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Sin embargo, en medio de esa reflexión quise poner especial interés a uno de los siete
pilares que Kishore presenta como bases de la civilización occidental, y que le habrían
permitido a Asia lucir ese impresionante 10,000%1 de mejora en la calidad de vida:
“La cultura del pragmatismo”
Para ello, debo reconocer primero que tiene en los otros seis postulados todo el crédito
que la modernidad, desarrollo y liderazgo global, le otorgan a China - entre los más
fuertes de Asia -, por mérito propio. Pero, ciertamente la tarea de argumentar
críticamente una posición al respecto me ha permitido evaluar los planteamientos del
autor y contrastarlos con la abundante información - seria por supuesto – que se
dispone sobre el particular. Así las cosas, si bien estos ya varios gigantes asiáticos
son sin dudas expectantes actores del desarrollo global, cierto es también que sobre
todo en China, por citar alguno, la disminución de la desigualdad no ha tenido la misma
velocidad2.
Y es que la “Cultura del Pragmatismo” – entendida como ese mix referencial entre el
Comunismo y Capitalismo, que en esencia ya no representa para los chinos en
1
Dato facilitado por el economista estadounidense Larry Summers, 71º Secretario del Tesoro de los Estados
Unidos de 1999 a 2001 bajo la presidencia de Bill Clinton.
2
China está tercera en el ranking mundial de PBI, pero mantiene un extrema pobreza de 800 millones de
habitantes, sin grandes mejoras. Ver http://www.lagranepoca.com/articles/2009/09/30/3686.html
ninguno de sus extremos un fin en sí mismo – está siendo, creo yo, la causante de
que el modelo no sea lo suficientemente inclusivo, como debe.
Si solo repasamos las diferencias entre las teorías de Hayek y Keynes3, recordaremos
que de por medio quedaban precisamente las dudas sobre si el Estado debía o no
intervenir en el mercado para regularlo, compensando las deficiencias que hacían del
modelo de libre mercado, un modelo imperfecto.
La mano de obra barata genera los precios bajos con los cuales los productos chinos
han dominado los mercados mundiales –en particular el estadounidense y el europeo–
, atrayendo, a su vez, enormes inyecciones de inversión extranjera. Esta es la base
sobre la cual el régimen chino ha edificado su PBI.
Es pues un sistema perverso, en el que si bien esos pilares parecen haber impulsado
el boom, su “pragmatismo” está develando también el punto más débil de este
Capitalismo de Estado: la fragilidad para sostenerse en el tiempo.
3
Economistas Gurú que centraron sus diferencias sobre la economía de libre mercado, respecto a la necesidad
– o no – de que el Estado intervenga para regular las deficiencias que el modelo tiene.
1-2