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Ahora es Cuba

Y luego fue la sangre y la ceniza.

Después quedaron las palmeras solas.

Cuba, mi amor, te amarraron al potro,


te cortaron la cara,
te apartaron las piernas de oro pálido,
te rompieron el sexo de granada,
te atravesaron con cuchillos,
te dividieron, te quemaron.

Por los valles de la dulzura


bajaron los exterminadores,
y en los altos mogotes la cimera
de tus hijos se perdió en la niebla,

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