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LOS PROFETAS: HOMBRES DE DIOS Y DEL PUEBLO

PRESENTADO A: HUGO GONSALEZ

PRESENTADO POR: LAURA ISABEL VELASQUEZ QUIÑONEZ

GRADO 11 D

INSTITUCION EDUCATIVA SAN AGUSTIN

RELIGION

POPAYÁN

2018
LOS PROFETAS: HOMBRES DE DIOS Y DEL PUEBLO

AMÓS, el profeta campesino

“yo no soy profeta, ni hijo de profeta; me gano la vida cuidando ovejas y recogiendo higos,

pero el señor me quito de andar cuidando rebaños y me dijo: ve y profetiza en mi nombre a

mi pueblo de Israel” (Am 7, 14-15)

Amos vivió en una época donde solo un pequeño grupo de personas eran las que tenían

mucho dinero a costa de la explotación del trabajo, en la tierra y en el comercio de los más

pobres lo cual ocasionaba una gran injusticia amenazando a las personas con pocas

oportunidades, este profeta se dedicó a defender la seguridad de la fe hacia Dios pero

también a denunciar las injusticias de que las personas se aprovechaban de los más débiles

y pobres para ganar dinero y así darse todos los lujos posibles.

Esta es una situación que aún se ve pero no tan evidente a todos los ojos, ya que se han

visto técnicas que maquillan la desigualdad que hay en todo el mundo por personas que lo

tienen todo y otras que no tienen nada.

Entonces, este profeta aporto al espíritu de cada creyente una forma diferente de ver las

cosas como en un sentido de humildad y esfuerzo por que lo que uno se merece en la vida,

y nunca hacer parte del culto vacío hacia Dios que se esconde tras alabanzas sin sentido que

en si están demostrando injusticias, además amos dio esperanza a su pueblo asegurando un


futuro mejor donde uno trabaje la tierra que Dios nos dio pero sin ser un instrumento de

malas costumbres que crean malestar social.

ISAÍAS SEGUNDO, el profeta consolador

Como lo dice la frase que caracteriza a este profeta:

“consuelen a mi pueblo, consuelen, nos dice Dios, háblenle al corazón y díganle bien

fuerte que su jornada ha terminado, y que ha sido pagada por su culpa” (Is 40, 1-2).

El mayor acto de Isaías segundo hacia la sociedad fue consolar a su pueblo lleno de dolor

ya que se encontraban en una época y en una sociedad bastante difícil donde esperaban

victorias para terminar pronto con los sufrimientos que imponía el otro imperio, Isaías

animaba y consolaba a estas personas tan afectadas porque casi no hizo denuncias sociales

y se basó más en ir contra las personas que no resistieron en la prueba grande que les estaba

mandando Dios y se refugiaban en la idolatría, entonces él le hizo saber a los creyentes que

estos actos eran de cobardía y los puso en ridículo para que entendieran que idolatrar a

figuras hechas por las manos del hombre no está bien.

JOEL, un profeta soñador

Joel vivió en un tiempo de cambios y restauraciones, aunque hubieron problemas que

afectaron a la sociedad.

El profeta Joel llama una acción litúrgica para implorar la ayuda de Dios y por su frase:
“no teman suelo-tierra, no animales de campo, porque ya reverdecen los pastizales del

desierto y los arboles producen fruto… comenzaran hasta llenar… sucederá después de

todo esto que yo derramare mi espíritu en toda carne” (Jl 2, 21. 22. 26; 3,1)

Invita siempre a al pueblo a esperar, a soñar con tiempos mejores.

Y aunque no se conocen muchos aspectos de él, lo más importante que le aportó a los

creyentes fue la esperanza y la lucha que se tenía que dar por mejorar la manera como

estaban viviendo y que recordaran que si hacían las cosas bien Dios siempre iba a mandar

su ayuda

Su idea central tomada de profetas anteriores sobre ahogar la libertad de la palabra a costa

de perder la esperanza constituyó una parte fundamental para influir en mejorar los

pensamientos del pueblo.

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