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EJERCICIOS

Reconociendo la energía personal

Este ejercicio nos conectará con la sensibilidad de nuestra propia energía. Si


bien ésta existe siempre, al realizar este ejercicio trabajamos sobre el reequilibrio
y la conexión con el chakra del plexo solar (ver Capítulo 5).

Por medio de la ejercitación, lograremos desbloquear y


reequilibrar problemas digestivos, ya sea de ideas o de
alimentos, desequilibrios en la voluntad -a nivel mental- y de
toma de conciencia de nuestro entorno social.

Una vez adoptada la postura, y permaneciendo lo más


relajados posible, centramos nuestra atención en el centro de
las manos, ubicando la mano izquierda sobre el corazón y la
derecha, sobre el plexo solar.

Cuidando que la parte superior de los brazos permanezca


pegada a las costillas, las palmas deberán enfrentarse, con
los dedos relajados a la altura del estómago. En cada
inspiración, se separarán las manos y en cada exhalación se
juntarán sin tocarse.

Lenta y rítmicamente, se realiza este ejercicio nueve veces, atendiendo al punto


ubicado en el centro de las palmas llamado Laogong. En el noveno movimiento,
tratamos de que la punta de los dedos se toquen, como sosteniendo una esfera.
Luego, respiramos normalmente, poniendo atención en el punto Tantiem.
Despegamos las puntas de los dedos y las juntamos, con respiraciones cortas y
observando cualquier fenómeno que se produzca a la altura sensible de las yemas
de los dedos.

Para finalizar este ejercicio, volvemos a abrir suavemente


las manos y las ubicamos en el centro del Tantiem.

Quizás el efecto que se produce es denominado "efecto de


los imanes". La diferencia es que aquí tanto la izquierda
como la derecha cumplirán la función bipolar de
imantación. Cabe aclarar que esta función se cumple
continuamente, tal como lo señalamos al comienzo. Este
ejercicio sólo nos hace tomar conciencia de nuestra propia
energía, sin que esto signifique en sí mismo un aumento o
disminución de la misma.

Reconocimiento de la energía del Cielo: Yang

A partir de este ejercicio tomaremos contacto con la energía


del Cielo, permitiéndonos reconocer que si bien nuestra energía personal es única
y variable para cada uno, la energía del Cielo no es ajena a la de nuestro propio
cuerpo, tal cual lo explicamos en los primeros capítulos de este libro.

Lo que haremos ahora es reconocer la unión existente entre la propia energía y la


energía del Cielo mediante el chakra laríngeo (en la primera parte) y el chakra del
tercer ojo y de la coronilla (en la segunda parte).

Esto nos ayudará a desbloquear cualquier desequilibrio que hubiera en estos


chakras, a alinearlos con su energía correspondiente y a reequilibrar problemas
visuales, hormonales y mentales tales como depresión, angustia o estrés.

Primera parte

Una vez ubicada la postura como lo hemos hecho anteriormente y siguiendo las
indicaciones dadas al principio de este capítulo, conectamos las manos en el
corazón y luego de realizar unas respiraciones en esta postura, reconociendo la
propia vibración energética, ubicamos las manos delante del pecho, con las
palmas hacia arriba a fin de conectar con la energía del Cielo.
Inspiramos haciendo llegar la energía del Cielo hacia el punto Laogong y
exhalamos, llevando las palmas por el frente hacia el Cielo, haciendo descender la
energía cada vez que las manos bajan hasta la altura del chakra laríngeo, como lo
muestran las fotos.

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