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UNIDAD VIII. EL PODER EJECUTIVO FEDERAL.

a) Características.

En nuestro país, el Poder Ejecutivo se deposita en una sola persona, contrario al


Poder Legislativo, que se deposita en 500 Diputados y 128 Senadores, sin que
éste Poder se pueda depositar en una sola persona; por ello, desde que México
comenzó a ser gobernado de manera independiente a España, ha tenido una sola
persona en el Poder Ejecutivo, llámese Federal, Local o Municipal; ya que así lo
determina el numeral 80 de la Carta Magna:

“Artículo 80. Se deposita el ejercicio del Supremo Poder Ejecutivo de la


Unión en un solo individuo, que se denominará "Presidente de los
Estados Unidos Mexicanos."

El Presidente de la República realiza una función administrativa, es el


representante de todos los mexicanos en el extranjero, además, es Comandante
en Jefe de las Fuerzas Armadas, pero obviamente, para desarrollar sus funciones,
cuenta con diversos colaboradores o auxiliares denominados Secretarios de
Estado, los cuales tienen designadas tareas conforme los diferentes ramos de la
administración pública.

En atención que el Presidente de la República es único, en él se concentran las


más importantes y elevadas facultades administrativas, las cuales, unidas a las
que tiene dentro del proceso de formación legislativa y como legislador
excepcional, lo convierten en un funcionario de gran rango en el país, no
dependiente del Poder Legislativo, tampoco del Judicial; sin embargo, existe una
relación entre todos.

b) Requisitos para ser Presidente de la República.

Al igual que para poder ingresar a trabajar en una empresa o puesto público, para
ser el Presidente de la República se deben reunir ciertos requisitos, y en virtud que
es un puesto de suma importancia, los requisitos los enuncia la propia
Constitución Federal, en su artículo 84, los cuales por ser muy claros, únicamente
nos permitimos transcribirlos:

“Artículo 82. Para ser Presidente se requiere:


I. Ser ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno goce de sus
derechos, hijo de padre o madre mexicanos y haber residido en el país
al menos durante veinte años.
II. Tener 35 años cumplidos al tiempo de la elección;
III. Haber residido en el país durante todo el año anterior al día de la
elección. La ausencia del país hasta por treinta días, no interrumpe la
residencia.
IV. No pertenecer al estado eclesiástico ni ser ministro de algún culto.
V. No estar en servicio activo, en caso de pertenecer al Ejército, seis
meses antes del día de la elección.
VI. No ser Secretario o subsecretario de Estado, Fiscal General de la
República, ni titular del poder ejecutivo de alguna entidad federativa, a
menos de que se separe de su puesto seis meses antes del día de la
elección; y
VII. No estar comprendido en alguna de las causas de incapacidad
establecidas en el artículo 83”.

c) Facultades del Ejecutivo Federal.

El Presidente de la República, tiene un alto nivel jerárquico en nuestro país, y


como consecuencia, tiene diversas facultades, tan es así, que en materia
administrativa, se apoya con varios Secretarios de Estado, para que lo ayuden a
impulsar de manera correcta la política del país, ya que resultaría imposible
controlar todas las áreas sin apoyo de personal capacitado y de confianza; esto en
virtud que la propia Carta Magna le otorga diversas facultades al Ejecutivo
Federal, sí como obligaciones, las cuales se enumeran en el numeral 89 de la
propia Ley Suprema, por ello, entraremos al estudio de las más relevantes.

En nuestro país es tan grande la investidura del Presidente de la República, que


en algunos supuestos la Carta Magna le otorga la facultad de legislar, claro, esto
bajo algunos supuestos y con algunas condiciones, un ejemplo de ello es
conforme lo que dispone el numeral 29 de la Ley Suprema, es decir, cuando se
presente una situación de emergencia en la vida institucional del país, provocada
por causas que el mismo numeral encierra, entonces, en bajo este, uno de los
supuestos que, con previa autorización del Congreso, se otorga al Presidente de
la República, para tomar todas las medidas necesarias a objeto de hacer frente a
esa situación, en el entendido que no son solo administrativas, sino también
legislativas, pudiendo crear y emitir “leyes de emergencia”, obviamente, con
carácter limitado, por un tiempo determinado.

Otro supuesto para que el Ejecutivo Federal pueda legislar, ocurre conforme lo
establecido por el imperativo 131 constitucional, es decir, para expedir leyes que
aumenten, disminuyan o supriman las cuotas de las tarifas de exportación e
importación, que restrinjan o prohíban las importaciones, las exportaciones y el
tránsito de productos, artículos y efectos, a fin de regular el comercio exterior, la
economía del país, la estabilidad de la producción nacional o de realizar cualquier
otro propósito en beneficio del país.

De igual forma, el Presidente de la República tiene facultades para intervenir en el


proceso de legislación, siendo estas de: iniciativa, veto y promulgación; en el
primer caso, es cuando el Ejecutivo Federal tiene la facultad de presentar
proyectos de ley ante cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión; el
segundo supuesto se refiere a la potestad que tiene el Presidente para hacer
observaciones a los proyectos de ley o decreto que ya hubiesen sido aprobados
por el Congreso de la Unión; respeto al tercero, tenemos que es cuando el
Ejecutivo Federal ordena la publicación de una ley o un decreto previamente
aprobado por el Congreso de la Unión o por alguna de las Cámaras; en este
último caso (promulgación), no puede decirse que sea un derecho, sino una
obligación que tiene el Presidente de la República.

Otra facultad que le otorga la Constitución Federal al Presidente de la República


es la de proveer en la esfera administrativa a la exacta observancia de las leyes
que expida el Congreso de la Unión.

Lo anterior significa que el Presidente cuenta con la facultad de expedición de


normas jurídicas abstractas, generales e impersonales cuyo objetivo estriba en
pormenorizar o detallar las leyes de contenido administrativo que dicte el
Congreso de la Unión para conseguir su mejor y más adecuada aplicación en los
diferentes ramos que regulan, o dicho en otras palabras, será quien se encargue
de realizar los “reglamentos” que se dicten a las leyes emitidas por el Congreso de
la Unión, pero con la limitación de que sus reglamentos serán sólo en las leyes
que sean en materia administrativa, pues el Presidente de la República no podrá
emitir reglamentos en las legislaciones del Poder Judicial o en las del Congreso de
la Unión.

Otras facultades con las que cuenta el Ejecutivo Federal, son las de nombrar y
remover libremente a los Secretarios de Estado; las de expulsar a los extranjeros
en el supuesto establecido por la propia Carta Magna (artículo 33); la
expropiatoria; entre otras facultades que enumera el precepto 89, incluso, todas
aquellas facultades y obligaciones que la Ley Suprema le confiere.

d) Diferencia entre indulto y amnistía.

El indulto es una causa de extinción de la responsabilidad penal, que supone el


perdón de la pena. Es una situación diferente a la amnistía, que supone el perdón
del delito, ya que por el indulto la persona sigue siendo culpable, pero se le ha
perdonado el cumplimiento de la pena.

El indulto puede ser total o parcial. A su vez puede ser general y particular.

 El indulto total comprende la remisión de todas las penas a que hubiere


sido condenado el reo y que aún no hubieren sido cumplidas.

 El indulto parcial supone la remisión de alguna o algunas de las penas


impuestas o su conmutación por otras menos graves.

e) El principio de la no reelección.

Hemos visto que en la historia de nuestro país, algunos mandatarios han estado
gobernando durante más de veinte años, de manera ininterrumpida o en períodos
distintos, por tal motivo, al momento que se crea la Constitución Federal de 1917,
se estableció como una de sus máximas: “sufragio efectivo, no reelección”; lo que
significa que deben haber comicios electorales, pero sobre todo, que ningún
gobernante puede permanecer de manera vitalicia o continuamente durante
diversos años, ya que esto puede llevar a una dictadura, la cual es perjudicial para
cualquier Nación; por tal motivo, en el numeral 83 de la Carta Magna, se
estableció que el Presidente de la República, bajo ninguna circunstancia podrá
volver a desempeñar ese puesto, incluso, aunque su encargo haya sido interino o
sustituto:

“Artículo 83. El Presidente entrará a ejercer su encargo el 1o. de


octubre y durará en él seis años. El ciudadano que haya desempeñado
el cargo de Presidente de la República, electo popularmente, o con el
carácter de interino o sustituto, o asuma provisionalmente la titularidad
del Ejecutivo Federal, en ningún caso y por ningún motivo podrá volver a
desempeñar ese puesto”.

f) La sucesión presidencial.

El artículo 89 de la Carta Magna determina que el Presidente de la República


entrará a tomar su encargo el 01 de octubre, y durará seis años en el mismo; sin
que bajo ninguna circunstancia y por ningún motivo podrá prolongarse su encargo,
y tampoco podrá volver a ocupar ese puesto; pero para esto, el Ejecutivo Federal
deberá aceptar el cargo ante el Congreso de la Unión, o ante las Mesas Directivas
de las Cámaras del Congreso o, ante la Comisión Permanente, y a falta de estas,
deberá hacerlo ante el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación,
debiendo protestar guardad y hacer guardar la Constitución Federal, así como las
leyes que emanen de ella, pues en caso contrario, la Nación se lo podrá
demandar; lo que es un acto solemne, ya que de no hacerse lo anterior, la
persona que haya sido electa por el sufragio popular, no podrá tomar el cargo y
comenzar a dirigir el país; para ello, nos permitimos transcribir el primer párrafo del
numeral 87 de la Ley Suprema, en donde se establece el juramento que deberá
rendir la persona que tome posesión en el cargo de Presidente de los Estados
Unidos Mexicanos:

“Artículo 87. El Presidente, al tomar posesión de su cargo, prestará


ante el Congreso de la Unión o ante la Comisión Permanente, en los
recesos de aquél, la siguiente protesta: "Protesto guardar y hacer
guardar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las
leyes que de ella emanen, y desempeñar leal y patrióticamente el cargo
de Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando
en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la
Nación me lo demande." (Primer párrafo).

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