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074884so PDF
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TESOROS
DEL ARTE
MUNDIAL
76
GRECIA
El dios de las
Cicladas
gió en el archipiélago
griego de las Cicladas,
en el mar Egeo, un tipo
original de arte que se
caracterizaba por la pu¬
reza y sencillez de las
formas. Prueba de ello es
esta cabeza de divinidad,
tan admirablemente esti¬
lizada y «modernista»
(diríase un Brancusi).
Descubierta en la isla
de Amorgos, data de
entre los años 2400 y
2200 a. de J.C. La re¬
ABRIL 1973
LOS ALBORES DEL PENSAMIENTO MODERNO
AÑO XXVI
por Owen J. Gingerich
PUBLICADO EN 14 IDIOMAS
EL LARGO CAMINO DE LA VERDAD CELESTE
Inglés Hindi
Arabe Portugués
Japonés Neerlandés 20 LA GRAN REVOLUCIÓN CULTURAL
DEL RENACIMIENTO
Publicación mensual de la UNESCO por Paolo Rossi
(Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura).
34 LATITUDES Y LONGITUDES
Redacción y Administración
TESOROS DEL ARTE MUNDIAL
Unesco, Place de Fontenoy, 75700-Parls El dios de las Cicladas (Grecia)
Director y Jefe de Redacción
Sandy Koffler
Subjefe de Redacción
René Caloz
Composición gráfica
En nuestra contraportada, una reproducción parcial del mapa del sistema solar 3
publicado por la misma editorial. En ella aparecen, en primer plano, los pla¬
Robert Jacquemin
netas Marte, Júpiter y Saturno y se indican las dimensiones de todos los
La correspondencia debe dirigirse al Director de la revista. z planetas en relación con el Sol.
LOS VARIOS ROSTROS DEL GENIO. Co-
pérnico visto por siete jóvenes artistas polacos
cuyas obras esperan en un depósito el veredicto
del jurado de admisión de una exposición de
escultura en Torun, la ciudad natal del gran
astrónomo (véase también la pág. 27).
DE COPERNICO
por Jerzy Bukowski
NllCOLAS Copérnico, el pri¬ un profundo interés por los más diver¬ En aquella época Cracovia era la
mero de los grandes sabios de los sos problemas. Era un sabio lleno de capital de Polonia, país entonces en
tiempos modernos, nació el 19 de fe¬ perspicacia en la investigación y un el apogeo de su poderío del que uno
brero de 1473 en Torun, al norte de espíritu resueltamente crítico. Dotado de los célebres humanistas italianos
Polonia. El horóscopo astrológico del de una inteligencia excepcional, que le de comienzos del siglo XVI dijo: «En¬
creador de la teoría del sistema helio¬ sitúa a la altura de los más grandes tre los países transalpinos, ninguno
céntrico, que aun se conserva, señala genios de la humanidad, fue al mismo ¡guala a Polonia en amor a la ciencia».
incluso la hora exacta de su naci¬ tiempo un ciudadano profundamente
miento: las cuatro y cuarenta y ocho comprometido con los problemas de Torun era una ciudad próspera. Gra¬
. minutos de la mañana, lo que muy bien su país. cias al desarrollo de su comercio y de
puede ser pura imaginación. su artesanía ocupaba un lugar impor¬
Carecemos de datos históricos do¬ tante en el sistema económico de Po¬
Copérnico, famoso por su teoría cumentados sobre la infancia y la pri¬ lonia, sirviendo de intermediario en los
heliocéntrica, es menos conocido en su mera adolescencia del gran astróno¬ intercambios de mercancías que se
faceta de humanista; sin embargo, uno mo. Su padre, que se llamaba tam¬ efectuaban a través de los puertos de
de sus primeros biógrafos le describe bién Nicolás, procedía de una familia Gdansk y Elblag con los países de
como «inflamado por una ardiente originaria de Silesia, vinculada a las ultramar. Cracovia y Torun, que toda¬
pasión por la verdad», manifestan¬ ciudades de Pomerania por múltiples vía conservan su aspecto medieval,
do siempre una vastísima erudición y intereses. Negociante de Cracovia, se están situadas junto al Vístula, la pri¬
afincó en 1458 en Torun, siendo admi¬ mera en la parte superior del río y la
tido en los círculos burgueses de la segunda en la parte inferior. Próximas
ciudad y alcanzando muy pronto en a la desembocadura del Vístula, que
ella la categoría de miembro del patri- se encuentra dividida en numerosas
JERZY BUKOWSKY, profesor y antiguo rec¬ ciado local. Murió en 1483, y sus hijos ramificaciones, están las ciudades por¬
tor de la Escuela Politécnica de Varsovia, el pequeño, Nicolás, tenía entonces tuarias antes mencionadas. En la re¬
es presidente del Comité Nicolás Copérnico diez años -quedaron bajo la tutela gión oriental de la llanura inferior del
de la Unión Internacional de Historia y de
de su tío materno Lucas Watzenrode, Vístula, no lejos de Elblag, se halla
Filosofía de las Ciencias. Ha sido presidente
del Comité de Historia de las Ciencias y
futuro obispo de Warmie, alto diri¬ situada la ciudad de Frombork (antigua¬ 5
las Técnicas de la Academia de Ciencias gente de la Iglesia y eminente hombre mente Frauenburg), donde transcurrie¬
polaca y actualmente es vicepresidente del
de Estado en la corte real de Craco¬ ron los últimos años de la vida de
Comité Polaco de la Paz. via. Copérnico y donde murió, en 1543.
SIGUE A LA VUELTA
TRAS LAS HUELLAS DE COPERNICO (cont.)
culares. Este segundo principio, axioma caban, por el contrario, que el para¬
propuesto por Platón, influyó en la laje de la luna en cuarto era prácti¬
primitiva forma que Copérnico dio a camente igual que el paralaje del ple¬
su sistema heliocéntrico del universo. nilunio, lo que suponía que en ambas
posiciones la distancia entre la Tierra
Aristóteles y los continuadores de
y la Luna era prácticamente la misma.
su filosofía, al igual que los astróno¬
mos, encabezados por Claudio Ptolo¬ Pero la crítica y el repudio de los
meo en su tratado conocido con el viejos sistemas dieron pronto paso a
nombre de «Almagesto», describían investigaciones positivas que conduje¬
admirablemente los movimientos de ron a la edificación sobre los escom¬
6 los cuerpos celestes, apoyándose en bros de las teorías superadas de un
los dos citados principios, pero sin nuevo sistema, más cercano a la ver¬
poder evitar a veces ciertas contradic¬ dad. Así lo atestiguan los constantes
ciones y anomalías inexplicables. estudios que Copérnico emprendió. La
SIGUE EN LA PAG. 8
Estudiante en Cracovia
(viene de la pág. 6)
SIGUE EN LA PAG. 19
En este castillo de Olsztyn (Polonia) vivió varios años Copérnico, entonces canónigo de la catedral de Frombork, los bienes de cuyo
capitulo administró de 1516 a 1519. Un poco después, de 1520 a 1521, al reanudarse las hostilidades entre Polonia y los
Caballeros Teutónicos, el gran astrónomo residió nuevamente en el castillo, que fortificó para protegerlo de los merodeadores.
Pese a estas actividades administrativas, Copérnico no Interrumpió nunca sus trabajos astronómicos, que realizaba en la gran
sala del primer piso, cuyas ventanas se ven en la fachada. En la parte izquierda de la foto, una vieja escultura de Warmie
que ya existía en el mismo lugar en vida de Copérnico.
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pensamiento moderno
De como Copérnico
ARA un científico de hoy nibus orbium coelestium», la obra arrollo más temprano de la ciencia?
día, la ciencia del siglo XV tiene algo maestra de Copérnico, y a partir de O, considerando el fenómeno desde
de insólito e inquietante. En la época esa fecha, durante un siglo, las curio¬ otro punto de vista, ¿debemos estimar
en que nació Copérnico, los hombres sas explicaciones científicas que se que la ciencia es una planta delicada
creían que un Sol cristalino y sin peso tenían por ciertas en la Antigüedad y y frágil que sólo florece plenamente
giraba cada día en torno a la Tierra. la Edad Media fueron dando paso a las en condiciones particulares de fertili¬
Para explicar los movimientos celestes ideas que constituyen los cimientos dad? Tal vez no es una simple coin¬
se los relacionaba con tendencias de la ciencia moderna. Lo que se pro¬ cidencia que el gran astrónomo fuera
inherentes a la materia. Según los dujo entonces fue un cambio extraor¬ contemporáneo de Colón, Durero, Leo¬
maestros de física, cuando se arrojaba dinario, una verdadera revolución, en nardo, Erasmo y Lutero. En este sen¬
una piedra, ésta seguía una trayectoria cuya vanguardia figura Copérnico. Su tido podríamos emprender una inves¬
rectilínea hasta que perdía su impetus obra y la de sus continuadores han tigación fascinante: ¿cuáles fueron los
y luego caía directamente al suelo. modelado mucho más el mundo de hoy factores que contribuyeron al auge ex¬
que las luchas políticas con su cortejo traordinario de la ciencia simbolizado
En 1543 se publicó «De revolutio-
de transformaciones efímeras.
por Copérnico?
Pero, si es innegable que la aporta¬ En la época del astrónomo polaco la
OWEN J. GINGERICH, destacado astrofísico
ción de Copérnico desencadenó toda astronomía geocéntrica llevaba reinan¬
norteamericano, es profesor de astronomía
y de historia de la ciencia en la Universidad una serie de ideas que han llegado do más de mil años; su éxito se debía
de Harvard y ha participado en las investiga¬ a constituir la ciencia moderna, a que concordaba perfectamente con
ciones organizadas por ésta en diversos
cabe preguntarse por qué ese acon¬ la imagen que el hombre tenía de sí
países, entre ellos Sri Lanka y Líbano. Ade¬
más, en su calidad de astrofísico, pertenece tecimiento no se produjo sino hace mismo y con la física primitiva de Aris¬
10 al Smithsonian Astrophysical Observatory de
Cambridge, Massachusetts. Entre sus obras
500 años. ¿Qué fue lo que impidió
que apareciera un Copérnico uno
tóteles. Cierto es que prelados
truidos advertían que la Semana Santa
ins¬
sabían que la posición de los planetas aquella época no permitían probar ni sentía agotado. Pasados ya los sesen¬
divergía a veces, en varios grados, de desmentir su teoría. Sin embargo, hay ta años de edad, había escrito el
la que podía preverse con las tablas ciertas indicaciones en su obra. Toda tratado de astronomía más profundo
basadas en la venerable teoría de Pto¬ ella se halla impregnada de un senti¬ desde hacía mil años; sin embargo,
lomeo. Pero, a decir verdad, la astro¬ miento eufórico de la belleza. Por había algunos detalles técnicos a los
nomía siguió enfrentada después de ejemplo, escribe Copérnico: «En este que les faltaba una ordenación lógica
Copérnico con tantos problemas como templo, el más hermoso que existir y que aun debían ser pulidos antes de
antes, ya que el calendario continuó pueda, ¿quién encontraría para esta adoptar su forma definitiva. Su manus¬
siendo el mismo y las previsiones so¬ iuminaria un lugar diferente o mejor crito era una obra hermosa, exquisi¬
bre los planetas apenas mejoraron. que aquél desde el cual ilumina simul¬ tamente ilustrada con dibujos y con
Nadie sabe a ciencia cierta cómo táneamente todas las cosas?... Así des¬ láminas a dos colores, pero esos folios
cubrimos una maravillosa simetría del habían sido al parecer concebidos
ni cuándo el astrónomo polaco conci¬
bió por vez primera la idea de un universo y un concatenamiento armo¬ como el producto final, no destinado
sistema planetario con el Sol como niosamente determinado que no podría a la impresión ni a la difusión.
centro. Lo cierto es que hacia 1515 producirse de otra manera... Tal es la Sus funciones de canónigo de la
inmensidad de esta obra divina del
había comenzado apenas el manuscrito catedral de Frombork, en el norte de
de su «De revolutionibus», la obra Todopoderoso». Vemos, pues, como Polonia, le habían procurado la segu¬
que iba a contener al mismo tiempo una .concepción estética guiaba a Co¬ ridad económica y el tiempo necesa¬
su nueva cosmología y una cuidadosa pérnico en su análisis del universo rios para la meditación, pero le priva¬
celeste.
revisión de las observaciones antiguas ban de un medio intelectual que pu¬
y recientes sobre los planetas. Señalemos también el hecho curioso diera estimularle. En suma, no tenía
Los eruditos tampoco saben por qué y casi olvidado de que la revolución Copérnico con quién hablar de su
libro admirable que le ocupó tantos
11
Copérnico adoptó una concepción he¬ copernicana estuvo a punto de no pro¬
liocéntrica del cosmos, dado que las ducirse. En efecto, veinte años después años de meditación y de trabajo.
informaciones con que se contaba en de comenzar su libro Copérnico se Aunque nuestro astrónomo había
SIGUE A LA VUELTA
EL LIBRO QUE
DESTRONO
A LA TIERRA
El manuscrito original de
«De revolutionibus», de Co¬
pérnico, es al mismo tiempo
un tratado científico funda¬
encontrado obras impresas que resul¬ un papel absolutamente decisivo en de Copérnico encerraba una verdad
taron indispensables para sus propios la preservación y difusión de la nueva que iba más allá del simple modelo
estudios, la imprenta seguía siendo un astronomía. geométrico. El alemán Johannes Ke¬
invento relativamente reciente de cuyo Los lectores del tratado de Copér¬ pler halló en la disposición de los
auge inicial él mismo fue testigo. Aun nico aceptaron de buen grado sus
planetas en torno al Sol una relación
no había impresores en Frombork y novedosas observaciones sobre los armoniosa y estética que podía expre¬
Copérnico, que ya había envejecido, sarse en términos matemáticos, con¬
planetas y la meticulosa atención con
no tenía al parecer la intención de
que analizaba en detalle las órbitas
cibió una fuerza que emanaba del Sol
publicar su obra en otro lugar. Así, planetarias, pero la concepción helio¬ y elaboró una «nueva astronomía o
«De revolutionibus» parecía condena¬ física celeste fundada en causas».
céntrica del mundo encontró escasa
do a acumular el polvo de la biblioteca En Italia, Galileo Galilei apuntó hacia
aceptación. El sistema descubierto por
de la catedral, para terminar olvidado el firmamento el telescopio, reciente¬
Copérnico nos parece natural y hasta
e ignorado. Un destino semejante nos obvio en nuestra época de exploracio¬ mente inventado, y sus descubrimien¬
parece inconcebible hoy y, sin embar¬ nes espaciales en la que el hombre tos le llevaron de sorpresa en sorpre¬
go, tal debió ser el de innumerables sa. La Luna, cubierta de montañas y
ha podido contemplar a gran distancia
obras medievales de astronomía.
como gira la Tierra suspendida en el llanuras, cruzaba el cielo como otro
Pero en 1539, hacia el final de la firmamento. Pero, a fines del siglo XVI, planeta parecido a la Tierra. Y Júpiter,
vida de Copérnico, apareció en From¬ la idea de una Tierra en movimiento con su propio séquito de lunas, era
bork un joven matemático alemán, atraía poco a la mayoría de los astró¬ prácticamente el sistema copernicano
ávido de conocer en detalle las ¡deas nomos, imbuidos de la física aristo¬ en miniatura. Para Galileo, la unidad
del astrónomo. Georg Joachim Rheti- télica. En su lugar, preferían adherir del universo no era comprensible a
cus, que a los veinticinco años era ya a una fórmula primitiva de relatividad. menos que se considerara la Tierra
profesor de Wittenberg, había oído como un planeta que giraba en torno al
Al seguir considerando la Tierra co¬
algunos rumores sobre la innovadora Sol distante e inmóvil.
mo punto fijo de referencia, veían en
teoría astronómica de Copérnico. Aun¬ el sistema de Copérnico un hábil mo¬ Tanto Kepler como Galileo discre¬
que el joven profesor provenía de un delo matemático, un poco más compli¬ paban enérgicamente de una introduc¬
hogar luterano, el católico astrónomo cado que el de Ptolomeo, pero que ción anónima que se había añadido a
polaco lo acogió cordialmente y sin no constituía una verdadera descrip¬ «De revolutionibus» en el momento
temor.
ción del mundo físico. En verdad, nada de su impresión. En ella el teólogo
probaba la evidencia de una Tierra en luterano Andreas Osiander sostenía
Estimulado por el entusiasmo de
su joven discípulo, Copérnico introdujo movimiento y de un Sol central inmó¬ una opinión filosófica sumamente difun¬
las últimas revisiones en su obra y vil. Galileo observó más tarde que dida, a saber, que las teorías astronó¬
munca admiraría bastante a quienes micas eran modelos matemáticos des¬
le confió una copia a fin de que la
publicara. Rhetícus llevó el manuscrito aceptaron el sistema de Copérnico a tinados a predecir los fenómenos
a un impresor de Nuremberg, quien en pesar del testimonio de sus sentidos. astronómicos y que, por tanto, no
1543 terminó de imprimir varios cen¬ De todos modos, «De revolutioni¬ importaba que en definitiva fuesen
12 tenares de ejemplares que fueron ven¬ bus» actuó como una bomba retar¬
verdaderas o falsas.
didos a eruditos y bibliotecas de toda dada. Hacia el año 1600 dos grandes Tal hipótesis era lógica y coherente
Europa. Fue así como la naciente téc¬ científicos descubrieron, cada uno por en sí misma, pero Kepler y Galileo
nica de la imprenta pudo desempeñar su cuenta, que el sistema heliocéntrico estaban convencidos de que su astro-
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nomía proporcionaba una representa¬ No hay duda de que Copérnico se tad para reflexionar y adoptar criterios
ción verdadera del universo. Esta afir¬ habría asombrado al saber que el mun¬ de renovación científico-intelectual.
mación, unida a su opinión de que, do ¡ba a asociar un día el aniversario En esa época de transformaciones,
en lo que a la ciencia se refiere, la de su nacimiento a la celebración de una nueva corriente de ideas suminis¬
Biblia no hace sino hablar en los la ciencia moderna. Revolucionario a tró a Copérnico los conocimientos que
simples términos del sentido co¬ pesar suyo, su finalidad fue hacer que necesitaba para elaborar su sistema,
mún, puso a ambos sabios en conflicto la ciencia volviera a su estado más y al final de su vida es una combina¬
con la Iglesia católica, por lo que puro, que él concebía como los círcu¬ ción similar de viajes, de libertad y
varias de sus obras fueron incluidas los perfectos de la Grecia antigua. de invenciones como la imprenta la
en el Indice. Buscaba una visión «agradable al es¬ que salvó su obra del olvido.
píritu» y dio al espíritu una nueva La libertad de investigación, recien¬
manera de mirar el cosmos. temente conquistada, junto con los in¬
dispensables recursos intelectuales y
Sin embargo, la pregunta que plan¬
la disciplina necesaria para descubrir
teamos al comienzo vuelve a inquie¬
ARA un científico del siglo las consecuencias y comprobar las
tarnos de modo insistente. ¿Por qué
XX, familiarizado con el concepto de informaciones, contribuyó en mayor
esta nueva visión tuvo que esperar
medida a la fundación de la ciencia
relatividad, puede parecer sin impor¬ hasta comienzos del siglo XVI? La
tancia la cuestión de saber si es la moderna que la idea concreta de una
respuesta no hay que ¡r a buscarla en
Tierra o el Sol lo que hay que tomar cosmología cuyo centro es el Sol.
la ciencia sino en la sociedad y en sus
como punto fijo de referencia. Pero Aprender de la tenacidad de Copér¬
nuevos medios de comunicación. La
en el siglo XVII la pugna entre el nico, de su avidez por adquirir cono¬
invención de la imprenta y el auge de
cimientos más allá de las fronteras
dogma religioso y la nueva representa¬ las universidades estimularon el inter¬
ción del mundo ejerció una influencia de su provincia, de su disposición a
cambio de informaciones y de ideas
considerable en la concepción que el compartir cuanto sabía con personas
nuevas.
ajenas a su religión y a su país, es
hombre tenía del origen y la natura¬
leza verdaderos de su mundo físico.
El descubrimiento de América, en la mucho más importante en nuestra
época en que Copérnico aun era un época que todo lo que pueda aportar¬
Y en el siglo XVII sí era importante estudiante 'de Cracovia, contribuyó a nos su monumental tratado de astro¬
concebir el universo en términos geo¬ demostrar que los conocimientos tradi¬ nomía o su himno a la cosmología
céntricos o heliocéntricos, ya que úni¬ cionales resultaban insuficientes e heliocéntrica.
camente el sistema solar heliocéntrico
inadecuados. Esa época se caracteriza Desde su «rincón remoto del mun¬
podía conducir a la física newtoniana. por la existencia de un ambiente inte¬ do», Nicolás Copérnico puso en mo¬
A su vez, las leyes del movimiento lectual en efervescencia, desconocido vimiento no sólo la Tierra sino todo
y la ley de la gravitación universal uno o dos siglos antes. Además, el espíritu de investigación que ha
descubiertas por Newton permiten des¬ Copérnico gozaba del patrocinio enriquecido inmensamente nuestra
cribir la órbita de los satélites y escla¬ del capítulo de la catedral de From- comprensión del universo. Pero la ra¬
recer los enigmas del espacio. bork, que le permitió viajar a Italia para zón 'última para conmemorar su ani¬
Esto quiere decir que hay una línea graduarse en sus estudios y le liberó versario es el compromiso reiterado 13
directa que va desde Copérnico, a tra¬ de las preocupaciones económicas. de preservar la frágil libertad de la
vés de Kepler, Galileo y Newton, hasta Pero más importante aun es el hecho investigación y las condiciones que
las maravillas de nuestra era espacial. de que disponía de tiempo y de liber hacen ésta posible.
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El largo camino
de la verdad celeste '^5#*?
SIGUE EN LA PAG. 16
El célebre astrónomo árabe Abd
Al-Rahman Al-Sufi, que vivió en
el siglo X en Ispahan (Persia),
estableció una ((Tabla de las
estrellas fijas», obra escrita en
árabe hacia el año 965 de la
que muy bien pudo tener noticia
Copérnico, quien en De revolu¬
tionibus se refiere a observa¬
ciones realizadas por los anti¬
guos astrónomos árabes. A co¬
mienzos del siglo XV, Uluj Beg,
nieto de Tamerlán y soberano
del Imperio de los timúridas,
ordenó que se hiciera en Samar¬
canda una copia caligrafiada y
bellamente iluminada de la
obra de Al-Rahman Al-Sufi. que
quedó terminada hacia 1435,
para que la utilizaran un grupo
de astrónomos convocados por
dicho soberano. Las ilustra¬
ciones, únicas en el arte musul¬
mán, son seguramente obra de
un artista persa que trabajaba
en Samarcanda y que había
vivido posiblemente en China,
puesto que imitaba la técnica
de la aguada simple ligeramente
coloreada sólo en los bordes,
característica de la pintura china
de la época. Los vestidos son de
tipo mongol, de acuerdo con la
moda del imperio timúrída. Las
inscripciones, escritas en árabe
culto, indican los puntos cardi¬
nales, las constelaciones y el
ángulo desde el cual pueden ser
vistas.
SIGUE A LA VUELTA
EL CAMINO DE LA VERDAD
CELESTE (cont.)
lución que duraba exactamente un año. El liceo de Torun, ciudad natal de Copérnico, lleva, como es de rigor,
el nombre del gran astrónomo. En la fotografía, un grupo de alumnas
En segundo lugar, Ptolomeo no consi¬
levantan el busto de su " patrón " para colocarlo en su pedestal.
guió determinar las distancias abso¬
lutas y relativas de los planetas con
respecto a la Tierra, por lo que su
orden de colocación, comúnmente
aceptado, no era sino un convenciona¬
lismo arbitrario.
De como laTierra
se puso a girar
en torno al Sol
COPERNICO
contado
&
a los niños
Texto y dibujos
de Jean-Claude Pecker
Profesor de astrofísica
m
del « Collège de France »
4 *&A
# © 1973 El Correo de la Unesco
4¿A rulot , se estd toM^ bieAt esta. uocJ/u, jumw od {"¿¿L0 yue. *¿> quicio
dCosbaÂAAui. Gxtaida. . ¿ Tod ojote iw me. cuentas out cuento P ^
^d Cud£ tjuudes que. fe. cueuÁ. P é L~C del S&íuA. que se.
/labia, t\ooaado ( f de veras!) Sic jAMotáuas / ó O e£ c/e£
tuaM/ioso que, daba, taconazos kaAa. asustcoï, a. su uujuti ¿a,
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VII
...yt de ttrdo tilo -é tcmveucda tealmeute.
PotCjAte tfftío le 4\aAtctai muy CO/VTRAVICTORIO.
Eu tizutkos de ios qtieaes, ArisfâÀtc oie Salues halux
diclo ¿jA<£, la TitMA, y ùs ^ioAAtlás aÀAaicvu. eu totuo al Sel
jute Alístateles y Vtolcymee declau exactaAnewk, ... &
CONTRARIO: ¿¡Me ci SOL adxa, eu toàuo a ia TIERRA,
y ios hlauelas tomtéitu . . . LA VERRA ES EL CENTRO DEL M UN DO. ^
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TRAS LAS HUELLAS DE COPERNICO (viene de la pág. 8)
mentariolus». Puede situarse poco an¬ de Gresham-Copérnico, no es sin ficadores del texto (el astrónomo J.
tes de 1509, año en el que Copérnico embargo el único título de gloria del Schoner y, sobre todo, el teólogo A.
manifestó otro aspecto de su persona¬ gran astrónomo en el campo de la Ossiander) ocuparán aun durante
lidad de humanista. Efectivamente, en economía política. Para Copérnico, mucho tiempo el espíritu de los histo¬
1509 aparecieron en Cracovia las car¬ una «buena moneda» que conserve su riadores de la ciencia. La prudente
tas de Theofilacto Simoccata, escritor pleno valor es tanto efecto como introducción anónima añadida por los
bizantino del siglo VI, traducidas del condición del «enriquecimiento», es editores, que reducía la teoría de Co¬
griego y del latín por Copérnico. decir, de una economía sana, funda¬ pérnico a una hipótesis puramente
mentada en el trabajo de «excelentes formal, contrasta notoriamente con la
Dos fechas abren un nuevo periodo artesanos» y en intercambios comer¬
en la vida de Copérnico: 1510, año en
magnífica carta dedicatoria dirigida por
ciales bien organizados. Encontramos el autor al Papa Paulo III y que consti¬
que se instaló en Frombork, y 1512,
en Copérnico una definición pertinente tuye un admirable elogio de la astro¬
año de la muerte de Lucas Watzen-
de los verdaderos estímulos de la acti¬
rode. Ya casi con cuarenta años, el nomía y de sus valores cognoscitivos.
vidad económica, definición que di¬
canónigo tenía ante sí una inmensa Cuenta la tradición que el primer
verge fundamentalmente de los impe¬
tarea científica que llevar a cabo: pre¬ rativos morales de la asiduidad en el ejemplar de la obra, impreso en Nu¬
cisar y exponer el orden heliocéntrico remberg, le llegó a Copérnico el 24 de
trabajo, propagados por los filósofos
del mundo en una obra tan general y escolásticos. Las cuestiones que plan¬ mayo de 1543, día en que, tras una
completa como el «Almagesto» ptole- teaba la política de precios no eran larga enfermedad, expiró.
maico. Copérnico se consagró a esta
tampoco ajenas al canónigo de From¬
labor durante el resto de su vida. bork.
y político. cesivas etapas del camino recorrido representación perfecta del sistema del
por el pensamiento de Copérnico y la Universo. La revolución intelectual de
De 1516 a 1519, Copérnico residió evolución de su concepción del sis- los tiempos modernos, desencadenada
en Olsztyn en calidad de administra¬ terfia heliocéntrico. El contenido revo¬
por Copérnico, tiene apenas cuatro¬
dor de los bienes del Cabildo. Allí lucionario de su obra reside en los
cientos años, y es inevitable compa¬
desplegó una intensa actividad de ges¬ nuevos principios cosmológicos esta¬ rarla con esos casi dos milenios de
tor, sin por ello olvidar la astrono¬ blecidos por ella: privó a la Tierra de estancamiento que la precedieron.
mía. En el castillo de Olsztyn, hoy su papel de Centro del Mundo, des¬
convertido en museo, podemos ver cubrió sus movimientos diario y anual Durante los cien años que siguieron
un ingenioso dispositivo de observa¬ y elaboró una nueva descripción del a la muerte de Copérnico se inscri¬
ción construido personalmente por sistema planetario, asignando al Sol un bieron en los anales de la ciencia los
alcanzó su forma definitiva, pero no mundo que nos rodea. Galileo y Ke¬
se imprimió hasta diez años después. pler se inspiraron en la obra de Co¬
Nicolás Copérnico fue siempre presa pérnico. Newton coronó con sus
de una perpetua «insatisfacción crea¬ «Principios» este primer periodo de la
'UANDO murió Lucas Wat-
dora». gran revolución científica.
zenrode, Warmie pasaba por una
época difícil. Los Teutónicos hostiga¬ La publicación de la edición impresa En la dedicatoria de «De revolu¬
ban con incursiones de bandas arma¬ del tratado «De revolutionibus» tiene tionibus» escribía Copérnico: «Si no
das el territorio de la diócesis. Olsztyn su historia propia. Hay que mencionar obstante hay gentes retorcidas que,
se encontraba muy cerca de la frontera aquí el nombre de un joven profesor aunque lo ignoran todo de las mate¬
del Estado Monástico. En 1520, cuando de astronomía de Wittenberg, Georg máticas, se permiten juzgar estas co¬
estalló nuevamente la guerra entre Po¬ Joachim Rheticus, que llegó a Warmie sas y, a causa de algún pasaje de las
lonia y la Orden, Copérnico regresó en 1539, atraido por los rumores que Escrituras, malévolamente desviado de
a Olsztyn, esta vez para organizar la circulaban en Europa acerca de la su sentido, osan censurar y atacar mi
defensa de la fortaleza contra el inmi¬ grandiosa labor del astrónomo solitario obra, no me preocuparé en absoluto
nente asedio. La paz, concluida en de Frombork. A Rheticus y a Tiedeman de ellos, e incluso despreciaré su juicio
1521, le permitió volver a Frombork. Giese, obispo de Chelmno, humanista por temerario».
y fiel amigo del astrónomo, les debe¬
Pero su acción contra los Teutóni-. mos el haber vencido las últimas reti¬ Copérnico tuvo el coraje de expo¬
eos prosiguió en otro terreno: el de la ner sus ideas innovadoras en una obra
cencias de Copérnico respecto de la
economía. La Orden puso en circula¬ impresión de su obra. El proprio Rhe¬ científica de profunda madurez y opo¬
ción moneda falsificada y, de esta ma¬ nerse a la autoridad tradicional de los
ticus publicó su «De Libris Revolu-
nera, desorganizó el mercado mone¬ tionum D. Doctoris Nicolai Copernici Antiguos. Por esta razón, hoy, cuando
tario de las ciudades pomeranias. Des¬ Narratio Prima» (Gdansk, 1,540), que el mundo entero celebra el quinto cen¬
pués de intervenir en diversas oca¬ anunciaba en cierto modo la aparición tenario de su nacimiento, no sólo admi¬
siones en este asunto, Copérnico pu¬ ramos en él al creador del sistema
de la gran obra. En 1542, Rheticus
blicó en 1526 su «Tratado de la mo¬
editó en Wittemberg un extenso ex¬ heliocéntrico. Aun en mayor medida,
neda», en el que explica «por qué la tracto del tratado que Copérnico había Nicolás Copérnico tiene derecho a ser
moneda mala expulsa de la circula¬ consagrado a la trigonometría esférica. recordado como un científico que
ción a la buena».
La historia de la edición en Nurem¬
abrió el largo cortejo de los creadores
de la ciencia moderna.
19
El descubrimiento de esta regla, berg del tratado «De revolutionibus»
conocida hoy con el nombre de Ley y el papel que desempeñaron los veri Jerzy Bukowski
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del Renacimiento
descubrimientos geográficos y de los
grandes viajes de exploración. En
aquellos años se inició la crisis de la
Europa feudal y la afirmación de los
grandes Estados europeos.
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meticum», colección de escritos de obras del pensamiento y los textos de Y sin embargo Copérnico, profunda¬
autores griegos del siglo III al I antes las diversas religiones confluyen en un mente impregnado de filosofía neo-
de Cristo. mismo resultado. platónica, prefirió presentar su nueva
descripción del mundo más como un
Esos escritos, que presentaban una Pues bien, en un fragmento de «De
renacimiento de antiguas doctrinas que
mezcla de temas platónicos y estoicos revolutionibus» sobre la posición cen¬
como una novedad revolucionaria. Era
y en los que había una influencia de tral del Sol, Copérnico aludía concre¬
tamente al nombre de Hermes Trisme¬ un hombre tímido y cauto. Es posible
la filosofía hebrea y persa, fueron
que su interés por el Sol que consti¬
atribuidos por Ficino (y siguieron sién¬ gisto. Su nueva doctrina astronómica
tuía uno de los temas centrales de las
dolo hasta mediados del siglo XVII) nacía en un contexto filosófico y reli¬
filosofías neoplatónicas del siglo XVI
a un personaje egipcio mítico: el dios gioso de clara inspiración neoplatónica
le incitara a realizar sus estudios de
Tot, al que los griegos identificaban y utilizaba la cita de una obra famosa
en la cual Hermes describía el culto
astronomía con el fin de poner de
con Hermes y aplicaban en algunos
manifiesto la posición central de aquel
casos el calificativo de Trismegisto solar de los antiguos egipcios.
en el Universo. O quizá intentó lograr
(tres veces grande). El libro de Copérnico ha llegado a que la novedad de su astronomía
Marsilio Ficino veía en la filosofía ser para nosotros el punto de partida, resultara aceptable para sus coetáneos
platónica una doctrina de la eterna el símbolo casi, de la revolución in¬ recurriendo para ello a insertarla en
revelación religiosa que se manifiesta telectual de la cual ha nacido la ciencia
un contexto filosófico que resultaba
en todas las épocas y que tiene sus moderna. Como ya se ha dicho, esa familiar a los intelectuales de su
mayores expresiones en el hebraísmo obra fue escrita en una época codi¬
tiempo.
y en el cristianismo. Según Ficino, esa ciosa de novedades, dispuesta a poner
filosofía religiosa «nace con Zoroastro en tela de juicio las creencias tradi¬ En todo caso, no cabe duda de que
entre los persas y con Hermes entre cionales y que se debatia en las aprovechó plenamente dos grandes
los egipcios, se alimenta con Orfeo dificultades originadas por la inade¬ lecciones de la cultura del siglo XVI:
entre los tracios, crece con Pitágoras cuación entre las instituciones cientí¬ que el descubrimiento de regularidades
entre los griegos y los itálicos y ficas y escolares y los progresos efec¬ geométricas y aritméticas en la natu¬
llega a su culminación en Atenas con tivos de la ciencia. Todo ello no fue raleza es un factor esencial para la
Platón». En el pensamiento de Ficino un puro azar y, en este sentido, el comprensión del mundo; y que las 23
y en el de los platónicos italianos del libro de Copérnico es una de las verdades que nos han transmitido los
Renacimiento la filosofía y la religión expresiones más características de la antiguos pueden ser criticadas y
no están separadas: las grandes naciente cultura moderna. sometidas a revisión.
Para
medir
el cielo
Foto <£) I. Jarosinska. « La Pologne ». Varsovla
Para efectuar sus observaciones y
cálculos astronómicos, Copérnico dis¬
ponía de instrumentos que práctica¬
mente no habían cambiado en muchos
siglos. He aquí algunos de los que
se utilizaban en su época. Arriba,
astrolabio árabe del año 1054, que se
conserva en el Museo de la Univer¬
sidad Jagellon de Cracovia y en cuyo
dorso figura un calendario zodiacal
grabado en árabe y en latín. Se atri¬
buye la invención del astrolabio, que
sirve para medir la posición de los
astros sobre el horizonte, al astróno¬
mo griego Hiparco, que vivió en el
siglo II antes de nuestra era. Arriba
a la derecha, una miniatura que ilus¬
tra el Salterio de Blanca de Castilla
(comienzos del siglo XIII), madre de
San Luis, Rey de Francia. Entre el
clérigo y el computista, especialista
en calendario, el astrónomo eleva el
astrolabio y mira un astro sobre el
horizonte; el computista anota las
observaciones del astrónomo. A la
derecha, esfera armilar del siglo XV
que Copérnico utilizó probablemente
cuando era estudiante de la Univer¬
Copérnico
o la razón abierta al infinito
De la hoguera de Bruno al proceso de Galileo
el precio de la libertad intelectual
26
por Vincenzo Cappelletti
Las autoridades municipales de
Torun (Polonia) han convocado
un concurso nacional de escultura
(véase la página 4) para erigir en
la ciudad natal de Copérnico
un monumento que glorifique
su obra. Reproducimos aquí
dos proyectos escultóricos que
interpretan la concepción
copernicana del sistema solar:
el de Bronislaw Chromy, titulado
« La aurora », y el de Gustaw
Zemla, con la figura del
astrónomo.
iN su «Metafísica» afirma liarse con el conocimiento sensible cia del gran orbe, tal como Copérnico
Aristóteles que, de todas las ciencias que en un principio parecían querer la calcula diligentemente.»
matemáticas, la astronomía es la más apartar para fundarse sólo en el inte¬ En efecto, muchas cosas parecían,
cercana a la filosofía. Y es que, en lecto puro. o podían parecer, más sencillas si se
efecto, su objeto es la naturaleza de Antes de Copérnico, la metafísica admitía la inmovilidad del cuerpo
los astros, la cual es eterna aunque naturalista y la experiencia sensible celeste en el cual vive el hombre;
perceptible para nuestros sentidos. En coincidían en un punto: que la Tierra había que esperar a Galileo y a la
la jerarquía del ser, tal como la conce¬ es inmóvil en el cosmos y que los introducción de la noción de masa para
bía Aristóteles, Dios es pensamiento astros se mueven. Se mueven, añadía poder superar esta idea.
del pensamiento pero también motor la astronomía de inspiración metafísica, El aristotelicismo conseguía separar
del primer cielo eterno. con un movimiento circular que, reu¬ la Tierra, con todos los fenómenos
El mundo antiguo no se atrevió a niendo el principio y el fin, simula en corruptibles que en ella se producen,
seguir hasta el final esta vía filosófica, el espacio la eternidad. de la incorruptible pureza de los cielos,
que le habría llevado a separar Dios Había que «salvar los fenómenos», en los que se situaba un Dios motor
y la naturaleza. Se obligó en cierto y parecía que tal cosa podía conse¬ del mundo.
modo a la naturaleza a acoger lo guirse de este modo mejor que de En los primeros siglos de nuestra
divino, cosa que sólo podía hacer a cualquier otro. En el diálogo de Galileo era, el pensamiento cristiano (a pesar
través de su carácter primario: la titulado «De los sistemas máximos», de San Pablo y de San Agustín) se
extensión. Así, se hizo corresponder a Simplicio hace una observación escla- metió también en el callejón sin salida
los lugares naturales con diversas recedora: «En la doctrina de Copérnico de la teología naturalista. Ora for¬
categorías del ser. De este modo, hay que negar los sentidos y las mulaba, con los Padres de la Iglesia
metafísica y religión pudieron reconci- sensaciones máximas, como ocurriría siriaca, una interpretación literal del
si nosotros, que percibimos el soplo de Génesis (la creación del mundo en
una ligerísima brisa, no sintiésemos siete días a partir del caos original),
VINCENZO CAPPELLETTI es profesor de
historia de las ciencias en la Universidad
después el ímpetu de un viento perpe¬ que se distinguía en numerosos puntos
de Roma. Director general de la Enciclopedia tuo que nos hiere a una velocidad de la tradición científica griega. Ora
Italiana y director de la revista II Veltro, ha
escrito varias obras de historia cíe la bio-
superior a las 2.529 millas por hora, trataba, con un pensador griego poco 27
pues tal es la distancia que el centro conocido, Cosmas Indicopleustes, de
logía, de la física y de la psicología. Entre
ellas destacan Entelechia y las dedicadas a
de la Tierra, en su movimiento anual, sustituir la topografía y la cosmología
Hemholtz, a S. Weil, a Freud, etc. recorre en una hora en la circunferen paganas por una «Topografía cristiana
SIGUE A LA VUELTA
LA RAZÓN ABIERTA AL INFINITO (cont.)
del universo». Para Cosmas, la Tierra de J.C. se había ido deteriorando pro¬ hecho de que todos los planetas se
no se situaba en el centro del mundo, gresivamente, hasta terminar en la encuentran a veces muy cerca de la
sino en el punto más bajo del sistema síntesis tardía del «Almagesto» de Tierra y otras veces muy lejos. Y esas
solar. Era un rectángulo rodeado de Ptolomeo, en el siglo II de nuestra era. distancias son tan diferentes que
muros que sostenían la bóveda celeste. Ahora bien, los datos sensoriales, si Venus, por ejemplo, en el momento de
bien parecían dar razón a la astrono¬ su alejamiento más extremo, se en¬
Pero el verdadero problema no
mía geocéntrica, contenían también cuentra diez veces más distante de
radica en lo erróneo de estos razona¬
elementos que autorizaban la formula¬ nosotros que cuando se halla más
mientos, sino en la dependencia de la
ción de hipótesis distintas. cerca... Ya ves cómo se equivocaba
ciencia con respecto a la metafísica y
Aristóteles al creer que los planetas
a la religión. Cuestión ésta que inspi- En el «Diálogo» de Galileo, Simplicio
se mantenían siempre a la misma dis¬
rara serias preocupaciones a Copér- pregunta: «¿De dónde supones tú que
tancia de la Tierra.»
nico y que un día llevará a Galileo los planetas se mueven con relación
ante los jueces. a un centro que no es la Tierra sino Es evidente que el mundo antiguo
el Sol?» Y Salvlati responde: «De conocía, al mismo tiempo que el geo¬
Pero Copérnico mismo creía en un
observaciones que son desde todo centrismo, el heliocentrismo concebido
orden, en una armonía del mundo que
punto de vista evidentes y, por lo mis¬ por Aristarco de Samos en la primera
importaba salvar. De ahí que, a pesar
mo, terminantes; y las más concluyen- mitad del siglo 111 antes de nuestra era.
de la inmensa grandeza de su obra,
tes de tales observaciones, las que Arquímedes, que nos ha transmitido
fundada en la intransigente raciona¬
nos permiten retirar la Tierra de ese la teoría de Aristarco, sólo le hizo
lidad de su sistema, nos parezca
centro y situar allí el Sol, explican el algunas objeciones.
todavía un antiguo. En la dedicatoria
que de su obra «De revolutionibus»
hizo al Papa Paulo III, el gran astró¬
Foto © Erich Muller, Kassel, tomada de City of the Stargazers
nomo acusa a los partidarios del de Kenneth Heuer, Charles Scribner's Sons, Nueva York
geocentrismo de haber comprometido
con la teoría de los excéntricos y de
los epiciclos «la forma del mundo y la
evidente simetría de sus partes».
Y el primer capítulo del libro se
inicia con una nueva profesión de fe
en la estructura perfecta de la natura¬
leza: «Debemos señalar sobre todo
que el mundo es esférico, bien porque
esta forma es la más perfecta de
todas, como totalidad que no necesita
conexión alguna, bien porque es la
forma dotada de la máxima capacidad,
la más adecuada al ser que debe
abarcar y conservar todas las cosas.»
Como la Antigüedad pagana, la Edad
Media cristiana había acabado por
aceptar la centralidad de la Tierra.
Aristótelesy la Biblia, el universo
ptolemaico y el revelado podían
ponerse de acuerdo basándose en la
premisa de Santo Tomás de Aquino
según la cual razón y revelación no
se contradicen.
SIGUE A LA VUELTA
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PTOLOMEO Y LAS ESPIRALES DE LAS ESTRELLAS. « Yo sé que soy mortal y efímero, pero, cuando miro las espirales
circulares de las estrellas, mis pies no tocan la tierra sino q ue me hallo junto al propio Zeus...», escribía Claudio Ptolomeo
en el siglo II de nuestra era. La escultura de madera de la izq uierda, que representa al astrónomo griego con una esfera
armilar en las manos (véanse las páginas 24 y 25), es obra de Jörg Syrlin, famoso artesano alemán del siglo XV, y se
conserva en la Catedral de Ulm (República Federal de Alema nia). Arriba, el papiro ilustrado griego más antiguo que se 29
conoce; se trata del papiro de Letronne, que data del siglo II antes de Cristo y que contiene comentarios astronómicos
sobre las esferas celestes basados en las proposiciones de Eu doxio de Cnido, científico griego del siglo IV antes de nuestra
era. Los toscos diagramas de las constelaciones y del zodia co están intercalados en el texto.
LA RAZÓN ABIERTA AL INFINITO (cont.)
Bruno era quemado vivo por haber dad, hemos dicho. Había que redescu¬
osado hablar de la pluralidad de los brir el infinito y era preciso diferenciar
mundos, noción según la cual el uni¬ lo finito de lo definido. Giordano Bruno
verso sería infinito. Pero imaginar que logró advertir que lo finito y lo infinito
los mundos existentes eran numerosos pueden fundirse en el individuo. El
suponía afirmar que podían ser igual¬ individuo es finito, limitado, en la
mente numerosas las representaciones medida en que no es los demás indivi¬
de los mundos que podrían existir, y duos; pero es infinito e ilimitado,
ello constituía una herejía imperdona¬ puesto que es incondicionalmente él
ble en los comienzos el siglo XVII. mismo. La admirable precisión y la
claridad del esquema copernicano se
Tal vez Copérnico no imaginó jamás
afirman y se transmutan en esa dimen¬
las consecuencias dramáticas que iba
sión nueva de la conciencia moderna
a acarrear finalmente su repudio del
que es la individualidad.
largo compromiso entre los sentidos y
la razón consagrado por la represen¬ Galileo iba a constituir el ejemplo
tación ptolemaica del Universo. En el más puro de esa individualidad. Lo que
momento mismo nada sucedió. Pero sigue viviendo en cada una de sus
algo más tarde, en ¡a Italia del Rena¬ páginas es precisamente la acción de
cimiento, inquieta y libre de prejuicios, un pensamiento que se convierte en
estalló la polémica sobre lo infinito que una noción general de las cosas. Lo
puso en tela de juicio desde el macro¬ infinito de la razón trasciende cada vez
cosmos hasta el microcosmos humano. lo limitado de la experiencia sensorial
y se transforma en afirmación indivi¬
La lectura que Bruno hizo de la obra
dual. Y eso es lo que hace que Galileo
de Copérnico era al mismo tiempo nos resulte fascinante: él es el hombre
literal y metafórica, tal como otros, en
absolutamente moderno y, al mismo
el pasado, habían hecho con Aristóte¬
tiempo, el hombre de todas las
les y el Génesis. Se atribuyó, por ejem¬
épocas, de todas las latitudes. El
plo, a Copérnico la idea de una disolu¬
Copérnico que Galileo revive en los
ción de las esferas celestes que es
diálogos de su obra «Los sistemas
por lo menos dudosa si se analiza máximos» es esencialmente el defen¬
detenidamente «De revolutionibus».
sor de la evidencia y la simetría de la
Pero lo verdaderamente auténtico,
lógica contra el autoritarismo, el verba¬
tanto desde el punto de vista filológico
lismo y la sumisión irresponsable.
como teórico, era la reconquista del
Virtud intelectual pero también moral:
ser infinito en la razón humana, la
claridad que es valentía gracias a la
intuición de una nueva vía hacia lo
cual la nueva ciencia pudo demostrar
absoluto y lo necesario. su fecundidad frente a los «demasiado
Muriendo por no abjurar de sus tímidos, celosos de la inmutabilidad de
ideas, Bruno era víctima del drama que los cielos».
el problema del ser suscita en la con¬ El pensamiento científico, con su
ciencia del hombre y daba testimonio necesidad de individualizarse y de con¬
del valor permanente de la invitación ciliar lo finito de los sentidos con lo
socrática al conocimiento de sí mismo
infinito de la razón pura, adquiere con
y de la necesidad urbana de esa tole¬ de Copérnico a Newton, Hubert y
Galileo su especificidad propia y per¬
rancia que negaban la Ginebra de Einstein.
manente, ésa que vincula el pasado,
Calvino y la Roma de la Inquisición. En definitiva, en la obra de Galileo,
el presente y el porvenir: de Eudoxio,
Drama de la razón frente a la reali Arquímedes y Euclides a Copérnico, y el Copérnico racionalista incita al
Copérnico astrónomo, del cual es
garante. La revelación astronómica,
I EUREKA! Gracias a Arquímedes de Siracusa, que vivió en el siglo III asombrosa y sensacional, estuvo pre¬
antes de nuestra era, ha llegado hasta nosotros la teoría del heliocentrismo cedida de una revelación interior y
concebida en aquella época por Aristarco de Samos. En este grabado subjetiva: nacida en la conciencia del
del siglo XVI Arquímedes aparece en su baño en el célebre instante en que canónigo de Frombork, Copérnico,
grita «|Eurekal» al descubrir el principio que lleva su nombre y cuyo llegó hasta el dominicano de Ñola,
enunciado es el siguiente : Todo cuerpo sumergido en un líquido experi¬ Giordano Bruno, y se repitió de manera
menta un empuje vertical igual al peso del líquido que desaloja. Ante el
obsesiva en el formidable pensamiento
sabio griego pueden verse la corona y la« esferas de metal que, según
de Galileo, el matemático de la Corte
se dice, le sirvieron para comprobar su descubrimiento.
de los Médicis. Si el mundo antiguo,
gracias a sus más grandes pensadores,
había superado su particularidad, es
decir el naturalismo metafísico, me¬
díante la creación del sistema del cono¬
La individualidad y el individuo
constituían la meta que se proponía
alcanzar esa aventura. Los temores
que abrigaba Copérnico frente a las
consecuencias de su propia teoría, la
hoguera de Giordano Bruno, el pro¬
ceso de Galileo prueban suficiente¬
mente la eficacia liberadora de esa
revolución originada en una criatura
humana y proyectada hacia el firma¬
mento para integrar después la teoría
misma del ser.
BRUNO Y GALILEO O LA VERDAD CONTRA LA OPRESIÓN. «Oh, noble Copérnico, tú que con tus obras has marcado mi
espíritu desde mi más tierna infancia», exclamaba con fervor Giordano Bruno, al que vemos aquí en un dibujo del siglo XIX.
Nacido en 1548 en Ñola (Italia), Bruno vivió sucesivamente en Italia, Francia, Inglaterra y Alemania. Al mundo finito de Aris¬
tóteles y Copérnico oponía el sabio italiano un mundo infinito, poblado por millares de sistemas semejantes al nuestro,
con sus soles y sus planetas, habitados tal vez como la Tierra. Perseguido por la Inquisición, Bruno fue quemado pública¬
mente en la hoguera en Roma, el año 1600. No menos escándalo produjo en su tiempo, particularmente en los medios
dominados por la Iglesia católica, el gran sabio italiano Galileo Galilei (1564-1642). Galileo, que había adoptado el sistema
de Copérnico, hizo con su anteojo una serie de observaciones decisivas que lo confirmaban. Pero, denunciado ante la Santa
Sede por sus ideas subversivas (desde el momento en que se oponían a Aristóteles y Ptolomeo, es decir, a la ciencia oficial),
hubo de comparecer ante los jueces y, tras un proceso que duró veinte dias, se vio obligado a abjurar, de rodillas, sus
doctrinas. En ia escena que aquí vemos, reconstituida por un pintor francés del siglo XIX, Robert-Fleury, Galileo aparece
ante el tribunal que le juzgó.
Cardus, J. O. : En el centenario de Copérnico. 1543-1943 : Miró Quesada, Osear : Copérnico. Su vida y su obra. Lima,
sus trabajos, sus descubrimientos. « Razón y Fe» 129 (1944) 1951.
118-132, Madrid.
Rey Pastor, J. : N.Kopernicus, «Revista Astronómica» 14
Copérnico : Las revoluciones de las esferas celestes. Libro I, cano en España, «Actas del II Congreso de Historia de la Medi¬
introducción y notas de A. Koyré. Buenos Aires, 1965. cina Española», vol. I, Salamanca (1965) 309-324.
Laure Gómez, Vicente : Nicolás Copérnico y su sistema Romana, Antonio : La difusión del sistema copernicano.
del mundo «Boletín de información científica nacional». «Euclides» 4 (Madrid 1944), n°s 35-36.
UNA NUEVA
VISION
DEL
UNIVERSO
por René Maheu
Director General de la Unesco
k.A historia ofrece pocos ejemplos de des¬ Esta liberación abrió el camino a muchos otros descu¬
cubrimientos científicos que hayan tenido una reper¬ brimientos que han forjado progresivamente nuestra
cusión tan profunda en el desarrollo espiritual de la visión actual del lugar que el hombre ocupa en la
humanidad como el del eminente astrónomo polaco naturaleza y del sentido de su presencia en ella.
Nicolás Copérnico. Si la sustitución del modelo pto- En nuestros días, los investigadores disponen de
lemaico por la concepción copernicana del sistema instrumentos astronómicos infinitamente más podero¬
solar no dio origen a innovaciones técnicas, como sos y precisos que los utilizados por Copérnico y sus
sucedió posteriormente con otros descubrimientos contemporáneos. El radiotelescopio gigante y las na¬
como los de Ampère o de Faraday, produjo en cambio ves espaciales le suministran informaciones sobre
una verdadera revolución intelectual que trastocó de realidades que antes le eran Inaccesibles ; pero, en
modo profundo y general la idea que el hombre tenía última instancia, la imaginación creadora estimulada
de su situación en el universo y, por consiguiente, por una curiosidad intelectual Insaciable sigue siendo
de su propia condición. el factor decisivo del progreso del saber. De ahí que,
El hombre comprendió que habitaba un planeta que aunque quinientos años nos separan de él, Nicolás
gira en la Inmensidad de un universo cuyas dimen¬ Copérnico esté muy cerca de nosotros por el genio
siones escapan a la imaginación, pero adquirió la que lo animaba. Rendirle homenaje significa afirmar
certeza de que su pensamiento es capaz de aprehen¬ nuestra fe en el hombre y en su capacidad, siempre
der las leyes que rigen ese universo y de prever, el renovada, de dominar, gracias al solo poder de su
movimiento de los cuerpos celestes. Para llegar a pensamiento racional, un universo cuyos límites se le
32 esa convicción le fue preciso, además, rechazar las escapan sin cesar y que, tanto por sus proporciones
¡deas reinantes, prácticamente Inmutables desde Aris¬ como por su complejidad, lanza un permanente desa¬
tóteles, y dejar de considerarse el centro del cosmos. fío a la Inteligencia humana.
Los lectores nos escriben
MINOS CUBANOS LEEN la amplitud y la repercusión que puede Me parecen muy bien el florecimiento
tener esa revista con la acción de las cultural y el esfuerzo de internacionall-
" EL CORREO DE LA UMESCO "
misiones cristianas, por ejemplo, sobre zación de esa ciudad, su estética y la
la mentalidad africana, debería inquie¬ arquitectura de la esfera de la unidad
Hoy, leyendo el número de El Correo tarnos la concepción unilateral, la difu¬ humana. Se trata sin duda de algo
sión de las ideas del llamado mundo grandioso. Pero ¿cuánto va a costar?
del mes de julio, me he dado cuenta
civilizado entre las naciones del Tercer El Correo no cesa, y con razón, de
de que es la mejor revista que llega
a Cuba y, como deseo darles mi Mundo y no solamente en lo que res¬ plantear el problema del hambre en el
opinión, les escribo. pecta al origen del hombre. En lo que mundo, y cuando pienso que el pueblo
toca al destino de las culturas nacio¬ indio carece a veces de lo indispen¬
El Correo se compraba en mi casa
nales de millones de personas, El sable para subsistir, no puedo dominar
cuando no teníamos en qué entrete¬
Correo de la Unesco parece constituir mi indignación ante el entusiasmo mani¬
nernos, pero hace unos meses que
la publicación más indicada para tratar festado por tal delirio de grandezas.
se está comprando sin falta y hasta
del problema de la extirpación de esas Me pregunto cuántos indios van a
mi hermana que sólo se preocupaba
de las muñecas se entretiene mirán¬
culturas y creencias y de la sustitución beneficiarse de la influencia cultural de
de la espiritualidad aborigen por la Auroville y de la nueva «religión espi¬
dola. Ahora ya les he dado mi opinión
extranjera. Desde el punto de vista del ritual de la humanidad» si tienen el
y a partir de hoy seguiremos compran¬
do la revista.
cristianismo, se trata probablemente de vientre vacío. Porque el idealismo no
Isidoro Santos
sustituir la falsedad por la verdad. Pero resolverá jamás los problemas vitales
Alumno de 12 años de la Escuela
sin entrar a considerar que existen de la humanidad.
otros puntos de vista, tal actitud con¬ M. Castel
Secundaria Básica «Conrado Benítez»
duce, como sucedió ya en el pasado, Niza, Francia
Matanzas, Cuba
a la desaparición de grandes culturas.
Y uno puede preguntarse cuál de las
RELIGION CONTRA dos actividades la alfabetización o la SALVAR LAS CIVILIZACIONES
teorías científicas. Es innegable, como nuestras diferencias de opinión en ma¬ tad para salvar las civilizaciones en
dice la carta, que el hombre se ha teria religiosa no impiden nuestra amis¬ vías de aniquilación?
interrogado siempre sobre su origen tad, tal vez debido a que comprende¬ Yves Guillon
y ha encontrado innumerables respues¬ mos que el hecho de aceptar (o no) Rennes, Francia
tas distintas. El ser humano se ha plan¬ la existencia de «una fuerza espiritual
teado numerosas preguntas (acerca del superior» no se basa en una prueba
ARTE TRACIO Y MARAVILLAS
sistema solar, por ejemplo) y esas evidente que algunos rechazarían con
preguntas han recibido también diver¬ tozudez y mala voluntad, sino que es DE LA NATURALEZA
sas respuestas, la mayoría de las cua¬ una cuestión de convicción personal y
les son de Interés puramente histó¬ de necesidad subjetiva.
rico. En lo que respecta al sistema En el número de febrero de 1973 me
solar, la respuesta de Copérnico es Dr. Ludwik Czaja ha interesado vivamente, entre otros, el
Universidad de Varsovia artículo «El milenario enigma de los
la única que subsiste como verdadera
Polonia
explicación de la realidad. Sin embargo, tracios» y, de manera particular, la
no me opondría a que se dedicara un foto de la página 19 (abajo a la izquier¬
número de la revista a exponer las EL ARTE DEL LIBRO da) que representa una copa de oro
opiniones no científicas sobre el origen para libaciones, encontrada en las cos¬
del hombre, tanto más cuanto que es tas del mar de Mármara. Pues bien, me
difícil obtener una información seria al Permítanme expresarles mi más viva parece indudable que el orfebre que
respecto. admiración por el interés excepcional y cinceló esa pieza se inspiró en la forma
la rara belleza del número de El Correo de los erizos de mar fosilizados que
Por otro lado, me opongo a ese tipo
de la Unesco (diciembre de 1972) dedi¬ pueden encontrarse en Bulgaria. Pienso,
de razonamiento que busca apoyo en la cado al Arte del Libro.
por ejemplo, en los Porosoma (foto de
opinión de algunos científicos, notables Lucie Dallex
la derecha), pero hay aún otras espe¬
en otros campos de la ciencia pero que París cies similares que se hallan en los aflo¬
nada tienen que ver con el tema en
ramientos de rocas terciarias y cre¬
cuestión. Las ¡deas de Einstein sobre
táceas.
DELIRIO DE GRANDEZAS
el origen del hombre son de gran
H. J. Oertli
interés en cuanto que representan el
Pau, Francia ,
punto de vista de un gran hombre de Suscrita desde hace más de cuatro
nuestro tiempo pero difícilmente pueden años a El Correo de la Unesco, he
ser consideradas como una contribu¬
admirado siempre su actitud frente a
ción a la paleontología.
la miseria del mundo y la justeza con
La doctora Hildesheimer escribe que que enfoca habitualmente ese problema.
«en los países en vías de desarrollo... Por ello, si bien he leído con gran
se intenta imponer... la interpretación interés el articulo dedicado al pensa¬
unilateral de Darwin, como prueba de miento del filósofo indio Aurobindo y
que descienden del mono», y se inquie¬ a la ciudad de Auroville (octubre de
ta de que El Correo de la Unesco 1972), no puedo ocultar que su lectura
difunda esta teoría en casi todos los me ha causado también un sentimiento 33
países del mundo. Pero si se comparan de indignación.
tri
rníE
LIBROS
RECIBIDOS
mi 3\JL J V /
fl Cortázar o la critica
de la razón pragmática
La URSS suscribe Plazo máximo para
por Juan Carlos Curutchet
Editora Nacional, Madrid, 1972 la Convención Universal salvar Borobudur
La conciencia infeliz. Ensayo so¬ sobre Derecho de Autor Habrá que obtener
cerca de millón y
bre la filosofía de la religión de medio de dólares antes de fines de junio
Hegel El Sr. Andrei Gromyko, ministro de Rela¬ de 1973 si se quiere salvar los templos
por Antonio Escohotado ciones Exteriores de la U.R. S.S., comu¬ budistas de Borobudur, Indonesia (siglo
Revista de Occidente, Madrid, 1972 nicó el 14 de febrero al Director General XVIII). Así lo declara el Director General
de la Unesco. la decisión de su pais de de la Unesco, Sr. René Maheu, en un
La imagen del monarca en la suscribir la Convención Universal sobre urgente llamamiento hecho hace poco. Se
Castilla del siglo XIV
Derecho de Autor, la cual entrará en vigor calcula que para preservar dichos templos
por Joaquín Gimeno Casalduero
en la Unión Soviética el 27 de mayo del se necesitarán 7.750.000 dólares. El gobier¬
Revista de Occidente, Madrid, 1972
año en curso. Con la U.R. S.S. son ya 64 no de Indonesia, que suministrará 2.750.000
B Culturalismo y creación poética
los países que han suscrito la Convención dólares, iniciará los trabajos de restaura¬
adoptada en Ginebra en 1952 con los aus¬ ción a condición de que los Estados Miem¬
por Guillermo Díaz-Plaja
Revista de Occidente, Madrid, 1972 picios de la Unesco. De conformidad con bros de la Unesco se comprometan a
las disposiciones de la misma, los países contribuir con tres millones antes del 30 de
fl Lógica matemática signatarios se comprometen a proteger por junio del año en curso. Las contribuciones
por Willard Van Orman Quine un lapso mínimo de 25 años el derecho recaudadas hasta la fecha ascienden a la
Revista de Occidente, Madrid, 1972 de autor sobre las obras literarias, cientí¬ mitad de esa cifra.
ficas y artísticas de sus ciudadanos, acor¬
Estado moderno y mentalidad dando a los autores extranjeros iguales
social garantías. La Convención fue revisada en Los medios de comunicación
por José Antonio Maravall París en 1971 a fin de que los países en
(Dos volúmenes)
y la ciencia
vías de desarrollo tuvieran mayor- acceso
Revista de Occidente, Madrid, 1972 En junio próximo se celebrará en El Cai¬
a las obras escritas y publicadas en los
ro, organizado por la Unesco, un coloquio
países industrialmente desarrollados. La
Revoluciones y rebeliones en la internacional sobre el tema «Los medios
Convención revisada entrará en vigor
Europa moderna de comunicación moderna y la iniciación
cuando la hayan suscrito 12 países. Hasta
por J.H. Elliott, J.W. Smit el momento, sólo seis la han ratificado. científica». Especialistas de la prensa de
y Lawrence Stone los países árabes examinarán los resul¬
(Véase el artículo "El derecho de autor y
Alianza Editorial, Madrid, 1972 tados obtenidos por el programa de utili¬
el mundo en desarrollo" de Georges Rave-
zación de dichos medios con miras a la
fl Elementos de historia de las ma¬
lonanosy en El Correo de la Unesco de
Julio de 1972.) información científica y técnica que el
temáticas
pasado año se puso en práctica en Egipto
por Nicolas Bourbaki con ayuda de la Unesco. Asimismo se
Alianza Editorial, Madrid, 1972
estudiarán las posibilidades de ampliar ese
de aparecer GENERAL DE
LA LITERATURA
LATINO¬
Bibliografía Fondo Nación
AMERICANA
general Correspond
2689 Duran Cerda, Jul
de la Periodo colonial,
estrenadas. San
por G. Lohman Villena y
literatura Literatura Chi I L. Jaime Cisneros
2690 Dyson, John. La
Siglo XIX,
latino¬ Santiago de Cl por Julio Ortega
americana 234 p.
Época contemporánea,
269 1 Frugoni de Fri por H. Jorge Becco
de Buenos Aire
Coordinador :
Encuaderne «Ricardo Roja Jorge Carrera Andrade
Tomo I, lcti Revisor :
su colección
letras J-Q, Héctor Luis Arena
Unesco
de "El Correo González Castro, I
Blasi Brambilic
de la Unesco" Con el del; Dentro del gran estudio de las culturas
de América Latina emprendido por la
us compor Unesco, los expertos reunidos en
Lima
^"Leoncio en 1 967 propusieron que se confeccionase
Nuestros suscriptores pueden obtener
una bibliografía literaria selectiva que
unas tapas sencillas y prácticas para en¬ pity o I :
ofreciese un material equilibrado y mo¬
cuadernar los números de un año entero :tor R derno de "las numerosas y calificadas
de "El Correo de la Unesco". Las tapas j.r&en,
bibliografías existentes ".
son de tela color rojo geranio.
1972 Esta bibliografía., que ahora acaba de
aparecer, va a resultar indispensable como
Precio : 15 francos franceses base científica que complementará la
lectura y el examen del libro América
Library - Bibliothèque Latina en su literatura, primer volumen
de tipo ensayístico que se publicará en
Para pedirlas, los lectores deben dirigirse übrarygunesco.org ejecución del gran estudio de la Unesco.
a los agentes de ventas de la Unesco en
^'5 de Fontenoy (Este volumen está en preparación y será
sus respectivos países (véase la lista en
75007 Paris, France editado conjuntamente por la Unesco y
esta misma página) . por Siglo XXI Editores, de México).