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TODO SOBRE EL

In Memoriam

N
ací en una finca bañada por el río Cauto, al lado Luego vinieron muchos más, como el salvadoreño Roque
del pueblito rural llamado Cauto del Paso. Era un Dalton y la norteamericana Margaret Randall, que fue muy
sitio sin ningún ambiente artístico. Lo más notorio generosa con nosotros. Nos brindó su casa e innumera-
que yo recuerdo son los bailes de fines de semana, ame- bles libros. También vino el encargado de negocios de la
nizados por el llamado órgano oriental y las peleas de Embajada de Chile, el poeta Gonzalo Rojas que, como
gallos finos en la valla de Cheno. Eliseo, fue un valioso profesor para nosotros y también
Recibí mis primeras clases en la escuelita rural de Isa- nos regalaba las novedades editoriales venidas de su país.
bel Estela. Allí no pasé mucho tiempo, porque llegó al Allí se desarrollaron numerosas jornadas de mucho valor
pueblecito Margarita una muy buena maestra de Las Tu- para nuestra formación.
nas, que se ocupó del centro escolar al que le habían En 1972 se produjo mi entrada a la Escuela de Letras
puesto Manuel de la Paz. Allí estuve hasta los comienzos de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La
del sexto grado. Fue entonces que a principios de 1963 Habana. Allí aprendí mucho con profesores como Mirta
llegó el ciclón Flora, que provocó grandes inundaciones, Aguirre y su hermano Sergio, José Antonio Portuondo, Bea-
numerosas muertes y la destrucción de muchas casas y triz Maggi, Roberto Fernández Retamar y los jóvenes Cris-
sembrados. Mi familia y yo tuvimos que guarecernos en tina Baeza y Guillermo Rodríguez Rivera, por solo citar
casa de unos vecinos. Allí sesenta y ocho personas nos algunos que me vienen de inmediato a la mente. La Uni-
salvamos trepados en una barbacoa. Creo que fue lo más versidad me permitió hacer contacto con métodos de in-
trascendente de mi niñez. vestigación y abrir mis horizontes de conocimiento. Esto
Cuando las aguas bajaron, poco a poco se fue restable- complementó lo aprendido en las tardes sabatinas de la
ciendo todo, o mejor dicho, casi todo. La maestra, por UNEAC con el taller de la Brigada Hermanos Saíz.
poner un ejemplo, no volvió. Creíamos que perderíamos el Estando en la Escuela de Letras me convocaron a cola-
curso, pero de pronto a los más adelantados alumnos de borar con la revista El Caimán Barbudo. Cuando entregué
sexto nos llevaron para la ciudad de Las Tunas. Nos alber- algunos poemas para ser llevados a su redacción, no ima-
garon los CDR y un grupo de maestros muy diestros, nos giné que estaría ligado por siempre a esta publicación.
dieron un cursillo intensivo y logramos por fin el certifica- Empecé a llevar cada mes mis colaboraciones sin estar en
do con el cual podríamos iniciar la enseñanza secundaria. plantilla. Me hice camarada de sus trabajadores y bastan-

Mi casa entrañable Por Bladimir Zamora Céspedes


Ilustración: LAZ

Para comenzar la secundaria me tuve que ir para te tiempo después entré en su nómina, siendo director
20 Bayamo, a vivir en casa de unos parientes. Ya había esta-
do un breve período en Las Tunas, pero la llegada a esta
Jorge Oliver. Agradezco muchas cosas a El Caimán… Entre
ellas sobresale haberme especializado en la música popu-
otra ciudad transida por la historia, fue algo de la mayor lar cubana, en especial de la trova.
importancia. No fue solo cursar estudios de más alto nivel, Obtuve la Licenciatura en Estudios Cubanos en la Es-
sino trabar contacto con importantes instituciones cultu- cuela de Letras y regresé a Bayamo. Entonces era 1976. Mi
rales. Nunca olvido la Biblioteca 1868 y sus múltiples op- idea inicial era permanecer mucho tiempo ahí. Comencé a
ciones culturales. Por estos años intimé con varios trabajar en Radio Bayamo, obtuve una página dominical
compañeros, en comunión con los cuales se despertó en para la Brigada Hermanos Saíz, fundé un club de cine en
mí la vocación por el cultivo de la literatura. Al principio coordinación con el ICAIC y un llamado Taller de Partici-
cuentos muy elementales y cada vez más la poesía. pación Libre, que sesionaba cada jueves en la casa museo
Así estuve hasta terminar el onceno grado. Todavía no de Carlos Manuel de Céspedes. Pensé que hacía lo mejor,
se cómo me enrolé con otro grupo de muchachos y a pero desperté incomodidad entre funcionarios de cultura
finales del sesenta y nueve aparecimos en La Habana a sin voluntad de desarrollar un trabajo semejante al mío.
terminar los estudios secundarios. Entonces fue que llegué Esto motivó mi determinación de regresar a La Habana en
al Instituto Preuniversitario Carlos Marx, situado en el an- 1979.
tiguo barrio aristocrático de Siboney. En este lugar ense- En la capital del país encontré muy buena acogida, so-
guida encontré otros interesados por la literatura y esto bre todo en El Caimán. Se sucedieron mis publicaciones en
dio lugar a la creación de un taller literario que resultó de varias revistas del país donde entregué mis poemas, que
la mayor importancia para mí. Por él pasaron grandes es- años después aparecieron en libros y antologías. Desde
critores como Dora Alonso, Onelio Jorge Cardoso, Noel los años ochenta empecé a viajar a otros países: Nicara-
Navarro, José Antonio Portuondo y el mismísimo Nicolás gua, España, Francia, Italia, Portugal, Venezuela y México.
Guillén, entre otros. También músicos como Hilario Sin dudas, estos andares me abrieron a conocimientos
González y Teresita Fernández. que solo se ganan zapateando otras tierras.
Todavía no habíamos visitado a instituciones cultura- En este 2014, a finales de marzo, he regresado a Bayamo
les de la capital y ya estábamos en contacto con algunos por problemas de salud. Ha sido el momento de compro-
de los más trascendentes escritores. Esto nos permitió bar el apoyo de numerosos amigos y de recibir la coope-
asistir a diversas instituciones artísticas, entre las cuales ración de mi familia y de instituciones culturales del
estuvo la sede nacional de la UNEAC. En ese lugar el pro- territorio. Entre ellas la Asociación Hermanos Saíz y la Di-
pio Guillén me posibilitó la publicación de poemas en La rección Provincial de Cultura.
Gaceta de Cuba y pude entrar a formar parte de la Bri- Pienso que en el tiempo que vendrá podré contribuir a
gada Hermanos Saíz, que se reunía en taller todos los la divulgación de la cultura de Granma y volver a La Haba-
sábados por la tarde. Fue el momento de conocer a otros na, donde me esperan camaradas y lugares, con los cuales
importantes escritores como Eliseo Diego y hacerme de me sentiré siempre comprometido, en especial la revista
la amistad de poetas como Alex Fleites y Norberto Codina. El Caimán Barbudo, que es mi más entrañable casa.
TODO SOBRE EL
In Memoriam

N
ací en una finca bañada por el río Cauto, al lado Luego vinieron muchos más, como el salvadoreño Roque
del pueblito rural llamado Cauto del Paso. Era un Dalton y la norteamericana Margaret Randall, que fue muy
sitio sin ningún ambiente artístico. Lo más notorio generosa con nosotros. Nos brindó su casa e innumera-
que yo recuerdo son los bailes de fines de semana, ame- bles libros. También vino el encargado de negocios de la
nizados por el llamado órgano oriental y las peleas de Embajada de Chile, el poeta Gonzalo Rojas que, como
gallos finos en la valla de Cheno. Eliseo, fue un valioso profesor para nosotros y también
Recibí mis primeras clases en la escuelita rural de Isa- nos regalaba las novedades editoriales venidas de su país.
bel Estela. Allí no pasé mucho tiempo, porque llegó al Allí se desarrollaron numerosas jornadas de mucho valor
pueblecito Margarita una muy buena maestra de Las Tu- para nuestra formación.
nas, que se ocupó del centro escolar al que le habían En 1972 se produjo mi entrada a la Escuela de Letras
puesto Manuel de la Paz. Allí estuve hasta los comienzos de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La
del sexto grado. Fue entonces que a principios de 1963 Habana. Allí aprendí mucho con profesores como Mirta
llegó el ciclón Flora, que provocó grandes inundaciones, Aguirre y su hermano Sergio, José Antonio Portuondo, Bea-
numerosas muertes y la destrucción de muchas casas y triz Maggi, Roberto Fernández Retamar y los jóvenes Cris-
sembrados. Mi familia y yo tuvimos que guarecernos en tina Baeza y Guillermo Rodríguez Rivera, por solo citar
casa de unos vecinos. Allí sesenta y ocho personas nos algunos que me vienen de inmediato a la mente. La Uni-
salvamos trepados en una barbacoa. Creo que fue lo más versidad me permitió hacer contacto con métodos de in-
trascendente de mi niñez. vestigación y abrir mis horizontes de conocimiento. Esto
Cuando las aguas bajaron, poco a poco se fue restable- complementó lo aprendido en las tardes sabatinas de la
ciendo todo, o mejor dicho, casi todo. La maestra, por UNEAC con el taller de la Brigada Hermanos Saíz.
poner un ejemplo, no volvió. Creíamos que perderíamos el Estando en la Escuela de Letras me convocaron a cola-
curso, pero de pronto a los más adelantados alumnos de borar con la revista El Caimán Barbudo. Cuando entregué
sexto nos llevaron para la ciudad de Las Tunas. Nos alber- algunos poemas para ser llevados a su redacción, no ima-
garon los CDR y un grupo de maestros muy diestros, nos giné que estaría ligado por siempre a esta publicación.
dieron un cursillo intensivo y logramos por fin el certifica- Empecé a llevar cada mes mis colaboraciones sin estar en
do con el cual podríamos iniciar la enseñanza secundaria. plantilla. Me hice camarada de sus trabajadores y bastan-

Mi casa entrañable Por Bladimir Zamora Céspedes


Ilustración: LAZ

Para comenzar la secundaria me tuve que ir para te tiempo después entré en su nómina, siendo director
20 Bayamo, a vivir en casa de unos parientes. Ya había esta-
do un breve período en Las Tunas, pero la llegada a esta
Jorge Oliver. Agradezco muchas cosas a El Caimán… Entre
ellas sobresale haberme especializado en la música popu-
EL CAIMÁN BARBUDO—mayo-junio—2016

otra ciudad transida por la historia, fue algo de la mayor lar cubana, en especial de la trova.
importancia. No fue solo cursar estudios de más alto nivel, Obtuve la Licenciatura en Estudios Cubanos en la Es-
sino trabar contacto con importantes instituciones cultu- cuela de Letras y regresé a Bayamo. Entonces era 1976. Mi
rales. Nunca olvido la Biblioteca 1868 y sus múltiples op- idea inicial era permanecer mucho tiempo ahí. Comencé a
ciones culturales. Por estos años intimé con varios trabajar en Radio Bayamo, obtuve una página dominical
compañeros, en comunión con los cuales se despertó en para la Brigada Hermanos Saíz, fundé un club de cine en
mí la vocación por el cultivo de la literatura. Al principio coordinación con el ICAIC y un llamado Taller de Partici-
cuentos muy elementales y cada vez más la poesía. pación Libre, que sesionaba cada jueves en la casa museo
Así estuve hasta terminar el onceno grado. Todavía no de Carlos Manuel de Céspedes. Pensé que hacía lo mejor,
se cómo me enrolé con otro grupo de muchachos y a pero desperté incomodidad entre funcionarios de cultura
finales del sesenta y nueve aparecimos en La Habana a sin voluntad de desarrollar un trabajo semejante al mío.
terminar los estudios secundarios. Entonces fue que llegué Esto motivó mi determinación de regresar a La Habana en
al Instituto Preuniversitario Carlos Marx, situado en el an- 1979.
tiguo barrio aristocrático de Siboney. En este lugar ense- En la capital del país encontré muy buena acogida, so-
guida encontré otros interesados por la literatura y esto bre todo en El Caimán. Se sucedieron mis publicaciones en
dio lugar a la creación de un taller literario que resultó de varias revistas del país donde entregué mis poemas, que
la mayor importancia para mí. Por él pasaron grandes es- años después aparecieron en libros y antologías. Desde
critores como Dora Alonso, Onelio Jorge Cardoso, Noel los años ochenta empecé a viajar a otros países: Nicara-
Navarro, José Antonio Portuondo y el mismísimo Nicolás gua, España, Francia, Italia, Portugal, Venezuela y México.
Guillén, entre otros. También músicos como Hilario Sin dudas, estos andares me abrieron a conocimientos
González y Teresita Fernández. que solo se ganan zapateando otras tierras.
Todavía no habíamos visitado a instituciones cultura- En este 2014, a finales de marzo, he regresado a Bayamo
les de la capital y ya estábamos en contacto con algunos por problemas de salud. Ha sido el momento de compro-
de los más trascendentes escritores. Esto nos permitió bar el apoyo de numerosos amigos y de recibir la coope-
asistir a diversas instituciones artísticas, entre las cuales ración de mi familia y de instituciones culturales del
estuvo la sede nacional de la UNEAC. En ese lugar el pro- territorio. Entre ellas la Asociación Hermanos Saíz y la Di-
pio Guillén me posibilitó la publicación de poemas en La rección Provincial de Cultura.
Gaceta de Cuba y pude entrar a formar parte de la Bri- Pienso que en el tiempo que vendrá podré contribuir a
gada Hermanos Saíz, que se reunía en taller todos los la divulgación de la cultura de Granma y volver a La Haba-
sábados por la tarde. Fue el momento de conocer a otros na, donde me esperan camaradas y lugares, con los cuales
importantes escritores como Eliseo Diego y hacerme de me sentiré siempre comprometido, en especial la revista
la amistad de poetas como Alex Fleites y Norberto Codina. El Caimán Barbudo, que es mi más entrañable casa.
BLADO

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BLADO
21

EL CAIMÁN BARBUDO—mayo-junio—2016

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