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Leyenda del brinco del diablo

Abasolo está situado en la falda norte de la llamada sierra de Huanimaro,


donde se eleva un promontorio rocoso conocido originalmente como el cerro
de los tres picachos.

Desde hace mucho tiempo los vecinos que se acostumbraron a realizar


paseos a un pequeño valle que se encuentra detrás de los picachos, siendo
la fecha de paseo más importante, la del 14 de Septiembre, fecha con la
que se iniciaban los festejos patrios.

A partir del año 1933 para este paseo, desde el 13 de Septiembre por la
mañana, empiezan los lugareños a llevar maderos y ramas con las que
harían sus enramadas para el paseo, cuando de repente al ir subiendo la
cuesta, varios de ellos observan extrañados como sobre el cerro empiezan
a arremolinarse unas gruesas nubes, que de un momento a otro
comenzaron a soltar un gran torrente de agua acompañado de un viento
huracanado que desconcierta a los paseantes, ya que todo el horizonte se
cubre de una gran oscuridad, quebrada solamente por el estallido de los
truenos que iluminaban con sus rayos todo el horizonte.

Es gracias a los relámpagos, el que todos pudieron ver que algo insólito
estaba sucediendo: un hombre vestido de traje, que saltaba tranquilamente
de un picacho a otro, observando que a cada salto arreciaba la tormenta al
grado que en cuestión de segundos, estaban ya todos empapados.

Los pobladores aseguran que el sujeto se trataba del mismísimo demonio y


desde ese entonces nombran al valle como “el salto del diablo”.

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