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Un grupo de actores, ente los que hay unas cuamas ddamas, viajan por el desierto y son sorprendidos por los indios. Varias mujeres quedan cautivas. Podemos imagi- nar que una de ellas es la bella y misteriosa mujer de Bai- or No lo sabemos, Pero sf sbemos gue en el eperoio de esa compatifa hay obras de Alfieri y teagedias de Sha- kespeate, como Otel y Hamlet. Son las primeras piezas de Shakespeare que se dan en estas regiones (y es Sarmiento quien hace la rftca del Oreo). Y también sabemos que cera frecuente que las mujeres representaran papeles mas- culinos («Maria Teresa Samaniego interpretaba el rol mas- caulino “fuerte y heroieo” de Felipe I en la eragedia de Al- fieri y Trinidad Guevara incerpretabe al joven Pablo en Virginia, otra tagedia de Alfieri», cuenta Mariano G, Bosch en Historia de ls orgenes del Teairo Nacional Ar- gensino). Podemos imaginar entonces a nuestra cautiva aetuan- do en Hlamieto tl vez en Otelo. Y las tragedias de Shakes- peareresonando en la memoria de esa mujer en el desierto. Allien la frontera, junto a otras cautivas blanca, gau- chos perseguidos, desertore, es a actia-lecrora. Es una sociedad sin libros, cai sin libros, Una sociedad carcogra- fiada, imaginada, controlada por letrados. («No se ha de lover el rancho / en donde este libro esté, dice Martin Fictro hablando de sf mismo,) Siempre hay uo libro en el ddesiertossicmpre aparece [a idea de tn libro que sobrevive cen el desirto y, como el Facundo que lee Baigortia, encie- tra la verdad de ese mundo y predice su fi, Quizé una historia secreta de la leeura en el Rio de la Placa tendria que empezar por esa bella cautiva que 0 quiere deci quién es. 164 6, COMO ESTA HECHO EL I Lecron#s Rusos El ticulo de este capitulo ¢s un homenaje al escrtor y “Pendant un demi-siele, les bourgeoives de Pont-"Evéque envidrent & Mme, Aubain sa servante Filicite’, ley6. Y luego dijo: “Envitrene debta set enviients pues la accién continia en lugar de interrum- pits.” Lucgo pasé las paginas del libro, probablemente te- cordando ottos erores que conacta,y se detavo en la dhk- mma pigina de “Herodias”. Leyé la tila fase del eueni “Comme elle etait tres lourde, its la portaient alternative. ment.” “Alemativement es un exo, dijo Joyce, “pues eran tres los porteadores."» La nocién joyceana de work in progres, de obra en marcha, de dispositive que nunca ext jo, es bsica aqui Se trata de un uso prictico dela literatura, una lecturatée- nica que tiende a desarmar fos libros, a ver los dealles, los (GBlastros de su hechura. ¥ que se interroga ademds sobre la uillidad y el valor de los texcos. «Cémo esti hecho un lie bro» y scudnito cuesta» son las preguntas fundamentales. «gCivdnto vale un libros es el correlato de la pregunta so- bre su uso, La tensién entre el uso y el valor ese siempre economia. Ia me dispositive: define, anes que nada, una relacién ence a literatura y el dinero. Joyce, por ejemplo, crea que s ba por su tendencia al derroche: gastaba To que daba pr cretbles,pedia presto y se endeudabea, y sundaes prodigalidad con el dinero estaba relacio- ‘nada con su capacidad liverara, La inversa podria ser Kafka: el dinero como un objeto cextrafio y peligroso. En una carta a Milena de enero de 1922 cuenta una historia que puede ilustar lo que esta- 167 W ‘mos diciendo. En su dilacién, la escena concentra el mun- do narrativo de Kafka: «Una vez, cuando era muy peque- fio, habla conseguido una moneda de diez centavos y ce- ria muchos deseos de dérsela 2 una mendiga que solia apostase entre las dos plazas. Ahora bien, me parecfa una cantidad inmensa de dinero, una suma que probablemen- te ningiin mendigo habia recibido jamds, y por lo tanto sme avergonzaba hacer algo tan extravagance ante la men- diga, Pero de todos modos tenia que datle el dinero: cam- bid la moneda, le di un centavo a la vieja y luego di la ‘wueltaencera a la manzana de la Municipalidad y de la ar cada, vol! a aparecer como un nuevo benefactor por la iz- ‘quierds, volvf a darle un centavo a la mendiga, me eché rhuevamente a corzer y repett diez veees Ia maniobra, (O tal vez menos, porque creo que en cierto momento a mendiga perdi la paciencia y desaparecié,)» Como siem- Kafka, ha desplazado: la generosidad es una -hay que tratar de-ocalarla ds estos rérminos podrfan ser metdforas muy proc de los modos de lect. Un sistema de apropiacién, mas que de interpretacin, define los usos. La propiedad esl des- plazada. E. M. Aspect ofthe Now todos los novelistas de distineas épocas esc to tiempo en la mesa de una biblioteca con toda la litera- ura a su disposicién, Une idea que, por supuesto, se opo- ne a la nocién de historia litereria o de progreso, 2 de linealidad y de jerarqula; cualquier elemento del pasa- do puede ser uilzado como si fuera nuevo. La imagen de Forster es la represensacién de un espacio conereto, un le boratorio donde conviven los instrumentos, los experi- 168 rmentos, los preparados. Es Joyce trabajando en su cuarto, «on tras de papeesy libros, sobre la cama, con una hapa y coda la leratura fente a dl La uadicidn literara «5 an campo de asociaciones tan visible como las alles de Due blin, O mejor. un espacio material tan visible como los ee- ccimo Joyce actual to- 2 lengua inglesa en_el “Go exté fuera de contexo, o mejor, en el convexto-de si ~ bso endl presente, El otro gran cjemplo de eta lectura prctca es el uso ‘que hace Joyee en Ube de los modelos homérios. Pode= tos retomat aquf la dstncininicial, En el Uj la Od sea es un referencia importante para el que esrb e libro, ‘pero no para el que lo le. Las corespondencias yreminis ‘cencias entre un texto y our fueron muy Wiles a Joyce enel momento dela construccién del bro porque le peride- de eel o-de diagrama pars ponet al que prolifera La Odea funciona con imiento de unificacién de la rama, como un argumento sereto que hace avanzar la acein. Fst eel unto que nos interes, no las interpretaciones que dispara la presencia del texto giego la proliferacign dels ierp ‘aciones que convocao las resonancias micas que encucn- tzan los coos junguianos en cada escena. Los exégetas y “celcos del Ulysse han enredado en un debate intermina- ble acerca del lugar y a Fncién dels correspondencis en- tre los capitulos dl libro de Joyee y los acontecimientos de la Odiea que, desde el punto de vista de a Teetura, tienen sa Fim muy secundaria Para Joyce, el sistema de las referencias homéricas fue. una capa neers en la construcién de la obra, como el { 169 \ a }

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