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EL VALOR DEL SILENCIO

¡Cuánto nos cuesta la reflexión! Se nos impone vivir desde afuera, se nos dice en que
tenemos que divertirnos, trabajar,... nuestra vida está llena de ruido. El cine, la radio, la
televisión, el deporte, las fiestas... nos hacen vivir contra reloj en una absurda precipitación que
nos destruye. En medio de todo, no tenemos tiempo para reflexionar. Y nuestra vida va a la
deriva.
Esta noche es un alto en el camino. Deténganse un momento esta noche, sólo esta noche.
¿Donde va tu vida? Lo que pienses esta noche, y mañana, puede cambiar el resto de tu vida. Las
ideas que Dios ponga en tu mente esta noche te pueden hacer ir por la vida con los ojos bien
abiertos y con un camino recto a seguir.
Por eso es muy importante detenerse, reflexionar. Lo que sean tus ideas será tu vida. Y
las ideas se forman cuando piensas. Esta noche pregúntate: ¿Qué pasa en mi vida? ¿Por qué
cambio tanto? ¿Hacia dónde voy? ¿Qué quiero hacer con mi vida?
Silencio. Momentos en que te vuelves sobre ti mismo para examinar tus ideas y afirmarte
más en los verdaderos y auténticos criterios. Lleno de ruidos y de actividad, no piensas. ¡Párate
un momento esta noche, al menos esta noche y enfréntate con tu yo sinceramente!
Nos da miedo el silencio. Nos disgusta porque nos duele algo dentro. ¿Sabes que nos duele?
Nos duele que vayamos por la vida sin sentido. Nos encontramos tan vacíos, tan cobardes, que
necesitamos hacer ruido como el niño que canta cuando está en la oscuridad.
No tengas miedo esta noche y haz silencio. ¡Verás cuanto bien va a hacer a toda tu vida!
¡Verás como vas a escuchar lo que Dios te dice en tu interior! ¡Verás como se enciende una luz
en tu interior que te iluminará para siempre! ¡Cómo fecunda el silencio!
Esta noche, en el silencio de tu habitación encontrarás paz para tus reflexiones. Allí está Dios
que te hablará al corazón y te dirá confidencias de amigo. Escúchate a ti mismo y se te abrirá la
verdad de dentro.
Escucha y pon tu corazón atento al vuelo de tu espíritu. No es preciso huir del mundo y fingir
que todo a tu alrededor ha desaparecido. Contemplar es percibir el reflejo de Dios en todo. En
todas las cosas hay una huella caliente de Dios. Empieza a descubrir esta noche esa huella de
Dios en tu vida.
Haz la prueba, y verás cómo sales renovado de ese silencio. No será perder el tiempo esas
horas en que te encuentras contigo mismo. Vas a almacenar energía para enfrentarte con las
tempestades de la vida. Acude a Dios en busca de ayuda. Pregunta al cielo esta noche cual es
su mensaje.
A Dios se le oye mejor en el silencio y... ¡Si supieras que inmenso deseo tiene Dios de
hablarte! Detrás del silencio te espera Dios. Le sentirás presente cuando olvidado de la
hipocresía de este mundo, desnudo de la careta y del fingimiento, te abras y llames a las cosas
por su nombre.
Pero todo detrás del silencio. Grandes hombres encontraron en el silencio los resortes más
poderosos de su actividad. El desierto fue siempre fecundo. Busca tú un desierto en tu
existencia; un lugar solitario donde puedas hacerte dueño de tu vida, donde puedas cada día,
como un hombre puede hacerlo, examinar tu conciencia.
La máxima hipocresía es la del joven que se engaña a sí mismo. ¿De que te sirve ocultarte tu
dolencia? ¿Para qué intentas callar tu conciencia con exterioridades? Es inútil. Tu problema se
hace más grande a cada instante. Enfréntate noblemente contigo mismo en la soledad de tu
yo.
¡Qué poco es el tiempo que dedicamos a escucharnos a nosotros mismos! Escuchamos
música por horas, platicamos todo el día con unos y otros,... ¡Y no podemos dedicar y rato a
escucharnos a nosotros mismos! ¿Qué es lo que nos pasa? ¿Porque somos como somos? ¿Que
es lo que queremos hacer con nuestra vida? ¿Hacia donde nos dirigimos?
Esta noche vamos ha hacer todos juntos una noche de silencio. Vamos a respetar el silencio
de los demás. Vamos todos a escuchar el silencio.

El valor del silencio


El que guarda su boca guarda su alma; más el que mucho abre sus labios
tendrá calamidad. (Proverbios 13, 3)

¿Qué opinas acerca de esta frase?

Ora así:

"Padre, ayúdame cuando estoy hablando demasiado o cuando hablo muy fuerte.
Enséñame cuándo debo estar callado. En el nombre de Jesús, ¡amén!"

Dios habla en el silencio.


El silencio marca siempre la hora de Dios.
El silencio es el gran secreto del que sabe escuchar.
El silencio aviva la atención espiritual.
El silencio es el caldo de cultivo de la humildad.
El silencio marca el ritmo de la reflexión.
El silencio es el aire que respira la sabiduría.
El silencio nos sumerge en la práctica de la contemplación.
El silencio es el clima de una vida saludable.
El silencio es el lugar de la acogida amistosa.

¿Cuál te gusta más?


¿Porqué?

“CALLATE, SALVO QUE LO QUE TENGAS QUE DECIR SEA MÁS HERMOSO QUE EL SILENCIO”.
Hablamos demasiado. Tenemos en nuestro entorno excesivo ruido. En el silencio estoy
encontrando, ahora mismo, el secreto de la Felicidad que tanto ando buscando.

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