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Módulo 1

Los derechos
reales. La
publicidad
posesoria
1. Los derechos
reales–generalidades:
definición y diferencia
con los derechos
personales

1.1 Derechos reales. Diferentes


definiciones. Definición legal
Buteler Cáceres (2005) divide a los derechos subjetivos en:

I. Derechos que importan directamente a la persona y son extrapatrimoniales,


por ejemplo derecho a la integridad física, a la intimidad, etc.

II. Derechos que importan directamente al patrimonio:

Derechos personales: existe una relación jurídica entre un sujeto deudor y uno
acreedor que puede exigir del primero la realización de una prestación de dar,
hacer o no hacer. Están reglados en el libro segundo del código civil.

Derechos reales: existe una relación directa entre un sujeto y una cosa. Están
reglados en el libro tercero del código civil.

III. Mixtos: son los derechos intelectuales que poseen una faceta susceptible
de valuación pecuniaria (referente a la explotación económica de la creación),
el aspecto económico, y otra que no lo es (aquella potestad vitalicia para
tutelar que la creación no sea cambiada o menoscabada), el aspecto moral.

Aclaremos algunos conceptos.

1
Bien: “los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las cosas, se
llaman bienes. El conjunto de bienes de una persona constituye su
patrimonio”.1

Cosa: es todo objeto material susceptible de tener un valor (no


necesariamente pecuniario, puede ser afectivo o de otra índole). “Las
disposiciones referentes a las cosas son aplicables a la energía y fuerzas
naturales susceptibles de apropiación”2 técnicamente no son cosas, puesto
que no son objetos materiales, simplemente siguen el régimen de éstas.

Las cosas son clasificadas principalmente en muebles o inmuebles según su


naturaleza y en bienes públicos o privados, según sea titular el Estado o un
particular. Sobre el particular nos explayaremos más adelante.

Patrimonio: Los objetos inmateriales susceptibles de valor, e igualmente las


cosas, se llaman "bienes". El conjunto de los bienes de una persona constituye
su "patrimonio".3

La presente asignatura se avoca al estudio de los derechos reales.


Desarrollaremos la definición dada por la Dra. Mariani de Vidal en su manual.

Derecho real - Definición

Nuestro Código Civil y Comercial enuncia en el art. 1882:

El derecho real es el poder jurídico, de estructura legal, que se ejerce


directamente sobre su objeto, en forma autónoma y que atribuye a su titular
las facultades de persecución y preferencia, y las demás previstas en este
Código”4.

La Dra. Marina Mariani de Vidal lo define de la siguiente manera:

Es un derecho absoluto, de contenido patrimonial, cuyas normas


sustancialmente de orden público, establecen entre una persona
(sujeto activo) y una cosa (objeto) una relación inmediata, que
previa publicidad obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a
abstenerse de realizar cualquier acto contrario al mismo
(obligación negativa), naciendo para el caso de violación una
acción real y que otorga a sus titulares las ventajas inherentes al
ius persequendi y al ius praeferendi. (2006, pp. 20).

1
Art. 2.312, Ley 340 – Código Civil (derogado). Link web:
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm
2
Art. 2.311, Ley 340 – Código Civil (derogado).
3
Art. 2.312, Ley 340 – Código Civil (derogado). Art. 15, Ley 26.994-Código Civil y Comercial.
4
Art. 1882, Ley 26.994-Código Civil y Comercial de la Nación.

2
“un derecho absoluto”: porque es oponible erga omnes, o sea a toda la
comunidad, en contraposición a los derechos relativos (obligaciones) que son
oponibles a sujetos determinados.

“de contenido patrimonial”: en el sentido expresado supra (con un valor para


su titular).

“cuyas normas, sustancialmente de orden público”: porque en buena medida,


la organización y conservación de la sociedad reposa sobre las políticas
referentes al derecho de propiedad, basta pensar en los derechos sobre
patentes de invención, inmuebles, bienes de dominio público, etc.

“establecen entre una entre una persona (sujeto activo) y una cosa”: cosa en
el sentido antes reseñado. Como supuesto de excepción y una vez avanzada la
asignatura, veremos el caso del derecho real de prenda sobre un crédito y de
usufructo sobre un crédito o sobre un patrimonio.

“una relación inmediata y directa”: debido a que el titular está en contacto con
la cosa, sin precisar de un intermediario como es el caso de los derechos
personales, donde es necesario el accionar del deudor para poner al acreedor
en contacto con el objeto de la relación jurídica.

“que, previa publicidad”: se considera sujeto pasivo de los derechos reales a


todos los individuos de la comunidad, pues deben respetar la propiedad ajena;
en virtud de ello es que los derechos reales se publicitan; dicha publicidad
tendrá diferentes efectos según el bien de que se trate, en algunos casos basta
la publicidad posesoria para constituir el derecho (muebles no registrables) y en
otros es necesaria la inscripción en los registros pertinentes (caso de los
automotores). En tal sentido, nos ilustra Vélez Sarsfield en la nota al art. 577 del
código civil derogado, en la que afirma que no es posible respetar un derecho
que no se conoce.5

“obliga a la sociedad (sujeto pasivo) a abstenerse de realizar cualquier acto


contrario al mismo, naciendo para el caso de violación, una acción real”: las
acciones reales son tres: reivindicatoria, negatoria y confesoria y serán objeto
de estudio detallado más adelante.

“y que otorga a sus titulares las ventajas del ius persequendi y del ius
praeferendi”: de denomina ius persequendi a la facultad que tienen los
titulares de derechos reales de perseguir la cosa en manos de quien la detente,
con el fin de ejercer su derecho. También es llamada facultad
“reipersecutoria”. Se denomina ius praeferendi a aquella facultad emanada del
derecho real que tiene dos facetas:

5
Art. 557, Ley 340 – Código Civil (derogado). Link web:
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm

3
o 1. La primera: esta potestad ha sido considerada un privilegio en
el sentido normado por el código civil,; esto es, un derecho dado
por la ley a un acreedor para ser pagado con preferencia a otro.
Este privilegio se refiere al producido del bien en remate y se
aplica a los derechos reales de Hipoteca y Prenda.

o 2. La segunda: hace a la exclusión o prevalencia sobre otro


derecho real o personal. Se apoya en el principio qui prior est
tempore potior est iure (primero en el tiempo, mejor en el
derecho). Significa que un derecho real correctamente
constituido y publicitado, tiene preferencia sobre cualquier otro
derecho que se constituya sobre la misma cosa con posterioridad.

Demos un ejemplo: Juan compra un inmueble a Pedro y concurre al registro de


la propiedad a inscribir su derecho real de dominio sobre el inmueble. Al día
siguiente, Pablo (quien también compró a Pedro, víctima de una estafa de
aquél, que vendió el inmueble a dos personas) concurre a anotar su supuesto
derecho de dominio, siendo rechazada la inscripción en virtud del principio
estudiado, pues dos dominios sobre la misma cosa no pueden coexistir. La
segunda faceta, es una prioridad o prevalencia temporal. Se dice que “primero
en tiempo, mejor en derecho” y básicamente significa: quien primero publicita
su derecho, triunfa. Sería, siguiendo el ejemplo, el caso de que Juan concurriera
al registro a inscribir el derecho real de dominio sobre el inmueble y se
encontrara con que, el día anterior, se anotó un embargo sobre la vivienda. El
embargo triunfa sobre la inscripción del dominio de Juan, pues se ha
publicitado primero.

En cambio, cuando fijamos la prevalencia de un derecho personal sobre otro


derecho personal, el mecanismo es distinto: allí lo que cuenta es la fecha del
contrato que se hace valer entre partes, no la publicidad del derecho, (puesto
que el derecho personal no se publicita porque el único obligado ha participado
del contrato y a él solo es oponible).

Así, nuestro Código Civil y Comercial indica en el art. 1886:

El derecho real atribuye a su titular la facultad de perseguir la cosa en poder de


quien se encuentra, y de hacer valer su preferencia con respecto a otro derecho
real o personal que haya obtenido oponibilidad posteriormente.6

6
Art 1886, Ley 26994-Código Civil y Comercial de la Nación.

4
1.2 Elementos del derecho real.
Diversas teorías

Teoría clásica:

Encuentra una diferencia clara entre los derechos reales y personales,


basándose en el aspecto interno del derecho: la relación entre la persona y la
cosa.

Derecho Real= Persona  Cosa

Es la elegida por Vélez Sársfield en la redacción del Código Civil, siguiendo a


Demolombe, a quien cita en la nota al título IV del libro III; dice el eminente
jurista:

… derecho real, es el que crea entre las personas y la cosa una


relación directa e inmediata, de tal manera que no se
encuentran en ella sino dos elementos, la persona que es el
sujeto activo del derecho, y la cosa que es el objeto (…) se llama,
al contrario, derecho personal, aquel que sólo crea una relación
entre la persona a la cual el derecho pertenece y otra persona
que se obliga hacia ella, por razón de una cosa o de un hecho
cualquiera, de modo que en esa relación se encuentran tres
elementos, a saber: la persona que es el sujeto activo del
derecho (el acreedor), la persona que es el sujeto pasivo (el
deudor) y la cosa o el hecho que es el objeto7.

Pothier (1761), otro exponente de esta doctrina, nos explica que los derechos
reales son ius in re y los personales ius ad rem, los primeros sobre la cosa y los
segundos sobre una persona para que nos procure la prestación.

En el mismo sentido, se puede mencionar a Aubry y Rau (citados en Musto,


1995) para quienes “hay derecho real cuando una cosa se encuentra sometida,
total o parcialmente al poder de una persona, en virtud de una relación
inmediata oponible a toda otra persona” (pp. 27).

7
Nota al título IV del libro III - Ley 340-Código Civil (derogado). Link web:
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm

5
Otras teorías:

Algunas teorías no encuentran diferencia entre ambos tipos de derechos,


mientras que otras parten de distintos criterios para encontrarlas.

Teorías Monistas: consideran a los derechos reales y personales una misma


categoría, dividiéndose entre:

 Personalistas u obligacionistas (Planiol, 1932): afirman que todos los


derechos son obligacionales. Siguiendo a Kant subrayan que las
relaciones jurídicas son siempre entre personas (nunca podrían darse
entre una persona y una cosa) ya que el Derecho –conjunto de reglas
que norman la conducta en sociedad- tiene sentido en tanto hay más de
una persona en juego. Estas teorías introducen como novedad el sujeto
pasivo comunidad (elemento externo), cuyos miembros se encuentran
obligados al deber de respeto y abstención respecto del titular del
derecho real.

 Personalistas realistas (Rigaud – Bonnecase, 1924-1930) funden todos


los derechos patrimoniales dentro de la categoría de derechos reales,
entendiendo como única diferencia que en aquéllos que la doctrina
clásica llama derechos reales el objeto es una cosa determinada,
mientras que en los derechos personales, el objeto es el patrimonio
entero del deudor (pues responde con este en caso de incumplimiento).

Teoría de la institución: (Hauriou, 1925) Reconoce una diferencia entre


derechos reales y personales, pero utiliza un criterio de diferenciación propio
que distingue tres categorías de actividad jurídica: la que lleva a cabo el Estado
a través de la Ley, la que despliegan los particulares mediante el contrato, y una
tercera que da en llamar fenómenos institucionales; éstos consisten en
situaciones reiteradas en el tiempo que se objetivizan y convierten en derechos
al ser respetadas y reconocidas por la comunidad. Los derechos subjetivos se
diferencian según el contenido institucional que poseen, si es alto, su violación
se rige por el derecho disciplinario impuesto aún sin consentimiento de los
particulares (este es el caso de los derechos reales), si es bajo, por normas de
carácter estatutario fijadas por las partes (caso de los derechos personales).

6
1.3 Diferencias con el derecho personal
en cuanto al número. La voluntad en la
creación de los derechos reales: diversos
sistemas. Los derechos reales
existentes en el sistema argentino
Mientras que en los derechos reales rige el sistema de número cerrado, cuando
se trata de derechos personales u obligaciones, las partes pueden crear los
derechos que estimen pertinentes, mientras no violen la ley, la moral o las
buenas costumbres.

Numerus clausus. Nuestro sistema es de número cerrado, porque los únicos


derechos reales admitidos son los enumerados en la ley. Esto se refleja en el
Código Civil y Comercial, en tanto indica en su art. 1884 que:

La regulación de los derechos reales en cuanto a sus elementos,


contenido, adquisición, constitución, modificación, transmisión,
duración y extinción es establecida solo por la ley. Es nula la
configuración de un derecho real no previsto en la ley, o la
modificación de su estructura.8

Por ejemplo, un derecho real inventado por las partes y asimilable a un


contrato de arrendamiento valdrá como tal si no es contrario a la ley, moral o
buenas costumbres.

Así como las partes no pueden inventar o adoptar de la legislación comparada o


derogada derechos reales distintos de los que fija la ley civil vigente, tampoco
pueden cambiar notas esenciales del régimen de los derechos reales existentes
(por ejemplo establecer que el usufructo sea constituido a favor de una
persona jurídica por más del plazo legal). Contrariamente, algunos países como
España, tienen un régimen abierto y las partes pueden crear derechos reales no
contemplados por la legislación, regulando su aplicación mediante contratos o
disposiciones de última voluntad.

Las razones para la adopción de este sistema en nuestro país, se encuentran en


las notas del Código Civil redactado por Vélez Sarsfield, en especial las notas a
los arts. 2502 y 2503. Transcribiremos las partes pertinentes:

8
Art. 1884. Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

7
… los autores españoles se quejan de los males que habían
producido los derechos reales sobre una misma cosa… se veía
ser uno el propietario del terreno y otro el de los árboles que en
él estaban. Algunas veces uno era propietario del pasto que
naciera y otro el de las plantaciones que hubiesen hecho. La
multiplicidad de derechos reales sobre unos mismos bienes es
una fuente fecunda de complicaciones y de pleitos y puede
perjudicar mucho a la explotación de esos bienes y la libre
circulación de las propiedades perpetuamente embarazadas,
cuando por las leyes de sucesión esos derechos se dividen entre
muchos herederos, sin poderse dividir la cosa asiento de ellos.
Las propiedades se desmejoran y los pleitos nacen…9

Servidumbres. ¿Excepción al principio de numerus clausus?

Algunos autores ven en el derecho real de servidumbre una excepción al


principio de número cerrado, pues –si bien este derecho real se encuentra
enumerado expresamente, según el Código Civil, este derecho real que “…se
establece entre DOS (2) inmuebles [y] que concede al titular del inmueble
dominante determinada utilidad sobre el inmueble sirviente ajeno…” 10,
“…puede sujetarse a cualquier modalidad…”11, creando así un sinnúmero de
servidumbres distintas con el único límite de no infringir la ley, la moral o las
buenas costumbres. Por ejemplo, pueden las partes determinar que el
propietario del fundo sirviente tenga vedado encender fogatas, cambiar el color
de pintura de la propiedad, que deba tolerar el traspaso de animales desde el
fundo dominante, etc.

En algunos países, rige el sistema de numerus apertus, allí las partes pueden
crear, mezclar, inventar derechos reales y establecer su regulación libremente.
Esta es una característica de los sistemas anglosajones del common law.

Enumeración (Artículo 1887)

Enumeración. Son derechos reales en este Código:

a) el dominio;

9
Nota al art. 2502 y 2503, Ley 340-Código Civil (derogado). Link web:
http://www.infoleg.gov.ar/infolegInternet/anexos/105000-109999/109481/texact.htm
10
Art. 2162, Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.
11
Art. 2171, Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.

8
b) el condominio;

c) la propiedad horizontal;

d) los conjuntos inmobiliarios;

e) el tiempo compartido;

f) el cementerio privado;

g) la superficie;

h) el usufructo;

i) el uso;

j) la habitación;

k) la servidumbre;

l) la hipoteca;

m) la anticresis;

n) la prenda.12

1.4 Diferencias en cuanto a la forma de


constitución. La teoría del título y del
modo. La adquisición originaria, la
derivada. La inscripción registral. La
convalidación de los derechos reales. El
objeto de los derechos reales
Mientras que las obligaciones se constituyen sólo con el acuerdo de partes
(título), en los derechos reales es necesario un elemento más: el modo.

Así, se dice que las obligaciones siguen un sistema “consensual” (basado sólo
en el consenso), mientras que los derechos reales siguen el sistema milenario

12
Art. 1887, ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.

9
de la vieja Roma: de título + modo, en tanto sólo nacen cuando el sujeto reúne
estos dos elementos.

Título: Alude a la causa fuente de la adquisición del derecho y responde a la


pregunta: ¿cómo vino a ser titular del derecho? El título material puede
consistir en un hecho jurídico (aprehensión del objeto que no es de nadie), en
un acto jurídico (compraventa, constitución de hipoteca, legado, etc.), o en un
imperativo de la propia ley (como es el caso del condominio de medianeras).
Mientras que el título material es el contenido, llamamos continente al título
formal, que es la manera en que la voluntad se expresa (oral, por signos
inequívocos o por escrito y –en ese caso- por instrumento privado o público).

Modo posesorio y modo inscriptorio: Es el segundo elemento necesario para


que se constituya el derecho real. Y puede ser inscriptorio o posesorio. Luego
de celebrado el acto jurídico, o en el momento en que tiene lugar el hecho
jurídico que da causa o título al derecho, la cosa debe ser aprehendida, tomada
materialmente por el sujeto (modo posesorio), o bien el derecho debe ser
inscripto (modo inscriptorio). El derecho real necesitará de uno u otro modo,
según el objeto sobre el cual recaiga. En el caso de los automotores, el modo es
inscriptorio: antes de la inscripción, no se adquiere el dominio; lo mismo
sucede con los caballos pura sangre de carrera y las palomas mensajeras. Para
el resto de las cosas, el modo es posesorio.

Se ha considerado que en el caso de la usucapión, el título es la ley y el modo es


la posesión continua por el tiempo fijado por la norma.

Antes hemos hecho alusión al modo como elemento constitutivo del derecho
real, pero cuando hablamos de modos de adquisición del derecho real, nos
referimos a la manera en la cual éste puede ser adquirido (vgr. actos jurídicos) y
que estudiaremos siguiendo las normas de adquisición del dominio. No
obstante ello, al estudiar cada derecho real específicamente, analizaremos las
particularidades en la constitución de cada uno.

Los modos de adquisición, pueden ser sujetos a diversas clasificaciones: a título


oneroso o gratuito, por actos inter vivos o mortis causa y originarios o
derivados, siendo esta última la distinción más trascendente y que se basa en la
ligazón con el titular anterior. En los modos de adquisición originarios, la
constitución del derecho real se realiza en forma totalmente independiente al
titular anterior, sin consideración alguna a que la cosa haya tenido propietario
anterior o no; en los modos derivados, el derecho proviene de un antecesor
que lo transmite en las mismas condiciones y con las mismas limitaciones que
recaían en cabeza de él. Por ejemplo, si alguien se apropia de un bien mueble
sin dueño, lo adquiere en forma originaria y sin limitaciones pero, si esa misma
cosa estaba prendada y es el dueño quien transfiere el dominio, lo hará con la
consiguiente carga real que es el derecho de prenda. Ello, en virtud del

10
principio que indica que nadie puede transmitir sobre un objeto un derecho
mejor o más extenso del que gozaba (nemo plus iuris).

La convalidación

Cuando una persona constituye o trasmite un derecho real que no tenía


derecho a constituir o trasmitir, ello entra en colisión con el principio latino
“nemo plus iuris”. Es por ello que el acto jurídico celebrado sería nulo para el
ordenamiento.

Aun así, razones de política legislativa en protección del tráfico mercantil


inmobiliario, se ha sentado el siguiente principio convalidante:

“Art. 1885. Convalidación. Si quien constituye o transmite un derecho real que


no tiene, lo adquiere posteriormente, la constitución o transmisión queda
convalidada”.13

Veámoslo en un ejemplo:

Juan le vende a Luis una colección de obras de arte perteneciente a María el 06


de abril. Al momento de la venta, la propietaria es María y –por ende- esa
venta debería ser nula. Sin embargo, con fecha 15 de mayo, Luis le compra la
misma a María. Por el fenómeno de la convalidación, cobra validez la venta
efectuada por Juan y se reputa que Luis es propietario de la colección desde el
mismo día en que él piensa haberla comprado válidamente a Juan (06 de abril).
Así, la convalidación posee un efecto retroactivo.

El objeto de los derechos reales

El objeto del derecho real es la cosa; ésta debe ser cierta, individualmente
determinada, encontrarse en el comercio y tener existencia actual; decía la
nota de Vélez al Título IV del Libro III, párrafo 9o: "pues que la cosa es el objeto
directo e inmediato, y no puede haber un derecho sin objeto”.14

Lo expresado, se ve reflejado en el art. 1883: “Objeto. El derecho real se ejerce


sobre la totalidad o una parte material de la cosa que constituye su objeto, por
el todo o por una parte indivisa. El objeto también puede consistir en un bien
taxativamente señalado por la ley”.15

Es decir: algunos derechos reales –como el dominio- se ejercen sobre cosas


solamente, que deben ser enteras e individuales, tales como un vehículo o una
13
Art.1885, Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.
14
Nota al Título IV del Libro III, Ley 340. Código Civil de la Nación (con vigencia hasta agosto
2015).
15
Art. 1883, Ley 26.994 - Código Civil y Comercial de la Nación.

11
casa. Otros, como el uso o la habitación, pueden otorgarse sobre una parte
determinada de la cosa, materialmente demarcada; por ejemplo, una parte del
inmueble.

Sobre una parte indivisa, se constituyen, por ejemplo, el condominio o el


cousufructo. Presuponen la existencia de varios titulares, imputándose sobre
cada uno una porción inmaterial o porcentaje sobre la cosa.

Por último la ley cita el caso de un “bien”, término para el cual el legislador
tradicionalmente quiere significar un derecho inmaterial. Tal supuesto toma
lugar, por ejemplo, en la prenda o el usufructo sobre un derecho de crédito.

1.5 Diferencias en relación a sus efectos


En relación a sus efectos, existen ciertas diferencias entre las obligaciones y los
derechos reales:

Tabla 1: Diferencias entre Derechos reales y obligaciones

Derecho real Derecho personal

Poder directo sobre la cosa. Facultad de exigir a otro una prestación.

Posee dos elementos (sujeto-cosa). Hay tres elementos (acreedor-deudor-


prestación).

Objeto actual y existente (cosa). Objeto futuro (prestación).

Exclusividad. No pueden existir dos La misma prestación puede deberse a


titulares del mismo derecho real distintos acreedores.
sobre la misma cosa, por ejemplo
dos personas no pueden ser
titulares del dominio sobre un
inmueble.

El titular posee facultades Los derechos personales surgidos del


persecutorias (ius persequendi) y contrato no tienen efectos sobre
de preferencia (ius praeferendi) terceros.
sobre los terceros.

Se constituyen con título y modo Basta el título (régimen consensual).


(ya sea modo posesorio o

12
inscriptorio).

Son derechos absolutos Son derechos relativos (sólo oponibles


(oponibilidad erga omnes). al deudor).

Prescripción adquisitiva. El Prescripción liberatoria. Las deudas


transcurso del tiempo (entre otros dejan de ser exigibles con el transcurso
requisitos) hace adquirir el derecho del tiempo, cumplido el plazo de
real por usucapión. prescripción.

La institución del abandono No se aplica esta institución.


exonera al titular de las cargas.

Se ejercen por posesión. Se ejercen cumpliendo la prestación.

El régimen que regula los derechos Rige la autonomía de la voluntad con


reales es extenso, detallado y los límites del respeto a la ley, la moral,
contiene gran cantidad de las buenas costumbres y al uso regular
disposiciones de orden público, en de los derechos. Lo pactado, es ley para
las cuales las partes no pueden las partes.
apartarse del régimen fijado.

Perpetuos, porque aunque no se Temporales (el derecho personal “nace


ejerzan siguen existiendo. para morir” al cumplirse la prestación).

Fuente: Elaboración propia.

1.6 Clasificación de los derechos reales


 Según la propiedad de la cosa:

Derechos reales sobre cosa propia o ajena… Son derechos


reales sobre cosa total o parcialmente propia: el dominio, el
condominio, la propiedad horizontal, los conjuntos inmobiliarios,
el tiempo compartido, el cementerio privado y la superficie si
existe propiedad superficiaria. Los restantes derechos reales
recaen sobre cosa ajena.16

Algunos de los derechos reales sobre cosa ajena son de uso y goce (como el
usufructo) y otros de garantía (prenda, hipoteca y anticresis).
16
Art. 1888, ley 26.994 Código Civil y Comercial de la Nación.

13
 Según el rol:

Derechos reales principales o accesorios. Es accesorio el derecho real que


depende de un derecho creditorio al cual accede, (feneciendo en caso de que
se extinga el derecho principal). Son accesorios la hipoteca, la anticresis y la
prenda; (y) todos los demás son principales.

 Según exigencias de registración del objeto del derecho real:

“Derechos reales sobre cosas registrables y no registrables. Los derechos


reales recaen sobre cosas registrables cuando la ley requiere la inscripción de
los títulos en el respectivo registro a los efectos que correspondan”17
(declarativos o constitutivos). Son registrables los derechos reales sobre
inmuebles, automotores, buques, aeronaves, etc.

 Según su contenido:

1) Recaen sobre la sustancia (pudiendo incluso destruirla): dominio,


condominio, propiedad horizontal (P.H.)
2) Recaen sobre la utilidad (no pueden alterar ni menoscabar la
sustancia): usufructo, uso, habitación, servidumbres activas.
3) Recaen sobre el valor (debiendo llevar el bien a pública subasta para
cobrar el crédito garantizado): hipoteca, anticresis, prenda, censos.

 Según las facultades de su titular:

1) Con facultades plenas: dominio, pues comprende el ius utendi (uso), ius
fruendi (frutos) y ius abutendi (disposición).
2) Con facultades mermadas: el resto de los derechos reales.

 Según su duración:

1) Perpetuos: duran indefinidamente y no se extinguen por el no ejercicio:


dominio, condominio, propiedad horizontal, servidumbres reales.
2) Temporales: el usufructo, uso, habitación y las servidumbres personales
tienen como límite la vida del beneficiario; la hipoteca, prenda y
anticresis tienen como límite la duración del derecho creditorio al cual
acceden.

17
Art. 1890, ley 26.994 Código Civil y Comercial de la Nación [el resaltado es propio].

14
1.7. Ejercicio de los derechos reales.
Regla y excepciones
La mayoría de los derechos reales se ejercen por la posesión. Sobre aquella,
cuyo concepto y aspectos se desarrollarán detalladamente en puntos
subsiguientes, adelantaremos que configura el contenido de todos los derechos
reales, salvo la hipoteca y las servidumbres prediales, que son la excepción.

Así, los actos posesorios constituyen el modo de exteriorizar la titularidad del


dominio, del condominio, de la propiedad horizontal, del usufructo, etc. y
darles publicidad. Podemos citar como ejemplos de acto posesorio el cultivo de
un inmueble, la destrucción, modificación material de partes de la cosa mueble
o inmueble, e incluso su enajenación. Todas estas acciones son una plena
manifestación de la titularidad de un derecho real ejercido por la posesión.

No es el caso de la tenencia, como se verá más adelante, donde los actos son
más acotados y de mero uso.

Tampoco es el caso de la hipoteca, donde tenemos, por un lado, el titular del


derecho real de hipoteca y, por el otro, el propietario del inmueble que es
quien continúa en posesión del mismo. Así, el derecho real de hipoteca se
ejerce cobrando la deuda, inspeccionando el inmueble, fiscalizando que no se
registren deterioros y –eventualmente– pidiendo judicialmente su remate si la
deuda no es cancelada. Pero jamás, por medio de la posesión.

Igual sucede con los titulares de servidumbres en fundos vecinos, que sólo
tienen algunas facultades determinadas de aprovechamiento del inmueble
colindante, tales como el derecho de paso hasta la ruta, un curso de agua, la
facultad de llevar su ganado a pastar o abrevar, etc.; sin embargo, estos actos
no implican en lo más mínimo el ejercicio de posesión sobre el fundo sirviente.

1.8 Adquisición, transmisión y extinción:


la regla. Casos de adquisición legal. Caso
del subadquirente de cosa mueble.
Prohibición de constitución legal
Hemos expresado antes que los derechos reales se adquieren, modifican y
extinguen por el sistema romano de título y modo. Esta es la regla.

Ahora bien, cuando nos referimos a cosas muebles no registrables, existe una
excepción. Está planteada en el código, que dice:

15
Art. 1895. Adquisición legal de derechos reales sobre muebles
por subadquirente. La posesión de buena fe del subadquirente
de cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o
perdidas es suficiente para adquirir los derechos reales
principales excepto que el verdadero propietario pruebe que la
adquisición fue gratuita.
Respecto de las cosas muebles registrables no existe buena fe sin
inscripción a favor de quien la invoca.
Tampoco existe buena fe aunque haya inscripción a favor de
quien la invoca, si el respectivo régimen especial prevé la
existencia de elementos identificatorios de la cosa registrable y
estos no son coincidentes.18

En la hipótesis planteada, existen tres individuos:

 el verdadero propietario, quien desea seguramente recuperar la cosa


(mediante la acción real de reivindicación),

 un transmitente de buena fe, que era solo tenedor (por ejemplo, un


depositario a quien la cosa se le confió para que la reparase o tuviese en
guarda y –sin embargo– la enajena),

 un adquirente de buena fe y a título oneroso. Si lo es a título gratuito, la


ley no le brinda protección y hace prevalecer el derecho del verdadero
dueño. Este adquirente no puede ser de buena fe si la cosa es registrable
y no estaba inscripta a nombre del transmitente; tampoco puede serlo si
los elementos identificatorios (tales como número de serie, de edición,
chasis, etc.) no coinciden.

Analicemos: para adquirir el dominio sobre la cosa mueble, por la causal del
art. 1895, es necesario que quien la tiene ejerza:

“posesión”: hemos dicho que esta implica actuar como verdadero titular de un
derecho real

“de buena fe”: la buena fe se presume en todos los casos en que alguna norma
no mandase a presumir mala fe.

Sobre “cosas muebles no registrables que no sean hurtadas o perdidas” el


propietario debe haberse desprendido voluntariamente de una cosa no
registrable, caso de quien deja un reloj para reparar. Las cosas perdidas o
robadas siguen siendo del propietario y esta hipótesis no se aplica.

18
Art. 1895, ley 26.994 Código Civil y Comercial de la Nación [el resaltado es propio].

16
Este artículo es, en verdad, una excepción al principio general de adquisición de
las cosas, pues permite repeler la reivindicación y adquirir el dominio. El
poseedor es ahora titular del domino, adquirido en forma originaria y emanada
de una disposición legal; por tanto libre de las cargas que antes tenía la cosa
(como por ejemplo usufructo o prenda).

El artículo en análisis es además una excepción a la regla aplicable en materia


de transmisión de derechos, principio consagrado en el “art. 399 Regla general.
Nadie puede transmitir a otro un derecho mejor o más extenso que el que
tiene, sin perjuicio de las excepciones legalmente dispuestas”.19

Sin embargo, en este caso, el tenedor que enajena pareciera transmitir un


derecho mejor que el que tiene: pero no es realmente aquel quien lo ha
transmitido, pues la causa de transmisión del dominio debe buscarse en el
imperativo legal, aplicación de la teoría de la apariencia en pos de la seguridad
jurídica en las transacciones.

Acerca de la naturaleza jurídica de la adquisición operada en virtud del art.1895


(antes 2412 del código de Vélez)20, se han elaborado tres teorías:

1) Es una prescripción instantánea: la teoría parece haber tenido origen


en el hecho de que, en el código civil francés, una disposición análoga a
la nuestra está ubicada en el capítulo dedicado a las prescripciones; sin
embargo, la idea no tuvo demasiada cabida pues los términos
“prescripción” e “instantánea”, ya son de por sí contradictorios.
2) Es una presunción de propiedad: para la mayoría de quienes sostienen
esta posición, es una presunción iure et de iure, pues mientras el título
de adquisición sea oneroso, no podrá rebatirse.
3) Es una hipótesis de adquisición legal: la ley atribuye la propiedad al
poseedor de buena fe de cosa mueble no robada ni perdida (destacada
doctrina sigue esta opinión: Lafaille, Bibiloni, Messineo, etc.).

Agrega el Código:

“Art 1896. Prohibición de constitución judicial. El juez no puede constituir un


derecho real o imponer su constitución, excepto disposición legal en
contrario.”21

19
Art. 399, ley 26.994 Código Civil y Comercial de la Nación.
20
Art. 1895, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación (Art. 2412 Ley 340 – Código Civil
- derogado).
21
Art. 1896. Ley 26.994 Código Civil y Comercial de la Nación.

17
1.9 Definición y análisis de
inoponibilidad
Llamamos oponibilidad a la cualidad que poseen algunos derechos, según la
cual estos pueden hacerse valer frente a uno o más individuos, o incluso frente
a la comunidad entera.

Por regla, los derechos personales son oponibles sólo entre partes (deudor-
acreedor, que son los únicos que conocen el contrato) y sus sucesores
universales, pues estos son continuadores de la personalidad jurídica del
causante. Así, el acreedor puede cobrar la deuda al deudor (y si este fallece,
comparecer a la sucesión). Estos derechos se denominan relativos (su
oponibilidad es relativa a un individuo determinado).

Por su parte, los derechos reales son oponibles erga omnes (frente a toda la
comunidad). Es por ello, que nadie puede violar la propiedad privada de otro.
Desde el punto de vista de la oponibilidad, los derechos los reales son
absolutos.

La razón por la cual pueden oponerse a todos los individuos de la comunidad,


tiene fundamento en la publicidad: todos los derechos reales se publicitan a
través de la posesión o de la registración (o ambas). Si todos podemos
conocerlos, todos debemos respetarlos.

Por ejemplo, sabemos que alguien es dueño de su ropa porque la lleva puesta,
o la cuelga en su ropero (publicidad posesoria); de la misma forma, si el objeto
del derecho real es un bien registrable, a partir de la toma de razón por el
registro respectivo, se reputa que toda la comunidad está al tanto de la
situación jurídica asentada (publicidad registral).

Por el contrario, se denomina inoponibilidad a la imposibilidad de hacer valer


un derecho subjetivo frente a un individuo o un grupo de individuos
determinado. Es una causal de ineficacia parcial de los actos jurídicos (mucho
más leve que la nulidad o la inexistencia).

Tal sería el caso de las enajenaciones efectuadas por el fallido a título gratuito,
dos años antes de la declaración de quiebra si ya se encontraba en cesación de
pagos. Dichas donaciones, serían inoponibles al conjunto de acreedores que se
insinúen en el expediente falimentario. Otro ejemplo, lo constituye la
enajenación de un bien ganancial sin asentimiento del cónyuge: en caso de
divorcio, el cónyuge que no prestó la conformidad, podrá reclamar su porción
ganancial del bien, pues el acto es ineficaz frente a él (como si no hubiera sido
celebrado).

En nuestra materia, la teoría de la oponibilidad se aplica a los derechos reales


registrables, en especial en materia inmobiliaria debido a que es obligatorio

18
registrar su constitución, modificación o extinción sobre inmuebles. Si esta
publicidad registral no se llevó a cabo, decimos que la mutación real es
inoponible a los terceros interesados, tales como embargantes, acreedores,
adquirentes en subasta o por boleto.

Por tanto, si alguien enajenó un inmueble pero el comprador no inscribió


el dominio a su nombre, un acreedor del primer propietario podrá
válidamente lograr el embargo y posterior remate del bien. La enajenación
no ha sido publicitada correctamente y le es inoponible: el nuevo
propietario no puede oponer su derecho frente al acreedor del dueño
anterior.

19
2. La publicidad
posesoria (aspecto
estático). Las
relaciones de poder
2.1 Las relaciones de poder. Definición y
categorías
Los sujetos pueden tener diversas relaciones con la cosa, la más débil se
denomina yuxtaposisión; quien la utiliza en virtud de una relación de
dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama “servidor de la
posesión” y quienes ostentan la posesión o tenencia, son titulares de una
relación de poder. Así, vemos:

1) Yuxtaposición local: No aparece mencionada en el Código Civil, por no


tener valor jurídico; implica un mero contacto físico con la cosa, sin
voluntad jurídica relevante, como cuando alguien coloca un sombrero
en la cabeza de otro sin que éste lo note.

Servidores de la posesión:

2) Vínculo de dependencia: Se configura cuando alguien detenta la cosa


en virtud de un vínculo laboral, por ej. un peón con las herramientas de
labranza. Este tipo de relaciones es regido por el derecho laboral.
3) Vínculo de hospedaje: Existe un contrato de hospedaje con un hotel,
posada, pensión, etc. que pone al individuo en contacto con la cosa, por
ej. con la cama en que duerme. La relación es regida por el derecho que
regla el contrato respectivo.
4) Vínculo de hospitalidad: El sujeto es huésped de una casa en virtud de
la buena voluntad de sus moradores; por ej. un amigo que pasa la noche
en casa de otro y entra en contacto con las cosas que allí yacen.

20
Por su parte, las relaciones de poder del sujeto con la cosa, son posesión y
tenencia y serán objeto de un estudio detallado en los puntos siguientes.
5) Tenencia.
6) Posesión.

2.2 La posesión: caracterización.


Definición
Etimológicamente, posesión deriva del latín po (partícula que refuerza el
significado de la palabra que acompaña) y sedere (sentarse) y significa insistir
en sentarse, sentarse nuevamente sobre algo o establecerse en un lugar. El
significado técnico de la palabra, alude a aquella relación real que constituye el
contenido o forma de ejercicio de la mayoría de los derechos reales. Podemos
definir entonces la posesión como la relación real en virtud de la cual, un
sujeto detenta el poder material sobre una cosa (corpus) comportándose
como titular de un derecho real (animus).
Por su parte, nuestro Código Civil indica en su art. 1909 que: “Hay posesión
cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder de hecho
sobre una cosa, comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no.”22

Analicemos detenidamente el contenido del artículo:

“Habrá posesión de las cosas…”: “cosa” en el sentido expresado antes, es decir,


objeto material susceptible de valor.

“…cuando una persona por sí o por medio de otra…” en tanto la posesión


puede ejercerse personalmente o a través de un tenedor.

“…ejerce un poder de hecho…”: esta posibilidad de contacto material del


sujeto con la cosa es lo que llamamos el corpus. No hace falta que se lleve a
cabo, basta la posibilidad. Se pierde con el abandono y con la destrucción de la
cosa, así como también con el extravío irremediable.

“…comportándose como titular de un derecho real, lo sea o no.”: intensión


que se denomina animus domini e implica actuar frente a la comunidad como
efectivo titular de cualquier derecho real de aquellos que se ejercen mediante
la posesión y que son casi todos (dominio, condominio, usufructo, etc.), aún
cuando no lo sea (por ejemplo el ladrón).

22
Art. 1909, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

21
2.3. Elementos. Naturaleza jurídica

 Posesión= Corpus + Animus Domini

Posición de Savigny. Para este jurista, los elementos de la posesión son dos:

 Corpus al que define como la posibilidad de actuar sobre la cosa,


disponiendo físicamente sobre ella y pudiendo defenderla jurídicamente
ante cualquier ataque.

 Animus: Es el elemento volitivo que acompaña al corpus y que diferencia


la posesión de la mera yuxtaposición; así, el corpus se ejerce negándose
a reconocer que existe una persona con una potestad mayor sobre la
cosa, aunque de hecho exista (caso del ladrón o del usurpador, que se
comportan como dueños sabiendo que otra persona es propietaria).

Posición de Ihering. Este jurista, joven aun cuando Savigny era ya un erudito de
renombre y avanzada edad, refutó varios puntos de sus teorías,
específicamente en relación a los elementos de la posesión; considera Ihering,
que la inclusión del elemento “animus”, hace que la prueba de la posesión sea
“diabólica”23. Argumenta que, al depender de un elemento interno del sujeto,
los particulares podrían ser hoy poseedores, mañana tenedores y así
sucesivamente, entregando la categoría jurídica al capricho de las partes. Para
Ihering, la posesión se prueba demostrando el corpus (elemento objetivo) y, si
la otra parte afirma que esa relación real es una tenencia, deberá demostrar
que una disposición legal expresa priva a ese corpus de protección posesoria.
Para él, la posesión tiene un solo elemento, el corpus.

Corpus. Lo define siguiendo un punto de vista económico: la relación exterior


que normalmente vincula al propietario de la cosa, según el destino
económico de ésta más un mínimo de voluntad que la diferencie de la mera
yuxtaposición local. Así, las monturas que yacen al pie del corral de los caballos
no se consideran abandonadas aun cuando no estén en el terreno del
propietario sino en la vereda, igualmente los elementos necesarios para la
conservación de una barca que se encuentren en el muelle del puerto, pero sí
se considerarán abandonados, no existiendo este mínimo de voluntad, cuando
yacen en la plaza del pueblo, pues no es lo normal en las monturas ni en los
elementos relacionados a la conservación de un barco que éstos se hallen en
las plazas.

23
La prueba diabólica (en latín, probatio diabolica) o prueba inquisitorial es una expresión del
ámbito del Derecho que describe la práctica de exigir una prueba imposible. En una probatio
diabolica el interpelado deberá, por ejemplo, demostrar que algo no ha ocurrido, la inexistencia
de algo, o su propia inocencia en un proceso judicial, cuando lo correcto según el Derecho
moderno es que la «carga de la prueba» corresponde a quien alega la existencia de algo, o
acusa a otro.

22
Aclaremos en este punto, que suele llamarse “cuasiposesión” a la posesión
cuando es ejercida en virtud de derechos reales distintos del dominio
(usufructo, uso, prenda, anticresis, propiedad horizontal y superficie forestal).
La explicación tiene un origen histórico, ya que en Roma se identificaba al
dominio con la cosa material y a la posesión y a los demás derechos reales con
objetos no corporales (específicamente, derechos intelectuales) sobre los que
no concebían el término “posessio” y por ello instituyeron el de “quasi
possessio”, tradición que sobrevivió hasta nuestros días.

Así, cuando exista un titular del dominio y un titular de otro derecho real sobre
la misma cosa, técnicamente podemos hablar de un poseedor (el dueño) y un
cuasiposeedor (el usufructuario), aunque normalmente nos referiremos a
ambos como poseedores de distinta naturaleza.

A su vez, en el caso de que existan varios poseedores o cuasiposeedores


(dependiendo del derecho real de que se trate), hablaremos de co-posesión (ej.
condóminos) o co-cuasiposesión (ej. varios usufructuarios).

Natuleza jurídica: Distintas teorías jurídicas.

Teorías que consideran a la posesión como un hecho: Entre sus exponentes,


figura Savigny24, quien entiende que la posesión es un hecho porque se basa
en aquellas circunstancias fácticas que constituyen el corpus; considera este un
hecho con consecuencias jurídicas, entre las que reputa, en primer lugar, la
posibilidad de ejercer las acciones posesorias cuando es turbado el ejercicio de
la posesión y, en segundo lugar, la posibilidad de usucapir (reunidos los demás
requisitos). Esta posición es la que parece haber seguido Vélez en el viejo
Código Civil, atendiendo las notas al art. 2470 y al Título II del Libro III de dicho
cuerpo normativo.25

Teorías que consideran la posesión un derecho: Ihering26 consideraba derecho


subjetivo a “todo interés jurídicamente protegido”, consecuentemente,

24
Friedrich Karl von Savigny, eminente jurista prusiano que vivió entre 1779 y 1861 y fundó la
escuela histórica del derecho alemana; tuvo gran influencia en la obra de nuestro codificador.
25
Nota al art. 2470: “… la posesión se nos presenta en su primer aspecto como un poder de
hecho sobre la cosa, como un no derecho, algo en fin, completamente extraño al derecho; sin
embargo ella es protegida contra ciertas violaciones. El motivo de esta protección y de esta
asimilación de la posesión a un derecho, es la conexión íntima que existe entre el hecho de la
posesión y el poseedor…”; nota al título 2 del Libro II del código civil (que comienza con el art.
2351) “… en cuanto a la posesión misma, como ella no es sino una condición requerida para el
ejercicio de las acciones posesorias, no es un derecho y no puede por lo tanto pertenecer a
ninguna clase de derechos…”

26
Caspar Rudolf von Ihering (* Aurich, 22 de agosto de 1818 - † Göttingen, 17 de septiembre de
1892), también conocido como Caspar Rudolf von Jhering, fue un ilustre jurista alemán así como
uno de los mayores filósofos del Derecho de Europa y de la historia jurídica continental. Maestro,
en un primer momento, de la dogmática pandectística, fue después fundador y autor eminente de
la sociología del Derecho. Sus teorías tuvieron gran trascendencia e influencia en el desarrollo de

23
consideró a la posesión un derecho, ya que se encuentra protegida por las
acciones posesorias; dentro de los derechos, la ubicó en la categoría de los
derechos reales, ya que en estos existe una relación directa e inmediata entre
el sujeto y la cosa. En tanto Molitor (1868) entiende que la posesión es un
derecho de naturaleza mixta (real y personal).

2.4 La causa de la posesión. Interversión


del título
La causa, hecho o acto jurídico por el cual se adquiere la relación de poder –que
en nuestra disciplina denominamos el “título”-, reviste particular importancia
pues va a calificar y a fijar el inicio del cómputo de la relación. De este hecho se
derivan consecuencias jurídicas, facultades y deberes para el poseedor o
tenedor, como la posibilidad de usucapir o la responsabilidad por deterioro de
la cosa.

El principio general en la materia, enunciado por el Código, indica en su art.


1915 que:

“Interversión. Nadie puede cambiar la especie de su relación de


poder, por su mera voluntad, o por el solo transcurso del
tiempo. Se pierde la posesión cuando el que tiene la cosa a
nombre del poseedor manifiesta por actos exteriores la
intención de privar al poseedor de disponer de la cosa, y sus
actos producen ese efecto".27

El último párrafo, alude al fenómeno de la interversión de título.

Al decir “especie”, se quiere significar “tenencia” o “posesión”, y también el


tipo de tenencia (interesada-desinteresada), o posesión (legítima/ilegítima, de
buena o mala fe, viciosa o no). Así, al momento de adquirir la relación de poder
(lo que tiene lugar a través de un hecho o acto jurídico, vgr. contrato de
compraventa, de locación, hurto, etc.), se califica a esta e inicia el cómputo del
plazo; para cambiar las cualidades o el plazo de la relación, hará falta un nuevo
título.

la doctrina jurídica moderna, especialmente en los campos del Derecho civil, penal y
constitucional.

27
Art. 1915, ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

24
Por ejemplo, el ladrón (que adquiere por hurto el día 02.11.2000) es un
poseedor de mala fe vicioso desde esa fecha; si un mes después, paga el precio
acordado con el propietario y este brinda su conformidad, el ladrón adquiere
por contrato de compraventa (haciéndolo el día 02.12.2000); será entonces
poseedor legítimo desde esa fecha, pero nunca podría, por su sola voluntad (o
sea unilateralmente), ni por el transcurso del tiempo, pasar de poseedor de
mala fe vicioso a poseedor legítimo. Pudo hacerlo, en el ejemplo dado, porque
existió un nuevo título.

La imposibilidad de cambiar el tipo o las cualidades de la relación real, es el


principio. La interversión, es la excepción. Tal sería el caso del locatario que –
una vez vencido el plazo de locación- se niega a restituir el inmueble e impide la
entrada del propietario, o de quien está en contacto con la cosa en virtud de un
comodato y se niega a la restitución de la cosa, a pesar de haber sido intimado
por el dueño de ésta. En tal caso, la calidad de locatario o de comodatario
(tenedor en ambos casos) se pierde para asumir la de poseedor (ilegítimo, por
cierto) al momento de ejercer los actos posesorios que excluyen al poseedor
anterior. La prueba de la interversión del título corre por cuenta de quien
afirma su existencia.

2.5. Objeto de la posesión


El objeto de la posesión, debe ser un bien con las siguientes características:

1) cosas (objetos materiales),


2) en el comercio,
3) de existencia actual,
4) exclusividad,
5) determinación,
6) principalidad,
7) singularidad,
8) integralidad.

“Cosas” que se encuentren en el comercio: Se denominan “cosas” a los bienes


materiales. Las disposiciones referentes a las cosas son aplicables también a la
energía y a las fuerzas naturales susceptibles de ser puestas al servicio del
hombre.

Las cosas están fuera del comercio cuando son inenajenables y pueden serlo
por disposición de la ley o por acuerdos privados, en los casos y bajo los
términos permitidos por la normativa.

25
En el primer caso, encuadran los bienes públicos del Estado (en tanto son
absolutamente inenajenables e insusceptibles de prescripción o embargo). Los
bienes de dominio público del Estado (afectados al uso general) no pueden ser
poseídos, serán -en todo caso- objeto de un derecho de uso, concesión,
licencia, etc. reglados por el Derecho Administrativo. Sí, en cambio, pueden
poseerse las cosas que se encuentran en el dominio privado del Estado
(aquellas que no se encuentran sujetas al uso de la comunidad en general).

De existencia actual: Esto es un corolario de los derechos reales, ya que la


posesión es una circunstancia fáctica concreta, mal podría darse sobre un bien
que no existe. No podría, por ejemplo, haber posesión sobre los frutos que aún
no han sido separados del árbol pues, en todo caso, se posee el árbol.

Exclusividad: Porque no pueden concurrir sobre una cosa varias relaciones de


poder de la misma especie que se excluyan entre sí. Dos posesiones iguales y
de la misma naturaleza no pueden concurrir sobre la misma cosa, pero dos o
más personas pueden poseer en común una cosa, cada una por una parte
indivisa del todo (serán coposeedores) o por una porción material determinada.

Determinadas: Dice el art. 1912 del Código Civil y Comercial: “El objeto de la
posesión y de la tenencia es la cosa determinada. Se ejerce por una o varias
personas sobre la totalidad o una parte material de la cosa”.28 Así, cuando la
cosa cuya posesión se va a adquirir se hallase confundida con otras, es
indispensable, para la adquisición de la posesión, que sea separada y designada
distintamente. Se deriva de ello que, para tomar la posesión de una parte de
una cosa divisible, es indispensable que esa parte haya sido material o
intelectualmente determinada, en tanto no se puede poseer una parte incierta.

Principalidad: Son cosas accesorias aquellas cuya existencia y naturaleza son


determinadas por otra cosa de la cual dependen o a la cual están adheridas. Su
régimen jurídico es el de la cosa principal, excepto disposición legal en
contrario. La posesión de una cosa hace presumir la posesión de las cosas
accesorias a ella. Por ejemplo, si poseo un camión al lado del cual se encuentra
un acoplado, se entiende, salvo prueba en contrario, que está bajo mi posesión.

Singularidad: La posesión de una cosa compuesta de muchos cuerpos distintos


y separados, pero unidos bajo un mismo nombre, como un rebaño, una piara,
comprende solo las partes individuales que comprende la cosa, en tanto no se
posee “el rebaño”, sino cada animal por separado y debe tomarse posesión de
cada uno por separado. Así, si dentro de él hay presentes animales ajenos, el
dueño no los posee.

28
Art. 1912, Ley 26.994. Código Civil y Comercial de la Nación.

26
Integralidad: La relación de poder puede ejercerse sobre una parte indivisa del
todo o sobre una porción material determinada, pero ello no afecta la unión e
integralidad de la cosa, ni su esencia.

2.6. Los sujetos de la posesión.


Diversas presunciones
Veamos algunas reglas:

La posesión se presume si hay corpus: La ley indica que se presume, “a menos


que exista prueba en contrario”, que es poseedor quien ejerce un poder de
hecho sobre una cosa.29

Inicio y extensión: “se presume que [toda] relación de poder comienza desde la
fecha del título y tiene la extensión que en él se indica”.30

Presunción de poseedor o servidor de la posesión. “Se presume, a menos que


exista prueba en contrario, que es poseedor quien ejerce un poder de hecho
sobre una cosa. Quien utiliza una cosa en virtud de una relación de
dependencia, servicio, hospedaje u hospitalidad, se llama, en este Código,
servidor de la posesión”.31

Presunción de legitimidad. “Las relaciones de poder se presumen legítimas, a


menos que exista prueba en contrario”.32

La posesión vale por título: El sujeto de la relación de poder sobre una cosa no
tiene obligación de producir su título a la posesión o a la tenencia, sino en el
caso que deba exhibirlo como obligación inherente a su relación de poder.
Decía Vélez en nuestro antiguo Código Civil: “art. 2.363. El poseedor no tiene
obligación de producir su título a la posesión, sino en el caso que deba exhibirlo
como obligación inherente a la posesión. Él posee porque posee”33.

Dice el nuevo Código en su art. 1916: “Presunción de legitimidad. Las relaciones


de poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario. Son
ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un derecho real o personal
constituido de conformidad con las previsiones de la ley.”34

29
Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
30
Art. 1914, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
31
Art. 1911, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
32
Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
33
Art. 2363. Ley 340 - Código Civil de la Nación (derogado).
34
Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

27
2.7. Clasificación de la posesión.
Presunciones legales
Dice el Código en el art. 1916: “Presunción de legitimidad. Las relaciones de
poder se presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario. Son
ilegítimas cuando no importan el ejercicio de un derecho real o personal
constituido de conformidad con las previsiones de la ley”.35

Así, la posesión será ilegítima toda vez que el derecho real no exista, ya sea
porque la causa de adquisición no es “título suficiente” (aquel que reúne las
formalidades que el ordenamiento prescribe para adquirir un derecho real,
como cuando no cumple las formas prescriptas o los sujetos son incapaces), o
no se conformó correctamente el modo.

Mientras que en la posesión legítima no hay distinción posible, pues ésta se


presenta sólo cuando hay un derecho real en el cual se apoya, en la posesión
ilegítima, se traza una diferencia fundamental: ésta puede ser de buena o mala
fe. “Es de buena fe si no conoce, ni puede conocer, que carece de derecho, es
decir, cuando por un error de hecho esencial y excusable está persuadido de su
legitimidad”.36

Si es de mala fe, a su vez, puede tener vicios o no (los vicios son distintos según
se posean muebles o inmuebles).

A su vez, la tenencia será legítima cuando importa el ejercicio de un derecho


personal, como es el del locador o del comodatario, constituido de
conformidad a la normativa propia de cada uno de esos contratos.

2.7 Clasificaciones de la posesión.


Presunciones legales
Legítima: La posesión legítima es la que ostentan los titulares de derechos
reales que se ejercen por la posesión (todos menos hipoteca y servidumbre). El
código reputa poseedores legítimos a los adquirentes por boleto de
compraventa de inmuebles, aunque no tengan un título válido ni hayan
adquirido el derecho real. El legislador ampara así, un gran cúmulo de
transacciones inmobiliarias que se efectivizan por este medio.

Ilegítima:
35
Art. 1916, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
36
Art. 1918, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

28
 buena fe: creencia basada en error de hecho excusable. La buena fe se
presume iuris tantum.

 mala fe:

o simple: Es por exclusión la que carece de vicios. Sería el caso de


quien ha sido negligente y por ello no puede alegar buena fe, (en
este caso el error de hecho no es excusable). Estos poseedores, a
diferencia de los viciosos, cuentan con las acciones posesorias
propiamente dichas.
o viciosa: los poseedores viciosos carecen de acciones posesorias
propiamente dichas y no pueden ejercer el derecho de retención
sobre la cosa por mejoras y gastos. Comienza el cómputo para la
prescripción adquisitiva el día que cesan los vicios.

Los vicios son:

 muebles: hurto – estafa – abuso de confianza.

 inmuebles: violencia – clandestinidad – abuso de confianza.

1) Muebles:
a) Hurto: tiene un sentido más amplio que el del hurto penal, pues esta
figura incluye el caso de robo (hurto con violencia) y no, en cambio, los
casos de estafa.
b) Estafa: Es toda maniobra dolosa o ardidosa que tiene por fin la
adquisición de un bien ajeno. Este poseedor vicioso, se las arregla para
engañar al transmitente, quien ignora por ejemplo, que la cosa no le
pertenece o está gravada.
c) Abuso de confianza: Es el caso de quien se ha obligado a restituir la cosa
ante el requerimiento de su dueño e incumple tal compromiso.

2) Inmuebles:
a) Violencia: ya sea material o moral, pero siempre hay vías de hecho
tendientes a adquirir la posesión o mantenerla si se ha tomado en
ausencia del poseedor. Quien puede alegar este vicio, es quien ha sido
víctima de estas vías de hecho. Este vicio se opone a una de las
características fundamentales de la posesión, cual es la de pacífica.
b) Clandestinidad: este vicio se opone a otra de las características
fundamentales de la posesión, la de pública. La posesión es clandestina,
cuando los actos por los cuales se tomó o se continuó, fueron ocultos, o
se tomó en ausencia del poseedor, o con precauciones para sustraerla al
conocimiento de los que tenían derecho a oponerse. Para evitar este

29
vicio, no es necesario que el propietario de hecho conozca la posesión,
sino que debe poder conocerla.
c) Abuso de confianza: es el mismo supuesto que respecto de los muebles.

Importancia de la clasificación
Es de gran aplicación práctica, como se verá en los capítulos sucesivos; por
ejemplo, respecto de las cosas muebles, la posesión de buena fe de cosas no
robadas ni perdidas hace presumir la propiedad, y de inmuebles, pone freno a
la acción reivindicatoria en casos de adquisición onerosa por título nulo o
anulable.

Asimismo, los efectos de la sentencia que ordena la restitución de la cosa al


verdadero dueño son completamente distintos según el poseedor haya sido de
buena o mala fe, en especial en relación a los frutos percibidos o que debió
percibir, las mejoras efectuadas sobre la cosa y los daños sufridos por aquélla.

Así, indica el código civil que el poseedor de buena fe hace suyos los frutos
percibidos y los naturales devengados no percibidos. El de mala fe debe
restituir los percibidos y los que por su culpa deja de percibir. Sea de buena o
mala fe, debe restituir los productos que haya obtenido de la cosa.

Purga de los vicios: Hay una división doctrinaria entre quienes entienden que
los vicios de la posesión dejan de existir cuando cesa la causa que les dio origen
(por ej. cuando se deja de ejercer la violencia) y aquellos que entienden que el
vicio se purga al año del cese, en tanto recién entonces prescriben las acciones
posesorias del anterior poseedor.

Recordemos, de todas formas, que los vicios son relativos y sólo puede
alegarlos la víctima que los ha sufrido. Para el resto de la comunidad, el
poseedor no es vicioso.

Presunciones y reglas:

La buena fe se presume, salvo prueba en contrario: Las relaciones de poder se


presumen legítimas, a menos que exista prueba en contrario. Todo aquel que
alegue que hay posesión ilegítima, debe probarlo, salvo en los casos en que la
ley indica presumir la ilegitimidad

Las cualidades de la posesión se juzgan al momento de adquirirla: La


legitimidad, así como la buena o mala fe, se determinan al comienzo de la
relación de poder y permanecen invariables mientras no se produce un nuevo
título o la interversión del título original. No siendo posible determinar el
tiempo en que comienza la mala fe, se debe estar al día de la citación al juicio.

30
Asimismo, la buena fe del poseedor debe existir en el origen de la posesión, y
en cada hecho de la percepción de los frutos que genere la cosa, en tanto ellos
se adquieren de forma independiente.

La buena fe debe tener origen en ignorancia o error de hecho excusable: Esto


implica que el poseedor tiene pleno convencimiento de haber adquirido
efectivamente un derecho real de que no es titular; debe tener una razón
excusable para errar, debe haber sido diligente (vgr. haber averiguado los
antecedentes registrales del bien).

La calificación es independiente para cada sujeto: Cuando dos o más personas


poseyeren en común una cosa, cada una de ellas responderá de la buena o
mala fe de su posesión. En las personas jurídicas, en la práctica, la buena o mala
fe se juzga en cabeza de su representante.

31
3. La publicidad
posesoria - aspecto
dinámico (continuación)

3.1 Adquisición de la posesión


La posesión sólo puede ser adquirida voluntariamente y por personas capaces.
Los menores de edad pueden adquirirla a partir de los diez años.

El hecho de la adquisición se produce cuando se ejerce algún contacto con la


cosa, cuando existe la posibilidad física de establecerlo, o al ingresar la cosa en
el ámbito de custodia del adquirente.

Veamos entonces los dos casos posibles:

1) Mortis causa:

La sucesión puede ser universal o particular. Sucesor universal es el que recibe


todo o una parte indivisa del patrimonio de otro; sucesor singular el que recibe
un derecho en particular.

Se denomina heredero a la persona a quien se transmite la universalidad o una


parte indivisa de la herencia; legatario, al que recibe un bien particular o un
conjunto de ellos.

Desde la muerte del causante, los herederos tienen todos los derechos y
acciones de aquél de manera indivisa, con excepción de los que no son
transmisibles por sucesión, y continúan en la posesión de lo que el causante
poseía.

Así, cuando se es heredero forzoso (ascendiente, descendiente o cónyuge), se


tiene la posesión de los bienes que componen la masa hereditaria desde el
momento del deceso y el juez, en la “sentencia de declaratoria de herederos”,
se limita a reconocer la posesión que los herederos forzosos tienen por
imperio de la ley, otorgando en cambio, la posesión a los no forzosos y a los
legatarios, quienes deberán concurrir a tomar posesión de cada cosa, muñidos
de un oficio emanado del juez y en compañía de un Oficial de Justicia.

32
2) Inter vivos:

Adquirir la posesión significa asumir el poder físico sobre la cosa; es en ese


momento cuando, según Savigny, deben reunirse los dos elementos corpus y
animus. La importancia del acto adquisitivo radica en el hecho de que es allí
donde se exterioriza la causa de la posesión, se plasman sus caracteres y
comienza el cómputo de la anualidad, condición necesaria para ejercer las
acciones posesorias propiamente dichas. En los derechos reales que se ejercen
mediante posesión, ésta tiene carácter constitutivo del derecho (como se verá
después).

La posesión, en cuanto poder de hecho, solo puede ser asumida mediante


actividades del mundo físico, no bastando la mera declaración contractual del
transmitente; asimismo, en cuanto poder de hecho, técnicamente, este no se
transmite, lo que se transmite es, en primer lugar, la cosa poseída y en
segundo lugar los derechos que emanan de la posesión.

Así, habrá una posesión que culmina y una que empieza (a salvo lo normado
sobre accesión de posesiones a los fines de usucapir).

La citada adquisición puede consistir en un acto jurídico unilateral o bilateral.

Adquisición unilateral u originaria:

No hay vínculo jurídico entre un poseedor y el siguiente; basta la edad de 10


años para adquirir unilateralmente. Esta forma de adquisición puede
producirse por aprehensión de cosas muebles sin dueño (ya que los inmuebles
nunca carecen de dueño), u ocupación de cosas muebles o inmuebles con
dueño y contra la voluntad de éste.

Adquisición bilateral o derivada: La tradición, punto que desarrollamos a


continuación.

3.2 El acto adquisitivo de la posesión.


Importancia
Al momento de adquirir la relación de poder, se califica la posición del
detentador y se juzgan las calidades y vicios de su vínculo con la cosa. Por
ejemplo, reza el Código en su art. 1920: “Determinación de buena o mala fe. La

33
buena o mala fe se determina al comienzo de la relación de poder, y
permanece invariable mientras no se produce una nueva adquisición”.37

Es así como, quien ostenta un vínculo con la cosa puede ir variando su


ánimo, su buena o mala fe y hasta el comportamiento para con la cosa,
pero siempre quedará signado por el acto adquisitivo.

Para moverse de la posición en la cual la ley lo ha colocado, deberá


intervertir el título, en el sentido explicitado en puntos anteriores.

3.3 Modos de adquisición. La tradición:


definición. Diversas formas de tradición.
Casos en que no es necesaria.
La relación de poder vacua. La
universalidad de hecho. El
apoderamiento. El desapoderamiento.

Cuando hablamos de tradición, siempre la posesión es transmitida por el


poseedor anterior al siguiente. Cada posesión tiene origen en la anterior y, en
ciertos casos, dichas posesiones pueden accederse o sumarse a los fines de
adquirir el derecho real por medio de la usucapión.

La tradición es el acto jurídico bilateral por el cual una parte entrega a la otra la
posesión de una cosa y ésta voluntariamente la recibe. Tiene dos elementos: un
acuerdo entre las partes y la posterior entrega. En palabras del codificador,
sería, en el art. 1925:

Otras formas de tradición. También se considera hecha la


tradición de cosas muebles, por la entrega de conocimientos,
cartas de porte, facturas u otros documentos de conformidad
con las reglas respectivas, sin oposición alguna, y si son remitidas
por cuenta y orden de otro, cuando el remitente las entrega a
quien debe transportarlas, si el adquirente aprueba el envío.38

37
Art. 1920, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.
38
Art. 1925, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.

34
Es necesaria plena capacidad, o sea la edad de 18 años. Debe consistir en actos
materiales que pongan al adquirente en posición de disponer físicamente de la
cosa, como la entrega de llaves del lugar donde ella se encuentra. Estos actos
no se suplen por meras declaraciones verbales, tales como manifestaciones
vertidas en la escritura de compraventa en relación a que por ese acto “se
entrega la posesión”. Sí, en cambio, se podría hacer entrega efectiva en frente
del escribano, dejando constancia en la escritura.

Los actos de toma de posesión pueden adoptar distintas modalidades. Puede


darse que una parte tome la cosa y la otra lo consienta (expresa o tácitamente),
o que el anterior poseedor la deje en poder del nuevo poseedor y éste lo
consienta, o también que la cosa haya estado siempre en poder de un tercero
(tenedor), quien comenzó a poseer a nombre del nuevo poseedor. Veremos
más abajo algunos casos especiales.

La tradición de cosas inmuebles debe ser hecha cuando no hay otro supuesto
poseedor en el sitio que se oponga a ella, esto se llama posesión vacua y es un
requisito específico para este tipo de bienes.

También se considera hecha la tradición de cosas muebles, por la entrega de


conocimientos, cartas de porte, facturas u otros documentos de conformidad
con las reglas respectivas, sin oposición alguna, y si son remitidas por cuenta y
orden de otro, cuando el remitente las entrega.

En relación a los títulos de crédito, se juzgará efectivizada luego de que el


deudor cedido haya sido fehacientemente notificado del traspaso del crédito.
Hablamos de títulos nominativos, no de los endosables (como un pagaré o un
cheque), pues en estos la calidad de acreedor se transfiere con el mero endoso,
pasando así de mano en mano sin que sea necesario celebrar un contrato de
cesión de crédito.

Casos especiales de tradición:

Art. 1923: Las relaciones de poder se adquieren por la tradición.


No es necesaria la tradición, cuando la cosa es tenida a nombre
del propietario, y éste pasa la posesión a quien la tenía a su
nombre, o cuando el que la poseía a nombre del propietario,
principia a poseerla a nombre de otro, quien la adquiere desde
que el tenedor queda notificado de la identidad del nuevo
poseedor. Tampoco es necesaria cuando el poseedor la
transfiere a otro, reservándose la tenencia y constituyéndose en

35
representante del nuevo poseedor. La posesión se adquiere
asimismo por el apoderamiento de la cosa.39

Este artículo da lugar a las siguientes hipótesis:

 Traditio brevi manu: Quien debe recibir la posesión de la cosa, ya la


tenía en su poder desde antes de celebrado el acto jurídico por el cual
debe realizarse el traspaso, pasando de ser un mero tenedor a ser. Es el
caso del locatario (tenedor), que luego adquiere por compraventa.

 Constituto posesorio: Quien era poseedor transmite a otro la posesión


pero queda en contacto con la cosa en calidad de tenedor. Es el caso de
quien vende un inmueble de su propiedad y continúa viviendo en él
como locatario, también de quien se erigía en poseedor pero luego
reconoce esa calidad en alguien más, (por ejemplo, la hipótesis de quien
es interrogado ante escribano y admite no ser el dueño).

 Tradición por indicación: El tenedor (mandatario, depositario, inquilino,


etc.), que poseía en nombre del anterior propietario, ahora comienza a
poseer a nombre del actual, porque así se lo “indican”.

 Adquisición por representante: La representación puede ser legal


(incapaces – personas jurídicas) o voluntaria (mandatarios o gestores de
negocios, cuando media ratificación). La representación legal no merece
complicación, pues el incapaz y la persona jurídica se reputan sin
voluntad, juzgándose la validez del acto por la capacidad y la intención
del representante. En el caso de representación voluntaria, es obligatorio
que el mandante sea capaz, siendo válido el acto si el mandatario no lo
es, pues el mandato puede otorgarse a incapaces. Se presume iuris
tantum que el mandatario adquiere para su comitente, debiendo
manifestar expresamente si lo hace para sí y, aunque efectúe tal
manifestación, mientras que el comitente desee adquirir y el
transmitente desee transmitir la posesión al comitente, es este quien
adquiere la posesión y no el mandatario. En relación a la buena fe o
mala, se tiene en cuenta la del representado.

Relación de poder vacua: “Para adquirir por tradición la posesión o la tenencia,


la cosa debe estar libre de toda relación excluyente, y no debe mediar
oposición alguna.”40

39
Art. 1923, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.
40
Art. 1926, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

36
Relación de poder sobre universalidad de hecho: La relación de poder sobre
una cosa compuesta de muchos cuerpos distintos y separados, pero unidos
bajo un mismo nombre, como un rebaño o una piara, abarca sólo las partes
individuales que comprende la cosa.
El apoderamiento: Para adquirir una relación de poder sobre una cosa, esta
debe establecerse voluntariamente por sujeto capaz, excepto las personas
menores de edad, para quienes es suficiente que tengan diez años y por medio
de un contacto con la cosa, de la posibilidad física de establecerlo, o cuando
ella ingresa en el ámbito de custodia del adquirente.
El desapoderamiento: Es una de las causales de cese de la posesión y acontece
cuando otro sujeto priva al poseedor del contacto físico con aquella, sin mediar
su voluntad.

3.4 Ejercicio de la posesión. Actos


posesorios
Hemos dicho que la posesión es un hecho y-como tal- requiere de una realidad
externa que se manifieste en el mundo fenomenológico. No es lo mismo tener
derecho a poseer –como cuando alguien firmó escritura de adquisición de un
inmueble- que el hecho de estar ya poseyendo. Ostentar la escritura o
cualquier otro título válido de adquisición, nos dará derecho a iniciar un juicio
para procurar la tradición de la cosa, pero no nos convierte en poseedores.

A su vez, el ladrón que carece de título pero está en contacto con la cosa y
comportándose como su dueño, es poseedor.

El código brinda una enumeración meramente enunciativa de aquellos que


“constituyen actos posesorios sobre la cosa...: su cultura, percepción de frutos,
amojonamiento o impresión de signos materiales, mejora, exclusión de
terceros y, en general, su apoderamiento por cualquier modo que se obtenga”
Podríamos agregar, la destrucción, modificaciones en la sustancia e incluso
enajenación. 41

La relación de poder sobre una cosa compuesta de muchos cuerpos distintos y


separados, pero unidos bajo un mismo nombre, como un rebaño o una piara,
abarca sólo las partes individuales que comprende la cosa.

A su vez, la posesión puede ser ejercida por distintos titulares de derechos


reales, tales como el propietario y el usufructuario, el usuario y el habitador,
siempre que sean de distinta naturaleza.

41
Art. 1928, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.

37
Por su parte, cuando hay condominio, todos los condóminos poseen el todo y
no una porción material determinada.

3.5 Conservación de la posesión


Hemos dicho que para adquirir la posesión era necesario reunir los elementos
corpus y animus. Una vez adquirida la posesión, no es necesario estar en
contacto permanente con la cosa; el corpus se conserva mientras se tiene la
posibilidad de acceder a ella y el animus se mantiene hasta que se expresa la
voluntad en contrario. Así, una persona puede olvidar temporalmente que
posee una cosa o en qué lugar la ha guardado, sin perder por ello la posesión.
En relación a las cosas perdidas, se conserva la posesión mientras haya
esperanza de hallarlas.

La relación de poder se conserva hasta su extinción, aunque su ejercicio esté


impedido por alguna causa transitoria. También se presume, a menos que
exista prueba en contrario, que el sujeto actual de la posesión o de la tenencia
que prueba haberla ejercitado anteriormente, la mantuvo durante el tiempo
intermedio.

La posesión se conserva también cuando es ejercida por representantes,


aunque estos manifiesten poseer para sí y aunque abandonaren la cosa,
fallecieren o devinieren incapaces, así como cuando sus herederos comenzaren
a poseer pensando que les correspondiere a nombre del representante
fallecido.

3.6 Extinción de la posesión


La pérdida de la posesión puede acaecer:

1) corpore, aunque se conserve el animus, como sucede cuando se


destruye o pierde el objeto, o un tercero desapodera al poseedor.

2) ánimo -aunque se conserve el corpus-. Es decir, puede desaparecer el


deseo o intención de sujetar la posesión al poder de hecho.

3) corpore y ánimo, cuando se pierde el acceso a la cosa y media ánimo en


tal sentido; tal como acontece cuando el sujeto efectúa tradición.

El Código brinda las siguientes hipótesis:

38
 se extingue la cosa;

 otro priva al sujeto de la cosa;

 el sujeto se encuentra en la imposibilidad física perdurable de ejercer la


posesión o la tenencia;

 desaparece la probabilidad razonable de hallar la cosa perdida;

 el sujeto hace abandono expreso y voluntario de la cosa.

3.7 Derechos y deberes inherentes a la


posesión
Cabe poner de resalto una distinción conceptual clásica en forma previa al
desarrollo de los puntos subsiguientes. Llamamos ius possidendi al derecho de
poseer. Ostentan el ius possidendi todos aquellos que, por algún título o causa
legítima, adquirieron la facultad de ser instituidos en poseedores legítimos. Tal
sería el caso de quien adquirió un inmueble por escritura pública y tiene
derecho a que se lo entreguen. En cambio, el ius possessionis se encuentra
conformado por los derechos que emanan de la posesión ya consumada, tal
como el ejercicio de las servidumbres constituidas sobre el fundo vecino, o los
derechos a hacer respetar los límites y restricciones al dominio, por parte de los
vecinos.

El poseedor y el tenedor tienen derecho a ejercer las servidumbres reales que


corresponden a la cosa que constituye su objeto. También tienen derecho a
exigir el respeto de las restricciones y límites impuestos a los titulares de
dominio, enumerados en el Capítulo 4, Título III del Libro Cuarto del código42, es
decir, restricciones y límites al dominio. Tal sería el caso de impedir
emanaciones y ruidos molestos de sus vecinos, o que aquellos plantaren
árboles a menos distancia de la reglamentaria de la medianera.

A su vez, tanto el poseedor como el tenedor, tienen el deber de restituir la cosa


a quien tenga el derecho de reclamarla, aunque no se haya contraído
obligación al efecto. Sería el supuesto, por ejemplo, de que quien le alquiló la
cosa no era el verdadero dueño y ha sido vencido en un juicio de reivindicación,
cuya sentencia ordena la restitución del bien.

Por otra parte, deben respetar las cargas reales, las medidas judiciales
inherentes a la cosa, y los límites y restricciones sobre el dominio. A menos que

42
Art. 1970-1982, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

39
exista disposición legal en contrario, el poseedor debe satisfacer el pago total
de los impuestos, tasas y contribuciones que graven la cosa y cumplir la
obligación de cerramiento.

El poseedor y el tenedor tienen derecho a ejercer las servidumbres reales que


corresponden a la cosa que constituye su objeto.

3.8 Régimen de frutos y mejoras


El Código, efectúa la siguiente distinción:

a) fruto percibido: el que separado de la cosa es objeto de una


nueva relación posesoria. Si es fruto civil, se considera percibido
el devengado y cobrado;
b) fruto pendiente: el todavía no percibido. Fruto civil pendiente es
el devengado y no cobrado;
c) mejora de mero mantenimiento: la reparación de deterioros
menores originados por el uso ordinario de la cosa;
d) mejora necesaria: la reparación cuya realización es indispensable
para la conservación de la cosa;
e) mejora útil: la beneficiosa para cualquier sujeto de la relación
posesoria;
f) mejora suntuaria: la de mero lujo o recreo o provecho exclusivo
para quien la hizo. 43

Luego sienta la siguiente regla:

Adquisición de frutos o productos según la buena o mala fe. La


buena fe del poseedor debe existir en cada hecho de percepción
de frutos; y la buena o mala fe del que sucede en la posesión de
la cosa se juzga sólo con relación al sucesor y no por la buena o
mala fe de su antecesor, sea la sucesión universal o particular.
El poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos y los
naturales devengados no percibidos. El de mala fe debe restituir
los percibidos y los que por su culpa deja de percibir. Sea de
buena o mala fe, debe restituir los productos que haya obtenido
de la cosa.

43
Art. 1934, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

40
Los frutos pendientes corresponden a quien tiene derecho a la
restitución de la cosa.44

Todo sujeto de una relación de poder puede reclamar el costo de las mejoras
necesarias, excepto que se hayan originado por su culpa si es de mala fe.

Puede asimismo reclamar el pago de las mejoras útiles, pero sólo hasta el
mayor valor adquirido por la cosa. No puede reclamar indemnización por las
mejoras de mero mantenimiento ni por las suntuarias. Las suntuarias, pueden
ser retiradas si con ello no se produce daño a la cosa. Si las mejoras son
producto de un fenómeno natural, no deben ser indemnizadas.

3.9 Efectos de las relaciones de poder: la


posesión. La tenencia
La posesión cumple distintas funciones dentro del mundo jurídico, que Ihering
resume en tres ítems:

 Es el contenido de la mayoría de los derechos reales.

 Es condición indispensable para que se constituyan o transfieran los


derechos reales.

 Otorgan el derecho a su defensa, a “protegerse en la propia posesión”


ante posibles turbaciones, mediante las acciones que otorga la ley,
proscribiendo la justicia por mano propia.

En cuanto a las consecuencias jurídicas que surgen de ella, mientras que


Savigny reconocía como única consecuencia las acciones posesorias y Aubry y
Rau la de hacer presumir la propiedad, tradicionalmente se han enunciado las
siguientes:

 Acciones posesorias.

 Derecho a usucapir.

 Presunción de propiedad en relación a las cosas muebles, con buena fe y


título oneroso.

44
Art 1935, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

41
 Derecho de ser indemnizado de las mejoras necesarias y útiles, si es de
buena fe.

 Derecho de retención si tiene buena fe.

El poseedor de buena fe no responde de la destrucción total o parcial de la


cosa, sino hasta la concurrencia del provecho subsistente. El de mala fe
responde de la destrucción total o parcial de la cosa, excepto que se hubiera
producido igualmente de estar la cosa en poder de quien tiene derecho a su
restitución.

Si la posesión es viciosa, responde de la destrucción total o parcial de la cosa,


aunque se hubiera producido igualmente de estar la cosa en poder de quien
tiene derecho a su restitución.

La tenencia:

Hay tenencia cuando una persona, por sí o por medio de otra, ejerce un poder
de hecho sobre una cosa y se comporta como representante del poseedor.

En la tenencia existe corpus pero no animus domini, ya que el tenedor reconoce


la propiedad en otro.

Tenencia = Corpus

Hay dos tipos de tenencia:

1) Tenencia pura o absoluta: tiene carácter autónomo, sin vínculo con


posesión alguna y se configura cuando los bienes no son susceptibles de ser
poseídos por estar fuera del comercio; es por ello que el tenedor no se
encuentra poseyendo a nombre de otro. El caso típico son los bienes del
Estado; en este caso, además de existir una relación real entre el sujeto y la
cosa (tenencia pura), existirán vínculos regulados por el Derecho
Administrativo entre el sujeto y el Estado, que pueden ser:

a) Uso común: un sujeto anónimo e indeterminado, en su carácter de


miembro de la comunidad, hace uso de bienes de dominio público
como una calle o una plaza. No existe un derecho subjetivo,; si la
persona es turbada en el uso por el Estado, puede incoar una petición
o recurso interno, pudiendo en cambio interponer recursos
administrativos en sede judicial si la turbación proviene de los
particulares,
b) Uso especial o privativo: el sujeto se encuentra individualizado y el
ordenamiento expresamente le otorga la facultad de uso sobre ciertos
bienes. Se adquiere de tres maneras:

42
o Permiso de uso: El Estado le confiere un derecho de uso precario,
esto quiere decir que puede revocarlo en cualquier momento sin
causar agravio, por razones de mérito, oportunidad y
conveniencia. No crea derecho subjetivo, pero otorga recursos
administrativos contra terceros turbadores y puede generar
obligación de resarcir cuando el Estado lo revoca.

o Concesión de uso: el concesionario ha suscripto un contrato con


el Estado (generalmente con el fin de prestar un servicio público),
situación que lo pone en contacto físico con bienes públicos –
máquinas viales, vehículos, un predio, etc.-. En virtud del citado
contrato, el particular ha adquirido un derecho subjetivo
patrimonial, siendo por tanto oponible erga omnes (una parte de
Artículo 17 C.N..- La propiedad es inviolable, y
ningún habitante de la Nación puede ser la doctrina les llama “derechos reales administrativos de
privado de ella, sino en virtud de sentencia
fundada en ley. La expropiación por causa de goce”[referencias: algunos autores]), existiendo derecho a
utilidad pública, debe ser calificada por ley y indemnización en caso de revocación, con fundamento en el art.
previamente indemnizada.
17 de la C.N., a más de todos los recursos administrativos que el
ordenamiento prescribe contra el Estado y las defensas reales,
posesorias e indemnizaciones que prescribe la ley civil en relación
a los terceros.

o Prescripción de uso: es el caso de que una ley expresa autorice a


adquirir por usucapión una cosa dada en uso por el Estado
(situación excepcionalísima); una vez cumplido el plazo de ley, el
derecho que se otorga es similar a la concesión.

2) Tenencia relativa: en este caso, el tenedor está poseyendo en nombre de


otro con quien lo une un vínculo jurídico, tal como un contrato de locación,
comodato, depósito, etc.

La tenencia relativa puede clasificarse en:

a) Interesada: el tenedor está autorizado a servirse de la cosa, por ej.


comodatario, locatario.
b) Desinteresada: no debería servirse de la cosa (aun cuando lo hiciera),
por ej. mandatario, depositario.

Al igual que la adquisición de la posesión, la tenencia puede provenir de un


hecho voluntario unilateral o bilateral. En forma unilateral, mediante
apropiación con animus tenendi; por ejemplo, una peón que caza animales para
el dueño del campo. En forma bilateral, mediante tradición -que es una forma
de adquirir tanto la tenencia como la posesión-; es de hacer notar que, si bien
el código civil no prescribe formalidades para la tradición con fines de adquirir

43
la tenencia, habrá que estarse a las cláusulas del acuerdo entre partes,
(contrato de depósito, mandato, etc.).

44
4. Publicidad posesoria:
las defensas de las
relaciones de poder
(continuación)
4.1 Defensas de la posesión y de la
tenencia. Finalidad
En todo Estado de Derecho, la justicia por mano propia está proscripta.
Consecuentemente, quien está en posesión o tenencia de una cosa no puede -a
salvo el caso excepcionalísimo de la defensa extrajudicial- ser privado de ella
por vías de hecho, ni aun de manos del verdadero propietario, quien deberá
recurrir a la justicia. En virtud de lo expuesto, existe en la normativa un cúmulo
de acciones que protegen al tenedor o poseedor turbado o desposeído.

Así, nuestro Código en su art. 2239 indica:

Un título válido no da la posesión o tenencia misma, sino un


derecho a requerir el poder sobre la cosa. El que no tiene sino un
derecho a la posesión o a la tenencia no puede tomarla; debe
demandarla por las vías legales.45

Queda al descubierto entonces, la finalidad de este tipo de defensas: proscribir


la justicia por mano propia y –por tanto- proveer a la seguridad jurídica de la
comunidad.

45
Art. 2239, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

45
4.2 Las diferentes lesiones
El ataque de la relación de poder puede consistir en dos hipótesis diferentes: se
sustrae la cosa o se ejercen actos de turbación con el fin de sustraer la cosa, sin
llegar a hacerlo.

Cuando existe turbación, quien ostenta el corpus es obstaculizado en el


ejercicio pleno de su posesión o tenencia, por alguien que realiza actos
materiales con el fin de tomarla, como romper un portón, candados, comenzar
a almacenar mercadería en el predio, afincar animales, derribar los alambrados,
etc. Y todo ello con el fin ulterior de privar al tenedor o poseedor del poder de
hecho sobre la cosa; estos actos no llegan a excluir totalmente al tenedor o
poseedor, pues en tal caso habría desposesión.

La desposesión puede ser no viciosa, caso de quien ve la puerta abierta y ocupa


un inmueble, o tomarse ejerciendo vicios. Éstos pueden ser violencia,
clandestinidad o abuso de confianza, ya sea que se emplee para hacerse de la
posesión o para mantenerse en ella. La desposesión es absoluta (porque
excluye totalmente de la posesión), pero puede ser parcial (sobre una parte de
la cosa).

Cuando las molestias no tienen por fin obtener la posesión o tenencia, la acción
correspondiente es la de daños. Tal es el caso de quien apedrea los vidrios de
una vivienda, con el fin de molestar a su vecino.

4.3 La acción para adquirir la posesión y


la tenencia: análisis del supuesto
El art.2239 otorga la “acción de adquirir la posesión o tenencia” y son
legitimados para interponerla aquellos que ostentan un título válido para ello,
tales como un contrato de alquiler (tenencia) o la escritura de compraventa
(posesión). Indica el Código en este artículo:

Acción para adquirir la posesión o la tenencia. Un título válido


no da la posesión o tenencia misma, sino un derecho a requerir
el poder sobre la cosa. El que no tiene sino un derecho a la
posesión (ius possidendi) o a la tenencia no puede tomarla; debe
demandarla por las vías legales.46

46 Art. 2239, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

46
Este es el fundamento de todo el sistema protectivo que estamos estudiando y
que se encontraba en el viejo art. 2468 del código de Vélez.47

Esta acción es, en realidad, personal y lo que se demandará en juicio es el


cumplimiento de un contrato luego del cual va a nacer el derecho real. Así,
vemos que el tenedor o poseedor ostentan un título válido para ser puestos en
posesión o tenencia, pero quien debe hacerlo no lo efectúa.

Es el caso de quien firmó un contrato de alquiler y el dueño de la propiedad no


lo pone en tenencia, y también de quien adquirió un inmueble por escritura o
adquirió derechos por boleto de compraventa y no es puesto en posesión.

En tales casos, la ley no inviste al aspirante a tenedor o poseedor para tomar la


cosa por mano propia, sino que le ordena enervar el aparato jurisdiccional,
solicitando al juez competente que así lo ordene.

4.4 La defensa extrajudicial: análisis del


supuesto Las acciones posesorias
El esquema defensorio de las relaciones de poder, comprende dos acciones
judiciales (despojo y manutención) y una defensa extrajudicial, que es la
excepción al principio de prohibición de aplicar justicia por mano propia, antes
descripto.

Defensa extrajudicial: Se otorga a todo tipo de poseedores y tenedores y


también a los servidores de la posesión. Está contenida en el art. 2240 del
nuevo Código, que determina que:

Nadie puede mantener o recuperar la posesión o la tenencia de


propia autoridad, excepto cuando debe protegerse y repeler una
agresión con el empleo de una fuerza suficiente, en los casos en
que los auxilios de la autoridad judicial o policial llegarían
demasiado tarde. El afectado debe recobrarla sin intervalo de
tiempo y sin exceder los límites de la propia defensa.48

Analicemos la disposición:

47
Art.2468, Ley 340- Código Civil (derogado).
48
Art. 2240, Ley 26.994 – Código Civil y Comercial de la Nación.

47
Legitimación activa: Es la más amplia, pueden servirse de este medio de
defensa los titulares de derechos reales, todos los poseedores (aún viciosos) y
todos los tenedores (interesados o desinteresados), así como los servidores de
la posesión.

Legitimación pasiva: se inicia en contra de quien turbe o desposea.

Supuesto fáctico: deben cumplirse los siguientes requisitos:

1) Existencia de un ataque contra el propietario o tenedor, turbando o


impidiendo el corpus y una defensa de éste por mano propia, sin que
medie intervalo de tiempo entre uno y otra. En caso de desposesión
clandestina, ésta se juzga consumada cuando, estando el propietario
ausente, se le impide tomar posesión a su retorno. La inmediatez debe
interpretarse según el contexto, puede mediar una hora, varias, etc.
según las circunstancias; en general se configura cuando el desposeído
se defiende apenas le sea posible.
2) Debe haber razonabilidad en la defensa, o sea, los medios elegidos
deben ser proporcionales cualitativa y cuantitativamente a los
empleados para la agresión. Ej. ambos amenazan con armas de fuego,
ambos utilizan la agresión física, uno de ellos amenaza con arma blanca
y el otro con un elemento cortante. Este requisito es similar al exigido
para la legítima defensa en Derecho Penal.
3) Los auxilios de la justicia llegarían demasiado tarde, por ej. si la
desposesión tiene lugar en una zona rural, a muchos kilómetros de la
comisaría más cercana o si se trata de un arrebato en la vía pública, sin
oficiales de policía cerca a quien recurrir. En tal caso, puede impedirse el
arrebato o perseguir al delincuente y –a su vez- arrebatarle el objeto,
pues es sabido que las probabilidades de recupero al hacer la denuncia,
son bajísimas.

4.5 Las diferentes acciones. Casos


previstos
Las acciones judiciales que otorgan la posesión y la tenencia, son básicamente
dos (despojo y manutención). El despojo posee dos supuestos, el propiamente
dicho y el de obra nueva.

El ámbito material de estas defensas, recae sobre aquellos actos materiales,


producidos o de inminente producción, ejecutados con intención de tomar la
posesión, contra la voluntad del poseedor o tenedor. Los actos que perturban
la posesión o tenencia, sin el fin de tomar posesión de la cosa, sólo conceden
acción para reclamar los daños.

48
Acción de despojo. Casos previstos (art. 2241)49

Se prevén dos hipótesis:

1) el tenedor o poseedor es privado del corpus de una cosa determinada o una


universalidad de cosas (tales como las que componen un fondo de comercio,
una herencia vacante o un fideicomiso), con o sin violencia;

2) una persona comienza una obra sobre la cosa que se posee o se tiene; por
ejemplo, cavar cimientos o levantar muros o derrumbar los existentes. Estos
actos implican también un desapoderamiento, en tanto son impeditivos del
ejercicio pleno de la tenencia o posesión.

En el primer caso, se solicita al juez la restitución de la cosa o universalidad, en


el segundo se acciona pidiendo la orden de remoción de las construcciones u
obras efectuadas.

Acción de mantener la tenencia o la posesión. (art. 2242).50 Casos previstos:

1. Actos: turbación con el fin de tomar la posesión sobre una cosa o una
universalidad de hecho, en todo o en parte del objeto.
2. Amenaza fundada de desapoderamiento o comienzo de ejecución de
la obra. Por ejemplo, estacionar máquinas topadoras al costado de un
bosque y que, presumiblemente, son para derribar los alambrados, y
depositar máquinas y materiales de construcción en la vereda de un
baldío. Si la obra ya se ha finalizado, el supuesto en aplicación sería el
del ítem anterior, pues la desposesión se encontraría consumada.

4.6. Legitimación activa y pasiva de las


diferentes acciones
La legitimación activa, alude a quienes pueden incoar la acción –es decir, ser
actores en el juicio-. La legitimación pasiva, se refiere a quienes pueden ser
demandados. Si demandamos sin tener legitimación activa, el demandado
interpondrá excepción de falta de legitimación activa; por el contrario,
demandando a la persona incorrecta, seremos pasibles de que nos opongan
excepción de falta de legitimación pasiva. De ambas formas, puede perderse el
litigio y por eso es necesario prestar tanta atención en este punto.

 Acción de despojo:

49
Art. 2241, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.
50
Art. 2242, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.

49
a) Legitimación activa: Corresponde a todos los tenedores y
poseedores (aún viciosos) y –aunque la disposición no lo diga- a
los titulares de derechos reales. Quedan excluidos los servidores
de la posesión quienes, al ser despojados, deben avisar
inmediatamente al tenedor o al poseedor, para que interponga
la acción.
Los titulares de derechos reales pueden ejercerla pues, quien
puede lo más puede lo menos (como dice el adagio latino), y
además, quien ostenta un derecho real es poseedor legítimo
(salvo servidumbre e hipoteca).
Los sucesores universales de los legitimados también se
encuentran legitimados, en tanto continúan la personalidad
jurídica del causante. Los sucesores particulares se han colocado
en la posición del despojado y adquieren sus derechos y
acciones, por tanto, también se encontrarían legitimados. Tal el
caso del adquirente por boleto de un inmueble usurpado.
b) Legitimación pasiva: Se puede interponer esta acción contra el o
los despojantes o quienes estén realizando la obra nueva, (aun
cuando se trate del propio dueño de la cosa), sus herederos
legítimos y los sucesores particulares de mala fe.

 Acción de mantener la tenencia o la posesión:

a) Legitimación activa: todo tenedor o poseedor, aunque sea


vicioso, sus sucesores universales y particulares.
b) Legitimación pasiva: Se puede interponer esta acción contra el o
los turbadores, (aun cuando se trate del propio dueño de la
cosa), sus herederos legítimos y los sucesores particulares de
mala fe.

4.7 Proceso judicial. Conversión y prueba


Las acciones posesorias se tramitan por el proceso de conocimiento más
abreviado que establecen las leyes procesales o el que determina el juez,
atendiendo a las circunstancias del caso. En estos procesos, es inútil la prueba
del derecho real, salvo que sea el único modo de probar la posesión,;
recordemos que ésta se presume si hay título.

Lo que debe probarse es el hecho del despojo, la turbación o la obra nueva,


mientras el actor se encontraba en posesión o tenencia.

50
Se deben tomar en cuenta todas las presunciones estudiadas en relación a la
posesión. A ellas, se suman otras propias del campo defensivo en estudio. Así,
se presume que ejercía la relación de poder al tiempo de la lesión, quien
acredita el contacto con la cosa de fecha más próxima a la lesión. De no
producirse esta prueba, se juzga que es poseedor o tenedor quien pruebe una
relación de poder más antigua.

Si existen coposeedores sobre la cosa, cualquiera de ellos puede ejercer las


acciones posesorias contra terceros, sin el concurso de los otros, e incluso
puede iniciarlas en contra de éstos, si lo excluyen o turban en el ejercicio de la
posesión común. Los tenedores pueden ejercer las acciones posesorias por
hechos producidos contra el poseedor y pedir que éste sea reintegrado en la
posesión, y si no quiere recibir la cosa, quedan facultados para tomarla
directamente.

Puede suceder que el turbado o desposeído sea titular de una relación de


poder nacida del derecho real que ostenta. En ese caso, puede optar por iniciar
acciones posesorias o reales. Si es vencido en juicio posesorio, luego puede
iniciar las reales, más si inicia en primer lugar la acción real, pierde el derecho al
juicio posesorio. Tampoco puede acumular las acciones reales con las acciones
posesorias. Si se elige la vía del juicio posesorio, no podrá iniciarse ni
continuarse acción real alguna hasta que el posesorio haya terminado y el actor
haya satisfecho las costas a su cargo.

El art. 2244, instituye la conversión. Esta institución permite que, si durante el


curso del proceso se produce una lesión mayor que la que determinó la
promoción de la acción, el afectado puede solicitar su conversión en la que
corresponde a la lesión mayor, sin que se retrotraiga el procedimiento, excepto
violación del derecho de defensa en juicio.51

Todas las acciones posesorias, prescriben al año (art. 2564).52

4.8 La obra nueva


Este tema ha sido tratado en forma conjunta con las acciones de despojo y
manutención.

Se ha dicho que la obra nueva, o el comienzo de ejecución de una obra nueva,


implica toda amenaza fundada sobre la cosa que es objeto de la tenencia o
posesión. Asimismo, cuando la obra ha llegado a su fin, ya se considera
consumado el despojo.

51
Art. 2244, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.
52
Art. 2564, ley 26.994 – Código Civil y Comercial. Congreso de la Nación.

51
A modo de resumen, podrían darse las siguientes hipótesis:

 La obra nueva ha sido finalizada: hay una privación de la posesión o


tenencia.

 La obra nueva se encuentra en preparativos o existen serios visos de que


vaya a comenzar (amenaza fundada): en tal caso, hay una turbación.

 La obra nueva ha comenzado su ejecución.

El primer caso cae bajo la órbita de la acción de despojo, mientras que el


segundo y el tercero siguen la vía de la acción de manutención. De todas
maneras, el procedimiento es el mismo para una y otra.

INTERPRETACION DEL ART-2244 - CONVERSION.-


La posibilidad que otorga al damnifcado la ley de fondo de pedir la conversión de la acción posesoria en la
restante, requiere que se agraven las lesiones sufridas (la norma exige que se produzca ”una lesión
mayor”). Es decir, que la turbación que dio lugar a la acción posesoria de mantener (art. 2242 CCyC) haya
seguido su curso —pues el art. 2238 CCyC requiere que para confgurar turbación, los actos materiales sean
ejecutados con intención de tomar la posesión— hasta lograr el desapoderamiento que sirva de base a la
acción de despojo (art. 2241 CCyC).

De nada serviría condenar al demandado originario al cese de la turbación, cuando ya se hizo de la posesión
de la cosa. Es necesario que la lesión se agrave ”durante el curso del proceso”, recaudo que lleva implícito
que también el pedido de la parte interesada debe efectuarse en ese tiempo, pues con la conversión, no solo
se evita proseguir un trámite inútil hasta el dictado de una sentencia de cumplimiento imposible, sino también
evitar la duplicidad de procesos; con el consecuente perjuicio para el actor que debe abonar costas por desistir
del trámite para luego iniciar el nuevo.

La conversión no debe retrotraer la instancia procesal salvo que implique ”violación del derecho de
defensa en juicio”, la cual podría confgurarse si no se le permite al actor ofrecer y producir nuevas medidas
de prueba para acreditar el desapoderamiento, o al demandado oponerse y ofrecer pruebas frente al nuevo
reclamo

52
Referencias bibliográficas

Bonnecase, J. (1924-1930) Traité théorique et pratique de droit civil : supplément.


Paris: Librairie de la Société du Recueil Sirey.

Buteler Cáceres, J. (2005) Manual de Derecho Civil – Parte General. Córdoba: Editorial
Mediterránea.

Código Civil. Aprobado por Ley N° 340. B.O. 25/09/1869. Abrogada por el artículo 4° de
la Ley 26.994, Suplemento B.O. 08/10/2014, Pagina 1. Vigencia: 1° de agosto de 2015,
texto según ART. 1° DE LA LEY N° 27.077 B.O. 19/12/2014.

Código Civil y Comercial de la Nación. Aprobado por Ley Nº 26.994 B.O. 08/10/2014
Suplemento. Vigencia: 1° de agosto de 2015, texto según art. 1° de la Ley Nº 27.077
B.O. 19/12/2014. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Hauriou, M. (1925) La théorie de l'institution et de la fondation. Francia: Cathiers.

Mariani De Vidal, M. (2006) Derechos Reales - Tomo I. Buenos Aires: Editorial Zavalía.

Molitor, J.P. (1868) La possession, la revendication, la publicienne et les servitudes en


droit romain : avec l'indication les rapports entre la législation romaine et le droit
français. París: Librairie Générale de H. Hoste

Musto, N. (1995) Derechos Reales – Tomo I. Santa Fe: Rubinzal-Culzoni editores.

Planiol, M. (1932) Traité élémentaire de Droit Civil.Francia: Librairie Générale de Droit


& de Jurisprudence.

Pothier, R. (1761) Traité des obligations. Francia: Debure.

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