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A.

Tacto
1. Receptores

Los corpúsculos de Meissner: Nos permiten identificar la forma y tamaño de los objetos, así
como diferenciar lo suave de lo áspero.

Los corpúsculos de Pacini: Son los que determinan el grado de presión que sentimos; nos
permiten darnos cuenta de la consistencia y peso de los objetos y saber si son duros o
blandos.

Los corpúsculos de Ruffini: Perciben los cambios de temperatura relacionados con el calor –
nuestra temperatura normal oscila entre los 36 y los 37 grados. Especialmente sensible a estas
variaciones es la superficie o cara dorsal de las manos.

Discos de Merkel: Se localizan a los lados de los conductos sudoríparos. Responden a la presión
y a las inflexiones graduales de la piel. Se adaptan lentamente.

Existen unos receptores denominados corpúsculos de Krause que son los encargados de
registrar la sensación de frío, que se produce cuando entramos en contacto con un cuerpo o
un espacio que está a menor temperatura que nuestro cuerpo.

2. Ruta

Vía somatosensorial:

Un recorrido somatosensorial por lo general consta de tres neuronas sensitivas: primaria,


secundaria y terciaria.

 La neurona sensorial primaria tiene su soma en el ganglio espinal del nervio espinal (si
el estímulo está en la cabeza o cuello, se trata del ganglio de Gasser o ganglios
nerviosos situados en otros nervios craneales).

 La neurona sensorial secundaria tiene su soma en la médula espinal y en el tronco del


encéfalo. El axón ascendente atraviesa en forma de decusación hacia el lado opuesto
en la médula espinal o el tronco del encéfalo. Los axones de muchas de estas neuronas
terminan en el tálamo (p.ej. el núcleo ventral posterior), otros terminan en el sistema
de activación reticular o en el cerebelo.

 En el caso del tacto y ciertos tipos de dolor, la neurona sensorial terciaria tiene su
soma en el núcleo ventral posterior del tálamo y finaliza en el giro postcentral situado
en el lóbulo parietal.
Periferia

En la periferia, el sistema somatosensorial detecta varios estímulos por medio de los


receptores sensoriales, por ejemplo, los mecanoreceptores que detectan la sensación de tacto
y los nociceptores que detectan el dolor. La información sensorial (tacto, dolor, temperatura,
etc.) es entonces transmitida al sistema nervioso central por medio de las neuronas aferentes.
Existen diferentes tipos de éstas, los cuales varían en tamaño, estructura y propiedades.
Generalmente existe una correlación entre el tipo de modalidad sensorial detectada y el tipo
de neurona aferente involucrada. Por ejemplo, neuronas lentas, delgadas,
no mielinizadas conducen el dolor, en tanto que neuronas veloces, gruesas y mielinizadas
conducen el tacto superficial.

Médula espinal

En la médula espinal, el sistema somatosensorial incluye conductos ascendentes desde el


cuerpo hacia el cerebro. El giro postcentral en la corteza cerebral constituye un destino
primordial como receptor sensorial . Hacia él se proyectan las neuronas de la vía dorsal-
lemniscal medial y la vía espinotalámica . Adviértase que numerosas vías somatosensoriales
incluyen sinapsis tanto en el tálamo como en la formación reticular antes de llegar a la corteza.
Otras vías ascendentes, particularmente aquellas involucradas en el control de la postura son
proyectadas hacia el cerebelo . Estas incluyen los tractos espinocerebelosos ventral y dorsal .
Otro destino importante de neuronas somatosensoriales aferentes que entran en la médula
espinal son aquellas neuronas involucradas en los reflejos segmentales.

Cerebro

El área somatosensorial primaria en la corteza humana se localiza en el giro


postcentral del lóbulo parietal. Aquella constituye el área de recepción sensorial principal
del tacto. Al igual que otras áreas sensoriales, existe un mapa que refleja el espacio sensorial
de la zona, mediante un homúnculo. Para la corteza somatosensorial primaria, podemos
hablar del homúnculo sensorial. Áreas de esta parte del cerebro humano representan ciertas
regiones del cuerpo, dependiendo del nivel de importancia de entrada somatosensorial. Por
ejemplo, existe una gran región de la corteza dedicada a la sensación en las manos, mientras
que a la espalda corresponde un área considerablemente menor (ver imagen). Como dato
interesante, un estudio reveló que la corteza somatosensorial resultó ser un 21% más gruesa
en 24 individuos que padecían migraña, contra un 12% en individuos de control, aunque aún
se desconoce el significado de tal diferencia. Asimismo, la información somatosensorial
involucrada en la propiocepción y la postura se proyecta hacia una parte enteramente
diferente del cerebro, el cerebelo.
Fisiología

El proceso de «somatosensación» se inicia con la activación de un «receptor» físico. Estos


receptores somatosensoriales yacen en la piel, órganos y músculos. La estructura de estos
receptores es muy similar en todos los casos, consistiendo en terminaciones nerviosas libres o
almacenadas en cápsulas especiales. Pueden ser activadas por movimiento (mecanoreceptor),
presión (mecanoreceptor), estímulos químicos (quimioreceptor), y/o temperatura. La
activación también surge por medio de vibraciones generadas por roces, p.ej un dedo
recorriendo una superficie. De esta forma podemos sentir aquellas texturas delicadas en las
cuales la escala espacial es menor a 200 µm. Tales vibraciones son del orden de 250Hz, lo cual
constituye la sensibilidad de frecuencia óptima en los corpúsculos de Pacini. En cada caso, el
principio general de activación es similar; el estímulo causa depolarización en el extremo del
nervio y luego una acción potencial es iniciada. En tanto ésta (usualmente) viaja desde adentro
hacia la médula.

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