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Bitácora de Clase 21 Julio
Bitácora de Clase 21 Julio
21 de julio de 2018
El 21 de julio del 2018 aconteció que a razón de las 9:00 a.m. llega la maestra y
comienza la programación de trabajo del día con los asuntos preliminares: un saludo
cordial, la presentación de la maestra y compañeros, presentación de la asignatura,
debate del programa de clase y bibliografía.
Estas dos actividades, a mi parecer, fueron el plato fuerte del día. A continuación
comento la primera.
Su línea del tiempo registra el germen de la escritura hacia el 3600 a.c. con el
surgimiento de una protoescritura. No es hasta 3000 a.c. que hay pruebas físicas de
escritura con la utilización de las tablas de arcilla en Mesopotamia. Desde ahí la
escritura y su soporte físico una carrera evolutiva cada vez más veloz.
Surgen papiros en Egipto (2800 a.c.) Pergaminos en Grecia y Roma (2500 a.c.). Hacia
el siglo III a.c. se crea biblioteca una magna biblioteca en Alejandría con el propósito
de conservar el acervo cultural de la época. Esta biblioteca, pensada por Alejandro
Magno, albergaba más de 500 mil manuscritos procedente del lejano, próximo y
medio oriente; así como de Grecia.
La invención del papel en China (II a.c.) supuso un avance significativo a la escritura
y la invención de la imprenta fue el primer paso para la conformación del libro y su
propagación primero por Europa y luego por todo el mundo. Pues, con el
descubrimiento de América la imprenta llega al Nuevo Mundo y abre un nuevo
capítulo.
Los avances tecnológicos de los últimos tiempos significaron para la escritura una
metamorfosis. La era digital trajo consigo la escritura digital. Hoy por hoy no se
necesita un soporte físico para la escritura ya que se cuenta con espacios digitales
para propagar lo escrito: Páginas web, blog, libros digitales, periódicos y revistas
digitales, etc. Muchos de los libros físicos son sometidos a procesos informáticos
para ser transformados en digitales. Eso supone una gran ventaja, por un lado facilita
la propagación y por el otro es asequible económicamente.
Quiero centrarme en algunas afirmaciones que la autora deja en claro. Una de ellas
es que la lectura y la escritura no son habilidades aprendidas fijas y aisladas, sino que
hay que irla cultivando en cada etapa e integrándolas con las diversas áreas del
saber. Carlino demuestra que es falso la concepción que se tiene de los estudiantes
que llegan a la universidad ya saben leer y pueden enfrentar la lectura de cualquier
texto. Explica que leer en la universidad es diferente de cualquier otro ambiente
escolar que se haya tenido, por tanto, los estudiantes deben aprender a leer en la
universidad. En este proceso deben interactuar el docente, la institución y el
estudiante, esa integración debe darse para completar lo que ella llama:
Alfabetización Académica.
En conclusión, la autora propone que todos los docentes de todos los niveles se
ocupen de la alfabetización académica. Para ello propone actividades que van
directamente relacionada con la lectura y escritura: elaboración rotativa de síntesis
de clase, tutoría de monografías grupales, respuesta escrita a preguntas sobre la
bibliografía, lectura con ayuda de guías, reescritura del examen, preparación de
ponencia, entre otros.