ha bía llevado a Lea n Blum al gobiern o
noci ó, las calles sob re las que caminó r la vida de la m ultitud q ue obs ervó en mayo de 1936 . M en os de dos semanas después de esta victor ia, sin
allí. l 60 Representan una fer ia callejera barr ial q ue viaja ba alred edor de Pa- embargo , tra ba jad ores de base, má s rad icalizados qu e la dir igenc ia sin-
rís, ofreciendo ent retenimientos similares a los de los decadentes pasa jes; dicnl , q ue braron la dis ci plina pa rt ida r ia y s ind ical. Co me nzó en tonces
"atraccion es trash ": tnbleaux uivants, m ujeres sem idesn ud as, exhibiciones l1 11a ola de hu elgas de brazos ca ídos. El gobiern o de Blum, qu e en a pa-
, '
exoncas y de f k s, puest os de ccrmida, casi'11as vistosas.
e trea ' '" M'rentras que r iencia rep resent a ba a los tr a ba jadores, se a tuvo a una polí t ica de com-
en el Pro yect o de los Pasajes de Ben jam ín la figur a del fláneur , q uien " (...) pro miso con el ca pita lismo en un inte nto de resta urar la con fianza en
hace del bu levar un inter ior", 162 era una imagen central, en los treinta el una economía q ue esta ba en dep resió n. El 7 de junio Blum organizó el
desem pleo creó una nueva clase de ha bita ntes de la calle. Brassaí fot ogra- primer e ncuentro de est e t ipo entre la Confederac ión Fra ncesa de l Tra-
fió a los clo chards o vaga bundos: 12.000 esta ba n registr ados en París co- bajo y los más a ltos gerent es de nego cios. El result ado fue ron los fa mo-
sos "Acue r dos M ati gnou ", un programa pa ra esti m ular p acífica mente
reforma s p roobreras, que bu sca ba a su vez miti ga r el miedo de in ver-
158. En 19 17 Benic min se caso con Dora Pollak; en 192 1 " desar ro lló un a incli-
nació n pasio nal" por Ju li:l Co hn, un amo r que "permaneció no correspondido "; en so res y em pleadores a la revo lución. C ua ndo estos acuerdos esta ban
1924 se enamoró de Asia Lacis, un a comunista rusa; ro 192 9-30 alra y('"Só un do lo- sien do negoc iado s y el Partido Comunis ta mantenía su apoyo al go bier-
ro se divo rcio para casarse con Lacis, pero este casamiento nunca ocurrió. La natu- no de Blum, los trabajadores se hicier on más comba t ivo s. La s hu elgas
ra leza t risteme nte insatisfacto ria de la relació n de Benjamin con Lacis eSlá cla ramen -
!oc e xtendi e ro n desde la ind ustr ia a l sect or público y a la agr icult ura . En
te regist rad a en el recien temente: publicado d iario de: la visita de Benjamín a M OM:li:
Diario de Moscú, Mad rid, Taurus, 1990. l'nrfs, las huelgas golpea r on grand es tiend as, caf és, rest auran t es y ho -
159. G. S., 11:3, p. 1359. n-les . El 11 de jun io los datos oficia les indica ba n q ue ha bía 1. 165.000
160 . BraSSJY, The secrcr París 01 the JO's, trad ucci ón de Richa rd Mi ller, Londres,
1976. huel guistas. Ame naza ban co n pa raliza r la economía. T rot sk y a nunció:
(s iu némero de página).
161. Ibid ., " La feria callejera "
162. PoeS' l " capitalismo, p . 51.
163. Brassai, "El último vagabundo del Coup des M irad es". 164. Brassai, " Casas de ensucio".
" SU "'AN B UCK- M o RS S WAI.T f-Il BE N J A M I N, ESC ltliO R R EVO LUC IO NA Il I O 57

" l a Revo lución Fra ncesa ha co me nzad o (. .. ) Éstas no so n sim plemente uruy lejos,,16' en su deseo de respaldar la política de la Unión Soviét ica. Pero
huelgas, ésta es ia huelga (.. . )" . Pero el mo vimiento no te nía líderes. A I'~IL' respaldo se refería principalmente a la política exte rior so viética, dado
m uchos les pa recía qu e el Partido Comun ista se ha bia vend ido al esta- que, hasta el pacto nazi-soviético de 1939, Benjam ín consideró qu e la ún ica
do burg ués.P! ('~ I'lCran7.a
de derr ota r al fascismo en Alemania residía en 1.:1. URSS . Pero esta-
Las huelgas de bra zos caíd os ponían a los capitalista s parti cu larmente 11.1 desconcertado por las purgas inrelectua Ies en RUSIa, . 170 y no hay evridenci
encra
nerviosos, dado qu e el gest o de ocu par, a ntes que bo icotea r, el lugar de tra- tlr q ue haya seguido al Co mimern en su pasaje de un a táctica de no reco nci-
ba jo era un a seña l a utic ipat ona de la Revol ución y del co ntro l obrero. Una h.ición a la po lítica del Frent e Popular. En 1940, en sus "Tesis de Filosofía de
fotog rafía periodística, tom ad a el 3 de jun io de 1936,166 muest ra a los 1.1 Historia " , condenó expífciramenre lo que llamaba la "ser vil inserción" de
o breros pa r isinos ocupando una fá br ica com o s i se tra tara de su hoga r. Los los polí ticos izqu ierd istas "en un apa rato incont rola ble't . J"
ob reros, todos hom bres, acampaba n en el suelo, algunos jugando a las ca r-
tas, algunos durmie ndo, ta l vez soñando. ¿Acaso escribía Beniamin con ese
suj eto revol uciona rio espo ntánea mente organi zad o en men te? Si se con si- 1.,1 te oría del conocimiento de Benjamin
dera su ensayo de 1929, " El surrealismo", com o declaraci ón perdurab le de
sus con vicciones pol íticas, entonces po demos sospechar qu e así era. En ese LIS "Tesis", en tanto intro ducción metodológica al Proye cto de los Pasajes,
ensayo, Benjamín ren uncia ba claramente a polít icas cola boracio nisr as, ex i- M Ili reveladoras en su yux ta posición de la pr áctica intelectual revo luciona-
giend o en cambio "( .. .) pesimismo en to da la línea. Así es y plena mente. r j.t yel acto revoluciona rio real. El mismo lengua je sirve para car acteriz a r
Desconfianza en la suerte de la literat ura, desconfianza en la suert e de la .1 am bos : hacer sa lta r el ccn tinuum de la historia; detener los relo jes que

libert ad, desconfia nza en la suerte de la hum a nidad europea, pero so bre to- marcan su t iem po vacío; situa rse en otr a dimensión temporal de "t iempo-
do desconfi anza , desconfian za, desconfia nza en todo ente ndimiento: entre aho ra ", en la cua l oc urren tan to la revolución como la revelación; ver el
las clases, en tre los pueblos, ent re éste y aquél" . 167 presente como imagen dialéctica, en constelación con elementos del pasad o.
En ese ento nces, ésa era tam bién la linea po lítica del Partido Co munista. 1.,\5 huelgas de brazos ca ídos detenían el tiem po bur gués. Y la conciencia
Benia min elogiaba al comunista Pierre Naville, cuyo ensayo "La revolución y unír ica de los huelguistas que ocup ab an su lugar de tr ab ajo ta mbién est a-
Jos intelectuales" romp ía con la posición surrealista de independencia intelec- h.\ en la dimensión del tiempo-a ho ra. El mismo gest o caracterizab a el co-
tual del Partido . Navilie rechazaba la polít ica orientad a hacia el futuro y lla - nocimiento y la p rax is revoluc iona ria. ¿Estaba sugiriendo Ben jamin un a
maba a la "organización del pesimismo ....Benjamin con cordaba: " Organizar conexión ca usa l inm edi ata entre la alteración del est ado de la conciencia y
el pesimismo no es otr a cosa que transportar fuera de la po lítica a la metáfo- una alter ació n de la realida d ? M ás específica mente, ¿el Pr oyecto de los
ra moral y descubr ir en el ámbito de la acción política el ám bito de las imá- Pasa jes q uería ser sub versivo de ma nera d irecta?
genes de pura cepa ".I68 Tiedema nn ha apuntado que Bcnjamin "fue en pa rte Au nque toda vía no está disponible tod a la evidencia, la mejor conjetura
indic a que no. La ca usalidad lineal directa form a ba parte del a para to cogni-
tivo burgués que Benjamín rechazaba . Sus propios escritos, aun los más nc-
165. Trotsky, cita do po r j oel Colton, en Lean Blum, Humanist j" Patities, Cam-
bridge, 1966, p. 152. ccsibles, son indisputable mente esotéricos, y los fragmentos publicados del
166 . Worl d Wid c Pho tns reproducida en Colron.
167. "El surrealismo", en lmagínacion y sociedad, p. 60.
168. Ihíd . 170 . Ibid. Scholem cuenta que Benjam in se most ra ba muy vulnerable cuando
169. RolI Tiedemnnn, "Hisrorischer Ma reriaüsm us ode r po litischer Mcssianis- hab laba de los ju icios, r que no respaldaba clarame nte ningun a de las do s posicio-
mus?", en MateTiafen t u Btmjami.1S Tht>sen 'Oh,.,. den Begrift Jer Geschich lc', Peter n es. Gescbidne e íner Freundscbaft, p. 263.
Buthaup [ed.], Frankfurt arn Main, 1975, p. 101. 17 1. Discursos interrumpidos, p. 184 . Ver también, G. S., 11, p. 732.
59
" SUSAN Buu:-M oll ss W" I 'I' UI B E~ J""" IN . ESCll lT OIt IlE VO LUC IO NA It IO

Proyecto de los Pasajes no so n la excepción, La crítica de Adorno a l ensayo de ru r.uuo dogm a, en vez de com o un investigador de la rea lidad , pa ra q uien
1938 so bre Baudelaire y a l Proyect o de los Pasajes en genera l da ba justo en el l • •",titlld del mat erial ista parece más científica y human a a nte todas las co-
blanco: "I .•. ) no ign oro la disciplina ascética que ha ten ido q ue imponerse pa- •''o q ue se m ueven delante nuestro, que aq uella del idealista" .In .
ra dejar de lado por doq uier las respuestas teóricas decisivas a las preguntas e Sus co nv iccio nes cogn it ivas fuero n d ur aderas: h ubo ca mbios no ta-
incluso para con seguir que las propias preguntas sólo resulten visibles a los ini- l.h-mcnte pequeños en sus intu iciones inte lectua les en tre su s per ío dos
ciados. Pero no puedo menos de preguntarme si tal ascet ismo resulta sosteni- 1"1' )' pos t ma rxist a (el punto de infle xión fue a fines de lo s ~e inte) . Es-
ble a propósito de esta materia (... ) ¿constituye esto un <mater ia l' susceptible I rih i{, a Sch o lem e n 1934: " (. .. ) q ue mi co m uni sm o se a prox ima a l ere-

de espera r pacientemente ser interpreta do, sin verse consumido por su propia .111 m enes q ue a cualq uier o tra form a o modo d e ex~res¡ón; que mi ~?­
aura ?" .In Desde la perspectiva de una ca usa lidad histó rica en la cualla d ialéc- munismo -sac r ifica ndo la orto d o xia- no es nada m a s qu e la ex pr eston
rica entre teo ría y práctica es vista como una secuencia cro nológ ica de acción .t,. ciertas exper ienci as q ue he te ni d o en mi pe nsamien t o y e n m i exis ten-
y reflexión, la ob ra de Bcnjamin se muestra de hecho injus nficablemenre auto- I i.i". 176 Benjami n era plena mente co nsciente de que su estud io tempr~ w

limitada y esotérica. Pero pu eden encont rarse en sus escritos los rudimentos de un, El origen del drama barroco alemán, expres aba en le~guaje ~e.ta ~ísl­
una teo ría del conocimien to que SIl distingue rad icalmente de esta per spect iva In una filoso fía que, si no era mate r ialista , era co n segun d ad dialéctica,
e implica una reorienraci ón pro funda de la pro blemá tica de teo ría-praxis; una r po r lo t anto u n a nt ecede nte de su o bra poster io r.In. D: h~cho, m uch a s
teoría del conocimiento que la urgencia de la situació n política no le permitió d t- la s c ar ac te r íst ica s de su te o ría de las im áge nes di a l éc t ic a s apa recen
desarr ollar, Sin emb argo, ésta sigue siendo la contribución intelectual más osa- " 11 ese li bro como una t eo ría de la s id eas: ésta s er an la " inte rp retació n

da de Benjamín (y 1.1 menos valorada por sus colegas del Institu to ). Hilil'l iva de fe nó me n os [histór icos ), o más b ien s us e lem e ntos", m ien-
1 · ' ,, 178p
Si Benjamín hubiera q uerido q ue estas imágenes d ialécticas fueran su bver- Ir .l" que éstos e ra n vist os co mo " punto s en u na ~o n s.t e . ac ro n". .ero
siva s de m anera directa, su teoría no ha bría sido más q ue un intento de em- .uucs de cae r en un a d iscusió n t otalmente n o ben jamínian a so bre SI es-
picar el poder de las imágenes de un modo empa ren tado co n la nueva indus-
175. Ca rt a de Benja mín a Max Rychner del 7 de marzo de 19 3 1, en Briefl',
tri a pub licitaria, promoviendo la revo lución por m edio de la man ipu lación de
vo l. 2, p . 524 ,
la conciencia del pr oleta riad o. Había momentos, pa rticula rmente en el ensa- 176. G. S., 11:3, p. 15 13.
yo sob re la o bra de arte en la época de su reprod ucribiljdad técnica, en [os que 177. Brit fe, vol. 2, p. 523.
178. TII!! origin ofGtm uln T ragic Dram<l, p . 34. ..
Adorno sospechaba q ue Benjam in estaba haciendo justamente eso. m Pero si 179 . el. Ma rx en El dieciocho Brll1mmo de L lIls Bon aparte: " La revo luoun ~­
tenemos en cuent a en este punto la sugerencia de Benjamín de q ue "el rnéro- cinl del siglo XI X no p uede sacar su poesía del p~ ~ndo, sinn sola mente del por~em r
I es una dicresi
(O ó ,, , 174 p odremos
rgrcsicn" remos arríb .• mas
arn ar a una com prens ion . correcta. (.,,) Las ant erior es revolucio nes n l'Ccsitab ~11 rcmont ar.\.C. a los recuerdos de la h l~to.
ri" universal para at urdirse acerca de su propio contenido . La revolución ,del Siglo
La teor ía del conoc imiento de Beujamin esta ba basada en su propi a exper ien-
XIX debe de jar que los muertos entie rren a sus muertos, p ara co brar cnnceencm do:
cia. N o fue el marxismo lo q ue lo co nvenció de su valid ez. En 193 1, ad virtió su propi o cuntenido n, Karl Ma rx, El ditáucho Brumario de LUJ.s Bc naparte, Mcn -
acerca de que " (...) me vean como W1 abogado del ma teri a lismo d ialéctico n-video Ediciones de la Comuna, 199 5, pp. 12-13. .
180. La cana a Rychner, citada más arriba, cont inlla: KNunca. fui capa z de; pensar
" investigar de otra manera que no fuera, si puedo expresanr.e aS I,' en un se~ltldo reo-
lógico; esto es, de acue rdo con la enseñanza ralrnúdica de los 49 niveles d~ slgmficnd.o
172. Ca rta de Adorn o a Benjamín del 10 de noviemb re de 193 8, un Correspon- de CJ dJ sección de la Tomh" (Briefe, vol. 2, p. 524 ), Nu puede negarse la rrnportanc tc
dencia, p. 27 0. El subrayado es mío. • de lJ teología en la tecrta de Benjamin. Lo que cuestio no es el pn:'\·e~ho de tratar ~e 10-
173. Carta de Adorno a Benjamin del 18 de marzo de 1936, en Correspondencia, ruliznr su imagen: está en todas panes (y cunSl:CUerllem~nre en n ingún ladu ). Benjamm
pp. 133-140. b capN ró: ·~1i pensamiento se relaciona con \30 teología como el papel secante con la
n'e
174. Walrer Benjamín, origill uf German Tragu Drama, New Ldt Books, Lon- ti nta. Está oompleumenle empapado en ella. Pero si dependiera del pape l secante, no
d res, 1977, p. 28. qued aría nada de lo cscnro", La dialéctica en $lfs[!emu, p. 82.
60 SU SII.N B UCI!; · MoMS S Al I ~R K EN JA MI N . E-SCR ITO R R EV O LU C I O N A R I O 61

ro prue ba que su t eoría era verd ad eramente marxist a,17' o te ol ógi ca, lSO hllltt· S de Bcn jamin. Este mun do se contó entr e los objetos más d ura deros
ñ si UI .
t n-naces de su reflexión }' todo lo qu e ha escrito so bre este tema se encuen-
o me t a rsrca, es necesanc qu e esta blezcam os otra co nexión para de-
185
mostra r que la co nstr ucción de constelaciones no es propiedad excl usiva tI .1 cutre sus t rab ajos más perfectos". Ben ja rnin pensa ba que el juego de
de ninguna de estas trad iciones culturales. Más bien, es un juego de niños. 1m niños co n las pa labras tiene " mayor parentesco con (... ) los textos sa-
1I 1 •II \ns que con (.. .) el habla corriente de los ad ultos"} 8' Solía decir de la
ilml ilmcnte filos ófica y not a blement e com pleja intr od ucción al libro so bre
IV. El juego in fantil: guna fue rza revolucion ari a ? r] dra ma barr oco (escrito, dicho sea de paso, por las t ardes en el Café Prin -
,I' ~ ; l d e Berlín mientras tocaba una ba n d a de i ¡ l g7 q ue terna,
e jazz • como .. con-

Lo s niños, escr ibió Ben ja min, están menos intrigados po r el m undo prefor- 11.ISl'il <l secreta" de ent rada, un verso infantil: " Salta va llas, sa lta piedras,
mado que los ad ultos ha n crea do que por sus resid uos. Se sienten a traídos I lI" rIl s iemp re con cui dado". m Las imágenes del m undo infa nt il a parecen

por objetos q ue carecen de va lor o propósito evidente: "Los ut iliza n no 1.111 insistenteme nte a lo la rgo de la obra de Ben jamín que la ausenc ia de

ta nto para reproducir las obras de los adultos, como pa ra relacion a r entre UI1 .1 d iscusión seria so bre su significad o teórico en pr ñctica me nre todos los

sí, de manera nueva y ca pr ichosa, ma teri ales de m uy diverso tipo, gracias I ome ut ar ios críticos so bre Benjamín debe atri bu irse a elit ismo inte lectual,

a lo que con ellos elaboran " . 1Il La aproximació n de Beniamin a los fenó- I prejui cio sexista o a ambos.

me nos descerra dos o descuidad os por el siglo XIX no er a m uy distinta. N in-


gún pen sador mod erno, con la excepción de Píager, to mó a los niños tan
ser ia mente como Benjamin en el desar ro llo de una teoría del co noc imien- I\l'llia min versus Piager
to . Los libro s infan tiles del siglo X IX constituía n una de las pan es más va-
lorada s de Sil única po sesión apasionada, su colección de libros. u.! Confe- l'I.ll\c t y Benjamín esta ban de acuerdo en que la cognición infant il era un
só qu e no ha bía muchas cosas "en el reino del libro con las qu e yo tenga r' ~ Ll d o su perado tan completam ente que a los ad ultos se les aparecía casi
una relación tan cercana" .184 Schc lem testificó sobre la imp ortancia de los \lr lllO inexplicab le. Piager se sentía satisfecho con b desa parición del pcn-
niños para Benjam in y señal ó q ue éste toma ba muy seria mente el proceso s.unicnto de la infanc ia. Los valo res de su epistemo logía se inclinaba n ha-
cogniti vo de recordar su propia infa ncia. " El hecho de q ue dura nte tod a \ i,l el ex tremo adulto del espectro. Su pensa miento re plica ba, sobre el eje
su vida se sint iera atraído con mág ico po de r po r el m undo de los ni ños y de] desa rro llo on rogen ético, el sup uesto de la histori a-coma-progreso que
la na t uraleza infa ntil co nst ituye un o de Jos rasgos de carácter más im por- lh-ujamin co nsidera ba una ma rca registra da de la falsa conciencia hurgue-
~,l. Pred eciblemenre, Benjamin 110 estab a interesado en el despliegue se-
181. Si de hecho era meta fisi(a, entonces lo era en un sentido completa ment e te- cucn cial de los dist intos estadios de la razón formal a bstracta, sino en lo
rre nal y mater ialista - "(•.. ) en mi pr opia experiencia la obvicdad com unista más qll e se perdía en el cam ino. Scho lem escribió que Benjam in, en ta nto me-
grande tiene más sent ido que [os s.i~ni ficados profundos burgul:ses de hoy en d ía , t.lfísico, descr ibía fascinado "( ... ) el m undo aú n inalterad o de los niños y
que son SIempre [os de una apologetlca ", Briefe, \ '0 1. 2, p. 524.
,.182. Di:e~áól: ,'¡ni~(l, p; 25 . [La versión inglesa con la que trabaja Buck-Mo rss ~ll fantasía creadora con la mi sma respetu osa admira ció n con que busca
utiliza el adjetivo int uitiv a" en lugar de "c aprichosa". N . del T.]
1113. Cf "Aussichr lJ1 Kinderbüc her" (192 6) y "A BC-Blicher YO f h undert j ahren"
(1928), G. S., IV:2, pp. 60 9· 15, Y 619-+0. Du rante su viaje a Moscú en 1927 Bcn- 185 . Scholem , "Walte r Benjamin", p. 12.
jamin ap untó en su diario que habí a tenido una discusión co n un col eccionis ta de 186.lbid., p. 31.
libros infantiles ruso sobre su "gran plan" pa ra una obra docum enta l l/amad a 187 . " Crón ica de Berlín", p. 40 .
"Pamasla" , Ver Walter Bemamin, Diario de Moscú, p. 127. 188. Schole m, " Walter Bemamin ", p. 22.
184. Ib íd., p. 104 9. 189. Ibld., p. 12.
62 SU SA N B UCK - M oR SS \\'~ l n'. 1t BE NJ A ,\I 1N, H C IU TO It ItEV O LUC ION AR IO 63

penet ra r los concep los" . IS' I,llllin consistía en observar los gestos de los niños en la pint ura, la danza y,
Lo qu e Benjamín enco ntrab a en la conciencia infantil, sacada de circ u- p.nt icul a rme nre, en el teatro, el cual permitía una "desca rga indomada de fa n-
Ja ció n por la ed ucación burguesa, y c uya redenc ió n era tan crucia l, era pre- 1.1\ 1,1 infanril", I'N En los espectáculos teatrales de los niños, "Todo es dad o

cisame nte una con exión "si n ru pturas" entre percepción y acción, qu e era vm·ll", y así como el amo servía al esclavo dura nte las Sarum alias rom an as, así
distintiva de la conciencia revolucionaria entre los adultos. Esta conexión duran te el espectáculo, los niños se paran en el escen ario y enseñan y educan
. L . ( ¡" I' S
.1 \ IlS atentos educadores. Aparecen nuevas fuerzas y nuevos írnputsos .. . ,
no era causal en el sent ido con ductista de reacción como respuesta a estí-
m ulos. En cam bio, era mim ética, e involu cra ba la capacida d de estab lecer L1 cognición infantil era una po tencia revoluciona ria po rque era tá ct il,
correspondencias por med io de la fa ntasía espo ntán ea. "Sus cajones [los ). por eso estaba vinculada a la acció n, y porque, en VC"L de acepta r el sig-
del ni ño) deberán ser a rsena l y zoológico, m useo del cr imen y cr ipta. ' Po- uificado dado de las cosas. los niños aprendían a conocer los ob jetos
ner orden' significaría destruir un ed ificio lleno de espinos as castañ as que ,I..i éndo lo s y usándo los de un mod o q ue tr ansforma ba su signif icado. Pa ul
so n mangua les, de papeles de estañ o que so n tesoros de plata, de cubo s de V,IIt'r)', un escritor que era m uy fam iliar a Benjamín, escrib ió en una oca-
madera que so n ata údes, de cactáce as que son ár bo les tc r émico s y cénti- ~ i " I I1: " Si están sanos y se sienten bien, t od os los n iños so n autént icos m Oll S'
mos de cobre qu e SOIl cscudos.w" La "señal " revolucionaria que procede ( 1'II l!.S de act ividad (.. , ) despeda zando, rompiendo, construyendo, [siempre

"del mundo en el que elniño vive y da órd enes" m era la capacidad de im- luciendo algo! Y llora rá n si no pueden pen sa r en nada mejor que hacer
provisación mimét ica. La percepc ión y la tr a nsform ació n act iva eran dos \" ,) Podría decirse que só lo son conscientes de todas las co sas que los ro-
po los de la cognición infa ntil: "Cada gesto del niño es un impulso creat i- t lt';llI si pue den a ctWlr so bre ellas, o a través de ellas , no imp ort a de qué
vo que se corresponde exact amente con un impu lso recepnvo't.l' " m.mer a : la acción, d e hecho, lo es todo (...]" . 1 ~6 La socia lización burguesa
Los experimentos de Picger pusiero n a prueba las respuestas un iversales y ~ l l pri m ió esa act ividad: repetir como loro la respuesta "correc ta", mira r sin
predecibles. Benjamín estaba interesado en la espo nta neida d creat iva de la locar, resol ver problem as " mentalmente" , sentarse pas iva mente, ap render
respuesta, que la socialización burguesa destruía. La teoría de Piager sólo con- ,1 hacer las cosas sin ayudas visuales;1' 7 tod os estos com porta mientos ad -

sidera ba la cognición ligada a la acción en tanto forma cognitiva primitiva, quirid os iba n con t ra el carácter de los niños. Pod ría inferirse, por otro la-
correspo ndiente al período preverbal sensorio-mo triz, y dejaba de tener en t l u , que el tr iunfo de ese tipo de cog nición en los ad ultos señala a su vez su
cuenta la cogn ición mimética un a vez que el niño adquiría la capacidad de ha.
bla. En los tests de Piager, el juego fantástico del niño, la co nstrucci ón de Piaget, pero nneepretaba sus d e\oOlbr imien~os de una mane ra ~ue nu cm la pr evista,
mun dos pos ibles, eran probablemente registrados como un error cogn it ivo. Beniamin cita la obra de [ingúistas marxistas como Vígolskl contra Saussure. En
Pa ra Benjam ín, en cambio, la natura leza prima ria de las acciones motrices era Imaginación y soátd.ld, p. 157.
194. -Peogram for J prolecman Child ren's Th earer ", p. 32.
razón suficiente para prestarles atención. Constituían evidencia de la "facu l- 195 . Ibíd.
tad mimética", un lenguaje de gestos que Benjam ín consideraba más básico 196 . Paul Val¿ry, Idie Fix e, N UCV3 Yo rk, 1965, p. 36. .
para el conocimie nto que el lenguaje conceptual.'?' El "experimento" de Ben- 197. Beujamin recor dab a su pro pia escolarización: "Se encontraban .unos. t3 1~1 ­
ce s figurativos de lu menos histórico que quep a imagina r y que ?u Ufn:'I UI illll.gU ~ l
estímulo a los ojo s, mientras que los oídosandaban expuestos sui remedio al nn u-
190. Direcá dll única, p. SS. neo de peror atas absurdas", "Crónica de Berlín", p. 30.
19 1. Wa[tcr Bcnj omin (C0I1 Asja Lacisj, "P rogr am for a Prnlcrar ian Children's 198 . La valorización de la cognición infantilno imp lk:J. ba un culto de la juven-
Th curcr", t rad ucción d e Susan Buck-Morss, I'erfonnanc e S, ma rzo/a br il de tud. Por el contrario, sólo las personas a las que se les permitía vivir su infancia ple-
1973, p . 30. name nte eran C.l p.1CCS de ctccct realmente (KPrOg r;lm for a Prolc.t;l ~i:¡ n Childr en's
192. lbfd ., p. 3 1. T hcarcr", p. 32). Benjamin era perfectamen te (o nsci.e nte de.. l ~ s ,11l11lt<lClOneS de la
193. el. Benjamín, " El pro blema de la sociología del lenguaje" (1935) una re- co nciencia in fant il, que ~ v ive en su mundo corno un dicrnd ur {ibíd., p- 30). La edu -
seña de la literatu ra en sociolingüísnca, que ten ía en consideració n Jos escritos de ca clón era necesaria pero ésta debía ser un proceso recípr oco . & ta fue la respuesta
64 SUS AN B UCK - M o R SS W A ITl' K R ES ¡ A M I N , ESC ll lTOII. II.EVO l.lJC IONA IIIO 65

derrota como sujetos revolu cio narios.V" rc.rcc ión. Por el cont rario, sus imágenes dialécticas, como gesto re volucionario
Pero en tanto hubiera niños. esa derrota nunca sería com pleta. Aquí, 'IUl' ba cía salta r el continuu nt de la historia y ca ptu raba los elementos feno-
Ben jarnin evita ba la conclu sión pesimista a la que era llevado Adorno 1I1\'nicos así liberados en no vedosas constelaciones, pro porc ionaba un mode-
cuando po stulaba "la extinción del ego" como resu ltado horroroso del lo .1 nivel cognitivo para el acto de transformaci ón social , y su meta era des-
"progreso'ü" histórico. La teo ría de Benjamín reconocía qu e la relación I~ 'I 1;1( la ca pacidad para la acción revolucionaria q ue dormitab a en el ad ulto,
ent re concie ncia y sociedad en el pla no histó rico se en tremezc la ba co n o tr a U II desp legarse. El paso del co noc imiento a la acció n dependía de q ue la

di mensión, el pla no del desarrollo infamil, en la c ua l la relación entr e con- L, ~ uhnd mimética produ jera, ta l com o en el CdSO del gesto infantil, " un im-
ciencia y rea lidad tenía su prop ia histo ria. Ben ja mín entendía liter almente pulo;c, creativo que se cor respo nde exacta mente co n el impulso receptivo".203
la histori a del M esía s llega ndo como un niño, pero la colectiviza ba. En los 11 papel del escritor revolucion ar io er a m ucho menos el de un co manda nte
niños, la capac idad pa ra [a tr a nsfo rmació n revoluciona ria est a ba presente ' Ill(' el de un na rrado r de historias, más precisamente, de cuen tos de hadas.
desde el inicio. Es así q ue todos los niños eran " representa nt es del Parai- Ik lli;uuin te co nt Ó po r escrito a Scholem en 192 8 q ue esta ba trabajando en
so, " 2()O y a ca da gene ra ci"ón Ie h a SIido "{,.. ) d a da una flaca fu erza mesiáni - "elensayo sumamen te nota ble y extremadam ent e preca rio sob re Los pasajes
ca (.. ,}" , 20 1 Desnud ad a de sus pretensiones me ta físicas, la histori a era la 1"" Úi/ lOs" . q ue tenía como su btítul o: "Una tierra de hadas dialéctica" .204 En
procreación de niñ os , y co mo tal, siempre un reto rn o a los orígenes, Aq uí 1'),1(; apuntó qu e el narr ador ruso Leskov " (.. .) interpretó la resurrección, no
las revoluciones apare cían no com o culmina ción de la histor ia mundial si- 1.11110 corno tr ansfiguració n, sino como desencanramiento 'V'" en un sentid o
ll a co mo un nuevo com ienzo: " En el moment o en q ue- uno llega ", no ca- _"1I1I'j,mte al de un cue nto de hadas. Segurament e Benjamín qu ería qu e su
sua lmente escrib ió Benjam ín so bre su visita a Moscú, " el esta dio infantil 1'1O)'I'ctOde los Pasajes fuera un cuento de hadas en ese sentido. co n la sa lve-
co m ienza ", cua ndo. a causa de las ca lles co ngeladas , inclu so " ha y qu e ,I.ul de q ue la Resurrecció n sería una resurrecció n secular y socia l, y el "de-
aprender a caminar de nuevo",202 ~" l ll' a ll tam iento " significaría libera ción de las ilusiones de la fa lsa conciencia.
Teo ría y prá ct ica no est a ba n co necta da s ca usa lmente en la concepci ón
d.. Hcnjam in, n i siqu iera en un sentido recíproco y d ial éct ico . En cambio,
Cuen tos de hadas y el orden mimét ico U " rr.naba de una relaci ón de co rrespondencia mimética. Las co ns telacio-

11(' \ de conocimiento y acció n era n m utuamente tr ad ucibles, pero eran

Lo que revela este rod eo a tra vés de la infancia es qu e la co ncepción beniami- ,I.,,'olltinuas y no pa r tes fo rm ativas de un todo ma yo r. Pa ra usar un a me -
nia na de la "educac ión mate rialista", radicalmen te co nt raria a l modelo de r.llora de su libro El origen del drama barro co alemán: "Toda idea es un
ap rendizaje de estím ulo y respuesta, se diferencia ba tanto de la propaga nda _11 1 y está re lacio na da con otras ide as del m ismo modo en q ue los soles
po lítica co mo de la publicidad en q ue no esta ba ca lculada para go bernar una n l,ín relaciona dos ent re sí" .206 De hecho , los escri tos de Ben jamin se re-
L« 10 11.111 ent re sí de 1.1 mism a manera. Su "teoría" 110 es un mo nt a je de
de Benjamín a la fumosa p regunt a de Marx en las Tesis sobre Feuerb<lch sob re
quié n edu caría a los educadore s; ~ ¿No es la educ ación, ante tudo, la or ganización 20 3. " Program for a Proletarian Child ren's Thearcr ", p. 31,
indispensabl e de la relaci ón ent re generacion es y, por tan to , si se qui ere h ablar de 204 . Ca rt a del 30 de enero de 192 8, en Hrie(e, vo l. 2, p. 455 . El estudi o era
domin io, el do minio de la relación entre las generaciones y no de los niños? " Di- cxt rcma druucnte "prccurio" ulmcnns en parle p orque la époc a moderna era hos-
rección I~nica, p. 97. ' til a lo s rela to s de histo rias: su "i ncidenc ia viva " er a algo " q ue de entrada est á ale-
199. Ver Susan Buck-Morss, El origen de la dilllr.!aica " ,'gatilla. ¡;It!O de nos o tros", "E l n arr ador" (1936 ), en Para 10111 crítica de la violencia y
200. La dialéctiCII en sus/Jenm , p. 93. " Iros ensayes , p . 111.
201. Discursos illtcrm mpMos, p. 175. lOS. lbíd., p . 129.
202 . " M oscú" , en Cuadros de un pensamiento, p. 29 . 206. The origin o(Germall Tragic Drama, p. 37.
66 S USA" B UCK-M ok SS W¡\ I.T E II BE NJ ¡\ M IN . ESCK lTOK K!i.VO LU C I ONA K IO 67

partes, sino la tr ad ucción serial-o, mejor, ép ica- d e cierr as co nstelaciones u.ulición ut ópica de lo s c uen tos de hadas, que inst r uyen sin dom inar, y
cogni tivas, o gesto s, que él igu ala ba con la ver dad. Estos gestos está n runc h os de los c uale s son las historias trad icionales de la victoria sobre
ocultos en sus escritos, ya sea q ue estén vincu lados con la historia perso- "\.'5 fuerzas.214
nal, la historia soc ia l o la histor ia natura l de la niñ ez. Se infiere que hay
una corresponden cia entre estos ejes: q ue, por ejemp lo, escond id a tras el
Pr oyecto de los Pasa jes está la historia de la propia vida de Ben ja mín, y
viceversa . Descifra r la obra de Benjami n se convier te así en un ejercicio V. La ind ustria lizació n d e la pe rcepción
de facultad mimética.
Los escritos de 8enjamin parecen ser declaracio nes fácticas so bre el H hecho de q ue los lectores del presente encue nt re n dificultoso este pro-
m undo ob jet ivo. Adorno n o se eq uivocaba al ca racteriza r su postu ra co- o-dimiento ha bla menos del ca rácte r esotérico de los textos que del m ar -
mo " positivist a " .207 Pero lo que deja perplejos a los lect ores es qu e este chitamientc de su propia facultad mimética. Por Otro lado. y tal como lo
estilo factual es utilizado pa ra presentar intuiciones que está n lejos de tlrmostró la teorí a de las corr espo ndencias de Baudela ire, que Benjam ín
ser ob vias , po rq ue sus imágenet se basan en la yuxta posi ció n de exrre- valora ba enormemente, la facul tad mimética no tenía que interrumpirse
ma s: los ruidos d e la ciudad se abarrotan como mar iposas;2o. los libro s con la niñez.2B El problema era qu e en la cultura bu rgue sa, esta fac ultad
de cá nt ico s parecen ho ra r ios de ferrocarr ilesr' '" en Rusia el jazz está Il.lhía sido relegada al reino de lo estético, de do nde deb ía ser liberada y re-
guard ado tras una vitr ina "como una serp iente ven eno sa 'tr' !" los barri- cupe r nd a co mo instrumento cog nitivo pa ra la prax is revo lucionari a. Ben-
les de t a berna so n co mo pila res de iglesia / ll y los conventillo s pa recen j.uui n sugería que el desarrollo de la cogn ición mimética no ha bía sido una
rascaclelosr' P mientras q u~ en Moscú " todas las ideas, todos los d ías y rousra nre en la historia: "hay q ue suponer en cam bio que la facu ltad de
[Odas las vidas pa recen esta r puestas sobre la mesa de un labo rare - producir semejanzas -por ejemplo, en las da nzas , cuya más a ntigua fun-
rio " .2ll El Iector no puede sin o proceder mim érica men te, encontrando I lón es precisam ente ésa- , y po r lo ta nto tam bién la de reconocerlas, se ha

corresponde ncias e nt re imágenes en m últiples n iveles. A ca usa de la de- rr.msformado en el curso de la historia" .21' l os apa ratos cognitivos de
liber ad a desconex ión de las ideas de Ben jarnin, sus intu icio nes no está n "cor respo ndencias mágicas" -el a nt iguo a rte de la astrología. por ejem plo-
a lojadas en el conte xto de sus te xtos. como sucede COIl la esc r it ura na- r \t ;¡ba n cla ramente basados en esta ha bilidad.211 Ben ja min creía que la es-
rr at iva o a rg umentativa. Por el contrario. se deja n desplaza r fácil mente I ruura alfa bét ica también ha bía sido mimét ica en su origen, y que el len-

en a rr eglos ca mb ia ntes y com binaciones de pru eba. Su legado a los lec- V,U.ljc ver ba l estaba basado en " la semejanza extra sensorialv.i " Además.
tores qu e v ienen después de él es un sist em a de her encia no a utor ita r io, 11l;l11tl! VO a bier ta la po sibilidad de un "desa rrollo futuro" del lenguaje mi-
que se ase meja menos al modo burg ués de traspaso de tesoros cu lt ur a- mérico, c uyas " pot enci alida des para la prese ntac ión no estaría n limitadas
les, co mo si se t ra t ara del bot ín de la s fuer zas co nq uist adoras, qu e a la
214. " El Narrador " , en film una crítica de fa violencia. p. 128.
115. C f. ta mb ién el artista. "u n hom bre que mira más atentamente cun la ma-
207. Carta de Adorno a Benja mín del JO de noviembre de 1938, en Correspon - !LO allí donde el ojo se hace débil, que traduce los impulsos receptivos de los múscu-
dencia, p. 269. los oculares en impu lsos creativos de la mano ", "P rogrnm for a Proleta ria n Chil-
208. " Marsella " (1928), en Cuadros de un pensamiento, p . 78. drcn's T heater-", p. 3 1.
209. Ibld., p. 79. 116. Walter Beuja min, "So bre la faculta d mimét ica ", en Ensayos escogidos, ver-
210. " M osc ú", ibtd., p. 50. siím en españo l de H. A. M uren.' . Buenos Aires, Ednorial Sur, 1967, p. 105.
2 11. " Nápo1cs" , ibíd .• p. 17. 217.lbíd., p. 86.
2 12. lbid., p. 16. 2H!. l bíd., p. 117.
213. " Moscú", ibíd ., p. 38. 119. G. S., I1I, pp. 474·475.
68 S u U N B U CII; - M OIt..H WA I TU l B ! lol J A M l loI , ES C RITO R Il.EVO LUC I O NA R IO 69

al lengu a je ver bal" , y esta rían "lejos de agota rse" .219 1.1 rrisis estaba caracrenzad a por la aceleración del tiempo, un camb io desde
Las nuevas tecnologías de cámara y película eran clarament e tales "po- 1,1época de los pasajes, cuando los coches de caba llos tod avía "n o toleran
tencialidad es pa ra la presentac ión " , Como resultad o de estas tecn ologías de 1.1 com petencia de los peato nes" ,l ll hasta la de los automóviles, cuando "la
226
reproducción, Benjamin creía que una forma menos mágica }' más cienrífi- velocid ad de los medios de transpo rte (•..) sobrepasa las necesidades".
ca de la facu ltad mimética podía ser desarrollada en su propia época. La cá- " 11;1Cia 1840 fue, por poco tiempo , de buen tono llevar de paseo por los Pe-
mara de filmación podía detener el flujo de la percepción y captura r el ges- _.Ilt'Su las to rt ugas. El 'fláneur' dejaba de buen gra do que éstas le prescri-
to más sutil: " experimentam os el inconsciente óp t ico, igual qu e por medio 11I('s('n su ' rempo' . De habérselo hecho caso, el progreso hubiera tenido que
del psicoanálisis nos enteramos del incon sciente pulsiona l" .220 La fuerza mi- ..prend er ese ' pas'. Pero no fue él quien tuvo la última palabra, sino [Frede-
227
mética de la película permitía una ciencia reflexiva de los gestos, en vez de III:k \V.] Taylor, que hizo una consigna de Sil ' abajo el callejeo'." A co-
permitir simplemente su duplicación mágica: "Con el primer plano se en- mienzos del siglo XX, llevar a las to rt ugas de p aseo por la ciudad se hab ía
sancha el espacio y bajo el ret ard ador se alarga el movimient o", revelando I unvcrtido en algo extremadamente peligroso par a las tort ugas.

" formaciones estruct urales del tod o nuevas" . "Así es como resulta percep- La industrialización de la percepción era tam bién evidente en la Irag-
tible que la natu raleza que habla 'ti la cámar a no es la misma que la que ha- un-oraci ón del espacio. La experiencia de la línea de mo nta je y de la multi-
bla alojo. Es sobre to do distinta porque en lugar de un espacio que t rama tud urbana era una experiencia de bombardeo de imágenes descon ectadas
el hombre con su conciencia presenta otro tramado inconscientemen te. ,, 221 )' r-srfm ulos similares al shock.22 8 La conciencia, en un estado de distracción
La cámara sometía la ejecución del acto r " a una serie de tests ópt icos", per- 1. III L~t ;1 ntc , actuaba como tilla espon ja de shocks, registra ndo estas im presio-
, mitiendo así qu e el público "se encuentr]e] en la actitud del ex perto Ilt' S sin experimentarlas realmente: los sbocks era n "apresad os, ata jados de

( •• • ) " .222 Com o un ciru jano, el camarógr afo " penetra" en el sujeto científi- l.¡[ modo por la conciencia " para impedir un efecto traumitico.ll~ No sólo
cam ente.22J Además, y esto tiene importancia polít ica, el mundo que se l.r s impres iones ópticas eran afectadas, sino también el lenguaje ver bal: " La
abr ía a la cám ara proporcionab a conocimiento relevante para actuar sobre ewritura, q ue había encontrado en el libro impreso un asilo donde llevaba
él: "Haciendo pri mero s planos de nuestro inventario, subr ayando deta lles ~ Il existencia autónoma, fue arrastra da inexorablemente a la calle por [os
escond idos de nuestros enseres más corrientes, explorando entor nos trivia- I .nrcles publicitarios (...) (que) someten por comp leto la escritu ra a una ver-

les bajo la guía genial del objetivo, el cine aumenta por un lad o los atisbos ncalidad d ietatorial" .230 Como demanda de la vida de negoc ios, "( ...) nu-
en el curso irresistible por el que se rige nuestra existencia, pero por Otro la- 1'I's de langostas de la escritura. que al habitante de la gra n ciudad le eclip-
do nos asegura un ám bito de acción insospechado, eno rme" .22 4 ~ ,1Il ya hoy el sol del pretend ido espíritu , se irán espesando más y más cada
Pero había un costado oscuro de la mediación tecnológica de la expe-
riencia, uno que hacía que la nueva ciencia mimética fuera no sólo pos ible 225 . HEI Par ís del Segundo Imperio en baude jair e", en í'ccsia y capitalism o,
sino ta mbién imperat iva. Benjamín sostenía que el siglo XIX había presen- p. 70.
ciado una crisis en la percepción como resultado de la Industrialización. Es- 116. " His tor ia y coleccion ismo - Eduar d Fuch s", en Disc" rsos int errum pidos,
p.99.
2 27 . " El Pa r ís del Segu ndo Imp erio en Baudelaire ", en Poesía)' capitalismo,
p. 7 0.
22 0. HLa o bra de a rte Cil la época de Sil rcp rod uctibihd ud técnica ", en DiSCllr- 2 2S . "A la experiencia del shock que tiene el trunxcúnte en 1:1 mult itud corres-
sos interrumpidos, p. 48. ponde la vivencia del o brero en la ma quinaria" , "Sobre algunos temas en Baudelai-
22 t . ¡bid., p. 48. re ", ibíd ., p. 149 .
1 22 . lbíd.• p. 34. 129. Ibíd., p. 131.
123. Ibtd.• p. 43 . 13 0. Dirección única, p. 38.
224. ¡bíd ., p. 47. 1 31. (bid .
70 SUSA N B UCK-M o RSS W A I:I'I' II BE NJA M I N , U CII 1T O K llE'IOlU C10Nl,1I 10 71

- .. 23 1 L o nus
ano. ' rno era cierto
. de i ' . de 1os mua
a expenencta '0
s: " Y antes de que l'"! alro el hech o de que la cinta transportador a, que juega un papel tan
el niño contempor áneo consiga abrir un libro, sobre sus o jos se ab ate UII ll. I ¡..ivo en el proceso produ ctivo, está repr esent ada en el proceso de con-
torbellino tan denso de letras vo lubles, co loreadas, rencillosas, q ue sus po- _111\111, hasta cierto punto, en la cinta cinematográ fica. Ambas pueden ha -
sibilidades de penetrar en la arcaica quietud del libro se ven reducidas".232 [ur surgido más o menos al mismo tiempo. El significado social de una no
I'l1l'tle ser entera mente entendido sin el de la otra. En todo caso, esta com-
t'Il' lIsión está sólo en sus inicios. ,,2<40 Mientras que la imagen que consigue
La teoría benjaminiana de la "distracción" uu pint or "( ...) es total" , "la del cámara (es] múltiple, tr oceada en partes
IIUl' se ju nta n según una ley nueva. La representación cinematogr áfica de
Beniamin descri bió la n ueva experiencia sensorial recién surg ida co mo una 1, realidad es pa ra el hombre actual incomparablemen te más imp ortante
forma de " óptica táctil". En un estad o de d istr acción.2J ) el residente urba - t.. , )" .H1 El opti mismo de Benjamín con respecto al cine se basaba en la
no y el tr abajador industr ial percibían el medio ambiente sólo en la medida sn-cucja de que la tecnología indust rial había por un lado provocado una
de lo necesario para movilizarse o desempeñar ciertas tareas: " La recepción h ,l ~lllentaci ón de la experiencia, pero por otro había pro porcion ado los
táct il no sucede tamo por la vía ~ e la at enció n como por la de la costum- un-dios para volver a reunirla bajo una nueva forma; una qu e, si bien per-
bre" .ZJ4 Era la actitud característica de la persona caminando a través de m.mccia en el mundo de las apariencias, permitía expresarla en un lengua-
un ed ificio, no la del tur ista observándo lo contemplativamente. El cine 11' critico y aurorreñex ivo.
"correspo nde a la forma receptiva " de este público d isperso¡1JS era una '1:11110 Scholern como Adorno eran extraordinariamente críticos de la po n-
guía para el mundo que se ab ría a la experiencia táctil: "Tod o el epesio- der.rción benjaminiana del cine. Adorn o le escribió: "( ...) la teoría de la dis-
nante recor rido " de una ciudad "sólo en una película pod ría desplegar- u .nci ón evasiva, pese a su chocante seducción, no acaba de convencerme.
236
se.
,, L<I tr ans í.ormacron
1_ i ón dee la percepción a ¡la crea do una "urge nte ne-
ión hab Aunque sólo fuese por la simple razó n de que en la sociedad comunista el tea-
cesida d de incentivos", y era el cine el que satisfacía esa dernanda.P ? 1>.1111 se organizará de tal modo que los hombres ya no estar án tan cansados
" La percepción a mod o de shock cobra en el filme vigencia com o prin- III tan est upidizados para necesitar evadirse (.•.) Y el que (... ) el reaccionario

cipio formal. " lJI Este principio era el montaje, que reacomodaba fragmen- _l' convierta en vanguardista por entender objetivamente un filme de Cha plin,

tos de realidad como unidad es semánticas: " Imágenes d iscont inuas se su- . .
11 11' parece asimismo una comp 1era romannzacron
" 0 )" "'Scho1em, desd
( ..., e e
perpo nían unas a otras en una serie c0l1tinua " .23'1 "( ... ) uno no puede pasar 1II1.l posición antimarxista, no era menos crítico: Benjamín " (...) intenta de-

a.molla r a partir de categorías marxistas -se diría casi en un arrebato- una


I. lk l filosofía del cine en cuanto verdadera forma revoluciona ria del arte" ?~ l
232. IbíJ .
233. " La recepción en dist r:Kción (.. . ) es un síntoma de 101 decisiv a rcfu nciona- Las fuentes disponib les sob re la teoría benja miniana de la distracción
luación del apa rato huma no de 101 percepción, que sin emb argo sól o pue de ser re-
suelte co lectivamen te" , G. s., 1:3, p. 1049. 24 0. Ibíd.
23 4. "la ob ra de arte en la época de su reprod ucribilid a d técn ica" , en Discursos 1 41. "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica", en D íscur-
illtermm/!idos, p . 54. .(OS interrumpid os, p. 44.
23 5. lb íJ . 2 42 . Carta de Ado rn o a Benjarnin dcl 18 de marzo de 1936, en Corresponden-
236 . " M oscú" , en Cuad ros de un pensamiento, p. 29. El come nta rio de Bcuja- cia, p . 136.
min anridpaba el film so bre Mos cú de Vertov de 1929, Mml wilh a M ovie Camera 243 . Scholcm, "Wa lter Benjarnin", p. 25 . " En una extensa y apas ionante cha ro
[" Hom bre co n una cáma ra de cine" ]. 1.1 qu e ma nt uve con él en 193!l a pr opósito de este t rab ajo [e! ensayo de la ob ra de
2 37. "Sobre algu no s temas en Baudelaire", en Poesía )' m pitalismo , p. 147. 'Irte]' Benjamin respo nd ió a mis objeciones con las siguientes pala bras: ' El t omo fi-
2 311 . lbid. losófico que, según tu parecer, faltarí a entre Lis dos parles de mi obra será aporta-
2 39. G. S., 1:3, p. 104 0. do más efecrivarnent e po r la Revolución que por ml'" , ibld. , p . 26 .
72 SUUN BU CK- Moll sS W/lI."I'l: 1l R EN ] /lMIN . ES C RI T OIl Il EIIO L UC I O NAIl I O 73

son inadecuadas par a una comprensión aca bada de lo que tenía en men te, n-prod uc ción de la pa la bra esc rira y su liberació n de los con fine s del
y 3. veces pa recen contrad ictorias (refle jando la crítica de sus amigos). Sin IIhro. O b servó qu e en Rusia: "( ... ) las paredes es tá n c ub ie rtas de m a-
emb argo, no hay duda de que Benjarn¡n considera ba la tecno logía de re- rcrial d id ác t ico . Se muestra n grá ficamente las línea s de desarrollo d e
prod ucción com o inh erentemente prog resiva, al meno s en potencia. Con 1 rónicas de pu eblo , de la ag r icul t ura, de t écn ica s de producción , d e

respecto a la fot ografía. creía significativo que este proc edimiento no se msritucio nes cult ura les (... )" .24' Genera lmente, coment a ba, pa nfl et os,
considerara parenta ble, qu e desde sus comienzos sus irnplicancias soci alís- {olleros , a r t ícu los y letrer os se ada pt a ban mej or a las "comun idad es
[as fueran obvias: "( ... ) el Est ado (... ) se a pod eró del invento e hizo de él, muvas" que " el prete nci oso ges to un ive rs a l dcl libro " : " Só lo este len-
previa ind em nización (de los invent ores} , algo público " .244 Creía qu e la ~ lI .l je rá p ido y d irec to revela una efic aci a operat iva a dec uad a al 01 0 -
misma multiplicación de imágenes constituía una ayu da invalua ble en el mr uro actua l" .Ho Sin emb argo, Benjamín no era en a bsoluto ciego a la
ataqu e contra la cultura burguesa: las o bras de arte , qu e podían ser re pro - n-ali d ad de la re producción téc nica en el contex to de la soc ied ad ca pi-
ducid as infinitame nte por la fotog rafía, perdían el " aur a" de tesoros cul- r.disra _ " (. ,, ) la d iscr epancia entre lo s pod ero so s medios de pro d uc-
tu rale s único s en su clase y así, su importa ncia como po sesion es privadas. , Ión y su aprovecham iento insuficiente en el proceso producti vo
f:ste era el "{ ...) lad o suyo dcst!'uctivo, catárt ico: Il'I liquida ción del valor (. ,, )" _ ,1-"1 así co mo t ampoco al hec ho de qu e las n uevas fo rmas tecno-
de la tradic ión en la herencia cultur al" .245 "Co nforme a una formu lación lú¡.; i..:as podían ser ut ilizadas para propaga r contenidos reacci ona r ios .
genera l: la técnica repr odu ctiva desvincula lo re producido del ámbito de la Notó qu e " Lo s mé to do s de D isn ey podían se r utilizados por el faseis-
trad ición . Al multiplica r las reprod ucciones pone su presencia masiva en el 1Il0 .. ;252 t a mb ién que el éxito de la fotogr afí a " ha lo gra do q ue incl uso

lugar de una presencia irrepetible. Y confiere actualidad a lo repro ducid o al 1,1 miser ia , cap tada de un a m a nera perfeccionad a y a la mod a, se a o b-
permitirle sa lir, desde su situación respectiva, al encuent ro de cada desti na- j r lo de g oce", 2SJ La tec no logía fue un desa rrollo tanto h istó r ico como
ta rio. Ambos procesos cond ucen a una fuer te conmoc ión de lo tran smit i- cicnnfico, y la histo r ia ha bía demo st rado q ue "era correc to no depen-
do, a una co nmoc ión de la tradición, que es el reverso de la actua l c risis y ,In del p r ogreso técn ico " .2S~ El desa r ro llo h istórico ba jo el ca pi talis-
de (a re novación de la huma nid ad.,,246 Finalmente, los filmes eran experi- mo im plicaba " los retrocesos de la sociedad" ,zu que afe c taba n no s ó-
mentados colect ivamente. El pú blico co lectivo en el cine permitía qu e "esas 11> el mo do en que la técnica era ut ilizad a, sino t a mb ién su fo rm a (" la
masas pued an organizar y con trolar su recepción" .247 N uevamente, el cine t écnica s irve a esa sociedad só lo pa r a la pro du cción de me rcancí as,, )2j6
satisfacía una necesida d social apremiante: " Ésta era de ext rem a mutua r el pa r t icul ar carácte r (a utorit a r io ) de su desa rr oll o científico que,
ena jenació n de los seres huma nos, de relac iones interm edi ada s hasta el " decisiva mente condicio na do " por el ca pit ali sm o , " ha cí a cada vez
punto de ser inaba rca bles, sólo cuenta con la dignid ad de la invención del ud s preca r io el acto (... ) co n el que el pro let a ri ad o de biera haber ro-
cine y el gramófono" .248
Benj a mi n también ha bló posi t iva me nte de los med ios mo dern os de 249. " Moscú", en Cuadros de un pensamiento, p. 58.
lSO. Direcá ón única , p. 15.
251. ML\ ob ra de arte en la época de su reprod ucribilidad t écnica", en Discur·
244. Walter Benja min , "Peque ña historia de la Iorograñe", en D iscursos inte - sos int errllm/lidos, p. 57.
rrumpidos , p. 63. 252. G. S., 1: 3, p. 1045 .
245 . "La obra de arte en la época de su reprodnc tibilidad técn ica", en Díscur- 253. "El auto r como pro ductor" , en Tentativas so/m! Bredn, p. 126.
sos interrumpidas, p . 23. 254. G. S., 1:3, p. 1152.
246. l!Jíd., pp. 22·3. 255 . "Historia y coleccionis rno: Edunrd Fuch s " , en Di sCl/T50S In terrum p í-
247. Ibíd., p. 45. dos, p . 9 9.
248. Walter Benja min, "Pranz Kafka " (1934), en 1'" ", una critica de la violen- 15 6.lbíd.
cia, p. 15 9. 25 7. lbíd.
74
S U 5<\H Bt.rCK-Mollss WA I n :R 8I'. H J A MI N . ESCR nol\, REVOLU C I ONA RIO 7S

mado posesión de esa t écnica " . H 7 ,h· Hrecht y Be uja m¡n en la Ber lín de los años veinte). confir m a ba est a
Muchos a rt istas revolucion arios, incluyendo al buen a migo de Berna- e q'eriencia : " La ma yoría de las veces las po sibilida des de lo nuevo qu edan
min, Breche,25' conocían de primer a ma no ~I poder de la int ensament e ca- lenta mente al desc ubierto por med io de for ma s ant igua s (...) q ue están
pital ista ind ustr ia cinema tográfica para captar el po tencia l radical de su ar- .u ruina da s cua ndo lo nuevo a parece, pero qu e, ba jo la presión de la nov e-
te . Pero incluso aquellos artistas que desprecia ban los nuevos medios y que d,lI! inminente , cobran una floraci ón eufórica" .264
trabaja ban con medios tradici onales depen dían del mercado, en el cual la Al esc ribir, Benjamin imit aba al ca marógr afo. Las características más dis-
exh ibición de sus obra s tomaba el ca rácter de un a nuncio publicira rio.U" mu ivas de su escritu ra -la co nstrucción de imágenes a partir de fragm ent os
En una ocasión, Benjamin sugirió una relación recíproca entre los nuevos verbales, el foco puesto en el de talle, la yu xtaposición de extremos, la suce -
medios y los viejos, entr e fot ografías y escritura: sin una leyenda verbal las ~ i/I\l discontinua e independient e de panes- tenían una enorme deuda co n las
fot ografías se quedaban "en aproximaciones": " ¿Pero es que no es meno s Il'ltl ieas cinematog ráficas. Sus "constelacion es" estaban constru idas de acuer-
analfa beto un fotógrafo que no sa be leer sus propias imá genes ? 'No se do con pr incip ios que las hacían análogas al ensam blaje de "cé lulas de ruon-
.. I I e
conver nra a eyenda en uno de los co mp o nent es esencia les de las fo- ...ic-" en los filmes de Sergci E isensrein. Llegó ta n lejos en su uso del mo ntaje
to )" 2e;o Al ' . M( ). " .
s. . memo nempo, ." con mayor mstsrencra que nu nca plant ea- 11111." incluso contempló la posi bilidad de cons truir su Proyecto de los Pasajes
te mas dicha ex igencia c uando nos o tro s, los escrito res, no s po nga mos a fo- -ureramenre a partir de la yuxtaposición de citas fragmentarias de fuent es
f .. 26I p b .
rogr a lar . ero, aso m ros am enre, Benjamín no to ma ba fotografías. decimon ónicas (se su po ne q ue dos tercios del m anuscr ito existent e están
Proporcio nó Imáge nes para sus tex tos sólo en unas pOC:IS oc esíones.é'S 1 onsriruidos por citas) . Incluso sin restricciones editoriales, el expos é de los
N unca trató de escribir un guión de cine. En cam bio, procedió mim éricamen- l'asa jes se lee como una serie de leyendas, co mo el guió n de un filme docu-
re: inrernaliz ó la tecn ología de la c ámara y del cine en el medio tr adicion al menta l. Es escr itura de imágenes sin imáge nes, " hisrorias ilustradas sin fo ro-
de la escritura. Brechr escr ibió: MEs co ncebible que ot ro tipo de artistas, co- .:r'lfías " .265 El efecto sobre ellector es extraño: crea imágenes en la men re
mo d ramat urgos y novelistas, pu eda n po r el mo ment o ser capaces de tr aba- ' lile so n a la vez fa miliares y sorprenden tes, co ncreta s y rem otas.
jar de ma ner a más cinemática q ue la gente de cine" .26J y Moholy-Nagy
. . ,
q ue como artista experune nra ba co n fotogr afía (co m o pa rt e del círculo
Conclusi ón
258. l as libert ad es q ue se to m:lro n los cin c::.J.stas co n su Ópera de tres centavos
lIeV:J fOn a Brec hr a in icia r acc io nes lega les q ue, en tan to "experim ento" co n la ro- El niño no juega sólo a "hacer " el comerciante o el m aestro,
lerallCla burgueSil pa ra (;?n el arte radi cal, esta ba n pen sada s C0 l110 acción política ,
sino también el molino de viento y la locomotora.266
Ver Be~I()lt Brccíus Drcigraschenbnch, Text e, Mat eria/en, Doklllnenl e, Fran kfur t
am M a ¡n, 1960 .
25!. Cf. las no ta s de Benjamín pa ra un a alegoría: " Film p resses inro the Reahn En la cognición m imética, el suj eto se a propiaba del o b je to asemej éndo-
of Art • G. S., 1:3, p. 1044.
scle de m a ner a ta l que, dial écticamenre, embebía a l objeto de su bietiv i-
260. " Peq ueña historia de la foeogeaña ", en DisCltrsos interTllmpidos. p. 82.
261. ME! au to r co m o produ cto r", en Tentatiuas sobre Brech t, p. 127.
262. G. S., [V 2, pp. 60 9-25.
263 : Jobo WjJlet~ (ed.I, Breche IJI / Theater, N ueva Yo rk, Hi U and Wan g, 1964, p. 26 4. Citado en "Pequeña hi. toria de la fotog rafía", Discursos ínterrunipides, p.
~8. BC'n~amln a pren di ó mucho de Brechr, cuyo tcc rro épico era tam bién un intento de 79. CL el co mentari o de Ben jam ín: " Aho ra, tod o parece indicar q ue el libro , en esta
Jnlemah~r ~as técn icas cin~ma~licas; ambos estaban influenciados por la teoría forma hereda da de la tradici ón, se encamina hacia su fin" , Dirección única, p. 37 .
del m onta je intelectua l de EistnsteJn y otros cineasta s so viéncos. y a través de este ca- 265. Ansan Rabinach . ..Alch emy and Ch emi stry, Some Rer nark s on Walter Ben-
nal am~ l: nían ~na ~euda indirecta co n los formalistas ru sos (co mo Shklovskyj, jamin", New Ge rma" Critiq ..e, 17 :8.
cuy o mo vtrmen to hte rarjo fUe ccntern po rén eo de los comienzos del cine. 26 6. " Sobre la facul tad mimética ", p . 105.
76 77
WA LT E k BE N J AM I N . ESC K IT OII U VO lUC IONAklO

d ad ". Lo s run os insti ntivam ent e im itab an objetos co di 1.1 nueva técnica no significa ba usar la en su form a da da, sin o an ticipar la
do min ar su mu d E l I • mo me 10 para
n o. n a reona psicoa nalitica, el gesto del síntoma oc n-ap ropiaci ón en forma human izada de sus potencias por part e de los su-
~otJ~o era UIl ejemplo del mismo intento (en es te ca so no . ) B u-
I •

jetos q ue la ha bían cre ado. Tal vez esto explique por q ué Beniamin no s ha
ja nu n estaba sugiriendo q ue en el pi l '" exitoso . en-
J . ' ano ca ecnvo, SOCia l er a po sib le dejado fotografías sin tomarlas.
cmp ~alr. la ~: paCldad mimét ica como defensa contra el tral:ma de la in En var ios bo rra do res de lo q ue iba a ser su introd ucción me to doló-
d ustna IZ:l C¡ O ll y ca 11: m dilO -
que ha bía sido' aJien : a :r para la reapropi:l~ióll de la subjet ivida d
gica a l artículo de: 1938 sobre B:lUdelaire, Benj amín escribió : " Aquí apa-
d iar i . p . el proceso. Benja mín especula ba' "Quiz á rece u na im a gen de Ba nd elaire. Uno puede compararla co n un a im agen
;;;lll:antmt'n~e u~a multit ud en movimi ento SUpllSO ent onces ~n espe;~ en una cámara. La tradición (socia l) es esta cámara y pertenece a las he-
a q ue a Vista hu bo de adaptar se I o..) No es'rmposrible s uponer rram ientas de la teoría crítica, y es indispen sabl e entr e ellas (... ) El aca-
que, una vez IIevado a ca bo ese co metido le f · I . démico burgué s con templa su inte rio r como un laico, regocijándose en
de conf " ' ueran gratas 3 5 ocasiones
arm a rse en poses Ion de sus nuevas adquisiciones El di las im ágen es co loridas en el visor (.. .) (pero el materia lista histó rico ) no
to de la o¡ . . . . pr oce Imlen-
a P'd",¡""¡lmpreSlonl sta, que ent roja el cuadro en el t um ulto de las se pie rde, como el teórico burgués, en las imágenes de tonos suaves, in-
mane
. h as e co or' se na . un re ñeel¡}
i d e experiencias qu e se han hecho • vertid as,27o q ue se super pone n en tre sí (...) Su t raba jo es enderezar la
mentes para el ojo del habita nt e de la gran ciudad" 267 co- imagen. t i puede bu scar un segmente más gr and e o más pequeño , ele-
n Cua ndo - la . .técnica
f cinema tográfica hizo de la exp en..cocla . dusmal
. III . un ,:ir un a luz más o bviament e polít ica o un a más ate nua da , histórica -al
llevo prinCipiO ormal los art istas . . fina l, sue lta el obtu rador y disp ara (... ) (L)a lám ina sólo pu ede o frecer
..( ) 1d defsmomrenr , a su vez, mut aron este desarroll o'
. .. e a a rsm o inten ta ba, con los medios de la pint ura (o de la [it • 1111 negativo . Viene de un aparato que reemplaza luz por sombra y som-
tura respccr¡ ) d uc¡ • I era -
cine" 268 rva menre , pro UCIr los efectos que el público busca hoy en el bra por luz (... ) La imagen ob tenida de tal manera no harí a algo peor
. No es sorprendent e que Benjamín elog iara Jos tr bal . qne clamar pa ra sí fina lida d . Su obje tividad es estrictame nte idénti ca a
rogr éficas d e l 1 e h l. a ajo s cinema-
• • t' lar es ap III en los mismos términos' " L . su fu nció n crítica (...)" . 271 Los borradores de esta int ro d ucción conclu-
en los gestos de eh li d . o que es nueve
en . d . ap 1l1: esa rm a [os movimienros exp reslvos. IlUmanos yen co n un a declaración citada más arri ba: ..¿Q ué se pron uncia co ntra
~ n a se ne e inervacion es peq ueñ ísimas. Cada uno de su .. (...) (preg unta r q ué) tend ría para decir les (Baudel aire) a los cu ad ro s más
esta co mpuesto de una serie de trozos de m . . h s mov~mlentos progres istas (de la sociedad actu al) (.. .), (cont ra pregunta r) si tiene algo
ovumenros echos rn zas Sea
q ue lino en foq ue su ca minar, . . e I mo do en que man ipula su bastón o ' 1 para decirles en a bsoluto? En verdad , algo importante (...) el hecho de
~a su s~m~rero; siempre es la misma secuencia brusca de los m " go - que so mos inst ru idos en la lectu ra de Baud e1air e precisamente a tr avés
nos movimientos que eleva la ley de la secuencia de . ' as peque- de la soc iedad burg uesa (.. .)" .272
acciones motoras human as" 2" C d l . . rmagenes a la de las
. . . . lIan o a experienCIa subjetiva del co l • Es per o h aber demost rado q ue par a Beniami n existía otra for ma de
nvo era mu tad a por el gesto de un sujeto part icular: se co nv ec I •
inst rucción , )' q ue su presentación era la ta rea centra l de su s escritos.
de alerta consciente - a utoa lerra- para lo, de . E' ema en o bjeto
'd d m a s . n ~ re Q s o l a ~ b · ·
VI a se convertí a en objeto de sujetos d d . '.. Imitar
ien-
es e una nueva p OSIClOn. 270 . Cf: ..y si en roda ideología los hom bres y sus relaciones aparecen inve rti -
do s como en la cám ara oscu ra, este fenó meno proviene igua lmente de su proceso
histórico de vida, co mo la inver sión de los objeto s al proycet:trse sobre la retina pro-
26 7. " Sobre alguno s tema s en Buud [aire" P . viene de su proceso de vida d irectamen te físico", Knrl M arx y Friedr ich Engels, La
Taurus, 199H, p. 145. e a ire , en ocua y ca/n tali smo, Ma drid,
ideología alemalla, Barcelo na , L' Ein:t. 19l1 ll, p . 1S.
~6S . " La obr:t de afi e en la époc a de su re roo . ' . , . ' .. . 27 1. G. S., 1:3, pp. 1164-6 Y 1220 . Éste es mi ensamblaje de los distintos borra -
sos mtI!fTlfm pid05. p. 49. P uctlb.l.d.ld recmca , en Díscur-
do res, que están repletos de medias o raciones y frases lacha das.
2 69 . G. S., 1:3, p. 1040.
272 . Ibid ., p. 1166.
78 5 u SAN BU CK -M oK S S

El legad o legítim o de las o bra s de Benjamín no implica rí a ar rancar sus El Libro de los Pasajes de Benjamin: redimiendo la cultura
int uicio nes pa ra insertarlas en el aparato histór ico-cultu ral trad iciona l. ni de masas pa ra la revoluci ón'
tampoco "actu aliza rlas" co n unas pocas palabras nostálgicas acerca de
Les Halles, o con o bservaciones dero gatorias acerca del For um, el mo ns-
truoso cent ro comercial que las ha reemp lazad o . Por el contrario, co nsis-
tiría en imitar su gesto revolucionario.

1. CuItura de masas como mundo de ensueño


• Centrar é mis comentarios en el recientemente publicado Libro de los Po-
scI;es/ el principal pero inconcluso estud io del París del siglo X IX llevado a
cabo por Benjamín en lo que concierne a los or ígenes de [a cultu ra de ma-
sas, y que lo ocupó desde 1927 hasta su suicidio en 1940. De acuerdo con
los intereses específicos de este co ngreso, cons ideraré su argument o de que
los objeto s de la cultura de masas recientemente pasados de mod a para su
generación pose ían fuerza política, en verdad revolucion aria, y esto nos lle-
vará a través de un rodeo al Berlín imperi al, el escena rio de la pro pia in-
fancia de Benjamin.
Cualquier arg umento basado en el Lib ro de Jos Pasajes será necesaria-
mente tentativo, deb ido a su est at uto extrema damente am biguo como tex-
lo. Su ob jetivo era reconst ruir la h istor ia con un enfoque político en el
" presente" , pero entre 1927 y 1940 la naturaleza política del presente se
transform ó de forma considerable, y, consecuentemente, de la misma manera

1. Mis agradecimientos a Philippe Inverne], Barbara Kleiner, Burkhardr Lindes;


Micha el Lówy, Winfried Menninghaus y Bemd Witte, de cuyas cont ribuciones al ro-
loquio "Waller Benja mín el Parí s" (Par is, junio de 1983) aprend í much as cosas q ue
fllero n estimulan tes para la revisión de este ar tículo.
1. Wal le r Bcnjamin, Libro de los Pasajes, Madrid, Akal, 1005. En ad elante,
L P. Las cit as d e este volumen incluyen rcferenci,1s de p ágina y convoluto en el
cue rpo del texto. [La au to ra se refiere a quí a la aparici ón de Das Passagen Werk,
edi la do por Rol f Tl ed emann (Fra n kf urt um Main, Suh rka mp Ve rlag, t 981 ,
(" 'S</ltlm d te Schri(ten , vol. v), versión q ue sigue la edició n espa ñola que cit are -
mos de aq uí en adela nte. N. del T.]
80 SUSAN B UCK-M oR SS 1' 1 l. I El RO DE l O S PASA J ES D E I\ f. NJAMIN 81

se tra nsformó el tono de la reconstrucción . Por ot ro lado, a unque sin lugar (la realidad) q ue el ar te tradicionalm ent e se ha esforza do po r representar.
a dudas se tr ata del principal esfuerzo litera r io de Benjam ín, el Libro de los lk-ujam in lidió co n el interroga nte teórico, mejor a ún, filosófico, de qué su-
Pasajes no so lame nte está incompleto: no es de ningun a man era una u'llc con la función social y cog nit iva del a rte una vez q ue su autoridad en
"obra " , Está co mpuesto por not as de investigación acompa ñadas de co- t.mro origina l (la fuente de su "au ra" ) ha sido socavada po r la reprod uc-
mentar ios, numerad as cuidados a mente y recolectadas en ca rpetas (co nvo- l'it"Jn masiva y una vez que sus esfuerz os de duplicación mimét ica de la rea-
lutos ) q ue Benjamí n ide ntificaba por medio de una serie de palabras clave lidad (q ue ha bía n da do a sus formas, por muy ilusorias que fueran , cierta
(" Pasa jes", " M oda", " París Antig uo", " Aburrimiento" , " Haussmanni- pretens ión de verdad) han sido definiti vamente superados por los medios
zaci ón " , erc. ), así co mo po r medio de letras q ue or de nó en tre A-Z y a-z, t écnicos, espec íficam ente la fot ografía y el cine . La respuesta de Benjamin
Podría ser descript o más a justadamente como un diccion ario q ue pro. r~ daca: el res ultado es la liquidación de l ar te en su forma tr ad icional bur-
porcion ab a imágenes co ncreta s, bajo la forma de citas de fue ntes del Pa- guesa. El po der del arte co mo ilusión se traslada a la industria (la pintura
r ís del siglo X IX, que ilumina ban los orígenes de la modernidad. A part ir .\ b pub licidad, la a rq uitectura a la ingeniería técn ica, las artesanías y la
de ellas, como si se trata ra de bloques de construcción, Benjam ín produ jo ecculrur a a las artes industriales), creando lo que hemos da do en lla mar
sus do s ensayos so bre Baudelaire (el ele 1938 y el de 19 39 ), y habría cons- cultura de masas, y es puesto al servic io de la búsqueda ca pit alista de be-
truido el Libro d e los Pa5djes; exacta mente de qué ma nera lo habría hecho, ncficios. Pero la funci ón cognitiva del arte (su facultad de decir la verdad)
sin embargo, es algo que incl uso el comentarista me jor calificado, Th eo dor puede ser redim ida si a su vez el artista , per sistiendo en SIl carácter de O ll t -
Adorno, no pudo descifrar, dada la cond ición fr agmentaria del mater ial wíer, pone las técnicas indust riales desarrolla das bajo el ca pita lismo a su
que sob revivió.' Sin em bargo, particularmente en el tem a de la cultura de ....-rvicio. En tanto tecnología mimética, la invenci ón del cine proporcionó
masas, y a la luz de la a mplia difu sión del ensayo de 1936 " La obra de ar- UII medio expres ivo adecuado pa ra la percepción sensorial tr a nsformada
te en la época de su reprod uctibilidad técnica": el Li bro de los Pasajes, al mdus rrial menre. Cuando el a rtista-como-filósofo ut iliza como herramien-
cua l el ensayo sobre la o bra de arte esta ba est rechamente ligado en su con- I.IS los princi pios formales de est e nuevo medio, es ca pa z de cap tu ra r la ex-
. • l ' . . • •
cepcron , prop orciona un Im porta nte COrr ect ivo co nt ra su posrcrones dema- per iencia mo dern a del t iempo [tempo acelerado) y del espacio (fragmenta-
siado sim plistas o unila terales ace rca de lo que real mente era la teoría ben- dbll) , que ya no pueden describirse según cat egorías kant ianas, y, a través
jam iuia na de la cult ura de masas. lil' las estr uct ur as temporales no secuenciales, los primeros pla no s y el
Tal vez de bería a pu ntarse en prim er luga r qu e a pesa r de lo qu e su re- monta je, puede co menzar a analizar la rea lidad moderna con un o jo cien-
cepción indiqu e, la "cultu ra de masas" (un término que Benjam in nunca uíicc y po lít ica mente crí tico .
utilizó) no es el te ma cent ra l del en sayo so bre la obra d e arte. El ensa yo se El cam bio en la función del arte corres pondía a una transformación social.
ocupa pri ncipalmente del a rte en la era industrial, cuando se ha hecho po- Ik-nj,lmin considera ba el lluevo panorama urba no, en ninguna part e más des-
sible re pro ducir téc nicamente no sólo la obra de a rte , sino también el t ema lumbrante qu e en París, como la representación visual más extrema de lo qu e
Marx llamó fetichismo de la mercancía, en el cual "Lo que (... ) adopta para
3. El gr ueso del texto estab a en manos de Adorno t"11 1948. Du rante ese vera no Ills ho mbres la forma fanta smagórica de una relación entre cosas, es sólo la
Adorn o tra bajó sobre él "m uy minuciosame nte" y con cluyó qu e la m,lsa de las ci- relaci ón socia l determ inada existente entre aquéllos".' Uno podría decir que
tas q ue lo consntuían carecía de un orde namiento teó rico o concep tual ad ecuado
1.1diná mica del cap ita lismo indu stria l había causado una inversión curiosa en
para su interpretación, un trabajo q ue, de ha ber sido posible , "d esde luego, sólo lo
podrt a haber conseguido Benjamin'' (L P., p. 886).
4. En Walter Henjamin, Discursos interrumpidos.
5. Benjunun escribió q ue elensayo sobre la obra de arte "constituye el punto de m í- 6. Karl Ma rx, El ((lpi/<l l, México, Siglo XX I, 1975, p. 89, cit ado po r Benjamín
ra para muchas de sus investigaciones [las del Libro de los PasaJes]" (L P., p. 947). cn G5,1.
82 SVSA N BU C IC -Mo lI.sS F.r, L rB RO D E LO S PASAJ ES D E B EN JAM IN 83

la cual Id "realidad " y el "arte" intercam biar on lugares. La realidad había de- podía part icipar un ar te politizad o er a precisa ment e lo opuesto: no d upli-
venido artificio, una fan tasmagoría de mercancías y de constr ucciones a rq ui- ca r la ilusión co mo realidad, sino int erp reta r la rea lida d misma com o ilu-
tectó nicas que los nuevos procesos industriales hacían posible. La ciudad mo- sió n. Éste , sostend ré, era en efecto el o bjetivo de l Lib ro de los Pasajes. Si
derna no era sino la pro liferación de tales objetos, cuya densidad crea ba un \·1 ensa yo so bre la obra de a rte aboga teó ricamente por la transfor mació n
paisaje artificial de edificaciones y artículos de consume tan abarcador como lid arte -de represent ación iluso ria a med io de a ná lisis de las ilusiones-, el
el paisaje primitivo natura l. En efecto, para los niños q ue, como Benjam ín, na- íihro d e los Pasajes fue pensa do para po ner la teo ría en práctica litera ria.
cían en un amb iente urbano, parecían la naturaleza misma. La comprensión Intenta ba apropiarse de las nuevas técnicas del cine," para poder hacer
q ue Benja mín tenía de las mercancías no era simplem ente crít ica. Las afir- co nces io nes a l di str a ído p úblico," para most rar le có mo y po r qué la reali-
ma ba como imágenes del deseo que "( •.•) han ema ncipado del ar te a las for- dad ha bía deven ido un co mpuesto de ilusio nes en pimer luga r.
mas co nfigurarivas, igua l qu e en el siglo dieciséis las ciencias se libera ro n de Ben jami n describió la nueva fa nta sm ago ría ur bano- indu stria l como un
la filoso fía" : Esa fantasmagoría de o bjetos ma teriales prod ucidos ind us- "mund o-de-ensueño" en el cua l el valo r de cambio y el va lor de uso no
trialmente -edíficaciones, bulevar es, todo t ipo de mercancías, desde guías ago rab a n el significad o de los o bjetos. Era en tanto " im ágenes o níricas
de viajero ha sta art ículos de rocadoj- era para Benjami n la cu ltura de m a- lid co lect ivo" -ilusio nes d istors ionanres per o t amb ién imá genes-del-d eseo
sas , y constituye la preocu pación principal del Libro de los Pasajes. redimibles- co mo se carga ban de significado político. Las nuevas edifica-
Los as pectos pesadillescos e inferna les del ca pi ta lismo indu stria l esta- c io nes públicas era n "casas de ensueño" ." A la experiencia vivida de t odo
ba n velados en la ciu dad modern a por una vasta disp osición de cosas q ue rvro, a la fal sa co nciencia de un a su bjet ivida d colectiva, a la vez profund a-
a l m ism o t iem po da ban fo rm a corpor al a los dese os y anh elos de la huma- men te alien ad a y ca paz de entrar en el paisaje m ercantil de los sím bo los
nida d. Dado q ue era n fenóm enos " nat urales", en tanto mat eria concreta,' ut ópicos, la llamó co n en tu siasmo acr ítico "co nciencia o nírica". El o bjetivo
producía n la ilusió n de ser la rea lización de esos deseos, antes q ue su me-
ra expresión cos ificada y simbó lica. Los medios masivos (Benja min los ha- afirm aba Iy el tra ba jo de Benjamin demostr aba ]: " Es concebi ble que e rro tipo de ar-
tistas, co mo d ramat urgos y novelistas, puedan por el momento ser ca paces de tr e-
bría lla mado reproducción mecán ica ) podían a hora d uplicar este mund o ba ja r de manera más cine mática que la gente de cine", Johll Willett (ed.), Bredn 0 11
mercantil a l inf inito co mo la mera imagen de una ilusió n (e jemplos era n los Tbeater, Nueva York, Hill and Wang. 1964, p. 48 .
filmes de H ollywood , la ind ustr ia publicitaria en expa nsión, El triun fo de 10. " Un proble ma centr al del mat erialismo histórico que finalmente de bería
cont em plarse: si acas o la comprensión marxista de la histo ria no impide de manera
la volun tad de Riefensta hll.' Pero la función cr ítica y cogni tiva en la q ue absoluta su claridad gr áfica. O: ¿de qué modo es posible articular una elevada cla -
rid ad gráfica con la ejecuc ión del m étodo marxista? El primer paso (.. •) será inco r-
po ra r el principio del mc ntaie a la historia" (N 1, 6).
7. l'oesía y capitalismo, p. 190. 11. " La obra de arte en la época de su reprod uctibilidad técnica Q, en Discursos
S. Benjamín con sidera ba que la distinción entre o bjetos ma nufacturado s y no interrumpidos, p. 54.
mallufact urad os no era absoluta. N ingun o era "n atural' en el sent ido de ahistó rico 12. " To da la ar quit ectura colectiva del siglo X IX propo rci ona alo jami ento pa-
y <1I11OOs era n natu rales en tan to existe ncia material; "e ..) toda con figuración ver- ra el colectivo sonante " (H", 1). Allí se incluían tas grandes tiendas, lo s salones de
dadcrume nrc nueva de la natura leza [Natur¡::estalt]-y en el fondo la técnica también las expcsiciunes uni versales, las estaci o nes de tren, las fabricas, lo s muse os, y po r
es una de ellas (... l", K 1 a, 3, p . 395. sup ue sto los p asa jes, los pr opios Passagen, Resulta interesa n te not ar que Ben¡a -
9. Clar amente , en un mundo en que los medios masivos de comunicación era n ruin no consid eró la sala de cinc del siglo xx como "casa de ensue ño" esencial.
utilizad os para cualquier cosa meno s pa ra proporcio nar una instrucción cr ítica, la Por el con tra rio, 1:I técnica cin ematográfica pro ducía el efcct o opuesto: "P arecía
afirmación bcnjaminiana del cine y otr as formas de reprod ucción mecanice se dir i- que nue str os ba res, nu estr as oficinas, nuestr as viviendas amuebla das , n uest ras es-
gía al potencial cognit ivo de esos medios y no a su funcionamiento real. Tal com o raciones y fábricas nos aprisio naban sin espe r anza . Ento nces vino el cine y con la
le come ntab a a Scholem en 1938: "E l tomo filosófico qu e, según tu par ecer; falraria dina mit a d e sus d écimas de segundo hizo sa ltar ese mundo carcela rio . Y ahora cm-
ent re las do s partes de mi ub re será aporta do más efect ivame nte por la Revoluci ón pr en demos ent re sus disp ersos esco mbros viales de avent uras", Discursos ínt e-
que po r mí", Scholem, " Wnlter Benjamín" , p . 26. M ientra s tant o , tal co mo Breche rfl/m pidos, pp . 47 -4 8 .
84 SU , AN UUC K- M o RSS 1'1. L I B l\O DE LO S PA' AJ ES ne Ih NJA M I N 85

de Ben jami n era interpretar los or ígenes histór icos de este sueño, rransfor- de eleme ntos físicos de la ciudad. Lo s pasajes (Passagell ) er a n uno de esos
mando las imágenes oní ricas en "i mágenes d ialécticas" co n el poder de eleme ntos; de hecho, fueron la pr imera "c asa de ensueño" ed ificada a par -
ca usar un "desp enar" po lítico. En el L ibro de los Pasajes , la histor ia cu l- ur de la n ueva constr ucción industr ial de hierro y vidrio. Esas ca lles pea-
tural y la pedagog ía revolucionar ia de bía n conv erge r. ton ales c ubier tas, de pro piedad privad a y sin emba rgo a biertas al público,
Éste, a l menos, era el plan origina l de Benjamin, documenta do en dos esta ba n bordeada s de nego cios especializados, cafés, casinos y teatr os de-
tempranas series de notas, de 1927 y 192 8-2 9 (L. P., pp. 823 -876). En ese cignados pa ra atr aer una m ultitud a la mo da, en su nuevo pape l soc ial de
entonces, Ben jamín era simplemente un visitante en Par ís; lleva ba a ca bo su con sumidora. H a biendo representa do el a pogeo del lujo burgués, los pa sa-
investi gaci ó n principa lmen te en la Staatsbihliothek en Berlín. En 1933 Ben- jl"s pa risinos que so brevivía n en el tiempo de Benjam in se habían d ererio -
ja mín se d irigió a París hacia un exilio perma nente. El tr a ba jo en el Libro rado. Se ha bían transformad o en el refug io de mercancías aho r a pasa das
de los Pasajes prosigu ió de a saltos, pero el plan or iginal continuó mayor- de moda, "cosas ext rañas, fuera de fecha " : prótesis y plu me ros, corsettes
mente en vigor, al menos hasta la redacción del expos é de 1935. Exact a- y p.u aguas, medias de liga y muñecas a cuerda , bo tones pa ra cuellos de ca-
mente cuánto cam bió despu és de esto sigue siendo, incluso desp ués de un misas que ha bían desa par ecido hacía t iem po ; todo eso crea ba un mo nta je
detallado a ná lisis filológico, un punt~ a deb at ir, y con stitu ye un inter rogan- II1Ie suger ía " un m un do de secret as afinidades " [a", 3, p. 866) . Fueron los
te al que regresa remos . En la siguiente secció n sim plemente tr ataré de re- surrea listas quienes originalme nte reconocieron que los residu os de modas
construir la teoría benjam uuana del colectivo so ñanre (das tráumende Ka- pasad as poseían en el presente una fuerza mít ica, y los compar aron con
lJeetiv ), ba sándome en las not as tempra nas (las series de 1927 AO-Ao y las uurigcnes oníricas. Y fueron ellos los primeros en fascina rse con los deca -
series de 192 8-29 aO-hO), las d ist intas vers iones del expos é de 1935 (inclu- den tes pasaje s parisinos, re pletos de tales imágenes. l.a descripció n de
yendo las notas preparato rias, de 1934- 35, L. P., pp- 985-1025 ) Y aquellas louis Arago n del pronto a ser demolido Passa ge de I'Opera p resente en Le
seccion es de los convolu ros, pa rticularme nte el K (" Tri1lm tstadt, Z lIklmfts- f" ' )'sall de Paris (1926) proporcio nó la inspiración para el Libro de los Pa-
tráume, anthropclogischer Nihilismus" [Ciudad y arquitectura oníricas, en- soics. Benjamín recorda ba más tarde: " (...) por la noch e, en la ca ma, no
soñaciones utópicas, nihilismo a ntropológico] K t-K 3 a) y el N ("Erkel1nt- podia leer más de dos o tre s pági nas, porque mi corazón la tía tan fuert e-
n ístheoretisches, Tbeorie des Fortschritts" (Teoría del co noc imiento , teoría mente que tenía que solta r el libro de las ma nos " .' Pero los surrealistas "se
del progreso] N I -N 3 a), que fueron escri tas a ntes de 1935.u .•fcrr atn) a los dominios del sueño" IN 1, 9, p. 460 ). El pro pó sito de Ben-
j.nuin, en "cont raste con Aragon ", no era "dejarse acun ar cancinamen te en
1" 'onírico' o en la 'miroíogla' " sino " penetr ar con todo esto en la dialéctica
JI. El or igen del sueño y los dos estados oníricos 111·1despertar" (L. P. , p. 992 ). Tal desperta r comenza ba allí do nd e los surrea-
hwns y art istas de otras vanguardias se detenía n con demasiada frecuencia,
Benjamín descr ibía el capitalismo como "una manifesta ción de la natura- Il.ldo qu e al rechazar la tradición cultural ta mbién cerraban sus ojos a la his-
leza con la que le sobrev ino un nuevo sueño onírico a Euro pa, y con él, una Inr i.l. Benjamín escri bió: "Tomamos los sueños 1) como fenómeno hist órico
reactivación de las energías míticas" (K 1 a, 8, p. 396 ). Vivir en Pa rís imp li- Jo ) como fenó meno colectivo" (L. E , p. 992 ). Co ntra Aragon, en el Libro de
caba estar envuelto en este sueño que dejaba rastros visibles bajo la forma /, I .~ í'asaies "se trata de disolver la 'mitología' en el espacio de la historia. Lo

' luv desde luego, sólo pu ede ocur rir despert ando un saber aún no conscien-
11' de [o que ha sido [Gewesen ]" (N 1, 9, p. 4 60).
13. Podemos fechar estas secciones porque el manuscrit o entoncesexistente fue
forugrnficdu en 1935. Una se gunda parte fue forografta da unlíza ndo una técnica di-
ferente en 1937. Sobre la cuestión de las fechas deben cou sulrarse LIs notas de los
editores, L. 1~, pp. 887 Y ss. 14. Carla a Adornu del 31 de mayo de 1935, en Correspondencia, p. 97.
El. Ll.I!lW D ~ 87
" SOSAN Bu cc-M o ass i.os PASA JES D E BE N ] AM 1N

En sus notas más tempr an as para el Libro de los Pasaies, Ben jamín hacia los sueños: el lado infantil. En el caso del siglo pasad o, apa rece
revivió la imagen feuda l de un "c uer po po lítico", en sí misma pasada de muy claram ent e en los pasajes" (K 1, 1, p. 3931.
moda desde el barroco, sin las divisiones tradicionales entre clases del La niñez no era simp lemente un receptáculo pasivo para este incons-
trabajo socia l. Se podría recordar la ima gen del siglo XVII de un nue vo ciente hist órico . La niñez tr ansforma ba las imá genes o níri cas de acuerdo
cue rpo político que ilustraba como fron tispicio el Leviatban de Hobbes, con su propio índic e tempora l, y esto conlleva ba su inversión dialéctica,
hechas dos salvedade s: Benjam ín estaba proponiendo una representación de imágenes históricamente específicas a imágenes arcaicas (Urb ildcr).
alegó rica del pasado ma s reciente en vez de un modelo no rmat ivo para Enti endo que al menos parte del pla nteo de Benjamín es el siguiente:
el presente, y la un ida d polí tica no era ya el con junto de individ uos ato- desde la po sición del niñ o, toda la histo ria, desde el pasa do más remo-
mizados q ue a pa recía en Hobbes, sino el (aú n-no-despe rtado) co lect ivo: to a l más reciente, tiene lugar en e! tiemp o mít ico. Todo el pas ado yace
" El siglo X IX : un per íodo (un tiempo onírico) [Zeitr<Jum ) en el qu e la en el re ino arc aico de la Ur-biseona . Ahora bien, la ideologí a burguesa
concien cia individual , en la reflex ión, contin úa ma nteniéndose, mient ra s del progreso histórico hace sus mejores esfuerzos para ab r umar esta in-
qu e la co nciencia co lectiva, por contr a, se ado rmece en un sueño cada t uición infantil de qu e incluso la histo ria más rec iente es arcaica y mít i-
vez más profundo. El durmiente - st n distingui rse en esto del loco- inicia cnmcnte lejan a, sust ituyéndola po r la imagen del cortejo tri unfal de la
el via je macroc ósmlco med iante su cuerp o, pero los ruid os y sensaciones histor ia, que sumerge a las nuevas generaciones en su corriente " irres is-
de su int erior, qu e en 1<1 persona sana y desp ierta se d iluyen en el mar de tible". (Recordemos que Benjamí n considerab a qu e na da corrompía
13 sa lud - presíó n arterial, mov imientos intest inales, pu lso y ton o muscu- t.mro polít icame nt e: la cree ncia en el progreso era un mito que impedía
lae- , engend ran en sus sent idos int eriores la inaud ita agudeza, el delirio Illle ocurriera cambio histórico alg uno.] " En el me rcado, el progreso
o la image n onír ica q ue los traducen y explican [estas sensaciones]. Así histórico se manifiesta como mo da y noveda d, pero es just ament e esto
le oc ur re tam bién al co lectivo onírico, el cual al ade ntra rse en los pa sa- lo q ue la experiencia cognitiva infan til invierte: ..Al principio, la novedad
jes, se adentra en su propio interior. Este colect ivo es el que tenemos que t écn ica func io na de sde luego como tal. Pero ya en el pri mer recuerd o
investigar pa ra inter pretar el siglo X IX -en la moda y en la publicidad, en in fa nt il cam bia sus ra sgos. Toda infa ncia logra algo grande , algo insu s-
las constr ucciones y en la po lítica- como consecuencia de su historia oni- ritui ble para la human idad. Tod a infanc ia, en su interés por los fen óme-
rica [de! colectivo)" (K 1,4 , p. 394 ). Los objetos de con sumo, las nove- nos técn ico s, en su cur iosidad po r todo ti po de inv entos y má qu inas,
da des y las mo da s del pasado [Gewesene) ex istían en el presente como vincu la las conquist as técnicas [las cosas más nuevas) a los viejos mun-
imágenes oníricas por medio de las cuales el inconsciente co lectivo se co - dos simból ico s" (N 2 a, 1, p. 464 ).
municaba a través de las gene raciones. Nuevo s inventos, creados a par- Estos viejos " mundos simbólicos" eran el depósito de las ex presiones
tir de la fantas ía de una generac ión, ingresa ban a la ex periencia infa nt il humanas del deseo utóp ico, y en esto Benjamí n se acerca ba más q ue nun-
de la siguient e. En ese mom ento, y es éste uno de los aspecto s más inquie- ca a la teoría de un inco nsciente co lectivo do tado de arq uetipos innatos
tantes de la teoría de Benjam ín, com enzaba su segunda ex istenci a oníri- postulada por C. G. J ung y Ludw ig Klages. La dife ren cia residía en la
ca: "La experiencia juven il de una generación t iene mu ch o en comú n con sens ibilidad marxista de Benjamín: cuando los viejos deseos ut óp icos
la experiencia onírica " (K 1, 1, p . 393 ). Si el cap italismo ha bía sido el eran proyect ad os sobre los nue vos productos de la producción industria l,
origen de un estado de en sue ñe histór ico, esta otra tenía or ígenes bio ló- react ivaban la pro mesa original del industrialismo, qu e duerme en el se-
gicos, y los dos ejes con vergían en una constelación úni ca pa ra cada ge- nu del capita lismo, de al umbra r una socie dad hu ma na de abundancia
neración. En est a intersección entre histori a soc ia l e histor ia natura l, en-
tr e el sueño de la soc iedad y el sueño de la inf ancia, [os co nten idos del
15. Discursos interrlfmpidos, p. 184.
inconsciente colectivo era n tra nsmitidos. "Toda época tiene un lado vuelto
88 I I t UIKO DE lO S PM AJ ES DE B E ~ J " M U¡ 89
SU SAN B UCk, . MoRSS

ma teri al. Es as í qu e en términos de una política socia lista y revo lu cio- acerca de la historia de mi relación con Berlín "." Estas notas adq uirieron
na r ia, el redescubr imiento de es tos ur-slm bolos en lo s más modernos turma rápidam ente en dos versiones, Ber/iner ChrUllik l 7 (ded icada a Stefan)
productos técn icos tenía un a relevancia potencial ment e exp los iva y ab- y ííeriiner Kindheit 11111 1900. 1' Eran recuerdos de la infancia estr uct urados
sol ura me nre co ntemporá nea . 1111 t::0 111 0 una autobi ografía cro nológica sino como "e xped iciones aisladas
Para Benjamín, la verdad de un objeto emergía en su " otra vida " (d. N ,' 11 las pro fund idades de la memoria " ." Como au toa nálisis, este proyect o
5, 2, p. 4 68), cuando tan to el valor de uso como el valor de camb io retro- p.rrcce haber sido terapéutico y haber dado a Benjam in la capacidad de de-
cedían y el po tencial par a la expresión simb ólica de los sueños de la hum a- ¡;Ir atrás d pasado. Al mismo tiempo, estaba prob ando en SI mismo [a teo-
nidad - sus sueños dorados tanto como sus pesadillas- pasaba a primer plan o. 1 ¡,¡ del sueñ o infantil, y pract icando en el plan o de la h isto ria individual lo

y es pre cisamente esto lo q ue descri be la recepción infantil de los objetos. que esperaba llevar a cabo más adelante en el Libro de los Paeaies en el
De aquí que " (...) el niño puede hacer aquello de lo q ue el adu lto es CO m- 1'(;\l10 co lectivo: una reconst rucción del pasado a la luz del presente, co n
pletament e incapaz: 'recon ocer lo nuevo'. Para nosotr os las locom otoras 1,1objetivo de desprenderse -v desperrar v-. de él."
tienen ya un ca rácter simbólico porq ue las encontra mos allí en la infancia. Lo s recuerdos infant iles de Beniamin se refieren menos a personas que
Para nuestros niños lo t ienen sin ernt>argo los automóviles, en los que no- .1 aquellos espacios ur banos en la Berlín imperial que configur aban el esce-

sotros sólo hemos capta do d iado nuevo, elega nte, mod erno , desen fadad o. n.rrio de sus ex periencias: parques, grandes riendas, estaciones de tren, calles,
No hay ant ítesis más estéril e inútil qu e la que pensadores reaccionarios co- t' .dés y escuelas. Se refieren también a los produ ctos ma teriales del indus-
mo (Lud wig] Klages se esfuerzan en establecer ent re el espacio simbó lico malisrno: una puerta de h ierro for jado, el teléfono, una máquina expe nde-
de la na tura leza y el de la técnica. A toda con figurélció n verdaderamente dor;l de chocolates. El mundo de la ciudad modern a apar ece co mo un
nueva de la natura leza -yen el fondo la técnica es tam bién una de ellas-
[e correspond en nuevas 'imág enes'. Tod a infanc ia descu bre estas nuev as 16. Carta del 2S de febrero de 1932 , cita da en Scholem, Wi/lter Benjamín: The
imágenes para incorp orarlas al pa trimonio de imágenes de la hum ani dad" S/or y o( a l'riemlship, Filadelfia, T he j ewish Publication Society of Americn, 198 1,
(K 1 a, 3, p . 395). p. I SO. Benjarnin ya ha bía escrito sob re su infancia en la serie de afor ismos Dírec-
.-i(Í., única, publicada en 1928. Si bien este relato temp ran o co nte nía recuerdos de
Cuando Benjam in se refería a " nuestros niño s" no esta ba hablando hi- sueñ os infantiles, lo que era nueve en los ensayos más tardíos era pre cisame nte el
potéticam ent e. El período de su primera formu lación del Libro de los Pa- recuerdo de la infancia como un estado de en sueño .
17. L1 d edic aror¡a estaba en un pr incipio d irigida .1 var io s contemporáneos.
sajes coincidió con la infancia de su propio hijo Stefan, nacido en 1918. Pe- am igos de Benjamin . Sus nombres fueron flnalmenre ta ch ad os y reemplaza dos
ra ta~bjén con un largo y doloroso divorcio que puso distan cia. física y por ~ A mi qu erido Srefan". Bnl¡IIer C"roll¡k (Merónica de Berlín" ) fue escrita en
em ocl~nal, entre ellos. Su matri monio fue disuelto en 193 0. Sus padres, la primavera de 1932. M ás dire ctamente perso na l Ü· po lítica) q ue la vers ión pos-
te rior, per ma neció inédita ha sta t 970, cuando Gershm n Scho lem edi tó el man us -
con quienes había tenido fuertes conflictos cua ndo era joven, muriero n d u-
crito. Una t rad ucció n inglesa apa rece en Re(1ec/iolJs: Ena}'s, Ap ho risms, A/lto-
rante el mismo período . La presión q ue en las socied ades mod ern as causa fJiograpbica l Writings. ed . Peeer Demerz, trad ucción de Edm und jephcon, Nueva
ru ptur as en la trad ición fam iliar y alienación entre generacio nes era trans- Yo rk, H;l[ VCSI/ H BJ. 1978, pp . 3· 60.
18 . tnfoncía en Berlin lracia 1900. Escrita en el otoño de 193 2 y publicada en
pare nte par a él. En 1932, a los cua renta años , Benjamín, con vencido de secciones en diferentes revistas. apa rec ió po r pri mer a vez co mo texto completo
que sus probab ilidades de lograr la felicidad personal era n pe queñas, y en 1950.
amena zado por condiciones económ icas y políticas inciert as, contempló 19. \Valur Bcvkunin-Gerslnuw Sello/cm: Driefwi'chsel. 1933-1940, ed. Ger~ llIlm
Scholcm , Frankfurt am M niu, Suhr knmp Vcrlag, 19!olO, p. 2 8.
seriamen te la posibilidad del suicidio. Durante ese mismo añ o, en medio
20 . En las no tas al co nvoluro K posreriores u 1937, lknj:Imin se refería al Ireu-
del ~roceso d.e escritura de pequeños tr abajos necesarios pa ra su supervi- diu no T heod or Reik en lo referente a la memoria y su poJer cur anvo, relacionado
venera financiera, le escribió a Scholem: "( ... ) algo más se está incubando con el h echo de que la reco nsrruccié n consciente d el pa sado destruye su pod er
a mis espa lda s, en form a de algu nas notas que he est ado tom ando (..• ) sobre el presente (ver K 8, 1; K 8, 2, p. 407 ).
90 91
5us,o, N BUCK-M ollsS I t 11IIlto D E LO S PASM ES D E B EN J AM I N

mundo mágico y mítico en el cual el n iño Benjamí n " reconoce lo nu evo" p.utnruma ideal de un a era arcaica ape nas tr anscur rida es el que a bre la mi-
y el adulto Ben jam ín lo reco noce como un redescu brimiento de lo anti- rada por ent re los pasa jes que se hallan en t oda s las ciudades. Aquí habit a
guo." Una cosa se volv ió clara para él a par tir del experimento: ésta no era t l lllt imo dinosa urio de Europa, el consumidor" (a" 3, p. 866)" H a bía una
la forma que el Libro de los Pasajes pod ía asumir. Tal como escribió pos. un.•logía, pero no una identidad, entre el estado de ensueño de la niñez y
rericrmenre: " La prehistoria del siglo diecinueve que se refleja en la mira- 1.1estado de en sueño histó rico. La historia natural del n iño y la historia so-
da del niño qu e juega en su umbral, t iene un rost ro tota lmente dist into al 11•• 1 del co lectivo eran ejes separado s. Debían ser mantenidos separados
de los signos que la gra ban sobre el mapa de la historia" (L. P., p. 936). En u mcc ptualmente para no caer en el err or ideo lógico de confundir la hist o-
ningún momento sugirió 8enjamin qu e la comprensió n del niño de la rea- 11,' !'oocial con el estado natural de las cosas (un problema que en nuest ro

lidad histórica fuera en sí misma una percepción d irecta de la verda d. Pe- pru pio tiempo t iene la socicbíologlal." No obsta nte, est os ejes siempre se
ro la reconstrucción de la niñez como Ur-histona podía propo rcionar un mtersecta ba n, y la perspectiva cogni t iva de ambos era necesaria para ca p-
modelo para la reconstrucción de la historia co lectiv a del siglo XIX . En las utrur la am bivalencia de la situ ación histór ica.
nota s de 1928 -29 Benjamin escribió: "Cuando de niños recibimos esas Como má xima para la transfonnadón de las imágenes on íricas en im á-
grand es recopilaciones como El muhdo )' /a humanidad, El nuevo univer- f~('I1t'S "dialécticas" , que es como se veían las primeras al despertar, Benjamin
so o La Tierra, 10 pr imero que miramos ¿no fue el coloreado 'paisaje carbo - - ccribíó: "Ninguna categoría histórica sin su substa ncia natural, ninguna
nífero' o los 'mares y glaciar es du rante la pr imera Era Glaciar' ? Semejante c.negorla natural sin su filtración histórica " (O" 80, p" 857). Esta dialécn-
\,.,1 cutre nat ur aleza e historia (elabo rada más claramente por Adorn o que
pur Beniami n)" funcion ab a en los do s plan os (niñez y sociedad), y se com-
, ll.,,'ncluyó una ~iniscencia similar ~n el Libro rÜ los PQSQ~S, y el " descubrí-
m.lent~ se prod uce bajo la fon lla de una Imagen del deseo utó pica: "H ace muchos plica ba aún más po r la supe rpos ición de 13 dialéctica entr e lo arcaico y lo
anos VI en el suburbano un carte l que, si en este mundo las cosas fueran cumo debie- moderno, y el significado/valor doble (negativo y positivo) de los r érminc s.
ran, hab ría encontr,ado ..d miradores, historiadores. exégeta s y copista s, tanto co mo Todo esto ot orga a la prop uesta teórica de Benjam ín un a dificultad difícil
cualqUle~ gran poesta o cu ~d ro, ':"de hecho era ambas de estas cosas, Pero, como pue-
d~ ocumr J . veces ~?n I~s I ~presl ones ~uy profundas e inesperada s, el 5hock fue Un de desenmara ñar, pero es posible t irar de algunos de sus hilos. En los pa-
VI.olemo , 1:1 un presron, ~I a~1 puedo decirlo, me golpeó con tan ta virulencia que mm- sajes, las modas recientemente pasada s, que ha bían sido nuevas para las
~6 el suelo ?c la ~nclenaa , q u~al1do largos años en algún lugar de la oscurida d, generacion es anteriores, eran objetos históricos qu e aparecían desde la
1I1~:Il1 able, ~lo sallla que se refena a la 'Sal Bullrich' (. ..) Emo nces llegué una tarde
gris de .dom~ ngo (" ,) la descubir un letrero en el que estaba escritoJ'Sal Bullrích'. No plorspectiva de la generaci ón presente como fetiches, m-imágenes con un
con tema mas .q u~ la p:l ~bra , pero. alrededor del letrero se formó de pronto , sin es- ~i'\ll i ficado mít ico. Pero la " novedad " de la mod a ba jo el ca pi.talismo c:a
fuerzo, ese parsaje desértico del prim er cart el. Lo tenía otr a vez, Éste era su aspecto : un mito, meramente la Ienchizada "i magen del deseo" de cambio en un SiS -
en el pnmcr plano del desierto, avanzaba un coche de carga lirado po r ca ballo s, Es-
~ab:l lleno c~n sacos con e! nombre de 'Sal Bullrich', Uno de esos sacos tcnla un aguo
tema ina lterado, conlo cual el eje cognitivo de la niñez habí a tropezad o ac-
jcro, y por el se derramaba la sal, que había dejado ya un reguero en el suelo. Al fono ddcntalmcnte con una verdad. De aquí la importancia de la historia natural
do de. es;e pa isaj,e des ér tico, dos postes sostenían un gran letrero con las polabr ns 'es de las generaciones, cuya perspectiva pro porcionaba ese ángu lo de visión
la mejor • ¿Y,que el rastro de sal a lo largo del camino por e! desierto ? For maba letras,
q.ue compoma.n u.na pa la~ra , la palabra 'Sal Bullnch'. ¿No era la armonía preestuble-
cida de un Leibniz mero ruego de niños frente a esta agudísima predestinación ensa- 22. Estoy en deuda con Joh n For esrcr po r e~~a c~mp araci ~ n o . "
y;ld~ en el d e s i ertr~ ? ¿Y n.ose escom.lía en este cartel una par ábola de cosas que en es. 23 Ver la conferencia de Adorno de 1932, La idea de histo ria natu ral , en la
ra Vida terrestre aun nadie ha experimentado] ( Una pa rábola de la cotid ianidad de la cual el' planteo reconoce cxplícitrll1\cnte su de;lda con Benjam in, quien influy? sobre
utopía?" (G 1 a, 4, p. 194). N ótese que la recepción creat iva, por parte del niño, de Ado rn o durante este períod o . Come sucedía frecuen tement e, Adorno artic ulaba
esta forma de la cultura de musas como signo de una natura leza reconciliada ind ica la s ideas de Benjamin con mayor rigo r filosófico y ex posltivo . Para 105 detall es del
q.u,e los poderes cognitivos de la nifiel no enrecian de un an tídoto cont ra la m,:ni plll'l- argumento de Adorno, ver el Capitu lo 3 de Susun Buck-Morss, Qngen de la dia-
cla n de la cultura de masas, léctica negativa .
92
SUS "' N B U C K- M O II.5 S 1 1 1.1111< 0 D E l OS l' Au J ES D E BEN JA MIN 93

simb ólico que ha cía po sib le un a percepción crítica de lo nuevo como "l o UII ,I protest a con tra la realidad socia l en su for ma actu al, y est o no se ma-
siempre igual". Pero el eje cogn itivo de la historia soc ial tam bién era nece- uiforaba en ninguna part e más cla ramen te que en la niñea."
sario, porque su orientac ión alegórica (en o posición a la simbólica) demos- La inrer penerració n d ialéctica de la historia soci al y la na t ural era un
tr a ba q ue las ur-im ágenes míticas ten ía n una base his tó rica y ma terial, y h-nómen o específica mente mod erno: "Es ta im placa ble confro ntación del
emon~e~ (co~tra .Klages y j nng] tenían un esta tuto transitorio ant es que l'.lsal!o más reciente con el presente es algo históri ca mente n uevo" (L P. ,
ont~IOg.ICO' I oc ejem plo, aquellos pa sajes q ue so brevivía n en el tiem po de 1', H/10 ). En efecto, la int ensificación del pod er mítico en am bos esta do s
Benj a mín tenía n una ap ariencia r uinosa, t ípica de las constr ucciones urba- I I !' ensue ño era ella m isma función de la hist or ia: cuando el nuevo sueño

nas ob soletas, de manera que en ellas "las imágenes del deseo " apa recían 111'[ cap italismo cay ó sob re Euro pa, él fue la cau sa de una "react ivación de
transform ada s "e n escombros " . Precisamente est a histor ia na tura l de los 1.1S energías mí ticas" (K 1 a, S ). Precisamente el paisaje urbano "ofrece a
ob jetos, su a pa. riencia en el presente como " ma ter ia fracasada " (L . I~,n p. 1", recuerdos de la infa ncia (... ) tod o aquello qu e la hace ta n d ifícil de re-
993 ), er~ un s igno de la transitoriedad de los fenómenos históricos, inclu- rrucr y, a la vez, tan a rractivamente at or mentada. como si fuera un sueño
yendo, finalm ente, la do minación de cla se burguesa . u-mi-olv ida do"." En la era premoderna, las moda s no ca mbiaban COIl t al
En el interior del eje cognitivo dt la ni ñez, Benjamin hizo grandes es- l .tpidez, y los ava nces mucho más lentos en el plano tecnológico esta ban
fuerzos pa ra demo strar que como estad o mítico " natural" esta ba at ado a "encubiertos po r la tradición de la iglesia y la fam ilia" (N 2 a, 2, P. 4 64 ).
la historia enreramenre. En el Libro de los Pasajes cita ba a Ern sr Bloch : "el l'l'ro a hora, " los m undos percept ivos se descomp onen veloz rnenre. lo que
incon"sciente (..• ) 110 ( • • •) es un estado adquirido por el hom bre (... ) pan i- IH' Il ('"lI de mítico a parece rá pida y rad icalmente (...) Así es como se ve, ba -
cular (K 2 a, 5, pp. 39 8-99). Co mo los conten ido s del inconsciente era n lo d punto de vista de la prehistor ia actual, el ritm o acelerado de la récnl-
imágenes de ma terial concreto e históricamente específico (automóviles te- 1 ,1" (N 2 a, 2 , p, 464 ).

léfonos, los mismos pas ajes) antes que los arquetipos psíquicos eternos 'q ue l-n 1.1 era premodcma , el significad o sim bólico colect ivo era tr ansferid o
pro~uso Jll~~g, er¡m.heredados,at,ltt's histórica que biológ icamenre.> Lo que ,1 LIS lluevas generaciones conscientemen te por medio de historias, mitos o

era eterno era el Impulso lItOpICO, ese deseo de felicidad que representa ba I II ,' II I O S de hadas at ados a la tradición, D ada la ruptu ra de la mod erni dad

'''11 la trad ición, esto ya no er a posible. En luga r de ello. la tra nsferencia


' IIH'día indi recta e inconscienteme nte, a tr a vés de la med iación de las co-
. 24: En 1.936 Benjamin pro puso a Horkhr-imer /;!;Cribir un ensayo para el lns-
tuu~ fur SolI 3 Ifo rs~h.ung sobre Klages y jung; "Su objetivo sería ava nzar en las re' "". que en ta nto símbolos sufría n en el límite entre generaciones u na in-
~exlOnes m:todo10gll~.as de los Paw ;e5 mediante la confrontación de] conce pto de ~ns iún d ialéct ica de lo nuevo a lo arcaico, Benj amín ha blaba de los "pa-
unagen dlal«tlca - la calegorÍJ. epistemo lógica centra l de los Pasajes-: con los a r-
"'1C''i (•..) construcc iones en las que volvemo s a vivir, como en un sueño, la
q u.cllpos d~ jung y ~a s imégenes a rcaicas de Kb ges. Esrn invest igación no se llevó
a cabo debido 3. la IlllervenClOn de Horkheimer" (L. P., p. 941) . Sin embargo el ~l d.1 d e nuestros pad res y a buel os " (e" 2, p. 373). Y sob re la inver sión d ia-
ma terial del Libro de tos Pasajes ~fejól cla ro que I¡.nea hólilrín seguid o Benja min ~3.­ [I'l lica comenta ba: " La im presión de esta r pasado de moda sólo puede
ra pro fundizar ,su. arg ur uentu. AIII donde j ung Vela, por ejemplo. la recurre ncia de ' 1lr .~i r cuando se toca lo más acrunl de alguna ma nera . Si en los pasajes se
una,imagen u top~ ca como el " retorno exitoso" de COntenidos inco nscientes, Bcn-
r~ m m, mucho mas ~~reól d e Pre ud , cita ba a Bloch , dicie ndo que su repetició n era
slg.no de eS:I re presi ón social contin ua que impet!ía In rea liz"dón de los deseos Z5. Pura Henjonun , ca nto para Bloch, el deseo utópic o esta ba basado en lu me-
ll,toplcns (K 2 a, 5). O bien, ullí donde Jl1ng veía L1 imag en del mendigo co mo 11I" JÍ:I,no CIl 1.1 unticipución. Cf. Sil comenta rio de 1934 sohre la raroncita cantora
slm~lOl~ et('r~ lO expresando UIlU verdad trunshistór ica so bre !u psiq uis co lectiva rn la historia de Kcfkc : " Un al[<o de la pobre y corta infancia perdura en ella, algo
Benjamín ~:I.a :tI mendigo como ~jgura históric.a , c uya persistencia era signo dei ,11' la felicidad perdida a jamás, pero también algo de 1;] vida activa actual y de su
estad o :I~~.Il CO no de la pSIqUIS nnc de b realidad socia l que permanecía en el pequeña e inconcebible alegria imperecedn;I ~ , lknj ami ll . " Prnnz Kafka", en f' <lra
pla no nll.tlC~, a pesa r de los cambios en la superficie. " Mientras ha ya un mendi- ,," ,' crítica de la violencia, p. 14 t.
go, habré mito" (K 6, 4, p. 405), 26 _"Crón ica de Berlín " , p. 45,
94 S USAN B UC K- M o RSS 11 t ilm a DE LOS PASAJ ES D E B ENJ A M I N
"
encue nt ra n anticipaciones de la arquitectu ra más mod erna , la impresión que 1..1 t a rea biológica de des pertar de la niñez devenía mode lo de un des-
le cau san al hombre actual de ser algo pasad o de moda es ta n sign ificativa 1'f' II ;lfcolectivo, social. Aún más: en la experiencia colectiva de una gene-
como la que le causa un padre a su hijo de esta r ant icuado" (B 3, 6, p. 97). tM IÚn , los dos converg ían. La tom a de conciencia de una generación es un
Benja min afirma ba la ruptura de la tradición porque liberaba las fuer- momento explosivo único en su pote ncial revoluciona rio en el interio r de
zas simbólicas necesarias para la tarea de la tra nsformación social de las 1, dime nsión hist órica del colectivo soña nte " pa ra quien sus hi jos se con-
restr icciones con servadoras. (Aunque pu eden encont ra rse afirma cio nes en vu-rtcn en la feliz ocasión de su pro pio despen ar" (1< 1 a, 2 , p. 395). En es-
las que par ece lame ntar la pérdida de la tradici ón, Ben jam ín n o er a un de- 11' mome nt o, precisamente rechaza ndo el mund o existe nte crea do por sus

fensor de la instit ución de la famil ia burg uesa," y cualquiera haya s ido su p.nlrcs, la nueva generación prom ovía la realización de los sueños utópicos
act itud pos it iva hacia la teo logía, ésta no inclu yó a la religión or ganizada .l,. estos últimos. " El hecho de que fuér amos niños en esa ép oca form a pa r v

como inst it ución. ]" Y clara mente Benjam in afi rma ba la fuerza mítica de 11' 111.' s u imagen objetiva. Tenía que ser como fue para saca r adelante este

las imágenes del deseo qu e encontra ba n su for ma inconsciente y s im bóli- ~"lll' ración. Lo cual significa que en el contexto onírico buscamos un mo-
ca en las me rcancías y en la cult ura de masas." Pero en cama imágenes II1l'l1tO teleol ógico . Este momento es el agua rda r. Los sueños ag ua rda n se
v

on íricas, era n fetiches, a lienados tl e los soñadores, a quienes dominaban \ u-r.uucnte el despertar; el durmiente se entr ega a la m uerte sólo si es re-
como una fuerza externa. Éste er a el costa do pesa dillesc o del sueño, y vlli. .lble; aguarda el inst ante en el que con astucia esca pará de sus garras"
existía ta mb ién en el esta do de la niñez. Benja min cr iticaba a J un g que 11\ 1 a, 2, p. 395).
"quiere man tener a Jos sueñ os alejados del despert a r" (L. P., p. 991 ). En Con astu cia (m it List ): la referencia a Hegel era inrencional." Benj amín
cont raste, insistía : "Tenemos qu e despert a r de la existencia de nuestr os p.m-ce ha ber estado sugir iendo una inversión basta nte ex traordinar ia de
padres" (L. P. , p. 992) . Il q :el, una que co nvert ía el lenguaje abstracto y filosófico de H egel, qu e Ji.
u-r.r lmcnte divin izaba el progreso histórico, en el lengu aje alegórico de los
1 ueuros de had as, como una valida ción rest auradora de la experiencia in-
27 . Dur ant e sus a ños en el mo vimiento de la juventud , su grupo, en rebelión
contr a IJ " inhumanidad" de los padres, estab a "cla rame nte en cont ra de la familia ". Luuil del " prog reso" como Ur-historta. Su pedagog ía implicab a un gesto
Esto sucedía " mientras no madur é 1a conciencia de qu e nadie puede mejorar ni ca- ,llIhk.: ta nto la desmit ificació n de la historia co mo el rcenca nt amiento del
S:J. paterna ni escuela sin echar ahajo el Estado , q ue siempre recurre a los peores", 1I111lldo . En su representación alegórica de la historia, la cosificació n de las
"Crónica de Berlín", pp. 34-35. En Dirección JÍni"" se refería a la b milia bu rgue-
sa como la "lógobn: C3 Si1 paterna" (p. 56). .uerca ncfas se revierte volviéndo las a la vida: " El est ado de la conciencia
28. Benjamin rememoraba su despertar sexu al cua ndo, camino a la sina goga en ..III.uta en m úlnples facetas po r el sue ño y la vigilia só lo se puede transfe-
el día del Año N uevo judío, se perdió en las calles de la ciudad . "En esta desorien- trr del individuo al colectivo . Para éste, naturalm ente, pasa a ser en mu chos
tación. en este olvido y en esta tre menda confusión. lo peor era. sin duda, la p rofun-
I .I~OS interior lo que en el individuo es exterior . arquitectura s, mod as, e in-
da aversión ha cia ese ti po de reunion es (ésta dehía estar a pu nto de empeza r], no só-
lo _por ser reuniones ent re parjentes, sino también por ser un servicio religioso . I Iw.tt el t iemp o me teoroló gico son en el int erior del colectiv o lo que las sen-
Mientras anduve vagando po r ahí me sobrevinieren, de repente y al mismo t iempo. eucioncs de los órga nos, la percepción de la enfermeda d o de la salud son
dos C~SiIs: po r un lado , un pensamiento [dema siado ta rde, has perd ido eltiempo , no
llegara s nunca ) y, po r ot ro , un sentim iento (¡qué bien dejarlo como está! ). El caso
fue que ambas corr ientes de conciencia vinieron a converger en un gra n sentimien-
to de placer que me llenó de una indiferencia hada el servicio religioso casi blasfe- 30. En 5U ex pos é de 1939, Bcnjamin escribió: " Cad a época (.. .) !lev:;!. su fin"l
ma, pero que, por otra part e, hizo de la calle algo tan lisonjero como si me hub ie- consig o y lo despliega -como ya supo ver H egel- .con. astu d a", (L. z, p. 4 9). Pa.r:;!.
ran sido ofrecidos de golpe los servicios de una alcah ueta capaces de satisfacer el im- llcgel, por med io de la astucia, la Raz ónIla COnCle n C~3 ) se ~b r; a , ca ~mo en ~a his-
pu lso nuis irrefrenable", "Cró nica de Berlín", p. 6H. uma por medio de las pasion es y las ambIciones de sujetos hist óricos mconscienres.
29 . En las notas de 1934-35 8enjamin menciona " Io posit ivo en el fet iche" I'cr o para Benjamin , el inconsciente histórico logra su ob jetivo a t ravés de la to ma
(L.. p., p. 991). de co nciencia genera cion al de esos sujete s,
96 SU SI\l'f BU Cl- M o MH II 11111<0 DE l O S P ASAJ ES DE B!N J AM Ir< 97

en el interi or del ind ivid uo. Y so n, mientr as persisten en tina figura oní - 1' 1 1' ~I' nte (\Vese»), mostrando q ue está compuesto de objetos decadentes
rica incon sciente y amorfa, procesos ran natura les co mo d proc eso d iges- "lI t una h istoria tGeweeení, y desvan ecería el mito de la historia como
tivo, la resp iración, etc. Se hall an en el ciclo de lo eternament e igua l [el ('II'I',n'so (o de lo modern o com o nuevo), mos trando como arca icas, baj o
mito en un sent ido negativo] hasta que el colectivo se apro pia de ellos en 1,1 11 11, infantil, a la historia y a 1J. modern idad , Contado correctamente, es-
la po lítica y de ellos res ulta histori a" (K 1, 5, p. 395). El Libro de los I'a- 11' cuento d e hada s utilizaría el encant amiento para desencan tar al mun do:
sajes, teniendo como meta el despertar histórico, hab ía de proporcion ar 11,1 ;1I1IOS constr uyendo aq uí un despert ad or que sacude la curs ilería kitsch
una respuesta po líticamente ex plos iva a la forma co lectiva, socio-histórica, .Irl si.,;lo pasado llamándolo 'a reuni ón '. Esa salid a está gobernada entera-
de la pregu nta infant il " ( De dó nde vengo?". ¿De dónde venía la conci en- llll'llll." po r la ast ucia" (h" 3, p. 875) . Disolvería el sueño al oto rgar pod er
cia moderna, o más exacramente. Jas imágenes de la conciencia oní rica mo- pulitico al colectivo, proporcionándole el conocimiento histórico requerí-
derna? Habland o del surrealismo. la expresión estética de esa con ciencia 1111 para reali zar ese sueño.
onírica, Benjam ín escribió: " El padre del surrealismo fue Dad a; su madre A k'~or ía de los orígenes históricos y narración simbó lica del poder: és-
fue un pasaje" (L. P., P. 875). t,n ibnn a ser las dos caras del Libro de l(J S Pasases, " La qu e va del pasa-
Benjamín con cibió originariamente el L ibro de los Pasajes como un ti" ;11 presente y expone los pasajes, etc. como precu rsores, y [la otra], la
"cuento de hadas dialéctico" (L. P. , P. 936), En él, el colectivo soñ anre del '1\11' va del presente al pasado, para hacer estallar en el presente la culmi-
pasado reciente ap arecía como un gigante dormido listo para ser despena- 11,ll iún revo lucio naria de estos 'precur so res'. Esta última entiende también
do po r la generación pr esente, y los poderes míticos de ambos estados oní- I I con rcm placi én elegíaca y apasionada del pasado más reciente como su
ricos eran afirmados, el mundo reencanrado, pero só lo para desa tado del ~ 'I'[os ión revolucionaria" (O" 56 , p. 855 ),
encantamiento mítico de la historia; en realidad reapro pí éndose del pode r
concedido a los objetos de la cultu ra de ma sas como símbolos o níricos uró -
picos. " Los cuentos de hada s", escribió en el ensayo sobre Kafka de 1934, 111. M arx, Freu d y los o rígenes d e la cu lt ura d e masas
"s on las historias tr adicionales sobre la victoria so bre esas fuerzas [míti-
cas]" ,11 El obj etivo del "nuevo méto do dialéctico de la historiografía" de lle dicho qu e Benjamín mantu vo el plan ori ginal para el Li bro de los Pa-
Benjamín consistía en "el arte de experimentar el presente como el mundo 1" /I'S, incluyend o la do ble teoría del su eño bosquej ada md s arriba, al me-
de la vigilia al que en verd ad se refiere ese sueño que llam amos pasado (Ce- 11 m hasta 1935, el año en que com p letó S il ex pos é del pro yecto para el
w esenes)" (K 1, 3, p. 394);12Co ntad o co n " astucia"," el Li bro de Jos Ps- IIl ~li HU für Soz íalfo rschung. En este punt o la situac ión filológi ca se ensom-
sajes lleva ría a cabo una do ble tarea: desvanecer ía el poder mítico del 1'11"(' . Existen a l menos seis co pias del ex posé de 193 5, con d iferencias

3 1. "El na rrador", en Para ",1" crñica de la " 10/('11(1", p. 12 S, .nnmañ as en el mito , po r lo que sus imposiciones dejan de ser indudibles",.Benjalll.i~,
32 . Benjamm estaba sugiriendo un " vuelco dia léctico " en la cogn ición histó rica. "Frn nz Kafka " , p. 14 1. (Cu no sameme, el com entario de una línea sob re UhSC5, recten
En vez: de presentar al pasado como el "punto fijo " co n el cu al el co nocimiento pre- ' lIado, p asa a ser fundam em al para el argumento de Adorno en el capítu !~ sobre
sente tra ta ba de entr ar en conracro, " debe invertirse esa relación, Jo que ha sido de- \ idíseo en Diaíécsica de la T/lIstr aci dll) . Ver ta mbién en el Libro de los Pasa¡es: "E l
be llegar a ser vuelen d ialéctico, irrupción de la conciencia despierta. La po lítica ob- desp ert ar venidero está , CO III O el ca ~ :l llo de madera ~e lo~ griegos, en la Troya de
tiene el pri mado sobre 1J. histori a " (K 1, 2, p - ] 94). lu o nírico " (K 2, 4, p. ]97 ). H egel Interpr cta ba la hist oria como ra cional , y con -
3.1.Benjamin veu los cuentos de hadas com o el period o q ue advendría, tant o fi- vertía aSI a la misma razón en un mito que juslificab:l a cualquie ra que est uviera
jogenérica co mo ontogen éticamente, una vez que los hUlIlanQ5 hu biera n aprendido f\"hern ;lodo. Beujan nn interpretaba la histo ria como un sueno para obl~er ~~i sa .
a ut iliza r la asrucia d e la razón pa ra engañ ar a las fuer zas míticJ S: " Lllises está en lllt'nte el efecto político contrarie. permitía a la razón ingresar en la histo ria mre-
ese umbr al q ue sepa ra al mito de la leyend a . La raz ón '! la astuc ia int rod ujeron uumpiendo su ma rch a mítica, el ciclo recurrente de la dominació n.
SUS"" Buo;;· Mo MSS E l. L [ D I' O D E lOS PA SAJ ES ue B RNJAM 1N 99

en la red acción lo suficientemente significat ivas co mo pa r a mover a l ed i- ' un c uento de hadas dialéctico'" ." ¿Acaso aband on ó Benjamín ta mb ién su
tor a incluir tr es de ellas en la ed ición del Libro de los Pasajes. Tod as las teoría de la niñez? En la misma carta ha blaba de la diferencia a bsoluta ent re
vers iones se refiere n a lo sigui ente: m un do de ensueño, im ágenes dc de- el Libro de los Pasajes y formas co mo ínkmaa en Berlín hacia 1900, y decía
seo utópicas, concie ncia colect iva, ge neraciones y, Ill UY enfática ment e, la que "dotar de funda ment ación a esta idea" ha bía sido " una de las funciones
co nce pció n de l pensa m iento d ialéct ico como despertar h istó r ico ca usado importantes del fexpo sél (.. .)" . J- Si no sólo se ha bía abando nado la form a de-
po r los residu os de la cu ltura de masas. Noto ria me nte a usent e est á la masiado literar ia sino ta mbién el elaborado contenido de la concepción o rigi-
ima gen del cue rpo po lít ico d urm ient e, así como toda referencia a l "cuen- 11,11. en tonces ser ía difícil justifica r su pretensió n simu ltá nea de q ue ningun a
to de hadas d ia léctico " . La te o ría del estado on ír ico de la infan cia es ex- palabra del primer borrador se había perd ido. Y en efecto. esa pretensión era
presa da explícita mente y en de ta lle en las no ta s prepa rat o rias de 1934 y verdadera de m anera casi literal . Ben jam in no se había deshecho de las notas
1935 , pero e n el propi o exposé só lo es insi nuada en aseveraci o nes vagas tempr anas, o las secciones origina rias de 105 co nvoluros que tr ata ban de la
com o la siguie nt e: .. (... ) sobresale junto a estas imá genes opta ti vas [del teoría de los sueños. y nunca lo hizo. El conocimiento de Adorno de estas no-
col ectivo ] el empeño insi stent e de disti ngui rse de lo an ticuado, esto es, tas se limitaba a lo que !knjam in le habí a leído en Kcnigstein en 1929. No
del pa sado recien te"." " s.rbe m os si SlLS discu sio nes allí incluyeron el do ble estado onírico. Sí sabemos
El expos édespert ó en Ad orno su aho ra famosa "ca rt a de H omber g" de que no fue su ausencia en el exposé lo q ue Adamo lamentaba cuando acusó
agosto de 1935" y su cr ítica algo devastado ra, q ue incluía la acusació n de ,1 Iknjamin de traic io nar un plan previo. En cambio, lo que lamentaba era la

q ue Benjamin ha bla abando nado su propia con cepción origin al. La res- representaci ón del mundo merca ntil decimo nónico co mo uto pía, en lugar de
puesta de Benjamín llegó indirecta mente en la ca na dcl1 6 de agosto diri- 1.\ crít ica de éste como " infierno ". Era la imaginería de la "teología nega n-
gida a Gretel Adorno: ..(... ) de este 'p rimer' proyecto [la refere ncia es a la ~. I " lo q ue Ado rno echaba de menos, no la de la niñez y los cuentos de ha-
co ncepc ió n del Libro de los Pasajes de los años 1927· 29 1nada se ha a ba n- ¡J,IS. Iró nicamente, si Beniamin hubiera incluido una ela boración de la teoría
don ad o y ningu na pa labra se ha perdido (.. . ) [el exposé ) no el 'seg undo' de la niñez pod ría ha ber evitado o tra de las críticas de Adorno: que la ente-
plan, sino e l otro. Estos dos proyectos guard an entre sí una re lació n de po- r.l concepción se ha bía ..desdialectizado"." la teo ría de la niñez era co mple-
lar idad. Representa n la tes is y la ant ítesis de la o bra. Po r esta razón. este ',1 y en verdad co nfusa, pero, sin ella, demasiado de los elementos afirm ativos
seg undo proyecto es pa ra m í cua lqu ier cosa menos una conclusió n. Su ra- r r
utó picos de los aspectos arca icos y relacio nados co n las m-imáge nes de la
zó n de ser es q ue (.. .) las ideas presentes en el primero no admit ía n ya co n- . ons rrucció n tenía que ser situado única mente a lo largo del eje socio-hisróri-
figuración inmed iata alguna - a no ser una ilícita co nf iguració n poé tica- o eo, co mo si existiera en la co nciencia colectiva rea l del siglo XI X. Además,
De ahí el subt ítulo . aband onado hace ya mucho tiem po, del primer proyecto : uundo Benjamín sostenía que en las imágenes del colect ivo (antes que en la
dl' la niñez qu e intersecr a la histo ria e invierte sus polos ) había "elementos de
34 . Poesía y ({Ipitalismo, p. 175. Ésta , eran las expresio nes que a par ecían en 1.1 prehistoria; esto es, de una sociedad sin clases", o af irma ba; "Ca da época
"T " , el prime r bormdnra máquina del expos é: que fue la versión enviuda a Ador- II Il sólo su eña la sigu iente, sino que so ñadoramenre apremia su despertar",
no . En el mas tem prano " M " ha bía una referen cia más explicita, más u rde horr a-
da: " Esta implacable con front ación del pasado más reciente con el presente es algo
Ir.rvc q ue sobre vivió inalterada enlas tr es version es, su po sición pa recía t an
hist6 ric,1l11cnte nuevo. Figur ab an en la conciencia colectiva ot ro s eslabones próx i-
mos enla cadena genera cional, que se diferenciaba n entre sí de 1\11 mod o apen as pcr-
ceptib le para el colect ivo. Pero el presente se sitúa ya frente ;JI pasado mds reciente 36 . Carta de Bcnjamin a Grerel Knrplus y Adorn o del t e de agosto de 1935,
como el despert ar frente a los sueños" (1. P. , p. 1010 ). [Para identifica r las distin- Corresponde ncia, p . 124.
( ' 1\

tas vers iones del t XfJost!, ver la n ata del editor, L. P., p. 1025.) 37. Ibíd., p. 125".
35 . Ca rta de Ado rno a Ben jamin del 2 de agos to de 193 5, en Corresponden- 33 . Carta de Adorno a Benjamín del 2 de agosto de 1935, en Correspond en-
Cill, p. 114 . cill. p. 114 .
SU5 AN B UC k - Mo RS S F t. L tB RO D E LOS PASAJ ES D E R F.NJ AMIN 101
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indisti nguible de la de J ung como Adorno temía. Adorno atribuía a la in- Por su puesto, M arx hab ía ha blad o posit ivamente de un sueño co lec-
flue ncia de Brecht la co ncepc ión demasiad o pos it iva de la conciencia colec- tivo, y más de un a vez. Después de 1935 Benjamiu añ adió a l convo luto
tiva, y argumenta ba en contra de ella a pelando a fundamentos ma rx istas: N la famosa cita de M ar x: " Ent on ces qu ed ará claro qu e el mundo ha Pv-
" El que en el co lect ivo que sueña no ha ya ca bida pa ra diferenc ia algu na sefdo d urant e largo t iempo e! sueño de algo que sólo t iene q ue poseer
entre clases es un signo claro y suficientemente alerta do r" .' conscien temen te para poseerlo en la rea lidad" (N 5 a. 1, p. 4 69). Y es-
No hay dudas de q ue Benjam ín to maba ser iame nte las cr íticas de Ado r- cog i ó como motto de este convoluta (que es el cent ral en lo concernien-
no," Creo q ue ta mp oco hay dudas de q ue intent ó ma ntener su posición a te al método): " La reforma de la concie ncia co nsiste so/amente en esto,
pesar de ellas. El material relacionado con pregun tas teóri cas qu e añadió que uno desp ier ta al mundo (... ) de su sueño sobre s í mismo " (co nvolu-.
al Libro de los Pasaies después de 1935 intensificó una di rección qu e de to N, p . 459). La s dife rencias de clase nun ca estu vieron a usen tes de la
hecho su invest igación ya ha bía tomado : fundamenta r la premisa básica de teoría ben jaminiana de! inconscient e colectivo . En verdad, au n en sus
Su teoría del sueño --esto es, q ue e! siglo XIX era e! or igen de un sueño co- for mu laciones más tempranas Benjamin consideraba a su teoría una ex-
lect ivo del cua l una gen eración present e "desper tad a" podía de rivar con - tensi ón y un refina mien to de la teoría de la supere stru ctu ra d e M arx: el
secuencias revo lucionarias- en las t~or ías de Marx y Preu d." Inter esante y sueño colectivo ponía de manifi esto la ideología de la clase dominante.
dial écricameute, encontró en la teoría ma rxista una justi ficación para la " Pues la cuest ión es: si la base deter mina, en cier to modo, la sup erestruc-
concepción de un sueñ o colectivo, y en Freud un argumento pa ra la exis- tura en cu anto a lo que se puede pensa r y experimenta r. pero esta det er-
tencia de las diferencia s de clase en su interior. minac ió n no es la del simp le reflejo, ¿cómo entonces - prescindiend o por
completo de la pregu nt a por la ca usa de su for mación - ha y que caracte-
rizar esta determinación? Como su expresión. La supe rest ru ct ura es la ex-
39 . lbíd.
40 . La copia o rigina l de ti car ta de Hornb erg es tá entre los papeles de Benja min presión de la base. Las co ndiciones económicas bajo las q ue existe la so-
reciente mente descubiert os en el archivo de George Batai lle en la Biblioth équ e Na- cieda d alcanzan expresión en la supe restruct ura; es lo mismo q ue el que
tionale. Benja mín la leyó atentamente, haciendo nota s con lápiz y líneas ro jas do-
se duerme co n el estó mago demas iado lleno: su estómago encontrará su
bles en el margen, no siempre en aquello s puntos de 1:1 formulació n de Ado rno que
ésre habría considerado los mis elocu entes. Las anotaciones de Ben j:lln in incluía n exp resi ón en el co ntenido de lo soñado, pero no su reflejo " (K 2, 5. p.
signos de pregunta y de exclamació n que pa recen ind icar que no estaba siempre de .\97 ). Es el sueño de la bur guesía, no el del proletariado, el q ue ex presa
acuerdo con las o bservacion es de su amigo.
(·1 ma lestar de un estó mago demasiad o lleno . La misma ent rada sostiene
4 t . Antes de recibir la reacción de Adorno al espos é, Benjnmin le escribió el 10
de junio de 193.'i expresando su preferenc ia por la teor ía de Freud po r so bre aqu e- que M arx nu nca quiso plantear una relación ca usal directa entre ba se y
lla de Fromm r Reich, y pregunt ándole si Freud o su escu ela habían hecho " ¿(•••) al- superes tru ctu ra: " Ya la o bservación de que las ideologías de la superes-
gún psicoa nálisis del despert ar o algún est udio sobre el mism o ?" (ca rt a de Ik niamin truc tur a reflejan las rel aciones [socia les] d e mo do falso y deformado va
a Adorno del 10 de junio d e 1935, en Correspondencia, p. 10 7). También le Iníor-
ma b<l que había empezado a "e char un vista zo " al primer vol umen de El ca{Jital. Un más all á " (K 2, 5, p. 397). La teoría de los sueños de Freu d pro po rcio -
convolutc (X] sobre Marx fue iniciado en 193 5. En ese año Benjamin habló del con- nab a un fund ament o pa ra esa distorsión. Las referenci as direct as de Bcn-
cepto del ca rácter Ierichisn de la mercancía com o ubica do "e n el centr o" del Libru l.unin a la obra de Freud fueron limita das y bastante gene rales ," pero en
de los Pasajes (ibíd .); en 1938 todavía era la "categoría fund amental" del libro . En
mar zo de 1937, Henja min escribió a Ho rkhcimer "] ... ) qu e el plan definitivo y o bli- r-stc punto, a un si una deuda direc ta no puede ser pro ba da, cla ramente
gado del [l.ibro de los I'asa/es], ahora que los est udios materia les prev ios se cuc uen- había un consenso. Freud ha bla escri to que " (... ) las ideas en los sueños
rrnn concluidos, aparte de algunos pequeños moti vos, tiene qu e proceder '1 partir de
dos investigacio nes metodológ icas fundamenta les. La primera tiene que ver po r una
par te con la crítica de la historiografía prcgm.i tica, por otra con la histo ria cultu ral 4 2 . Su f.uniiin rid.rd WlI la rco r¡a freudiana puede ha ber sido mayor mente de
ta l co mo se presenta almarerialis ta; l:l segunda con el significado del psicoanálisis segunda mall a y proven ir de: de s fuentes distintas, el Inst ituto de Frankfurt y los
para el sujeto de la histor iog rafía materialista " , L. ['., p. 950. surrea listas.
102 SUSAN Buc x-Mo ass
1 1. L I BR O D E 1 0 5 PASA JES D E B ENJ AMIN 103

(... ) (son ) cu mplim ientos de de seo s"," pero que, de bido a sent imientos
\ onciencia ind ividua l (•••) una form a de literatura, una representación de
a mbiva lentes, era n censurados y entonces disto rsion ados. El deseo real
Iantasías (.. . ) co mo sub limación" (R 2. 2). La cu ltura del siglo X IX desató
(latente) podí a se r casi invisible en el plano mani fiesto, y sól o se llegaba
l lIl;l ab undanc ia de fan tasías del fut uro, pero fue al mismo t iempo "I...) un
a él t ras la inter pretación del sue ño. Así: " Un sueño es la sa t isfacción
~IWlO tesc o intento de represar las fuerzas productivas" (L. P.• 989). Así, la
(disfraza da) de un deseo (sup rimido o reprimido)" ." Si uno supo ne que
c.unbiante mod a era meramen te " un camuflaje de deseos bien específicos de
la clase burguesa es la gene radora de un sueño colect ivo, las tendencias
l.. clase domina nte ". un "a rdid " (L. P. , p. 992) que encubría el hecho de
socialistas de ese ind ustrialismo que ella misma creó parecerían atrapar-
'l ile, pa ra citar a Brecht: "'Los dom inadores tienen gra n aversión conrra
la en una situación inevita blemente a mbigua. la burgue sía desea afirma r llls ca mb ios violen tos?" .' 1 El planea mien to ur ban o del siglo XIX era un in-
esa prod ucción indus trial de la cual de riva sus beneficios; al mismo tiem-
rento de per feccionar la socieda d a través de un reordenanue nto de las co-
po desea nega r el hecho de que el ind ustrialismo crea las cond icion es qu e
~ . I S (edif icacio nes, bulevares, par ques), pero al mismo tiem po funcionaba
amenazan la contin uación de su prop io do minio de cl ase.
nupidiendo el reordenamienr o de las relaciones soc iales; el "embellecimien-
Aho ra bien, precisamente esta am bivalencia burguesa de cla se está do-
IH estrat égico " de H aussmann tenía como "verdadero objetivo (... ) proee-
cumentada por tod o un espectro d é ciras que Benjamín incluyó en el mate -
I\C'r la ciu dad de una guerra civil" (L P., p. 47). El indi viduo burgués como
rial del Libro de los Pasajes en todas las etapas de su invest igación . La en-
/I.illcltr podía deleit arse con la "multitud" precisam ente porque ésta no coa-
contró no sólo en las mercancías y en la arquitectura del París decimonónico,
gula ba en una cla se revol ucionaria U 66, 1, p. 353 ). La resistencia de clase
sino también en los escr itos contemporáneos de furur ólogos, utopistas socia-
burguesa contra el ind ustrialism o que ella promovía ta mb ién se expresaba
les. planificadores ur bano s y comenta dor es sociales. Los escr itos utópicos
1·11 el est ilo del siglo X IX: la ar quitect ura hab itualmente enmascaraba la nue-
eran el "deposita rio de sueños colectivos" (L. P., p. 990 ). Y la arquitectu ra
V.I tecno logía con adornos. los objetos prod ucidos por la industri a era n ti-
"tenía el ro l del inconsciente" (L P, p. 988), pero am bos era n expresión de
picamente encerr ados en estuc hes (l 4, 4, p. 239).
una ideología específicamente burguesa. Encontró descripciones del París
El feti chismo de la mercan cía. que, como hemos visto, Benja min consi-
del futu ro en las cu ales los cafés todavía eran ordenados de acu erdo con la
.lcraba cl ave par a la fantas magoría industrial urba na, pod ía ser visto co-
d ivisión ent re clases (K 6a, 2, p. 405 ). Las imágenes de París proyectadas en 1110 un eje m plo de man ual del con cepto freud iano de desplazamiento: las
el siglo xx inclu ía n visita ntes de otros pla netas que llegaban a la ciudad pa- relacio nes socia les de explot ació n de clase era n desplazadas a relaciones
ra pa rt icip a r del juego del Mercado de Valores (G 13,2, p . 2 15). En el
rutrc cosas, ocu ltá ndose as í la situación real con su peligroso potencia l pa -
pla no ma nifiesto, el fut uro aparecía co mo progreso ilimitado y ca mbio
t .l la revolución . H acia fines del siglo XIX, ya result ab a po líticame nte sig-
cont inuo, pero en el plano latente , el plano del ver da de ro deseo del so- mficnnvo qu e el sueño burgués de democracia sufrier a esta forma de cen-
ñador, era visto co mo la erernlzaci ón de la dominaci ón de clase burgue -
cura: Benjamí n hablaba de la "fanrasmagorta " de la "e galit é" (L. P., p.
sa. En sus notas tem pran as Benjamín cons ideró si "( ... ) podr ía brot ar de
'JH H), en la cua l el conce pto político de igu aldad era desplazado al reino de
[os co nte nidos de conciencia económicos reprimidos del co lectivo, de ma-
1.IS cosa s, el consumidor reem plaza ba al ciud ada no , y la promesa de
nera simila r a lo que Freu d sostuvo p ara [los contenidos] sex ua les de una
abunda ncia merca ntil sustituía a la revo lució n social. En el siglo XI X,

4 3. Sigmund Frcud, Tb e lnte rpretatum o f Dream s, rrud. y ed . de j ames Str achcy,


4 5 . La cita de Brcchr, de un crríc ulo de 1935. continuaba: " [Par a los domina-
N ueva York , Avon Books, 196 5, p. 123. [trad . esp. Sigmu nd Freud ,Olm1S Complc'
do res] ¡Lo mejor sería que la Luna se que da ra p ara d a }' qu e c.l So l n o ava.nza se!
tas, ordenamien to, comentar io y notas a cargo de James Strachey, trad ucción de J.
Huronees nadie tend ría hambre ni querr ía cenar por 1;1 noche. SI ellos han dispar a-
Etcheverr y, Buenos Aires, Amorrortu, 1991 J.
do , q uerría n que su ti ro fuese el último, que el cont rario ya 110 tuv iera derecho a dis-
44 . lbíd., p. 194.
pa rar" (B 4 a. 1, pp. 99 -100).
104 11 I. I BRO D I'. LO S PASAJ ES D E B EI"J A"l 11'l 105

"La Reoolution" , apuntaba Benjamín, aca bó significando "liq uidación" I HH9, se decidió celebrar el centenario de la Revo luc ión Fra ncesa con una
(D". 1). las gr andes t iendas reemp lazaron a los negoc ios espec ializados (A expo sició n (pa ra la cu al fue cons t ruid a la torre Eiffel); y en 1900 Pa rís fue
3, 5, p. 75), tran sporta nd o al consumidor a un espacio arquitect ónico SUD. lnligo de un a exposición intern acional igualmente espectacular que ex pre-
tu~o. propio de la realeza en do nde era seduc ido por medio de tr ucos psi- _.¡ha en forma de tierra-de-h ad as la exaltada com pete ncia política y eco nó-
cológicos para ent regarse al co nsum o por el consu mo mismo (A 3, 6, p. 75 ). mica del imperialism o. Las extr avagantes exp osiciones ya no era n ideolo-
El gran descubrimiento de la venta al por menor capitalista, descub rimiento 1:1;\ pa ra un a elite burg uesa sino ideología para las masas tr aba jado ras,
que compensaba en part e la dinám ica de la sobreprod ucción capita lista, que em prendía n pereg rinaci ones ,1 estos altares de mercancías para ad orar
era que todo tipo de deseo, desde los sexuales hasta los pol ít icos, podía ser 1 umo ídol os esos ob jetos en exh ib ició n que su propio tr a ba jo había pro -

desplaza do a las me rcan cías y así tran sfor marlo en fuente de beneficios. duc ido ." En 19 00 los socialistas se q ueja ban de q ue deb ido a la expos ició n
Benjamín escribió: " Por primera. vez en la historia, con el nacimiento de los "este a ño se ha perdido pa ra la pro paganda " (G 4, 6, p. 200 ).
grand es almacenes los co nsum idores comienza n a sentirse como masa. (An- Para finales de siglo, el sue ño, de daros oríge nes burgueses, y burgués
tes sólo se lo enseña ba la ca restía)" (A 4,1, p. 77). Éste fue un pu nto deci- r n el deseo latente qu e expresaba, se hab ía vuelt o en efecto "colectivo", di-
sivo. En Par ís, después de que la d a"se tr a bajadora amenazó a la burguesía scmin ándose también entre las cla ses trabajadoras, y en todo país ind us-
en los días de junio de la revolución de 1848, la última se enco nrrabn a la tr ial capitalista ." El mercadeo masivo de sueños en el interior de un sisre-
defensiva. Al mismo tiem po, con el esta blecimienrn de la d ictadura de Na- lila de cla ses q ue im pedía su realización en cualquier forma que no fuera
po león 111, la época de brillo de los pasajes estaba term inada . Come nza ba 1.1simbólica e ra clara mente una indust ria en creci miento. En sus notas más
la era del consumo de masas y, jun to con ella, el siglo de lo n uevo com o 10 tem pra nas, Benjamín int er pretaba el est ilo estét ico de esta pro d ucción ma-
si ~mpr e igual só lo q ue ell pro porciones cad a vez mayores. Gran parte del viva, el "kitsch", como ma la conciencia de clase burguesa: " (. ..) apa recen
LIb ro de los Pasajes es un int ento de documentar esta tr..msíci ón . Las mer- 1'11 él la superproducción de mercancías y la mal a conciencia de los produ c-

cancías y l~ t ecnología rom pen el confinamiento de los negocios de lujo y to res" (PO 6, p. 858) .
de los pasajes. Las mercancías se m ultiplicaron; la tecnología cr eció hasta Es verdad q lle, tal como señalaba Adorno, el ex pos é de 1 935 ofrecí a
alcall~r ta ma ño monumenta l. Las a ntaño deslum bra ntes luces de gas fue- una re presentació n mu y posit iva del sueñ o colectivo y consecuente me nte
ro n eclipsadas por la electr icida d, qu e fue usada pa ra las enormes decora- lIc la cultura de masas en la qu e ha lla ba ex presión. En la vers ión que Ador-
ciones y los a nuncios sobre las fachadas de las edificaciones. Las casas de no reci bió, a pa recía la afirmación : " Sus exper iencias [las de la Ur-histo ria],
ensueño, construidas todavía en hierr o y vidrio, se convirtieron en vastas y depo sitadas en el inconsciente colectivo, engendran en su ime rpenerrecién
abrumadoras construcciones par a el público masivo: estaciones de tren con 10 nuevo las utopías que dejan su huella en mil configuraciones de la
grandes tiendas y los gra ndes sa lones de las ex pos iciones universa les. '
La pr imera ex posición internacional tu vo luga r en Londres en 185 1. Le
siguió París co n dos exposiciones propias en la década siguiente." En 47. G 9 a, 6, p. 209; G 10, p. 209; G 13 <1 , 3, p. 215 . El interés de Benj a min en
las expo sicio nes univers ales de l';u ís tenía un motivo bien actu al: en 193 1 y en 1937
Par ís era de nuevo escenario de esta for ma de ideología de masas. (En nues tro pro-
pio t iempo ha ame naz ado con repetir se en 19 89, en ocasión del bicentena rio de la
46 . Tal com o 1.0 nota r a Henjamin, mie ntr as que la p r'imcrn expo sició n de Revolución Francc sa.]
Lon dr.es, fu," org anizada po r ~ I1\ J)( ~ s 'Hi o5 priv ados IG 6· G 6 a 1 p 20 4 1 I 48. Para 1900 los pa sajes se habfun con vertido en un índ ice de calidad de las cu-
' .' . , ". ,as
ex pos.IClOl1eS ind ustriales francesas, en un a fecha ta n tempra na corno 1789, fueron dad es indu striales desde Cleveland a Milin y u Mo scú. Los pasaje. más tardíos, a di-
o rgani zada s ~or el estad o (G 4, 4, p. 199). f ueron así b primera fo rma de política- ferencia de los o rigina les parisinos, se con struyeron en pro po rciones mon umentales.
como ·esp ecracu lo-d e-masa.s. montada po r c:l estado, y en este sen tido a nticipar o n Ver la histo ria exhausti va: Hermann Geisr, Arrodes: 117e History of a Bllilding Type,
el Vo/kfest del fascismo (G 4 , 7, p. 200). trad ucción de Jane O . Newman y j ohn Smith, Boston , Th e MIT Press, 1983.
106 SUSAN BUcl: - M o RSS 11. Lra ao DE LO S PASA JES Df. B ENJ AM I1'l 107

vida, desd e ed ificios durade ros hasta modas fugaces". •• Pero en el mismo inter nacional y socialist a de a bunda ncia masiva podía ser cump lid a por
texto Ben jnmin sostenía explícita mente: " Lo nue vo es Ul1 3 cualidad inde- medios cap it alistas na cionales, y esa esperanza con stituía un golpe fatal
pendiente del valor de uso de la mercancía. Es el origen de ese hal o in- con tra la polít ica revolucionar ia de la clase ob rera .
tr ansferible de las imágenes que produce el inconscien te co lecti vo. Es la
quintaesen cia de la conciencia falsa cuyo incansable agente es la mod a. Este
halo de lo nuevo se refleja, tal un espejo en otro, en el ha lo de lo-siempre- IV. Generación y política de cl ase
otr a-vez-igual. EJ prod ucto de esta reflexi ón es la fantasmagoría de la ' hisro-
ría de la cu ltura' en la qu e la burguesía paladea su falsa conciencia"." Allí l'uc precisamente en este pun to cua nd o la generació n de Benjamin entró
donde Ado rno veía la necesidad de un argumento dialéctico que condujera ('11 escen a. N acido en 1892 en Berlín, en ese entonces una metrópo lis re-

de uno a otro de estos polos evaluativos, Benja mín simplem ente ex po nía cientemente indus trialir:ada, Benjamín fue int roducido a la "realidad" en
ambas posiciones con tradi ctor ias y habla ba de la ambiva lencia " fund amen- la forma de cult ura de masas, consumo de masas y mu ndo de ensueño. Pa-
tal" en la situ ación hist órica," la cual, sostenía, M arx hab ía demost rado en ra un niño , incluso para uno pro tegido, burgués, esa experiencia de ensue-
su ca pítulo sobre el caráct er fetichisttde la mercancía, "( .. .) una ambigüe- jiu podía ser una pes adilla. Los muro s de los edificios est aban cubiertos
dad muy au mentada (... I, p. ej., en las máquinas, que agudi zan la ex plota- de anunci os que "( .••) somete n pu r com pleto la escr itu ra a una vert ica-
ción en vez de aliviar la suerte del homb re. ¿No se encuentra esto, en ge- lida d d ictato rial (... ) (expo niendo al niño a ) un to rbellino tan de nso de
neral, relaciona do con la doble faz de las apariencias del siglo XIX, de la letras vol ubles, coloreadas , rencillosas (.. . ) nubes de langostas de la es-
que nos ocu pamos?" (K 3, 5, p. 400) . El objet ivo por supuesto era la a bun- cr itur a, q ue al habitant e de la gran ciud ad le eclipsan ya hoy el so l del
dan cia mater ial," qu e con st it uye la razón po r la cual el sueño funcio na- pretend ido es píritu" ." Ben jamín escribió que to da su t ard ía niñez fue un
. ba legítimamente en el plano mani fiesto de la imagen del deseo co lect iva. período de " im potencia frente a la ci udad'? ' Reco rdaba su " resistencia
Pero la for ma mercantil del sueño genera ba la esperanza de que la met a nu ma nt ina" , cuando, guiado por su madre, part icipab a de " paseos colee-
uves por las ca lles de la ciudad, raram ent e transitadas por mí solo" ."
49. Poesía ,. capitalismo, p. 175. Hl'njam in se introd ujo a la vida cívica en calidad de consu mido r: "En
50. IhíJ ., p. 186. aquellos pri meros años yo llegué a int erpret ar la 'ciudad' co mo el escen a-
51. El modo en que Bcniamin ente ndía la arg umenta ción dialéctica impl icab a
mos trar el cos tad o po sitivo de cada aspec to ne gati vo en un a b ifurcación serial infi- r¡o de a quellas ' provisiones' (.. .) En la pa stelerfa nos iba mucho mejor,
nita . El gesto red ento r era teológ ico; "Pequeñ a propuesta metódica para la dialécri- sinne nd o que nos salvábamos de la ido latrí a con la que nuestra madre
ca histó rico -cu lt ural. Es IIlU Y fácil esta blecer en cada época dico to mías en d istint os venera ba ídolos cuy os nom bres eran Mann heirner, Herzog e Israel, Ger-
't er renos' según deter min ados puntos de vista, de mod o que de un lad o qued e la
parte 'frccnfera', 'p ~ñad.1 de fuw ro' , 'v iva', ' posi tiva' de esa época, y de otro la inú - son, Adam, Esders y M ddler, Emma Bett e, Bud y Lach mann . l a 'ci udad'
til, arrasad a y m uerta (...) Pero (•.. ) de ahí que tenga decisi va importancia vo lver .1 ItU era m ás que una serie de inson da bles edifici os, o mejor dicho, cuevas
efectu ar un a división en esta parte nega tiva y excluida de antem ano, de tal mod o dt' mercancías" .1' Ben jamin nunca sug irió que su experiencia de la ciudad
que co n desplazar el ángulo de visión (¡pero no la escal a de medida j] salga de nue-
vo a la luz del d ía . ta m bién aqu í, algo positivo y dis tinto a lo an teriormente señala- 110 estuviera atada a su clase, una situac ión intensificad a por la falsa

do. Y así in ill(i1litum , ha sta que, en una apoc atasrasis de la historia todo el posad o
haya sido llevado al p resente" (N 1 a, 3, p p - 46 1-2) . Apoc utast usis es la con cepción 5 3. Dirección única, p. 38.
de la redención según la cua l todos son salvados. 54 . "Cr ónica de Berl ín" , p. 22.
52 . ~ EI soc ialismo jamás hubiera llegado al m undo de haber q ue rid o sim ple- 55 . lbid.
men te entusiasm ar a los tr aba jadores con un orden me jo r de las cosa s. Ma rx consi- 56. Ibíd .• p. 55. Es..i s cue vas incluían los pasa jes de Berlín, co mo La Kaisergallerie
gu ió inreresarlos por \I[J orden en el que les iría me jor, mostrándoselo co mo justo , y en la Friedri chstr asse, conwuida en 1871-73, justo despué-s de la vkron a de Bi.mlud
esto con stituyó la fu erza y la autoridad del movimiento- (K 3 a, 1, p . 400). sobre Francia.
108 EL LIB RO DE LO S PASA JES DE BE;.l JAMIN 109
S USAN BUCl- MoRSS

sensación de seguri dad qu e la p ert enencia de clase parecía ofrecer les a los padr es co mo nueva generación de dominado res. Deci r que el proletaria-
jud íos ale ma nes en el cam bio de sig lo. "Para los niños r icos de su genera- do de be despert ar del mundo de sus padres burgueses es quizás más
ción [la de Benjamín] los po bres vivían en los pueb los. " J O Conocía a la cla- a propiado polí t ica mente, per o teó rica me nte ca rece de sign ificado porque
se tr a bajadora a través del rombo de cris ta l de la mesa del departamento no exp lica cómo, al ni vel de una genera ció n, la ba rre ra de clase es cr uza-
de s u t ía, "( .. .) q ue conte nía la represe ntación de una mina en la que unos da. Deci r q ue e! proceso del des pert a r ado lescente bu rgués es paralelo a l
ho~hres condl~cí;lIl una ca rre ta , tra baja ban co n pico e ilumi nab an las ga- despert ar polít ico del pro let a riado es una met áfora, 110 una t eo ría, y se
lenas con sus lint ernas y no para ban de mov erse con las vago netas hacia ex pone a 1;1 crí tica de qu e la percepción de Benjamín de la necesida d del
ar riba y hacia a ba jo"." Ad mitía: " N unca he pasado la noche entera f il ias prolet a ri ad o de toma r el poder era meramente un a fa ntasía , una proyec-
calles de Berlín (... ) Sólo las calles conocen de la ciudad a lgo q ue yo no ció n ¿basada en sus propios miedos a la impote ncia ? Su prop io testimo-
~ogro senti r y que hizo de' las miserias y los vicios algo así co mo un paisa- nio lo incr imina . En " Crónica de Berlín '" se refirió a la "miseria" como si
le q ue lo empa paba [Oda desde que se ponía el sol hast a que a ma necía ".1' se t ra t a ra de un "exótico mundo ", y adm ite que "( ... ) el sent imie nto de
y en el Libre de los Pasajes: " ¿Q ué l a bemos de las esq uinas, de los co r- cruza r el umbra l de la pr op ia clase socia l, al menos p or pri mera vez, crea
dones de la vereda, de la arquitect ura del asfalto , nosotro s que nunca he- un a in a udi ta fa scinación , pa recid a a la de dirigirle la p ala br a a una pros-
mo s sent ido las ca lles, el calor, la suciedad y los bordes de las piedras bajo tituta en plena calle"," Aqu í la aplicación de la teoría freudian a revela
suelas desnudas, q ue nun ca investigam os el desnivel entre las toscas losas una vez más la ex iste ncia de diferencias de clase, per o es la credibilidad
D
o su aptitud pa ra guia rnos?" (K 28 , p. 845). En verdad, ¿qué sa bemos; de Beni amin, un a ut or burgués escr ibiendo pedagogía revolucionaria pa -
Si, como he inten tado mos trar, la teoría ben jaminia na del co lect ivo so ña n- ra el p roleta riad o, la que es socavada.
te no hacía borr osas las distincio nes de clase, ¿puede decirse lo mismo de Esa cr ítica no ha bría to mad o a Benjam in po r sor presa. La interpenerra-
su teorí a del despert a r político ? En sus Ilota s más tempra nas, Bcn jamin in- ción de mo tivos sexuales y políticos era int encional en "Crónica de Berlín " .
di có que la burgu esía, q ue había generado el sue ño, per ma necí a a tra pad a Al mism o tiempo esa co nfus i ón puede ha ber sido una de las razones qu e lo
en él: "¿No enseñó Marx q ue la burg uesía, C0l110 clase, ja má s puede al- llevó a considerar que a ese t ipo de format os no se les permit ía for ma r par-
canzar una concienc ia totalmente lúcida so bre sí mi sma ? Y, de ser esto así, te del Libro de lus Pasajes "ni en uno solo de sus pasajes ni en el más mín i-
¿no se está a utor izando a unir a su tes is la idea de l colectivo on ír ico (pues mo grad o " (L. P., p. 936 ). Benjamin nunca pretendió ser otra co sa que un
e~o es el co lect ivo burgués)?" (O" 67, p. 856). Y a continuación: "¿ N o se- escr ito r bu rgués. Refiriéndose a intentos de intelectuales de tomar su lugar
n a posible dem ostra r a part ir del conjunt o de las situ acion es ob jet o de es- " ju nt o al proletariado" , protestaba: " Pero ¿cuál es este lugar ? El de un prc-
te tr a ba jo [Libro de Jos Pa sajes ] cómo se clari fica n éstas en el proc eso de rector; el de un mecenas ideológico. Un lugar imposible" ."
au toco nciencia del pro letar iado?" (O" 68, p. 85 6). Si existe una cla ra dis- La di visión ent re clases era inn ega ble. Pero Benjam in sentía que ha bía
t inción de clase ent re quienes perma necen dormidos y quienes se hacen una confluencia en las posiciones o bjetivas de intelect uales y pro leta riado ,
conscientes. ¿qué quiere dec ir Beniamin cuando dete rmina; "Tene mos q ue debid o a la constelación específi ca de historia económica e histo r ia de la
desperta r de la ex istencia de nuestros padres" (L. P. , p. 992)? ¿Q u ién es cultu ra. El indu st r ialismo ha bía llevado a una "cr isis" cultu ral, y pisdndo-
exacta mente el " nosotros" al que se refiere? ¿Acaso los niños burgueses? les los t alon es, seguía a ésta una cr isis econó mica, en la que el sueño co-
En ese caso "desperta r" p odría querer decir tomar el lugar de los propio s lectivo experime ntaba tem blores despe rta dos por la "co nmoción de la

57. "Crónica de Berlín", p. 27.


58. Ibíd. , p. 28. 60. Ibíd., p. 28 .
59. Ibíd., p. 44. 6 1. Tentativas sobre Breche, p. 124.
110 r e. LllIRO DE LOS PASA JES D E B El' J AMIN 111
SU SAN s vce -xrcass

eco no m ía d e m erca d o " (L. P., p. 49 ). Alrededor de esta con.~teJacióll hisr óri- "( I , , d e I p'IS.l d o SIiglo se han vuelto rancios
lo ; ar tificioso s co rnnajes b •",
...' , b . b ue f Ltam len
ca la experiencia de su generación se coagula ba y bien entrada la década de l' cn jamin o serva ba.. " Nosotros creemos , S lll em argo , q I . .. stro
1930 Ben jam ín enco ntró en ella u n motivo pa ra la espera nza. Así po día escri- , tienen materiales de impo rtancia vital para nosotros (.•• para n el ¡
birle a Scho lem el 9 de ago sto de 1935: " Creo q ue la concepción (del Libro con ne ' ient o ( ) para iluminar la situació n de Ia c Iase burgul." sa en .e ms-
conoc uruc . .. d d d En
de los Pasaies), po r muy personal que sea en su origen, riene como objeto los · en ue empieza a mostr ar los primero s signos e eca encra.
intereses históricos fundamentales de nuestra generación" (L. P., p. 935 ). La 1..U1re'qu'·"r~aso materiales de vita l importancia polít ica; lo dem uestra (... )
UI: l . . . , . "(N l 11 4 61 )
convergencia de intereses ent re intelectu a les y tr abajado res de esta gen er ación h fijación de los surreal istas en estos objetos " P' ,'" . I
tenía que ver con el hecho de que su juvent ud esta ba separada de su ad ulrez ' La revol ución .. en e1esn" o era la forma onírica de la revo U CIO Il SOCia,
'1 I
po r una inversión dialéctica de los contenidos del sueño colectivo. Esta gene- h ún ica forma posible en un con te xto soci al burgués. A. ~ausa de ~ , ~s
ración vivió una revolución total en el estilo de tod as sus imágenes colectivas l:bieto s que po blaban el amb iente infantil d~ la generaclon . de :l."n~~~~~
-arquirect ura , mod a, e incluso publícidad-,« H acia la década de 1920, en ca- · deva luados en el presente como ír remedia blemem e an ticua os.
da una de las art es técnicas, y en aqu éllas de las bellas artes afectad as por la :I:la; eneración vive las modas de la generación qu e ba~~ba(Bde9
p;sapr cl~:)~
tecnología, el estilo sufrió una transforn\ación radical. La arquitectura ador- el más potente antia , f r 00'ISlaco
. que. . se pu eda conce, . Ir , ., 1' • de
nada e histó ricamente ecléctica dio paro al estilo Intermcion al de la Bauhaus Pero er a pre cis amente esto lo que Ias va lVI'a " polít ica me nt e vrt a les ,
y Le Corbusier. Desde muebles hasta picaportes, desde baños hasta balcones, manera tal q ue "a frontar las modas de gene racion es p~s;:als es: go ;4~~
la nueva "p orosidad, transparencia, esencia despejada y de aire libre, el siglo .ho más import an te de lo q ue no rm alme nte se supone . a" p. .
veinte aniquiló el habitar en el anti guo sentido " (p. 3, p. 858). El funcion aJis- ·\ 1 ' tiempo como materi al de los recuerdos infa ntiles, " ,esos obje-
t mismo , . ,. . in co mento que para
mo desnudaba a la recnologñr de sus estuches. También en la moda femenina tos anticuados retenían un pode r sim bólico. Benjam ibl büi 'o del
desaparecían los estuches de los corsenes, crino linas y largas faldas. En los K fk como para su propia . generacron,. ' ''(...
I el .
terrr e ID O I ran .
peinados y en los edificios de oficinas, la demolición de los estilos del siglo X IX · a . ~> altoca iralismo llena po r en tero el escena no de sus ex~erle~­
no dejó intacta ningún área de la vida cotidian a. Los interiores del s iglo X IX mcrprenre . ~ .
cias in fanti les mas 11Imlll osas
, " (KO 27 p. 845)." El deseo cn nrrad icto rio
, f '1 1 . o
encerra ban a sus ha bitantes en tapizados y rerciopelo de peluche, en los cua - {eI superarse e on la edad • y de reca pturar el mun do in ann a rmsm
les ha bitar significa ba "dejar huellas" (L. F., p. 44). Es contra las villas priva-
das de 1920 de Le Co rbusier; esos espacios limpios, blancos, desnudos, de los " a qu e despíe - rta y que incluim en nues-
osdeforma-
63 "'Q ué so nidos son los de b rn.man •
cuales se borra ba tod o rastro de los residentes, que esta observación adqu ie- • - ( ;¡ L:.J ' fealdad' lo ' pasado de moda' son sólo voces mananeras
tros sue no sr ' . , .. " 992)
re fuerza dialéct ica. Comenta ndo la afirmación de Siegfried Giedion de q ue das que ha bla n de nuestra I.nfanu a b ( L. ~, ~ , '. n se desliza ha da una definició n
64. Aq uí, en el caso del mtermr \lfglle~, enlam,l, y en verdad n unca reso lvió
.. " , d 1 se de "nuestra gcner aClOn. , , .
espe cifica en tertnmos e c a , . Escribiendo en gene ral sobre la POSI-
62. L~ sensación de ser una "nueva" generación estaba extendida entre los inte- el problellla dd h¡~to ent re c1a~ y gerlCra;I~;Ó Berlnd Witte apunta : KEI intelectual
lectu ales de Wcill1 nr. Cí. 191 6: " En un comentar io en la revista Tagl,'bu ch, Brcc ht
ció n de Bcn jamin durunre Il~¡; te.m
pr.l11o,
' 'd· , . analis ta de la neurosis cole ctiva
d isputa con Tbomas Mnnn y Con su hijo Klaus Mann, qu e ha bían p ublicado a rtlcu- ( ) es consridera do por Benjamín en e ro e pSICO..,,, ,
los en U/m tit ulados 'Los nuevos padres' y ' l.os nuevos hijos'. Th om as M ann , oft' n- ... . iertc qu e en e , L I'IJrO e1, lo' ,., pO
.."I" I_ . cr...e que a
[en nin gun a pa rte esto es lilas cier d , / esquema de la represión, el
d idn, responui<'l en el HedÍ/ler Tageblau y una vez m.is ex plica su po sició n hacia In ' ' inad da r ontece de acucr o W lJ L

con cie ncia ma ecua a .le , . dc s lescn blerro p or el int electua l-como-
generación más joven. Brechr ...sboza una resp uesta, pero Il O la p ublica ; 'Su perspec- mecanismo de la ella! es sllsccphb lc e,' se.r e 'L doja en la teoría de Benju-
tiva es quela d iferencia entre su generación y la mía es totalment e despreciable. En " d d' d ' ! educación eu cct IV:!, a para • .
resp uesta sólo p uedo decir que en mi opinión, en una posible disputa entre Ull su- especialista e rca oa a
, id . i l . '"
, ' "- este p S I CO ~ll a ISIS soel a - para co nt inuar con su Imagen-
, .
mm resi e en es ~. q ~ ~ , ' ., ole ras" Bcrnd W¡tt e, "Krise un
rrey y un a utomó vil, segu ramente será el Surr ey el que encuentre insig nific'lntcs las cura no a los pa cientes, sln.o al 'l, I\,I I I.~I.1 y ,;1 ~t1S ~t i~ de~ j ahren 1929-1933", en
difer encias' " , t'1l Klaus Viilker, Brecht Clmmicll!, tr aducció n de Fred Wicck, Nueva
York, The Sea bury Press, 1975, p . 47. Kriti k . Zu r Z USll mmenarbclt Ben)aml~IS mZ",rec oHe der Modl!TH Monographi en
Pete r Gebhardt el al., \Va/ler lk IT/ellllm - I! ¡ gen ,
112 SUSA N B UC l( oMORSS 1', 1. L I B Il O O E LO S P ASAJE S na B ENJ"'MIN 113

tiempo determ ina ba el interés de una generación po r el pasado, qu e Ben -


j amin creía que pod ía ser mo vilizado para la polít ica utóp ica y revolu cio-
n ari a. El int electua l burgués podía co nsiderar su luc ha para librarse de la V. Enanos y gigantes
cultura pasada co mo una alegoría de la lucha colect iva - UII modelo, tal
vez inclus o uno prof ético- pero nunca como un sus tituto. de la misma EIl 1939, siendo la Guerr a M und ial inminente. el Institut für Sozialfo rschung
manera que el público de la cultura de masas no era en sí mismo ya el solicit ó un nuevo expos é del Libro de los Pasaies con la esperanza de ob-
co lecti vo revolucio nario. " tener para éste financiamiento ex terno. Ben jamin prod ujo un a versión en
Una revolución en el estilo, incluso si sucedía sobre una base masiva, no francés en un est ilo brillante y descriptivo, CO Il una int ro ducción y una
era sustituto de la revolución social, y había "modern istas" de ella generación conclu sión totalmen te nuevas, en la cual la teoría del sueñ o está nota ble-
- Ma rinett i, por ejemplo-" cuyo impacto po lítico estaba lejos de ser progre- mente a usen te. En ca mbio, se intro ducen las espec ulaciones cos mol ógi-
sista. Además, desde una perspect iva política, el modern ismo desnudab a a los ' as de Blanq ui con su co ncepc ión de la historia como el retorno incesante
objetos de tod as esas expres iones cu lturales qu e proporcionaban claves histó- de lo mismo, sugir iendo una " resignación sin espe ranza". Uno casi podía
ricas. El diseño del siglo XIX puede haber sido técnicamente reaccionario concluir que Benjam ín había dejado de lado de manera definit iva tod o lo
cuando escondía la función y trata ba de revivir formas muertas. Pero el tre- referente a los sueños colectiv os y el despenar,
mendo valor de su confusión residía en que clavaba sobr e la superficie de las Pero no se trataba de su última palabra. En 19 40 , escri bió una serie de
cosas toda clase de configuraciones en las cuales podían leerse verda des histó- tesis sob re filosofía de la histo ria que cons tituyeron sus últ imas formula-
ricas y sueños utópicos. Benjarn in hablaba del decimonó nico "( .•.) hisroricis- ciones en lo co ncern iente a la pedagogía revoluciona ria y se inspiraban en
mo narcótico, (.. •) su adicción a las máscaras, adicción que sin embargo es se- materi al provenien te del Librode los Pasaies:" Las tesis fueron impulsadas
ñal ocu lta de una verdadera existencia histórica (... I" (K 1 a, 6, p. 396). El gra n por " la guerra y la con stelación que ésta tr ajo consigo" ; no contenían pen-
peligro verdaderamente hor ripilante era que su generación, con sus fuerzas mí- samientos llueva s, sino pensa mientos "ma ntenidos en custodia, sí, incluso
ticas revividas, perdiera, en el proceso de rechazar el pasado reciente, contacto de mí mismo " d urante veinte a ños." N unca pensadas para ser publicadas
con la ccncrerud histórica y social, y ese peligro era sinónimo de fascismo. (" a brirían las puertas a un malentend ido entusiasta" )," reviven el lengua-
je teológico de las not as tempranas del Libro de los Pasajes:"1fl toda la his-
Literatu rwissenschnft vol. 30, Krollberg/Ts., Scriptor Verl<lg, 1976 , p. 15. A pesar toria a parece com o catástro fe, una repetición infernal, cícl ica, de ba r barie
de declaraci one s en seruido co ntrario, el Libro de los PaMjes Irecuentemenee pare. y opres ión. Pero la " resignación sin espera nzas" de B1anqui está ausente;
ce esta r dest inad o a los inrelecruales burgueses, con el objeto de revo lucio na r a los
educado res anl t"s que de educa r a la cla se revolllcion<l.ria.
en su lugar está el deseo de me jorar " nuestra posición en la lucha co ntra el
65. En tu nota s tempranas de Benjamín, e! ...concepto de colectivo es ut ilizado muy fascism o" ." Co nduce a una concepción apocalíp tica de ru ptur a co n este ci-
vagamen te. Cicrramenre, el éxito del fascismo, con su concepto de Vo/ksgemeil lschaft do histórico, en la cual la revolución proletaria <lparece bajo el signo de la
ciego a las d iferencias de clase, volvía desacollsejable la vagu eda d en este punto,
y h ~¡ci a fines d e 1930 Benjamin utiliz ó este términ o sólo en un sent ido critico, nc-
reden ción mesiánica.
ganvo. Cl.: ~ ( ... ) cad a me rcancía reún e en torno a si a la m asa de sus compra do .
res. Los estados totali tarios han toma do esta masa como su modelo. El concep to
n.:lzi de 'comunidad del p ueblo' (Volksgem einscha(t) pro cura ex tirpar del individu o 67. El material prov enía mayonucnre dc las últimas entr adas 011convoluro N que
singula r tod o lo que imp ida su fusión tota l en una ma sa de client es. El único con - se ocupaba de la teoría del progreso histór ico.
rrincanre irr econcilia hle 'l ile tien e el Estado (... ) es el p ro letar iado rcvoluciouurio . 68. G. S., 1:3, p. 1226 .
Éste destruye la upuriencia de la masa (Scheíll der Masse) mediant e la realid ad de 69. Ibíd ., p. 1227.
1:1 clase social (Realirat der Klasse¡" U 81 a, 1 p. 377) . 70. Cf. " La modernidad es la época del infiern o (... l", GO17, p. 838.
66. La import ancia de este ejemplo me fue señalada por l oe! Remmer. 71. "Tesis", en Discursos imemanpídcs, p. 182.
114 SUSA" Buc c- Mouss 1:,1. L I BRO D E L OS PASAJU L1 E BEN ] AM 1N 115

En las tesis Ben jamín ha bla del "shock" , en vez de " despe nar" , co mo Aquí, los pas ajes releva ntes: " Dicho género (el cuento de hadas}, que a ún
el mc men ro revolu cion ario de ruptura con el pasado, pero son pala bras cu nuestr o s días es el primer consejero del niño , po r ha ber sido el prime-
dist int as para nom brar la misma experiencia. " Imáge nes del pasad o " ro d e la h umanid ad, subsiste cl andestinamente en la nar rac i ón. Cuando el
reempla za al té rmino "imágenes oníricas", pero éstas aún son dia lécti ca- con sejo era pr eciado , la leyenda lo conocía , y cu an do el apremio era má-
mente am biva lentes, ruist ificanre s y, sin embargo, contienen " la chispa de ximo, su ayu da era la m ás cerca na. Ése era el ap remio del m ito. El cuen-
la espe ranza" ." La revolució n, la "criatu ra política " todavía debe na- to de had as nos da not icias de las más tempran as dispo siciones to madas
cer," pero la utopía que anu nciará es entend ida en los t érminos infan ti- por la humanidad pa ra sacud ir la o presión depositada sobre su pecho por
les de Fo urier, cuyas más fant ást icas ensoñaciones de coo peración con la ~·l mito (.. .) El hechizo liberad or de que d ispo ne el cue nto, no pone en iue-
naturaleza "demuestra n un sent ido sor pre nde nte mente sano" ." " La cla- ~o a la n at uraleza de un mod o mítico , sino q ue ins inúa su complicid ad
se q ue lucha, q ue está sometida, es el su jeto mismo del conocim iento his- LOn el ho mb re liberad o. El hombre ma duro experimenta est a complici-
tó rico" ,' " pero to d a la "generación " posee "fuerza mes iánic a"." Por ot ro da d, sólo alguna q ue a rra va , en la felicidad; pero al niño se le ap arece
lado, aun es en la moda donde pueden descub rirse p refiguraciones revolú- por primer a vez en el cuent o de hadas y lo ha ce feliz" ." El cuento de ha-
cionarias. Ése es el significado de la tes/!'; XV I : "La moda husm ea lo actual das, que utiliza el rccncantarnienro para desencan tar el mundo, también
do ndequ iera que lo actu al se mueva en la jungla de ot rora. Es un salto de tiene que hac er algo muy específico con la redenciónmesiánica. Benjamin
t igre al pasado. Sólo tiene lugar en una are na en la que ma nda la clase 1l 0 S cuenta que el nar rad or, Leskov, " (... ) inter pretó la resurr ección, no
do minante. El mismo salto ba jo el cielo despejado de la historia es el sal- unto como tra nsfiguración, sino como descncanmnne nro" ,'n en un senti-
to d ialéct ico, qu e as í es co mo M arx entend ió la revoluci ón"." Camu fla- do semeja nte a l de un cuent o de hadas.
dos en el int erior del nuevo discurso, los ant iguos element os del pensa- ¿En qu é lugar de las tesis so bre histo ria reside la teorí a ben jam inian a
miento de Benjamín per ma necen allí y frecuen temente le oto rga n signifi- del co lect ivo so ña nre? No es visible en parte alguna, eso es segu ro. Pero
cado precisamente a esas declaracio nes de las resis que po r sí mismas son el enano del cuen to de had as está escondido de ntro del en ano de la reo-
muy desco ncertantes. lugía, quien, nos cuenta Ben jamin, a su vez está escondido de ntro de l au-
En la tes is XVI, Benjamín exp lícitamente rechaza el " ha bía una vez" tómata del material ismo histórico, el cual quizá se esconde a su vez den-
historicist a; el materi al ismo histórico "dej a a los demás malbarata rse" tro del cue r po po lít ico de l co lect ivo soñanre. La primera tesis, sob re el
con esa p rostitu ta en el burdel del hisroricísmo . " [Sjigue siendo d ueño de ena no y el autómata, comie nza: " Bekanntlich soU C5 ( • ••) gegeben baben" .
sus fuerzas: es lo suficientemente hom bre para hacer salt ar el cont ínuum l Ia sido t rad ucido COIUO: " Es notorio que ha exist ido, según se dice (.. .)".
de la hist oria" ." Y sin embargo ha bía un mo do de cont ar cuentos de ha- La última posición que asume Benjamin es la del narrador. Retrocede a
das que no era ese modo prostituido. En 1936, en " El na rrador" , Benja- esta form a obsolet a en un moment o en el cual la tr ad ición cont inua de
min vo lvió a co nsiderar la for ma del c uen to de hadas que supuesta mente Las guer ras mund iales sólo deja la espera nza de q ue, al inter io r de la tra-
ha bía aba ndonado añ os antes como modelo pMa el Libro de los Pasajes. dic i ón disco ntinu a de la polít ica utó pica, su historia encontrará una nue-
va genera ción de oyentes , una generación par a la cual el colect ivo sa ña n-
72. lbíd., p . 180. te de la era de Benj amín ap arezca co mo el gigante dor mido del pasado
73. Ibíd., p. 184. " para el cual sus niñ os devienen la ocasión afo rt un ada de su despert ar " .
74. Ibíd., p. HIS.
?S. Ibid., p. I g6.
76. rbrd., p. 178.
77. lbíd., p . 188. 79. "Elnarrado r", en fara l/na crítica de la uioíencia yo/ros ensayos, p. 11 8.
78. lbíd., p. 189. SO. " El narra do r", lbid., p. 119.
116 SUSAN BUC K· MoRSS

Considé rese a la luz del plan or iginal del Libro de los Pasajes la segunda El fláneu r, el hom bre-sandwi ch y la puta:
tesis: " Existe una cit a secreta en tre las gener aciones que fueron y la nues- las po líticas del vagab undeo
tra . Y como él cada generación que vivió ant es que nosotros , nos ha sido
da da una flaca fuerza mes iánica sobre la que el pasado exige derechos.
No se debe despach ar esta exigencia a la ligera. Algo sabe de ello el ma-
terialismo hist órico "."

1. Una nota sobre método

• (.. .) ya hoyes eí íibro, como enseii a el m odo actual de


producción cicntífiCl1. Imll m ediación anticua da entre dos
sistemas difl!T'Ctttes de ficheros. Pues todo lo esencial se
e1Jwentnl en el fichero del inves tigado r q ll e 10 escribió, y el
erudito , que estu dia e" él, lo asim ila a SIl propio fich ero.
1
WALTEIl BENJMd IN, 1928

En el L ib ro d e los Pe/sajes , Benjami n nos ha dejad o sus ca jas de notas.


Esto es, nos ha de jado "todo lo esenc ia l". Los lamento s so bre la in-
com pletu d de la o bra so n por lo tanto irr elevantes. De haber vivido,
las notas no se ha brí an vuel to su perfluas a l entrar en un texto cerr a-
do y te rmina do . Y, segura mente, el arch ivo de ta rjetas ha bría sido más
gru eso . El Libro de los Pasotes es lo que ha bría sido: un diccionario
histór ico de los o rígenes ca pita listas de la mod ern ida d, una co lecció n
de imágenes conc retas, fácticas, de la experiencia urbana. Benjamin
manejó estos hechos como si estu vier an cargad os políticamente, como
si fuer an capaces de tra nsm itir energí a re volucionaria a través de dis-
tinta s generaciones. Su méto do con sistía en crear a part ir de ellos, ut i-
lizan do el pr incip io fo rmal del mon taje, constr ucciones de texto que
tenían el po der d e despert ar la conc ienci a po lítica de lo s lecto res del
presente. Los ensayos so bre Baud elaire (1938 , 193 9) fueron dos de

81. Discursos interTl/mpidos, p . 178. 1. Dir r <,¡;jóIJ úlJi<'a, p. 38.


118 E L. F l.Á H EU K , E L H Q M IUl E-SI\.NDW I CH y L A rUTA 119
5uS AN BU C K-M oRS S

esas ~ons uuccioncs . Si Benjamín hu biera vivido , las notas del Li bro de los protot ipo de los proyectos de Albert Speer de glorific ación del estado. Co-
Pasa/es habría n sido la fuente de otras. mo histo riado r, Benjamin valorab a la exactitud textua l no para Jograr una
El Libro de los Pasajes, tal co mo lo ind ica el es pos é de 1935 ha bía de co mprensió n hermen éutica del pasado " tal como fue rea lmente" - llama-
" ,
se r un. comenta . rio sobre
. los "textos" y so bre la " realid
'" ad " . Bemamm
" " re- ba al h isroncismo el na rcótico más importante de su t iempo- sino po r el
C?nO~la la diferencia . En el pr imer caso, nos cuenta, "la filo logía " es " la shock que producía n las citas históricas arrancadas de su contexto or iginal
ciencia ~llndalll~nt:J. I " ; en el último, la "teo logía" (N 2, 1, p. 462 ). " Lo q ue por medio de una "sólida aco metida , ap arenteme nte bruta l" (N 9 a, 3, p.
Ben jamín descr ib ía como "Cho qu e fron tal contra el pa sado mediant e el 476 ), Y tra ídas al pre sent e rnris inmediat o, Este mé todo crea ba "imágenes
Pr esent c " " " IN ? a, 3,p. 473) era de una impo rtan cia cr ucial para una lec- dialéct icas " en las cuales lo pasado de moda, lo indesea ble, de pro nto pa -
tu ra .teo lógica. Significa qu e los elementos del siglo X IX q ue eligió regis trar recía actual , o lo nuevo , (o deseado, a parecía como repcnc i ón de lo siem-
refleja ban las preocupacion es de su pro pia era. Co n frecuencia estas conexio- pre igu al.
nes no son explicadas con detalle en el Lib ro ele los Pasajes. Sin em bargo, "Jamás se debe co nfiar en 10 que los escr ito res d icen de sus pro pias
pod~~os. y de hecho debe mos, suponer su existenci a. Benj am ín escri bió ob ras", esc ribió Benj am in (a O 4 , p. 866). Tampoco nosot ros debería mos.
exphclt~mente: " El acontecer que roo:'a al histor iador, )' del que participa, Porque si Benjamin está en lo ciert o. el contenido de verdad de un a obra
q,u e~ara en el fon do de su exposición como un texto escrito con tinta md- lite raria es liberado sólo" posteriuri, y es función de lo que sucede en esa
g¡c~ (N 11, ~, p. 478). Y dejó en claro que ha bía elegido los pasa jes de real idad que deviene el medio de s u supervivencia. Se sigue qu e, al inter-
Pans ~o~no la I ~agen ce ntral precisamente porque estas formas tempra nas preta r el Libro de los Pasajes, nuestr a act itud no debería ser una de reve-
del lujo mdusrr¡al esta ba n en decadencia en su propio tiem po. Podemos es- rencia por 1.1 obra de Benja min , que la inmorta lizara com o el prod ucto de
t~r seg uros de qu e su invest igación so bre las expos iciones universa les del un gran autor que ya no está ent re nosotros, sino una de reverencia por la
Siglo X IX tiene su or igen en las Exposiciones de París de 1931 y 1937. Los realid ad mu y mo rtal y pre car ia que form a nuestro pro pio "presente", a
t~mpranos y utóp icos plan es de renov ación que Benjamin registró esta ble- tra vés del cual la ob ra de Benjnm¡n es ahora telescopiaad a .
CI~roll un a cOl1sle,l aci{~n. ~rítica con el Plan Voisin de Le Co r busier; que H oy, com o si se tr a tara d e ant igüedades, los pasajes de París están sien-
pla nteaba constru ir edificios de depanamentos en el corazó n d P " a . do de vuelto s a su anti guo esplendor; la celebración del bicentena rio de la
dib ' e ar ts. Lo s
I uJos.a nimados de, la na tu raleza de Gran dv ille ad quir ieron un s ignifica- Revolución Fra ncesa a menaza toma r la form a de otra gra n Expo sición
d~ pa rti cu lar en la d écada de 193 0 dado el éxito que t uvieron en París las Universa l; los proyectos de re novación urba na ins pira do s en Le Co r bus ier,
primer as pe lícula s an imadas de Walt Disney. En la década de 1850 el esta - ahora en decadencia. se ha n convenido en el escenario desolado de un fi jo
~o burgu és articuló po r primera vez una ideología de un idad entre traba- me como La naranja mecánica; las emp resas Wah Disney está n constru yen-
[adores y capitalistas po r un propó sito común : la ur-forma de la línea del do utopías tecnológicas siguiendo la tradición de Pourier y Sainr-Simon.
Frente P?~ub r q ue tra icionó la política rad ical de la clase o brera en 1936. Cua ndo tr a tamos de reco nstr uir 10 que fueron pata Benjam ín los pasajes,
La arencron ~ ue el Libro de los Pasajes dedica a N a pol éon 111, el pri mer d ic- las expos iciones, el urbanismo y los sueños tecnológicos. no podemos ce-
tador burgu,es, fue una respuesta al ascenso de H itler, así como su interé s rr ar lo s ojos a lo que se ha n convertido pa ra nosot ros. Se sigue que una lec-
po r la ar qur rccnm pública del Barón va n H a ussrua nn proporcionaba el tu ra filológica del Libro de los Pasajes, aunqne necesar ia, no es suf iciente,
y que a veces, en ser vicio de la verda d, las propias palabras de Bcn jamin
• Ver nota 2 de KEI Lib ro de los Pasajes de Benjamin: re:dimiendo la Cultura de deben ser arrancada s de su con texto por med io de tina "acometida ap aren-
masas pa ra 1.1 revolución" en este mismo libro. N. del T. tem ente br utal".
. ~ En 101 versión ya citada, Pablo O yar zún ofrece otra t raducción m ás adec uada La respo nsab ilidad de una lectura " teo lógica" del Li bro de los Pasaies,
de I ml.wno fracm M I · ·, " •
.....enro: re escoprzac¡ n del pasad o mediante el presente:". N. del T.
una que se inte rese no sólo por el tex to sino también po r cambiar la realidad
III
12. SlISA N Bu u :-MoIlS S E L fLbH. U Il , EL HO lolIIIl. E·UNOW I C H y LA ru'u

actual q ue se ha convertido en el índice de legibilidad del texto, no puede oficio si n recihir nad a a cambio, contemplando mientras merodea ba la va-
ser hecha a un lad o. Esto significa, de ma nera simple, que la pol ít ica no riada selecció n de bienes de lujo y persona s de lujo despleg"das frente a él.
puede ser hecha a un lad o. Los siguient es com ent ar ios sobre la figura del " En 18 39 resultaba elegante pasear llevando tina tortuga. Eso da una idea
f1áneur so n parte de un métod o de interp retación del Libro de los Pasajes del ritmo del (lJneur en los pasajes" (M 3, 8, p. 427). En tiempos de Ben-
que tr ata de tener presente esta respo nsabilidad po lítica. jamin, llevar a las to rt ugas de paseo po r la d uda d se ~abía convertido en
algo extremad am ente peligroso para las to rt ugas, y solo un tanto me~?s
peligroso para los fI¡mctlTs. Los principios acelerad os de la producclOn
11 . La extinción de especies soc ia leslur-fon n as del presente en masa se hab ían derram ado sob re las calles, hac iéndole "'la guerra a
la flánerie" (M 10 1, p. 4 39). La "marea huma na" ha perdido "su. paz y
Prim er nivel dialéctico: los pasajes pasan de ser un su tra nquilidad" , reporta ba L e Temps en 1936: "Ahora se h a convertido en
lugar resplandecien te a t/fIO degradado (L. P., p. 991). un torrente que a uno lo envuelve, lo empuja, lo arroja, lo arrastra de un la-
do a otro" (1\.1 9 a, 3, p. 4 39). Con el transporte a motor aún en un estadía
Pues el índ ice histórico de las imágenes (dialécticas) elemental de su evolución, uno ya se arriesgaba a perderse en el océano.
no sólo dice a qué tiem po determ inado pertenecen, Ho y en día es evident e para cua lquier peatón en Pa~ís q.ue.Ios automó-
dice sobre todo que sólo en 1m tiem po determ inado viles so n la especie dominante y depreda dora en el espacio p úblic o. Penetr an
alcanzan íegibiíídad (N 3, 1, p. 465). el aura de la ciuda d ta n rurinariamenre que ésta se desintegra má s rápido
de lo q ue puede volver a reconstit uirse. Los fláneurs, al Igual que tigres o
Buscando ur-formas de la vida contemporán ea, Benjamín evitó los tipos t ribus preindustr iales, son arri nconados en reservas, preservados dentro de
sociales más obvios y se concentró en los márgenes. Escogió al flánetlr, la med io ambientes artificialmente creados: calles peatonales, parques Y pa-
prostituta y el co leccionis ta, figuras históricas cuya ex istencia era ya eco- sajes sub terrá neos. En la época de vicror Hugo, contemplar la ciuda d des;
nó micamente precaria en su propio tiempo (si bien su número ha bía au- de el techo de un ómnib us público todavía preservaba (para los varones)
mentado durant e la tem prana industria lización)! y socia lmente precaria a algo del placer panorámi co de la flJnerie de balcón (M 8 a, 3, p. 4 37), si
través del t iempo po rqu e en última instancia la d inám ica de la industriali- ya no la libertad de " seguir su inspiración como si s~lo el hecho ,d.e t;,rcer
zación amenazaba a esto s tipos sociales con la extinción, del mismo mo do " derecha o izquierda constituyera ya un acto esenCialmente poenc o (M
que amenazaba a los pasajes, el medio am biente que or iginar iamente ha- 9 a, 4 , p. 43 9). Hoy el muy eficient e sistema de metro conden~ la con~em­
bía sido tan atracti vo para sus oficios. placíén a ext inguirse (salvo por un vistazo sobre el Sena en Bir Hak eim o
En el caso del flimettr, fue el t ránsito lo que lo extinguió. En el refugio el Bulevar arbolado en Glac iere), y los lugares se vuelven puntOS y co lores
relativamente tranqu ilo de los pasaje s, su há bitat original, practicab a su en un mapa, o letras mayús culas en las paredes de las estacion es.· En el ~e­
tro no ex isten los desvíos en el recorrido, ni hay tiempo para la " pecu har I
Indecisión " del flanellT (M 4 a, 1, p. 430). Los viejos vago nes color beige i
2. El colt'ccio niSliI tuvo su momento u n poco más tarde. Benjamin lo conect a I
con la decaden cia de los pa sa jes: mient ras el j7lineur y la pr ostituta desaparecían de del met ro de jab an que entrara el aire; los nuevos, azu les y negros, están

~
ellos, el coleccioni sta expandía su ter ritorio y reun ía allí Jos prod uctos viejos del pe- sellad os tan firmemente com o cápsulas espaciales. Adentro, apretados
ríodo ant er io r. Finalmente, esta figur a tambié n fue am enaza da po r la ind ustria liza-
ción; " Por lo demás sé qu e está llegando el ocaso pa ra el tip o de coleccio nista del
que hablo (.. . ) Pero , co mo dice Hegel el búho de Mine rva espera el crepú sculo pa- 3. No se perrniria a las mujeres acceder al lecho (M 8,6, p. 4 37). ,
ra levanta r vuelo . Sólo cuando se extingue co mienu a co mprenderse al colcccic nis- 4. Benj;lmin com~nlab,J el " destin o de los nombres de ca lles en los túneles del
u ", "Desembalo mi biblioteca", en Cuadros de 11'1 pensamien to, p. 115. metr o" (L P., p. 837 ).
122 SUSAN s v c s -M oe ss Et, FL\NEUR , E L HO "lIlR E· SA N OW IC II y LA PU TA 123

dura nte las hor as p ico contra las person as más próximas como tant os lo cual la literatura de la (láneurie - físiogn ómíca s, no velas de la multitu d-
otros san dw iches, con ninguna defensa salvo el solipsismo y la indiferen- estaba prod ucida par a suministrar. Si al comienzo el flfmettr como sujeto
cía," los potenciales fláneurs se enfrenta n a sus co mp añeros de viaje y a los privado se soña ba a sí mismo en el mu ndo, al final la flánerie fue un inten-
a nun cios publicitar ios dupl icados en la par ed, mientr as com bate n el páni- to ideo lógico de reprivatizar el espacio social )' de asegura r que la obser va-
co y el a bur rimiento (ambos son cercanos). Pero cuando la oscuridad con. ción pa siva del ind ividuo fuera adecuada para el co nocimiento de la reali-
viert e el embotellamiento de tránsito en tina guirnalda de luces y el humo dad social. En el t iempo de Benj ami n, incluso esta forma ideológica de la
de [~s caños de escap e es do minad o por los olores de comida y bebida pro - [í áneur íe estaba a plinto de decaer: el flálteur se habí a convertido en un
veruenres de las veredas, la mult itud en sus horas de ocio todavía entra en persona je "s ospechoso " ."
el pa noram a nocturn o del hulevar' para volver a representar en masse. co- El florecimiento de la (lálleUTie fue breve, paralelo al pr imer auge de los
I~~ prácti: a atá vica, la combinación de obse rvación dispersa y contempla- pasajes, Esta époc a de los orígenes es irrecupera ble. La empresa de Benja-
cien enso ñad ora que es característica del (láneur. min no era la nostalgia por el pasado , sino el conocimient o crítico necesa-
El pasado retorna en la imp osibilidad actu a l de ha bit ar las ca lles de Pa- rio para una ruptura CO II la más reciente configuración histórica. Sostenía
rí s. "Hasta 1870, los carr uajes fueron lo~ duefios de las ca lles" ; a causa de que el pasado sólo era iluminado cuando lo alumbra ba el presente, y lo
eso "la {ltillCrie se realizaba con preferencia en los pasajes (.. . )" (A 1 a, 1, p. cont rario tam bién era cierto: "Todo presente está deter minado po r aque-
7 1). Bajo Na po león 111 , los elemento s de la mod ern idad se muda ban de los llas imágenes (pretéritas) que le son sincrónicas " (N 3, 1, p. 465 ). Tales
pasajes y se est ablecían en los nuevos bulevares consrru idos por H aussmann. imágen es son "dia lécticas" , en un sentido del té rmino, cua ndo son a la vez
La co nstr ucci ón de amplias veredas al principio hizo pos ible el paseo en los negada s y preservad as en la histori a. En nuestro tiempo, en el caso del (Lineur,
bulevares, lo q ue ap resuró la decadencia de los pasajes" y reflejó un cam- 110 es s u actitud percept uallo que se ha perdido, sino su rnarginalidad. Si

bio en la función de la fláncllrie. Bcnjamin h izo un a an ot ación críp tica: el [íáneur ha desa parecido como figura específica es porque 1:, actitud per-
"Dialéctica de la [ldnerie: el int erior como calle (lujo)/ la calle co mo inte- cept ua l que él encarn a ba impregna hoy la conciencia modern a; específica-
rio r. (miseri a~ " (L. ~ , p. 994 ). Los pasajes, calles interiores bordeadas por ne- mente, la sociedad de consumo masivo (y esta actitud es la fuente de sus
goClo.s d~ lUJO y ab iertas a las estrellas a través de techos de hierro y vidrio, ilusiones). l o mismo puede decirse de t odas las figuras históricas benja mí-
eran imágenes del deseo, q ue expresa ban el anhelo del indi vid uo burgués manas. En la soc iedad mercantil todos somos prostitutas, vendiéndonos a
de escapa r del aislamiento de su subjet ividad a través del medio simbó lico desco nocidos; tod os som os coleccionis tas de objetos.
de los objet os. En los bulevares, el (lállcllr, em pujado ahora por multit u- " la imagen dialéctica (... ) es el fenómeno ori ginario [ur-fcnóm eno] de
des y co n un panorama completo de la pob reza urbana que ha bitaba las la hist or ia" (N 9 a, 4, p. 476). Las imágenes benjaminianas son verdad-
calles pú blicas, pod ía mantener una mirada ra psódica de la existencia mo- co mo-ima gen, "al desnudo ant e los o jos del observad or arcnro"," arqueti-
dern a sólo con la ayuda de 1:J. ilusión , que es ex actam ent e aquello para pos en el sent ido de Goethe pero con un índ ice histórico . 10 Los pasa jes son

. 5. Ik n jam ~ n anotó la observ~ci óll de Gt'Org Simmd según la cua l el apretu ja- 8. Wahc:r Benjamin, " El regreso del {1Jnellr~ , rese ña del libro de Franz Hessel,
Im e?to de In VIda \1rb ~ ll~ se ria "inso portable" sin un d is t:l n c¡ ~ m iento psicológico , y Spaz íerem im Berlin (1929), en G. S., m, p. 198.
~cg lJll le ,~\) ;¡,I la naturaleza mcnccnna de las relaciones socia les funciona ba co mo 9. j nhann Wo1fgang VOIl Goe rhe, citado en Georg Simmcl, Gocthe, Buenos Ai-
prcteccron mrerna con tra tI extrema qercarua" (M t 7, 2, p. 450 ). res, No va, p. 28 t. llcnjarnin se refi ere a este libro, y a esta página, cuando comenta
6 . El " (lJJleur de IJ noche " era alentado ya ro I S66 por los negocios abiertos la a finidad entr e su concepto de verdad y el de Goerhe IN 2 a, 4, p. 464).
hasta las diez de la noche (M 6 a, 2.. p. 4 33). 10. El Libro d~ {05 Pasaies documenta el origen (Urspnm g) de la sociedad de
7. Otras Clusa~ fueron la iluminación eléctrica, el destierro de la prostitución, y la. masas co ntempo rá nea, y comprende la cone xión ca usal en t érmin os del con cepto
nueva cultu ra del aIre Ir brc, que cncoe rraba los viejos pasa jes sofocanres (L P., p. 852). goerhla no de ur-fen ómeno t Urpbii no mCII) ; MUrsp m ng -é sre es el co ncepto de
124 S USA N B U C k - M oRSS 1'.1_ f Lí\ N EU R, EL H O M IIR E- SAr; DW l c H v I.A rU 'J A 125

uno de esos arquetipos, una manifestación concre ta de hechos económicos nlevisión proporciona una flállL'rie en for ma óptica y no-am bu lator ia. En
que de ja n brotar " (... ) en su propio desar rollo -despliegue estaría mejor los Estad os Unido s en particular, el format o televisivo de progra ma de no-
dicho-, la serie de concretas formas hist ór icas de los pasa jes, del mismo ticias se aproxima a la contemplación dispersa, imp resionista, fisonómica
modo que tI hoja desplie ga a part ir de sí misma toda la riqueza del m un- del {lalleur, mientras las escenas sumin istra das lo lleva n a uno alrededor del
do veget al em pírico" (N 2 a. 4, p. 4 64 ). En relación con estas forma s his- mundo. Yen co nexión con el viaje alrededor del mundo, a hora la ind ustria
r óricas. fa figura del fl¿metlT •"que va a hacer botá nica al asfalto", 11 es crucial. turíst ica de masas vende flanerie en paquetes de dos y cuatro semanas.l"
Proporciona una com prensión filosófica de la na tu raleza de la subjetiv idad Así, el flanellr só lo se extingue esta llando en una miríada de formas cu-
moderna - aqu ella a la q ue Heidegger se refería a bstracta mente co mo el yas caracter ísticas feno menológicas, no importa cuá n nuevas puedan pa re-
"arro jo " del sujeto- situándola dent ro de una ex istencia h istórica especffi- cer, co nt inúan cargando los rastros de su ur-fo rma. Ésta es la " verdad" del
12
ca. Co ncre ta mente, reconocemos en el {láneur nuest ro propio mod o con- flammr, más visible en su sobrevida qu e en su momento de a uge.
su mista de ser-en-el-mundo.
Benjamín escr ibió : " El gran almacén es la últim a gua rida del f/im e","
CM 17 a, 2, p. 45 1). Pero la {Lit/el/rie cerno for ma d e percepci ón es prese r- III
vada en la fungibilidad caracter ística de cosas )" personas en la soc iedad de
masas, y en la sa tisfacción me ramente imag inaria su min istrada por la pu- Segllndo nível dialéctico: (...) Saber. alln no conscien te. de lo
blicidad , los peri ódicos ilustrados, las revistas de moda y las de sexo; todo qu e ha sido (...) El saber de lo qu e ha sido com o un hacerse
lo cual se rige por el principio del flimeur de "Verlo todo, no toca r nada" consciente que tiene la estn/ctMa del despertar (L P., p. 992 ).
(m 4, 7, p. 804 ). Ben jam in estudió la temp ran a conexión entre el est ilo per-
ceptivo de la {lat/erie y el del periodism o. Si los peri ód icos de masas de- U" problem a central en el m aterialism o his tórico,
ma ndab a n (y aú n dema nda n) lect ores urban os, las formas más act uales de qu e finalm ente tendr áque ser abordado: (...) ¿de qué
los med ios masivos afloja n la conexión esencial del flimellr co n la ciuda d. m od o es pos ible unir una mayor captación plástica
Fue Ado rno q uien señaló la co nd ucta de camb iar de estac ión del oyente de con la realización del m ét odo marxista? La primera
°
rad io co mo un tipo de {/allerie a uditiva . En n uestro propio tiemp o, la etapa de este cam ino será retomar para la histo ria
el prillcipio de mo ntaie (N 2, 6, p. 46 3).
Urphiitlomen exrr afdo de la cone xión pagana co n la naturaleza e intr od ucid o en la
c~lI1exilÍ ll judaic a con la historia (... V'. " O rigen es d concepto de fenóme no o rigin a- La dist inción bcnjamin ia na ent re Erfal",mg }' Erlebllis era pa ralela a aquélla
n o llevado del contexto na tura l pagano al variado contex to judío {le la historia " (N
2 a, S, ~. 464) '. Lu rcol~gía, a mcna~ad a de extinción, al igual que el flIÍ1lCllr, por [a entre p ro ducción, la creació n activa de la pro pia rea lidad, y una respuesta
modernid ad, bll:n pod rfa SC'f descripta como la ur-forma d ialéctica del método de reactiva (consu mista) a ésta : "La experiencia IErfahrungj es el fr uto del
Benjnrmn, llC¡;'ldu y preservado " Lt vez: "M i pensam iento se relaciona con la reo- tr abajo; la vivenci a [Erlebnis] es la fant asmagoría del ocioso" (m 1 a, 3, p.
logía como el pape! secante con la tim a. Está empapado en ella . Pero , si pe sara al
papel secante, no quedaría nada de lo escrito" (N 7 a , 7, p. 473). 800). Al ocio so que pasea por las calles las cosas se le a parecen divorcia-
11. Waltl'f Heujnmin, "El París del Segundo Imperio en Baud claire'' en Poesía das de la histori a de su pro ducción y su yuxtaposición fort uita le sugiere
y capitalismo, p . 5 1. '
conexiones misteriosas y míst icas. El tiempo se convierte en " un tejido oní-
12. " Lo que distingue a las imágenes (dialécticas) de las 'ese ncia s' de la fcnorue-
nología es su índice hislórico . (H eidegger busca en vano sa lvar la historia para la fe. rico do nde a un suceso de hoy tam bién se le junta un o del mis remoto
nomcnologl.i de un modo abstracto, mediante la 'h istoricidad '}" (N J , 1, p. 465) .
13. Th cod o e W. Adorno , " Ra dio I'hysiognc rmk", Frack furt am Main , Legado
Adorno , 193 9, p. 46. 14. Analizadu tri Susan guck-Morss, A Tou r~lIjde to Modern Expenence, inédito.
126 SUSAN Btl eK-M oRS' 127
EL FLÁNEtlR, EL H O M B R f.- SM'H l W IC Il y LA FIJTA

esta r cargada con din amita po lítica " . I .~ Si el Libro de los Pasajes q uería
ser algo más que un a crítica de la falsa concienc ia, ¿qué está ha ciendo
Benjamí n en la fantasmagoría del mercado, en el mundo de ensue ño re-
pleto de mercan cías del flá,teurlcollsumido r? Ben ja min escribe : frente al
" vien to de la historia " (N 9, 8, p. 47 6), para el dialéct ico "pensar (...)
es co locar las velas . Cómo se disponen es important e" (N 9, 6, p. 475).
" Lo q ue para O[( OS son desv iaciones, para mí son los d ato s qu e deter-
minan mi rumbo " (N 1, 2, p. 459). Pero este rum bo es precar io . Corta r
las amarra s qu e trad icionalmente han anclado al discurso marxist a a la
prod ucción y za rp ar hacia las ag uas de ensue ño del co nsum o implica
arr iesgarse a q ued ar encallado po líticament e. ¿Elude este riesgo el Libro
{le los Pasaies e No hago esta pregunta en no mb re del mar x ismo ortodo-
xo sino de acuerdo con el esp íritu cr ít ico d e Adorn o, que estaba alarma-
do por la apa rente afirmac ión de 13 conciencia de masas y la ausencia
de di ferenciaciones de cla se en la teoría de Benjamín. Para pro bar las
aguas, co ns idere n la siguiente aserción, típica de los co mentarios de
Benia mi n en el Libro de los Pasajes: "( El fla ueu r) lleva de paseo al mis-
mo con cepto de ven alidad . Igua l qu e el gran almacén es donde d a su úl-
tima vuelta, su últ ima enca rn ación es el hombre-a nunci o (hom bre-s and-
wich]" (M 17 a, 2, p. 45 1).
¿Por qué el hom bre-sand wich? En una no vela de Cha rles Dickens apa -
rece "u n sandwich an imado, formado po r un niño entre dos carteles" ,"
Fig. 1: l'ho m m e-San d wkh pero el hecho de que esta figura tuviera su pro pia histo ria en el siglo XIX
(M iroi r du Mond e, 1/ " 3 16, 2 1 de marzo de 1936, p. 4S). es un a ma rca de clase a la que Ben ja mín no prestó ate nción. Parece que ras-
trear la historia de las clases no era el t ipo de conoc imiento que él perse-
guía . Tampoco le interesó que los sandwiches tienen ade más una historia
~;)Sad~" (.\1 9, 4, p. 4~ 8 ) . Los significado s se leen en la superficie de las social. El primer sandwich (inanimado, formad o por carne fría entre dos
cosas: La fanrasmagorfa del (látleu r'leer . . , ~ 1," p ro feS l011
en los r ostros " e 1 Of!-. rebanad as de pan) fue inventado en la década de 17 60 po r j ohn Monta-
gen y el car éctcr" (M 6, 6, p . 433). ' gue, Conde de Sandwich , como un modo de alimentación que le ahorra-
"(...) el O\.~ios (.), el [l ñncur, qu e ya no enti en de nada de la produ cción, hala necesidad de dejar la mesa de juego (OED). Esta marca de clase ca-
pre tend e con vcrn rsc en un experto sob re el mercado (sobre los precios )" sua lmente se inrersccta una vez más con el curso de Ben jami n . Porq ue si
(J 83 .1, 4 , p. 3 80). Aho ra bien, si la teoría económ ica de Marx es co- comer san dwiches se t ra nsformó en una mo da burg uesa en el siglo XIX
rrect a, ~ste ex per to en el mercado nunca comp rend erá nada sobre el va.
lar. Y ,stn. embargo
d Beniarn ¡n tomó en el Libro de los Pasajes la• d CCl.:SlO ,., 11 15. Carta de Adorno a Benjamín del 6 de noviembre de 1934, en Correspon-
csrrutegrca e co ncentra rse en el cons umo antes qu e en la prod ucción y den cia, p . 67 .
esto en una obra en la cua l, pa ra cita r a Ado rno, "c ada frase está y de be 16. Ox ford English Dicríoua ry. En addante OED.
128 E l. F l.},NEU R , EL H O M 8R E- SA N D W I C H y L A rUTA 129
S US A N B U CI( -M O IlSS

(entrando al discurso par isino en 1803 17 y sufriendo la proliferación de ¿Acaso está sugiriendo una descripción de la conciencia en la que las dis-
formas típica d e la producción ca pitalista). lo mismo sucedió co n el juego, tinciones de clase son irrelevantes? Sí y no. Sí, porque si la. activida d pro-
yel jugador decimonónico es una figura importante en el Libro de Jos Pa- ductiva de los trabajadores no conduce al conocimiento, entonces la teoría
sajes . Pero , de nuevo, lo q ue despierta la curiosidad de Benjamín no es la crfrica no puede privilegiar la ex periencia cognitiva del proletariado. No,
historia soci al de l juego como pasat iempo de las clases dominant es a pesar porque cua ndo las mismas palabras son utilizadas para describir los fenó-
de los camb ios en el modo de prod ucción, sino la form a h istórica pan icu- menos sociales más remotos (la burguesía, el tiempo libre, el juego/el prole-
lar q ue asume el juego en el cap italismo ind ustr ial q ue es pro totfp icn del tar iado, el tiempo de trabajo, la maquinaria), se crean imágenes dialécticas
mod o en que pa sa el tiempo: si la [iiineríe es la expe riencia vivida de la a partir del lenguaje mismo. Para Benjamin, "el lugar don de se las encuen-
" fantasm agor ía del espacio", entonces el juego es la experiencia vivida de tra fa las imágenes dialécticas] es el lenguaje" (N 2 a, 3, p. 4 64), y esto en
la " fan tas magoría del tiempo" (L. P. , p. 990). dos sentidos; el mismo concepto puede describir dos realidades socialmente
La na tu raleza histór icamente específica de los gestos del jugad or es q ue remotas; o la misma rea lidad puede ser descripta con los términos linguís-
"I...) mu estran cómo el mecanismo al que el juga dor se entrega en el jue- ricos más antitético s. Con ayuda de la habilidad mimética de las corres-
go de azar, les acap ara en cuerpo y alm!'. Incluso en su esfera privada, por pondencias, Benjamin coloca los conce ptos estr atégica y oblicuamente
muy ap asionados que sean siempre, no serán capaces de act uar más q ue co ntra los co ntenidos referenciales, en vez de dejarlos revolotear sobre
mecé nicamenre". IJ Benjamin relaciona este compor ramienro no só lo con el ellos como velas orzantes. (Nótese que para Benjamin, a diferencia de lo
del ap resurad o habi tante urbano o con el del flán eur empujado por la mul- q u~ sucede co n esrrucru ralisras y posrest rucm ralístas, la fuerza dialéctica
titud, sino tamb ién co n el gesto del trabajado r indus tria l frente a la maqui- del lenguaje sólo existe si las cosas como referente no son hechas a un lad o.)
naria. Por supuesto, el capitalista que se entr ega a su suerte en la mesa de El resulta do es una tensión entre las palabra s y las cosas que repr esentan
juego está replicando en su tiemp o libre el juego que lleva a cabo enla bol- que, tejos de borra r las distinciones, contribuye a agudizar intensament e
sa de valores du ra nte el día "la bor al", pero este paralelo es para Benjamin Lis percepciones. Para el dialéctico "las palabras son sus velas. Lo que ha-
menos revelad or que la característica " fut ilidad, (.. .) el vacío, (.. .) la inca- ce de ellas conce pto es el modo en que se disponen" (N 9, 6, p. 475). Una
pacidad para consumarse" que co necta al jugador con el obrero ; "Incluso vez izadas , no es en el seno del lengua je, sino en el espacio que med ia en-
sus gestos [los del obre ro asalariado en una fáb rica] apa recen en el juego tre el lengua je y la realida d don de el proceso cognitivo es impelido.
(.. .) En el juego de aza r el llamado 'co up' equivale a la exp losión en el mo- Pero (e n qué dirección? Hacia una teoría de la percepció n modern a en
vimiento de la maquinaria";" la cual productor y cons umido r están afectados por igual por una conc ien-
La relación del trabajador ind ustr ial con el mundo-de-cosas de la pro- cia ilusoria, falsa, un inconsciente colectivo en el cual la realidad toma la
d ucción , sos tiene Benjemin , no es distinta de la relación de los co nsum ido- for ma distors ionada de un sueño. Si la meta es la cognició n revoluciona-
res con el mundo-cósico del co nsumo: ninguna constituye una experiencia ria, ¿nos co nducirá esta táctica hasta ella? ¿Será suficiente par a garantizar
social (Erfa brt mg ) de un tip o q ue pudiera llevar a un co noc imiento de la nuestra a utonomía crítica que, en vez de ser llevados por la corriente his-
realidad más a llá de las apa riencias (Cf. el con voluro J, sob re Baudclaire). tó rica de la socied ad de consumo , nosot ros, colocados en su flujo, vaya-
mos viento en con tra? Aún más, en el curso de! vagab undeo, ¿hab rá algún
vient o que nos empu je?
17. Perir Rob en (a partir de aq uí PR). ¿Cuá ndo fue que el sand w ich se volvió el
Ben jam ín contaba con que la fuerza explosiva de las imá genes dialécti-
a l ~uerzo tradicional del obre ro}, ¿acaso le permitió permanecer en SIl puesto de tra-
bajo como a l ord Mcntague en su mesa de juego ? cas empujara a las person as fuera de su estado de ensueño . La cognición
13. "So bre algunos temas en Baudel'lire", en Poesia y t:apitalismo. p. ISO. revolucio na ria no acaecía en el moment o de la prod ucción, sino en el ins-
19. Ibíd., p. 150.
tante del "desperta r" . Las imágenes percibidas eran símbolos oníricos que
130 SUSA N B UC K- M o RSS E L F LÁN EUR . EL H OM BRE- SA N DWI C H Y LA rU TA 131

dema nda ban un a interpretación , }' esto requería un conocimiento histórico sus gorras con viseras lustradas. H a blemos con total fra nqueza: no so y un
de los orígenes. Benjamín describía el costado " pedagógico" de su trab ajo : part idario de su tr a ba jo. Por lo general, ni la d ign idad de la publicidad ni la
"To ma r el med io cr eador plást ico (de imágenes] en nosotros y ed ucarlo en del hom bre terminan enriquecidas por estos cortejos lastimosos" .2 1 Los
la visión esrereosc ópica y dimensional de la profu nd idad de las som bras his- homb res-san dw ich, tr a bajadores ocas iona les, de medio t iem po y no sindi-
tóricas" (N 1, 8, p. 460). Ahora bien, un estereosco pio, un instru mento que calizados, er an reclutados de ent re las filas de los do d sards, 12.000 de los
cre a una imagen tr idimensional. trabaja no a pa rt ir de una imagen sino a cuales estaban registrados en Pa rís a mediados de la década del 30 como
partir de dos. En sí mismos, los sucesos históricos en el Libro de los Pasa. sans dcmic íle fixe. u Dormían do nde podían, debajo de los puentes del Se-
jes so n cha tos, situados, como Adorno protestaba, "en la encrucijada entre na y, uno supondría, bajo el techo de los decadentes pasajes {tal como ha-
magia y po sirivismo v.i? Esto se debe a que son, y así fueron pen sados, sólo bían hecho en la época de sus orígenes).23 M arginales y pro letarios desda-
la mitad del texto. El lect or de la generac ión de Ben jamin debía provee r la sados con stituían "la entera po blación de los ha rapientos, los and ra josos y
otra mitad a partir de las imágenes fugaces que apa recían, aisladas de su his- los ha m brientos que la socieda d había expulsado ".24 Dura nte la depresió n
toria. en su experiencia vivida. El montaje espacial y superficial de la per- de los tr einta, co n seguridad, los expulsad os po r la sociedad fueron una
cepción de l presente que nos conviene 1 todos en fláneurs puede ser tra ns- multitu d. ¿Q ué podía estar más alejado que esta "última encarn ación" del
formado de ilusión en co nocimi ento una vez que "el principio del montaje" f1iineur o riginal de cien años atrás, quien, con su apariencia de da ndy, de-
es refuncionalizado temporalmente , esto es, una vez q ue el eje del montaje sarrolló un esti lo de vida reaccionar io que miraba hacia una época en la
es conve rtido "en histo ria "; esto hace posible "ca pta r la cons tr ucción de la cual el tiempo libre era un modo de vida y un signo del dominio de clase?
histor ia en cua nto ta l. En estructura de comentario" (N 2, 6. p. 463). ¿Qué. en verdad? Par a el {lánellr, y para los escritores urbano s que adop-
Volva mos a orientarnos hacia el comentario de Benjam ín, "El hom bre- ta ban su estilo, estos person a jes -vagabundos, tra peros, cocheros- era n sim-
sa ndw ich es la últ ima enca rnación del fIimettr", y sigamos una táctica d i- plemente parte del paisaje urba no, y difícilmente su pa rte más atrac tiva.1..S
feren te. En este caso la doble exposic ión de pasado y presente se presenta Pero incluso cuando un a uto r exp resa ba su simpatía por el nuevo indigente
como un acerti jo en el c ual el conocimiento del pas ado no histo riza la ver- urbano, se tra ta ba de una simpatía car acterística de [a perce pción mod ern a.
dad del presente, sino q ue la crista liza. La solución a este acert ijo coloc a- Evoca ba emoción sin propo rcionar el conocimiento que pod ría cam biar la
ría a los lectores de Benjam ín dentro de una esfera de imáge nes en la cual situación . Benjamin menciona a Balzac, quien, al pasar un hom bre en har apos,
el "despert a r" revo lucionario era posible, tal como espero dem ostra r. "se tocó con la man o su propia manga: aca baba de sentir el desgarrón que se
E! hom bre-sa ndwich era una figura denigrada pero fam ilia r en el Pa rís abría en el codo del mendigo" (M 17, 4, p. 45 1). Esta em patía (Einfühlung)
de los años treinta, que ha brá ent rado dentro del cam po perce pt ivo de la era t an car acteríst ica del mund o de las mercancías como insuficiente. El
mayoría de sus habitantes. Cart eleras humanas, anu nciab an y pub licira ban
los pro ductos y eventos de la cultu ra de consumo bu rgu esa (cines, liqu ida - 21. Miroir du Mon de, 22 de mar zo de 1936, p. 45.
cio nes de t iendas). Sin em bargo, ellos mismos, a pesar de los uniformes que 22 . Brussñi, Ttre secret París of the JO's, pp- 32-33. Ver también ~Clo,hards ~ en
el D ícti.mna ire de París, Laro usse, 1964, pp. 135· 136.
les prestab an par a que tuvieran una apa riencia respeta ble, se relaci onaban 23 . ..¿Y aquellos (.. .) que no pueden pagarse un alojamiento pa ra pasa r la no-
de man era cercana con la pobreza: "Ustedes los han visto pasan do po r che? Sencillamente, duermen donde encuentran sitio: en los pasajes, en los sopo rta-
nuestra s calles, escuálidos y mal arreglados en sus largos abrigos grises y bajo les, en cualquier rincón en donde la pollcto () el propietario los dejen dormir en paz" ,
Priedr ich Bngels, La situación de la clase sm baiadc ra ell Inglaterra, Lcipzig, 1!l4!l,
citado en A 4 a, 2, p. 711 .
24. Brussdi, Tbe secrer Paris of the .10'5, p. 32
20. Car ta de Adorn u a Benjnmin del 10 de noviembre de 1935 en Cu m:sp(m- 25. CE. "El París del Segundo Imperio en lh udcl;lire", en Poesía y capitali. m u,
dencia, p. 273. pp. 49 Y ss,
132 S USA N BUC K-M o RSS E l. F LÁ N EU R, E L HO MB Il E- SAN DW I CIi y LA rU TA 133

m o mentáneo sent imiento de horr or o simp atía por un desco nocido esta ba re- La t area del hom bre de letras es ent ender clara mente su posició n o bje-
lacion a do co n ese " am or a última vista" que co ntaminaba la vida eró tica del tiva en el proceso pro d uct ivo, y pa ra eso la figura histó rica del (láneur de-
ha bita nte urbano.26 La Eill(ühfung pod ía ser evocada ta nto por cosas como muestr a ser invalo ra ble. El (lállellr no es el ar istó crata: su oficio no es el
por perso nas." Como fonna de la solidarida d, era un suceso puramente men- ocio (M usse) sino la ociosida d (Miissigang ). Par a so br evivir bajo el ca pita-
tal, y se d isipaba rápidamente de la conciencia. EJ {Mneur registra la realidad lismo esc r ibe so br e lo q ue ve ). vende el pro d ucto. Pa ra decirlo sim plemen-
meramente aparen te del mercado detrás de la cual las relacio nes socia les en- te: el flánem es en la soc ieda d ca pita lista un tipo soc ia l ficcional; de hec ho,
tre clases per manec fan ocu ltas. Las relacio nes empáticas que esta blecía en su L'S un t ipo soc ia l q ue escribe ficció n. La {lánertric d ifund ió un estilo de ob-
luga r " ha ]n] hecho objeto del co nsumo " no só lo a la miser ia, sino ta mbién " 3 servació n soc ia l q ue pe rm eó la escritu ra del siglo XI X, mucha de la cual era
la fu cha [de clases] contra la miseria" .lS producida para la secc ión de fo lletín de los n uevos periód icos m asivos. El
No había ma nera de q ue el gesto m imético de la E;,rfiiblung pu diera ce- f/állellr-co mo-esc r iror era a sí el prototipo del a utor-como- pro ductor de
rr ar la brech a ent re las clases, ni ma nera de que el (líineur y el dochard pu- cu ltu ra de m asa s. En vez de reflejar la verdadera cond ición de la vida ur-
d ieran unirse bajo su signo, que pod ía ser leído como ex pres ión del deseo de lla na , di st raía a los lect ores de su aburrimiento t G. S., 1, p. 11931.11
una humanidad común pero nunca co&.o su realización. Debería queda r claro O bser vado por su pú blico mientr as " tra ba ja " de vaga bund ear, el fllmellr-
q ue lo q ue esta ba en juego para Benjamí n era una preoc upació n muy act ual: co mo-e scrito r puede tener un lugar social promine nte pero no pued e da-
el probl ema del escritor y e! int electua l burgueses, pol íticamen te compro me- minar. Sus protesta s contra el orden soc ial nu nca super a n los gestos dado
tidos, de su propio tiempo. Beniamin, co mo marxista , desco nfiaba de! h uma - que, algo nada sorprende nte ba jo el ca pitalismo, necesita d inero. El pro ro-
nismo q ue lleva ba a los " hombres de letras " a apo yar al Frente Popular con- tipo de l {lá1tetlr rebelde es el bohemio' " q ue, como Baud elaire, tiene " ans-
tra el fascismo, o a un irse a l mov imien to intern acio na l por e! desa rme. En hos po líticos (... ) [q ue] no sobrepasa n en el fond o los de estos conspirad o-
" El autor como prod uctor " (1934), Bcnjamin pro porcio nó respuesta s d i- res profesiona les" .3 3 Su situ ació n objet iva lo relaciona co n el clodmrd , y
dá ct icas. En relació n co n el mo vimiento pacifista internacio na l, citaba a de hecho co mpa rte n la brav uco ne ría de sus po líticas del vag a bundeo, su
Tr otsky: "Cuan do los pacifistas ilustrados inten tan ab o lir la guerra por me- anarq u ismo y su indi vid ual ism o. '''La sociedad no q uer ía nada de m í', de-
dio de a rgum entos raciona listas, resulta n simplem ente r id ículos. Pero cua n- da filo só ficamente, 'y yo no q uería tene r nada q ue ver co n e lla. Tomé m i
do las masas a rmadas com ienzan a ad ucir cont r a la guerra los argu mentos dec isión (oo .) y a ho ra tengo mi inde pendencia '." Esta s pa la bras podrían ha-
de la razó n, ento nces sí q ue la guer ra se acaba v." Sobr e la so lida ridad del ber sido profer ida s por un voc ero de l'art pour l'llrt en 1860 ta nto co mo
intelectua l co n el proletariad o, insist ía: "(... ) la tendencia po lítica, po r muy por su e m isor real, un ctochard pa risino en la década de 1930.34 En a mbos
revo lucio na ria q ue par ezca, ejerce funciones contr arrevol ucíona rias en ta n-
to el escr ito r ex perime nt e su solidaridad con el proleta r ia do só lo según su 31. Entre sus formas modernas: el periodista de investigación, el flál1ellr-COmo-
pr o pio ánimo, pero no co mo prod ucror v.Y Esta segunda lección es preci- detective, cubre su renda (ver convoluteM);elperiodista fotográfico merodea como
un cazador listo para disparar (L. P., p. 80 1). [En adelante, cuando las Cesammeíte
sam ent e el sent ido del montaje histórico del (lálleur y el homb re-sandw ich. Schriftel1 se citen en el cuerpo del texto, sólo indicaremos, con numeración roma-
na, el volumen correspondiente y la p ~ g i na . N. del T.)
26. "Sobre algunostemas en Baudelaire", en Poesía y capitalismo, p. 140. 32. Cí. una descripci ón de 1843: "Entiendo po r bohemios esaclase de individuos cu-
27. Proyecciónsobre personas miserables, mercancías en exhibición, e)trel1:l' en yaexistencia es un problema (...) individuos que eu su mayoría se levantan por la maña-
la pantalla, mujeres pasando, vueltas figur:ls oníricas dentro de la propia experien- na sinsaber dónde cenar án por la noche; ricos hoy, hambrientos mañana; dispuestos a vi-
cia (Erle/m is), mientras permanecían mudas (convoluto M) .
vir honestamente si pueden, y de otro modo si no pueden", citado en M 5 a, 2, p. 432.
28. "El autor CUIll O productor", Tentativas sobre Brecht, p. t 28. 33. "El París del Segundo Imperioen Hnudclaire", en Poesía y capitalismo, p. 25.
29. lbíd., p. 123. 34. Citado por Brass á¡ en p. 30. Cf: "Naturalmente el trapero no cuenta en la
30. Ibíd., p. 123. bohemia. Pero todos los que formaban parte de ésta (... ) podían reencontrar en el
trapero algo de sí mismos. Todos estaban, en una protesta más o meno. sorda
134 1-.1, f LJ. N EU Il., EL H O M S R E- SA N D WI C H '{ LA PU TA 135

casos hay a uroe nga ño.:n El escritor del siglo XIX "(••• ) se dirige al merca- UIl deter minado café, y tanto la fama de la persona como la dellugac se acre-

do co mo un gan dul (fláneur]; y piensa qu e para echar un vistazo, pero en cienta. Benjamín ap unta que un escrito r de estas característ icas actúa como si
realidad va para encontrar un ccmpradorv.t" Allí, en la profundidad esrereos- conociera la definició n de Marx de que "el valor de toda merca ncía está de-
cóp ica de la histo ria, se encuen tra caca a cara con el clochard del siglo xx, terminado (... ) por el tiempo de tr abajo socialmente necesario pa ra su pro-
alguien qu e supues tamente desprecia la sociedad. pero en realidad es un ducción (.. .) A sus ojos, y frecuentemente también a ojos de sus em presarios,
hom bre-sand wich que publicita sus próximos espectáculos. este valo r [el de su tiempo de t rabajo] resulta algo fantasmal. Sin dud a, este
último no sería el caso de no estar en ese lugar privilegiado donde el tiempo
de traba jo necesario para prod ucir su valor de uso es susceptible de una esti-
IV mación general y pública, en cuanto que esas hora s las pasa en el bu levar y,
por decirlo así, la s exhibe" (M 16, 4, p. 44 9). Los escritores bu rgueses nece-
¿Qué sabemos de las esquinas de las calles, de los sitan un público ma sivo y para obtener empleo dependen de las industrias del
bordee de las aceras, de la arquitectura del adoquinado, placer capitalistas que tienen a ese público cautivo, Fina ncieramente, a mu-
nosotros qu~ jamás hemos sentido baja la planta d IO S de ellos les ha ido bien, y en ciertos casos (comenza ndo por H ugo, Sue,

desnuda de los pies la calle, el calor, la suciedad y las La Ponraine) también consiguieron poder político. Incluso aquellos que como
aristas de las piedras (... )? (L. P., p. 845 ). ltaud elai re han s ido con vencidos sepa ratistas de la sociedad quedan arra-
pados en la te nsión , irresuelta en el interior de la sociedad burguesa, entre
Pero si la lección política del intelectual burgués y del proletar io desem- el " margi nal" y la "estrella".J7 Los miembros de la generación "p erdida" de
pleado es la misma, su realidad social no lo es. El ca pita lismo tiene dos mo- cntregu erras, que era la de 8enjamin (aunque ento nces él no era aú n una es-
dos de tr at ar el desemp leo: estigmatizad o en el contexto de una ideología trella), se encontr a ban entre sí en las calles de París, observad os y observa-
del desempleo o incor pora rlo a su prop ia lógica para hacerlo renta ble. La do res; el círcu lo de Bret ón en el Ca fé Certá y el de Sartre en el Deux Magors.
línea d ivisor ia separa la prosperidad del sufrimie nto , y de q ué lado uno cae Artistas y escritores eran parte del pa isaje pa risino, componentes ta n signi-
con stituye una enorme d iferencia . ficat ivos de la "fantasmagoría" de la ciuda d como los clochards,
El fláneur es el prototipo de una nueva forma de empleado asalariado que Pero en este último y antitético caso, el capitalismo, en vez de pagar le
pro duce noticiaslliteratu ralpublicidad con el prop ósito de informa r/entrete- regiamente al ocioso-en-la-calle, arroja su ejército de reserva de desemp lea-
ner/persuad ir (las formas del prod ucto y del propós ito no pueden distinguir- dos a las calles y luego los culpa por esta r ahí. Los docbards de París es-
se clara mente). Estos prod uctos rellenan las horas "va cías" en las que se ha tán aún con nosotros. El ca pitalismo rea bastece su cant idad , si no drásti-
convertido el tiempo fuera del tra bajo en la ciudad moderna . Los escritores, camente a través de las depresiones, ento nces gradua lmente a tr avés de la
ahora dependientes del mercado, escudriñan la escena callejera en busca de ma- ;lutomat ización.JlI Su cantidad crece y decrece de acuerdo con los vientos de
terial, manteniéndose bajo el ojo público y llevando puesta su pro pia identidad la economía, pero cualquiera sea la dirección en qu e el viento sople, estos me-
como un car tel de sandwich. Viven en un distr ito determinado, frecuenta n rodeadores-Ias-veinticua tro-horas no desaparecen. Son una (frecuent emente

contra la sociedad , ante un mañan a más o menos p recario ", " El París de! Segun- 3 7. Benjarnin ano t ó en un recuento de recor tes de periód icos hecho en 1911: "el
do Imperio en Ba udelair e", en Poesía y capi talismo , p. 32 . nombre de Baudelnire se encontrab a en Jos periód icos tan a menudo co mo el de H u-
35. Benjamín elogiaba a Bcudelai re por ad ivinar la verdad tras el enga ño: " Moi go, M usset y Na pol eón- U36, 2, p. 303).
qlli vends ma pensée et qui lIeux ene mueur", citado en Poeste y capitalismo, p. 47. 38. CL Alexand re Vexliard , ln trodu ctum a/" soc íologie du lIagab01fdage, Pa rís,
36. Ibíd., p. 47. Maree! Riviere el Cie, 1936, pp. 90-9 1.
136 SUSA N B U C K-MüRSS E L F LA N EUIl. . EL H OM IUt E- SA NOW I CH y LA P UT A 137

ro rnantizada ] instit ución parisina, q ue adquiere un esta tuto casi mítico. Y y la terraza (del) ca fé, el mirad or desde donde co ntem pla s us ens ere s do-
sin embargo at ribu ir su per manencia -se dice que algun os usan las estacio- mésticos " (1\1 3 a, 4 , p. 4 28 ). El mismo pasa je a par ece en la reseña q ue
nes de metro como direcciones postales- a ciert a arq uetípica debilidad (o Ben jamín ha ce en 1929 de l libro de Franz Hessel, Spazieren in Berlin,
fortaleza) de carácter sería perder de vista la per ma nencia del orden social pero el su jeto (que tod avía parece ten er la aprob ación de Ben jam in ) ya
que necesita crear un m ito sob re ellos para ocu ltar la razón por la cua l, en no es e l Ko//ectiv, sino "l as ma sas [die MasseJ - y elflaneur vive con ella s
una sociedad o pulent a y " libre", tal po breza existe. " M ientr as haya un (.. .)' (III, p. 198).
mendigo" . escri bió Ben jamin, " habrá mito" (K 6, 4, p. 405). En el ensayo de 1938 sobre Baudelaire, la idea sufre un ca mbio sigui-
N uest ra percepc ión de los clochards ejemplifica el carác ter engañoso ficativ o. En lugar del co lectivo, sólo el flán eur es el qu e toma posesión de
de la Einiiihlung , M 3S nos fascin an cuan to má s su pobreza, em briaguez, las ca lles. Ya no d uerme en los bancos; y los muros son aho ra " el pu pi-
suciedad e inut ilidad p:Hece n pro venir de una actit ud desafiante an tes tre en el que apo ya su cua dern illo de not as" .4 0 El pasa je tiene una con-
que de sespera nza da. Es ha cia su escupir en la sop a de l decoro burgu és y clusión n ueva: "Q ue la vida só lo medra en roda su mult ip licidad, en la
hacia su desprecio tota l por los valores del éxito que nosotros, observan- riqueza inagotable de sus variaciones, entre los adoqui nes grises y ante el
dolo todo des de el lado seguro , n~s sentimos at raídos. Y sin embargo, tr asfon do gris del despot ismo: éste era el secreto pens am ient o político del
pensar en caer en su esta do vulner able provoca un estre meci mient o; un que las fisiologías [escritas po r los fIa 1teursJ formaba n parte" . 41 El to no
hecho co n el que las autor ida des tal vez cuenten al perm itir la residenci a de la re visión - que el fIa'leu r escribe "ante el tra sfond o gris del des potis-
de estos ha bitan tes en la ciu dad como una presencia que co nst riñe al res- 1110"- es cla ramente crí t ico , y la razón de este cambio es el fascismo. En
to de nosotros. Incluido en este " nosot ro s" debe estar el propio Ben¡a- una ent rada agregada tardíamente al Libro de los Pasajes (después de
min, que nunca negó su or igen de clase burgu és. 1937 ), Benjamin menc iona como "ve rdader o [iáneur asala riad o " y
Escr ibió acerca de su juventud: "Nunca he pa sad o la noc he entera en "h ombre-san d wich" a Henr i Beraud (L. P., p. 803), per iod ista pro rofas-
I3s calles de Berlín (... ) Só lo las calles conocen de la ci uda d algo que yo cista p ara el Gringoire, cuyo ataque na ciona list a '1 antisemita contra el
no logro sent ir '1 qu e hizo de las miserias '1 los vicios algo así como un minist ro del Int erio r de Lean Blum llevó al hom bre a l suicidi o. (Ben ja-
pa isa je que lo empa paba t odo des de qu e se ponía el so l hasta q ue ama- ruin an otó qu e indicios de esa pol ítica podían enco nt rars e ya en Baude-
necíe"." La po breza '1 el vicio . C lases tra bajado ras y clases peligrosas. [aire, cuyo diario co ntenía un "chiste": " Podría orga nizarse una bon ita
¿A quién " pe rtenece n" las calles? En la s prime ras notas para el Libro de co nspirac ión co n el fin de extermina r la raza judía " .)41 Como un prego-
lo s Pasajes (192 7- 1929) 8en jami n comenzó una formulación: " Las ca- nero en la calle. el financ ieramente exitoso Beraud vendía la línea fascista
lles so n la viviend a del co lect ivo. El colect ivo es un ente eterna mente de casa en casa, línea que camu flaba los antagonismos de clase reemp la-
inqu ieto, eternamente en movimiento q ue vive (erlebt), ex perimenta zándolos po r el pseudo tema de la raza. La división vertica l ent re clases era
(erfah rt ), conoce '1 medita, ent re los muros de las cas as tanto como los a SI des plazada po r la di visión horizonta l ent re los hijos de la nación '1 los
ind ivid uos ba jo la protección de sus cua tro pa redes. Para est e co lectivo, extraños, permitiendo que el ataque contra la izquierda se escon diera ba-
los brilla nte s carte les esmal tados de los co merc ios son ta nt o mejor ador- jo la jerga del patrioti smo .
no mural qu e los cuadros al óleo del salón para el bur gués. Los muros Un (lálleur asalar iado lucra al segu ir la moda ideológica. Ben jamín lo
con el "dei enee d'afficher' son su escrito rio; los kioscos de prensa, sus bi- conecta en últim a instancia con el informante de la policía y en una nota
bliotecas; los buzones, sus bronces; los bancos, sus muebles de dormitori o;
40 . ~ EI París del Segundo Imperio en Baudelaiee", en Puesía y capitalismo, p. 5 1.
41. Ibld., pp. 51-52.
39. "Crónica de Berlín", p. 44. 42. Citado en Poesía )' capitalismo. p. 26.
138 SUS.... N Bu c¡,;· MoMS5 Er. FLANE U Il. . EL H O M I\Il. E- SA N D W1 C ll y LA PU TA 139

tard ía estab lece la asoc iación: "Flállwr - Hom bre-Sandwich - periodista- a muchos millones" U, 66, 1, p. 353). Sobre la multitud como observado ra:
en-unifo rme. Este últ imo publicita al estad o, no ya a la mercancía " (1, pp. " El público de un teatro, UII ejército o los habitantes de una ciudad [forman ]
117-119). En un clima econó micamente precario e ideológicam ente extre - masas q ue no pertenecen en cua nto tal a ninguna clase social. El mercado Ii-
mista como el de la décad a de 1930, la pena par a un escritor que se rehu- brc aumenta estas masas ráp idamente (... ) en la medida en que a partir de
saba a obrar como lo indicaba la línea política vigente podía ser gra nde. aho ra cada mercancía reúne en torno a sí a la masa de sus comp rad ores. Los
Después de 1933, las ansiedades de Benjamin co n respecto al dinero fue- estados to talitarios han tomado esta masa como su model o. El co ncepto na-
ron consta ntes; despu és de 1939, su temo r fue su segur idad perso nal. Para zi de 'com unidad del pueblo' (Vofksgemeinschaft ) procu ra extirp ar del in-
este hombre de izquierda indepe ndiente y judío alemán exilia do, Par ís no dividu o singular todo lo que impida su fusión total en una masa de clientes.
repr esent aba un refugio duradero. En lo qu e seguramente es una entrad a El único contrincante irreco nciliable que tiene el Estado (... ) es el proleta-
tardía escribió: " El proletariado tiene una experiencia muy especifica de la riado revolucionario. I:ste destru ye la apariencia de la masa (Sebein der
metrópoli s. El emigrante tiene una similar" (L. P., p. 353). Masse) median te la rea lidad de la clase social (Realitat der Klasse)" U 81 a,
Resulta imposible fijar con precisión cronológica los fragmentos del Li- 1, p. 377). El fascismo atra ía al colectivo en su estado inconsciente, so ñan -
bro de Jos Pasajes y así argumentar, Por ejemplo, que después de 1933 Ben- te. Ha cía "I ...) la apariencia en la historia algo deslum brante por cuanto la
jamin no volvió a hablar del colectivo favor ablemenre." Pero incluso si su remite a la naturaleza como a su pat ria" (N 11, 1. p. 478). Despu és de 1937
evaluación del potencial revolucionario de las masa s camb ió, ta l vez no sea Benjamín notó que la Eríebnis había llegado a significar esa rend ición al
éste el punto crucial. M e parece que a lo largo del Libro de Jos Pasajes, Ben- destino encapsulada en la consigna de la juventud hit leriana: "M uero por
jamin (con total consistencia) sostuvo a la vez que 1) sólo la clase pro leta- haber nacido alemán" (m 1 a, S, p. 800). Lejos de "compe nsar la unilatera-
ria ten ía fuerza potencial como sujeto revolucionario; y que. sin embargo, lidad del esp ír itu de la época " [lu ng), esta reacción esta ba totalmente
2) sólo despertando a ese colect ivo rodavta-no-conscie nre podía esa clase ser permeada po r él (N 8, 2, p. 474 ). Ben jamin se hacía esta pregunta: " ¿Se·
interpe lada. El énfasis esta ba puesto en el desperta r; un estado q ue la bur- r á antes que nada la empan a {Einfüh/lIng) co n el valor de cambio lo que ca -
guesía jamás alcanzarfa." El colectivo so ña rue pod ía incluir ambas clases. pacita al hombre para la 'v ivencia total' [Erlebnis} {del fascismo}?" (m 1 a,
Era simp lemente la " mu ltit ud" y era el origen de percepciones engañosas e 6, p. 800). ..Al ojo que se cierra cua ndo se enfrenta a esta experiencia (la de
ilusorias. Dos citas (ta rdías) son cruciales. Sobre la multitud co mo lo o bser- " la inhospitalaria y encegnecedo ra época del indust rialismo en gran esca-
vado: " De hecho este colectivo [de 1860) no es en absoluto ot ra cosa que la" ) se le apa rece una experiencia de naturaleza complementaria como su
apariencia (Sehe;,,). Esta 'multitud' en la que se deleita el fláneuT es el mol- casi esp ontá nea imagen futura" (1, p. 609). El fascismo era esa imagen futu-
de donde 70 añ os más tarde se fund irá el concept o naz i de 'comunidad del ra. M ient ras condenab a los contenidos de la cultura moderna , encont raba
pueblo' (Volksgemeinschaft]. El fláneur, que se complace demasiado en su en el colectivo soñanre creado por el capitalismo de consumo un recipiente
propia viveza de espíritu (.,,) se adela ntó en esto a sus contemporáneos, a mano y listo pa ra su fantas magoría política. La porosidad psíquica de las
pues fue la primera víctima de un espejismo que desde entonces ha cegado masas 110 despen adas abso rbía las ext ravag ancias escenificadas de los en-
cuentr os masivos de tan buena gana como la cultura de masas." Y si el
43 . De hecho, ,¡I menos tan tardíamente como en el exposé de 1935, Benjarnin
expresó sus esperanzas de que el "colectivo sonante" pud iera ser despertado (al mis-
111 0 tiempo que insistía sobre las diferencias de ciase). 45 . "{... ) las llumns :1 los costados del estadio de Ncrembcrg, las enormes y
_ 44. En 11 1Hl no ta temprana; "¿No enseñó Mc rx que la burg uesía, co mo cluse, ja- abrumadoras banderas, las marches y coros parl antes, ofrecían un espectáculo al
mas puede ulcanznr una conciencia totalmente lúcida sobre sí misma? Y,de ser esto [actual] público moderno nada distinto de aquellos musicales americanos de los
así, ¿ IlU se está aurunzado a unir a su tesis la idea del colectivo onírico (pues eso es veinte y treinta que a I[itler mismo le encantaba mirar cada noche", George Mos -
el colectivo burgués)?" (O' 67, p. 856). se, Tbe NatiOlla/iUltion of th e Afas$t'$, Nueva York, Howard Ferig, 1975, p. 207.
140 Su s~r-; BUCK- M o RH I:. L FLAN EU R, El 1l 0 M BRF.- SA r<VW ICH y LA PU TA 14 1

v
Sie kónnen s ídr nicht l'ertreten,
sie miissen uertreten werden .
MARX, El 18 Bruma rio de Luis Bonaparte.

Ha bita r las ca lles com o la propia sala de estar es algo bien distinto que ne-
cesitar las como dormitor io. baño o coc ina, cuando los aspectos más ínti -
mos d e la propia vida no están prote gidos de la mirada de desconocidos y,
en últ ima instancia, de la policía. De un libro de 1934 , Images de París,
Ben ja mi n to mó no ta de estas "ca ricaturas de la miseria; probablemente ba-
jo [os puentes del Sena: 'Una vaga bunda duerme con la cabeza inclinad a
hacia adelante, su bolsa vacía ent re las piernas. Su blusa está cubierta de
alfileres en los que brilla el 50 [, Ytodos sus accesorios de mena je y de aseo:
dos cepillos, el cuchillo abiert o, la fiam brera cerrada, están tan bien colo-
Fig. 2; Escena calíeiera en Alemania. 1933. Escoltado por guardias cados (.•.) que crea ]n] casi una intimidad, la sombra de un interior en te r-
ar1~dos. un judío descalzo y sin pantalones carga un cartel de
sandwich con la "diuertida't Ieyen da. "So y judío pero no tengo quejas 110 a ella'" (M 5, 1, p. 43 1).
acerca de los nazis" (Archiv Gerstenbl'rg). La bo hemia sin hogar es una mujer. En los Estados Unidos, hoy en día.
las mujeres de esa clase son llamadas "mujeres de la bolsa" lbag lad ies ). Han
sido consumidas po r esa sociedad capita lista que hace de la mujer el consu-
hombre-sandwich era la última y degradada encamación del flJlIl?ur, él mis- midor prototípico. Su apariencia, en ha rapo s y cargando sus posesiones
mo sufrió una tra nsform ación ad icional. mundanas en bolsas usadas (de Bloomingdale's, tal vez], produce el gesto
Les ext rem es se touchent, En el plano histór ico, conceptual, las imáge- grotescamente irón ico de que acaban de regresar de un paseo de compras.
nes del flaneur y el hombre-sandwich convergen. Pero en el plano existen- Algunos de los primeros ho mbres-sandwich fueron m ujeres (un dato
cial, perceprual, en tamo extremos sociales permanecen distintos. (Ambos qu e Benjam ín no not a ). y la diferencia sexual co mplejiza la po lítica del
e!es s~ n necesarios para el co noci miento; ninguno - ni la percepción empí- vagab undeo." En 1884 un escri tor del Tim es londinense informaba:
rica ni la concepc ión histór jca-, puede redu cirse al o rro.) " Ayer (... ) me encon tré (... ) con una procesión de (... ) chicas (... ) ca r-
Es la diferencia entre sentirse totalmente en casa en las calles y estar allí gando pub licid ad es en sandwich" ; y al año sigu iente aparecía cilla Pal1
expues to y ser vulnera ble por que uno ca rece por com pleto de hogar. Los Mall Gazctte, " He mos visto, y no hace mu ch o tiemp o , muje res emplea-
poderosos sienten el espacio público como ext ensión de su prop io espacio das como ' sandwic hes" (O ED). El paso que va desde la exh ibición de
persona l: pertenecen a él porqu e él les pertenece. Para los op rimidos polí - los a nuncios en los carteles del san dwich hasta la exhibición del propio
ticamente (un térm ino que, tal como lo ha enseñad o el siglo xx, no está li-
mitado a [a clase), la vida en el espacio pú blico es más bien sinónimo de 46. Estoy en deuda con Ma ry Lidon por el material de esta sección. Ver su artículo
vigilancia estatal, censu ra pública y represión política. - Poucaulr and Pemirnsm. A Romance uf Many Di mcn si"ns ~, Hllmanities in Soá ery,
vo l. 5, II OS. 3 }' 4, veran%toño, 1982.
142 143
EL F LÁ N EIJII., EL H O M 8 I1. E- SA N V W I CH y l..I\ I'UTA

cuerpo para ven derl o les p arecía muy peq ueño. Era el tiemp o de l mo vi- hecho de que esta relación funcionaba para negarle poder a las mujeres, re-
miento de reforma moral en Inglaterra, q ue pro vocó un giro desde la re- sulta evidente, 31menos para nosotro s. Pero no resulta evidente que Benja-
gulación de la sex ua lidad a su represión. La Gazeu e era la p unta de lan- min deba ser incluido en el "nosotros" en ese punto. No era parte del pro-
za de esta ca mpaña. Culmi nó en una ma nifestación pú blica de 250.00 0 recto pol ítico de Benjamín utilizar el feminismo como marco analítico. Es
personas en el H yde Park exigiendo elevar la edad de consentimiento fe- verdad, hay una afirmación en el ensayo sobre Baudelaire de 1938: "La les-
me nina de los 13 a los 16 años. ]osep hine Butler exclam aba: " Las mul- biana es la heroína de lo moderno", pero sucede que las heroínas, como los
ti tu des y los días m e recuerdan los días de revolución en París" ; 47 Un héroes, eran en última instancia figuras trágicas, individualistas e improduc-
h istori ad or recien te sos tuvo: " Comparada con los mo vimientos de re- tivas en sus protestas socialcs.j'' Es verdad, Benjamin afirma la imagen de Sa-
for ma mora l de med iados de la époc a victoriana. esta nueva cruzada de charen de una utopía matriarcal, pero como expresión de nosta lgia por la
pute.za social est ab a más orientada a un público mascul ino, era má s madre perd ida, no como afirmación de la mujer libre. Es verdad, Benjamín
hosti l a la cultu ra de la clase obrera, y estaba más d ispuesta a utilizar rescata del o lvido el manifiesto político de la feminista sainr-simoniana Clai-
los instrumentos del estado pa ra poner en vigor un cód igo sexual repre- re Déma r y lo elogia, comparándolo con las " fantas ías" de Enfanrin "que sí
stvo'' ." Para las m ujeres, la "proreccíén'' estatal tiene dos caras, dado han dejado grandes huellas", como único "en su fuerza y su apasionamien-
que bajo ese estandarte, a fines del siglo X IX , se intentó limitar su liber- ro " .Sl El Libro de los Pasajes generalmente les otor ga una importante consi-
tad socia l y cercena r su acceso a la vida pública. deración a sus escritos. D émar reclamaba una libertad sexual radica l para las
La represión sexual no estaba ausente en París. Benjamin apuntó: " En mujeres y el fm absoluto del patriarcado: " [Nada de maternidad! ¡Nada de
1893 las coquet tes fueron exp ulsadas de los pasajes" (L. P., p. 14 1). Al igual ley de la sangre! Yo d igo: que no haya ya maternidad. Si un d ía la mujer se
~ue los (lá"eurs, allí se habían sentido en su casa." " En un pasaje, I Las mu- libera de los hombres, que le pagan el precio de su cuerpo (... ) tendrá que
jeres están como en su tocador " (convoluto 0, p. 491). La prostitución era agradecer su existencia (' oO j únicamente a su propio poder creativo (oO .) sólo
en verdad la versión femenina de la fíóncurie. y sin embar go la diferencia entonces y no antes se desligarán por ellos mismos hombre, mujer y niño de
se~uaI ha~e visibl: la posición privilegiada de los hombres en el espacio pú- la ley de la sangre, de la ley que explota a la humanidad".'u
blico. QUIero decir: el(laneur era simplemente el nombre de un hombre que Sin embargo Benjamin no lleva hasta el fin su gesto de darle espacio a
vagabundeab a; pero todas las mujeres q ue vagabu ndea ban se arriesgaban a una voz de mujer. En cambio, cita a Baudelaire, que se dirige a las prosti-
ser consideradas p rostitutas, algo que queda claro cuando los términos "ca- tutas en sus poemas mientras ellas perma necen mudas: "Baudelaire jamás
llejera" o " perdida " son aplicados a mujeres. "Les grandes horizontales" escribió un poema de prostitutas a part ir de una de ellas" , escribe Benja-
devino un término para referirse a las prostitutas en tiempo s de los buleva- min, U 66 a, 7, p. 354 ), y procede a hacer lo mismo.
res de Haussmann. La literatura pop ular de la fláncric puede haberse refe- La imagen de la prostituta, la imagen femenina más significativa en el Li-
rido a París como un "bosque virgen" , pero de ninguna mujer que vagabun- bro di! los Pasajes, es 13 encarnación de la objetividad, no de la subjetividad.
deaba por sus calles se espera ba que fuera tal cosa.
La dimensión po lítica de esta relación cercana entre la degradación de la
50. La-"espiritualidad " y el " amo r puro " de la lesbiana que " no conoce emba-
sexualidad femenina y la presencia de las mujeres en el espacio público, el razo ni familia" esta ban conectados, como la andro ginía y la impotencia masculina,
con la n tcrilidad (1, p . 661; p. 672); en ause ncia de un proyecto po lítico co lectivo ,
el suicid io se convertía en ~ Ia única acción hero ica " q ue qu edaba "en los tiempos d e
47. Cirado en judu h R".Walkowiu, Prostitution and Victornm 5ociety; Womt'11, la reacció n", "E l París del Segundo Imperio en Bsudelaire", en Poesía )' capitalismo,
CLm and r/Jt' 5tatt'. Cambndge, Cambridge Univecsirv Press 1980 p.246 p. 94. Fue la acción que llevaron a cabo Claire Déma r y el mismo Beejamin.
48. [bid. ., , • .
51. Ibid ., p . 110.
49. Una prosnrura llevaba por sobrenom bre ~ Passage des Po nccs" . 51. Citado en Poesía J Cdpitalismo, p. 110.
144 SUS AN Bu c c-M ou ss EL F L A N EU JI, EL HQMB KE - SANUWI CIi y L A r UTA 145

La cla ve n o es la pros titu ta sino la pa labra "prostit ución " y est á co nec- es desear el va lor de cambio en sí, esto es, la esencia misma del capi ta lis-
rada co n " juego" co mo manifestación de la alienación del deseo eró tico mo. Una vez que esto sucede, " la mercancía (... ) celebra su tri unfo " U 65
(en el ho mbre] cuando éste se en trega a su suerte: "{.. .) pues en el bur- a, 6, p. 35 2 ): los deseos eróticos, la natu ra leza instintiva y también las
del y en la sala de juego se t rata del mismo gozo pecami no so : poner el fuerzas de la fantasía que podr ían imagina r una soc iedad mejor, so n pro·
destino en el placer" (O 1, 1, p. 4 92), Yes el destino, no el placer, Jo qu e yecrad as en las mercancías. Atrapada s en el ca pitalismo, se convierten en
será condenado. Par a Benjam ín, mient ras q ue la figura del fláneuT encar - su entusias ta fuente de sostén.
na la t ransformación de la percepción característica de la subjet ivida d Si la prostituta es a la vez vendedo ra y mercancía, lo mismo son , por su-
moderna, la figura de la pro st itu ta es alegórica de la transform ació n de puesto, todos los trabajad ores asalariados bajo el capitalismo ." Habitual-
los obj eto s, el mund o de las cosas. En tanto imagen dial éctica, ella es "a mente, los mar xistas excluyen a las prostitu tas de la clase revolucion aria
la vez vendedora )' mercancfav.P Co mo merca ncía, está asoc iad a en el porque su traba jo es " impro ducti vo", y las destinan, desdeñosa menre, al
Libro de los Pasajes con la constelació n de "exhibición", " moda" y " p u- t.umpenp roletariat. Benjamin admite: " la prostituta no vende su fuerza de
blicidad" : " La mod ern a publicidad muestr a (...) hasta qué punt o se p ue- trab ajo; su oficio, en cam bio, trae co nsigo la ilusión de que está vendiendo
den fundir en tr e sí Jos reclamos de I ~muje r y de la me rcancía" U, 65 a, su capacidad para el placer (...)" .55 Pero detrás de esa ficción, y creciente-
6, pp. 352-3) . Corno vendedora, imita a la merca ncía y asume su at rac- mente , esta diferencia se vuelve insignificante: "En el mome nto en que el
tivo: el hech o de que su sexualida d esté a la venta es en sí mismo una trabaj o se vuelve pro stitución, la prostitución puede reclamar ser conside-
atracción. Si t radicion almente la socieda d canalizó el deseo eró tico a tra- rada 'trabaj o'. La Lorette es, en efecto , la primera en renun ciar radic al men-
vés de un intercambio de mujeres como obsequ ios elaboradamente regu- te al d isfraz de aman te. Ha ce qu e se le pague su tiempo ; poca distancia la
lado y restringid o, la gran atracción de la prost it uta es que pr om ete al separa ya de los que reclaman 'el pago de su trabajo' " U 67, 5, p. 355). Al
comprad or liberarlo de tod o aq uello. Ben jamin escribe: "No en vano las mismo tiempo, y especialmente en épocas de desemp leo, los tr abajadores
relacion es del pr oxene ta con su mujer como co n una 'cosa' qu e él vende deben hacerse "atractivos " a la emp resa: "Cuanto más se acerca el trabajo
en el mercado, exc ita ron so bremanera la fant as ía sexua l de la burg uesía" a la prost itución, tanto más tentador es llamar a la prostit ución --como ocu-
IJ 65 a, 6, p. 352). rre desde hace mucho en el argot de las prostituta s- trabajo. Esta ap roxi-
Benjamín escribió: "El amor por la prostituta es la apoteos is de la mación se produjo a ma rchas forzadas ba jo el signo del paro (desempleo];
compe net ración (EinfülJ/u ng) con la mer cancía " O 85, 2, p. 3 82 ). En el si. el 'keep smiling' ap lica en el mercado laboral el procede r de la pro stituta,
glo X IX esto era lo nuevo acerca de la "p rofesión más vieja del mundo ". que en el mercado del amor, 'sonríe' para capta r al client e" U 75, 1, p. 367).
El cu er po nat ural d e la prostituta se asemejaba al ma niq uí sin vida utili- Los trabajadores intelectuales no están menos prostituidos. Benjamin
zado par a exhibir las últimas modas: mientras más caro era su atue ndo, apunta qu e en tanto escritor Baudelaire se identificaba con las prostitutas. El
mayor era su atra ctivo. Benjamín plantea como tema: " intento de llevar
el sexo al mu ndo material" (L. P., p . 99 1). Lo que llamaba el deseo "na-
tural " de procrearse era así desviado: " La sexu alidad, mov ilizad a antaño 54. De aqu í la proposición de Marx en los MallUscritos de 11;44: "La prost itución

-socialmeure- por la fan tas ía del futuro de las fuerza s productivas [esto
e..
es sólo una expresión especifica de la prostitución p,cnem / del tr abajado r I". [trad.
esp.: Karl Mar x, Malluscritos: economía y filosofía, M adrid, Alianza, 1979.]
es, tener hijos] lo fue luego por la [fantas ía] del pod er del capita l" (J 65 55. El comentario continúm "E II t anto esto represe nta In extensión mas cxtre-
a, 6, p. 353 ). Desear a la mujer-coma-cosa que está a la mod a y a la venta ma que el espectro d e la mercancía puede experimentar; la pr ostitut a fue siemp re
precursora de la econo mía mercantil. Pero precisamente por que el cará cter mercan -
til estuvo de otro modo subdesarrollado, este costado no necesitó volverse destacable
de manera t an taja nte. De hecho, la prostitución medieval, por ejemplo, no mostr ó la
53.l'oesÍ<l y cllpitalismo . p. 185 . crasi tud que fue regla en el siglo XIX" (J 67, S, p. 355) .
146 SUS AN B UC K- MoRS S E l. FL.~NEU1I. , E L HOMB1I.E-SANDWIC H y LA PUTA 147

convo luto titu lad o "Bau delaire" documenta la tran sformació n de las relacio- .~ er i o ,S6 co sa que no sucedería si ellas hab lara n por sí m ismas . Cuand o las
nes social es bajo el capitalismo , de la cual la prostitución es pro totípica, regis- prostit utas hablan de sus experiencias , y cua nd o descr iben la degradació n
trando la transfor ma ción de la vida eró tica (en el varó n) ta l como ap arece en mod erna de la vida er ótica en térm inos del comportamient o de los hom-
la poesía de Baudela ire. Es la hon estida d de Baudelaire, la inmed iatez shoc- hres, se obt iene u na imagen muy d iferente del problem a. Esc úchenlas:
kea nre y cruda de sus impresiones sensoriales de la nueva rea lida d urbana , re- "[ Los cap ita list as y las autoridades ejercen su po der de día, luego ] (.. .)
gistrada antes de que la conciencia pudiera construir conciliaciones o to tali- se van a ha cern os una visita . Y un a vez q ue no s han desnu d ado hasta nues-
da des falsas, 10 que, según Benjamín, lo hace ta n prov ech oso par a la reflexión tras enagua s dejan de farfullar, sus ilusiones de gr an deza co lapsan y su
crítica, aun cua ndo el poeta mism o no tuviera una comprensión teórica del arroga ncia desaparece. Todos empiezan a t art amudear co m o pequeños que
origen del pro blema. En la poesía de Baud elaire, con la pros tituta como figu- q uieren dos cent avos pa ra com pr ar dulces" (Amélie H élie, 1913).
ra alegórica en una " erotolog ía de la perdición " U 66 a, 9, p. 354), se presen- "Todo s esos ciu dadan os prósperos (.. .) esposos tiernos y padres afee-
ta la degradación de la vida erótica en to das sus facetas, y bajo una lividez sa- IUOSOS, a bogad os arrogan tes, do ctores fam osos y m iembros elocu entes del
tán ica: la fragmentación fetichista del deseo , el desmem bramiento del cuerpo parlamento res ultaron ser en fermo s menta les. Como reg la, su s espos as no
femenin o, la conexión entre sex ualid dd y muerte, e! aislam iento y la fijación tenían idea de! tip o y grado de sus aberraciones. Sólo ante no sotras se at re-
de los senti dos, el aburrimiento y la desesperación iracu nda q ue permean la vían a expresar sus demandas atroces" (Anna Salva, 1946 ).
vida erótica; la soledad y, en última insta ncia, su resulta do : la impotencia. Pe- La s mu jeres de la era moderna no ha n permanecido ca lladas. Tamp oco
ro aun si este poeta se ident ifica ba con las pros titutas, ellas segu ían siendo lo han evitado la acc ión. En las notas de Benjamín so bre el siglo X I X , las ac-
" otro " par a él, un campo de significado no expe rimentado sino simb ólico. La ciones r evoluci onarias de las mu jeres aparecen int ermi ten tem ente en dis-
Einfühlllng, pro yección sob re las mujeres que pasan de largo, del m ismo mo- tintos contextos - por ejemplo , el gr upo armado de [as Vesuvien nes en la
do que so bre las mer cancías en [as vidr ieras, impl ica no la pérdi da del yo, si- revo lu ción de 1848- y él apunta que la "turb a" revolucionaria tom ó la
no la incorporación de! mun do (mujeres, cosas) como imá genes de fantasía imagen de una Medusa castra dora. Pero estas citas (com o aquellas de Cl ai-
den tro de los propios sueños diurnos (y luego la pérdida de uno mismo en re Dém ar) ca si no son medi adas por su comenta rio teórico .V Al mis mo
cllas). Ésta es la "visión ilustra tiva" del [idneur: como un alegoris ta que com-
pon e un libro de em blemas, escribe "su ensoñac ión (.. .) co mo text o para las 56 . Como ejemplo de una reivindicación tal, considérese la especulación cumple-
imágenes" (M 2, 2, p. 424). Benjamín apuntó: los lectores de Baudelaire son ramcnte seria de Benjarnin hacia el final del convoluto sobr e mod a: "La posición ho-
rizontal tuvo grandes ventajas para la hembra de la especie homo sapicns, si se pie n-
hombres. Son ellos los que lo han hecho famoso. Es a ellos a quienes él redi-
sa en los más antigu os ejemplares. les ayudaba a sobrellevar el cm buru zo , como por
mió. "A los ho mbres destina [Baude!aire] la presentaci ón y tra scendencia del ot ra parte se puede deducir de los cint urones y fajas a los que suden recurrir hoy las
costado lascivo [coté ordllrier] en su vida sexual" (1, p. 673) . Benjamín co- mujeres emb araz adas . Partiendo de aquí se podría aventura r qu izá una pregunta: ¿no
menta: "Él no es de! agra do de las m ujeres" {ibíd.}, apareció el bipedismo en general antes en el hombre que en la mujer? En ese caso, la
mu jer hu biera sido durante un tiempo la compañera a cuatro patas del hombre , como
No es de extrañar. Cuand o Baud elaire in scr ibe sus poem a s como a le- hoy lo es el perro o el gato. Más aú n, es posible que sólo haya un paso de esta supo -
goría en el cue r po de la prostit ut a, com o m ujer ésta se ve reducida a un sición a concebir el encuentr o front al J urante la cóp ula como una especie de perver-
signo, q ue deb e sufr ir la mis ma deg r adació n que el hombre-sand wich. sión primitiva, y quizá esta abe rración haya tenido mucho que ver con el hecho de que
a la mujer se le haya enseñado a camina r sobre do s pies" {B 10 , 2 , p. 10B) [!J.
Benjamí n desc r ibe a la Einfüh lllng como la " tenden cia ilimitada a r epre - 57 . Estudios recientes han do cument ado la preponderancia de la imagen de
sent ar la posición de todos los de má s, cada ani ma l, ca da cosa mu erta en M edusa de la multitud, y la conexión entre el miedo a la sexualidad femen ina no
el cosmos" (I, p. 1179). Pero las mujeres no so n cosas m uer ta s. Son suje- con t enida y la am ena za de revolu ción proletaria en la Fr ancia de l siglu XIX. Ver
SUSann:1 Barrcws, Distorting Mirrors, New H aven, Yale Un iversity Press, 1982.
tos (silenciados). Si el único vocero que las r epresent a es el hombre, en- Ver también Neil Hertz, "Medusu's Head: M ale Hystcria u nder I'olitical Pressure",
tonces incl uso las reivindicaciones m ás inc reíbles pueden ser tomadas en Represerüations, 1:4, 1983.
148 E L FL A NEUI< , E L H OM ll KE-S ANDWICH y LA PUTA 149

t iempo , sugiere una imagen redentora de la puta defor mada, que las fcmi- V bi s
nisras considerarán pert urb adora: "l a imagen de una disponibilidad acce-
sible a cualq uiera y que nadie puede menosca ba r"; la pu ta se convierte en Al igu al que el fláneur, en el siglo xx la pr ost ituta est á al borde de la ex-
el " ma nantial sin fin" de la du lce leche de "la mad re" (J 75 a, p. 36 8). Es- tinción precisamente cuan do sus característ icas han em peza do a permear
to se aleja bastan te de [a imagen milit ante de las m ujeres en la insurrección el conj unto de la vida erótica . " 'El diner o crí a lujuria', se dice, y este d icho
de junio de 184 8, que se rebelaro n contra el capitalismo y el pa triarcado sólo d escr ibe groseramente un hecho que va mucho más allá de la prosti-
(bajo una for m a d istors ionada, por sup uesto ) " ex tirp a ndo los geni ta les de tuci ón . Bajo el do minio del fetiche-mercancía [fetichismo de la me rcancía],
va rios prisioneros " . el sex -ap peal de la mujer se con tagia en mayor o menor grado de la incita-
En última insta ncia, tal vez, a los o jos de los ho mbres cuyo deseo eróti- ción de la mer cancía" (J 65 a, 6, p. 352).
co es distorsionado por la cosificación merca ntil, las m ujeres potencialmen- La liberación sexua l de las mujeres baj o el cap it alismo ha tenido el
te castradoras (al igual que los reptiles y otros peligro s de la nat uraleza) efecto pe sadillesco de "dejarl as libres " par a conve rtirse en ob jetos sexu a-
sean más inofensivas detrás del cr istal. les (no en su jet os). De be admit irse que la s mu jeres ha n co lab ora do act i-
• vamen te en este proceso. Si los hombres en la época burguesa tardía, al
Igua l q ue los jugadores, ha n sometido su ca pacidad de acción a las fuer -
zas ciega s de la suerte, entonc es las mu jeres, al igu al qu e las prostitutas,
h.1I1 u sado su capacid ad de acció n contra ellas misma s: hacen de sí mis-
mas o bjetos. Incl uso si nadie observ a, y aun sin estar en un a ca ja de cr is-
ta l, pen sarse const antemente observado in hib e la libert ad . Como toda vi-
gilancia, es una for ma de la censura. A lo la rgo del Libro de los Paeaies
los co mentar ios de Benjam in so bre este proceso de autocensura de las
mujer es y su conexión con la percepción de las diferencias de cla se son
per spicaces (y sus críticas están just ificadas). Apunta en generalla " par -
ticipación de las m ujeres en la na t uraleza de la mercancía a través de la
moda " (L. P. , p . 989). Cita una descri pción de 18 83 so bre la "t iran ía "
de la m oda, a la que las m u jeres se some te n pa ra mante ner su rango so-
cial, y se ref iere al comenta rio de George Simme l de q ue las m u jeres se
apoya n en la mo da de bido a su "débil " posición socia l (8 7, 8, p . 104 ).
La natura leza de la mercantilización de las m ujeres, observ a Benja mín ,
ha cam bia do para reflejar las condicio nes cam biant es de la pro ducció n
capit alist a: la regime nta lizaci ón de la línea de montaje ha terminado por
refleja rse en una nueva forma de sensualidad: la líne a de cor ista s, con su
exh ibición de girls "e n r igurosos vest idos unifor m ad os " (J 61 u, 1, p .
346 ). En la ciudad moderna, las mu jer es parecen un artícu lo "pro du cid o
Fig. 3: Manncqu in vivanr instalado en una vidriera. en masa " a ca usa del enmascar amie nt o de la "exp resión ind ividual" ba-
Miroir du Monde, 1936. jo el m aq uilla je: "M ás adelante lo confi rm an las gir ls unifor mad as de la
revista " (J 66, 8, p . 353 ).
150 5 11SAN uuc e-xi o s sc E l.. FL-ÁN Eua , E l.. H O M Blt E-S" " U W1C ll y 1.." rU T" 151

Las mu jeres en la soci edad capitalista - rodas las mujeres- representan La s muñecas mecán icas fueron un invento de la cultura burg uesa. En el
el pa pel de las merca ncías pa ra atraer un público dispe rso de co mp rado - siglo XIX esto s a utómat as, ta l como las figuras de cera, eran comu nes. Tan
res potenciales; una mimesis del mu ndo de las cos as qu e para el tiempo tarde como en 1896 el " motivo del muñeco posee un sign ificado crítico-
de Ben jam in se ha bía con ver tido en sinó nimo de sens ualidad. Benjamín socia l. Así: 'No tiene usted idea de lo que repugnan estos autómatas y rnu-
con sidera a este pr oceso la ma nifestació n suprema de la mecan ización de ñecos, cómo se respira hondo cuando en esta soc iedad uno encuentra una
la na turaleza , de la victoria de lo inorgánico sobre lo o rgán ico. Al igual natu raleza plena" (Z 1, 5, p. 702 ). Irónicamente, si origina lmente los ni-
q ue Baudela ire, Benjamín conecta todo esto co n la muert e. a pun tando ños aprendían el comportamiento protector de las relaciones sociales adul-
q ue el psicoaná lisis, qu e se desar ro lló com o ciencia bajo el capita lismo, tas jugando co n muñecos, ahora ese juego se ha convert ido en el campo de
"( ... ) no vac ila ría en (... ) cons iderar las relacio nes de la muer t e con la entrena miento pa ra el aprendiza je de relaciones cosificadas. H oy en día, el
sexualidad, y. más precisamente, de un presentimient o amb iva lente por objeti vo de las niñ as pequ eñas es convert irse en "muñecas ".ss Est a inver-
encont ra r una en otra"; la conexión t am bién ex iste en la literatura en la sión epirom iza aquella q u ~ M arx considera ba característ ica del modo de
figura de las " mu jeres fa ta les, la concepc ión de un a mu jer-máq uina , ar- producción capitalista industri al: las máqu inas, que po rt an la promesa de
tificia l, mecán ica, sin común med ida ~on las criaturas vivientes , y so bre natu ralizar la hum an idad y humanizar la na turaleza, conducen en cambio
todo mort ífera " (Z 2 a, 1, p. 704). a la mec anización de ambas.
En sus escritos tempranos, M ar x sostenía que la ca lidad de las relacio-
nes eróticas proporcionaba un índice del gra do de progreso social: " (... ) la
relación del ho mbre con la mujer es la relación más natural del hombre con
el ho mbre. En ella se muestra en qu é med ida la con ducta natural del hom-
bre se ha hecho hu mana o en qué medida su naturaleza hum ana se ha he-
cho pa ra élllatu raleza" . S'.I M a rx concluye: "Con esta relació n se puede [uz-
gar el grad o de cu ltu ra del hombre en su totalidad " .60 Benjamin co nocía
los escritos temp ranos de Marx a tr avés de las edicion es de Riazan ov
(192 8) y de La nd shut y Mayer (1932) -embas a parecen citada s en el Libro
de los Pasaies- , y juzga el grado de alienación en la sociedad cap italista
precisament e en estos tér minos. Benjam ín no era un apo logista de la fami-
lía burguesa, y creía que las relaciones duraderas sólo podían ser sosten i-
das en la sociedad existente de manera negat iva, a través de las energía s
destr uct ivas que eman an de un deseo no libre; pero sostenía que en el

5 8. De ma nera similar, allí dond e Dickens todavía podí a ver un " sand wich ani-
mado" , la vida hu man" prestá ndole sus rasgos a una cosa (algo que otorga a las
ob ras de Oran dvillc un carácter socinlmente utópico), el siglo xx ve slmplemenre al
" ho mbre-sandw ich", el ser hum ano-devenido-cosa. '
59. Karl Marx, Mallu$crito$: economía y filosofía, p . 142.
60. Ibíd. En el Libro de los Pasa;es {convolutn X) , Bcnjsmin se refiere no a este
fr agmento, sino a uno inmed iatamente anterior qu e ha bla de la propie dad comunal
Fig. 4: Vendedores amb uíantes, jugu etes a cuerda y ni ños. y la com unidad de las mujeres.
Mi ro ir du Monde, 1936.
152 SUS AN nv cx-xt o ass EL F L~ N EtJR, EL HO M BRE -SANDWIC/i y L,.. P UT,.. 153

terreno de la sexualidad " libre", en dond e el sexo tiene un ca rác ter ma - sitio, de aquí surgió la particular belleza de las pa risinas. Ante s de que un
q ufnico y la a tracción uno me rca ntil, la vio lencia es inrr inseca a las rela- hombre las mire, ya se han visto reflejada s d iez veces. Pero ta mbién el
ciones erót icas. y el sad ismo su ma nifestación lógica: " Sacar a la luz los hom bre se ve rela mpaguear fiso nó mica mente (... ) Incl uso los o jos de los
as pect os mecá nicos del organ ismo es una persisten te tendencia en el sá di- tra nseúntes son espejos colgados" (R 1, 3, p. 552). La imagen surrealista
ca. Puede decirse que el s ádico intenta imp oner al organismo huma no la de los es pejos colgantes refleja los extremos contradictor ios de visibilidad
image n de la máquina . Sade es hijo de un época que se deleitó con Jos a u- y anonimato del ha bita nte de la ciu dad . Un narcisismo ext raordinar io y un
tómatas" U 80, 1, p. 374 ). Benj am ín perci bía una cone xión cercana entre esta do a bsort o const ituyen el reverso de esa Eiu fiihlung que se proye cta
la s disto rsion es de la vida erótica modern a y el fascismo (y la guerra m od er- pro miscu am ente so bre t od o y todos. El ha bita nte de la ciuda d es constan-
na) por un lado, y la impo tencia polít ica po r otro lado (L. P., pp . 349-350 ); temente d istr aído po r estím ulos exte rn os nunca asimilados por la concien-
e inversamente, la afinidad estrecha entre la pasión erótica y la revolucio- cia, y constantemente entra en conta cto con multitud es de personas que no
nar ia (convohuo C). EJ deseo sexual proyecta do sobre las mercancías, al conoce por sus nombres. Esto cond uce a la soledad ca racterí stica de la ciu-
dema ndar una posesión in mediata, er a incapaz de sos tener las distancias dad moderna. La expresión de esta situación en la filosofía es el aislamien-
en el interior del deseo q ue eran la fuen te J e! " aura" del am or. El res ulta- to existencia l del sujeto qu e es ca racterístico del ideali smo ta rd ío. Benja-
do era la " decadenc ia " del am or (O 2, 3, p. 4 95), Y el de seo polít ico de min cita el estu dio de Ado rno sobre Kierkegaa rd curo sujeto filosó fico, en
utopía sufría de la misma ma nera. H a blando de la burguesía, Benjamín ta nto fliilleur, va de paseo sin de jar nunca su hab itación . A d iferencia de la
escr ibió: " (... ) la lucha de clases es la principa l causa social [de la decaden- burguesí a tempra na (po r ejemp lo, 8eethoven' l o ROllssea u),62 el ha bitante
cia del a ura)" U 64 a, 1, p. 350). Y aun más: " La deca dencia del aura y la modern o de la ciuda d no tiene el lu jo de la oita contem plativa en ca mina-
atro fia -condic ionada po r la pos ición defensi va en la lucha de cla ses- de tas solita rias. Tam poco es esta esfera pública un es pacio de diálogo." Ben-
la fan tasía de una na tura leza mejor, son una mism a cosa. Co n ello , la de- jamin nos ofrece el costado percib ido, vivido, de la aliena ción ur bana en
cadencia del a ura y la decadencia de la pot encia sexual so n al final una una descripción que es segu ra mente autobiogr áfica: " La em briaguez se
mism a cosa" U 76, 1, p. 368) . ¿En qué medida esta ba Benjam in hab la n- apoder a de qu ien ha ca minado largo t iem po por las calles sin ningu na me-
do de sí mismo en el Libro de los Pasajes? tao Su marcha ga na con cada paso una violencia creciente; la tenta ción que
supon en tienda s, bares y m ujeres sonr ientes disminuye cada vez más, vol-
viéndose irr es ist ible el mag netismo de la próxima esqu ina, de un a masa de
VI fo llaje a lo lejos, del nom bre de una calle. Entonces llega el ha mb re. t i no
quier e saber nada de los cientos de posibilidad es que hay para calmar la.
La im potencia masculina - figura clave de la soledad - bajo
SIl signo las f uerz as productivas se det iene n - un abismo 61. "En los prim ero s años de este siglo [xt x ], todos los días se po día ver a un
separa a los seres human os de su p ropia especie (I, p. 67 9). hom bre ca minando alrededor de las tlIuratbs de ti ciudad de Viena, sin import ar el
tiemp o qu e hiciera, con nieve o con sol: cru fjccrhuven, que. pase ándose, repet ía en
su cabe za sus adm irables siufonlas anres de verterla, ~ I papel ; para él el mund o Y~ no
Creo que la concepción [del Libro de los Pasajes], si bien es existía (... ) no veía (...) su mente estaba 1." 11 otr a parte" 1M l O a, 1, p. 4 56 ).
m I/Y tJersonal en sus orígenes, tiene como objeto los intereses 62. "Res ulta decisivo que Rousseau - en Sil o~'i ()s id ,\d- disfrut e ya de sí mismo,
pero sin culminar aún el giro hacia el exterior" (M 20,1, p. 455).
históricos decisivo s de nuestra generación (1, p. 1137). 6 3 . " En el f/Jllc lIr, podr ía decirse, retorna el ocioso de quien Sócra tes estaba' dis-
pu esto a ser comp añero de düílo~u en clmercudo ateniense. Salve que ya no hJ Yun
En su evoca do ra sección so bre París como "l a ciudad de los espejos" , Ben- Sócrates , y ento nces el ocioso no es interpelado . Y ta mbién ha des~ pareci do el tra-
bajo esclavo, que era lo que g;lranti7.ab J Sil ocio " (1, p. 6 85 ).
jamin comenta: " Las muje res se contemplan aquí más que en ni ngún ot ro
15. SUShN BU CK -M o RSS EL f LANE U R. EL H OM BRE · SAN DW I C H y LA PUTA 155

Como un animal ascét ico deam bula por barrios desconoci dos has ta que, pro yecciones fant as iosas. Otra com pleta mente distinta es contemplarnos
totalmente exha usto, se derr umba en su cua rto, que le recib e fría mente en de pronto desde el exterior, como acto res en una escenario brechriano, en
medi o de su extrañeza" (M 1, 3, p. 422 ). Este otro costa do de la existen- el qu e la alegorí a qu e retr at amos es el sistema capita lista mismo.
cia ur ban a era revelado por las descripcione-s deslumbrantes y eufóricas de En las notas pa ra el Libro de los Pasaiee, e! a utor y su vida cotidiana
la ciuda d como "paisa je" o las calles com o "interior",(,I, prese ntes en la li- son visibles. A través de nuestr a pro pia {lane"rie, y co n las claves que nos
teratura de la fláneurie, pero la sensa ción de qu e la ciudad moderna era o ha dej ado, no es difíc il reconstru ir el pro grama de tra bajo de Benja m ín.
bien na tu ral o bien hogareña era en última instan cia, de acuerdo con Ben- Llega ndo desde la ribera izq uierda por met ro, habría sal ido a la supe rficie
iamin, una ilusión : " Pa ra el flán eu r, su ciudad -aunq ue haya nacido en ella en la rue 4 Septembre a tr avés del po rtal art mmvean q ue todavía sigue en
como Baudelaire-, no es ya su pa tr ia. Rep resenta un esce na rio" U 66 a, 6, pie. En un d ía de ma l t iempo (prefería las ma ñanas gr ises) habría buscado
p. 354). Benjamín sugiere q ue ser un miembro de b multitud. en vez dar- el refug io de! Passage Cboieeu í (constr uido en 1825) co n sus tiend as de ro -
le a " la mu ltitu d" el lugar de obj eto de fascinación del narrador que se au- pa y m ateriales de escr itorio para oficinistas; hab ría do blado a la izq uier -
roexcluye , implica experimentar una alienación que puede ser penosísima. da atravesan do su extensión aún mor ibund a lucia la me Sainte-Anne, y
Aquellos que 10 sienten más inren sameiñe son pari as: los extran jeros y los habría salido a una cuadra de la pequeña y exub era nte mente verd e Place
pobres. ¿Cómo puede ser redimida la soledad de la musa anónima? ¿N o de Louvois, caracterizada por una pa z silenciosa que termina de man era
sería mejor simpleme nte recha zar la llueva realidad y mirar para otro la- a bru pta en la rue de Richelieu. Cru zando sus veloces carriles de tr ánsito,
do? Los intel ectua les han estado siempre entre los más ansiosos po r tratar alcan zar ía la seguridad de la galería de entrad a de la Biblicrhequc Natio-
de hacerlo. " Desde finales del siglo pa sado se ha hec ho una serie de renta- na le. Tra ba ja ba "el día entero allí" acostumbrán dose fina lmente a las
rivas para a poderarse de la experiencia ' verdadera' en co ntra posició n a una " molestas regulaciones" en el salón de lectu ra principa l (L. P•• p. 900), con
ex periencia que se sed imenta en la existencia normatizada, desnatura liza- su cú pula deci mo nó nica de hierro y vidrio y, sobre el cielo raso, un "cielo
da de las masas civilizad as (••.) Está muy claro que no parti eron de la exis- estival pint ado" [h" 5, p. 876 ). Sentado más abajo, uno escuch a el m urmu-
tencia del hombre en la socied ad . Se reclamaban de la literatura, mejor llo consta nte de las po lvorientas pá ginas de los libro s. Y cuando uno se
a ún, de la na tu ra leza, y por último, con cierta preferencia , de la edad mí- cansa de leer o de es ~rar un libro, un cor to pasco desde la biblioteca tr ae
tica. La o bra de Dilthey Vida y poesía es una de las primeras en esta línea, a la vista todo el París central. Segur amente Benjamín trabajó de este mo-
q ue aca ba con Klages y un Jung adscrito al fascismo." 65 El proceso del co- do , d escubr iendo en sus investiga ciones la histor ia de los lugares a tr avés
nocimiento se mueve en la dirección o puesta. Si nosotros com o sujetos mo- de los cuales se movía. Los temas del Libro d I! los Pasaies pueden de he-
dernos hemos de hecho desist ido de nuestra capac idad de acción, ento nces cho se r deli nea do s npogr éfícame nre sobre una pequeña sección del mapa
el pr imer pa so para volver a gana rla es reconocer su p érdida, y leer nues- de París, co n la Bibliothéqu e Nationalc en su cent ro. En un tiempo en el
tro propi o comportamiento co mo expresión del ca pita lismo mercantil que que el primer aeropuert o comercial de París esta ba siendo construido, y en
act úa a través de nosotros. En este caso, si se hace violencia a l proceso hu- el que la amb iva lente cultura me rcan til est a ba a punto de descend er so bre
mano de producción de significado, esta violencia tiene un ori gen objet ivo. un mun do to dav ía preind nst rial en su mayor parte, Benjam in encontró los
Una cosa es crear a part ir de los ot ro s figur as alegóricas para las propias elementos de esa cultura en su for ma más temprana y original, conc entra-
dos en una sección de París a la que fácilmente se llegaba a pie. Trab ajó
64. "Paisaje forma do de p ura vida', como lo llamó un a vez Hc fma unsthal (.. .) aq uí como un etnógrafo en un a alc1ea,66 except o que sus informantes eran
o~ n~ á s. exactamente: ante [el f1JlIeur] la
ciudad se separa nitidnuc ure en sus polos
dlalectlCOs: se le abre co mo paisaje, le rodea como ha bj ta ~'i 6n ft (e' , 1, p. 872). 66. En el mismo mo mento histórico, Lévi-Serauss dejaba París para ir a Brasil,
6 5. Poesía y capitalismo, p. 125. en busca de aldeas ind ígenas todavía no lllanchaJ:l s por la civilización occidenta l.
156
S USA'" B UC K- M O R\\ r l. F LAN l UK, EL 1I 0 MB Il E.- SA"'D WI C H y LA rUTA 157

Vcrdeau- está n com un icado s entre sí. EJ Passage j ouffro y funciona com o
en tra da al M us ée G révin, qu e alberga figuras de cera en retablos histór icos
r de moda. " No ha y eremización más pert ur bad ora que la de lo efímero y
ti de las for mas de la moda que nos reservan los museo s de cera. Q uien al-
J-:u na vez los haya visto, se enamorará perdidamente, com o André Bret ón
(Nad;a, París 1928), de la figura femenina del Mu sco Grévin, que desde el
rincón de un palco se ajusta [a liga " (B 3, 4, p. 97).
La m ujer de cera aú n se ajusta la liga, como lo ha hecho po r más de me-
dio siglo . Su act uación es un mom ento congelado en el t iempo. Permanece
inaltera da, desafiando la decadencia orgánica. Pero su vest ido ro jo está
añ ejo; s u figu ra y su pelo ya no está n de mo da ; claramente, ha envejecido.
Ha cia el este. Benjamín podía caminar desde Les Halles al M arais atra-
vesando un paisa je parisi no que la ren ovación urbana ha tra nsformado
desd e en ton ces por co mpleto. Pero todavía existen el distrito de la indu-
mentaria, el guardarropa tr as las bam balinas de la escena parisina, y los
maniquíes desnudos en las vidrieras, vend iéndose a l por mayo r. Al oeste, a
lo largo de los bulevares que conducen a la Ó pera , Benjamin se mo vía po r
la escen a par isina propiamente d icha. Tiendas de mod a y los Gra nas Ma-
Kazins - Printemps, Galeries de Lafayette- bordean el Bulevar Haussmann.
Fig. 5: MI/jer ajustdmiose /<1 liga de sus m edias. MlIséc Crév in,
Fotogra fía de SI/san Buck-M orss. En los alr eded ores de la Gare Sto Lazare, una "fábrica de sueñ os" pasada
de mo da / 7 esta exhibición de mercancías deja paso repentinam ent e a la
exh ibición de mu jeres, prostit utas. El sho ck de la tra nsición y sus efectos
c~sas q ue habla ba n de una vida pasa da. Incluidos en el terreno de sus ca . eróticos no son menores hoy en día. La s prostitutas de Sto Lazare Sto De- °
mma tas estaba n, primero y so bre lodo, los pasajes sobrevivient es q ue cir- nis, los ángeles ambivalentes de la "teología negat iva " de Benjamin, flan-
cun dan el R· N: Choiseul, Vivien ne, Col berr, Putea ux, I lavre, Panoramas, que an los lados del campo de observación en el que descubri ó al mundo en
Jouf~roy. verd ean , Prices, Caire, G ran d-Ce rf, Vero-Dodar . Un paseo por el miniatura. "Se empez ará un paseo por París con el ape rit ivo, esto es, entre
Pala is-Royal Jo llevaba al Sena, en cuyas orillas, en 1937, al igua l que en las 5 o 6. No se lo quiero fijar. Puede usted tomar co mo punt o de partida
1,8 67 y 1889, se co nstruía n los pa bellones de la ex posición universal. Ha - una de las grandes estaciones (..• ) Si quiere usted sa ber mi op inió n, le aco n-
. ,,-de"" p.anora mas, Jo uff roy,
CIa el norte más allá de la Bourse • [res. pasajes sejo la estación Sto Lazare. Y es que allí tiene usted en torno a sí media
Francia y med ia Europa; nombres como Havre, Pro ven za , Roma, Amsre r-
Desembarc ó en Río de janeiro en 1934: "El cambio de un hemisferio a ot ro y d . dam, Constantinopla se extienden por la vía como el relleno dulce por una
un ccn rmenrc y clima a otr
la del os, h.,1 hec.,10 , en prrmern
' ' . ' e
m Sl arlCl ¡l , poco más q ue volver
. " fl U J a .1." "eada capa
super ', . .de vid,n' o q ue,
. en E.uropa, !; .I[V I." para crear las mismas con-
diciones de manera artificial. M I primera unpresion de R,·" fue la d 67. "C iertame nte: hoy, en la época de los coches y de los aviones, son sólo lige-
.. l ' n · .. e una reconstruc- ros y atáv icos temores los que aú n muran en los negros vestíbulos [de las esraciones
cron a aire tnre de las Gallen as de Milán, las Galerij en Amsterd am el Passagc de
Pa~o~amas, o el hal.! centra l de la Gare Saim-Lazare", d auJe I.évi-Strall~ Tr;s// de tre n], y esa manida comedia de la despedida y del reencuent ro que se realiza de-
Trópicos, Buenos Aires, r UDEBA, 1970, p. 85. s lame del vagón Pullman , hace del andén un teatro de provincias" (L 1, 4, p. 4 12).
158 S VSA, N BU C K-Moll.5S E L F LAN E U \l.. EL H O />lll k E- SA :-rD WI C H y LA /' U T A IS'

tarta. Es el llamado barrio Europa, en el que todas las grandes ciuda des de de estas imágenes, uno se despierta del sueño con el conocimiento históri-
Europa ha n brin dado una calle como representante de su prestigio. Predo- co necesario para interpretarlo como pesadilla o rea lizarlo como deseo.
mina un prot oco lo bastante rígido y detallado en este cuerpo diplom ático Las imágenes ingresan a la psiq ue del individuo, per o son percibida s co-
de calles eu ro peas. Se separan mu cho unas de otras Y. si t ienen algo qu e ver lectivamente po r la ma sa de los paseantes. Ellas les " hablan" a aquellos
entre sí -en las esquinas-, ento nces se encuentran muy cortésmen te sin nin- que pasan de largo y, en el mu ndo al revés del capitalismo en el que las co-
guna ostentación" (ca 6, p. 829). Dentro de una concepción en la que las sas está n relacio nadas pero las personas no, devienen el medio a t ravés del
calles se saluda n unas a otras, la alienación de la ciudad se disu elve. Brecht cual el a islar nientn de los individuos y las generaciones es superado .
critica ba la animaci ón benjam iniana del mu ndo de las cosas com o "misri- "El as falto sobre el que camina está hueco. Sus pasos despiertan una
cismo". Pero éste es también el impulso de los niños, cuya mimesis del aso mbrosa reso nancia; el gas, qu e desciende iluminando las loset as arroj a
mundo inorgánico ex presa el deseo propio del cuen to de hadas de desper- una luz ambigua sobre este doble suelo. Como mo vida por un mec anismo
rar la vida co agulada en los ob jeto s petrificados, y de deshacer la cosifica- de relojería, la figura del fláneur avanza por la calle empedrada de do ble
ción de las mercancías en el proceso. Tal v~z sea precisamente aq uí don de suelo. Y en el interior, do nde se esconde este mecan ismo , suena, como en
la meta comunista de una naturaleza humanizad a pueda encontrar su on- los jueguet es antiguo s, el tic-tac de una caja de mú sica q ue toca la melodía :
togénesis. Socializar a los niños para que imiten a las máquinas d istor sio-
na este im pulso e inviert e sus resultados. " Desde la juventud I desde la juventud I me sigue siemp re una canción.
Par a Benjamín la dimensión d ~ la infancia tenía un significado más pro-
fundo. Contra las compensa toria s y ahistóricas imágenes " arcaicas" de "Con esta melodí a reconoce de nuevo lo qu e le rodea; no como si le ha-
[ ung o Klages, trataba las percepciones frag mentarias que bomb ardeab an blara el pasado de su prop ia juventud, aún reciente, sino que es una infancia
al hab itante urbano como claves históricas. Par a el j7aneuT-como-detecti- ya ante s vivida la que le ha bla, y lo mismo le vale que sea la de un ant epasa-
ve, atravesar el espacio urb ano se convirtió en un viaje ha cia atrás en el do o la suya propia (...) Y otra cosa más: esa embri aguez an amn étíca con la
tiempo. "El {Ml/eUT asiste a la sigu iente t ransformación de la calle: ésta le que el [l éneur marcha por la ciudad no sólo se nutre de lo que a éste se le
conduce a t ra vés de un tiempo desaparecido (... ) Descienden , si no hasta presenta sensibleme nte ant e los ojos, sino que es capaz de apro piarse del
las madres, en todo caso sí hasta un pasado que puede ser ta nto más pro- meco sa ber, incluso de los datos muertos, como de algo experimentado y vi·
fundo cuanto q ue no es su prop io pasad o privado. Con tod o, la ca lle sigue vida. Este saber sent ido (.. .) en el curso del siglo X I X cua jó tamb ién en una
siendo siemp re el pasado de una juventud. ¿Pero por qu é la de la vida qu e literatura casi ina barcable [que proporcionaba un conoci miento histórico de)
ha vivido? " (e" 1, p. 871 ). Un mapa temporal se impr ime sobre el map a es- ' París calle a calle, casa a casa'" (e" 1, p. 871-2).
pacial. Las perturbadoras cadenas de las imágenes que constitu yen la per- La fusión de historia infantil e historia colectiva es uno de los aspectos
cepción urb an a funcionan como imágenes oníricas que disparan en Benja- más desconcertantes de la teor ía de Benjamín , un aspecto que él mismo
min la memoria hist órica de su propia infancia ur bana. No impor ta que las nunca clar ificó analíticame nte. Más que una teoría, era la percepción de
imágenes sean del temprano París decimonónico y su propia infancia del que el poder del rememorar histórico, su fuerza política como mo tivación
tardío Berlín decimonó nico. Las imágenes onír icas constr uida s por el capi- par a la acción present e, es el mismo, ya sea que uno esté recordando la
talismo se mu even librem ent e a tra vés de las fronteras na cionales. Y se pro pia vida o un a vida colectiva nun ca experimentad a directa men te. Con -
mue ven ta mbién por sobre la frontera ent re las exp eriencias realment e vi· cebía a l pasado en dos niveles como "es tado- de-ensueño" y como reminis-
vidas por un ind ividuo y la histo ria colectiva de las generaciones anter io- cencia histórica que permitía su interpr etación co mo " despertar" . Pero los
res que es "experiment ada" sólo a través de los libro s. Lo q ue imp orta, dos niveles no eran simplement e análogos en abstracto. Se cruzaban de ma-
tanto en el plano ind ividual como en el colectivo, es que al rastrear el origen nera concreta po rque cada infancia se superpo nía a un segment o particular
160 SU5A N B UCK -MoR SS E l- Fl-Á N EU R, El- HO MBR E-SASD W IC H y LA !' UT A 161

de la historia colectiva. En verdad, los componentes mate riales de ambas siemp re rezagad o. Era como si de ningún modo qu isiese hacer fren-
rememoraciones eran los mismos. Lo que ma rgó a la investigación de Ben- te aunqu e fuera a mi prop ia mad re. Lo qu e tenía que agradecer a es-
[am in paca el Libro de Jos Pasajes ta l intensid ad de enfoq ue fue que las ta resistencia soñado ra durante los paseos com unes por la ciudad se
imáge nes, cuya historia rastreó en el nivel co lectivo, est aba n implantad as mos t ró más tarde. cuando su labe rinto se franqueó al inst into sexual
pro fun damente en su memori a en el nivel person al. Esto hizo pos ible que (.••) [S]ent í la posibilidad confusa de liberarme más tarde de su do-
siguiera el mandato : "U no debe experiment ar la historia co mo si la hubie- m inio (el de mi madre]. en unión de estas calles. en las que apar en-
ra vivido " . y co mentase: " (... ) Y yo tr ato de los pasajes exactamente como temen te no me orientaba. En todo caso. no ca be du da de que la sen-
si en el fond o me hubieran pasad o" (L. p.. p. 992 ). sac ió n -enga ñosa, por desgracia- de a bandonarl a a ella, a su clase y
Y po r supues to que le habían sucedido. El Berlín de la infancia de Ben- a la mía, era la ca usa de! impulso sin igual de dirigirme a una pros-
jamin tenía sus propios pasajes de compras, Friedrichsrrassc y Kaisergalerie. rirura en plena calle. Pod ían pasa r ho ras hasta q ue llegué a po nerlo
y tenía SIlS propios bulevares y fláneurs, pro stitutas y autóma ta s sexuales, en pr áct ica. El pavor que iba sintiendo era el mismo que me hubie-
fant asmagorías mercantiles y hombres-sand wich . Todos los elemen tos de se producido un autómata al que una simple pre gunt a fuera sufi-
los que nos hemos est ado ocupan do está ~ conde nsa dos en un pasa je de las ciente par a pon erlo en marcha. Y así eché mi voz po r [a hendidura.
memorias de infancia de Benjamín : Luego me zumbaban los oído s y no era capaz de recoge r las pala -
bra s que cayero n de la boca pintarr ajead a. M e {ui corriendo, par a
Mendigos y prostitutas repeti r la misma noche, y en otras muchas, el temerario intento. Y
cua ndo me deten ía, a veces al amanece r, en algún po rta l. los lazos
En mi infancia est uve ap risionado por el anti guo y el nuevo O es- asfá lticos de la calle me tenían en redado sin remedio y no fuero n
68
te. Mi d an vivía por entonces en los do s barrios, con una act itud en precisamente las manos más limpias las que me liberaron.
la q ue se mezclaban la obst inación y el amor propio que had a de
ambos un ghet to al qu e consideraba co mo su feudo. En este barrio El mun do ur ba no del Libro de /05 Pasajes es una vex íe-biíd, una ima-
de pro pieta rios quedé encerrado , sin sabe r nada de los otros. Para gen qu e pu ede leerse en do s sentidos: como infancia de la cultura burguesa
Jos niños de mi edad, Jos pobres sólo existían como mendigos. Y su- y como infancia del niño burgués. N o hay redención indivi dual sin reden-
puso un gran pas o adelante en mis conocimien tos cu ando, por pri- ción social, mientr as que e! está ndar par a la revo lución social es la felici-
mera vez, la po breza se me tra slució por la ignominia de un tr abajo dad ma ter ial de los ind ividuos de los que está com puesta la sociedad . Pe-
ma l pagado. Era un a pequeña composición , la primera ta l vez, que ro a pesar de rod as las superposiciones y enrrecr uza mienros, ex isten en
ha bía redactado para mí. Tenía que ver con un hom bre que reparte registros separados." La histo ria ind ividual y la co lectiva no pueden ser
ho jas y co n las humillaciones que sufre por parte del público que no
tiene interés en las ho jas. Así sucede que el pobre, y 'con esto con-
611 . Walter Bcnjamin, b rfancia en Berlín hacia l 'JOO, uee nos Aires, Alfaguara,
cluía, se desembaraza co n disimul o de tod o el pa quete. Cierta men-
1990, pp. 108· 110. , , ._
te, la manera más inef icaz para aclarar la situaci ón. Pero entonces 69. Reconocer estos registros como separa dos distingue al adu lto del nmo, al
yo no alcanza ba a compren der ninguna ot ra forma de sublevación cuerdo d el loco. En sus último, días Hitle r creía que si iba a ser dest ruido, entonces
toda Alemania v de hecho el mundo entero debían caer junto con él. Sólo este tipo
sino la del sa bot aje, y ésta, sin dud a, por propia experiencia . Recu- de articu lación ,íe lo individual y lo colectivo debe ser evitad a (ahora más que nunc a].
rría a ella cuando trataba de eludi r a mi madre. So bre to do en los El Inund o no debe morir con noso tros, y el precio de la esperanza para el mundo es
"recados" , y con una porfía y terq uedad que a menudo desespera ban precisame nte nuestra propia lr 'lllsitur ied ,\d. De ahí que " h'IY infinita esperanza; pe-
a mi ma dre. Y es que ha bía adqu irido la costumbre de quedar me ro no para nosotros" [Kafka).
162 SUSAN BU CK-MoKS~

red ucid as la una a la otra, 70 M ás bien, al rellenar la sustancia de una, t i


otra es llevad a al alivio má s marcadamente.
E L F LÁN E U R, EL H O M B R E- SAN DW IC H '{ LA r UTA

(Por qué la historia de la soc iedad, que documenta el estado injusto de las
cosas, t iene que ser red imida? Es este mundo el que debe ser transforma-
163
I
do; no ex iste ningún otro. Se tr ata entonces de una pregun ta estú pida , al
menos para el mate rialista. Sólo el verdadero creyente q uema libros o
VII abras a la tierra. Sólo aque llos q ue son fieles de mane ra ciega pueden an ti-
cipar la destrucción apocalíptica de todas las cos as sin el dolor más pro-
Pequeii a propuesta me tódica para la dialéctica histórico- fundo . ¿Era ent onces a causa de su irreligión que Benjamin ins istía en la
cultu ral. Es muy fácil establecer en cada época dicotom ías redención de aq uello que había sido ?
en distintos "terrenos " según det erminados puntos JI! En tant o imagen onírica, el vagabundeo permite una lect ura su bversi-
vista, de m udo que de 1111 lado quede la parte "fructífera", va, y sin duda no es poco significativo que H itler haya proscrito de las ca-
"preñada de [uturo", "viva", "positiva" de esa época, )' lles a prostitu tas y vaga hu ndas. Q uien vagabundea se niega a someterse a
de otro la inú til. atrasada y muerta (...) Pero (...) de ah( los controles soc iales industriales: " El tedio en el proceso productivo se
que tenga d ecisiva'ímportancia vo lver a efe ctuar una origina con su aceleramiento (por medio de la maqu inaria ). El {laneur con
divi sión en esta parte negativa y excluida de antemano, de' su sereni da d ostentosa protesta contr a el proce so product ivo" (1, p. 4 86).
tal m odo qrte ca" desplazar el ángulo de v;sió" {tpero no Q uienes vagabundean igno ran las horas pico (ibid .); en vez de ir hacia
la escala de medida !) salga de nuevo a la luz del día. un lado , rondan po r ah í. Su práctica "es una manifestación contra la divi-
tambi én aquí, algo positivo y distinto a lo anteriormente sión del tr aba jo" (M S, 8, p. 432 ). En vez de perseguir fines privados disfru-
señalado. Y así in infinitum, basta que, en m ili tan el pa noram a (público], O están en huelga. (¿Cuándo fue que los carteles
apocatastosis de la historia todo el pasado haya sido de sandwich hiciero n su primera aparición en las líneas de los piquetes?)
llevado al presente (N 1 a, 3, p. 4 6 1-2). Las fanta sías que pueb lan la ensoñació n del {lanellr son también una for-
ma de resistencia. Co mo el ensueño diurno del trabajador frente a la má-
quina, son una supervivencia de aquella " pereza hero ica" que Ma rx temía
amena zada por la ind ustria lización. La realidad pesadillesca de la industr ia-
70. las ..confesiones au tobiogr áficas de Benjamin son más que UI '" alegor ía de
fuer2.¡Js sociales o bjenvas (en las cuales el sujeto se evapora, y la responsabi lidad pcr- lización capitalista ha desatado más sueños de paraíso que cualquier otra
sonal junto CO II él); pero su visión de los orígenes de la modernidad tampoco es sim- forma social, siendo la felicidad material su tema más recurrente. Incluso si,
plemeute la proyección de SlIS pro pias inquietudes neuróticas (en las cuales la nece- como 10 ad vertía Ado rno, la industria cultural manipula las imágenes de
sidad de IITl:l revolución social desaparece t ras la figu ra de Edipo ). Adorn o y ot roN
le han dado gra n impo rtancia ó11" nntisubjetivismo" de Benjamín . Sin d udas, éste tie-
esas fan tasías, uno podía (y Benjam ín lo hizo ) citar a M arx: "La refo rma
ne en cuenta la desintegración del sujeto burgués, cuyas ansias de comunión toman de la conciencia únicame nte co nsiste en despertar al mundo ... del sueño
la forma de un intente de postular la naturaleza y la historia como su pro pio pro- sobre sí mismo" (convoluto M , p. 459).71
dueto (al que buscan dominar). Tal como lo ha señalado Shereen Muhmo od en un
artículo inéd ito: KE] yo del autor, bajo la forma de una voz nar rativa d irigente que
delimita y ordena p recisamente el significado de la experiencia, es un Constructo que 7 1. A pesar de las inquietudes de Adorno, las di ferencias de clase no esta ban
Bemnmin evita". Las reminiscencias de su inf;:¡ ncia destru yen el yo na rrat ivo al pro- de nin gUlla manera aus entes en la reorfa benj.uniui.m a del colectivo so ñant e. De he-
yectar b experiencia sobre el especie urbano "de man er a no dir eccional"; cons tiru- cho él la conslderaba un refina miento de la teor ía de la superestructura de Marx:
yen "actos narrativos fracturados bajo la servid umbre del régimen de la ciudad" " Las con d iciones económ ica s bajo las que existe la socieda d alcan zan expresión en
[ibid.}. Pero tI imaginación de Benjam in conserva una fuerza que IlO es nad a si no la superestr uctura; es lo mismo que el que se duerme con el estómago demasiado
es autónoma y unncipaturia de una agend a que supera el aislamiento subjetivo más lleno: su est ómago encontrar á su expresión en el co nte nid o de lo soñad o, pero
por medio de la mimesis que de la dominación. no su reflejo" (K 2, 5, p. 397). Por supuesto, es el sueño de la burguesía, no el
164 Sus".'! l\ uO:-.\IORSS 1:.1. FI. ÁN EU R, E l. H O M BR E- SAN DW I C H Y LA P UTA 165

El gesto de l vaga bundeo apu nta en dos d irecciones. Es una condena del El gesto de imita r el mund o de las merca ncías también podía ser re-
capita lismo, al que son intrínsecos la explotación la boral y el desem pleo. Pe- d imido . Si los ad ultos - tr aba jado res en la línea de monta je, so ldados
ro es también, en la soc iedad exis tente, la imagen in fern al y nega tiva d e a que- marcando el paso, las "chicas " en la línea de coristas- han s ido regimen -
110 que podría devenir positivo en una sociedad rad icalmente diferente. tados y transfor mados en máquinas , un o s ólo necesita dar vuelt a la ima-
Apunta a un régime n en el que los recortes en el tiempo de trabajo, la pro- gen pa ra recuperar el sueño utópico infantil. en el cual, en vez de ser los
ducció n a uto mat izada y la saturación de los mercados no serían causa de hum an os cos ificados, las cosas son humanizada s. La visión soci alista.
crisis sino el resu ltado humano buscado . En vez de resulta r en una tragedia as¡ ent endida, es una redención de la infancia. as í como el juego infan-
personal qu e discipline a los individuos y los vuelva a poner en fila, estos t il es la visión de una sociedad red imida : "Uno de los mayo res mé ritos
p rocesos implica rían la rea lización co lectiva de la capac idad pa ra la felicidad de [Charl es] Foune r es ha ber establecido el juego como ca non del rra-
}' la libertad que una tecnolog ía socialmente organizada podría alcanzar. hajo q ue ya no es exp lotado . Un tra bajo así, anima do po r el juego , no
Benj amin veía a las prostitutas com o imágenes distorsionada s del deseo está diri gido a producir valores sino a una naturaleza me jor ada . (... )
mat erial y físico de felicidad sensua l que su teolo gía negativa afirma ba Como en efecto se hall a realizada (esa clase de tr ab ajo] en lo s juegos in-
con tra el "nihilismo antrop ológico" de mo demisras de derecha como Ce- fan tiles" (J 75, 2, p. 3( 7).
linc o Benn. Com o lema par a el "M aterialismo antrop o lógico" escog ió: Para Benj amín , el potencial prod uctivo de la tecnolo gía" y el poten -
cial dem ocrát ico de un deseo mas ivo de fel icida d de ben seguir co nstitu-
Cusrav . ¡SU tr asero es . .. divino! renda el sueño de la hu man idad a pesar de las formas ex istent es de am -
Berd o a: ¿Verdad que merece ser inmor ta l? bo s. Conce dido: su lect ura an t inómica de la real idad como signo del
G usrav. ¿Q ué? semblant e di vino fue UIl proced imiento teológico, en verd ad ca ba líst ico,
Berdoa: Na da. Iconvol uro p, p. 807 ) pero en un t iempo en el que la teo logía era "pequeña y fea y no de be

Si la prostituci ón era un síntoma de la "des integración de l amor", tam bién


entre generaciones ~', po r tanro, si se quiere hablar de dominio, el do minio de la rela-
despo jaba a la sexualidad de sus ilusiones. En su lugar, " el costado revol ucio- ción entre las generaciones y no d e los niños? Lo mismo oc urre con la técnica : no es
nario de la técnica tiene su expres ión" como liberación de la vida erót ica de el dominio de la na turaleza , sino dominio de la relación entre natu raleZ:l y hu mani-
la necesidad biológica, las "tiránicas" y "odiosas" leyes de la naturaleza "a dad" (Dirt"cáo'l ,í"jea, p. 97). Benjamin consideraba que los discursos contra la ex-
plotación de la n,lt urJ IC'7;I eran engañosos. fJ origen del problema era el capita lismo.
las que el amor se somete" . Ben jamin a puntó: "Y en efecto: la revuelta sexual En el expos é de 1939: " La co ncepción (... ) de la explotación de la naturaleza po r el
contra e ] amor no sólo brota de un deseo sexua l fanático, poseído; ta mb ién hombre es el reflejo de la explotaci ón efectiva de los hom bres po r los pro pieta rios de
procede del deseo de volver dócil a la naturaleza y ada ptada a ¿I".n los med ios de producción ~ (Lir,TO de los paSllies, p. 53; d. p. 367).
73 . En la percepció n dob le de Benjamin Incluso la tecnolog ía militar podía ser
redimi da. Escribió en 192 5-26 : " Si bien los hombres, com o especie, llegaron hace
decenas de miles de años al té rmino d e su evolución, b hu ma nidad como especie es-
del pro lerar iudo, el q ue expresa el malestar de un estómago demasiado lleno . Esta tá aún :11 pr incipie de l.i suya. La técnica le está orgunizan do una plJ}'sis en la qu e
es la forma ideológica, disto rsionada, del sueno colectivo. Y sin emb ar go con U I1 S\l contacto con el co smos adoptará una forma nu eva y diferente de la que se d aba
desplazamiento del "ringulo de visión" (¡pero no la escala de medidal], se h ace po- en los pueb los y familias (.. .) En las noches de exterm inio de la últ ima guerra, una
sible una inte rp retación afirmnriva de ese sueño . sensación simila r a LI felicidad de los epilépticos sacud ía los miemb ros de [a hum a-
72. De acuer do con Benjamín el control tecnológico de lu l1,¡tllralel ¡l no era sinó- nidad . Y las rebeliones que siguieron luego constituyeron la pr imera tentativa por
nimo de su domi nio . En Dirección única: "Dominar la naturaleza, enseñan los impe- hacerse con el control del nuevo cuerpo . El pode r del pro leta riado es la escala que
rialistas, es el sent ido de roda técnica. Pero ¿quién confiaría en un maestro que, recu- mid e su convalece ncia. Si la disciplina de éste no logra penetra rlo hasta la médula,
rr iendo al palmetazo, viera el sentido de ti educación en el dominio de los niños por no lo salva rá mngún razonamient o pacifista . Sólo en el delirio de la procreación su-
los adultos? ( No es la educación, ante todo, la organización indispensable (le b relació n pera elser vivo el vértigo del aniquilamiento " , Dirección l jllica, p. 98.
'66 EL F L.~~ lWR, EL H O:\l I\R F.· SA N I) \"(' ! (; H y LA l' U T A 167

Fig. 7: Magazm de N Ollveallté.


h g. 6: Presem auon de quelques Nouveaut és.
Moda: ¡Dona Muerte, Do ña M I/erte! (8 , p. 9 1).

la r écnica (ese "gr an ga lanteo con el cos mos"] t raicionó a la hum an idad
dejarse ver en modo alg uno"," la teoría materialista de Marx resultab a y co nvirtió el lecho nupcia l en un ma r de sangr e" .76 Pero la teoría de
ind ispe nsa ble. Marx propo rciona ba el aná lisis de cla se co n el q ue " (...) Ma rx no gar a ntizaba un final feli.. . . No en el tiempo de Benjamin. Tam -
extr aer la masa férrea del pro let ar iado de aq uella masa a morfa a la poco en el nuestro, en el cua l, con la p ro lifer aci ón de las armas y la pro-
que en tonces procu ra ba ad ular un socialismo esteti cista [fascismo ]" ." longad a crisis econ óm ica , esta o ración hace so nar la a la rma de qu e es-
En sus o bra s de juve nt ud , Marx consideró el desarr ol lo de la vida eró- tamos viv iend o en tiempo ad icio nal; " Y si la a bolición de la burguesía
rica co mo criterio de l p rog reso socia l. Y el anál isis marxian o del ca pi- no llega a co nsumar se an tes de un mom ent o casi calculable de la evolución
tal indicab a científica mente la dir ecci ón po sitiva , soc ialista, inh er ent e técni ca y económ ica (señ alado por la in flación y la guerra quím ica ),
a la tecno logía, a pesa r de la persistente tend enci a a crea r cad a ve/. to do esta r iá pe
oerdid
r 1 o ,, .77
nuevos inst rum ento s de destr ucción militar, sob re la cual Ren jamin es- Estas foto gr afías fueron publicada s en 19 11, den uncia ndo los intere-
cribió : " Pero corn o el afán de lucr o pen sa ba satisfacer su deseo en ella, ses financiero s que op em ban det rá s de la propaganda ar mamentista, y

74 . Discursos int errumpidas, p. 177. 76. Direcaon única, p. % .


75. "Sobre algunos ternas en Baudelaire" , en Poesia y c.apittJlismo, p. 136. 77. lbíd., p . 64.
168
~IJSAN B(;C "-MlJMH

advirtiendo sobre la posibilida d de la Gran Guerra. Fuer on reim presas eu


Estética y anestésica:" un a reconsider ación del ensayo sob re la
1933 en un nú me ro especial de Crapmúl/ut dedicado a los armamentos
denunciando la persistencia de esos intereses financieros y advin iendo so '
ob ra de arte!
bre una posible Segu nda GUl'rra Mundial.

La moda es el "ete rno retorno de lo nuevo " bajo la form a (p rod uc¡
da en mas a) de " Jo siempr e unml" (l. p. ( 77).

1Iay un a tradición que es cattisr rofe (N 9, 4 , p. 475).

Q ue esto "s iga sucediendo", es la catástrofe (;\1" 9 a, 1, p. 47 6),

• El ensayo de Waltcr Benjam ín " La o bra de arte en la époc a de su repro-


duet ibilida d téc nica .. 1 es genera lmente co nside rado una afirmació n de la
cultura de masas y de las nuevas tec no logías a t ra vés de las cuales és ta
es disem inada. Y es co rrect o. Benjamin pond era el potencial cognit ivo
y, consec uenteme nte, polít ico de las exper iencias c ultura les tecn ológica-
mente m ed iadas (el cine es par t ic ula rmente pri vílegi ado j.é Sin em bargo,
la secci ón fina l de es te en sa yo de 1 936 in viert e el t on o op ti mista . H a-
ce son a r una al arma. El fascismo es un a "viol ación de l a pa ra to téc ni-
co " q ue es p ara lela de su vio lento intento de "organizar las masas re-
cie nte mente prolera r íaad as" , no dándoles lo q ue les co rrespo nde sino

• El r érr nino original en inglés es " Anaes thetics


ft
Anes résiro". su tra ducci ón li-
...

tera l, pierde la alusión al concepto de "estética" (aestheticsl que la autora delibera-


damente busca. N. del T.
f Agradezco a j oan Sage su ayuda COn las fotografías para este trabajo.
l . la traducció n inglesa convenc iona t del título. "The Wo rk o f An in [he Age
of M ecbauica l Reproducno n " [vl,a obra de arte en la época de: su reproducción me-
cánica" ] es l.l de Harry Zoh n, en l1Iumilla lions, ed. H nnnah Arendt, Nue va York.
Schocken Books, 1969 . La tra ducción literal del título alem án es significativamente
distinta: "The Art work in t hc Age of its Technological Rcpr oducibillty (tcclm iscIJell
Reproduzicrbarkcit)" [" La ob ra de arte en la épo ca de su repr oducribilidad récnl-
ca" ]. H e evitado el pr oblema ut ilizan do una forma acortada: Arlw()rk essay [Ensa-
yo sobre la o bra de arte].
l. La mejor lectura del ensayo de Benjamin sigue siendo el artículo de Mi rl¡J11\
Hansen, "Benjamín, Cinema an d Experience: "The Blue Flower in the Land of
'Iechnology'", New Gennall Cn tioee, 40, invierno de 1987.
170 E ST lO II C I\ y ANEST ÉS I C A 171

" procu ra fndo] que se e xpresen " ;' " En consec uencia, dese m boca en un satisfacción art ística de la percepc ión sensorial modificad a por la
est eric ismo de la vida política ."• t écn ica.' Resulta patente que ésta es la realización aca ba da del " ar t
Ra ra ment e incurr e Benjam in en conden as a bsolu tas, pero en este caso p Ollr l'arr" . La hum anidad , que ant año, en Homero, era un objeto
afirm a categóricamente: "Tod os los esfuerzos por un estencismo político d e es pect áculo [Schüuo bjekt] par a los dioses ol ímpicos, se ha con-
culminan en un solo punto. Dicho punto es la guerra 't.' Está escribiendo vertido aho ra en espectáculo de sí misma . Su a uroalienació n ha
durante los primeros añ os de las aventuras militares del fascismo : la guerra alcanzado un gr ado que le permite vivir fer/eben) su propia des-o
colonial de Italia en Et iopía, la intervención de Alemania en la Guerra Ci- trucción como un goce [C een ss] estético de pr imer orden. Éste es el
vil Española. Sin embargo, Ben jamín recon oce que la justificación estét ica esr ericisrno de la pol ítica que el fascismo propugna . El co mu nismo
de esta política ya esta ba d isponi ble a comienzos de siglo. Fueron los Iutu- le cont esta con la pohrizacíó n del ar te."
ristas los que, justo antes de b Primera Guerra, articu laro n por primer a vct.
el cu lto a la guerra como forma est ética. Benjamín cita su mani fiesto : Este pá rrafo me ha perseguido a lo largo de estos veluritantos años en
los que he esta do leyendo el ensayo sobre la obra de arte, un período en el
[L]a guerra es bella, porque, g racias a las máscar as de gas, al terro- cual la política como espectác ulo (incluyen do el espectáculo estetizad o de
rífico megáfon o, 3 los lanzallamas y a las renqueras, funda la soberanía [a guer ra ) se h a convertido en un lugar común en nuestro mun do releví-
del hom bre sobre la máquina subyugada . La guerra es bella, porqu t' sual. Benjamin nos está diciendo que la alienación sensorial est á en el ori-
inaugura el sueño de la metalizaci ón del cuerpo humano. La guerra es gen de la estet ización de la política, esretiz ación que el fascismo no inven-
bella, ya que enriquece las praderas florecidas con las orqu ídeas de fuego ta sino que meramente "adm inistra " (betreibti. Hemos de asum ir qu e la
de las ametra lladoras. La guerra es bella, ya que reú ne en una sinfonía alienación y la política esterizada, en tanto cond icio nes sensoriales de la
los tiroteos, los cañonazos, los alto el fuego, los perfumes y olores de modernidad, sob reviven al fascismo , y que del mismo mod o 10 sobrevive
la descomposición . La guerra es bella, ya qu e crea arq uitectu ras n ue. el goce obtenido en la co ntemplación de nuestra propia destru cción.
vas como la de los ta nqu es, la de las escuad rillas forma das geomé- La respuest a co munista a esta crisis es la "polirización del ar te", que
tricamente, la de las espirales de humo en las aldeas incendiadas .•. 6 implica ex actam ent e... ¿qué ? Sin duda, Benjamin debe est ar diciendo al -
go más que simplemente hacer de la cultura un vehículo para la prop a-
Ben jamin conclu ye: gan da cn mun isra." Le ex ige al arte una [arca mucho más difícil; esto es,
la de deshacer la alien ació n del sensorium co r poral, restau rar la [uerza
" Fiar ars, perear mundus" [hágase el arte, perezca el mundo]," dice instintiva de los sen tidos corporales humemos por el bien de fa autopre-
el fascismo, y espera de la guerra, tal y como lo confiesa Ma rinetti, la servací ón de la humanidad, y la de hacer tod o esto no evitand o las n ue-
vas tec nologías s ino atravesándolas.
3. " l as masas tienen derecho '1 ex igir que se modifique n las co ndiciones de la Los pro blemas p<ua interpreta r la sección final del texto de Benjamin re-
pro piedad; el fascismo pr ocura que se expresen precisame nte en la con servación de
esas cond iciones ", " la ob ra de art e en la época de su reproductibilidad técn ica " en
siden en el hecho de que , a mitad de camino de esta reflexión final (política
Discursos interrumpidos, p. 55. '
4. Ibíd., pp. 55 -56 .
5. Ibíd., p. 56. 8. Discursos interrwnpidos, p. 57.
6. Ibid., p. 56. 9. De otra manera, las dos condiciones, la crisis y la respuest a, resultarían ser una
7. Una d istorsión del or iginal barroco : " H ágase la justicia, transfórmese el mun- sola cosa. Una vez que el arte es arrastr ado hacia la polític;1 (hacia la política. comu-
do", la promesa electoral d el emperado r Fern and o 1 (15 63). Ver Walter Benja mín, nista no menos que hacia la fascista), ¿cómo pod ría evita r ponerse a su servicio entre -
Gesammelte Schnften, 1:3, p. 1055. gan do a la política sus pro pias fuerzas artísticas, esto es, " estenza ndo la pol ítica ~ ?
172 SUSI\N B U CK- M o IlB E n t T lcA ... AN E.ST t SIC A
173

est etiza da, arte politizado ), Benjam ín mod ifica la constelación en la cu al se des- Sin em bargo sí será útil record ar el significado etimo lógico or iginal de
pliegan sus términos conceptua les (polít ica , arte, esté tica) y, por consigu iente, la palab ra "estética", porque es precisa mente hacia ese origen hacia donde
su significado. Si de verda d hubiéramos de "politizar el a rte" del m odo radical nos vemos conducidos a través de la revolución de Benjarnin. A isthitikos es
q ue está sugiriend o, el arte cesaría de ser arte ta l como lo con ocemos. Po r otro la pala bra griega a nt igua para aq uello qu e "percibe a tr avés de la sensa-
lado, el térm ino cla ve " estética " sufriría un giro de 180 gra d os en su significa- ción" . Aisthisis es la experiencia sensorial de la percepc ión . El ca mpo ori-
do. La " estética" se rransform arfa: en ver dad, sería redimida, de manera que, ginal de la estética no es el art e sino la realidad, la natu raleza corpór ea,
irónicamen te (o dial écricamenre), ella pasaría a descr ibir el cam po en el cua l el materia l. Tal como señala Tcrry Engletc n : "La est ética na ce como dis cur-
antídoto contra el fascismo se despliega como respuesta política. so del cuerp o " .l\ Es una forma de conocimiento que se obtie ne a tr avés del
Este plinto puede pa recer trivial o inn ecesar iam ente sofístico . Pero si gusto, el tacto, el o ído , la vist a, el olfato: todo el sensoríum corpor al. Las
perm it imo s que se desa rro lle, modificará la roralidad del orden co nceptual ter min ales de todo s esto s sentidos - na riz, ojos, oí do s, boca, algunas de las
de la mod ern idad. Ésta es mi posición . La com prens ión crítica q ue tenía áre as más sensib les de la piel- están localizad as en la superficie del cuerpo,
Benj a m ín de la soc iedad de masas q uiebra la tradición del modernismo (de la fronter a que med ia entre lo inter ior y lo exterior. Este a pa rato físico-cog-
manera m ucho más radical, por Otro tado, que su contempo ráneo M arrin nitivo , co n sus sensores cualitativament e autónomo s Y no interca mbiab les
H eidegger ) haciend o esta llar la const elaci ón de a rte, po lítica y estét ica en (los oíd os no pueden oler, la boc a no puede ver), cons tituye el " frente ex-
12
la cual, pa ra el siglo xx, esta tradición se ha bía coagulado. terno" de la mente, que se topa con el mund o prelingüística ment e y que,
en consecuencia, no sólo es previo a la lógica sino ta mbién al sign ificado.
Por su puesto, todo s los sentidos pueden ser aculrurados: éste es el pun to
11 de inte rés filosóf ico en la "es tética" en la era mod erna .V Pero sin impor-
tar cu án est rictame nte sean ent rena dos los sentidos (en ta nto sensib ilidad
Lo que no intentar é hacer aqu í es una recorrida por toda la historia de la meta- moral, refinamie nt o del "gu sto ", sensibilidad a las nor mas cult ura les de la
física occidental con el objeto de poner de manifiesto las perm utaciones de esta
constelación en términos del desar rollo histórico interno de la filosofía, una ~tra sl e con la Roma mate ria listll e imperi al, ver j osef Chyrry, T he Aesthe-
tic State: A Qlfest in Modern German Tbought , Berkele y, Ij n iversiry of Ca hfo r-
"vida del espíritu" fuera de contexto. O tros han llevado a cabo esta ta rea con
nia Press, t 989 . . .
la suficiente brillantez como para dejar en claro lo infructuoso de este aborda- 11. Eaglcrc n, Ideology of the Aesthetic, p . 13. Eagleto ll se ocu pa del nacmuen-
je para el pro blema qu e estamos trata ndo, justamente porque presupo ne esa ro histórico de la estétic a como discu rso mod erno (específicamen te en la obra de
Baumgarten, fil ósofo alemán de mediados del sigl~ xv.lll) y descri be l a ~ implica~cias
continuidad en la tr adición cultural que 8en jamin quería hacer estallar. 11.I
políticas de este en foque an ricarresiano en el -rem tono denso y homugueante que
está fuera de la mente y compre nde " nada menos que la totalidad de nuest ra vida
10 . H eidegger ha esta do particula rmente interesado por lo s deva neo s filo sófi- sen sible en su conjunto", como los " primeros mo vimientos de un materialismo pri-
cos del té rmino clave "esré rica'' en la filosofía occ iden tal (ver, por ejemplo , sus mitivo, de la rebelión largo tiempo ina rticulada del cuerpo contra la tiran ía de lo
clases de 19 36/ 37, co ntempo rá nea s del ensa yo de Benjamín, Niet zsche; Der \Vil/e teó rico ", p. 13.
zur Macht als KIIll St, vo l. 43 de la s G esmm ntausf?abe JI: A btei lung; Yo rleSlrllgell, 12. Éste era su significado pa ra Ilnumgarten, que fue el pr imero en d esarro llar
1923-1976 , Frnnkfurt cm Mn¡n, Virror ¡o Klost erman n, 1985) . I'nr n un relato crío lo " estético " como temáti ca aut ónoma en la filosofía. Sin embargo, Eagleton est á en
rico, co nrcx rualiz ndo, de l discu rso de la " estét ica" en el interior de In cultura eu- 10 correcto cua ndo apunt a que la afirmación de la exp eriencia de los sentid os ,t ienc
rop ea mod erna, ver Terr y Engleton , TIJ e ld evlogy o{ tbe Aes thetic, Londres, Ba- cor ta vida en la teoría de Baum gartem "Si su Aesthetial (1750), en un gesto m n(~ ­
sil Blackw ell, 1990 . Para un a excelen te historia intelectua l de la conex ión entre vador, ab re IOdo el terreno de la sensación, aquello para lo que lo abr e es en reali-
estét ica y po litic<l en el pensamient o alemán que sub r,lYII la im po rt ancia del he- da d la colonizació n de la razón", Ideology of tIJe Aestheti' , p. 15.
lenismo en general y de Winckd ma nn en part icul ar (a q uien Eagleron omi te con 13. Vt"r po r ejemplo el modo C1I que Rousseau discute la edu caci ón de los senti-
su versió n), y esrudia la idea de los griegos como pueblo "es tético" y "cultural", dos en Emilio.
17 4 F s r tT1 C¡\. y A Nf.STtS IC A 175
SUSAN B UCK- M oIlH

~)el~ e~_l . todo , es~o. ~ucede a posteriori. Los sentido s preservan un a hl1rl l.. que a lo empírico, a lo ilusor io antes qu e a lo real- no es de ningún modo
mClvl l ~~za.da e Incivílizable, un núdeo de resistencia a la domest icación cul evidente. El problema exige una expos ición cr ítica y exotérica del contexto
.rura.t. . Esto se de be a .que SII ~roPOS" .
l to mme dila to es sa tisfacer necesíd ad-, sociocc onóm ico y po lítico en el cual se desplegó el discurso de lo estético,
instin
b tivas
'. de calor; alim entación " segurida d socia bilid
II a .
d i s En pocas p ;l J.i tal como Terr y Eegleron ha demostrado recientemente en The Ideology of
ras, slgue~ siendo parte del aparato biológico, indispensable para I ' (he Aesthetic. Eagleron rastrea las implícancias ideológicas de este concep-
rop reser vaci ón del ind ividuo r del gru po social. a .1Il to a lo largo de su irregular carrera en la época moderna: cómo rebota co-
mo una pelot a entre las distinta s posiciones filosó ficas, desde sus con nota-
ciones crít ico- materialistas en la articulación original de Baum garten has ta
1II su significado cla sist a en la obra de Sbaftesbury y Burke en tanto estét ica de
la "sensibilidad". un estilo moral ar istocrático, )' desde allí a Alema nia. Allí.
Tan poco t iene qu e ver int rínsecamente la estética conla trinida d del A" I a lo la rgo de la tradición del idea lismo alemá n, se lo reconocía com o un mo-
8011 Ia '.' d d " rre, ••
do legítimo de conocimiento, aunque eterna y fatalmente conectado con lo
. .eza y ' el1 a " qu e uno pcdrfa situarla en el interior de! .... campo d e IOK
I~s tmtos amma es. Exactam ente esto ~ lo que hizo a los filósofos des . sensorial, lo heterónomo, lo ficticio. para termin ar en los esquemas neokan -
fiar d'" . ... A <un
e o eseenco -. un cuando Alexander Ba umgart en articul ó . tia no s de Habermas como, para cita r a j ameson, " una espec ie de arenero al
ca v i " • . " o por prune-
d ez : estetlca. como ca mpo a utónomo de investigación, era conscicm... cual se relega n tod as esas cosas inciert as (... ) ba jo el encabezamiento de lo
e que se lo pocha acusar de ocuparse de cosas indig nas de un filóso fo" 17 irr acional (.. .) [donde] pueden ser mo niroreadas y, en caso de necesida d,
.. " , . _cómo. fue q.•ue' en el c urso d e Ia epoca
.. Exactamente - d .:
fila erna, el termlllO
contro ladas (sea como fuere, lo estético es concebido como una especie de
d estenca
B . ' .
sufr ió una mversron de sentido , de ta l ma nera
.
que en e l ti
nempo válvu la de seguridad pa ra los impulsos irracionales)" . u
e enianun se aplicaba en primer lugar y ames que nada al art e -a formas La histo ria es alg o realmente increíble. Especialmente cuando uno con -
cultur ales a ntes que a la experiencia de los sentido." , a loo rmagrn
¡ ,
ano,
ames sidera el Ieirmoriv qu e atr aviesa toda s estas alteraciones, el suelo desd e el
cual lo "esté tico" se a bre camino en sus dis tintas fo rmas. Es el motivo de
14. Ba~m~ rten disti ngue entre la aesthe tíca Qrtificialis, a la cual ded ica la I • la au rogénesis, sin d uda uno de los mitos más pers istentes en t od a la histo-
"" pól, rf,e e, su texto, y la eestb etica nateralís, tal como pue de o bserva na , ria d e la modernidad (y en el pensa miento político occidental a ntes que
Juego In annl. .... verse en e
eso, podría a ñadirse)." H aciendo algo más perfec to que la inm aculada
M~at~~~::~.C~~~~~I~s:~oe~:~edc~~::;;;~7;s~~:i:~~~:t ;~ino p.~te de nucst,rJ conce pción, el hombre mod erno, hom o autotelus, literalmente se prod uce
t éreles, para el caso. El error es su ner uu elassoci ogra, y a a rx y a Ans -
a justa das de este inst into bioló,ic:OP~ 'i'" as SOCIedades actu ales son expresiones a sí m ism o. generándose a sí mismo, par a cit ar a Eagleron, " milagrosa men-
. rra a rgumentarse, por ejemplo que pece¡
merite en su aspecto más biol ógico la od .• d i . ' .. , sa- te a partir de [su} propia sustancia" .20
lada es asocial. ' repr lICClOn e a especie , la faml/la pnvari-

16. De lluevo, L1 reb. ción es d i'lJéct ica: si lo individu al y lu ",' v••,


roo "n at . I '"
',,1 '
,- , no existen co-
cu l t ura I~ ra eza
srno .s lt~mpre . como "segunda natura leza " y, en consecu ~ ncia, como 18. Fredric jameson, Late Marxism : Adorno, or, the Persístence of the Diaíec-
, 1" . ente construido s, es Igua lmente verdad ero que ni lo ~ ¡ n divi dual~ ni I " tic, Nueva Yor k, Verso, 1990, p. 232.
cla ingresan a l mun do cultura l . id . o 50 ' 19. El "nacimiento" de la polis griega es at ribu ido precisamen te a la aso mb ro-
biológico que puede p",pord()nar~:nbte constcu¡1 o "" dejar .un resto, UIl sustr ato
17 B d ' .. ase para a resrstencra . sa idea de qu e el hom bre puede pro ducirse a sí mismo ex nihiío . La polis deviene ar-

der Sj¡;"I~<~~el~t~~k~:~~I:;í~:t~~~i~~~:1~~:~U~I~~ ~~w~~;~¡; Aes3'3hetsik,als !'JJ;fr;~()fJl:íe


ne en opcs .• e ' , p. . . e rwetraer S05 t lC'
tefacto del " ho mbr e" , en el cual éste puede dar a luz, como realidad mat erial, su
propia esencia superior. De manera similar, M aquiavelo elogió al Príncip e que por
, • " . rcrcn a roce, que Baum gart en no estab a ma yorm en te int eresado er sus propios medios fund a un nuevo principado, y conectó este acto autogenérico COl!
e pro 1 em,1 01 era
. t lll apolo ger a, y que , a lile
" rnac
. ., real contr a lo estético' es ~
ron el apog eo de la virilidad .
d esarro o po srencr, un 20 . Id eology of Ihe AestIJetíe, p. 64.
"
176
S U5AN BUC K- M o M~1 I'.ST~TI CA y ANES TtS ICA 177

Lo q ue pa rece fas cina r de este mit o al "hom bre" moderno es la illl Si{lll ;11 pod er de [a natura leza, " ( ) nuestra faculta d de resistir [se reduce ] a
narcisist a de con trol a bso luto. El hecho de que lino pueda imaginar al/to tilla insign ifica nte pequeñez ( )" .24 Pero, d ice Kant , existe un crite rio di-
que no es, es ex trapolado a la fa ntasía de que uno puede (relcrea r el mu n- fcrente, más "se nsa to" (! ). , que adq uirimos cuando conte mplamos estas
do de acuerdo con un plan (un grado de control imposi ble, por ejemplo, fuerzas asomb rosas desde un lugar "seguro ", por medio del cual la na t u-
en la creación de un niño que viva y respire). Es la promesa de cuento de raleza es pequ eña y nuestra superiori dad inmensa:
hadas de que los deseos se conceden, sin el sa ber de cuento de had as de
que las consecuencias pueden ser desastrosas. Debe admitirse que este mi. (... ) [LJa irresistibihdad de su fuerza, que ciertamente nos da a
ro de la imag inación cre ativa ha te nido efect os sal ud abl es, dad o que , ClI conocer nuestra impotencia física, co nsider ados nosotros como se-
la historia occ ident al, está ínt imamente entrelazado con la idea de liber- res natural es, descu bre, sin embargo, una facu ltad de juzgarnos in-
tad. Por esa razón, una razón excelente, ha sido fuertemente defendido y dependientes de ella y una superior id ad so bre la naturaleza, en la
enca recídamenre loado."
que se fun da un a inde pendencia de m uy otra clase {... )B
Sin embargo, la act ual con ciencia feminista en la produ cción académica
ha revelad o cuá n temer oso de! poder biológico de las muje res puede ser es- Es en este punto de l texto do nd e la con stelación moderna de estética,
u
te constructo mítico. EJ ser verdaderamente aurogenéríco está enreramcn- política y guerra coagula, enlaza ndo el dest ino de esos tres elementos. Pa-
te autocontenido. Si tiene algún cuerpo, es uno impermeab le a Jos sentidos ra Kant el ejemplo de! hombre más digno de respeto es el guerr er o, imper-
y con sccuernemenrs asegurado contra e! cont rol externo. Su potencia es su meable a roda la información sobre peligro que le propo rcionan sus sent i-
falta de respuesta corporal. Por supuesto, al aba ndona r sus sentidos, aban- dos: "De aquí que, por más que se discuta, en la comparación del homb re
do na el sexo. Curiosamenre, es precisamente bajo esta for ma castrad a que de Estado con el general, sob re la preferencia del respeto que uno n;ás qu e
se le a tribuye al ser el género mascul ino, como si, no teniendo nada ta n em- el ot ro merezca, e! juicio estét ico [sic} decide en favor del último " .26 Am-
ba razosam ente im predecible o raciona lmente incontro la ble como el pene, bos, el hom bre de estado y el genera l, son tenidos por Kant en más alta es-
pudiera, entonces sí, sostener confiadamente que es el fa lo. Ta l pro tuberan- tima "estét ica" que el a rt ista , dado qu e ambos, al da rle forma a la realidad
cia anestésica y asensual es este a rtefacto; el ho mbre modern o. y no a sus re presentac iones, está n imita ndo el prototipo a utogené ríco, al
Co nsidérese lo sublime segú n Ka nt. Él escribe que, enfrentados a una Dios jud eo-cns ria no , que se produ ce a sí mismo y a la na turaleza.
naturaleza amenaza nte y tem ib le - acannlad os escarpados, un volcá n furio- Si en la Te rce ra Cr ít ica lo "esté tico " en los juicio s es pr ivado de sus
so, un ma r rug iente- nuestro primer impulso, conecta do, no sin ra zón, a la sent id os, e n la Segund a Cr üica [os sentidos no juega n ni ngún ro l. Lo s
autoprescrvacio ., 23
n, es sentir nue o. N uesrros sentí.d os nos dicen que, frente
'. d
sentido s del ser mo ral está n muer to s desde el inicio . De nu evo , el ideal
de Kant es la aurog éncsis. La vo luntad mor al, lim piad a de toda conta-
minación por parte de los sent idos (1os cua les, por otro la do, en la Pri-
21. Ver C¡lrJ ()~ Casrortadis, The Irnllgillary IllstitutÍ<m of Sucicty, trad . de Kath lCll11
Blamey, Cambrid¡::e, MIT Press, 1937. mera Crítica era n la fuen te de to do conoci miento ), est ablece su pro pia
22. Ver, por ejemplo, la obra de Luce Irigaray, Para una excelente discusión de los
parámetros del debate felllülista, ver los ar tículos de Scyla Benhab ib, ] ud ith Butler 24. l bid., p. 248. De IlU CVO , desde une perspectiva ecológica ésta no es una res-
y Nancy Fr111.cr en Praxi s lntcrnaticmal 2, julio de 1991, pp. 137-177. puesta ton ta.
23. Este " primer impulso" podrÚl, de hecho, ser consid erado superior. Pero • i n pulabru qu e utiliza Buck-Morss ¡XHa parafrasear a Kant es "sens ible:' , qu e
Kant escribe cou descendientcmenre del campesino saho y:mo que, a difer encia del en inglés significa "cuerdo, razona ble, sensato", pero qu e conse rva en su rarz una
arrobado tunsr .r burgués, "( ... ) llamaba, sin más reflexi ón, locos (...) a redes los afio alusión al trabajo de Ius sentidos. N. del T.
clonados a la nieve de las monta nas", en Emma nue] Kant Crítica dd¡'/I ido M éxi- 25. Ibíd., p . 248 -249.
co, Porr úa, 1997, p. _5 1.
' " } "
26. lbld., p. 249.
179
SUS"'N B lJ CJ: - M o lI ~ ~ E S T~ T1 C A y A N EsT ts r c A
'"
regla co mo norm a un iversal. En la mora lida d de Kant , la razón se pro- de la felicidad, " rescatándonos así de aquella molicie (W'e ichlichkeitl
duce a sí mism a, de manera más "su blime" cua ndo la pro pia vida es sao en qu e nos ha bíamo s hundido" . 3 1
cr ifícada a la idea.
" Per o a med ida que prog resa ", escribe Ern st Cassire r, "el filósofo El tem a del sujeto autó no mo y auroté lico co mo privad o de sent idos
va apart á ndose más y más (.. .) de las tendencia s sentime nt a les (... ) de y, po r esta razó n, un creador viril, de arranq ue a uro má rico, sublime-
la época de la se n timenra lid ad " .27 Pa ra ser hist ór ica mente preci sos, mente a uroco nte nido. Y ap a rece a lo largo del siglo X I X, de la misma
debe r ía mos reco nocer qu e es ta sen sibilidad, eno r me me nt e infl uencia- maner a q ue la asocia ción de la "e sté tica " de este creador co n el gue rre-
d a por la co ncepc ión de l helen ismo de Jo ha nn W inck elmann, era ha- ro, y consecu entem en te co n la guerra. Al fina l del siglo, con Nietzsc he,
mo fíl ica . Afirma ba la bell eza estética, pr imero y antes que nada, de l se produce una n ueva afirmación del cuer po , pero perm anece autoc on-
c uer po rnasculinc , En efecto , la sensualidad homoerótica puede habe r tenida, y encu entra el place r más alto en sus pro pias em anacio nes bio -
sido más ame naza dora para la naci ente ps iqu is modernista q ue la se- físicas. El ideal nietzschea no del filósofo-artista, la encarn ación de la
xua lid ad reproductiva d e las muier es." El sujeto trascend ent al de Voluntad d e Pod er, es un a manifestación d e los va lores elit ist a s d el gue-
Kant se purga de los sentidos que hacl n peli gra r la autonomía no só- rrero ,n que pue de esta r "( .. .) ta n lejos de sus semejant es como p ar a
lo por que inevit a blemente lo enredan en el mundo, sino ta mbién po r- ' crear for mas co n ellos'''.J.4 Esta combinación de sexualida d aut oe róti-
q ue, específicamente, 10 vuel ven p asivo (" tierno" (schm elu "d] en pa- ca y poder de mand o sobre los ot ro s es lo que Heidegger llama la
labras de Kant ) en vez de activo (vvaler oso" [wac ker )),z:i susce pt ib le, " Mam lesaestlJetik" .3S Esto pa ra ree mplazar lo que N ietzs che mismo
como " los vo luptuosos del O riente" / 0a la simpatía y a las lágrima s. llam a " Weibesaesthetik",36 "estética de mujeres" , de recept ivid ad a las
Cass irer sos ti ene q ue ésta era sensaci o nes exte rn as.
Se podría co ntin ua r documentand o esta fanta sía so lips ist a, y
la reacción de la mentalidad de Kant, viril hasta el tu étano, cuenrem en te est ú pida, del falo; este cuento de u na rep roducción q"'
contra el reb landecim iento y la efusión sent imenta l que veía
t riun far en to rn o suyo (...) no só lo lo co mpr end ió as í Sch iJIer, 31 . Cassire r, Ka" t, vida)' doctri"a , PI'. 316-17. Cassirer ciu . ~l coment~rio de
C oerbe a Chancello r va n M ullcr, de ab ril de 1818. La rraducciéu en el lib ro de
qu ien en su ca rta a Kant de plora q ue se le pudiera co nsider ar ni Goet he tiene marcas de género mucho rmis fuertes (agradezco a Alex.andra Coo k
por un momento com o "adversari o " de la ética ka nt iana , sino por señala rlo ). El famoso estudio de Winckdman.n q ue J1e;~ a cabo ~oc:th~ (1805)
q ue también ab undan en este mismo juic io W ilhelm va n Hum- lo ena ltece po r vivir una vida cercana al an tiguo l~~al helénico . Esto .lOdUla, expl.r-
citament e sus relaciones sensuales con hermo so> jo venes . Fue la Critica del /UIClO
bo ldt , Goerhe y Hold erlin. Goe t he ensa lza como " mérito inmor-
de Kant I¿ que "ca utiv é" a Goct hc [Cnssi rer, p. 321). . . ' .
tal " de Kan t el q ue haya sabido sac ar la moral de aq uel esta do 32. "Bastarse a sí mismo y, por lo ta nto , no necesitar SOCiedad, sin ser, Sin cm-
abatido y servil en que había caído por obra de los simp les cálculos bargo, inso ciab le, es decir, sin huiría, es algo que se acerca a lo sub lime, como toda
victoria sobre las necesidades", Crítica del juiciu, p. 258.
3 3 La obu de los guerreros " (... ) es tina creación y una imposición de formas
27 . Em sr Cnsslrer, Kallt, vida y doctrina, México, Fondo de Cu ltura Econ émi- insti ntivas (" .) nu saben lo que es la culpa, la respons abili dad o la .co ~s!dera c ió n
ca, 1948, p. 316 . (...) ejemp lifican ese terr ible egoísmo de los art ista s que (:,"l, se ~abe Just¡f~cado pa -
28 . ¿Es simplement e una coincidencia qu e Kan t ensalza ra como sublimes precio ra tod a la eternidad en Sil 'obra ', como 1111.\ mad re en su hIJ O ,Nietzsche, CIta do por
semente esos alpes suizos cuyo ta maño y apa riencia escarpada aterra ro n u nto a Eagletnn, en Idc% g)' o f the Aesthetic; p. 237 . , .
WillckclmaIlI\ qu e, nl tenerlo s ante sus ojos en 17 86, aba ndonó su planeado retor - 34. Fricdrich Nietzsche, La vo/¡mtad de poderlO, Madrid, Edaf, 1981 , p. 429.
no a Alemania y decidió regresar a Italia ? 35. H eidegger, Nietzsche, pp - 9 1·92 . Esta dicotom ía de t érminos no aparece en
29. Crítica del juicio, p. 256. el tex to de Nietzsche.
30. lbfd., p. 257. 36 . Nietzsche, La voluntad de poderío, p. 4 40.
'"0 SUS"",,, BUCK-Mo Jt \\ E$T t T ICA y AN ESTtSIC A 181

que el cerebro estudi ando el cere bro j] Pero parece haber un a bismo tan
grande en tre nosot ros, V IVOS, tal com o miramo s el mundo, y esa mas a
bla ncogr is écea y gelatinosa co n SlIS circunvoluciones similares a l co li-
flor que es el cer ebro (cuya bio q uímica no d ifiere cualitativa mente de
la de u n caracol de ma r ), que , intui tivam ent e, nos resist imos a nom-
brarlos como id énticos . Si este "yo " que exa m ina el cerebr o no fue ra
nad a salv o cereb ro, ¿por qué me sient o tan incomprensiblemente a jeno
ante su presencia¡"
Hege l t iene enton ces a la int uición de su lad o cua nd o ata ca a los
o bse rvad o res d e cerebros . Si s e q uiere co mpren der e l a lma huma na,
argume nta en La fenomeno logía del esp íritu, no debe coloc arse el ce-
rebro en u na me sa de di secció n ni pal pa r las p rotu bera ncias en la ca-
beza p ara obtener información fren ológica. Si se Quiere sa ber qué es
la mente, se de be examinar lo qu e hace, alejan do as í a la filo so fía d e
las ciencias natura les ha cia el est udio de la cult ura y la h isto ria hu-
manas. De allí en adel ante, los dos d iscu rsos llevaro n ca minos se pa-
rad os: f ilosofía de l esp írit u y fis iolog ía de l cer ebro per manecier on , en
Hg. 1: Cerebro de Sonia Kc oaleuskuya. matemática rusa (1840-190 1),
la mayo rí a de los casos, tan ciega la u na a la act ivid ad de la ot ra co-
mo cada un o de los dos hem isferi os del "cerebro bifron re" de un pa -
ciente está abstra ído de las op eracion es del otro; en de trimento de
sólo es cosa d e ho mhr es, el art e mágico de la creacior ex nihiíc, Pero am bos, po drfan a dccirse."
ccirse.
au nque el rema reg resa r é má s adelante, q uiero argu ment ar a favor de
la fecundidad filosófic a de un abo rda je d iferente, un a borda je más a li-
neado con el método de Benja min en el ensa yo de la o bra de arte. Se
37. Los filósofos modernos se han negado de manera persistente a identificar el
t rat a de rastrear el des a rrollo no ya del significado de los términos si. cerebro con 13 "mente" (alias ego, ame, Sute, alma, sujeto, Gt'istl. Descartes le oroe-
no del ap a rato senso rial h uma no en sí mi smo. gó al alma pro tección cenera la "má quina corporal" de cerebro, nervios r músculos
localizánd ola en "cierta gldndula extremadamente pequeña" suspendida en medio
del cerebro (ver Las pasiones del alma). La conciencia trascendental de Kant se las
a rregla para esquiva r el cerebro desde un comienzo.
IV 38 . La investigación contempor ánea del cerébro, a la vez que impresiona po r
su aplicación de nuevas tecnologías que nos permiten "ver" el cerebro cad, vez
con mayor detalle, ha sufrido escasa radicalidad filosófica y teórica, mientr as que
Los sentidos son efect os del siste ma nervio so, co mp uest o s de cientos de la filoso fía se expone o ha blar en un lenguaje ta n arcaico, da dos los nuevos des-
miles de millones de neur onas q ue se extienden des de la superficie del cuhrimiento s empíricos de la neurociencia, q ue pu ede q ueda r relegada a la irrele-
cuerp o a tra vés d e la méd ula espi n al hasta el cer ebro. El cere bro , d ebe- uncia escolástica 0 , simplemente, al mito. Recientemente, ha habido un interés por
reconecrnr ambos discu rsos. Ver, po r ejemplo, Patricia Smith, Ne .rruphilosophy;
mo s decir, rest itu ye a la reflexió n filos óf ica un sen t ido de lo sin iestro . Towa rd a Unified Saence of the Alilld Brdill , Camb ridge, MIT Presa, 1986; J. Z.
EII nues tros mo men tos má s empiris tas, nos gust a ría pensa r que la ma- Young, P¡"losophy and the Brain, Nueva York, Oxford Umversity Pn:S5, 1987; y
teria misma del cerebro es la ment e. (¿Q ué podría ser más ap rop iado los numerosos libros del prolífico R. M. Young.
182 SU SA I'i BU C k -M OK \ \ E STtT lC A y AN ES TtslCA 183

Hg, 2: V;'ICi'n t VOIl Gogh, Pojla rd Birches, 1885 . fig. 3: ílustracíón de céfu las descriptas por Vladim ir Ben,

ner vio so huma no que aísla a rt ificialme nte la bio logía hu ma na de su a m-


biente, llama re mo svsisr erna sinesrésico" a este sistema estét ico de con-
El siste ma nervioso no está contenido dentro de los límites del cuer- cie ncia senso rial descentrado del su jeto clásico, en el c ual las perce pcio-
po . El circuito que va de la percepc ión sensorial a la resp ues ta motora co- nes ex tern as de los sentid os se re únen co n las imágenes inte rn as de la
mie nza y termi na en el m undo . Así, el cereb ro no es un cue rpo a natómi- . 1 .. . , }?
mem oria y a annci pacron .
co aislab lc, sin o pa rte de un sistema que pa sa a tra vés de la pe rson a y su
am bie nte (cult ur almente es pecíf ico , his tórica me nte tra ns itorio), En tanto
fuente de est ím ulos y a re na en la que tiene luga r la resp uesta mo tora, el 39 . Si el " centro" de este siste ma no se alo ja en el cerebro, sino en la superfi-
m undo exterior debe ser incluido s i queremos complet ar el circuito sen- cie del cuerpo, ento nces la su bjetividad, lejos de estar co nfinada a l cuerpo b.iol¿ gi-
so rial. (La pri vación sensoria l pro voca la degen eración de los componen- co, juega el rol de mediadora entre [as sensaciones intern as y ex ter ~as, las l~lag~­
nes de la percepción y las de la memoria . Por esta razón, Freud situ ó la conctencta
tes internos del sistema.) El campo del circuito sensoria l, ent onces, se co- en la superfici e del cuerpo, descenlr;hh del cerebro , al.que esta b ~ d: seo.sn ~e v:r
r responde con el de la "ex per iencia ", en el sentido filo sófico clásico de como nada más qu e ga nglios nerviosos largos y evolUClO nados. [El termrno inglés
u na mediación de sujeto y objeto, y sin embar go su mis ma composición que utili za Buck -Mo rss para referirse a este sistema es "svnaesthetic sys ~em", que
co nse rva la alusió n a In estét ico (aesth eti cs). Si bien seria cor recto tra ducirlo co mo
vuel ve simpleme nte irreleva nte la así lla mada "divisió n entre s ujeto y ob - "sinesténco", p re ~e r vando así este ma tiz, he elegido vertirlo como "si ne~ t~s ico~ pa-
jeto ", q ue era la plaga persiste nte de la filosofía clás ica. Pa ra d ifer encia r ra enfati zar el víncu lo con el tér mino " sinesresia " que más adelante sera Import an-
nuestra descripción de la con cepción más limitada y t radicional del sistema te en el texto . N . del 'L]
184 EST tT¡C A y A»/ESTt S lCA 185
S lJS "N B UC J(-M o RS5

Este sistema s incstésico está a bierto en un se ntido ex tremo. No sól o


está a biert o al mundo a tra vés de los ó rgan os se nsor iales, s ino q ue las
células ne rv iosas en el cuerpo forman una red q ue es d iscont inua en sí
mism a . Se ex t ienden hacia ot ras célu las en puntos lla mados s ina psis,
po r dond e pasan ca rgas eléctr icas a t ravés del esp acio ent re ellas. M ien-
tra s q ue en los va sos sanguíneos un derrame es la me nta ble. en las redes
entre a tados de ner vios tod o " se derr a ma " . C ua lq uier cor te tra nsversal
de los niveles cere bra les muest ra esa discont inuidad arq ui tect ó nica y la
morfología arb o rizada de sus ex tensiones. La gigantesca capa de células
simila r a una pirá mi de, localizada en la cor teza ce re bral, fue descripta
por pri mera vez en 1874 por el an ato mista ucraniano v ladínu r Betz.40
Una décad a más t a rde , casualme nte, Vincen r Van Go gh , en ese en to nces
un paciente me nta l en St o Rem y, encon t rÓ esa forma rep lica da en el
m undo exte r ior.

v
Resist a mos por un momento el a ban dono hegeliano de la fis io logía y
siga mos la invest igaci ón ne urol ógica de uno de sus conte m porá neos, el
a na to mist a escocés Sir C ha rl es Bell. Edu cado en pintura a la vez q ue en
ci ru jla, Bell , COII gran e ntus ias mo, estu dió el qu into ne rvio , el "gra n.
di osa ner vio de la ex presió n " , c reyendo q ue " el sem blante es el índ ice Píg. 4: El qu into nervio. ex/raído del libro de Sir Charles Belf,
de la mente n .41 Sobre los nervios, 1821.
El rostro expresivo es, en efect o, una ma ravilla de la síntesis, ta n ind io
vidual como una hu ella dact ilar, pero legible colectivamente a través del
sent ido com ún. En el ro stro , los tres as pectos del siste ma siuesr ésico - la sensac ió n física, la reacció n moto ra y el significado psíq uico- co nvergen
en signos y gestos que co nt ienen un lenguaje mimé t ico . Lo que est e len-
40. Berz no dejó nin guna i lu str~cion de las célu las que describió y que fueron guaje dice es cu alquie r cosa meno s co ncepto . Escri to en la s u pe r ~ici e del
bautiz ad as en su honor.
4 1. Cita do en Sir Cordon Cordon-Taylor y E. W. Walls, Sir Charb Bdl: His Li(e
cuer po como convergencia ent re la im presión del mundo cxtenor y la
and Tintes, Lond res, E. & S. Livingstone, 195 8, p. 11 6. En su entusiasmo po r I ¡¡~ ex presión del sentimiento subjetivo, el lenguaje de este siste ma ame na -
imp licancias filosóf ica. de su descubrimiento, Bell descuidó las fisio llígicas, con el za tra iciona r el leng uaje de la ra zón, soc ava ndo su so bera nía filosófica .
resultado de qu e un coleg a franc és se le adelant ó en la publicación científica. Esto
H egel, escr ibiendo en 1S06 la Pencmenoíog ía del espíritu en su est u-
llevó a una desagradable disputa ent re los do s respecto a quién había hecho el descu-
brimient o primero . Ver Panl E Crancficld, The Way In and tbe Way 0 11/: I ranccis di o de Jen a, inter pret ó el avance del ejércit o de Napoleó n (cuyos caño-
Mdg(!Ildie, Charles Dell, and tbe Roots o( lile Sp ína í Ncroes, M r. Kisco, Nueva York, nes pod ía o ír rug iendo a la dista ncia ) co mo la realizac ión inconsciente
Futu ra Pub lishing, 1974 .
de la Razón. Sir Cha rles Bell, quien, como médico de ca m paña a ca rgo de
186 SUS"' N Buo : -M o IlH En t Tlc A y AtU n ts lcA 187

las am put acio nes de m iem bros, esta ba físicamente presente una décad a mds
tarde en la batall a de Waterloo, tenía una interpretación m uy d istinta:
VI
Es una desgrac ia ten er nuestros sentimien tos en de sacu erdo con el
sentimient o universal. Pero a m is o jos siempre estarán asoc iados con La comprensión ben jaminian a de la experiencia mod ern a es neurológica .
los hono res de Warer loo los signos shockeanres del dolor : a mis oí. Tiene su cent ro en el sbock. Aqu í, como rarament e en otr as ocasio nes, Ben-
dos. acentos de intensidad , griteríos de los pechos viriles, violentas e jamin con fía en un hallazgo específico de Freud , la idea de que la concien-
interr umpid as ex presiones de los mo rib undos, y o lor es fétido s. Debo cia es un escudo que protege al organismo frente a los estímulos - "energías
mostra rle mi cuadern o de notas (co n d ibujos de los her idos), porq ue demasiado gra ndes"'- 'u del exter ior, im pid iendo su retención, su huella co- i
(... ) ral vez tr a nsmita una excusa por este exceso de senrirnienro .t- mo memo ria. Be njamiu escribe: " La a me naza de esas energías es la d el
shock. Cuanto más ha bitual mente se registr a en la conciencia , t anto menos I
El " exceso" de sentimi ent o de Bell no imp licaba sentimentalismo. En- ha brá que contar con su repercusión traum ática " .~6 Bajo tensión extr~ma,
cont ra ba su "mente serena en medio de una e ar iedad ta n gran de de sufr i- el yo ut iliza la conciencia como un amortiguador, bloquean do la porosidad
" 4.1 Y en ese contexto sen"a grotesco mrerpretar " sennuucnto
. to".
rmcn . . " como del sistema sin est ésico ,47 aislando así la conciencia actu al del recuerdo del
relacionado con "gusto ". El exceso er a un exceso de agudeza percept iva,
cono cimiento ma ter ial que escapa ba al control de la vo luntad consciente o
perfect ame nte de que esto y aut orizado por la naturaleza, o la ~eligi ón, para hacer
el int electo. No se tr ata ba de una categoría psicológica de simpatía o como
esta s crueld ades -¿ par a qué?- por na da más que un pO<.'O de cgo ssmo o a utoc ngran-
pasión, de entend er el punto de vista del ot ro desde la perspect iva de un decirnicuto; y, sin embargo , ¿qué son mis experimentos comparados co n los q ue se
sign ificado intencional, sino, más bien, de algo fisio lógico: un a mimesis hacen a diar io y que se hacen a dia rio pa ra nada ?", Gordo n-Taylo r y Wal.l s~ S"
aJarles Reff, p. t 11. N ótese q ue hizo este comentario sólo después de: haber V I VlSC'C-
senso rial. un a resp uesta del sistema ner vioso-a estímulos exte rnos que era n
cio nado, por ejemplo, los nervios del rostro de un asno vivo.
"excesivos" porque lo q ue a bsorbía era á ,inte nciona l, en el sent ido de que 45_ Benjamin cita a Freud: " Para el organismo vivo, defende rse frente a los es-
se re sist ía a la co mp rensión intelect ual. No se le pod ía da r un sent ido . La tim ulas es u na tarea ca si mis importante que la de acog erla (la huella de la memo-
cat egoría de racionalidad podía ser ap licada a estas percepc iones fisiológi- ria.]; está do ta da [la conciencia] de una. prov isió.~ t llergética p~p ia y d ebe .aspirar
sobre t odo a proteger las formas de transfo rmao on de b eocrgl~ l ..• ) de la m~ u~~.
cas sólo en el sentido de racionalizació n. H cíe (...) ' destruct iva de las energías demasiado grande~ que tra b:lJa~ en el exterior ,
Poesía y capitaíismo, p. 130_El texto de Freud es Mas allJ del prinCIpIO del placer
42 . Sir Charles Bell, cit ado en Leo M. Zimmenn an e liza Veith , GreaJ Ideas in (192 1). que marca el reto rno a UIlO de los esquemas freudia nos má s t emp r.anos de
the History ofSurgery, 5Cgunda ed ició n revisada, N ueva Yo rk, Do ver, 1967, p. 4 15. la psiquis, el pro yecto de 1895 al que describió co mo." Psicología p~r~ neurólogos" ,
4 3. " Era ext raño sentir mis ropas tiesas de sangre y mis brazos sin fuerza s por y que fue publicado póstllln amente como. " ~ twurf ~me r Psych ologie . El ensayo de
el esfuerzo de usar el cuchillo; y a ún más extraord inar io era encontra r m¡ mente se- 192 1 es el único te xto de Preud que Benlamm con sidera aqut.
rena en medio de una varied ad tan grande de sufrimiento. Pero concederle a uno de 46. Poesía y capitalismo, p. 130. .,
esto s objetos acceso a tus sentimientos era perm itirse no ser lo suficiente mente ho m- 47. La concepción del "sistema sinesté sicc " es compatible con la comprensron
bre [sic) para el desempeño del de ber, Era menos do loro so observar In tot alida d qu e freudia na del yu cumu " derivadu en última instancia de sensaciones corpo rales,
contemplar uno solo" , citado en Zimmc rrnan y Veith , p. 414. pr incipalmente de aquellas que brotan de la s l1p e r f~ci e del cuerpo ", el luga ~, desde el
44. Más :lddante en su vida , Bd l había dI' dotar a esta resistencia de al menos cual "tanto las ¡lerccpó on es extern as como las mrem ns pued en , ~rotar ; el e~?
un débil significado teológico, ul describir su aversión por la vivisección de an imales, " puede ento nces ser pensado como pro yección mt'nt~l de la superficie del cuerpo ,
aun cuando reconociera su enor me valor p ara el p rogreso del ar te de In medicina y de Freud , The Ego alld the Id (1923) , t rad. de j oan Rlv.lere, Nu~va York, W. W. Nor-
[;1 práctica de l;¡ cirujia: "Debe ría escribir un terca artículo sobre los nervios, pero too , 196 0, pp. 15 Y 16n. [Versión en español disponible en Slgmund Frcud, O bras
no puedo cont inuar sin hacer algunos experimentos qu e son tan desagrada bles de lle- Com pletas, o rdenamiento, coment ario y notas ,1 cargo de James Strachey, traduc-
var a cabo que los difiero . Puedes pensar que MlYtont o, pero no puedo convencerme ción d e J. Etcheverry, Buenos Aires, Amorrortu, 199 1J.
'" S USA N B UC k - MOJn~
189

pasado. Sin la profu nd idad de la memor ia, la experiencia se empobrece." El efecto sobre el sistema sinestésico53 es embrutecedor. Antes que incorpo-
El probl em a es que en las condiciones del shock mod erno - Ios SIIOCk5 co - rar el mundo exterior como una for ma de fortalecimiento, en una "ínerva-
tidianos del mu ndo mod ern o- responder a los estí mulos sin pensar se ha ci ón " ,s~ se utilizan las capacidades miméticas para desviarlo. La sonrisa que
hecho necesario para la supervi vencia. apa rece automáticamente en el paseante pre viene con tra el contacto, un re-
Beniamin quería investigar la " fecundidad " d e la h ipóte sis d e Freud flejo que "figuraba entonces como amort iguado r mímico de choques"."
[q ue la co nc iencia d etiene el shock al imped irle penetrar co n la pro fun- En ninguna parte es más ob via la función de la mimesis como reflejo
d idad su ficiente como para deja r un ras tro permanente en la memoria) defens ivo que en la fábr ica, en do nde (Benjamin cita a M arx) " (...) apren-
aplicándola en "( ...) estados de la cu estión muy dista nt es de los q ue es. den los obrero s a co ord inar 's u propio movimient o al siemp re uniforme de
tuvieron presentes en la co ncepció n freud ian a";" Freud esta ba int eresa- un aUló mata,,,.56 " La pieza traba jad a alca nza ese {el del obrero] radio de
do en la ne urosis de gu err a, el trau ma nervioso y ment al originado en acci ón sin conta r con la voluntad del obrero. Y se sustrae a éste con igual
[os campos de ba tall a qu e era plaga ent re los soldados de la Primera obs t inación" .57 La ex plotación de be ser entendida aquí co mo categoría
G uerra M undia l. Ben jam ín sos tenía que esta ex periencia prod uct ora de cognit iva, no como cate goría econó mica: el sistema fabril, daña ndo cada
s!Jo (k del cam po de ba tall a "se 11(1 converti do e·n norma " en la vida mo - uno de [os senti dos, par aliza la imaginación del tra bajado r. Su traba jo
dcrua. " Percepciones que anta ño ocasi ona ban una reflex ión consciente " (... ) se hace impermeabl e a la experiencia (... )"; [a memoria es reemp la-
son a ho ra el origen de impul sos de shock que la con ciencia debe parar. zada por respuestas condicionadas, el apre ndizaje por el "a diestram iento ",
En la producción industrial, no menos que en la guerr a moderna , en las la destreza p or la repet ición: " El ejercicio pierde (... ) su derecho" .Sg
multit ude s en las calles y en enc uentros eróticos, en pa rqu es de d iversio- La percepc ión deviene experiencia sólo cuando se conecta con recuerdos
IH: S y en casinos, el shock es la esencia misma de la ex periencia moder- sensor iales d el pasado; pero para el "o jo sobrecargado con funciones de se-
na. El ambiente tecnológicame nte alterado expone el sensorium huma - gur ida d" que mantiene a raya las impresiones, " la mirada (.. •) prescinde
no a strocks físicos que t ienen su corresp ondencia en el shock psíquic o,
ta l como testi fica la poe sía de Baud elaí re. Registrar el " descala bro " de
la ex periencia fue el "reto" de la poesía de Baudelaire: " (...) ha coloca- 53. Benjamín uti liu aquí el tér mino "sinestesia" en conexión ton la teoría de
do, po r tanto, la experiencia del shock en el co raz ón mismo de su rra- 13s cor respondencias (ib id., p. 1541. Puede habe r sido con sciente de qu e el término
es usado en la fisiología pa ra describir una sensación en una parte del cuer po cuan-
bajo artístico". SI do orra parte es estim ulada; y, en psicología, para describir el mo mento en que un
Lis respuestas motoras de conm utar y op rimir la explosión en el movi- estím ulo sensorial, po r ejemplo el colo r, evoca otr a sensación , por ejemplo el ol.or..
miento de la maqu inaria, tienen su contrapa rte psíquica en el " tiempo (... ) M i uso de l térm ino "sinesrésico" se acerca a e~tos: idelllifica la sincronía miméllca
ent re esnm ulo exte rior (percepción) y estim ulo interior [sensaciones cor po rales, in-
desmembrado ..52 en una secuencia de momentos repet itivos sin desarro llo. cluYl"ndo recuerdos senso riales) co mo el elemento crucial de la cognición estética.
54. " Inervación" es el tér mino de Benjamin para referi rse a un a recepción mi-
mét ica del mu ndo exterior, un a que es fortalecedo ra, a dife renc i.. de una ad ap tación
. 411. MEI recuerdo es (...) una manifestación elemcnm] que tiende a otorga rnos el mimét ica que protege ,11 precio de parulizar el or ganismo, priv ándolo de su capacj-
tiempo , qu e por de pr onto nos ha faltado , pa ra organizar la recepció n de lo! estí- dad para la imaginación y, consecuent emente, de responder en fo rma act iva. I
mulos" , Pnul Valcry, citado en Poesía y capitalismo, p. 131. 55 . Poe sía y capitalismo , p. 14 8.
49. Tl1íd., p . 128. 56. ib íd ., 1'. 147 . Benjnmin cont in úa, círando El CIlIJi t(l/: " EN común a tod a rro~
50. lbfd ., p. 131. duc ción ca pitalista (". ) qu e no sea el obrero el que se sirva de las con diciones de I
I
~1. lhid ., p. 155, p. 132. "Bcudclaire hcbla del homhre que se sume rge en la t rabajo, sino a l revés, q ue éstes se sirvan de l obr ero; pero sólo con la maquinaria
multit ud como en una reserva de cnergLt eléctrica. Trazando la experiencia del cob ra esta invcrsió n una rcalidad t écnicam ente pnIpahle ", p. 147 .
slJU(k, le llama enseguida 'caleido scopio pro visto de conciencia "' , p. 14 7. 57. lb íd .
52 , lbid ., p. 154. 58. lb id ., p. 148.
-
190 SUs'\N B UCII:. M o RSS 191

de perd erse soñadoramente en la lejanía ". S9 Ser "de fra udado en su expe-
riencia " se ha convertido en el esta do general del hom bre mo demo.P en
tamo se le ordena al sistema sinesr ésico que detenga los estím ulos tecnoló- VII
gicos para proteger al cuerpo del trauma de accident e y a la ps ique del
shock percept ual. Como resu ltado, el sistema invierte su rol. Su ob jetivo es La anestésica se co nvirtió en una técnica elabor ada en el tra mo final del si-
adormecer el or gan ismo , retardar los sentidos, reprimir la memoria: el sis- rlo X I X . M ient ras qu e las defensas cor po rales autoan estesiantes son en su
¡.; . l "
tema cogn itivo de lo sinesr ésico ha devenido un sistema anestésico. En es- mayor pa rte involun tar ias, estos méto dos implicaron u n a mam~ l: acron
ta situació n de " cr isis en la percepc ión ", ya no se tra ta de educar al oído cons cie nte, intencion al, del sistema sinesrésico. A las formas na rconcas de
no refinado pa ra que escuche mú sica, sino de devolverle la cap acidad de la Ilustración ya existentes, como el café, el tabaco, el té y los licores, se
oí r. Ya no se trata de entrenar al ojo pa ra la contem plac ión de la belleza, aña dió un vasto arsenal de dro~as y prácticas tera péuticas, desde el opio,
sino de restau rar la " percepnbilidad"." el éter y la coca ína hasta la hipnosis, la hidrot erapia y el electroshock,
El apa rato técnico de la cámara, incapaz de "devolvemos la mirada ", cap- Las técnicas an est ésicas fueron presc riptas po r los doctores co ntra la
ta la insensibilida d de los ojos que se enf~ntan a la máquina, ojos que "han enfermedad de la " neurastenia" , ident ificada en 1869 corno co nstructo
perdido la facultad de mirar ".61 Por SUP UCS10 , los ojos aún ven. Bombardea- patológico." En las descripciones decimonón icas de los efectos de la neu-
dos por impresiones fragmentarias, ven demasiado, y no registran nada. Así, rastenia llama la atenc ión la desintegración de la cap acidad para la ex pe-
la concurrencia de sobrcestimu lación y torpor es ca ractcrfsrica de la nueva or- riencia , ex actamente co mo en la con sideración ben jaminiana del shock,
ganización sinesr ésíca como anestésica. La inversión dialéctica por la cual la Las metáforas dominantes para la enfermeda d reflejan lo siguiente : ner-
estética pasa de ser un modo cognitivo de estar " en contacto" con la realidad vio s " de stroza dos " , "colapso n nervioso, " hacerse añicos" , " fragmenta-
a ser una manera de bloquear la realidad, destruye el poder del organismo hu- ción " de la psique. El desor den era causado por "exceso de estimulación"
mano de respond er políticamente, incluso cuando está en juego la aut cp reser- (st henia ) y po r la " incapa cida d para reaccionar a los mismos" (ast henia) .
vación: "( .. .) q uien ya no quiere hacer ninguna experiencia (... ) no está ya en La neurasten ia podía ser pr ovocad a por " exceso de trab a jo " , por el "des-
situación de distinguir el amigo proba do del enemigo mo rral" .63 gaste natural" de la vida modern a, por el t rauma físico de u n accide nte
ferrov iario, por la " creciente carga (de la civilización modern a} so bre el
59. Ibíd ., p . 167. La o bservaci ón de: Benjamín está en completo acuerdo cc n la cerebro y sus tri buta rios" , por " los efectos dañ inos at ribuidos (...) a l pre-
invesngación neurológíca. Fl neurólogo Prederick !\l enl f r info rma acerca de "una domi n io del sistema fabril". 6J
contradicción - ent re la calma reflexiva necesaria para ser creativo le inven tar moi-
quinas ) y b. éesmcci ón de este medio ól mbim te calmo "po r parte de las mismas máqu i-
Los remed ios con tra la ne ura stenia p od ían inclu ir baños caliente s o
nas y de la acrecenta da prod uctividad que la mente reflexiva crea". Apunta que uno un viaje a la cos ta m arítima, pero el trata miento más co mún eran las dro-
simplenlf nle tiene q ue estar presente para COnducir un auto móvil, mientras que la re. gas. La " princ ipa l" de todas las drogas ut ilizad as co ntra el " agota~i en­
nexió n creativa es -distraída ". Culture <lnd the Strnctural Ell(Jlutiml vf tbe NClml/
[Q ne rvioso" era el op io, a causa de su impacto d ob le: "( ... ) ex cita y
SY5tem , Nueva York, The American M useurn of Natu ral H isto ry, 1956. p. 5 1.
60. Ibíd ., p. 153.
6 1. lbfd., p. 163. En este contexto, el cine reconstitu ye la experienc ia, esta ble- 64 . El tér min o " neurastenia" fue divulgado por el doc tor neoyo rq uino Gecrge
ciendo -t, percepción a modo de s/mck (... ) como pr incipi o formal" (Ibfd., p . 147). Mille r Bea rd . llaci;l 1 880 había ad quirid o un luga r pr ominent e en las. d!' Cus.lOn.cs
Cómo se constr uye un filme, si es q ue se abre camin o por ent re el esc udo adorme. europeas. Elmismo Bca rd sufría de deb ilitam iento nerVIOSO, y se pro pmo a SI r ms-
cedor de la concien cia o meramente pmpocionu "a diestramien to " para el fo rtaleci- mo electrote rapia (shoá s ) " para volver a llena r las prOVISIoneS agotadas de f.u e t~ a
miento de sus defensa s, deviene un problema de gean Impo rtancia pol ítica. ner viosa " . janer Oppenheim, Shattered N emes : Dccrcrs, Patients and DCprCS$IOIl 11I
62. 1bíd .• p. 164 .
Yictorum EIlglumi . ;-"¡ueva York , Ox ford University Presa, 1991. p. 120.
63. Ibfd.• p. 158. 65. Citado en 0 pPfn heim, pp . 44, 87, 95. 96,101 , l OS.
192 F ST JjTI CA y A NE STh r cA 193

" . "t5Jif; : .
--
1," - (r""' ''
,

Fig. 5: Publicidad de un remedio de patente, fines de siglo XIX.

estimula po r un breve período las neuro nas y luego las de ja en un estado Fig . 6: Caricatura de Jo s ; III'KIlS del óxido nit roso (éter), 1808.
de tranquilidad, q ue es el más propicio para s u nutrición y repa raci ón" ."
Los opiáceos fuero n " (.. . ) la droga infa ntil líder a lo largo del siglo
69
X IX " . 6? Las mad res q ue trabaja ban en las fá bricas d roga ban n sus niños co mercializada s y vendid as sin co ntrol guhcrn amenra l. La coca ína , ex-
co mo forma de cuida do. Los an estésicos era n prcscripros como ind ucto- tra ída por p rimera vez de la coc a per ua na por el doct or Alber t Nie mann
70
res de sueño para aq uellos que sufría n de insomnio y como tran qui lizan- en 1859, era amp liamente utiliz ada haci a fines del siglo. La s jeringas
tes para los desequilibrad os mentales." La ob tenció n de opiáceos no es- hipod ér mic as estuvieron d isponibl es para lleva r a ca bo inyecciones sub-
taba regulad a: los remedios de pa tente (t ónicos nerviosos y cal ma ntes de cut áneas a partir de 1860.7 1
tod o tipo) eran mercancías transnacionalcs que producían 1l111Ch o di nero,

66. 'Ihomas Dcws e (1I1 S0s), citado en Op penheim, p p. 114-115. 69. Los contro les (por ejemplo, en Inglaterra la Ley de Farmacia y v eneno, de
67. Opp euhcim, p. [ 13. 1901l ) no fueron aprobados hasta clslglo x x .
611. .\1.arrin S" Pcrnick, A Caíceíes of Suffering: Paín, Professionalum. and 70. O wcn H. Wagenstt"r11 y Sarah D. W'l¡.\l'11'teen, The Risc o(Smgcry: Frorn Empine
Anaesthesia m Nm ~ffi.'n lh-Ce lll'lry Am erica, N ueva York, Columbia Umversiry Crafl to Scientific Discipline, Mirmea polis, Universiry uf Minnesota Press, 1978.
PrC8S, 1985, p. 113 . 71. Oppenheim , p. 114.
194 Es1' t n c A y AN ES1' t S IC " 195

El u...o de anestés ico.. cn ci ruu ías médicas dat a. 110 accideura lme nn-,"!
de es te m ismo per íod o de ex perimentació n maníp ulanva conlos ele mcn
ros del sis tema sinc st ésico. " Los juegos de éter", la versión decimo nó ni VIII
ca de la inhalación de pega mento, tenía luga r en fiestas, en la s cua les H '
inh alaba "gas hilarante " (ó xido n itro so), qu e pr oducía "sensac iones vo- No era poco usua l en el si ~lo XI X qu e los ciru jan os se vo lvier an adictos a
lup t uo sas" , " im presi ones visib les deslu m bra ntes" . " U1U sens ación de las drogas.P El experimente personal de Freud con la cocaína es bien co-
exte ns ió n alta mente placen te ra tan gible en ca da miembro " , " visio m-, noci do . Eliza bet h na rren Browníng fue ad icta a la morfina desde su ta rdía
Fascina ures ", " un m undn de lluevas se nsa ciones", un nuevo " unive rso juventud . Sam uel Cole ridge comenzó su adicción de toda una vida a la
com puest o de im presi on es, ¡lI t',IS, placeres r dol or";" No fue hasta ITIl'· edad de 24 . Cha r les Ba udelaire ut ilizaba el opio . Hacia medi ados del siglo
diados de siglo que se desa r rolla ro n las im plica ncias prá ct icas para la ci- X I X el consumo hahirual de drogas era "exces ivo entre los pobres" )' " se
r ug ía . Suced ió en los Esta do s Un ido s cuando , de ma ner-a iudcpend ienre, extendía" ent re " los r icos , aun entre la realez..a " .77
est udia nt es de me d icina de Georgia }' de M assach nserrs pa rt icipar on de La adicción a las drogas es ca racter íst ica de la modern idad. Es el corre-
esto s " jueg os". UIl ciruja no de Ge orgi! , Crawford W. Long, notó 'l ile lato y la contraparte del shock . El pro blema social de 1.1 ad icció n a las dro -
aquel los que se [astim alia n dura nte las ce le br -aciones no sent ía n do lo r, gas, sin embar go, no es equivalente al problema (neu roj psicoló gtco, porque
En una reunión en M assac huscu s, esrudianrc s de medi cina les d ieron una ada ptac ión a l shor.: k libre de drogas, no amorti guada , puede result a r
éter a ra tas en dosis lo suficientemenrc alr as como pnru inm ovil iza rla s fa tal." Pero el problema cognit ivo (conse cue nte mente, político) yace en
r produc ir les una ime115 1],ibd.ld rot al. Craw for d LO I11-: uli lJzú an esr és i- otra part e. La e xperiencia de la intoxicación no se limita a las tran sforma -
ce s exi tosa me nte e n va r ias o peracio nes en 1842_ En 1844 , Ull dentista clo nes bioqu ímicas indu cidas po r las d rogas. En el siglo X I X se hace de la
de H a rt ford , Connect icu r, lle vó a ca bo ex tracciones de nta les con ó xido realidad misma un nar cót ico.
nitroso. En 18 4 6, en un a a tmós fe ra mucho más sobria r legitim ante La pa labra clave pa ra entender este desarrollo es. " fantasmagoría". El tér-
que " los juegos de é te r " , t uvo luga r la prime ra de mos tració n públ ica mino tuvo su ongen en Ingla terra en 0 102, como el no mbre de una exhi bi-
de l uso de la a neste sia gcncrn l en d H ospita l Ge ne ra l de M assac hu- ción de ilus ion es óp ticas. pro d ucidas pUf linte r nas m ágica s. Descr ibe una
se rrs," desd e donde este " desc ub r imie nro mara villoso"" se diseminó
r ápidamente hac ia Europa. po r la anestes ia general era también polinca: Ehzabet h C:1d~ SU nlon "se o puso a q ue
una m ujer entregara su conciencia y 5U cuerpo a un doc tor hom hre", en Pernick. pp.
16-6 1. " Mucho lil'"nlpu des pués de 1846, el atont amien to alcohólico seguía siendo
72. 1'\'0 he encontrado refcrcnc¡a s a las práct icas 0.1 " Ch arll'"s Ud l d u rant e la ci- un calmante quirúrgico aceptable", ihíd., p. 1711 .
rugía, pero su contraparte francesa, l.arrv, cirujano para el ejército de' Napoléon, 7 6. Wa ngL'IlMl.'l·11 r Wallg"nsleen, p. 293.
congel.iba con hiel o los micmhms que de bían ser .nnp urndos o g ulpcal);} al pa cien- 77. O ppenhcun, p. 113.
te h'h u de ja rlo in..:o m cicntl'" . Larry de senbn exp eriment ar con <,.'(i do nit ros o . q ue 7S. Ver Hans Sclye, TIJI! Slrc<'ts of Life, segu nda edic ión , re visada, Nueva Yo rk,
l'ra conocido en su tiem po. pero Ll may or pa rte de la AC;ld,,¡m a Real f ra ncesa cuno M <:G f;IW-HilJ , 19 76, p. 3 U7. En un a rtic ulu pubhcado el mismo nño qu e el ensa yo
vider ó que la suge rencia o rill<lha lu cruuinnl. Ver Frc derick t'r esccne, The Control de la obra de arte de Hcnj anun (1 936), Selye definió por primera vez el "Síndrome
uf Pain, Londres, The Engb h Universuy l' rcs\ , 1% 4, pp . l il-2S. de est r és" como un a "enfermedad de ndupra ción", esto es, una inca pacid ad del 0 1"
7] . Efecto s cid ó xid o nit ro , o relur.rdos en l'rcscott, 1'. 19, gunis mo para s:ll isfa..:er una e¡¡igeucia ( UD espedfk'l) q ue se le formula con rene-
74 , Ver Wal\ ¡::en,¡"cn )' \X\lll gl·n't(.' l' l\, pp. 277 -279 . cioncs ad a pt ativas ndecundcs. El est rés era " el denomina dor común de tod as la s
75, Prcscon, p. I S, Ln aceptación de 1;1 auesrcsiu no se dio sin resistencias. La reacciones ada prariv.ts del cuer po " . Si la ex igencia externa seguía sin dism in uir,
codi fic'lció n cultural del signific'ldu del dolu r IIId uia lllla fllerle Ir.IJiciÓn q uc sosle- at eaves a ba t res Í<lses: reac ción de a la rma [r esiste ncia genera l a la ex igenc ia) , adap-
ní'l que' el do lo r er<l ~ n :lI ur:ll " u hus..:ado pm D ios, especialmente d ura nte lo s naci - U CiOll ( U ll illtl'" llru , l'"x ilus<> en el rorto pbz,,_ de cUl:xislir) , y, lina lmellt e, el ago r'l-
mientos, ). benff ico pa ra la curaci" n. l a resisrl'" ne ia a la in.'ol'" nsibiJida{1 provoc ada mÍt:lllo , qu e reslllub;l en pasi" ilbd (b ha de rl'"SiSlr n..:i:l y, posiblemenle, muertd .
196 SU SAN BUCJ:- MolIsS ES-r ÉTi C A y A N EST h lC A 197

a pa r ien cia de rea lid ad que eng a ña los sent idos por med io de la rna ni-
pulación técnica . Y así como en el sig lo XIX se m ult iplicaron las nu e-
vas tecnol ogí as, tam bié n se mu ltiplicó el po te nc ial pa ra los efe c tos
.. 79
f antasmagoncos .
En los interiores burgueses del siglo XIX, los amo blamienros proveían
una fa ntasmagoría de tex tu ras, tono s y placer sensual que sumergía al ha-
bitante del hoga r en un am bient e to ra l, un m undo de ens ueño pr iva tiza do
que funcio na ba como escudo prot ector para los sentidos y las sensibilida-
des de la nueva clase dom inante. En el Passagen-Werk, Benjamín registra
la diseminación de form as fa nt asmagóricas en el espacio público : los pa-
sa jes de París, en donde las hileras de vidrier as creaban un a fan tasmago-
ría de mer ca ncías en exhibición ; pan orama s y dioramas que engullían al
espect ador en un fingido am biente toral en ~lini atura; y las Ferias Univer-
sales, qu e expandían este pr incipio fantasmagórico hacia áre as del tamaño
de ci udades pequeña s. Estas formas deci mo nó nicas son las pre cursoras
de los gra ndes centros de co mpras , pa rques tem áticos y pasa jes de video -
juegos de la actualidad , así como de Jos am bien tes totalmente controlados
de los a viones (en los cu ales uno se sienta ench ufado a image n, so nido y
serv icio de alimen taci ón), el fenómeno de la "bur bu ja tu r ística" (en la
cua l las "experiencias" del viajero están moniroreadas y co ntro ladas de
a ntemano ), el ambiente audiosensorial indiv idualizado del " walkman" ,l a
fantasmago ría visua l de la publicidad, el sensorio táctil de los gimnasios
llenos de equipos Naunlus. Fig. 7: F,a"~ Sk.Jrbi1Ul. Vista del Sena y de París por la noch e. 1901.
Las fan tasmagorías son una tecnoestética. Las percepciones qu e su-
ministr a n so n lo suficientemente " rea les"; su im pacto so bre los sentidos
y los nervios es t oda vía " nat ura l" des de un pu nto de vista ne urofísico. Per o su funció n soci a l es, en cada uno de los casos, co m pensa to r ia . Su
o b jet ivo es la ma nipulaci ón del siste ma sinesr ésico por medi o del con-
t ro l de los est ím ulos a mb ien ta les. T iene el efecto de a nestes ia r el o rga -
79 . La tecnología entonces se desarrolla cun tina do ble función. I'or un ludo,
extiende los sentidos humanos, incrementando la agudeza de la percepclún , y fuer-
nis mo, no a tr a vés del adormecimiento , sino a t ravés de un a inundación
za al universo a la penetr ación por parte del aparato sensorial humano. Por otro de lo s sen tidos . Esto s sensoria estim ulados altera n la conciencia, ca si co -
lado, precisamente porque estn extensión técnica Jeja Jos sentidos expuestos, 1:1. rec- mo una dr oga, pero 10 hacen por medio de la distracción sen soria l a n-
nologfa se repliega sobre los scnridos como protección bajo la form a de ilusión,
asumiendo el papel del yo para proporciona r aislamiento defensivo. El desarrollo
tes q ue de la a lte ració n q uímica y, m uy signific ativ am e nte, sus efectos
de la maqu inaria como hcrr:;¡mienta tiene su corre lato en el desarrollo de la maqui- so n ex per im enta dos de ma ner a colectiva más q ue ind ividual. To dos ven
nurin como armadura (ver más ndelnnte). Se sigue que el sistema siuestésico no es el mismo m undo alterado, ex perime ntan el mism o ambie nte tot al. Co -
una constant e en la hisrorja. Extiende su alca nce, y es po r medio de la tecnología
como esa extensión tiene lugar.
mo result ado, a di fer en cia de lo q ue sucede con las drogas, la fa ntasma-
go ría asu me la pos ició n de un da to ob jetivo . •Mie nt ras que los adic t os a
1<) 8 SU S" N BUC K-MolIsS E ST t TlC A y AN EST ÉS ICA 199

las droga s se enfre nran a una sociedad qu e cue stiona la rea lidad de sus perfumerías florecieron en el siglo X iX, SUS productos a brumaron el sentido
percepciones alterad as, la in toxicación de la Fantasm ag o ría deviene la olfativo de una po blación ya asediada po r los olores de la ciudad. B2 La no-
norma soci al. La ad icción sen so ria l a una realidad com pe nsat or ia devie- vela de Zo la Le Bonbeur des Domes describe la fant asmagoría de las gra n-
ne medi o de co nt ro l social. des tiendas como una orgía de erotismo táctil, en la cual las mujeres iban a
El pa pel del "arte" en este de sa rr ollo es ambiva lente d ado q ue, bajo tientas con el tacto a tr avés de las hileras de mostradores colmados de telas
estas co ndi ciones, la defin ición del "a rte " com o experie ncia sens ual qu e y vest imenta . En lo que respecta al gusto, los refinam ientos gustat ivos pari-
se d ist ing ue precisa rncnrc por su se pa ració n de la " realida d" se hace di - sinos ya había n alcanzado un nivel exqu isito en la Francia postrevoluciona-
fícil de sostene r. G ran pa rt e d el " a rte" ingr esa en el campo de la fa mas. ria, cuando los coc ineros que solían trab ajar pa ra la nobleza comenzaron a
magcrta co mo entre tenimiento, como part e del m undo de las mercan- busca r empleo en resta ura ntes. Es significativo para los efectos a nestésicos de
cías. Los e fec to s de la fa ntaslllagorLl existen en m últ ip les niveles, como estas experiencias que la singularización de cualquiera de estos sentidos por
es visible en la pint ur a de fin de siglo de Fm nz s ka r bin ,1. ~o La vista es de 1.1 medi o de una estim ulaci ón intensa tiene el efecto de adormecer al re sto."
Fer ia Universal de Pa rís en 19()j, ret ratada ~ l la for ma doblemente iluso- El int ent o a rt íst ic o más monumental de c rear un am biente t otal lo
ria que perm ite la ilumi nación noc turna. La pintura es un a Stimm uJlgs bild, co nsti t uye el pla n de R ich a r d Wag ner p ara el dr ama m us ical como
una "pintura de est ado de ánim o", un género, ent onces a la mo da, que Gesam m tkunenoerk: (ob ra de ar te tota l), en la cual poesía, mús ica y tea-
bus caba re trat a r una atm ósfera o "humor" m.is que un tema . A pesa r de tro se com bina ba n pa ra crea r. como escr ibe Adorn o, una " mezcla em bria-
la pro fu nd idad de perspect iva, el placer visua l es propo rcio nado por la gadora" (superando el desarrollo desigu al de los sentidos y reuniendo-
supcrf...-ie lum ino sa de Id pint ura. que resplandece so bre la esce na como 10s).84 El drama mu sical wagneriano inun da los sent idos y los funde en
un velo. John C ...a plic ka escrihe: 1.1 ciu da d es " (.. . ) red ucida a un estado una " fa nta smagoría co nsoladora ", en una " invitación perm a nente a la
de ánuno delespect ad or (.. .) La ex per iencia del luga r (... ) es más eme- em briaguez, como forma de regresión oceá nica " .' 5 Es el "perfecciona-
cional q ue racion al (... ) H a)' una sut il negación de la ciudad como arti - miento de la ilusión de que la obra de arte es una real idad su; gen eT;s" : ~'
ficio (... ) y una sut il ren uncia a la res pons abil ida d de la huma nid ad po r "Como a Nietzsche y a continuación al An Nouveau, al que a nticipa en
haber constr uido est e ambienre"." muchos aspectos, a ¡Wag ner] le gustaría da r nacimiento a una totalidad
Benjam ¡n descr ibe al (l/meur como au tceneren edo en esta facul tad de estét ica sin ay uda, lanzando un encantam iento, )' con desinte rés desafiante
dis ta ncia rse convirt iendo la realidad e n u na fan tas magorta: más que es t ar acerca de la a usencia de las co ndiciones sociales pa ra su su pervivencia" . 37
a rrapado en la m ultitud, amilla ra S il paso y la observa, ex trayendo u n pa -
t rón de su superficie. Ve a la m ultitud como un reflejo de su humor onl-
82. "(. __) el reconocimiento de un aroma (.. . ) adormece la co nciencia del paso
r ico, una "embriaguez" pa ra los sentidos . del tiempo" . Pon Úi y capitalismo, p. 158.
El sentido de la vista fue el privilegiado en este sensorinm Í;m tasmagóri. 83. Ver Marshall Mcl.uhuu, Understanding Media: Tbe Extensions o{ Man,
Nueva Yor k, McGraw-Hill , 1964, p. 53. Esta especializació n de la esrim ulaci én sen-
co de la modernidad. Pero la vista no esta ba afectada de manera exclusiva. Las
se rial causa un desarrollo desigua l de lus sent idos; en las soc iedades ind ust riales son
tra nsformad os a difeeenres velocida des.
so. Vel" la dis cusión d ~· john CZ3plieka sob re c.lta pintura en "Pictures of ;1 84. Th eodor W. Adorno. In Search of Wagner, trad ucción de Rodne y Livingstone,
Cit y ut Work, Berlín , e·ire:! ] ¡¡~O -19 ,~ () : Visua l Rdb :tiOlH un Soda] Str ll,'lures ami Lond res, NLB, 1981, p. 100. Adorno señala que " (.. . ) en la civilización burguesa
' l~c ( h l1 () l o gy in rhe :\lodern ll rbnn Cuu strucr", en Berlín: CII/ture <lud Metropo/is, avanzada cod a órgano sensoria l ap rehende (.. .) un mundo J iferente" , p. 104.
ULlrles W. Haxth uusen )' Hcidrun Suhr. {'J ., Mm neapolis, L'niversily of .\1iJlnesot'l 85. Ibíd., pp . 87, 100.
I ' rc~ s , 1990 . pp . 12- 16. E" ,,~' ¡lgr,IJ c':ld a ;t1 autur por señnlnr 1.1 n'lcvnnci.r de t I ~6 . Ibfd., p. 85.
Sti",m""¡.:sIJild pa ra esra (Iisw \ i(,ll. 87. Ibíd. , p . 101 . " L a idea b.isica es de: rorahd ud: el A'lill<) intenrn, sin más rodeos,
~ 1. IL>i{i., p. 15. nada mene s que el encapsulamiento del proceso del mundo como un lodo", ibíd.
lOO !':s TÜ IC A y ANE STfs lCA 201

Es est a pseudororaliaaci ón la que, par a Adorno, conviert e a la ópera ti Ma rx hizo fa moso el térm ino " fant asmagoría " , utilizándo lo pa ra des-
Wag ner en una fa ntasmago ría. Su unidad está imp uesta . M ient ras q ur cribir el m un do de las merca ncías q ue. en su me ra presenc ia visible, ocul-
"bajo condic iones de modernidad", en la "exper iencia cont inge nte de l in ta todo rastro del tr a ba jo que las produjo . Echan un velo so bre el proceso
dividuo" fuera del tea tro de ópera, "l os sentidos separados no se enl azan" pro duct ivo y, al igual que las pint uras de estados de á nimo, alienta n a sus
en una percepción unificad a, aquí, " proced imientos d iscordantes son snn espectado res a iden t ificarlas co n sueños y fa ntasías subjet ivas. Adorno co-
plemerue agrega do s de manera tal que pa rezca n colect iva mente IiK'. menta so bre la teoría de las merca ncías de Ma rx q ue su fa ntas magoría
do s ", .88 En luga r de la lógica mu sical intern a, la óp er a wagner ia na evoca " (... ) le propor ciona un reflejo a la subjetividad al enfre nta r al sujeto co n
una " unidad de estilo " su perficial, una unidad que a bruma al no detener
se para to ma r aliento. 89 La unidad es mera du plicación, que "sust ituye l.
pro te s ta "' ;~ " la m úsica rep ite lo que las palabras ya ha n dicho " ¡ los mil
rivos m usica les retorn a n como un tema pu blicita r io; la em br iaguez, el éx
rasis que podría ha ber afirmado la sensualidad, se reduce a sens ació n su
perficial, mient ras q ue el contenido del ~rama es la negación de la vid,l
"(•••1la acción cu lmina en la decisión de mori r" :.11
La Gessamtsktms tu'crk de \Vagner, "ínt imamente ligada al desencanta
miento del mundo" ,.,2 es un intento de prod ucir una meta física tot alizante
instr umentalmente, ut ilizan do todos los med ios técn icos disponibles. I~
t o es cierto para la representació n dramát ica y par a el esti lo m usical. En
Bayreut h la orquesta, el medio de pro ducción de los efectos mu sicales, el
ocultado al público co nstru yendo el foso bajo la línea de visión de la au
diencia . Supuesta mente interesada en "integrar las art es individua les" , la
ejecución de las óperas de Wagner "ter mina por logra r una di visión del trn
ba jo sin precede ntes en la historia de la mú sica " .93

88. IbíJ ., p . 102.


89. l bíd. "El estilo d eviene la suma de todos los estí mulos regist rad os por la to o
ralida d de los sentidos. "
90. lbfd., p. 112. MLa estética de la dup licación es sutirutivu de la protesta, una me-
ra amplificación de la expresión subjetiva que es anu lada po r su propia vehemencia."
91. lbíd. , PI' . HJ2-1Ü3.
92. lbíd.jp 107.
93 . Ibíd., p. 109. Ad orno cita "evidencias cid círculo ínt imo de W;lgncr" : "E l 2]
de ma rzo de 18 90, es d ecir, mu cho antes de [a invención del cinc, Chamberlam 11'
escribió a Cósinc so bre la sinfon ía Dante de Liszr, qu e en este p unt o p uede rcprc-
sentar Inda lu rcndc ncia. 'Ejecuto esta sinfonía en una habitación oscurecida con U I1;\
Fig. 8: Arriba: máquinas de nado para Da s Rheingold . Abajo: las
orquesta hundida y exhibe imágenes que pasen po r el fon do, y verá s como todos los
Levis y los Irfos vecino s de h uy, cuyas lla tur " lez"s inse nsibles provoca n tant o dol or máquinas de liado en acción tal com o las ve e/fJlíblico.
a un pobre co razón, cuer én en un éxeasis' ", p. 107.
202 203
SUSA N B UC K- M u " l E n tTl e ¡\ y ¡\N EST t SlC¡\

el producto de su propio trabajo , per o de ta l man era que el tr abajo qll


se ha depositado en él ya no es ide ntificable", antes bien, "el soñad or en Cad a órga no de los sent ido s es da ñado en el mismo grado por la
cu enrra su propia ima gen imporentemenre't." Ado rno sostiene que ti ñu elevación artificial de la tempe ratura , por la atmósfera cargada de
" O enganosa
SID - dei arte de \;vagner
" es análoga." l a tarea de s u música rI po lvo, por el son ido ensordecedo r, sin mencion ar el peligro para la
oc ultar la alienación y la fragmentación, la so ledad y el emp obrecimieu vida y para los miembro s entre la ma quinaria densamente poblada,
ro sens ua l de la ex istencia mo dern a, que era el material a parti r del t u,.l que , co n la reg ularida d de las estaciones, pone en circulación su lis-
esta ba com p uesta: " (.. . ) la tarea de la música [de Wagn er] es entibiar JIU ta de los muertos y heridos en la batalla industrial."
relaciones aliena da s y cosificadas del hom bre y hacerl as sonar com o ~ I
toda vía fueran be manas''." El mismo Wagner habla de "( ... ) hacer sanar H emos aprendido de la producción reciente en hi storia socia l que los
las heridas con las cuales el esca lpelo an ató mico ha desgar rad o el cuer médicos estaban " (... ) uniformemente horrorizados por el espantoso re-
po del lengua je" . 97 cuent o de cuerp os de la revolución ind ustri al" .'t9 La tasa de lesiones de-
bida s a accide ntes fabriles y ferroviarios en el siglo XIX h izo que las
• guardias quirúrgicas se vieran como hosp itales de ca mpa ña . En el Hos-
IX pita l Gene ral d e M assach uset rs, a mediad os d e siglo, despué s d e la in-
t rod ucción d e la an estesia gene ra l. cerca del siete po r ciento de tod os los
La fáb rica era la co ntr aparte del teatro de óper a en el mu ndo del tra bajo, pacie ntes admitidos sufriero n am putaciones. 100 Dado q ue la mayo r par-
una especie de con t rafan rasmagona basad a en el principio de fragmenm te de los pacientes de l hospital eran casos de car idad , este gr upo perte -
ci ón en vez de en la ilusión de tot alidad. El capital de Ma rx, escrito en ti necía sobre todo a la clase más baja. I OI Cuerpos ame nazados, miembros
década de 1860 y por 10 tanto contemporá neo a las óperas de Wagner, des. hechos peda zos, catástrofe física: estas real idades de la modern idad eran
cribe la fábrica como am biente tot al: el otro lado de la estética técnica de las fan tasmagorí as co mo ambient es
to ta les de con for t corporal. El cir ujan o cu ya tarea era , literalm ent e, re-
menda r a la s vícti mas del ind ustria lismo, ganó un a nueva prominencia
94. Ibld., p. 91.
soc ial. La p rá ctica médica fue profesionaliza da a med iados del siglo
95. La o b.ra de Wagner se parecía a " (... ) 105 bienes de consumo del siglo XIX
q ue no CODO(:lan ot ra am bición que la de ocul tar tod o signo del tr aba jo depositadu XI X,t ° 2 y los méd icos se h iciero n protorípicos de una nueva elite de ex-
t .n ellos, tal vez po rqu e cua lquiera de esos rastro s le h acia recor dar a la gente dema- pertos técnicos.
siado vehementelllent e la apropiación del trabajo de los otros, una injusticia que al;
podía sentirse" , ibid ., p. 83. La anestesia fue cent ral en ese desarroll o, justamente por que no era
96. Ibíd ., p. l OO. só lo el paciente el q ue era ali viado del dolor. El efecto era igualmente
97 . Citado en 111 Search of \Vagner, p. 89. En este context o podemos entender pro fundo so br e el ciru jano . El esfuerzo del iberado de insensibilizarse a la
el elogio que Bcejamin le prodiga a Baudela lre, un contemporá neo de Wagner y Marx,
po r ~n fn:nt~ rse al shock moderno cun la C:l bel.<l alta y por ser capaz de registrar en su
I){)('SI ~ pr~cl samen te la sensualid ad fragmenta da y chirr iante, incluso dolorosa, de la 98. Ma rx, El capital, vol. 1, capítulo 15, sección 4.
cxpcr!encl: mo dern a de un mod o que perfora y tra spasa el velo fantasmagórico. Es- 99 . Per nick, A Calcllll/s of SlIfferillg, p. 218.
Cribe q.ue La p r,lIcba que se p uede ofrecer de qu e esta p oesía [la de Baudelaire] 100. Ibíd. , p . 211.
t ranscr ibe los suenes de un consumidor (le hashish, n o invalida en absoluto esta ínter- 10 1. H asta el descubrimiento de la importancia de los antisépticos, aquellos que
prct nción", 1. P., p. 58. (Para los experimentos del propio Benjam jn con el hashish pertenecía n a las clases alta s se operaba n en sus hogares, siendo la anestesia admi-
ver Gesam m elte S,¡' riftel1 , vol. 6). En verdad, en una época de ad onll ccimiento sen: nistr ada con una " botella y un trapo" , ibfd., p. 223.
se rial como ddensa cogni tiva , Ber qamin sostenía que la percepció n de la verdad de 102. L¡¡ Asociación Méd ica Norteamericana se estableció a mediados de siglo. An-
la experiencia moderna " rara vez había de tenerse en estado sobr io". tes de eso, 110 había regulaciones sobre quién escaba autorizado a eiecurar una cirugía.
205
204 SVSAN B u c ~ ·M ll u , E n h l C A y AN EST hlCA

ex per iencia del dolor de l otro ya no era necesar io. M ien tras que con .1l1
rerioridad los ciru jan os tenían que ent renarse para reprimir su idcmific«
ción emp át ica con el pacie nte sufriente, ahora só lo tenían qu e enfrentar

se a u na masa inerte, insensible, a la que podían remendar sin involucra r
se emocionalmente .
Esto s desarr ollos acarre aron una transformación cultura l de la rnedicin.r
y del discurso sob re el cuerpo en genera l. tal como clarame nte lo ejemplifica
el caso de las am putaciones de miembros. En 1639, el ciruja no naval brin
nico j oh n Woodall aconsejaba rezar antes de la "lamenta ble" cir ujia de am
potació n: " Porque no es un a presunción peque ña Desmembra r la Imagen ¡Ir
D ios" ,103 En 1 806, la ép oc a de Charles Bcll, [a actitud del ciru jano evoca b.r
los tem as ilustrad os del Estoicismo, la glo rificación de la razó n y el carácter
sagra do de la vida ind ivid ual. Pero con la int!od ucción de la anestesia gene
ral, el American [curnai of Medicaí Sciencc pod ía infor mar en 1852 q ue er.l
" (... ) muy gratificanre para qui en oper aba y para los espectado res que el pa
ciente yaciera como un sujeto so segado , pa sivo, en vez de resistirse y tal velo
pr ofer ir gritos lastimosos y lamentos mientras el cuch illo está trabaja ndo" .1111
El co ntro l q ue le pro porcio na. al cirujano un paciente " tranquilamente m ane-
jable" perm itía q ue la operación se llevara a cabo con una inéd ita minucio-
sidad técnica y una " pre meditac ión del todo conve niente" . IOS Por su puesto,
el punto no es de ningún m od o criticar los avances qu ir úrg icos. M á s bien, se
t rat a de doc umen tar una transfor maci ón en la percepción cuyas co nsecuen-
cias so bre pasaron largamente la operación quirúrgica.
La fenomenología utiliza el término byle, materia índife renciada , "bru -
ta". pa ra desc ribir aq uello q ue es percib ido pero no " no tiene nada de in-
rencíonalidad". El ejemp lo de H usser l es el grab ado del cab allero a caballo
q ue Durero re a lizó en mader a. Aunq ue la madera es percibida junto con [a
ima gen del ca ba llero, no es el significado de la percepción. Si te pregunta n
"¿qué es lo q ue ves?", dirá s "un caba llo" (esto es. la imagen en la supe rficie) ¡"j . 9: f rolltispicio de la obra de Charles ~ elf. .
g . • 1806 : ' ¿ Quién perderla por mi edo
Lo s principios de la crrugra.
y no " un tro zo de m adera ". El mat er ial desapa rece det rás de la intención,
al dolor a es/e ser i"te/ectlla!? ~
o significado de la ima gen . 106 H usserl, el fund ad or de la fenome no logía

103. Citado en Wangenstefil y Wangensteen, p. UIl .


104. Citado en Pemick, p. 83.
105. Citado en Pemick, p. 83.
106. Discuto la conexión entre: la concepción de Husserl y el cine temprano en
Anthony Vidler, ed., Territorial Myths, Pnnceton, Pnnceton Umversiry Press, 1992.
106 ESTí TICA y AN ESTt s lCA 107
SU 5tr.N B UCI<:· M oMU

moderna, escribía a pr incipios de siglo, la época en la q ue la profesiona -


lizaci ón, la pericia técnica , la di visión del traba jo y la racio nalización de
los pr ocedimiento s estaban transformando las prácticas socia les. Las
mismas poblaciones urbano-indust riales co menzaron a ser percibidas co-
rno "m asa" . Indiferenciadas, potencialmente peligrosas, un cuerpo colec-
tivo qu e necesita ba ser controlad o y modelad o de acuerdo co n una for-
ma con significado . En un sent ido, esto era un a cont inua ción de l mi to
au torélico de la crea ción ex nihito, según el cua l el " ho mbre" tra nsforma
la naturaleza material adaptá ndo la a su voluntad. Los temas de la co lec-
tividad social y de la división del traba jo a los que el proceso creativo se
refería aho ra, eran nuevos.
Para Kant el do minio de la naturaleza esta ba internalizado : la voluntad
subjetiva, el cuerpo material disciplinado y el y·o autónomo que se produ-
cía como resultado, estaban to dos den tro del (mismo) individuo . En I~ au-
rogénesis de la modernidad tempra na el sujeto autónomo se producía a sí
mismo. Pero hacia fines del siglo XI X, estas funciones estaba n divididas: el
Fíg 10: Wi/liam 1: Mortun adm inistrando anestesia en el Hospital
" hombre que se hace a sí mismo " era empresario en una gran cor poración;
. General de Massachusetts , 16 de octubre de 1846.
el "guerrero " era el genera l de una máq uina de guerra tecnológicamente
sofisticada; el "príncipe gobern ante" era la cabeza de una burocr acia cre-
ciente; incluso el revo lucionario social se ha bía convertido en líder y mol-
deador de una or gan ización de partido de masas discip linada . . nes sociales produ cían un eecnocuerpo d e .la sociedad
d e 1as f u ncia ""..... . 1 y sef lo
La tec nología afectaba el imagina rio social. Las nuevas teorías de . . b . risible al dolo r co mo el cuerpo individual bajo os e ec-
tmagma a tan mse loui ,
Her berr Spencer y Emile Durkheim percibían la socieda d como un orga- tos de la anestesia general, de ta l mod o que pod ía ejecu ta rse cua qUler nu-
nismo, literal mente un " cuerpo" po lítico. en el cual las prácticas sociales mero de operaciones so bre el cuerpo social sin n C1:esi~ad de ~reocuparsc
de las instituciones (en vez de. tal como en la Europa premodem a, los rano oaci 1e - 1,<> s iedad misma- "profiriera gritos
de que e l paclen .
lastimosos
' fu y la-
gas sociales de los individ uos) desempeñaban las distinta s funcio nes de los " Lo que le sucedió a la percepción en estas circunstancias e una
rnenr o s • ., ( 1 . .
órganos.I'" La espec ialización laboral, la racionalización y la integración d ivisión t ripart ita de la experiencia en ca pacidad de a cc ~o n e cir ujano que
operaba ), el o bjeto como byle (el dóc il cuerpo del pacient e) y e1.obser~a­
dor (qu e percibe y recon oce el resultado logrado ). Éstas eran dl fere~clas
107. En 1851 Spencer escribió: ~ Com lí n m ",nte compar amos una nación con un . . I s no ontológicas y cam biaron la naturaleza de la represent a-
organismo vivo. Hablamos del 'cuerpo político', de las funciones de sus distintas par- pOSIClOna e " . . 1 cual
tes, de su crecimiento, de sus enfermedades, como si se tratara de una criatura . Pero ., '0 cial Escuchen la descripción de Hu sserl de la cxp cn encra, en a
Cla n s e . , divid l mi filó s o
usualmente empleamos estas expresiones como metáfor as, sospecha ndo poco cuán su división tri partita es evidente incluso en un in I V I uo, e mismo . •
cercana. es la analogf.i y hasta qué punto soportaría ser llevada hasra el fin. Tan com-
pletamente, no obsta nte, está organizada una sociedad bajo elmismo sistema que un fa . Husserl escribe en Ideen II:
ser individual, que casi podríamos decir que hay algo más que una ana logía entre
ellos", citado en Ro ben M. Young. Mlnd, Bram and Adap ta/ion in the Nineteenth S·I me e o rtO el dedo con un cuchillo, entonces un cuerpo
id
físico es
'1
Cel1lury. Segunda edición, Nueva York, Oxford University Press, 1990, p. 160. par tido por la introd ucción de una cuña, el fluido conrem o en e se
208 S U.\ AN B UC K-M OR S\ 209

de las otras dos. Un a sensac ión suuest r a de a ut oa lienacióu resul ta de


~' " esta sep arac ión perce prual. Algo sim ila r s uced ió en esa é poca en la sa -
la de o peracio nes.
La p ráctica ilustrada de 1l1"V¡H ;1 ca bo procedimiento s q uirúrgicos en un
anfitea t ro. cuya ma jest uos idad rivalizaba co n el escena rio wag ne na no , su-
frió una t ransforma ción r.ulical con J.¡ int rod ucción de la a nest esia ge ne-
ral. El im pacto inicial elev ó el efecto Icat ral dado q ue, ta l co mo ya hemos
comenta do, ni el ciru ja no ni el auditorio debía preoc uparse po r las sensa-
cio nes del pac ient e insensibiliza do. lle aquí una descripció n de una a mpu-
rac ió n tem pra na ba jo los efectos de la a nestesia general:

El brsrur f cenrelk- ando por un instante ..ohrc la cabeza del ciru -


jano. se sumergió en el miem bro )' co n un harrido a msnco hizo el
colgajo (1 complet ó U1U amputación c ircular. De spu és de un a ser ie
d e giros aér eos, la sierra seccion ó el hueso como si est uvier a impul-
sada po r elecmcidad. La ca ída de la pa rte am pu ta da fue sa ludada
Fig. 11: Diagrama de 1#11 teat ro de operaciones, c. 1890.
con un aplauso rnmuh uoso de los estudiantes emocionado s. El ciru-
jano admitió el cu mp lido con una reverencia fo rnu l. 1lJ,;/

Una mod ificac i ón radical ruvn luga r a fines d e siglo, cua ndo los des-
de rra ma, etc. De la misma manera, la cos a física , " mi Cu erpo", es c ub rinuenros en la te oría de los g érme nes y en la a nti seps ia t ra ns fo rma-
ca lenta do o enfriado a tra vés del co nta cto co n cuerpos ca lientes (J ro n la sa la de operac ioncs, ;trites csccua rro teatra l, e n un este riliza do y
fríos; puede ca rga rse eléctrica mente a tra vés del co ntacto co n una de pur a do a m biente de az ule jos y m.i r mol. En e l Décim o C o ngre so M é-
co rrient e eléctrica; to ma co lores disti ntos ba jo iluminacio nes ca m- dico In tern acio na l. en 1890 . ]. lt l b di lt, de S;1I1 Pe re rsb ur g o , descr ibió el
biante s; y unu puede extraer so nidos de él gclpc éndolc.I'" pr imer uso de un a pa r tición de vid rio para sepa rar a est udi a ntes ), visita n-
tes de la arena de oper aciones. 11(1 La ve ntan a de vid rio de vino pantalla de
Esta separ ació n de lo s element os de la experienc ia sinesr ésica ha bría si- pro yecc iones: un a ser ie de espe jos pro porcio na ba un a ima gen in fo rm a-
do incon cebible en un texto de Kant. La des cr ipción de H usserl es una ob - t iva d el procedim ie nto . Aquf [a división tripa rt ira de la pe rs pecti va per -
servación t écnica, en 13 cual la ex perienc ia co rpo ra l está sepa ra da de 101 ce pru a l - agente. ni a teriu , o bservado r- era paralela de la novísima y
experienc ia cog nit iva y la ex periencia de la acci ón esta, d e n uevo, sep a rada co nt em por ánea ex peri encia del cine. EIl el ens ayo de la obra de a rt e,
\X1a lter Benj a mi n hab la de] cirujano y del camarógr afo, en o posició n <11
mago)' .11 pintor. Las opera cion es del cirujan o y el ca m ar ógr afo so n
10 8. Edrnuud H usserl, ldcas Pertaining to a Pure Phen ome n%gy ami ro "
I'henom enoiogical T'hil(j$ophy, vol. 1, trad ucción de R. Rojcewicz y A. Schuwer,
Boston, Kluwer Academlc l'uhlish ers, [989, p. 168. [tra d. esp.: Ideas relativas ,/
una ferwmenrJ lr'Kía pura y una filosofía fenomenológica, México, Fo ndo de Cult u- 109 . Cita do m W,lrlgcm tccll y W;llll'cnSUm, p. 462.
ra Económica, 194 9.1 1 JO. lbid., p. 466 .
1 10 2n

no-a ura ncas: " penetran" en el ser huma no ; en co ntras te, el mago }' el tra ns formado. Aho ra son ellos los q ue proporciona n la superficie po ro-
pintor se en fre nt a n a la ot ra persona inrersuhjerivarnente, co mo esc ribe sa ent re lo int erior y lo exterior, que es ta nto órga no per ce pt ivo co mo
Bcnjamin, " ho mbre fre nte a ho mbre ".'!' meca nis mo de de fens a. l a tecno logía como her ra mient a y co mo a rma
ex tiend e el pod er huma no - inrensifican do al misrno tiempo la vulnera bi-
lid ad de lo que Benia m¡n llam aba " (.. .) el min úsculo y que bra dizo c uer o
x po h uman o "- 1I 6 }" de tai mado produc e una con rra nece sidad: la de usa r
la tec no logía como escudo prot ect or con tra el " orde n más fr ío " que ella
El esc r itor a lemá n Emst j üngcr, herid o en reiteradas o po rt unid ades en misma c rea, j ün ger escr ibe que los unifo rmes milita res siemp re han ten i-
la Pr imera Gu erra M und ial, escri bió más tarde q ue los " sac rificios" ;1 la do un prote cto r "cará cter de defensa " ; per o ah o ra, " La tecno logía es
dest rucción tecnológica - 110 sólo los desastres de gu err a sino tamb ién 1m nuestro un iforme" :
accide ntes indu stri ales y de mins iro-. sucedí a n a ba ra con prcd eci bilid ad
esta J ístit"a. l1 ! Ha n pasad o a ser acepta dos com o rasgos evide nt es de [a Es el ord en tecnológico lTIl SI110, ese gran espejo en el cual las cre o
e xistenc ia, provocan do as¡ q ue el " tra b<l j a do~" , com o el llue vo "tipo " ciernes objet ivacion es de nues tra vida a p ,U CCl' 11 más claramente y
mo derno, desa rr olle uno "seg und a con cienc ia" : "Es ta seg unda y más fría que está sellad o con tra 1<1 gar ra del dolor de un modo especia l (... )
conciencia está señal ada e n 1.1 cap acid ad desar rollada ca da vez má s agu- Nosot ros, sin emb ar go, nos situam os demasia do pro fundamente en
e1am ente de verse a uno mi.sm o como un o b¡Jet o ".I ll' .~~1·reutrn s que 1a " au -
el pr oceso co mo P :H ;l ve r evo (... ) E"to es toda vin m ás cierto en tan-
torreflexión " de la psicología al "vie jo esti lo" ten ía como o b jeto el "ser to el car ácter confor table de nuestra recnolog la (léase, función fan-
hum an o sensi ble" , esta segunda conciencia " (... ) se d irige a un ser que se tas magórica] se funde cada vez más inequívoca mente CO II su ca rac-
sinin fuera de la zona de d o lor"."~ J ünger co nect a est a perspectiva carn- ter íst ica de fuer za instrumental. 117
biada con la fotografía, ese "ojo a rtific ial" q ue "ataja [a hala en el mo-
ment o del vuelo de la mi sma manera q ue <11 ser hu ma no en el inst a nte de En el "gran espe jo " de la tecnología, (a imagen que vuelve está desplaza-
ser hec ho trizas. . • "li S Los órganos
po r una exp 1OSIOIl. . sensona. 1es poderos n. da. reflejad a en un plano diferente. en el que uno se ve como un cuerpo físi-
mente protéticos de la t écnica son el nuevo "yo" de un sistema sinesr ésico co divorciado de la vulnerabilidad sensor ial; un cuerpo esta dístico, cuyo
comporta miento puede ser calculado; un cuerpo act uante, cuyas acciones
11 1. D f5<flr505 mterrmnprdcs, p. ·13. pueden medi rse con respecto a la " nor ma" ; un CUt' f1lO virtua l, qu e puede so-
112. C o mo pa ree de la ~ prnfl·~i/)n'l lll;Jci(ln~ de [;,1 med icin a y de IJ despersona- portar los sbochs de la modernidad sin dolor. Tal como escribe J ünger: "To-
lizncién del paciente, [." e~u d í~l i c ,¡ ~ csrnblcc icro n no rmas pa ra l.i I' rkr i ~ a q uirúrg r- do sucede como si el ser huma no estu viera poseído por el esfuerzo de crear
CJ )', para el fin del sIglo x ¡ x, deludo a esrc conocunienro CSIaJ istico, las co m pali i,l\
<l e seguros de sulud pasa ron ,1 ser U II ,I I'OMhilidJ d hisr ónca. Pemutierun calcula r d un es pacio en el cua 1e1do 1or (... ) pUL""~U, a ser consiidernr1o una !·1 " ...11M
uston
suf rimiento hu mane: ~ r\o im po rta q uien mue re; lo q ue cuenta es 1<1 re lación de 1",
casos co n las o bligaciones de la co l11p,l1iía" , T hend o r \'<;1. Ado rn e r M a x llo rkheimer, 116. Esc ribe en " El narrador " acerca de l ernpubrecimien to de la expe riencia lO -
I JialéctiC(l de la ílustra ci án, intr oducci ón }' trad ucción de Juan J osé Sátlc hcl., M adrid , mo consecuencia de Ll l'rimu ra Guerra : " Un" geuc r.ición q ue tod avía había ido J [a
Tm trrt, 1997, p. 132. escuela en trunvía urndn po r c" h,d los , ,c encontró ~ 1'il l i l ,lI l1 e nle a In int em perie, en
11.1. Ernst j ún ger, "Übcr den Sd ll11l'rz" (1932 ), Samtliche \Vcrke, vol. 7 : Esseys un pais aj e en <¡lI C !lad'l había quedado incomhi 'Hl" '1 excepción de la, nubes. Ent re
1.. llelr,¡chtllllgen zur Z e ít, Sruttgart. Klett-C orra, 19XO, p. t xt. Tra ducci ón parcial ellas, rod eado po r un (;1111 1' 0 de fucrv. de co rriente s de vast adoras y explo siones, se
(al ingles) en C hr isto phc r Philip s, ed., }'Imtogr'lfl h)' in tbe M od all 1-:,,,, N ueva Yor k, encontra ba el m inú scul o y q uebr adizo cuerpo humano" , en Para una crítica de /a
Tbe M erro polnan M usc u m of Art, 1 9 ~ 9 . violencia y otros ('tlS" )' ll5 . p. 112.
114. [bid . 117. j unger, p. 182.
1 15. Ibid., p. 182 . 118 . j ünger; p. 18 4.
212 SU5AN Bu u: -M O K ~ \ E ST íTI C A y A N EST í~ I C A

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Fig. 13: Plan de e rganízacíón sonetico, 192 1.

f il{. 12: De Emst j ünger. El mundo tran sformad o, 1933:


" El rostro de Id tierra: ciudad, campo ".
que siempre está tratando de recolectar sus miembros después del estallido
de ayer " . 119 Es posible leer los retra to s de Jos art istas expresio nistas co -
m o si mostrara n en la superficie d e los ro stros , sin armad ura y expuest a,
Hemos visto que Adorno co ns ider aba el Art Nouvea u una cont inua - la impresión ma terial de ese estallido tec nológ ico . (Esto se opone por
ción de la fant asmagoría de Wagner, simila r a la de la mercan cía . De nuc- co mpleto a la inter pretación fascista del ex presionismo como art e dege-
vo, la un idad de superficie suministr aba el efect o fantasmagórico . J USTO nerado, que ontologiz a la ap ari en cia supe rficial y reduce la historia a la
antes de la guerra , este movimient o nega ba la experiencia de la fragmen - biología .) El vigoroso mov im iento de posgu erra del fo tomontaje tam-
tació n representando al cuer po como super ficie orn am ent al, como si se bién hizo del cue rp o fragm entado su material y susran cia .V'' Pero el
reflejara en el interior del escudo protecto r de la técnica. El estallido de
la guerra volvió imposible esa negación. El M anifiesto Dada de Berlín de 119 . Citado en Robcrt Hughcs, The Shock of the New, ed. rcv., Nueva Yor k,
[91 8 anunc iaba: " El arte más elevado será el que en su con tenido cons- Alfred A. Knop f, 199 1, p. 68.
ciente presente los pro blema s de mil pliegues del día, el arte qu e haya sido 120. En el ensayo sobr e Baudelair c, Benja mín ha bla positivamente del montaje
cinematográfico en tan to hace de la fnlgmenración un principio const ructivo.
visiblemente resqu ebra jado por las explo siones de la semana pasada,
214 ESTt ncA y AN EHt:sl CII 215

efecto cons istía en volver .1 junt ar los fragmentos en imágenes que pa recían
im permea bles ,11 do lor. Por ejem plo, en el monta je de 192 6 de H an na h
H ócb Monum ento JI: Vanidad, la imagen está unificada con preci sión ,
creand o una superficie co her ente, a unque pertu rbado ra, que s in emb a r-
go no t iene la unidad imp uesta de 10 fa nt asmagórico.
Al mism o t iempo , el model o de su perficie. como re prese nta ción
ab stract a de la razón, \;1 coherencia }' el orden , se volv ió la forma d o-
mina nte a la ho ra de retratar el cuerpo socíaí y ue la rccno logfa ha bía
creado, y que en efecto no pod ia se r perci bido de o t ro mo do . En t 9 )] ,
j úng er esc ri bió la in tro d ucció n a un libro de forogra fias , e n el cuallas
ciuda de s }' tos ca m pos ale man es for man un d ise ño de superfic ie ca rac-
te rizad o por su ord en a bst racto, qu e es el sello d ist intivo de la tec nolo-
gía inst ru menta l. La m isma estética a pa rece en el "plan" soviéti co: su
cuadro o rgan iza n ..-o de 192 4 mues tra ~1 toda la socieda d desde la pers-
pectiv a del poder ccntrahzndo, en tér minos de sus un id ad es pr oduct i-
vas : desde el ace re a las cerillas.
Fig. 14: Perfornrance de Wagne r en Bayreutb en J930. En esta s imágenes, la esté tica de la supe rficie le de vue lve al o bse rva-
dar una per cepción q ue refuerza la raciona lidad del todo del cue rpo so-
ci al que, cu ando es visto desde el cue rpo par t ic ula r del observador, es
percib ido co mo amenaza :1 la integrida d , y sin em bargo. si el indi viduo
encuent ra UIJ punto de vist a desde el c ual puede verse como u n todo. el
rec noc ucrpo social desapa rece del campo visua l. En el fascismo, }' esto
es clave en 1<1 estética fast' l:-t'l. este dilem a de la percepc ió n es superado
por un a fan ta smagor ía del indi viduo como pa rt e de una multitu d que
forma ella misma un todo ím cgral c un " ad orno masivo " , par a usar el
tér min o d e Siegfnc d Kraceuer, que se del eita en un a es té t ica de la super-
ficie, un pat rón dcsindiv iduali zadc , for mal }' regula r- , pa recido al d el
pla n s oviét ico , La ur-forma de esta estét ica está ya pr esente en las ópe-
ras de Wa gn er, en la puest a en escena del coro, que an tic ipa el saludo de
la mult itu d a H itler. Pero como p;lr ~l q ue no olvide mos q ue el fascismo
11 0 es en sí res po nsab le de lo percepc ión tr ansfor mada, la s pr od ucciones
mus icales de la década de 19J O util iza ron ese mismo motivo de dis eno
(H itler era afici onado ,\ los mus icales norteam eri canos).

Fig, 15: Hitler en el Reichstag.


EST t Tl C ~ y ~ NESl h IC¡\ 2 17
216 SU ~A N B U (", K- Mo ~ ~ ~

XI especifici da d h i~ tcir ic;l de los desúrdC:lles na rcis istns, comenta ndo que el
artículo ud s importante de Freud sobre na rcisism o no accidentalmente
Volve mo s, des pu és d e un la rgo ro deo, a (a s preoc u pac iones de Bcniamin ..( ... ) da ta del co m ien zo de la guerra de 1 ~ 14 , Y es ba sta nt e conmove-
ha cia el fin al del ensap) de la o br a de arte; la crisis en la experiencia d o r pe ns ar qll e era e n ese mo me nto cuando Freud esta ba de sa rrollando
co gni ti va c a us a da por la alienación de los senti dos que hace posible que ta l co ns tr ucc ió n " . l B
la h um a ni da d co nte mple su pro pia destrucción co n plac er. Recuerden El d ía siguien te al de su confer enc ia, Lacen a bandonó el Congreso y
q ue es te ensa yo fue publica d o por pr imera vez en 1936. Ese m ismo año tomó un tr en a Berl ín, para a sist ir a los Juegos O límp icos q ue se desa rro-
j .rcq ucs Laca n viajó a Mancn bad pa r~l dar un a conferencia en la Aso - llaba n 311í. ' H En un a no ta al ens ayo sobre t i obra de arte, Benjamín hace
elación Int e rn a cio nal Psicoan al üic a 1.'11 la q ue fo rmula ba por pri mera un co me nta rio so bre esta s O lim píad as modernas, las cua les, d ice, d ifieren
vez su rcorfa del "c sta d ío d el t' Spcio ". 111 Descr ibió el momen ro C:1l que de sus modelo s a nr iguo s en tanto son menos un ce rtamen que U I1 proce-
el in fante d e seis a d ieciocho m eses reconoce rriun falmentc su illlag:en en d im ien to de medic ión ex acto, t écnico, un a form a del test antes que un a
el espe jo}' se iden tifica co n ella como uni dad ¡ or po ra l llTI 'lgiJl'lr ia. Est a co mpetenci a. 1!S T om ando elementos de Jün gcr, Pos rer scfiala que el fascis-
ex pe r iencia nar cisist a d el yo co mo " reflejo " espec ular es un a ex periencia m o ex hib ía el cuerpo físico co m o un a especie de arm ad ura co ntra la frag-
de (,¡{so (rc jco nc c imient o. F1 su jeto se Ident ifica c on 1,1 nuu gcn como me ntac ión y t am bién con tr a el do lo r. El cuerpo ac o ra za do , mecaniz ado,
" fo rma " (Ges ta lt) del Y", de un modo q ue enc u br e su propia fa lta. Es- con su su perfic ie ~a l v a n á. ~\ lb y S \I rostro mcr.ilico y angu loso pro por cio-
to con d uce, rerroact ivarn cnt ec a 1I lU [anr.txia del " cuer po fr.igm enrudo " na b ilus ión d e in vulnera bilid ad. Es el cue rpo ris lO de sde el punto de vis-
tcorps ntorcel é}, 11.1 1Fostcr ha su ua do esta teo ría en e! con te xt o histó ri- ta de la -scgun da concicncia". dcscri pta po r J iLLl gc r corno " adormecida "
co del fa sc ism o te m pra no , y se ñaló las conex iones pe rso na les en tre La - co ntra el se nti mie nto. (¡La palabra "na rcisismo" t iene la m isma ra íz. q llt"
can y los a rt ista s surrealist as que hada n del cue r po frag menta d o su pro- " na rc órico'" ). Per o si el fascismo tenia éxito co n la re present ac ió n del
pio reme.':" C reo que se puede lle var muy lejos la impo rt an c ia de esta cuerpo -co ma -arm ad ura , no es ésta la única de su s for m as estéticas re le-
co nrexruahzactó n, de ta l ma nera q ue el esta d io del espe jo pued a ser leí- vante para n uestra pro blemát ica.
d o co mo una teoría del fascismo.
La expc:t1enCla q ue descr ibe Laca n puede (o no) ser un est ad io uruve r-
sa l en la ps icología evol utiva , pe ro S lI im porta ncia en tér m in os psicoaua- XII
lít icos sól o llega a poeter íori, como a cción de fer ida (Nac htriiglichkeü) ,
cu a nd o el re cuerdo de es ta fa ntasía infa nt il se d ispara en b mem o ria de l H a }" d os a urod cfíu iciones del fascis mo q ue, par a co nclu ir, me gustaría con-
adulto por a lgo en s u situación pres ent e. Así, e l signi ficado de la te oría siderar. La pr ime ra es un a descr ipció n de J oseph G ocb bels en una ca rta de
de La ce n eme rge só lo en el contex to histórico de la modern idad preci- 19 3 3; "Nosotro s los q ue mo delamos la polirica mo derna a lema na nos sen-
same nt e como la ex periencia del cu er po frá ~ ¡ 1 y de los peligros de su tim os perso nas arrlsricas, a quienes se ha confiado la gr,m respo nsa bilidad
fragmentaci ón, fr ag menm c i ón tille re plica e l tr numa del suc eso iufa nril de configur ar, a parti r del mater-ia ] crudo de lus masas, la só lida )' bien
orig ina l (la fantas ía del co rps l/Ior( cfé ). El mismo L 1, ,1 11 rccon ooia la
12 .1 . 1'1Ic Scmínars !J(¡ ¡¡'-'<lIJeS L n<ln , /Jp ok l . 1'1'('11.1·, 1" II"·1"S {J !I Tccbniqne.
195 J ./ ')5 4, .J:1Cq \lC ~ Ala¡n Millcr, cd., john Porrcxn-r, trnd.• Nueva Yo rk, \V. \V.
12,1. Esto Ctl,nfcrcncia nunca fue publicada . Una versión dife rente , la que se ci- Nonon & C o mp;lI IY. 19 ~ 1l , p. Il :-¡.
IJ aqur, apa rec¡o en 1949. 124. Ver 1);\V id Mnccy, Lacun in Conu-xn, Nue va York, Verso. 1 9 ~ 8 , para un
122 . Ver Poseer, ~ Armor Fou", Oftobrr, 57, primavera de 1Y9 1. Esta sección relato del via je desd.. />' !;Hienbad a Berlín.
estí fuertemente en deuda con I.ls percep cio nes de Foster, 125. Benja uun , G. S., 1, p. 1t139.
2 19
EST t T IC'\ Y ,\ NF.ST t S I C ,\

fo r jad a estr uc tura de u n Volk ".'h Ésta (' S la versió n tecnolo g jzad a del nu-
ro de la autogén esis, con su división entre agente (en este caso los Iidcre-,
fascis tas) y la ma sa (la l, yle in difercn ciad a , sobre la q ue se ecui al . Recor-
dare-mus q ue esa di visión es tripartita. Tam bién está el observado r, que
"conoce" por medio de la o bservación. La pro paganda fascista ruvc la ge-
nia lidad de dar a las masas un papel doble. el de observad or tanto com u
el de la m asa mert e que es moldeada r con figurada . Y sin embargo, debi-
do a un des plazamien to de l lugar del dolor, debido al consccuen re falso
(re)conocimiento, la masa-como-público no es perturbada por el espectácu-
lo de su pro pia man ipulac ión; en gran med ida como I lusser! cortá ndose su
dedo . En el filme de Leui Riefensrah! de 1935, E l triunjo d e la Fa/u ntad ,
del cual Benja mín estaba sin duda al tanto mientras escribí" su ensayo so-

bre 1., o bra de arte, las masas movilizada s cubren el campo del estadio de
N ur em bcrg y la pantalla del cinc, de tal manera que las figm .ls en la super-
ficie pro porcionan u n dib ujo placent er o del to do, permiten ,11 esp ectad or
olvidar el pro pósito de la exhihici ón : la m ilitariz ac ió n de la sucie dad para
la teleología de hacer la guerra. La estética permite anestesiar la recepción,
"con temp lar" la escena co n placer desinteresad o, incluso cua ndo esa esce-
na es la prepa ra ci ón ritual de rod a una socieda d para un sacr ificio ciego y,
en última instancia, para la d est rucci ón, el asesinato )" la muerte.
En F./ triunro de la rolnntad, Rudolf I les", le grita ,1 la mu ltitud en el esta -
dio : " ;Alemania es H itler y I litlcr es Alemania!". Y as¡ llegamos ala segunda
aurod efunción de l fascismo. El sigmficado intencional es que Hnlcr encarna
tod a Id fue r....;) de la nación alemana. Pero si apuntamos la cámara sobre Hi-
tler de manera no-a urática, esto es, si utilizamos el a parato técnico como ayu-
d a para la comprensión sensor ial del mun do exrenor; en VC'"L d e com o escape
narcisista o fantasmagórico de éste, veremos algo bien distinto.
Sabemo s que en 1932 H itler practicó sus ex presiones faciales fren te a
un espe jo l17 bajo la dirección del can tan te de ópera I'a ul [)evriem, con el

126, Citado en Raiucr Srollnran, "Fuscisr Polines as a To tal Work uf Arr",


N ew Cennan Critique, 14, primavera de 1 9 7 ~ , p. 47 . fig. 17: Arriba y abajo:
127, Hitle r tenía sus órgnuoc \·oc'lles tan extenuados hacia 19.31 que uu r nédi- Fig. 16: Arriba y abajo: de
Charles Danoin, La expresión Heinrich Hoffman, La pose
co le acunsejó que entrenara su vo~. con Devrienr, nacido i'aul Srieber-walrer, algo
oratoria de Hitler, 1932.
que Hitler hizo entre ab ril r noviembre de ese <1110, durante su J;ir'l de campa ña. d e las emoc io nes en el hom bre
Ve-r Wcrner Masser, AJol! Hitler: Legende Mythos \,(/irk/idJkeit, Mnuir h, Bechrle r los animales, 1872.
Vt'rI:Jlt, 1976. p. 294n.
22 0 22 1

o bjeto de logra r lo q ue él creta era el efecto ap ropiad o, H ay ra zon es para relevantes son, específicam ente, las de los rostros de niñ os que gritan y llo-
creer que este efecto no era expresivo SlIIo reflexivo, devo lviéndole ,11 hom- ran . Da rw in escribe:
bre-en-la-muhit ud su pro pia imagen, [a imagen nar cisista de su ego intac-
to, constru ida co ntra el miedo del l.:uerpo-en-peda zos,l2s La elevación del la hio superior lleva hacia a rriba la ca rne de [as
En 1872, C ha rles Da rw¡n pub lic ó La expresión de las em ociones en pa rtes super iores de las mejillas y produce un pliegue fuertemente
el hombre y en los animales, dond e dejó expresada su propia deu da con ma rcad o en cada mej ill.i --el pliegu e nasolabial-. q ue va desde casi la s
la o bra de C ha rles Bell. El libro de Da rw in fue el primero de s u t ipo en a leta s de Id nar iz h asta las esq uinas de la boc a f deba jo de ellas. Es-
u tiliza r Iotograffas en W!7. de d ibujos, 10 que permitía u na ma yor p reci- te pliegue (J surco puede ser vistn en rod as las forog ra ños y es m uy
sión en el a n.ílisis de 1,15 ex presiones facia les de L1S em ocio nes hum a na s. ca racre ns rico dela expresión de un nuio en llan to (".).l~
Al co mpara r 1.1\ fo tografías de las e xpr esion es faci ales de H itler mient ras
pr acti caba frente a l es pejo con las fo tog rafías del lihro de Da rwi n, un o La cá mara nos puede a yudar en el conocimiento del fascismo, porque pro-
po d ría espera r que sus expres iones connotaran emoc ion es agresiva s, porciona una experiencia "estética" que es no-aurárica, que críticame nte "ha-
enoj o )' furi a. O uno podría sup one r que H id: r debió tra ta r de provee- ce test" , 131 que cap tur a con su ~ i nconsciente óptico" 132 precisamente la diná-
t a r el rostro impermeable, "acoraza do " qu e j üngc r desc r ibe y q ue era (;,111 mica del narci sismo. de la cua l depende b polític'l del fascismo pero que su
t íp ico del a rte nazi . Pero en real id ad las dos emoooncs descr ipta s por propia esténca auránca ocu lta. Tal conocimiento no es historic ista . La yuxta-
D arw in que loe correspo nden cun las fotogra fías de H it ler so n ba sta nte po sición de las fuwgr'lfí.ls del rllslrll de I lltll'r y l.e, ilmu,IClones de Darwin
disti nt as a es tas dos. no responder á las comp lejidades de la pregu nta lle von Ranke acerca de "có-
La primera emoción es miedo. Escuchen la descr ipci ón de Da rwin : mo fue realmente" en Alemania o qué determin ó [a singula ridad de su histo-
ria. M ás bien, la yux taposición crea una experiencia Sintética que resuena en
Cu an do el miedo se t ran sform a en una ago nía de terror (... ) las nuestro pro pio tiempo. suministrándo nos, hoy, un do ble reconocimiento: Prl '
aletas de la na r iz se dilatan am pliamente (.. . ) apa rece un mc vnnie n- mero, el de nuestra pro pia infancia, en Id cual, par a muchos de nosotros. el
ro jade a nte y com pulsi vo tic los lab ios, un tem blor en la mejilla rostro de H itler aparecía cmn u c11ll.11 encamado, el cuco de nuest ros miedos
hu nd ida (.. .] los globos ocula res están en el objeto de terror (.,.) los infantiles, Segundo, produce un sho¡;k q ue nos vuelve conscientes de que el
m úsculos del cuerpo pueden ponerse rígidos (... ) las ruanos csnin na rcisis mo que hemos desa rrolla do ~0I 1l 0 adultos , qu e funciona como una
altern at iva mente apret adas }' a biert as (.. . ] los brazos pu eden so hrc- táctica anestesian tc contra el shock de la experiencia moderna -y al cual la
salir, corno si quisieran ap a rra r un peligro espa nt oso , o pu eden ser íanrasmagorla de imágenes de la cultura de Ilu sas apela día riamenre-, es la
a rro jados sa lv.uemc ure sob re la c,l heza,ll'l base desde la qu e el fascismo puede: volver a alu-irse camino. Para cita r a Bcn-
jamin: " Los ojos que se cierran ante dicha exper iencia [1:1 de la inhospitala ria
H,lY 11l1,1 segun da emoció n identific a ble en los gestos de Hitl er. Es lo que y enceguecedo ra época de laindu stria en gra n escala ] ha» de habérselas con
Dar w¡n lbma "s ufrimie nro del cucrpo )' la mente: lla mo ", )' las fotogr ;lfías otra de índole complc nu-nturia l jtle es su copia espontáne a" .13.1 El fascismo es
esa cop ia. En el refleje dl' su espejo nos reconoce mos .
l2llo Ma x I'icard hubln u part ir de su experiencia directJ de In '1h...ohu, "nu -
lidad" que era el rostro de H itler, " t...) un rostro no como el de alguien que con-
duce, SlIl U como el de J lgmcll que necesita ser conducido" , Hitler in Uurseives 130 . lb id .• p. 14').
Heinrich J:Iau,er, tr ad" . Hin.,(bl~.. liJinnis, H CIH )" Regnery Company, 1947, p. 78. ' 131. Discnnos inln rumpúlos, p. 3.5,
129. Ch;H],,:S Darwin, Tlit' t~XPf('SSIOI1 01 Emo tions 111 ¡V"m and Amlll.'l/s, preb . 132. lbid. p. 4 S.
cio de K" TlL1J l.orenz, C h'C;lg", Univcrsirj- " f C hicago Pre", 1965, p. 291. 133, Poesia v "Ilf'iMlimw, p. 12 <; .
La ciud ad como mundo de ensue ño y catástrofe

• Ft acon tecer que rodea al historiador; y d el


'lile pllrticir1<l. quedará en el {o nJu de Sil expusicien
como 11/1 texto escrito COIItinta mágica.
WA I.HR BENJA MIS (N 1 1, 3 p. 478)

El fin de la Guerr a fría es elmomenro determinante de esta presentación.


Cierto tipo de mundo de ensueño indu str ial se ha disipad o, un mun do que
dominó la imaginación polít ica del Este )' del Oes te dura nte la may or Per
te del sig lo. Sin duda, en el Este la forma del ensueño era una uto pía de la
prod ucción, m ien tr as q ue en el O este se trataba de una uto pía del CO II SU·
mo. Pero ínt imam ente am bos compar tían la visión o pt imista de una soc ie-
dad de masas situada más allá de la eSCl SC7. material y la meta colectiva,
soc ial, de transformar el mundo natu ra l por medio de la co nstrucción in-
dustria l mas iva. A pesa r de su nluerta host ilidad a muchos as pectos de la
mo dernidad, el fasc ismo tam bién co mpar tió este sueño utópico de mas as.
Por supu esto, la s diferencias era n importa ntes, tal como test ifican lo s su-
frimient os y la muert e de millones . Dado el hecho perturba dor de que vuel-
va a ser acepta ble que uno se llame u sí uusmo "fascista" , estas diferencias
no deb erían ser olvidada s jamás . Pero desde nu estr a perspectiva posrsocia-
lista y pos tmodern a, las form as oníricas de la mod ern idad industrial - la ca-
pita lista, la socialista y la fascist a- parecen for mar parte de una era hisr óri-
ca más temprana . La f ñbrica de Highland Park de 1<1 Fo rd Moto r Company
en Detroít, don de se originó 1;1 línea de mo ntaje, mo delo para la fábrica Lm-
gorro de Fiar const ruida ba¡o Mnssuliui y para las pla ntas de au tom óv iles
224 SU5"N B UCIi:- M o RSS L A C IU D A P CO MO MU N D O D E I'.NS U Eti:O y ( : "' T ÁSTlHl H: 225

AMO-M oscú y Nizhni-Novgor ad cons truidas bajo Sta lin, está cer rada y en
ruinas. En un sentido ma ter ial, los oxidados cint urones ind ustr iales del nor -
deste nor tea merica no no pueden distinguirse de aquellos que manchan el E55mEN
pa isaj e en Rusia () Polonia . Sea q ue ha ya sido producida ba jo el socia lismo •, OPTHE:-
o bajo el capitalismo, la conta minación indust rial del agua y el aire tiene la
misma com posición química . A pesa r de toda la retórica po lítica q ue ha si- W[)R~ .
do invertida pa ra sostener q ue es posible distinguir de ma nera decisiva en-
tre va ria ntes de la cultura moderna -que cien os est ilos arquitectó nicos son
inherentemente "fascistas", que los princip ios cons tructivisras son intrínse-
UNII '
ca mente " progresistas" o que la iconografí a heroica es ún ica mente "soc ia-
Iista"- estas for mas cultura les ha n demostr ado ser no rablemcnre elásticas,
ada ptables a los propósitos sociales y políticos má s d iversos. El hecho de
q ue estas formas sean utilizad as ind istintamen te po r artistas y cread ores de
imágenes conte mporáneos implica que una de las bajas del fin de la Guerra
Fría es la estr uctura misma del discurso cultu ral.

Fig. 2: Anuncio para Business fi g. J : Vitaly Komar y


Week, agosto de 1990. A íexander Melamid, Avan zando
hacia la victo ria final del
capitalismo, 1987.

Pa rafrasea ndo a Waher Benja m¡n, que esta ba describiend o una époc a
a nter ior: pa ra nosotros, que esta mos en el umbral del siglo XXI, las ruinas
obsoleta s del pasado reciente ap:w..-ccn co m o resid uos de un mundo de en..
sueño . No deber ía ser una so rpresa qu e su caracterizació n del pas o del si-
glo X I X al siglo xx sea verdadera también pa ra nuest ro pro pio tiempo. En
la mod ern idad, la desintegrac ión de las formas culturales es end ém ica. Su
tem poralidad es la de la moda, la implacable pro ducción de lo nuevo y, en
con secuen cia, de ma nera igualmente imp laca ble, la pro ducción de lo pa sa-
do de moda. Bcnja rnin considera ba q ue una distancia temporal compara-
ble a la de la Era Glacial había sido at ravesa da desde los orígenes de la cul-
tura indu st rial. Tempo ral mente, situaba su nacimiento en la décad a de
1820, y espacia lme nte en los pasa jes de Pa r ís, cons t rucciones de hierro y
Fíg. 1: Mark Lcuns. Sobre los monumentos de la república, n" 2, 1990. vidrio que eme rgiero n de man era a nó nima en ese período como un nuevo
L A C 1L' D A D C O MO M UN O " DE, ~,:,,< SU ~:S-" y I .A 'T f,.~ T~ "fE 227
126

ind ustr ial se con virtió e-n un paisajt- de treno -estética, un mun do de envue-
est ilo ar quite ctón ico. Los pasa jes ( PasSIl~ell ) proporciona ha n la imagcu JlO deslumbrante, grat o ;1 b :-. l11;l S;IS, que suminis tra ba un amhiente to tal pa-
centra l de lo que tend ría q llt: ha ber sido el tra ba jo más importante de bcn- ra envolver .1 la m ultitud. Proporciones cósmica s. sol idaridad mon umen ta l
jamiü , public ado pósnunamente co mo Libro de los Pasaies }' pensado co - }" perspectivas pan or ámicas fueron las ca mc reristicas de esta nueva fan tas-
mo un a "U r-h isto ria lid siglo X IX"_ magoría urbana. Todos sus a pecros empequ eñeciero n los pasa jes originales.
Los pasa jes fuero n los más tempranos ur-cen rros comerciales. Beniamiu Las a ntes mágicas "grutas de hada s" q ue h3MJ.n desatado b fan ras magorta
los describió co mo "( .. . ) temp los del capital m erca ntil " (A 2, 2, p. 7l ). mercantil ent ra ba n en decaden cia. Su estrechez se sentía so focan te; sus pers-
Construidos, como una igles ia, en forma de cr uz, de manera tal que los pectivas, cla usrrof óbicas; su luz de g;I S, demasiado ten ue.
peatones que los atruvesabau pudiera n atravesa r la manzana de una c¡u- En el tiempo de Ben jamín, los pasa les estaba n en ruinas, una form a a r-
dad en las cuatro di reccio nes, esto s espacios "públicos" de propiedad pr i- q uirecr ónica fenec ida, albororadn por desechos merca nt iles. Entra r en uno
vada estaban bo rdeados de negoc ios en cuyas vidrieras las mercancías se de estos pasajes era un viaje ha cia el pasado. Co mo un sit io ar queo lógico,
exh ibían co mo íconos en sus nichos . Los pasajes iniciaro n un culto de las co nten ía n la mod a del último siglo in sí tu-: " En los escapara tes de las pelu-
mercancías que otorg ó expresión marenu l a Ja promesa de felicid ad pura que rías se ven las últi mas mujer es con cabello largo . Tienen mech one s m uy
las m.1 5M, ur ban as, una utopía social q ue la nue va fuerza indust rial da r¡a ,\ riza dos que resultan 'penuancures': torres de pelo pet rifica das" (c" 1, p.
hI7_. " Lo s pas a jes lucían en el PMís del Im perio CU Ill O grutas de hada s" e l" R681. Benjamín escri bió: "Semejante panorama ideal de una era a rca ica
1 a, 8, p_ 57 9). Estas tem pran a s "casas de ensueño del colec ti vo " er an a penas transcurrida es el qm' abre 1;'\ mi ra d a po r ent re [O~ pasajes que se
áreas de jueg o pa ra los consumido r.. s; ten t aba n a los pasean tes con d clci- hallan e n to da s las ciudades. ¡\ llu í halma e! úlrim o dino sa urio de Europa,
tes gast ronómicos, bebidas que estimu laba n r em br iaga ba n, riquezas ins- el co nsumidor" (;1" 3, p. H66) . Pero eru precisam ente po rque estos sím bo-
ta ntáneas en b rule ta }', en las galerías del primer p iso, t ra nsportes ccles tia- los del deseo estaba n pas ados de moda por lo que Bcn jamin se sent ía
les de placer sexual, vendi dos por dama s de la noche vestidas a la mod a: at raído a ellos. H a biendo perdi do su po der de ensueñ o so bre lo colect ivo,
"La s venta nas en el piso su perior de los pasajes for man el t riforio dond e hab ía n adquir ido II n poder histó rico para "desperta rlo" , lo que implicaba
a nidan ángeles qu e lla man 'g olo nd rinas" (O 1 a, 2, p. 493). reconocer "( ... ) precisam ente esU imagen oní rica en cua nto tal. Es en este
Durante el Segu ndo Imperio de :'>Japoleón 111, el culto de las merca ncías instante q ue el histor iador em prende co n ella la ta rea de 1<1 interpretación
se desMó de los estreches confines de los pasa jes originales. La a rquitectu ra de los s ueños" (I\.' 4, 1, p. 466),
de hierro }' vidrio estalló en una miríad a de casas de sueño: grandes tiendas, El propós ito de Benjamín en el L ib ro de los Pasajes era político. Su ob -
cafés, estaciones de tren , jardines de invierno , salas de exp osición, palacios jetivo no era represe ntar el sueño sino desvane cerlo. Benjamin q ue ría pre-
de deportes, don dequiera que se cong rega ba la mult itud urb ana . Esta arqui- senta r la historia pasada de lo colect ivo de la misma manera q ue Pro ust
tect ura se diseminó por todo el mu ndo com o el prtlller est ilo cous trucuvo ha bía p resent ado su h isto ria personal: no " la vida t· 0 n10 fue", ni siq uiera
internacional de b era industr ial. Er.t la pru eba de cahd.rd de que una cin- la vida recordada, sino !J. vida tal como ha sido " olvidada " (JI, p. 311):
d'ld habla llegad o ,1 ser mo derna. Para el fina ] de l Siglo . h"hía pasa jes en- "El ob jeto de la present e exposición ('s despert ar del siglo XIX" (N 4, 3, p.
hierro s de vidrio enMilán, Clevelnnd, Moscú, Johannesburgo, M elbou rnc. 467 ). El Libro de los Pi/sajes cm una nueva versión de la historia de la Be-
Glasgow, lisrarn bnl, Buenos Aires y Ber lín, [a ciud ad de la ni ñez de Ik nja - lla Durmient e, bajo forma mnrxistn. " El ca pitalismo fue u na manifesta ción
mino El estilo constr uctivo alcanzó su apogeo en las ex posicion es uuiv ersu- de la na turaleza con la que le soi-revin o un nuevo sueño onírico a Europ a y,
les. Tos "festivales folklóricos'' modernos del cap italismo . Co n la explosión con él, una reucrivoción clt' L1 :-. l'l1L'rgias minc .ts" (K I ;1, X, p. 396). Bajo el
de estas formas de le cult ura de masas , el rostro de la ciudad se tr a nsfor mó. hechizo de 1<1 cultura mercantil, "la conciencia colectiva (... ) se ad ormece en
Los gobie rnos par ticipa ron financia nd o proyectos de renovación urb ana un sueño cada vez m ás profund o" (K 1, 4, p. 394). El ca r ácter transitorio de
que derribaban }' r econst r u ían á reas ente ras de la ciuda d. l .a met ró pol is
L.A C I UOAO C O.\l O .\ I U:'iD O [H. E NSU EÑ O ' CA T '\Sl-[{tl H _ 229

la so leda d q m' puede atacar a l ha bitan te de la gran c iudad en un pa saje qu e


era cla ram en te a utobiográ fico:

La em hr raguez se apodera de qu ien ha caminad o lar go t iem po


por las call es sin nin gu na meta. Su m arc ha nana co n cada paso una
viol enc ia crecient e; b ten tació n que suponen t iendas, ba res r mu je-
res sonrientes d ismi nuyen cada vez más, volviéndose irresistib le el
magne tismo de la pró xima esqumn, de una nU S;1 de fo llaje a lo le-
jos , del nom bre de \1[U ca lle. Entonces llega el ham bre. Él no qu iere
vaber n;Hb de lo), cient os de posibilidades q m· hay pa ra ca lm arla.
Co mo un animal asc ético deambula po r barrios desconocidos hasta
q ue, t otalme nte ex hausto, se derrum ba en su cua rto, q ue le recibe
fr íamen te en medi o de su ex rr uñcza (}"l 1, 3, p . 422 ).

Est a embriaguez solita ria se opo ne dialécncame nte a l trance uuroinduci-


do del {/¡Jnéllr, U ll nuevo tipo urb a no que había desarrollado un mod o de
sent irse en casa en las calles de la ciudad, mo rand o en ellas como si se tra ta-
ñg. 4: tíerbert Bayer, l.o nely Mer ropoliran , 1932. ra de un inte rio r: los caf é, "011 " U sala de esta r; lo... b.mcos de los pa rq ues, sus
muebles., las seña les de trdnsiro, su deco ración de interior es. ' El {/ánellr go-
za en la mult itud. Pero b dicha de la flállcric es la nega ción del ot ro cost a-
do, el inferna l, de la fa ntasmagoría ur bana: la (r"gmemaorJII de la experien-
la moda baña como las agu as del Leteo a lo colec tivo , que, perdiendo todo cia pur la repetici ón neurológicamenre catastrófica r persistente del sl1fx k .
sentido de la tr a dició n, o lvida su propia historia . Pero esa historia se alber- El shol.:k es ce nt ra l en 1.1 teo ría benjaminiana de la modernidad . Está de-
~ en las imágenes de ensue ño desca rtadas y olvida das, impulsa ndo hac ia la rr ás de la recnoestérica de b fant asm agoría urbana )' muestra qu e ésta es
co nciencia actual ta nto el pote ncia l so ña do de las nuevas tec nologías ind us- una fo rma c o m pensa tori a. Benja min se refiere a la tcoria freudiana de la
triales como su fa lta de realización. En 1938 Benja mín apuntó: " Los bo m- neuro..is de g uerr a, en 1.1 cua l la conciencia detiene l·1:,;Imlk , im pid i éndole
barderos nos recu erdan lo qu e Leona rdo Ida VinciJ espera ba del ho mbre a l penet rar co n la pro fund idad necesa ria com o para dejar una hu ella perma-
volar. que debía elevar se ' pa ra buscar nieve a la cima de los me ntes, y re- nent e en ];¡ me moria, r so snene que esta experiencia del ca mpo de batalla
gres ar para ah uyen ta r, so bre los adoqu ines de la ciudad , vibrant es de calo r, se ha convertido en la nor ma en [a vida mcdema.' En las m ulti tudes y en
el vera no " (N 18 a, 2, p. 488 ). Una historia materialista q ue desenca nt a el los encuentr os eróticos, en pa rques de divers iones y en casinos de a pues-
mu nd o de ensueño de las merca ncías y sin emba rgo rescata pa ra la ca usa de tas, e! amb iente tecnológicament e altera do expone el sensorium human o a
1.1 tr ansformación socia l el deseo utópico q ue aq uel ensue ño engend ró : ésta ~ h (l( ks físicos que tien en su co rrespon dencia en el s/){)(k psíqu ico, ta l como
de bla de ha ber sido [a meta del cuento de hadas de Benjamín.
El colectivo soñanre no se desper ta ría co n un beso sino con una " bofe- 1. Ver Susan Buck-Mo rss 1_,¡ Ji.¡It:'lic,¡ JI' /,1 mil,ld,n IV'I/t a Beniennn )' el Pro- ,I
rada en las o rejas " (1, p. 902 ). Ésta implica ba poner de ma nifiesto el otro yvcto de los /' <15" 11'5, Madrtd, Visor, 1995. p. 333.
t illo del mu ndo urba no: el siglo X IX como infierno. Benja mín docu menta 2. Ver "Sobre algunos rel1l:l~ en Baudelaire ~,e n POt'Ú" y " 'IJiI,'/i5f1lO, pp. 167-170.
' 1
no S U ~ ,\N f\¡ : C K- M ,lII H L A CI U D A O C t1.~10 .~I UJ','l) O In f. NSU F :'l o y CA TÁ.HKIH"E 1 31

tcsnfi cala poesía de ItHl dl'i<l ire. Registra r el "descalab ro" de la e xperren - esr érica pasa de ser un mo do cognitivo ti,· estar "e n co ntacto " co n la realidad
cia er a el " reto" de la poesía de Ba udelaire q ue "{... ) ha colocado, por tan- a ser una manera de bloq uea r 1,1 realidad, destruye el poder del o rganismo hu-
3
to,la exper iencia del shock en el corazón m ism o de su trabajo a rt ístico ..: ma no de respo nde r po líticamente, incluso cuando está en juego la nuro preser-
" Ba ud elaire ha bla del ho mbre q ue se sumerge e n la m ultitud como en una vac ió n: " (... ) q UIen ya no qll1cre hacer ninguno experiencia. (... ) no está ya en
reserva de e nergía eléctrica . Trazando la experiencia del shock, le lla ma en- situac ión de distinguir el amigo probado del enem igo mor ta l" . 10
segu ida 'caleidosco pio prov isto de co nciencia", .4 Las respuest as motoras Cielo e infierno; fanrnsmagoría )' shot:k; mun do de ensue ño y ca tás tro-
de encender una luz. prender una cer illa, 1,1 exp losión en elmovirniento de fe. Esta s po larid ades circunsc riben el campo de las imágenes be njami nia-
la mnq uma ria, tudas tiene n su con traparte psíquica en la sonrisa que ap a- nas de 101 ciudad mo derna y da n cuenta de su carga cr tnca, po lítica. Co mo
rece auto má t ica mente en el pase ante, como "am ortiguado r m ímico de cho- im ágenes dialécticas, so n construcciones a partir de extremos, funcionan-
q ues", para evitar el contacto. s do co mo inspi rac ión revolucionar ia y corno ad ver tenc ia po lít ica. Cua ndo
La mimesis como reflejo defensivo es la esencia del tra bajo fabril: "( ... ) el at ract ivo d el fa scismo se hizo aú n m ayo r en 1.1 décad a de 193 0. 10 mis-
apr enden IHS o breros .1 coordinar 'su propio mo virnienro a l siempre unifor me mo sucedió co n la. urgencia pol üic a de su proyecto. Finalmente, no hubo
de un autómata' ".' La explot ació n 110 es só lo t'C~mómica sino también cogní- su ficient e t iem po , no lo hubo para el Proyecto de los Pasaj es, ta mpoco
nva. El sistema. fabri l d.. ño cada uno de los senrido-, h l1l11,lJlUS y paralizn la pa ra el mismo Beniam¡n. H uyó de I'Mís sólo unas semanas antes d e que
un ag iuac ión del Ira bajador. Su tra bajo ~( ... I se hace im permea ble a 1.1 expe- Hitler ent ra ra a la c iudad en jun io de 1940. Cuando fue de tenido en la
riencia (... )"; [a memoria es reemp lazada por respuestas condici ona das, el frontera española el 26 de septie mbre y nu se le per m it ió contin uar, se q ui-
aprendi zaje por el "adicstr armenro", la destreza por la repetición: " Hl ejcrci- tó la vida. El enorme ensamblaje de notas fue publicado por pri mera vez
cio pierde (.. .) su derecho"." La perce pci ón deviene experiencia só lo cua ndo (co mo Liim, de los Pt1saics ) en 1982. Par a nosotros, estos Iragme nros pro-
se conecta co n recuerdos sensoria les del pasado; pero pa ra el "o jo sobrecar- po rcio na n los epígr afes p.lra o tro t ipo de ruina. Evoca n una nostalg ia, no
gado con funcio nes de seguridad" que detiene las Impresiones. "l a mirada se- por las formas fan tasm agór ica- de la utopía ind ustrial. sino po r la creen-
s oro prescinde de perderse soñ ador amenre en la lejanía" .8 Bo mbardeado por cia de q ue es a utop ía es ,1 1 me nos posible.
imp resiones fmgmeu ta rias, este o jo con funciones de segurida d ve dem asiado,
y no registra nada. 1) ", aq uí la simulta neidad de so hrecsnmulación )' embota-
miento que es característica. de t i nueva o rganización del seusorium humano, 11
q ue a hora tom a la forma de ¡Inestésica.~ No por accidente, la adicció n a I.l s
d rogas se tra nsforma en un problem a socia l en el Siglo X IX, car ncrcns nco de " El j ugend sril:" , escr ibi ó Beni. unin, "es soñ ar q ue se est á des pierto"
la vida urba na moderna. Pero co n las lluevas form as fantasmag óricas, se ha- (K 2, 6, p . 3981,
ce de' la pro pia reahdad un narcó tico. La inversió n diakxtica po r la cualla
" Cu ando de bernos levant am os temprano para salir de viaje, puede
3. lbíd., pp . 155 Y 1.31. oc urrir qu e, no que riendo espa bila m os, soñe mos q ue nos leva nt a-
4. lbíd., p. 14 7. mo s y nos vest imos. Un sueño así soñ ó la burguesía en el ] ugendst il,
j. lbíd., p. 14M.
q Ull1ce años a ntes de qu e la dcsper tnra, ret um ba ndo , la h istoria "
6 , llud. p, L47. L\ ( ir" (,'s de M arx.
7. ¡hiJ " p. 14S, (S 4 a, 1, p. 565) .
a. ¡bid., p. 167 ,
9. Ver ~ I::~tét i<:a y ,mest esinl: una rcconviderució n cid en sovv M,br e b o hrol rh-
arte" , en este mism o libro. [o. n.a., p , 15S .

11
232 L A C lU DA D CO .\10 MUN DO D I', [ " SUE R o y C A1' A S 1' lllJ ~F. 233

-
Fig. 5: Ra)'n/ondo D 'Arcmco, pabellones de entrada , Primera Exposición Fig. 6: Vitt arlo Ducrot , dormitor io ('1IlJ ex posición de Turin, 1902.
lnternaeiena í de A rte Deco rativo Afodemo, 1902.

arm as revolucion a rias de un a vang ua rdia a rtística q ue hacía equiva ler


una transfor ma ción del gusto a una t ra nsfo rmación de la sociedad mis-
j ugendstif, Art No uveau, Arre Nuovo, Secesión Austr íaca, Wagner-Schult', ma . " L'arte delta vita sociale" fue ba utizado por G iov anni Belrrami "So-
Lo Srile Liberty; son rodas variantes de una vanguardia intern aciona l qllr cialismo d elta Belíezza",
anunció el siglo xx con el llamado a una revolución en el estilo . El nuevo Italia se apr opió de este movimiento para pu blicirar su nuevo estatus
siglo, en su debut, necesitaba su propia mod a y estos artistas y arqu itectos l', de potencia indu st rial y para promover sus pro pios diseña dores y arqui-
raban comp rometidos a proporcionár sela. M ucho más que una rrnnsforma tectos inicia nd o la pr imer a Exposición Int ern acional de Ar te Decorat ivo
ción en el interior de las artes, ésta había de ser una tr ansfor mación del arte, M oderno , que se ina ugur ó en Tu rfn en 1~ 0 2. El Circolo Artístico di Torino
el cual, a tra vés de la decoración y el diseño, hab ía de dejar el coto cerra do an unció que no serían admitido s en la exposición ni " simples imit acion es
del musco para entra r en cada rincón de la vida cotidiana. de estilos pa sad os ni pro du ctos industria les no inspirado s po r un sentido
De ac uerdo co n el nuevo etho e de I'art dans tous , se a peló a los um - artístico", sino solam ente " produ cto s or iginales que mostraran una t en-
bientes y obj et os de uso cot id ian o para pro porcion ar un a sens ibilidad dencia decisiva ha cia la reno vación estétic a de la forma ". 11 El pa bellón de
nueva, mo derna, un cam bio radical en el gusto p úblico . M ueb les y dcco
racio nes de inte rior es, emp apelados y diseño s text iles, flo reros y ca fcte 11. Richa rd A. Etl in, Modemi sm in italian Arf!Jitect¡¡Te. 1890-1940, Cambrid-
ras, fach adas ar q uitec t ónicas y an uncios mura les: ést as era n las llueva, ge, MIT Press, 199 1, p. 29.
234 L A CUIDAD COMO M U NDO DE f.NS U EÑ O y CA ·r ÁST R Ol' .': 235

entrada a la e xpo sic ión de Turí n fue constr uido po r Raimondo D' Aron co,
a q u ien se le o torg ó el prime r premio por sus diseños. Ext ra ñam ente simio
la r a l past iche posmodem o de {in de siglo, a principios de siglo la "n ueva"
ar q uitec tura de D'A ron cc hizo q ue o riginalid ad eq uivaliera a ahisror icidad
ya una mezcla ecléc tica de Iuen res cu ltura les disc or da ntes. Los pilo nes del
pa bellón de ent ra da de D 'Aronco fuero n dcscripros como "egi pcios" en ca-
r écte r, m ientras q ue su tec ho corredizo era "[apo u és " . Alfredo Mela ni CO Jl
sideró "cordialmen te o r iental" a b "brilla nte co lora ción " de b entrada (en
ese mom ent o, D'Aro nco est a ba trabaj a ndo en Turqu ía co mo arqu itecto en
jefe del sultá n). Tam bién se de recm rou influencias asir io· ba biló nicas. l ! 1\ ,
ro la inspir ació n inmed iata de D' Aro nco fut:: el pa bellón de currada CO!lS
rruid o por el ausrr¡aco JO!>l'f O lbr ich para u n~e xpos i óó n en Dar msrad r en
190 1. Resu lta sigmñcanvo que a pesar de la retór ica dd inrcmacion ahs
mo.fos pa ises q Ul' participa ron en Turín fuer on casi exclusivam ente p O I l' 1l
cias imperia les europeas U<lJ'Ón y los Estados Uni do s, aspirantes a potenci,i-,
imp eriales, era n exce pcio nes),
Fíg. 7: AgfJstino I A UTO, I'alazzína Lauro, J902.
En el siglo XI X, el exo nsm o orienta l signi ficab a tr aer a casa los tr ofc.»
del imperio, d ispo niendo el mundo-en-mi niatu ra com o una inst alació n eu
los int erio res burgueses: pieles de leo pa rdo, pluma s de avestruz, alfom br,w
persas, vas ijas chinas, sedas ja ponesas. En el nuevo siglo, el orientalis mo
signi fica ba la a pro piac ió n de moti vos dt:: diseño exóticos [descubiertos en
las nuevas revistas fcr ogrri ficas de a rq ueología r a m ropología. )l,\ y su inn-
gra ción como superficie abstract a, orna men tal; una es pecie de ba rn iz co~
mo polita q ue rec ub ría las rea lida des de la do minación im peri a l co n 1111 ,1
forma o nír ica de nu em acionahsmo cult ural.

12. Ihid" pp. 39, 5 ~


[ J. N u pue de sobreest nnarsc L1 im po n ,m u a de rcvi sta.\ y puhlicnc ioucs ['"
riódi cns en t'sta ép oca. Los nuev os método , de reproducción fo togdf i.::1 1l\'T1111
rían qu e circu la ran gln ba JIlH'l\tc imágenes de cu lturas exóticas r exca vnr imu-s
arqu eológicas , [le n >raruhié u In" tonnns artfvticas l ' nrq uite ...tón ica s más CU llt"111
po rduens . Estas i m .í g ~ I\l' S ais laba n a lo >obje tos de > U~ con textos culnu-ales y 1'"
líticos espcc ifico s r hncian pos ible UJ Ll im itació n a mplia por parte de ,m i,c.I.
crea tivos de roda nacio nnlidud . Alen taron entre 10 <; críticos y teó ricos de l ,1I"t" 1.1
búsqueda de similitudes f" rtll'11e.\ entre produc tos culturales difu renre s, f n-cur-u
rem entc con el ob jeto de s u~t" r ¡ r la exis te ncia de for ma s universales d e la cultu
ra hu ma na . Fig. 8: Salól¡ del I'al'l1;úIJa Lau ro, 1902 .
236 237

Los pa bellones de D'Aron co a nuncia ban qu e Italia ha bía ingresadoa democráti ca" ,17 En 1<-1 práctica, sin embargo, las t écnicas de produ cción com-
la n ueva sensi bilida d de La Europa nn per¡al y que po día com pet ir con la, binab an el uso de maquina ria indust rial sofisticada con i.i ha bilidad a rtesa nal
nacio nes " a vanza das" en el d iseño de objetes estét icos y en su elabor.¡ de la peque ña tienda, lo que limitaba el mercado a uua elite consum idora de
ció u co merci al, uuu cua nd o el cun n-nido r la fo rma de ! nuevo est ilo tU t' lujo. A pesar de la ret órica dem oc rát ica, csrus inte riores sólo eran enca rgados
ran un ret orn o nostálgico ;1 la naturale za. la línea c ur va, [as fo rmas nr por los más ricos y su efecro social era el de aislar a esta cla se. Las realidades
g ánicas }' vegetat ivas del stilc l {ore,lie. Escr ibió UlI contcm p 0r;l nc o: " r1 urba nas de los inq uilina to» y b pobrez.r delas clases tra bajadora s eran exclui-
ret orno a los tesoros de ],\S for mas natu ra les ha sido umvcrsalmcnre n ' das de los mundos privados de estos inter iores coo rdina dos por el diseño. En
co noc ido como el principio ca rd ina l de la renovación de las a rres deco la exposición de Turín, la " Palazxino Lauro" , un esfuerzo colee...rivo de num e-
rat ivas" . I ~ Y s in em ba rgo, como deco rac ión y d iseno de superfic ie, es tas ro sas firmas bajo la dirección del em presa rio italiano Agostino La ur o, fue un
" formas nat ura les" sufr ieron un proce so de a bstracció n y com pre viún eruprend imicnro come rcial importan te para atraer clientes entre los aco moda-
que tenía precisament e la ma rca de ese indus tria lismo de gra n ciud ad que dos, Las ventanas era n vidrios coloreados 1:11 elaborados diseños florales y ve-
sus ambientes totalmente d ise ñados parecían ~ue re r ma ntener a ra ya. EI1 gerales, que com binaban interior y exrcrjor en un todo decora tivo.
la ex posic ió n de Tur¡n, " l' pre tend ía que la un idad de esti lo M' con tin ua Los do nmr onos - Ias verdaderas " hahirac io ncs de ensue ño" de la bur-
ra a rmoruos a meutc y sin fisuras en los esca pa rates de las mer can cías, que guesía- eran un sitio favor ito para las deco raciones de inter ior coo rdinadas .
ya no ex hibirían el ensamblaje habi tual de o bjetos ai slados sino conj un- Eso s inter ior es fa nta smagóricos, escr ibi ó Ben jamin, "(.. .) nos apr isionaban
tos " or gá nicos", " un a ser ie de com plejos decorativos de inter iores con¡ sin espe m nz;l. Entonces vino el cinc }" con la dinam ita de sus décimas de
p letos, sen sibles a las verdade ras necesid ades de nue st ra ex istencia ". u FI1 segun do b iza salta r ese mu ndo car celar io. Y ah ora emprendem os ent re sus
la expos ición de Tu rín se ex hi bieron instala cion cv com pletas de H l'IJr \' .. de aventuras "u
dis persos escom h ros vrajcs ,
van de VerdC' (lh:lgic¡I). Pcter Ik hn: ns (Alema nia), josef O lhrich (Aust n .11 Fue la Primer a C U C[ f¡) ~tull d i .t l la C)IU." interru mpir, el "su eño de que uno
y M ackinros h y ,\ I ;H:DlIlul d (Eccocia t, y , ¡ bien rod a la cons telación ~ I(' est a despiert o" del j ugeudstil, haciendo eru pción "con un rugido" en 19 14.
exhibiciones a firma ba una trans for mación estilí stica "universal" , 1,1 Benja min escr ibi ó: " Una generación que toda vía ha bía ido a la escuela en
com petencia comercial alen ta ba las di ferencias nacio nales pa ra idcnnt¡ tranvía rir ado por ca ba llos, se encon tró súhit nmcn rc a la intem perie, en un
car los productos en el merc ado interna cional. paisaje en que nada ha hí,l quedado incamluado a excepción de las nubes. En-
Los organizadores aspira ban a exhibiciones quc proporcionaría n U(, .. ) tre ellas, rodeado por un campo de Fuerza de corrie ntes devastadoras y ex-
protot ipos de deco racio nes comp letas ada ptad as a todos los hog ares y fU plosion es, se enco nt ra ba el minú sculo y que Iu'acnzo j. cuer po hlIma no " . "
dos los ingresos y cspec iahu en re p.tr.t los más humildes, para pro mover tilia
reno vación real, cfecnv a y com pleta " del escenario de la vida cou dia na. H.
La teoría de la " renov ación completa" era ta nto ro mántica, a l evocar b vi III
sión wagn er iana de la Ges(llIItkltllstwer k, como "ci entífic a", al basarse en
la prem isa con ducrisra de que los nuevos am bientes sociales crearfun 11\ 1(' Bcnjumin entend ió la Revolu ción de octubre de 1917 en té rminos de es-
vos hab irame s. El ambi ente tota l hab ía de suministrar ad ocrnnamien ro vi- te trauma de 1<1 destrucción de las époc a s de gu erra, co mo la "] ... ) pr i-
sua l educando el gusto público como "arte ar istocrático en una sociedad mera t enta t iva [de la hunmnid .ul] por h acerse con el co nt rol del nuevo

14. Cit.ld o ru lrhn , Alodel'llism /1l It¡¡ lldl! A"iJitecil m '. p . 33.
17. J'vL1rio Cl:'r adill i, l'ir'l ,l" ~ Il Erli n, p , 29 .
TI H'\'~l, l"i Lld" ~ n Ftlin, p. 2') ,
15. }': nr i<:o
16, Ibíd., p. 2i'i.
] 8. D i5Cllrs lls ;ll l l.'rm m p i dos, pp, 47-41$,
19_ Para tilia a íl j(a dI' /¡¡ l '/fl il'llda y ot ros ¡'I JS<l}'OS, p. 1 12 ,
I I

L A CI U DAD C O.\l O .\ l U ND O 1)1'. J:N S Uf. f';O y C AT A nR oH 239

238 SlIS.\S l\lIcK-.\ \ oMS\

cuerpo [de la técnica j"'.IOSu ex posición y conversión a lo que él lla ma ba rOCKMHO I"""''lll rOCKMHD
"co m unismo radica l" fue el resultado de su rela ción a morosa con As¡o
Lac is, una actr iz y di recto ra de tea tro litua na que tra bajaba con Brec hr y
a la qu e con oció en Capri en 192 4, Para Benjamin la vanguardia c ultural
de la q ue l .acis era pa rt e d ifería decisiva ment e del en sue ño de revo lución
pro pio del Ju gend sti l. Evit ando las fant asmagorías esca pisras, el a rte re-
vo lucionario se enf rent a ba directa mente con el slJOck de la ex periencia
modern a y, quitá ndo le la dela ntera al mo nta je cin em a rog ni fico, hacía de
la fragmentació n un princ ipio constr uctivo. En vez de re tir arse a arnbicn-
res pr ivados, adornados CH U dise ños insp irados el' el mun do na t ura l de
[¡I S flores y la vida org áu ic a, a fir ma ba la te cno logía indu su-ia i como
nu eva "na cu-aleza" y se colocnb.i, co mo un l" le rp o dt' ingenie ros o cien-
t íficos de labor.uor¡o , ,11 servi cio de 1<1 trans fo rm aci ón social. Est a Vil11"
gua rd ia pensa ba 1<1 cul tura no O)ll10 corupcns ación dt, b iud ust rializa-
ción sin o como su pu esta t' 1I acto,
Por su p ues to, la vanguard ia revoluciona ria no co nst ituyó u na rupru·
ra com pleta con el pasado . Y.1 an t es de la guer ra Alfred Leos ha bía d i-
fuma do la decoraci ón del jugcnds nl, lla m ándola "excremento", e insis- •
tía en que desh acerse de esta costumb re er a ta n necesa rio co mo el adies-
tramiento sanita rio, Art istas r pi ntores ya ha bía n glorificado la máquina Fig, 9: Af~xa llJer Rodchenko, póster de peíicuía para
y desa r ro llad o un a estética de la fuerza industr ia l, y Iuun iseas visio na- Dziga Vertov, Cine-Ere', 1924,
r ios co mo Antonio Sant'Elia es ta ban proponiend o di señ os para las uru-
pías urba nas, Pero en el contexto de la Revoluc ión de 19 17, estas p rác-
t icas fuero n t ra nsforma das de " est ilo" a rt íst ico en pro gra ma po lític o, internatíonale des arts decorouie et índustríels modernes" de París.
Alexander Rod chen ko esctl bi(¡ en 1921 : "Todos los nuevos ¡h ..ercamien- Q uer iendo, en su realización fina l, ser un ter cio más alta que la .torre
to s al arte brot a n de la tecnol ogía r la mgeme r¡a }' se mueve n hacia la o r- Eiffel, desplega ba los princi pios "revo luciona rios" de tran sparencia es-
gn nizaci ón y 1;1 const ru cciún"',11 Además, la van gua rdia podía imagi nar tru ctural y forma s mecá n icas, ada pta dos a " intencio nes ut ilita rias ",
a hora un nuevo client e pa ra el 'Irte, la cla se rraba jador u, y esto cambió Pensad o s pa ra ser co nstr uido s (ja l igua l q ue los pas ajes de Pa rís!) a par-
toda la conce pció n d el d iseñ o est ético. La pro pues t a de: Vlad imir 1':1 - rir de hi err o y vidrio, sus tres volúme nes t ran spar ent es, rotand o a velo-
tl in para un M OI1U nI (;' l l t o üla Tercera lntcr ua cinna l, exhibida por pr i- cidades diferentes (lino com plet a ba Sil rotación en un año, el otro en un
mera vez en Lcningrad o y en M os c ú en 1920, se convirt i ó en el ícono mes el tercero en 111\ dí a), ha bían de aloj a r las d istintas oficinas del Co-
del nue vo estilo rc volu ci ona rio c ua nd o [uc exp ues ta e n b " Ex pos it íon minter n m ient ras que la t orre act uaría co mo estaci ón de tra nsmi sión de
propag and a revo lucio na ria, Evo cando la fo rma ind ustrial de una grúa
20 , D1T<'Hi ó" ú,,¡,", p. ~ ::¡ , de pet ról eo o de cons tr ucción, o la de un pozo de mi ne rí a, era un a má-
2 1. Cit ado en The G' e<tt UtOpi,7: Th e Russi.1n and SOVl<'t Av,lJII-G,lrde, 19 15- q uina pa ra la gene ración de la revo luci ó n m undi al, un mon um ento
1932 , Nueva York , isluseo Gnggeuheim, 19':12, p. 267,
¡,.

240 S I)S1IN B UC k -.\1 0M SS LA cr un wt> CO MO M U ND O D E E N ~ U h ~O y C ATÁ~ T Il. (lf¡; 24 1

Fig. 10: El Lissitzky y Kazim ir Ma/evich . Estudio para fas cortinas del sa-
lón de reunion es del Com ité para la A bolici án del Desempleo. 191 9. Fig. 1J Y J2: ltqu íerda: cafetera, 1902.
Derecha: Kazimir Mafroich, tetera. J 923.

tr abajador, que conmemo ra ba el fut uro am es que el pasado. M aia- del Desem pleo . M odelar una nueva cult ura de co nsumo era un proyecto
ko vsk¡ lo lla mó "el pr imer monument o sin ba rba". menos co nocido ent re los de la vangua rd ia que el arte directa ment e agita -
El co nstr uctivismo ruso , del cual Tarlin soste nía ser el fundado r, junto tivo o el arte no-represen tativo de las for mas puras_ Después de to do, el
con el supre mans mo, el producrivismo y otro s mov imiento s de vang uar- consumo era la meta de la prod ucción soc ialista . Y sin embargo, el co n-
d ia bolcheviques, resonab an y reaccio nab an ante ot ros movi mientos de sumismo capitalista - la cultura de las merca ncías- ha bía sido denuncia -
prcguerra y posguerra en occidente : la Bauhau s alemana, el futurismo ita- do, de mo do irred imible, co mo " burg ués" (m eshc ha nsk ii ). Rod chenko, en
liano y el modernismo de Le Co rbusier, M ientra s que, por ejemp lo, Le París para la Expos ición Internacion al de 192 5 (en la cu al se exhibió su
Cor busicr proclam aba q ue una revoluc ión en la arqu itectu ra pod ía susti- Interior de Club de Trabajadores), quedó altera do por la ma sa de cosas
tui r a la revolución social, los art istas bolcheviques se desplega ban en un exh ibidas pa ra la ven ta en esa ciuda d y po r el insaciable deseo de co nsu-
campo de imágenes engendrado IJO r la Revolución. Los sup rematistas re- mo - scns ual y sexual- que tal abundancia provocaba. P Christina Kiaer
clutab an incluso fo rmas abstr actas y geométricas al servicio de la Revolu-
ción, co rno en el famoso anu ncio de la guerr a civil de Lissitzky, Derrota a 22. Ver Ch risrina Kiaer, "Russian Cons rrucrivism and t hc Practices of Everyday
los Blan cos con la cuíía roja (1920). Trabajando con Malevich, l.issirzky l.ifc", conferencia inédita leída en el Encuentro Anual de la Collegc Art Associat ion
el i7 de febrero de 1994. Kiacr hallevndoa ca bo una labor pionera en este cam-
desa rrolló co nexiones mús oscuras entr e forma y conteni do, com o en su es- po . Su trab ajo de a rchivo no sólo docum enta la ente ra disc us ión sobre consumo
ludio para las cor tinas del salón de reuniones del Com ité para la. Abolición "so cialista" ent re los co nsrrucrivisras, Sus especulaciones teó ricas arrojan nueva
SU S A" B UC K- MOR\\
L A C IU DA D CO MO MUNDO Di. E ;.¡ ~ t: fÑ O y C "' l Á ~T " " H 14 3

des pliega la co ntrateor ia d el o bjeto socialista de Rod chen ko : " Debem os


pro ducir y amar cosas reales" ,!} En vez de ser fet iches que do mina n a los
trab a jador es q ue los hicieron , las me rca ncías deben vo lverse " cama rada s"
e n la lucha re voluci ona ria. Rodc henk o conden aba la rne rcantiliza ción de
las m uieres en Pa r ís. Veía a Franc ia 1'0 1110 una repú blica constr uida a p,lt-
ril' de las muj eres como cosas. " En cont raste, su reo r¡o de los ob jetos co-
mo cam a radas implic a ba tratar a las ~' O S.l S como hUI1UI1 ,l S, agentes subje-
tivos que cola bo raban co n el consumid or eu su exi, tencl;1 co tidiana, Esto
conlleva ba la int rod ucción del "arte" en la vida co tidiana, precisamente el
program a del j ugendsnl, pero con una diferencia: en forma r d iseño, el ob -
jeto soci alista comunicaba la nueva " natu ra leza" iudns rrial, }" la huma ni-
zaba, El j ugcndsril ale ntab a la Fa nrasia co nsu mist a de rehacer el pro pio
am biente persona l de ac uerdo co n el ca pricho ind ividu al , como co mpe nsa-
ción por la fealdad del mundo e xterior, El efecto del diseño socialista era
lleva r el ambiente ind us trializa do al interior, donde pod ía ser co nsu mido
como objeto de placer individua l y uso dom éstico.
El efect o utópico de lo.'> objetos "socialistas " es su pro mesa de su bsa na r
la brecha ent re producc ión y cons umo. Pero a pcs<l r de la gra n energía que
la vang ua rdia le dedicó a su di seño , el proyecto de un:"! cultura SOCI alista
del cons um o perm.tu eció en su ma yor part e irr ealiz.¡do , Cuando Benjam ín
visitó Moscú, '" fines de 1\'} 26, notó la "( .. .] co nver sión del esfu er zo revo-
luciouario en esfuerzo t cé nico " , un esfuer zo que esta ba com prometid o de
ma nera ur gente no co n el cam bio cultu ral, sino con "( .. .] la electr ificación,
la const rucción de cana les, la edificación de f.lhnc;1S" ,~ s La cultura de b
pr od ucció n a brumaba 1<1 cu ltura del consu mo r, para la década de 1930,
la había h und ido cas i po r com plete. Li [a nt usmago rla de la prod ucci ón ili-
mirada asu m ió cualidades tan perturbadoras como las de la fant asmagoría
del con sumo ilimitado que horro rizó a Rodchenko en París. La ta rea her-
c úlea del col ectivo socia lista er a recons truir el mundo : ca m bia r el curso de

luz sob re la prohlerndtiru ll1,b gC'llc' r,d dcl fetich ismo de la mere'ando> y dd deSl'O
me -cant il. Ver :;\1 discrtnci ún de prúxun u ~ r;H k i úJl "Thc 1{ 1L\ , iJ n Consrrucrivist
' O bjecr ' Jno thc 1{c\"olutio nizing u f Every.l,lY life, 192 1-19 .12" , Univcrsirv of Cah-
¡:¡~,13}' 14: A rriba: furii Pimeno u; Esta mos construyendo el socia lismo. fornia , Berkclcy, 19 9 ,~ ,
1927_ A b.1jo: Alexander Rodchetlko, cubierta para S5SR tia Stroike 23. Rodchenk u, citado }" rruducid.. en Ki.lt:r. p. 2.
¡URSS en construcción), 1933. 14 . Ibíd" p, 8,
'.1
2S. D i,l !tr: fica de mir ad,}, p. 47.
144 I. ¡\ CIUDA D C O .\10 M U tH l O D~ ~ S S U EÑO y C¡\ r Á STKO H _ 24.S

[os nos, electrific a r el país, trans fo rma r a ca m pesi nos e n pro letarios y
crea r c iudades complera men re nuevas. l.a rea lidad de t rás de eS;1 Iautasia
product iva era la coerció n est atal: el trabajo forzado co nstr uyó el Ca na l
d el M ar Blanco, glorificad o en lJ.s (o togra fíJ.s de Rodch enko de 1933 (y
decenas de miles murie ron ); el tra bajo fo rz ad o colect ivizó la agric uhu-
ra so viét ica, heroiza da en el filme de v erto v de 19 3 1 Tres canc iones de
t .enin (y m illo nes perecieron ).

IV

Podría decirse q ue las fan taxmngoría s soviéticas cIt- la produ cción genera ron
un nu evo "s ue ño ", un sueño 'lil e esta vez cayó so bre la propia Revoluc iún.
Benja m ín, aunq ue ren uent e .1 ataca r al Com intern o al Par t ido a bierta men-
te, er a consciente , po r lo men os de sde 101 déc<leJ¡¡ del J O, de q ue el "co mu-
,I
nismo " q ue defendía no era el que se prac tica ba en 1;1 Ru sia de Stal in, Crj-
ricaba, en genera l, " (... ) b ilusió n lIl' 'l ile el tr abajo en la fábr ica, situado en
el im pulso del progreso técnico, represent a una ejecutoria pol itica (.. .] no se
Pig. 15: Giuseppe Terr,¡gni, casa del Fascio, Co mo, 1933- 1936.
pregunta (... ) con la cal ma necesari a, po r el efecto q ue su propio prod ucto
lu ce ;1 105 trabaja do res (.. ,)",16 No creía q ue de term inad o" estilos a rt fsticos
fueran en sí mismos inherentemente progresistas, La frecuente men te citada
linea final de su ensayo de 1936, " 1.0, obra de arte Cil la época de su repro- Las co nexiones entre el fururismo ita liano y el co nstru ctivismc ruso (a través
duc ti hilidad técn ica" -que "El co m un ismo le co ntesta " a "el estenc ismo de del fur uri smo ruso) era n per sonales , si no programá t icas, Las similitud es en-
la pol ítica q ue el fascismo propugna " cun "la pohrizaci ón del a rre't- inren- tre el a rte nazi r el realismo socia lista ha n sido seña lada s repetidamente des-
(,1 esta blecer una cla ra d ist inción ent re esos dos rér mi nos. F Sin emba rgo, la de q ue sus pabello nes nacio na les se enfren ta ron en la Feria M undial de París
traged ia es q ue cuan do el a rte nb.md ona su a utonom ía " hurgucsa" }' se po- en 1936. La Ca sa del Pascic era una "casa de crista l", no menos " rra nspa-
siciona a l servicio de la revoluc ión política, co ree con stan teme nte el peligro rente" q ue el M OIIIW lento a la Tercera lnterna cic nal de Tarlin. Su co nstr uc-
de vol verse su co ntra rio al glor ificar el pod er, cualq uiera sed M I cred o, el ar- ció n de vidrio y ho rmig ón seguía un estilo inremacicnal q ue había sido usa -
te " po lítico " esreriza la políti ca . Y, de hecho, en los a ños treinta, las formas do po r M oisei Gins burg ,1 media dos de los veinte para un ap artamento en
cvréricns, pro d ucida s con los 111;\.~ var iados ob jetivos polít icos, Sl' cncontr.r- Mosc ú y perfeccio nado por Le Corbusicr en la Villa Savoye. (Le Corhusicr
ron y se enlazaro n tan perstsrentemenrc qu e 110 pueden sum inist ra r rénni- no er a irón ico cuan do decía q ue la Villa Savoyc era un a unida d modelo
11m co herentes o a legó ricos pa ra narrar la histo ria de los sucesos hist óric os. pa ra las viviendas destin ada s a las m asas.)
Per o q uizás más ex t ra o rd ina rio (y men os co menta do ) sea el hecho de
q ue la p ied ra de to q ue de la a rq u itectu ra ur ba na srali nisra.Ia a ltísim a to -
26. "Tesis de Filosofía de la I listona ", dud o en Dialéctica de /" mirad" , p. 97, rr e de base eno rme que desd e e nronces se ha llama do "Gótico Sta lin ",
27. Vt:r " Esférica y anestésica", en este mismo libro .
ten ga una no table a finida d est ilística co n una ed ifica c ión q ue simboliza
------------4Jlf---------- - SUSAN Bu C!::-f\.lo Rss LA c runa o C,l)MO M U N Il O [H F);SlHÑO y CJlTÁSTR .n l' 247

o tros esta ban haciend o, co mpetía n intern a cion a lmente po r la lealtad de


las mas a s demosrr.mdo su capacidad de •..on crr urr forma.. indust ria les
a va nzadas . Los pro yecto s lit' vivie ndas ma sivas, tra ns ito Ilu sivo r pro-
d ucci ó» Ilu s i v a , (' 11 ta nto problemas t t'Cll ICOS , po d LII1 ser en te nd id os en
térmi nos s im ila res. pe ro la insistencia de ca ja r égimen en la singu lar idad
de su propia solución er a cruc ia l P ;U 3 su leg itima c ión po lítica. Po r o tro
la do, incl uso las sim ilitu des fo rmales esta ban lejos de ser a bsolutas. Las
est ruct ur as const ruid as e n el e..rilo "Gót ico Stalin" dila pid aban mh es-
pa cio urba no que los rasc acie los en las c iuda des ca pimli sra s. El Wa ldo rf-
Asto na r e l I lo rd l .en ing ra d o d cn o mb .m esfe ras públicas inc rnn panhles.
El prune ro, como es pac io co me rcia l. era pr opi eda d privad a . r S IIl em ha r-
go era ac cesible .1 cualq uie ra q ue pudiera pagar M I precio . En M os c ú,
el es paci o pú blico significa ba pro pied ad est a ta l, pero e l acceso a la m a -
yo ría de los ed ificios estaba restr ing ido a mie m bro s de un siudicaro
partic ula r, una profesió n o la el ite del part id o . Ta m po co deberían co n-

t' .
""111111
,... . .¡
f
'
fun d irse las épocas tem po ra les : 1.1 a pela ción de " el a rte a [a vida" tuvo
im plica ncia s mu y distint as en It'l lia en 1'J02 . des pués de la Revolución de
11
O cruh rc de 19 J 7 y. t a l como III dCl11 0strú la sucrrc de los ,In i, ta s de la
l'ig. 1 6 ~' 17: Izq uierda: Andrei 8 oretsk y, L. Po/yak ov, Hotel J.enillgrado, va ng ua rdia , en la Unión Soviética desp ués de \ I.JJ O. To das esta s co m ple- 1I
Moscu, 1948. Dered,a: Se/m ltu and Weaver, WalJorf-Ast oria, 193 1. jid ades , y otras , sería n ncce snrra s pa ra co nstr u ir una g r an narra ti va so-
bre la re la ción ent re el a rte y la sociedad en el s iglo xx . Pero m i pr o pó-
sito 110 es proporcionar ra l na rroeiva. M ás bien, sr t ra ta de sugerir q ue, 1
1.1 a nt ítesis mis ma del esta do de los tra ba jadores: el legend aria ment e lu- da da la " ca ída " d e c ierta clase de socialis mo, da da 1;\ persiste ncia de la s
1
jos o Ho tel Wald o rf-A storia , co nst ruido en N ueva Yo rk en 193 1. Con at r acci o nes del fa scism o, da da la ub icu ida d del orden económ ico capita-
Sta lin, no só lo los hoteles sino ta m bién los ed ificios del go bierno y la lista , t al histo r ia , de se r co rna da hoy, no puede tener un fina l mo r a l e xen- I
Unive rsidad de Mosc ú fuero n co nstru id os en ese estilo (cuya agu ja cen tra l, to de ambiguedadcs.
pen sada para ser sing ula rmente ru sa , tiene ec os de la forma de l Em pire Es plausible so ste ner que la suert e de la va nguardia del siglo x x " pru e-
Sta te). Po r su pues to, la s d iferencias de co ntexto y de uso era n c ruci a les ba" que el arre es impote nte po lít ica ment e, depend ient e del poder, de cua l-
c ua nd o esta s edi ñcaci o nes fueron co ns tru idas , de mostra nd o, co ntra ria- q uier cla se. y vuln era ble a la apropiació n por parte del status quo. Es igual-
me nte a las pret en sio nes co nd ucrisras de l jugend st il y de los bo lcheviq ues, mente plausible a lega r q ue el art e }" la arq uitectur a del siglo x x han tenido
que el pod er del a m biente co nstr uid o pa ra deter min ar la vida socia l tiene su propia histor ia , y qu e sufr ieron un des arrollo tr a nsna cio na l, en verdad
s us límites. Las sim ilitudes esti líst icas e nt re los regímenes po lít ico s qu e global , impermea ble ;1 las fronteras polí ticas t' independ iente de los suce -
pueden d istingu irse en una misma época histórica no de berían lleva rn os sos po lít icos. Pero para ser justo s con Benja min, q uien rec hazó todas las
.1 confund ir las rea lida des de los reg ím enes m ismo s. Ta les sim ilit udes te- a proxim aci o nes q ue conciben 1.1 histor ia de l a rte co mo un d iscurso sepa r-a-
U Í;ll l m uch o q ue ver con lo q ue er a técn icamen te posibl e en ese t iempo, do, nuestr a histo r ia debería ser una histo ria polít ica, no del arre. Su co nstruc-
~. con el hecho de q ue eso s reg ímenes, co noc ien d o muy bien lo q ue los ción implicar ía arr anca r piezas del pasad o de las narra tivas trad icion ales

I
-------------------- 9fIIIf-------------- 249
LA CIUDAD CO MO M U~UO D f. E NS U ff'; O y C Al' ÁS1'1I0n:

pOi med io d e un agarre firme, brut a l" pa ra rescatarlas d e la debris de los


,,¡ ..remas d e significado cult u rales de este siglo . Im plica ría re un ir est as pie-
za!'. no en un a narrativa linea l sino en constela ciones q ue po nga n en cues-
nóu las te nde ncias poluicas d el presente. Perm itatuue ent onces sugeri r una
últuua versión de esa histo ria , q ue nos lleva rá de vu elta a la ciudad, al
mundo d e ensueño }' ;1 la catástrofe.

v
Definid O/les tic conceptos históricos [undamenta les:
la últáslm(e: 'Mb", JeSdprovec/Jlldu la oportunidad,
el instante (TÍfico: el status quo· ame na za permanecer;
el progreso. 1J primera medida revo íucíonaria.
W,uTER B U 'l.'I..\ ll " (N 10, 2 , p. 477).

En la d écad a de 1930, Sta lin ini ció la construcción d el metro d e M osc ú,


un lo gro tecno ló gico not a ble que era también u na inm ensa Ico no gra fía I
tll' l pod er. Conec tando ca d a ba rr io de la ciudad, fre sco en el verano y
tem plad o en el invierno, lo suficienteme nte p ro fundo com o pa ra o frecer I II
refugio a tod a la po bla ció n u rbana en caso de a ta q ue aé reo, el sis te ma
de tr enes subte rráneos de M o sc ú era a rq uitec tu ra pa lacie ga pa r a la cia- Fig. J8: Aiex ei Shchllsev.
se t rabaja do ra. Cada estación era un am biente tota l, que combin aba a r- estación de metro Komsom olskaya. Moscú. J95 2. 1

q ui rcct ur u, mo saicos }' esc ultura, d iseña da temátic amente r ejecu ta da 1


es t éticamente pa ra representa r un renta: la Revolu rsi¡ Plo sc ha d . con sus
n-lic ves esc ul pid os d e val cnr ia revoluc io nar ¡o. la magnífica Prospc k r Mi-
rn, co n sus ba jo rre lieve s de esc en as agr ícol as; la Stantsia M a ya ko vski exc epto q ue se la at r avesa ba di st ra íd a me nte , siem pre mo vién d os e co n, a
\
"nrt dcco" , con sus mosa ico s de ciclo y nu bes, má qu inas vola do ras y tr avés de o co ntra la mu ltitud, en c am ino hac ia a lg ún o tro lugar. Lo s crí- i

hombres voladores en el ciel o ( ,lS O ; y la sunt uo sa , zaresca, decoración t icos ha n esc r ito q ue el mu ndo ma rav illo so del metro de M o scú era u na
de la Sranrsia Komsom ols kaya, con sus mosaicos de héro es na ci o nal es ilu sió n, q ue d isf raz aba el fr acaso d el soc ialis m o en la super ficie . H an I
nrcrénros . Esto cru , en ver dad, d ecor ac ión d e int eriores pa ra la s mas as . critica do su estilo com o un a a bd icación del esti lo modernista y un re-
y .~i w les pr egunta a los resi den tes d e M o sc ú por su s e xpe r ienc ias in- to rno a l a est ét ica p re rrevo luei o nar ia . Han a p u ntado que esa s for m as I
f.m ulo s d e este ex rraordinano metro, contarán que era un lug ar mág ico, ar q uitect ó nica s int erp ela ba n a l sujeto musivo, d esechand o a l in div id uo
comp.rrnble a un pa rq ue rcm.i nco d e Disney, exce p to que entrar cos t a- co mo insig nifica n te. Sin d ud a los cr íticos t ienen razón. Pero p reci sa -
h.1 sólo u nos poco s c ópccs y que sus múltiples fan tasmagorías in ter venía n mente porque est as cas as d e ens ueño socia listas ingr esa ron en la fa nt a -
h.rhi nm lmcnrc en la vid a coti d ia na; com pa ra ble ta m bién a u na catedra l, sía ut ópica de la ni ñe z, adquirieron fu erz a crítica, co mo recuer do, en
L A CII; IJ A V C O.\10 MUNllO IH, t .N S U F í'l " y I . AT ÁH'''''H
251
250

los ad u ltos. La gene raci ón de Gc rb achov y la ¡::fa5ll ()st creció en la Rusia


de Sta lin . Kom a r y M elami d, f!11(.m t rerribíes del m undo a rt íst ico sov ié-
t ico t ardío, pint a ro n una ser ie de im ágen es pa ród ica s d e Stal in en ex tre -
mo sacrílegas, pero tam bién .nnbivalentes, co mo su pintura de un est a n-
darte rojo con el esl ogan: " Gr acias, Ca ma rad a Stal in, po r nuestra ni ñez
feliz". En est e men saj e ha y nust ;llgi:l• .lsí como ram hicn bur la. nost algia
por un mundo q Ul' 111m: ' q ue ver.
La gener ación de art istas de la gl'1S1/llst volvió b forma est ét ica de la
revolución cont ra su con teni do. Parodia ndo la iconografía de la uropia de
la prod ucció n, la pintura de Alcxci Sund ukov La (ila ut iliza la diagonal
pa ra represen tar no las l11.lS.lS traba jando como prod ucto ras de la his to r ia
mund ial, sino las masas esperando como co nsuruidorec, sin rost ro, pasivos,
soportando la historia como t iempo vado . 1..1 brecha entre la pro mesa utó...

__.
pica, creída por los niños, y 1:1 acruahdad distó pic3, q ue experiment an

-..... como adul t os, puede en verda d gene rar una fuerza para el despert a r co-

......
....
_
". •=-~
.•. .
~-=-==
~=-..~- --_. -
~--=-
lect ivo . Éste es el mo mento del desencanto, de reco noc er el sueño como
sueñ o. Pero el despe rt ar político exige algo má s. Exig e la " redenció n " de
los des eos colect ivos que el sueño socia lista expres ó antes de que se su-
merja n en el incon sciente co mo olvidados. Esta redención es la ta rea de la
interp ret ación de sueñ os.

VI

La im age n co lect iva de la ciud ad como espacio utóp ico fue sacud ida
de mane ra Iu ndamenm l en la Segunda Gu er ra po r los ca t as t róficos
a t aq ue s aé reos q ue ranr as ciud ad es sufr ieron. Sin duda , las ciu dades en
t odo el m und o h an seguido atr ayendo inmigr::lll tes en n úme ro s cada
vez m ayo res, lleva dos po r 101 pr om esa de n-ahajo y po r sueñ os de co n-
su mo. Pe ro una crmtru t cnden cia es cnda vez má s evident e: los sue ños
se estén divorciando lid espa cio de la cimb el. El pla neamiento urba no
recrcnre ha esta do má s com pr o!11ctl do con lo seg uridad contra el cri -
me n que con mo nta r fau rasmagor fas para el deleite de las masas . Los
cent ros com erci a les como alm rcs del con sumo se han despegado del
FiK· 19 Y20 ; Arriba: /'óster pa ra Novii .\1ir (Nuevo ~[ u nd o ) , 1927. paisaje ur ba no y pu eden ser rcs iru cdos en cu alquier parte. Mi entra s
Aba jo: A lex ei SllIldllkotl, La fila, 1986. que la im agen de ensue ño del a uto móvil es a ho ra em pa ña da por la
lH L A CI U D fl D C O ~ I(> M UN DO D r , ~N~U f,Ñ" y C A T A sT I'O FE 2B

concie nci a gr .l ve de 1,IS real idades eco lógicas, la mco r poracióu a este masivas de im ágenes, no de objetos. El diseño cuenta a hora más que n un-
mod o ind iv idu a list a del t ra nsporte m asiv o fue d e~ a~ t r o~ 'l me nr e des- ca, sumi nistr and o a las mer can cías una identi dad nacion a l o corp cruriva
rr ucri va pa ra el es pac io ur ban o . que camufl a las realidades ciispl'rs,ls r glo haks de 1<1 pro ducci ón. Míen-
D ur a nte 1;1 G lIerr ;\ Fría, cua ndo el Este y O ccide nte co mp etían por la tras las ciudades reales desa pa recen. b imagen de la ciuda d ga na en
lealtad de 1;1S m.1Sa S, h,l bí,l un a mrmvariún ta mo polít ica co mo ccnnó- at ra ct ivo me rca nt il. Co mo un eco de 1;1 dema nd a de una ut o p ía social,
mica de trás de la promoción occide ntal de los sueñ es de consum o. En co mo u n espe jismo de la existencia del deseo co lect ivo , la imagen de la
los a ños ci ncu cn rn, la "cultura del hog ar" fue mer ca ntilizada y " maqui- ciuda d e ntra en el pa isa je do més tico.
nas para vivir" fue la respuesta capi tnlisra a la reco nci liación de la in- La arquitectura posmod cr nc esta ba co mp ro metida inici almente con
dus ma y la vida d omésricn. Ahora q ue la G uerr a fr ía ha renni nado, no el mejora mien to de las ciudades co mo es pacios soci ales. Pero el clima
es[á claro si las clases rrab.tjad oras en estos países con tinuarán siendo económ ico y po lít ico no era fav ora ble a la reforma ur ba na . Ma s bien, la
seducidas por 1;, z.anahru-ia del co nsumismo merca ntil. La producc ión ma ner a accidental en quv 1.1S ciudades evoluciona ban fue tran s fo rmada
pa ra exporrución es el modelo del éxiro de las compañías ca p i(,aJi~tas, e n un a virrud pc smod em a, justi ficá ndose as¡ 1;\ ausencia de t oda pol ín-
que amenaza con volver obsolero el princ ipio éordista de po ner dólares ca de ur ba nización . El est ilo se ha vue lto ecléct ico, una mezcl a de fo r-
en los bo lsillos de lo s t raba jad ores pa ra ac rece n ta r la dem an da inte rna. mas neo, po st r ret ro que n iegan su resp onsa bilida d con respecto a la
En la obra Neu/ H OOl't!rS (l98 1-19 l{6), de ] eH Koo n, los objetos de la h isto r ia pr esente. R eproducen la ima gen de ensueño, pero rec hazan el
"buena vid a" ya han pasado a ser pieza de m useo. En res puesta a las sue ño. En esta é pIK.1 cínica del ~fin de la historia", los adul tos no son
hu elgas de tra ba ja do res de finales d.. . los sesen ta, Fiar intr odu jo la pr o- ta n ton tos co mo para c reer en utopios sociales de cu a lqu ier cl ase. sean
du cción ro bót ica. Veint itr és mil ob re ros perdie ron sus t ra ba jos , pero la las de la prod ucci ón (J la!. del consumo. La fa llt;lsia utóp ica está en CU ;l -
Fia r se benefició rec upe rando su pos ició n en el mercado mu nd ia l. Por rentena , co ntenid a dent ro de LIs fron te ras de los parques tem .íncos y los
pr imera vez en la historia del capita lismo, el modelo pa ra ac rece nta r las cotos t uríst icos. como un a nima l .unenazadc ecológicamenre pe ro no
ga na ncias es situa r ;1 las personas (llera del traba jo, en la med ida en q ue po r eso menos pel igroso. Cuand o se le permite alguna expresi ón, as ume
la " ae rod inamización ", un t érmino utilizado an ta ño pa ra la est ilizac ión la a pa r iencia de juguetes infan nlcs - nu n en el Caso de o bjet os so fistica-
lid a ut omóvil, ha de....e nido el lema de la reorga nizació n corpora t iva. dos- co mo pa ra pr obar que las 1It0píM, de l espacio soci al ya no pueden
Los tr aba jad ores mismos son prescin d ibles. Y ramhié n lo son las ciu- ser to mad as e n se rio; so n em prcudimicn ros comerciales. nada más. Ben-
dades que ha bitan. Los mov imientos po líticos ur banos rad icales de los [amin lllsist ía : "Te nemos que despe rta r de la ex istencia de nuestros pa-
sete nta fracasaron, no porq ue ha yan sido mca pnces de toma r el po de r en dres" (L. r., p . 992). Per o ¿qué puede exigirse de una gene ración, si sus
[as ciudades, sino porq ut' el po der q ue co ma ha ya no es tall;l ,l Uí. El in- pa dres n un ca so ñaron?
tent o de revitalizar la ciudad co mo esfera pública tuv o lun ar cxacr am cn -
te cuan do el pod er -cconúmico , po lítico y cultur al- lD AH:sa ha en 1" gl'O-
gra fí:l desterrito r ializad:l >' glob al dC'1 ciber espac¡o. En ta nt o e.s trucrum
de poder, la red conectora del es pacio urbano está volviéndose o bsolet a
debido a !:J oS "a utopistas de informac ión" de la cOlllullic;:¡ci ón elect rón ica.
Los sue ños tam bién ha n entrado en este espacio electrónico . Tamb i én );IS
f.mtnslas de los niños residen allí. Es mris pr oba ble qu e los niños de hoy
se pierd an en un la ber into de imá genes medi.i ricas qu e en U Il la ber into dl'
ca lles de ciud ad. Los medios elect rónicos proporcionan rep rod ucciones
4

Imaginando el capital: la economía política en exhibición

Está n observan do, en un nivel micro , las rela cio nes soc ia les de una nueva
• época ind ustrial [Fig. 1). La imagen es un "sociogr ama", un di agrama de
las int era ccio nes que se prod ucen entre profesores universitarios y estu -
dia nt es cuando se fecunda n en una po linizació n cruzada con hombres de
ind ustria en un centro de investigación ind ustria l un iversit ario. la pen e-
tración , simila r a la del semen, muestra una intervenció n ad ministrativa

". • •
."

·Ú · .. O · .. ··..
g ,g
O,..•·· G " "" '.,.-_.

Fig. 1: Sec íograma de relaciones para el cell t ro UICR B.


De j. D. Eueland, Cornmunicarion Nerwurks in University/lnd ustry
Coopcraeive Rcscnrch Centers. 1985.
2 S6 S lJSAN BlIU(-Mo l\sS IMA GINAN D O E L C A P I TAL 257

mín ima en un embrión de invcsng ación y desarrollo en ciernes. E ~ en estas


institucion es info rmales y no jer árq uicas donde una nov ís im a progenie de
capita listas dep osita sus espe ranzas. Han cruzado la "segunda d ivisor ia
indust rial", una reestruct ur aci ón del capitalismo car acterizada por la pro-
ducción descent raliza da y por tecnologías trans formadas de especializa-
ción flexible, recnologias q ue imponen una estra tegia co mpetit iva de inno-
vación permane nte; de _lllí la necesidad de prom over nuevas ideas y de
mantener en gestación su potenci al para la oh renc ión de ganancias en el
dom inio pat en tado de las compañías privadas.'
Estos grupos prod uctor es de idt:,ls esr.in entrampados en redes gle ba-
-
les que, de acuerdo CO Il el secretario de Traba jo de los Estados Unidos,
Ro berr Reich, acoge n con entusiasmo a aproximad amente un qu into de la
po blación est adou nidense en la economía gl~bal con pers pect ivas de un
futuro próspero , pero amenaza n con deja r a gr3n parte de la fuerza de tr a-
bajo de la na ción a la intemperie.!
Para te ne r una idea de cuá n ra dica l es esta reest ru ctu rac ión, co mp á- Fig. 2: I~ f!stm ctll ra jer árquica b ásica de L1 empresa de negocios moderna
rese su am orfo soc iograma con el modelo clásico de la co mpañ ía cor po- {ca da caja repres en ta una oficina). Alfred C},atuilt'r. The Visible Hand;
rativa que donuna ba el paisaje económico has ta hace dos d écadas lFig.l). The Managerial Revolurion in Amer ican Business, 1977.
Esta fo rma data del cam bio de siglo pas ado (la " pri mera d iviso ria in-
d ustria l" ) cuando la maquina ria de proceso con tinuo inició la produc-
ción masiva de bienes estand arizados, llevando a eco nomías de escala miles de t ra bajado res, y cuyas o per aciones intern as estaban protegidas
que rrans fo nna ron el sistema primitivo de com paiiías familiares en el de la co mpete ncia. Cada unidad estaba administ rada por una jerarq uía
ca pita lismo "corporat ivo" o "g erencia l",l: corporac ion es gigantescas, de de ejecutivos asa lariados, los cua les, dado que la vigila ncia y la coo rdi -
pro piedad anón ima, que con sta ban de cientos de unidades operativas y nación co nstituía n su ta rea pr incip al, so n desde hace poco vulne ra bles
a l ree mplazo por com puta doras, en ta nto las compañí as en d escompo -
sición se esfuerza n por reco rt ar sus jera rquías y po r convertir la "g ras a "
1. Ver ld id l,ll:1 J. Piorc y Cha rles 1', Sabel. The Secrmd lnductrial Dil'id.:: P{/ssif,¡·
iities for Prosll.:rity, N ueva Yo rk, 191':4 , gerencia l en beneficio s.
2. ver Rohcrt 1\, Rcich, Ttrc Wurk «[ Natíuus : j'n ,parillg Ourse flles (UI· -H¡'('lIty- Cuan do las cor poraciones gigant escas tenían la supr emacía, sus más al-
Hrst c.:"fl llfr)' Capit ,lI isfll , Nuev a Yo rk, 199 1. De ;'lqlJí en adelan te " br n üd o r o mo tos ejecuti vos, "estadistas corporativos", estab an cerca del pod er político.
\VN. Los argumentos .le Reich >U Jl controvert ido, ent re los economix r.u , muehu, de
lo, CII"Ir S son rrílieo, de '1I rrnb.ijo, pero ' 11 posición de nlro r.lIlgn en 1.1 adminis-
En 1953, Charles Erwin "E ngine Char lie'' Wilson, presidente de la compa-
t ractón Clint on los avala. ñía industrial más grande del mundo, Genera l Moto rs (su producción era
3, Par.l una histori a cconóruic.i de lu iustirución de la cOlllp"ñb estadouniden se equivalente a tod o el PBN de Italia), alegó que no representab a ningún con-
y la transfonn aclón al "capitalismo gerencial", ver Alfrcd D, Chandlc r; .fr., Thc Visible
Hand: T/¡ e M <lIl<lgerial R('/)vl"lioll in AlllerÚ"ml Business, Cam bridg e, Mns xochuserrs,
flicto de intereses convertirse en el secretario de Defensa de Eisenhower :
1977 . Para \l1l,1 histmil social y polinca de la mism,¡ trunsformarion 1,1) "cnpir.rlis- "No puedo co ncebi r ni un solo co nflicto po rqu e du ra nt e añ os pensé que
rno cor pn mnvo "}, va Mcrtin J. Skla r, Tb e Corpo ral" Reconst ruct ion 1)( Anunican 10 que era bueno pa ra nuest ro paí s era huerto para General Motors, y vi-
C1íJJt,llism 1890· 191 ó: 1'1>,. ,\tn-kn, Ih ,. I ,,/U', and /'olil les, Nueva York , 19 XI': .
ceversa " (citado en \VN . p. 4 8).

I
Su SAN B UC K-.\I O RSS IMAG I!"AND O ~l C A P IT A L 2,<;9

, ~_ . ~
g...,..¡ ~....
Itl'~w. \.: 0 _po.
........
X 03.
respect a al ca pita lismo, ta l como lo han seña lado los "teóricos de la con-
vergencia", la regula ción guberna me ntal de (a indu str ia, la pro tecció n d el
, ( 1... _ "11l1'li).
tr a baj o y los programas de as istencia socia l, todos deviniero n princip ios
~
est a blecidos de los estados occide ntales, refleja ndo aspectos significat ivos
de la t radición socia lista . Pero no era la similit ud en las formas (Fig. 3) si-
no el flu jo del po der, r de los bienes, lo qu e contab a. n ado que er a n los
propiet ari os de los medios de prod ucción, los ca pita listas no tenían nece-
sida d d e co ntro lar el producto . M ient ras que en el capita lismo el pod er
era con secuencia de la d istri bución de los bienes, en el soc ialismo soviét i-
co la d istribución de los bienes era consecuencia del poder. Los bienes
fluía n fuera de las jera rq uías de las co rporacio nes capita lista s ha cia un
me rcad o anó nimo de consum idores; fluían hac ia la jer a rqu ía del Pa rtido
Comun ista des de product ores para los cu ales su rela ción personal con el
Partido determinab a su poder de con su mo.
Es la despersonalizació n del intercam bio en la sociedad ca pitalista lo
que de spolitiza el po der econó mico, sin Im portar cuá n ce rca no s pued an
Fig. 3; Esqu em a general de la organización del ü :mse;o Supremo de
Economía Nacional, de The Russia n Economisr, enero de 1921 .
estar los ca pitalistas y los po líticos. El pu nto de interc am bio me rcant il es
aquel en que se a nula la comu nidad social. M arx ap unt ó en los Grundrisse
que en las soc ieda des tr adicionales el inte rca m bio sucedía en el lími te en -
Al mismo tiem po, todo dep endí a de conser va r separadas esta s unida- tr e comunidad es; cons idera da bajo esta lu z, sost en ía, la soci edad capita -
des. Ésta era la ép oca de la Guerra Fría, c uand o la vida en el planeta pen- lista es "an nsocie!". ' George Simmel contest ó más t arde en La filosofía
día literalmente de un hilo : del pro blema de có mo se relacio na ban el go - del dinero que la exper iencia vivida de esta pérdid a de la com uni da d era
bierno y la econo mía." Por supuesto, Lcnin ha hía ado ptado a l por ma yo r liber ad ora porq ue el intercam bio m o net ano esta blece lím ites a la obli-
la estructura discip linante del capit alismo co rporativo - formas jerá rq ui- gac ión mutu a , limi t an do así la s exigencias de la socieda d so bre el indi -
cas, " gerenciarnienro científico " ra ylcri sra, produ cción en serie- y los viduo . 6 Ba jo el ca pit ali smo, sin im po rtar cuá n burocr ática sea su orga-
só viets fueron ent usias tas temprano s de los pr incipios fordis ras. En lo q ue nización, ta les puntos de ind ife re ncia del me rcado, y por consig uiente de
libertad ind ivid ual , son pr oduc tivas del tejido mi smo de la sociedad . En
contraste, bajo el soc ia lismo sov iético, la deuda del ind ividuo e ra " infi-
4. " Para aseg urarnos cont ra cualq uier retorno a los controles de tiempos de gue- nita ", au n, e n verdad especialment e, pa ra los miem bro s del Pa rt ido . Da-
rra o cont ra las seducc iones del estatismo y el comunismo, la conumidad de negocios do q ue se con ceb ía el interca mbio soc ial sim bólic o -obligacíó n soc ial )'
norteam ericana lanzó a mediados de siglo tina campaña de relac iones públicas vigo-
rosa pro mocionando las maravillas del sistema de beneficios. Gene ral Mor or s prod u-
jo un largomen sje de Hollywood en el que ejemplificaba las ventajas del capitalismo
nortea merica no. Carteles de an uncios en exteriores, erigidos po r el Consejo Publici- 5. Ver KarJ M arx , Eleme nt os [undantenta les para !II crítica de la econom ía po-
tar io, proc lama ban los beneficios de la lilJre empresa }' los males del planeamienro lítica (G rund riHe) 1857- J 858, Buenos Aires, Siglo XX I, 197 1.
gubernamental " , WN, p. 43. En 1953, el presiden te del Co nsejo de Co nsejeros Eco- 6 . Ver Geo rge Simmel, Tñ e Phi/oSQphy of Moner , tr ad. de To m Borromore }'
nómicos de Eisenhowcr declaró q ue el " pro pósito último" de la econ o mía nor teame- Dav id Pnsby, Lo nd res, 1978. luad . esp .: Úl filosofía del dmero, Madrid, lnsnturo
noma era " prod ucir má s bienes de co nsumo", citado en WN , p. 45. de Estud ios Po liticos, 1997. :-.l. del T.]
260 SUSA N BIJCK· M o nss IMAGIN ANDO ei, CAPITAL 26 1

sac r ificio- como ilimitado, se lo rransformaha en "una tecnolog ía mo ns- m undial t iene n la t ent aci ón de af loja r los lazo s de lealtad nacion al y, al
t ruos a de d o m i n a Cl ó n " . ~ ha cerl o, descon ectarse de sus conciu da da nos menos fa vo recidos " ( WN,
¿Qu ién puede dudar de que dura nte la Guerra Fr ía el ca pit alismo de- p. 3). Cuando los miem bros de una sociedad se vuelven co nscien tes de
most ró se r super io r en el suministro de bienes ? Los a ños 1945-1979 que "'(...) ya no ha bitan la misma eco nomía " (WN. p. 30 3 ), tienen la ten -
"I ...) fueron testigos del crecimiento económico más dra mát ico y exten- tac ió n de reconsidera r lo qu e se deben los unos a los o tr os. Este pr oceso
se mente co mpartid o de la histo ria de la huma nidad " ( WN , p. 64 ). Dado suscita el peligro no sól o de una cr is is de legit imació n del est ado de bie-
el cr ite r io de a bunda ncia en el consu mo, los norteame ric a nos c reye ron nesta r (ver el tempran o H a berm as, Claus O ffe y Michael J. L. O ' Connor)
Fácilmen te q ue el inter és público era sinóni mo de crecirnienro de las gra n- sino t ambién de una c ris is más profunda en la constitució n SO Cia l , por-
des compa ñías. Las corpora cio nes estado unidenses y sus subsidia rias in- qu e cuest iona la definición de lo co lect ivo , la idea del "p ueblo nortea me-
tern acion a les dom ina ba n el m undo " libre" . Sin em bargo, da do que en rica no " e n sí m isma.
a parienc ia este nuevo im perial ismo no era polít ico ,' el princi pio orga ni-
zador m und ial de los estados-nación permitió la visión aliviado ra, por
comprensib le, d e q ue los cuerpos po lít ico s ehaban en lazado s por el des- 11
ti no econ ómi co , todos "en el mismo gran bar co , lla mad o econo mía na-
cional" y compit iendo co n otras economías n acion ale s "e n una rega ta Si bie n pu ede ser prematuro decir que esta situ ación marca el fin de una
m und ial" . Est a visión, sos tiene Reich, ahora es simplemente " incorrecta " era, al menos nos vuelve conscient es de la especificid ad his t ór ica de una
(WN , pp. 4-5 ). Deb ido a la enor me fuerza centrífuga de la economía g!o- visión part icular de la sociedad, una que. como pa rte de la mod ern ida d
bnl, no ex ist e un desti ne económico co mp artido que esta blezca los t ér- occide ntal, ha sido durante mucho tiem po presup uest a irreflex ivam ent e.
rumos pa ra un " Ac uerdo Nac ion al" ent re empresas, gob ierno e intereses En efect o, esta visión ha sido siemp re empa ñada por la línea borr os a que
la bo rales: " (.. . ) ni la renta bilida d de las co rporacio nes de un a na ción, ni sepa ra definicione s polític as y eco nó micas; el pro blema no es ta n nuevo
el é xito de sus inverso res mejora necesa r ia mente la ca lidad de vida de la como Reich da a ente nde r. En un t iempo en que est á resurgiendo el lega-
ma yoría de sus ciudada nos" ( \ttN, p. 8) . do am bivalente del na ciona lismo étn ico, con frecuencia precisam ent e en-
El cuer po polí tico norteamenca no, sos tien e Reich, se ha des pegado de tre aq uellos gru pos que son de jados atrás p o r la llueva economía gl o b al,
la economía nortea mer icana (irónica mente, justo c ua ndo las soc iedades vale la pena enfa tizar qu e no fue so bre la noción política de nacionalismo
pc stsocia hsras ha n sido exho rt adas a ado pta r su mo delo): «(. •. ) en tan. sino sob re [a noción econó mica de un colect ivo basado e n el intercam bio
t e las fro nteras t ienen cada vez menos sent ido en té r minos econó micos , despe rsonalizado de bienes que, histór ica mente, desca nsó la tr adición li-
aq uellos ciud ad ano s mej or po sicionados pa ra prosperar en el me rcad o ber al-democr ática. Esta base ha sido siem pre potencialmente incstahl c.
La pro posición de que el inte rca mbio de bienes, más qu e señalar (·1
7, lvaylo Dirchev, "Epir uph for Sacrifice, Epiraph for th e Left" (de próxima pu - borde de la comunidad , es ca pa z d e fun cionar como el fun d am ento d I,' [;1
blicación) : " De acuerdo con h\ doc trina oficial de la era Stalin , la generación actual vida co lect iva necesit aba del descubrim iento de qu e en el cue rpo políuc o
tenía que ser sacrificada por la venider a l... ) (Un miembro del Part ido esta ba] iH{i.
nítamente en deud a (... ) pr epurudo (.. .) en cua lquier mo mento para orga nizar, pa-
existe alg o como la "econom ía", 9 Este descubri mien to puede rastrv.u's v
ra poner 0 1 pr.ic nca, para generar entusiasmo, p ara ser la vangua rd ia y el model o h asta un sit io histórico pa rt icul a r: Europa, específic amente lug l.u er ru }'
del resto [:1 (.. ,) mod esto (.. ,) 'c olectivista' ( ..) [sin] privac idcd y ego ísmo ".
~ , Si n embargo, tal corno apunta Reich, no era una "] ...) rueracoincidcuciu que
la C IA descubriera conspiraciones com unista" allí donde las corporaciones medul.t- 9. Antes de esto, eltérminn economía significaba simplemente Cllcl1l;IS dOI\\I'\ II<";I \,
res de Nor reaméeica poseían , o deseaban poseer, explotaciones sustanciales .k re- derivado de oikos y Homos, las antiguas palabras griegas para lllljo::lr y I"r, ,l plj{'.h l"
curses na tur ales " ( WN, p. 64). par a el presupuesto familiar y nacional. La entrada "Economí a (111Or,\I )' p"lill\ ,d" ti,·
261 SU 5AN Bu c s -M o xss ( M AG ¡ :-': A N DO EL C AP ITA L 26 3

Francia, d ura nte la Ilust ración del siglo X V I II. La economía, c ua ndo fue mient ras inrerc a rnbia han bie nes y u-a ba jo a lo la rgo del tiempo . Lo qu e
descu bierta , ya era ca pitalismo, así que la desc ripc ión de uno conlleva ba era ún ico allí era la re present ación orgán ica de esos sec tores corno un
la desc r ipción de la ot ra. 10 todo entrelaza do y a utorre prod ucnv o. Quesna y escrib ió a su a migo
El descu brim iento de la economía Fue ta mbién su Invención . Tal como M irabeau: " (.. . ) el zigzag, ent end ido cor rec ta mente, supr ime toda una
nos ha ense ñado Fo uca ulr, y los neoka ntia no s m ucho a ntes que él. cada serie de de talles y trae ante t us o jos ciertas idea s ínt imame nt e entrete -
. . a crea su o b
nueva cienci " La gran maravilla es q ue una vez que un
jeto. jida s q ue a l int elect o por sí solo le ha bría costado m ucho ente nder,
objeto cient ífico es " desc ubierto" (inventado), éste ad q uiere ca pacidad de acla ra r y reco nci liar por med io del d iscur so " .l" El cuadro econ ómico
acción. Ahora se ve a la econom ía actu ando en el mu ndo ; ca usa sucesos , te n ía seis va r ia ntes, cada una most ra ba los efect os qu e una políti ca pa r-
cre a efectos. D ado q ue la economía no es encon t rada co mo o bjeto em pí- t icu la r o una prá ctica soci al tenía n sobre la ci rc ulación (por ejem p lo,
rico entre otra s cosas mundanas, pa ra qu e sea " vista " por el a pa rato per - va r iante iii: gasto en "excesos y lujo" ; iv: . . efectos rá pidos " de los im-
ceptua l hu mano tiene que atr a vesa r un proceso, crucial pa ra la ciencia, de pu estos por ad ela ntado ; v: decadencia de 1.1 producción agr ícola; vi:
map eo represenracioual. Se trat a de una duplicació n, pero con una dife- "los efe ctos destructivos de! tri buto" cu ando " est á sobrecargado por
renc ia; el mapa cambia e! pun to de vist a para q'ue los observadores pue- lo s car gos admin istrativos" ).
dan ver e! todo como si estu viera n afuera , de un mod o que les perm ite, Es significativo q ue, al igua l que mu ch os eco nomi stas po líticos tem-
desde un a posición interior especí fica, encontr ar su ru m bo. Los ma pa s de pr anos, Quesnay haya sido ed ucado co mo médico. u La circu lación de r i-
navegación era n prototíp icos; el mape o de la econom ía fue un efec to no queza era pa ra él la sa via de la socie dad. Ha bla un precedente med ieval pa-
bu scado de es ta t écnica.P ra esta me táfora. Aun a ntes de las teorías fisiológicas de \ViHia m Harvey
El fisióc ra ta fra ncés Fra ncois Quesnay proporcionó el p rimero de del siglo x vu , era co m ún la desc ripción del di ner o "circu la ndo " a travé s
es tos mapas e n 17 58 (Fig. 4 ).0 Su "cua dro económ ico" de la socied ad del "cuerpo po lítico " . T homas H obbes ha bla ba del dine ro como sa ngre;
("Ta blea u Éco nom iq ue " ) t raza ba la int erdepe ndencia de tres sec to res e n el ca so de T ho mas M un el d inero era la "grasa" que de bía se r regu·
in reracruantes de la econo mía -l ab ra do res, ter ra ten ien tes y a r tesan os- lada pa ra q ue es te cuer po no se vo lviera ni mu y gr ueso ni muy magro.
Pero si la idea de un a economía polít ica fue, de hecho, un desce nd ien te
la EncyclvpéJie, escrita po r Rou sscau en 1755, distingue entre econo mía general, o
" política" , y econom ía do méstica, o " privada". Ver jean j acques Rousseau, " Econo-
rrueou Oecnnomie (Morale el Pcluique)" , en Encyclopédie, ()U Jictionnaire raisonné admi rac ió n senlimental por la vida 'na rural' entre los indios ame ricanos, a la cua l
des scirncts. des ans , et des m étiers, ed. Denis Dideror y jean d' Alembe rt, 18 vols., Pa- Rou ss eau había prendido fuego (. .. ) Antes de que pasa ra m ucho tiem po se los lla -
rís, 175 1-1752, 5: 337- 349. Q uesnay tam bién co labor ó en la EncyrlopM ie. mó fisióceatas o adic to s al gob ierno de la natu raleza", Alfred Ma rshall, Principies
10. Esto po dría autorizar la posición de qu e no hay econo mía excepto la capi¡ al i~la uf Econumics, 2 vols., 1890, Londres, 1961 , 1:756 n. 2; en ad elan te abreviado co-
[aunque este último térm ino tuvo que esperar un siglo para su propio descubrimiento, mo PE. La. propia visión de M arshall era. m ucho menos " sentimental": las tri bus
cuando fue acuñado po r les socialistas para estigmatizar el sistema econó mico prevale- "salvajes" habían demo strad o se r M(.•.) incap aces de ap licarse dura nte lar go tiem po
cienre), H e tenid o recientement e discusiones con intelectua les ruso s que sost ienen qu e al trab ajo continuo "; " (... ) no parece ha be r razón para dudar de que casi lodos los
el sistema soviético no tenía economía en el sent ido modern o del términ o . principa les pioneros de l prog reso hall sido arios" , PE, 1:723, 724.
11. Ver Louis D nmont, From Mandcvl/le lO Marx: Thc Genesis and T n llm ph 14 . Ci tado en D avid M cNally, I' o/itical ECOllomy anJ the Rise of Capitaíism . A
uf Economic ldl!ology, Chicago, 1977 : "Debería se r ob vio que no hay nada CO\l\ O Reinterpretatíon, Berkeley, 19l18, p . 110 . En adel ant e abre viado como Re .
una economía allf afuera, a me nos que y hast a qu e los hombres co nst ruy an un o h- 15. Qu csna v fue a Versal!es C{)11l0 médico del Marqués de Pompadou r }' fue
jeto tal", p . 24 . pro m ovido en 17 55 (a la edad de 6 1) a le premier medecín crd inaire del rey. Sir
12. Ver Edward R. Tuftc, Tbe Visual Display of Q uanti tative /nfo rrn atimr W illia m Pet ty, j oh n Lo cke y Nicholas Burbon {uut ur de A D rsc oe rse of Traj e,
Ch eshire, Conn., 1911 3. ' 1690 ) fuero n todos educados en medicin a . Pctry estudió ana to mí a en H olanda y
13. El t érmi no fisiocracia significa " go bierno de la naturaleza " . Alfred M arshall m ás t arde escribió The ['o/itieal AniHom y of íreíand. Locke se inco rporó a la ca sa
de termi nó el o rigen Jet t érmino en la ley estoica del im peri o ro mano tard ío y en "la del Con de de Shafrc sb ury como médico.
264
S US AN B UC K- M o ll s S I M AG I N " N D O El CAP ITA L 265

di rec to de es ta co nce pción feuda l, e ntonces la or iginal ida d de la teoría fi-


) .. TAI}LEAU E CONONIQUE . siocrá tica so bresale de man era más cla ra.

La di ferencia del esquema de Q uesnay residía en qu e da ba cuenta de la


genera ción de la riq ueza así como de su circulación. Los ter ratenientes ade-
la nta ban capita l a los otros dos sectores, pero en este mo delo capita lista
agra r io só lo los labriegos [o devo lvían (a los ter ra tenientes] co n un exce-
denrc . En co ntr as te, el adelanto an ual a los artes a nos por pa rte de los te-
rraten ientes era devuelto sin adición . Sus gasto s eran improductivos -en
té rminos de Q ues na y, y la metá fora es import a nte, "estér iles,,- .16 Q uesna y
se ins pi ra ba en la desc r ipción de Sir William Pett y de la tierra com o madre
de la riq ueza y del tr a bajo que la cultivab a como el pad re. Admirado r de l
ca pit alismo agra rio de Ingla terr a, dond e la agricultura científica tenía sus
resultad os visib les en un crecimiento de la pro speridad general.V concor-
da ba co n los seguido res de Peny en que si la ma ter ia era fértil, el tra ba jo
prudente del labrado r le aportaba forma. Ju nto s, la mat er ia y el trabajo
aport a han co n cada nuevo a ño un visible excedente o producto net o (pro-
duit uet ) com o superá vit de lo que había existido con anter ior ida d. Co nse-
cuen teme nte, la po stulación de lo que llama ré el "esquema de fert ilidad "
de Qucsna y es precisa mente lo que hizo posi ble la rupt ura con los teóricos
mas. tempranos dela e a rioueza."
nqueza.

16. I\H s pr ecisamente, los terratenientes eran la da sse distrihutive, los labrado-
res eran la cíasse praductiue y todos nque ños ded icados a ocup aciones no agrícolas
eran la classe sterile.
17. Como resultado del movim iento de cercamiento s del siglo XVII, el cutuvo
de lo s campesinos había sido en gran medida reemplazado por lat ifundios, admi-
mst ra dos corno empres as capitalistas . Los terratenientes con tr atab an rrabajadun-v
a grícola s pa ra que tr abajaran en sus grandes pro p iedades con el o bjeto de mejora r
.... la p roducción para ob tener be neficios comerciales. "La prop orci ón entre los pro-
d uelos agríc olas sin proce sar y las export acio nes manufacturadas inglesas creció
d esde el 4 ,6 por cient o en 1700 al 11,8 po r cier no en 1725 y al 22.2 por ciento ... n
1750 ." La agricultu ra inglesa " (...) oto rgab a un reto rno del 100 po r ciento ~\JJ,rt·
los pr éstamos" (R C, pp . 14, 146). La " ciencia" de Qu esna y era en r...ulidad 1111
mandato pa ra la refor ma [capitalista ] en Francia, donde la prod ucció n :Igríl"lJ1.1 ro-
da vía estaba en su mayor parle modelad a sobre el sistema' seño rial)' 1;1 producción
e ra r ompara tiv amcr ne baja .
111. " Pensa r el mrercambio co mo venre jcso para am bas pMles rcprescutó 1111
Fig. 4: " !,~bleau t.cunomique". de Prancois Qlt esnay, cambio básico y señaló el advenimiento de la economía" , Dumonr, From Mm/dl·r·/I/,·
I he Economic al Table, 1766; 1968. t u M <lrx, p. 35.
267
266 1.\ I AG I f>l A :-lD O E l C A r lT A l

Desde los comi enzos de la cont abil idad de do ble entr ada, en el norte pro duzcan los ho mbres por encrma de su consumo, más re nta bles so n pa-
de Ita lia durante el quattrc cento, la matemática co mercial ha bla presu- ra el es tado" [citado en RC, p. 107). Un siglo des pués, Ma rx le da ría cré-
puesto q ue el intercam bio era un jueg o de suma cero. rs Dad o q ue el co- d ito a Quesnay por haber visto que " (...) el luga r de nacimiento de l plus-
me rcio y el trueque involu cra ba n el inte rcambio de equ ivalentes , la mer a valo r es la esfera de la producción, no la d e la circ ulación" (citado en Re,
cir culació n en el in ter ior de un sistema nunca po día a umenta r el tamaño P. 141 ).20 Al mi sm o t iem po , en el "cuadro" que Quesnay pr opo rci onó, es-
de la tort a. La teor ía merca nt ilista co ncl uía qu e si una de las pa nes se ha- ros dos esquemas, ci rculación (flujo circu lar) y producción (el esquema de
cía más r ica a part ir del comercio, era al precio de una pér dida po r c uen- fert ilid ad ), se en laza ban el uno en el otr o en el mismo cuerpo socia l.
ta de la otra . De a llí qu e de ac uer do con j ean-B a priste Col bert , el influ- Por supuesto, incl uso los mercant ilistas tenían un "esq uema de fert ili-
yente propulsor del merca ntil ismo en el siglo XV I I, el comercio fuera una dad" . Colberr le escribió al rey fra ncés:
" (... ) per pet ua y pací fica guerra de ingenio y energía e nt re toda s las na-
cio nes" (citad o en RC, p. 73). El ob jet ivo de est a " pací fica guer ra " era En vista del hecho de tener sólo una ca ntidad con stante de plat a cir-
ob ten er ri qu eza s par a las guerr as reales, y la riqueza q ue conta ba era el culando en to da Europ a, aument ada de tiempo en tiem po po r aq uella
d inero . Según Co lbert , " I...) to dos acuerda n-en qu e el po derío y la gran- que llega de las Indias occidenta les, es seguro y demost rab le que si só-
deza de un esta do se mide enter a me nte por la ca nt idad de p lata que po - lo hay 150 millones de libras de plata en pública circulación, uno sólo
see" (cita do en WN , p. 14) . El " Pequeño libro de cont a bilida d dom ésri- puede tener éxito en aumentarla en 20, 30 y 50 millones si al mismo
ca " de Quesnay, ta l como él lo llam aba , era un intento de co nvence r a l tiempo lino rem ueve la misma cantidad de estados vecíncs."
rey franc és de q ue el razonamient o me rca nt ilista era incorrecto. En su
ensa yo pa ra la ent ra da de " Gr a ins" de la Encyclopédie, Q uesna y argu- Co lbert esta ba haciendo una d istinción crucial: el comercio en el sistema
menta ba co nt ra la teoría del d ine ro co mo r iq ueza del go b ierno: "( ... ) un europ eo podía red istribuir riqueza "aume nta ndo" las a rcas de una nació n
reino puede ser próspero y pode roso só lo por med io de prod uctos que a expensas de otr a (con ninguna ganancia neta), pero pa ra su au mento en
so n con tinuamente renovado s o generados a par tir de la r iq ueza de un un sen tido a bsol uto, las colon ias eran necesar ias. j ean-Pra ncois Lyota rd ,
pue ble nu mero so y energét ico" (cit ado en RC, p. 10 6). En " H ommes" en un estu dio recient e y por lo dem ás dece pcionante, señala que el mercan-
escr ibi ó q ue en la vida económica de una "reino agr icu lt or " el intercam- t ilismo imaginó un "cuerpo comercia nte " (el cuer po de Euro pa) y un
bio cont inuo e ntre las clases da como resulta do un inc rem ento de la ri- "cuer po víctima" (de bárbaros extra njeros). El colonialismo implicaba un
q ueza como un todo y, consecuen te mente, " (.. .) mient ras más riqueza comercio de no equivalent es; era saquea r una colonia en busca de meta les
precio sos, da ndo ch ucherías a ca mbio. L 1S colonias er a n el "exterio r" ne-
cesario del sistema, " ( ) cuyo único ro l es ser vaciado [ca nibalística men-
19. La enseña nza de la matem.irica, ap licada al comercio, estab a bien estable- te] en un 'i nterior', ( ) el (... ) cuer po de Euro pa " .12 Lo que estoy descr i-
cida en el norte de Italia en el qeettrocento. Se desarro llaro n escuelas d e cá lculo en biendo com o " fert ilidad " era aqu í consecuencia de la violación .
la >ciuda des ubicadas en las ruta s comerciales . El primer lib ro impreso de matemá-
rica, la Aritmética d~ Tr~liiso, emeli.aba adición , sustr acción, multiplicación y divi-
sión en uu formato que perm aneció en su mayor part e inalterad o en el siglo x x . Un
típico pro blema de Treuíso: "D os mercaderes quie ren t rocar bienes. Uno tiene pa- 20. N óte se In IllctJf ora del nacimiento p<ua describir el " esqu ema de fnti l¡{b d "
ño a 5 liras 1¡¡ yarda, y el otr o nen e lana a 18 Jiras el quintal. ¿Cuánto pa ño debe - del tra bajo pro duc t ivo. , '
ría tener el pr imer o p ara ob tene r 464 quint ales de lana? " , citado en Frank l. Swetz, 2 1. Cita do en )c.ln-Fr;l lllfo is Lyorard, Libidúlal EcoJJ(J/"l1Y, trad . lain Haruilton
Capítahsm and Arithm etic: Tbe N ew Math o( the Fi(teenth Celltll ry, t" , f¡,¿illg the C ra nt, Bloomingtou, Indiana , 1993 , pp . 188-189. ,.
f"ul/ Tex t o{ th e T rt!lIi50 Ar itlJm e/ic o{ 1478, t rad . de David Eugcn Smuh, Le! Sa lle, 22. lbid., pp. 1911- 199 . Estoy disto rsionand u un poco la observació n dI: Lyorard
l11ino is., 1987, p. 15 1. par a hacer un:l mejo r.
,
16 S 26 9
I M A G I N A N D O E L CArl TA I

Ent re los ñ siócraras, el "c uad ro económico n de Q uesnay adqu irió Aqu í, en to nces, estaba la raison, con to da su cree ncia acrítica en el pro -
una impor tancia metafísica, "c asi mística" (Re, p . 110 ). Influenciado greso pero sin sus co lmillos irreligioso s y polí t ico s. ~ Neces i to decir q ue
por el carte sian ismo, Q uesnay describía frecue nteme nte el un iverso co- esto encanta ba a la co rte y a la socieda d ?" .26
mo un a " máq uina gigante" , qu e op era ba "( ...) de acu erdo co n leyes na-
t ura les de or igen d ivino " (Re , p. 122).23 M írabeau descr ibía el "( ...)
mo vim ient o per pet uo de- esta gra n máquina " de la nat uraleza , "anima- 1II
da )' d irigida por sus pro pias fuerzas" como si "no necesitara dir ecc ión
exte rn a a lguna " (cita do en Re , p. 122 ). Estaba a sólo un pa so de soste- Leyendo La riqueza de las naciones (1776) de Adam Smith , uno se impresio-
ner q ue el sis tema económi co no tenía ne cesida d de control gu bem a- na desde el inicio de que el público al que se dirige ya no se limite, tal como
menta l. Qu esna y no dio ese paso, cosa que sí haría Ada m Smit h varias sucedía co n Q uesnay, al rey y su autond ad .V Hemos cruzado, en el 1'1<1 7.0 de
décadas más tarde. Su pr eocu pació n era aconse ja r al rey, qu ien, como dos décadas, una d ivisoria intelec tua l y política." El "cuer po entero del pue-
"copropierano't'" de la tierra del reino ent ero, podía tener pr etensiones blo ", que Smith cons idera coosranremente, forma el público poten cial de su
sobre su ri qu eza po r medio de los imp uest os: 1 a agric ultura es patrimo- libro . Este cuerpo social qu e se ve descripto a sí mismo es nuevo." Ka es ya
nio d el so berano : tod os sus productos son visibles; se los puede some ter
co rrectamente a tr ibuto" (cita do en RC, p. 102 ). Tal visibilidad , condu-
cen te a un pa triotismo compulsivo , estab a ausente de las fort unas mero 26 . j oseph Á. Schumpe rer, lfisto ,.,. uf Ecollom ic Allal)'sis, ed . Eliza beth Boody
ca ntiles, mo netarias: " una forma clande st ina de belleza que no cono cía Schumpeeer; 1954; Nueva Yo rk, 1986 , p. 229. En adel ante ab reviado EA.
rey ni pa ís" (ci tado en RC, p. 117). La demanda po lítica de los fisi ócra- 27 . El libro de Smi th alcanzó popula ridad general, ,¡pdando a un público lecto r
internacional. La primera edición del libro se agor ó en seis meses. Entre 1779 r 1791
ras era el " despo tismo l egal " . l-~ Q uesna y escri bió: " (.. .) debería haber hubo cuatro ediciones inglesas y dos irla ndesa s; para 1793 hubo dos traducciones
una sola aut ori d ad so berana, elevá ndose po r encima de to dos los ind i- francesas; una po bre tr aducción alemana apa ~ ió en un añ o, pero una segu nd a y ex-
vid uos en L\ socieda d y toda s las empresas injustas de intereses privados" celen te traducció n de Christian G;¡rve, utilizada po r Hegel, apareció en 1794- 1796 .
La primera edició n rusa fue publicad a entre 1802· 1806 y tam bién esta ban prontas a
(cita do en RC, p. 117 ). Únicament e el rey, co n la ayuda de sus co nse je-
ap arecer ediciones en danés, flamenco e italia no. v er EA, p. 193.
ros ilustrados, esta ba en posición de ver el todo y go bernar de ac uerdo 28. Por supuesto, Smith estaba en deuda co n Q uesna y po r tod a la concepción de
con [as leyes naturales que garantizaban su func ionamiento racio nal. Joseph un a "econo mía" de crecimiento por medio de la prod ucción y el interca mbio . De
acuerd o con Dugold Stewart, quien dijo que el mismo Smirh se lo había co ntado, es·
Schumperer escribe en su Ilistory o{ Economic A nalysis: "Q uesnay no alber-
te último planeaba dedicarle La riqueza de las "a ciones a Q uesnav: ~ (... ) los fisiócra-
gaba hosti lidad alguna contra la Iglesia Católica ni con tr a la mona rquía . tas so n el único gru po de amores que Smit h reconoce opera ndo en el mismo plano
de discurro" , Donald Wino::h, "Adam Smilh·s ' Enduriug Part icula r Resulr': A Polincal
and Cosmopolita n Perspecnv e" , en Weil/rh and virtue. The Shaping of Poíitical
23. Las " leyes universa les del crdeunn rural ¡...) se aplica jbaj n de la misma ma- Ewnomy in the Scottish EIl /ighlell1>lellt, cd . lstvun H unt y Mic hael Ignatidf, N uevo
nera a los Incas de Perú, el emp erador de Ch ina y el rey de Francia " , RC, p. 129. York, 19 83, p . 268. Q uesnay no sólo esta ba influenci ado por Petty sino también por
24. Volta ire estaba horroriz ado: "( .. . ) que un solo ho mbre deba ser pro pieta rio Locke, Sha ftes bury y H ume, así qu e la diferenci a entre Q uesna y y Smith se debía me-
de toda la tierr a es una idea mons tr uosa ", citado en Re, p. 142. nos a un a cuestión de lina je intelectual o inclu so de generaciones - Smith, nacido en
25. M cN ally adv ierte con tra los ma lentend idos . Q uesna y rechaz ó ex plicita- 1723, era veint isiete nños me nor - que a una cuestió n de co ntexto . El capitalismo
11 1('l1 t e el "desponsmo moná rquico" como 1.1 11 :1 "fa ntasía" da do q ue ningún hom- agra rio estaba bien establecido eu Inglaterr a para ese entonces, de tal mane ra que la
brc solo "po día go bern ar arbit rar iamente so bre m illones de ho mbres " , citado e l l autorregulación del mercado parecía natural y la interde pen denc ia comercial un da-
HC, p. 126 . El "d espo tismo legal" significaba, más bien, el gub iernu de la ley, no to de [a vida. Ver el importante trubnju de joyce Oldham Ap pleby, Líberalísm and
tanto un con tr ol judicial de l r uouarca por pa rte de los tmrlam cnts CU 01 0 una ape- Repubdícanism in the Historical lm agtoralloll, Cambridge, Massa ch use tts, 1992.
lución a los principios de 1;1 Ilu.'itr:h ·ión CO IOO las " leyes" qu e dehían guia r la acció n 29". La visión qu e tiene Smith del Lluevo cue rpo colectivo prod ucido por la
de lo s reyes, Re, p . 127 . eco nomía es tan a jena a Jo que un cuerp o socia l debería ser que él se retrot rae,
270 [ MA GI ~ANDO E ~ CAI'I T A L 271

el cuerpo político tradicional de la teoría feudal que incluso R OUSSC3 U podía Par a Smit h, la m áqu in a no es una simple metáfora del un iverso co-
todavía describir como "orga nizado, viviente y similar al del hombre", un ser mo pa ra Q uesnay (así como tam bién para Ro usseau ). Las máq uinas
mora l, que posee una "vo luntad general, que siempre tiende a la conservación so n, litera lmente, el med io por el cu a l el tr aba jo, d ivid ido y espec ia liza-
y el bienestar del todo y de cada una de las partes", con el soberano como ca- do, dev iene prod uctivo. H Y a unq ue esa di visión ocurre hasta cierto p un-
beza, las leyes y las costumbres como cerebro, y do nde "el comercio, [a indus- to en la agricult ura, só lo la ind ustria siente su efecto completo. " El
tria y la agricultura son la boca y el estómago que preparan la subsistencia co- ejem plo de Smith es una fá brica de alfileres, no una " gra n manu fact u-
mún; las finanzas públicas son la sangre que es descargada por obra de una ra" sino una " ins ignificante ", lo suficientemente peq ueña co mo para
sabia economía , desempeñando las funciones de un corazón con el objeto de qu e pod am os "ver" el pri nci pio de la división del trabaj o qu e go bierna
distribuir alimento y vida por todo el cuerpo".JO Con Smirh se mod ifica la re- el roda ( WO N , 1:1:4). Esta cuestión de la visión es pr oblemática.
presentación social. El cuerpo político no sólo se seculariza." Pierde su estatu- Smith no nos proporcio nará pers pectiva algu na -la de Dios, el rey o la
to ontológico y deviene pragmático; debe ser prod ucido por el hacer. Ahora Razón- desde la cual todo el cu erpo social productivo pued a ser visto.
bien, incluso esto tiene un precedente. Maq uiavelo describía al Príncipe como Ni t am poc o veremos un o bjeto , co mo la tierr a, que ca use el crec imiento
fundador de la polis, capaz de concebir el cJerpo político a partir de sí mis- de la riqueza . Sólo vemos la evidencia materia l del fértil proceso de la
mo. En la imagen hogareña de Francesco Guiceiardini, su comp atriota más d ivisión del tr aba jo ; la asombrosa multiplicación de o bjetos producidos
joven, el legislado r es como un amasador de pasta. Si " no tiene éx ito con su
mezcla la primera vez, hace un nuevo montón de todos sus materiales y los
revuelve de nuevo " para ob tener el producto correcto." Pero los "amasa do- re ino limitado de la eco no mía, la pasión predom inante del ego ísmo peede tener li-
bre imperio bajo la fo rma del pro pio interés, justa mente po rqu e produce el bien del
res" de Smith son las masas traba jadoras, aunque él no utilizara este término. co njunto. Ver Adam Smith. Tbe Theury u{ M urfl f Sentíments, 175 9; Nue va Yor k,
Ellos constr uyen la sociedad al construir las cosas. La economía es el lugar de 197 1. En adelante ab reviado como TM. [Existe una edició n en españo l de la obra
la acción creanva." Y la política se retira del escenario principal. de Smirh que o frece una selección del texto original en inglés. Ver Adam $mir h, Teo-
ría de /0 5 sen tIm ientos morales, México , El Co legio de M éxico , 194 1. N . del T.I
34. Las máquinas no ca" ..... n la divis ión del tra ba jo p... ro a niman eS(J tendenc ia
en su teo ría política y social, a nocio nes bastante tradicionale s. Esta s visio nes in- que es en sí misma una "consecuencia" de la natura leza humana ; " (... ) esta división
com patibles del colectivo so n fuente de ambigüeda des en S ll S texto s, d iscutidas del t ra bajo , de la cua l se derivan tanta s ventaja s, no es originalmente el efecto de un
más adelan te. sa ber hum ano , q ue prevee y busca la abu ndancia genera l a la que da pie. Es la CO II-
30. Ro usse au, " Disc ourse on Po litical Economy", en Basic I'clüical W,irings, se cuencia necesaria, aunq ue muy lenta y gradual, de cierta tende ncia en la natu rale-
tr ad . y ed. Donald A. C reas, Indiuna pol¡s, 19 87, p . 114. za humana que no tiene en vista tal utilid ad genera l; la tendencia a permutar, tr ocar
3 1. Co mpáres e con Ro ussea u: " (... ) el cuerp o político (... ) es tam bién un ser v cambiar un a co sa por o tra " , SlIIilh, An l"'l uiry ínto the Nat ure an d Causes o{ th e
mor al que posee (...) una voluntad general [,.. ) La voluntad m és general es tam - ·Wl'fllth o{ Nati(}l1s, ed. Edwin Can na n, Nueva Yo rk, 1994 , 1:2 ;14 . En adelante
bién siempr e la más justa (... ) l.a voz del pueblo es, en efecto , la voz de Dios" , a breviad o como \VO N . [tr ad, esp.: Investigación sobre la naturale:<;a y las (WHaS de
ibid.,pp. 114-lt 5 . IfI riqueza de las llad ol1 es, M ad rid , Aliunxn.]
32. Cita do en). G. A. Pococ k , The Machiavdlhm Moment: Ho rentine Politica/ 35 . El libro de M cN.¡Jly es un excelente correctiv o de la represent ación tra dicio-
Tho ught 1111(1 the Al/flntic Repuhlícan Traditic n, Princeton, N] , 1975, p . 12 3. En n al de la economí a política como "una racionalización teó rica sost enida del capitu -
adelante abrevia do como MM . Iismo industria!" (Re , p. xiii); es con vincente su argumento erudito de que ha sido
33. Ésta es una ruptura significativa con la trad ición ren acenti sta en Inglaterm , d escuidada la importancia de la tradición fisiocr árica en la teoría prericardiana. Pe-
que co nsideraba " afeminada " a la co mercial Atenas en comp ar ación con la virtud ro si en verda d Smit h fue "f uertemente crítico de los valor es y précricas asocia dos con
militar de Esparta : " (... ) la sociedad como motor p ara la producción y la mulripli- lo s mercaderes y los manufact urero s" (Re , p. xiv), si su teor ía moral y política favo-
cacién de los bienes en¡ mhcrcarcm enre hustil a la socieda d corno fundació n mora l r eció los valores de la vida agrar ia, esto no cambia el hecho de que fue la descripción
de la personalidad", MM, p . 50 1. Smith conserva algo de esta, crítica en The Thwrv teo r éti ca de Snurh de la socie dad indu stria l naciente lo qu e fue a bso lutamente inno -
of M oral Sen time nts: la actividad económ ica no es suficient e p ara la creació n de 1:1 vado r, y de que fuI' este elemento de su teoría el que, ya sea que haya sido correcta o
buena socieda d, que exige a su vez virtu d cívica y constreñimiento moral. Pero en el in correctamente interpret ado, t uvo un efecto histórico profundo y dur adero .
s

271 SU5AN Bu cK -ivl,ws s IM AGI NANDO E L C,,"PlT Al 273

para la vent a. Las mercancías forman montones; en una fábr ica de alfileres por grados a separar y di vid ir cas i cualqu ier suceso en un gr an número
"dos o tr es operaciones distintas" son desempeñadas por diez hom bres. de partes metafísicas, expresadas por las dis tintas partes del discurso,
Esas diez person as, por consiguiente, "cuando se esforzaron (... ) pudi eron comb inadas de distint as maneras en los diferentes m iembros de cada
hacer entre ellas arriba de cuarenta y ocho mil alfileres en un día" , Cada " "{e¡
f ra se y oración cita d o en Re , p . 17 9) . " D e ma nera simil
. . a r, la venta-
persona que, traba jando por su cuenta, "no po dría haber (...) hecho vein- ja del dine ro como sistema reside en que pue de , sin pérdida alguna, ser
te, tal vez ni siqu iera un alfiler en un día", ahora hace un décimo de cuaren- dividido e n cu al qu ier núme ro de partes (Re , p. 17 9). Los filósofos, co-
ta y ocho m il alfi lere s, o cuat ro mi l ochocientas po r día (WON, 1:1:4, 5). m o lo s inven tores de m áqu inas, ejerce n su oficio" (.. . ) com bina nd o las
El esquema de fertilidad de Smith es el efecto multiplicador de un pro- fuerza s de los objetos más distan tes y disím iles" (WON , 1:1 :11). Al
cedim iento, no algo, ni siqu iera alguien. Las má qui nas, en ese entonces r u- m ismo t iem po su profesión, ta mbién, se beneficia de una d ivisió n inte-
dimenta rias, no son en sí mismas fuente del valor, sino só lo el medio para lectua ! del tra ba jo; la "su bd ivisión del emp leo en la filosofía, co mo en
ahorrar tiem po de trabajo e incr ementar la destre za del trab ajador." Tam- todo otro o ficio, mejora la des treza y a horra t iempo. Ca da in dividuo se
poco el "stock de capital", qu e pon e al traba jo "en movimiento " (WO N , vuelve más expert o en su ra ma pecul ia r, se h ace más traba jo sobre el
p. !xi), es la fuen te del valor. J7 Y si bien el traba jo es la fuente del valor, no co njunto y gracias a est o la ca ntida d de ciencia es cons iderablem en te
es la fuente de la fertilidad para el crecimiento. Los tra ba jadores no son fi- incre ment ada " (WON, 1: 1:1 1). Esta d ivis ió n del tra ba jo asom bro sa-
guras promet eicas. El valor que producen se incr eme nt a no como res ulta- mente fér t il tie ne sin emb argo consecu encias morales sig nificativas, y
do de su propia fuerza sino como " efecto de la divis ión del tra ba jo" ést as son nega t ivas. La misma división que ca usa que el organis mo soci al
(WON, 1:1:3 ). Esta división es la qu e causa la productividad de tra bajo, crezca en riqu eza t am bién causa que el trabajador individ ua l se empobrez-
máq uinas y capita l, no a la inversa. Como escr ibe Schu mpeter, "{... ) na die, ca. El libro de Smith no se detiene en esto , pero cuando descri be cómo
ya sea antes o desp ués de A. Smith , jam ás pensó en po ner esa car ga sobre "{... ) la entera atención de un hombre llega nat uralmente a ser dirigida
la división del tra baj o. Con A. Smith, es prá ct ica mente el único factor en hacia un objet o muy simple" (WON, 1:1 :9),40 la na tu ral eza penosamen-
el progreso económico" {EA , p . 187).38 te em brutecedora del t ra bajo dividido se hace visibl e:
El esquema de la producción indust r ial - m ultipl icaci ón po r medio de
división- es partenogenético. Smirh está obses ionado con este carácter de El h ombre cuya entera vida es ocupada en desempeñ ar unas
los siste mas que se subdividen desde el int erior con efectos beneficiosos. pocas op eraciones simples (... ) gene ra lmente se vuelve tan estúpi-
Esto es funda menta l pa ra su teor ía del lenguaj e. En su ensayo "L eng ua- do e ign orante C0l110 es posib le pa ra una cr iatura hum a na. El to r-
je", añ ad ido a la edición de 176 1 de la Teoría de los senti m ientos m ora- por de su mente lo vuelv e no sólo incap az de sa bore ar o t ener pa r-
les, está fascina do por el hech o de que "( .. . ) la humanidad ha aprendido te en c ualquier conversación racional, sin o [ta m bién] de conce bir
todo sentimie nto generoso, noble o t ier no, y, consecuentemente,
de form arse cualqu ier juicio justo incl uso en lo que co ncierne a
36. Las máquinas eliminan e! "deambular" del trabajador de un ripo de ocupa-
ción a otra y "haciendo de esta operación la única ocupación de su vida, necesaria-
mente incrementa muchísimo la destreza de! trabajador", W ON, 1:1:8, 9. 39. Smith escribe que ellenguaje tiene la misma propied<ld que un motor mecá-
37. Contra la fetichización mercantilista del dinero, Smith sostenía "{ ... ) que e! nico en tanto "(...) se hace más simple en sus rudimentos y principios, en la misma
oro y la plata son simplemente herramientas, nada diferentes de los utensilios de co- proporción en que se hace más complejo en su composición", citado en Re, p. 179.
cina, y que su importación aumenta la riqueza de un país tanto como la multiplica- 40. "He visto varios muchachos menores de veinte eñes que nunca habían ejer-
ción de utensilios de cocina proporciona más alimento", du do en Simruel, p. 173. cido otro oficio que el de hacer clavos y que, cuando se esforzaban, podían hacer,
38. Denuevo, esta es una ruptura con la tradición humanista anglo-escocesa, que cada uno, arriba de dos mil trescientos clavos en un día", WON, 1:1:8.
veía la división del trabajo como la "primera causa de la corrupción", MM, p. 499.

I M AG I N A N D O EL CAP IT AL
S USAN B UCK ·MoRSS

mu chas de las tareas ordinar ias de la vida d iar ia (...) Pero en to- a ensamblarlos, combinan do las fuerzas "de los objetos má s distantes y
da socieda d civil izada y mejorada es éste un estado en el cua l los más d isímiles", Smith el filósofo se resbala en LlII abismo lógico, en verdad
po bres trabajadores , esto es, el gran cuerpo d el pueb lo , deben ne- en vari os. (Éstos rcemerger án una y otra vez en la teo ría económica.) Pero
cesa r iamente cae r, a menos que el gobierno se tom e el o-aba jo de es como si supiera que está procediendo por medio de un juego de manos
pre venirlo (\VO N , 5 : 1:840 },41 filosófico . Desde el comienzo, deja el juego al descu bierto .
El "tra bajo an ual de cada nación " , nos cuent a Smith en el comienzo
Aqu í res ide la parado ja de la visión de Smirh del hamo [aben cada mismo de su tr atado , es un "fon do" compuesto . Así, puede n ex ist ir "na -
cue rpo real es atrofiado para que prospere el cuerpo socia l. Este último ciones florecientes" incl uso si " un gra n núm ero de personas no tr abajan en
de viene una máquina de pro ducción, y sus miembros ind ivid uales, trab a- ab so luto " (WON, pp. Jix, Ix). La in justicia de esta situac ión pod ría estar
jadores, son red ucido s a lo qu e Stali n más tarde llamaría, afirmativamen- justificada si reflejara el o rden na tural de las COS;IS. Pero Smith niega cá n-
te, " pequeñ os to millos" en su interior. Ahora bien, la herencia filosófica d idam ent e esta premisa ontológi ca. Los talentos nat ura les no son muy d i-
de Smith no le permitirá estar satisfech o con una reso lución colectivista ferentes al n acer. Entr e un "fdó sofo y un co mún mo zo de cuerda" hay me-
de esas características. Para qu e la riqueza d~ las naciones sea afirmad a nos diferencias de lo que se supo ne:
com o el o bjet ivo de la vida socia l, ésta debe ser un medio pa ra a lcanzar
el o bjetivo de la felicida d de los ind ivid uos que comp onen las naciones. Y Cuando llegaron al mundo y dura nte los primeros seis u ocho
así ocur re un repentino cam bio de foco. El empob recido productor ap a- años de su existencia, era n, tal vez, muy parecidos (... ) Al llegar a
rece de nuevo en escena, esta vez como el consumidor bien at aviado . esa edad, o poco después, pasaron a emp learse en ocupaciones muy
Smith h ace una lista de los beneficios tangibles que él o ella recibe en la d iferentes. La d iferencia de talentos empieza ent onces a ser notada
escena dom éstica : "( .. . ) el ab rigo de lana, por ejem plo, que cubre al tra- y se amplía en grados, hasta q ue al fina l la vanidad del filósofo está
bajador diurno, por ord inario y tosco que pueda pa recer, es el prod ucto deseosa de no reconocer ni remo ta semejanza ( \\70N, 1:2:17).
del tr abajo con junto de una gran mu ltitu d de tra bajadores" (WO N,
1:1:12). Lo mismo es ciert o de "ro da s las distimas pa rtes de su vestimen- No podr ía ser más claro . La división del trahajo, de la cual depen de la
ta y amoblamien to dom éstico": zapa tos, cama, pa rrilla de cocina, car bón , riqueza de las naciones, crea, contra [a naturaleza, una sociedad de desigua-
utensilios de coc ina, cuchillos }' tenedores, platos, pa n, cerveza y "ese be- les. La diferencia de clase es el efecto colatera l de la riqueza naciona l, y es
110 y feliz invent o " , las vent an as de vidrio (\VO N , 1:1:13). la diferencia de clase la que determina el pod er de cada cual en el mercado,
En un gesto de la mano , la víctima de la división del trabajo deviene su incluyend o el poder para negociar efectivamente el pr ecio del pro pio tr a-
beneficiaria. Tales cam bios de foco son frecue ntes en el argume nt o de ba jo. Pero yend o a l p lano compues to, Smith sost iene la imagen salutífera ;
Smith; de hecho, la entera legitima ción del sistema depende de ellos. Y sin co nsiderando la especie humana com o un tod o, las diferencias de ta lento
embargo estos cam bios implican un juego de magia . Por do tado que esté conducen a un a "mejor ada ptación y utilidad " (WO N, 1:2: 18), 42 10 cua l
en la separa ción y división de sucesos en partes metafísicas p,lra luego volver nueva mente obliga a preguntar acerca de la distribución, po rq ue la mejor

41. El prevennvo que Smlrh tiene en mente es un sistema de cd ucaó ó n púhlica 42. Por supuesto, Smith critica correctamente la "fa lacia de la comp osición" ló'
financiado por el estado. Smit h compara la estupidez del trabajador ind ustria l con gica, esto es, la creencia de que aquello que rige para el plano comp uesto es mera -
la inrehgencia de los miembros de las sociedades " bárba ras" en bs cuales la d i\'isiún mente una extensión de lo q ue rige para el individuo . Pero incluso si los beneficios
del traba jo no ha avanzado y cualq uier ho mbre es co rnpetenre como guerrero y "en ~~d i?os par a el individuo se recuperan en el pla no colectivo, esto aun no provee le-
cierta medida como ho mbre de estado ", \VON, 5:1:841. gllllludad filosófica par a el privilegio del colectivo sobre el individuo.
a

276 S US AN B U C K- M o ll s S I MAG I N A N DO E L C A r n A l. 277

" ada ptación y utilidad " va para aqu ellos que no contr ibuyen al vfondo" la-
boral en ab soluto.
Lo q ue llamam os el juego de man os de Smith es 10 que él llamó " la
mano invis ible" . (Pa rece habe r pocas dud as de q ue el uso que hace Smit h
de este término derivaba de la trad ición de la teo logía nat ura l, qu e veía
efectos de la mano de Dios po r [Odas partes en el mundo narural.I" Y
aunq ue esta metáfora basal de la economía cap italist a aparece mucho
más rar amen te en la o bra de Smirh de lo que nos haría creer la t radic ió n
de su recepc ió n, la co ncepción que está detrás de este t érmino o pera fre-
cuentemente, de hecho, exa ctament e en los puntos en qu e Smith se res-
ba la en las brechas lógicas.
De manera que esta mano es tramposa, y es fácil en tende r por qué
tanto s la han descartado como un ardid, u~ ba rni z Iegitiman te sobre los
intereses (bu rgueses) de clase. Pero si sólo fuera esto, no se explicaría su
tena cidad en el discurso de la eco nomía política . Esta ma no no vist a abr e
un punto ciego en el campo soc ial, y sin em bargo sostie ne unido el todo.
¿Q ué es el cuerpo social al que pertenece? Primero y principal, es un
cuerpo co mpues to de cosas, una red de mercancía s circ ula ndo en un in-
terca mb io que conecta perso nas que no se ven o no se co nocen ent re sí.
Esta s cosas lo t ransfor man en un cu erpo "c ivilizado" (Fig. 5). Tener una
abundanc ia de "objetos de confort " es la pru eba qu e d istingu e a " na cio-
nes civilizada s y florecient es" de naciones " sal va jes" , " u n misera ble-
mente po bres" q ue están red ucidas a la "mera necesida d" (WON, p. lx).
Es el comercio el q ue ha causado el progreso de cierta s partes del mun -
do , dejand o a otras (el África interior, el norte de Asia) en un "est ado
bá rbaro e incivilizad o " (WON , 1:3:23). Las mercancías son la clave de
la defensa de Smieh d el nuevo cuer po social; a pesar de las distin cion es
Pig. 5: Izqu ierda: fotos de la ex pedición
entre ricos y pobres, to dos los miembros de la "c ivilización" pue den co n- científica francesa, Tierra del Fuego,
solarse, porqu e la cantidad de cosas que poseen los señ ala como superio- 1882: "Ho m bres y mujer es vestían
res a la mayor ía de la po blación mundia l: "{.. .) las co mod idad es de un pequeños delantales" y "La civilización
príncipe eur ope o no siemp re exceden tanto las de un campesino labor ío- avanza" . Derec ha: foto de la famil ia
Bndgee. Lo ndres, 1880 : " De izq uierda
so y fruga l como las de este últ imo exceden las de mu chos reyes africanos,
a derecha, Deepard, WliIl, Madre,
Bertha, Padre, el autor, Mary" .
43. Ver Lucilla jordanova, "T he Hand", Visual Anthropology Review 8, otoño Ex traído de Esteba n Lucas Bridges,
de 1992 , pp. 2-7 . Sobre la teología natural, ver ]ohn Hcdley Brooke, Setence and Unermosr Pan of rhe Earth, 1948.
Religion: Som e Historical Perspectioes, Cambridge, 1991.
27& IMA lOJ"' A "' DO EL CJ\ ~ lTJ\ L
S U~A'" B UCl:; - M o ll.S ~

am os abso lutos de las vida s y las libert ad es de d iez mil sal vajes desnu- puedo ve r la to tal idad de su terr eno . Se ext iende más allá de mi ha bili-
dos" (WON, 1: 1:13). Las cosas-en-circ ulación q ue com prende el cuer po da d de se ntir. Y est a cegu era me libera par a deja r cae r m i mi rada en el
social, como toda ma ter ia - comc los planetas en sus órbi tas- obed ecen co rto horizonte de m i propi o interés. En efecto , la ceguera es el estado de
a le yes natu rales. Lo qu e les a pa rece a los individ uos como su pro pia ac- la acción pro pia mente dic ha. Dentro de ese ho r izo nte, sin em bargo, el
t ivida d vo luntaria es utilizado por la na turaleza astutame nt e pa ra armoni - des eo es libre y n o co n oce limites, Este deseo se exp resa como un a bús-
za r el todo, de ta l ma nera qu e cada perso na es "conducid a po r una mano queda de las cosas . El placer de la simp atía mu tu a, cua ndo enc uent ro a
invisible pa ra promo ver un fin que no era pa rte de su intenc i ón" ( WO N, mi comp a ñe ro form a nd o pa rt e de mi situa ció n ta l como a mí de la suya,
4:2:485). Poucauh, e n sus últ imas leccio nes, se oc upó d irect a men te de La es r eemplazado po r el placer de la empar ra con la mer ca ncía, c ua ndo lile
riqu eza de las naciones y ha bló po sitivam ente de la " ben igna opacidad " encuen tro ad apta ndo mi com por ta miento a l SUY O; es deci r, yo imito su
del siste ma económico, cuyo funcion ami ent o est á más allá del co noci- exp ans ibilid ad . Mi deseo se mu lt iplica para equi pa rar la m ultiplicación
miento, y consecue ntemente de l poder, del estado. H Sin emb argo, existe incesante de las co sas, d ispa rá ndose ta nto más allá de mis necesidades
un costa do osc uro deba jo del t od o na tu ralment e a rmónico , algo mons- que pa rece q ue mi meta fuera cua lquier cosa exce pto su sa t isfacc ión. Los
tr uoso en el sistema que . sublimemente fu~ra de co ntr ol, a menaza con ob jetos q ue pers igo con el fer vor de un ama nte t ienen poco q ue ver con
esca pa tse de toda cl ase de límite restr ict ivo . las necesid ades de la sim ple supervi venc ia. Llego a d esea r el placer del
Expa nd ié ndose por d ivisión partenogenética, invisib le exce pto en s us deseo mismo . De hec ho, n o podría ser de ot ra ma ne ra. Si el deseo (uero
efect os mercan tiles, insen sible a las pasion es huma nas, impermeable a la sat isfecho, si no fuer a desviado hacia la dema nd a de merca ncías, cuyo
voluntad human a, el cuer po-cosa de la sociedad "civilizada" crece, t eó- reemplazo aj ustado a la m oda no tiene límites, ent onces no só lo llegar¡n
rica mente, sin Iími tes. 45 Es muchísimo más gran de q ue la sociedad moral a u n pu nto de detención el crecimiento de la r iqu eza sino qu e el entero
que rode a e inva de. El c uer po soc ial de la civilizació n es im perso na l, in- ne xo socia l de la civilización caería en pedazos."
diferent e a esa comp asión qu e en una sociedad de cara a cara pr ovoca Este es ta do de cosas sólo es débilment e descri pto por la doctr ina ut i-
que sus miembro s act úen con inter és mora l. El " place r de la simpatía litaria de que los individuos enco ntrará n un equilibr io calcu lado entre
mutu a" , cua ndo encuent ro a mi comp a ñero for ma ndo p arte de mi sit ua - o bt en er la ma yor sa t isfacción y pasar la me nor ca ntida d de do lor la bo-
ción y a mí de la suya, me lleva a mod erar mi s pasion es de ma nera de no ral. El esq uema de Smith es más rad ical y más e xtra vagante. De ac uer-
ex ceder lo qu e es aceptable a los o jos del ot ro , q uien, como espect ado r do co n él, la ma no invisible del orden na tural cue nta precisa mente CO Il
"i m pa rcial" , me o bser va desde una d istancia com prens iva y me pr opor- el exceso dese st abilizant e de un dese o ciego al todo e ignora nte de su s
clona el espejo rest rict ivo a tr avés del cua l me obse rvo y me monirorco efec tos. De nuevo, es en el plano co lect ivo donde es te pr incip io e ntra e n
(TM , pp. 14 -39 ). Pero la sociedad-cosa de la civilización es ciega a esas juego; la promesa enga;iosa de q ue la felicidad se o btend rá por med io
restricci ones. Co nte m pla ndo desde mi tra ba jo este pa isa je de cosas, no de la posesión de o bjetos es el señuelo por medio de l cual la naturaleza
ar ra pa la imaginac ión y la tra nsform a en un bien co lect ivo. Smit h es es-
pecí fico en este punto:
44. Sus lecciones en el Cc lfege de Frunce (1970-198 4 ) aun no ha n sido pub li-
cada s, pero p uede co nsu lt ar se la descr ipción ed it orial que hace Co lin Gordon
espe cialment e de las leccio nes de 19 78 y 1979 sob re " racio nalid ad gu ber n a-
menral ", en " Gove mme nra ! Ra t io n aliry: An Introdu crion " , en The f oucault
Effte t: Stedies in Guvernmc" tality, ed. Gra ham Burchd l, Gordc n y Peter M iller, 46 . Esta idea es llueva y es quinta esencialmenre moderna ; compá rese con [os
Chicagc , 199 1, p. 15. griegos antig uos, que esta ban permanentem ente p", ocup ados por la hybris, " el de-
45. La extensión de la d ivisión del tr a bajo sólo está limitad a po r " la extensión seo sin límites que trastorna al individuo" y po r eso " plantea una amenaza para la
del mercado ", cuya expan sión glob al estab a toda vía en su infancia ( WO N , 1:3:19). poli s" , Nicholas Xenos, Scarcit., and ModemJty, l andres, 1989, p. 3.
280 SU SAN B UCK -Mol\ s s
I M AG D I A:' U O EL C A PITA L 281

Los place res de la riqueza y la gra ndeza (... ) impresion an a la


imaginación co mo algo grand e y bello y noble, cuy a o btención
merece to da [a fat iga y ansied ad qu e estamos tan inclinados a em-
plea r en eso.
y está bien que la naturaleza se imponga sob re nosot ros de esta
man era. Es esta decepción la que anima y man tiene en mov imiento
co nstan te la industria de la humanidad (T M, p. 34 8).

Por un lado, el deseo motiva a l traba jad or a trabajar, creciendo la pro-


mesa de co nsumo proporcionalmente a la dificultad del trabajo. Por orro
lado , y con impo rtancia equ ivalente, este deseo crea lo que Sima n Kuznets,
escr ibiendo en el siglo xx , llamó un "e fecto de got eo " en el flujo de bienes.
Smith d escr ibe la ausencia de utilidad subieliva en la motivación del terra-
teniente que vive del tr abajo de otros:

No tiene ob jeto que el orgulloso e insensible terraten ient e con- Fig. 6: "Cuadro de imp ortaciones)' exportaciones de Inglaterra hacia
temple sus extensos campos y, sin un pensa mient o por las necesida- )' desde toda N orteaméríca, desde 1770 a 1782'". Extraído de William
Playfair, The Commercial and Political Atlas, 1786; 1983.
des de sus herma nos , consu ma en su imaginación él mismo toda la
cosec ha que crece sob re ellos (... ) La capacidad de su estómago no
es pr oporciona l a la inmensidad de sus deseos (... ) Lo q ue rest a es-
tá o bliga do a distr ibuirlo entre aq uellos que prepara n, de la ma ne-
meta de la razó n. Debido a la na turaleza engañ osa del deseo, es im po-
ra más agrada ble, ese poco del que él hace uso (... ) Los rico s (•.•)
sib le pa ra el co nsumido r hacer una elección verdade ra mente racional.
aunque sólo buscan su propia conveniencia, aunque la so la meta
Es te mo mento de irraciona lida d se ha perd ido en la tradición a t ra vés de
que se proponen lograr del traba jo de todos los miles q ue emp lean
la cua l la teoría de Smith ha sido t raspasada. Este mo mento vuelve tre-
sea la gratificación de sus pro pios deseos vanos e insaciables (. .. )
mend amen te inestab le la dinámica del sistema. Co ns idérese la siguiente
son guiados por una mano invisible para hacer pr áctica mente la
para doja: la eficienci a de la división del tr aba jo , q ue po r sí sola ocas io-
misma distr ibución de Jos bienes necesarios de la vida qu e habría
na el crecimiento d e la riqueza, al mismo tiempo ocasiona la disminu-
sido hecha si la t ierra hubiera estado dividida en po rciones igua les
ción del valor por que el valor de algo , su "precio real" , es la fatiga y el
entre todos sus habitantes, y así sin proponérselo, sin saberlo , pro-
pr oblema de adqu iri rlo (WON, 1:4 :32, 1:5 :33 ). O cons idérese el hecho
mueven el inter és de la sociedad, y prove en medi os par a la multi-
de qu e la p romiscu ida d cosmopolita de las mercan cía s ent ra en conflic -
plicació n de la especie (T M, pp . 349 -35 0).
to con los límites polít icos de la nación , la riqueza de la cual está lla ma-
da a as eg ura r. ~ 1 Se requiere la au to disciplina del pr oductor y el deseo
No la demanda , ca lculada instru mental y ra cionalmente, sino el de-
seo, engañ ado po r las mercancías como señue los, es la fue rza moto ra de
la "econo mía" de Smit h. Estamos at ra pa dos en sus órb itas co mo m óna - 47. Smith reconocía esta paradoja y acordaba que los objetivos de la defensa
naciona l pod ían ser co rrectamente a ntepuestos a las consideracion es del libre co-
das interesadas en sí mismas que precisament e en su sinrazón rea lizan la mercio. Ver WON, 4:1-4:455·746. Esta sección es una defensa del libre comercio
I MA GI N A NDO El . CA P IT A L
282 SU SAN BUC K- M u IISS

insacia ble del co ns um id or; pero, dado qu e son la m isma persona, la


construcc ió n del sujeto económico no est á lejos de la esqu izo fre nia.
Colin Gordo n, caracterizando la posición de Poucault, escribe q ue la
0-'
-, 1 1 1'-:--- -
¡,
- "
"

l .
1i
I , - -.
: H H i! !
invisibilidad del sistema económ ico " implica que el modelo ñsioc r énco de ! t~ J , ' 1 ¡-W -p p
soberanía económica es una imposibilidad; el conocimiento que se busca- I ¡ l-l 11 i J ji ~! t: ¡
ba compila r en el Cuad ro [de Quesnay] es pa ra un sober a no, incluso en
principio, im posible de ob tener eonfia blememe" .48 y sin em bargo la leo-
ría econ óm ica de Smith no habría sido convincente si no se hubieran podi-
do ver los efectos de los procesos que describía . Contem poránea de la o bra
de Smith era una innovación crucial en el ca mpo de la representació n vi-
sual que hizo pos ible trazar en un diagrama los efectos de la mano invisi-
ble. La Figura 6 es un ejemplo de la ob ra ~e WiHiam Playfair, cuyo Com-
I t r
- • . , ~ ... ¡ . : " - ' "
m ercial and Poíiticaí Atlas, apareció en 1786. Nótese que en luga r de in-
tent ar proporcionar una visión del rodo propia del ojo de Dios, esta forma Fig. 7: " Cuad ro (de Playfair) que mu~s tra de UTW mirada
de gr áfica de datos pone en relación dos medidas, en este caso cantida d (de el precio de un cuarto de trigo y los salarios del trabajo por seman¡J,
de 1565 a 182J ", ext raído de Edward R. Tutt e, The VIsual Display
importaciones y exportaciones brit án icas desde y hac ia Am érica) a lo lar- of Quantitative lnformanon, J983.
go del tiempo (mostra ndo Jos efectos de la Revolución Amer ican a y del fin
de las Leyes de Navegació n proteccionist as). El dinero es la med ida de la
activida d económica, la representación universal de todas las merca ncías:
La riqueza de las nac iones deja un rastro de tra nsacciones monetarias que rel ación con cualquier ot ra cant idad variable, medidas por medio de las
es trazado en un d iagrama . No vedoso es el hecho de que, a diferencia de mismas unidad es de observación". <4~
map as anterio res, el d iseño gráfico " (... ) no depende de una analogía d i- " Los grá ficos relaciona les" vinculan " al menos dos variables, alentando
recta co n el mundo físico (... ) Esto significó, de man era simple pero e incluso rogánd ole al observad or que determine la posible relación causal
basta nte pro funda, q ue cualquier canti dad variable po día ser puesta en entre las variables transportadas al papel" . i O Al hab lar de causas en relación
con efectos, al mostra r co rrelaciones conducentes al declive o al crccimien-
ro a lo largo del tiempo , los gráficos de d atos muestran patrones de com-
pero def ien de las Leyes de Navegación proteccionistas. En Alema nia, donde la portamiento del mercado que emergen jnintenciona lmente del agregado de
inl l."rdependen cia comercia l estaba rruis avanzada q ue la uni da d po lítica, la ten- decisiones individuales, del caos aparent e de las personas privadas y sus de-
denc¡a (le la econ omía a escapar de los limites na cionales er a causa de queja más
qu e de afirmación. j nh ann Gottlieb Fich te argume ntaba q ue el estado sólo uni· seos. Un gráfico más tard ío de I'layfair (Fig. 7) prop orciona evidencia em-
ñcaba un a masa ind eterm in ada de per son as en un to do cercad o . Ver joha nn pírica para apoyar la pretensión malrhusiana de que los med ios de subsis-
(;oulich Fichte, Der geschlo ssene Hand elsst aat (11l00). Fried rich Lisr (17!l 9- tencia, al ser limitados, impon en un límite al crecimiento de la poblaci ón (la
181H) fllndó unn escncln na cionalist a e histo ricista de econo mía po lít ica en 01'0 '
sición a la doc t rina cosm opo lita d e Srnit h, que so ste nía q ue una uni ón ;ldl.l'lIler¡¡ inferencia es que un incremento en el costo del pan contrarresta la ten dencia
de los estad os ¡¡Iem:mes pod ía suministra r los medios par a el o bjetivo ma yor de 1;¡
unión nacional. Estaba par ticularmente impr esionad o por el sistema econó m ico de
los Est ados Unidos . Ver Fried rich Lisr, O salines o f A meriC¡Jn ['olitical Economy,
4 9. Tufte, The Visual Display of Quantitative Information, p. 46.
Filadelfia, 1827.
50. IbíJ ., p. 47.
48. Ce rdo», "Oovemmeutal Rationality", p. 15.
2

SUUN Buc x-Mo ass I M " GI N AND O I!L CJlP ITA ~

de los t ra bajad ores a tener más niños en respuesta al incremento de los sa- vida civilizad a y vida salvaje estaba permanenteme nte ligada con la
larios). La ob ra de Playfai r sienta las bases del méto do de producción de ab unda ncia de merca ncías q ue deven ían cifras al circula r pro miscuam en-
co noc imiento dentro de la nueva disciplina de la economía política; no un te entre ex tra ños invis ibles. Al mismo tiempo , éstas estaban investidas
cuadro del cuerpo soc ial como un tod o, sino correlaciones esta díst icas que con significados sociales y deseos personales que estaban muy por enci -
exhiben patron es como seña l del plan de la na t ura leza. ma de su valor utilit ario.
Smith ape laba a nociones n adicionales de virtud cívica para compensar
las ins uficienc ias mo ra les de las leyes de la economía po lítica. Ésta es una d e-
IV bilid ad de su pensa miento dad o q ue la socied ad cívica q ue desea está Fun da -
da sobre principios irreconciliables con la sociedad econó mica que describe.
Par a nosotro s resu lta difícil ap reciar la extraordina ria revisión del cuerpo Fue Hegel el q ue ex ten d ió mucho más co nsecuentemente las im plica ncias [i-
soc ial q ue co nllevó el descubrimiento de la "economía ". La co ncepción los óficas de la eco nomía política. En los escritos de Hegel, el anta gonismo
del progreso de la civilización como el increment o ilimitado de objetos pro puesto po r vez primera por Smith se vuelve fructífero , en verda d decisi-
producidos p ara la vent a fue un mo ment o c1efinito rio de la modern idad. vo . Como concepción topológica, la "econom ía política" est á inscripta de
La econ omía "clásica" no só lo era una ciencia en la serie de las cienc ias manera centr al en el paisaje metafísico hegeliano, señalando un a rup tura con
socia les; era filosofí a en el sent ido más ilustre. Busca ba situ ar una an tr o- el pensamiento m ás temprano que un comentador describe nada menos que
po logía, una teo ría política, una teor ía de la p ráctica socia l en el int erior como un "hito de la época" .52 M ientras más crece nuestr o conocimiento de
de la órbi ta de la vida económica, apro piándoselas del reino del poder archivo de Hegel, más indisputab le se vuelve este hecho."
po lítico y el co m rol policial. En la med ida en que el estado pierde terre- El punto cruci al es que el co ncepto hegeliano central de socieda d ci-
no , el cuer po polí tico se sepa ra del económico. De est a ma nera, tene mos vil (bürger/iche Gessellschaft ) es precisamente la sociedad creada por lo
dos visiones del co lect ivo social. M ientras que las tensiones entre ellas que Smith llamó eco nom ía po lít ica. Aq uí Hegel ro mpe tanto con el sig-
vuelven su relació n inestable, Sll existencia separada per m ite la exposición ni ficado anti guo tradicional co mo con el ilustr ado de la soc iedad civil
crítica de los elem entos ilusorios de ambas visiones. La posición am biva- (incluido el de Smith) que esta ba n topológ icunente situa dos en el plan o
lent e del individuo - tan to un fin en sí mismo o misma como el med io ha - de lo polít ico, los únicos significa dos que Cha rle s Taylor, por ejemplo, re-
cia la armonía del to do social- no era en sí n ueva (se pod ría menc ion ar conoce. (Taylo r es un teórico en la trad ición hegelia n a qu e, a pesar de su
la t rad ición del monopsiq uismo conectada con el neo platonismo en la excelente traba jo temprano sobre Hegel, ignora po r co mpleto en su pro -
era premodema ). Pero el papel cr ucial de las cosas fab ricad as en la vi- pia ob ra el desplaza mient o topológico del que hablamos e int enta escri-
da soc ial, la imp ortancia de los objetos ma teria les o sus eq uiva lentes bir filoso fía polí tica sin ningún interés por la teor ía económica.)54 No sólo
mo netarios com o mediación de tod as las relacio nes sociales, cam bió pro--
fundam en te la co ncepc ión de la ex istencia soc ial. " La d ist inci ón en t re
52. Man fred Rledel, Betwl!l!ll Tradifjoll and Revoluti oll: Th e Hegelian Transfor-
rnation of Political Philosophy, trad. de Walte r Wright, Cambridge, 19 84, p. 44.
51. Esta concepción gan ó am plia aceptación en el siglo X IX . M ient ras qu e en las Desde aquí abreviado como BTR. . . .
sociedades " arca icas" se creta que la conciencia colectiva era co nstitu tiva de la so- 53 . La pieza académica más exh austiva en la d ocumentacl,6n de esta m fl ~,w~l ~
ciedad, en la "civilización" moderna, lo era la división del trabajo. Ver, particular- es Norbert Waszek, The Sco ttish Enlig}¡temnellt rllld Hegel s Account o f CIVIl
merue.las teorías sociales de Herbert Spencer y Emile Durkheim, y 1;1 discusión que Society ", Bcscon, 1988. ,.
hace de ellas Habermas m Zu r Kritik der funkti onalistischen Vernunft , vol. 2 de 54. D éjeseme ex plica r, at en iéndonos ,\ la posició n de Riedel, cómo esto díf ie-
Theorie des ko m m unikari/len Handelns, Frankfurt am Main, 191H , p. 173. [trad. re de la teoría iusnat uralista previa ta l como la suponen H o bbes, Locke o Rou sseau.
esp. Teoría de la acción com unicativa, Buenos Aires, Tau rus, 1990.] La reor fa iusnal uralista es una teoría del co ntrato (aunque pretend e ser ah isIÓrica).
,
I M AG I N A N D O EL CAr lTA l
286

la tremenda prod uct ividad lograda por la división del tr aba jo.'n No SÚ~
la o bra de Taylor sino tam bién mucha de la discusión co ntemporá nea so-
lo reco noce Hegel los efectos mut iladores (Abs t umpflm g) ca usados por
bre la esfera pública no le hace justicia a la percepción o rigina l de Hegel
la d ivisión del t raba jo,ss sino que también es consciente de la desigual-
de q ue la soc iedad civil, co mo "sociedad modern a ". es producida por
d ad soc ial q ue la riqu eza de las nacione s necesa riamente cre a: "( ... )
u na f~rma históricamente específica de interdependencia econ ómica, una
eme rge la antítesis entr e gran pobreza y gra n riq ueza (.. .) - a aq uél 'l ile
qu e Sigue todos los princip ios de la lógica que Sm ith describió."
tiene, más le es dado " (N PG, p. 22 3). Las fábri cas y las minas están h.l'
H emos sabido sólo de manera rela tivamente recient e q ue el joven
seda s precisam ente en la miser ia (Efend ) de una clase, co ndenando ;1
Hegel fue profundame nte influen ciad o por La riqu eza de las naciones. 56
" u na mu lt it ud a una existencia ruda" (N PG, p. 22 9). Sorprenden remeu-
En un te xto de 1803- 1804, publicado por pr imera vez en 1932, Hegel
te, H egel reconoce la subl ime infinitu d de este " sistema de las necesida-
se refería de manera específica a la fábrica de alfileres de Smirh apuntando
d es" , el deseo " insacia ble" de los co nsumid ores {ver N PG, pp. 222 -
2 23 ),w la prod ucción " incansable e ilimit able " de " Io qu e lo s in ~lescs
Sost iene qu e [as "s ociedades " son esencia lme nte aso cia cio nes po lítica s en las llaman con fortable" , y la " inm ensidad " desterrito rializante del meren-
que las per sonas (con derecho s na t ura les) de ciden in gr esar contract ua lment e d o mu n dw.l. GO La soc ied ad civil es un poder tr emendo, un abstracto "t e-
co mo ciudad anos . Es u na "unió n d e age ntes in d ividua les ra cionales y urtic u- rreno de la med iació n. En ella se libera roda ind ividualidad (... ) en c l];l
la do s" que, "por med io de la disc usión racional", ha n co nsen t id o en ser suje-
t nd ~ s. a u na volunta d común q ue luego t iene fuerza de ley (BTR , p. 44) . Los
desembocan to das las pasiones ". 61 Aunq ue go bern ada por leyes uatum -
in dividuos nat u ra lm ente a ut ó no m o s y "libres" se so meten vol u ntar ia me nte a les, crea una inter dep end encia human a que es "c iega " y consecuent e
la l ~ y,. que a seg u ra ,la a UI,o.llo m ía de lo d o s; esto t ien e Juga r en un es p acio te- ment e " accidental" (zHfalfig ) - un término fuertemente negati vo en el d is-
pOI Ogl C ~ . un espa cio polfrico. Par a Hegel, es el sis te ma (des po lit izado ) d e la
econ o rr na el qu e prod uce la fo rma social (ver BTR , p. 148). Y en la mo demi- c urso hegel ia no-oEn los textos tempranos es claro qu e esta infi nit ud de
d.;ld es.a fo rma : s ~a div isi ón del tra baj o. La so cied ad no es un a creac ió n. po lí-
nc a, amo eco no rmca.
55 . Tal como lo exp resa en el fragmento veintidós, "l a satisfa.:ción de las necesida- 57. Ver Hegel, Das Syslem der spek uÚltiven Philosoph ie, p. 230 . Hegel no cap'
des es una interdependencia general de todos entre sí". Georg Wilhelm Fried nch Hegel, ta del tod o bien los números de Smirh. De hecho , cada vez q ue se refiere a la fábri -
Das S)'stem ~er spekulatlllt7l Pbilosopbie: Fragmente aus VorlesUtJgsmalluskriptm ca de alfileres de Smith (180 3-4, 180 5-6, 1817-18 , 1819-20 , 1824-25), comete un
;rwr PblloS()phie der ,\latJtr und des Gtistes, 180l-1804, vol. 1 de [enaer Systementwiirfe nu evo erro r nu ménco, ind icand o q ue no era la exactitud de la nueva ciencia de
ed: Klau s Düsing y H einz J< immerle , Hamburgo, 198 6, p. 2 29; publicad o po ; Smit h 10 que lo intrigaba sino su con cept ualizació n innova nva. Ver Waszwk , TIJe
primera vez como ¡/!nem er Realphifosophie 1, ed. j oha nnes H offrneiste r, H am- Scottisb E"li gbt e" ment, pp . 130-13 1.
bu rgo, 193 2. En o posici ón comp leta a la teoría iusnat uralis t a [individ uos autó - 58_ Ver H egel Na t..rphilosopbie u"d Philosophie des Geisk s, vol. 3 de }enatr
no mos ~ n estado de na.l u ra [eZa ), ésta es una ant ro po logía histó rica mente especí- S)'Stmumtwiirfe, ed. Rolf-Perer Hnrstmann, 1 805 ~ ; Ha mbu rgo, 1987, p. 229. En ade-
fica de. lO t e rd ep~nd eo cl a mut ua: " a sí la filosofía dev iene [autoccnscien temente] lante, abreviado como N PG; publicado por primera vez como jenenser RealphilOS()pbic
la reo na de su ti empo " , BTR , p. 4 0. ti, ed . j oh an nes Hnffmeisrer, Ha mhurgo, 1931. Ver también Hegel, Das System der
• 56. La edición de Ho ffm.eisler de los escritos tem pr anos d e jena (q ue Hegel lla - spek ulativen Philosophie, p. 228, Y Waszck, Tbe St;ott ish E.nligh tenmm t, p. 229.
mo }e~u'nser Rea fpbdosopbu 1)' /1) ap arecie ron en 19 31-32. Estos textos fueron. 59. Es la interdependencia de la división del tr aba jo lo que le da al deseo " derc-
d lsc~tldo s de m a ner~ entusiasta por Gro rg Luck ács en Der ¡unge Hegel: aba die cho a aparece r" (N PC , p . 250). La mod a, "e sencial y razonable" , es la manifesta ción
Heziebun gen v o~ D Ja lek ttk und O konom ie, Berlí n , 194!l . T ienen un lug ar cent ra ! de esta insaciabilidad de las necesidades, cuyo cará cter ilimitad o refleja la d ivisión del
en. los coment afl;)S de H l"rber: Mn rcuse , Razón y rw olu cirín; Hegel y el surgi- t rab a jo (NI' G , p . 223). En La filosofía del derecho Hegel extiende este aná lisis tem-
'm ento d e la tcona ; Madrid, Alia nza, 197 9; Shlomo Avine ri, Hegel's T he ory o f the pra no de lo. sociedad civil, describiend o el "siste rua de las necesidades" como un pro-
Modan Statc, Londr es, 1972; Pau l Ch amlcy, Economie politiq ue et philosoph ie ceso de subd ivisión y multiplicación que continúa "al infillito" ; el proceso no tiene
chez S tuar~ et H~gel, París, 1963 ; y BTR . Riedel escrib e: " La as im ilación de H egel " límites euulira rivos". Hegel, Principios de la filosofía del d erecho, tradu cció n de
de [as teonas mas avanzad as de economía política, ta l co mo se encuentran en los Ju an Luis Vermal, Buenos Aires, Sudame ricana, 1975, pp. Ulll-190.
pen.sador es bri tánicos clásicos dud e Jam es Stu ar t hasta Ada m Smith y (en la Filo- 60. Hegel, citado en Waszek, The ScottislJ F,n/ighlenm ent, pp . 152, 150.
sofla Jel derecho, de 1821) David Ricar do, no tení a par alelo en la filosofía idealis- 6 1. Hegel, Principios de la filosofía del derecho, p. 183.
ta alema na de su período" , BTR , p. 108.
288 5 11 SAN BUCK · MoRSS ! M>\.CTN AN D O EL CAP II A L

las necesidades human as, el c recimiento ilimitado de bienes y deseos hu-


man os, atemoriza ba a Hegel. Escr ibe en el tex to de 1803-4 : "( ... ) las ne-
cesi dades y el traba jo (.. . ) [crea n] un siste ma mo nstr uo so de depen den-
_..,. .. _,. . _-.1.. _.. _ _.
CAII Tt rl t UII U IVL 4.. ,.,...._0;..• • ~ _ _ .. rA.... ' '"''1 '';'' 4 lu...,..... .. R.o... l..r ·I, I3-

cia mutua , un a vida de los m uert os inte rna me nte ag it ada, la cu al, e n s u
movimi e nto , se m ue ve ciega y elem enralmen re, y co mo un an ima l sa lva-
je, neces ita un a ma nsa mient o y un contro l firmes y r ígurosos v.é! El es-
tado, a trav és de la ley y la po licía, es el poder oposic iona l necesa rio
co ntra el car ácter salva je del siste ma . Trae o rden, esta blece límites,
a mansa el a n imal. Prec isa ment e retirándose de la na t ur aleza mo nstruo-
-_ - ,
.. _. -
...
sa de la socie dad "civil". H egel int rod uce el estado como un deus ex ma - " "
china (ver BTR, p. 125 ), porque sólo por med io de la racionalidad y
cen t ralidad del estado la vid a colectiva se vuelve accesibl e a la concien-

cia ind ividu al y el pu ma ciego ce nt ral de la' soc ied ad civil es superado. :
En re alidad, podría decir se que H egel t oma la visió n del cuer po so-
...... . ...... ;
cial de la teoría económica clásica y, vo lcándo la so bre el eje pe rpe ndicu-
Fig. 8: -Mapa fig urati vo de las wces ívas pérdida s de hombres del
la r de l tiempo, la reinscribe en el reino político. en donde, sustra ída de
Ejército Fran cés en Ru sia, 1812-1813 ". Extraido de Tutte, The Visual
los sucesos ins ípidos y accidenta les del me rcado y relocali zad a en los Disp lay of Quanritanve lnformano n. Charles j oseph M inard combina
dram á t icos y sa ng rie ntos campos de bata lla, es leída como la historia de un ma pa de da tos con una serie tem poral de la invasión de Na poleón a
la libe rta d. En el mismo pe río do tem prano en que estuvo ex pues to a La Rusia. Comenzando por la izquierda, la banda grlteSiJ muestra el
tamaño del ejército francés. cuarenta y dos mil hombres, cuando
riqueza d e las naciones, H egel leyó la Weltgeschicht e (17 85) de Sch-
invadió Ru sia en iunío de 1812. El anch o decreciente de la banda
ro kh, la c ua l conci be a la h isto ria m und ial , en efecto, como una fá br ica denota bajas. La banda oscura es la retirada, y está conectada con
de a lfileres, ya qu e "( ..• ) na d ie ha lleva do a ca bo una acción de manera escalas de temperatura -el inviern o rus o crue lmente [no-, a t ravés de
total. Dad o q ue la to ta lidad de una acción , de la cua l só lo un fragme n- las cuales el ejércit o volvió esforzada mente a Polon ia.
to perten ece a cada actor, está d ivid ida en numero sas pa rtes", la recio-
nalidad de la histor ia só lo es accesi ble a travé s de la reflexión: "la obra
[de la histo ria) no es realizada com o un hecho sino co mo un resultado
18 19-1820 sob re la Filosofía del derecho esta analogía con la sociedad ci-
qu e es pel1sado ".63
vil es explícita : "(... ) el secre to d e la histo ria universa l es (... lla inversión
Es a través de las pasiones y deseos de los gran des hom bres, actores po -
de las metas parti cular es [para que devengan la me ta general de la realiza-
líticos antes que económicos, como la razón "astu tamente" se a bre cam i-
ción dc la razó n]. Esta inversión (Umkehrungl es la misma que hemos visto
no en la histo r ia, logrando para la acción colectiv a una racio nalida d qu e le
en la sociedad civil [lJiirgerliche Gesellschaft]. En la medida en que el indivi-
está negada a la acció n de los individuos. En las lecciones qu e dio H egel en . u1ares, 1as hace o bietivas"
duo lleva a cabo sus metas pa rnc jenvas". 64 Hege l ime1uso

62. Hegel, D,/S System der speku lativen l'hilosophie, p. 230; compárese con
N PC, pp. 223 ·224. 64. Hegel, Philosophie des Rechts: Die Vorlesung van 181911.820 in einer
63. Hegel, "Pragrnents oí l Iistorical Studies", trad . de CJark Butler, Clio, 7, oto . Nachschríft, ed. Dieter Henrich, Frankfurt am Main, 1983, p . 182 . Esta es 1:1. pri-
ño de 1977, 128; ver Wasu k, The Scott ísb Enlightenment, pp . 119. 128. mera publicación de la t ra nscripción de esas lecciones, un manuscrito recientemen-
te descubierto en la LiJ1y Library de Indiana Llniversiry.
a

290 S USAN BU CI::· M o llsS l M A G 1NANOO El C....P IT... l 29 1

se apropia de la metáfora base de la economía polít ica para describir el v


proceso de la histo ria. En 1816 escribe que a pesar de la derrota de Na po-
león en Waterloo, El intento de purgar la "ciencia" de la economía de tales preocupaciones
acerca de valores normativos señala la ruptura epistemológica más profun-
el mundo le ha da do a la época órdenes de marcha (...) Esta [fuer- da entre los econom istas clásicos de fines del siglo XV II I y los economistas
za ) esencial procede irresistiblemente (... ) con movimient o impercep- neoclásicos de fines del siglo X I X . Si estuviéramos siguiendo aqu í el canon de
tib le, co mo el sol atravesando tod as las pruebas. Innumerables tro- la historia de la teoría económica rasrreariamos precisamente este movimien-
pas livian as la flanquean por todos lados, arro jándose al equ ilibrio a to, describiéndo lo como la " profesionalización" de la disciplina. La teo ría
favor o en co ntra de su progreso, au nque la mayoría de ellas son por económica está hoy preocupada por la tarea mucho más estrecha de descri-
com pleto igno rantes de lo que está en juego y simp lemente reciben bir " leyes" que den cuenta de las regularidades del com portamiento del mer-
u
golpes en la cabeza como si vinieran de una man o invisible. cado como racionalidad de medios interesada en sí misma, mientr as perma-
nece totalmen te indiferente a las preguntas nor mati vas sob re la racionalidad
Por supues to , la metáfora de Hegel es t~n tr amposa co mo la original de (os motivos individuales o la raciona lidad sustantiva de los fines sociales.
de Smirh, tal como 10 ret rata gráfi camente el despliegue visual (1861) de En el lenguaje de Alfred Marshall y su escuela, la premisa antropológica dI·
Charles }oseph Minard de la invasión francesa a Rusia (Fig. 8).64> La "as- la economía política se red uce a la " ley" formal de que "( .. •) todo hombre
tu cia de la razón" de Hegel juega, en el plano político-h istór ico, precisa- d esea max imizar la diferencia entre la suma tota l de sus satisfacciones y la
mente el pape l que la "ma no invisible" de Smith juega en el plano socioe - suma total de sus sacrificios, ambas descontadas al mo mento actual" (EA, p.
co nómico, incluyendo el pa pel ideológico de justificar el dañ o hecho a los 576).67 Y aunque en la teoría de la demand a todo valor depende de estos
individuos en tér minos de " progreso" para el co lectivo socia l. Lo que de- deseos subjetivos, su origen está cubierto de misterio. Tal como han nota do
be enfatizarse, sin embargo, es que tanto Smith como Hegel ente ndían los antropólogos Mary Douglas y Baron Isherwood, "( ... ) es extraor dinario
que la eco nom ía po lítica pertenecía a un d iscurso filosófico más gene- descubrir que ninguno [de los economistas} sabe por qué la gente desea los
ra l, un d iscurso que incluía la reflexión crítica - una d imensió n no rma- bienes" . Los economistas esquivan esta cuestión, " limpiando" su disciplina
tiva- com o par te necesaria. de " psicología" y asumiendo como dados los "gustos" ."
Por supuesto, los economistas neoclásicos de la revolución marginahsra"
d e la década de 1870 extrajeron (extremadamente variadas) consecuencias

65. Cana de Hegel a Pnednc h Irnmanu el Niet harnrner, 5 de julio de 1816, 67. Mar shall "a doraba " a Kant y sostenía que la Fil050fia de la historia de Hegel
Hegel: Toe Len e-s, tr ad . Clark Butler y Christia ne Seiler, ed. Buue r, Blo omington, había influenciado la "s usta ncia" de sus perspectivas (EA , p. 7 80 n.19, 78 0 ) pero
Indiana , 1984, p. 325. no hay rastr os de hegelianismo en sus análisis y la influencia kanti ana era más la
66. La concepción del pro yecto de Marx par a El capital fue contempor ánea del preocupación nenk antia na por dar le fundamento s a la "ciencia" social que la racio-
gráfico de Mi na rd. Su brillantt:Z es similar; su elocuencia crítica deriva del hecho nalida d crítica del proyecto or iginal de Kant.
de que nos sumerge bajo la super ficie del intercambio mercant il hasta el nivel real 68. Mary Douglas y Ba ron Isher woo d, The Wor/d of Go ods, Nueva Yor k,
del su frim iento hu ma no - cn este caso, miles de trabajado res fabri les-, 'l ile era la 1979, p. 15 .
ven tad vivida del capitulismo realmente existent e d urante la era de 1<1 indus trializ a- 69 . Aunqu e existían precedentes desde tan tempran o como 1830 y aunque la reo-
ción. Marx insistía en que debían hacer se visib les y palpables los efectos hu man os ría ma rginalista libró una batalla cuesta arriba antes de ser aceptada a fines de siglo
de 1" economía, y ésta es su cont ribución ,1 la econo mía política, sin impo rta r con (debiéndose ma yormente su victoria a su fuerza como con rraar gumento a las críticas
cuá nta frecuencia sus teo rías - de la crisis, del valor, de la miseria creciente- pue- marxistas al cap ital), el término rel'o/uá óll marginalista se refiere al "descu bri-
dan ser refutadas. miento" casi sim ultán eo pero co mpleta mente indep endiente - por parte de William
--- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ,!"""- - - - - - - - -------- - - - --
292 S USAN B UCK -Mo RSS I MAGI NA N DO E l. C A r IT A I. 29 .1

sociales y polít icas de sus teor ías.70 Sin em bargo, pa ra su pretens ión de
esta r ha ciendo "ciencia " fue crucia l la red ucción deliberada de su visión
de la economía po lítica hast a un punt o de indiferenc ia norma tiva. El cri-
terio del conocimiento científico no era el juicio cua litativo sino la medi -
ción cuannran va."
La imagen proronpica de esta visión es la curva de oferta-dema nda (Fig. 9)
descripta por Schumpeter como "planes de demanda o curvas de voluntad de
com prar (bajo cierta s condiciones generales) cantidades estipuladas de un a
merca ncía a precios estipulados, y planes de oferta o curvas de volun tad de
vender (bajo ciertas condiciones genera les) cant idades estipuladas de una mer-
cancía a precios estipulados" (EA, p. 602). La "ley" en la qu e esto se tra duce '/ 111
es que hay una productividad margi nal decreciente y una demanda marginal

decreciente, de tal manera que el intercambio sucede cuando la importancia VII
marginal rela tiva de la mercancía recibida excede la de la mercancía ent rega-
da por cada parte en el interca mbio. "Esta importancia margina l no es una
VI
magnit ud cons ta nte sino que cam bia con las diferentes perso nas y bajo cir- V
cunsta nc ias diferentes", ningun a de las cua les preocupan al econom ista :
IV

Sranley jevons, Carl Menger y Lee n Walras (en Manchester; Viena y La usan ne alre- 111
dedo r de 1870 ..- del principio de utilida d margi nal decreciente. Ver Mark Bla ug,
f..t:onomic Theory in Retrospt'Ct, Cambridge, 1985, p. 309; en adelante abreviado
11
como ET. Marshall sintetizó sus co nt rib uciones en Prinap les of Ú OllQPni cs.
70. " Uno de los aspectos mo lestos de la teoría de la ut ilidad pareció SC'r la de-
ducción de que só lo una dismb ución igua litaria del ingreso maximiza las satisfac-
cie nes, Después de 1870, la mayoría de los escnrores fue extrema damente criti ca de
las desigualdades existen tes en la dist ribució n del ingreso y no duda ron en uti lizar
la teoría de la utilidad pa ra fo rtalecer su perspectiva crítica (... ) 10
" La tradición mar shalliana culmin ó en el Wealth and \Ve ffare de Pigou ( 1912 ),
que es virtua lme nte un boc eto del estado de bie nesta r. Los fabia nos ad opta ron la
teo ría de la utili d ad en los Fahian Essa ys de 1889 pa ra exhibi r las desigualdades
sistemá tica s del mecan ismo de mercudo (...) la Escuela Au st ríaca era marcada- Iíg. 9: Curva de oferta y demand a. De lsaae lfich Rub ín,
mente conservadora y se entregó a ataq ues contra el socialismo mientras adhe ría al Essays on Mar x's Theor y of Valu é, 1972 .
laissez-iaire", ET, pp . 302-303.
F. A. H ayek, un a figura podero sa en el siglo xx en la Universidad de Chicago ,
trab ajó en la tra dición austrfacn.
71. " El papel dominan te del co ncepto dc sus titucio nes en el mar gen en la nue-
va eco no mía da cuenta de la aparición repentina del razona miento ex pliciramen-
le matemá tico (...) N o es la teu ria de la utilid ad sino el m ar gjnalismo co mo ta l el
que le con firió a la mate mática un papel prominen t e en la econom ía después de
1870" , E.T, p. 296.
i
294 S U SA N I\U CK - .\1 0 R SS I M AG I N A N D O EL C A r IT A L 295

"todo lo que con ocemos es Id im por t ancia relativa del inc rement o de

I u na merca ncía resp ecto de la d isminución de ot ra" (ET , p. 30 9).71 To-


d o el prob lema de la po lar ización de clase desaparece en la teoría de la
I Ir ut ilidad marginal po rque ta nto las "ga nancias" del traba jo como las del
ca pita l están determinad as numéricamente por la últ ima a plicac ión ren-
I
pump·handle
rabie de cada un o (t ra ba jo y capi ta l) en el margen." y lo m ismo sucede
co n el problem a del esq uema de fert ilidad. El modelo ma rginal supone
sluices leaks

I
el crecimiento" y luego en foca el co mpo rtamient o eco nó mico indi vi-
d ual, en el cu a l el mismo meca nismo de escasez y deman da establece el
p rec io de los salaries del t rabaj ado r, las co mpras ent re empres as y las
¡ '0. co mpras del co ns umidor. l a elecció n del consumid or determina el valor,
defin ido po r el austríaco Cad M enger (18 71 ) co mo " (... ) un juicio (... )
• 75
so bre la importancia de los bienes a su dis posición " . El modelo es un
mod elo de equ ilibrio en un ma rco esenc ialmente estáti co . N o sólo el cre-
Fig. 10: Goteo: los efectos de restricciones leves al presupuesto cimiento está " dado" co mo var iable exógena, sino qu e también se supo-
en l.ls economías socialistas. Ex traído de janos Kornai, ne n la escas ez de recur so s, la moti vación del con su midor, el crecim ien-
Contradicrions a nd Dilemmas, 1986. to de la pob lación y la distr ibución del ingreso (la d iferencia de clase).
El pro blem a econó mico es la fijación de precios y la asignación de re-
...-..... ~ cur so s de ofertas fijas.
l a eco no mía neoc lásica es microeconomía . El minimalismo es ca rac-
terístico de su despliegue visual. En el cruce de la cur va de oferta y de-
mand a, ninguno de los pro blemas sustantivos de la eco no mía polít ica es
resuelto, mientras que el todo social simplemente desaparece del cuadro.
Una vez que esto sucede, la reflexión crítica sobre las co ndiciones ex óge nns

72 . "U n crítico poco benévolo pod ría decir que los economista s neoclásicos gana -
ron una ¡;cneralidJd mayo r sólo al p recio de hacer preguntas más fáciles" , ET, p. 299.
73. Esta es; la teo ría de Thüne n de las " relaciones simétr icas" entre trabajo y
capita l. Ver j oh ann H einrich von Th üucn, Der iso íierte Staet in Bczichung mt(
Landioirtscba]t und Nali onalókOllom ie, [ cna, 1921 y Von T hünen 's /solated Sune,
tra d. de Carla M . War tenberg, ed . Perer H all, Dx for d, 196 6.
74. La "teoría de la empresa" de Marshall hacía equivaler el crecimiento econó-
mico con la expJ. l1si6n de 1J. empresa, U11 modelo nrg aniz acional de fertilidad que
data del cam bio de siglo (ver ltig. 2). N órese que en la fant asía de M arshallla em-
pr esa era nrg.inica, con un crecimiento que, al final , era seguido por el inevitable
Fig. 11: " Intercambio de bienes y servicios en los Estado s Unidos para declive y la "seni lidad ".
75 . Cit ado en F. A. IInyek, Th e Fatal Clme ei/: 11Je Errors of Socialism, vol. 1 de
194 JM . Ex traído de Wassily W. Leonuet, Input-O urpur Econ ornics, 1986.
las Collected Works of F. A. Hayek. ed . W. W. Bar tley I1I , Chicago, 1988, p. 95.
--------------.. ~-------------
29 7
IM AG I N AN O O EL CA P ITA L
296 SU SA )<i' B UCJ;- Mo RS S

to t al, fija r los precios '1 ma nejar la distribu ción en modos qu e violaban
,."u ... t odo pri nc ipio no só lo de las fue rzas del me rcado sino t ambién de la vi-
d a po lít ica de mocráti ca ? ¿No ha demostr ado Jan os Komei de ma nera
conc1usiva que la verd adera representación de la eco nomía soviét ica no
es una persp ecti va o lím pica sino la perspectiv a del plomer o de un flu jo
obt ur ad o , uno qu e pro duc e estruct uralme nte escasez, deb ido a las sua -
ves rest r icciones al pres upuesto (Fig. ID)? Incl uso el keynesian ism o -el
c ual al pr inc ipio [Uva una é poca di fícil e n la ob tenció n de ace ptación,
precisa mente porque el -pl aneamíento", incluso en el senti do limitad o
de políti cas de gobiern o para est imul a r la econ omía , olía a socialismo
p ara a lgunos y a fasc ismo pa ra otros- nunca tra tó de ded ucir de la eco-
n omí a una visión de la socied ad co mo un tod o . De ac uerd o con los key-
n esianos, "la econ om ía " podía " enferm ar se", " descarrilarse" o nec esitar
" repa racio nes ", pero se la ente ndía co rno un meca nismo al que ha bía
q ue remen da r par a o btene r res ultados soc ia les en el plano macr oecon ó-
m ico , m ientras se dejab a a las accio nes microeconómicas fue ra del con-
t rol guberna me nt al.
Fig. 11 (w ntinuación) Desde la esta ngflación de la décad a de 19 70 (inflación y c recimiento
n ega t ivo que son insensibles a los remiend os keynesianos), la teoría del
juego y la elección racional le ha n dado un giro a just ado a la moda a la
t eoría neocl ásica del mercado, mientr as q ue el neoinstít ucio nali smo ha
de una situa ción "'dad a " del me rcado se vue lve imp o sible, y la filosofía corregid o su pe noso olvi do de l con text o social. En la actu alidad , su po-
d.e la eco no mía política se emp o brece teórica mente t a nt o, que pued e de- sición hegemónica par ece asegurad a. En la teorí a del mercad o, por su-
cirse que ha llegad o a su fin . puesto, el indi viduo reina de ma nera absoluta. Incl uso cu a ndo los acto -
res econó micos son es tados o em presas, su razo na miento ma ximizador
de recursos ocurre sin ni ng una visió n del todo. De hecho, su im posib ili-
VI d ad es el o rigen de las teo rías de la racio nalidad limitada y co nsec uente-
mente - cir cunscr ipta " de la elección económi ca. En lo que respect a a la
Se ha n hecho serias objecion es a la t eo ría neocl ás ica de la de ma nda en e no rme industri a del modelado econom étrico, m uchos de sus pract ican-
los últi mos cien a ños, pe ro mie ntra s este siglo llega a su fin, la teo ría del t es se enorgullecen de 110 intenta r re presenta r en a bso luto la ex istenc ia so-
m~ rca do parece ha ber so rte ado la s tormentas de sucesos políticos m uy cial em pír ica. Extr a ñam ente discord ant e con e! pa so de la histor ia, la o bra
exit osam en te. Co n su per ce pci ón minimulisr a de la s tran sacciones eco- del ganador de! Nob el Wassil y Leon rief ha resucit ado un a visión t an gran-
nó micas, pa rece no te ner prete nsion es me ta físicas . Sin dud a , a nte la de- di osa como la or iginal de Quesnay (Pig . 11). La ta bla matriz re present a la
sap aric ió n de la filoso fía de la economía , muc hos d irá n " ¡de bue na te t ot alida d de la econo mía, descompu est a en cuarenta y dos secto res, con fi-
libraste!". ¿N o era acaso , después de roda, el pro ble ma del socia lism o las hori zontales mostrando lo q ue cada secto r envía a los otros, y las filas
so viético el c reer q ue po d ía pla nea r la producció n eco nó mica desde un vert icales mostrando lo que cad a secto r cons ume de los otros. De· nuevo,
centro po lít ico que prete nd ía ver el todo y busca ba ordena r la pro ducción
299
SUS" ""
'" B U CI( - M o RS S IM AG I N AND O H . C""'TA l.-

co mo co n Q uesn ay, el obj eto de esto s cuadros de " insumo- pro ducto " es " tot alizantes" ? Si es así, podría ap un tarse que el sistema global no va a de-
demost rar que la red de int erde pend encia socia l producida por la acti vi- sa parecer simplemente porque nosot ros los teor izadores nos neguemos a
da d económ ica no tiene fisu ras. ' 1" ('O acaso se debe a que las con tr adiccion es. sociales . qu e
ha hl ar de e.
Los cuadros de Leonne f sa tisfacen una necesidad de visualizació n que cond u jero n a Smit h y a H egel a bat irse en a presurada retir ada h~cla la
la a hora hegem ónica teoría económica neoclás ica se niega orgullosa mente teología (la man o invisible de Dios o la astucia de la razón de l G etst ) es-
a satisfacer. Cuan do Fou caul r alaba la invisibilidad de la man o de Smith t án dest inad as a salir nu evamente a la superficie, esta vez de un modo que
porque no le otorga al sobera no co nocimiento suficient e para co ntrolar el amenaza la misma institución de la nación . la riqu eza de la cua l se supo -
campo social del deseo indi vidual, olvida el otro costado, que los indi vi- nía que el descu br imiento/ invención de la economía iba a asegurar?
d uos deseanres tam bién carec en de este conocimiento, y qu e este conoc i-
mien to es vita l pa ra un a respuesta política efectiva. Hoy, cuando los cuer-
pos polít icos de los estados-nación se sienten pr ofund amente rensionados
por la fuerza de arrastre de una economía glo bal, la afirmación de Pou-
caulr de la incapacidad para visualizar la ecénorma puede tener un pa pel
en las manos de un nacionalismo reaccion ario que florece precisament e en
las co nd icio nes de ceguera respecto de los deter minante s o bjetivos de la vi-
d a social con tempo ránea. En 1993, en Moscú, el plan para la transform a-
ción económica hacia un merc ado cap italista fue descri pto por los funcio-
narios y por la prensa en una forma represenracion almente emp ob recida
como , sim plemente , el vbig bang" (en inglés en el original). Se suponía que
est e boom místico. invisible, de sonar, importad o desde Har vard po r eco-
nomistas, pro po rci onaría par a trec ientos millon es de rusos algún tipo de
renacim iento cósmico a part ir de las cenizas de sete nt a años de gobierno
sov iético. Saluda do com o el co mienzo de una nueva era, al ciud ad ano pro-
medio le parecía, por el contrario, que conducía a la sociedad cada vez más
pro funda mente hac ia un agujero negro . Sin ningun a nueva visión de su vi-
da social, sin ningu na manera de refigurar su identidad, los rusos han res-
pon dido ret irándose a una ident idad co lectiva de unidad étnica igualmen-
t e mística pero culruralmente familiar, un a identid ad q ue encuentra una
voz arerr orizadora en la ret ór ica política de Vladimi r Z hirin ovsky. Una vi-
sió n filosófica, crít ica, del cuer po soc ial tal como es prod ucido por la eco-
nomía global proporcio na una alternat iva a la política del n acion alismo re-
76. Predri c j ameson, le excepción obvia, roda via supone que l ~ economía pro-
novado. Tal visión alternativa tiene la venta ja salud a ble de corresponder a
porciona una base para los fenómenos cultu rales en vez de ser ella mlSr~a un p~o du c.
los hechos, dado que es de inte rdepende ncia económica y no de pureza ét- to cuh ural. Bill Bro wn ha propuesto que " veamos" la evidencia llla te~ lal ~e1 ssstema
nica de lo qu e nuestr o mun do está comp uesto. a través de los medios (en lugar de los gnificos de Playfair). Esto sugiere interpretar
las imágenes globalescomo cifras para el sistema, el cual es en la aetualLdad tanto
¿Po r qué en la actualidad la teoría general mente esquiva el desafío de
cultural como (¿más qu e ~ l económico.
visualizar el t odo socia l? ¿Se trata acaso del tabú contra los d iscursos
I
índ ice

N ota preliminar 7

Walter Ben jam ín, escrito r revol uciona rio 9


• El Libro de los Pasajes de Benjamin: redi miendo
la cultu ra de ma sas para la revolud ón 79

El flánn4r. el hom bre-sa ndwich y la pu ta:


las políticas del vagabundeo 117

Estética y anestésica: una reconsideración


del ensayo sobre la obra de arte 169

La ciuda d como m un do de ensueño y catástrofe 223

Imaginando el capita l:
la economía po lítica en exhibición 255
2

Se terminó dt impri mir en el mes de sepüeln bre de 2005


en Gnific n MI'S, Sanria¡.:o del Estero 33M,
Ce rli, Pro vincia de Bllenos Aires, Argent ina.
Tlruda: l.S 00 ejempla res

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