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HISTORIA Y HUMANIDADES

El devenir histórico de la glándula pineal:


I. De válvula espiritual a sede del alma
Francisco López-Muñoz, Fernando Marín, Cecilio Álamo

Departamento de Farmacología; Introducción. La especial localización anatómica de la glándula pineal en el sistema nervioso central ha dado lugar a nu-
Facultad de Medicina;
Universidad de Alcalá (F. López- merosas hipótesis fisiológicas sobre el papel funcional de este órgano a lo largo de la historia.
Muñoz, C. Álamo). Departamento
de Biología Celular; Facultad
Desarrollo. Desde la Antigüedad clásica, el órgano pineal (conarium) era considerado como un esfínter valvular que re-
de Medicina; Universidad gulaba el flujo de los spiritus animalis a nivel ventricular. Pero es en el siglo xvii cuando la glándula pineal alcanzó sus más
Complutense de Madrid; Madrid, altas cotas de relevancia fisiológica, al ser considerada por René Descartes como la estructura anatómica que albergaba
España (F. Marín).
en su seno la sede del alma.
Correspondencia:
Dr. Francisco López-Muñoz.
Conclusión. Las hipótesis cartesianas relativas a la glándula pineal no tuvieron un excesivo eco en la comunidad científica
Gasómetro, 11, portal 3, 2.º A. de su época, y el interés por este órgano declinó a partir de este momento hasta el siglo xx, en que se constató definitiva-
E-28005 Madrid.
mente su naturaleza neuroendocrina.
E-mail: Palabras clave. Descartes. Glándula pineal. Historia de la medicina. Melatonina. Transductor neuroendocrino.
francisco.lopez.munoz@gmail.com

Aceptado tras revisión externa:


24.03.09.

Cómo citar este artículo:


López-Muñoz F, Marín F, Álamo C.
Introducción cómo Parvati, la esposa del dios Shiva, le cubrió los
El devenir histórico de la glándula
pineal: I. De válvula espiritual a ojos, quedando el mundo sumido en una confusa
sede del alma. Rev Neurol 2010; La glándula pineal es uno de los órganos de la ana- situación de oscuridad. Afortunadamente, apare-
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tomía cuya función ha generado más controversias ció en la frente de Shiva un tercer ojo, con lo que
© 2010 Revista de Neurología y especulaciones a lo largo de la historia. Su locali- el mundo se salvó del inevitable desastre (Fig. 1).
zación anatómica en la encrucijada del sistema ner- En este sentido, según las antiguas tradiciones hin-
vioso central (SNC), su carácter impar en un entor- dúes, los seres humanos dispondrían de un ‘tercer
no de estructuras dobles y su aspecto morfológico ojo’ u órgano místico (la glándula pineal), corres-
han atraído la atención de numerosos científicos, pondiente al sexto chakra (ajna), que les proporcio-
y se han llegado a postular elaboradas y comple- na una especie de ventana a su propia vida espiri-
jas teorías fisiológicas relacionadas con el funcio- tual y que encierra la clave de su poder mental [2].
nalismo del cuerpo humano, e incluso postulados Curiosamente, según los clásicos textos de la me-
filosóficos que entroncan con su espiritualidad. De dicina hindú, este vórtice de energía se encontraría
hecho, esta glándula cefálica, denominada también activo durante las horas nocturnas, al igual que hoy
epífisis o ‘excrecencia superior’ para diferenciar- conocemos que sucede con el funcionalismo pineal.
la de la hipófisis o ‘excrecencia inferior’, ha pasado En definitiva, la glándula pineal se asimilaría a un
por momentos históricos de absoluto olvido, en los órgano de clarividencia y meditación [3].
que se estimó como un mero vestigio rudimenta- Este papel mediador del órgano pineal entre el
rio, a épocas de enorme esplendor, en las que se lle- mundo material y el espiritual alcanzó su más alta
gó a considerar incluso como la jaula anatómica del cota de relevancia en el siglo xvii, la época del na-
alma humana. cimiento de la ciencia moderna, de la mano de uno
En cualquier caso, la glándula pineal se ha con- de sus más destacados impulsores, René Descar-
siderado durante gran parte de la historia como un tes (1596-1650), quien postuló que esta estructura
‘órgano enigmático’ [1], en palabras de Arthur van anatómica albergaba en su seno la sede del alma.
Gehuchten (1861-1914), al que se le han adscri- Para Descartes, la glándula pineal no sólo supone
to importantes responsabilidades de nexo entre el el asiento material del espíritu divino, sino que es
cuerpo y el espíritu del ser humano. De hecho, esta responsable de la correcta comunicación entre la
función ya estaba recogida desde tiempos ancestra- máquina humana y su entorno, el resorte íntimo
les en la filosofía hindú y su literatura védica. Una que controla el exacto funcionamiento del cuerpo
de las leyendas más populares de esta cultura narra humano [4].

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El devenir histórico de la glándula pineal

El Conarium de Galeno: la glándula Figura 1. Recreación artística de una de las leyendas sobre la aparición
pineal en la Antigüedad clásica del tercer ojo de Shiva.

En la cultura occidental, la primera mención expre-


sa a la glándula pineal hay que buscarla en la Anti-
güedad clásica helénica, y más concretamente entre
los integrantes de la denominada escuela de Alejan-
dría. Esta corriente médica, surgida en el Egipto de
los Ptolomeos, elaboró una nueva fisiología de tin-
tes antihipocráticos, que serviría de base al cuerpo
doctrinal del galenismo. Sus dos representantes más
insignes, Herófilo de Calcedonia (325-280 a.C.) y
Erasístrato de Ceos (310-250 a.C.), considerados por
algunos autores como ‘el padre de la anatomía’ y ‘el
padre de la fisiología’, respectivamente, recogieron
el legado estoico del neumatismo, promovido siglos
antes por Diógenes de Apolonia (siglo V a.C.), y las
teorías de Anaxímenes (585-524 a.C.) sobre el aire
como principio vital, y elaboraron su teoría fisioló-
gica de los espíritus animales, en la que la glándula
pineal desempeñaría un relevante papel. Para estos
autores, el aire, una vez dentro de los seres vivos, se
transformaría en pneuma (spiritus, en latín). Erasís-
trato comenta cómo el aire (pneuma cósmico), una
vez transportado de los pulmones al corazón, es
transformado en el órgano cardíaco en pneuma zoo-
tikon (spiritus vitalis, en latín), para ser, posterior-
mente, vehiculizado, a través de la sangre, al cerebro,
donde se transformaría, dentro de los ventrículos ce-
rebrales, en pneuma psychikon (spiritus animalis, en marco fisiológico, Galeno describió con detalle la ana-
latín) [5]. En este marco histórico, según la opinión tomía del órgano pineal (De anatomicis administra-
de Ariëns-Kappers [3], podría haber sido Herófilo de tionibus), al que denominó conarium (konareion, de
Calcedonia el verdadero descubridor de la glándula kônos, o piña en griego). Sin embargo, relegó su papel
pineal, al adscribirle funciones de control valvular, a funcional a un mero órgano pseudoglandular linfático
modo de esfínter, regulando el flujo del pneuma psy- que servía de sujeción a la masa de venas cerebrales
chikon desde el ventrículo medio al ventrículo poste- que recorren la cara posterior y dorsal del diencéfalo,
rior [6]. Sin embargo, no existen pruebas directas de hipótesis defendida en el libro octavo de su obra De
estas afirmaciones, ya que los escritos del anatomista usu partium. Galeno consideraba que, en su flujo por
de Alejandría se perdieron completamente, y sólo te- el sistema ventricular, era la vermis superior del cere-
nemos referencia de ellos por las obras de Galeno, belo, y no la glándula pineal como pensaba Herófilo,
quien afirmaba que ‘antiguos anatomistas’ tenían co- la estructura anatómica que actuaba como una espe-
nocimiento del órgano pineal. cie de válvula capaz de cerrar el acueducto de Silvio
Precisamente, es Claudio Galeno (131-200) quien e impedir el paso del neuma psíquico al cuarto ven­
efectúa la primera descripción detallada de este ór- trículo o ventrículo posterior, localización o asiento de
gano que ha pervivido hasta nuestros días [7]. Según la memoria [9]. Un motivo de confusión inherente a
el maestro de Pérgamo, la sangre neumatizada en el esta teoría puede proceder de la sinonimia usada por
corazón sería conducida a la rete mirabile del cerebro Galeno para designar a la vermis superior cerebelli,
y originaría, en los ventrículos laterales, considerados a la que indistintamente denomina epiphysis, térmi-
por Galeno como un único ventrículo pareado (ven- no empleado en épocas modernas para denominar a
trículo anterior), el neuma psíquico o spiritus anima- la glándula pineal. Según Galeno, la glándula pineal
lis. Este neuma, constituido por sustancias materiales sería un órgano extracerebral carente de motilidad
muy sutiles, pasaría a la médula espinal y a los nervios propia, por lo que no podría ejercer labores valvula-
(considerados huecos), para inducir finalmente las res, y llegó incluso a llamar ‘estúpidos’ e ‘ignorantes’
respuestas musculares (dynamis psykhiké) [8]. En este a los defensores de la teoría pineal. Aunque no da

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F. López-Muñoz, et al

riores, fundamentalmente en lo relativo a la loca-


Figura 2. Ilustración de la obra Anathomia de Mondino de Luzi, en la lización ventricular de las funciones psíquicas. Así,
que se muestra la vermis controlando el paso entre los ventrículos an-
terior y medio. Este dibujo es, a su vez, una de las representaciones Posidonio de Bizancio (c. 370), a finales del siglo iv,
más famosas de la teoría de las tres celdas ventriculares y la localiza- sitúa la sede de la imaginación en la parte anterior
ción de las funciones cerebrales. del cerebro, la memoria en la parte posterior y el
raciocinio en el ventrículo medio, mientras que
el obispo Nemesio de Emesa (c. 390) localiza esas
tres facultades en los ventrículos anterior, medio y
posterior, respectivamente, dando lugar a la deno-
minada ‘teoría de las tres celdas’ [11], muy en boga
durante toda la Edad Media (Fig. 2). Igualmente,
Agustín de Hipona (San Agustín) (354-430) toma
la estructuración del sistema nervioso defendida
por Erasístrato: ‘Et aer, qui nervis infusus est, paret
voluntati, ut membra moveat, non autem ipse vo-
luntas est’ (‘El aire contenido en los nervios obede-
ce a la voluntad y hace mover los miembros sin la
aquiescencia de la propia voluntad’) (De Genesi ad
Litteram, 401-415). Finalmente, el autor árabe Qus-
ta ibn Luqa (Costa ben Luca o Constabulus) (864-
923) combinó las teorías de Galeno y de Nemesio
de Emesa en su obra De differentia inter animam
et spiritum, donde defendió la existencia de una es-
pecie de ‘válvula de la memoria’ (la vermis y no la
glándula pineal), a modo de esfínter, que regularía
el paso entre el ventrículo medio y posterior [13].
En este sentido, y a pesar de que la teoría del
papel valvular de la glándula pineal en el flujo ven-
tricular de los espíritus había sido descartada por
Galeno, esta hipótesis volvió a cobrar fuerza en el
Medievo tardío, tal vez por un nuevo error concep-
nombres, posiblemente se refiera Galeno con estos tual, pues varios textos médicos de la época, como
calificativos a Hipólito de Roma (c. 170-235), poste- el Liber de oblivione de Abu Ja’far Ahmad bin Abi
riormente san Hi­pólito, quien en su obra Refutatio Khalid Ibn al-Jazzar (c. 900-980), o el Speculum
omnium haeresium también discutió el papel de la Majus de Vincent de Beauvais (1190?-1267?), em-
glándula pineal y el flujo de los espíritus [10]. pleaban el término ‘pinea’ para designar al apéndi-
La estructuración galénica del funcionalismo ce- ce vermicular del cerebelo, al que Galeno atribuyó
rebral corresponde, pues, a un modelo que puede el papel de control de paso de los espíritus al ven-
denominarse ‘modelo neumático-ventricular’, de trículo posterior.
na­turaleza eminentemente hidráulica, en tanto se
considera al cerebro como una especie de bomba
que distribuye el neuma psíquico procedente de los La glándula pineal en su contexto anatómico
nervios sensoriales desde los ventrículos laterales
hacia el cuarto ventrículo, para propulsarlos pos- El pensamiento renacentista, de corte fundamen-
teriormente a través de los nervios motores [11]. talmente platónico, posibilitó el resurgir de la cien-
Como destaca Spillane [12], esta teoría Galeno será cia moderna y el abandono del patrón escolástico
la más perdurable de toda la historia de la ciencia. medieval, fuertemente anclado aún en los claustros
universitarios. Con respecto al órgano pineal, la
teoría relativa a su papel como ‘guardián’ del flujo
Función valvular del órgano pineal de los espíritus animales continuó siendo defendida
y teoría medieval de las tres celdas en pleno período renacentista por autores de la talla
de Giacomo Berengario da Carpi (c. 1460-c. 1530),
Los postulados psicofisiológicos de Galeno fueron Jean Fernel (1492-1558) e incluso, posteriormente,
ligeramente modificados por otros autores poste- por el propio William Harvey (1578-1657), en su

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El devenir histórico de la glándula pineal

obra Praelectiones Anatomiae Universalis (1626).


Berengario publicó en 1522 sus Isagogae breves, Figura 3. Ilustración de la segunda edición de la celebérrima obra de
Andrés Vesalio De humani corporis fabrica... (1555), en la que se mues-
obra en la que describe los ventrículos cerebrales, tra la localización de la glándula pineal (L), justo en el centro de la ca-
los plexos coroideos y la glándula pineal, a la que vidad craneal.
denominó ‘apéndice del pensamiento’ [14]. La gran
aportación de Berengario con respecto al conarium
fue adjudicarle también un papel de filtro del líqui-
do cefalorraquídeo. Por su parte, Fernel, expositor
moderno del sistema médico galénico (Universa
medicina, 1554), también defiende el concepto val-
vular de la epífisis, aunque Lokhorst y Kaitaro [10]
opinan que la estructura anatómica a la que se re-
fiere Fernel no es la propia glándula pineal, sino
la vermis cerebelosa (igual que postularon Galeno
y Ben Luca). Del mismo modo, el médico italiano
Girolamo Fracastoro (1483-1553) apuntó que era
precisa la existencia de un órgano cerebral impar
que pudiera actuar integrando y coordinando to-
das las percepciones sensoriales captadas por el or-
ganismo. Para Fracastoro, ese órgano debía ser el
conarium, asiento, en su opinión, de la capacidad
de razonamiento. No obstante, desde la perspectiva
funcional, algunos autores renacentistas considera-
ban que el órgano conario sólo era un mero soporte
anatómico de las estructuras vasculares vecinas.
Las aportaciones de todos estos autores apunta-
ban a un cambio en la concepción eidológica im-
perante en relación con el órgano pineal, que se
materializó en la persona de Andrés Vesalio (1514- [16]. Posiblemente, en opinión de Ariëns-Kappers
1564), padre de la anatomía moderna. En el libro [17], el último autor que defendió el papel del ór-
VII de su obra cumbre, De humani corporis fabrica gano pineal como regulador del flujo ventricular
(Basilea, 1543), en el que analiza los órganos cefá- del líquido cefalorraquídeo a nivel del acueducto
licos, se sitúa su detallada descripción de la epífi- de Silvio fue Élie de Cyon (1842-1912), nada menos
sis humana, que, según Bargmann [15], incluye la que en el año 1907.
primera representación gráfica de la historia de la
glándula pineal humana (Fig. 3). Dos años después,
Charles Estienne (1503-1564) ilustró muy acerta- La glándula pineal como sede del
damente las relaciones de la epífisis en su libro De alma en los planteamientos filosóficos
dissectione partium corporis humani (1545). Desde y fisiológicos cartesianos
la perspectiva fisiológica, Vesalio rechazó definiti-
vamente el concepto valvular de la glándula pineal, El papel de la glándula pineal en la fisiología hu-
así como de otras estructuras anatómicas, como la mana adquirió una enorme importancia en el siglo
vermis superior cerebelli, según la propuesta de Ga- xvii, la época del nacimiento de la ciencia moder-
leno y de Qusta ibn Luqa, o el plexo coroideo, cuyo na, merced a que uno de sus más destacados im-
papel valvular fue propuesto por Mondino de Luzzi pulsores, René Descartes, planteó que en su seno
(1275-1326) en su Anathomia (1316). residía la sede del alma [4]. Aunque Descartes siem-
No obstante, la hipótesis mecánica de regulación pre defendió la originalidad de sus hipótesis filo-
del flujo espiritual continuó defendiéndose durante sóficas, en materia fisiológica y anatómica adoptó
el Renacimiento y, ya asimilada al líquido cefalorra- gran parte de las teorías vigentes desde la Antigüe-
quídeo, perduró incluso hasta la época del genial dad clásica, fundamentalmente las propuestas de la
François Magendie (1783-1855), quien, en una obra escuela neumática alejandrina en relación con los
publicada en 1828 (Mémoire physiologique sur le denominados ‘espíritus animales’ (‘copula animae
cerveau), afirmaba que la glándula pineal era ‘una cum corpore’). En este sentido, según los plantea-
válvula que abría y cerraba el acueducto cerebral’ mientos psicofisiológicos de Descartes, la plácida

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lugar bien protegido, que es casi inmune a las en-


Figura 4. La glándula pineal en los postulados fisiológicos cartesianos. a) Situación anatómica de la glán- fermedades’ [20]. En este marco anatómico se sitúa
dula pineal, según los planteamientos de Descartes y la interpretación del ilustrador, Florent Schuyl (fi-
gura XXXIV de De homine, 1662); b) Grabado de Gerard van Gutschoven, a propósito del artículo 64 de El topográficamente la glándula pineal como colgada
tratado del hombre (1667), titulado ‘Sobre la formación de las ideas de los objetos en el lugar destinado de unas arteriolas y no unida a la sustancia cerebral
a la imaginación y el sentido común’. (Fig. 4a). Aunque las ilustraciones de El tratado del
hombre presentan un claro error de forma, al mos-
a b trar la glándula pineal situada en el interior de los
ventrículos, posiblemente no respondan a un defec-
to en el conocimiento anatómico del propio Des-
cartes, pues estas ilustraciones fueron encargadas
por el editor Claude Clerselier (1614-1684) a Louis
de la Forge (1632-1666), doctor en medicina en La
Flèche, y Gérard van Gutschoven (1615-1668), pro-
fesor de anatomía en Lovaina, 14 años después de
morir el autor [18,21].
La estructura íntima de la glándula pineal, como
la del resto del cerebro y de los nervios, constaría,
en opinión de Descartes, de hilillos separados por
armonía existente entre la voluntad de la mente y poros donde penetra la sangre procedente de los
el movimiento del cuerpo (res extensa) precisaría plexos coroideos y las arteriolas epifisarias [18].
una perfecta comunicación, que correría a cargo de Para llevar a cabo su función, la glándula pineal
los galénicos spiritus animalis, sutiles fluidos que destilaría unas finas partículas suspendidas en el lí-
ocuparían el interior de los ventrículos cerebrales quido sanguíneo y engendradas en el ventrículo iz-
y de los nervios, a modo de pequeñísimas partícu- quierdo del corazón, al calor del miocardio (‘cierto
las en rápido movimiento; en suma, una especie de viento muy sutil o mejor una llama muy viva y muy
‘quintaesencia’, originada, por rarefacción, del líqui- pura’, en palabras del científico) [22], y las transfor-
do sanguíneo. Finalmente, para que esta relación maría en los sprits animaux.
armónica tuviera lugar, sería necesario que el alma En la descripción de la fisiología cartesiana, la
humana (res cogitans) tuviese un asiento corpóreo glándula pineal recibiría, pues, impresiones senso-
y físico, desde donde le fuera posible esa misteriosa riales del exterior e instigaría movimientos muscu-
comunicación. De esta forma, fija Descartes la sede lares distales, por mediación de los espíritus anima-
del alma en ‘la más interior de las partes del cere- les [23]. Éstos serían conducidos, por movimientos
bro’, es decir, la glándula pineal (epiphysis cerebri de activos de la glándula, hacia el sistema ventriculoce-
los clásicos) [4]. rebral (las concavidades cerebrales cartesianas), y de
Gran parte de la doctrina fisiológica cartesiana aquí llegarían a la periferia del cuerpo, atravesando
quedó recogida en el El tratado del hombre (1664), la multitud de poros que supuestamente presentan
posiblemente la obra que más influyó en la concep- las paredes de los ventrículos. Una vez que estos
ción de la psicofisiología humana durante todo el espíritus alcanzan el músculo, fuerzan un cambio
siglo xvii y que está considerada como el primer en su forma que induce el movimiento muscular.
libro de texto europeo de fisiología. Sin embargo, Con la ayuda de un dibujo (Fig. 4b) se resume en El
la primera mención a la glándula pineal en una tratado del hombre todo el proceso: ‘Podéis ver en
obra publicada por Descartes fue en su Dioptrica la figura que los espíritus que salen de la glándula
(1637), en cuyo quinto discurso hace referencia a por haber dilatado la parte del cerebro marcada A
‘cierta pequeña glándula [situada] en la mitad de los y entrecubierto todos sus poros, fluyen de allí hacia
ven­trículos’, y que es el asiento del sensus commu- B, luego hacia C, y, finalmente, a D, de donde van a
nis. No obstante, hay que puntualizar que Descar- repartirse por todos los miembros y tienen de ese
tes jamás utilizó el adjetivo ‘pineal’ para designar a modo los filamentillos de que esos nervios y el cere-
la epífisis. Habla de ‘pequeña glándula’, ‘glandulita’, bro se componen tal tensión, que las acciones, por
‘glándula H’ [18]. Ocasionalmente, emplea el térmi- poca que sea su fuerza para moverlos, se comunican
no konareion (o conarium, en latín) propuesto si- fácilmente de un extremo al otro, sin que los rodeos
glos antes por Galeno [3]. Descartes, en concreto, de los caminos por que pasan se lo impidan’ (art. 65)
ubicaba la glándula pineal en la porción rostral del [22]. Para ofrecer esta explicación mecánica del fe-
sulcus lateralis cerebri, que conecta el tercer ven- nómeno fisiológico, dispone Descartes de la ventaja
trículo cerebral con el cuarto ventrículo [19], ‘un de una presumible movilidad de la glándula pineal,

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El devenir histórico de la glándula pineal

pues: ‘... está compuesta de un material muy blando


y no está completamente unida a la sustancia del ce- Tabla. Las diez razones de Descartes para seleccionar la glándula pi-
neal como asiento del alma y elemento controlador de la maquinaria
rebro, sino solamente prendida a unas pequeñas ar- del cuerpo (modificada de [25]).
terias, cuyas paredes son bastante débiles y flexibles;
la glándula está suspendida como una balanza a Es parte integrante del cerebro
causa de la fuerza de la sangre que el calor del cora-
zón impulsa hacia ella’ (art. 72) [22]. Esta capacidad Es un órgano único e impar
de movimiento que posee la epífisis para regular el
Se localiza en la línea media del cerebro
flujo de los espíritus animales se asimilaría, en tér-
minos mecánicos, al papel de una válvula. Es una estructura protegida anatómicamente
Pero, además, la glándula pineal desempeñaría
un destacado papel en la psicofisiología humana, ya Controla el flujo ventricular
que este órgano constituye el asiento del alma racio-
nal humana. Así, ‘toda la acción del alma consiste Está dotada de movilidad
en que, por el solo hecho de querer una cosa, hace
Es un órgano de tamaño pequeño
que la glandulita, a que está estrechamente unida,
se mueva de la manera necesaria para producir el Es capaz de generar los espíritus animales
efecto que corresponde a la voluntad’ (art. XLI de
El tratado de las pasiones del alma) [24], de forma Es un órgano huérfano desde la perspectiva funcional
que provocaría movimientos musculares, inclinán-
Existen modelos psicofisiológicos clásicos que
dola de tal manera que los espíritus se deslicen por
avalan el papel propuesto para la glándula pineal
unos u otros poros de las paredes ventriculares. Para
Descartes, en suma, cada cambio en la posición de
la glándula pineal correspondería a una percepción
distinta del alma, y ésta, por su parte, podría mover carácter unitario haría posible la naturaleza del pro-
la glándula por el mero hecho de percibir [19]. La ceso integrativo de las percepciones y sensaciones,
epífisis es, en resumen, y siguiendo las palabras del procedentes de órganos duplicados.
propio autor, ‘el órgano del sentido común y de la La hipótesis cartesiana de ‘la glándula pineal
imaginación’, el almacén de las vivencias pretéritas y como asiento del sensus communis’ fue rápidamente
la responsable de ‘los apetitos y las pasiones’. adoptada por varios autores coetáneos del filósofo
Las razones que llevan a Descartes a considerar la francés [10], como Jean Cousin (?-?), que defendió
glándula pineal como centro de control del cuerpo, su tesis (An kônarion sensus communis sedes?) en la
alojamiento del sensorium commune (punto conver- École de Médecine de París el 24 de enero de 1641,
gente de todas las sensaciones en el cerebro) y asien- o el profesor de teoría de la medicina de la Univer-
to del alma (siège de l’âme) son, con toda seguridad, sidad de Utrecht, Henricus Regius (1598-1679), que
de carácter netamente anatómico (Tabla) [25], aun- también defendió esta teoría en junio de 1641 (Die
que tampoco habría que descartar razones de tipo frühe Naturphilosophie). No obstante, las hipótesis
matemático en esta elección, ya que Descartes se cartesianas también tuvieron importantes detracto-
decanta por un órgano localizado precisamente en res, como Christophe de Villiers (1585-1650), quien
el centro geométrico del cerebro. Además, Descar- estimaba que la glándula pineal era un órgano de-
tes, dado su gran interés por las disciplinas médicas, masiado diminuto para ejercer la trascendental
posiblemente conocía la obra del famoso profesor misión que le adjudicaba Descartes [27]. También
de anatomía de la Universidad de Utrecht, Ysbrand entre los seguidores de los planteamientos mecani-
van Diemerbroeck (1609-1674), coetáneo del filóso- cistas se pueden encontrar serias discrepancias con
fo francés, quien ya postuló la posible localización los postulados cartesianos. Tal es el caso del danés
del sensorium commune en la glándula pineal. Así Niels Steensen o Stenon (1638-1686), o el propio
pues, considera Descartes que todos los órganos Thomas Willis (1621-1675). Ya en 1665, Stenon, en
sensoriales y cefálicos son dobles, salvo esa pequeña una conferencia dictada en la casa de monsieur Thé-
y solitaria glandulita situada geométricamente en el venot, afirmaba que la teoría cartesiana era fisio-
centro del cerebro (primus inter pares) y suspendida lógicamente demasiado especulativa y carente de
sobre los canales que contienen los espíritus anima- sentido. Más tarde, en su obra Dissertatio de cerebri
les (Fig. 4) [26]. Su localización central le permitiría anatome (1671), critica severamente a Descartes y
recibir, con la misma intensidad, cualquier estímulo refuta su teoría de un alma racional asentada en la
procedente de órganos periféricos, mientras que su glándula pineal. Afirma Stenon, no sin razón, que

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esta glándula (a la que llama ‘glándula superior’) por las hormonas, sobre la transmisión química del
es un órgano inmóvil, adherido a las meninges y impulso nervioso, sobre las neurohormonas... so-
dorsal al sistema ventricular, y carente de los poros bre las enzimas que las liberan o destruyen, sobre
cartesianos, lo que impediría su papel en la convec- la preponderancia extraordinaria de las aminas bió-
ción de los ‘espíritus animales’ [28]. El anatomista genas en la región diencefálica en relación con las
danés Thomas Bartholin (1616-1680), además de demás regiones cerebrales’ [30].
por el tamaño de la glándula, también aducía otra En cualquier caso, y prescindiendo de las consi-
serie de razones para descartar dicha localización deraciones filosóficas de Descartes en relación con
en su obra Anatome ex omnium veterum... (1673), el alma, la descripción cartesiana de la percepción
como su hipotética e incierta movilidad o la inexis- sensorial y del papel desarrollado por la epífisis no
tencia de poros ventriculares e intraglandulares por es tan diferente, en esencia, de lo que hoy conoce-
donde se diseminarían los espíritus, en la línea de mos, pues Descartes nos presenta al conarium como
los comentarios críticos de Stenon [29]. Willis, por una especie de ‘transductor’ de señales, a modo de
su parte, aduce que es escasamente creíble que la centro de integración sensorial y de relación con el
glándula pineal sea el asiento del alma y sede del mundo exterior. Y para ello precisa del armónico
raciocinio, habida cuenta de que los animales, se- concurso de los ‘espíritus animales’, a modo también
res carentes de las propiedades superiores del alma, de una suerte de agentes hormonales en la termi-
como la memoria o la imaginación, están dotados nología fisiológica actual. Así pues, podemos inter-
de órganos pineales incluso más desarrollados que pretar las hipótesis cartesianas como un avance me-
los humanos (Cerebri anatome cui accessit nervo- tafórico (e incluso poético) de la realidad científica
rum descriptio et usus, 1664). Para Willis, la epífisis, actual en relación con la glándula pineal.
al igual que otros órganos glandulares situados en
la vecindad de importantes lechos vasculares, ten-
dría una mera función de absorción de los fluidos
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secretados desde los vasos arteriales [11].
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tuido un auténtico enigma anatómico y han predo- 4. López-Muñoz F, Boya J. El papel de la glándula pineal en la
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tafísicas y espirituales sobre su papel funcional. De 5. Kudlien F. Medicina helenística y helenístico-romana.
hecho, siempre que se aborda el estudio del cona- In Laín-Entralgo P, ed. Historia universal de la medicina.
rium desde la perspectiva histórica, surge la figura Tomo II, Antigüedad clásica. Barcelona: Salvat Editores;
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de René Descartes, uno de los filósofos más leídos y 6. Kitay JI, Altschule MD. The pineal gland. A review of the
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London: University of Chicago Press; 1975.
tima del ser humano, esto es, su alma. Desde una 9. Major RH. Galen as a neurologist. World Neurol 1961; 2: 372.
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cartes para describir la función de la glándula pineal 11. Swanson LW. Quest for the basic plan of nervous system
es, a todas luces, rudimentaria y carece totalmente circuitry. Brain Res Rev 2007; 55: 356-72.
del rigor que la técnica y la ciencia actual exigen 12. Spillane JC. The doctrine of the nerves. Chapters in the history
of neurology. New York: Oxford University Press; 1981.
para valorar positivamente una teoría. Sin embar- 13. Wilcox J. The transmission and influence of Qusta ibn
go, no deja de extrañar, a casi cuatro siglos vista, la Luqa’s ‘On the difference between spirit and the soul’ [tesis].
intuitiva perspicacia del filósofo francés al explicar- New York: City University of New York; 1985.
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nos su modelo fisiológico, como resaltó Jean Delay 1995; 4: 155-65.
(1907-1987), una de las grandes figuras de la psico- 15. Bargmann W. Die epiphysis cerebri. In von Möellendorff
patología del siglo xx: ‘... más curioso aún resulta W, ed. Handbuch der Mikroskopischen Anatomie des
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comparar la noción de los espíritus animales... con 16. Altschule MD. The pineal gland: memory valve or seat of
las nociones fisiológicas sobre la activación cerebral the soul? In Altschule MD, ed. Roots of modern psychiatry.

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El devenir histórico de la glándula pineal

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The historical background of the pineal gland: I. From a spiritual valve to the seat of the soul

Introduction. Throughout history, the special anatomical location of the pineal gland in the central nervous system has
given rise to a number of physiological hypotheses regarding the functional role of this organ.
Development. In classical ancient times, the pineal body (conarium) was considered to be a sort of valve-like sphincter that
regulated the flow of the spiritus animalis at the ventricular level. But it was not until the 17th century that the pineal gland
finally reached its highest levels of physiological significance, when Rene Descartes considered it to be the anatomical
structure that housed the seat of the soul.
Conclusions. The Cartesian hypotheses regarding the pineal gland did not arouse much interest in the scientific community
of the time, and attention to this organ dwindled from then until the 20th century, when its neuroendocrinological nature
was finally confirmed.
Key words. Descartes. History of medicine. Melatonin. Neuroendocrine transducer. Pineal gland.

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