Está en la página 1de 1

16 CULTURA Y ESPECTÁCULOS Paraná, lunes 1° de octubre de 2018

X X “EL DIFUNTITO”, UNA OBRA SOBRE IDENTIDADES APROPIADAS

La obstinada resistencia X XFICHA TÉCNICA

de las memorias sofocadas Obra: “El Difuntito”


Autor: Leonel Giacometto.
Actores: Romina Fuentes, Saúl
Cuello, Ezequiel Caridad y Tovio
Velozo.
X X Víctor Fleitas La puesta en escena de la obra “El difuntito”, que sucediera en la Sala Metamorfosis, se Vestuario: Laly Mainardi / Sas-

L
constituyó en un atractivo ejercicio reflexivo sobre las memorias apropiadas y las trería Teatral.
os entresijos de un relato po- Accesorios: Solange Franco.
pular, cuyos pilares se cons-
identidades intervenidas desde la falsedad. También sirve para discutir en qué medida Objeto arte: Loreta Ledesma.
tituyen en una exaltación del lo estrictamente personal, lo individual y hasta lo íntimo, puede ser interpelado por la Construcción dispositivos lu-
abnegado sacrificio materno, le conciencia colectiva y, en ese sentido, ser convertido en acto político. mínicos: Sergio Fabri.
han servido al dramaturgo rosari- Colaboración en canciones:
no Leonel Giacometto para pregun- Florencia Distéfano.
tarse por la apropiación de bebés, Fotografía: Nicolás Rigaudi
una cepa típicamente argentina en han tenido lugar en la historia re- Dirección: Nadia Grandón.
la historia mundial de la crueldad. ciente está estrechamente vincu-
En efecto, a diferencia de la le- lado con el imaginario construido
yenda, en lo formal, la obra de tea- por los apropiadores y sus cómpli-
tro “El difuntito” pregunta menos ces en torno a las mujeres despo- esos gestos porque son propios de
por la Difunta Correa que por su hi- jadas. Reflexionar sobre ese nudo un grupo que está pensando en él.
jo e imagina que pudo haber sido cultural es -discúlpese la severi- Pero para la efectividad del dis-
tomado por un militar en un cuar- dad- sencillamente imprescindi- curso representado es tan impor-
tel, en un tiempo de enfrentamien- ble y permitiría conectar una rei- tante que se liberen puentes de ma-
tos constantes entre unitarios, fe- vindicación del pasado reciente yor robustez entre los personajes va-
derales y malones. El uniformado, (la apropiación) con una deman- rones y la mujer, como que se des-
bajo la premisa de ayudarlo a que da política absolutamente actual, malece el camino entre la leyenda
deje de ser un salvaje y se civilice, le como la protagonizada por las mu- y el presente que se interpela, in-
oculta quién es. Lo adopta, intenta jeres en calles y plazas. tención que queda clara incluso
prepararlo para otro país, desarrai- Ese carácter múltiple (propie- cuando -en un determinado mo-
gándolo, no tanto geográficamen- dad privada del poderoso, a quien mento- se busca romper el lugar
te como de sus orígenes, sus afec- sin embargo desafía; seductora, ob- común de la cuarta pared.
tos, las herencias ancestrales. Se lo jeto de atracción, soñadora, cóm- Allí es clave, por ejemplo, que la
apropia, literalmente, robándole la Un desafío cierto afronta un elenco local al poner en escena “El difuntito”. plice que busca tejer sueños; con- directora (Nadia Grandón) y los di-
identidad. El recurso tiene resonan- sejera, escuchante, contenedora) rigidos estén atentos al tempo que
cias presentes, como se entenderá. debe incluir -y subrayar- lo que cada escena reclama y no se sepa-
De todos modos, el conflicto cen- nes que laten en cada comunidad, buscan la verdad y la ocultan, la se insinúa en el texto: la atraviesa ren de esa referencia. Tal búsque-
tral en “El difuntito” no está dirigi- se advertiría la manera en que las disfrazan; viven, en definitiva. Ca- una demanda ética que la empu- da de la eficacia discursiva resca-
do a la norma ni al ordenamien- especulaciones y creencias de los da vínculo habita en una dimen- ja a la búsqueda de lo que se quie- tará a la puesta del riesgo de una
to que procura, es decir, las disi- portadores y transmisores la han sión y todas conviven en eso volá- re ocultar y a enfrentar las formas intensidad monocorde que pue-
dencias no significan una revolu- ido transformando. til llamado memoria. que asume la mentira, la manipu- de conspirar contra tanto desplie-
ción en los roles, funciones y luga- Un especialista en procesos cul- lación y la opresión. gue dramático y esfuerzo escénico.
res simbólicos dentro de ese cuar- turales y folclorólogo, el estadouni- CORRER EL EJE. El relato popu- Si esta dimensión política del tex- Efectivamente, en “El difunti-
tel olvidado de dios, perdido en dense Timothy R. Tangherlini sos- lar, deconstruido y vuelto a cons- to no se advierte o queda minimi- to” no hay un Espartaco que, con
el desierto, a expensas de todo ti- tiene que la leyenda es una narra- truir por Giacometto, genera una zado, la obra se empobrece y senci- la complicidad de los explotados y
po de ataques despiadados, habi- ción tradicional corta de un solo tentación difícil de resistir a favor llamente pasaría a consistir en una humillados, emprende una pelea
tado por seres humanos que bus- episodio, fuertemente estereotipa- de circunscribirlo absolutamente vuelta de tuerca, singular por cier- final contra el poder. En la obra de
can cómo salir de distintas nocio- da,​transmitida sobre todo de for- al debate sobre eso extraordinario, to, del mito popular de la Difunta Giacometto el imperio construido
nes de una cárcel interior: el coro- ma oral, cuyo valor radica en el he- inexplicable, ingobernable, que ha- Correa, la madre que amantó a su por el apropiador implota, se des-
nel, el subordinado del coronel, la cho de que refleja una representa- ce que alguien, en algunos casos a bebé incluso después de muerta. truye a sí mismo, muere por den-
querida del coronel y el criado del ción psicológica de la creencia po- décadas vista, de pronto un día se tro, se desintegra, deslegitimado,
coronel no disputan las decisiones pular y de las experiencias colecti- pregunte quiénes habrán sido sus REPRESENTACIÓN. La presencia víctima de una especie de profecía.
militares, de abastecimiento o de- vas y que, además, sirve de reafir- verdaderos padres, al haber empe- de la música y el canto en vivo son Estas premisas, aparentemente
fensa del fortín ni ponen en cues- mación de los valores comúnmente zado a seguir los hilos sueltos de la de alto valor y le dan otra textura a abstractas, deben tener un correla-
tión el valor de quien está al frente. aceptados por el grupo a cuya tra- historia personal. Pero la potencia la puesta de “El difuntito”, además to en el armado de la pieza -de es-
Es un acorazado potemkin, efecti- dición pertenece. dramática de “El difuntito” en tan- de que le imponen un desafío ex- ta y de todas-, en la transformación
vamente, pero las discrepancias se En el contexto de la pieza de tea- to objeto narrable, radica en el pa- traordinario porque la interpreta- del texto escrito en puesta en esce-
instalan en niveles de la conciencia tro “El difuntito”, la madre ha muer- pel que desarrolla la mujer en ese ción (musical y vocal) pasa a inte- na, en la estrategia narrativa utili-
colectiva y la puja se establece entre to, del padre poco se sabe, el niño mundo de hombres. grar lo actuado y debe ser juzga- zada; y, subsidiariamente, enton-
el carácter de redentor incompren- aparentemente está a resguardo Sin esta perspectiva plural, la dis- do como tal, con todo lo que ello ces, están llamadas a provocar re-
dido del apropiador y una ética tes- y, sin embargo, el pasado regresa, cursividad teatral pierde potencia, implica. definiciones en la densidad dramá-
taruda que no entiende la lógica de empecinado, fantasmagórico, con se vuelve anecdótica, menor. Por- Por otro lado, los detalles esce- tica, el peso específico de los per-
un olvido conveniente y que prefie- la tozudez con que emergen las que, si la leyenda da cuenta de las nográficos, los objetos artísticos, el sonajes y el tipo de vínculo que los
re ir en busca de lo verdadero, justo viejas consignas que fueron blan- representaciones simbólicas y las vestuario, los dispositivos de ilumi- integra. Después de todo, el mun-
lo que el poderoso intenta vulnerar. queadas a la cal por la desmemoria experiencias de un colectivo de- nación y la propia integración de los do que se cuenta cambia la mane-
en los muros de cualquier ciudad, terminado, el foco puesto en el lu- actores a un diseño que no obstan- ra en que se cuenta.
PLIEGUES POLÍTICOS. Una carac- apenas una lluvia sucede a otras. gar que los hombres le asignan a la te se sostiene en la figura de la di- Sin dudas, la experiencia de las
terística de este tipo de narracio- Los personajes, una joven (Fuen- mujer (en la puesta y en la vida co- rección de luces, están bien pen- funciones en la Sala Metamorfosis,
nes populares, como los de la Di- tes), salvada del entorno hostil, obli- tidiana) y los esfuerzos de ella por sados y resueltos, y generan sen- que estuvieron acompañadas por
funta Correa, es que son transmi- gada a servir tiempo completo al convivir, por sobreponerse, pero a saciones gratas. numeroso y agradecido público,
tidas de boca en boca. Por esa ra- militar a cargo del fortín (Cuello), la vez desembarazarse de esos lu- Además, funcionan adecuada- servirá para que el elenco ponga a
zón, la precisión de los datos no es un subordinado (Caridad) y el “di- gares comunes, puede revestir a las mente tanto la teatralidad a partir dialogar su sapiencia, habilidades y
su fuerte. Más bien al revés: la im- funtito” (Velozo), tensan relacio- escenas de otra dramaticidad, de de la cual se materializan las con- capacidad estético-reflexiva con la
precisión, los vacíos de informa- nes, producen acercamientos, se una tensión muy superior. cepciones espacio-temporales co- potencia del texto a representar, de
ción, permiten que la leyenda va- consuelan, se enfrentan, sueñan Después de todo, si se piensa mo la relación de los cuerpos en una manera que, seguramente, re-
gue en busca de efectividad discur- juntos, se manipulan, revelan se- detenidamente, el problema fun- el espacio escénico, a partir de lo dundará en puestas que merezcan
siva de una manera que, a poco de cretos, se disciplinan, producen dante (o uno de ellos, al menos) mostrado y lo sugerido. Son gui- los mismos aplausos que los obte-
andar, si se registraran las versio- acuerdos, imaginan porvenires, de las apropiaciones de bebés que ños delicados y el público agradece nidos en la experiencia reciente.

También podría gustarte