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Con la llegada de las nuevas tecnologías, el papel y el bolígrafo se ha vuelto

prescindibles.
No obstante, después de haber comprobado los beneficios que tiene escribir
utilizando estas herramientas, nos surge una pregunta: ¿existen consecuencias
por dejar de escribir a mano? Aunque muchos adultos se niegan a dejar este
hábito, el uso del ordenador, de las tablets y de los móviles nos incitan a ello, casi
sin ser conscientes.
Progresivamente, en las escuelas e institutos se han ido incorporando
ordenadores como una forma de apoyo para los estudiantes.
No obstante, Morocho Jaen y Katherine Malena, en su artículo “Internet como
factor causante del desinterés de los estudiantes al momento de escribir un texto,
señalan una de las primeras desventajas del uso de las tecnologías: “ya nadie
quiere escribir a menos que sea en ordenadores o teléfonos”.
Dejar de escribir a mano influye en el desarrollo de los niños
Aunque dejar de escribir a mano se considere una consecuencia natural de la
influencia de las tecnologías, su incidencia no ha sido para todos igual. Quienes
descubrieron el ordenador durante la adolescencia o la edad adulta aprendieron a
escribir a mano y se beneficiaron de ello. Sin embargo, hoy día los niños nacen,
como se dice coloquialmente “con una tablet bajo el brazo”.
Aunque es cierto que las tecnologías tienen múltiples ventajas, crecer con ellas y
darle un espacio no predominante a la escritura a mano puede afectar el
desarrollo cerebral de los más pequeños.
“La escritura es una tarea compleja que requiere diversas habilidades: sentir la
pluma y el papel, mover el instrumento de escritura y dirigir el movimiento por el
pensamiento”.
-Edouard Gentaz-

Las investigaciones de Karin James


La BBC entrevistó a Karin James, una neurocientífica y profesora en la
Universidad de Bloomington que, preocupada por esta realidad, realizó diversas
investigaciones con niños que aún no habían aprendido a leer.
Aunque sí sabían identificar algunas letras del abecedario, unirlas para formar
palabras aún les entrañaba una gran dificultad. Para comprobar las consecuencias
de dejar de escribir a mano, dividió a los niños participantes en 2 grupos:

El primer grupo estaba formado por niños que iban a aprender a
escribir a mano las letras.

El segundo grupo estaba formado por niños que aprenderían a escribir
con un teclado de ordenador.
Para saber cómo aprendían los niños, Karin se valió de resonancias magnéticas
para ver el nivel de activación cerebral que se producía cuando estaban
aprendiendo a escribir. Asimismo, también evaluó los cambios que se producían
en el cerebro a lo largo de todo el proceso de aprendizaje.

El vínculo entre escribir a mano y aprender a leer


Las investigaciones de Karin James arrojaron valiosos resultados. El cerebro no
respondía igual en los niños que aprendían a escribir a mano que en aquellos que
lo hacían tecleando las palabras en el ordenador. Los primeros presentaban una
activación cerebral similar a la que se produce en las personas que saben leer y
escribir. Esto no ocurrió con el segundo grupo.
Karin determinó que la escritura a mano establece un vínculo entre aprender a
escribir y aprender a leer.
Por lo tanto, el hecho de prescindir de la escritura puede provocar serias
dificultades a la hora de aprender a leer y todo lo que ello conlleva (atención a la
lectura, comprensión, expresión escrita…).
El día 23 de enero de cada año se celebra el día nacional de escritura a
mano.
Las tecnologías y escribir a mano
¿Se podrían utilizar las tecnologías sin que esto significase sustituir la escritura a
mano?
Podría hacerse, por ejemplo, escribiendo sobre la pantalla de una tablet con el
bolígrafo adecuado para ello. Sin embargo, nos encontramos con algunas
diferencias. No ejerceremos la misma presión sobre una tablet que sobre un
papel. Esto puede hacer que, al escribir sobre el papel, nuestra mano se canse
antes si no estamos acostumbrados.
Además, escribir sobre un dispositivo electrónico no es tan sencillo como puede
parecer.
Para darnos cuenta de esto solo hace falta recordar los momentos en los que nos
llega un paquete a casa y nos hacen firmar sobre una pantalla. Nuestra firma
termina careciendo en la mayoría de los casos de mucha precisión. Con todo esto,
no nos podemos olvidar de otra consecuencia importante de dejar de escribir a
mano: la ilegibilidad.
Si no practicamos, al final la mano que utilicemos para escribir se volverá torpe y
nos resultará cada vez más difícil expresarnos a través de la escritura. Y tú, ¿aún
escribes a mano?
Raquel Lemos Rodríguez
https://lamenteesmaravillosa.com

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